Lunes, 31 de mayo de 2010

CUERPO Y SANGRE DE CRISTO / C
6 de junio de 2010

La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo estén con todos vosotros.

Bienvenidos todos a celebrar la fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo. Jesús, el Señor, muerto y resu­citado para darnos vida, se hace presente en medio de nosotros cada vez que nos reunimos para repetir aquel gesto que él nos dejó la noche antes de su entrega. En el pan y el vino de la Eucaristía él se nos da como alimento, para que vivamos siempre unidos a él y aprendamos a amar como él nos ha amado. Por eso nosotros, ante este pan y este vino, nos sentimos profundamrente agradecidos y lo adoramos con toda la fe y todo el amor)

A. penitencial: Preparémonos ahora en silencio para esta celebración.

Tú, pan vivo bajado del cielo. SEÑOR,TEN PIEDAD.
Tú, alimento de vida eterna. CRISTO,TEN PIEDAD.
Tú, resurrección y vida nuestra. SEÑOR,TEN PIEDAD. Gloria

1. lectura (Génesis 14,18-20): Muchos siglos atrás, en los primeros tiempos de la historia, un extraño personaje ofrece pan y vino al patriarca Abrahán como signo de la bendición de Dios. Es como una figura de lo que Jesús nos ofrece a nosotros.

2. lectura (1 Corintios 11,23-26): Jesús nos ofrece también a nosotros pan y vino. Y este pan y vino es el propio Jesús, muerto y resucitado. Es el alimento que nos da vida para siempre.

Oración universal: Unidos en la fe y en el amor, oremos diciendo: PADRE, ESCÚCHANOS.

Por la Iglesia, llamada a dar ante el mundo un buen testimonio del amor de Dios. OREMOS:

Por los niños y niñas que este año participan por pri­mera vez de la Eucaristía. OREMOS:

Por todos aquellos que, en nuestro país y en el mundo entero, viven en la pobreza. OREMOS:

Por los trabajadores y los voluntarios de Cáritas, y por todos los que dedican su tiempo al servicio de los necesitados. OREMOS:

Por nosotros, reunidos en esta iglesia para compartir la Eucaristía de Jesús. OREMOS:

Escucha, Padre, nuestra oración, y haz que tengamos siempre hambre de Jesucristo, pan de vida eterna, que vive y reina contigo por los siglos de los siglos.

Padrenuestro: Como Jesús nos ha enseñado, fieles a su palabra, nos atrevemos a decir:

Después de la comunión (con la patena o el copón sobre el altar): Hoy, en este momento después de comulgar, haremos un gesto de reconocimiento solemne de Jesús presente en la Eucaristía. La solemnidad del Corpus nos ofrece la ocasión para este signo de fe y de adoración eucarística. Oremos pues, en silencio, ante el Santísimo Sacramento. Después, lo reservaremos en el sagrario acompañándolo con nuestro canto.

Todos oran en silencio, arrodillados o de pie. Luego se hace la reserva (si parece oportuno, con incienso y cirios), mientras se canta un canto eucarístico. Y seguidamente se pasa a la comu­nión y se termina como de costumbre.


CPL


Publicado por verdenaranja @ 21:16  | Liturgia
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