Dallas (Agencia Fides) – Dos Obispos de la Conferencia Episcopal Americana, Mons. Kevin J. Farrell, Obispo de Dallas y Mons. Kevin W. Vann, Obispo de Fort Worth han emitido un comunicado conjunto en el que instan a los católicos a votar en las próximas elecciones, de acuerdo a sus convicciones fundamentales, para defender la vida, la familia y el matrimonio natural entre un hombre y una mujer.
8 de Octubre de 2008-10-23
Queridos Hermanos y Hermanas en Cristo:
El mes de Octubre es el Mes de Respeto a la Vida en nuestras iglesias. Es un tiempo en el que nosotros como católicos estamos llamados a reflexionar sobre el don de la vida que nos ha sido confiado por nuestro Creador y a poner nuestra atención sobre los muchos ataques contra la vida humana que existen en nuestra cultura hoy día. Este año, el Mes de Respeto a la Vida toma un significado más profundo porque nos enfrentamos a una elección en nuestro país donde la protección de la vida humana misma, particularmente aquella del no nacido, está muy en peligro. Por tanto, como obispos, deseamos aprovechar esta oportunidad para proporcionar orientación clara sobre la formación adecuada de la conciencia acerca de la votación como fieles católicos y articular la enseñanza clara e inequívoca de la Iglesia sobre cuestiones de la vida así como las relacionadas a otros temas de preocupación.
La Iglesia enseña que todos los católicos deberían participar como “fieles ciudadanos” en la vida pública, especialmente a través de nuestra voz en la cabina de votación, y que tenemos la responsabilidad de tratar la decisión que votaremos con profunda seriedad moral. Debemos acercamos al derecho y al deber de votar con una conciencia debidamente formada e informada de acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia. El pasado Noviembre, los obispos de Estados Unidos publicaron un documento titulado Formando Conciencias para la Ciudadanía de los Fieles, en la que nosotros y nuestros hermanos obispos publicamos pautas morales claras para ayudar a los fieles en la formación correcta de la conciencia en lo que se refiere a las muchas cuestiones que afrontamos hoy día en nuestra nación. A través de esta declaración conjunta a los fieles de Dallas y Fort Worth, buscamos resumir brevemente los puntos clave y disipar cualquier confusión o malentendido que se pueda presentar entre vosotros con respecto a la enseñanza contenida en el documento, especialmente aquello que pueda haber surgido de la reciente interpretación pública equivocada en relación a esta enseñanza.
Formando Conciencias para la Ciudadanía de los Fieles enseña claramente que no todas las cuestiones tienen la misma equivalencia moral. Algunas cuestiones implican “males intrínsecos”; esto es, no se pueden nunca justificar moralmente bajo ninguna circunstancia o condición. Preeminente entre estos males intrínsecos está el aborto legalizado, la promoción de uniones y “matrimonios” del mismo sexo, represión de la libertad religiosa, así como políticas públicas que permiten la eutanasia, discriminación racial, investigación destructiva de células madre embrionarias humanas.
Formando conciencias para la ciudadanía de los fieles claramente establece:
“Existen algunas cosas que nosotros jamás debemos hacer, tanto individualmente o como sociedad, porque son siempre incompatibles con el amor de Dios y el prójimo. Tales acciones están tan profundamente dañadas que son siempre opuestas al auténtico bien de las personas. Estas se llaman acciones “intrínsecamente malas”. Deben ser siempre rechazadas y combatidas y nunca deben ser admitidas o justificadas. Un primer ejemplo es quitar intencionadamente la vida humana inocente, como en el aborto y la eutanasia. En nuestra nación, “aborto y eutanasia han llegado a ser amenazas supremas a la dignidad humana porque directamente atacan la vida misma, el bien humano más fundamental y la condición para todos los otros (Viviendo el Evangelio de Vida, n. 5). Es un error con graves consecuencias tratar la destrucción de vida humana inocente meramente como una materia de elección individual. Un sistema legal que viola el derecho básico a la vida en base a una elección está fundamentalmente dañado” (22).
