Lunes, 31 de enero de 2011

Art?culo que ha escrito monse?or Felipe Arizmendi Esquivel, obispo de San Crist?bal de Las Casas sobre el derecho a la libertad religiosa.

DERECHO A LA LIBERTAD RELIGIOSA

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En 1992, se hizo una primera reforma de la legislaci?n religiosa en nuestro pa?s, superando la injusta que permanec?a vigente desde 1917 y que pon?a a la Iglesia bajo absoluto control del Estado. Quienes lucharon por el cambio constitucional exigieron el reconocimiento del derecho a la libertad religiosa no s?lo para los cat?licos, sino para todas las confesiones, lo que algunas han agradecido. Se logr? un avance importante, pero limitado. Hoy estamos exigiendo plena libertad religiosa como un derecho humano b?sico, no como una concesi?n pol?tica oportunista, y esto para todas las tendencias, incluso para los no creyentes. Aunque no faltan protestantes que nos critican por esta lucha, tambi?n ellos saldr?n beneficiados. Exigimos, por ejemplo, m?s libertad de expresi?n en los medios electr?nicos, cosa que ellos en cierto sentido usurpan, pues s?lo en Chiapas tienen m?s de cincuenta radiodifusoras ilegales, con peligro de que la autoridad judicial las decomise y encarcele a los operadores. Todo cambiar?a para ellos y nosotros, si las leyes fueran m?s respetuosas del derecho que exigimos.

El Papa Benedicto XVI, en su tradicional encuentro de a?o nuevo con los embajadores acreditados ante la Santa Sede, dijo que, aunque algunas Constituciones reconocen "cierta libertad religiosa, la vida de las comunidades religiosas se hace, de hecho, dif?cil y a veces incluso insegura, ya que el ordenamiento jur?dico o social se inspira en sistemas filos?ficos y pol?ticos que postulan un estricto control, por no decir un monopolio, del Estado sobre la sociedad".

Denunci? "otros tipos de amenazas contra el pleno ejercicio de la libertad religiosa. Pienso, en primer lugar, en los pa?ses que conceden una gran importancia al pluralismo y la tolerancia, pero donde la religi?n sufre una marginaci?n creciente. Se tiende a considerar la religi?n, toda religi?n, como un factor sin importancia, extra?o a la sociedad moderna o incluso desestabilizador, y se busca por diversos medios impedir su influencia en la vida social. Se llega as? a exigir que los cristianos ejerzan su profesi?n sin referencia a sus convicciones religiosas o morales, e incluso en contradicci?n con ellas, como, por ejemplo, all? donde est?n en vigor leyes que limitan el derecho a la objeci?n de conciencia de los profesionales sanitarios o de algunos profesionales del derecho".

Agreg?: "Otra manifestaci?n de marginaci?n de la religi?n y, en particular, del cristianismo, consiste en desterrar de la vida p?blica fiestas y s?mbolos religiosos, por respeto a los que pertenecen a otras religiones o no creen. De esta manera, no s?lo se limita el derecho de los creyentes a la expresi?n p?blica de su fe, sino que se cortan las ra?ces culturales que alimentan la identidad profunda y la cohesi?n social de muchas naciones". Deplor? el "monopolio estatal en materia escol?stica", y los "cursos de educaci?n sexual o c?vica que transmiten una concepci?n de la persona y de la vida pretendidamente neutra, pero que en realidad reflejan una antropolog?a contraria a la fe y a la justa raz?n".

JUZGAR

?Qu? pedimos el Papa y nosotros? Ante todo, tomar en cuenta que "el derecho a la libertad religiosa no se aplica plenamente all? donde s?lo se garantiza la libertad de culto, y adem?s con limitaciones". Adem?s, algo que deber?a alegrar a quienes, en algunas partes, se quejan de discriminaci?n por parte de la mayor?a cat?lica, dice el Papa con toda claridad: "El peso particular de una determinada religi?n en una naci?n jam?s deber?a implicar la discriminaci?n en la vida social de los ciudadanos que pertenecen a otra confesi?n o, peor a?n, que se consienta la violencia contra ellos".

Y afirma: "La veneraci?n a Dios promueve la fraternidad y el amor, no el odio o la divisi?n. La b?squeda sincera de Dios ha llevado a un mayor respeto de la dignidad del hombre. Quisiera reafirmar con fuerza que la religi?n no constituye un problema para la sociedad, no es un factor de perturbaci?n o de conflicto. Quisiera repetir que la Iglesia no busca privilegios, ni quiere intervenir en cuestiones extra?as a su misi?n, sino simplemente cumplirla con libertad".

ACTUAR

Analicemos desapasionadamente lo que implica el derecho a la plena libertad religiosa. Eso es justicia, eso es libertad, eso es democracia.


Publicado por verdenaranja @ 21:15  | Hablan los obispos
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