Martes, 23 de septiembre de 2008

DOMINGO 26 DEL TIEMPO ORDINARIO A
28 de septiempre de 2008


El Señor, que dirige nuestros corazones para que amemos a Dios, esté con todos vosotros.


Jesús nos ha convocado, como cada domingo, a celebrar la Eucaristía. Y nosotros hemos respon­dido a la llamada y nos hemos reunido dejando, quizás, otras cosas, otras posibilidades. Quizá también hemos tenido que vencer las pocas ganas de venir a misa.

Pero sabemos que escuchar la Palabra y celebrar la Eucaristía, reunidos como Iglesia, es impor­tante para vivir después, a lo largo de la semana, según la voluntad de Dios. Él nos da su bondad y su gracia.


A. penitencial: Dispongamos nuestros corazones a recibir la gracia de esta celebración. Pidamos la misericordia del Señor (silencio).


Tú, que esperas que nos convirtamos. SEÑOR, TEN

Tú, que nos das tu perdón y tu fuerza. CRISTO, TEN PIEDAD.

Tú, que con tu palabra nos conduces a la vida. SEÑOR, TEN PIEDAD.

1. lectura (Ezequiel 18,25-28): La primera lectura y el evangelio de hoy nos invitan a la conversión. Pero no a una conversión hecha de palabras o de vacilantes propósitos sino una conversión sincera, que suponga un cambio de vida: la conversión de aquel hijo que había dicho "no" con la boca pero que luego dijo "sí" con la vida.

2. lectura (Filipencs 2,1-11): San Pablo nos presenta hoy un entero programa para nuestra vida cristiana. Y nos lo presenta recordando el modelo de Jesucristo, fiel y entregado hasta la muerte y así glorificado por Dios. (Convendría leerla versión completa de esta lectura, no la breve).


Oración universal: Ahora, después de haber procla­mado nuestra fe, presentemos nuestra oración confiada. Respondamos diciendo: ESCÚCHANOS,

PADRE.


Por toda la Iglesia, por todos aquellos que quieren seguir a Jesucristo con fidelidad. OREMOS.


Por el Papa, por nuestro obispo y por todos los obis­pos del mundo. OREMOS.


Por las vocaciones al sacerdocio, al diaconado, a la vida religiosa. OREMOS.


Por los hombres y mujeres del mundo entero, princi­palmente por aquellos que sufren las consecuencias de una riqueza mal repartida. OREMOS.


Por los inmigrantes, por todos los que han tenido que dejar su casa para ganarse el pan en tierras lejanas y desconocidas. OREMOS.


Por todos los que, movidos por el amor, trabajan por el bien de sus hermanos. OREMOS.


Por los ancianos, los enfermos y los que se encuentran solos

. OREMOS.


Por los que ahora estamos reunidos para esta euca­ristía, compartiendo la alegría de la fe. OREMOS.


Escucha, Padre nuestra oración. Haznos cada vez más fieles a tu amor, siguiendo el camino de tu Hijo Jesucristo. Que vive y reina por los siglos de los siglos.

 

 

Padrenuestro: Fieles a la enseñanza de Jesucristo, siguiendo su palabra, nos atrevemos a decir:


CPL

PIEDAD.


Publicado por verdenaranja @ 23:28  | Liturgia
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