DOMINGO SEGUNDO DE PASCUA – C
11 de Abril de 2010
La paz de Jesús resucitado esté con todos vosotros.
Hace una semana, en la Noche Santa de Pascua, celebrábamos, en esta iglesia y en todas las iglesias del mundo, la gran noticia. Jesús, crucificado y muerto por amor, vive para siempre.Y nosotros, la comunidad de sus seguidores, unidos a él, queremos vivir como él ha vivido, porque sabemos que esta es la única manera que vale la pena vivir, la única manera que da la felicidad.
Hoy, en esta Eucaristía, celebraremos de nuevo la presencia de Jesús resucitado. Para seguir caminando con él, toda la vida.
Aspersión: Por la aspersión del agua, recordemos ahora nuestro bautismo, que nos unió a Jesús para siempre.
Aspersión por toda la iglesia, con un canto bautismal o nuevas estrofas del canto de entrada.
Que Dios todopoderoso nos purifique del pecado y, por la celebración de esta Eucaristía, nos haga dignos de participar del banquete de su Reino. Amén.
Antes de las lecturas: Llenos de la alegría de la resurrección del Señor, escuchemos ahora su Palabra. La primera lectura nos hace revivir la experiencia de la primera comunidad cristiana, de los primeros discípulos de Jesús. Luego, en la segunda lectura, con un lenguaje repleto de imágenes y visiones, escucharemos un anuncio de la vida y la fuerza que el Señor resucitado nos trae.Y finalmente, en el evangelio, lo contemplaremos presente en medio de nosotros.
Por todos los que, en el mundo entero, creemos en la Buena Noticia del Evangelio. OREMOS:
Por los niños, los jóvenes y los adultos que reciben el Bautismo o la Confirmación en este tiempo de Pascua. OREMOS:
Por los cristianos que viven en países en los que son discriminados o perseguidos. OREMOS:
Por los pobres, por los enfermos, por los que se sienten solos, por todos los que sufren. OREMOS:
Por los que en este domingo nos hemos reunido para compartir la mesa de la Palabra y de la Eucaristía. OREMOS:
Escucha, Jesús resucitado, nuestra oración. Y haz que cada día te conozcamos más profundamente y te amemos de todo corazón. Tú que vives...
Padrenuestro: Llenos del Espíritu de Jesús resucitado, nos atrevemos a decir:
Gesto de paz: En el Espíritu de Jesucristo resucitado, daos fraternalmente la paz.
Despedida (después de la bendición solemne): Hermanos, id y anunciad a todos la alegría del Señor resucitado. Podéis ir en paz, aleluya, aleluya.
CPL