S?bado, 30 de mayo de 2009

Mensaje de los Obispos del Estado de México con motivo de las elecciones del domingo 5 de julio de 2009, en que se llevarán a cabo elecciones para Presidentes Municipales y Diputados Locales en el Estado de México.



MENSAJE DE LOS OBISPOS DEL ESTADO DE MÉXICO

CON MOTIVO DE LAS ELECCIONES DEL 5 DE JULIO DE 2009

 

Como ciudadanos y como pastores preocupados por el bien de todos, les saludamos en nombre de Cristo Jesús, nuestra Paz, para ofrecerles nuestra reflexión en torno al proceso electoral que estamos por vivir. Haremos nuestra reflexión a la luz del Evangelio, explicitado en la Doctrina social de la Iglesia.

 

El domingo 5 de julio de 2009, se llevarán a cabo elecciones para Presidentes Municipales y Diputados Locales en el Estado de México, así como Diputados Federales en toda la República Mexicana. De la correcta elección de las futuras autoridades depende el bienestar y el progreso para los ciudadanos que habitamos en el Estado de México.

 

Como pastores preocupados por la buena marcha de la vida social ofrecemos nuestra reflexión a la luz del evangelio y de la doctrina social de la Iglesia, tanto a los candidatos como a los electores.

 

En nuestro mensaje presentamos algunos aspectos relevantes de la situación socio-política en que vivimos (ver), en seguida destacamos la importancia de la democracia, la nobleza de la política, la autoridad política, la importancia del voto, los valores y principios éticos para un político (juzgar) y terminamos señalando algunas pistas de acción (actuar).

 

I. Situación Socio Política.

 

Constatamos en nuestra patria un avance en el desarrollo de los procesos electorales, y en general, en lo que llamamos democracia formal, pero percibimos la necesidad de promover una democracia más participativa, que vaya más allá de las elecciones y genere mayores instancias para la colaboración ciudadana. Una democracia cuyo valor fundamental sea la dignidad del ser humano, de lo contrario fácilmente el sistema democrático se debilita y abre camino a la dictadura, la cual termina traicionando los legítimos anhelos del pueblo[1].

 

Se nota un esfuerzo de los gobiernos, en sus diferentes niveles, por definir y aplicar políticas públicas en los campos de la salud, educación, seguridad alimentaría, previsión social, acceso a la tierra y a la vivienda, promoción eficaz de la economía para la creación de empleos y leyes que favorecen las organizaciones solidarias.

 

Un factor negativo es el enraizamiento y crecimiento de la corrupción en todos los niveles, en la sociedad y en el Estado, esto trae consigo un desencanto por la política y un descrédito de los políticos. La corrupción favorece el crecimiento de la violencia que se manifiesta en robos, asaltos, secuestros, y lo que es más grave en asesinatos que cada día destruyen más vidas humanas y llenan de dolor a las familias y a la sociedad entera. Se ha incrementado el crimen organizado y el narcotráfico que propician la cultura de la muerte y la pérdida de la conciencia social sobre la dignidad humana.

 

A ello se añade el siempre preocupante fenómeno de la violencia intrafamiliar[2], los rostros sufrientes de muchos niños y niñas sometidos a la prostitución infantil, incontables jóvenes que viven bajo el flagelo de las drogas, los ancianos excluidos del sistema productivo y de su familia, la situación en que viven los presos, etc.[3].

 

La crisis económica mundial ha venido a revelar que la codicia y el lucro sin freno y una economía sin referencia ética propician la concentración de poder y de riqueza en manos de pocos, convirtiendo en una tarea titánica el logro de una producción y distribución de la riqueza capaz de dar vida digna a todos los ciudadanos.

 

Quizá por todas estas situaciones muchos ciudadanos abdican de su deber de participar en la vida pública.

