Texto del micro radial de monse?or Jos? Mar?a Arancedo, arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, emitido por LT 9 (9 de octubre de 2010). (AICA)
EL ABORTO, ?ES UN DERECHO?
En el marco del mes de la Familia quiero referirme a un tema actual que se lo presenta como un derecho, en este caso de la mujer, y que la sociedad deber?a garantizar con sus leyes. Me refiero al tema del aborto. Creo que todos coincidimos que estamos ante una situaci?n l?mite y no querida, entiendo que nadie quiere abortar; pero nadie, tampoco, puede negar actualmente la existencia de una vida nueva a partir de la concepci?n, es decir, estamos ante un ser vivo que tiene su propia identidad gen?tica.
El embri?n no es un fragmento de la madre, es un nuevo ser perfectamente individualizado con su propio ADN. En los modernos sistemas jur?dicos el ADN se ha convertido en la "prueba reina", para determinar la identidad y los derechos de las personas desde su concepci?n.
Lo dram?tico de una situaci?n no puede alterar o desconocer lo que es propio de cada ser en cuanto sujeto de derechos. Para este ser ya concebido su primer derecho es, precisamente, el derecho a la vida. Esto no es quitar un derecho a alguien, sino defender el derecho de alguien. A la sabidur?a de la ley le corresponde tutelar esta verdad que hace a la dignidad de todo ser humano. Esto no depende de una creencia religiosa sino de una realidad que, por su misma naturaleza humana y cient?fica, reclama principios ?ticos que comprometen el ordenamiento jur?dico de la sociedad. Estamos ante un hecho que trasciende lo individual o privado, porque est? en juego tanto la vida de una persona como la cultura de una sociedad.
No puedo dejar de mencionar el testimonio de alguien que actu? con la serenidad y la firmeza que estos casos reclaman. Se trata de un m?dico que tambi?n es pol?tico. Me refiero al Dr. Tabar? V?zquez, presidente del Uruguay. Al fundamentar su veto a la ley de despenalizaci?n del aborto llama la atenci?n sobre un dato que no es menor: "en los pa?ses que se ha liberalizado el aborto, estos han aumentado", y lo ejemplifica: "en los Estados Unidos, en los primeros diez a?os, se triplic? y la cifra se mantiene, para concluir, la costumbre se instal?". Qu? triste e injusto es escuchar: "la costumbre se instal?", que equivale a decir, se ha instalado una cultura. La ley que penaliza el aborto tiene, por ello, una raz?n preventiva y pedag?gica, en cuanto tutela y defiende el valor de la vida. Por ello va a concluir: "El verdadero grado de civilizaci?n de una naci?n se mide por c?mo se protege a los m?s necesitados". He querido traer el testimonio de alguien que no habl? desde una fe religiosa, sino desde su condici?n de profesional y de estadista.
Algunos para justificar el aborto sostienen que los embriones son s?lo potencialmente humanos. No se puede fragmentar la vida humana, ella debe ser entendida como una totalidad din?mica que supone, tanto una identidad desde el origen como una unidad en su desarrollo, esto lo revela la existencia de un ADN que es ?nico e irrepetible. No se puede decir que lo que a?n no ha nacido o no conozco no existe. Por otra parte, si bien el embri?n humano es aut?nomo desde la concepci?n, a?n no es independiente, es decir, depende del cuidado de su madre o incluso de la sociedad. Esta es su grandeza, pero tambi?n su fragilidad. Con sabidur?a de estadista conclu?a: "es m?s adecuado buscar una soluci?n basada en la solidaridad que permita promocionar a la mujer y a su criatura, otorg?ndole la libertad de poder optar por otras v?as y, de esta forma, salvar a los dos". Cuando la realidad y el cuidado de la vida no es un l?mite legal, crece una cultura sin fundamento que hiere al hombre y empobrece a la sociedad.
El aborto es un derecho?. Si partimos del hecho comprobado cient?fica y filos?ficamente de que el ?vulo fecundado inaugura una vida nueva que ya no es un fragmento del padre o de la madre, debemos concluir que las pr?cticas abortivas son injustificables e injustas y, por lo mismo, no son un derecho. Tampoco se puede arg?ir desde la libertad de decisi?n de la mujer, porque se viola el derecho de un ser vivo que ya es una persona. En nombre de la libertad de qui?n tiene poder y voz, no se puede negar el derecho de qui?n no tiene la posibilidad de hacerse o?r. Aqu? entra el sentido y la finalidad de la ley, como un principio de equidad que debe regir la vida de la sociedad. Por ello: "un Estado que se arrogue el derecho de definir qu? seres humanos son o no sujetos de derechos, y que, en consecuencia, reconozca a algunos el poder de violar el derecho de otros a la vida, contradice el ideal democr?tico. En efecto, aceptando que se violen los derechos del m?s d?bil, acepta al mismo tiempo, que el derecho de la fuerza prevalezca sobre la fuerza del derecho" (Ratzinger J. La sacralidad de la Vida Humana).
Me permito sugerir la lectura de un peque?o libro que ha publicado el equipo de Pastoral Familiar de nuestra Arquidi?cesis, y que lleva como t?tulo: La vida humana en sus inicios: El problema del aborto y sus desaf?os. Creo que tanto legisladores y pol?ticos, como los simples ciudadanos, debemos asumir este tema con la responsabilidad c?vica y moral que ello implica. Lo que est? en juego son principios y comportamientos que hacen tanto al respeto por la vida naciente, como al nivel de una cultura que privilegia el primer derecho de todo ser vivo, el derecho a la vida. Reciban de su Obispo junto a mi respeto y afecto, mis oraciones y bendici?n en el Se?or.
Mons. Jos? Mar?a Arancedo, arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz?