Mi?rcoles, 26 de noviembre de 2008

X ANIVERSARIO

SÍNODO DIOCESANO

SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN

DÉCIMO ANIVERSARIO DEL SÍNODO DIOCESANO

 

MONICIÓN DE ENTRADA

 

Sean todos bienvenidos, hermanos y hermanas.

Nos hemos encontrado en este 8 de diciembre, en pleno camino de Adviento, para alegrarnos con Dios, nuestro salvador. Y le damos gracias por la Inmaculada Concepción de María. Así como Jesucristo resucitó de un sepulcro nuevo, donde no habían puesto a nadie todavía, también nació de una mujer que desde el primer instante de su existencia, fue concebida sin pecado.

Dios llenó a María de su Espíritu Santo. Desde entonces, vivirá sólo de Dios. Pobre entre los pobres, humilde entre los humildes, compasiva entre los compasivos. La primera bienaventurada, porque creyó.

Hace diez años, un día como hoy, se clausuró la celebración del Primer Sínodo Diocesano dando paso a una nueva etapa en la historia de nuestra Iglesia particular. Ahora, con María, damos gracias a Dios por aquél acontecimiento y pedimos que el Espíritu de Dios que hizo arder nuestros corazones, continúe actuando entre nosotros, con aquella misma fuerza e intensidad, para que así, la obra que él inició, él mismo la lleve a término.

María, modelo de la Iglesia peregrina, nos seguirá acompañando.

 

SIGNO DE LA LUZ


(Este signo puede hacerse antes del acto penitencia, teniendo preparado un cirio blanco y nuevo, al que, si se tiene, el escudo del Sínodo. Lo encendemos de la última vela de la Corona de Adviento y la depositamos junto a ella)

 

Sacerdote o monitor: Hace diez años, en todas las iglesias de nuestra Diócesis, encendíamos un cirio como éste, para expresar nuestra comunión diocesana y la llamada a la ardiente oración para que el Sínodo que estábamos celebrando y que concluía un día como hoy, fuera gracia del Señor y camino conducido por su Espíritu.

Al encender hoy esta luz, seguimos haciendo “oración ardiente” para que la obra buena que el mismo Señor inició, por intercesión de la Virgen María, él mismo la lleve a termino.

(Mientras se enciende, se puede hacer un canto de invocación al Espíritu Santo o de Adviento)

 

MONICIÓN A LAS LECTURAS

 

Desde los orígenes de la humanidad, muerte y vida han estado en lucha. Con un lenguaje simbólico, el libro del Génesis, nos presenta al ser humano ante el dilema de tener que elegir. Y en una situación dramática, cuando humanidad por desconfianza, ha elegido la muerte, se proclama la buena noticia de la Vida, de la salvación.

En este plan de salvación, realizado por Jesús, María, por su fidelidad a Dios, ocupa un lugar importante y nos anima a vivir hoy en fidelidad. Escuchemos.

 

ORACIÓN UNIVERSAL

 

- Por el Papa Benedicto. Para que fortalezca siempre en la fe y en la esperanza a todo el Pueblo de Dios a él encomendado. Oremos. Ven, Señor Jesús.

 

- Por la Iglesia universal: Para que uniendo su voz a la de María, anuncie a todos los pueblos las maravillas de Dios y exalte la misericordia del que derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes. Oremos. Ven, Señor Jesús.

 

- Por nuestro Obispo Bernardo. Para que el Espíritu Santo, que cubrió con su sombra las entrañas de María, le ilumine y así pueda conducirnos por los caminos de la voluntad del Señor. Oremos. Ven, Señor Jesús.

 

- Por nuestra Iglesia Diocesana. Para que todos los que la formamos, escuchando la voz de Dios, crezcamos en el amor, siendo luz y ayuda para nuestros hermanos. Oremos. Ven, Señor Jesús.

 

- Por la concordia entre todas las naciones. Para que, con la ayuda de la Reina de la Paz, se apaguen los odios, desaparezcan las guerras, y todos los pueblos gocen de los bienes necesarios y de una convivencia fecunda. Oremos.

Ven, Señor Jesús.

 

- Por los más necesitados, por los que no tienen trabajo, por los enfermos. Para que a ninguno le falte la ayuda necesaria, urgente y eficaz. Oremos. Ven, Señor Jesús.

 

- Por todos nosotros, especialmente por nuestros jóvenes y los llamados a la vida religiosa o sacerdotal. Que fieles al Espíritu del Señor recibido en el Bautismo y alimentados con la Eucaristía, vivamos como pueblo de Dios y Cuerpo de Cristo. Oremos. Ven, Señor Jesús.


Publicado por verdenaranja @ 21:59  | Liturgia
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