Martes, 13 de julio de 2010

Mensaje de monse?or Oscar Sarlinga, obispo de Z?rate-Campana acerca del matrimonio y la familia (7 de julio de 2010). (AICA)

ACERCA DEL MATRIMONIO Y LA FAMILIA???????????

Nos acercamos a la celebraci?n del 9 de Julio, en el d?a de nuestra Independencia patria. Rogamos por nuestra ?Casa com?n? nuestra Rep?blica Argentina, por la Justicia, y por y las leyes que nos lleven a vivir una vida justa y en paz. Suplicamos a Dios, fuente de toda raz?n y justicia, la paz, la prosperidad, el Amor trasuntado en el Bien com?n y la concordia. Encendamos, pues, una luz, en el Nombre de Jes?s.

Considerada la participaci?n prevista de asociaciones de fieles, y notable n?mero de laicos de nuestra di?cesis en la convocatoria del ?Departamento de Laicos? (DEPLAI) respecto del matrimonio entre un hombre y una mujer, en amorosa comuni?n de vida y amor y apertura a la generaci?n de los hijos y su educaci?n,? es para m? un deber de conciencia, como Pastor de la Iglesia, el expresar una vez m?s a la numerosa feligres?a, a trav?s de estas l?neas, que lo que ha de movernos en nuestro generoso y esperanzado ?s? al matrimonio y a la familia, es, tal como, por otra parte, lo veo en los fieles, nuestro sentido de fe cristiana, y tambi?n (es bueno el recordarlo) el ?sentido de la ley natural? (respecto de la cual la ley positiva tiene un valor pedag?gico), la cual hace, aqu?lla, que la inclinaci?n al matrimonio y la familia se encuentre ?ya en la naturaleza humana?, a modo como la inclinaci?n natural a la verdad y al conocimiento,? a la sociabilidad o la inclinaci?n hacia lo trascendente o Dios.

Esto, claro, es preciso hacerlo con convicci?n, con paz, con respeto, con ejercicio de los derechos de las libertades c?vicas y la libertad religiosa, y sobre todo con un compromiso creciente a vivir los valores y las virtudes de ese gran don para la humanidad que es la familia, nosotros los primeros, a comenzar por el hecho que la Iglesia es ?Familia de Dios? como la llama el Concilio Vaticano II.

En mi misi?n pastoral, ya hab?a tenido ocasi?n de dirigirme a todos los fieles cat?licos de esta di?cesis en el viernes 11 de junio pr?ximo pasado, en la Clausura del A?o sacerdotal, en el cual clam?bamos, precisamente, por la santidad sacerdotal, y por ?el sentido del matrimonio formado por un var?n y una mujer, constitutivo de la familia y de la ?civilizaci?n del Amor??. Ped?amos entonces que ??los fieles laicos oren por los sacerdotes?, y en especial que oren ?las familias, instituci?n indispensable?, familias que son como ?santuarios de humanidad donde puede realizarse la civilizaci?n del amor?. Recordaba en esa ocasi?n quien les habla que ?la familia?, primero en sentido humano y natural, y como familia cristiana cristiana, es ?un bien precioso para la humanidad toda?, tal como a ella se refiere el Concilio Vaticano II, y que al respecto en nuestra sociedad actual ?tenemos el deber, en conciencia, de buscar la verdad, y de ofrecer nuestro servicio, preocup?ndonos por los destinos del matrimonio, formado por un var?n y una mujer, y la familia?. Hac?a alusi?n aqu? a la c?lebre la exhortaci?n ?Familiaris consortio? de Juan Pablo II<!--[ Procuraba tambi?n atraer la atenci?n de ustedes hacia la necesidad de proseguir sin cansarse la tarea de construir la mencionada y ansiada ?civilizaci?n del Amor?, como nos lo pidi? Juan Pablo II cuando dijo que ?(?) la familia, cuando vive plenamente las exigencias del amor y del perd?n, se convierte en baluarte seguro de la civilizaci?n del Amor y en esperanza para el futuro de la humanidad?.

Habl?bamos de manifestar una visi?n de las cosas con convicci?n, con respeto, con paz, y tambi?n en el ejercicio de la libertad religiosa, la cual, como no podr?a ser de otra manera, de ning?n modo busca crear exclusi?n, o ponerse en contraste con ?una laicidad positiva y abierta?, la cual conlleva un compartido sentido de responsabilidad, tambi?n en lo atinente a las leyes que nos rigen. Recientemente el Papa Benedicto afirmaba, al respecto: ?Es evidente que si se considera el relativismo como un elemento constitutivo esencial de la democracia se corre el riesgo de concebir la laicidad s?lo en t?rminos de exclusi?n o, m?s exactamente, de rechazo de la importancia social del hecho religioso (?). Es urgente, por tanto, definir una laicidad positiva, abierta, y que, fundada en una justa autonom?a del orden temporal y del orden espiritual, favorezca una sana colaboraci?n y un esp?ritu de responsabilidad compartida?

