Los Obispos de Bolivia hacen un llamamiento sereno y confiado en este tiempo de gracia que nos prepara a la Navidad a todos los católicos a mantener la unidad.
Llamados a la misión profética
Los Obispos de Bolivia, en estos días una vez más, hemos sido sorprendidos por los constantes e injustificados ataques de personeros de Gobierno al Santo Padre, Benedicto XVI, al Cardenal Julio Terrazas, a otros Obispos y a la Iglesia Católica.
Unánimes los Obispos lamentamos y rechazamos las irreverentes aseveraciones en contra del Santo Padre, que rayan en el insulto y desconocen la aceptación y aprecio que goza en la opinión pública mundial, por su humanidad y su enseñanza, que hacen de Él una de las grandes mentes de este siglo. El Papa, con paternal preocupación, ha estado siguiendo muy de cerca la vida de nuestro pueblo, como lo demuestran los distintos mensajes pronunciados en los momentos difíciles de nuestro país. Esta realidad la hemos vivido fuertemente durante la Visita Ad Límina, por eso le reiteramos nuestros sentimientos más sinceros de gratitud y de profunda comunión.
Con este espíritu de comunión, expresamos también nuestra solidaridad y adhesión al Cardenal Julio Terrazas, Presidente de nuestra Conferencia Episcopal, por su trayectoria intachable, abnegada y profética al servicio del pueblo de Dios durante tantos años, con una especial atención a los más pobres y desposeídos. Sus mensajes representan a todos y cada uno de nosotros, pastores y miembros del pueblo de Dios.
Cuando el pastor habla acerca de temas inherentes a la realidad, no lo hace con afán de poder ni con fines políticos. El ministerio del sacerdote se fundamenta en la misión liberadora de Jesús, el Hijo de Dios que manda a sus profetas: “Tú que llevas la Buena Noticia, haz resonar tu voz, grita sin miedo”. (cf. Is 40, 9)
La Iglesia no habla en contra o a favor de un régimen político u otro; habla para servir y orientar a los creyentes a partir del Evangelio, cumpliendo con el deber que el Señor le ha confiado de guiar e iluminar al pueblo de Dios. “... Es de justicia que pueda la Iglesia en todo momento y en todas partes predicar la fe con auténtica libertad, enseñar su doctrina social, ejercer su misión entre los hombres sin traba alguna y dar su juicio moral, incluso sobre materias referentes al orden político, cuando lo exijan los derechos fundamentales de la persona o la salvación de las almas, utilizando todos y sólo aquellos medios que sean conformes al Evangelio y al bien de todos según la diversidad de tiempos y de situaciones”. (Documento del Concilio Vaticano II Gaudium et Spes, Gozos y Esperanzas No. 76).
La pobreza, la crisis económica, el desempleo, la migración, la administración de justicia, la seguridad jurídica y ciudadana, la violencia, el narcotráfico, la educación, los niños abandonados y otros, son problemas reales y urgentes que nos deberían preocupar a todos, especialmente a los que detentan responsabilidades públicas. Son desafíos que merecen un esfuerzo conjunto de parte de todas las fuerzas vivas de nuestra sociedad.
En este tiempo de gracia del Adviento que nos prepara a la Navidad, hacemos un llamado sereno y confiado a todos los católicos a mantener la unidad. Apelamos a la cordura y reflexión de cada ciudadano, para solucionar nuestros problemas en diálogo, respeto mutuo y reconciliación.
Mons. Jesús Juárez P., SDB
Obispo de la Diócesis de El Alto
Secretario General
Conferencia Episcopal Boliviana
La Paz, 9 de diciembre de 2008
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