Viernes, 08 de octubre de 2010

Homil?a monse?or H?ctor S. Cardelli, obispo de San Nicol?s, en el XXVII aniversario del acontecimiento Mariano (Campito de la Virgen, 25 de septiembre de 2010). (AICA)

XXVII ANIVERSARIO DEL ACONTECIMIENTO MARIANO DE SAN NICOL?S

Queridos peregrinos venidos hoy a este lugar elegido por Mar?a para encontrar aqu? a la Madre tierna que nos espera y se nos brinda llena de amor.

En este momento de nuestra historia nacional, a 200 a?os de nuestra independencia y cuyos d?as anteriores a ser naci?n, fueron jalonados por la fe cristiana y la devoci?n mariana, reconocemos en Mar?a, como Madre de la Iglesia, a la pedagoga del amor, como la m?s vigorosa influencia en la construcci?n de nuestra sociedad.

Esta sociedad tiene su n?cleo b?sico, que es el matrimonio y la familia. Esta c?lula hoy est? sometida a leyes que no contribuyen a la estructura sana y positiva que necesitamos los miembros que la componemos. No obstante la familia, a modo de una peque?a iglesia, es la inspiradora de una nueva pedagog?a del amor que se expresa en el testimonio m?s que en el mandato y surge de la esperanza m?s que del temor. Una pedagog?a transformadora de la realidad familiar, que la purifica y eleva hacia un crecimiento tan anhelado como necesario.

Al pedirle a la Virgen que bendiga nuestra patria, estamos poniendo bajo su amparo a nuestros matrimonios y familias. Hoy las nuevas generaciones de familias est?n sedientas de amor, pero confundidas y? a veces ?temerosas, a la hora de vivirlo con la fidelidad que necesitan.

Al pedirle a Mar?a que nos bendiga, ofrezc?mosle tambi?n comprometernos todos, pastores y fieles laicos, trabajar en la pastoral familiar, para que hombres y mujeres, padres e hijos encuentren un espacio en nuestra Iglesia y as? poder ayudarlos a asumir estilos nuevos para vivir un amor fiel y generoso.

Ser?a un gran servicio proponer una espiritualidad matrimonial y una m?stica esponsal donde el amor del var?n y la mujer,? es decir el amor esponsal? fortalecido por el Sacramento, se abra a la amistad de Dios y as? se plenifique como amor esponsal.

Esta pastoral permitir? a los esposos, padres e hijos, encontrar en la Iglesia (nuestras parroquias y comunidades) un espacio de ayuda y salvaci?n: Salvaci?n de los v?nculos, de la comunicaci?n, de la propia condici?n de var?n y mujer, de la confianza en que el amor matrimonial hoy es posible.

Esta pastoral deber? ayudar a los matrimonios a vivir su relaci?n amorosa de manera adulta y responsable, gratificante y pascual. El v?nculo matrimonial vivido en la fe se convierte en una experiencia de salvaci?n para ambos y en fuente de gracia en sus vidas.

La pastoral familiar crece como una pastoral del v?nculo esponsal y de los v?nculos familiares de donde surge la din?mica vincular que se aprende de la positiva experiencia de convivencia y se extiende a lo cultural, social, psicol?gico, sexual y espiritual, haciendo de la sociedad un ?mbito fant?stico de relaciones sanas y positivas que nos ayudar?n a ser Naci?n e Iglesia de comuni?n.

Esta experiencia de amor humano se convierte en lugar de encuentro con Dios y con los hermanos.

A la inversa, no podemos pensar en una comunidad humana y socialmente sana, destruyendo esta base s?lida y milenariamente experimentada del matrimonio y la familia. Esto lo afirmamos para Argentina.

Al pedirle a Dios que bendiga nuestra patria, le estamos pidiendo que refuerce los cimientos de nuestra sociedad para que no se resquebraje y se derrumbe sobre nosotros mismos y as? nos convirtamos en nuestros propios enemigos, cegando el futuro para nuestros hijos.

Aquellos que asumen el sagrado deber de bregar por el bien de nuestra gente, sean suficientemente id?neos para gestionar, acelerar y llevar a cabo simplemente lo que el cumplimiento del deber exige, escuchando aquella recomendaci?n del Se?or: ?Hay m?s alegr?a en dar que en recibir?, a fin de que las intervenciones lleguen oportunamente cuando se necesitan, porque s?lo d?ndonos es cuando se recibe la devoluci?n de lo Alto y se ordena nuestra convivencia social.

Hoy m?s que nunca decidamos por el amor, porque se est?n poniendo en riesgo los m?s s?lidos recursos de integraci?n y comuni?n. La uni?n har? la fuerza.

?Si dos o m?s se re?nen en mi nombre, yo estar? en medio?. Jes?s en medio es el eje unificador que con sus criterios y sentimientos har? de nosotros un baluarte inexpugnable que no podr? ser abordado por el enemigo.

?l nos lo dijo desde la Cruz: ?Ah? tienen a la Madre?, la queremos recibir en nuestra casa, embebernos de su fidelidad y amor a tu voluntad, edificarnos de su ejemplo y sentirnos convocados por Ella a responderte con alegr?a!

Este nuevo aniversario de su manifestaci?n en San Nicol?s, nos invite a acercarnos m?s a Jes?s. En Ella como Madre de Jesucristo, reconocemos el camino de Dios hacia nosotros y nuestra devoci?n a Ella se deber? traducir en fidelidad a la Palabra de Jes?s.

Aquel encargo de Jes?s, Ella lo sigue cumpliendo con nosotros, es nuestra Madre!, pero tambi?n debemos saber escuchar aquella otra palabra que les dijo a los disc?pulos y que hoy nos la sigue diciendo a nosotros: ?hagan todo lo que ?l les diga?.

Si Ella algo nos dice es que escuchemos y vivamos el Evangelio que su Hijo nos ha dejado.

Con esta convicci?n encaminemos nuestros pasos de retorno a nuestras realidades donde nos toca ser testigos y constructores del amor para ser una patria de hermanos.

La bendici?n a nuestra patria, en este segundo centenario, pasa por nuestra respuesta y compromiso.

El amor de Dios se derrama en nuestros corazones, para que podamos comunicarlo aqu?, en este suelo entre todos nosotros.

Si nos amamos de verdad, el amor de Dios est? entre nosotros y as? podremos pagar al otro la ?nica deuda que tenemos: ?Amarnos!

Mar?a, ?tu ejemplo nos empuje a entregarnos!?

Mons.? H?ctor S. Cardelli, obispo de San Nicol?s?


Publicado por verdenaranja @ 22:49  | Homil?as
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