Puntos de reflexión de retiro sacerdotal realizado el 16 de Diciembre de 2009.
Introducción: Dios tiene un sueño para cada ser humano que se va desplegando con el paso de los años. Se unen el proyecto de Dios y el anhelo del ser humano que busca siempre la verdad y el bien. Él pensó en nosotros y nos ha creado por amor. Su deseo es que disfrutemos de su amor y que colaboremos para hacer más feliz la vida de los que nos rodean. Los santos son aquellos que han llevado a la práctica este camino de amor y hoy son felices plenamente (Ef 1, lss). Los santos se modelaron al unísono con los latidos del Corazón de Cristo y su testimonio es herencia y memoria por actualizar e imitar en cada período histórico de la Iglesia peregrina
Los sacerdotes están llamados a vivir la santidad como novedad de vida, hecha posible por la comunicación especial del Espíritu Santo a través de la imposición de manos del obispo y la oración de la iglesia. La fidelidad de Cristo exige y hace posible la fidelidad del sacerdote. "Aunque no se puede olvidar que la eficacia sustancial del ministerio no depende de la santidad del ministro, tampoco se puede dejar de lado la extraordinaria fecundidad que se deriva de la confluencia de la santidad objetiva del ministro con la subjetiva del ministro" (Benedicto XVI, Carta 16 de junio 2009)
"La santidad de los presbíteros contribuye poderosamente al cumplimiento fructuoso del propio ministerio –porque aunque la gracia de Dios puede realizar la obra de la salvación también por medio de ministros indignos-, sin embargo, por ley ordinaria, Dios prefiere manifestar sus maravillas por medio de quienes, hechos más dóciles al impulso y guía del Espíritu Santo, por su íntima unión con Cristo y su santidad de vida, ya pueden decir con el Apóstol: "Ya no vivo yo; es Cristo quien vive en mi" (PO 12).
El proyecto sorprendente de Dios amor
A Nuestra fisonomía es el Amor
1. Cada uno somos una "biografia" complementaria del mismo Cristo ahora presente en nuestra historia. Nuestra vida se construye descubriendo a Dios en la Iglesia, en la naturaleza, en los acontecimientos, en nosotros mismos y en los demás.
2. Cristo revela plenamente el hombre al propio hombre y le descubre la sublimidad de su vocación.
3. Convertirse significa abrir el corazón al amor para ser transparencia de este amor eterno e infinito que nos amó primero y avanzar siendo un don para los demás construyendo la historia con amor de gratuidad y de solidaridad.
B El Espíritu Santo ha derramado el amor en nuestro corazón
1. Vivimos con esperanza porque estamos inundados de amor
2. Ya tenemos "el ánimo" que necesitamos para vivir en el amor, la verdad y la libertad
C La respuesta de los santos
1. Los santos son los que se han dejado seducir por el amor de Dios más allá de sus planes y esquemas.
2. Los santos (las reliquias nos recuerdan que han sido hombres de carne y hueso) son testigos de que el amor a Dios y al prójimo es posible
3. Los santos han sabido acoger el amor de Dios y lo han renovado constantemente en la celebración y adoración de la Eucaristía
4. Los santos han ensayado todos los días su sí a Dios en las circunstancias ordinarias. Se han revestido de Cristo cotidianamente.
5. Los santos han entendido el amor no como un mandamiento sino como una respuesta al don del amor , con el cual Dios viene a nuestro encuentro (Lee 1)
6. Los santos se han acogido a María como madre pues ella ha conocido y vivido de manera excepcional la misericordia de Dios.
D Algunos testigos de la santidad
1. San Pablo:
"Me amó y se entregó por mi. El amor de Cristo nos apremia. No vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí. Arraigados y cimentados en el amor"
"Tened entre vosotros los mismos sentimientos que Cristo. El que crea estar en pie, mire no caiga. Nuestra capacidad viene de Dios. La gracia de Dios conmigo".
2. San Juan de Ávila:
"No nos escogió por nuestros merecimientos... sino por su propia gracia. No nos escogió porque éramos buenos, sino para que fuésemos buenos. El mismo Dios se da a sí mismo a aquel que le ama. Dios es amor nutritivo y transformante. La persona que camina hacia Dios hácese una cosa con él por amor. Demos nuestro todo, que es chico todo, por el gran todo, que es Dios. No mira tanto Nuestro Señor el don cuanto a la voluntad y amor con que se da".
3. San Juan María Vianney:
"El Sacerdocio es el amor del corazón de Jesús. La misericordia divina es poderosa como un torrente desbordado que arrastra los corazones a su paso. Dios está pronto a perdonar más aun que lo estaría una madre para sacar del fuego a un hijo suyo".
"Este buen Salvador está tan lleno de amor que nos busca por todas partes. El buen Dios lo sabe todo. Antes incluso de que se lo confeséis, sabe ya que pecaréis nuevamente y sin-embargo os perdona. ¡Qué grande es el amor de nuestro Dios que le lleva incluso a olvidar voluntariamente el futuro, con tal de perdonarnos!".
"Lloro porque vosotros no lloráis. Si el Señor no fuese tan bueno... pero lo es. Hay que ser un bárbaro para comportarse de esta manera ante un Padre tan bueno".
4. Pistas para la reflexión: