ZENIT? nos? ofrece la carta que el Papa Benedicto XVI ha enviado al cardenal Crescenzio Sepe, arzobispo metropolitano de N?poles, con ocasi?n de la apertura de un A?o Jubilar especial en la Iglesia napolitana, en el d?cimo aniversario del Gran Jubileo.
Al Venerado Hermano
cardenal Crescenzio Sepe
arzobispo metropolitano de N?poles
Deseo expresarle, venerado Hermano, mi complacencia por la solicitud manifestada por usted de muchas formas hacia la amada Iglesia de N?poles, cuya historia se enriquece ahora con un significativo cap?tulo ulterior con la apertura de un A?o Jubilar especial, diez a?os despu?s del Gran Jubileo del A?o 2000.
Conservo a?n querido en mi coraz?n el vivo recuerdo de la Visita Pastoral del 21 de noviembre de 2007, agradecido siempre al pueblo napolitano por el afectuoso abrazo con el que me acogi?. Esta comunidad diocesana tiene un patrimonio religioso precioso, que exige la coherencia de la fidelidad y el valor del testimonio. En la estela de esta rica tradici?n ha florcido abundante la santidad cristiana, expres?ndose en figuras c?lebres que han dejado una huella profunda en la Iglesia y en la sociedad. De estos resplandecientes ejemplos deriva la llamada a continuar en esta tierra vuestra esta historia de fe y de caridad, trabajando con igual valor y empuje apost?lico. Ciertamente, el contexto sociocultural es hoy bien distinto respecto al pasado, y, si bien se debe alegrar en el Se?or por la fe genuina y perseverante de tantos cristianos, es doloroso constatar la difusi?n de una visi?n secularista de la vida y la intensidad de males que afligen la convivencia civil, amenazada por el individualismo.
En esta atm?sfera se verifica tambi?n la influencia de modelos negativos y desviados que inciden fuertemente en la vida familiar y social, en particular en las nuevas generaciones. Deseo reafirmar, por tanto, la urgencia de la formaci?n humana y cristiana de los ni?os y de los j?venes, porque estos est?n gravemente expuestos a los riesgos de la desviaci?n. Es necesario formar a hombres y mujeres de personalidad fuerte, de fe s?lida y de vida cristiana coherente. Exhorto a los padres a dar a conocer a Jes?s y su mensaje a los hijos, desde peque?os, con los signos y las palabras que la comunidad cristiana ha sugerido y practicado desde siempre. El futuro depende en gran parte del ?xito de este compromiso formativo integral.
En los diverso ambientes de la vida, los cristianos est?n llamados a ser agentes de verdad y testigos valientes del Evangelio; cada uno debe y puede trabajar para que los valores espirituales y ?ticos, traducidos en estilos de vida, ofrezcan una contribuci?n determinante ala edificaci?n de una sociedad m?s justa y fraterna. Habr? entonces que empe?arse en asegurar, con la inspiraci?n y la fuerza que vienen de Dios, relaciones de aut?ntica caridad, que se expresen en formas concretas de solidaridad y de servicio, de forma que se muestren ejemplos de vida alternativos accesibles a todos y, al mismo tiempo, emblem?ticos. As? se podr? reforzar la conciencia de que tambi?n hoy, como siempre, la semilla del Reino de Dios est? presente y activa: una simiente llena de futuro, capaz, si es acogida de modo personal y generoso, de transformar incluso las situaciones m?s dif?ciles y de renovar el coraz?n y el rostro de N?poles.
Venerado Hermano, conf?o los buenos prop?sitos de este A?o Jubilar diocesano a la Virgen del Carmen, protectora de la Ciudad partenopea. Que la Virgen Mar?a, Madre de la Santa Esperanza, y el venerado obispo y m?rtir san Genaro, animen y sostengan los esfuerzos comunes, para que N?poles vuelva a encontrar el esplendor de sus mejores tiempos.
Con estos deseos, le imparto de coraz?n a usted y a toda la comunidad diocesana y ciudadana una especial Bendici?n Apost?lica, propiciadora de paz y de fervor espiritual.
En el Vaticano, 14 de diciembre de 2010
BENEDICTUS PP. XVI?
[Traducci?n del original italiano por Inma ?lvarez
?Libreria Editrice Vaticana]