Martes, 12 de octubre de 2010

Homil?a de monse?or Juan Rub?n Mart?nez, obispo de Posadas, para el 26? domingo durante el a?o (26 de septiembre de 2010). (AICA)

SANTIDAD Y CUESTI?N SOCIAL

El texto de este domingo (Lc. 16,19-31), nos presenta una historia con forma de par?bola llamada ?El rico malo y L?zaro pobre?, donde muestra la insensibilidad de un hombre rico: ?Era un hombre rico que vest?a de p?rpura y lino, y celebraba todos los d?as espl?ndidas fiestas. Y un pobre, llamado L?zaro, que echado junto a su portal, cubierto de llagas, deseaba hartarse de lo que ca?a de la mesa del rico; pero hasta los perros ven?an y le lam?an las llagas?? (Lc. 16,19-21). El texto nos presenta el peligro de idolatrizar las riquezas y de no ser justos y caritativos con aquellos que padecen necesidades. En el juicio final se revelar?n todas estas actitudes y el texto termina diciendo: ?Si no oyen a Mois?s y a los profetas, tampoco se convencer?n, aunque un muerto resucite? (Lc. 16,31). Lo importante es escuchar la Palabra de Dios y practicarla.

Los cristianos en este tiempo nos hemos dispuesto a centrar un camino de discipulado y misi?n. Dif?cilmente podamos asumir un camino de maduraci?n en la fe si no revisamos nuestras actitudes de vida ligadas a la justicia y la caridad, y nos planteamos como nos se?ala ?Navega mar adentro? sobre el esc?ndalo de la pobreza y la exclusi?n social. En dicho documento los obispos argentinos nos hemos propuesto la necesidad de acentuar en la vida cristiana una mayor formaci?n en la moral social y en la doctrina social de la Iglesia, porque percibimos la ruptura que se da entre la fe y la vida, la fe y los criterios, que hace que los valores no est?n suficientemente presentes en nuestra cultura. Basta recordar recientemente como muchos dirigentes pol?ticos, comunicadores sociales y otros que se denominan cristianos no dudaron en someter a ?la dictadura del relativismo ?una instituci?n clave para la sociedad como es el matrimonio y la familia, y el derecho de los ni?os a la crianza de un pap? y mam?, o por lo menos de una figura masculina y femenina.

Esta ruptura de fe y vida, y criterios tambi?n se da en el ?mbito de la cuesti?n social. En Navega mar adentro se?alamos: ?En un pa?s constituido mayoritariamente por bautizados, resulta escandaloso el desconocimiento y, por lo mismo, la falta de vigencia de la Doctrina Social de la Iglesia. Esta ignorancia e indiferencia permiten que no pocos hayan disociado la fe del modo de conducirse cristianamente frente a los bienes materiales y a los contratos sociales de justicia y solidaridad. La labor educativa de la Iglesia no pudo hacer surgir una Patria m?s justa porque no ha logrado que los valores evang?licos se traduzcan en compromisos cotidianos? (38).

Es importante que hagamos una real evaluaci?n y autocr?tica en orden a buscar caminos de conversi?n a Jesucristo, el Se?or y a su propuesta. En la Di?cesis tratamos de asumir el documento de Aparecida y ?las orientaciones pastorales? de nuestro primer S?nodo diocesano, y de buscar respuestas para la formaci?n y el camino de discipulado sobre todo del laicado que es la mayor?a del pueblo de Dios. El instituto de Teolog?a y Pastoral, las escuelas b?sicas y de ministerios son junto a la catequesis algunas de las respuestas que se ofrecen en la Di?cesis. Debo reconocer que es alentador el percibir el alto n?mero de gente que est? buscando formaci?n e introducirse en este camino de discipulado.

Es importante se?alar que este camino de discipulado no es solo aprender conceptualmente elementos doctrinales. Desde ya que esto tambi?n es necesario e importante, pero la formaci?n cristiana implica un ?estilo de vida? que debe integrar necesariamente el poner en pr?ctica lo que creemos. El tratar de vivir la caridad. En el amor a Dios y a los hermanos, especialmente a los m?s pobres encontramos el term?metro que sirve para evaluar nuestro compromiso con el Se?or. En ?Navega mar adentro? tambi?n nos dice que hay signos de esperanza: ?No obstante, en el seno de la comunidad cristiana siempre surgen talentos creativos que avivan el fuego de una imaginaci?n de la caridad. Efectivamente, afloran de modo espont?neo, particularmente desde los sectores m?s pobres, muchas expresiones de solidaridad con ra?ces humanitarias y evang?licas, las que con un voluntariado audaz y sacrificado van extendiendo redes solidarias, verdaderos puentes de ayuda y cercan?a entre los que pueden y se conmueven, y los que necesitan y agradecen?? (39).

Pidamos que no nos pase como a ese rico del Evangelio de este domingo que por su ego?smo e indiferencia perdi? el cielo, el abrazo de nuestro Padre Dios.

?Un saludo cercano y hasta el pr?ximo domingo!?

Mons. Juan Rub?n Mart?nez, obispo de Posadas?


Publicado por verdenaranja @ 21:26  | Homil?as
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