Martes, 26 de mayo de 2009

Los Obispos de la Conferencia Episcopal de las Antillas (AEC) han emitido un mensaje a todo el pueblo de Dios al termino de la Asamblea Plenaria realizada a finales de abril, que lleva por titulo “Discípulos y Misioneros de Jesucristo, para que los pueblos tengan vida en El”. 

 


Discípulos y misioneros de Jesucristo, para que nuestros pueblos tengan vida en Él.
"Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida" (Jn 14,6)


Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

Nosotros, vuestros Obispos de la Conferencia Episcopal de las Antillas (AEC) que nos encontramos en Martinica durante el Tiempo Pascual para nuestra reunión plenaria anual os enviamos un cordial saludo y bendiciones en Cristo Jesús nuestro Señor.


En mayo de 2007, más de doscientos obispos de América Latina (LA) y el Caribe, junto con el clero, religiosos y laicos delegados se reunieron durante tres semanas en el santuario de Nuestra Señora de Aparecida en Brasil, en un esfuerzo por construir la comunión y la solidaridad entre nuestros Iglesias locales y para desarrollar una visión común para la Iglesia. Los Obispos, desearon dar un nuevo impulso a la evangelización para garantizar el crecimiento continuado y madurez en la fe de nuestro pueblo.

 

El Papa Benedicto XVI en su Discurso Inaugural a la V Conferencia declaró: "A través de nuestro bautismo estamos llamados a ser discípulos y misioneros de Jesucristo, participando en su vida, imitando su ejemplo y dando testimonio de él en su llamada y mandato misionero  "id a todo el mundo; y proclamad el Evangelio a toda criatura. El que crea y se bautice, será salvo"(Mc 16:15). Todos los bautizados reciben de Cristo, como los Apóstoles el mandato de ser discípulos y misioneros de Jesucristo... Discipulado y misión son como las dos caras de una misma moneda; cuando el discípulo está enamorado de Cristo él / ella no puede dejar de proclamar al mundo que sólo en Él encontramos la salvación (cf. Hch 4:12). En efecto, el discípulo sabe que sin Cristo, no hay luz, ni esperanza, ni amor, ni futuro" La relación con Cristo está en el centro de nuestra vida como discípulos (Discurso Inaugural # 3).

 

La Iglesia en el Caribe hoy, en solidaridad pastoral y comunión con la Iglesia en América Latina, ha aceptado el desafío de formar discípulos y misioneros de Jesucristo, para que nuestros pueblos tengan vida en él. ¿Qué clase de discípulos somos?

Todos en la Iglesia estamos llamados a ser discípulos y misioneros. Esto requiere una nueva manera de pensar, ver y actuar. Se requiere formación para el clero, para los religiosos y para todos las personas del pueblo de Dios a fin de cumplir esta tarea con responsabilidad y audacia (Documento de Aparecida, DA # 3). Los discípulos se forman sobre la Palabra de Dios y la Eucaristía. La misión que se prevé en Aparecida es "una misión que debe llegar a todos, ser permanente y profunda (DA # 5). Aparecida no es un nuevo plan pastoral, sino una visión de la Iglesia para inspirar y estimular todos los planes actuales y futuros de pastoral de nuestras Iglesias locales.


Cuando reconocemos quiénes somos como discípulos y cuál es nuestra misión, el Espíritu Santo nos ayuda a redescubrir la belleza y la alegría de ser cristianos católicos. Ser cristiano no es una carga sino un don. Somos portadores de buenas noticias para la humanidad. También llegamos a darnos cuenta de que estamos llamados a ser una Iglesia con los brazos abiertos que sabe cómo acoger y valorar a cada uno de sus miembros.

 

Aparecida es un nuevo punto de partida de la Nueva Evangelización de nuestros pueblos. Refuerza la opción preferencial y evangélica de la Iglesia por los pobres, su opción preferencial por los jóvenes y se compromete a defender a los débiles. Exhorta a los dirigentes a defender la verdad, respetar la vida y la dignidad de cada persona. Se ofrece a contribuir en la promoción de una cultura de honestidad que sane la raíz de todas las formas de violencia, enriquecimiento ilícito y corrupción generalizada. Hoy día habrá que elegir entre las rutas que conducen a la vida y los caminos que conducen a la muerte (DA # 13). Claramente a los discípulos les queda su misión para hacer.


Hermanas y hermanos, este es nuestro momento como Iglesia, un tiempo de gracia y de un nuevo Pentecostés. No podemos perder esta oportunidad. La visión debe llegar a ser una realidad. De ahora en adelante escucharéis que  muchas referencias se harán a Aparecida y a lo que significa para nosotros en nuestra marcha hacia delante como Iglesia en vuestra propia Archidiócesis y en la región.

Algunas (Archi)diócesis de la AEC ya están en el camino de Aparecida. Contamos con ustedes para que nos ayuden a poner en práctica esta visión de Iglesia para el nuevo Milenio en todas nuestras Iglesias locales. ¡Sólo un discípulo en amor con el Señor puede renovar la Iglesia! (cf. DA 201). 
 


Que Nuestra Señora de Aparecida, nuestra Santísima Madre, María, Madre de la Iglesia en Latinoamérica y el Caribe, Estrella de la nueva evangelización, primera discípula y gran misionera de nuestros pueblos interceda por nosotros.

Firmado Los Obispos de la Conferencia Episcopal de Antillas, Fort de France
  Martinica 30 de abril 2009

 

(Traducción particular no ificial desde el inglés) 

 


Texto  del Mesaje en inglés


Publicado por verdenaranja @ 16:25  | Hablan los obispos
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