Mi?rcoles, 09 de septiembre de 2009


ENTRADA DEL NUEVO PÁRROCO E INAUGURACIÓN DE SU MINISTERIO

ORIENTACIONES LITÚRGICO PASTORALES

  1. La entrada de un nuevo párroco en la parroquia es un acontecimiento de singular importancia para la comunidad local, que recibe al que ha de ser pastor propio bajo la autoridad del Obispo. En efecto, el párroco ha de ejercer la cura pastoral en la porción de la diócesis que es la parroquia como colaborador del Obispo, de cuyo ministerio participa, para cumplir las funciones de enseñar, santificar y regir, con la cooperación de otros presbíteros y diácono: con la ayuda de fieles laicos.
  2. Esta entrada, que se hace coincidir normalmente con la inauguración del ministerio parroquial, debe hacerse el día y hora más convenientes para la participación de los fieles. La introducción del nuevo párroco la hace el Obispo o su delegado. Antes de que un párroco entre en su parroquia, o en el mismo acto de la toma de posesión, deberá hacer la profesión de fe, según la norma del derecho, ante el Ordinario del lugar o su delegado.
  3. La entrada tiene lugar juntamente con la Misa, o bien del día, o bien título de la iglesia o del Espíritu Santo, según las normas litúrgicas. El Obispo debe presidir esta Misa, concelebrando el nuevo párroco y otros presbíteros la misma parroquia o de la zona.
  4. Si el Obispo está presente y, por alguna causa, no celebra la misa al menos la Liturgia de la Palabra y al final impartirá la bendición al pueblo.
  5. Obsérvense las costumbres locales, allí donde existan, en relación con el recibimiento del nuevo párroco o el traslado a la iglesia. De lo contrario, puede seguirse en todo o en parte los ritos que, a continuación, se van a describir.


RECIBIMIENTO Y PROCESIÓN A LA IGLESIA


6. Donde las circunstancias lo permitan, el Obispo o Delegado Episcopal y el nuevo párroco pueden ser recibidos en el límite de la parroquia y conducidos procesionalmente hasta la puerta de la iglesia, donde el Obispo presenta brevemente al nuevo párroco y le entrega la llave de la iglesia.

   Otra forma de recibimiento consiste en que el clero, los ministros y una representación de la comunidad se dirijan a la casa parroquial para acompañar al Obispo y al nuevo párroco hasta la iglesia, efectuándose a la puerta de ésta la presentación y la entrega de la llave.

Al entrar en la iglesia, se ofrecerá agua bendita al Obispo, el cual la ofrecerá al nuevo párroco y rociará con ella al pueblo, como signo memorial del bautismo.


  No obstante, el recibimiento y la presentación del nuevo párroco pueden hacerse también al comienzo de la Misa, después del saludo del Obispo. Esta forma de recibimiento es aconsejable, sobre todo, cuando después del saludo del Obispo se lee el documento de nombramiento y el párroco presta juramento según la norma del derecho. 

CELEBRACION

MONICION AMBIENTAL:


    Bienvenidos a la celebración de la Eucaristía. Todos nos sentimos familia en la fe. El Señor Jesús, centro y protagonista de esta celebración nos ha convocado. El es el Buen Pastor que nos reúne, alimenta, cuida y guía. El es el Buen Pastor que se prolonga en el tiempo por medio de sus sacerdotes que lo visibilizan. Hoy damos gracias al Señor porque nos sigue enviando pastores. En esta tarde queremos acoger y orar por nuestro hermano y nuevo párroco Arsenio. Queremos que el Señor bendiga su ministerio para el bien de las parroquias que el Sr. Obispo le encomienda. La tarea es ardua, pero sabemos que le acompañarán la gracia del Señor y la fortaleza del Espíritu Santo junto con el aliento maternal de la Virgen María. Con alegría, puestos en pie comencemos la celebración  mirando hacia la puerta principal del templo parroquial.

ENTREGA DE LAS LLAVES: Llegada la procesión presidida por la Cruz Parroquial a la puerta principal de la Iglesia.

