Sugerencias para la homilía del día del Domund 2008, publicada en el guión litúrgico de la revista misionera ILUMINARE recibida entre los materiales para la celebración de la Jornada.
SUGERENCIAS PARA LA HOMILÍA DEL DÍA DEL DOMUND 2008
Dios trabaja en el corazón de los seres humanos y a través de ellos guía con su ma-no providente y amorosa los destinos del mundo. La primera lectura es un maravilloso ejemplo de cómo Dios actúa, buscando incluso personas ajenas a su pueblo para llevar a cabo sus designios. Para ello es esencial entrar en una relación personal con Dios: "Te he llamado por tu nombre". La expresión indica un conocimiento íntimo de Dios, que se traduce en una respuesta total de confianza y de cumplimiento pleno de su voluntad.
San Pablo ha vivido en primera persona esta experiencia de vocación y misión: su encuentro con el Resucitado. que le llama por su nombre de pila, y la experiencia del amor de Dios crean en él la conciencia y la responsabilidad de llevar a todos los hombres a vivir el plan de salvación manifestado y cumplido en Cristo: "Contemplando la experiencia de San Pablo, comprendemos que la actividad misionera es respuesta al amor con el que Dios nos ama" (Mensaje de Benedicto XVI para la Jornada del DOMUND, n. 2). San Pablo nos cuenta que los mismos tesalonicenses, con su conversión, fueron un testimonio del Evangelio y contribuyeron a su extensión por el Asia Menor.
Conocer cómo Dios guía la historia para que se realicen sus designios de liberación (cf. Mensaje, n. 1) es de importancia capital para entender la lectura del Evangelio de hoy. Frente a una concepción un tanto mágica de la acción de Dios en el mundo, que caracteriza al mundo antiguo, Jesús propone una visión más acorde con la realidad de la dignidad del hombre como persona y como hijo de Dios. El "dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios" instaura un principio nuevo en la historia: la libertad de Dios para encomendar a los seres humanos tareas determinadas y la libertad de la persona para res-ponder a la llamada de Dios.
"¡Cuántos se dejan interpelar hasta lo más profundo por esta petición de ayuda que se eleva de la humanidad, dejan todo por Cristo y transmiten a los hombres la fe y el amor por Él!" (Mensaje. n. 3).