Homilía de monseñor Juan Carlos Romanín, SDB, obispo de Río Gallegos (Puerto de Santa Cruz, 8 de mayo de 2010) . (AICA)
FIESTA DE NUESTRA SEÑORA DE LUJÁN
Queridos hermanos y hermanas:
Con un corazón agradecido y lleno de esperanza, celebramos a la Santísima Virgen, Nuestra Señora de Luján, patrona de Argentina. Lo hacemos hoy junto a todo el país que honra a la Madre de Dios y se reúne en oración bajo el lema: “Con María de Luján, construyamos una Patria para todos”.
Acompañados por la Virgen, queremos vivir en la Diócesis de Río Gallegos una auténtica espiritualidad de comunión, y de ese modo realizar la “nueva evangelización”, dando prioridad a nuestros jóvenes y asumiendo un sincero compromiso social. Así lo asumimos en los desafíos de nuestras Orientaciones Pastorales y así nos preparamos a celebrar nuestro próximo Jubileo, nuestros primeros 50 años de vida diocesana.
Creemos que María despliega con generosidad su maternidad espiritual sobre cada uno de nosotros, encomendada por Jesús en la cruz cuando le dijo al discípulo amado: “Aquí tienes a tu madre” (Jn 19,27). Nuestro vínculo con Ella constituye un puente seguro a través del cual nos regala su manera de ser y su forma de obrar, su ser hija fiel de Dios Padre, servidora humilde del Hijo y templo transparente del Espíritu Santo.
Como madre de todos, hoy nos sigue acompañando en nuestra tarea evangelizadora y misionera abriéndonos caminos nuevos para el Señor, fortaleciendo nuestros vínculos fraternos, alentándonos a la reconciliación y al perdón y a que realicemos entre todos una sincera experiencia de familia.
Recorriendo nuestra Diócesis, somos testigos de que María atrae a muchas familias a la comunión con Jesús y con su Iglesia. Ella ha entrado profundamente en el tejido de la historia de nuestros pueblos, incluso recibiendo los rasgos más nobles y significativos de su gente.
Conocemos muy bien la historia de Luján. A través de un signo providencial en el que las carretas no seguían su paso si su imagen no se quedaba a orillas del río Luján, nos dejó un mensaje muy claro: Ella quiso quedarse con nosotros. Por eso, María nos pertenece. Por eso, la sentimos y la queremos como madre nuestra.
Hoy más que nunca podemos decir que necesitamos de María, que es la hora de María. Que “con María de Luján, queremos construir una Patria para todos”.
Con María de Luján miramos a nuestro país que necesita prosperidad y paz social, rápida solución a los conflictos, vivienda, trabajo y pan para los más pobres, consuelo a los afligidos, salud a los enfermos, alivio a los ancianos.
Con María de Luján miramos la realidad de estos días y le pedimos que nos ayude a saber valorar y construir la amistad social. Que nos enseñe a amarnos como hermanos, a desterrar enfrentamientos, desencuentros, agresiones y resentimientos. Que sepamos promover la justicia para todos, para poder encontrar la manera de superar toda inequidad, donde nadie se vea excluido y donde todos puedan llevar una vida digna.
Con María de Luján, que fue cuidada por la fidelidad y la piedad del negro Manuel, le pedimos a Dios que nos ayude a mantener vivas en nosotros sus actitudes de sencillez, de humildad, de atención, de servicio, de entrega, de gratuidad.
Queridos hermanos: la fiesta de la Santísima Virgen Nuestra Señora de Luján debe ser para nosotros un serio motivo para asumir nuevamente el compromiso de anunciar el Evangelio de Jesucristo a través de nuestras vidas y a través del testimonio de comunidades que saben demostrarse un sincero amor fraterno.
Le pedimos a Dios, al Señor de la historia, que mire a su pueblo que clama y reza, y le conceda los dones de la justicia, la libertad y la paz.
Que podamos imitar de la Virgen María, su sencillez y humildad y sepamos ser serviciales, querernos como hermanos, comprendernos y perdonarnos mientras construimos una ciudad en la que reine la dignidad, la verdad y la libertad en cada una de nuestras familias.
Los abrazo y los bendigo de corazón.
¡Feliz día de la Virgen para todos!
Mons. Juan Carlos Romanín SDB, obispo de Río Gallegos