Puntos de reflexión para leer la biblia con provecho publicados en el Boletín Trimestral n. 30 ENERO-MARZO - 2010 de "Misioneros de la Tercera Edad".
PARA LEER LA BIBLIA CON PROVECHO
Nunca somos los primeros en leer la Sagrada Escritura. Muchos otros lo hicieron antes con gran provecho, y los mejores intérpretes son los santos.
La Escritura es el libro de la comunidad eclesial guiada por el Espíritu Santo. Nuestra lectura, aunque sea a solas, jamás podrá ser en solitario y por libre.
La Biblia es "Alguien". Por eso se lee y se celebra a la vez. La mejor lectura es la litúrgica.
El centro de la Sagrada Escritura es Cristo: todo debe leerse como cumplido en Cristo.
En la Biblia encontramos hechos y dichos íntimamente unidos entre sí y la interpretación de unos necesita de los otros y viceversa.
La Biblia se conquista como la ciudad de Jericó: dándole vueltas. Por eso, es bueno leer los lugares paralelos. Un texto esclarece al otro.
La Biblia debe leerse y meditarse con el autor e intérprete de la misma: el Espíritu Santo. A Él debemos invocar siempre que la leamos.
Nunca debe utilizarse la Biblia para criticar y condenar a los demás.
Todo texto bíblico tiene un contexto histórico donde se originó y un contexto literario en el que se escribió. Un texto bíblico, fuera de su contexto histórico y literario, es un pretexto para manipular la Palabra de Dios. Y esto es tomar el nombre y la Palabra de Dios en vano.