El nuevo santo
(AICA)
Rafael Arnáiz Barón, que será canonizado junto con otros cuatro beatos en Roma el domingo 11 de octubre próximo, nació en Burgos (España), en abril de 1910 y murió con fama de santidad en abril de 1938, en el monasterio cisterciense de San Isidro de Dueñas (cercano a Palencia, en la actual Comunidad Autónoma de Castilla y León, España).
Perteneciente a una familia de la alta burguesía española -su tío era el Duque de Maqueda- desde su niñez vivió un ambiente familiar de profunda actitud cristiana, siendo educado en los Jesuitas de Oviedo (Asturias).
Finalizados sus estudios secundarios, a instancias de su tío el Duque de Maqueda, realizó un viaje por Castilla. Al visitar la Trapa de Palencia, quedó prendado del ambiente monacal cisterciense (“Ora et labora”), por lo que pronto abandonó la carrera de Arquitectura que había comenzado y decidió cumplir con su vocación contemplativa.
En este tiempo (años 30 del siglo XX), enfermó de diabetes sacarina, por lo que tuvo que abandonar el monasterio, al menos en tres ocasiones, para someterse a cuidados médicos y alimentarios.
En sus cartas y escritos, después recopilados y editados por su madre Doña Mercedes Barón, demuestra un gran misticismo y amor a Dios y a la Virgen, con alejamiento total de todo lo mundano. Muere en 1938, a la edad de 28 años, en plena guerra civil española, de un coma diabético en la Trapa palentina.
En los años 60 se inició el proceso de beatificación que culminó en Roma en septiembre de 1992 por el milagro verificado en una joven palentina. El papa Juan Pablo II, en Santiago de Compostela, lo propuso como ejemplo para la juventud.
Será canonizado el próximo 11 de octubre en Roma, por el milagro reconocido en una joven madrileña, Begoña Alonso, quien escribió un libro sobre su experiencia.
El beato Hermano Rafael de la Trapa, fue biografiado y estudiado por eminentes personalidades como el padre Gonzalo María Fernández, abad de la Trapa en el momento de la beatificación, el jesuita Juan Antonio Martínez Camino, obispo auxiliar de Madrid, o monseñor Rafael Palmero, entonces obispo de Palencia.
Conocido en la Argentina, tiene un monumento pictórico en la parroquia Santa Elisa, de Buenos Aires, y su comunidad cisterciense está representada en la Trapà de Santa María de los Ángeles, de Azul, provincia de Buenos Aires.