AYUDAS LITÚRGICAS para la 96ª JORNADA MUNDIAL DEL EMIGRANTE Y DEL REFUGIADO, que se celebrará el 17 de Enero de 2010, 2º Domingo del Tiempo Ordinario, recibido con los materiales bajo el lema “Los menores inmigrantes y los refugiados: hoy acogemos, mañana compartimos”.
AMBIENTACIÓN DE ENTRADA
A lo largo del tiempo litúrgico que llamamos "Ordinario", la Iglesia nos expone los misterios de la vida de Jesús para que lo conozcamos y amemos más y así lo imitemos mejor.
En la primera lectura, el profeta Isaías anuncia la gloria futura de Jerusalén en la relación de amor entre Dios y Jerusalén de la que dice: "ya no te llamarán "abandonada", sino "Mi Complacencia y Desposada". Por eso, dice: "se casará contigo tu edificador y con gozo de esposo por su novia se gozará por ti tu Dios" (v.5).
En la segunda lectura, San Pablo habla de los carismas y dones que el Espíritu concede a los fieles para común utilidad y para edificación del Cuerpo de Cristo: "a cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para provecho común" (v.7).
En el Evangelio, San Juan nos refiere el primer signo que realiza Jesús a ruegos de su Madre: convierte el agua en vino en al bodas de Caná de Galilea: "manifestó su gloria, y creyeron en Él sus discípulos.
Y es en el marco de la liturgia de este día donde la Iglesia quiere celebrar la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado. En este año el Papa nos invita a sensibilizarnos y a comprometernos sobre la presencia en nuestra sociedad de los menores inmigrantes y de los refugiados.
Que esta Eucaristía que vamos a celebrar nos ayude a tomar conciencia de ello. Pidamos que Dios ilumine nuestro caminar en la búsqueda de un mundo más justo y fraterno donde todos nos sintamos hermanos/as e hijos/as de un mismo Padre.
IDEAS PARA LA HOMILÍA
Para Dios, el ser humano, creado a su imagen y semejanza, está llamado a ser alguien y algo importante en la vida: corona fúlgida...diadema real...Y, entre los seres humanos, los más necesitados, como pueden ser los menores inmigrantes, son los favoritos de Dios, los preferidos por Él...
No pueden quedar abandonados a su suerte ....Debernos acompañarlos y ayudarlos a ser ellos mismos, hasta que en sus vidas rompa la aurora de la justicia. Y esto, siempre con mucho amor y con mucha constancia: Por amor de Sión no callaré, por amor de Jerusalén no descansaré...
España residen inmigrantes que pertenecen a más de 113 países como puede verse en la Tabla. Hay que tener en cuenta que el INE incluye en cada continente un apartado titulado "Resto de países", por lo que podemos intuir que el número real de países distintos puede que oscile entre 130 y 150.
Esta diversidad de países conlleva una diversidad de culturas, confesiones religiosas, situaciones sociales, políticas y económicas. etc. La inmigración representa, pues, una magnífica oportunidad de cantar, con la prudencia pastoral adecuada en cada ocasión, las maravillas del Señor, cuya mayor gloria es que el hombre viva (San Ireneo) ¿Dónde y cómo se encuentra nuestra comunidad en relación con estas oportunidades que el hecho migratorio nos presenta?
La inmigración pone de manifiesto que vivimos en una sociedad donde la pluralidad cobra rasgos de identidad. En esta sociedad plural hay o debe haber tarea para todos, si distinción de origen geográfico, clase social o religión. A todos los que vivimos en ella nos une un mismo Dios que nos invita a trabajar siempre por el bien común y no por el bien exclusivo de nuestro propio grupo de pertenencia.
En la pastoral con inmigrantes debemos siempre movernos con criterios evangélicos. Estos criterios tienen que constituir nuestra seña de identidad. El Señor se nos manifiesta constantemente de diferentes maneras y en contextos muy diversos. En este sentido, lo que Él nos vaya diciendo debemos traducirlo en gestos y planes concretos de actuación para hacer de nuestro mundo la casa común de todos y cada uno de los que la habitamos.
El crecimiento de la fe de los discípulos, nos dice el texto evangélico, es consecuencia de la presencia de signos concretos en los que Jesús manifiesta la gloria de Dios. En Caná de Galilea, Jesús comenzó estos signos que luego continuaría mostrando a lo largo de toda su vida pública.
A través de nuestras vidas y de nuestras acciones también nosotros estamos llamados a transparentar la gloria de Dios y hacer que todos los que entran en contacto con nosotros, autóctonos o extranjeros, puedan llegar a conocerle.
ORACIÓN DE LOS FIELES
1. Por toda la Iglesia Universal para que sea siempre fiel a la misión que ha recibido de Jesús y la sepa transmitir a la sociedad de hoy, Roguemos al Señor.
Por todos/as los que en la Iglesia tienen algún tipo de responsabilidad pastoral para que sea siempre ejercida en función del bien común de las comunidades que tienen encomendadas, Roguemos al Señor.
2. Para que cada uno de sus miembros sintamos la urgencia de contar las maravillas de Dios a los hombres y mujeres de nuestro entorno, especialmente a los más necesitados, Roguemos al Señor.
3. Para que seamos Signos de Dios con nuestros hermanos y hermanas inmigrantes especialmente con los menores y refugiados, Roguemos al Señor.
4. Para que seamos capaces de compartir cuanto somos y tenemos con todos los necesitados de nuestro entorno, sean de donde sean, especialmente con aquellos que viven más en circunstancias más desfavorables, Roguemos al Señor.
5. Para que Dios ilumine a nuestras autoridades políticas en la tarea de elaboración de leyes y reglamentos que recojan adecuadamente los legítimos derechos y deberes de los emigrantes para una integración mutua con la sociedad de acogida, Roguemos al Señor
6. Para que Dios acoja en su seno a todos los inmigrantes y refugiados que mueren en su intento de lograr mejores condiciones de vida para ellos o para sus familias, Roguemos al Señor.
IDEAS PARA LAS OFRENDAS
ORACIÓN DE ACCIÓN DE GRACIAS
1. Padre de todos,
te damos gracias
porque todos los hombres, mujeres y niños
nacemos libres e iguales en dignidad y derechos.
Ayúdanos a vivir en tu presencia
como hermanos y hermanas.
2. Señor Jesús,
llegaste entre nosotros como uno más
y no te aceptamos.
Todavía hoy, en muchos países,
a multitud de nuestros hermanos y hermanas
se le niegan sus derechos humanos.
Tú sigues siendo crucificado en ellos.
Perdónanos y sálvanos.
3. Espíritu Santo,
luz de nuestros corazones,
ven y enséñanos la sabiduría
que nace de nuestra dignidad de hijos e hijas de Dios.
Danos poder para crear
un mundo donde quepamos todos.
Señor, ya que nacemos seres libres,
deja que permanezcamos libres
hasta que retornemos a Ti.