Este es el esp?ritu que debe animarnos, la responsabilidad compartida tambi?n nos lleva a expresar nuestra voz, no se trata de condenar a nadie, ni mucho menos de despreciar a determinadas personas, ni de menoscabar derechos: ?Amar a todos sin excluir a nadie?, con el valor positivo del Amor y el sentido de la rectitud de las instituciones.

Por eso, queridos hermanos y hermanas todos, como tambi?n les mencionaba, m?s a?n, exclamaba, en la mentada celebraci?n de Clausura del A?o Sacerdotal, el 11 de junio, en la iglesia catedral: ?(?) no podemos perder de vista el promover este bien tan precioso, tan necesario e indispensable, patrimonio de la humanidad entera?, cuando tra?a a colaci?n la preocupaci?n del Papa al advertir que ?(?) los pueblos, para dar un rostro verdaderamente humano a la sociedad, no pueden ignorar el bien precioso de la familia, fundada sobre el matrimonio., es el fundamento de la familia, patrimonio y bien com?n de toda la humanidad. As? pues, la Iglesia no puede dejar de anunciar que, de acuerdo con los planes de Dios (cfr. Mt 19,3-9), el matrimonio y la familia son insustituibles y no admiten otras alternativas?.

Encendamos siempre una luz. En el misterio de Dios, el testimonio humano y cristiano adquiere un inmenso valor. No podemos nosotros agotar el conocimiento de cu?nto Dios puede encender misteriosamente el Amor ardiente en los corazones, aun en aqu?llos que menos pens?bamos.

Al t?rmino del A?o Paulino Jubilar, en la iglesia de San Jos? de los peregrinos, en el predio de Schoenstatt, de Bel?n de Escobar, en 2009, encendimos simb?licamente un cirio votivo, alumbrando, as?, sobre todos nosotros, la luz de la fe y el amor,? el empe?o y compromiso por los m?s necesitados, los excluidos, por los enfermos, por quienes han equivocado el camino y por los que se encomiendan a nuestras oraciones. Ese gesto hemos reiterado al clausurar el A?o sacerdotal en la catedral de Campana, frente a la imagen del Sagrado Coraz?n, al cual hemos consagrado solemnemente la di?cesis el 9 de mayo del pasado a?o en la iglesia co-catedral de la Natividad del Se?or.?

Pidamos a Dios que esa Luz, la natural de la inteligencia humana, y la que proviene de la Fe, nos ilumine como naci?n, ?una naci?n cuya identidad sea la pasi?n por la verdad, y el compromiso por el bien com?n?, como reza la ?Oraci?n por la Patria?.

?Levantemos el coraz?n!. Que este 9 de julio, en el gran arco del Bicentenario 2010-2016, nos encuentre en la paz de Cristo, ?el Pr?ncipe de la Paz?. Con la protecci?n de la Sant?sima Virgen, en su advocaci?n de Nuestra Se?ora de Luj?n, nuestra Patrona.

Con afecto pastoral,?

Mons. Oscar Sarlinga, obispo de Z?rate-Campana?

Notas:

?

? Cf CONC. ECUM. VAT. II, Const. pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual Gaudium et spes, 52.

?"La alianza matrimonial, por la que el var?n y la mujer constituyen entre s? un consorcio para toda la vida, ordenado por su misma ?ndole natural al bien de los c?nyuges y a la generaci?n y educaci?n de la prole" (CIC, c. 1055)

? Cf JUAN PABLO II, Exhortaci?n apost?lica ?Familiaris consortio? al episcopado, al clero y a los fieles de toda la Iglesia sobre la misi?n de la familia cristiana en el mundo actual. Introducci?n, n. 1 (?La Iglesia, consciente de que el matrimonio y la familia constituyen uno de los bienes m?s preciosos de la humanidad, quiere hacer sentir su voz y ofrecer su ayuda a todo aquel que, conociendo ya el valor del matrimonio y de la familia, trata de vivirlo fielmente; a todo aquel que, en medio de la incertidumbre o de la ansiedad, busca la verdad y a todo aquel que se ve injustamente impedido para vivir con libertad el propio proyecto familiar. Sosteniendo a los primeros, iluminando a los segundos y ayudando a los dem?s, la Iglesia ofrece su servicio a todo hombre preocupado por los destinos del matrimonio y de la familia?).

? Id. Mensaje de Juan Pablo II a un congreso en el 20 aniversario de la ?Familiaris consortio?, Ciudad del Vaticano, 22-XI-2001, n. 5.

?BENEDICTO XVI, Discurso a los miembros del Cuerpo Diplom?tico acreditado ante la Santa Sede, Ciudad del Vaticano,11 de enero de 2010.

? Id., Carta al Card. L?pez Trujillo, Presidente del Consejo Pontificio para la Familia, Ciudad del Vaticano, 17 -V-2005.


Publicado por verdenaranja @ 18:41  | Hablan los obispos
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