Rev.mo P. Juan José Ángel Luna Erreguerena
Mensaje enviado por el Card. Ivan Días, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos a los miembros del Instituto de Santa Maria de Guadalupe para las Misiones Extranjeras (Misioneros de Guadalupe) reunidos para su IX Capitulo General (ver Fides 7/1/2009)
Superior General
Misioneros de Guadalupe
Insurgentes Sur 4 120
Col. La Joya 14090,
Apdo. Postal 22-351, México D. F.
MESSICO
5561/08 05 de enero de 2009
Reverendísimo Padre,
He recibido con inmenso placer la noticia de que el próximo Capítulo General de la Sociedad Misionera de los "Misioneros de Guadalupe" inicia el 6 de enero, festividad de la Epifanía del Señor, en la ciudad de Guadalajara. El Capítulo General es un acontecimiento histórico y un momento de gracia especial para cualquier Instituto, durante el cual los capitulares y el Instituto mismo viven la presencia del Espíritu Santo. Es, además, un momento de sincera y humilde reflexión sobre la vida y sobre las actividades del propio Instituto para valorar y confirmar su auténtico carisma y para trazar las líneas guía de su futuro, permaneciendo fieles al propio carisma fundacional.
He sido, además, informado que los temas principales de reflexión y de debate del próximo Capítulo son: vocación y formación, evangelización y misión, espiritualidad, y vida fraterna en común. Cada uno de esos temas es perfectamente actual y merece, por tanto, particular atención.
La fuerza y la riqueza de todo Instituto son sus propios miembros, adecuadamente formados y dispuestos a cumplir el carisma común que comparten con sus hermanos. Estoy seguro de que el Capítulo, subrayando la extrema importancia de este tema, tratará las líneas a seguir en el proceso de discernimiento de las genuinas vocaciones a la Sociedad y en la formación de sus miembros en todos los niveles, es decir, por lo que respecta tanto a su formación inicial como a la permanente.
Puesto que la "missio ad gentes" es la especificidad de vuestro carisma fundacional, la primera evangelización continúa siendo la principal característica de vuestra vocación misionera y de vuestro apostolado en la Iglesia.
Para el desarrollo de esta misión, todos los misioneros y la Sociedad misma deben actuar en sintonía a la Iglesia y a sus pastores, permaneciendo en plena comunión afectiva y efectiva con la Iglesia. Es un dato positivo que la Sociedad cuente con la colaboración de los laicos asociados en la misión. No obstante, para evitar ambigüedades y dudas, la distinción entre miembros y dichos laicos asociados debe de ser clara. A este respecto, las palabras del Santo Padre, Papa Benedicto XVI, dirigidas a los Superiores Generales de las Sociedades Misioneras (MISAL), reunidos en Roma en noviembre de 2007, ofrecen la pauta a seguir.
La eficacia de la evangelización depende de la vida espiritual del misionero, que tiene por primera obligación vivir con empeño su propia vocación cristiana y misionera y dar testimonio con su propia vida de lo que predica. Si la actividad misionera y la predicación no nacen de una profunda espiritualidad personal, el misionero no será' mas que "bronce que suena o címbalo que retine" (1 Co 13,1).
Hay que subrayar que la fuerza de una Sociedad de Vida Apostólica está en la vida fraterna de sus miembros, que ofrece a todos ellos el necesario apoyo moral y espiritual para cumplir la propia vocación y la misión de la Sociedad misma. Dicha vida fraterna ofrece, además, un claro testimonio de la fraternidad cristiana a la que todos los bautizados han sido llamados, convirtiéndose en miembros del Cuerpo místico del Cristo. Sentirse apoyados y sostenidos por sus hermanos, sea en la vida como en la misión, ayudará al misionero a afrontar las duras realidades de la "missio ad gentes", al mismo tiempo que la comunidad le ofrecerá un lugar de serenidad para recobrar sus energías espirituales.
Aprovecho esta ocasión para manifestar el vivo agradecimiento de esta Congregación misionera por la provechosa colaboración que los Misioneros de Guadalupe dan a la "missio ad gentes" y para desearles que el próximo Capítulo sea una verdadera Pentecostés para toda la Sociedad.
Asegurando a todos los participantes al Capítulo General y a todos los miembros de la Sociedad mi recuerdo ante el Señor y mi bendición, aprovecho la ocasión para confirmarme,
devotísimo en Corde Mariae
Ivan Card. DIAS