Lunes, 01 de diciembre de 2008

DOMINGO 2 DE ADVIENTO / B

7 de diciembre de 2008


El Señor, que viene a salvarnos, esté con todos voso­tros.


Sed bienvenidos, hermanas y hermanos, a cele­brar la Eucaristía en este segundo domingo de Adviento. En nuestro camino hacia la Navidad, hoy toma protagonismo en nuestra celebración un personaje importante del evangelio: Juan el Bautista. El invitaba a la conversión, a preparar el camino del Señor. Juan bautizaba en el Jordán a aquellos que aceptaban el reto de un cambio en el corazón para prepararse a recibir al Mesías, al que tenía que venir, Jesucristo. Nosotros hoy hacemos nuestra esa invitación de Juan el Bautista.


Corona de Adviento: Ahora encenderemos dos cirios de la corona de Adviento, como signo del camino que vamos recorriendo hacia la Navidad. Jesús, con su luz, nos ilumina.

 

ORACIÓN (Sacerdote).

Los profetas mantenían
encendida la esperanza de Israel.
Nosotros, como un símbolo,
encendemos estas dos velas.
Este viejo tronco está rebrotando,
florece el desierto.
La humanidad entera se estremece
porque Dios se ha sembrado en esta carne.
Que cada uno de nosotros, Señor,
te abra su vida para que brotes,
para que nazcas y
mantengas en nuestro corazón
encendida la esperanza.
¡Ven pronto, Señor. Ven, Salvador!

 

 

Tú, consuelo de tu pueblo. SEÑOR, TEN PIEDAD.

Tú, buena noticia para los que sufren. CRISTO, TEN PIEDAD.

Tú, Jesús, Mesías, Hijo de Dios. SEÑOR, TEN PIEDAD.

 

 

1. lectura (Isaías 40,1-5,9-11): El profeta Isaías anuncia una buena noticia al pueblo de Israel, una palabra de esperanza de parte de Dios que viene a salvar a su pueblo. Son las palabras proféticas que escuchamos en esta primera lectura, y que Juan el Bautista hará suyas para preparar la venida del Señor, como escu­charemos luego en el evangelio.

 

 


2. lectura (2 Pedro 3,8-14): San Pedro hace en esta seguna lectura una llamada a la esperanza. Nues­tra vida apunta al día del Señor que tiene que venir, nuestra mirada se alza hacia el cielo nuevo y la tierra nueva que esperarnos. Y, entretanto, debemos vivir de acuerdo con esa esperanza que tenemos.

 


Oración universal: A Jesús, luz y esperanza de la huma­nidad entera, oremos diciendo: VEN, SEÑOR JESÚS.


Por la Iglesia. Que sea portadora de la buena noticia del evangelio a los hombres y mujeres de nuestro mundo. OREMOS:


Por todos los cristianos. Que vivamos nuestra fe con autenticidad, que realmente nuestra vida se corres­ponda con la esperanza que profesamos. OREMOS:


Por todos los pueblos del mundo.Que podamos avan­zar hacia la paz, la justicia y el bienestar para todos.

OREMOS:


Por los pobres, los enfermos, los atribulados. Que encuentren la ayuda y la fuerza para vivir con espe­ranza su situación. OREMOS:


Por todos nosotros. Que vivamos este tiempo de Adviento con intensidad y con el sincero compromiso de preparar los caminos del Señor en nuestra vida y a nuestro alrededor. OREMOS:


Escucha, Señor, nuestras oraciones y ven a salvar-nos. Tú, que vives y reinas por los siglos...

 

Padrenuestro: Fieles a la enseñanza de Jesucristo,
unidos en la esperanza, nos atrevemos a decir:

 


Publicado por verdenaranja @ 22:25  | Liturgia
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