ZENIT publica las palabras que dirigi? Benedicto XVI?el domingo 16 de Enero de 2011 a mediod?a al rezar la oraci?n mariana del ?ngelus junto a varios miles de peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano.
Queridos hermanos y hermanas:
En este domingo se celebra la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado, que cada a?o nos invita a reflexionar sobre la experiencia de tantos hombres y mujeres, y de tantas familias, que dejan su propio pa?s en busca de mejores condiciones de vida.? Esta migraci?n a veces es voluntaria, otras veces, por desgracia, es forzada por guerras o persecuciones, y con frecuencia tiene lugar, como sabemos, en condiciones dram?ticas. Por este motivo, fue instituido hace sesenta a?os el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. En la fiesta de la Sagrada Familia, despu?s de Navidad, recordamos que tambi?n los padres de Jes?s tuvieron que huir? de la propia tierra y refugiarse en Egipto para salvar la vida de su ni?o: el Mes?as, el Hijo de Dios fue un refugiado. La Iglesia, desde siempre, viven en su interior la experiencia de la migraci?n. En ocasiones, por desgracia, los cristianos se ven obligados a dejar en medio del sufrimiento su tierra, empobreciendo as? a los pa?ses en los que han vivido sus antepasados. Por otro lado, los traslados voluntarios de los cristianos? por diferentes motivos de una ciudad a otra, de un pa?s al otro, de un continente al otro, son una ocasi?n para incrementar el dinamismo misionero de la Palabra de Dios y permiten que el testimonio de la fe circule a?n m?s en el Cuerpo m?stico de Cristo, atravesando los pueblos y las culturas, y alcanzando nuevas fronteras, nuevos ambientes.?
"Una sola familia humana": este es el tema del mensaje que he enviado con motivo de esta Jornada. Un tema que indica el fin, la meta del gran viaje de la humanidad a trav?s de los siglos: formar una sola familia, naturalmente con todas las diferencias que la enriquecen, pero sin barreras, reconoci?ndonos todos como hermanos. El Concilio Vaticano II dice: "Todos los pueblos forman una comunidad, tienen un mismo origen, puesto que Dios hizo habitar a todo el g?nero humano sobre la faz de la tierra" (declaraci?n Nostra aetate, 1). La Iglesia, sigue diciendo el Concilio, "es en Cristo como un sacramento, o sea signo e instrumento de la uni?n ?ntima con Dios y de la unidad de todo el g?nero humano" (constituci?n Lumen gentium, 1). Por este motivo, es fundamental que los cristianos, si bien est?n esparcidos por todo el mundo y, por tanto, tienen diferentes culturas y tradiciones, sean una sola cosa, como quiere el Se?or. Este es el objetivo de la Semana de Oraci?n por la Unidad de los Cristianos, que tendr? lugar en los pr?ximos d?as, del 18 al 25 de enero. Este a?o se inspira en un pasaje de los Hechos de los Ap?stoles: "Unidos en la ense?anza de los ap?stoles, la comuni?n fraterna, la fracci?n del pan y la oraci?n" (Hechos 2,42). El octavario por la unidad de los cristianos es precedido, ma?ana, por la Jornada de di?logo judeocristiano: la concomitancia de las fechas es muy significativa, pues recuerda la importancia de las ra?ces comunes que unen a jud?os y cristianos.
Al dirigirnos a la Virgen Mar?a, con la oraci?n del ?ngelus, encomendamos a su protecci?n a todos los emigrantes y a quienes se comprometen en el trabajo pastoral entre ellos. Que Mar?a, Madre de la Iglesia, nos permita, adem?s, avanzar en el camino hacia la plena comuni?n de todos los disc?pulos de Cristo.
[Despu?s de rezar el ?ngelus, el papa salud? a los peregrinos en varios idiomas. En italiano, comenz? diciendo:]
Queridos hermanos y hermanas: como sab?is, el 1 de mayo pr?ximo, tendr? la alegr?a de proclamar beato al venerable papa Juan Pablo II, mi amado predecesor. La fecha escogida es muy significativa: de hecho, ser? el segundo domingo de Pascua, que ?l mismo dedic? a la Divina Misericordia, y en cuya vigilia concluy? su vida terrena. Quienes le conocieron, quienes le estimaron y amaron, se alegrar?n con la Iglesia por este acontecimiento. ?Estamos felices!
Deseo asegurar mi particular recuerdo en la oraci?n a las poblaciones de Australia, Brasil, Filipinas y Sri Lanka, recientemente golpeadas por devastadoras inundaciones. Que el Se?or acoja las almas de los difuntos, d? fuerza a los evacuados, y apoye el compromiso de quienes se est?n entregando para aliviar sufrimientos y dificultades.
[En espa?ol, dijo:]
Saludo con afecto a los peregrinos de lengua espa?ola presentes en esta oraci?n mariana, particularmente a los alumnos y profesores del Instituto de Villafranca de los Barros. Al comenzar esta Semana de oraci?n por la unidad de los cristianos, invito a todos a pedir con constancia a Dios, para que siga santificando a todos sus hijos en la verdad de Cristo, crezcamos en el conocimiento de su Palabra y sirvamos a la edificaci?n de su Reino con humildad y amor. Que la maternal intercesi?n de la Sant?sima Virgen Mar?a, anime todos los corazones, para que se eliminen las barreras de separaci?n y, curados de toda divisi?n, demos un testimonio cre?ble del Evangelio de la Salvaci?n. Feliz domingo.
[En polaco, dijo:]
Queridos hermanos y hermanas polacos: os saludo cordialmente a todos aqu?, en Roma, en Polonia y en todo el mundo. Comparto con vosotros la alegr?a por el anuncio de la beatificaci?n del Santo Padre Juan Pablo II, que tendr? lugar el 1 de mayo. Esta noticia era muy esperada por todos, en particular por vosotros, para quienes mi venerable predecesor fue gu?a en la fe, en la verdad, y en la libertad. Os deseo una profunda preparaci?n espiritual para este acontecimiento y a todos os bendigo de coraz?n.
[Traducci?n de Jes?s Colina
? Libreria Editrice Vaticana]
Art?culo que ha escrito monse?or Felipe Arizmendi Esquivel, obispo de San Crist?bal de Las Casas sobre el derecho a la libertad religiosa.
DERECHO A LA LIBERTAD RELIGIOSA
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En 1992, se hizo una primera reforma de la legislaci?n religiosa en nuestro pa?s, superando la injusta que permanec?a vigente desde 1917 y que pon?a a la Iglesia bajo absoluto control del Estado. Quienes lucharon por el cambio constitucional exigieron el reconocimiento del derecho a la libertad religiosa no s?lo para los cat?licos, sino para todas las confesiones, lo que algunas han agradecido. Se logr? un avance importante, pero limitado. Hoy estamos exigiendo plena libertad religiosa como un derecho humano b?sico, no como una concesi?n pol?tica oportunista, y esto para todas las tendencias, incluso para los no creyentes. Aunque no faltan protestantes que nos critican por esta lucha, tambi?n ellos saldr?n beneficiados. Exigimos, por ejemplo, m?s libertad de expresi?n en los medios electr?nicos, cosa que ellos en cierto sentido usurpan, pues s?lo en Chiapas tienen m?s de cincuenta radiodifusoras ilegales, con peligro de que la autoridad judicial las decomise y encarcele a los operadores. Todo cambiar?a para ellos y nosotros, si las leyes fueran m?s respetuosas del derecho que exigimos.
El Papa Benedicto XVI, en su tradicional encuentro de a?o nuevo con los embajadores acreditados ante la Santa Sede, dijo que, aunque algunas Constituciones reconocen "cierta libertad religiosa, la vida de las comunidades religiosas se hace, de hecho, dif?cil y a veces incluso insegura, ya que el ordenamiento jur?dico o social se inspira en sistemas filos?ficos y pol?ticos que postulan un estricto control, por no decir un monopolio, del Estado sobre la sociedad".
Denunci? "otros tipos de amenazas contra el pleno ejercicio de la libertad religiosa. Pienso, en primer lugar, en los pa?ses que conceden una gran importancia al pluralismo y la tolerancia, pero donde la religi?n sufre una marginaci?n creciente. Se tiende a considerar la religi?n, toda religi?n, como un factor sin importancia, extra?o a la sociedad moderna o incluso desestabilizador, y se busca por diversos medios impedir su influencia en la vida social. Se llega as? a exigir que los cristianos ejerzan su profesi?n sin referencia a sus convicciones religiosas o morales, e incluso en contradicci?n con ellas, como, por ejemplo, all? donde est?n en vigor leyes que limitan el derecho a la objeci?n de conciencia de los profesionales sanitarios o de algunos profesionales del derecho".
Agreg?: "Otra manifestaci?n de marginaci?n de la religi?n y, en particular, del cristianismo, consiste en desterrar de la vida p?blica fiestas y s?mbolos religiosos, por respeto a los que pertenecen a otras religiones o no creen. De esta manera, no s?lo se limita el derecho de los creyentes a la expresi?n p?blica de su fe, sino que se cortan las ra?ces culturales que alimentan la identidad profunda y la cohesi?n social de muchas naciones". Deplor? el "monopolio estatal en materia escol?stica", y los "cursos de educaci?n sexual o c?vica que transmiten una concepci?n de la persona y de la vida pretendidamente neutra, pero que en realidad reflejan una antropolog?a contraria a la fe y a la justa raz?n".
JUZGAR
?Qu? pedimos el Papa y nosotros? Ante todo, tomar en cuenta que "el derecho a la libertad religiosa no se aplica plenamente all? donde s?lo se garantiza la libertad de culto, y adem?s con limitaciones". Adem?s, algo que deber?a alegrar a quienes, en algunas partes, se quejan de discriminaci?n por parte de la mayor?a cat?lica, dice el Papa con toda claridad: "El peso particular de una determinada religi?n en una naci?n jam?s deber?a implicar la discriminaci?n en la vida social de los ciudadanos que pertenecen a otra confesi?n o, peor a?n, que se consienta la violencia contra ellos".
Y afirma: "La veneraci?n a Dios promueve la fraternidad y el amor, no el odio o la divisi?n. La b?squeda sincera de Dios ha llevado a un mayor respeto de la dignidad del hombre. Quisiera reafirmar con fuerza que la religi?n no constituye un problema para la sociedad, no es un factor de perturbaci?n o de conflicto. Quisiera repetir que la Iglesia no busca privilegios, ni quiere intervenir en cuestiones extra?as a su misi?n, sino simplemente cumplirla con libertad".
ACTUAR
Analicemos desapasionadamente lo que implica el derecho a la plena libertad religiosa. Eso es justicia, eso es libertad, eso es democracia.
ZENIT.org publica un pasaje del libro "Evangelizar" de monse?or Fernando Sebasti?n, arzobispo em?rito de Pamplona y Tudela, publicado por Ediciones Encuentro, sobre el desaf?o que atraviesa el cristianismo en Espa?a.
Espa?a est? a punto de romper la continuidad de su tradici?n espiritual cristiana y cat?lica, para instalarse en un contexto cultural nuevo, ateo, materialista y nihilista. No es cuesti?n de promover la guerra entre creyentes y no creyentes, ni se trata de estimular la resistencia numantina. El Evangelio de Jes?s es capaz de vivir en todas las situaciones imaginables y puede sobrevivir a todas las agresiones, y de vencer convenciendo a sus mismos agresores. El Evangelio de Jes?s sigue siendo la ?nica levadura capaz de transformar la masa inerte de nuestro viejo mundo ego?sta y resignado a morir, la ?nica luz capaz de iluminar nuestras tinieblas y alumbrarnos nuevos caminos de esperanza y de alegr?a.
No podemos decir ya que la sociedad espa?ola es una sociedad cat?lica. Hay muchos bautizados que no piensan ni viven de acuerdo con su Bautismo. Otros muchos han abandonado expl?citamente la fe bautismal. Otros rechazan elementos de la doctrina cat?lica, ya sean dogm?ticos o morales. En algunas ciudades, es frecuente encontrar familias que no bautizan a sus hijos... Est? claro que no podremos cambiar las cosas de la noche a la ma?ana, pero, con la ayuda de Dios y nuestra colaboraci?n entusiasta, s? podemos cambiar la tendencia y comenzar una nueva era que llegue a su esplendor cuando Dios quiera. La urgencia resulta m?s apremiante si tenemos en cuenta que lo que ahora ocurre en Occidente es muy probable que pase en pocos a?os a otros continentes menos afectados hoy por el secularismo. No nos enga?emos, nadie se librar? de pasar la crisis de la confrontaci?n con la modernidad laicista.
No hemos logrado despertar en nuestras Iglesias un movimiento aut?nticamente evangelizador. Lo que s? se percibe es una reacci?n al proceso secularizador y descristianizador, de tipo restauracionista y formalista que, si en algunas cosas puede estar justificada, no coincide con lo que tiene que ser el n?cleo ni la inspiraci?n de una ?poca evangelizadora, orientada a romper el cerco cultural del cristianismo y a abrir nuevos espacios a la fe. Restaurar los usos externos de los a?os pasados no es lo mismo que recuperar la fuerza espiritual y la eficacia transformadora de las convicciones religiosas de los primeros cristianos. Tengo la impresi?n de que no se quiere reconocer esta situaci?n de descristianizaci?n generalizada. Es preciso fortalecer la fe de los cristianos. Tenemos que aprender a vivir todos como miembros de una Iglesia verdaderamente evangelizadora y misionera. No podemos aceptar como normal la situaci?n actual en la que tantos cristianos desertan de la Iglesia, en la que las generaciones j?venes crecen en un mundo pr?cticamente ateo, sin una relaci?n vital con la persona de Jesucristo ni con el Dios de la salvaci?n. Todos los dem?s problemas que podamos se?alar, por importantes que nos parezcan, son secundarios en relaci?n con esta tarea primordial de la evangelizaci?n. Tenemos que ver c?mo podemos llevar el Evangelio de Jes?s a los ateos, a los indiferentes, a los agn?sticos, pero tambi?n a los protestantes, a los musulmanes, a los budistas, a los animistas que viven con nosotros.
La presentaci?n del Evangelio de Jes?s tiene que producir en los oyentes una verdadera crisis de conversi?n. Crisis que es juicio sobre la vida anterior, esa vida normal que malgastamos dej?ndonos absorber y dominar por las cosas y los afanes de este mundo. Son pocas las actividades pastorales que buscan realmente esta conversi?n. Nos olvidamos de que la vida cristiana comienza con la conversi?n personal, o bien damos por supuesto que esta conversi?n qued? hecha anteriormente.
Tenemos que comenzar de nuevo.
M?s informaci?n sobre el libro "Evangelizar" (424 p?ginas, 19.00 ?) en? http://www.ediciones-encuentro.es
ZENNIT nos ofrece por su indudable inter?s, el texto completo del Decreto de beatificaci?n del papa Juan Pablo II de la Congregaci?n para las Causas de los Santos, que ha sido publicado por Radio Vaticano.
Beatificaci?n: Se?al de hondura de fe e invitaci?n a una vida cristiana plena
La proclamaci?n por la Iglesia de un santo o un beato es fruto de la uni?n de varios aspectos relativos a una persona concreta. Primero, es un acto que dice algo importante en la vida de la misma Iglesia. Est? ligado a un ?culto?, por ejemplo, a la memoria de la persona, a su pleno reconocimiento en la conciencia de la comunidad eclesial, del pa?s, o de la Iglesia universal en distintos pa?ses, continentes y culturas. Otro aspecto es la conciencia de que la ?elevaci?n a los altares? ser? un importante signo de la hondura de la fe, de la difusi?n de la fe en el itinerario vital de esta persona, y que este signo se convertir? en una invitaci?n, un est?mulo para todos nosotros hacia una vida cristiana incluso m?s profunda y plena. Finalmente, la condici?n sine qua non es la santidad de la vida de la persona, verificada en los precisos y formales procedimientos can?nicos. Todo ello proporciona el material para la decisi?n del sucesor de Pedro, del Papa, con vistas a la proclamaci?n de un beato o un santo, del culto en el contexto de la comunidad eclesial y de su liturgia.
El pontificado de Juan Pablo II fue un elocuente y claro signo, no s?lo para los cat?licos, sino para la opini?n p?blica mundial, para personas de todos los colores y credos. La reacci?n mundial a su estilo de vida, al desarrollo de misi?n apost?lica, al modo como soport? su sufrimiento, la decisi?n de continuar su misi?n petrina hasta el final como querida por la divida Providencia, y finalmente, la reacci?n a su muerte, la popularidad de la aclamaci?n ??Santo, ya!?, que algunos hicieron el d?a de su funeral, todo ello es base s?lida en la experiencia de haberse encontrado con la persona que era el Papa. Los fieles sintieron, experimentaron que era un ?hombre de Dios?, que realmente ve los pasos concretos y los mecanismos del mundo contempor?neo ?en Dios?, en la perspectiva de Dios, con los ojos de un m?stico que alza los ojos s?lo a Dios. Fue claramente un hombre de oraci?n: tanto es as? que, s?lo en la din?mica de uni?n personal con Dios, de la escucha permanente a los que Dios quiere decir en una situaci?n concreta, flu?a la entera actividad del papa Juan Pablo II. Quienes estuvieron m?s cercanos a ?l pudieron ver que, antes de sus entrevistas con sus visitantes, ya fueran jefes de Estado, altos dignatarios de la Iglesia o sencillos ciudadanos, Juan Pablo II se recog?a en oraci?n por las intenciones de los visitantes y de la reuni?n a celebrar.
1.- Aportaci?n de Karol Wojtyla al Concilio Vaticano II
Tras el Vaticano II, durante los pontificados de Pablo VI y Juan Pablo II, el modo de presentaci?n, y entonces de autopresentaci?n del papado, ha sido completamente expresiva. Con motivo del 25 aniversario del pontificado de Juan Pablo II, el Ministerio de Asuntos Exteriores italiano public? en 2004 un libro titulado ?Id por todo el mundo?. Giancarlo Zizola, vaticanista reconocido, subray? que ?el papado ha conquistado su ciudadan?a en el reino de la visibilidad p?blica, saliendo del lugar de marginaci?n del culto a donde hab?a sido relegado por decreto de la sociedad secular, en nombre de una visi?n militante del principio liberal de separaci?n de Iglesia y Estado (p. 17). Un historiador alem?n, el jesuita Klaus Schatz, hablando de Pablo VI y de Juan Pablo II, subray? el significado de ?papado itinerante? ?por tanto en conformidad con el Vaticano II- m?s en modo de un movimiento misionero que como un polo est?tico de unidad. Schatz se refiere a la manera de interpretar la misi?n papal como una llamada a ?confirmar en la fe a los hermanos? (Lucas 22, 32), en un modo ligado a la autoridad estructural pero con un fuerte toque espiritual y carism?tico, en relaci?n con la credibilidad personal y arraigada en el mismo Dios.
Deteng?monos un momento a considerar el Vaticano II. El joven arzobispo de Cracovia fue uno de los padres conciliares m?s activos. Hizo una aportaci?n significativa al ?Esquema XIII?, que luego devendr?a en la constituci?n pastoral del Concilio Gaudium et Spes sobre la Iglesia en el Mundo Contempor?neo, y la constituci?n dogm?tica Lumen Gentium. Gracias a sus estudios en el extranjero, el obispo Wojtyla ten?a una experiencia concreta de evangelizaci?n y de la misi?n de la Iglesia, en Europa occidental o en otros continentes, pero sobre todo del ate?smo totalitario en Polonia y en otros pa?ses del bloque sovi?tico. Llev? toda esta experiencia a los debates conciliares, ciertamente no como conversaciones de sal?n, muy corteses pero vac?as de contenido. Aqu? hab?a un esfuerzo sustancial y decisivo por insertar el dinamismo del Evangelio en el entusiasmo conciliar arraigado en la convicci?n de que el cristianismo es capaz de dar un ?alma? al desarrollo de la modernidad y a la realidad del mundo social y cultural.
Todo esto ser?a utilizado en preparar las futuras responsabilidades del sucesor de Pedro. Como Juan Pablo II dijo, el ya ten?a en mente su primera enc?clica,?Redemptor Hominis, y la trajo a Roma desde Cracovia. Todo lo que ten?a que hacer en Roma era redactar todas estas ideas. En su enc?clica, hay una amplia invitaci?n a la humanidad a redescubrir la realidad de la redenci?n en Cristo: El hombre (...) permanece como un ser incomprensible para s? mismo, su vida no tiene sentido, si no se le revela el amor, si no encuentra el amor, si no lo experimenta y lo hace suyo, si no participa ?ntimamente en ?l. Esto, como ya se ha dicho, se debe a que Cristo el Redentor ?revela plenamente al hombre su mismo ser?. (...) el hombre reencuentra la grandeza, dignidad y valor de su propia humanidad. En el misterio de la Redenci?n, el hombre es nuevamente ?expresado? y, en cierta manera, es nuevamente creado. (...) El hombre que desea comprenderse a s? mismo a fondo --y no s?lo de acuerdo a los inmediatos, parciales, a menudo superficiales, e incluso ilusorios est?ndares y medidas de su ser- debe con su inquietud, incertidumbre e incluso debilidad y pecaminosidad, con su vida y muerte, acercarse a Cristo. Debe, en cierto modo, entrar en ?l con todo su propio ser, debe ?apropiarse? y asimilar la totalidad de la realidad de la Encarnaci?n y la Redenci?n para encontrarse a s? mismo (n? 10).
Esta uni?n de Cristo con el hombre es en s? misma un misterio. Del misterio ha nacido ?el hombre nuevo?, llamado a ser copart?cipe de la vida de Dios, y nuevamente creado en Cristo por la plenitud de la gracia y la verdad. (...) El hombre es transformado interiormente por este poder como fuente de una nueva vida que no desaparece y no pasa sino que dura hasta la vida eterna. (...) Esta vida, que el Padre prometi? y ofreci? a cada hombre en Jesucristo (...) es en cierto modo la plenitud del ?destino? que Dios ha preparado para ?l desde la eternidad. Este ?destino divino? progresa, a pesar de todos los enigmas, los enigmas sin resolver, giros, vueltas del ?destino humano? en el mundo temporal. En efecto, mientras tanto, mientras todo esto, a pesar de todas las riquezas de la vida temporal, necesaria e inevitablemente lleva a la frontera de la muerte y al fin de la destrucci?n del cuerpo humano, m?s all? de este fin vemos a Cristo. ?Yo soy la resurrecci?n y la vida, quien cree en m?... nunca morir? (n? 18).
2.- Totus Tuus, confianza en Mar?a Madre de Dios
La vida de Juan Pablo II se dedic? totalmente al servicio del Se?or, por intercesi?n de su Madre. Su lema era Totus Tuus, ya fuera para el bien de la Iglesia o para el del hombre que es el camino para la Iglesia (Redemptor Hominis,?n? 14). Esta es la ?raz?n de ser? de los viajes apost?licos internacionales, los encuentros diarios con la gente, con los responsables de comunidades eclesiales, con cardenales y obispos, con los cabezas de otras Iglesias y comunidades cristianas, los l?deres de otras religiones y con los laicos. Esto es tambi?n verdad en los documentos escritos por el papa, las relaciones diplom?ticas de la Sante Sede con los estados y organizaciones internacionales. La profunda convicci?n del valor del Vaticano II ?no s?lo sobre la necesidad sino tambi?n sobre la posibilidad, para la Iglesia, de ofrecer el Evangelio de Cristo y construir sobre ?l la experiencia de la Iglesia como una inspiraci?n vibrante y energ?tica de la visi?n y mecanismos del mundo moderno- fue siempre convicci?n del papa.
En 1989, cay? el Muro de Berl?n pero, a nivel internacional, se pod?a sentir la fuerza destructiva de los mecanismos comerciales y de los intereses privados econ?micos e ideol?gicos, incluso muchos de ellos an?nimos, que tra?an injusticia y marginaci?n a todos los pueblos ?incluso a ciertos grupos sociales en los pa?ses desarrollados--, y en especial se pod?a percibir que la vida humana hab?a sido devaluada. En muchos viajes apost?licos internacionales a los varios continentes, el Papa proclam? el Evangelio de Cristo y la preocupaci?n de la Iglesia. Escribi? de modo m?s sistem?tico las enc?clicas Laborem Exercens, Sollicitudo Rei Socialis, Centesimus Annus; y tambi?n?Evangelium Vitae, Veritatis Splendor, Fides et Ratio; y las enc?clicas que ten?an que ver directamente con la vida y el apostolado de la Iglesia, como Dominum et Vivificantem, Redemptoris Missio, Ut Unum Sint, Ecclesia de Eucharistia.
3 ? La guerra de Iraq y la ?paz ofensiva?
A menudo, como en el caso de los esfuerzos realizados para evitar la guerra entre los Estados unidos e Iraq, existe una aut?ntica ?paz ofensiva?, no s?lo para salvar la vida de las personas, tambi?n para frenar el crecimiento del odio y las dementes ideas sobre el enfrentamientos entre las civilizaciones, o sobre el nuevo fen?meno de terrorismo a gran escala. De ah? el discurso de A?o Nuevo ante los cuerpos diplom?ticos acreditados en la Santa Sede, tambi?n el inolvidable febrero de 2002 en el que el Papa mantuvo encuentros con diplom?ticos de ?primera categor?a?, J.Fischer (el 7 de febrero); Tarek Aziz (el 14 de febrero), Kofi Anan (18 de febrero), Tony Blair (22 de febrero, Jose M? Aznar y el enviado de Seyyed Mohammed Khatami, presidente de la Rep?blica Isl?mica de Ir?n (27 de febrero); y finalmente, debido a la insostenible situaci?n humana, la deciisi?n de mandar al cardenal Echegaray en misi?n especial a Bagdad (15 de febrero) y al cardenal P?o Laghi a Washington (del 3 al 9 de marzo). El ?febrero del Papa? concluy? con el encuentro del cardenal J.L. Tauran con los 74 embajadores y diplom?ticos del mundo entero; el secretario por las Relaciones con los Estados, el ?ministro de Asuntos Exteriores? del Papa, el cardenal Tauran hizo un llamamiento para evitar la guerra, y les record? todo lo que el Papa hab?a dicho en su ?paz ofensiva?.
4 ? A?o 2000 Jubileo: una realidad hist?rica para recordar la venida de Jes?s de Nazaret
La entonces actual tarea de Juan Pablo II se centr? en la pastoral y vida de la Iglesia: las visitas ad Limina de los obispos de todo el mundo, las audiencias de los mi?rcoles y los encuentros de los domingos con los fieles, para el ?ngelus, las visitas pastorales a las parroquias de Roma. Todo fue hecho y recordado para promover la proclamaci?n de Cristo, para acercar a nuestros conocimientos Su Persona, y ?las palabras que Cristo hab?a dicho cuando estaba a punto de dejar a los Ap?stoles nos habla del misterio de la vida del hombre, de uno y de todos, el misterio de la historia de la humanidad. Bautizar en el nombre del Padre y del Hijo y del Esp?ritu Santo es una inmersi?n en el Dios viviente, 'en uno que es, que fue y que ser?'. El Bautismo es el principio del encuentro , de la uni?n, de la comuni?n, y de esta vida terrenal no es m?s que un pr?logo y una introducci?n; cumplimiento y plenitud pertenecen a la eternidad. La imagen de este mundo se desvanece. Debemos encontrarnos a nosotros mismos, en el 'mundo de Dios', con el fin de llegar a la meta, ir hacia la plenitud de la vida y de la vocaci?n del hombre? (Cracovia, 10 de junio de 1979).
?Esta es precisamente una de las cosas que Juan Pablo II quiso m?s: explicar claramente que nosotros miramos a Cristo que viene; por supuesto El que vino, pero a?n m?s el que vendr?, y ?sto, desde este punto de vista, mantiene nuestra fe, orient?ndonos hacia el futuro. En este camino, somos realmente capaces de presentar un mensaje de fe, en una nueva manera, desde la perspectiva de Cristo que viene. (Benedicto XVI, Luz del Mundo).
El Gran Jubileo de la Redenci?n, en el a?o 2000, no fue para Juan Pablo II, un ?pretexto? para la acci?n pastoral, sino que ante todo fue una realidad hist?rica que recuerda la venida de Jes?s de Nazaret y todo lo que este acontecimiento hist?rico ha tra?do consigo, a saber, la Redenci?n, el Testimonio del Amor de Dios en la Cruz y en la Resurrecci?n, la vida de la Iglesia primitiva, el camino de salvaci?n realizado por el Salvador por el que ha introducido a su Iglesia como un signo e instrumento de unidad interna con Dios, as? como de la familia humana. El a?o Jubileo del A?o 2000 nos trae de la Tierra Santa, tierra de Jes?s, y de Roma, sitio del apostolados del Sucesor de Pedro, el v?nculo de autenticidad del mensaje y de la unidad de la comunidad eclesial. El mensaje ha sido reformulado en las Cartas Tertio Millenio Adveniente y Novo Millennio Ineunte. Pero para el Papa lo que m?s importaba era el agradecimiento personal y de la Iglesia entera a nuestro Se?or Jes?s y el encuentro en la fe con el que ?l nos ha amado hasta el final, que nos ha salvado y sigue siendo un signo tan necesario en un mundo que se est? volviendo cada vez m?s sordo, mientras trata de organizar su vida como si Dios no existiese, errando sin identidad y sin sentido.
5 ? Atenci?n a la Juventud y el significado de las JMJ
Juan Pablo II acostumbraba a analizar los resultados de sus Viajes Apost?licos al extranjero con sus colaboradores, para identificar lo que se hab?a hecho bien, y prever cambios para los viajes sucesivos. Tras el viaje a Polonia en 1991, el papa se dio cuenta que, durante la Misa en Varsovia, en las zonas m?s alejadas, los j?venes iban y ven?an, beb?an cerveza o coca-cola, y volv?an. ?No era como en los viajes anteriores, dijo, ha habido un cambio en la mentalidad de la sociedad. No vale la pena fijarnos en los 'primeros puestos'. Los VIP est?n siempre sentados de la misma manera, pero los 'm?rgenes' son importantes y merecen nuestra atenci?n?. Es importante fijarnos en que el Papa no usaba la palabra ?multitud?: ?l siempre ve?a y prestaba atenci?n a "la gente". Era muy atento al papel de los laicos en la vida y misi?n de la Iglesia. Es muy significativo que, cuando todav?a era capell?n de la Universidad de Cracovia, aprovechara un breve periodo de "deshielo pol?tico" en 1957 para organizar ? en colaboraci?n con el arzobispo de Wroclaw, Boleslaw Kominek - un simposio en la ciudad para m?s de 100 estudiantes universitarios de toda Polonia (?por primera vez desde hac?a d?cadas!) precisamente sobre el tema "El papel de los laicos en la Iglesia" (?y esto fue a?os antes del Concilio Vaticano II!). M?s tarde, durante las vacaciones de verano, organizaba ejercicios espirituales en la sede de las Hermanas Ursulinas de la Uni?n Romana de Bado Slaskie para un grupo un poco m?s peque?o de participantes del simposio de Wroclaw, precisamente para promover la "formaci?n de los laicos".
Con la creaci?n de las Jornadas Mundiales de la Juventud, el Papa dio su apoyo a diversas formas de actividad de los laicos en la vida y misi?n de la Iglesia, allanando as? el camino a iniciativas muy significativas, algunos a?os m?s tarde, durante el pontificado de Benedicto XVI: la celebraci?n, en septiembre de 2010 en Corea, de un importante Congreso de laicos cat?licos de Asia, las reuniones de los obispos africanos que cada vez alientan m?s a los laicos a ocupar cargos de responsabilidad en los sectores de la evangelizaci?n, la actividad social y en ?mbito educativo de la Iglesia, la significativa presencia de laicos cat?licos en la Misi?n Continental de Am?rica Latina.
Al revisar su pontificado, Benedicto XVI hace una observaci?n de los cambios generacionales a escala mundial, y llega a la misma conclusi?n que su predecesor, a saber, que "los tiempos han cambiado". Mientras tanto, una nueva generaci?n ha llegado, con nuevos problemas. La generaci?n de finales de los sesenta, con sus propias peculiaridades, vino y se fue. Incluso la siguiente generaci?n, m?s pragm?tica, ha envejecido. Hoy en d?a, hay que preguntarse: "?C?mo podemos hacer frente a un mundo que se pone en peligro, y en el que el progreso se convierte en un peligro? ?No deber?amos empezar todo de nuevo desde Dios?"(Luz del Mundo). As? que Benedicto XVI hace un llamamiento "a que pueda surgir una nueva generaci?n de cat?licos, personas renovadas interiormente, que se comprometan en la pol?tica sin ning?n complejo de inferioridad" (una idea muchas veces repetida por el Papa, por ejemplo, en el Mensaje para la 46 ? Semana Social de los cat?licos italianos, 12 de octubre de 2010). ?l sigue pidiendo una nueva generaci?n de buenos intelectuales y cient?ficos, atentos al hecho de que "un punto de vista cient?fico que ignora la dimensi?n ?tica y religiosa de la vida se vuelve peligrosamente estrecho, justo como suceder?a a una religi?n, si se negara a una leg?tima contribuci?n de la ciencia a nuestra comprensi?n del mundo" (Londres, St. Mary's College, 17 de?septiembre de 2010); el Papa pide una"nueva generaci?n de laicos cristianos comprometidos, capaces de buscar, con rigor y competencia moral, soluciones de desarrollo sostenible" (7 de septiembre de 2008).
6 ? La sencillez de la oraci?n de Juan Pablo II
Cuando recordamos lo que Juan Pablo II llev? a cabo, los "grandes eventos" se mezclan con el recuerdo de momentos sencillos de oraci?n, que fueron una fuente de asombro incluso para sus colaboradores. Voy a mencionar s?lo dos, procedentes de dos diferentes per?odos de su vida. En los a?os setenta, yo era capell?n de los estudiantes de la Universidad Cat?lica de Lubl?n. Al inicio del a?o acad?mico, el entonces cardenal de Cracovia vino para participar en la Eucarist?a en la iglesia de la universidad, en la inauguraci?n oficial del gran sal?n, y en el almuerzo. Despu?s de eso, el cardenal estaba listo para regresar a Cracovia. El rector de la Universidad, el padre Krapiec, lo acompa?? hasta el coche, pero se detuvo a charlar con otro invitado, tanto que hicieron para llegar al coche. Pero he aqu? que ?el cardenal hab?a "desaparecido"! Los diez segundos que esperaron les pareceron diez siglos. El rector, acostumbrado a tener todo bajo control, no sab?a d?nde pod?a haber ido el cardenal. Me pregunt?: "?D?nde est? Wojtyla? ?El cardenal ha desaparecido! ?D?nde est??" Con una leve sonrisa burlona, me tom? un tiempo antes de responderle, s?lo para tomarle el pelo un poco. Entonces le dije: "Probablemente ha ido a la iglesia". All? fuimos, y efectivamente, encontramos al cardenal, arrodillado en oraci?n delante del V?a Crucis.
El otro recuerdo fue en 1999, durante su s?ptimo viaje apost?lico a Polonia. Dur? 13 d?as, con 22 paradas en el programa, desde el Norte hacia el Sur del pa?s. Un programa mucho m?s all? de las capacidades f?sicas del papa. Uno de esos d?as, ten?a que celebrarse ? seg?n el programa ? la bendici?n del Santuario de Lichen, la Eucarist?a en Bydgoszcz, a continuaci?n una reuni?n con la gente de la universidad, la liturgia del Sagrado Coraz?n, en relaci?n con la beatificaci?n del p. Frelichowski en otra ciudad, en Torun, y despu?s volver a Lichen para la noche. ?Un d?a de lo m?s ocupado! As? que, despu?s de la cena, la comitiva papal se fue a la cama inmediatamente. Pero el Papa se encerr? solo en la capilla por un largo, muy largo momento de oraci?n. Quedabamos s?lo tres de nosotros: monse?or Chrapek, encargado de la planificaci?n de la visita para el episcopado, yo mismo, como "asistente", y el famoso Camillo Cibin, jefe de la seguridad del Vaticano. Por fin, el Papa sali? de la capilla para ir a su dormitorio. Cibin me dijo: "Padre Andrea, tr?igame una silla. Pero una que sea dura, de madera, no un sof?, dos tazas de caf?, caf? fuerte, y una manzana?. Todo ello para ayudarle a esperar toda la noche en la puerta de la habitaci?n del Papa, que no se hab?a cerrado del todo, para determinar si el Papa ? no s?lo cansado, sino tambi?n de edad avanzada ? respiraba con normalidad o si ten?a alguna necesidad de ayuda. La santidad personal del Papa era algo que estaba m?s all? y por encima de la estima de que gozaba entre sus colaboradores m?s cercanos, y esto era muy significativo.
7 ? El testamento de Juan Pablo II
Juan Pablo II era consciente del hecho de que estamos viviendo momentos muy dif?ciles de la historia, que el Sucesor de Pedro ten?a el deber de confirmar en la fe, pero era igualmente consciente de que el aspecto m?s importante fue el de confiar en Dios. El testamento que ?l escribi? en 1979, y que modificaba todos los a?os,durante los ejercicios espirituales, nos da un poderoso testimonio de ello. Del 24 febrero al 1 de marzo, escribi?:
?24.II ? 1.III.1980. Durante estos ejercicios espirituales he reflexionado sobre la verdad del Sacerdocio de Cristo ante el paso que supone, para cada uno de nosotros, la hora de nuestra muerte. Para nosotros, partir de este mundo - para renacer en el siguiente, el mundo futuro, signo elocuente (a?ad?a la palabra decisivo sobre ella), es la Resurrecci?n de Cristo (...) Los tiempos que vivimos se han convertido en indeciblemente dif?ciles y preocupantes. La vida de la Iglesia tambi?n ha vuelto dif?cil y tenso, una prueba caracter?stica de estos tiempos ? para los fieles y los pastores. En algunos pa?ses (como uno sobre el que le? durante los ejercicios espirituales), la Iglesia se encuentra en un momento de la persecuci?n igual al de los primeros siglos, tal vez m?s, teniendo en cuenta el grado de crueldad y de odio. Sanguis martyrum - semen christianorum. Por otra parte, tantas personas inocentes han desaparecido, incluso en este pa?s en el que vivimos ?
Una vez m?s deseo confiarme totalmente a la gracia del Se?or. ?l decidir? cu?ndo y c?mo debo terminar mi vida terrena y mi ministerio pastoral. En la vida y en la muerte Totus Tuus, mediante la Inmaculada. Aceptando ya esta muerte, espero que Cristo me d? la gracia de este ?ltimo pasaje, es decir, (mi) Pascua. Yo tambi?n espero que la haga ?til para esta causa m?s importante a la que trato de servir: la salvaci?n de los seres humanos, la protecci?n de la familia humana, en todas las naciones y entre todos los pueblos (entre ellos me refiero, en particular, a mi propio pa?s natal), ?til para aquellos que, de una manera especial, se me han confiado, en la Iglesia, para gloria del propio Dios".
El 5 de marzo de 1982, a?adi?: "El atentado contra mi vida, el 13.V.1981, ha confirmado, en cierto modo, la exactitud de las palabras escritas durante los ejercicios espirituales de 1980 (24.II ? 1.III). Siento a?n m?s profundamente que estoy totalmente en las Manos de Dios ? y permanezco continuamente a disposici?n de mi Se?or, encomend?ndome a ?l en Su Inmaculada Madre (Totus Tuus)".
Posteriormente, el 17 de marzo del A?o Jubilar 2000, n?mero 3: "Como cada a?o, durante los ejercicios espirituales, leo mi testamento del 6.III.1979. Sigo manteniendo las disposiciones contenidas en ?l. Lo que se ha a?adido, en ese momento y durante los siguientes ejercicios espirituales, constituye un reflejo de la situaci?n general dif?cil y tensa que ha marcado los a?os ochenta. Desde el oto?o de 1989, esta situaci?n ha cambiado. La ?ltima d?cada del siglo pasado estuvo libre de las tensiones anteriores; esto no significa que no hubiera nuevos problemas o dificultades. De manera especial, que la Divina Providencia sea alabada por ello, el periodo llamado "guerra fr?a" ha terminado sin un violento conflicto nuclear, una amenaza que pesaba sobre el mundo durante el per?odo anterior" (palabras subrayadas por el propio Papa).
8 ? Un aspecto esencial del nuevo Beato: ?Dios es el fundamento de todos nuestros esfuerzos?
Este es de nuevo un aspecto esencial, si se quiere entender m?s profundamente la personalidad del nuevo Beato para la Iglesia, Karol Wojtyla ? Juan Pablo II. El fundamento de todos los esfuerzos de nuestra vida est? en Dios. Estamos rodeados por el amor divino, por los resultados de la Redenci?n y la Salvaci?n. Pero hay que ayudar a que se arraigue profundamente en Dios mismo, debemos hacer todo lo posible para que se creen actitudes personalesy sociales arraigadas en la realidad de Dios. Esto requiere paciencia, tiempo y la capacidad de verlo todo a trav?s de los ojos de Dios.