 

II. Iluminación.

 

Ante la situación antes descrita queremos manifestarles que Nuestro Señor Jesucristo ha venido a liberarnos de toda esclavitud y de todos los males, por ello les anunciamos a ustedes que la Iglesia continuadora de la obra de Cristo tiene un papel importante en la formación de la conciencia, promoviendo la educación ética para todos los ciudadanos y dirigentes sociales para la vida pública.

 

a). Importancia de la Democracia.

 

La Iglesia “aprecia el sistema de la democracia en la medida que asegura la participación de los ciudadanos en  las opciones políticas y garantiza a los gobernados la posibilidad de elegir y controlar a sus propios gobernantes o bien la de sustituirlos oportunamente de manera pacifica”[4]

 

En realidad el régimen político democrático tiene como fuente original y originante la soberanía del pueblo que reside, precisa y exclusivamente en el pueblo, no en los partidos ni en ninguno de los tres poderes fundamentales, ni menos en los mandatarios o representantes.

 

b). Nobleza de la Política.

 

La política es una de las actividades más nobles en el servicio de los demás ya que expresa de modo concreto el compromiso efectivo por el bien de toda la comunidad.

 

El objetivo de la comunidad política es impulsar el logro de una vida más plena, personal y social de todos y cada uno de los ciudadanos, esto es, procurar el bien común.

 

El bien común es el conjunto condiciones  de la vida social que hacen posible a las asociaciones y cada uno de sus miembros el logro más pleno y más fácil de la propia perfección[5]

 

Las exigencias del bien común derivan de las condiciones sociales de cada época y están estrechamente vinculadas al respeto y a la promoción integral de la persona y de sus derechos fundamentales[6]. Tales exigencia atañen, ante todo al compromiso por la paz, a la correcta organización de los poderes del estado, a un sólido ordenamiento jurídico, a la salvaguarda del ambiente, a la prestación de los servicios esenciales para las personas, algunos de los cuales son al mismo tiempo, derechos del hombre: alimentación, habitación, trabajo, educación y acceso a la cultura, transporte, salud, libre circulación de las informaciones y tutela de la libertad religiosa[7].

 

c). Responsables de la Política.

 

La Iglesia alaba y estima la labor de quienes, al servicio del hombre se consagran al bien de la cosa pública y aceptan el peso de las correspondientes responsabilidades[8].

 

Los presidentes municipales entre otras facultades les compete asumir la representación jurídica del municipio en los casos previstos por la ley, cumplir y hacer cumplir dentro de su competencia las disposiciones contenidas en las leyes federales, estatales y municipales, vigilar la correcta inversión de los fondos públicos, tener bajo su mando los cuerpos de seguridad pública, transito y bomberos municipales, etc.[9]      A los diputados les corresponde la elaboración y aprobación de las leyes que han de regir la vida social y la vigilancia y control del gasto público.

 

Tanto los Presidentes municipales como los Diputados deben ser auténticos representantes del pueblo, atentos a escuchar sus necesidades y a promover el bien común de todos.

 

Su vocación es estar al servicio de los ciudadanos

 

d). La autoridad Política

 

“Toda autoridad viene de Dios” (Rom 3,1), hemos de  reconocer que, si bien el poder de los gobiernos temporales (“el Cesar”) no puede identificarse con el de Dios, la expresión de la voluntad del pueblo es señal de que las autoridades así constituidas legítimamente, merecen respeto y obediencia en todo lo que no contradiga la dignidad humana integral[10].  Jesús rechaza el poder opresivo y despótico de los jefes sobre las naciones (cf. Mc 10, 42) y su pretensión de hacerse llamar benefactores (cf. Lc. 22, 25), pero jamás rechaza directamente las autoridades de su tiempo. En la diatriba sobre el pago del tributo al Cesar (cf. Mc 12, 13-17; Mt 22, 15-22; Lc 20, 20-26), afirma que es necesario dar a Dios lo que es de Dios, condenando implícitamente cualquier intento de divinizar y de absolutizar el poder temporal[11].

 

La oración por los gobernantes, recomendada por san Pablo durante las persecuciones, señala explícitamente lo que debe garantizar la autoridad política, una vida pacífica y tranquila, que transcurra con toda piedad y dignidad (cf. 1Tm 2, 1-2).

