S?bado, 18 de octubre de 2008

Extracto de DOSSIER FIDES “Especial Jornada Misionera Mundial 2008” publicado por Agencia Fides el 19 de octubre de 2008

 

  

LA MISIÓN EN AFRICA

 

Durante el último año el panorama político y social africano ha estado marcado, por un lado, por la grave crisis que ha afectado a algunos de los países de referencia del continente (Kenia, Zimbabwe, Sudáfrica) y por las situaciones de violencia que subsisten en algunas zonas (Darfur, al este de la República Democrática del Congo, Chad, República Centroafricana, Somalia), y por otro lado, por la continuación del proceso de consolidación de la democracia con elecciones en Angola y el inicio del proceso electoral en Costa de Marfil.

         La Iglesia católica no ha sido una espectadora pasiva de estos acontecimientos sino que ha intervenido a través de los pronunciamientos de sus Obispos, con el trabajo de evangelización y promoción humana llevado adelante por misioneros, sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos así como por las actividades caritativas de organizaciones locales y de la Iglesia Universal.

         La voz de la Iglesia se levanta en defensa de los más débiles y para denunciar situaciones que son ignoradas por los medios de comunicación o por la política internacional. En un informe enviado a la Agencia Fides, firmado por don Justin Nkunzi, Director de la Comisión “Justicia y Paz” de la Arquidiócesis de Bukavu, en Kivu del Sur, al este de la República Democrática del Congo, se denuncian la violencia sexual contra mujeres y adolescentes. La zona más afectada por dichos crímenes es la de Walungu, en el distrito de Kaniola.

         El estudio se basa en entrevistas a 100 personas, de las cuales 65 han sido víctimas directas. Todos los entrevistados afirman que dichos crímenes son un hecho sin precedentes en su historia. “Estos hechos no tienen ningún fundamento cultural y no se pueden comprender ni explicar” afirma el informe. “Es una barbarie inimaginable” de la que es necesario hablar porque “a veces se tiene más miedo del silencio de los buenos que de la barbarie de los malos”. “Frente a la situación deshumana  e injusta que subsiste en el este de la República Democrática del Congo, caracterizada por violencias de todo tipo, de abusos sexuales en serie y por la banalización de la vida de nuestros hermanos y hermanas, nosotros, superiores y superioras mayores de las Congregaciones religiosas que trabajan en la Provincia de Katanga, no podemos callarnos” le hace eco un comunicado enviado a la Agencia Fides por los responsables de las Congregaciones religiosas, masculinas y femeninas, que trabajan en la provincia al sur del Congo, otra zona donde las bandas armadas continúan molestando a la población.

         En este contexto la Iglesia católica constituye una realidad indispensable para la salvaguardia de la vida y de la dignidad humana, sobre todo a través de la formación humana y espiritual. “La formación es clave para poder hacer estable y segura la democracia congoleña – comenta a la Agencia Fides don Justin Nkunzi, Director de la Comisión diocesana “Justicia y Paz” de Bukavu, capital de Kivu del Sur–. Cuanto la gente es ignorante y analfabeta es fácil convencerla para que tome las armas. La conciencia de la propia historia y de los propios derechos empuja a las personas a pensar que con las armas se logra sólo destruir el propio país. Tenemos la oportunidad de hacer progresar al Congo gracias a la Carta constitucional que ha creado un Estado Federal”. 

 

 

La Palabra de los Obispos

 

         En distintas ocasiones las Conferencias Episcopales han intervenido para llamar la atención de los gobiernos y de las poblaciones a esforzarse por trabajar en un auténtico desarrollo humano, centrado en una visión antropológica que respete los auténticos valores universales.

         “Estamos todavía lejos del sueño de realizar un Congo más hermoso”, escriben los Obispos de la República Democrática del Congo en el mensaje “Es tiempo de que despertemos” publicado al final de su Asamblea Plenaria. La publicación del mensaje coincidió con el 48 aniversario de la independencia nacional. Aprovechando dicha circunstancia los Obispos hicieron un balance de las condiciones políticas y sociales del país. 

         Refiriéndose a las palabras del himno nacional (“realizar con nuestro trabajo un país más hermoso que antes”) la Conferencia Episcopal hacía notar como las condiciones de la población local son aún dramáticas y como el sueño de un Congo mejor está todavía muy lejos de ser realizado. Por el contrario se tiene “el espectáculo de un Congo donde la población es asesinada, empobrecida y arrojada en una miseria sin fin, que continua a ver todo negro y que pregunta con desesperación: ‘¿Hasta cuando durara este sufrimiento?’”. 