      Delegado Episcopal:

   N, recibe las llaves de la casa parroquial, dependencias, iglesia y ermitas de la parroquia que se te confía juntamente con las del  Templo de San Juan Bautista ,construidos y cuidados por nuestros antepasados, en el que el pueblo de San Juan de la Rambla ha oído y celebrado la Salvación que Dios nos ofrece.

    Responde el nuevo Párroco:

   Yo las recibo y me comprometo a cuidarlas. Y pido a Dios que me conceda ser llave que abra los corazones, para que el Reino de Dios nazca y crezca en sus hijos en estas comunidades parroquiales.    

CANTO DE ENTRADA  

RITOS INICIALES Y LECTURA DEL NOMBRAMIENTO. Al llegar al Altar se inciensa y ya colocados los ministros en sus sitios y después del saludo del presidente se procede a la lectura del nombramiento del nuevo Párroco.

JURAMENTO DE FIDELIDAD: Lo hace el nuevo Párroco ante toda la asamblea y tocando los Santos Evangelios. Al final lo firma el nuevo Párroco y el Delegado Episcopal.

    “Yo, N, al asumir el “Oficio de Párroco”, prometo guardar siempre, tanto en las palabras con que me exprese, como en mi manera de actuar, mi comunión con la Iglesia Católica.

     Cumpliré con gran diligencia y fidelidad las obligaciones con la que me vinculo  a la Iglesia, tanto Universal como Particular, en la que he sido llamado a ejercer mi servicio, según lo establecido en el Derecho.

     En el ejercicio de mi ministerio, que me ha sido confiado en nombre de la Iglesia, guardaré integro el depósito de la fe y lo trasmitiré e ilustraré fielmente; por lo que evitaré cualesquiera doctrinas contrarias. 

    Seguiré y fomentaré la disciplina común de toda la Iglesia, y cumpliré todas las leyes eclesiásticas, en especial las contenidas en el Código de Derecho Canónico. 

   Prestaré cristiana obediencia a cuanto declaran los Pastores sagrados, como doctores y maestros auténticos de la fe, ya cuanto disponen como rectores de la Iglesia, y ayudaré  fielmente a los Obispos  Diocesanos para que la acción apostólica, que debe ejercerse en nombre y por mandato de la Iglesia, se realice siempre en comunión con la misma Iglesia. 

   Que Dios me ayude y estos santos Evangelios que toco con mis manos.”

CANTO DEL GLORIA

ORACION COLECTA

LITURGIA DE LA PALABRA

ENTREGA DE LOS EVANGELIOS:

El Delegado Episcopal dice:  

Recibe el Evangelio de Cristo,
del cual fuiste constituido mensajero;
anuncia su mensaje de salvación
con deseo de enseñar y con toda paciencia,
por medio de la catequesis y de la homilía,
ayudando a tus hermanos
a conformar su vida con la Palabra de Dios.
+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

El nuevo párroco responde:

                                          Amén.

Aclamación del Aleluya  mientras el nuevo Párroco lleva en procesión el Evangelio hasta el ambón y lo proclama por primera vez a su comunidad parroquial.

HOMILIA DEL PRESIDENTE –Delegado Episcopal

RENOVACION DE LAS PROMESAS SACERDOTALES.

    Terminada la homilía, tiene lugar la renovación de las promesas sacerdotales que el nuevo párroco hizo en su ordenación. La asamblea permanece sentada y éste se sitúa de pie, delante del Delegado Episcopal, que le interroga con estas palabras:

 
Querido hermano: Delante del pueblo de quien se te ha confiado la cura pastoral, renueva las promesas que hiciste en tu ordenación.
 
¿Estás dispuesto a desempeñar siempre el ministerio sacerdotal como buen colaborador del orden episcopal, apacentando el rebaño del Señor y dejándote guiar por el espíritu Santo?
 
El párroco responde: Si, estoy dispuesto.

El Delegado Episcopal:  

¿Estás dispuesto a presidir fielmente la celebración, de los misterios de Cristo, para alabanza de Dios y santificación del pueblo cristiano, según la tradición de la Iglesia?

El párroco: Si, estoy dispuesto.

El Delegado Episcopal:  

¿Realizarás el ministerio de la palabra preparando, la predicación del Evangelio y la exposición de la fe católica con dedicación y sabiduría?


El párroco: Sí, lo haré.