 

e). Importancia del voto.

 

Si tan noble es la política y la vocación de los políticos es tan sublime, ¿Porqué entonces nos quejamos de nuestros políticos?, tal vez porque nosotros tenemos la culpa, porque no hemos sabido elegir con responsabilidad a nuestros gobernantes  o lo que es peor  con nuestra indiferencia o abstención en el ejercicio de nuestro voto hemos permitido que lleguen al poder algunas personas que no han sido idóneas, por ello exhortamos y animamos  a todos los ciudadanos para que en las próximas elecciones ejerzan su responsabilidad cívica emitiendo su voto, por las personas más capaces.

 

“El abstencionismo es señal inequívoca de subdesarrollo democrático”. Renunciar al derecho al voto equivale a entregar el país a los criterios a veces no correctos de unos cuantos, por eso, todo ciudadano tiene obligación moral de votar.

 

Para ejercer correctamente este derecho al voto, el ciudadano debe:

 

-          Conocer el ideario de cada partido político.

-          Estar al tanto del programa de gobierno que el candidato se propone realizar.

-          Ver la capacidad y prestigio moral de cada candidato: Su calidad humana, su experiencia en asuntos públicos, su capacidad de liderazgo, su honradez, su vida integra familiar y social, el respeto por los derechos humanos, especialmente la vida, desde su fecundación hasta la muerte natural[12].   Abrigar la confianza razonable de que los elegidos buscarán el interés de todos los ciudadanos, sobre los intereses particulares o de partido.

 

Por disposición constitucional el voto es personal, secreto, consciente y razonado. El buen éxito de las elecciones dependerá de la participación y colaboración responsable de todos.

 

f). ¿Qué decir de la pena de muerte?

 

“Dios no hizo la muerte, ni se recrea en la destrucción de los vivientes todo lo creo para que subsistiera; las criaturas del mundo son saludables” (Sab. 1,13 -14).

 

El ser humano aunque haya fallado, tiene la oportunidad de una auténtica conversión;  más que impulsar la pena de muerte se necesita aplicar las leyes existentes y luchar contra la impunidad de los que han cometido un delito y sobre todo es importante una campaña educativa integral en la que trabajemos juntos: gobierno, sociedad civil, Iglesia y familias para rescatar los valores humanos y cristianos y evitar que los seres más preciados de la creación (hombre-mujer) se deshumanicen.

 

g). Valores y principios éticos para un político.

 

A todos los candidatos que han sido postulados por sus partidos a la presidencia municipal o a alguna diputación, les recordamos que es necesario devolverle a la política su nobleza y al pueblo la credibilidad en sus gobernantes, para ello los exhortamos a ser testigos de los valores y principios éticos democráticos entre los cuales encontramos la verdad, la justicia, el honor, la transparencia.

 

La verdad, que consiste en la coherencia entre lo que se afirma y se vive, crea confianza en los ciudadanos. Gandhi hablaba de la fuerza de la verdad. Las personas no tienen un conocimiento absoluto de la verdad por eso era opuesto a la pena de muerte, ya que el ser humano, todos los seres humanos somos capaces de equivocarnos. También decía que la verdad nos libera del miedo, capacitándonos para una vida digna.

 

La justicia.

Es la primera de las virtudes públicas (Platón). Justicia es darle a cada uno lo suyo; darle a cada uno lo que se merece (Justiniano). Justicia es el nuevo nombre de la paz (Paulo IV). La justicia implica exigir derechos y cumplir deberes. Por ello, la justicia es un cimiento imprescindible para la democracia.

 

El  honor.

Es la cualidad moral que nos lleva al cumplimiento de nuestros deberes, respecto del prójimo y de nosotros mismos. Honorable es el que cumple los compromisos que hace ante el pueblo.

 

Transparencia.

