S?bado, 21 de marzo de 2009

Subsidio litúrgico para una vigilia eucarística en la Jornada por la Vida que se celebrará el 25 de Marzo de 2009 bajo el lema “¡Protege mi vida!” en España. Ha sido publicado por la subcomisión para la familia y la defensa de la vida de la Conferencia Episcopal Española y recibido con los materiales para la celebración. (CEE)

 

¡PROTEGE MI VIDA!

Jornada por la Vida / 25 de marzo de 2009

Solemnidad de la Anunciación del Señor

 

VIGILIA EUCARÍSTICA

 
1. Monición inicial

 

El Venerable Siervo de Dios Juan Pablo II pidió en la Encíclica Evangelium vitæ la celebración de una Jornada por la Vida para «manifestar el gozo por una vida que nace, el respeto y la defensa de toda existencia humana, el cuidado del que sufre o está necesitado, la cercanía al anciano o al moribundo, la participación del dolor de quien está de luto, la esperanza y el deseo de la inmortalidad» (n. 85).

 

Acogiendo esta invitación, la Conferencia Episcopal Española organiza cada año la Jornada por la Vida coincidiendo con la solemnidad litúrgica de la Encarnación del Señor. La campaña lanzada a la sociedad y a la Iglesia con motivo de esta jornada nos invita a reflexionar a partir de la realidad de tantas especies animales protegidas, permitiendo que nos hablen los niños no nacidos que no tienen voz, para decirnos: «¿Y yo?, protege mi vida».

Por otra parte, el 1 de enero se ponía en marcha un Año de Oración por la vida para que en cada comunidad cristiana, con iniciativas extraordinarias y con la oración habitual, se eleve una súplica apasionada a Dios, Creador y amante de la vida.

 

Sintámonos, pues, convocados a esta vigilia de oración por la vida. Y como María acogió en su seno a la Palabra hecha carne, acojamos a Cristo Jesús, pan vivo bajado del cielo, que se hace presente en medio de nosotros por medio de su Palabra y del Sacramento de su Cuerpo.

 

2. Exposición del Santísimo Sacramento (canto)

 

3. Presentación de adoradores

 

Señor Jesús, cada vez que nos reunimos para celebrar el misterio pascual de tu amor escuchamos tus palabras: «Esto es mi Cuerpo, que será entregado por vosotros».

Tú las pronunciaste para mostrarnos el significado de tu amor para con nosotros, un amor que te llevó a hacerte carne de nuestra carne, para caminar por nuestro mismo camino y conducirnos hacia la vida de Dios, a entregar tu vida para que nosotros tuviéramos tu misma vida. Tú también las pronunciaste para que comprendamos el significado del amor que nos pides para con los demás, un amor que nos lleva a entregarnos completamente para que otros puedan vivir.

Señor Jesús, creemos y proclamamos que Tú, el Hijo de Dios que por nosotros te hiciste hombre en el seno de la Virgen María, y que por nosotros entregaste tu vida en la cruz, estás realmente presente en este Santísimo Sacramento.

 

4. Oración

 

Oremos.

Oh Dios, que enviaste a tu Hijo, palabra de salvación y pan de vida, desde el cielo al seno de la Virgen María, concédenos recibir a Cristo como ella, conservando sus palabras en el corazón y anunciando con firmeza y amor el Evangelio de la vida a los hombres de nuestro tiempo.

Por Jesucristo nuestro Señor.

 

5. Lectura del libro del Génesis 4, 1-15. 25 (lunes de la sexta semana del tiempo ordinario – año I)

 

6. Salmo 49 (lunes de la sexta semana del tiempo ordinario – año I)

 

7. Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1, 26-38 (solemnidad de la Anunciación del Señor)

 

8. Meditación (cabría adaptar el Mensaje de los Obispos)

 

9. Preces

 

— Que la Iglesia sepa anunciar con firmeza y amor a los hombres de nuestro tiempo el Evangelio de la vida.

R. Oh Cristo, pan vivo bajado del cielo, escucha nuestra oración.

— Que los pastores y las comunidades cristianas no descuidemos las tareas que ya se vienen haciendo a favor de la vida y las intensifiquemos en todo lo que sea posible.

R. Oh Cristo, pan vivo bajado del cielo, escucha nuestra oración.

— Que los gobiernos y los legisladores protejan eficazmente el derecho fundamental a la vida.

R. Oh Cristo, pan vivo bajado del cielo, escucha nuestra oración.

— Que las familias sean escuela de amor y aprecio del valor de la vida de todo ser humano.

R. Oh Cristo, pan vivo bajado del cielo, escucha nuestra oración.

— Que los profesionales de la sanidad apoyen siempre la vida y rechacen toda práctica que atente contra la integridad o la vida de las personas.

R. Oh Cristo, pan vivo bajado del cielo, escucha nuestra oración.

— Que los científicos proclamen con valentía el valor sagrado de la vida humana y que nunca se dejen seducir por posibilidades contrarias a la ética.

R. Oh Cristo, pan vivo bajado del cielo, escucha nuestra oración.

— Que las futuras madres en dificultades encuentren el apoyo que necesitan y reciban soluciones positivas y eficaces para proteger la vida de sus hijos.

R. Oh Cristo, pan vivo bajado del cielo, escucha nuestra oración.

— Que cuantos apoyan cualquier atentado contra la vida humana sean curados de su ceguera.

R. Oh Cristo, pan vivo bajado del cielo, escucha nuestra oración.

— Que cese la “creación” de seres humanos destinados a ser utilizados y destruidos.

R. Oh Cristo, pan vivo bajado del cielo, escucha nuestra oración.

— Que nadie ignore que el sufrimiento, la vejez, el estado de inconsciencia y la inminencia de la muerte no disminuyen la intrínseca dignidad de la persona.

R. Oh Cristo, pan vivo bajado del cielo, escucha nuestra oración.

— Que a los moribundos no les falte la cercanía de sus seres queridos y, en caso necesario, los cuidados paliativos que les permitan aliviar el dolor y vivir con serenidad el final de esta vida.

R. Oh Cristo, pan vivo bajado del cielo, escucha nuestra oración.

  

10. Oración

 

Oh Cristo, pan vivo bajado del cielo,

te adoramos y te glorificamos,

pues sabemos que, sin importar lo poderosa que sea la muerte,

podemos encontrar en Ti la fuente de vida eterna.

Escucha nuestra oración

y haznos apóstoles intrépidos del Evangelio de la Vida,

para construir, junto con todos los hombres de buena voluntad,

la civilización de la verdad y del amor,

para alabanza y gloria del Dios Creador

y amante de la vida.

Tú, que vives y reinas, por los siglos de los siglos.

 

11. Bendición con el Santísimo Sacramento y Reserva

 

12. Monición a la antífona mariana

 

Antes de despedirnos, confiemos a María, Madre de Dios y Madre nuestra, la causa de la vida. Pongamos ante sus ojos, que son misericordiosos, a los niños a quienes se les impide nacer, a los pobres a quienes se les hace difícil vivir, a los hombres y mujeres víctimas de la violencia inhumana, a los ancianos y enfermos que ven amenazada su vida a causa de la indiferencia o de una presunta piedad; y pidamos que interceda por todos los cristianos para que seamos testigos del Evangelio de la Vida.

 

13. Canto de una antífona mariana

 

14. Despedida

 

La alegría del Señor sea nuestra fuerza para proteger, defender y anunciar el valor sagrado del don de la vida. Podéis ir en paz.

 

¡PROTEGE MI VIDA!

 


Publicado por verdenaranja @ 15:38  | Liturgia
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