Lunes, 20 de septiembre de 2010

ZENIT? nos ofrece el texto del discurso que el Papa Benedicto XVI dirigi? el viernes 17 de Septiembre de 2010 a los religiosos y profesores que se dedican a la ense?anza en escuelas cat?licas, durante su visita al St. Mary's University College de Twickenham.

Excelent?simo Secretario de Estado de Educaci?n,
Se?or Obispo Stack,
Doctor Naylor,
Reverendos Padres, Hermanos y Hermanas en Cristo:

Me complace tener esta oportunidad para rendir homenaje a la destacada contribuci?n, brindada por religiosos y religiosas en esta tierra, a la noble tarea de la educaci?n. Doy las gracias a los j?venes por sus magn?ficas canciones, y agradezco a la Hermana Teresa sus palabras. A ella y a todos los hombres y mujeres que dedican sus vidas a ense?ar a los j?venes, deseo manifestarles mis sentimientos de profundo agradecimiento. Form?is a las nuevas generaciones no s?lo en el conocimiento de la fe, sino en cada aspecto de lo que significa vivir como ciudadanos maduros y responsables en el mundo actual.

Como sab?is, la tarea de un maestro no es sencillamente comunicar informaci?n o proporcionar capacitaci?n en unas habilidades orientadas al beneficio econ?mico de la sociedad; la educaci?n no es y nunca debe considerarse como algo meramente utilitario. Se trata de la formaci?n de la persona humana, prepar?ndola para vivir en plenitud. En una palabra, se trata de impartir sabidur?a. Y la verdadera sabidur?a es inseparable del conocimiento del Creador, porque ?en sus manos estamos nosotros y nuestras palabras y toda la prudencia y destreza de nuestras obras? (Sab 7,16).

Los monjes percibieron con claridad esta dimensi?n trascendente del estudio y la ense?anza, que tanto contribuy? a la evangelizaci?n de estas islas. Me refiero a los benedictinos que acompa?aron a San Agust?n en su misi?n a Inglaterra; a los disc?pulos de San Columbano, que propagaron la fe por Escocia y el norte de Inglaterra; a San David y sus compa?eros en Gales. Ya que la b?squeda de Dios, que est? en el coraz?n de la vocaci?n mon?stica, requiere un compromiso activo con los medios por los que ?l se da a conocer -su creaci?n y su Palabra revelada-, era natural que el monasterio tuviera una biblioteca y una escuela (cf. Discurso a los representantes del mundo de la cultura en el "Colegio de los Bernardinos" en Par?s, el 12 de septiembre de 2008). La dedicaci?n monacal al aprendizaje como senda de encuentro con la Palabra de Dios encarnada sent? las bases de nuestra cultura y civilizaci?n occidentales.

Al mirar a mi alrededor hoy en d?a, veo a muchos religiosos de vida activa cuyo carisma incluye la educaci?n de los j?venes. Ello me ofrece la oportunidad de dar gracias a Dios por la vida y obra de la Venerable Mar?a Ward, originaria de esta tierra, cuya visi?n de la vida religiosa apost?lica femenina ha dado tantos frutos. Yo mismo, siendo ni?o, fui educado por las "Damas Inglesas", y tengo hacia ellas una profunda deuda de gratitud. Muchos pertenec?is a congregaciones dedicadas a la ense?anza, que han llevado la luz del Evangelio a tierras lejanas, como parte de la gran obra misionera de la Iglesia. Tambi?n doy gracias a Dios por esto y le alabo. A menudo, pusisteis las bases de la previsi?n educativa mucho antes de que el Estado asumiera la responsabilidad de este servicio vital tanto para el individuo como para la sociedad. Como los papeles respectivos de la Iglesia y el Estado en el ?mbito de la educaci?n siguen evolucionando, nunca olvid?is que los religiosos tienen una ?nica contribuci?n que ofrecer a este apostolado, sobre todo a trav?s de sus vidas consagradas a Dios y por medio de su fidelidad: el testimonio de amor a Cristo, el Maestro por excelencia.

En efecto, la presencia de los religiosos en las escuelas cat?licas es un signo que recuerda intensamente el tan discutido ethos cat?lico que debe permear todos los aspectos de la vida escolar. Esto va m?s all? de la evidente exigencia de que el contenido de la ense?anza concuerde siempre con la doctrina de la Iglesia. Se trata de que la vida de fe sea la fuerza impulsora de toda actividad escolar, para que la misi?n de la Iglesia se desarrolle con eficacia, y los j?venes puedan descubrir la alegr?a de participar en "el ser para los dem?s", propio de Cristo (cf. Spe Salvi, 28).

Antes de concluir, deseo a?adir una palabra especial de aprecio hacia quienes tienen la tarea de garantizar que nuestras escuelas ofrezcan un entorno seguro para ni?os y j?venes. Nuestra responsabilidad hacia aquellos que nos han confiado su formaci?n cristiana no puede exigir menos. De hecho, la vida de fe se puede cultivar con eficacia cuando prevalece un clima de confianza respetuosa y afectuosa. Rezo para que ello siga siendo un sello distintivo de las escuelas cat?licas en este pa?s.

Con estos sentimientos, queridos hermanos y hermanas, os invito ahora a poneros en pie y orar.

* * *

Se?or Obispo Stack, le ruego, como Presidente de la Junta de Gobierno de la Universidad de Santa Mar?a, que reciba, en nombre del Colegio, este mosaico de la Sant?sima Virgen Mar?a, que obsequio.?

[?Copyright 2010 ? Libreria Editrice Vaticana]


Publicado por verdenaranja @ 22:43  | Habla el Papa
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