         Los Obispos congoleños han pedido además que se revisen los contratos mineros realizados con sociedades extranjeras y definidos “injustos”, exigiendo a los gobiernos extranjeros y a las instituciones financieras internacionales respetar el proceso de revisión. “Le pedimos a nuestro gobierno – escriben los Obispos en un mensaje publicado en febrero – aclarar el cuadro jurídico de los contratos mineros y forestales. Las empresas mineras y forestales deben respetar las obligaciones en materia social y ambiental”. Los Obispos congoleños se han pronunciado además claramente a favor de la unidad del país y contra eventuales tentativos de dividir el territorio nacional. En la vigilia de la Conferencia de Goma del 6 de enero, en la que se buscaba una solución a la guerra en Kivu, los Obispos publicaron un documento en el que se sugerían algunas líneas guías a los participantes. En primer lugar se les pedía rechazar “la ideología de la balcanización a través de la creación de ‘Estados enanos’. La integridad territorial, la intangibilidad de las fronteras y la unidad nacional de la República Democrática del Congo no son negociables”.  La Conferencia Episcopal congoleña afirmaba además que la “Constitución de la RDC ha resuelto el problema de la nacionalidad” y que “la guerra como medio para resolver los problemas de los habitantes es inútil y debe ser condenada de la manera más absoluta. La guerra demuestra un desprecio total por la vida humana y no puede ser justificada”.

         Otro país africano que debe afrontar el problema del uso correcto de sus recursos naturales (en este caso el petróleo) es Nigeria. La Conferencia Episcopal de Nigeria ha intervenido en distintas ocasiones pidiéndole al gobierno usar las ganancias del petróleo en la promoción del desarrollo humano y social del país. “Nuestro país necesita reformas radicales a través de políticas centradas en las personas y en la educación” afirman los Obispos nigerianos en un mensaje publicado en febrero al final de su Asamblea Plenaria. “Apreciamos la campaña llevada adelante por algunas personas bien intencionadas que busca empujar a la Asamblea Nacional a aprobar la ley de los derechos del niño. Viendo el crecimiento de crímenes como la violencia sexual contra niños, el tráfico de menores, el abandono de niños, etc., la ley es necesaria”.

La Iglesia confirma querer “contribuir con lo que le toca a rechazar la injusticia, el abuso de los derechos humanos, la corrupción y la discriminación, tanto en la Iglesia como en la sociedad. Desafiamos a los políticos cristianos a sustentar los valores cristianos y a trabajar con fuerza por una sociedad mejor”. Los Obispos concluyen su mensaje recordando la inminente apertura de la nueva Universidad Católica en Nigeria: “Concientes del rol vital de la educación universitaria en el crecimiento nacional, no vemos la hora de acoger a los estudiantes en la Veritas University of Nigeria (VUNA) este año. Nos comprometemos a llevar adelante una universidad que se caracterice por su excelencia espiritual, moral y académica. Una universidad donde las jóvenes generaciones serán formadas para ser los futuros líderes del país”.

 

 

Los dramas de África

 

         En conjunto África ha registrado tasas de crecimiento económico que permiten esperar, en una perspectiva de largo tiempo, la superación de la pobreza. Pero es necesario que este proceso sea acompañado por algunas reformas del sistema de relaciones económicas y financieras entre los Estados, por una justa repartición de los recursos entre todos los africanos y por la estabilización de las zonas de crisis. De hecho, en África continúan vivas situaciones de gravísima inestabilidad social y política que crean dramas humanos aparentemente sin solución. Una de las zonas de crisis está constituida por Somalia. Un país esencialmente islámico donde la Iglesia tiene una pequeñísima, pero significativa, presencia a través de una posta médica en Baidoa, al sur de Somalia. La estructura, manejada por Caritas Somalia, atiende 170 pacientes al día, por un total de 4 mil personas al mes. Según la información enviada a la Agencia Fides por la Caritas local, la estructura médica es un punto de referencia para la población de una basta zona de Somalia, un país que desde 1991 carece de un Estado central. El Papa Benedicto XVI donó esta estructura con la colecta de la Misa “in Coena Domini” celebrada por Él el Jueves Santo de 2007.

