Lunes, 14 de diciembre de 2009

 Lectio Divina para el domingo cuarto de adviento - C 2009, ofrecido por la Delegación Diocesana de Liturgia de la Diócesis de Tenerife.


LECTURA:           “Lucas 1, 39‑45”

En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.

En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.»

MEDITACIÓN:            “Se cumplirá”

Como María y como Isabel, vivimos nuestro tiempo de esperanza personal, eclesial, universal. Llevamos en nuestro interior unos anhelos de vida nueva, de que surjan y se realicen los mejores sueños de los que somos portadores sobre nuestra propia realización y de la humanidad. Ansiamos alcanzar la paz, la felicidad, que se nos escapan siempre por muchas fisuras de nuestra propia vida personal y social, pero no renegamos de ellas, y las llevamos como un germen en espera de su culminación en algún momento, en algún día, aquí y allá.

Y de esos sentimientos, estas dos mujeres se nos convierten en modelo. “Dichosa tú que has creído porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá” es una frase que sirve para las dos, aunque la grite una. Y es una frase que sirve para cada uno de nosotros y para toda la humanidad. Lo que ha dicho el Señor se cumplirá, en lo que tiene de gozo y de dolor, que también lo experimentaron ellas, tal vez porque todo parto conlleva dolor. Dar a luz algo nuevo significa romper con lo viejo, supone esfuerzo, entrega, donación; pero, sobre todo, ilusión, ilusión y esperanza, porque se abre una nueva realidad, una nueva posibilidad, un sueño de algo nuevo y bueno.

El adviento nos ha querido abrir a mantener vivo ese sueño, esa esperanza, que es algo más que un deseo de buena voluntad, es realización de algo que llevamos inscrito en nuestro ser. Y la Navidad, el nacimiento de Jesús, es la garantía, la certeza de la realización, sencillamente porque Dios se ha implicado más, camina con nosotros, a nuestro ritmo de amor y dolor, pero abriéndonos camino.

Sí, podemos decirnos todos “dichosos”, porque lo que ha dicho, lo que sigue diciendo, el Señor, se ha cumplido y se cumplirá.

ORACIÓN:            “Seguir trabajando”

Cada día tu palabra, Señor, me abre a una acción de gracias. Gracias, porque en este mundo confuso que nos está tocando vivir, nos abres el resquicio de luz que necesitamos para seguir esperando, para seguir soñando, para seguir trabajando y luchando.

Gracias, Señor, porque en ti tenemos la garantía de que la humanidad está abocada al sentido, no al absurdo. A veces nos puede costar creerlo, pero tú eres la llama encendida de que el amor es posible, y la garantía de que la humanidad terminará buscando y encontrando el camino.

Y gracias, porque a pesar de no saber muy bien cómo, pero me recuerdas que soy una pieza imprescindible en esa tarea, que los gestos de mi vida sencilla, el amor que pueda poner, el bien que realice, todo lo bueno que proyecte, está haciendo posible que la esperanza se mantenga viva. Ayúdame a que no desfallezca, a que no tire la toalla, a que, como decías estos días, mantenga alta la cabeza y el corazón, y viva mi fe, mi confianza plena en ti.

CONTEMPLACIÓN:          “Sueños”

 Espero, Señor,
espero la realización
de tus sueños
y mis sueños.

Sueños que hablan de paz,
de amor, de armonía,
de humanidad reconciliada,
entre ella y contigo.

Sueños de plenitud,
de totalidad,
de unificación,
de liberación de ataduras,
que sujetan mi alma
y mi cuerpo,
mi corazón y mi mente.

Sueños que me permiten caminar
ilusionado y expectante,
abrazando la risa y el llanto,
sabedor en la incertidumbre,
que tú sigues viniendo,
que tu estás,
que tú me empujas,
me llamas
y me amas.


Publicado por verdenaranja @ 16:08  | Liturgia
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