Información enviada por Carlos Peinó Agrelo, Cursillista, Peregrino, Colaborador en la redacción de la Positito super virtutibus del Siervo de Dios Manuel Aparici y Vicepostulador de su Causa de Canonización
HISTORIA: Una encrucijada difícil
Por Mons. Jaime Capó (1989)
1. Era necesario hacer este recorrido para ubicarnos en el momento en que se inicia los Cursillos de Cristiandad, y poder explicar la situación conflictiva que surgió, tanto con los organismos nacionales y diocesanos de A.C. como con un amplio sector del clero, sin descontar la reacción de la Nunciatura Apostólica en España y los recelos de algunos organismos vaticanos. ¡Esta es la encrucijada! Cursillos tomaron una dirección desconocida y extraña a las estructuras establecidas. El análisis de este hecho puede llevarnos a penetrar en la mente de los iniciadores, y, también, a comprender la actitud de personas que creyeron servir a la iglesia, persiguiendo al Movimiento de Cursillos. Por lo expuesto anteriormente, es fácil colegir que la A.C. estaba en su punto culminante. Se había llevado a cabo la magna peregrinación a Santiago. Los dirigentes nacionales poseían una acentuada personalidad, merecido respeto, y eran admirados por laicos, clero, Obispos y Organismos Vaticanos. Todos se esforzaban por fortalecer los "cuadros de la A.C." La A.C., teórica y reglamentariamente, lo cubría todo: mundo laboral, universitario, intelectuales, publicidad, jóvenes obreros, la familia total a través de las cuatro ramas, y los niños mediante las delegaciones del Aspirantado. El reglamento presentaba una trabazón orgánica perfecta. Todo estaba coordinado y todo estaba bajo control jerárquico. La A.C. ponía en el "mandato jerárquico" su capacidad apostólica. Se orientaba a la ESPECIALIZACION. Se procedía de acuerdo a la aplicación estríete de los reglamentos. Consideraba que las ramas juveniles tenían como primer objetivo la FORMACIÓN. El Consiliario poseía el derecho de veto en las cuestiones que rozaban la fe o la moral. Prácticamente todo.
2. Los Cursillos de Cristiandad reclaman, por exigencia táctica, otros planteamientos pastorales. Intentemos descubrir esta línea de proceder y, por tanto, de pensar a través de los hechos. Principio vital y siempre defendido por los iniciadores es la HETEROGENEIDAD versus la especialización. Los reglamentos eran una camisa de fuerza para aquellos jóvenes que querían comerse el mundo y adentrarse en todos los ambientes. Era de todos conocida la frase de que "LOS REGLAMENTOS SOLO SIRVEN CUANDO NO ESTORBAN". Suponía un ataque a la raíz misma de la fuerza reglamentada de la A.C. Los iniciadores de Cursillos no aceptaron que la FORMACIÓN fuera el objetivo preferente. Se aplicó el principio de que la ACCIÓN Y LA FORMACIÓN deben ir parejas. Los cursillistas acudían al sacerdote, voluntaria y libremente, pero no se sentían atados a un Consiliario que pudiera vetarlos. La fuerza expansiva de los Cursillos puso de manifiesto estas diferencias, y sonó la alarma en los altos mandos, laicos y jerárquicos, de la A.C. y de la Iglesia española.
3. En el tomo XXVII de la Historia de la Iglesia (2) editada por EDICEP se dedica un largo estudio a "MEDIO SIGLO DE HISTORIA DE LA IGLESIA ESPAÑOLA". En la pág. 522 se dice: "Al principio la incomprensión y el recelo fueron genéreles y, de hecho, fueron considerados una novedad peligrosa." La
perspectiva histórica da poca importancia a dos o tres años. Pero este tiempo es decisivo para el logro de nuestro propósito: conocer la mentalidad del Movimiento en sus inicios. Examinemos los hechos. En PROA de Diciembre de 1949 se publica una página titulada: "CUADRO DE HONOR DE LOS CURSILLOS".
Aparecen cuatro recuadros:
1o. CONSILIARIOS. Con nombre y apellido se indican 25 sacerdotes que han trabajado en Cursillos.
2o. RECTORES Y PROFESORES. Aparecen 12 laicos que pueden considerarse el grupo fundacional, junto con los integran el tercer recuadro.
3o. ADMINISTRADORES. Se señalan 5 seglares más.
En otro recuadro se consigna de qué parroquias o localidades, y cuántos de ellas han asistido a cursillos. En el número de marzo de 1950 se reseña la reunión que en febrero tuvieron cincuenta (50) Consiliarios en el monasterio de la Real y destaca el articulista que "CURSILLOS Y GRUPOS, DOS TEMAS QUE DESPIERTAN EL MÁXIMO INTERÉS".
En Diciembre de 1950 asistió a la ASAMBLEA GENERAL de la J.A.C. diocesana de Mallorca el que era, entonces, Consiliario Nacional [Manuel Aparici [1]]. De su discurso copio: "...he visto este fruto admirable, ese instrumento providencial, que el Señor ha puesto en vuestras manos, que son los Cursillos, y yo os aseguro, que he pedido documentos detallados y que me avisen de las fechas de los cursillos, para mandar a los jóvenes propagandistas del Consejo Superior (nacional) a que los vivan, a fin de irlos extendiendo por toda España..."
