Artículo publicado en el Boletín Trimestral n. 28, JUNIO-AGOSTO – 2009 “Misioneros de la Tercera Edad”.
CON EL SELLO DE LA CRUZ
La vida de Comboni aparece profundamente marcada por el sufrimiento. La Cruz, no sólo aceptada, sino incluso buscada y amada, será la nota dominante de su espiritualidad misionera.
De los 22 misioneros de la misión de Jartum ya han muerto 16, casi todos ellos en los primeros meses. Estamos siempre preparados para la muerte. La causa de ésta, aparte del clima, es la falta de médicos y medicinas. Pero ¡bendito sea el Señor! Tenemos a nuestro lado al mismo Cristo que lucha y sufre por nosotros y con nosotros; de modo que acompañados y asistidos por tan magnánimo y poderoso Capitán y Señor, no solamente podremos soportar con alegría y constancia las penas y sufrimientos que el Señor nos manda, sino que será nuestra ocupación permanente el pedírselos mayores.
El primer contacto con África se clausura con un regreso triste después de mil sufrimientos físicos; a duras penas salvó su vida, pero sigue disponible a la voluntad de Dios:
Ahora me encuentro sumamente débil, lleno de dolores, con angustias muy penosas y con todos los síntomas de una muerte cercana. ¡Sea bendito el Señor por siempre! Estoy en sus manos, por tanto, bien seguro.