Reflexiones publicadas en el Boletín Bimestral - SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2008 de los MISIONEROS DE LA TERCERA EDAD - CORAZÓN DE LA MISIÓN.
TESTIGOS DE LA TRADICIÓN DE FE
La Biblia siente una particular preferencia en presentar al anciano corno el símbolo de la persona rica en sabiduría y llena de respeto a Díos.
¡Qué bien parece la sabiduría en los viejos,
la reflexión y el consejo en los ilustres!
Corona de los viejos es la mucha experiencia,
su orgullo es el temor del Señor (Eclesiástico 25,4-6).
En este sentido, la contribución del anciano en la sociedad y en la Iglesia podría calificarse de ser testigo de la tradición de la fe que, a su vez, ha recibido:
Y cuando os pregunten vuestros hijos: "¿Qué significa para vosotros este rito?", responderéis: "Este es el sacrificio de la Pascua de Yahvé, que pasó de largo por las casas de los
israelitas en Egipto cuando hirió a los egipcios y salvó
nuestras casas" (Exodo 12, 26-27).
El anciano es también un maestro de la vida:
Si te gusta escuchar, aprenderás,
si inclinas el oído, serás sabio.
Acude, hijo, a la reunión de los ancianos;
Que hay un sabio, júntate a él (Eclesiástico 6,33-34).
Y un ejemplo de caridad con el necesitado:
También al pobre tiéndele la mano, para que tu bendición sea perfecta.
La gracia de tu dádiva llegue a todo viviente,
ni siquiera a los muertos les rehúses tu gracia (Eclesiástico 7,32-33).
Ningún cristiano puede renunciar a su papel en la sociedad y en la Iglesia a causa de la edad:
En la vejez seguirán dando frutos, serán frescos y lozanos, para anunciar lo recto que es Yahvé (Salmo 92,15-16).