La ?ltima y breve peregrinaci?n del papa Juan Pablo II a Polonia, m?s concretamente a su ?patria chica", a Cracovia, Wadovice y al Camino de la Cruz (de Kalwaria Zebrzydowska), mostr? una determinaci?n, pero tambi?n una agudeza espiritual "en el proceso de maduraci?n en el tiempo" para que toda la humanidad, especialmente la comunidad eclesial y cristiana, pudiese comprender mejor algunos de los aspectos fundamentales de la fe. Desde el comienzo de su pontificado, en 1978, Juan Pablo II hablaba a menudo en sus homil?as de la misericordia de Dios. Esta se convirti? en el tema de su segunda Enc?clica Dives in Misericordia, en 1980. Era consciente de que la cultura moderna y su lenguaje no tienen un lugar para la misericordia, trat?ndola como algo extra?o, sino que tratan de inscribirlo todo en las categor?as de la justicia y la ley. Pero esto no es suficiente, porque no es en absoluto la realidad de Dios.
9 ? Confiar al mundo a la Divina Misericordia
M?s tarde, el Papa tom? algunas medidas para finalizar el proceso de beatificaci?n de sor Faustina Kowalska, y la canonizaci?n (2000). Toda la comunidad eclesial fue llevada a sentir la cercan?a de esa persona tan ?ntimamente vinculada con el mensaje de la Misericordia, lo que facilit? el desarrollo de este tema para Juan Pablo II, mostrando la realidad de la Divina Misericordia en los muchos contextos alrededor del mundo, en los diversos continentes de la humanidad hoy.
Por ?ltimo, en agosto de 2002, en Lagiewniki, donde sor Faustina vivi? y muri?, Juan Pablo II confi? el mundo a la Divina Misericordia, a la confianza ilimitada en Dios, el Misericordioso, a Aquel que ha sido no solo una fuente de inspiraci?n, sino tambi?n de la fuerza de su servicio como Sucesor de Pedro. ?Es el Esp?ritu Santo, Consolador y Esp?ritu de verdad, quien nos conduce por los caminos de la Misericordia divina. ?l, convenciendo al mundo "en lo referente al pecado, en lo referente a la justicia y en lo referente al juicio" (Jn?16, 8), al mismo tiempo revela la plenitud de la salvaci?n en Cristo. Este convencer en lo referente al pecado tiene lugar en?una doble relaci?n con la cruz de Cristo. Por una parte, el Esp?ritu Santo nos permite reconocer, mediante la cruz de Cristo, el pecado, todo pecado,?en toda la dimensi?n del mal, que encierra y esconde en s?. Por otra, el Esp?ritu Santo nos permite ver, siempre mediante la cruz de Cristo, el pecado?a la luz del "mysterium pietatis", es decir, del amor misericordioso e indulgente de Dios (cf. Dominum et vivificantem, 32). Y as?, el "convencer en lo referente al pecado", se transforma al mismo tiempo en un convencer de que?el pecado puede ser perdonado y el hombre puede corresponder de nuevo a la dignidad de hijo predilecto de Dios. En efecto, la cruz "es la inclinaci?n m?s profunda de la Divinidad hacia el hombre (...). La cruz es como un toque del amor eterno sobre las heridas m?s dolorosas de la existencia terrena del hombre" (Dives in misericordia, 8). La piedra angular de este santuario, tomada del monte Calvario, en cierto modo de la base de la cruz en la que Jesucristo venci? el pecado y la muerte, recordar? siempre esta verdad. (?) ?Cu?nta necesidad de la misericordia de Dios tiene el mundo de hoy! En todos los continentes, desde lo m?s profundo del sufrimiento humano parece elevarse la invocaci?n de la misericordia. Donde reinan el odio y la sed de venganza, donde la guerra causa el dolor y la muerte de los inocentes se necesita la gracia de la misericordia para calmar las mentes y los corazones, y hacer que brote la paz. Donde no se respeta la vida y la dignidad del hombre se necesita el amor misericordioso de Dios, a cuya luz se manifiesta el inexpresable valor de todo ser humano. Se necesita la misericordia para hacer que toda injusticia en el mundo termine en el resplandor de la verdad. Por eso hoy, en este santuario, quiero consagrar solemnemente el mundo a la Misericordia divina. Lo hago con el deseo ardiente de que el mensaje del amor misericordioso de Dios, proclamado aqu? a trav?s de santa Faustina, llegue a todos los habitantes de la tierra y llene su coraz?n de esperanza. Que este mensaje se difunda desde este lugar a toda nuestra amada patria y al mundo. Ojal? se cumpla la firme promesa del Se?or Jes?s: de aqu? debe salir "la chispa que preparar? al mundo para su ?ltima venida" (Homil?a en Lagiewniki, 17 de agosto de 2002).
Esto hizo los ?ltimos meses en la vida del papa Juan Pablo II, marcados por el sufrimiento, llevando su Pontificado a su cumplimiento.
[Traducci?n del original en ingl?s realizada por ZENIT]
Carta Pastoral del obispo nivariense Don Bernardo ?lvarez Afonso con motivo de la celebraci?n?Jubilar de los quinientos a?os de la aprobaci?n pontificia de la Regla de las Monjas Concepcionistas, que tienen un convento en el pueblo de Garachico de la isla de Tenerife.
CONVENTO DE GARACHICO: ESPACIO Y TIEMPO DE GRACIA Y RECONCILIACI?N?
Queridos diocesanos:
Con motivo de la Celebraci?n Jubilar de los "Quinientos a?os de la aprobaci?n pontificia de la Regla de las? Monjas Concepcionistas", fundadas por Santa Beatriz de Silva, el Santo Padre Benedicto XVI ha concedido la gracia de la Indulgencia Plenaria. Entre el 8 de diciembre de 2010 y el 17 de septiembre de 2001, quienes visiten un lugar sagrado de dicha orden y realicen los actos indicados podr?n obtener la indulgencia.?
Una vez m?s, Dios Misericordioso nos ofrece, a su pueblo, un tiempo de gracia y reconciliaci?n. El Padre nos alienta en Cristo para que volvamos a El, obedeciendo m?s plenamente al Esp?ritu Santo y nos entreguemos al servicio de todos los hombres (cf. Pref. Plegaria de la Reconciliaci?n I)
Como ya sabemos, nuestra Di?cesis cuenta ?en el municipio de Garachico- con un Convento de Monjas Concepcionistas desde el a?o 1643. Aunque un incendio destruy? el edificio del monasterio en 1709, no desapareci? la comunidad. Las monjas, con grandes dificultades y no poca oposici?n, estuvieron durante 40 a?os en una casa cedida por el Marqu?s de la Quinta Roja. Finalmente se pudo reconstruir y habitar de nuevo el convento de la Concepci?n que hoy conocemos.
El actual monasterio se debe a la piedad del Obispo Guill?n quien, adem?s de poseer bienes por herencia familiar, ten?a una caridad inagotable. Viendo la situaci?n precaria en que viv?an las monjas, dio disposiciones para la construcci?n del convento y con sus bienes contribuy? a la realizaci?n de la obra. Levant?, desde los cimientos, el nuevo monasterio con una magn?fica iglesia, en la cual cuatro a?os despu?s, en 1749, coloc? el Sant?simo Sacramento. El traslado de las religiosas al nuevo monasterio se llev? a cabo, con toda solemnidad, el 7 de diciembre de 1749, cuya dedicaci?n se celebr? el 8 de diciembre. Durante la octava de Ntra. Se?ora de la Concepci?n, nueva Patrona del monasterio, se realizaron solemnes funciones, con la presencia de su nuevo e ilustre fundador. En recuerdo y agradecimiento se conserva en el presbiterio un cuadro con la figura del Obispo D. Juan Guill?n.
En la actualidad, forman la comunidad 14 monjas procedentes de distintos pueblos de la isla de Tenerife y una de Ciudad Real. Siguiendo el sentir del Concilio Vaticano II, el convento facilita la participaci?n de los laicos en la oraci?n lit?rgica de la comunidad y en la Eucarist?a, compartiendo los gozos y esperanzas de la humanidad. Tiene como servicio a la Iglesia una hospeder?a para las personas que quieran retirarse unos d?as a la reflexi?n y la oraci?n. Aparte de las labores propias de la casa, las monjas realizan trabajos de costura (mantos, t?nicas, etc. para las im?genes), tambi?n hacen escapularios y algo de reposter?a.
La celebraci?n de los ?Cinco Siglos de aprobaci?n de la Regla?, que regula la vida de las Monjas Concepcionistas, nos da la oportunidad de renovar nuestra gratitud a Dios por el don de este carisma. La Iglesia en todo el mundo y, nuestra Di?cesis, a lo largo de los 368 a?os, se ha beneficiado de la permanencia de las Concepcionistas en Garachico.
Invito a todos los diocesanos a unirnos a las monjas en esta Celebraci?n Jubilar, participando en los actos organizados, o visitando el convento en cualquier ocasi?n, y as? acogernos al don de la Indulgencia Plenaria concedida por el Papa, en los t?rminos y condiciones establecidos. De paso podremos conocer mejor el convento, a las propias monjas y su carisma, as? como expresar nuestra gratitud por el gran servicio que prestan a la misi?n de la Iglesia desde el silencio del claustro con su oraci?n y sacrificio.
Muy especialmente, les ruego que ?sta sea, tambi?n, una ocasi?n privilegiada para orar por las vocaciones a la vida consagrada y sacerdotal, particularmente para que el Se?or llame a muchas j?venes a consagrarse en la vida mon?stica bajo el carisma fundado por Santa Beatriz de Silva: las Monjas Concepcionistas Franciscanas.
La indulgencia Plenaria consiste en la reconciliaci?n o perd?n abundante y generoso, derramado sobre los que se convierten e imploran la remisi?n total de sus culpas y la restauraci?n de sus vidas y personas. Como nos ense?a la Iglesia, en el pecador reconciliado permanecen algunas consecuencias del pecado, que necesitan curaci?n y purificaci?n. En este ?mbito adquiere relevancia la indulgencia, que nos ayuda a cicatrizar definitivamente las heridas del pecado y nos libera de lo que llamamos ?pena temporal?. La purificaci?n de esta pena temporal nos abre a la comuni?n con Dios, con los hermanos y con nosotros mismos. As? mismo, las indulgencias nos ense?an que cada uno de nosotros puede ayudar mucho a los otros, vivos y difuntos, para estar unidos al Padre.
Cualquier ?tiempo jubilar? que, con su autoridad, concede el Papa a los fieles, es un verdadero tiempo de gracia que Dios nos otorga, pues forma parte del ?poder de las llaves? que el Se?or concedi? a Pedro y sus sucesores: ?lo que ates en la tierra quedar? atado en los cielos, y lo que? desates en la tierra quedar? desatado en los cielos? (Mt. 16, 19). Por tanto, aqu? se cumple lo que nos promete el Se?or por boca de San Pablo: ?En el tiempo favorable te escuch? y en el d?a de salvaci?n te ayud?. Mirad ahora el momento favorable; mirad ahora el d?a de salvaci?n? (2Cor. 6,2).? Por tanto, haciendo m?as las palabras del propio San Pablo, les digo: ?como si Dios exhortara por medio de nosotros. En nombre de Cristo os suplicamos: ?reconciliaos con Dios! (2Cor. 5, 20).
Se nos ofrece, por tanto, un tiempo de renovaci?n y conversi?n, que implica necesariamente dos manifestaciones: arrepentimiento como consecuencia de haber tomado conciencia de nuestra condici?n de pecadores y un retorno a Dios. Tenemos que destruir los ?dolos que hemos puesto en lugar de Dios y darle el lugar que le corresponde en nuestro coraz?n. Para ello hemos de acercarnos a Jesucristo que es la palabra que nos salva, la mano que Dios tiende a los pecadores, el camino que nos conduce a la paz.
Todo tiempo jubilar es como una llamada prof?tica, un despertar la conciencia, una maduraci?n cristiana, un renovar las energ?as espirituales y morales de la Iglesia, y como consecuencia, la de cada uno de los fieles que aprovechan la ocasi?n. Para ello, es fundamental meditar con frecuencia y profundidad la Palabra de Dios, as? como renovar nuestra vivencia eucar?stica y penitencial, que son los sacramentos que han de alimentar y transformar nuestra vida de creyentes que debe, cada vez m?s, producir el fruto de las buenas obras. Tambi?n, hemos de mirar a la Madre de Dios, la Inmaculada Concepci?n, confiar m?s en Ella, conocerla mejor como modelo de vida cristiana e invocarla como Madre de nuestra reconciliaci?n: ?ruega por nosotros pecadores?.
Confiados en la gracia salvadora del Se?or Jes?s, deseamos que la Celebraci?n de los quinientos a?os de la Regla de las Monjas Concepcionistas sea un tiempo de gracia y salvaci?n, para ellas y para cuantos se unen a las celebraciones jubilares. Gracia y salvaci?n para quienes alcancen la Indulgencia Plenaria concedida por el Santo Padre. Que sea para todos un a?o de renovaci?n espiritual, de modo que se realice en cada uno la salvaci?n obrada por Cristo, que se entreg? por nosotros para rescatarnos de toda impiedad y nos ense?? a renunciar a la vida sin religi?n y a los deseos mundanos, llevando a partir de ahora una vida sobria, honrada y religiosa (cf. Tit. 2,11-14).
Deseando que sean muchos los que aprovechen ?sta efem?rides para acercarse m?s a Cristo y beber de El, que es la fuente de la salvaci?n, de todo coraz?n les bendice,
? Bernardo ?lvarez Afonso
ZENIT Publica el discurso pronunciado?el viernes, 14 de Enero de 2011,?por el Papa Benedicto XVI al recibir en audiencia a los administradores de la Regi?n Lazio, del Ayuntamiento y de la Provincia de Roma, con ocasi?n del tradicional intercambio de felicitaciones por el nuevo a?o.
Ilustres se?ores y se?oras
Siguiendo una feliz costumbre, tambi?n este a?o tengo la grata ocasi?n de encontrar a los representantes de las Instituciones de la Regi?n Lazio, del Ayuntamiento y de la Provincia de Roma. Doy las gracias a la honorable Renata Polverini, presidenta de la Junta Regional del Lazio, al honorable Giovanni Alemanno, Alcalde de Roma, y al honorable Nicola Zingaretti, presidente de la Provincia de Roma, por las corteses palabras que me han dirigido en nombre de todos. Os devuelvo los cordiales votos augurales por el nuevo a?o a vosotros, a los ciudadanos de Roma y de la Provincia y a los habitantes del Lazio, a quienes me siendo particularmente ligado como obispo de esta Ciudad, Sucesor de Pedro.
La vocaci?n singular de Roma, centro del catolicismo y capital del Estado italiano, requiere a nuestra ciudad ser un ejemplo de colaboraci?n fecunda y provechosa entre las Instituciones p?blicas y la Comunidad eclesial. Esta colaboraci?n, en el respeto de las rec?procas competencias, es hoy particularmente urgente ante los nuevos retos que se asoman en el horizonte. La Iglesia, en particular mediante la obra de los fieles laicos y de las asociaciones de inspiraci?n cat?lica, desea continuamente ofrecer su propia contribuci?n a la promoci?n del bien com?n y de un progreso aut?nticamente humano.
La c?lula originaria de la sociedad es la familia, fundada en el matrimonio entre el hombre y la mujer. Es en la familia donde los hijos aprenden los valores humanos y cristianos que permiten una convivencia constructiva y pac?fica. Es en la familia donde se aprenden la solidaridad entre las generaciones, el respeto de las normas, el perd?n y la acogida al otro. Es en la propia casa donde los j?venes, experimentando el afecto de los padres, descubren qu? es el amor y aprenden a amar. La familia, por tanto, debe ser apoyada por pol?ticas org?nicas que no se limiten a proponer soluciones a los problemas contingentes, sino que tengan como objetivo su consolidaci?n y desarrollo y sean acompa?adas por una adecuada obra educativa. A veces, por desgracia, suceden graves hechos de violencia y se amplifican algunos aspecto de crisis de la familia, causados por los r?pidos cambios sociales y culturales. Tambi?n el aprobar formas de uni?n que desnaturalizan la esencia y el fin de la familia, acaba por penalizar a cuantos, no sin esfuerzo, se empe?an en vivir v?nculos afectivos estables, jur?dicamente garantizados y p?blicamente reconocidos. En esta perspectiva, la Iglesia mira con favor a todas las iniciativas que buscan educar a los j?venes a vivir el amor en la l?gica del don de s? mismos, con una visi?n alta y oblativa de la sexualidad. Es necesaria con este objetivo una convergencia educativa entre los diversos componentes de la sociedad, para que el amor humano no se reduzca a un objeto de consumo, sino que pueda ser percibido y vivido como experiencia fundamental que da sentido y finalidad a la existencia.
La entrega rec?proca de los c?nyuges trae consigo la apertura a la generaci?n: el deseo de la paternidad y de la maternidad est? de hecho inscrito en el coraz?n humano. Muchas parejas desear?an acoger el don de nuevos hijos, pero son empujadas a esperar. Por esto es necesario apoyar concretamente la maternidad, como tambi?n garantizar a las mujeres que desarrollan una profesi?n la posibilidad de conciliar familia y trabajo. Demasiadas veces, de hecho, estas son obligadas necesariamente a elegir entre ambas. El desarrollo de pol?ticas adecuadas de ayuda, como tambi?n de estructuras destinadas a la infancia, como las guarder?as, tambi?n los gestionados por familias, puede ayudar a hacer que el hijo no sea visto como un problema, sino como un don y una alegr?a grande. Adem?s, dado que ?la apertura a la vida est? en el centro del verdadero desarrollo" (Caritas in veritate, 28), el elevado n?mero de abortos que son practicados en nuestra Regi?n no puede dejarnos indiferentes. La comunidad cristiana, a trav?s de numerosas "Casas familia", los "Centros de Ayuda a la Vida" y otras iniciativas parecidas, est? comprometida en acompa?ar y dar apoyo a las mujeres que se encuentran en grave dificultad al acoger una nueva vida. Que las Instituciones p?blicas sepan ofrecer su apoyo para que los Consultores familiares est?n en condici?n de ayudar a las mujeres a superar las causas que pueden llevar a interrumpir el embarazo. A prop?sito de esto, expreso mi aprecio por la ley vigente en la Regi?n Lazio que prev? el llamado ?cociente familiar" y considera el hijo concebido como un componente de la familia, y auguro que esta normativa encuentre plena realizaci?n. Estoy contento de que la ciudad de Roma haya puesto ya en marcha su compromiso en esta direcci?n.
En el otro lado de la vida, el envejecimiento de la poblaci?n plantea nuevos problemas. Los ancianos son una gran riqueza para la sociedad. Sus conocimientos, su experiencia, su sabidur?a son un patrimonio para los j?venes, que necesitan maestros de vida. Si bien muchos ancianos pueden contar con el apoyo y la cercan?a de su propia familia, crece el n?mero de quienes est?n solos y necesitan asistencia m?dico-sanitaria. La Iglesia, tambi?n en nuestra Regi?n, est? siempre cerca de aquellos se se encuentran en condiciones fr?giles por motivo de la edad o de la salud precaria. Mientras me alegro por la sinergia existente con las grandes realidades sanitarias cat?licas ? como, por ejemplo, en el campo de la infancia, entre el hospital Bambin Ges? y las Instituciones p?blicas ? auguro que estas estructuras puedan seguir colaborando con las entidades locales para asegurarles su servicio a cuantos se dirigen a ellas, renuevo la invitaci?n a promover una cultura que respete la vida hasta su t?rmino natural, en la conciencia de que ?la medida de la humanidad se determina esencialmente en la relaci?n con el sufrimiento y con el que sufre" (Enc.Spe salvi, 38).
En estos ?ltimos tiempos, la serenidad de nuestras familias est? amenazada por la grave y persistente crisis econ?mica, y muchas familias ya no consiguen garantizar un nivel suficiente de vida a sus propios hijos. Nuestras parroquias, a trav?s de C?ritas, se prodigan para salir al encuentro de estos n?cleos familiares aliviando, en cuanto pueden, los malestares y haciendo frente a las exigencias primarias. Conf?o en que puedan adoptarse procedimientos adecuados, dirigidos a sostener a las familias de renta baja, particularmente las numerosas, penalizadas demasiado a menudo. A ello se a?ade un problema cada d?a m?s dram?tico. Me refiero a la grave cuesti?n del trabajo. Los j?venes, en particular, que despu?s de a?os de preparaci?n no ven salidas laborales y posibilidades de inserci?n social, y de proyecci?n de futuro, se sienten a menudo desilusionados y se ven tentados de rechazar a la propia sociedad. La prolongaci?n de situaciones semejantes causa tensiones sociales, que son aprovechadas por las organizaciones criminales para proponer actividades il?citas. Es por tanto urgente que, aun en este momento dif?cil, se hagan todos los esfuerzos por promover pol?ticas ocupacionales, que puedan garantizar un trabajo y una sustentaci?n digna, condici?n indispensable para dar vida a nuevas familias.
Gentiles Autoridades, son m?ltiples los problemas que requieren una soluci?n. Que vuestro compromiso de Administradores, que se esfuerzan en colaborar juntos por el bien de la comunidad, sepa siempre considerar al hombre como un fin, para que pueda vivir de manera autenticamente humana. Como obispo de esta ciudad quisiera, por tanto, invitaros a encontrar en la Palabra de Dios la fuente de inspiraci?n para vuestra acci?n pol?tica y social, en la ?b?squeda del verdadero bien de todos, en el respeto y en la promoci?n de la dignidad de toda persona" (Ex. ap. postsinodall Verbum Domini, 101). Os aseguro mi recuerdo en la oraci?n, sobre todo por aquellos que comienzan su servicio al bien com?n, y mientras invoco sobre vuestro trabajo la protecci?n maternal de la Virgen Mar?a, Salus Populi Romani, os imparto de coraz?n mi Bendici?n, que de buen grado extiendo a los habitantes de Roma, de su Provincia y de todo el Lazio.
[Traducci?n del original italiano por Inma ?lvarez
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ZENIT? nos ofrece la catequesis que el Papa Benedicto XVI dirigi?, durante la Audiencia General celebrada en el Aula Pablo VI, el mi?rcoles 12 d eEnero de 2011, a un grupo de fieles y peregrinos provenientes de Italia y de todo el mundo.
Queridos hermanos y hermanas,
hoy querr?a hablar de otra santa que como Catalina de Siena y Catalina de Bolonia, tambi?n lleva el nombre de Catalina; hablo de Catalina de G?nova, que destaca sobre todo por sus visiones del purgatorio.
El texto que nos cuenta su vida y su pensamiento, viene publicado en la ciudad ligure en el 1551; est? dividido en tres partes: la Vita, propiamente dicha, la Dimostratione et dechiaratione?del purgatorio ? m?s conocida como Trattato- y el Dialogo tra l'anima e il corpo . El compilador de la obra de Catalina fue su confesor, el sacerdote Cattaneo Marabotto.
Catalina naci? en G?nova, en 1447; ?ltima de cinco hijos, perdi? a su padre, Giacomo Fieschi, a su m?s tierna infancia. La madre, Francesca di Negro, les educ? cristianamente, tanto es as? que la mayor de las dos hijas se hizo religiosa.. a los diecis?is a?os, Catalina fue casada con Giuliano Adorno, un hombre que, tras varias experiencias en el ramo del comercio y en el mundo militar en Medio Oriente, hab?a vuelto a G?nova para casarse. La vida conyugal no fue f?cil, sobre todo por el car?cter del marido, quien gustaba de los juegos de azar. Catalina misma fue inducida, al principio, a llevar un tipo de vida mundana, en la cual no consigui? encontrar serenidad. Despu?s de diez a?os, en su coraz?n hab?a una sensaci?n profunda de vac?o y de amargura.
La conversi?n se inici? el 20 de marzo de 1473, gracias a una ins?lita experiencia. Catalina fue a la iglesia de San Benito y al monasterio de Nuestra Se?ora de las Gracias, para confesarse, y arrodill?ndose ante el sacerdote, ?recib?, como escribe ella misma, ?una herida en el coraz?n del inmenso amor de Dios?, y tal clara visi?n de sus miserias y defectos, y a la vez, de la bondad de Dios, que casi se desmaya. Fue herida en el coraz?n con el conocimiento de s? misma, de la vida que llevaba y de la bondad de Dios. De esta experiencia naci? la decisi?n que orient? toda su vida, que expresada en palabras fue: ?No m?s mundo, no m?s pecado? (cfr?Vita mirabile, 3rv). Catalina entonces, se fue dejando interrumpida la confesi?n. Cuando volvi? a casa, fue a la habitaci?n m?s apartada y pens? durante mucho tiempo. En ese momento fue instruida interiormente sobre la oraci?n y tuvo conciencia del amor de Dios hacia ella que era pecadora, una experiencia espiritual que no consegu?a expresar en palabras (cfr?Vita mirabile, 4r). Es en esta ocasi?n que se le apareci? Jes?s sufriente, cargado con la cruz, como a menudo se representa en la iconograf?a de la Santa. Pocos d?as despu?s, volvi? donde el sacerdote para realizar, finalmente, una buena confesi?n. Inici? aqu? la ?vida de purificaci?n? que, durante tanto tiempo, le hizo sufrir un dolor constante por los pecados cometidos y la empuj? a imponerse penitencias y sacrificios para mostrar su amor a Dios.
En este camino, Catalina se iba acercando cada vez m?s al Se?or, hasta entrar en la que se conoce como ?vida unitiva?, es decir, una relaci?n de uni?n profunda con Dios. En la ?Vita? est? escrito que su alma era guiada y amaestrada s?lo por el dulce amor de Dios, que le daba todo lo que necesitaba. Catalina se abandon? de tal modo en las manos del Se?or que vivi?, casi veinticinco a?os, como ella escribi?, ?sin necesidad de criatura alguna, s?lo instruida y gobernada por Dios?(Vita,?117r-118r), nutrida sobre todo, de la oraci?n constante y de la Santa Comuni?n recibida todos los d?as, algo no com?n en esa ?poca. S?lo a?os m?s tarde, el Se?or le dio un sacerdote que cuidase su alma.
Catalina fue siempre reacia a confiar y manifestar su experiencia de comuni?n m?stica con Dios, sobre todo por la profunda humildad que sent?a frente a las gracias del Se?or. S?lo desde la perspectiva de darle gloria y poder ayudar a otros en su camino espiritual, se anim? a contar lo que le hab?a sucedido en el momento de su conversi?n, que es su experiencia original y fundamental.
El lugar de su ascensi?n a las cumbres m?sticas fue el hospital de Pammatone, el complejo hospitalario m?s grande de G?nova, del que fue directora y animadora. Por tanto Catalina vivi? una existencia totalmente activa, no obstante la profundidad de su vida interior. En Pammatone se form? en torno a ella un grupo de seguidores, disc?pulos y colaboradores, fascinados por su vida de fe y su caridad. Consigui? que su mismo marido, Giuliano Adorno, dejara la vida disipada, se hiciera terciario franciscano y se transfiriera al hospital para ayudar a su mujer. La participaci?n de Catalina en el cuidado de los enfermos se prolong? hasta los ?ltimos d?as de su camino terreno, el 15 de septiembre de 1510. Desde su conversi?n hasta su muerte, no hubo sucesos extraordinarios, s?lo dos elementos caracterizaron su existencia entera: por una parte la experiencia m?stica, es decir, la profunda uni?n con Dios, vivida como una uni?n esponsal, y por la otra las asistencia a los enfermos, la organizaci?n del hospital, el servicio al pr?jimo, especialmente a los m?s abandonados y necesitados. Estos dos polos- Dios y el pr?jimo- colmaron toda su vida, transcurrida pr?cticamente dentro de los muros del hospital.
Queridos amigos, no debemos olvidar que cuanto m?s amamos a Dios y somos constantes en la oraci?n, tanto m?s amaremos verdaderamente a quien est? alrededor nuestro, a quien est? cerca de nosotros, porque seremos capaces de ver en cada persona el rostro del Se?or, que ama sin l?mites ni distinciones. La m?stica no crea distancias con el otro, no crea una vida abstracta, sino que acerca al otro porque se comienza a ver y a actuar con los ojos, con el coraz?n de Dios.
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El pensamiento de Catalina sobre el purgatorio, por el que es particularmente conocida, est? condensado en las ?ltimas dos partes del libro citado al inicio: el Tratado sobre el purgatorio y el Di?logo entre el alma y el cuerpo. Es importante observar que Catalina, en su experiencia m?stica, nunca tuvo revelaciones espec?ficas sobre el purgatorio o sobre las almas que se est?n purificando en ?l. Con todo, en los escritos inspirados por nuestra Santa es un elemento central, y la manera de describirlo tiene caracter?sticas originales respecto a su ?poca. El primer rasgo original se refiere al ?lugar? de la purificaci?n de las almas. En su tiempo se representaba principalmente con el recurso a im?genes ligadas al espacio: se pensaba en un cierto espacio, donde se encontrar?a el purgatorio. En Catalina, en cambio, el purgatorio no est? presentado como un elemento del paisaje de las entra?as de la tierra: es un fuego no exterior, sino interior. Esto es el purgatorio, un fuego interior. La Santa habla del camino de purificaci?n del alma hacia la comuni?n plena con Dios, partiendo de su propia experiencia de profundo dolor por los pecados cometidos, en contraste con el infinito amor de Dios (cfr Vita mirabile, 171v). Hemos escuchado sobre el momento de la conversi?n, donde Catalina siente de repente la bondad de Dios, la distancia infinita de su propia vida de esta bondad y un fuego abrasador dentro de ella. Y este es el fuego que purifica, es el fuego interior del purgatorio. Tambi?n aqu? hay un rasgo original respecto al pensamiento de la ?poca. No se parte, de hecho, del m?s all? para narrar los tormentos del purgatorio ? como era habitual en ese tiempo y quiz?s tambi?n hoy ? y despu?s indicar el camino para la purificaci?n o la conversi?n, sino que nuestra Santa parte de la experiencia propia interior de su vida en camino hacia la eternidad. El alma ? dice Catalina ? se presenta a Dios a?n ligada a los deseos y a la pena que derivan del pecado, y esto le hace imposible gozar de la visi?n beat?fica de Dios. Catalina afirma que Dios es tan puro y santo que el alma con las manchas del pecado no puede encontrarse en presencia de la divina majestad (cfr?Vita mirabile, 177r). Y tambi?n nosotros nos damos cuenta de cu?n alejados estamos, c?mo estamos llenos de tantas cosas, de manera que no podemos ver a Dios. El alma es consciente del inmenso amor y de la perfecta justicia de Dios y, en consecuencia, sufre por no haber respondido de modo correcto y perfecto a ese amor, y por ello el amor mismo a Dios se convierte en llama, el amor mismo la purifica de sus escorias de pecado.
En Catalina se percibe la presencia de fuentes teol?gicas y m?sticas a las que era normal recurrir en su ?poca. En particular se encuentra una imagen de Dionisio el Areopagita, la del hilo de oro que une el coraz?n humano con Dios mismo. Cuando Dios ha purificado al hombre, lo ata con un hilo fin?simo de oro, que es su amor, y lo atrae hacia s? con un afecto tan fuerte, que el hombre se queda como ?superado y vencido y todo fuera de s?. As? el coraz?n humano es invadido por el amor de Dios, que se convierte en la ?nica gu?a, el ?nico motor de su existencia (cfr?Vita mirabile, 246rv). Esta situaci?n de elevaci?n hacia Dios y de abandono a su voluntad, expresada en la imagen del hilo, es utilizada por Catalina para expresar la acci?n de la luz divina sobre las almas del purgatorio, luz que las purifica y las eleva hacia los esplendores de los rayos resplandecientes de Dios (cfr?Vita mirabile, 179r).
Queridos amigos, los santos, en su experiencia de uni?n con Dios, alcanzan un ?saber? tan profundo de los misterios divinos, en el que amor y conocimiento se compenetran, que son de ayuda a los mismos te?logos en su tarea de estudio, de intelligentia fidei, de intelligentia de los misterios de la fe, de profundizaci?n real de los misterios, por ejemplo de qu? es el purgatorio.
Con su vida, santa Catalina nos ense?a que cuanto m?s amamos a Dios y entramos en intimidad con ?l en la oraci?n, tanto m?s ?l se deja conocer y enciende nuestro coraz?n con su amor. Escribiendo sobre el purgatorio, la Santa nos recuerda una verdad fundamental de la fe que se convierte para nosotros en invitaci?n a rezar por los difuntos para que puedan llegar a la visi?n bendita de Dios en la comuni?n de los santos (cfr Catecismo de la Iglesia Cat?lica, 1032). El servicio humilde, fiel y generoso, que la Santa prest? durante toda su vida en el hospital de Pammatone, adem?s, es un luminoso ejemplo de caridad para todos y un aliento especial para las mujeres que dan una contribuci?n fundamental a la sociedad y a la Iglesia con su preciosa obra, enriquecida por su sensibilidad y por la atenci?n hacia los m?s pobres y necesitados. Gracias.
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1?cfr Libro de la Vita mirabile et dottrina santa, de la beata Caterinetta da Genoa. Nel quale si contiene una utile et catholica dimostratione et dechiaratione del purgatorio, Genova 1551.
[En espa?ol dijo]
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua espa?ola, en particular a los grupos provenientes de Espa?a, Uruguay y M?xico y otros pa?ses latinoamericanos. Os invito a que siguiendo el ejemplo de amor de Dios de santa Catalina de G?nova, sep?is entrar en intimidad de oraci?n con ?l y os dej?is transformar por el fuego de su amor. .
[Traducci?n del original italiano por Carmen ?lvarez
?Libreria Editrice Vaticana]?
ZENIT? nos ofrece el discurso que el Papa Benedicto XVI dirigi?el lunes 10 de Enero de 2011?a los miembros del Cuerpo Diplom?tico acreditado ante la Santa Sede, a quienes recibi? en audiencia en la Sala Regia del Palacio Apost?lico, para felicitarles el nuevo a?o.
Se?oras y Se?ores
Me alegra recibiros, ilustres Representantes de tantos pa?ses, en este encuentro en el que, como cada a?o, os reun?s con el Sucesor de Pedro. Este encuentro reviste un gran significado, ya que ofrece una imagen, al mismo tiempo que un ejemplo, del papel de la Iglesia y de la Santa Sede en la comunidad internacional. Saludo cordialmente a cada uno, en particular a los que particip?is por primera vez. Os agradezco la dedicaci?n y atenci?n con que, en el ejercicio de vuestras delicadas funciones, segu?s mis actividades, las de la curia romana y as?, en cierta medida, la vida de la Iglesia cat?lica en todo el mundo. Vuestro Decano, el Embajador Alejandro Valladares Lanza, se ha hecho portavoz de vuestros sentimientos, y le agradezco los deseos que me ha expresado en nombre de todos. Conociendo la uni?n de vuestra comunidad, estoy seguro de que en vuestro recuerdo estar? hoy presente la Embajadora del Reino de los Pa?ses Bajos, la Baronesa van Lynden-Leijten, que hace unas semanas march? a la casa del Padre. Me uno con la oraci?n a vuestros sentimientos.
Al comienzo de un nuevo a?o, resuena en nuestros corazones y en el mundo entero el eco del anuncio gozoso que resplandeci? en la noche Bel?n hace veinte siglos, noche que simboliza la condici?n humana en su necesidad de luz, de amor y de paz. A los hombres de entonces, as? como a los de ahora, los ej?rcitos celestiales llevaron la buena nueva de la llegada del Salvador: ?El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en un pa?s de sombras, una luz les brill? (Is?9,1). El Misterio del Hijo de Dios que se hace hombre supera completamente cualquier expectativa humana. En su absoluta gratuidad, este acontecimiento de salvaci?n es la respuesta aut?ntica y completa al deseo m?s profundo del coraz?n. De Dios viene la verdad, el bien, la bondad, la vida en plenitud que cada hombre busca consciente o inconscientemente. Aspirando a estos bienes, toda persona busca a su Creador, ya que ?s?lo Dios responde a la sed que hay en el coraz?n de todo ser humano? (Exhort. ap. Postsinodal Verbum Domini, 23). La humanidad, a trav?s de sus creencias y ritos, ha manifestado a lo largo de su historia una b?squeda incesante de Dios, y ?estas formas de expresi?n son tan universales que se puede llamar al hombre un ser religioso? (Catecismo de la Iglesia Cat?lica, 28). La dimensi?n religiosa es una caracter?stica innegable e irreprimible del ser y del obrar del hombre, la medida de la realizaci?n de su destino y de la construcci?n de la comunidad a la que pertenece. Por consiguiente, cuando el mismo individuo, o los que est?n a su alrededor, olvidan o niegan este aspecto fundamental, se crean desequilibrios y conflictos en todos los sentidos, tanto en el aspecto personal como interpersonal.
Esta verdad primera y fundamental es la raz?n por la que, en el?Mensaje para la celebraci?n de la Jornada Mundial de la Paz, de este a?o, he se?alado la libertad religiosa como el camino fundamental para la construcci?n de la paz. ?sta, en efecto, se construye y se conserva solo cuando el hombre puede buscar y servir a Dios libremente en su coraz?n, en su vida y en sus relaciones con los dem?s.
Se?oras y Se?ores Embajadores, vuestra presencia en esta solemne circunstancia me invita a realizar un recorrido general por los pa?ses que represent?is y por el mundo entero. En esta panor?mica, ?no se ven acaso numerosas situaciones en las que lamentablemente el derecho a la libertad religiosa ha sido lesionado o negado? Este derecho del hombre, que es en realidad el primer derecho, porque hist?ricamente ha sido afirmado en primer lugar, y porque, por otra parte, tiene como objeto la dimensi?n constitutiva del hombre, es decir, su relaci?n con el Creador, ?no ha sido demasiadas veces puesto en discusi?n o violado? Me parece que hoy la sociedad, sus responsables y la opini?n p?blica, son m?s conscientes, incluso aunque no siempre de manera exacta, la gravedad de esta herida contra la dignidad y la libertad del?homo religiosus, sobre la que he querido llamar la atenci?n de todos en muchas ocasiones.
Lo he hecho en mis viajes apost?licos del ?ltimo a?o, en Malta y Portugal, en Chipre, en el Reino Unido y en Espa?a. M?s all? de las caracter?sticas diferentes de estos pa?ses, conservo de todos un recuerdo lleno de gratitud por la acogida que me han dispensado. La Asamblea Especial del S?nodo de los Obispos para el Medio Oriente, celebrada en el Vaticano en octubre pasado, ha sido un momento de oraci?n y reflexi?n, en el que el pensamiento se ha dirigido con insistencia a las comunidades cristianas de esta regi?n del mundo, tan probadas a causa de su adhesi?n a Cristo y a la Iglesia.
S?, mirando hacia Oriente, nos han consternado los atentados que han sembrado la muerte, el dolor y la angustia entre los cristianos de Iraq, hasta el punto de inducirlos a dejar la tierra de sus padres en la que han vivido desde siglos. Renuevo a las autoridades de ese Pa?s y a los jefes religiosos musulmanes mi apremiante llamamiento a trabajar para que sus conciudadanos cristianos puedan vivir con seguridad y puedan seguir dando su aportaci?n a la sociedad de la que son miembros con pleno derecho. Tambi?n en Egipto, en Alejandr?a, el terrorismo ha golpeado brutalmente a los fieles reunidos en oraci?n en una iglesia. Esta sucesi?n de ataques es un signo m?s de la urgente necesidad de que los Gobiernos de la Regi?n adopten, a pesar de las dificultades y amenazas, medidas eficaces para la protecci?n de las minor?as religiosas. Si es necesario lo diremos una vez m?s. En Oriente Medio, ?los cristianos son ciudadanos originarios y aut?nticos, leales a su patria y, por ende, cumplen con sus deberes nacionales. Es normal que ellos puedan gozar de todos los derechos como ciudadanos, de la libertad de conciencia y de culto, de la libertad en el ?mbito de la educaci?n y de la ense?anza en el ?mbito de los medios de comunicaci?n? (Mensaje al Pueblo de Dios del S?nodo de Obispos para Oriente Medio, 10). A este respecto, aprecio la preocupaci?n por los derechos de los m?s d?biles y la clarividencia pol?tica que algunos pa?ses de Europa han demostrado en estos ?ltimos d?as, pidiendo una respuesta concertada de la Uni?n Europea para que los cristianos sean protegidos en Oriente Medio. Quisiera recordar, en definitiva, que el derecho a la libertad religiosa no se aplica plenamente all? donde s?lo se garantiza la libertad de culto, y adem?s con limitaciones. Asimismo, animo a que se promueva la plena salvaguarda de la libertad religiosa y de los dem?s derechos humanos, mediante programas que, desde la escuela primaria y en el marco de la ense?anza religiosa, ense?en a respetar a todos los hermanos en humanidad. Por lo que respecta a los Estados de la Pen?nsula Ar?bica, donde viven numerosos trabajadores cristianos inmigrantes, espero que la Iglesia cat?lica pueda disponer de estructuras pastorales apropiadas.
