Saludo de monse?or Andr?s Stanovnik, arzobispo de Corrientes a Nuestra Se?ora de Itat? (Atrio de la Bas?lica, 16 de julio de 2010). (AICA)
SALUDO A LA IMAGEN DE NUESTRA SE?ORA DE ITAT͠????????
Te saludamos Madre de Itat?, con el nombre m?s hermoso que puede darte un coraz?n que te ama: ?Tiern?sima Madre de Dios y de los hombres?. Esta noche, en medio de la oscuridad y el fr?o, vemos c?mo resplandece tu hermoso rostro, todo inundado de la entra?able misericordia de nuestro Dios. Sos tiern?sima Madre, porque Dios te quiso hacer as? y vos te dejaste modelar por la acci?n amorosa de su voluntad. Toda vos nos hablas de Dios. Mientras contemplamos tu mirada serena y tus manos suplicantes, sentimos que la inmensa ternura de nuestro Dios se derrama suave y c?lida sobre nuestra vida. Nos conmueve en lo m?s ?ntimo de nuestro ser experimentar que Dios nos ama entra?ablemente y que por tu poderosa intercesi?n ning?n peregrino, que humildemente recurre a vos, queda sin respuesta.
Hoy, al contemplarte como la Pura y Limpia Concepci?n, amada por Dios como criatura humana, nos conmueve saber que Dios se revisti? de tu carne y te respet? en tu hermosa naturaleza de mujer, como el mismo te cre?. ?Qu? inmenso y profundo es el amor y el respeto que Dios tiene por nuestra naturaleza humana! A pesar de haberla oscurecido nosotros por el pecado, ?l no se apart? de nosotros, al contrario, nos abraz? haci?ndose uno de nosotros, y tomando cuerpo de var?n. Hoy, en medio de una gran confusi?n sobre la identidad del ser humano, contemplemos serenamente la maravillosa obra que Dios hizo en Mar?a, cuando ella acept? que fuera su Madre. S?lo un amor as?, que respeta el don natural del cuerpo y que lo asume con amor, puede engendrar vida verdadera. Hoy m?s que nunca, querida Madre de Itat?, necesitamos contemplarte y pedirte que est?s cerca de nuestro pueblo, lo cuides y protejas de una dirigencia que, en su mayor?a, se revela tan escasa de sabidur?a y tan negada de grandeza.
Sin embargo, a pesar de los tiempos confusos que vivimos, tan poco favorables a los grandes valores que sustentan el matrimonio entre var?n y mujer ??nica base s?lida para construir la familia?, y ambos, fundamentos irremplazables para el progreso espiritual y material de un pueblo, vos, tierna Madre nuestra, est?s definitivamente en el centro de nuestros corazones, como un potent?simo faro que ilumina nuestra historia. Nos sentimos muy felices por eso y muy agradecidos a Dios, porque nos hizo ese maravilloso regalo de tu vida. Est?s en el centro, pero vos misma, con mucha ternura y al mismo tiempo con mucha firmeza, nos est?s diciendo que no sos el centro. Est?s junto a la cruz de tu Hijo. ?l es el centro: all? est? el amor de Dios entregado hasta el extremo de dar la vida por nosotros. Por eso, ac?rcanos, con tu mano tierna y firme, hacia la cruz de tu Hijo Jes?s, y ens??anos a abrazarla con amor y sin miedos. Ay?danos a estar de pie con vos junto a la cruz y conc?denos un gran amor a tu Divino de Jes?s. La amistad con ?l nos da un coraz?n puro, humilde y prudente, para respetar a todos, pero tambi?n para saber qu? est? bien y qu? est? mal, y aprender a rechazar lo que est? mal sin ofender ni herir la dignidad que todo ser humano se merece. El amor a tu Divino Hijo Jes?s, nos hace pueblo peregrino, que siente sus ra?ces profundamente arraigadas en Dios. Por eso, el verdadero peregrino se convierte en misionero de una cultura de la vida y del amor, se compromete a vivir fiel en el matrimonio ?constituido por una mujer y un var?n?, responsable en la familia, honesto en la funci?n p?blica y siempre dispuesto a participar activamente en todas las iniciativas que promuevan relaciones m?s justas, m?s fraternas, y m?s respetuosas entre todos.
Los invito a rezar juntos la oraci?n m?s hermosa que recibimos como regalo de nuestros padres y abuelos, con mucho fervor suplicando a Mar?a de Itat?, junto a la Cruz, que extienda su manto de ternura sobre nuestra Iglesia arquidiocesana que celebra su jubileo, sobre los peregrinos y devotos que vienen en camino hacia este santuario, y sobre todo nuestro pueblo argentino: ?Tiern?sima Madre de Dios y de los hombres??.
Mons. Andr?s Stanovnik OFMCap, arzobispo de Corrientes
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