2. La destrucción del más inocente de la vida humana a través del aborto y la investigación de células madre embrionarias no sólo corta el derecho básico a la vida, sino que también trastorna y distorsiona el bien común. Como el Papa Juan Pablo II establece claramente:
“La negación del derecho a la vida, precisamente porque conduce a eliminar la persona en cuyo servicio tiene la sociedad su razón de existir, es lo que se contrapone más directa e irreparablemente a la posibilidad de realizar el bien común… Es imposible construir el bien común sin reconocer y tutelar el derecho a la vida, sobre el que se fundamentan y desarrollan todos los demás derechos inalienables del ser humano…” (El Evangelio de Vida, 72; 101)
3. Por tanto, no podemos pronunciar más claro la gravedad del tema primordial del aborto – aunque no el ”único tema” – está el definir el tema moral, no sólo hoy día, sino durante los pasados 35 años. Desde la decisión de Roe v. Wade en 1973, más de 48 millones vidas inocentes se han perdido. Cada año en nuestra nación más de un millón de vidas se pierden por el aborto legalizado. Otras vidas incontables se pierden también por la investigación de células madre embrionarias. En los próximos meses nuestra nación elegirá una vez más a nuestros líderes políticos. Este ciclo electoral nos proporciona una oportunidad de promover la cultura de la vida en nuestra nación. Como católicos estamos moralmente obligados a orar, a actuar, y a votar para abolir el mal del aborto en América, limitándolo tanto como podamos hasta que sea finalmente abolido.
2. Como católicos nos enfrentamos a un número de cuestiones que son preocupantes y se deberían tratar, como la reforma de la inmigración, asistencia sanitaria, la economía y su solvencia, cuidado y preocupación por los pobres, y la lucha contra el terrorismo. Como católicos debemos estar preocupados por estos temas y trabajar para conseguir que se inicien justas soluciones. Hay muchas posibles soluciones a estas cuestiones y puede existir debate razonable entre católicos sobre cómo abordarlas mejor y solucionarlas. Estas son materias de “juicio prudencial”. "Pero seamos claros: temas de juicio prudencial no son moralmente equivalentes a temas que envuelven males intrínsecos. No importa lo acertado que un candidato dado esté sobre cualquiera de estos temas, esto no compensa la posición inaceptable de un candidato a favor de un mal intrínseco tal como el aborto o la protección de los “derechos de aborto”.
Como establece Formando Conciencias para Ciudadanía de los fieles:
“La destrucción directa e intencional de una vida humana inocente desde el momento de su concepción hasta la muerte natural es siempre mala y no es justamente una cuestión entre muchas. Siempre debe ser resistida”. (28)
5. Formando Consciencias para la Ciudadanía de los Fieles, en el parágrafo 34-37, trata la cuestión de si es moralmente permisible para un católico votar por un candidato que ayuda un mal intrínseco – incluso cuando el votante no está de acuerdo con la posición del candidato sobre ese mal. Las posibilidades morales para que un católico de pueda votar con buena conciencia a un candidato que ayuda este mal intrínseco son solamente las siguientes:
a. Si ambos candidatos que se presentan para presidente ayudan el aborto o “derechos del aborto”, un católico estaría forzado a buscar entonces en las otras importantes cuestiones y a través de su voto procurar limitar el mal hecho; o
b. Si otro mal intrínseco fuera mayor que el mal del aborto. Aunque esto sea razonamiento moral sano, no existen razones “morales verdaderamente graves” o “proporcionadas”, excepcionalmente o combinadas, que superen los millones de vidas humanas inocentes que son directamente asesinadas por el aborto legal cada año.
Votar por un candidato que ayuda el mal intrínseco del aborto o “derechos del aborto” cuando existe una alternativa moralmente aceptable sería cooperar en el mal – y, por tanto, moralmente intolerable.
6. En conclusión, como estableció Formando Conciencias para la Ciudadanía de los Fieles, las decisiones que hagamos sobre estos temas políticos y morales afectan no sólo a la paz y prosperidad de la sociedad en general, sino también pueden afectar a la salvación de cada individuo. Como católicos, debemos tratar nuestras opciones políticas con la gravedad moral adecuada y al hacerlo, darnos cuenta de la obligación continua e inevitable a ser una voz por el no nacido sin voz, cuya destrucción por el aborto legal es el supremo mal intrínseco de nuestros días. Con conocimiento de la enseñanza de la Iglesia sobre estas graves materias, es incumbencia de cada uno de nosotros como católicos educarnos sobre donde permanecen los candidatos que se presentan para presidente en estos temas, particularmente aquellos que envuelven males intrínsecos. Que Dios os Bendiga.
Fielmente en Cristo,
Reverendísimo Kevin J. Farrell
Obispo de Dallas
Reverendísimo Kevin W. Vann
Obispo de Fort Worth
(Traducción particular no oficial desde el inglés)
Texto completo de la Carta conjunta en ingles
http://www.fides.org/eng/documents/EngFarrellVann.pdf