Entre las normas que lesionan el derecho de las personas a la libertad religiosa, merece una menci?n especial la ley contra la blasfemia en Pakist?n: Animo de nuevo a las autoridades de ese Pa?s a realizar los esfuerzos necesarios para abrogarla, tanto m?s cuanto es evidente que sirve de pretexto para cometer injusticias y violencias contra las minor?as religiosas. El tr?gico asesinato del Gobernador del Punjab pone de manifiesto la urgencia de proceder en este sentido: la veneraci?n a Dios promueve la fraternidad y el amor, no el odio o la divisi?n. Se pueden mencionar otras situaciones preocupantes, a veces violentas, en el Sur y Sureste del continente asi?tico, en pa?ses que tienen por otra parte una tradici?n de relaciones sociales pac?ficas. El peso particular de una determinada religi?n en una naci?n jam?s deber?a implicar la discriminaci?n en la vida social de los ciudadanos que pertenecen a otra confesi?n o, peor a?n, que se consienta la violencia contra ellos. A este respecto, es importante que el di?logo interreligioso favorezca un compromiso com?n para reconocer y promover la libertad religiosa de todas las personas y comunidades. Por ?ltimo, como ya he recordado, la violencia contra los cristianos no perdona ni siquiera a ?frica. Un triste testimonio de ello son los ataques contra dos lugares de culto en Nigeria, mientras se celebraba el Nacimiento de Cristo.
Por otra parte, en diversos pa?ses en que la Constituci?n reconoce una cierta libertad religiosa, la vida de las comunidades religiosas se hace, de hecho, dif?cil y a veces incluso insegura (cf. Conc. Vat. II, Decl.Dignitatis Humanae, 15), ya que el ordenamiento jur?dico o social se inspira en sistemas filos?ficos y pol?ticos que postulan un estricto control, por no decir un monopolio, del Estado sobre la sociedad. Es necesario que cesen tales ambig?edades, de manera que los creyentes no tengan ya que debatirse entre la fidelidad a Dios y la lealtad a su patria. Pido de modo particular que todos garanticen a la comunidad cat?lica la plena autonom?a de organizaci?n y la libertad de cumplir su misi?n, conforme a las normas y est?ndares internacionales en este ?mbito. En este momento, mi pensamiento vuelve de nuevo a las comunidades cat?licas de China continental y a sus Pastores, que viven un momento de dificultad y de prueba. Por otro lado, quisiera dirigir una palabra de ?nimo a las autoridades de Cuba, Pa?s que en 2010 ha celebrado los 75 a?os de sus relaciones diplom?ticas ininterrumpidas con la Santa Sede, para que el di?logo que felizmente se ha instaurado con la Iglesia se refuerce y ampl?e todav?a m?s.
Dirigiendo nuestra mirada de Oriente a Occidente, nos encontramos frente a otros tipos de amenazas contra el pleno ejercicio de la libertad religiosa. Pienso, en primer lugar, en los pa?ses que conceden una gran importancia al pluralismo y la tolerancia, pero donde la religi?n sufre una marginaci?n creciente. Se tiende a considerar la religi?n, toda religi?n, como un factor sin importancia, extra?o a la sociedad moderna o incluso desestabilizador, y se busca por diversos medios impedir su influencia en la vida social. Se llega as? a exigir que los cristianos ejerzan su profesi?n sin referencia a sus convicciones religiosas o morales, e incluso en contradicci?n con ellas, como, por ejemplo, all? donde est?n en vigor leyes que limitan el derecho a la objeci?n de conciencia de los profesionales sanitarios o de algunos profesionales del derecho.
En este contexto, es un motivo de alegr?a que el Consejo de Europa, en el mes de octubre pasado, haya adoptado una Resoluci?n que protege el derecho del personal m?dico a la objeci?n de conciencia frente a ciertos actos que, como el aborto, lesionan gravemente el derecho a la vida.
Otra manifestaci?n de marginaci?n de la religi?n y, en particular, del cristianismo, consiste en desterrar de la vida p?blica fiestas y s?mbolos religiosos, por respeto a los que pertenecen a otras religiones o no creen. De esta manera, no s?lo se limita el derecho de los creyentes a la expresi?n p?blica de su fe, sino que se cortan las ra?ces culturales que alimentan la identidad profunda y la cohesi?n social de muchas naciones. El a?o pasado, algunos pa?ses europeos se unieron al recurso del Gobierno italiano en la famosa causa de la exposici?n del crucifijo en los lugares p?blicos. Deseo expresar mi gratitud a las autoridades de esas naciones, as? como a todos los que se han empe?ado en este sentido, episcopados, organizaciones y asociaciones civiles o religiosas, en particular al Patriarcado de Mosc? y a los dem?s representantes de la jerarqu?a ortodoxa, y a todas las personas, creyentes y tambi?n no creyentes, que han querido manifestar su aprecio por este s?mbolo portador de valores universales.
Reconocer la libertad religiosa significa, adem?s, garantizar que las comunidades religiosas puedan trabajar libremente en la sociedad, con iniciativas en el ?mbito social, caritativo o educativo. Por otra parte, se puede constatar por todo el mundo la fecunda labor de la Iglesia cat?lica en estos ?mbitos. Es preocupante que este servicio que las comunidades religiosas ofrecen a toda la sociedad, en particular mediante la educaci?n de las j?venes generaciones, sea puesto en peligro u obstaculizado por proyectos de ley que amenazan con crear una especie de monopolio estatal en materia escol?stica, como se puede constatar por ejemplo en algunos pa?ses de Am?rica Latina. Mientras muchos de ellos celebran el segundo centenario de su independencia, ocasi?n propicia para recordar la contribuci?n de la Iglesia cat?lica en la formaci?n de la identidad nacional, exhorto a todos los Gobiernos a promover sistemas educativos que respeten el derecho primordial de las familias a decidir la educaci?n de sus hijos, inspir?ndose en el principio de subsidiariedad, esencial para organizar una sociedad justa.
Continuando mi reflexi?n, no puedo dejar de mencionar otra amenaza a la libertad religiosa de las familias en algunos pa?ses europeos, all? donde se ha impuesto la participaci?n a cursos de educaci?n sexual o c?vica que transmiten una concepci?n de la persona y de la vida pretendidamente neutra, pero que en realidad reflejan una antropolog?a contraria a la fe y a la justa raz?n.
Se?oras y Se?ores Embajadores.
En esta solemne circunstancia, permitirme explicitar algunos principios que inspiran la actividad de la Santa Sede, y de toda la Iglesia cat?lica, ante las Organizaciones Internacionales intergubernamentales, a fin de promover el pleno respeto de la libertad religiosa de todos. En primer lugar, est? la convicci?n de que no se puede crear una especie de escala en la gravedad de la intolerancia contra las religiones. Desgraciadamente, una actitud semejante es frecuente, y los actos discriminatorios contra los cristianos son considerados precisamente como menos graves, menos dignos de atenci?n por parte de los Gobiernos y de la opini?n p?blica. Al mismo tiempo, se debe rechazar tambi?n el peligroso contraste que algunos quieren establecer entre el derecho a la libertad religiosa y los dem?s derechos del hombre, olvidando o negando as? el papel central que el respeto de la libertad religiosa tiene en la defensa y protecci?n de la alta dignidad del hombre. Todav?a menos justificables son los intentos de oponer al derecho a la libertad religiosa unos derechos pretendidamente nuevos, promovidos activamente por ciertos sectores de la sociedad e incluidos en las legislaciones nacionales o en directivas internacionales, pero que no son, en realidad, m?s que la expresi?n de deseos ego?stas que no encuentran fundamento en la aut?ntica naturaleza humana. Por ?ltimo, es necesario afirmar que no es suficiente una proclamaci?n abstracta de la libertad religiosa: esta norma fundamental de la vida social debe ser aplicada y respetada en todos los niveles y ?mbitos; de otra manera, a pesar de justas afirmaciones de principio, se corre el riesgo de cometer profundas injusticias contra los ciudadanos que desean profesar y practicar libremente su fe.
La promoci?n de una plena libertad religiosa de las comunidades cat?licas es tambi?n el objetivo que persigue la Santa Sede cuando establece concordatos u otros acuerdos. Me alegra el que algunos Estados de diversas regiones del mundo y de tradiciones religiosas, culturales y jur?dicas distintas elijan el instrumento de las convenciones internacionales como medio para organizar las relaciones entre la comunidad pol?tica y la Iglesia cat?lica, estableciendo a trav?s del di?logo el cuadro de una colaboraci?n en el respeto de las competencias rec?procas. El a?o pasado se ha concluido y ha entrado en vigor un Acuerdo para la asistencia religiosa de los fieles cat?licos de las fuerzas armadas en Bosnia-Herzegovina, y actualmente hay negociaciones en curso en diversos pa?ses. Esperamos un resultado positivo que asegure una soluci?n que respete la naturaleza y la libertad de la Iglesia, para el bien de toda la sociedad.
La actividad de los representantes pontificios en los Estados y Organizaciones internacionales est? igualmente al servicio de la libertad religiosa. Quisiera se?alar con satisfacci?n que las autoridades vietnamitas han aceptado la designaci?n de un Representante m?o que, visitando las queridas comunidades cat?licas de ese Pa?s, manifestar? la solicitud del Sucesor de Pedro. Quisiera igualmente recordar que, durante el a?o pasado, la red diplom?tica de la Santa Sede se ha reforzado en ?frica, desde ahora una presencia estable se ha asegurado en tres pa?ses donde el nuncio no era residente. Si Dios quiere, me acercar? una vez m?s a ese continente, a Benin, el pr?ximo noviembre, para entregar la Exhortaci?n apost?lica que recoger? el fruto de los trabajos de la segunda Asamblea especial para ?frica del S?nodo de los Obispos.
Ante este ilustre auditorio, quisiera reafirmar con fuerza que la religi?n no constituye un problema para la sociedad, no es un factor de perturbaci?n o de conflicto. Quisiera repetir que la Iglesia no busca privilegios, ni quiere intervenir en cuestiones extra?as a su misi?n, sino simplemente cumplirla con libertad. Invito a cada uno a reconocer la gran lecci?n de la historia: ??C?mo negar la aportaci?n de las grandes religiones del mundo al desarrollo de la civilizaci?n? La b?squeda sincera de Dios ha llevado a un mayor respeto de la dignidad del hombre. Las comunidades cristianas, con su patrimonio de valores y principios, han contribuido mucho a que las personas y los pueblos hayan tomado conciencia de su propia identidad y dignidad, as? como a la conquista de instituciones democr?ticas y a la afirmaci?n de los derechos del hombre con sus respectivas obligaciones. Tambi?n hoy, en una sociedad cada vez m?s globalizada, los cristianos est?n llamados a dar su aportaci?n preciosa al fatigoso y apasionante compromiso por la justicia, al desarrollo humano integral y a la recta ordenaci?n de las realidades humanas, no s?lo con un compromiso civil, econ?mico y pol?tico responsable, sino tambi?n con el testimonio de su propia fe y caridad? (Mensaje para la celebraci?n de la Jornada Mundial de la Paz, 1 enero 2011, 7).
En este sentido, la figura de la Beata Madre Teresa de Calcuta es emblem?tica: el centenario de su nacimiento se ha celebrado en Tirana, en Skopje, en Pristina, as? como en India; le han rendido un vibrante homenaje, no s?lo la Iglesia, sino tambi?n las autoridades civiles y los jefes religiosos, sin contar personas de todas las confesiones. Ejemplos como el suyo muestran al mundo cu?nto puede beneficiar a la sociedad el compromiso que nace de la fe.
Que ninguna sociedad humana se prive voluntariamente de la contribuci?n fundamental que constituyen las personas y las comunidades religiosas. Como recuerda el Concilio Vaticano II, la sociedad, asegurando plenamente a todos la justa libertad religiosa, podr? as? gozar ?de los bienes de la justicia y de la paz que dimanan de la fidelidad de los hombres a Dios y a su santa voluntad? (Decl.?Dignitatis Humanae, 6).
Por eso, mientras formulo votos para que este nuevo a?o sea rico en concordia y en un progreso real, exhorto a todos, responsables pol?ticos, jefes religiosos y personas de toda clase, a emprender con determinaci?n el camino hacia una paz aut?ntica y estable, que pase por el respeto del derecho a la libertad religiosa en toda su amplitud.
Sobre este compromiso, que para hacerse realidad necesita del empe?o de toda la familia humana, invoco la Bendici?n de Dios Todopoderoso, que por su Hijo Jesucristo, nuestra paz, llev? a cabo nuestra reconciliaci?n con ?l y entre nosotros (Ef. 2, 14).
Feliz a?o a todos.
[?Copyright 2011 - Libreria Editrice Vaticana]
ZENIT nos ofrece la homil?a que Benedicto XVI pronunci? durante la misa de la fiesta del Bautismo del Se?or, celebrada?el domingo, 9 de Enero e 2011,?por la ma?ana en la Capilla Sixtina y durante la cual administr? el sacramento del Bautismo a 21 beb?s.
Queridos hermanos y hermanas,
estoy contento de daros una cordial bienvenida en particular a vosotros, padres, padrinos y madrinas de los 21 beb?s a los que, en breve, tendr? la alegr?a de administrar el Sacramento del Bautismo. Como ya es tradici?n, este rito tiene lugar tambi?n este a?o en la santa Eucarist?a con la que celebramos el Bautismo del Se?or. Se trata de la Fiesta que, en el primer domingo despu?s de la solemnidad de la Epifan?a, cierra el tiempo navide?o con la manifestaci?n del Se?or en el Jord?n.
Seg?n el relato del evangelista Mateo (3,13-17), Jes?s fue de Galilea al r?o Jord?n, para hacerse bautizar por Juan; de hecho, acud?an de toda Palestina para escuchar la pr?dica de este gran profeta, el anuncio de la venida del Reino de Dios, y para recibir el bautismo, es decir para someterse a ese signo de penitencia que llamaba a la conversi?n del pecado. Aun llam?ndose bautismo, ?ste no ten?a el valor sacramental del rito que celebramos hoy; como sab?is, es de hecho con su muerte y resurrecci?n como Jes?s instituye los Sacramentos y hace nacer la Iglesia. El administrado por Juan, era un acto penitencial, un gesto que invitaba a la humildad frente a Dios, invitaba a un nuevo inicio: sumergi?ndose en el agua, el penitente reconoc?a haber pecado, imploraba a Dios la purificaci?n de sus culpas y era enviado a cambiar los malos comportamientos, como muriendo en el agua y resurgiendo a una nueva vida.
Por eso, cuando el Bautista ve a Jes?s que, en fila con los pecadores, viene a hacerse bautizar, queda asombrado; reconociendo en ?l al Mes?as, el Santo de Dios, Aquel que est? sin pecado, Juan manifiesta su desconcierto; ?l mismo, el bautista hubiera querido hacerse bautizar por Jes?s. Pero Jes?s le exhorta a no oponer resistencia, a aceptar cumplir este acto, para hacer lo que es conveniente y ?cumplir toda justicia?. Con esta expresi?n, Jes?s manifiesta haber venido al mundo para hacer la voluntad de Quien lo ha enviado, para cumplir todo lo que el Padre le pide; para obedecer al Padre ?l ha aceptado hacerse hombre. Este gesto revela sobre todo qui?n es Jes?s; es el Hijo de Dios, verdadero Dios como el Padre; es Aquel que ?se ha bajado? para hacerse uno de nosotros, Aquel que se ha hecho hombre y ha aceptado humillarse hasta la muerte de cruz (cf. Fil 2,7). El bautismo de Jes?s, del que hoy hacemos memoria, se sit?a en esta l?gica de la humildad y de la solidaridad: es el gesto de Aquel que quiere hacerse en todo uno de nosotros y se pone realmente en fila con los pecadores; ?l, que est? sin pecado, se deja tratar como pecador (cf. 2Cor 5,21), para llevar sobre sus hombros el peso de la culpa de toda la humanidad, tambi?n de nuestra culpa. Es el ?siervo de Dios? del que nos ha hablado el profeta Isa?as en la primera lectura (cf. 42,1). Su humildad est? dictada por la voluntad de establecer una comuni?n plena con la humanidad, por el deseo de realizar una verdadera solidaridad con el hombre y con su condici?n. El gesto de Jes?s anticipa la Cruz, la aceptaci?n de la muerte por los pecados del hombre. Este acto de abajamiento, con el que Jes?s quiere ajustarse totalmente al designio de amor del Padre y conformarse a nosotros, manifiesta la plena sinton?a de voluntad y de entente que hay entre las personas de la Sant?sima Trinidad. Para ese acto de amor, el Esp?ritu de Dios se manifiesta y viene como una paloma sobre ?l, y en ese momento el amor que une a Jes?s y al Padre es testimoniado a los que asisten al bautismo por una voz de lo alto que todos oyen. El Padre manifiesta abiertamente a los hombres, a nosotros, la comuni?n profunda que lo liga al Hijo: la voz que resuena de lo alto atestigua que Jes?s es obediente en todo al Padre y que esta obediencia es expresi?n del amor que les une entre ellos. Por eso, el Padre pone su complacencia en Jes?s, porque reconoce en el actuar del Hijo el deseo de seguir en todo su voluntad: ??ste es mi Hijo amado en quien tengo mis complacencias? (Mt 3,17). Y esta palabra del Padre alude tambi?n, en anticipo, la victoria de la resurrecci?n y nos dice c?mo debemos vivir para estar en la complacencia del Padre, comport?ndonos como Jes?s.
Queridos padres, el Bautismo que vosotros hoy ped?s para vuestros hijos, les inserta en este intercambio de amor rec?proco que hay en Dios entre el Padre, el Hijo y el Esp?ritu Santo; por este gesto que voy a realizar, se derrama en ellos el amor de Dios, inund?ndoles de sus dones. A trav?s del lavado del agua, vuestros hijos se insertan en la vida misma de Jes?s, que muri? en la cruz para liberarnos del pecado y resucitando venci? la muerte. Por eso, inmersos espiritualmente en su muerte y resurrecci?n, son liberados del pecado original y en ellos empieza la vida de la gracia, que es la vida misma de Jes?s Resucitado. ??l -afirma San Pablo- se entreg? por nosotros para rescatarnos de toda iniquidad y purificar para s? un pueblo propio, celador de buenas obras? (Tt 2,14).
Queridos amigos, d?ndonos la fe, el Se?or nos ha dado lo m?s precioso de la vida, es decir el motivo m?s verdadero y m?s bello por el que vivir: por gracia hemos cre?do en Dios, hemos conocido su amor, con el que quiere salvarnos y liberarnos del mal. La fe es el gran don con el que nos da tambi?n la vida eterna, la verdadera vida. Ahora vosotros, queridos padres, padrinos y madrinas, ped?s a la Iglesia que acoja en su seno a estos ni?os, que les d? el Bautismo: y esta petici?n la hac?is en raz?n del don de la fe que vosotros mismos hab?is, a vuestra vez, recibido. Con el profeta Isa?as, todo cristiano puede repetir: ?desde el seno materno me form? para siervo suyo? (cf. 49,5); as?, queridos padres, vuestros hijos son un don precioso del Se?or, quien se ha reservado para s? su coraz?n, para poderlo volver a colmar de su amor. A trav?s del sacramento del Bautismo, hoy los consagra y los llama a seguir a Jes?s, a trav?s de la realizaci?n de su vocaci?n personal seg?n el particular designio de amor que el Padre tiene en mente para cada uno de ellos: meta de esta peregrinaci?n terrena ser? la plena comuni?n con ?l en la felicidad eterna.
Recibiendo el Bautismo, estos ni?os obtienen en don un sello espiritual indeleble, el ?car?cter?, que marca interiormente para siempre su pertenencia al Se?or y los hace miembros vivos de su cuerpo m?stico, que es la Iglesia. Al entrar a formar parte del Pueblo de Dios, para estos ni?os, empieza hoy un camino que deber? ser un camino de santidad y de conformarse a Jes?s, una realidad que est? puesta en ellos como la semilla de un ?rbol espl?ndido, que se debe hacer crecer. Por eso, comprendiendo la grandeza de este don, desde los primeros siglos se ha tenido la consideraci?n de dar el Bautismo a los ni?os justo despu?s de nacer. Ciertamente, ser? despu?s necesaria una adhesi?n libre y consciente a esta vida de fe y de amor, y por eso es necesario que, despu?s del Bautismo, sean educados en la fe, instruidos seg?n la sabidur?a de la Sagrada Escritura y las ense?anzas de la Iglesia, de manera que crezca en ellos esta semilla de la fe que hoy reciben y puedan llegar a la plena madurez cristiana. La Iglesia, que los acoge entre sus hijos, debe hacerse cargo, junto a los padres y a los padrinos, de acompa?arlos en este camino de crecimiento. La colaboraci?n entre comunidad cristiana y familia es m?s necesaria que nunca en el actual contexto social, en el que la instituci?n familiar est? amenazada por muchas partes y se encuentra que tiene que enfrentarse a no pocas dificultades en su misi?n de educar en la fe. La disminuci?n de referencias culturales estables y la r?pida transformaci?n a la que est? sometida continuamente la sociedad, hacen verdaderamente arduo el compromiso educativo. Por eso, es necesario que las parroquias se esfuercen cada vez m?s en apoyar a las familias, peque?as Iglesias dom?sticas, en su tarea de transmisi?n de la fe.
Querid?simos padres, doy gracias con vosotros al Se?or por el don del Bautismo de estos hijos vuestros; al elevar nuestra oraci?n por ellos, invocamos el don abundante del Esp?ritu Santo, que hoy les consagra como imagen de Cristo sacerdote, rey y profeta. Confi?ndoles a la maternal intercesi?n de Mar?a Sant?sima, pidamos por su vida y salud, para que puedan crecer y madurar en la fe, y llevar, con su vida, frutos de santidad y de amor. ?Am?n!?
[Traducci?n del original italiano por Patricia Navas
?Libreria Editrice Vaticana]
ZENIT? nos ofrece las palabras que dirigi? Benedicto XVI?el domingo, 9 de Enero de 2011,?a mediod?a al rezar la oraci?n mariana del ?ngelus desde la ventana de su estudio del Palacio Apost?lico Vaticano junto a varios miles de peregrinos congregados en la plaza de San Pedro, tras bautizar a un grupo de beb?s en la Capilla Sixtina.
?Queridos hermanos y hermanas!
Hoy la Iglesia celebra el Bautismo del Se?or, fiesta que concluye el tiempo lit?rgico de la Navidad. Este misterio de la vida de Cristo muestra visiblemente que su venida a la carne es el acto sublime de amor de las Tres Personas divinas. Podemos decir que de este solemne acontecimiento la acci?n creadora, redentora y santificadora de la Sant?sima Trinidad ser? cada vez m?s manifiesta en la misi?n p?blica de Jes?s, en su ense?anza, en los milagros, en su pasi?n, muerte y resurrecci?n. Leemos, de hecho, en el Evangelio seg?n san Mateo, que ?bautizado Jes?s, sali? luego del agua; y he aqu? que se abrieron los cielos, y vio al Esp?ritu de Dios descender como paloma y venir sobre ?l, mientras una voz del cielo dec?a: ?'?ste es mi hijo amado, en quien tengo mis complacencias'? (3,16-17). El Esp?ritu Santo ?mora? en el Hijo y da testimonio de la divinidad, mientras la voz del Padre, procedente de los cielos, expresa la comuni?n de amor. ?La conclusi?n de la escena del bautismo nos dice que Jes?s ha recibido esta ?unci?n? aut?ntica, que ?l es el Ungido [el Cristo] esperado? (Jes?s de Nazaret, Mil?n 2007, 47-48), como confirmaci?n de la profec?a de Isa?as: ?He aqu? mi Siervo, a quien sostengo yo; mi elegido, en quien se complace mi alma? (Is 42,1). Es verdaderamente el Mes?as, el Hijo del Alt?simo que, saliendo de las aguas del Jord?n, establece la regeneraci?n en el Esp?ritu y abre, a los que lo quieran, la posibilidad de convertirse en hijos de Dios. No es por casualidad, de hecho, que todo bautizado adquiera el car?cter de hijo a partir del nombre cristiano, signo inconfundible de que el Esp?ritu Santo hace nacer ?de nuevo? al hombre desde el seno de la Iglesia. El beato Antonio Rosmini afirma que ?el bautizado sufre una secreta pero potent?sima operaci?n, por la cual es elevado al orden sobrenatural, es puesto en comunicaci?n con Dios (Del principio supremo de la met?dica?, Tur?n 1857, n. 331). Todo esto se ha realizado nuevamente esta ma?ana, durante la celebraci?n eucar?stica en la Capilla Sixtina, donde he conferido el sacramento del Bautismo a 21 beb?s.
Queridos amigos, el Bautismo es el inicio de la vida espiritual, que encuentra su plenitud por medio de la Iglesia. En la hora propicia del Sacramento, mientras la Comunidad eclesial reza y conf?a a Dios a un nuevo hijo, los padres y los padrinos se comprometen a acoger al reci?n bautizado sosteni?ndolo en la formaci?n y en la educaci?n cristiana. ?Y ?sta es una gran responsabilidad, que deriva de un gran don! Por eso, deseo alentar a todos los fieles a redescubrir la belleza de estar bautizados y pertenecer a la gran familia de Dios, y a dar gozoso testimonio de su fe, para que ?sta genere frutos de bien y de concordia.
Lo pedimos por intercesi?n de la Bienaventurada Virgen Mar?a, Auxilio de los cristianos, a quien confiamos a los padres que se est?n preparando para el Bautismo de sus hijos, as? como a los catequistas. ?Que toda la comunidad participe en la alegr?a del renacimiento del agua y del Esp?ritu Santo!
[Despu?s de rezar el ?ngelus, dijo:]
En el contexto de la oraci?n mariana, deseo reservar un particular recuerdo a la poblaci?n de Hait?, un a?o despu?s del terrible terremoto, al que por desgracia ha seguido tambi?n una grave epidemia de c?lera. El cardenal Robert Sarah, presidente del Consejo Pontificio Cor Unum, va hoy a la Isla caribe?a, para expresar mi constante cercan?a y la de toda la Iglesia.
Saludo al grupo de Parlamentarios italianos, aqu? presentes, y les agradezco su compromiso, compartido con otros compa?eros, a favor de la libertad religiosa. Con ellos saludo tambi?n a los fieles coptos aqu? presentes a los que renuevo mi cercan?a.
[A continuaci?n, salud? a los peregrinos en diversas lenguas. En espa?ol, dijo:]
Saludo con afecto a los peregrinos de lengua espa?ola. En este domingo, que sigue a la Fiesta de la Epifan?a, celebramos el Bautismo del Se?or, concluyendo as? el tiempo lit?rgico de la Navidad. El Padre manifiesta en el Jord?n a Jes?s como su Hijo amado, ungido por el Esp?ritu, revelando tambi?n as? el misterio del nuevo bautismo por el que llegamos a ser en verdad hijos suyos. Que la intercesi?n de la Sant?sima Virgen Mar?a os ayude a ser imagen de aquel que hemos conocido semejante a nosotros en la carne y renueve en todos la vocaci?n a la santidad a la que se est? llamado por el bautismo. Feliz domingo.?
[Traducci?n del original italiano por Patricia Navas
?Libreria Editrice Vaticana]
Art?culo que ha escrito monse?or Felipe Arizmendi Esquivel, obispo de San Crist?bal de Las Casas, con el t?tulo "Libertad religiosa par todos".
VER
De cuando en cuando unos medios califican a cat?licos de nuestra di?cesis como intolerantes, porque alguna comunidad ind?gena pone trabas a protestantes en la pr?ctica de su fe y les impide hacer proselitismo; incluso les han expulsado y hasta les han da?ado en sus propiedades. A pesar de que hemos insistido en el derecho que todos tenemos a practicar la religi?n de nuestra preferencia, en algunos lugares ni a m? me han hecho caso y lamentamos que hayan sucedido esas injusticias. Son decisiones que no pasan por la di?cesis y las parroquias, sino que dependen de las asambleas ejidales, que ven la divergencia religiosa como un atropello a su unidad ancestral, unidad que es esencial en la cultura ind?gena. Tambi?n los cat?licos sufrimos ofensas y descalificaciones por hermanos de otras confesiones, en sus emisoras no autorizadas y en sus visitas insistentes a los hogares cat?licos.
Por otra parte, cuando los obispos decimos que las leyes no respetan plenamente nuestro derecho a la libertad religiosa, responden que los art?culos 24 y 130 de la Constituci?n ya reconocen ese derecho, y que lo que realmente ambicionamos es imponer nuestros dogmas y nuestra moral a todos los ciudadanos. Esto es falso. No quieren aceptar que esos art?culos limitan la libertad religiosa al culto y la creencia, pero no garantizan libertad de expresi?n y participaci?n. Pretenden reforzar el laicismo oficial, para impedirnos esas libertades.
JUZGAR
El Papa Benedicto XVI ha dedicado su Mensaje de la Jornada de la Paz, este 1 de enero de 2011, precisamente a "La libertad religiosa, camino para la paz". Entre otras cosas, afirma: "Se puede constatar con dolor que en algunas regiones del mundo la profesi?n y expresi?n de la propia religi?n comporta un riesgo para la vida y la libertad personal. En otras regiones, se dan formas m?s silenciosas y sofisticadas de prejuicio y de oposici?n hacia los creyentes y los s?mbolos religiosos. Los cristianos son actualmente el grupo religioso que sufre el mayor n?mero de persecuciones a causa de su fe. Muchos sufren cada d?a ofensas y viven frecuentemente con miedo por su b?squeda de la verdad, su fe en Jesucristo y por su sincero llamamiento a que se reconozca la libertad religiosa. Todo esto no se puede aceptar, porque constituye una ofensa a Dios y a la dignidad humana; adem?s es una amenaza a la seguridad y a la paz, e impide la realizaci?n de un aut?ntico desarrollo humano integral... Es inconcebible que los creyentes tengan que suprimir una parte de s? mismos -su fe- para ser ciudadanos activos. Nunca deber?a ser necesario renegar de Dios para poder gozar de los propios derechos".
Y describe lo que implica la libertad religiosa: "Toda persona ha de poder ejercer libremente el derecho a profesar y manifestar, individualmente o comunitariamente, la propia religi?n o fe, tanto en p?blico como en privado, por la ense?anza, la pr?ctica, las publicaciones, el culto o la observancia de los ritos. No deber?a haber obst?culos si quisiera adherirse eventualmente a otra religi?n, o no profesar ninguna".
ACTUAR
Reitero mi insistente llamado a las comunidades donde persisten conflictos de intolerancia religiosa, en Chiapas y en otras latitudes, a respetar el justo derecho de todos a practicar su propia religi?n. Transcribo lo que dije el 21 de noviembre de 2001, en un evento de las Sociedades B?blicas, al entregar la Biblia traducida al tsotsil de Chamula: "Hemos de aprender a respetarnos en nuestras leg?timas diferencias y a no repetir agresiones y ofensas. No aprobamos ni promovemos expulsiones de quienes deciden profesar una religi?n diferente a la de la mayor?a en una comunidad. Aunque sea un acuerdo tomado en asamblea comunitaria, es violatorio de derechos fundamentales de la persona humana. Toda expulsi?n o discriminaci?n por motivos religiosos no es acorde con el Evangelio ni con nuestra ley civil, y por tanto la Iglesia Cat?lica la rechaza y no la alienta. Los ni?os tienen derecho a ser aceptados en cualquier escuela, sean de la religi?n que fueren. Y para lograr este nuevo clima de libertad religiosa para todos, los l?deres cristianos y las autoridades civiles debemos inculcar y exigir un gran respeto a la diversidad religiosa de las personas, de los grupos y de las comunidades".
Esperamos mayor madurez de nuestros legisladores, para que hagan avanzar el derecho de todos, creyentes y no creyentes, cat?licos y de otras confesiones, a la plena libertad religiosa.
ZENIT nos ofrece la catequesis que el Papa dirigi?, el?mi?rcoles 29 de diciembre de 2010, durante la Audiencia General celebrada en el Aula Pablo VI, a los peregrinos procedentes de todo el mundo.
Queridos hermanos y hermanas,
en una catequesis reciente habl? de Santa Catalina de Siena. Hoy querr?a presentaros a otra santa, menos conocida, que lleva el mismo nombre: santa Catalina de Bolonia, mujer de gran cultura, pero muy humilde; dedicada a la oraci?n, pero siempre preparada para servir; generosa en el sacrificio, pero llena de alegr?a para acoger con Cristo, la cruz.
Naci? en Bolonia el 8 de septiembre de 1413, primog?nita de Benvenuta Mammolini y de Giovanni de'Vigri, noble culto y rico de Ferrara, doctor en leyes y lector p?blico en Padua, donde ejerc?a de diplom?tico para Niccol? III d' Este, marqu?s de Ferrara. Los detalles de su infancia y juventud de Catalina son escasos y no del todo seguros. De ni?a vivi? en Bolonia, en la casa de sus abuelos, all? fue educada por su familia, sobre todo por su madre, mujer de gran fe. Se traslad? con ella a Ferrara, cuando cumpli? 10 a?os, entrando a esta edad en la corte de Niccol? III d'Este como damisela de honor de Margarita, hija natural de Niccol?. El marqu?s transform? Ferrara en una espl?ndida ciudad, llamando a artistas y literatos de varios pa?ses. Promovi? la cultura, y aunque no tuvo una vida privada ejemplar, cuid? mucho el bien espiritual, la conducta moral y la educaci?n de los s?bditos.
En Ferrara, Catalina no se vio afectada por los aspectos negativos que a menudo llevaba consigo la vida de la corte; disfrut? de la amistad de Margarita y se convirti? en su confidente; enriqueci? su cultura: estudi? m?sica, pintura, danza; aprendi? poes?as, a escribir composiciones literarias, a tocar la viola; se convirti? en una experta en el arte de la miniatura y de la copia; perfeccion? su estudio del lat?n. En su posterior vida mon?stica apreci? mucho la formaci?n cultural y art?stica que adquiri? esos a?os. Aprendi? con facilidad, pasi?n y tenacidad; mostr? gran prudencia, singular modestia, gracia y bondad en su comportamiento. Una cosa, sin embargo, la distingue de un modo absolutamente claro: su esp?ritu constantemente fijo en las cosas del Cielo. En el a?o 1427, con s?lo catorce a?os, y despu?s de algunos sucesos en el ?mbito de su familia, Catalina decide dejar la corte, para unirse a un grupo de mujeres j?venes provenientes de familias nobles que hac?an vida en com?n, consagr?ndose a Dios. La madre, con fe, consiente, aunque ten?a otros proyectos para ella.
No conocemos el camino espiritual de Catalina, antes de esta elecci?n. Hablando en tercera persona, ella afirm? que entr? al servicio de Dios, ?iluminada por la gracia divina [?] con conciencia recta y gran fervor?, se dedica d?a y noche a la oraci?n, empe??ndose en conquistar todas las virtudes que ve?a en otros ? no por envidia, sino por complacer m?s a Dios, en quien hab?a puesto todo su amor? (Las siete armas espirituales, VII, 8, Bolonia 1998, p. 12). Son notables sus progresos espirituales en esta nueva fase de su vida, pero grandes y terribles son tambi?n las pruebas, los sufrimientos internos, sobre todo las tentaciones del demonio. Atraves? un profunda crisis espiritual hasta los l?mites de la desesperaci?n (cfr?ibid., VII, p. 12-29). Vivi? en la noche del alma, golpeada adem?s, por las tentaciones de incredulidad hacia la Eucarist?a. Despu?s de tanto sufrir, el Se?or la consol?: en una visi?n, le dio la clara conciencia de la presencia real eucar?stica, un conocimiento tan luminoso que Catalina non consigui? expresar en palabras (cfr?ibid., VIII, 2, p. 42-46). En el mismo periodo, una prueba muy dolorosa cae sobre su comunidad: surgen tensiones entre aquellas que quieren seguir la espiritualidad agustiniana y quienes se sent?an m?s orientadas hacia la espiritualidad franciscana.
Entre el 1429 y el 1430, la responsable del grupo, Lucia Mascheroni, decide fundar un convento de agustinas. Catalina, sin embargo, decide con otras, ligarse a la regla de santa Clara de As?s. Es un regalo de la Providencia, ya que la comunidad vive en la cercan?a de la iglesia del Esp?ritu Santo anexa al convento de los frailes menores, que se han adherido al movimiento de la Observancia. Catalina y sus compa?eras pudieron as? participar regularmente en las celebraciones lit?rgicas y recibir una adecuada asistencia espiritual. Tuvieron, tambi?n, la fortuna de poder escuchar la predicaci?n de san Bernardino de Siena (cfr?ibid., VII, 62, p. 26). Catalina cont? que, en el 1429 - tercer a?o desde su conversi?n- fue a confesarse a uno de los frailes menores, despu?s de una buena confesi?n y rezando intensamente al Se?or para que le perdonase todos sus pecados y le librase del dolor que iba unido a ellos, Dios le revel? en una visi?n que le hab?a perdonado todo. Fue una experiencia tan fuerte de la misericordia divina, que la marc? para siempre, d?ndole un nuevo impulso para responder con generosidad al inmenso amor de Dios (cfr?ibid., IX, 2, p. 46-48).
En el 1431 tuvo una visi?n del juicio final. La terror?fica escena de los condenados la empuj? a intensificar la oraci?n y la penitencia por la salvaci?n de los pecadores. El demonio continu? acos?ndola pero ella se confi? de modo total al Se?or y a la Virgen Mar?a (cfr.?ibid., X, 3, p. 53-54). En sus escritos, Catalina nos dej? algunas caracter?sticas importantes de este misterioso combate, del cual sale victoriosa por la gracia de Dios. Lo hizo para instruir a sus hermanas y a aquellos que pretend?an encaminarse en la v?a de la perfecci?n: quiso ponerse en guardia de las tentaciones del demonio, que se esconde a menudo bajo apariencias enga?osas, para despu?s insinuar dudas de fe, inseguridades en la vocaci?n, sensualidad.
En el tratado autobiogr?fico y did?ctico, Las siete armas espirituales, Catalina ofreci? ense?anzas de gran sabidur?a y de profundo discernimiento. Habl? en tercera persona al relatar las gracias extraordinarias que el Se?or le dio, y en primera persona al confesar los propios pecados. Su escrito destila la pureza de su fe en Dios, la profunda humildad, la simplicidad del coraz?n, el ardor misionero, la pasi?n por la salvaci?n de las almas. Concreta siete armas en la lucha contra el mal, contra el diablo: 1. Cuidarse y preocuparse en hacer siempre el bien; 2. Creer que solos nunca podemos hacer nada verdaderamente bueno; 3,Confiar en Dios y, con su amor, no temer nunca la batalla contra el mal, sea en el mundo, sea en nosotros mismos; 4. Meditar a menudo los sucesos y palabras de la vida de Jes?s, sobre todo su pasi?n y muerte; 5. Recordar que somos mortales; 6. Tener siempre presente el recuerdo de los bienes del para?so; 7. Tener familiaridad con la Santa Escritura, llev?ndola siempre en el coraz?n para que oriente todos los pensamientos y todas las acciones. ?Un bello programa de vida espiritual, tambi?n hoy, para cada uno de nosotros!
En el convento, a pesar de haberse acostumbrado a la corte de Ferrara, Catalina desempe?? tareas de lavandera, costurera, panadera y del cuidado de los animales. Cumpli? todo, incluso los servicios m?s humildes, con amor y diligente obediencia, ofreciendo a sus hermanas un testimonio luminoso.
De hecho, vio en la desobediencia el orgullo espiritual que destruye cualquier otra virtud. Por obediencia, acept? el encargo de ense?ar a las novicias, a?n cuando se vio incapaz de realizar el encargo, y Dios continu? anim?ndola con su presencia y sus dones: fue, desde luego, una maestra sabia y apreciada.
