Extracto de DOSSIER FIDES “HOMELESS (Los sin techo) Una humanidad para salvar” publicado por Agencia Fides en Agosto de 2008.
La definición de “persona sin casa fija”.
En la literatura internacional, la condición de “sin residencia fija” se define con términos como sin techo, sin hogar, vagabundo, etc., con significados que no siempre coinciden.
Se subraya, a menudo, una diferencia entre el concepto “sin techo” y “sin hogar”. Con el término “sin techo”, se hace referencia a la falta de una casa, entendida con el sentido físico de la palabra. Por “sin hogar” sin embargo, se entiende la falta de un ambiente de vida, de un lugar privilegiado de desarrollo para las relaciones afectivas. Inclinarse hacia uno u otro término, tiene las siguientes consecuencias: si se considera el problema de los sin techo principalmente como un “problema de casa”, el malestar del hogar será leído como factor determinante, al cual devolver la condición de “sin hogar fijo”. En el caso de prevalecer la definición de sin techo como sujeto con un problema de “relaciones sociales”, la clave de lectura del fenómenos será del tipo social y relacional y se verá desde el interior del gran problema de la incomodidad y de la exclusión social. Por ejemplo, en la terminología utilizada por el Housing Fund de Helsinky, una institución pública que produce cada año un relación del desalojo en Finlandia, “la falta de hogar” es definitiva en modo amplio: además de los sujetos que viven en la calle, o en refugios precarios o temporales, incluye también personas albergadas por realidades institucionales, como hospitales psiquiátricos, casa de descanso, casa para incapacitados, sea de forma provisional o permanente; los detenidos con opción de ser liberados, que declaran ser privados de alojamiento; las personas que viven provisionalmente donde parientes o conocidos a causa de la falta de alojamientos, etc.
El Observatorio Europeo sobre los Sin Techo, en su primer informe sobre el fenómeno de los “sin hogar fijo” en Europa, define la persona “sin hogar fijo” como “una persona que, habiendo perdido o abandonado su vivienda, no puede resolver los problemas conectados a esta situación y busca, o recibe, la ayuda de agencias públicas o privadas”. En la edición de 1998 del Informe sobre la situación en Italia, se sugiere una definición de persona “sin hogar fijo” repartida en tres categorías, más amplia respecto a la que se ha utilizado tradicionalmente para definir “falta de casa” en sentido estricto. Se incluyen en la categoría de los sin techo las personas privadas de cualquier alojamiento, aquellas en alojamientos provisionales en el sector público o en el voluntariado y aquellos que se encuentran en alojamientos fuertemente marginales bajo lo standard.
En ocasión de la realización de una investigación nacional sobre las personas sin hogar fijo, un grupo de trabajo coordinado por la Fundación “E. Zancan” de Pádova, ha definido la persona sin hogar fijo como “una persona privada de hogar adaptado y estable, en condiciones materiales de existencia precarias, privada de una adecuada red de apoyo social”
La FIO.psd – la Federación Italiana de los Organismos para las personas sin hogar, asociación que persigue la finalidad de la solidaridad social en el ámbito de la grave enajenación adulta y de las personas sin hogar, adherente al network europeo Feantsa, constituido de 90 organizaciones de 23 países europeos, entre los cuales 15 Estados miembros de la UE, a favor de las personas sin hogar, lanzó una Campaña de sustentación a esta iniciativa – define la condición de la persona sin hogar: una condición aguda de sufrimiento; en relación con sujetos que provienen, de manera transversal, de cada nivel de nuestra estratificación social; se representa bajo la forma de una radical ruptura respecto a la pertenencia territorial y a las redes sociales; se presenta como una compleja incomodidad que agrega una multiplicidad de factores problemáticos, no en relación con la causalidad entre ellos; es tal que, se deja avanzar en el tiempo, padece una evolución de carácter degenerativo; es tal que, a los ojos de quien se propone ayudar, el sin hogar se manifiesta como una persona incapaz por sí solo de emanciparse en condiciones de mayor bienestar, también si se pone en contacto autenticas oportunidades; en las formas más fuertemente comprometidas, por estadios progresivos, la capacidad de las personas de satisfacer niveles siempre más profundos en la escala de las necesidades: las condiciones de sufrimiento extremo puede conducir a la muerte.
Teniendo esto en cuenta, la FIO.psd sugiere que la definición de persona sin hogar contenga cuatro aspectos que “se integran y se auto alimentan”: presencia contemporánea de las necesidades y diferentes problemas que definen una compleja dificultad de carácter multi-dimensional; progresividad en el transcurso del tiempo que determina la interacción y la consolidación de los factores de la dificultad a través de un mecanismo que se auto alimenta y define un proceso de hacer la persona no más en grado de contrastar validamente el proceso de exclusión social; dificultad en el encontrar acogida y respuestas apropiadas en los servicios institucionales con motivos de dos factores principales: respeto a la persona, para la elevada barrera de acceso que los servicios prestan respeto a las exigencias y las respuestas que considera para las posibles soluciones de los problemas vistos; respeto a los servicio, por la dificultad que tiene en el reconocer a la persona como un usuario de su “competencia” (también si en muchos casos la persona ya ha sido usuario en el pasado de los mismo servicios). La dificultad para la persona a estructurar y mantener relaciones significativas. Por todo esto, la FIO.psd sugiere definir una persona sin hogar como un sujeto en estado de pobreza material e inmmaterial portador de una disagio complejo, dinámico y multiforme.