“Es sinceridad, manifiesta en la acción visible”. Es propio de la transparencia rendir cuentas. En la oscuridad se ampara el autoritarismo. Si no se tiene consciencia ética y cumplimiento de los valores el ejercicio del poder puede pervertir a las personas[13].

 

h). Los partidos políticos.

 

Los partidos políticos tienen la tarea de favorecer una amplia participación y  el acceso de todos a las responsabilidades públicas, los partidos están llamados a interpretar las aspiraciones de la sociedad civil orientándolas al bien común[14].

 

III. Sugerencias para la acción

 

Queremos terminar este mensaje sugiriendo algunas acciones orientativas para animar a todos  los ciudadanos en la importancia de las elecciones, su participación y responsabilidad en la vida pública.

 

-  Impulsar una cultura de la democracia que consiste en vivir los valores democráticos (igualdad, dignidad humana, justicia, autoridad, obediencia, libertad, verdad) en nuestras familias y en las Parroquias.

-  En cada comunidad conviene elaborar materiales y organizar talleres, seminarios o cursos inspirados en la Doctrina Social de la Iglesia, especialmente el capítulo 8 del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia.

- Que todos los fieles laicos traten de participar en la vida política, “los fieles laicos de ningún modo pueden abdicar de la participación en la política; es decir, de la multiforme y variada acción económica, social, legislativa, administrativa y cultural, destinada a promover orgánica e institucionalmente el bien común"[15].

 

Encomendamos a nuestra madre Santísima de Guadalupe nuestra jornada electoral e invitamos a todos a orar por nuestra patria, para que todos los mexicanos colaboremos para hacer de nuestro México una patria justa y fraterna y volvamos a recuperar la paz  y la tranquilidad que hemos perdido. Que Dios los bendiga a todos ustedes.

 

11 de mayo de 2009.

Atentamente sus hermanos en Cristo:

 

 

S. E. Mons. Carlos Aguiar Retes                                  S. E. Mons. Ricardo Guizar Díaz

Arzobispo de Tlalnepantla                                            Arzobispo Emérito de Tlalnepantla

 

S. E. Mons. Francisco Javier Chavolla Ramos             S. E. Mons. Onésimo Cepeda Silva

Obispo de Toluca                                                          Obispo de Ecatepec

 

S. E. Guillermo Ortiz  Mondragón                                S. E. Mons. Constancio Miranda Weckmann

Obispo de Cuautitlán                                                     Obispo de Atlacomulco

 

S. E. Carlos Garfias Merlos                                            S. E. Mons. Luis Artemio Flores Calzada

Obispo de Cd. Nezahualcóyotl                                       Obispo de Valle de Chalco

 

 

S. E.  Mons. Guillermo Francisco Escobar Galicia        S. E. Maximino Martínez Miranda

Obispo de Teotihuacán                                                   Obispo de Cd. Altamirano

 

S. E. Mons. Víctor René Rodríguez Gómez                   S. E. Mons. Francisco Ramírez Navarro

Obispo Auxiliar de Texcoco                                           Obispo Auxiliar de Tlalnepantla

 

 

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 [1] cf. DA 74

 [2] cf. DA76-78

 [3] cf. DA 60-62.65

 [4] CA 46

 [5] GS 26

 [6] CEC 1907

 [7] cf. GS 26, DSI 166

 [8] GS 75

[9] cf. artículos 48-51 de la ley orgánica municipal del Estado de México

 [10] comunicado de la Presidencia del Episcopado con ocasión de las elecciones del domingo 21 de agosto de 1994, No. 1).

 [11] CDSI 379

 [12] cf. Orientación Pastoral de los Obispos elecciones libres y democráticas un reto para el destino de México del 21 de marzo de 1991 No. 3

 [13] cf. Ética para un político en política, economía y trabajo, compromiso del laico hoy, colección 5ª conferencia análisis 2, Secretaria General CELAM, pp.43-52

 [14] CDSI No. 413

 [15] Chirstifideles laici 42


Publicado por verdenaranja @ 23:05  | Hablan los obispos
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