M?s tarde le fue encargado el servicio del locutorio. Le cost? mucho interrumpir a menudo la oraci?n para responder a las personas que se presentaban a la reja del monasterio, pero tambi?n en esta ocasi?n el Se?or no dej? de visitarla y de estar cerca. Con ella el monasterio fue m?s que nunca un lugar de oraci?n, de ofrenda, de silencio, de cansancio y de gozo. Cuando muri? la abadesa, los superiores pensaron en seguida en ella, pero Catalina los anim? a dirigirse a las clarisas de Mantua, m?s instruidas en la constituci?n y observancia religiosa. Pocos a?os despu?s, en el 1456, se pidi? a su monasterio la creaci?n de una nueva sede en Bolonia. Catalina hubiera preferido terminar sus d?as en Ferrara, pero el Se?or se le apareci? y le exhort? a cumplir su voluntad como abadesa en Bolonia. Se prepar? para este nuevo desempe?o con ayunos, disciplina y penitencias. Fue a Bolonia con dieciocho hermanas. Como superiora fue la primera en la oraci?n y en el servicio; vivi? en profunda humildad y pobreza. Despu?s de tres a?os como abadesa, fue feliz al ser sustituida, pero un a?o despu?s hubo de retomar sus funciones, porque la nueva elegida se qued? ciega. Aunque el sufrimiento y las graves enfermedades la atormentaban, realiz? su servicio con generosidad y dedicaci?n.
Todav?a durante un a?o, exhort? a sus hermanas a la vida evang?lica, a la paciencia y a la constancia en las pruebas, al amor fraterno, a la uni?n con el Esposo Divino, Jes?s, para preparar de esta manera la propia dote para las bodas eternas. Una dote que Catalina bas? en el saber compartir los sufrimientos de Cristo, afrontando con serenidad disgustos, angustias, desprecios e incomprensiones (cfr?Le sette armi spirituali, X, 20, p. 57-58). Al principio de 1463, las enfermedades se agravaron; reuni? a las hermanas por ultima vez en el Capitulo, para anunciarles su muerte y recomendarles la observancia de la regla. Hacia el final de febrero comenz? a sufrir fuertes dolores que no la dejaron m?s, pero ella sigui? confortando a las hermanas desde el dolor, asegur?ndoles su ayuda tambi?n desde el cielo. Despu?s de haber recibido los ?ltimos sacramentos, entreg? a su confesor el escrito Las siete armas espirituales y entr? en agon?a; su rostro se volvi? bello y luminoso; mir? con amor a cuantas la rodeaban y expir? dulcemente, pronunciando tres veces el nombre de Jes?s: era el 9 de marzo de 1463 (cfr I. Bembo,Espejo de iluminaci?n. Vida de santa Catalina en Bolonia, Florencia 2001, cap. III). Catalina fue canonizada por el Papa Clemente XI el 22 de mayo de 1712. La capilla del monasterio del Corpus Domini, en la ciudad de Bolonia,, custodia su cuerpo incorrupto.
Queridos amigos, santa Catalina de Bolonia, con sus palabras y con su vida, es una invitaci?n entusiasta a dejarnos guiar siempre por Dios, a cumplir su voluntad todos los d?as, aunque si a menudo no se corresponde con nuestros proyectos, a confiar en su providencia que nunca nos deja solos. Desde esta perspectiva, santa Catalina habla con nosotros; desde la distancia de tantos siglos, es todav?a muy moderna y habla a nuestra vida. Como nosotros sufre la tentaci?n, la tentaci?n de la incredulidad, de la sensualidad, de un combate dif?cil, espiritual. Se sinti? abandonada por Dios, se encontr? en la oscuridad de la fe. Pero en todas estas situaciones se cogi? siempre a la mano del Se?or, no lo dej?, no lo abandon?. Y caminando de la mano del Se?or, fue por el sendero correcto y en encontr? el camino de la luz. As?, nos dice tambi?n: ?nimo, que tambi?n en la noche oscura de la fe , con tantas dudas que pueda haber, no dej?is la mano del Se?or, caminad con vuestra mano en su mano, creed en la bondad del Se?or; ?esto es caminar por el sendero correcto! Y quisiera subrayar otro aspecto, el de su gran humildad: fue una persona que no quiso ser alguien o algo, no quiso aparentar; no quiso gobernar. Quiso servir, hacer la voluntad de Dios, estar al servicio de los dem?s. Por esto en concreto, Catalina era una autoridad cre?ble, porque se pod?a ver que para ella la autoridad era exactamente servir a los dem?s. Pidamos a Dios, con la intercesi?n de nuestra santa, el don de realizar el proyecto que ?l tiene para nosotros, con valent?a y generosidad, para que s?lo ?l sea la roca s?lida sobre la que edificar nuestra vida. Gracias.
[En espa?ol dijo]
Saludo con afecto a los peregrinos de lengua espa?ola, en particular a los fieles de la Parroquia de Nuestra Se?ora de Guadalupe, de Valdivia, a los miembros de la Escolan?a de Loyola, de Pamplona, y a los dem?s grupos procedentes de Espa?a, M?jico, Argentina y otros pa?ses latinoamericanos. Que, a ejemplo de Santa Catalina de Bolonia, os dej?is guiar siempre por Dios, confiando en su bondad, que nunca nos abandona. Deseo a todos un A?o lleno de las bendiciones del Se?or. Muchas gracias.
[Traducci?n del original italiano por Carmen ?lvarez
?Copyright 2010 Libreria Editrice Vaticana]
Comentario a las lecturas del domingo cuarto del Tiempo Ordinario - A, realizado por el sacerdote Don Juan Manuel P?rez Pi?ero bajo el ep?grafe "ECOS DEL DIA DEL SE?OR"?
4? Domingo del T. Ordinario (A)???????
Queridos amigos y amigas:
En el mundo en que vivimos da, con frecuencia, la impresi?n de que el Evangelio de este Domingo, el de las bienaventuranzas, a?n no se ha proclamado en sectores muy grandes de la sociedad?
Porque el Evangelio de hoy nos ense?a el verdadero camino que busca cada hombre y cada mujer en la vida, para encontrar ?eso que se llama la felicidad??? Pero cada vez son menos los que piensan que este por este camino, el de Jesucristo , ?se vaya a encontrar dicha alguna. Todo lo contrario. Ya se dice que ?todo lo bueno o hace da?o o est? prohibido?. Los mandamientos, el mensaje del Evangelio -creen muchos- va en contra de todo lo que nos agrada. ?Y la Iglesia?? Lo mismo. Todo lo que ense?a ?dicen- va en contra de las aspiraciones, los deseos, las ilusiones? del hombre actual? No merece la pena pertenecer a ella, concluyen.?
Y mira qu? descripci?n m?s acertada de todo esto que venimos diciendo, es ?sta: ?Dios enemigo del hombre??? El hombre, por tanto, tiene que defenderse y convertirse en ?enemigo de Dios?.
Lo plantea as? el Papa Juan Pablo II en la Enc?clica sobre el Esp?ritu Santo, ?Dominum et Vivificantem?, n?m 38: ??El esp?ritu de las tinieblas es capaz de mostrar a Dios como enemigo de la propia criatura y, ante todo, como enemigo del hombre, como fuente de peligro y amenaza para el hombre?.?? "?. El hombre es retado a convertirse en adversario de Dios". ?Hay que conseguir ?dicen- hacer desaparecer a Dios del horizonte de la Historia? Hay que ?dar muerte a Dios. ?No se habla, desde hace tiempo, de la ?muerte de Dios???
El Evangelio de este Domingo, por el contrario, ense?a, m?s todav?a,? grita? al hombre de todos los tiempos, que el mensaje de Jesucristo es ?el camino escondido que lleva a la verdadera dicha, a la verdadera felicidad, de un modo imperfecto en esta vida, y? perfecto, pleno, en la Eternidad.?
?Y Jesucristo lo revela a sus amigos?!??
Veamos:?
???????? S. Mateo nos presenta a Jesucristo de un modo muy solemne: ??Al ver Jes?s el gent?o subi? a la monta?a, se sent? y se acercaron sus disc?pulos, y El se puso a hablar, ense??ndoles?: Se trata, por tanto, de algo muy importante. Y, como un nuevo Mois?s, comienza? a presentarnos, con las bienaventuranzas, el Mensaje Central del Reino, que el evangelista recoge en los cap?tulos 5, 6 y 7. Lo iremos escuchando a lo largo de los domingos que siguen, hasta comenzar la Cuaresma.?
Y empieza Jes?s a decir: Dichosos los pobres, los sufridos, los que lloran, los que tienen hambre y sed de la justicia, los misericordiosos, los limpios de coraz?n, los que trabajan por la paz, los perseguidos por causa de la justicia.?
Pero en la sociedad actual estamos acostumbrados a otro lenguaje: Dichoso el que tiene dinero, el que puede gozar de todo, el que tiene salud, el que vive a tope?
Jes?s, en el peque?o espacio del texto que comentamos, repite nueve veces la palabra ?dichosos?.
Y eso quiere decir, en primer lugar, que Dios nos quiere ?felices, alegres, dichosos. No. No es el ?enemigo del hombre?. El es el que ha venido a revelarnos este camino misterioso, que conduce a la verdadera grandeza, a la verdadera felicidad del hombre, el camino acorde con su dignidad.?
Los que contin?an diciendo que, por este camino, es imposible conseguir nada?, tienen que darse cuenta que todo esto ?est? ya comprobado? Durante muchos siglos? comenzando por el mismo Jesucristo que ense?a, no s?lo con su ?palabra, sino tambi?n, con su estilo de vida? ?Y despu?s, la Virgen, los ap?stoles, los santos, que son aquellos que han llevado mejor a la pr?ctica este mensaje. A?n, en medio contratiempos y dificultades.
Se cuenta, por ejemplo, que S. Francisco Javier, all? en el Extremo Oriente, donde estaba de misionero, se dirig?a al Se?or, en alguna ocasi?n, dici?ndole: ?No m?s felicidad, Se?or? No m?s felicidad? Que se me va romper el coraz?n???
Y adem?s, si algo est? comprobado, desde el principio del mundo hasta hoy, es que el que hombre jam?s ha sido feliz, ha sido grande? en contra de Dios o al margen de Dios? ?Los que se alejan de ti se pierden?, leemos en el Libro de los Salmos (73, 27).
Y a estas alturas, ya conocemos suficientemente a d?nde conducen esos caminos f?ciles que se presentan al hombre y a la mujer de hoy como rutas seguras de felicidad?
Hoy hay muchos cristianos, que siguiendo el mensaje que propone Jes?s, son felices con poco?, mientras otros buscan, con desespero, por un lado y por otro, una gota de felicidad??
Ahora no tenemos tiempo de ir desgranando cada una de las bienaventuranzas? Pero se nos dice que todas se pueden resumir en la primera: ?Dichosos los pobres en el esp?ritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos?.
El pobre de esp?ritu no es,? simplemente,? el que no tiene dinero u otros medios humanos, sino aquel que, tenga mucho o poco, no est? apegado a nada ni est? encandilado por nada?, sino que se siente radicalmente necesitado de Dios y de los dem?s? Y por eso ?busca al Se?or, ?se abre a la Buena Noticia, se esfuerza ?por ?practicar ?las dem?s bienaventuranzas, ?porque ?stas no son unas recetas para ser felices y cada uno elige la suya, sino que todas, constituyen un nuevo estilo de vida.?
En definitiva, si el mensaje de Jesucristo no nos hace felices, alegres, si no nos da, por lo menos, la paz del coraz?n, ?De qu? nos vale ser cristianos?
Comentario de Jes?s Sanz Montes, arzobispo de Oviedo y administrador apost?lico de Huesca y de Jaca?al evangelio del domingo cuarto del Tiempo Ordinario - A, 30 de Enero de 2011.
Domingo 4? Tiempo Ordinario: Ser feliz????????
?Es la gran pregunta y la verdadera cuesti?n del coraz?n humano: ser feliz. ?Qui?n nos lo podr?a asegurar y darle cumplimento? Es lo que el Evangelio de este domingo nos propone. Como un nuevo Mois?s, Jes?s subir? a la monta?a para proclamar all? su pro?grama de bendici?n. Por eso Jes?s realiza una nueva creaci?n, porque con su vida y su muerte, con su resurrecci?n, ha posibilitado nuevamente y definitivamente el proyecto del Padre que el pecado humano hab?a frustrado. El serm?n de la monta?a que escucharemos este domingo, no es sino la primera entrega de este volver a "decirse" de Dios en la boca de su Hijo, el bien-amado que hemos de escuchar.?
?????????Produce una sensaci?n extra?a ir escuchando estas ocho formas de felicidad que son las bienaventuranzas. Pero ?puede hablarse hoy de felicidad... de una felicidad ver?dadera y duradera? ?No hay demasiadas contraindicaciones, demasiados dramas y os?curidades que nos rebozan su desmentido? Jes?s hablar? de la felicidad de los pobres de esp?ritu (los humildes en sentido b?blico), de la felicidad de los afligidos, la de los mansos, la de los hambrientos y sedien?tos, de la felicidad de los misericordiosos, de la felicidad de los limpios de coraz?n, la de los pac?ficos, la de los perseguidos por la justicia... Y por si fuera poco provocativo su mensaje, Jes?s a?adir? todav?a una felicidad m?s desconcertante a?n: la de los que su?frir?n insultos, persecuci?n y maledicencia por? causa de ?l.?
?????????No es f?cil tampoco hoy el serm?n de las bienaventuranzas, no porque nuestro coraz?n no se reconozca en ellas, sino porque nos parecen tan imposibles, tan distantes estamos de ellas, que la Palabra de Jes?s nos resulta como nombrar la soga en la casa del ahorcado: O ?es que no duele su mensaje de humildad, de mansedumbre, de paz, de limpieza, de misericordia... cuando seguimos empe?ados −cada cual a su nivel? correspondiente− en construir, en fomentar, en subvencionar un mundo que es arrogante, agresivo, violento, sucio, intolerante? Por esto son dif?ciles de escuchar las bienaventuranzas, porque nos ponen de nuevo ante la verdad para la que nacimos, ante lo m?s original de nuestro coraz?n y de nuestras entra?as humanas.?
??????????? Las bienaventuranzas nos esperan, en lo peque?o, en lo cotidiano, en el pr?jimo m?s pr?ximo, y nos vuelven a decir: la paz es posible, la alegr?a no es una quimera, la justicia no es un lujo a negociar. No os enga??is m?s, no os acostumbr?is a lo malo y a lo deforme, porque nacisteis para la bondad y la belleza. Y S. Agust?n dir?: ?Nos hiciste, Se?or, para ti e inquieto estar? nuestro coraz?n hasta que descanse en ti?.????
?Para que en los territorios de misi?n donde es m?s urgente la lucha contra las enfermedades, las comunidades cristianas sepan testimoniar la presencia de Cristo a quienes sufren? - Comentario de la Intenci?n Misionera de febrero 2011
Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) ? Durante su vida en la tierra, Jes?s se mostr? siempre cercano al sufrimiento de los hombres. La experiencia de la curaci?n de los enfermos ocup? gran parte de su misi?n p?blica. A ?l acud?an enfermos, tullidos, ciegos y leprosos. Toda una cadena de dolor vivido tantas veces en la marginaci?n social, y considerado fruto del pecado personal o paterno (cf. Jn 9, 2). S. Agust?n gustaba de llamar a Jes?s ?el m?dico humilde?. ?l pas? por el mundo haciendo el bien y curando las enfermedades.
Benedicto XVI afirmaba: "Aunque la enfermedad forma parte de la experiencia humana, no logramos habituarnos a ella, no s?lo porque a veces resulta verdaderamente pesada y grave, sino fundamentalmente porque hemos sido creados para la vida, para la vida plena. Justamente nuestro "instinto interior" nos hace pensar en Dios como plenitud de vida, m?s a?n, como Vida eterna y perfecta? (?ngelus, 8de febrero de 2009).
A veces el dolor y la impotencia provocada por la enfermedad pueden poner a prueba la fe. Los creyentes tenemos que ayudar a nuestros hermanos a encontrar el sentido del dolor en la cruz de Jesucristo y a seguir suplicando a Dios la gracia de ?saber sufrir?. Tenemos que ser para ellos la cercan?a de Dios en medio del dolor.
Ante la pregunta que suscita la enfermedad, Dios nos ha respondido en Jesucristo: "Dios ?cuyo rostro ?l mismo nos ha revelado? es el Dios de la vida, que nos libra de todo mal. Los signos de este poder suyo de amor son las curaciones que realiza: as? demuestra que el reino de Dios est? cerca, devolviendo a hombres y mujeres la plena integridad de esp?ritu y cuerpo? (Benedicto XVI, ibid.).
Pero estas curaciones f?sicas no son un fin en s? mismas. Son signos que nos hablan de la necesidad de una curaci?n m?s profunda. La m?s grave enfermedad que aqueja al hombre de todos los tiempos es la ausencia de Dios, fuente de la verdad y del amor. En Cristo, Dios se ha hecho Buen Samaritano para nosotros. Por la encarnaci?n se ha hecho ?nuestro pr?jimo?, nos ha recogido en sus hombros de Buen Pastor y nos ha llevado a la posada que es s?mbolo de la Iglesia. All? nos ha curado las heridas con el ?leo de los sacramentos, para devolvernos la salud.
Hablando de ese sentido pleno del ministerio de Cristo, el Papa afirma que "s?lo la reconciliaci?n con Dios puede darnos la verdadera curaci?n, la verdadera vida, porque una vida sin amor y sin verdad no ser?a vida. El reino de Dios es precisamente la presencia de la verdad y del amor; y as? es curaci?n en la profundidad de nuestro ser. Por tanto, se comprende por qu? su predicaci?n y las curaciones que realiza siempre est?n unidas. En efecto, forman un ?nico mensaje de esperanza y de salvaci?n? (Benedicto XVI, ibid.).
El ministerio de Cristo se prolonga en la Iglesia. Ella sigue curando a los hombres con la gracia de los sacramentos, a la vez que, empe?ada en mil actividades caritativas, mitiga el dolor de los que sufren, siendo para ellos la presencia del amor de Dios. Pidamos para que tantos cristianos ?sacerdotes, religiosos y laicos- que prestan sus servicios a los enfermos en tantas partes del mundo, sigan siendo las manos y el Coraz?n de Cristo para sus hermanos en los pa?ses de misi?n. ?Lo que hicisteis con uno de estos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis" (Mt 25, 40). (Agencia Fides 29/1/2011)
ZENIT publica la carta apost?lica de Benedicto XVI en forma de "motu proprio" para la prevenci?n y el contraste de las actividades ilegales en el ?mbito financiero y monetario.
La Santa Sede siempre ha levantado su voz para instar a todas las personas de buena voluntad, y sobre todo a los l?deres de las naciones, al compromiso de la edificaci?n, tambi?n a trav?s de una paz justa y duradera en todo el mundo, de la ciudad universal de Dios hacia la que avanza la historia de la comunidad de los pueblos y las naciones. [Benedicto XVI, Carta Enc?clica "Caritas in veritate" (29 de junio de 2009), 7: AAS 101 / 2009), 645]. Por desgracia, en nuestro tiempo la paz, en una sociedad cada vez m?s global, se ve amenazada por diversas causas, entre las cuales las de un uso impropio del mercado y de la econom?a y aquella, terrible y destructiva, de la violencia perpetrada por el terrorismo, que causa muerte, sufrimientos, odio e inestabilidad social.
Muy oportunamente, la comunidad internacional se est? dotando cada vez m?s de los principios y herramientas jur?dicas que permiten prevenir y combatir los fen?menos del reciclaje de capital y la financiaci?n del terrorismo.
La Santa Sede aprueba este compromiso y quiere hacer propias aquellas reglas para la utilizaci?n de los recursos materiales necesarios para la realizaci?n de su misi?n y de las tareas del Estado de la Ciudad del Vaticano.
En este marco, incluida la aplicaci?n de la Convenci?n monetaria entre el Estado de la Ciudad del Vaticano y la Uni?n Europea de 17 de diciembre de 2009, he aprobado para ese Estado la emanaci?n de la Ley concerniente a la prevenci?n y lucha contra el blanqueo de los ingresos procedentes de actividades delictivas y de la financiaci?n del terrorismo, del 30 de diciembre de 2010, que se promulga hoy.
Con la presente Carta Apost?lica en forma de Motu Proprio:
a) establezco que la mencionada ley del Estado de la Ciudad del Vaticano y sus modificaciones posteriores tengan validez para los Departamentos de la Curia Romana y de todos los organismos y entidades dependientes de la Santa Sede, donde lleven a cabo las actividades citadas en el art. 2 de dicha Ley;
b) instituyo la Autoridad de Informaci?n Financiera (AIF), indicada en el art?culo 33 de la "Ley concerniente a la prevenci?n y contraste del reciclaje del producto de actividades delictivas y de financiaci?n del terrorismo" como instituci?n ligada a la Santa Sede, en conformidad con los art?culos 186 y 190-191 de la Constituci?n Apost?lica "Pastor Bonus", confiri?ndole la personalidad jur?dica can?nica p?blica y la personalidad civil vaticana y aprobando el Estatuto, unido al presente Motu Proprio.
c) establezco que la Autoridad de Informaci?n Financiera (AIF) ejerza sus funciones en relaci?n con los dicasterios de la Curia Romana y de todos los organismos y entidades mencionadas en el inciso a);
d) delego, con limitaci?n a las hip?tesis delictivas mencionadas en la citada ley, a los ?rganos judiciales competentes del Estado de la Ciudad del Vaticano, el ejercicio de la jurisdicci?n penal en relaci?n con los dicasterios de la Curia Romana y de todas las organizaciones y entidades mencionadas en el apartado a).
Dispongo que las disposiciones establecidas tengan valor pleno y estable a partir de la fecha de hoy, no obstante cualquier disposici?n en contrario, aunque merezca menci?n especial.
Establezco que la presente Carta Apost?lica Motu Proprio sea publicada en el Acta Apostolicae Sedis.
Publicado en Roma, en el palacio apost?lico, el 30 de diciembre de 2010, el sexto de mi Pontificado.
ZENIT nos ofrece el discurso que el Papa Benedicto XVI pronunci?el mi?rcoles 5 de Enero de 2011?durante su visita al Policl?nico Gemelli, en ocasi?n de la solemnidad de la Epifan?a.
Se?or cardenal, queridos sacerdotes, autoridades acad?micas, dirigentes, personal m?dico y param?dico, queridos ni?os, padres y amigos,
?Por qu? he venido hoy aqu?, d?a en que celebramos la solemnidad de la Epifan?a? Antes que nada para daros las gracias. Gracias a vosotros, ni?os, que me hab?is acogido: quiero deciros que os quiero mucho y que me siento cerca de vosotros con mi oraci?n y mi afecto, tambi?n para daros fuerzas al afrontar vuestra enfermedad. Querr?a agradeceros tambi?n a vosotros padres, familia, dirigentes y todo el personal del Policl?nico, que con competencia y caridad cuidan a los que sufren; en particular querr?a agradecer al equipo de este departamento de pediatr?a y del centro de atenci?n a los ni?os con espina b?fida. Bendigo a las personas, el desempe?o y el ambiente en el que se ejercita de un modo concreto el amor hacia los m?s peque?os y m?s necesitados.
Queridos ni?os y j?venes, he querido reunirme con vosotros tambi?n para hacer un poco como los Magos, que celebramos en esta fiesta de la Epifan?a: ellos llevaron regalos a Jes?s ? oro, incienso y mirra ? para manifestarle adoraci?n y afecto. Hoy os he tra?do tambi?n yo regalos, para que sint?is, por medio de este peque?o gesto, la cercan?a y el afecto del Papa. Pero querr?a que todos, adultos y ni?os, en este tiempo de Navidad, record?semos que el mayor regalo nos lo ha hecho Dios a cada uno de nosotros.
Miremos a la cueva de Bel?n, en el pesebre, ?qu? vemos??qu? encontramos? Est? Mar?a, est? Jos?, pero sobre todo hay un ni?o, peque?o y necesitado de atenci?n, de cuidados, de amor: ese ni?o es Jes?s, ese ni?o es Dios mismo que ha querido bajar a la tierra para mostranos cu?nto nos quiere, es Dios mismo que se ha hecho peque?o como vosotros, para decirnos que est? siempre a nuestro lado y para se?alar a cada uno de nosotros que todo ni?o refleja su rostro.
Ahora, antes de concluir, no puedo dejar de saludar a todo el personal y a todos los pacientes de este gran hospital. Animo a todas las iniciativas de bien y de voluntariado, como tambi?n las instituciones que se comprometen en el servicio de la vida, en particular al Instituto Cient?fico Internacional Pablo VI, dedicado a promover la procreaci?n responsable. ?Gracias a todos de nuevo! ?El Papa os quiere mucho!
[Traducci?n del original italiano por Carmen ?lvarez
?Copyright 2011 Libreria Editrice Vaticana]
ZENIT? nos ofrece la homil?a que Benedicto XVI pronunci?el jueves, 6 de Enero de 2011,?por la ma?ana tras la proclamaci?n del Evangelio y el anuncio del d?a de la Pascua, durante la misa de la solemnidad de la Epifan?a del Se?or, celebrada en la Bas?lica vaticana.
Queridos hermanos y hermanas,
en la solemnidad de la Epifan?a la Iglesia contin?a contemplando y celebrando el misterio del nacimiento de Jes?s salvador. En particular, el aniversario de hoy destaca el destino y el significado universal de este nacimiento. Haci?ndose hombre en el seno de Mar?a, el Hijo de Dios vino no s?lo para el pueblo de Israel, representado por los pastores de Bel?n, sino tambi?n para toda la humanidad, representada por los Magos. Y es precisamente sobre los Magos y sobre su camino en b?squeda del Mes?as (cf. Mt 2,1-12) sobre lo que la Iglesia nos invita hoy a meditar y a rezar. En el Evangelio hemos escuchado que ellos, llegados a Jerusal?n desde el Oriente, preguntan: ??D?nde est? el rey de los Jud?os que acaba de nacer? Porque hemos visto su estrella al oriente y venimos a adorarle? (v. 2). ?Qu? tipo de personas eran, y que especie de estrella era aquella? Ellos eran probablemente sabios que escrutaban el cielo, pero no para buscar ?leer? en los astros el futuro, eventualmente para recaudar un dinero; eran m?s bien hombres ?en b?squeda? de algo m?s, en b?squeda de la verdadera luz, capaz de indicar el camino que recorrer en la vida. Eran personas seguras de que en la creaci?n existe lo que podemos definir como la ?firma? de Dios, una firma que el hombre puede y debe intentar descubrir y descifrar. Quiz?s el modo para conocer mejor a estos Magos y acoger su deseo de dejarse guiar por los signos de Dios es detenernos a considerar lo que ellos se encuentran, en su camino, en la gran ciudad de Jerusal?n.
En primer lugar se encontraron al rey Herodes. Ciertamente ?l estaba interesado en el ni?o del que hablaban los Magos; sin embargo no con el objetivo de adorarlo, como quiere dar a entender mintiendo, sino para suprimirlo. Herodes es un hombre de poder, que s?lo logra ver en el otro a un rival a combatir. En el fondo, si reflexionamos bien, tambi?n Dios le parece un rival, m?s bien, un rival especialmente peligroso, que querr?a privar a los hombres de su espacio vital, de su autonom?a, de su poder; un rival que indica el camino que recorrer en la vida e impide, as?, hacer todo lo que se quiere. Herodes escucha de sus expertos en las Sagradas Escrituras las palabras del profeta Miqueas (5,1), pero su ?nico pensamiento es el trono. Entonces Dios mismo debe ser ofuscado y las personas deben reducirse a simples peones que mover en el gran tablero de ajedrez del poder. Herodes es un personaje que no nos resulta simp?tico y que instintivamente juzgamos negativamente por su brutalidad. Pero debemos preguntarnos: ?quiz?s hay algo de Herodes tambi?n en nosotros? ?Quiz?s tambi?n nosotros, a veces, vemos a Dios como una especie de rival? ?Quiz?s tambi?n nosotros somos ciegos ante sus signos, sordos a sus palabras, porque pensamos que pone l?mites a nuestra vida y no nos permite disponer de la existencia a nuestro gusto? Queridos hermanos y hermanas, cuando vemos a Dios as? acabamos por sentirnos insatisfechos y descontentos, porque no nos dejamos guiar por Aquel que es el fundamento de todas las cosas. Debemos eliminar de nuestra mente y de nuestro coraz?n la idea de la rivalidad, la idea de que dar espacio a Dios es un l?mite para nosotros mismos; debemos abrirnos a la certeza de que Dios es el amor omnipotente que no quita nada, no amenaza, sino que es el ?nico capaz de ofrecernos la posibilidad de vivir en plenitud, de experimentar la verdadera alegr?a.
Los Magos se encuentran despu?s con los estudiosos, los te?logos, los expertos que lo saben todo sobre las Sagradas Escrituras, que conocen las posibles interpretaciones de ellas, que son capaces de citar de memoria cualquier pasaje y que por tanto son una preciosa ayuda para quien quiere recorrer el camino de Dios. Pero, afirma san Agust?n, ellos quieren ser gu?as para los dem?s, indican el camino, pero no caminan, permanecen inm?viles. Para ellos las Escrituras se convierten en una especie de atlas que leer con curiosidad, un conjunto de palabras y de conceptos por examinar y sobre los que discutir doctamente. Pero nuevamente podemos preguntarnos: ?no est? tambi?n en nosotros la tentaci?n de considerar las Sagradas Escrituras, este tesoro riqu?simo y vital para la fe de la Iglesia, m?s como un objeto para el estudio y la discusi?n de los especialistas que como el Libro que nos indica el camino para llegar a la vida? Pienso que, como he indicado en la Exhortaci?n apost?lica Verbum Domini, deber?a nacer siempre de nuevo en nosotros la disposici?n profunda a ver la palabra de la Biblia, le?da en la Tradici?n viva de la Iglesia (n. 18) como la verdad que nos dice lo que es el hombre y c?mo puede realizarse plenamente, la verdad que es el camino por recorrer cotidianamente, junto a los dem?s, si queremos construir nuestra existencia sobre roca y no sobre arena.
Y llegamos as? a la estrella. ?Qu? tipo de estrella era aquella que los Magos vieron y siguieron? A lo largo de los siglos esta pregunta ha sido objeto de discusiones entre los astr?nomos, Kepler, por ejemplo, consideraba que se trataba de una ?nova? o una ?supernova?, es decir de una de esas estrellas que normalmente emiten una luz d?bil, pero que pueden tener de manera improvisada una violenta explosi?n interna que produce una luz excepcional. S?, cosas interesantes, pero que no nos gu?an a lo que es esencial para entender esa estrella. Debemos volver al hecho de que esos hombres buscaban las huellas de Dios; buscaban leer su ?firma? en la creaci?n; sab?an que ?los cielos narran la gloria de Dios? (Sal 19,2); estaban seguros, de que Dios puede vislumbrarse en lo creado. Pero, como hombres sabios, sab?an sin embargo que no es con un telescopio cualquiera, sino con los ojos profundos de la raz?n en b?squeda del sentido ?ltimo de la realidad y con el deseo de Dios movido por la fe, como es posible encontrarlo, incluso se hace posible que Dios se acerque a nosotros. El universo no es el resultado de la casualidad, como algunos quieren hacernos creer. Contempl?ndolo, estamos invitados a leer en ?l algo profundo: la sabidur?a del Creador, la inagotable fantas?a de Dios, su infinito amor por nosotros. No debemos dejarnos limitar la mente por teor?as que llegan siempre s?lo hasta un cierto punto y que -si miramos bien- no est?n de hecho en contradicci?n con la fe, pero no logran explicar el sentido ?ltimo de la realidad. En la belleza del mundo, en su misterio, en su grandeza y en su racionalidad no podemos dejar de leer la racionalidad eterna, y no podemos menos que dejarnos guiar por ella hasta el ?nico Dios, creador del cielo y de la tierra. Si tenemos esta mirada, veremos a Aquel que ha creado el mundo y Aquel que naci? en una cueva en Bel?n y contin?a habitando en medio de nosotros en la Eucarist?a, son el mismo Dios vivo, que nos interpela, nos ama, quiere conducirnos a la vida eterna.
Herodes, los expertos en las Escrituras, la estrella. Pero sigamos el camino de los Magos que llegan a Jerusal?n. Sobre la gran ciudad la estrella desaparece, ya no se ve. ?Qu? significa? Tambi?n en este caso debemos leer el signo en profundidad. Para aquellos hombres era l?gico buscar al nuevo rey en el palacio real, donde se encontraban los sabios consejeros de la corte. Pero, probablemente con asombro, debieron constatar que aquel reci?n nacido no se encontraba en los lugares del poder y de la cultura, aunque en aquellos lugares se les ofrec?an preciosas informaciones sobre ?l. Se dieron cuenta, en cambio, de que, a veces, el poder, incluso el del conocimiento, barra el camino al encuentro con el Ni?o. La estrella les gui? entonces a Bel?n, una peque?a ciudad; les gui? entre los pobres, entre los humildes, para encontrar al Rey del mundo. Los criterios de Dios son diferentes a los de los hombres; Dios no se manifiesta en el poder de este mundo, sino en la humildad de su amor, ese amor que pide a nuestra libertad ser acogido para transformarnos y hacernos capaces de llegar a Aquel que es el Amor. Pero tambi?n para nosotros las cosas no son tan diferentes como lo eran para los Magos. Si se nos preguntara nuestra opini?n sobre c?mo Dios deber?a haber salvado el mundo, quiz?s responder?amos que deber?a haber manifestado todo su poder para dar al mundo un sistema econ?mico m?s justo, en el que cada uno pudiera tener todo lo que quisiera. En realidad, esto ser?a una especie de violencia sobre el hombre, porque lo privar?a de elementos fundamentales que lo caracterizan. De hecho, no involucrar?an ni nuestra libertad, ni nuestro amor. El poder de Dios se manifiesta de manera totalmente diferente: en Bel?n, donde encontramos la aparente impotencia de su amor. Y es all? donde nosotros debemos ir, y es all? donde reencontramos la estrella de Dios.
As? nos aparece bien claro tambi?n un ?ltimo elemento importante del acontecimiento de los Magos: el lenguaje de lo creado nos permite recorrer un buen tramo de camino hacia Dios, pero no nos da la luz definitiva. Al final, para los Magos fue indispensable escuchar la voz de las Sagradas Escrituras: s?lo ellas pod?an indicarles el camino. Es la Palabra de Dios la verdadera estrella, que, en la incertidumbre de los discursos humanos, nos ofrece el inmenso esplendor de la verdad divina. Queridos hermanos y hermanas, dej?monos guiar por la estrella, que es la Palabra de Dios, sig?mosla en nuestra vida, caminando con la Iglesia, donde la Palabra ha plantado su tienda. Nuestro camino estar? siempre iluminado por una luz que ning?n otro signo puede darnos. Y podremos tambi?n nosotros convertirnos en estrellas para los dem?s, reflejo de esa luz que Cristo ha hecho resplandecer sobre nosotros. Am?n.
[Traducci?n del original italiano por Patricia Navas
?Libreria Editrice Vaticana]
Lima (Agencia Fides) La Conferencia Episcopal Peruana ha publicado, al concluir su Asamblea plenaria, un documento que se propone como una reflexi?n para la comunidad, en vista de la consulta electoral para el Presidente de la republica que se celebrar? el pr?ximo 10 de abril.
AL SERVICIO DE LA DIGNIDAD HUMANA Y DEL BIEN COM?N?
Ante las pr?ximas Elecciones Generales 2011, los Obispos del Per?, atentos a la voz de Jesucristo el Buen Pastor, que dice: ?Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia? (Jn 10, 10), queremos ofrecer? a todos los actores del proceso democr?tico -cat?licos y ciudadanos en general- algunas reflexiones que ayuden a ejercer el deber electoral con verdad y responsabilidad.?
1. La dignidad de la persona es el centro de la preocupaci?n social de la Iglesia.? Ella ense?a que, para discernir lo que es m?s justo y adecuado en orden al bien com?n, debe tenerse en cuenta la primac?a del ser humano, la promoci?n de sus derechos fundamentales y la inclusi?n de los m?s d?biles en los proyectos de desarrollo. La Iglesia considera el ejercicio de la pol?tica como un servicio a la naci?n. Es fundamental que se analicen las propuestas de los candidatos para garantizar estos principios.?
2. El desarrollo social debe fundarse en el respeto y la promoci?n de los derechos humanos, el acceso a los servicios b?sicos de salud, nutrici?n, agua, educaci?n, vivienda y seguridad ciudadana, especialmente de los m?s pobres. Las mejores condiciones econ?micas que el pa?s experimenta? deben llegar cuanto antes a los que todav?a se encuentran? en la pobreza o? la marginaci?n.?
3. El ejercicio de la democracia debe respetar los principios ?ticos y morales vinculados a la promoci?n del bien com?n. Por ello, sin expresar preferencia por ninguna de las propuestas electorales,? tenemos el deber de orientar a los fieles en aquellos planteamientos que, por sus implicaciones religiosas y morales, contradicen las ense?anzas de la Iglesia (cfr. Compendio de la Doctrina Social de Ia Iglesia, n.424).?
4. Invitamos a estar alerta ante las propuestas que atentan contra la ley natural, el respeto a la dignidad humana,? la verdad y la pr?ctica de la justicia. Ir contra estos principios es desconocer nuestra realidad natural. Intentar cambiarlos traer? graves consecuencias para la sociedad, y los perjudicados siempre ser?n los m?s d?biles.? Por ello, el respeto y la defensa de la vida desde el primer instante de su concepci?n hasta su muerte natural es irrenunciable en todo planteamiento. No se pueden aceptar bajo ning?n argumento el aborto, la eutanasia o la manipulaci?n gen?tica.?
5. El matrimonio es la? base de la familia y de la sociedad y tiene una importancia fundamental? para el aut?ntico desarrollo. Por su origen divino, posee unas caracter?sticas propias e irrenunciables. ?Cre?, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios lo cre?; var?n y mujer los cre? (Gen 1,27). El matrimonio no es una uni?n cualquiera entre personas.? Es la uni?n estable e indisoluble de un hombre y una mujer que se complementan y se entregan rec?procamente en una relaci?n abierta a la vida. ?Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre? (Mt 19,6). Tambi?n es reconocido as? el matrimonio por las grandes culturas y por la Constituci?n Pol?tica del Per?. Ninguna otra realidad se le puede equiparar. Es responsabilidad de todas las instancias de la sociedad promover cuanto contribuya el bien del matrimonio y de la familia.?
6. El vicio de la corrupci?n contin?a socavando el desarrollo social y pol?tico de nuestro pueblo. Ha faltado la voluntad tenaz y el compromiso ejemplar de nuestras autoridades, la vigilancia y la colaboraci?n eficaz de todos los ciudadanos y sobre todo, nos est? faltando una fuerte conciencia ?tica y moral (cfr. Iglesia en Am?rica, 23). El proceso electoral es una ocasi?n propicia para exigir la presentaci?n de programas que enfrenten con valent?a las diversas formas de corrupci?n, tanto en los poderes del Estado como en los ?mbitos de la actividad p?blica y privada.
7. Es preciso lograr un saludable equilibrio entre progreso econ?mico y respeto? a la naturaleza. Los planes de gobierno han de tener en cuenta la ecolog?a y el uso racional de las riquezas de nuestro pa?s, consultando oportunamente a los pueblos y a las comunidades en cuyo territorio se dan las concesiones de tierras y? las licencias de explotaci?n de los recursos naturales. Hay que prevenir as? futuros conflictos y enfrentamientos que tanto dolor nos han causado y combatir abusos como el narcotr?fico y la depredaci?n de costa, sierra y selva.?
8. Los candidatos deben tener en cuenta que la violencia social no se genera solamente porque exista pobreza, sino porque existe desigualdad. Un reto para las autoridades elegidas es lograr un mayor desarrollo, pero que se vea reflejado en la vida de todos los peruanos, principalmente de los m?s desfavorecidos. Por eso, las propuestas de gobierno deben expresar un compromiso real con los m?s necesitados y as? mantener la esperanza de nuestros pueblos.?
9. Es tiempo de un di?logo fecundo y alturado que genere espacios de armon?a. La transparencia del proceso electoral ?exige que los electores sean escuchados por los candidatos y que entre estos haya un sereno intercambio de ideas. As? el elector podr? conocer no s?lo los contenidos de los programas, sino tambi?n la preparaci?n del candidato y la coherencia de su actitud. Por consideraci?n al elector,? se han de promover debates que le permitan formarse una opini?n s?lida y as? poder ejercer libre y responsablemente su derecho a votar.?
10. El ciudadano merece? respeto e informaci?n veraz.? Es indigno tratarlo como un objeto que se puede manipular o enga?ar. La dignidad del votante exige que resplandezca la verdad como elemento esencial para la paz, la convivencia, la democracia y la vida institucional . ?La verdad los har? libres? (Jn 8,32)?
