Mi?rcoles, 21 de octubre de 2009

Homilía de monseñor Mario Luis Bautista Maulión, arzobispo de Paraná con motivo de la fiesta de San Miguel Arcángel, patrono de la Provincia de Entre Ríos. (AICA)
(29 de septiembre de 2009)


San Miguel Arcángel,
patrono de la Provincia de Entre Ríos
 

Queridos hermanos:

1.- En este año jubilar de nuestra arquidiócesis de Paraná celebramos la fiesta de San Miguel Arcángel, patrono de la Provincia de Entre Ríos, uniéndola especialmente con la conmemoración con Nuestra Señora del Rosario, Patrona de nuestra ciudad y de la arquidiócesis.

Con alegría saludamos a los queridos obispos que han querido acompañarnos. Unos tienen una particular relación con nuestra Arquidiócesis: Mons. Juan Puiggari, Obispo de Mar del Plata y Mons. Ramón Dus, Obispo de Reconquista, son hijos de esta  Arquidiócesis.

 Y otros Obispos pastorean o han pastoreado varias diócesis que de una u otra manera formaron parte de la primitiva Diócesis cuya sede fue Paraná.

Son ellos:

Mons. José María Arancedo, Arzobispo de Santa Fe
Mons. Fabriciano Sigampa, Arzobispo de Resistencia
Mons. Andrés Stanovnik, Arzobispo de Corrientes
Mons. Luis Collazuol, Obispo de Concordia
Mons. Jorge Lozano, Obispo de Gualeguaychú
Mons. Carlos María Franzini, Obispo de Rafaela
Mons. Gustavo Help, Obispo de Venado Tuerto
Mons. Pedro Ronchino, Obispo Emérito de Comodoro Rivadavia
Mons. Reinaldo Bredice, Obispo Emérito de La Pampa
Mons. Ricardo Faifer, Obispo de Goya.
Mons. Hugo Santiago, Obispo de Santo Tomé
Mons. José Sartori, Obispo de Emérito de Presidencia Roque Sáenz Peña
Mons. Juan Martínez, Obispo de Posadas

También contamos con el saludo y el acompañamiento a distancia de Mons. Eduardo Mirás,  arzobispo Emérito de Rosario y de Mons. José Luis Mollaghan actual Arzobispo de Rosario.

A todos ustedes, queridos hermanos obispos, junto con el Cardenal Estanislao Karlic y con el Obispo Auxiliar Mons. César Daniel Fernández les manifestamos la gratitud por el acompañamiento con que ustedes nos dan en esta oportunidad.

También nos sentimos unidos con los hermanos creyentes de las Diócesis mencionadas.

2.- En este Año Jubilar, en nuestra Iglesia Arquidiocesana estamos viviendo la alegría y el compromiso por la fe, “por lo que hemos visto y oído”.

Lo que hemos recibido, lo queremos celebrar y transmitirlo para que viviendo la fe en el Señor, lo anunciemos formando y haciendo vigorosa nuestra comunión y nuestro servicio al mundo.

Es  la Fe la que nos vincula con el Señor Resucitado y nos lleva a tener una acción y una presencia testimonial de Jesús en nuestra Patria, en nuestras comunidades, en nuestro mundo.

Las lecturas de la Fiesta de hoy nos presentan nuestra fe de manera singular.

La primera Lectura nos presentó la lucha en el Cielo (que es el mundo divino, que está mas allá de nuestra percepción inmediata, de nuestra experiencia directa como hombres) entablada entre Miguel, el Arcángel, junto con sus Ángeles, contra el Dragón (llamado con varios muy significativos: Serpiente, Divisor, Diablo, Acusador) y sus ángeles.

3.- ¿Cuál es esta lucha entre los que obedecen a Dios y los que rechazan a Dios?

Es la lucha por la verdad frente a la mentira, la lucha por el amor frente al odio, la lucha por la belleza frente a la degradación, la lucha por la unión frente a la división, por la reconciliación frente a la desunión y al enfrentamiento. En esta lucha presentada por el Apocalipsis vence Miguel y el derrotado Satanás es arrojado en la tierra,  en la que continúa con su estrategia, ahora  no ya frente a ángeles sino frente a  los hombres. Sus armas siempre son la mentira, el engaño, la división, la muerte.

Esta lucha ahora no se da en el cielo sino en el corazón humano y en la misma convivencia humana, en la sociedad y en la historia humana.

En esta nueva lucha interviene un nuevo personaje: el Mesías, el Cordero: es decir Jesús Vivo y Resucitado.

