Martes, 22 de julio de 2008

Consejos para poner en práctica publicados en la HOJA DE DIFUSIÓN PARROQUIAL DE SANTA RITA DE CASIA DE PUNTA BRAVA Y DE SAN PABLO APÓSTOL EN LAS DEHESAS - PUERTO DE LA CRUZ. Número 168: Febrero 2008.


ALQUNOS CONSEJOS PARA PONER EN PRACTICA 
 

La fidelidad es día a día. No es cuestión de un día dar una carrerita y luego parar. Es la constancia, la perseverancia hasta el final, la que nos salva y la que nos lleva a la Santidad. No discutas con la ten­tación, porque llevas la de perder. Es cuestión de tener las ideas bien claras y no darle más vueltas a las cosas. A la hora de repasar tu vida, no te vayas por las ramas. Tienes que ir a la raíz y no estar excusándote y perdonándote a ti mismo y jus­tificando todos tus fallos. Desde luego, eres un ver­dadero artista para hacer propósitos y que luego todo se quede en nada. No has tomado aún "la de-terminada determinación" de la que habla Santa Teresa. Te pasas el día como una máquina progra­mada y que funciona automáticamente. Haces las cosas sin vida. Vas realizando las cosas como un robot. Simplemente estás llenando días. iQué poca vida espiritual estás llevando! Sencillamente cum­ples y la vida se está pasando. Examina físicamen­te tu oración, el rezo del Santo Rosario, la visita al Santísimo, la lectura de un buen libro, tus confe­siones, tu dirección espiritual. iQué pena! ¿Verdad?

 

Qué horrible son los chismes y los cuentos, los dimes y diretes. iCómo se enredan las cosas! Dónde digo "digo" dicen que dice "Diego" iQué viejo es esto! ¿Verdad? Pero sigue totalmente actual. Por culpa de los "dichosos chismes", cuántas buenas amistades, aún antiguas, se han venido abajo y más nunca se vuelven a recuperar. Qué injustos somos, llevas treinta años con una amistad que tu crees ya consolidada y de confianza. De pronto un malen­tendido, o una imprudencia lo echa todo por tierra y ya no te tendrán en cuenta los años de amistad. Has acertado en 999 ocasiones y te equivocaste en una y ya todo se desploma, ni creen en ti, ni creen en tu amistad y hasta ponen un velo oscuro a todo lo anterior y todos los aciertos quedan anulados por "una posible imprudencia", o "un malentendido". Otra amistad que se va para el piso y, a veces, todo el antiguo amor se convierte ahora hasta en odio y tú que caías simpático y resultabas gracioso, ahora de un día para otro, te conviertes en un hipócrita y un antipático. Gracias que Dios no es así. Antes quizá exageraban quitándote o pasando por alto tus defectos. Parece que todo lo hacías bien. Te miraban con "ojos de madre", aho­ra resulta que todo lo haces mal, te ignoran, te mar­ginan y casi te han dado por "persona non grata" iCómo cambian las cosas! iQué injustos somos!

Ya ni les importa que te hundas o te mueras. Pero tienes que reaccionar "a la contra" Dios te quiere y jamás te fallará. Esto es verdad.

 

Me dices que has quedado al descubierto, que le contaste algo a alguien, en secreto y te contestó, que podías hablar abiertamente, porque era como una "tumba", y sin esperar al día siguiente la his­toria o decisión que has contado de un modo con­fidencial, ya la sabe todo el mundo y encima bastante cambiada con respecto al original. Yo te diré más aún: Ahora está empezando a rodar la noticia de boca en boca y cada uno va añadiendo algo propio de "su cosecha", a lo que le contaron y sabe Dios a donde llegará esta bola de nieve. Ahora quieres arreglarlo; pero ya es tarde y ojalá que la zanja no se haga más ancha. Tú mismo has dicho en otras ocasiones que si uno no quiere que al­guien se entere de algo, lo más seguro es no con­tarlo a nadie, y mejor aún, no hacerlo. Cuando se rompe una amistad, cuando alguien bajo el aca­loramiento, te desprecia o rechaza tu amistad, ponte en manos de Dios, que El te comprenderá. ¿Qué vas a hacer con esa amistad perdida? Ya no está en tus manos porque la amistad se elige li­bremente y tu no la puedes imponer, si el otro no quiere. Esta es la cruda realidad del planeta Tierra, en donde nos toca vivir estos cuatro días.

 

A veces estás nervioso, te sientes disgustado, de mal humor y te encuentras con un malestar inco­modo y general, y ni tú mismo te entiendes. Ten cuidado con las palabras melosas que te dicen, no te lo creas, posiblemente en el fondo no sien-ten lo que dicen y buscan cómo alimentar tu va­nidad y tu orgullo personal. Tienes que luchar por conseguir la virtud de la prudencia y tener mucho tacto y guardar mucho silencio. Cuántos disparates se cometen bajo los efectos de una rabieta, o como una reacción de autodefensa, porque han herido tu amor propio y entonces salta el insulto de la agresividad y te vuelves violento e inflexivo. Te ciegas, no piensas, se te acaba la simpatía y "sacas los rejos", llenos de veneno, cuantas amis­tades perdidas por un momento de locura, cuan-tos desatinos y cuando la ira conduce al odio iQué horrible! iQué espantoso! Mira a tu alrededor, escucha las noticias de tantos maltratos, de tanta tortura, de tanta muerte iQué animal tan horripi­lante es el ser humano!


Publicado por verdenaranja @ 23:18  | Espiritualidad
Comentarios (0)  | Enviar
Comentarios