11. Los periodistas y los medios de comunicaci?n social? han de participar con la m?xima responsabilidad en el proceso. Los invitamos a ejercer la libertad de expresi?n buscando la verdad unida a la justicia y al bien com?n. Que su informaci?n sea objetiva, imparcial, abierta a todos los candidatos, a fin de que las propuestas sean conocidas de manera ?ntegra y veraz. M?s all? de las l?citas actividades publicitarias de la campa?a electoral y dejando de lado los cambiantes resultados de las? encuestas, se debe privilegiar la correcta informaci?n para garantizar una verdadera participaci?n ciudadana.?
12. Los Obispos Latinoamericanos dijimos en Aparecida: ?Urge crear estructuras que consoliden un orden social, econ?mico y pol?tico en el que no haya inequidad y donde haya posibilidades para todos. Igualmente, se requieren nuevas estructuras que promuevan una aut?ntica convivencia humana, que impidan la prepotencia de algunos y faciliten el di?logo constructivo para los necesarios consensos sociales? (Documento de Aparecida, 384). En esta etapa decisiva para el futuro del pa?s, pidamos a Dios que nos ilumine para elegir a los m?s capaces y con mayor vocaci?n de servicio; que a las autoridades les conceda la sabidur?a necesaria para velar por el bien com?n; y que todos, solidariamente unidos, estemos dispuestos a trabajar por el Per?.?
Lima, 26 de Enero, 2011?????????????
Los Obispos del Per?
Reflexi?n?del sacerdote Jos? Manuel P?rez Pi?ero sobre la madurez en fe que se pide a los novios que piden casarse por la Iglesia, queriendo responer al objetivo del PDP de la di?desis: ?ADULTOS EN LA FE? UNA FE ADULTA!?
?TIENE UD. VERDADERA FE?: HABLANDO DE NOVIOS
Cuando unos novios van a la parroquia a preparar su boda, tal vez, hace mucho tiempo que no tienen un contacto personal con su p?rroco, y adolecen de una formaci?n cristiana seria. Con frecuencia hay que remitirse a la catequesis de infancia?
Hay una pregunta en el examen de los contrayentes que dice: ???Tiene ?cada uno- formaci?n suficiente para recibir el sacramento del matrimonio?
Suelo aprovechar este momento para hablarles de la necesidad de tener una fe adulta, segura y fuerte, adecuada tambi?n para la vida de matrimonio y la educaci?n cristiana de los hijos?
Y les abro el abanico de posibilidades, de medios para conseguirla: desde la lectura de un libro apropiado hasta la integraci?n en una catequesis de adultos.
De cara al sacramento que se acerca, hay que hacer lo que se pueda. Y siempre se puede hacer algo? Hay que garantizar, por lo menos, ?una capacitaci?n, acaso m?nima, para recibir el Sacramento del Matrimonio? La pregunta del examen de contrayentes, a la que antes me refer?a, est? muy bien planteada: formaci?n suficiente para recibir el sacramento.
Lo dem?s queda, de momento, como un serio planteamiento de vida ?de cara al futuro. Y s?lo Dios conoce el futuro?
Siempre he pensado que la preparaci?n de los novios para el sacramento del matrimonio, es, entre nosotros,? casi siempre, muy pobre?
?Y c?mo s? yo si tengo una fe adulta? Sigo diciendo a los novios.
Muy f?cil. En la medida que tenga uno motivos, razones serias, convincentes, para creer o no. Es lo propio de un adulto y de una fe adulta: ?Tener razones para creer!
?Hay mucha gente que se extra?a al o?rme decir estas cosas, por ejemplo, en la predicaci?n? ???No dicen ?me preguntan- que la fe es creer sin ver?? ?
Si, es creer sin ver, pero no sin motivos, sin razones s?lidas. Este es uno de los puntos program?ticos del Pontificado del Papa Benedicto XVI: la relaci?n entre fe y raz?n, el car?cter racional de la fe. Lo encontramos a cada paso en su libro-entrevista ?Luz del Mundo?.
Y el mismo S. Pedro nos ense?a que hemos de estar dispues-tos siempre para dar explicaci?n a todo el que nos pida una raz?n de nuestra esperanza. (1Pe 3, 15).
?Con todo, me parece que en nuestros ambientes pastorales es un tanto dif?cil, en general, que los cristianos adultos comprendan que tienen que ser tambi?n adultos en la fe.
Se ha hecho c?lebre la oraci?n del Pablo VI para implorar el don de la fe? Dice entre otras cosas: ?Dame una fe cierta, cierta por una exterior congruencia de pruebas y por un interior testimonio del Esp?ritu Santo??
Esto es lo que sucede, por ejemplo, en una investigaci?n policial: este motivo y el otro y el otro? llevan a la polic?a a concluir que aquel es el? delincuente. ?La congruencia de pruebas?? lo demuestra.
Cuando San Juan va concluir su Evangelio, escribe: ?Otros muchos signos que no est?n escritos en este libro, hizo Jes?s a la vista de los disc?pulos. Estos se han escrito para que cre?is que Jes?s el Mes?as, el Hijo de Dios; y para que, creyendo, teng?is vida en su nombre?. (Jn 21, 30 ? 32)
?Para que cre?is?? Y si no conocemos esos signos, ?c?mo vamos a creer ??
Todo lo dem?s ?una participaci?n adecuada en la liturgia de la Iglesia, la recepci?n frecuente de los sacramentos, el compromiso y el testimonio de vida, el esp?ritu solidario y fraterno, el apostolado? son consecuencia de aquel planteamiento fundamental.
La fe? cristiana adulta y aut?ntica ?se sit?a, por tanto, despu?s de todo un proceso de estudio, oraci?n, reflexi?n, acompa?amiento espiritual?,? que culmina en una especie de conversi?n a una vida aut?nticamente cristiana, fruto de un encuentro personal con Jesucristo, el Se?or.
Recuerdo mis tiempos de Seminario, ya un poco lejanos, en los que me hac?a ilusi?n prepararme bien para ser capaz de llevar a nuestra gente, en un lenguaje sencillo, inteligible, los grandes misterios de nuestra fe.
Y contin?o con los novios: ?Y Vds. pueden ir a contraer matrimonio con la ropa con que hicieron la primera Comuni?n?
?Qu? no? ?Por qu?? ?Acaso aquella ropa no era buena? ?No estaban guapos y bien arreglados ese d?a?
S?, la ropa era buena. Todav?a, incluso, la conservan, pero vale solamente para cuando eran ni?os? Ahora habr?a que alargarla, acomodarla a su condici?n de adultos.
Lo mismo sucede con nuestra fe. La formaci?n que recibimos cuando peque?os, era buena, era v?lida, y tendr? repercusiones en toda nuestra vida? Las razones que nos dieron, entonces, son validas tambi?n ahora, pero para un ni?o?
Del mismo modo, que hemos crecido, nos hemos desarrollado, y madurado en los distintos aspectos de la vida humana, as? tiene que suceder con la fe y la pr?ctica cristiana: hay crecer en la fe, hay que conseguir una fe adulta?
Si una persona se empe?a en salir a la calle con una ropa ?que usaba cuando era peque?a,? hace el rid?culo. Pues el rid?culo hace a cada paso, un cristiano que no haya ensanchado, hecha adulta su fe.
?Y cu?ntos de nuestros cristianos pueden decir que ya tienen una fe adulta? Muchos, seguramente??Pero no es verdad que, en el camino de la fe, estamos siempre en camino?? ?Hasta d?nde? ?Hasta cu?ndo?? Hasta que llegue la hora de nuestro encuentro definitivo con el Se?or, en la Asamblea Festiva del Cielo.
???????? Este es un tema apasionante, que el Plan Pastoral de la Di?cesis ha se?alado como el pico de un gran iceberg: ?Una? multitud de cristianos, bautizados cuando ?ramos reci?n nacidos, que no hemos pasado por ning?n catecumenado y que todo ha dependido del compromiso de nuestros padres y padrinos y de alguna otra circunstancia providencial, como en mi caso, la formaci?n sacerdotal!
???????? Buen momento este, la revisi?n del Programa Pastoral que concluye, para que volvamos a plantearnos, una vez m?s, esta cuesti?n fundamental y decisiva para todo cristiano y para la vida de la Iglesia:? ?Adultos en la fe? Una fe adulta?.
Reflexi?n de Jos? Antonio Pagola para el evangelio del domingo cuarto del Tiempo Ordinario - A, ofrecido por la Delegaci?n Diocesana de Ense?anza de la di?cesis de Tenerife.
IGLESIA M?S EVANG?LICA?
???????? Al formular las bienaventuranzas, Mateo, a diferencia de Lucas, se preocupa de trazar los rasgos que han de caracterizar a los seguidores de Jes?s. De ah? la importancia que tienen para nosotros en estos tiempos en que la Iglesia ha de ir encontrando su estilo cristiano de estar en medio de una sociedad secularizada.
???????? No es posible proponer la Buena Noticia de Jes?s de cualquier forma. El Evangelio s?lo se difunde desde actitudes evang?licas. Las bienaventuranzas nos indican el esp?ritu que ha de inspirar la actuaci?n de la Iglesia mientras peregrina hacia el Padre. Las hemos de escuchar en actitud de conversi?n personal y comunitaria. S?lo as? hemos de caminar hacia el futuro.
???????? Dichosa la Iglesia "pobre de esp?ritu" y de coraz?n sencillo, que act?a sin prepotencia ni arrogancia, sin riquezas ni esplendor, sostenida por la autoridad humilde de Jes?s. De ella es el reino de Dios.
???????? Dichosa la Iglesia que "llora" con los que lloran y sufre al ser despojada de privilegios y poder, pues podr? compartir mejor la suerte de los perdedores y tambi?n el destino de Jes?s. Un d?a ser? consolada por Dios.
???????? Dichosa la Iglesia que renuncia a imponerse por la fuerza, la coacci?n o el sometimiento, practicando siempre la mansedumbre de su Maestro y Se?or. Heredar? un d?a la tierra prometida.
???????? Dichosa la Iglesia que tiene "hambre y sed de justicia" dentro de s? misma y en el mundo entero, pues buscar? su propia conversi?n y trabajar? por una vida m?s justa y digna para todos, empezando por los ?ltimos. Su anhelo ser? saciado por Dios.
???????? Dichosa la Iglesia compasiva que renuncia al rigorismo y prefiere la misericordia antes que los sacrificios, pues acoger? a los pecadores y no les ocultar? la Buena Noticia de Jes?s. Ella alcanzar? de Dios misericordia.
???????? Dichosa la Iglesia de "coraz?n limpio" y conducta transparente, que no encubre sus pecados ni promueve el secretismo o la ambig?edad, pues caminar? en la verdad de Jes?s. Un d?a ver? a Dios.
???????? Dichosa la Iglesia que "trabaja por la paz" y lucha contra las guerras, que a?na los corazones y siembra concordia, pues contagiar? la paz de Jes?s que el mundo no puede dar. Ella ser? hija de Dios.
???????? Dichosa la Iglesia que sufre hostilidad y persecuci?n a causa de la justicia, sin rehuir el martirio, pues sabr? llorar con las v?ctimas y conocer? la cruz de Jes?s. De ella es el reino de Dios.
???????? La sociedad actual necesita conocer comunidades cristianas marcadas por este esp?ritu de las bienaventuranzas. S?lo una Iglesia evang?lica tiene autoridad y credibilidad para mostrar el rostro de Jes?s a los hombres y mujeres de hoy.
Jos? Antonio Pagola?
Red evangelizadora BUENAS NOTICIAS
30 de enero de 2011
4 Tiempo ordinario (A)
ZENIT? nos ofrece la catequesis que el Papa Benedicto XVI pronunci? el mi?rcoles 5 de enero de 2011, durante la Audiencia General celebrada en el Aula Pablo VI, con peregrinos procedentes de todo el mundo.
Queridos hermanos y hermanas,
Estoy contento de acogeros en esta primera Audiencia General del nuevo a?o y de todo coraz?n os doy a vosotros y a vuestras familias mis mayores felicitaciones. Que el Se?or del tiempo y de la historia gu?e nuestros pasos por el camino del bien y conceda a cada uno abundancia de gracia y de prosperidad. Rodeados a?n por la luz de la Santa Navidad, que nos invita al gozo por la venida del Salvador, estamos hoy en la vigilia de la Epifan?a, en la que celebramos la manifestaci?n del Se?or a todas las gentes. La fiesta de la Navidad fascina hoy como siempre, m?s que otras grandes fiestas de la Iglesia; fascina porque todos de alguna forma intuyen que el nacimiento de Jes?s tiene que ver con las aspiraciones y las esperanzas m?s profundas del hombre. El consumismo puede apartarnos de esta nostalgia interior, pero si en el coraz?n est? el deseo de acoger a ese Ni?o que trae la novedad de Dios, que ha venido para darnos la vida en plenitud, las luces de los adornos navide?os pueden convertirse incluso en un reflejo de la Luz que se ha encendido con la encarnaci?n de Dios.
En las celebraciones lit?rgicas de estos d?as santos hemos vivido de modo misterioso pero real la entrada del Hijo de Dios en el mundo y hemos sido iluminados una vez m?s por la luz de su fulgor. Cada celebraci?n es presencia actual del misterio de Cristo y en ella se prolonga la historia de la salvaci?n. A prop?sito de la Navidad, el papa san Le?n Magno afirma: ?Aunque la sucesi?n de las acciones corp?reas ya ha pasado, como fue ordenado previamente en el designio eterno..., con todo nosotros adoramos continuamente el mismo parto de la Virgen que produce nuestra salvaci?n" (Serm?n sobre la Natividad del Se?or 29,2), y precisa: "porque ese d?a no ha pasado de forma tal que haya pasado tambi?n el poder de la obra que entonces fue revelada" (Serm?n sobre la Epifan?a 36,1). Celebrar los acontecimientos de la encarnaci?n del Hijo de Dios no es un simple recuerdo de hechos del pasado, sino que es hacer presentes esos misterios portadores de salvaci?n. En la Liturgia, en la celebraci?n de los Sacramentos, esos misterios se hacen actuales y se convierten en eficaces para nosotros, hoy. De nuevo san Le?n Magno afirma: "Todo lo que el Hijo de Dios hizo y ense?? para reconciliar al mundo, no lo conocemos s?lo en el relato de acciones realizadas en el pasado, sino que estamos bajo el efecto del dinamismo de esas acciones presentes" (Serm?n 52,1).
En la Constituci?n sobre la sagrada liturgia, el Concilio Vaticano II subraya que la obra de salvaci?n realizada por Cristo contin?a en la Iglesia mediante la celebraci?n de los santos misterios, gracias a la acci?n del Esp?ritu Santo. Ya en el Antiguo Testamento, en el camino hacia la plenitud de la fe, tenemos testimonios de c?mo la presencia y la acci?n de Dios fue mediada a trav?s de signos, por ejemplo, el del fuego (cfr Ex 3,2ss; 19,18). Pero a partir de la Encarnaci?n sucede algo sorprendente: el r?gimen de contacto salv?fico con Dios se transforma radicalmente y la carne se convierte en el instrumento de la salvaci?n: "Verbum caro factum est", "el Verbo se hizo carne", escribe el evangelista Juan y un autor cristiano del siglo III, Tertuliano, afirma: "Caro salutis est cardo", "la carne es el eje de la salvaci?n" (De carnis resurrectione, 8,3: PL 2,806).
La Navidad es ya la primicia del "sacramentum-mysterium paschale", es decir, es el inicio del misterio central de la salvaci?n que culmina en la pasi?n, muerte y resurrecci?n, porque Jes?s comienza el ofrecimiento de s? mismo por amor desde el primer instante de su existencia humana en el seno de la Virgen Mar?a. La noche de Navidad est? por tanto profundamente ligada a la gran vigilia nocturna de la Pascua, cuando la redenci?n se realiza en el sacrificio glorioso del Se?or muerto y resucitado. El mismo bel?n, como imagen de la encarnaci?n del Verbo, a la luz del relato evang?lico, alude ya a la Pascua y es interesante ver c?mo en algunos iconos de la Natividad en la tradici?n oriental, el Ni?o Jes?s es representado envuelto en pa?ales y depositado en un pesebre que tiene la forma de un sepulcro; una alusi?n al momento en el que ?l ser? bajado de la cruz, envuelto en una s?bana y puesto en un sepulcro excavado en la roca (cfr Lc 2,7; 23,53). Encarnaci?n y Pascua no est?n una junto a la otra, sino que son los dos puntos clave inseparables de la ?nica fe en Jesucristo, el Hijo de Dios Encarnado y Redentor. La Cruz y la Resurrecci?n presuponen la Encarnaci?n. S?lo porque verdaderamente el Hijo, y en ?l Dios mismo, ?descendi? y ?se hizo carne?, la muerte y la resurrecci?n de Jes?s son acontecimientos que nos resultan contempor?neos y nos afectan, nos arrancan de la muerte y nos abren a un futuro en el que esta "carne", la existencia terrena y transitoria, entrar? en la eternidad de Dios. En esta perspectiva unitaria del Misterio de Cristo, la visita al bel?n orienta a la visita a la Eucarist?a, donde encontramos presente de modo real al Cristo crucificado y resucitado, al Cristo viviente.
La celebraci?n lit?rgica de la Navidad, entonces, no es s?lo recuerdo, sino que es sobre todo misterio; no es s?lo memoria, sino tambi?n presencia. Para captar el sentido de estos dos aspectos inseparables, es necesario vivir intensamente todo el Tiempo navide?o como la Iglesia lo presenta. Si lo consideramos en sentido amplio, se extiende durante cuarenta d?as, del 25 de diciembre al 2 de febrero, de la celebraci?n de la Noche de Navidad, a la Maternidad de Mar?a, a la Epifan?a, al Bautismo de Jes?s, a las Bodas de Can?, a la Presentaci?n en el Templo, precisamente en analog?a con el Tiempo pascual, que forma una unidad de cincuenta d?as, hasta Pentecost?s. La manifestaci?n de Dios en la carne es el acontecimiento que ha revelado la Verdad en la historia. De hecho, la fecha del 25 de diciembre, vinculada a la idea de la manifestaci?n solar ? Dios que aparece como luz sin ocaso en el horizonte de la historia ?, nos recuerda que no se trata s?lo de una idea, la de que Dios es la plenitud de la luz, sino de una realidad para nosotros los hombres ya realizada y siempre actual: hoy, como entonces, Dios se revela en la carne, es decir, en el ?cuerpo vivo" de la Iglesia que peregrina en el tiempo, y en los Sacramentos nos da hoy la salvaci?n.
Los s?mbolos de las celebraciones navide?as, recordados por las Lecturas y por las oraciones, dan a la liturgia de este Tiempo un sentido profundo de "epifan?a" de Dios en su Cristo-Verbo encarnado, es decir, de ?manifestaci?n? que posee tambi?n un significado escatol?gico, es decir, que orienta a los ?ltimos tiempos. Ya en el Adviento las dos venidas, la hist?rica y la del final de la historia, estaban directamente vinculadas; pero es en particular en la Epifan?a y en el Bautismo de Jes?s donde la manifestaci?n mesi?nica se celebra en la perspectiva de las esperanzas escatol?gicas: la consagraci?n mesi?nica de Jes?s, Verbo encarnado, mediante la efusi?n del Esp?ritu Santo de forma visible, lleva a cumplimiento el tiempo de las promesas e inaugura los ?ltimos tiempos.
Es necesario rescatar este Tiempo navide?o de un revestimiento demasiado moralista y sentimental. La celebraci?n de la Navidad no nos propone s?lo ejemplos a imitar, como la humildad y la pobreza del Se?or, su benevolencia y amor hacia los hombres; sino que es m?s bien una invitaci?n a dejarnos transformar totalmente por Aquel que ha entrado en nuestra carne. San Le?n Magno exclama: "el Hijo de Dios ? se ha unido a nosotros y nos ha unido a nosotros consigo de tal manera que el abajamiento de Dios hasta la condici?n humana se convirtiera en una elevaci?n del hombre hasta las alturas de Dios" (Serm?n sobre la Natividad del Se?or 27,2). La manifestaci?n de Dios tiene como fin nuestra participaci?n en la vida divina, la realizaci?n en nosotros del misterio de su encarnaci?n. Este misterio es la realizaci?n de la vocaci?n del hombre. De nuevo san Le?n Magno explica la importancia concreta y siempre actual para la vida cristiana del misterio de la Navidad: ?las palabras del Evangelio y de los Profetas ? inflaman nuestro esp?ritu y nos ense?an a comprender la Natividad del Se?or, este misterio del Verbo hecho carne, no tanto como un recuerdo de un acontecimiento pasado, sino como un hecho que tiene lugar ante nuestros ojos... es como si se nos hubiese proclamado de nuevo en la solemnidad de hoy: 'Os anuncio una gran alegr?a, que lo ser? para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, que es el Cristo Se?or'" (Serm?n sobre la Natividad del Se?or 29,1). Y a?ade: ?Reconoce, cristiano, tu dignidad, y, hecho part?cipe de la naturaleza divina, cuida de no recaer, con una conducta indigna, de tal grandeza, a la primitiva bajeza" (Serm?n sobre la Natividad del Se?or, 3).
Queridos amigos, vivamos este Tiempo navide?o con intensidad: tras haber adorado al Hijo de Dios hecho hombre y depositado en el pesebre, somos llamados a pasar al altar del Sacrificio, donde Cristo, el Pan vivo bajado del cielo, se nos ofrece como verdadero alimento para la vida eterna. Y lo que hemos visto con nuestros ojos, en la mesa de la Palabra y del Pan de Vida, lo que hemos contemplado, lo que nuestras manos han tocado, es decir, al Verbo hecho carne, anunci?moslo con alegr?a al mundo y demos testimonio de ?l generosamente con toda nuestra vida. Renuevo de coraz?n a todos vosotros y a vuestros seres queridos sentidas felicitaciones por el Nuevo A?o y os deseo una buena festividad de la Epifan?a.
[En espa?ol dijo]
Saludo cordialmente a los fieles de lengua espa?ola aqu? presentes. En particular, a los peregrinos de Espa?a, M?xico, y de otros pa?ses latinoamericanos. Os exhorto a vivir con intensidad el misterio del nacimiento del Hijo de Dios, a anunciarlo con alegr?a al mundo, y dar testimonio de su amor con vuestra vida. Asimismo, os renuevo de coraz?n mis mejores deseos para este A?o Nuevo, as? como una feliz fiesta de la Epifan?a. Muchas gracias.
[En italiano dijo]
Saludo finalmente a los j?venes, los enfermos y los reci?n casados. Ma?ana, solemnidad de la Epifan?a del Se?or, recordaremos el camino de los Magos hacia Cristo, guiados por la luz de la estrella. Su ejemplo, queridos j?venes, alimente en vosotros el deseo de encontrar a Jes?s y de transmitir a todos la alegr?a de su Evangelio; os lleve, queridos enfermos, a ofrecer al Ni?o de Bel?n vuestros dolores y sufrimientos, hechos preciosos por la fe; que constituya para vosotros, queridos reci?n casados, un est?mulo constante a hacer vuestras familias ?peque?as iglesias? que acojan los signos misteriosos de Dios y del don de la vida.
[Traducci?n del original italiano por Inma ?lvarez
?Libreria Editrice Vaticana]
ZENIT nos ofrece las palabras que el Papa Benedicto XVI dirigi? el? domingo 2 de enero de 2011, durante el rezo del ?ngelus, a los fieles congregados en la Plaza de San Pedro y, en conexi?n televisiva directa, a las familias reunidas en la Plaza Col?n de Madrid (Espa?a).
Queridos hermanos y hermanas
Renuevo a todos mis felicitaciones por el nuevo a?o y doy las gracias a cuantos me han enviado mensajes de cercan?a espiritual. La liturgia de este domingo vuelve a proponer el Pr?logo del Evangelio de san Juan, proclamado solemnemente en el d?a de Navidad. Este texto admirable expresa, en forma de un himno, el misterio de la Encarnaci?n, predicado por los testigos oculares, los Ap?stoles, en particular por Juan, cuya fiesta, no por casualidad, se celebra el 27 de diciembre. Afirma san Cromacio de Aquileia que ?Juan era el m?s joven de todos los disc?pulos del Se?or; el m?s joven por edad, pero ya anciano en la fe? (Sermo II,1 De Sancto Iohanne Evangelista, CCL 9a, 101). Cuando leemos ?Al principio exist?a la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios? (Jn 1,1), el Evangelista ? comparado tradicionalmente con un ?guila ? se eleva por encima de la historia humana escrutando las profundidades de Dios; pero bien pronto, siguiendo a su Maestro, vuelve a la dimensi?n terrena diciendo: "Y la Palabra se hizo carne" (Jn 1,14). El Verbo es "una realidad viviente: un Dios que ? se comunica haci?ndose ?l mismo Hombre? (J. Ratzinger, Teologia della liturgia, LEV 2010, 618). De hecho, atestigua Juan, ?habit? entre nosotros, y nosotros hemos visto su gloria" (Jn 1,14). "?l se abaj? hasta asumir la humildad de nuestra condici?n ? comenta san Le?n Magno ? sin que por ello disminuyera su majestad" (Tractatus XXI, 2, CCL 138, 86-87). Leemos tambi?n en el Prologo: "De su plenitud, todos nosotros hemos participado y hemos recibido gracia sobre gracia" (Jn 1,16). "?Cu?l es la primera gracia que hemos recibido?" ? se pregunta san Agust?n, y responde ? "Es la fe". La segunda gracia, a?ade en seguida, es "la vida eterna" (Tractatus in Ioh. III, 8.9, CCL 36, 24.25).
Ahora me dirijo en lengua espa?ola a las miles de familias reunidas en Madrid para una gran manifestaci?n.
[En espa?ol]
Saludo con afecto a los numerosos Pastores y fieles reunidos en la Plaza de Col?n, de Madrid, para celebrar con gozo el valor del matrimonio y la familia bajo el lema: "La familia cristiana, esperanza para Europa". Queridos hermanos, os invito a ser fuertes en el amor y a contemplar con humildad el Misterio de la Navidad, que contin?a hablando al coraz?n y se convierte en escuela de vida familiar y fraterna. La mirada maternal de la Virgen Mar?a, la amorosa protecci?n de San Jos? y la dulce presencia del Ni?o Jes?s son una imagen n?tida de lo que ha de ser cada una de las familias cristianas, aut?nticos santuarios de fidelidad, respeto y comprensi?n, en los que tambi?n se transmite la fe, se fortalece la esperanza y se enardece la caridad. Aliento a todos a vivir con renovado entusiasmo la vocaci?n cristiana en el seno del hogar, como genuinos servidores del amor que acoge, acompa?a y defiende la vida. Haced de vuestras casas un verdadero semillero de virtudes y un espacio sereno y luminoso de confianza, en el que guiados por la gracia de Dios se pueda sabiamente discernir la llamada del Se?or, que sigue invitando a su seguimiento. Con estos sentimientos, encomiendo fervientemente a la Sagrada Familia de Nazaret los prop?sitos y frutos de ese encuentro, para que sean cada vez m?s las familias en las que reine la alegr?a, la entrega mutua y la generosidad. Que Dios os bendiga siempre.
[En italiano]
A la Virgen Mar?a, que el Se?or confi? como Madre al "disc?pulo que ?l amaba", pidamos la fuerza de comportarnos como hijos ?engendrados por Dios? (cfr Jn 1,13), acogi?ndonos unos a otros y manifestando as? el amor fraterno.
[Despu?s del ?ngelus]
Ayer por la ma?ana supimos con dolor la noticia del grave atentado contra la comunidad cristiana copta llevado a cabo en Alejandr?a de Egipto. Este vil gesto de muerte, como el de poner bombas ahora tambi?n cerca de las casas de los cristianos en Iraq para obligarles a irse, ofende a Dios y a toda la humanidad, que precisamente ayer rezaba por la paz y que ha comenzado con esperanza un nuevo a?o. Ante esta estrategia de violencias que tiene como objetivo a los cristianos, y que tiene consecuencias sobre toda la poblaci?n, rezo por las v?ctimas y sus familiares, y animo a las comunidades eclesiales a perseverar en la fe y en el testimonio de no violencia que nos viene del Evangelio. Pienso tambi?n en los numerosos agentes pastorales asesinados en 2010 en diversos lugares del mundo: a ellos va igualmente nuestro afectuoso recuerdo ante el Se?or. ?Permanezcamos unidos en Cristo, nuestra esperanza y nuestra paz!
[En espa?ol dijo]
Saludo con afecto a los peregrinos de lengua espa?ola presentes en esta oraci?n mariana. La liturgia de este tiempo de Navidad nos conduce a contemplar con asombro a Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre, el Enmanuel. Os invito en estos d?as santos a abrir vuestras almas a este misterio de infinito amor. Que a ello os ayude la Sant?sima Virgen Mar?a y san Jos?, cuya protecci?n invoco sobre todas las familias, particularmente sobre las que se encuentran en dificultad o est?n probadas por la incomprensi?n y la divisi?n. El Salvador, luz del mundo, conceda a todas la gracia para superar cualquier contrariedad, y de este modo puedan avanzar siempre por el camino del bien. Feliz domingo.
[Traducci?n del original italiano por Inma ?lvarez
?Libreria Editrice Vaticana]
ZENIT? nos ofrece las palabras que Benedicto XVI pronunci?el jueves, 6 de Enero de 2011, desde la ventana de su estudio del Palacio Apost?lico al rezar el ?ngelus con miles de fieles congregados en la plaza de San Pedro, despu?s de la misa con motivo de la Epifan?a del Se?or celebrada en la Bas?lica vaticana.
?Queridos hermanos y hermanas!
Celebramos hoy la Epifan?a, la manifestaci?n de Jes?s a todas las naciones, representadas por los Magos, que llegaron a Bel?n desde Oriente para rendir homenaje al Rey de los Jud?os, cuyo nacimiento hab?an conocido por la aparici?n de una nueva estrella en el cielo (cf. Mt 2,1-12). En efecto, antes de la llegada de los Magos, el conocimiento de este acontecimiento hab?a llegado poco m?s all? del c?rculo familiar: adem?s de a Mar?a y a Jos?, y probablemente a otros familiares, se hab?a dado a conocer a los pastores de Bel?n, los cuales, o?do el gozoso anuncio, hab?an acudido a ver al ni?o mientras todav?a yac?a en el pesebre. La venida del Mes?as, el esperado de las gentes anunciado por los Profetas, permanec?a as? inicialmente en lo oculto. Hasta que, precisamente, llegaron a Jerusal?n esos misteriosos personajes, los Magos, a pedir noticias del ?rey de los Jud?os?, nacido recientemente. Obviamente, trat?ndose de un rey, fueron al palacio real, donde resid?a Herodes. Pero ?ste no sab?a nada de ese nacimiento y, muy preocupado, convoc? r?pidamente a los sacerdotes y a los escribas, quienes, bas?ndose en la c?lebre profec?a de Miqueas (cf. 5,1), afirmaron que el Mes?as deb?a nacer en Bel?n. Y, de hecho, volviendo a caminar en esa direcci?n, los Magos vieron de nuevo la estrella, que les gui? hasta el lugar donde se encontraba Jes?s. Una vez dentro, se postraron y lo adoraron, ofreciendo dones simb?licos: oro, incienso y mirra. He aqu? la epifan?a, la manifestaci?n: la venida y la adoraci?n de los Magos es el primer signo de la singular identidad del hijo de Dios, que es tambi?n hijo de la Virgen Mar?a. Desde entonces empez? a propagarse la pregunta que acompa?ar? toda la vida de Cristo, y que de varias maneras atraviesa los siglos: ?qui?n es este Jes?s?
Queridos amigos, ?sta es la pregunta que la Iglesia quiere suscitar en el coraz?n de todos los hombres: ?qui?n es Jes?s? ?ste es el ansia espiritual que impulsa la misi?n de la Iglesia: dar a conocer a Jes?s, su Evangelio, para que todo hombre pueda descubrir en su rostro humano el rostro de Dios, y ser iluminado por su misterio de amor. La Epifan?a anuncia la apertura universal de la Iglesia, su llamada a evangelizar a todas las gentes. Pero la epifan?a nos dice tambi?n c?mo la Iglesia realiza esta misi?n: reflejando la luz de Cristo y anunciando su Palabra. Los cristianos est?n llamados a imitar el servicio que hizo la estrella para los Magos. Debemos resplandecer como hijos de la luz, para atraer a todos a la belleza del Reino de Dios. Y a cuantos buscan la verdad, les debemos ofrecer la Palabra de Dios, que conduce a reconocer en Jes?s ?al verdadero Dios y la vida eterna? (1 Gv 5,20).
Una vez m?s, sentimos en nosotros un profundo reconocimiento a Mar?a, la Madre de Jes?s. Ella es la imagen perfecta de la Iglesia que da al mundo la luz de Cristo: es la Estrella de la evangelizaci?n. "Respice Stellam", nos dice san Bernardo: mira la Stella, t? que vas en busca de la verdad y de la paz; dirige la mirada a Mar?a, y Ella te mostrar? a Jes?s, luz para todo hombre y para todos los pueblos.
[Despu?s del ?ngelus, dijo:]
Dirijo de coraz?n mi saludo y mis felicitaciones m?s fervientes a los hermanos y a las hermanas de las Iglesias Orientales que ma?ana celebrar?n la Santa Navidad. La bondad de Dios, manifestada en Jesucristo, Verbo encarnado, refuerce en todos la fe, la esperanza y la caridad, y conforte a las comunidades que se encuentran en pruebas. Recuerdo tambi?n que la Epifan?a es la Jornada Misionera de los Ni?os, propuesta por la Obra Pontificia de la Santa Infancia. Muchos ni?os y chicos, organizados en las parroquias y en las escuelas, forman una red espiritual y de solidaridad para ayudar a sus coet?neos m?s en dificultad. Es muy bonito e importante que los ni?os crezcan con una mentalidad abierta al mundo, con sentimientos de amor y de fraternidad, superando el egocentrismo y el consumismo. Queridos ni?os y chicos, con vuestra oraci?n y vuestro compromiso vosotros colabor?is en la misi?n de la Iglesia. ?Os doy las gracias por ello y os bendigo!
[El Papa salud? despu?s a los peregrinos en diversas lenguas. En espa?ol, dijo:]
Saludo con afecto a los peregrinos de lengua espa?ola, y en particular a la Iglesia en Nicaragua que hoy conmemora el cincuenta aniversario de "Radio Cat?lica". Les aliento a seguir difundiendo con fidelidad el mensaje del Evangelio. Celebramos hoy la Solemnidad de la Epifan?a. En la imagen de los Magos de Oriente, la Iglesia contempla a todos los pueblos de la tierra que reconocen a Jes?s como Se?or de las naciones. Siguiendo el ejemplo de la Virgen Mar?a, que acogi? con fe a su Hijo, abrid vuestros corazones a la Palabra divina, para que guiados por su luz, salg?is al encuentro de quienes est?n necesitados de amor y misericordia. ?Feliz fiesta para todos!?
[Traducci?n del original italiano por Patricia Navas
?Libreria Editrice Vaticana]
Subsidio lit?rgico para Jornada de la Vida Consagrada 2011, publicado en folleto de la CEE recibido en la parroquia junto cartel poara su ceelebraci?n el 2 de Febrero.
J?venes consagrados, un reto para el mundo
FIRMES EN LA FE (Col 2,7)
MONICI?N DE ENTRADA
Queridos hermanos todos. Convocados por el Se?or celebramos hoy en la Iglesia la fiesta de la Presentaci?n del Ni?o Jes?s en el Templo. Mar?a y Jos?, fieles a la tradici?n de su pueblo, entran en el Templo con su Hijo a los 40 d?as de su nacimiento. Del mismo modo, tambi?n nosotros, 40 d?as despu?s de la Navidad, somos llevados y presentados por nuestra Madre la Iglesia ante el Dios vivo y verdadero, al tiempo que sentimos y Agradecemos la paternal custodia de nuestro obispo diocesano.
El lema de esta Jornada de la Vida Consagrada, Firmes en la fe (Col 2, 7), J?venes consagrados, un reto para el mundo, nos vincula a ese evento tan importante para la Iglesia que se celebrar? en Madrid en agosto de este a?o: la Jornada Mundial de la Juventud. Los consagrados y consagradas, que hemos recibido en la comunidad cristiana la extraordinaria vocaci?n de vivir entregados totalmente a Dios y al servicio del pr?jimo en la caridad, queremos comunicar nuestra alegr?a a todos los j?venes, tanto a los que comparten nuestra fe como a los que vacilan, dudan o no creen, para que puedan vivir la experiencia del Se?or Jes?s resucitado y vivo, y de su amor
por cada uno de nosotros.
Nos disponemos ahora a escuchar la Palabra de Dios y celebrar el sacramento de la Eucarist?a, donde somos transformados en ofrenda permanente, consagrados al Padre, siguiendo al Hijo y habitados por el Esp?ritu.
Hoy, todos nosotros renovamos la elecci?n de Dios presididos por nuestro obispo, y salimos al encuentro del Se?or con la luz de la Fe, la fuerza de la Esperanza y el fuego del Amor que el Padre ha encendido en nuestros corazones.
RENOVACI?N DE LA CONSAGRACI?N
[Acabada la homil?a, los miembros de los institutos de vida consagrada
renuevan su consagraci?n en el seguimiento de Cristo y en la misi?n de la
glesia.]??
El celebrante:
Hermanos y hermanas:
En esta fiesta de la Presentaci?n de Jes?s en el templo, os invito a todos a agradecer conmigo al Se?or el don de la vida consagrada, que el Esp?ritu ha suscitado en la Iglesia. Vosotros, aqu? presentes, consagrados al servicio de Dios, en una gran variedad de vocaciones eclesiales, renov?is vuestro compromiso de seguir a Cristo obediente, pobre y casto, para que, por medio de vuestro testimonio evang?lico, la presencia de Cristo Se?or, luz de los pueblos, resplandezca en la Iglesia e ilumine al mundo.
(Todos oran en silencio durante alg?n tiempo)
El celebrante:
Bendito seas, Se?or, Padre Santo, porque en tu infinita bondad, con la voz del Esp?ritu, siempre has llamado a hombres y mujeres que, ya consagrados en el Bautismo, fuesen en la Iglesia signo del seguimiento radical de Cristo, testimonio vivo del Evangelio, anuncio de los valores del Reino, profec?a de la Ciudad ?ltima y nueva.
Cantor: Gloria a Ti, por los siglos.
Asamblea: Gloria a Ti, por los siglos.
?Lector 1?:
Te glorificamos, Padre, y te bendecimos, porque en Jesucristo, tu Hijo, nos has dado la imagen perfecta del servidor obediente: ?l hizo de tu voluntad su alimento, del servicio la norma de vida, del amor la ley suprema del Reino.
Lector 2?:
Gracias, Padre, por el don de Cristo, hijo de tu Sierva, servidor obediente hasta la muerte. Con gozo confirmamos hoy nuestro compromiso de obediencia al Evangelio, a la voz de la Iglesia, a nuestra Regla de vida.
Asamblea: Gloria a Ti, por los siglos.
Lector 1?:
Te glorificamos, Padre, y te bendecimos, porque en Jesucristo, nuestro hermano, nos has dado el ejemplo m?s grande de la entrega de s?: ?l, que era rico, por nosotros se hizo pobre, proclam? bienaventurados a los que tienen esp?ritu de pobre y abri? a los peque?os los tesoros del Reino.
Lector 2?:
Gracias, Padre, por el don de Cristo, hijo del hombre, paciente, humilde, pobre, que no tiene d?nde descansar la cabeza. Felices, confirmamos hoy nuestro empe?o de vivir con sobriedad y austeridad, de vencer el ansia de la posesi?n con el gozo de la entrega, de utilizar los bienes del mundo por la causa del Evangelio y la promoci?n del hombre.
Asamblea: Gloria a Ti, por los siglos.
Lector 1?:
Te glorificamos, Padre, y te bendecimos, porque en Jesucristo, hijo de la Virgen Madre, nos diste un modelo supremo de amor consagrado: ?l, Cordero inocente, vivi? am?ndote y amando a los hermanos, muri? perdonando y abriendo las puertas del Reino.
Lector 2?:
Gracias, Padre, por el don de Cristo, esposo virgen de la Iglesia virgen. Felices confirmamos hoy nuestro compromiso de tener nuestro cuerpo casto y nuestro coraz?n puro, de vivir con amor indiviso para tu gloria y la salvaci?n del hombre.
Asamblea: Gloria a Ti, por los siglos.
El celebrante:
Mira bondadoso, Se?or, a estos hijos tuyos y a estas hijas tuyas: firmes en la fe y alegres en la esperanza, sean, por tu gracia, un reflejo de tu luz,
instrumentos del Esp?ritu de paz, prolongaci?n entre los hombres de la presencia de Cristo. ?l, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Asamblea: (Cantando)
Am?n, am?n, am?n.