“Es normal para las personas recorrer 75 Km. para poder ser atendidos” afirman los agentes de la Caritas local. Según Davide Bernocchi, Director de Caritas Somalia, el centro médico de Baidoa demuestra que es posible trabajar entre los pobladores del lugar mejorando su bienestar y satisfaciendo sus necesidades elementales con recursos limitados. Bernocchi añade: “Estamos felices de que el Papa se haya acordado del pueblo de Somalia, es un signo de amor y de solidariedad con una de las más pequeñas y frágiles Iglesias en el mundo, al servicio de algunas de las personas más pobres de la tierra”.

Entre las enfermedades más comunes de la gente que acude a ser atendida se cuentan las del aparato respiratorio como la tonsilitis, bronquitis y rinitis que si no son curadas de manera adecuada corren el riesgo de convertirse en pulmonía.

La estructura de Baidoa de la Caritas Somalia, gracias al apoyo técnico de la Caritas USA (Catholic Relief Services) y de la ONG inglesa Merlin, está en la capacidad de brindar un tratamiento especializado a un gran número de personas infectadas de Kala-azar. Además del tratamiento el centro médico ofrece a los pacientes alimento, ya que muchos de ellos provienen de zonas lejanas y sus familias no tienen la posibilidad de visitarlos para llevarles comida. Grace Kyeyune, responsable de la Oficina de la UNICEF en Somalia meridional y central reconoce que “la clínica de la Caritas es una modelo que proponemos a los otros centros médicos de la zona. Su organización y eficiencia son un ejemplo de lo que significa trabajar en una zona de guerra con pocos recursos”. 

La posta médica de Baidoa no es la única presencia de Caritas en Somalia. Incluso en los momentos más difíciles ha mantenido una presencia constante en el país. Desde el inicio de la guerra civil Caritas Somalia ha continuado trabajando tanto directamente como a través de sus socios. Caritas Switzerland y Caritas Ireland (Trócaire) trabajan desde hace 13 años en el país, la primera en Hargeisa, en el norte, y la segunda en Gedo, al sur. La organización católica trabaja con espíritu ecuménico e inter-religioso cooperando con estructuras de otras confesiones cristianas y con organizaciones caritativas islámicas.

         En una entrevista a la Agencia Fides Mons. Giorgio Bertin, Obispo de Gibuti y Administrador Apostólico de Mogadiscio, expresaba sus deseos de paz: “En un artículo que escribí hace poco para el semanario diocesano de la diócesis de Troyes, con la que mantenemos una estrecha relación, me hacía esta pregunta: ¿Debemos continuar trabajando por la paz en Somalia? 14 Conferencias Internacionales de paz para Somalia han fracasado. ¿Debemos abandonar Somalia frente a estos fracasos? Mi respuesta es no, porque debemos reforzar los esfuerzos por reconstruir la paz, ver que cosas no han funcionado en las 14 conferencias y conservar la esperanza de que la paz pueda regresar. La paz es posible ya que abandonar esta esperanza significa aceptar el reino de la muerte. Por lo tanto, debemos disponernos todos a trabajar por la paz en Somalia. Un grupo de opositores somalíes, que viven en Asmara, en Eritrea, me escribieron afirmando: ‘hemos visto que en el último mes el Papa Benedicto XVI ha hablado tres veces sobre Somalia, cuando lo encuentre le de también nuestros saludos’. Estas personas reconocen el aporte de la Iglesia por mantener viva la esperanza incluso en los momentos de mayor desaliento, cuando se pierde toda confianza”

         Otro drama, muchas veces olvidado, es el que se vive desde hace más de 20 años al norte de Uganda por culpa de la guerrilla del Ejercito de Resistencia del Señor (LRA) que obliga a la población a vivir en campos de refugiados en su misma tierra. “La población ha manifestado su disposición a perdonar a los guerrilleros por los sufrimientos que les han causado” declaró Mons. John Baptis Odama, Arzobispo de Gulu, al norte de Uganda, a la Agencia Fides comentando los resultados de la misión de una delegación del Ejercito de Resistencia del Señor (LRA) que viajó a la zona para pedir perdón a la población por los crímenes cometidos. “La gente está aplicando la norma evangélica que afirma ‘ama a tu enemigo y reza por su conversión’”. Entre finales del 2007 e inicios del 2008 un acuerdo de paz parecía posible. La guerrilla había manifestado su intención de llegar a un tratado de paz. Lamentablemente en el último momento los líderes del LRA decidieron no firmar el acuerdo.  

