DOMINGO DE PENTECOSTÉS – B
31 de Mayo de 2009
El Espíritu del Señor llena toda la tierra, Dios ha derramado su amor en nuestros corazones. Hermanos y hermanas, en este domingo de Pentecostés, que la paz de Jesucristo resucitado esté con todos vosotros.
Aspersión: Recordemos ahora, al empezar nuestra celebración, aquel día de nuestro bautismo, el día en el que empezamos a ser cristianos. Sobre nosotros fue derramada el agua de la vida nueva; el Espíritu de Dios se unió para siempre a nuestro espíritu. Invoquémoslo hoy sobre esta agua, y respondamos a cada invocación cantando: POR SIEMPRE YO CANTARÉ TU NOMBRE, SEÑOR (MD 109 / 709)
- Te alabamos, Dios creador, que por el agua y la fuerza del Espíritu diste forma y figura al hombre y al universo. R/.
- Te alabamos, oh Cristo, que de tu costado abierto en la cruz, hiciste manar sangre y agua, los sacramentos de nuestra salvación. R/.
- Te alabamos, Espíritu Santo, que con tu potencia impetuosa haces de nosotros hombres y mujeres nuevos, testigos del Señor resucitado. R/.
Dios, Padre, bendice a tu pueblo, purifícanos del pecado y, por medio de esta agua, reaviva en nosotros el recuerdo y la gracia del bautismo, nuestra primera Pascua. Amén.
Oración universal: Invoquemos ahora al Espíritu, el Padre de los pobres, el don de vida que fecunda nuestra existencia y renueva el camino de la humanidad. Oremos diciendo: VEN, ESPÍRITU SANTO.
1. Para que en todas partes (en casa, en el trabajo, en la vida social y ciudadana) los cristianos aportemos un buen testimonio de justicia, de amor y de fe. OREMOS:
2. Para que los que no creen en Cristo lleguen a descubrir la alegría del Evangelio. OREMOS:
3. Para que toda persona, de cualquier lugar del mundo, pueda vivir con dignidad, con confianza, con esperanza de futuro. OREMOS:
4. Para que la Eucaristía que nos reúne todos los domingos transforme nuestro corazón y nos llene de los mismos sentimientos que tenía Jesús. OREMOS:
Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos la llama de tu amor. Amén.
Padrenuestro: Movidos por el Espíritu de Jesús, unidos a él, nos atrevemos a decir:
Invitación a la comunión: Este es el Cordero de Dios, Cristo Jesús, el vencedor de la muerte, que se nos da como alimento de vida eterna. Dichosos los invitados a la cena del Señor.
Despedida: Terminamos hoy el tiempo pascual, los cincuenta días en honor del Señor resucitado. Que él nos acompañe siempre y nos llene con su Espíritu. Podéis ir en paz, aleluya, aleluya.
CPL