PRECES
(A las preces completas de la Solemnidad, se propone a?adir estas
cuatro espec?ficas)
?Por todos los j?venes, para que respondan generosamente a la llamada de Cristo acogiendo en su coraz?n la radicalidad del mensaje evang?lico. Roguemos al Se?or.
?Por los religiosos, los miembros de institutos seculares y de nuevas formas de vida consagrada, por el orden de las v?rgenes, para que del encuentro con Cristo reciban los frutos de santidad que muestren al mundo el Amor de Dios. Roguemos al Se?or.
?Por todas las familias, elegidas por Dios para transmitir la fe a la pr?xima generaci?n, para que impulsadas por la fuerza del Esp?ritu y el amor de Jes?s, puedan ejercer su misi?n de engendrar vocaciones para el Cielo. Roguemos al Se?or.
?Por quienes estamos participando en esta celebraci?n de acci?n de gracias por la vida consagrada, para que todos seamos uno en el amor, y el mundo crea en Jesucristo, ?nico Salvador de todos los hombres. Roguemos al Se?or.
Presentaci?n del Pesidente de la CEE para la Vida Consagrada de la Jornada 2011 que se presenta con el lema "J?venes consagrados, un reto para el mundo" - FIRMES EN LA FE (Col? 2, 7), publicado en folleto de la CEE que se ha recibido en la parroquia para su celebraci?n el 2 de Febrero.
J?VENES CONSAGRADOS, UN RETO PARA EL MUNDO
Lo han dicho todos los autores que han tratado de las edades del hombre, que la juventud no es un factor cronol?gico sin m?s, sino una actitud ante la vida, una cualidad de la mente y del coraz?n.
Tambi?n esto se refiere a la juventud dentro de la vida consagrada. Puede darse que haya viejos prematuros o que haya j?venes perennes, y esto lo da no tanto la edad sino el modo de vivir las cosas.
En esta Jornada Mundial de la Vida Consagrada, nos acercamos al leit motiv del encuentro que tendr? lugar el pr?ximo mes de agosto entre el Papa Benedicto XVI y los j?venes del mundo, que se dar?n cita en Madrid. Tambi?n los consagrados tiene una juventud que vivir sin que les caduque la esperanza lozana y la pasi?n ilusionada. No se trata de una sugesti?n, ni de una estrategia o demagogia sino de algo que nos permite creer el c?lebre dicho: no a?os a la vida sino vida a los a?os.
?Firmes en la fe? significa, para un cristiano, y m?xime para un consagrado, estar arraigados en esa tierra que acoge las ra?ces y las permite
nutrir a fin de que el ?rbol plantado junto a la buena acequia pueda seguir dando frutos en saz?n. Es la fe lo que permite tener una firmeza que no es la intransigencia de los confusos ni la pretensi?n de los demagogos. La fe que nos pone delante de un T? ante el cual cada instante de nuestra vida se decide. Es el T? nada menos que del mismo Dios.
No es una figura fantasmal sino Alguien completamente real. Alguien que es quien m?s se corresponde con las verdaderas exigencias de mi coraz?n. Es el encuentro con un Dios vivo que cotidianamente me llama por mi nombre, que lo tatu? en la palma de su mano, y que a diario se asoma al ventanal de su misericordia para ver si regresamos de nuestros devaneos pr?digos. Precisamente en el Mensaje para la Jornada Mundial de la Juventud 2011 hay un p?rrafo inicial en el primer punto en el que se aborda esta cuesti?n de lo concreto del Se?or en nuestras vidas: ?el hombre en verdad est? creado para lo que es grande, para el infinito. Cualquier otra cosa es insuficiente. San Agust?n ten?a raz?n: nuestro coraz?n est? inquieto, hasta que no descansa en Ti. El deseo de la vida m?s grande es un signo de que ?l nos ha creado, de que llevamos su "huella". Dios es vida, y cada criatura tiende a la vida; en un modo ?nico y especial, la persona humana, hecha a imagen de Dios, aspira al amor, a la alegr?a y a la paz. Entonces comprendemos que es un contrasentido pretender eliminar a Dios para que el hombre viva. Dios es la fuente de la vida; eliminarlo equivale a separarse de esta fuente e, inevitablemente, privarse de la plenitud y la alegr?a. La cultura actual, en algunas partes del mundo, sobre todo en Occidente, tiende a excluir a Dios, o a considerar la fe como un hecho privado, sin ninguna relevancia en la vida social. .. se constata una especie de "eclipse de Dios", una cierta amnesia; m?s a?n, un verdadero rechazo del cristianismo y una negaci?n del tesoro de la fe recibida, con el riesgo de perder aquello que m?s profundamente nos caracteriza?.
Ante este reto, emerge la esperanza de la que son destinatarios y agentes a la vez los j?venes consagrados: ser un desaf?o para este mundo de nuestra generaci?n que sigue buscando a Dios mientras a veces se aleja de ?l. La consagraci?n en s? es un reto en medio de un mundo secularizado y anticristiano. Es entonces cuando el testimonio de los j?venes consagrados acerca apasionadamente al Se?or, hablando de una firmeza que arraiga en las aut?nticas ra?ces, y que se aprestan para narrar, desde un carisma suscitado por el Esp?ritu Santo en su Iglesia, lo que los dem?s j?venes y el mundo entero necesitan ver: que los cristianos somos la prolongaci?n en la historia del acontecimiento salvador de Dios. Firmes en la fe, ser reto para el mundo.
+ Jes?s Sanz Montes, ofm
Arzobispo de Oviedo
Presidente de la C.E. para la Vida Consagrada
DEPARTAMENTO DE COMUNICACI?N
38201. La Laguna. Tenerife.
Tfno. 922-25 86 40 / Extensi?n 8
e-mail: [email protected]
Bolet?n 420?
LAS NOTICIAS AMPLIADAS PUEDEN VERLAS ENTRANDO EN NUESTRO BLOG. Textos, sonidos, e im?genes los tienen en:
http://www.comunicacionobispadodetenerife.blogspot.com/?
El s?bado d?a 29, de 9.30 a 13 horas, el Obispo se reunir? con los arciprestes y vicearciprestes, en el seminario diocesano, a fin de presentar el proyecto de evaluaci?n pastoral y conocer las sugerencias que quieran hacer para este proceso que iniciamos con el comienzo de A?o.??
Una emotiva Misa Exequial presidida por el Obispo en el colegio santacrucero de los escolapios, sirvi? para encomendar al Padre, al presb?tero Felic?simo del Mazo Hinojal, de 85 a?os. El mismo se encontraba en el colegio y comunidad Escuelas P?as Quisisana, de la capital tinerfe?a. Felic?simo era natural de Burgos y lleg? a Tenerife, por primera vez, en los a?os 50. Posteriormente, permaneci? casi 30 a?os en Colombia y Ecuador. En 1996 regres? a Tenerife en donde residi? hasta su fallecimiento.?
Tambi?n ha fallecido Sor Josefina, natural de Garachico (La Caleta), a los 91 a?os de edad. Los ?ltimos quince los pas? ?debido a una enfermedad- en el Asilo de Ancianos de las Hermanitas de los Desamparados de La Laguna. A finales de la d?cada de los 80 estuvo muchos a?os en El Hierro junto a otras dos hermanas mientras se constru?a el Monasterio Ntra. Sra. de los Reyes de las Dominicas, en Frontera. La Misa Exequial tuvo lugar en la Iglesia del Monasterio de Santa Catalina de Siena, en La Laguna.
Ya se han adjudicado las obras de la Catedral de La Laguna correspondientes a la segunda fase y centradas en la reposici?n de las b?vedas y c?pula central. En este sentido, la empresa elegida para tal fin ha sido ?V?ctor Rodr?guez e Hijos?. Juli?n de Armas agradeci? el esfuerzo y dedicaci?n del resto de empresas que optaban a construir la nueva cubierta de la iglesia lagunera y a?adi? que la empresa ?V?ctor Rodr?guez e Hijos? tendr? un plazo hasta el 1 de marzo para comenzar las obras.?
El pr?ximo 2 de febrero Radio Ecca comienza a emitir el curso EL SE?OR DEL CRISTIANISMO, que cuenta con la aprobaci?n de la di?cesis de San Crist?bal de La Laguna y con el asesoramiento t?cnico de un equipo de profesores de la Facultad de Teolog?a de Granada. Puede ser una formaci?n oportuna para el profesorado, para catequistas, para muchas personas que sencillamente quieran acercarse a la figura de Jes?s. Para matricularse: Cualquier punto de orientaci?n de Radio ECCA. El tel?fono 902 312 212.
La Comisi?n Diocesana de Justicia y Paz ha emitido un comunicado en defensa del modelo de las Cajas de Ahorro y su funci?n social. En el mismo realizan una serie de consideraciones sobre el origen y el servicio de estas instituciones financieras, ya que - se?alan- "las Cajas de Ahorros de nuestro pa?s viven un momento de cambios profundos, tanto en su configuraci?n como a su r?gimen jur?dico, los cuales afectan sensiblemente su identidad, su funci?n social y, incluso, ponen en cuesti?n la continuidad de este modelo de entidad financiera".?
Las Hijas de la Caridad del Comedor Social de La Noria de la capital tinerfe?a han agradecido a "todos los tinerfe?os" que hayan repetido el milagro de los panes y los peces y las despensas del comedor se hayan llenado de alimentos durante la Navidad gracias a la colaboraci?n an?nima de miles de personas.?
El Obispo Bernardo ?lvarez ha estado visitando las diferentes realidades de intervenci?n social que C?ritas Diocesana realiza con la poblaci?n m?s desfavorecida. ?sta se inici? en la sede de la Entidad ante el equipo directivo, trabajadores y voluntarios. El prelado agradeci? el trabajo que se estaba haciendo con los m?s empobrecidos de la sociedad al mismo tiempo que alent? a seguir con el ?nimo alto en estos tiempos tan dif?ciles que nos ha tocado vivir.?
Seguimos con C?ritas, porque su director, Leonardo Ruiz, y los responsables de la Fundaci?n MAPFRE Guanarteme Jos? Francisco Mart?n y Juan Enrique Brito, han firmado un protocolo de colaboraci?n entre ambas entidades para el apoyo econ?mico de dos proyectos que desarrolla C?ritas Diocesana por un importe de 55.000 euros.??
El arciprestazgo de Granadilla, junto con el Seminario Diocesano organizan dos jornadas de pastoral vocacional dirigidas para j?venes y monaguillos. Ser? en la parroquia de S. Miguel, los d?as 28 y 29 de enero.?
El Obispo ha convocado ?rdenes de presb?teros para el d?a 12 de febrero. En el blog comunicacionobispadodetenerife.blogspot.com se pueden escuchar los testimonios de los tres j?venes que aspiran al sacerdocio: Honorio Campos, Juan Francisco Lugo y Carmelo G?mez.?
Asimismo, en el mencionado blog se encuentra publicado el programa de actos correspondiente a la Fiesta Lit?rgica de Nuestra Se?ora de Candelaria. El mi?rcoles, 2 de febrero, el obispo, Bernardo ?lvarez presidir? la Eucarist?a en la Bas?lica Mariana a las 12:00 horas. Dicha celebraci?n viene marcada este a?o por la proclamaci?n oficial y solemne, al Santuario de Nuestra Se?ora de Candelaria del t?tulo de ?Bas?lica Menor?, otorgado por la Santa Sede.??
Este a?o se celebrar?, por primera vez, una Marcha Misionera en la isla de El Hierro. Una jornada que tendr? lugar el pr?ximo s?bado, 29 de enero. Asimismo, durante esta semana, se est?n desarrollando, en dicha isla, unas jornadas de animaci?n misionera en colegios, institutos y parroquias, con la participaci?n del Padre Claretiano Jos? Carvajal, vicario parroquial de Ntra. Sra. del Pilar de Santa Cruz de Tenerife. Carvajal cuenta con una amplia experiencia misionera en Argentina.?
Los d?as 4, 5 y 6 de febrero, en San Pedro Daute, en Garachico, ?ngel Moreno, capell?n del monasterio cisterciense de Buenafuente del Sistal, impartir? un curso sobre la Liturgia de las Horas. Los organizadores del curso han previsto un servicio de hospeder?a para quienes deseen pernoctar en Garachico. Por otro lado, cabe se?alar que ?ngel Moreno tambi?n estar? presente en el Encuentro Diocesano de la Vida Consagrada que este a?o se celebrar? tambi?n en Garachico, en la ma?ana del d?a 5 de febrero. Para inscribirse en el curso o solicitar m?s informaci?n, los interesados pueden llamar al tel?fono de la parroquia de Santa Ana: 922 830 244.?
?La Libertad Religiosa, camino de la Paz? es el lema elegido para la peregrinaci?n diocesana de oraci?n por la paz del pr?ximo 19 de febrero de 2011. Se saldr?, como en a?os anteriores, desde la Iglesia de Sto. Domingo de Guzm?n en La Laguna en torno a las 6.00 horas tras una peque?a celebraci?n de la Palabra. En Caletillas ser? la reuni?n con el resto de participantes para continuar la marcha hacia la Bas?lica, en la cual celebraremos la Eucarist?a presidida por el Obispo.?
Manos Unidas contin?a trabajando con los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). En 2011, esta Organizaci?n No Gubernamental para el Desarrollo se centrar? en el cuarto objetivo: "Reducir la Mortalidad Infantil". En nuestra di?cesis, el viernes 11 de febrero, D?a del Ayuno Voluntario, Manos Unidas ha invitado a quienes lo deseen a acudir a la Eucarist?a presidida por el Obispo, que se celebrar? en la parroquia de Nuestra Se?ora de la Pe?a de Francia, en el Puerto de la Cruz, a las 19:00 horas.?
"Koinon?a. Espiritualidad del Evangelizador" es un curso destinado a todos los evangelizadores que son conscientes de la necesidad de cuidar la vida interior para poder llevar m?s eficazmente el mensaje del Evangelio. Est? organizado por la delegaci?n de pastoral misionera y se desarrollar? del 18 de febrero a las 20:00 horas al 20 de febrero despu?s de almuerzo, en la Casa de la Iglesia, en La Laguna.?
Del 18 al 20 de febrero se desarrollar? la segunda edici?n del Master en Pastoral Familiar bajo el tema: "La Revelaci?n del amor en la Sagrada Escritura". El lugar escogido para desarrollar esta sesi?n ser? la Casa de Ejercicios de Santa Cruz de Tenerife. Los interesados en participar pueden comunicarlo a trav?s de los correos: [email protected] y [email protected]. Hasta el 7 de febrero,?se ha abierto el plazo de matr?cula. Las plazas son limitadas.?
El fin de semana del 28 al 30 de enero, se celebrar?, en la Casa de la Iglesia, el cursillo de Cristiandad n? 342. La misi?n del mismo es colaborar con la gracia para provocar, en quienes participan, un encuentro personal con Cristo.??
El pr?ximo d?a 27 de enero, un grupo de 25 religiosas viajar? a Tierra Santa, acompa?adas por el De?n de la Catedral de La Laguna, Juli?n de Armas. Los peregrinos realizar?n ejercicios espirituales en los Santos Lugares que fueron escenario de la vida, muerte y resurrecci?n de Jesucristo. Adem?s, el grupo tendr? un encuentro con el Patriarca Latino de Jerusal?n, as? como con otras comunidades cristianas.?
Por otro lado, del 5 al 15 de marzo se desarrollar? la 45? Peregrinaci?n Diocesana a Tierra Santa, una iniciativa dirigida por el sacerdote Juan Carlos Alameda.
El s?bado 29 de enero de 2011 a las 21h se desarrollar? otro concierto de ?rgano en la parroquia de El M?dano, con entrada libre. Son conciertos ben?ficos, al final de los cuales se recogen los donativos voluntarios que los asistentes quieran dejar y que van destinados a la restauraci?n del ?rgano parroquial, afectado por insectos xil?fagos en su revestimiento exterior.
M?s de 29.000 turistas visitaron durante 2010 la torre del templo lagunero de La Concepci?n, seg?n recogi? el peri?dico 'El D?a'. De esta manera, se?ala el rotativo, esta torre es una estrella del patrimonio de la ciudad de aguere. Fue derribada en 1630 y se construy? otra que al resultar defectuosa se dispuso hacer una tercera y actual torre que data de 1694.?
Durante los d?as 28 y 29 de enero tendr?n lugar las VI Jornadas Cofrades bajo el t?tulo: ?Cofrad?as y la calle?. Las mismas se desarrollar?n en la sede de la Junta de Hermandades y Cofrad?as, en La Laguna.
Las obras de restauraci?n de la Ermita Antigua de Nuestra Se?ora del Carmen en el barrio fasniero de La Zarza avanzan r?pidamente. Se trata de unas obras cuyo presupuesto asciende a unos 60.000 euros y que son fruto del convenio de colaboraci?n firmado entre el Cabildo Insular y el Obispado de Tenerife, y en el que el Ayuntamiento de Fasnia tambi?n ha colaborado.
ZENIT? nos ofrece el discurso que el Papa Benedicto XVI dirigi? a la Federaci?n Internacional ?Pueri Cantores? en el Aula Pablo VI, al recibirles en audiencia con motivo de su XXXVI Congreso Internacional.
Queridos j?venes miembros de la Federaci?n Pueri Cantores,
Queridos amigos,
estoy encantado de recibiros hoy, d?a en que vosotros celebr?is vuestro 36 Congreso Internacional aqu? en Roma, y os agradezco por vuestro compromiso con el apostolado del canto lit?rgico. En palabras de san Agust?n: "cantar es expresi?n de alegr?a y ? amor? (Sermo 34:1). Contando las alabanzas de Dios, vosotros dais voz al deseo natural de cada ser humano de glorificarlo con cantos de amor. Es dif?cil encontrar las palabras para transmitir la alegr?a del alma en su encuentro amoroso con Dios, sin embargo la buena m?sica es capaz de expresar algo del misterio de su amor por nosotros y del nuestro por ?l , como se nos recuerda por el tema elegido para este Congreso: Deus Caritas Est.
Recordad siempre que vuestro canto es un servicio. Es un servicio a Dios, ofreci?ndole la alabanza que le es debida.. Es un servicio para otros fieles, ayud?ndolos a elevar sus corazones y mentes en oraci?n. Y es un servicio para la iglesia entera, un anticipo de la liturgia celestial en la que los coros de los ?ngeles y santos se unen en una infinita canci?n de amor y alabanza.
Saludo especialmente a los grupos hoy presentes, que vienen de los Estados Unidos, Suecia, Irlanda, Latvia y Corea del Sur. Os animo a perseverar en vuestra buena obra. Os aseguro mis oraciones, y con alegr?a os doy mi bendici?n apost?lica.
[En italiano dijo]
?Un afectuoso saludo a los Pueri Cantores de lengua italiana!
Queridos y j?venes amigos, os agradezco a vosotros y a aquellos que os instruyen en el canto sacro, por el precioso servicio que realiz?is en la Liturgia. Os animo a todos a perseverar y os invito a sentiros siempre part?cipes de la vida de las comunidades cristianas a las que pertenec?is. Custodiad la alegr?a que la venida de Cristo lleva consigo y descubrid siempre cuanto os ama ?l. ?Os bendigo a todos!
[En franc?s dijo]
Estoy contento de saludar muy cordialmente a los Pueri Cantores de lengua francesa, procedentes de B?lgica, de la Rep?blica Democratica del Congo y de Francia. Con la belleza de vuestros cantos manifest?is a Dios vuestro gozo y vuestr amor y ayud?is al pueblo cristiano a entrar m?s en profundidad en los misterois celebrados en el transcurso de la Liturgia. Os doy las gracias vivamente por esto. ?Que el canto liturgico, a trav?s del cual expres?is la grandeza y el amor de Dios, os permita crecer en santidad! ?Que Dios os bendiga!
[En alem?n dijo]
Saludo de todo coraz?n a los Pueri Cantores de los pa?ses de lengua alemana. El Evangelio de la Noche Santa narra la alabanza de los ?ngeles, que los pastores de Bel?n escucharon. Desde siempre los cristianos consideran estas palabras de los ?ngeles como un canto y son entusiastas de honrar a Dios con la m?sica. Tambi?n vosotros, con vuestro canto tom?is parte en esta hermosa tarea de forma que Dios sea honrado y los hombres sientan gozo. Os doy las gracias por vuetsro compromiso, queridos j?venes, y os auguro la paz de la Navidad y la gracia de Jesucristo.
[En espa?ol dijo]
Saludo con afecto a los Pueri Cantores de lengua espa?ola. Con vuestro canto contribu?s a que el pueblo cristiano contemple con m?s profundidad el misterio de Cristo, celebrado en la liturgia. Que el amor de Jes?s reci?n nacido llene vuestros corazones de alegr?a y de paz. Que Dios os bendiga a vosotros y a vuestras familias.
[En portugu?s dijo]
Un muy afectuoso saludo tambi?n a los ?peque?os Cantores? venidos de Portugal. Os agradezco el precioso servicio que realizais, animando con los cantos las celebraciones lit?rgicas.
[En polaco dijo]
Un cari?oso saludo a los Pueri Cantores venidos de Polonia. ?Gracias por el precioso servicio que realizais animando con los cantos las celebraciones lit?rgicas y ayudando de esta manera a alabar y dar fracias al Se?or!
[En ruso dijo]
Un afectuoso saludo a los Pueri Cantores venidos de Ucrania. ?Os agradezco el precioso servicio que realizais animando con el canto las celebraciones lit?rgicas!?
[Traducci?n del original ingl?s por Carmen ?lvarez
?Copyright 2010 Libreria Editrice Vaticana]
ZENIT? nos? ofrece el discurso pronunciado por el Papa Benedicto XVI durante el almuerzo ofrecido por ?l, en el Aula Pablo VI a las personas asistidas por las diversas comunidades romanas de las Misioneras de la Caridad, con ocasi?n del centenario del nacimiento de la beata Teresa de Calcuta, el? 27 de diciembre de 2010.
Queridos amigos,
estoy muy contento de estar hoy aqu? con vosotros y dirijo mi m?s cordial saludo a la reverenda madre general de las Misioneras de la Caridad, a los sacerdotes, a las hermanas, a los hermanos contemplativos y a todos los que estamos aqu? presentes para vivir juntos este momento fraterno.
La luz de la Natividad del Se?or colma nuestros corazones de la alegr?a y de la paz anunciada por los ?ngeles a los pastores de Bel?n: ??Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres amados por ?l? (Lc 2,14). El ni?o que vemos en la cueva es Dios mismo que se ha hecho hombre, para mostrarnos cu?nto nos quiere, cu?nto nos ama: Dios se ha convertido en uno de nosotros, para acercarse a cada uno, para vencer el mal, para liberarnos del pecado, para darnos esperanza, para decirnos que no estamos solos nunca. Nosotros podemos dirigirnos siempre a ?l, sin miedo, llam?ndolo Padre, seguros de que en todo momento, en cada una de las situaciones de la vida, incluso en las m?s dif?ciles, ?l no nos olvida. Debemos decirnos m?s a menudo: S?, Dios me cuida, me quiere, Jes?s ha nacido tambi?n por m?; debo tener siempre fe en ?l.
Queridos hermanos y hermanas, dejemos que la luz del Ni?o Jes?s, del Hijo de Dios hecho hombre, ilumine nuestra vida para transformarla en luz, como vemos de modo especial en la vida de los santos. Recuerdo el testimonio de la beata Teresa de Calcuta, un reflejo de la luz del amor de Dios. Celebrar que hace 100 a?os que naci? es un motivo de agradecimiento y de reflexi?n hacia un renovado y gozoso empe?o al servicio del Se?or y de los hermanos, especialmente de los m?s necesitados. El Se?or mismo quer?a ser necesitado, como sabemos. Queridas hermanas, queridos sacerdotes y hermanos, queridos amigos del personal, la caridad es la fuerza que cambia el mundo, porque Dios es amor (cfr?1Jn 4,7-9). La beata Teresa de Calcuta ha vivido la caridad hacia los dem?s sin distinciones, pero prefiriendo a los m?s pobres y abandonados: signo luminoso de la paternidad y de la bondad de Dios. Ha sabido reconocer en cada uno el rostro de Cristo, amado por ella con todo su ser: al Cristo que ella adoraba y recib?a en la Eucarist?a, lo encontraba por las calles de la ciudad, convirti?ndose en una imagen viva de Jes?s que vierte sobre las heridas del hombre la gracia del amor misericordioso. A quien se pregunta por qu? la madre Teresa se convirti? en alguien tan famoso, la respuesta es simple: porque ha vivido de manera humilde y oculta, por amor y en el amor de Dios. Ella misma afirmaba que su gran premio era amar a Jes?s y servirlo en los pobres. Su figura peque?a, con las manos unidas o mientras acariciaba a un enfermo, un leproso, un moribundo, un ni?o, es el signo visible de un existencia transformada por Dios. En la noche del dolor humano ha hecho resplandecer la luz del Amor divino y ha ayudado a muchos corazones a encontrar la paz que s?lo Dios puede dar.
Demos gracias a Dios, porque en la beata Teresa de Calcuta todos hemos visto como nuestra existencia puede cambiar cuando se encuentra con Jes?s; Puede convertirse, para los dem?s, en reflejo de la luz de Dios.
A muchos hombres y mujeres en situaci?n de miseria y sufrimiento, ella ha dado consuelo y la certeza de que ?Dios no abandona a nadie, nunca!. Su misi?n contin?a a trav?s de aquellos, que como en otras partes del mundo, viven el carisma de ser misioneros y misioneras de la Caridad.
Nuestra gratitud es grande, queridos hermanas y hermanos, por vuestra presencia humilde, discreta, oculta a los ojos de los hombres, pero extraordinaria y preciosa para el coraz?n de Dios. Al hombre, a menudo en busca de una felicidad aparente, vuestro testimonio de vida le dice d?nde se encuentra la verdadera felicidad: en el compartir, en el donarse, en el amar con la misma gratuidad de Dios que rompe la l?gica del ego?smo humano.
?Queridos amigos! Sabed que el Papa os quiere mucho, os lleva en el coraz?n, os acoge a todos en un abrazo paterno y reza por vosotros. ?Muchas felicidades! Gracias por haber querido compartir la alegr?a de estos d?as de fiesta. Invoco la protecci?n materna de la Sagrada Familia de Nazaret que celebramos hoy -Jes?s, Mar?a y Jos?- y os bendigo a vosotros y a vuestros seres queridos.
[Traducci?n del original italiano por Carmen ?lvarez
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ZENIT? nos ofrece la Carta que el Papa Benedicto XVI hizo llegar al arzobispo de Santiago de Compostela (Espa?a), monse?or Juli?n Barrio, con motivo de la Clausura del A?o Santo Compostelano, y que hizo p?blica?el viernes 31 de Diciembre de 2010?por la Santa Sede.
Al Venerado Hermano, Monse?or Juli?n Barrio Barrio,
Arzobispo Metropolitano de Santiago de Compostela
1. Con ocasi?n de la solemne clausura del A?o Santo Compostelano de 2010, vuelvo a pensar con emoci?n en la Casa del Se?or Santiago, que visit? recientemente con hondo gozo interior. Deseo unirme a la acci?n de gracias a Dios por los dones que su bondad ha derramado en estos meses en la multitud de personas que han peregrinado a ese lugar santo con fe viva, renovando la firme adhesi?n al mensaje transmitido por los Ap?stoles y viviendo con esp?ritu de conversi?n el encuentro con la misericordia y el amor de Jesucristo. Al saludar con afecto a los Pastores, religiosos, seminaristas y fieles congregados en esa circunstancia, evocando los inolvidables momentos que vivimos junto a la Tumba del Ap?stol protom?rtir, quisiera dirigirles una palabra de aliento, para que los frutos de vida cristiana y de renovaci?n eclesial cosechados copiosamente en el A?o Santo impulsen a los que han llegado hasta Santiago de Compostela a ser testigos de Cristo Resucitado.
2. En efecto, en el camino, compartieron preocupaciones, esperanzas y desaf?os con los hermanos que encontraron a su lado, buscando escuchar al Dios que nos habla y habita en nuestro interior para salir de s? mismos y abrirse a los dem?s. Al llegar al P?rtico de la gloria, los esperaba la majestad amorosa y acogedora de Cristo, a cuya luz el hombre puede hallar el aut?ntico sentido de su existencia y sendas para una convivencia pac?fica y constructiva entre los pueblos. Bajo la mirada serena del Ap?stol, renovaron su profesi?n de fe, entonaron su alabanza e hicieron humilde confesi?n de sus pecados. A la profesi?n de fe sigui? la recepci?n del perd?n en el sacramento de la Penitencia y el encuentro con el Se?or en la Eucarist?a.
3. Dicho encuentro no puede dejarlos indiferentes. Los peregrinos han de volver a sus casas como regresaron a Jerusal?n los disc?pulos de Ema?s, que conversaron con Jes?s por el camino y le reconocieron al partir el pan. Gozosos y agradecidos fueron a la Ciudad Santa a comunicar a todos que hab?a resucitado y se les hab?a aparecido vivo. Se convirtieron as? en mensajeros alegres y confiados del Cristo viviente, que es b?lsamo para nuestras penas y fundamento de nuestra esperanza (cf.?Lc?24,13-35). Tambi?n ahora, al dejar Compostela tras haber experimentado el amor del Se?or que nos ha salido al encuentro, se har? sentir el anhelo de cumplir el encargo del Ap?stol Pedro: "Glorificad en vuestros corazones a Cristo Se?or y estad siempre prontos para dar raz?n de vuestra esperanza a todo el que os la pidiere" (1 P?3,15). Ello requiere el prop?sito de fortalecer cada d?a m?s nuestra fe, participando asiduamente en los misterios de gracia confiados a la Iglesia y dando ejemplo eficaz y concreto de caridad. No seremos testigos cre?bles de Dios si no somos fieles colaboradores y servidores de los hombres. Este servicio a una comprensi?n profunda y a una defensa valerosa del hombre es una exigencia del Evangelio y una aportaci?n esencial a la sociedad de nuestra condici?n cristiana.
4. Con estos sentimientos, quisiera ahora dirigirme en particular a los j?venes, con quienes tendr? la dicha de reunirme el a?o pr?ximo en Madrid, para la celebraci?n de la?Jornada Mundial de la Juventud. Los invito a dejarse interpelar por Cristo, entablando con ?l un di?logo franco y pausado y pregunt?ndose tambi?n: ?Contar? el Se?or conmigo para ser su ap?stol en el mundo, para ser mensajero de su amor? Que no falte la generosidad en la respuesta, ni tampoco aquel arrojo que llev? a Santiago a seguir al Maestro sin ahorrar sacrificios. Asimismo, animo a los seminaristas a que se identifiquen cada vez m?s con Jes?s, que los llama a trabajar en su vi?a (cf.?Mt?20,3-4). La vocaci?n al sacerdocio es un admirable don del que se ha de estar orgulloso, porque el mundo necesita de personas dedicadas por completo a hacer presente a Jesucristo, configurando toda su vida y su quehacer con ?l, repitiendo diariamente con humildad sus palabras y sus gestos, para ser transparencia suya en medio de la grey que les ha sido encomendada. Aqu? est? la fatiga y tambi?n la gloria de los presb?teros, a quienes quisiera recordar con San Pablo, que nada ni nadie en este mundo podr? arrancarlos del amor de Dios manifestado en Cristo (cf.?Rm?8,39).
5. Conservando en mi alma el recuerdo de mi grata estancia en Compostela, pido al Se?or que el perd?n y la aspiraci?n a la santidad que han germinado en este A?o Santo Compostelano ayuden a hacer m?s presente, bajo la gu?a de Santiago, la Palabra redentora de Jesucristo en esa Iglesia particular y en todos los pueblos de Espa?a, y que su luz se perciba igualmente en Europa, como una invitaci?n incesante a vigorizar sus ra?ces cristianas y as? potenciar su compromiso por la solidaridad y la firme defensa de la dignidad del hombre.
6. A la amorosa protecci?n de la Sant?sima Virgen Mar?a, a cuyo coraz?n de Madre confi? el Ap?stol Santiago sus penas y alegr?as, seg?n venerable tradici?n, encomiendo a todos los hijos e hijas de esas nobles tierras y les imparto la Bendici?n Apost?lica, signo de consuelo y de constante asistencia divina.
Vaticano, 18 de diciembre de 2010.
BENEDICTUS PP. XVI
[?Copyright 2010 - Libreria Editrice Vaticana]
Carta a Mi querido Te?filo del Padre Antonio Mar?a Hern?ndez del Hogar Santa Rita del Puerto de la Cruz, publicado en la revista "Como las Abejas", n?mero 53,?Noviembre-Diciembre?de 2010.
CARTA A MI QUERIDO TE?FILO 29?
Mi buen Te?filo, mi siempre estimado amigo. iQu? dif?cil me lo has puesto con esta carta! Lo curioso es que has llegado a estos a?os ya jubilado y cargado de a?os, pues, te toc? sufrir de ni?o las consecuencias de aquella horrorosa guerra entre espa?oles y luego la segunda guerra mundial, en la que no entr? Espa?a; pero que
las consecuencias s? llegaron hasta aqu?. Te ha tocado vivir a?os muy duros: el trabajo con patr?n a qui?n siempre odiaste, desde tus once a?os, los maltratos a tu mujer, la separaci?n de tu mujer y el tener que presenciar a tu mujer con otro hombre, el c?ncer, la quimioterapia; pero, a pesar de todo, has aguantado, sea como sea, hasta jubilarte y en esta etapa ?ltima de tu vida ahora est?s locamente desesperado y con ansias de poner fin a tu vida por la v?a r?pida. La verdad que no lo entiendo. No s? cu?ntos m?s a?os te tocar?n vivir, sin ilusi?n, sin ninguna expectativa, sin sue?os positivos, sin ninguna motivaci?n por la que seguir luchando.
iQu? puedo yo decirte! iQu? puedo yo aconsejarte! Yo no soy Dios, ni soy el due?o de la fe para poder suministr?rtela, ni puedo imponerte una creencia, ni transferirte mis vivencias. V?lgante solamente las palabras de un amigo, que siempre lo ha sido, en todos los momentos de tu vida y sabes muy bien que conozco bastante
los entresijos de tu vida. Somos ?viejos amigos?, como ciertamente dices t?. iQuiz? cuando llegue esta carta a tu casa ya t? no existas. No lo s?. He intentado llamarte a tu m?vil y a tu tel?fono fijo y nadie me contesta. As? que estoy escribiendo esta carta, quiz? dirigida a la eternidad si ya est?s en ella, ni tampoco puedo convencerte de nada; pero si realmente llega a tus manos esta carta, quiero que al menos me escuches, sin juzgarme, sin prejuicios preconcebidos, ni poni?ndote a la defensiva para que nadie te convenza del error en el que est?s metido. No te obligo ni puedo hacerla, a que creas en mi postura. Piensa s?lo que es un amigo sincero el que te habla y en honor a esa ?vieja amistad?, sigue un poco el ?hilo? de estas palabras salidas del coraz?n. Aunque te lo diga con toda la verdad y yo creo en la sinceridad de tus palabras, es casi imposible que tengas una desesperaci?n tan larga que haya empezado desde el d?a en que naciste y que te haya acompa?ado a lo largo de toda tu vida. Pienso que lo m?s hermoso que ha ocurrido en tu vida es el haber nacido. Yo conoc? a tu madre que march? de este mundo cuando t? eras muy joven; pero era una mujer muy religiosa y no me cave en la cabeza que no te haya ense?ado a rezar. Te educaste durante unos a?os en un colegio religioso, hiciste la "Primera Comuni?n?, luego ya te abandonaste y no llegaste a confirmarte ...
He reflexionado mucho sobre tu escrito y est? todo ?l cargado de pesimismo, de negatividad, de amargura, de tristeza. iCu?nto dar?a para que tu vida cambie de rumbo! iCu?nto dar?a por verte pasar la ?ltima etapa de tu vida, con m?s esperanza, con mayor ilusi?n!; pero Dios te cre? libre y las vivencias, aunque puedan contagiar en sentido positivo o negativo, son intransferibles. T? siempre has sido un luchador y has remado fuerte en mares enfurecidos. Te has cargado de a?os y de experiencia. Dices que "est?s harto, que ya no puedes m?s y no aguantas m?s?: Creo que siempre se puede aguantar un poco m?s.
Mi buen Te?filo, ?por qu? no te vas a un lugar solitario o al monte y all?, solo con tu conciencia, examinas un poco tu vida y profundizas desde tu ni?ez, juventud y vida de adulto, los ratos bonitos de tu vida? Es imposible que hayas llegado a esta edad, con s?lo una cadena ininterrumpida de fracasos, desenga?os, desgracias, frustraciones. Me parece casi imposible que en tantos a?os no hayas tenido a nadie que te haya querido, a nadie que te haya valorado, a nadie que te haya amado, nadie, ni nada que te haya hecho pasar ratos bonitos. Has sido un agraciado en tu salud, y ya, con m?s de sesenta a?os conservas tu mente l?cida, no te falta la comida y tienes un lugar donde dormir. Ahora ya est?s jubilado, y esto significa una etapa de alegr?a y de paz. Quiz?, a lo largo de tu vida, has pensado mucho en ti mismo y en tus problemas.
Tampoco te vaya decir que otros est?n, peor que t?, aunque sea cierto, porque ?mal de muchos es consuelo de tontos?, y ?un mal no justifica otro mal?. Quiz? t? y yo estamos hablando en idiomas distintos, y por eso es dif?cil entendernos. Yo, personalmente, no pienso ni en la vejez, ni en la jubilaci?n. Por amor a Dios, o
por amor propio, o amor a los dem?s, ya que Dios ha decidido prolongarme un poco m?s la vida, quiero gastarla hasta que una enfermedad o la muerte ponga punto y final a mi vida en la Tierra. Tambi?n pienso que la vida no se termina con la muerte y que todo comienza, cuando tanta gente dice que se acab? todo. Es horroroso pensar que despu?s de tanto sufrir, tanto luchar, no haya nada en otro lugar en donde se premie el bien y se haga justicia ante tanta injusticia, como hay en este planeta.
Me cuentas que en una discusi?n te sali? el ?machismo? y le destrozaste la mand?bula a tu mujer. Hoy se dir?a ?violencia de g?nero?, tan de moda. Es l?gico que tu mujer haya dicho ?basta? y haya rehecho su vida con alguien que le trate mejor y la ame m?s. Sin embargo, no pienso, que sea un castigo de Dios, ni ?cosa del destino?. No obstante, se te ha escapado algo positivo. Me cuentas que el haber conocido a tu mujer era ?lo ?nico bueno que jam?s hab?a pasado en tu vida?. Por qu?, pues, no recuerdas estos tiempos bonitos en que el amor era lo que confortaba tu coraz?n y que nunca podr?s desprenderte de ?l. Hay cosas que ya no pueden recomponerse, como tu amistad con tu mujer; pero fuiste muy feliz con ella durante unos cuantos a?os y eso es positivo. De tu vida de casado tambi?n te nacieron dos hijos: chico y chica y ya ellos te han dado cinco nietos. Tambi?n esto es algo positivo, creo yo.
Cierto que cuando te digo que tengas fe, que se lo pidas a Dios, suena a palabras sin contenido, pues, t? te declaras abiertamente ateo y nada te dice Dios. Ni te ilusiona el Cielo, ni tienes miedo al Infierno. Sencillamente pasas de todo. No obstante, conc?deme el favor de creer que te lo digo por convencimiento. Dios existe, mi buen amigo Te?filo, y si existe es bueno y te quiere. Te quiere como jam?s pomas imaginarte, no porque t? seas bueno o malo, sino porque ?l es bueno, y no me quiere a m? m?s que a ti, ni menos. ?l es mi padre y tu padre.
P?dele en serio, aunque te parezca que hablas al aire, que te d? fe. Repite una, otra y otra vez: ?Se?or Dios, yo quiero creer, yo quiero creer, ay?dame d?ndome la fe de la que tanto me habla el Padre Antonio?. Pasa p?gina. No le des m?s vueltas al ?hecho de tu desesperaci?n?, g?nate a tus nietos. Ahora tienes tiempo. Ven a Santa Rita, voluntariamente y haz feliz a alg?n anciano, de esos que est?n en peores condiciones que t?, sin familia, sin nadie que los visite, darle un paseo a alguno que, est? en silla de ruedas, si?ntate al lado simplemente o juega una partida al domin? o a la baraja. Haz algo, si?ntete ?til. Toma en tus manos las riendas de tu vida. no mires hacia atr?s. Gasta bien los d?as que te quedan en este planeta. Comienza una nueva vida. Todav?a tienes tiempo de ?tener expectativas, objetivos y algo que hacer?.
