Artículo publicado en el Boletín “Misioneros Javerianos”, DICIEMBRE 2009, nº 456.
Entre nosotros
Compartiendo una ilusión
NAVIDAD: AURORA DE NUESTRA LIBERACIÓN
Fueron muchos los discursos y la homilías pronunciadas por Mons. Conforti, a lo largo de su vida, sobre Navidad: tantos años como fue obispo y sacerdote.
De obispo, utilizaba la celebración de la Navidad para tratar temas que le parecían indispensables y en los que seguía un programa de catequesis determinado: Padre nuestro, Credo y Sacramentos
Junto a lo anteriormente dicho, Conforti, precedía, a los temas de catequesis, una introducción sobre la Navidad de manera que trataba este acontecimiento litúrgico y lo armonizaba con la enseñanza que quería proponer en las diversas navidades. De los temas navideños recogemos aquí algunas de sus reflexiones.
Sencillez
"En Belén, el más pobre de los pueblos de Judá, se inauguraba el reino de la paz y del amor anunciado por el alegre concierto de los ángeles.
El recuerdo de este día luminoso llena de gozo al mundo de los creyentes, se impone a todos por su simplicidad... Entremos con espíritu de fe en la gruta de Belén como entraron los ángeles y los pastores. ¿Dónde está la magnificencia del palacio, la majestad del trono, la riqueza de las joyas, la suntuosidad de la corte? Los designios de la Divina sabiduría son más altos que la visión del hombre. No juzguemos, por lo tanto, humanamente y, haciéndonos pequeños como los pastores, contemplemos el sublime misterio de este día con los ojos de la fe y con la simplicidad de los niños".
Acontecimiento gozoso
"Él es el esperado de las gentes, el vaticinado por los profetas. Él es el Verbo de Dios, el Rey inmortal de los siglos,
cuyo reino pacífico conquistará a todas las naciones y no tendrá fin. Por esto todos los pueblos de la tierra, iluminados por el radiante rayo de la fe, exultan en este gozoso día con una alegría no terrena, sino celeste. Todos tienen motivos para la alegría: el santo porque ve que se acerca el premio, el pecador porque se le ofrece el perdón, el no creyente porque es llamado a la luz y a la vida de Cristo.
Por ello, la Iglesia, después de siglos, repite a sus hijos lo que anunciaron los ángeles y los pastores: 'Mirad que os traigo una buena noticia, una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un salvador, el Mesías, el Señor'.
En aquella noche los desventurados han encontrado un hermano, los esclavos un liberador, los niños un amigo, los doctos un maestro, la muerte un vencedor. La humanidad se alegra como la tierra se llena de gozo cada mañana cuando el sol surge para librarla de las tinieblas.
La Navidad es la gran aurora de nuestra liberación, Cristo naciente es el sol de justicia que surge en el mundo para alejar las sombras de muerte."
Orden nuevo
"Este acontecimiento de la Navidad contiene un verdadero cambio moral, es el principio de un nuevo orden de ideas que cambiará la faz de la tierra. Riqueza, despotismo, orgullo, vuestro reino ha terminado. ¡Si todos, sin distinción de condición o edad, aceptásemos, con humildad y docilidad de mente, las enseñanzas de Belén! Nuestra felicidad se juega en ello.
El mundo antiguo fue desventurado por no haber acogido este misterio, mientras que la tierra ha gozado, cuando lo ha vivido, de tiempo de gloria y felicidad.
Del mismo modo, cuando nuestra sociedad lo olvida, se convierte en arena de combate, donde abunda la violencia, donde los hombres, armados los unos contra los otros, se combaten como maniáticos por un poco de fango que se llama oro, por un poco de humo que se llama honor, gloria...
Demos gracias
"No olvidemos nunca, queridos hermanos e hijos, que somos deudores de la obra de la redención que con la Navidad se inicia en el portal de Belén. ¿Qué sería de nosotros sin esta obra benéfica que cambió la suerte del
mundo? Estaríamos aún en las tinieblas y en las sombras de muerte, ignorantes de nuestro principio y de nuestro final".