         Sin embargo este fracaso no desalentó a la Iglesia católica que continúa a trabajar por la paz. El pasado noviembre Mons. Odama, en su calidad de Presidente de la Comisión “Justicia y Paz”, inauguró el Centro por la paz “Juan Pablo II” en Nsambya, cerca de Kampala, la capital ugandesa. “El Centro quiere ser una nueva contribución de la Iglesia católica a la paz de nuestro país” explica el Arzobispo de Gulu. Los promotores del Centro son las congregaciones misioneras que trabajan en Uganda: Jesuitas, Combonianos, Padres Blancos, Misioneros de Maryknoll y la Congregación de la Santa Cruz. El Arzobispo de Gulu es también el Presidente de la iniciativa de paz de los jefes religiosos acholi, la principal etnia al norte de Uganda.

En su discurso de inauguración Mons. Odama hizo un llamado a los ugandeses para que busquen la verdadera conversión y abandonen el camino de la violencia para encontrar la paz.

El Director del Centro “Juan Pablo II”, el p. Lazaro Bustince, de los Padres Blancos, afirmó que el objetivo de la nueva estructura es la de promover e inspirar la fe cristiana a través de una comprensión de las problemáticas sociales, para construir una sociedad justa, teniendo en particular consideración a los más pobres.

El Centro también se ocupará de actividades de promoción y de la creación de redes de apoyo a iniciativas de paz y de justicia social que busquen satisfacer las necesidades de base de la población.

        

Los Obispos africanos y europeos denuncian el tráfico de seres humanos

 

         Con ocasión del 200 aniversario de la abolición de la esclavitud, el Consejo de las Conferencias Episcopales Europeas (CCEE) y el Simposio de las Conferencias Episcopales de África y Madagascar (SECAM) organizaron en noviembre del 2007 en Ghana el Seminario «“Conozco los sufrimientos de mi pueblo” (Es. 3,7). La esclavitud y las nuevas esclavitudes”». El seminario se coloca en continuación del primer Simposio conjunto entre el CCEE y el SECAM que se llevó a cabo en Roma del 10 al 13 de noviembre de 2004. “En la era de la interdependencia global y de las nuevas tecnologías permanecen formas ‘tradicionales’ de esclavitud, a las que se les han añadido nuevas manifestaciones. Muchas personas, en Europa y en África, continúan a ser esclavas de la pobreza y de la injusticia, sobre todo por la mala distribución de los recursos del planeta”, había denunciado el Cardenal Josip Bozanić, Arzobispo de Zagabria y Vicepresidente del CCEE en su discurso de apertura. 

         El Seminario es parte de un proyecto más amplio de colaboración CCEE-SECAM durante el trienio 2007-2010 definido por el Cardenal Bozanić, “un camino de cooperación entre nuestros continentes que busca conservar, defender y aumentar la integridad de la fe de la familia universal de los pueblos” también con vistas al próximo Sínodo para el África del 2009.  

         La dramática actualidad del fenómeno fue recordada por S.E.R. Mons. Agostino Marchetto, Secretario del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes, el cual, citando la cifra dada por la Organización Internacional del Trabajo (ILO), afirmó en su relación que los esclavos modernos son 27 millones.

“Durante nuestros trabajos se ha podido ver el sufrimiento de las víctimas de la moderna esclavitud. Un sufrimiento que no deja indiferente a la Iglesia. En el Seminario han sido presentadas las numerosas iniciativas del mundo católico para denunciar el escándalo de la explotación de seres humanos y para ayudar a las víctimas. Quisiera recordar en particular el trabajo de distintas organizaciones religiosas femeninas en favor de las mujeres y muchachas obligadas a prostituirse. También están las iniciativas de denuncia y de solidariedad en las diócesis, parroquias, asociaciones católicas y Conferencia Episcopales” declaró a la Agencia Fides S.E.R. Mons. Aldo Giordano Secretario General del CCEE. “En el Seminario también se han podido ver las líneas de acción para combatir este triste fenómeno” precisa el Secretario General de la CCEE. “La primera es la de denunciar a nivel eclesial y de opinión pública el escándalo de la explotación de seres humanos. La segunda es la formación universal, del clero y de la sociedad civil, para permitir que las personas ofrezcan respuestas al problema. La tercera está orientada a la sensibilización del mundo político para que enfrente la cuestión”.