T? tienes un gran coraz?n. Cuando me dices que aceptas que tu mujer est? con otro, porque te lo mereces y que no quieres molestarla, sino que viva su nueva vida tranquila, para demostrar que realmente la quer?as y que la sigues queriendo, indica un gesto de un coraz?n bondadoso y lleno de nobleza. Nunca es tarde para empezar. T? eres una buena persona, jam?s he o?do hablar mal de ti, excepto esa historia puntual que has tenido con la que fue tu mujer. Y no lo recuerdes m?s. Cambia ese semblante. Todav?a puedes hacer mucho bien. A tu historia le faltan a?n muchos cap?tulos. Escribe nuevas p?ginas; sonr?e, crea a tu alrededor un ambiente de esperanza. No te sientas derrotado. Que nadie note que t? te derrumbas, que te vienes abajo. Si tienes mil razones para la desesperaci?n, busca diez mil motivaciones para alzarte sobre tus cenizas: que nadie tenga l?stima de ti. Conserva tu amor propio. A?n puedes superarte si t? quieres, porque si "t? no quieres, no hay santo que te ayude?. Lo m?s hermoso y m?s delicado que ese Dios, en quien, t? no crees, nos ha dejado, es la libertad. Dios no te pone la pistola en el pecho para que t? le quieras.
En alguna etapa de tu vida, t? has cre?do, aunque haga ya muchos a?os, aviva esa etapa. Ponle coraje a la vida. Sigue adelante, aunque aparentemente parezcas acabado. Para tu orgullo personal, no le des el gusto a los que quieran verte triste, cabizbajo, deprimido, aplastado y hasta muerto. T? siempre has cre?do en mi amistad y no s?lo te digo que "Dios es el amigo que nunca falla?, tienes que creer en mi amistad y esta carta no te la escribo porque soy sacerdote y porque "tengo que hablar as??. Lo que te escribo es porque lo siento, por convencimiento y porque yo, que tambi?n soy un hombre de carne y hueso como t?, tambi?n he tenido etapas muy dif?ciles en mi vida y entiendo ahora que mi vida sin Dios, no tiene sentido.
Sabes que hace poco me operaron de un "c?ncer?. De momento va todo bien; pero estuve a punto de escribir el ?ltimo cap?tulo de mi vida personal. Fueron cinco meses ingresado en el Hospital General: noches largas, sin poder pegar ojo, limitado, dependiente, sin saber en qu? terminaba todo. Muchas veces me cayeron
las l?grimas de impotencia y a?n ahora, no estoy bien al cien por cien. En tantas horas sin hacer nada, sino atado a unos sueros, lo que no se me prohib?a era pensar, rezar.
Mi madre dec?a: "Que en el mar se aprende a rezar?, y yo a?adir?a por experiencia propia que, "en el Hospital se aprende a rezar?. Cada d?a me dec?an de alguien que se hab?a muerto. iQu? misterio es la salud y la vida! El doctor Gaitano que me oper?, me dijo un d?a: "le vaya ense?ar la fotograf?a de alguno de mis hijos? y sin m?s, me ense?? un "?lbum curioso y muy valioso? para ?l, en el que estaban las fotograf?as de algunos, a los que ?l con sus maravillosas manos hab?a salvado en operaciones muy complicadas. "Estos son mis hijos?. Lo dec?a con mucho amor. Yo estoy casado, me dec?a, y no hemos tenido hijos y Dios ha querido regalarme todos estos hijos. Ahora en ese bendito ?lbum, uno de sus hijos es el "Padre Antonio Mar?a?, qu? bonito es contar todo esto y estar vivo para contarlo. Dios ha decidido que siga vivo. Por lo visto a?n me tiene reservado alg?n cap?tulo por realizar. Ahora vivo con mayor intensidad y me olvido de todo lo que he hecho y no pierdo el tiempo para rememorar las obras realizadas, sino que, sigo luchando, hasta el d?a que Dios quiera parar mi vida. Hasta ese d?a estar?, si Dios quiere, con "las botas puestas?.
Por eso mi amigo Te?filo, no te acobardes, no te sientas abatido. Mira hacia delante, llena p?ginas de amor y de alegr?a. Utiliza tu vida. G?stala bien y con buen talante, que tus hijos, tus nietos, tus amigos y yo mismo nos sintamos orgullosos de haberte conocido un d?a y entonces te dar?s cuenta de que ha valido la pena de que un d?a, tu madre te haya tra?do al mundo. Que te convenzas de una vez por todas que t? no has venido a este mundo por pura casualidad o porque as? ha sido tu destino. Dios te quiere amigo m?o, Dios te quiere. Esta es la gran verdad que un amigo te afirma.
Ponte de pie, lev?ntate, camina, echa adelante que, como dice el poeta: "se hace camino al andar?, y t? no eres qui?n para cerrar el libro de tu vida. Todav?a quedan muchas p?ginas por llenar y que, de momento, son in?ditas.
No s? si me he enrollado demasiado queriendo explicar, lo inexplicable y lo hago precisamente en honor a nuestra amistad, nunca vieja, siempre nueva y es mi deseo seguir en la brega y un d?a poder encontrarnos en ese Cielo, en el que t? no crees en este momento; pero que existe, independientemente de que t? creas o no en ?l. F?ate alguna vez de este amigo tuyo, que te habla desinteresadamente y que tambi?n ha tenido momentos muy dif?ciles y oscuros en su vida.
Seguiremos m?s adelante esta conversaci?n. Los dos nos vamos poniendo viejos y no podemos desperdiciar ning?n cartucho. ?Okey?
Antonio Mar?a Hern?ndez Hern?ndez
Oraci?n pidiendo santidad de vida ofrecida en un retiro sacerdotal.
ORACI?N PIDIENDO SANTIDAD DE VIDA
?
Creo en ti, Se?or, pero ay?dame a creer con firmeza; espero en ti, pero
ay?dame a esperar sin desconfianza; te amo, Se?or, pero ay?dame a
demostrarte que te quiero; estoy arrepentido, pero ay?dame a no volver a
ofenderte.
Te adoro, Se?or, porque eres mi creador y te anhelo porque eres mi fin:
te alabo, porque no te cansas de hacerme el bien y me refugio en ti, porque
eres mi protector.
Que tu sabidur?a, Se?or, me dirija y tu justicia me reprima; que tu
misericordia me consuele y tu poder me defienda.
Te ofrezco, Se?or, mis pensamientos, ay?dame a pensar en ti; te ofrezco
mis palabras, ay?dame a hablar de ti; te ofrezco mis obras, ay?dame a cumplir
tu voluntad; te ofrezco mis penas, ay?dame a sufrir por ti.
Todo aquello que quieres T?, Se?or, lo quiero yo, precisamente porque lo
quieres t?, como t? lo quieras y durante todo el tiempo que lo quieras.
Te pido, Se?or, que ilumines mi entendimiento, que fortalezcas mi
voluntad, que purifiques mi coraz?n y santifiques mi esp?ritu.
Hazme llorar, Se?or, mis pecados, rechazar las tentaciones, vencer mis
inclinaciones al mal y cultivar las virtudes.
Dame tu gracia, Se?or, para amarte y olvidarme de mi, para buscar el
bien de mi pr?jimo sin tenerle miedo al mundo.
Dame tu gracia para ser obediente con mis superiores, comprensivo con
mis inferiores, sol?cito con mis amigos y generoso con mis enemigos.
Ay?dame, Se?or, a superar con austeridad el placer, con generosidad la
avaricia, con amabilidad la ira, con fervor la tibieza.
Que sepa yo tener prudencia, Se?or, al aconsejar, valor en los peligros,
paciencia en las dificultades, sencillez en los ?xitos.
Conc?deme, Se?or, atenci?n al orar, sobriedad al comer, responsabilidad
en mi trabajo y firmeza en mis prop?sitos.
Ay?dame a conservar la pureza del alma, a ser modesto en mis actitudes,
ejemplar en mi trato con el pr?jimo y verdaderamente cristiano en mi
conducta.
Conc?deme tu ayuda para dominar mis instintos, para fomentar en m?, tu
vida de gracia, para cumplir tus mandamientos y obtener mi salvaci?n.
Ens??ame, Se?or, a comprender la peque?ez de lo terreno, la grandeza
de lo divino, la brevedad de esta vida y la eternidad de la futura.
Am?n.
DOMINGO CUARTO DEL TIEMPO ORDINARIO
30 de Enero de 2011
La gracia de nuestro Se?or Jesucristo, el amor del Padre y la comuni?n del Esp?ritu Santo est?n con todos vosotros.
- Hoy es un domingo en el que, aunque no celebramos ninguna fiesta especial, las lecturas que escucharemos pondr?n ante nuestros ojos algo muy central en nuestra fe. Hoy, en el evangelio, escucharemos a Jes?s que nos proclama el mensaje b?sico del Reino de Dios, el mensaje de felicidad que son las bienaventuranzas.
- Comencemos gozosa mente la celebraci?n de la Eucarist?a. Y pidamos que Jes?s, con su palabra, toque nuestro coraz?n y renueve nuestra voluntad
de seguirle.
A.penitencial: Prepar?monos en unos momentos de silencio y de oraci?n ante Dios. (Silencio).
- T?, que haces justicia a los oprimidos. SE?OR,TEN PIEDAD.
- T?, que abres los ojos al ciego. CRISTO, TEN PIEDAD.
- T?, que amas a los pobres. SE?OR, TEN PIEDAD.
1. lectura (Sofon?as 2,3; 3, 72-73): Como preparaci?n para recibir luego la palabra de Jes?s en el evangelio, escucharemos ahora al profeta Sofon?as que nos proclama el amor de Dios para con los pobres y los humildes.
2. lectura (7 Corintios 7,26-371): El texto de san Pablo que escucharemos hoy nos hablar? tambi?n de lo mismo que luego nos proclamar? Jes?s: la preferencia de Dios hacia los pobres, hacia los que no tienen ning?n poder
en este mundo.
Oraci?n universal: A Dios nuestro Padre, que ama a los pobres y nos llama a todos a vivir la vida de su Reino, or?mosle diciendo: PADRE, ESC?CHANOS.
Por la Iglesia; por todos los que hemos escuchado la llamada de Jes?s y queremos seguirle. OREMOS:
Por los que se preparan para la vida sacerdotal o religiosa. OREMOS:
Por los cristianos que viven en pa?ses en los que son discriminados o perseguidos. OREMOS:
Por los pobres; por los 9ue, en nuestro pa?s y en el mundo entero, no tienen lo necesario para vivir. OREMOS:
Portadas las personas de buena voluntad que trabajan y luchan al servicio de los pobres. OREMOS:
Por. nosotros, por nuestras familias, y por nuestros amigos. OREMOS:
Escucha, Padre, nuestra 6raci?n, y haz que la Buena Noticia de tu Hijo renueve a toda la humanidad. ?l que vive y reina contigo por los siglos de los siglos.
Padrenuestro: Fieles a la ense?anza de Jesucristo, unidos en el camino del Reino de Dios que ?l ha venido a anunciarnos, nos atrevemos a decir:
?
CPL
ZENIT? nos? ofrece el Mensaje del Papa Benedicto XVI para la XLV Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que ha sido hecho p?blico?el lunes 24 de Enero de 2011?por el Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales, con motivo de la fiesta de san Francisco de Sales, patr?n de los escritores y periodistas cat?licos.
Verdad, anuncio y autenticidad de vida en la era digital
Queridos hermanos y hermanas
Con ocasi?n de la XLV Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, deseo compartir algunas reflexiones, motivadas por un fen?meno caracter?stico de nuestro tiempo: la propagaci?n de la comunicaci?n a trav?s de internet. Se extiende cada vez m?s la opini?n de que, as? como la revoluci?n industrial produjo un cambio profundo en la sociedad, por las novedades introducidas en el ciclo productivo y en la vida de los trabajadores, la amplia transformaci?n en el campo de las comunicaciones dirige las grandes mutaciones culturales y sociales de hoy. Las nuevas tecnolog?as no modifican s?lo el modo de comunicar, sino la comunicaci?n en s? misma, por lo que se puede afirmar que nos encontramos ante una vasta transformaci?n cultural. Junto a ese modo de difundir informaci?n y conocimientos, nace un nuevo modo de aprender y de pensar, as? como nuevas oportunidades para establecer relaciones y construir lazos de comuni?n.
Se presentan a nuestro alcance objetivos hasta ahora impensables, que asombran por las posibilidades de los nuevos medios, y que a la vez exigen con creciente urgencia una seria reflexi?n sobre el sentido de la comunicaci?n en la era digital. Esto se ve m?s claramente a?n cuando nos confrontamos con las extraordinarias potencialidades de internet y la complejidad de sus aplicaciones. Como todo fruto del ingenio humano, las nuevas tecnolog?as de comunicaci?n deben ponerse al servicio del bien integral de la persona y de la humanidad entera. Si se usan con sabidur?a, pueden contribuir a satisfacer el deseo de sentido, de verdad y de unidad que sigue siendo la aspiraci?n m?s profunda del ser humano.
Transmitir informaci?n en el mundo digital significa cada vez m?s introducirla en una red social, en la que el conocimiento se comparte en el ?mbito de intercambios personales. Se relativiza la distinci?n entre el productor y el consumidor de informaci?n, y la comunicaci?n ya no se reduce a un intercambio de datos, sino que se desea compartir. Esta din?mica ha contribuido a una renovada valoraci?n del acto de comunicar, considerado sobre todo como di?logo, intercambio, solidaridad y creaci?n de relaciones positivas. Por otro lado, todo ello tropieza con algunos l?mites t?picos de la comunicaci?n digital: una interacci?n parcial, la tendencia a comunicar s?lo algunas partes del propio mundo interior, el riesgo de construir una cierta imagen de s? mismos que suele llevar a la autocomplacencia.
De modo especial, los j?venes est?n viviendo este cambio en la comunicaci?n con todas las aspiraciones, las contradicciones y la creatividad propias de quienes se abren con entusiasmo y curiosidad a las nuevas experiencias de la vida. Cuanto m?s se participa en el espacio p?blico digital, creado por las llamadas redes sociales, se establecen nuevas formas de relaci?n interpersonal que inciden en la imagen que se tiene de uno mismo. Es inevitable que ello haga plantearse no s?lo la pregunta sobre la calidad del propio actuar, sino tambi?n sobre la autenticidad del propio ser. La presencia en estos espacios virtuales puede ser expresi?n de una b?squeda sincera de un encuentro personal con el otro, si se evitan ciertos riesgos, como buscar refugio en una especie de mundo paralelo, o una excesiva exposici?n al mundo virtual. El anhelo de compartir, de establecer "amistades", implica el desaf?o de ser aut?nticos, fieles a s? mismos, sin ceder a la ilusi?n de construir artificialmente el propio "perfil" p?blico.
Las nuevas tecnolog?as permiten a las personas encontrarse m?s all? de las fronteras del espacio y de las propias culturas, inaugurando as? un mundo nuevo de amistades potenciales. ?sta es una gran oportunidad, pero supone tambi?n prestar una mayor atenci?n y una toma de conciencia sobre los posibles riesgos. ?Qui?n es mi "pr?jimo" en este nuevo mundo? ?Existe el peligro de estar menos presentes con quien encontramos en nuestra vida cotidiana ordinaria? ?Tenemos el peligro de caer en la dispersi?n, dado que nuestra atenci?n est? fragmentada y absorta en un mundo "diferente" al que vivimos? ?Dedicamos tiempo a reflexionar cr?ticamente sobre nuestras decisiones y a alimentar relaciones humanas que sean realmente profundas y duraderas? Es importante recordar siempre que el contacto virtual no puede y no debe sustituir el contacto humano directo, en todos los aspectos de nuestra vida.
Tambi?n en la era digital, cada uno siente la necesidad de ser una persona aut?ntica y reflexiva. Adem?s, las redes sociales muestran que uno est? siempre implicado en aquello que comunica. Cuando se intercambian informaciones, las personas se comparten a s? mismas, su visi?n del mundo, sus esperanzas, sus ideales. Por eso, puede decirse que existe un estilo cristiano de presencia tambi?n en el mundo digital, caracterizado por una comunicaci?n franca y abierta, responsable y respetuosa del otro. Comunicar el Evangelio a trav?s de los nuevos medios significa no s?lo poner contenidos abiertamente religiosos en las plataformas de los diversos medios, sino tambi?n dar testimonio coherente en el propio perfil digital y en el modo de comunicar preferencias, opciones y juicios que sean profundamente concordes con el Evangelio, incluso cuando no se hable expl?citamente de ?l. Asimismo, tampoco se puede anunciar un mensaje en el mundo digital sin el testimonio coherente de quien lo anuncia. En los nuevos contextos y con las nuevas formas de expresi?n, el cristiano est? llamado de nuevo a responder a quien le pida raz?n de su esperanza (cf.?1 P?3,15).
El compromiso de ser testigos del Evangelio en la era digital exige a todos el estar muy atentos con respecto a los aspectos de ese mensaje que puedan contrastar con algunas l?gicas t?picas de la red. Hemos de tomar conciencia sobre todo de que el valor de la verdad que deseamos compartir no se basa en la "popularidad" o la cantidad de atenci?n que provoca. Debemos darla a conocer en su integridad, m?s que intentar hacerla aceptable, quiz? desvirtu?ndola. Debe transformarse en alimento cotidiano y no en atracci?n de un momento.
La verdad del Evangelio no puede ser objeto de consumo ni de disfrute superficial, sino un don que pide una respuesta libre. Esa verdad, incluso cuando se proclama en el espacio virtual de la red, est? llamada siempre a encarnarse en el mundo real y en relaci?n con los rostros concretos de los hermanos y hermanas con quienes compartimos la vida cotidiana. Por eso, siguen siendo fundamentales las relaciones humanas directas en la transmisi?n de la fe.
Con todo, deseo invitar a los cristianos a unirse con confianza y creatividad responsable a la red de relaciones que la era digital ha hecho posible, no simplemente para satisfacer el deseo de estar presentes, sino porque esta red es parte integrante de la vida humana. La red est? contribuyendo al desarrollo de nuevas y m?s complejas formas de conciencia intelectual y espiritual, de comprensi?n com?n. Tambi?n en este campo estamos llamados a anunciar nuestra fe en Cristo, que es Dios, el Salvador del hombre y de la historia, Aqu?l en quien todas las cosas alcanzan su plenitud (cf.?Ef?1, 10). La proclamaci?n del Evangelio supone una forma de comunicaci?n respetuosa y discreta, que incita el coraz?n y mueve la conciencia; una forma que evoca el estilo de Jes?s resucitado cuando se hizo compa?ero de camino de los disc?pulos de Ema?s (cf.?Lc?24, 13-35), a quienes mediante su cercan?a condujo gradualmente a la comprensi?n del misterio, dialogando con ellos, tratando con delicadeza que manifestaran lo que ten?an en el coraz?n.
La Verdad, que es Cristo, es en definitiva la respuesta plena y aut?ntica a ese deseo humano de relaci?n, de comuni?n y de sentido, que se manifiesta tambi?n en la participaci?n masiva en las diversas redes sociales. Los creyentes, dando testimonio de sus m?s profundas convicciones, ofrecen una valiosa aportaci?n, para que la red no sea un instrumento que reduce las personas a categor?as, que intenta manipularlas emotivamente o que permite a los poderosos monopolizar las opiniones de los dem?s. Por el contrario, los creyentes animan a todos a mantener vivas las cuestiones eternas sobre el hombre, que atestiguan su deseo de trascendencia y la nostalgia por formas de vida aut?nticas, dignas de ser vividas. Esta tensi?n espiritual t?picamente humana es precisamente la que fundamenta nuestra sed de verdad y de comuni?n, que nos empuja a comunicarnos con integridad y honradez.
Invito sobre todo a los j?venes a hacer buen uso de su presencia en el espacio digital. Les reitero nuestra cita en la pr?xima Jornada Mundial de la Juventud, en Madrid, cuya preparaci?n debe mucho a las ventajas de las nuevas tecnolog?as. Para quienes trabajan en la comunicaci?n, pido a Dios, por intercesi?n de su Patr?n, san Francisco de Sales, la capacidad de ejercer su labor conscientemente y con escrupulosa profesionalidad, a la vez que imparto a todos la Bendici?n Apost?lica.
Vaticano, 24 de enero 2011, fiesta de san Francisco de Sales.
BENEDICTUS PP. XVI
[?Copyright 2011 - Libreria Editrice Vaticana]
ZENIT? nos? ofrece por su inter?s en espa?ol el texto del comunicado conjunto hecho p?blico hoy por la Santa Sede, sobre el Coloquio mantenido en Bangalore (India) entre obispos y te?logos de este pa?s, y representantes de la Congregaci?n para la Doctrina de la Fe, para aclarar algunas cuestiones relacionadas con el papel de los te?logos en la Iglesia y de los obispos como maestros de la fe.
Comunicado sobre el papel de te?logos y obispos en la Iglesia en India
Reuni?n conjunta entre obispos, te?logos y Congregaci?n para la Doctrina de la Fe
COOPERATORES VERITATIS?- Buscando juntos la verdad
Desde el 16 al 22 de enero, se ha mantenido un coloquio en la St. John?s National Academy of Health Sciences en Bangalore, India, en la que una delegaci?n de la Santa Sede se encontr? con veintiocho miembros de la Conferencia Episcopal de la India y con veintis?is te?logos de diversas partes del pa?s. La delegaci?n de la Santa Sede estaba encabezada por Su Eminencia el cardenal William Levada, prefecto de la Congregaci?n para la Doctrina de la Fe, asistido por Su Excelencia el arzobispo Luis Ladaria, SI, secretario de la Congregaci?n, por monse?or Charles Scicluna, promotor de Justicia, y tres oficiales. Los miembros del episcopado indio que participaron en el Coloquio representaban a las tres Iglesias con ritos?sui iuris?en la India, encabezados por Su Eminencia el cardenal Oswald Gracias, arzobispo de Bombay y presidente de la Conferencia de Obispos Cat?licos de la India. Adem?s, Su Eminencia el cardenal Telesphore Toppo, arzobispo de Ranchi, de Rito Latino y presidente de la Conferencia Episcopal de los Obispos Cat?licos de la India (CCBI), Su Beatitud Moran Mor Baselios Cleemis, arzobispo mayor - Catholicos y presidente del Santo S?nodo Episcopal de la Iglesia cat?lica siro-malankar, Su Excelencia monse?or George Punnakottil de la Iglesia siro-malabar, obispo de Kothamangalam y vice presidente de la CBCI, y Su Excelencia monse?or Joseph Kallarangatt, obispo de Palai y presidente de la Comisi?n Doctrinal de la CBCI estuvieron entre los participantes. Los te?logos que tomaron parte proced?an tambi?n de las tres Iglesias?sui iuris.?El Coloquio fue fruto de la larga cooperaci?n entre la Congregaci?n para la Doctrina de la Fe y la Conferencia de Obispos Cat?licos de la India, y fue preparada y organizada por Su Excelencia monse?or Thomas Dabre, obispo de Poona, que antes sirvi? como presidente de la Comisi?n Doctirnal de la CBCI, con la asistencia experta del padre Dominic Veliath, S.D.B., secretario de la Comisi?n Doctirnal de la CBCI y tambi?n miembro de la Comisi?n Teol?gica Internacional. El nuncio apost?lico en la India, Su Gracia el arzobispo Salvatore Pennacchio tambi?n tom? parte en los procedimientos.
Los coloquios anuales entre obispos y te?logos en la India comenzaron en 1996. En un encuentro posterior mantenido en Roma ese mismo a?o entre un n?mero de obispos de la India y representantes de los diversos dicasterios de la Santa Sede, se expres? la esperanza de que, en alg?n momento en el futuro, la Congregaci?n para la Doctrina de la Fe tomase parte en estos encuentros. El Coloquio en Bangalore ha sido la realizaci?n de esta esperanza, y fue entendido espec?ficamente como un foro donde tratar algunos de los asuntos teol?gicos que afronta la Iglesia en India, en una atm?sfera colaboradora de di?logo y discusi?n. Como es bien sabido, en la gran naci?n india hay m?s de un bill?n de seres humanos, de los que aproximadamente el 2,3% son cristianos. La Iglesia cat?lica en India tiene sus or?genes en santo Tom?s ap?stol y recibi? nuevos ?mpetus con la actividad misionera de san Francisco Javier. Hoy, los cat?licos en India, aunque pocos en n?mero, realizan una ampliamente apreciada contribuci?n al bienestar del pa?s, sobre todo a trav?s de numerosas instituciones educativas, atenci?n sanitaria, iniciativas de acci?n social y obras caritativas. Fue el car?cter espec?fico y ?nico de la Iglesia cat?lica en India la que provey? el contexto para las exposiciones y discusiones durante el Coloquio de Bangalore.
En la primera parte del Coloquio, los te?logos plantearon cuestiones como la del papel espec?fico del te?logo en la Iglesia, la metodolog?a teol?gica en Oriente y Occidente, la inculturaci?n, Jesucristo como el ?nico salvador de todas las gentes, las relaciones entre la Iglesia de Cristo y las dem?s religiones, el concepto cristiano de la aut?ntica liberaci?n humana, el papel de la comunidad de fe (el "sensus fidelium"), y lo distintivo de la oraci?n y la espiritualidad cristianas. Cada exposici?n teol?gica fue seguida por un di?logo vivo y sostenido en el que todos los participantes ? te?logos, obispos y representantes de la Santa Sede ? ofrecieron libremente sus contribuciones para una comprensi?n m?s profunda de los asuntos tratados. Las discusiones trataron de tomar en cuenta la presencia cat?lica en el particular contexto indio, enfatizando al mismo tiempo el don inestimable de la universalidad de la fe cat?lica, que debe ser siempre comunicado en su integridad y autenticidad. Se hizo hincapi? en la singular importancia del papel del te?logo en la Iglesia, as? como en la necesidad, especialmente cuando se busca elaborar una teolog?a contextualizada, de construir sobre un fundamento teol?gico s?lido, siempre fiel a la autoridad magisterial de la Iglesia.
La segunda parte del Coloquio se organiz? para los obispos y los representantes de la Santa Sede. Estos d?as se dedicaron a diversas cuestiones relativas al papel y la responsabilidad espec?ficas de los obispos en la Iglesia, as? como del obispo como maestro de la fe, el funcionamiento de las Comisi?n Doctrinal de la Conferencia Episcopal, la formaci?n de los futuros sacerdotes y miembros de las congregaciones religiosas, y la adjudicaci?n correcta de los delitos can?nicos m?s serios.
El Coloquio, que se prolong? durante la semana, fue una experiencia de trabajo intenso y de di?logo fruct?fero en el que se clarificaron muchas cuestiones y se propusieron iniciativas v?lidas. Se espera que los frutos del Coloquio, ya percibidos por los participantes en la experiencia compartida de la oraci?n lit?rgica de acuerdo con las tres expresiones rituales de la Iglesia cat?lica en India, seguir? beneficiando no solo a la Iglesia, sino tambi?n a la m?s amplia sociedad en India durante los pr?ximos a?os.
[Traducci?n del original ingl?s por Inma ?lvarez
?Libreria Editrice Vaticana]
ZENIT? nos ofrece el discurso que el Papa Benedicto ofreci? el lunes 24 de Enero de 2011 a una delegaci?n de la Iglesia Unida Evang?lica Luterana alemana, presentes en Roma para la Semana de Oraci?n por la Unidad de los Cristianos, a quienes recibi? hoy en el Palacio Apost?lico.
Obispo regional Friedrich,
Queridos amigos de Alemania
Os ofrezco una cordial bienvenida a todos vosotros, representantes de los dirigentes de la Iglesia Unida Evang?lica Luterana alemana, aqu? en el Palacio Apost?lico y me alegro por el hecho de que vosotros, como delegaci?n, hay?is venido a Roma tras conclusi?n de la semana de oraci?n por la unidad de los cristianos. Mostr?is, de esta manera, tambi?n que todo nuestro anhelo de unidad pueda cosechar frutos s?lo enraiz?ndose en la oraci?n com?n. En particular querr?a agradecerle a usted, querido obispo regional, por sus palabras que, con gran sinceridad expresan los esfuerzos comunes por una unidad m?s profunda entre todos los cristianos.
Mientras tanto, el di?logo oficial entre luteranos y cat?licos, as? est? escrito aqu?, puede mirar atr?s a m?s de cincuenta a?os de actividad intensa. Usted ha hablado de treinta a?os. Creo que hace treinta a?os, despu?s de la visita del Papa, comenzamos oficialmente pero de hecho, hac?a ya mucho tiempo que dialog?bamos. Yo mismo he sido miembro del Jaeger-St?hlin-Kreis, nacido justo despu?s de la guerra. Se puede por tanto hablar tanto de cincuenta como de de treinta a?os. A pesar de las diferencias teol?gicas que contin?an existiendo sobre cuestiones en parte fundamentales, ha crecido un ?juntos? entre nosotros que se convierte cada vez m?s en la base de una comuni?n vivida en la fe y en la espiritualidad entre luteranos y cat?licos. Todo lo ya conseguido refuerza nuestra fe en proseguir el di?logo, porque s?lo as? podemos permanecer juntos a lo largo de este camino que en definitiva es Jesucristo mismo.
Por tanto, el empe?o de la Iglesia Cat?lica en el ecumenismo, como ya afirm? mi venerado predecesor el Papa Juan Pablo II en su enc?clica ?Ut unum sint?, no es una mera estrategia de comunicaci?n en un mundo que cambia, sino que es un esfuerzo fundamental de la Iglesia a partir de la propia misi?n (cfr. Nm 28-32).
A algunos contempor?neos, la meta com?n de la unidad plena y visible de los cristianos hoy les parece estar de nuevo m?s lejos. Los interlocutores ecum?nicos aportan al di?logo ideas completamente distintas sobre la unidad de la Iglesia. Comparto la preocupaci?n de muchos cristianos por el hecho de que los frutos de la obra ecum?nica, sobre todo en relaci?n con la idea de Iglesia y de ministerio, no son suficientemente aceptados por los interlocutores ecum?nicos. Con todo, aunque surgen siempre nuevas dificultades, miramos con esperanza al futuro. Aunque las divisiones entre los cristianos son un obst?culo en el modelar plenamente la catolicidad en la realidad de la vida de la Iglesia, como ha sido prometido en Cristo y a trav?s de Cristo (cfr. Unitatis redintegratio,? n. 4), confiamos en que, bajo la gu?a del Esp?ritu Santo, el di?logo ecum?nico, como instrumento importante en la vida de la Iglesia, sirva para superar este conflicto.
?sto suceder?, en primer lugar, a trav?s del di?logo teol?gico, que debe contribuir a un entendimiento en las cuestiones planteadas, que son un obst?culo a lo largo del camino que lleva a la unidad visible y la celebraci?n com?n de la Eucarist?a como sacramento de la unidad entre los cristianos.
Me complace decir que, junto al di?logo luterano-cat?lico internacional sobre el tema ?Bautismo y la creciente comuni?n eclesial?, tambi?n en Alemania, desde 2009, una comisi?n bilateral de di?logo de la Conferencia Episcopal y de la Iglesia Evang?lica luterana alemana, ha retomado su actividad sobre el tema ?Dios y la dignidad del hombre?. Este ?mbito tem?tico comprende en particular los problemas surgidos recientemente en relaci?n a la tutela y la dignidad de la vida humana, as? como las cuestiones urgentes de la familia, el matrimonio, la sexualidad, que no pueden ser excluidas o marginadas para no poner en peligro el consenso ecum?nico conseguido hasta ahora.
Esperemos que en estos importantes temas relativos a la vida no surjan nuevas diferencias confesionales sino que, juntos, podamos ofrecer un testimonio al mundo y a los hombres de lo que el Se?or nos ha mostrado y nos muestra.
Hoy el di?logo ecum?nico no puede estar separado de la realidad y de la vida en la fe en nuestras iglesias sin reportarles un da?o. Por tanto dirijamos juntos nuestra mirada al a?o 2017, que nos recuerda la publicaci?n de las tesis de Mart?n Lutero sobre las indulgencias de hace 500 a?os. En esa ocasi?n cat?licos y luteranos tendr?n la oportunidad de celebrar en todo el mundo una conmemoraci?n ecum?nica com?n, de luchar a nivel mundial por las cuestiones fundamentales ? como usted ha dicho ? no bajo una forma de celebraci?n triunfalista, sino como una profesi?n com?n de nuestra fe en el Dios uno y trino, en la obediencia com?n a Nuestro Se?or y a su Palabra.
Debemos darle un lugar importante a la oraci?n en com?n y a la oraci?n interior dirigidas ambas a nuestro Se?or Jesucristo para el perd?n de los errores rec?procos y por la culpa relativa a las divisiones. De esta purificaci?n de la conciencia forma parte el intercambio rec?proco de la valoraci?n de los 1500 a?os previos a la Reforma y que por tanto son comunes a nosotros.
Por esto, deseamos implorar, juntos, de un modo constante, la ayuda de Dios y la asistencia del Esp?ritu Santo, con el fin de dar m?s pasos hacia la ansiada unidad y no quedarnos parados en los resultados ya obtenidos.
A lo largo de este camino nos anima tambi?n la semana de oraci?n por la unidad de los cristianos de este a?o. Nos recuerda el cap?tulo de los Hechos de los Ap?stoles: ?Todos se reun?an asiduamente para escuchar la ense?anza de los Ap?stoles y participar en la vida com?n, en la fracci?n del pan y en las oraciones? (Hch 2,42). En estos cuatro hechos y comportamientos, los primeros cristianos eran constantes y por tanto la comunidad crec?a con Cristo, de esto naci? este ?juntos? de los hombres en Cristo. Este testimonio extraordinario y visible para el mundo, de la unidad de la Iglesia primitiva podr?a ser tambi?n para nosotros, impulso y norma para nuestro camino ecum?nico com?n en el futuro.
Con la esperanza de que vuestra visita refuerce posteriormente la v?lida colaboraci?n entre luteranos y cat?licos en Alemania, imploro para todos vosotros la gracia de Dios y sus bendiciones abundantes.
[Traducci?n de la versi?n italiana del original alem?n por Carmen ?lvarez
?Copyright 2011 Libreria Editrice Vaticana ? L'Osservatore Romano]
Se adjunta comunicado de Justicia y Paz en defensa del ?modelo de las Cajas de Ahorros y de su funci?n social.
Las Cajas de Ahorros de nuestro pa?s viven un momento de cambios profundos, tanto en su configuraci?n como a su r?gimen jur?dico, los cuales afectan sensiblemente su identidad, su funci?n social y, incluso, ponen en cuesti?n la continuidad de este modelo de entidad financiera.
En Justicia y Paz nos preocupa esta situaci?n y, por ello, queremos compartir p?blicamente nuestras reflexiones al respecto, con la intenci?n de contribuir y promover el debate ciudadano en torno a estas instituciones.
1. Desde sus or?genes, las Cajas de Ahorro han cumplido y cumplen a?n hoy una importante funci?n social y econ?mica en nuestro pa?s. Hist?ricamente, con mayor o menor intensidad seg?n la capacidad y caracter?sticas de cada entidad, las Cajas de Ahorro han promovido el ahorro popular, han universalizado el acceso a los recursos y los servicios financieros (en nuestro pa?s las tasas de exclusi?n financiera son bastante bajas), han fomentado din?micas empresariales y han contribuido al desarrollo econ?mico local y al uso de nuevas herramientas financieras. Asimismo, han desarrollado una labor social significativa (la denominada obra social), a trav?s de la canalizaci?n de los super?vits producidos por su actividad hacia el fomento de iniciativas culturales y educativas, de proyectos de inserci?n laboral, de lucha contra la exclusi?n social, de cooperaci?n al desarrollo de los pa?ses empobrecidos o de preservaci?n del patrimonio hist?rico, art?stico o natural.
2. Este modelo de entidad financiera (no exento de problemas y dificultades, como despu?s se?alaremos) ha sido posible gracias a su naturaleza jur?dica de instituciones sin ?nimo de lucro, gobernadas por actores sin inter?s lucrativo y obligadas estatutariamente a revertir las ganancias en favor de intereses generales.
3. Con todo, ya hace tiempo que en Justicia y Paz, como otras entidades, nos han preocupado algunos defectos hist?ricos importantes en la pr?ctica de muchas de estas entidades. Entre estos defectos encontramos en muchos casos el olvido de su finalidad social en la misma pr?ctica bancaria, los nombramientos discutibles o retribuci?n excesiva de algunos directivos, algunas pr?cticas financieras o inversiones especulativas, poco responsables o poco ?ticas, las interferencias de intereses pol?ticos o partidistas en algunas decisiones, la canalizaci?n de beneficios hacia inversiones no del todo justificadas, la utilizaci?n a menudo de la obra social m?s como instrumento de publicidad al servicio de la actividad financiera (y no al rev?s, como deber?a ser) o el mal enfoque en algunos casos de esta obra social hacia fines discutibles o poco comprometidas hacia los sectores m?s desfavorecidos.
4. Ahora bien, muchos de estos defectos se han ido corrigiendo y, en cualquier caso, un balance global no puede negar la contribuci?n al bienestar social que estas entidades han hecho en nuestro pa?s y que deber?an continuar haciendo en el futuro.
5. Pero actualmente este modelo est? en peligro de desaparici?n. Como es sabido, las graves turbulencias que sacuden los mercados financieros a escala mundial desde el a?o 2008, adem?s de contribuir a generar una profunda crisis econ?mica, de la que todav?a muchos pa?ses no se ha recuperado (como es el caso de nuestro), han creado graves problemas para el sector financiero. En muchos pa?ses se produjo la quiebra de entidades financieras importantes (algunas de las cuales fueron rescatadas con dinero p?blico o nacionalizadas) y, en general, una situaci?n delicada en el sector.
6. En el caso de Espa?a, el pinchazo de la burbuja inmobiliaria y derrumbe del sector de la construcci?n, la persistencia de la crisis econ?mica, el crecimiento de la morosidad, las dificultades de las entidades financieras para acceder a cr?dito exterior, la crisis de la deuda p?blico o las crecientes exigencias internacionales sobre capitalizaci?n de instituciones financieras, entre otros factores, han situado en el sector financiero espa?ol en una situaci?n delicada. De ah? la disminuci?n importante de los activos inmobiliarios de bancos y cajas, la publicaci?n de informes sobre las dificultades que tendr?an algunas Cajas para subsistir en caso de agravarse la crisis (test de estr?s) o las recientes disminuciones del valor en bolsa de la mayor parte de bancos espa?oles.
7. Todo ello ha llevado al Gobierno (con el apoyo de la mayor?a del del arco parlamentario) y al Banco de Espa?a a impulsar un profundo proceso reestructuraci?n del sector financiero y, en particular, de las Cajas de Ahorros. La principal intencionalidad de este proceso, seg?n el Gobierno, es garantizar la subsistencia de estas entidades y evitar quiebras (una Caja tuvo que ser intervenida recientemente por el Banco de Espa?a), lo que se busca promoviendo fusiones financiadas con pr?stamos p?blicos (de ah? que la inmensa mayor?a de cajas espa?olas participan ya en procesos de fusi?n) y reformando su r?gimen jur?dico (RDL 11/2010, de 9 de julio), para incentivar su capitalizaci?n con fondos privados. Esto ?ltimo ha hecho con la creaci?n de las denominadas "cuotas participativas", las cuales, adem?s de beneficios, dan derechos pol?ticos a los inversores sobre la gesti?n de las Cajas y facilitando la constituci?n de sociedades an?nimas (bancos) para realizar su pr?ctica financiera o para gestionar agrupaciones de Cajas (SIP).
8. A pesar de estos cambios, se anuncia ahora desde el Gobierno una nueva reforma legal que podr?a obligar a las cajas a reconvertirse en simples fundaciones titulares de acciones de bancos mercantiles.
9. Este proceso de fusiones y esta nueva regulaci?n nos preocupa profundamente, tanto por la forma como se ha impulsado como por sus consecuencias a medio y largo plazo sobre el modelo de las Cajas de Ahorros.
10. Por un lado, este proceso, a pesar de las importantes consecuencias de futuro para las Cajas y por el territorio donde operan, se ha hecho al margen del necesario debate social y, en especial, sin la necesaria participaci?n de la sociedad civil, de las entidades del territorio donde operaban estas cajas, los impositores y de sus trabajadores. M?s bien nos preocupa la influencia que pueden haber tenido y tienen todav?a en el proceso los intereses de los bancos privados de penetrar en la cuota de mercado de las Cajas, que en nuestro pa?s llega a?n hasta el 50%.
