Artículo publicado en la revista "Iglesia Nivariense" de la Diócesis de Tenerife, número 86, OCTUBRE 2008.
EUCARISTÍA: ACCIÓN DE GRACIAS
Salvador Pérez
Si hiciésemos una encuesta entre los que nos consideramos cristianos tal vez descubramos que frecuentemente acudimos a Él cuando tenemos problemas –una muerte, una enfermedad, el paro, ...– pero también podemos des-cubrir que olvidamos el expresarle a Dios nuestro agradecimiento.
No tiene desperdicio una página en Internet donde a la pregunta de ¿por qué ir a misa el domingo? recogía trece razones –podríamos poner muchas más– por las cuales muchos de los que nos consideramos cristianos no van a misa, a la eucaristía, a esa acción de gracias que solemos olvidar.
Hay opiniones para todos los gustos: pereza, no tengo ganas, me aburro, es siempre lo mismo, desinterés, no tengo tiempo, otros planes mejores, dudas de fe, estoy peleado con Dios, hay gente que va y luego se porta mal, llevarle la contraria a mis padres, el cura me cae mal... expresiones diversas, que reflejan la falta de formación religiosa existente y la necesidad de la eucaristía en la vida del cristiano.
Es gratificante ver matrimonios que acuden a esa cita con Jesús, acompañados de sus hijos, matrimonios a los que tal vez participar en la eucaristía les ha supuesto tener que organizar su fin de semana, reservando tiempo para acudir a la eucaristía.
Tal vez les supondrá renunciar a levantarse más tarde, durante la semana han de levantar a los hijos,
preparar desayunos, llevarles al colegio, a la guardería...
Matrimonios que aprovechan el fin de semana para hacer la compra, poner la lavadora, planchar, ir a la playa o al monte, dialogar con la familia, pero que dentro de sus planes la participación en y de la eucaristía ocupa un lugar importante.
Padres que participan y se interesan en y por la catequesis de sus hijos, con lo cual recuerdan no solo lo aprendido en la suya sino que también se forman en cristiano frente a las nuevas situaciones de estos tiempos –aborto, eutanasia, parejas de hecho, divorcio, etc– conociendo lo que opina el magisterio de la Iglesia al respecto.
Hoy más que nunca, máxime por los continuados ataques contra la Iglesia, necesitamos el confortable dialogo con Dios, apoyándonos en la eucaristía y en un grupo, bien sea en un Movimiento Apostólico o en la Parroquia, evitando que el consumismo y el materialismo existentes nos ahoguen, nos arrastren.