En otro aparte hace referencia al hecho de que Eduardo Bonnin dejaba la presidencia de la J.A.C. y pasaba a vocal de Cursillos del Consejo Diocesano. Copio del discurso del Consiliario Nacional [Manuel Aparici]: "Eduardo no se va, deja de ser presidente, pero se queda en el Consejo, en la Obra más querida de ese Consejo porque es la obra más querida de vuestro Obispo y que es la obra más querida de Jesucristo. La obra de los Cursillos".
Sobreabundan los documentos que prueban que los Cursillos no fueron incomprendidos en su inicio.
Conociendo a Manolo Aparici no se puede dudar de su sinceridad.
4. Llevó a Madrid inquietud e ilusión. Los hechos posteriores confirman que el Consejo Superior no compartió los sentimientos del Consiliario Nacional. En el año 1952 se desplaza a Mallorca, en ocasión de la XIII Asamblea, el presidente nacional, Enrique Pastor. PROA, en esta ocasión, solamente ofrece unos períodos "más importantes de su discurso". Habla el presidente de "sacrificios sangrantes" y señala tres grados "en que este sacrificio debe realizarse":
1o. POR EL CLERO: Establece que debe haber seglares que trabajen "con celo igual al suyo (sacerdotes), puesto que participan del suyo... para que los frutos lleguen a manos de estos sacerdotes que son los únicos que tienen derecho a recibirlos, que son los únicos que tienen derecho a presentarlos a Dios".
2o. Quiere reenfocar los Cursillos como instrumento de revitalizar la A.C., y que debe tener prioridad la reforma de las estructuras a la conquista de un compañero para llevarlo a Cursillos.
3o. Habla de un sacrificio por la Iglesia que nos haga capaces de sacrificarlo todo, hasta los cursillos, por la Jerarquía, por la sociedad y por la Iglesia.
En la Asamblea General del año 1953 el Obispo habla de que los Cursillos son blanco de contradicción. Fue en este discurso de cierre de Asamblea donde pronunció la expresión de "CURSILLOS DE CRISTIANDAD". Esta palabra formaba un todo con las siguientes. "BENDITOS CURSILLOS DE CRISTIANDAD QUE TIENEN LA SUERTE DE SER «SIGNUM CUI CONTRADICETUR», BLANCO DE CONTRADICCIÓN...''
En otro aparte afronta de manera valiente la situación dolorosa de críticas acerbas y crecientes. Dice: "Como doctor de la fe y custodio de las costumbres, en comunión con la Sede Apostólica, Obispo de Mallorca por disposición de Dios, quiero esta tarde -porque creo que ha llegado el momento- daros un poco de doctrina sobre esta particular que os sirva de enseñanza y orientación. Primero no os preocupéis demasiado por lo que digan de vosotros, porque algunos hablan mal de los Cursillos o de los Jóvenes de A.C. ..."
Este discurso se publicó íntegro en enero de 1954 en PROA. Ahí surgió el nombre de Cursillos de Cristiandad. El tono y solemnidad de las palabras del Obispo dan a entender que la situación agresiva contra lo Cursillos era intensa y peligrosa. En pocos años había cambiado el sentir de católicos prominentes, de líderes por nombramiento, celosos del bien de la Iglesia, guardianes implacables de los reglamentos de la A.C. Este hecho pone de manifiesto el desarrollo de los Cursillos y la mentalidad de los iniciadores.
5o. Teniendo presente cuanto señalé respecto de la estructura férrea de la A.C., y del puesto y valor de que gozaba ante la Jerarquía, es correcto señalar que la causa del cambio registrado se debe a la APERTURA que los Cursillos de Cristiandad forzaron versus los cuadros cerrados de la A.C. En primer término, la J. de A.C. de Mallorca se abrió a la juventud con el propósito de concientizarla en su fe. No se trataba de inscribir socios en las listas de los centros de A.C. La
revitalización de la A.C. sería un efecto de la evangelización de la juventud. Enrique Pastor contrapuso, en el discurso al que me referí, el afán de los cursillos de llevar otros amigos a Cursillos con la necesidad de cambiar las estructuras. Enrique Pastor ignoraba que los iniciadores de Cursillos tenían, como criterio preferente, "vertebrar cristiandad". Bautizar la sociedad.
6o. Estos jóvenes, apóstoles activos con liderato natural, se entregaron a la obra de evangelizar a los compañeros de juerga y malicia. Pero ¿con qué mandato? No sólo no pertenecían a la A.C., sino que, por conclusión aprobada en Asamblea General, debían esperar al menos seis meses de perseverancia y acción para recibir la insignia de A.C. Para evitar imprudentes inscripciones en la A.C. se estableció que cada año todos los miembros entregarían la insignia al Consiliario quien sería libre de devolverla a quienes le pareciere oportuno.
Si al inicio de los primeros cursillos, los Consiliarios tenían una ingerencia directa en los asistentes a Cursillos, por proceder del Centro de A.C, con esta apertura la mayoría de jóvenes apóstoles de la parroquia no eran miembros de la A.C. Cursillos había realizado una apertura necesaria, fecunda, lógica... pero tuvo que pagar caro el precio de dar el primer paso.
Los iniciadores de Cursillo pudieron haberse acomodado a las exigencias de los organismos centrales. No lo hicieron. Mantuvieron sus criterios, defendieron sus ideas, comprobaron la eficacia de sus métodos, reclamaron la validez de su doctrina.
[1] Lo puesto entre corchetes [Manuel Aparici] no es del autor, sino de quien envía el documento.