 
El Delegado Episcopal:

 
¿Quieres unirte cada día más a Cristo, sumo Sacerdote, que por nosotros se ofreció al Padre como víctima santa, y con él consagrarte para la salvación de los hombres?

El párroco: Sí, quiero, con la gracia de Dios.

 
El Delegado Episcopal:

 
¿Prometes obediencia y respeto a tu Obispo y a sus sucesores?


El párroco: Prometo.

El Delegado Episcopal:
 
N, Dios, que comenzó en ti la obra buena, él mismo la lleve a término.

Y termina el nuevo párroco haciendo públicamente la Profesión de la Fe Católica.

 

PROFESION DE FE CATOLICA

Yo, N, creo con fe firme y profeso todas y cada una de aquellas cosas que  se contienen en el Símbolo de la fe, a saber: 

Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.

Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación  bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se Encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado; y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió  al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.

Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de Vida, que procede del Padre y del Hijo; que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria; y que habló por los Profetas.

Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados. Espero en la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.

Creo también con fe firme todo aquello que se contiene en la palabra de Dios escrita o conservada en la tradición, y que es propuesto por la Iglesia para ser creído  como divinamente revelado, sea que lo proponga con juicio solemne, sea que lo enseñe con su Magisterio ordinario y universal.

Acepto también firmemente y mantengo todas aquellas cosas y cada una de ellas que son propuestas por la Iglesia en forma definitiva, a cerca de la doctrina de la fe o de las costumbres.

Adhiero, además con sumisión religiosa de la voluntad y de la inteligencia, aquellas doctrinas que enuncian tanto el Romano pontífice como el Colegio de los Obispos, cuando ejercitan el Magisterio Auténtico, aunque no tengan la intención de proclamarlas como acto definitivo.

Así Dios me ayude, y Santos evangelios que toco con mis manos.

El Párroco la firma y la rubrica el Delegado Episcopal.

ENTREGA DE LOS LUGARES  DE LA CELEBRACION:

 

EL BAUTISTERIO 

El nuevo Párroco acompañado de Delegado Episcopal se dirige al Bautisterio donde recibe el agua bendita.  Dice el Delegado Episcopal: 

   Esta es la fuente de la vida que mana del costado de Cristo y limpia los pecados del mundo. Este es el seno materno de la santa Madre Iglesia que engendra hijos para la eternidad. En esta fuente bautismal harás renacer, por el agua y el Espíritu Santo, tanto los niños que te presenten los padres cristianos como los adultos que se conviertan a la fe.  

 Y el Párroco asperja a la comunidad mientas se entona un canto bautismal.  

CANTO BAUTISMAL: 

CONFESIONARIO

 

Al llegar al Confesionario se sienta el Párroco y dice el Delegado Episcopal: 

   Dios ha amado tanto al mundo que le ha entregado su Hijo para que nadie perezca sino que todos tengan vida eterna. En este lugar el Señor, a través de tu ministerio, realizará maravillas en los corazones arrepentidos. Cuida, pues de reconciliar con Dios a los fieles que después del bautismo hayan recaído en el pecado y a aquellos que acudan a ti deseando convertirse más plenamente a Dios. Este es el trono de la gracia para alcanzar misericordia. 

MESA DEL ALTAR 

Al llegar al Altar dice el Delegado Episcopal: 

   Esta es la mesa del Señor. Alrededor de la misma congregarás a los hijos de la Iglesia y, en nombre de Jesucristo, presidirás la Eucaristía para que tus fieles puedan unirse al sacrificio de Cristo y participen así de la Cena del Señor.

 El Párroco besa el Altar

ORACION DE LOS FIELES:

El Delegado Episcopal:

Elevemos a Dios nuestras plegarias, para darle gracias por el bien que hace a su Iglesia por el ministerio de los presbíteros, y para pedirle que este servicio no falte nunca a su pueblo santo

 
— Por la Iglesia santa de Dios: para que sea testimonio vivo de verdad y de justicia, y en un mundo dividido y lacerado por las discordias aparezca como signo de unidad y de paz, roguemos a! Señor.

 
— Por nuestro Obispo Bernardo: para que en su ministerio pastoral se encuentre asistido por la fuerza del Espíritu Santo y confortado por la constante adhesión de todos los fieles, roguemos al Señor.

