Viernes, 08 de enero de 2010

Lectio Divina para la fiesta del BAutismo del Señor - C 2010, ofrecida por la Delegación Diocesana de Liturgia de la Diócesis de Tenerife.


LECTURA:          “Lucas 3, 15‑16. 21‑22”

 En aquel tiempo, el pueblo estaba en expectación, y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías; él tomó la palabra y dijo a todos: «Yo os bautizo con agua; pero viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego.» 

En un bautismo general, Jesús también se bautizó. Y, mientras oraba, se abrió el cielo, bajó el Espíritu Santo sobre él en forma de paloma, y vino una voz del cielo:  «Tú eres mi Hijo, el amado, el predilecto.» 

 MEDITACIÓN:           “Tú eres mi hijo”

             La vida de Jesús, después de una larga etapa de vida escondida, va a dar un giro total que, ciertamente se ha estado gestando en todo ese tiempo, pero que a la hora de ponerse en marcha los textos quieren dejarlo de manifiesto, de manera explícita.

            Cuando baja al Jordán a realizar el gesto del bautismo, algo que no necesitaba, pero con lo que quería señalar el inicio de algo nuevo, su actitud es la de ponerse en referencia, en diálogo íntimo con Dios, y donde volverá a experimentar el sí de Dios, su impulso, su estar con él y en él, de ser para él. Y Dios le hará sentir su amor.

            Es así, Señor, te pusiste en marcha, en Dios, con Dios, desde Dios, para Dios, o tal vez sería mejor decir, en el Padre, con el Padre, desde el Padre, para el Padre. Porque experimentaste su paternidad y tu filiación con una radicalidad existencial total. Sólo así iba a tener sentido todo lo que ibas a poner en marcha. El anuncio de un Dios Padre que nos ama, que nos hace hermanos, cuya preocupación primera son los hijos más pequeños, débiles y sufrientes, y que invita a poner en marcha un reino, un mundo, una historia, donde el amor sea el punto de partida, el modo de hacer el camino y la culminación plena, realizada en ti y por ti.

            Y desde ahí llegas de nuevo hasta mí. Me invitas a descubrirme desde toda mi realidad, no sólo desde mi cabeza o desde mis sentimientos, sino desde ti. Me invitas a entrar en la corriente de tu vida, de tu Espíritu, que es como una llama que has depositado en mi ser con el deseo de que se convierta en un fuego que caliente mis ilusiones, que queme aquello que me impide crecer y ser libre de verdad, que se convierta en hoguera de amor que ofrezca calor de vida en ese espacio de mi existencia.

            Es todo un proyecto de vida, una visión de ti, del mundo, de la historia, de mí mismo, el que me ofreces para caminar contigo. En ti descubro ya efectos y consecuencias, gozosas y dolorosas, porque con las dos se construye la vida. Tú vuelves a iniciar el camino en una especie de invitación o de llamada a que me ponga a tu lado, a que cada vez mis pasos vayan más cerca y más al ritmo de los tuyos.

 ORACIÓN:        “Portador de luz”

              Yo también, he sido bautizado con agua. No fue sólo un gesto, una afirmación, una palabra tuya hacía mí. Ahí me hiciste un regalo, el regalo de tu fuerza, de tu Espíritu, de tu fuego de amor, impreso en mi corazón. No lo descubro muchas veces, tal vez ni todavía lo he descubierto, pero está ahí, como el rescoldo de un fuego que parece apagado, pero que con un soplo vuelve a reavivarse y convertirse en hoguera.

            Gracias, porque al reinicio de tu andadura me descubres hijo contigo, de un Dios padre y madre que me ama, que me acoge y que me proyecta. Que me ofrece su calor de vida y que me impulsa contigo a ser portador de luz, de calor y de vida.

CONTEMPLACIÓN:          “Tú, mi Dios”

Paloma blanca que aleteas
con vuelo firme hasta mí.

Llama de amor
que quieres prender
y poner calor de vida
en mis entrañas.

Amor inmenso,
de padre y de madre unidos,
que me acoge
y me abraza en mi ser
íntimo y profundo,
en lo más mío.

Agua clara y limpia,
torrente de vida
que refrescas,
sacias, purificas.

Tú, mi Dios,
que haces mi historia,
y la acompañas.


Publicado por verdenaranja @ 10:43  | Liturgia
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