Al final del Seminario los Obispos africanos y europeos escribieron una carta a los Jefes de Estado africanos y europeos enviada a la Cumbre Europa-África celebrada en diciembre del 2007 en Lisboa. En dicha Carta los Obispos de los dos continentes les pedían a los máximos responsables políticos europeos y africanos “enfrentar los males de la esclavitud de nuestro tiempo” y sugerían algunas medidas de lucha contra las nuevas formas de esclavitud. Entre éstas se mencionaba la lucha contra la trata de seres humanos; poner fin a la continua explotación de los recursos africanos, materiales pero también humanos (los Obispos recordaban en particular el problema de la “fuga de cerebros” y de personal médico del continente); esforzarse por alcanzar los Objetivos del Milenio (el programa de la ONU para eliminar la pobreza antes del 2015); buscar el bien común y el buen gobierno luchando contra la corrupción; reconocer el aporte de los emigrantes al desarrollo de los países que los hospedan y el de las remesas que envían a sus países de origen para mantener a sus familias.

 

La crisis de Kenia y el compromiso de la Iglesia por la paz

 

         La dramática crisis de Kenia (más de mil muertos y 350mil prófugos internos) causada por las mutuas acusaciones de fraude entre el entonces Presidente saliente Kibaki y el líder de la oposición Odinga, han visto a la Iglesia Católica tomar una posición clara y neta de denuncia del clima de violencia invitando a la dirigencia política y a la población a trabajar por la paz y a ayudar a las víctimas. La crisis se resolvió con un acuerdo, mediado por el ex Secretario General de la ONU, Kofi Annan, que incluye una división del poder entre Kibaki, que se mantiene como Presidente, y Odinga, que se convierte en el Primer Ministro.

         Poco antes del voto del 27 de diciembre, el Cardenal John Njue, Arzobispo de Nairobi y Presidente de la Conferencia Episcopal de Kenia le concedió una entrevista a la Agencia Fides que republicamos integralmente.

 

“Estamos satisfechos de como la Iglesia ha crecido gracias en primer lugar al duro trabajo de los misioneros” declaró a la Agencia Fides, S.E.R. el Cardenal electo John Njue, Arzobispo de Nairobi y Presidente de la Conferencia Episcopal de Kenia, que se encuentra en Roma para la visita ad Limina con los Obispos de Kenia, y que será creado Cardenal en el Consistorio del 24-25 de noviembre.

“En los últimos decenios las diócesis han crecido, se puede ver el crecimiento de la fe entre las personas, como demuestra el aumento del número de vocaciones, tanto sacerdotales como de religiosos y religiosas. Es una verdadera gracia de Dios” afirmó el Cardenal Njue. “Naturalmente —añade a continuación— tenemos algunos desafíos que enfrentar, en particular, las sectas y la difusión de las comunidades evangélicas. La respuesta que tenemos que dar es la de la formación a los fieles. Tenemos que consolidar la catequesis a través de la difusión del catecismo. Como obispos deseamos que sea aprobada en breve la traducción del Catecismo de la Iglesia Católica a las lenguas locales” afirmó el Presidente de la Conferencia Episcopal de Kenia.

El 27 de diciembre en Kenia se realizarán las elecciones presidenciales y la Iglesia católica está ofreciendo instrumentos adecuados para discernir como comportarse ante este importante acontecimiento de la vida del país. El Cardenal Njue recuerda que “como Conferencia Episcopal hemos escrito algunas Cartas Pastorales en preparación a las elecciones, invitando a la gente a escoger informadas, hemos indicado las cualidades que deberían poseer los líderes de la nación para que puedan responder a las necesidades de la población. Hemos puesto particular atención en los jóvenes para que no se dejen corromper con promesas fáciles y con dinero. Además, continuamos insistiendo en la importancia de la unidad del país. Kenia debe permanecer siendo una nación unida y no dejarse tentar por las divisiones tribales. Finalmente hemos lanzado un apelo contra la violencia, porque con la violencia no se pueden tener elecciones libres. Esperamos que los progresos realizados en los últimos años sean cosechados por los nuevos líderes de modo que se pueda continuar por ese camino”.

Uno de los problemas sociales que tiene que enfrentar Kenia es la violencia, en particular los homicidios cometidos por los malhechores de la calle. En los últimos años también los sacerdotes han sido víctimas de estos episodios. El Cardenal Njue afirmó que “el homicidio de algunos sacerdotes, como el P. John Anthony Kaiser, misionero americano de la Sociedad de San José de Mill Hill, asesinado en el 2000, no son simples homicidios comunes. Quizás algunos políticos cuando ven a estas personas o a la Iglesia tomar posiciones contrarias a sus intereses recurren al asesinato. Pero esto no nos asusta. La Iglesia continua su misión con el entusiasmo de los primeros misioneros”.