 
— Por Don Arsenio, que inaugura el ministerio pastoral en esta parroquia de San Juan Bautista, para que sea incansable en el anuncio de la Palabra y en el servicio de esta porción del pueblo santo de Dios, roguemos al Señor.

 
— Por todos los sacerdotes que han regido estas parroquias: para que el Señor les dé el premio merecido por su servicio generoso y fiel, roguemos al Señor. 

— Por las vocaciones consagradas y al ministerio sacerdotal, especialmente por nuestro Seminario Diocesano: para que nunca falten en la Iglesia ministros de Cristo, y dispensadores de los misterios de Dios, roguemos al Señor.  

— Por todos los colaboradores y miembros de los diferentes grupos de las parroquias encomendadas al nuevo párroco; por las familias, niños, jóvenes, enfermos, alejados y cercanos,  por todos los presentes: para que el Señor nos dé la gracia de formar una comunidad viva y misionera, que haga presente el Reino de Dios en este lugar, bajo la guía de nuestros pastores, roguemos al Señor.

 
El  Delegado Episcopal concluye:

Padre santo, que has querido servirte del ministerio de los presbíteros
para hacer a tu pueblo partícipe de la salvación,
acoge nuestras súplicas y oraciones y haz que aumente el número
de los que responden a tu llamada con disponibilidad generosa y fiel.
Por Jesucristo, nuestro Señor.


Todos: Amén. 

LITURGIA EUCARISTICA

CANTO DE OFERTORIO 

OFRENDAS

14. El nuevo párroco recibe las ofrendas de los fieles.


CANTO DEL SANTO:


15. Al llegar el rito de la paz, el nuevo párroco da la paz a algunos fieles, en representación de las comunidades parroquiales a él encargadas.

   Continúa la celebración como de costumbre.

CORDERO DE DIOS: 

CANTOS PARA LA COMUNIÓN : 

ENTREGA DE  LA LLAVE DEL SAGRARIO 

EL SAGRARIO

16. Traslado del Santísimo al Sagrario. Terminada la distribución de la comunión  se deja el Copón en el Altar. Se inciensa y con un canto eucarístico apropiado el Párroco lo traslada solemnemente. 

CANTO EUCARÍSTICO:  

17. Después de hacer la reserva eucarística el Delegado Episcopal entrega al párroco la Llave del Sagrario diciendo:

   Recibe la llave de este sagrario preparado para reservar el Sacramento del Cuerpo y Sangre santísimos de Jesucristo: cuida de llevar la Eucaristía a los moribundos y a los demás enfermos; sé asiduo en adorar el Santísimo Sacramento del Altar y enseña a tus fieles a visitar a nuestro Señor Jesucristo, presente en la santa Eucaristía. Cuida que nunca deje de arder aquí una lámpara para señalar a los fieles la presencia del Señor. 

LA SEDE PRESIDENCIAL

Al volver al presbiterio el  Párroco se sienta en la Sede Presidencial y el Delegado Episcopal dice:

N, recibe y ocupa la sede desde la que presidirás en nombre del Señor y como colaborador necesario del Obispo, esta porción del pueblo santo de Dios. Se para ellos Buen Pastor a imagen de Jesucristo que no vino a ser servido sino a servir.

CANTO DE ACCION DE GRACIAS 

RITO DE DESPEDIDA

18. Terminada la oración después de la comunión, todos se sientan y un miembro de las comunidades parroquiales  dice unas breves palabras de acogida al nuevo Párroco y  éste también  al pueblo. Sigue la despedida con las fórmulas acostumbradas. El Párroco saluda a la comunidad parroquial en la puerta. 

CANTO  

 

Ven, Espíritu divino,
manda tu luz desde el cielo

Padre amoroso del pobre,
don en tus dones esplendido;

luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo.

Ven, dulce huésped del alma
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.

Entra hasta el fondo del alma,
divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado
cuando no envías tu aliento.

Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas,
infunde calor en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.

Reparte tus siete dones
según la fe de tus siervos.
Por tu bondad y tu gracia
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno.

“Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles
 y enciende en ellos la llama de tu amor.
Amén”


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