La lucha se concentra entre el Dragón y el Cordero, entre el Diablo y el Señor Jesús. La Sangre del Cordero es su vida totalmente entregada hasta el último instante. Es la expresión del amor inclaudicable de Jesús:  que consistió en obedecer al Padre ¿En qué? En amar hasta lo último. Es esa Sangre derramada la que rescata y salva al hombre. Dios, al resucitar a Jesús, ha destruido el poder del Maligno. Es una victoria que se realiza en el corazón de cada  hombre.

La maravilla de la vida de cada hombre es también el escenario y el ámbito de esta lucha.

El mal y las tentaciones de las que pedimos al Padre que nos libre, son las que a cada momento nos acechan por la instigación y la envidia del maligno.

4.- Hermanos: ¿Es esto una hermosa fábula para niños o para mentes poco desarrolladas?

Lo que vivimos a diario nos muestran la dura realidad de un vertiginoso proceso de luchas entre lo bueno y lo malo. ¿No es así como a veces pretendemos justificar todo diciendo que la lucha es el nervio de la historia y la realidad, lucha que siempre busca la eliminación del opositor. Por el contrario, ¿no buscamos tapar este doloroso proceso diciendo que todo está bien y que nada está mal porque todo está bien y nada está mal.

¿La leyes  y normas que buscamos  establecer y definir para regir nuestras conductas ¿son simples constataciones de nuestras conductas invitándonos a justificar todo lo que se hace o señalan más bien una conducta a seguir?

Afirmar que lo bueno y lo malo depende de nosotros mismos, es pretender señalar como fuente del bien y de la verdad, el estrecho límite de nuestra opinión, muchas veces mezquino. ¿Esto dignifica al hombre? ¿Las normas que hicimos o hacemos los hombres promueven, desarrollan, potencian al hombre o lo achican, degradan, o hasta eliminan al hombre? Hablemos de lo que hablemos lo que está en juego es la dignidad o la degradación del hombre, la de cada hombre, en particular la del más débil e indefenso.

5.- Es en corazón del hombre y en el corazón de la sociedad donde se da esta lucha entre lo bueno y lo malo y de donde se seguirá la elevación o la degradación del hombre.

En esta lucha entre lo bueno y lo malo que nos afecta y alcanza a todos, “el Acusador” o Maligno, aunque no lo percibamos, busca destruir al hombre. Pero, igualmente, el “Cordero”, Jesucristo, por su Sangre, llega al corazón del hombre para curarlo vigorizarlo.

Es el “testimonio” de su vida, la de aquellos que optan por el amor, por el respeto, por la vida, por la familia sana  -no degradada-  por la justicia, a tal punto que hasta pueden parecer que desprecia su vida, porque están dispuestos hasta la muerte por vivir y promover los valores del Señor.

Precisamente en esta lucha es donde se juega el destino de cada uno y de la sociedad.

Con esto no se está haciendo una división entre precisar cuál es el bien que al hombre lo hace hombre y cuál es el mal que destruye al hombre.

6.- Es el bien al que el Señor Jesús con su Palabra nos orienta y con su Sangre nos cura y redime con su gracia y sus sacramentos. De esta manera el Señor los hace testigos. Son los que realizan el bien.

Fuera del Señor solo anida el mal e sus diversas manifestaciones.

Toda la vida humana, es alcanzada y afectada por esta lucha del bien y del mal. La Pobreza en sus distintas modalidades y medidas, la convivencia humana, con seguridad o con enfrentamientos, ses afectada según hagamos el bien o el mal.

Es  Jesús, quien venciendo al mal con el bien, abre el camino para vivir en plenitud.

Abrir el corazón al Señor por la fe es el comienzo de nuestra recuperación, del triunfo del Señor en nuestra vida

Este triunfo nos va haciendo testigos. Por    la Fe en Él queremos testimoniarlo ante el mundo para que el mismo Señor triunfe también en otros.

En esto consiste el permanente anuncio de que el Señor viene y viene a salvarnos. Por eso nos hemos de sentir  profundamente misioneros.

7.- El Evangelio nos mostraba a Natanael, el hombre sin doblez, transparente, de una pieza. Es el creyente que “ve al Hijo del Hombre” –Señor de la Historia- que actúa con los ángeles para que a los hombres llegue esa salvación……..

María Reina de los ángeles, creyente a carta cabal, es quien, por el poder que Jesús le dio (“Mujer ahí tienes a tu hijo”) es la Mujer que aplastara la cabeza del Dragón…..

Con ellos, vamos venciendo al mal a fuerza de bien.

Mons. Mario Luis Bautista Maulión, arzobispo de Paraná


Publicado por verdenaranja @ 22:26  | Homil?as
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