Kenia se ha convertido en un punto estratégico del narcotráfico en África oriental. Según el Cardenal Njue esto se debe a que “las organizaciones criminales, tanto del este como del oeste, ven en la pobreza de la gente de algunas zonas una oportunidad para encontrar personas dispuestas a convertirse en traficantes. También la posición geográfica de Kenia hace que ésta sea un importante punto de paso en el tráfico de drogas entre el este y el oeste. El gobierno de Kenia está buscando activamente detener este crimen. Como Iglesia buscamos ayudar a nuestros jóvenes que a causa de la falta de trabajo son reclutados en las organizaciones criminales”. (L.M.) (Agencia Fides 21/11/2007)

 

         En el momento más dramático de la crisis el Cardenal Njue, Arzobispo de Nairobi, condenó duramente el tribalismo. En particular el Cardenal hizo un llamado a los católicos a renunciar a los esquemas del tribalismo: “Se que mis palabras causarán fastidio a algunos de los aquí presentes pero es mi deber decirlo”.

         Mientras se abrían las negociaciones entre Kibaki y Odinga, mediadas por Kofi Annan, el Cardenal Njue declaraba a Fides la esperanza de que “los dos líderes continúen por el camino del diálogo poniendo en primer lugar el bien común y las necesidades reales del pueblo de Kenia. El camino del diálogo que ha sido abierto no debe cerrarse”. A mediados de febrero el Cardenal Njue publicó un mensaje en el que subrayaba la necesidad de que nos aceptemos los unos a los otros, siguiendo el camino del amor para poder volver a encontrar la paz a través de la reconciliación, invitando a todos a ayudar a las personas que se encuentran en dificultad a causa de la violencia.

         El Papa Benedicto XVI había hecho un llamado en el momento más dramático de la crisis keniana. “El llamado del Santo Padre a la paz en Kenia ha tenido eco en la prensa keniana. Algunos periódicos incluso lo sacaron en primera página” le informaba a la Agencia Fides p. Eugenio Ferrari, misionero de la Consolata y en ese momento Director Nacional de las Obras Misionales Pontificas en Kenia. En el Ángelus del domingo 3 de febrero el Papa Benedicto XVI invitó  a unirse “a los hermanas y hermanas de Kenia en la oración por la reconciliación, la justicia y  la paz en su país”. “Asegurando a todos mi cercanía –añadió el Papa–, deseo que los esfuerzos de mediación que se están realizando actualmente tengan éxito y lleven, gracias a la buena voluntad y a la colaboración de todos, a una rápida solución del conflicto, que ya ha provocado demasiadas víctimas”.

         La Iglesia católica antes de las elecciones presidenciales había publicado una Carta Pastoral en la que se invitaba a los fieles y a todos los kenianos a buscar el camino del diálogo y a rechazar la tentación de la violencia.

         En la Carta titulada “Ama a Dios y a tu Prójimo” se daban algunos criterios para escoger a los nuevos dirigentes del país: la libertad de religión garantizada a todos los kenianos; respeto y protección de la dignidad de la persona; respeto de la vida (no al aborto, a la eutanasia y a la pena de muerte); reconocimiento del rol central de la familia en la sociedad; promoción del bien común y lucha contra corrupción; protección de las personas más pobres y más débiles; garantías de seguridad y el respeto a las leyes; promoción del trabajo y del desarrollo económico; respeto del ambiente y garantías de acceso para todos al agua, a los alimentos, a la educación y a la salud; promoción de la cultura de la paz y de la convivencia; inició de una reforma agraria para permitir a todos beneficiarse de los recursos naturales del país.

Además los obispos le piden a los medios de comunicación “tener un rol positivo, constructivo y verídico en nuestra sociedad. Deben educar a la población sobre los derechos y deberes en las próximas elecciones y en el futuro”. En la Carta pastoral se subraya la importancia de la educación cívica para asegurar el crecimiento de la democracia en Kenia y para impedir el uso de prácticas ilegales como la compraventa de votos y el incitamiento a la violencia electoral.

“Les pedimos a los católicos y a los hombres de buena voluntad usar el diálogo en este momento delicado para el bien de todos. Hacemos un llamado para que todos colaboren en la construcción de una civilización del amor” concluyen los Obispos.


Publicado por verdenaranja @ 23:37  | Misiones
Comentarios (0)  | Enviar
Comentarios