11. Pero sobre todo nos preocupa este proceso porque pone en peligro la identidad de las Cajas de Ahorros y, en consecuencia, su funci?n social, ya que conlleva la p?rdida de vinculaci?n con su territorio hist?rico, la centralizaci?n de los recursos y del poder econ?mico, reduciendo la participaci?n social en estas entidades, as? como avanzar hacia una especie de privatizaci?n. Esta es la consecuencia m?s inmediata que se puede derivar de la posibilidad legal de que inversores privados adquieran posiciones de control en el gobierno de la entidad, m?s a?n si las Cajas convierten en simples bancos. Estas posiciones naturalmente ser?n utilizadas en inter?s de las propias estrategias corporativas orientadas al lucro.
12. Por todo ello, consideramos sumamente necesario y urgente que se abra un debate social amplio y serio, en el que participen todos los agentes econ?micos y sociales, la sociedad civil y las diferentes administraciones, sobre la situaci?n, el papel social y el futuro de las Cajas de Ahorros, debate sin el cual no se deber?an tomar nuevas reformas legales en la direcci?n actual.
13. En todo caso, consideramos necesaria la preservaci?n de este modelo en sus aspectos sustanciales. Entendemos que las circunstancias pueden imponer cambios importantes, pero ser?a un grave error dar lugar a la desnaturalizaci?n de las Cajas, entreg?ndose las al control por parte de capitales privados. Hay otras f?rmulas que pueden conseguir los mismos efectos para preservar la solvencia de estas entidades sin transformarlas en algo parecido a bancos privados.
14. Lo que hay, pues, es preservar y proteger la vinculaci?n de las Cajas en el territorio, reforzar su capacidad de promover el ahorro, de apoyar el aut?nomo y la peque?a y mediana empresa, garantizar una funci?n social en sus inversiones y en su pr?ctica bancaria ordinaria (especialmente con la prevenci?n de la exclusi?n financiera) y la participaci?n de la sociedad civil en su gesti?n, as? como proteger su obra social, para que contin?en favoreciendo la cohesi?n social.
Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) Como el Padre me ha enviado, as? tambi?n os env?o yo (Jn 20,21) es el tema del mensaje del Santo Padre Benedicto XVI en ocasi?n de la Jornada Mundial de las Misiones 2011, que se celebrar? el domingo 23 de octubre. A continuaci?n el texto completo.
Como el Padre me ha enviado, as? tambi?n os env?o yo(Jn 20,21)
Con ocasi?n del Jubileo del a?o 2000, el Venerable Juan Pablo II, al comienzo de un nuevo milenio de la era cristiana, confirm? con fuerza la necesidad de renovar el celo por llevar a todos el anuncio del Evangelio ?con el mismo entusiasmo de los cristianos de los primeros tiempos? (Carta ap. Novo millennio ineunte, 58). Es el servicio m?s precioso que la Iglesia puede ofrecer a la humanidad y a cada persona que busca las razones profundas para vivir en plenitud la propia existencia. Por eso, esa misma invitaci?n resuena cada a?o en la celebraci?n de la Jornada Mundial de las Misiones. Efectivamente, el incansable anuncio del Evangelio vivifica tambi?n a la Iglesia, su fervor, su esp?ritu apost?lico; renueva sus m?todos pastorales para que cada vez sean m?s apropiados para las nuevas situaciones incluso aquellas que requieren una nueva evangelizaci?n y est?n animados por el impulso misionero: ?La misi?n renueva la Iglesia, refuerza la fe y la identidad cristiana, da nuevo entusiasmo y nuevas motivaciones. ?La fe se fortalece d?ndola! La nueva evangelizaci?n de los pueblos cristianos hallar? inspiraci?n y apoyo en el compromiso por la misi?n universal? (JUAN PABLO II, Enc. Redemptoris missio, 2).
Id y anunciad
Este objetivo se refuerza continuamente por la celebraci?n de la liturgia, especialmente de la Eucarist?a, que se concluye siempre evocando el mandato de Jes?s resucitado a los Ap?stoles: Id... (Mt 28,19). La liturgia es siempre una llamada del mundo y un nuevo env?o al mundo para ser testigos de lo que se ha experimentado: la fuerza salv?fica de la Palabra de Dios, la fuerza salv?fica del Misterio Pascual de Cristo. Todos los que han encontrado al Se?or resucitado han sentido la necesidad de anunciarlo a los otros, como hicieron los dos disc?pulos de Meaux. Estos, despu?s de haber reconocido al Se?or al partir el pan, ?levant?ndose en aquel momento, se volvieron a Jerusal?n, donde encontraron reunidos a los Once? y refirieron lo que les hab?a sucedido por el camino (Lc 24,33-34). El Papa Juan Pablo II exhortaba a estar vigilantes y preparados para reconocer su rostro y correr hacia nuestros hermanos, para llevarles el gran anuncio: ?Hemos visto al Se?or!
A todos
Destinatarios del anuncio del Evangelio son todos los pueblos. La Iglesia, ?es, por su propia naturaleza, misionera, puesto que tiene su origen en la misi?n del Hijo y la misi?n del Esp?ritu Santo seg?n el plan de Dios Padre? (CONC. ECUM. VAT. II, Decr. Ad gentes, 2). Esta es ?la dicha y vocaci?n propia de la Iglesia, su identidad m?s profunda. Ella existe para evangelizar? (PABLO VI, Exhort. ap. Evangelii nuntiandi, 14). Consiguientemente, nunca puede encerrarse en s? misma. Se enra?za en determinados lugares para ir m?s all?. Su acci?n, adhiri?ndose a la palabra de Cristo y bajo la influencia de su gracia y de su caridad, se hace plenamente y actualmente presente a todos los hombres y a todos los pueblos para conducirles a la fe en Cristo (cfr Ad gentes, 5).
Esta tarea no ha perdido su urgencia. Al contrario, ?la misi?n de Cristo Redentor, confiada a la Iglesia, est? a?n lejos de cumplirse
una mirada global a la humanidad demuestra que esta misi?n se halla todav?a en los comienzos y que debemos comprometernos con todas nuestras energ?as en su servicio? (JUAN PABLO II, Enc. Redemptoris missio, 1). No podemos quedarnos tranquilos si pensamos que, despu?s de dos mil a?os, todav?a existen pueblos que no conocen a Cristo y que todav?a no han escuchado su mensaje de salvaci?n.
No solo eso, sino que se ampl?a el n?mero de quienes, aun habiendo recibido el anuncio del Evangelio, lo han olvidado y abandonado, y ya no se reconocen en la Iglesia; y muchos ambientes, incluso en sociedades tradicionalmente cristianas, son hoy renuentes a abrirse a la palabra de la fe. Se est? dando un cambio cultural, alimentado tambi?n por la globalizaci?n, por movimientos de pensamiento y por el relativismo imperante; un cambio que lleva a una mentalidad y a un estilo de vida que prescinden del mensaje evang?lico, como si Dios no existiera, y que exaltan la b?squeda del bienestar, de la ganancia f?cil, del logro profesional y del ?xito como finalidad de la vida, incluso en menoscabo de los valores morales.
Corresponsabilidad de todos
La misi?n universal implica a todos, a todo y siempre. El Evangelio no es un bien exclusivo de quien lo ha recibido, sino que es un don que hay que compartir, una buena noticia que hay que comunicar. Y este don-compromiso le es confiado no solamente a algunos, sino a todos los bautizados, los cuales son ?un linaje elegido,
naci?n santa, un pueblo adquirido por Dios? (1 Pe 2, 9) para que proclame sus obras maravillosas.
Est?n implicadas en ello tambi?n todas las actividades. La atenci?n y la colaboraci?n con la actividad evangelizadora de la Iglesia en el mundo no pueden limitarse a algunos momentos y ocasiones particulares, ni tampoco se pueden considerar como una m?s entre otras actividades pastorales: la dimensi?n misionera de la Iglesia es esencial, por lo que hay que tenerla siempre presente. Es importante que tanto cada bautizado como las comunidades eclesiales se interesen en la misi?n no de manera espor?dica y ocasional, sino de manera constante, como forma de la vida cristiana. La misma Jornada Mundial de las Misiones no es un momento aislado en el curso del a?o, sino que es una ocasi?n preciosa para pararse a pensar si respondemos y c?mo respondemos a la vocaci?n misionera; una respuesta esencial para la vida de la Iglesia.
Evangelizaci?n global
La evangelizaci?n es un proceso complejo y comprende varios elementos. Entre estos, la animaci?n misionera ha prestado siempre una atenci?n particular a la solidaridad. Este es tambi?n uno de los objetivos de la Jornada Mundial de las Misiones, que, a trav?s de las Obras Misionales Pontificias, solicita la colaboraci?n para llevar a cabo las tareas de evangelizaci?n en los territorios de misi?n. Se trata de sostener instituciones necesarias para establecer y consolidar la Iglesia mediante los catequistas, los seminarios, los sacerdotes; y de dar tambi?n nuestra propia aportaci?n para que mejoren las condiciones de vida de las personas en pa?ses en los que son m?s graves los fen?menos de pobreza, malnutrici?n, sobre todo infantil, enfermedades, ausencia de servicios de salud y de educaci?n. Tambi?n esto entra en la misi?n de la Iglesia. Anunciando el Evangelio, se preocupa por la vida humana en sentido pleno. No se pude aceptar, dec?a el Siervo de Dios Pablo VI, que en la evangelizaci?n se descuiden los aspectos que se refieren a la promoci?n humana, la justicia, la liberaci?n de toda forma de opresi?n, evidentemente dentro del respeto a la autonom?a del ?mbito pol?tico. Desinteresarse de los problemas temporales de la humanidad significar?a ?ignorar la doctrina del Evangelio acerca del amor hacia el pr?jimo que sufre o padece necesidad? (Exhort. ap. Evangelii nuntiandi, 31.34); no estar?a en sinton?a con el comportamiento de Jes?s, el cual recorr?a todas las ciudades y aldeas, ense?ando en sus sinagogas, proclamando el evangelio del reino y curando toda enfermedad y toda dolencia (Mt 9,35).
As?, por medio de la participaci?n responsable en la misi?n de la Iglesia, el cristiano llega a ser constructor de la comuni?n, de la paz, de la solidaridad que Cristo nos ha dado, y colabora en la realizaci?n del proyecto salv?fico de Dios para toda la humanidad. Los desaf?os que esta encuentra llaman a los cristianos a caminar con los dem?s, y la misi?n es parte integrante de este camino con todos. En ella llevamos, si bien en vasijas de barro, nuestra vocaci?n cristiana, el tesoro inestimable del Evangelio, el testimonio vivo de Jes?s muerto y resucitado, encontrado y cre?do en la Iglesia.
Que la Jornada Mundial de las Misiones renueve en cada uno el deseo y la alegr?a de ir al encuentro de la humanidad llevando a todos a Cristo. En su nombre os imparto de coraz?n la Bendici?n apost?lica, en particular a los que m?s trabajan y sufren por el Evangelio.
Del Vaticano, 6 de enero de 2011, Solemnidad de la Epifan?a del Se?or.
Benedictus PP XVI
(Agencia Fides 25/01/2011)
ZENIT? nos ofrece la homil?a que el Papa Benedicto XVI pronunci? ayer 31 de diciembre durante las primeras V?speras de la Solemnidad de Santa Mar?a Madre de Dios y de Acci?n de Gracias por el fin del a?o civil, en la Bas?lica de San Pedro.
?Queridos hermanos y hermanas!
En el fin del a?o, nos encontramos esta tarde en la Bas?lica Vaticana para celebrar las primeras v?speras de la solemnidad de Mar?a Sant?sima Madre de Dios y para elevar un himno de gracias al Se?or por las innumerables gracias que nos ha dado, pero adem?s y sobre todo por la Gracia en persona, es decir por el Don viviente y personal del Padre, que es su Hijo predilecto, nuestro Se?or Jesucristo. Precisamente esta gratitud por los dones recibidos de Dios en el tiempo que se nos ha concedido vivir, nos ayuda a descubrir un gran valor inscrito en el tiempo: marcado en sus ritmos anuales, mensuales, semanales y diarios, est? habitado por el amor de Dios, por sus dones de gracia; es tiempo de salvaci?n. S?, el Dios eterno entr? y permanece en el tiempo del hombre. Entr? en ?l y permanece en ?l con la persona de Jes?s, el Hijo de Dios hecho hombre, el Salvador del mundo. Es cuanto nos ha recordado el ap?stol Pablo en la lectura breve poco antes proclamada: ?Pero cuando se cumpli? el tiempo establecido, Dios envi? a su Hijo ? para hacernos hijos adoptivos? (Gal?4,4-5).
Por tanto, el Eterno entra en el tiempo y lo renueva de ra?z, liberando al hombre del pecado y haci?ndolo hijo de Dios. Ya ?al principio?, o sea, con la creaci?n del mundo y del hombre en el mundo, la eternidad de Dios hizo surgir el tiempo, en el que transcurre la historia humana, de generaci?n en generaci?n. Ahora, con la venida de Cristo y con su redenci?n, estamos ?en la plenitud? del tiempo. Como revela san Pablo, con Jes?s el tiempo se hace pleno, llega a su cumplimiento, adquiriendo ese significado de salvaci?n y de gracia por el que fue querido por Dios antes de la creaci?n del mundo. La Navidad nos remite a esta 'plenitud' del tiempo, es decir, a la salvaci?n renovadora tra?da por Jes?s a todos los hombres. Nos la recuerda y, misteriosa pero realmente, nos la da siempre de nuevo. Nuestro tiempo humano est? lleno de males, de sufrimientos, de dramas de todo tipo ? desde los provocados por la maldad de los hombres hasta los derivados de las cat?strofes naturales ?, pero encierra ya, y de forma definitiva e imborrable la novedad gozosa y liberadora de Cristo salvador. Precisamente en el Ni?o de Bel?n podemos contemplar de modo particularmente luminoso y elocuente el encuentro de la eternidad con el tiempo, como le gusta expresar a la liturgia de la Iglesia. La Navidad nos hace volver a encontrar a Dios en la carne humilde y d?bil de un ni?o. ?No hay aqu? quiz?s una invitaci?n a reencontrar la presencia de Dios y de su amor que da la salvaci?n tambi?n en las horas breves y agotadoras de nuestra vida cotidiana? ?No es quiz?s una invitaci?n a descubrir que en nuestro tiempo humano ? tambi?n en los momentos dif?ciles y duros ? est? enriquecido incesantemente por las gracias del Se?or, es m?s, por la Gracia que es el Se?or mismo?
Al final de este a?o 2010, antes de entregar los d?as y las horas a Dios y a su juicio justo y misericordioso, siento muy vivo en el coraz?n la necesidad de elevar nuestro ?gracias? a ?l y a su amor por nosotros. En este clima de agradecimiento, deseo dirigir un saludo particular al cardenal vicario, a los obispos auxiliares, a los sacerdotes, a las personas consagradas, como tambi?n a los muchos fieles laicos aqu? reunidos. Saludo al se?or Alcalde y a las Autoridades presentes. Un recuerdo especial va a cuantos est?n en dificultad y transcurren estos d?as de fiesta entre problemas y sufrimientos. A todos y a cada uno aseguro mi pensamiento afectuoso, que acompa?o con la oraci?n.
Queridos hermanos y hermanas, nuestra Iglesia de Roma est? empe?ada en ayudar a todos los bautizados a vivir fielmente la vocaci?n que han recibido y a dar testimonio de la belleza de la fe. Para poder ser aut?nticos disc?pulos de Cristo, una ayuda esencial nos viene de la meditaci?n cotidiana de la Palabra de Dios que, como escrib? en la reciente Exhortaci?n apost?lica Verbum Domini, ?est? en la base de toda aut?ntica espiritualidad cristiana? (n. 86). Por esto deseo animar a todos a cultivar una intensa relaci?n con ella, en particular a trav?s de la lectio divina, para tener esa luz necesaria para discernir los signos de dios en el tiempo presente y a proclamar eficazmente el Evangelio. Tambi?n en Roma, de hecho, hay cada vez m?s necesidad de un renovado anuncio del Evangelio, para que los corazones de los habitantes de nuestra ciudad se abran al encuentro con ese Ni?o, que naci? por nosotros, con Cristo, Redentor del mundo. Pues, como recuerda el Ap?stol Pablo, ?la fe, por lo tanto, nace de la predicaci?n y la predicaci?n se realiza en virtud de la Palabra de Cristo? (Rm 10,17), una ayuda ?til en esta acci?n evangelizadora puede venir ? como ya se experiment? durante la Misi?n Ciudadana de preparaci?n al Gran Jubileo del a?o 2000 ? por los ?Centros de escucha del Evangelio", que animo a hacer renacer o a revitalizar no s?lo en las casas, sino tambi?n en los hospitales, en los lugares de trabajo y en aquellos donde se forman las nuevas generaciones y se elabora la cultura. El Verbo de Dios, de hecho, se hizo carne por todos y su verdad es accesible a todo hombre y a toda cultura. He sabido con agrado del ulterior empe?o del Vicariato en la organizaci?n de los "Di?logos en la Catedral", que tendr?n lugar en la Bas?lica de San Juan de Letr?n: estas significativas citas expresan el deseo de la Iglesia de encontrar a todos aquellos que est?n buscando respuestas a las grandes preguntas de la existencia humana.
El lugar privilegiado de la escucha de la Palabra de Dios es la celebraci?n de la Eucarist?a. El Congreso diocesano del pasado junio, en el que particip?, quiso poner de manifiesto la centralidad de la Santa Misa dominical en la vida de cada comunidad cristiana y ofreci? indicaciones para que la belleza de los divinos misterios pueda resplandecer mayormente en el acto celebrativo y en los frutos espirituales que derivan de ?l. Animo a los p?rrocos y a los sacerdotes a llevar a cabo lo indicado en el programa pastoral: la formaci?n de un grupo lit?rgico que anime la celebraci?n, y una catequesis que ayude a todos a conocer m?s el misterio eucar?stico, del que brota el testimonio de la caridad. Nutridos por Cristo, tambi?n nosotros somos atra?dos en el mismo acto de ofrecimiento total, que empuj? al Se?or a dar su propia vida, revelando de ese modo el inmenso amor del Padre. El testimonio de la caridad posee, por tanto, una esencial dimensi?n teologal y est? profundamente unida al anuncio de la Palabra. En esta celebraci?n de acci?n de gracias a Dios por los dones recibidos en el curso del a?o, recuerdo en particular la visita que realic? al hostal de Caritas en la Estaci?n Termini donde, a trav?s del servicio y de la dedicaci?n generosa de numerosos voluntarios, tantos hombres y mujeres pueden tocar con la mano el amor de Dios. El momento presente genera a?n preocupaci?n por la precariedad en la que se encuentran tantas familias y pide a toda la comunidad diocesana que est? cerca de aquellos que viven en condiciones de pobreza y dificultad. Que Dios, amor infinito, inflame los corazones de cada uno de nosotros con esa caridad que lo empuj? a entregarnos a su Hijo unig?nito.
Queridos hermanos y hermanas, somos invitados a mirar al futuro, y a mirarlo con esa esperanza que es la palabra final del Te Deum: "In te, Domine, speravi: non confundar in aeternum!?- Se?or, Tu eres nuestra esperanza, no seremos confundidos eternamente". Quien nos entrega a Cristo, nuestra Esperanza, es siempre ella, la Madre de Dios: Mar?a sant?sima. Como antes a los pastores y a los magos, sus brazos y a?n m?s su coraz?n siguen ofreciendo al mundo a Jes?s, su Hijo y nuestro Salvador. En ?l est? toda nuestra esperanza, porque de ?l han venido para todo hombre la salvaci?n y la paz. ?Amen!
[Traducci?n del original italiano por Inma ?lvarez
?Libreria Editrice Vaticana]
Art?culo publicado en folleto de la CEE para la celebraci?n del Octavario por la Unidad de los Cristinanos, recibido en la parroquia.
VIDA ECUM?NICA DE JERUSAL?N
Desde Jerusal?n Jes?s envi? a los ap?stoles para ser sus testigos ?hasta los confines de la tierra? (Hechos 1, 8). Durante su misi?n, entraron en contacto con un gran n?mero de lenguas y civilizaciones muy ricas y se pusieron a proclamar el Evangelio y a celebrar la Eucarist?a en todas estas lenguas. Por lo tanto, la vida cristiana y la liturgia adquirieron muchas formas y expresiones que se enriquecen y se complementan mutuamente.
Muy pronto, todas estas Iglesias y tradiciones cristianas quisieron conjuntamente estar presentes en la Iglesia local, en Jerusal?n, lugar de nacimiento de la Iglesia. Experimentaron la necesidad de tener una comunidad de oraci?n y de servicio sobre la tierra donde se hab?a desarrollado la historia de la salvaci?n y cerca de los lugares donde Jes?s hab?a vivido, ejercido su ministerio, sufrido su pasi?n y hab?a entrado as? en su misterio pascual de muerte y resurrecci?n. Por ello la Iglesia de Jerusal?n se convirti? en la imagen viva de la diversidad y de la riqueza de las m?ltiples tradiciones cristianas de Oriente y de Occidente. Todo visitante o peregrino que llega a Jerusal?n es invitado a descubrir estas tradiciones ricas y variadas.
Desgraciadamente, durante la historia y por distintas razones, esta bella diversidad tambi?n se convirti? en fuente de divisiones. Estas divisiones son a?n m?s dolorosas en Jerusal?n, puesto que es el lugar mismo donde Jes?s or? para que ?todos sean uno? (Jn 17, 21), donde ha muerto ?para conseguir la uni?n de todos los hijos de Dios que se hallaban dispersos? (Jn 11, 52), y donde tuvo lugar el primer Pentecost?s. Es importante, sin embargo, a?adir que ninguna de estas divisiones tienen a Jerusal?n como origen. Todas ellas han sido introducidas en Jerusal?n a trav?s de las Iglesias ya divididas. Por lo tanto, casi todas las Iglesias del mundo tienen su parte de responsabilidad en las divisiones de la Iglesia de Jerusal?n y tambi?n deben trabajar por su unidad con las Iglesias locales.
Hay actualmente en Jerusal?n trece Iglesias adjuntas de tradici?n episcopal: la Iglesia greco ortodoxa, la Iglesia latina (cat?lica), la Iglesia apost?lica armenia, la Iglesia siria ortodoxa, la Iglesia copta ortodoxa, la Iglesiaet?ope ortodoxa, la Iglesia greco melkita (cat?lica), la Iglesia maronita (cat?lica), la Iglesia siria cat?lica, la Iglesia armenia cat?lica, la Iglesia caldea (cat?lica), la Iglesia evang?lica episcopaliana y la Iglesia evang?lica luterana. Adem?s de las que acabamos de nombrar, un n?mero considerable de otras Iglesias o comunidades est?n presentes en Jerusal?n y en Tierra Santa: presbiterianos, reformados, bautistas, evang?licos, pentecostales, etc.
Los cristianos de Palestina e Israel en su conjunto son de 150.000 a 200.000 y representan entre 1% y un 2% de la poblaci?n total. La gran mayor?a de estos cristianos son palestinos de lengua ?rabe, pero en algunas Iglesias existen tambi?n grupos de fieles que hablan hebreo y que desean constituir una presencia y un testimonio cristianos en la sociedad israel?. Adem?s existen asambleas llamadas tambi?n mesi?nicas que representan aproximadamente de cuatro a cinco mil creyentes pero a los que no se tiene habitualmente en cuenta en el censo de los cristianos.
Para lo que son las recientes evoluciones de las relaciones ecum?nicas en Jerusal?n, la peregrinaci?n del papa Pablo VI a Tierra Santa, en enero de 1964, sigue representando una etapa decisiva. Sus encuentros en Jerusal?n con los patriarcas Aten?goras de Constantinopla y Benedicto de Jerusal?n, han se?alado el principio de un nuevo clima en las relaciones entre Iglesias. A partir de ese momento, las cosas han comenzado a evolucionar de una nueva manera.
La etapa importante que sigui? fue la primera intifada palestina, al final de los a?os 1980. En un clima de inseguridad, violencia, sufrimiento y muerte, los responsables de las Iglesias comenzaron a encontrarse para reflexionar conjuntamente sobre lo que pod?an y deb?an decir y hacer juntos. Decidieron publicar mensajes y declaraciones comunes y comenzaron a tomar juntos iniciativas para una paz justa y duradera.
Desde entonces, los responsables de las Iglesias de Jerusal?n publican cada a?o un mensaje com?n para Pascua y para Navidad, as? como declaraciones y comunicados en ocasiones particulares. Dos declaraciones merecen mencionarse especialmente. En noviembre de 1994, los responsables de las trece Iglesias firmaron un memorandum com?n sobre la importancia de Jerusal?n para los cristianos y sobre los derechos que resultan para las comunidades cristianas. Desde entonces, se re?nen casi todos los meses. Publicaron una declaraci?n actualizada sobre el mismo tema, en septiembre de 2006.
Hasta ahora, la entrada ecum?nica en el tercer milenio sobre el lugar de la Cueva en Bel?n, en diciembre de 1999, permanece siendo la expresi?n m?s significativa de este nuevo peregrinaje ecum?nico com?n. Los responsables y fieles de las trece Iglesias, reunidos con peregrinos venidos del mundo entero han pasado una tarde juntos, cantando, leyendo la Palabra de Dios y orando juntos.
En 2006, la creaci?n del Centro ecum?nico de Jerusal?n, en colaboraci?n con las Iglesias locales, el Consejo Ecum?nico de las Iglesias y el Consejo de las Iglesias del Oriente Medio, expres? tambi?n la colaboraci?n creciente entre las Iglesias locales, y la fuerza de los v?nculos que existen entre ellas y las Iglesias del resto del mundo. Este Centro es al mismo tiempo un precioso instrumento al servicio de este crecimiento ecum?nico.
El Programa de Acompa?amiento Ecum?nico de Palestina e Israel comenz? en 2002, en coordinaci?n con las Iglesias locales y el COE.
Implica voluntarios venidos de Iglesias del mundo entero con el fin de colaborar con los israel?es y los palestinos a reducir las consecuencias del conflicto, y acompa?arlos en los lugares de confrontaciones. Esta iniciativa constituye otra potente herramienta para reforzar los v?nculos de solidaridad, tanto en Tierra Santa como con las Iglesias a las que pertenecen los voluntarios.
Tambi?n existen otros grupos ecum?nicos informales en Jerusal?n. Uno de ellos, el C?rculo Ecum?nico de los Amigos, que se re?ne una vez al mes, coordina la celebraci?n anual de la Semana de oraci?n por la unidad cristiana en Jerusal?n desde hace cuarenta a?os, aproximadamente.
Cada a?o, esta celebraci?n constituye un notable acontecimiento en la vida de las Iglesias. El di?logo interreligioso en Jerusal?n, ciudad considerada como santa por los jud?os, los cristianos y los musulmanes, tiene tambi?n importantes repercusiones ecum?nicas gracias a los miembros de distintas Iglesias que trabajan juntos. En este di?logo, hacen colectivamente la experiencia de la necesidad de superar los desacuerdos y controversias del pasado y de encontrar una nueva lengua com?n para poder dar testimonio del mensaje evang?lico en una actitud de respeto mutuo.
Para los cristianos de base, de Palestina e Israel, el ecumenismo forma parte de cada d?a. Hacen constantemente la experiencia de que la solidaridad y la colaboraci?n son de una importancia vital para la presencia de su peque?a minor?a en medio de la mayor?a de los creyentes de las dos otras religiones monote?stas. Las escuelas, instituciones y movimientos cristianos trabajan juntos, de una y otra parte, para proponer un servicio y un testimonio comunes. Se aceptan ahora generalmente los matrimonios entre miembros de Iglesias diferentes y casi se encuentra en todas las familias. Por lo tanto, las Iglesias comparten las alegr?as y dolores, unos y otros, en medio de una situaci?n de conflicto e inestabilidad que afecta tambi?n a sus hermanos y hermanas musulmanes cuya cultura, lengua e historia comparten, y con quienes deben construir un mejor futuro com?n. Est?n dispuestas a colaborar con los musulmanes y los jud?os creyentes para preparar las v?as del di?logo y de una soluci?n justa y duradera a un conflicto que se ha utilizado a menudo demasiado y se ha abusado, adem?s, de la religi?n. En vez de participar en el conflicto, la verdadera religi?n debe contribuir a solucionarlo.
Lo que es significativo tambi?n es que la Iglesia de Jerusal?n sigue viviendo en un clima pol?tico similar en muchos aspectos a aquel que conoci? la primera comunidad cristiana. Los cristianos palestinos se convirtieron en una peque?a minor?a enfrentada a los serios retos que amenazan de muchas maneras su futuro, mientras que aspiran a la libertad, a la dignidad humana, a la justicia, la paz y la seguridad.
En medio de todo eso, los cristianos de las Iglesias de Jerusal?n piden a sus hermanos y hermanas del resto del mundo, en esta Semana de oraci?n por la unidad de los cristianos, orar con ellos y para ellos para que lleguen a lo que aspiran en materia de libertad y dignidad, y que finalicen todas las formas de opresi?n humana. La Iglesia eleva su oraci?n a Dios, anticipando y esperando para s? misma y para el mundo que todos estemos unidos en una misma fe, un mismo testimonio y un mismo amor.
2 Este texto sobre las Iglesias de Jerusal?n y la situaci?n ecum?nica de esa ciudad se publica bajo la responsabilidad del grupo preparatorio.
Textos b?blicos, meditaiones y oraciones para el d?a octavo del Octavario por la Unidad de los Cristianos, publicados en folleto de la CEE recibido en la parroquia para su celebraci?n.
Llamados al servicio de la reconciliaci?n?
G?nesis 33, 1-4: Esa? corri? al encuentro de Jacob y lo abraz?, y lloraron.
Salmo 96, 1-13: Decid a las naciones: ?el Se?or es rey?.
2 Corintios 5, 17-21: Dios hizo la paz con el mundo por medio de Cristo y a nosotros nos ha confiado este mensaje de paz.
Mateo 5, 21-26: Deja tu ofrenda delante del altar, y ve primero a reconciliarte con tu hermano?
Comentario
Las oraciones de esta semana nos han llevado a hacer un planteamiento com?n. Guiados por las Escrituras, somos llamados a volver a nuestros or?genes cristianos, los de la Iglesia apost?lica de Jerusal?n. Vimos su asiduidad en la ense?anza de los ap?stoles, la comuni?n fraterna, la fracci?n del pan y las oraciones.
Al t?rmino de nuestras reflexiones sobre la comunidad cristiana ?ideal presentada en los Hechos 2, 42, volvemos de nuevo a los contextos que son nuestros: realidades de divisiones, de insatisfacciones, de decepciones y de injusticias. Y all?, la Iglesia de Jerusal?n nos plantea la siguiente cuesti?n: ?a qu? somos llamados, aqu? y ahora, cuando terminamos esta Semana de oraci?n por la unidad de los cristianos?
Los cristianos de Jerusal?n de hoy nos sugieren una respuesta: somos llamados sobre todo al servicio de la reconciliaci?n. Tal llamada se refiere a la reconciliaci?n sobre los planes, y en toda una complejidad de divisiones. Oramos por la unidad de los cristianos para que la Iglesia sea signo e instrumento de curaci?n de las divisiones e injusticias pol?ticas y estructurales; para una coexistencia justa y pac?fica entre jud?os, cristianos y musulmanes; para que crezca la comprensi?n entre las personas de todas las creencias e increencias. En nuestras vidas personales y familiares, la llamada a la reconciliaci?n debe tambi?n encontrar una respuesta.
Jacob y Esa?, en el texto del G?nesis, son hermanos y, sin embargo, extranjeros uno del otro. Su reconciliaci?n se produce mientras se pod?a esperar un conflicto. La violencia y las pr?cticas de ira se dejan de lado mientras que los hermanos se encuentran y lloran juntos.
El reconocimiento ante Dios de nuestra unidad como cristianos, y tambi?n como seres humanos, nos conduce al gran canto de alabanza del salmo hacia el Se?or que gobierna el mundo con justicia y amor. En Cristo, Dios busca reconciliarse con todos los pueblos. San Pablo, que lo describe en nuestra segunda lectura, celebra esta vida de reconciliaci?n como ?una nueva creaci?n?. La llamada a reconciliarse es una llamada a dejar actuar en nosotros la fuerza de Dios para hacer nuevas todas las cosas.
Una vez m?s, sabemos que esta ?buena noticia? nos invita a modificar nuestra manera de vivir. Como san Mateo lo relata, Jes?s nos exhorta con determinaci?n: no podemos seguir presentando nuestras ofrendas en el altar sabiendo que somos responsables de las divisiones y de las injusticias. La llamada a la oraci?n por la unidad de los cristianos es una llamada a la reconciliaci?n.
La llamada a la reconciliaci?n es una llamada a actuar, incluso si fuere para interrumpir nuestras actividades eclesiales.
Oraci?n
Dios de la paz, te damos gracias por enviarnos a Jes?s para reconciliarnos en ?l contigo. Danos la gracia de ser verdaderos servidores de reconciliaci?n en nuestras Iglesias. Ay?danos as? a ponernos al servicio de la reconciliaci?n de todos los pueblos, en particular en tu Tierra Santa, el lugar donde quieres abatir el muro de separaci?n entre los pueblos, y reunir a cada uno en el Cuerpo de Cristo, ofrecido en sacrificio en el Calvario. Ll?nanos de amor a unos y a otros, para que nuestra unidad sirva a la reconciliaci?n que deseas para toda la creaci?n. Te lo pedimos en la fuerza del Esp?ritu. Am?n.
Textos b?blicos, meditaciones y oraciones para el d?a s?ptimo del Ocatavario por la Unidad de los Cristianos, publicados en folleto de la CEE para su celebraci?n yrecibido en la parroquia.
Vivir en la fe de la resurrecci?n
Isa?as 60, 1-3.18-22: Llamar?s a tu muralla ?Victoria? y a tus puertas ?Alabanza?.
Salmo 118, 1.5-7: No he de morir, vivir?.
Romanos 6, 3-11: Por el bautismo fuimos sepultados en Cristo? para que tambi?n nosotros emprendamos una vida nueva.
Mateo 28, 1-10: Jes?s les dijo: ?No teng?is miedo??.
Comentario
La asiduidad de los primeros cristianos a la ense?anza de los ap?stoles, a la comuni?n fraterna, a la fracci?n del pan y a las oraciones? fue sobre todo posible con el poder de vida de Jes?s resucitado.
Este poder contin?a actuando, como dan prueba los cristianos de la Jerusal?n actual. A pesar de las dificultades de la situaci?n donde se encuentran, y cualquiera que sea la posible semejanza con Getseman? y G?lgota, saben desde la fe que todo se renueva en la verdad de la resurrecci?n de Jes?s de entre los muertos.
La luz y la esperanza de la resurrecci?n transforman todo. Como anunci? Isa?as, la oscuridad se cambia en luz; todos los pueblos son iluminados. La fuerza de la resurrecci?n irradia desde Jerusal?n, lugar de la Pasi?n del Se?or, y atrae a todas las naciones hacia su claridad. Es una nueva vida, donde la violencia se descarta y donde se encuentra seguridad en la salvaci?n y la alabanza.
En el salmo, encontramos las palabras para celebrar la experiencia central del cristianismo: el paso de la muerte a la vida. Es la se?al permanente del amor inquebrantable de Dios. Este paso de los terrores de la muerte a la nueva vida es lo que define a todos los cristianos. Ya que, como nos ense?a San Pablo, por el bautismo hemos estado en el sepulcro con Cristo y hemos resucitado con ?l. Hemos muerto con Cristo, y vivimos para compartir su vida de resucitado. Podemos ver al mundo diferentemente, con compasi?n, paciencia, amor y esperanza, porque, en Cristo, las dificultades del momento nunca pueden ser la palabra final de la historia. A pesar de nuestras divisiones, nosotros, los cristianos, sabemos que el bautismo nos re?ne para permitirnos llevar la cruz en la luz de la resurrecci?n.
Seg?n el Evangelio, esta vida de resucitado no es un simple concepto o una idea alentadora; ella se arraiga en un acontecimiento vivo en el tiempo y en el espacio. Es el acontecimiento que nos relata la lectura del Evangelio de manera muy humana y expresiva. Desde Jerusal?n, el Se?or resucitado saluda a sus disc?pulos de todas las ?pocas, pidi?ndonos a todos seguirlo sin temor. Va delante de nosotros.?
Oraci?n
Dios, que proteges a la viuda, al hu?rfano y al extranjero en un mundo donde muchos conocen la desesperaci?n; T? has resucitado a tu Hijo Jes?s para llevar esperanza a la humanidad y renovaci?n a tierra. Sigue consolidando y unificando tu Iglesia en sus luchas contra las fuerzas de la muerte, en un mundo donde la violencia hacia la creaci?n y hacia la humanidad obscurecen la esperanza en la nueva vida que T? ofreces. Te lo pedimos en nombre de Cristo resucitado, en la fuerza de su Esp?ritu. Am?n.
Lectio divina para el segundo domingo del Tiempo Ordinario - A, pfrecida por la Delegaci?n Diocesana de Liturgia de la di?cesis de Tenerife.
LECTURA:????? ?????Mateo 4, 12‑23?
Al enterarse Jes?s de que hab?an arrestado a Juan se retir? a Galilea. Dejando Nazaret se estableci? en Cafarna?n, junto al lago, en el territorio de Zabul?n y Neftal?. As? se cumpli? lo que hab?a dicho el Profeta Isa?as: ?Pa?s de Zabul?n y pa?s de Neftal?, camino del mar, al otro lado del Jord?n, Galilea de los gentiles. El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brill?.?
Entonces comenz? Jes?s a predicar diciendo: ?Convert?os, porque est? cerca el Reino de los cielos?.
[Paseando junto al lago de Galilea vio a dos hermanos, a Sim?n, al que llaman Pedro, y a Andr?s, que estaban echando el copo en el lago, pues eran pescadores. Les dijo: ?Venid y seguidme y os har? pescadores de hombres?. Inmediatamente dejaron las redes y le siguieron.
Y pasando adelante vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre. Jes?s los llamo tambi?n. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.
Recorr?a toda Galilea ense?ando en las sinagogas y proclamando el Evangelio del Reino, curando las enfermedades y dolencias del pueblo.]
MEDITACI?N:????? ?Convert?os?
??????????? S?, ya s? que esta palabra va a volver a resonar muy pronto en la pr?xima cuaresma, pero el escucharla ahora, fuera de ese contexto, me recuerda que no est? ligada autom?ticamente a ese tiempo, sino que forma parte del punto de arranque de tu mensaje, sin ella, nada de lo que venga detr?s se puede entender y acoger.
??????????? Tal vez el haberla ligado con fuerza a ese tiempo nos la ha hecho menos agradable, como seria y exigente, cuando en realidad es una invitaci?n, una llamada para preparar el coraz?n a algo que deb?a sonarme estupendo: Dios, el Dios del amor, el Dios que me ama y me invita a amar, est? cerca. Como has dejado resonar en esta navidad, eres Dios con nosotros, Dios conmigo, y no para estorbarme, no para aguar la fiesta de mi vida, de mis caprichos o justificaciones, sino para descubrirme mi dignidad, mi grandeza, mi capacidad.
??????????? Me llamas una vez m?s, como una nueva oportunidad, a volverme hacia ti, eso es convertirse, y vuelto hacia ti, dejar que mi coraz?n se identifique con el tuyo, hasta dejar que tu amor fluya, se manifieste, en m?.???
ORACI?N:????? ??Convi?rteme???
??????????? Convi?rteme, Se?or, a ti. Haz que me rostro y mi coraz?n se vuelvan continuamente a ti. Que tu palabra me resuene como llamada de amor, como urgencia a aprender a amar como t?.???????
??????????? Convi?rteme para que tu llamada constante resuene en m? y que me recuerde lo que me amas, lo que nos amas, y ante tanta dureza de la que somos y soy portador, haga posible que mi coraz?n se haga cada vez menos duro, m?s de carne, m?s humano. Convi?rtelo para que se parezca al tuyo.
CONTEMPLACI?N:????? ??A ti?
Miro arriba y hacia dentro
y?te descubro a ti,
ofreci?ndome tu amor
y suplicando el m?o;
y extiendo la mano
de mis deseos
para que la tomes,
la agarres con fuerza,
y me vuelvas, para siempre.
ZENIT nos ofrece la homil?a pronunciada?el s?bado 1 de Enero de 2011?por el Papa Benedicto XVI durante la Misa con motivo de la Solemnidad de Mar?a Sant?sima Madre de Dios, Jornada Mundial de la Paz, en la Bas?lica de San Pedro.
Queridos hermanos y hermanas
Envueltos a?n por el clima espiritual de la Navidad, en el que hemos contemplado el misterio del nacimiento de Cristo, hoy celebramos con los mismos sentimientos a la Virgen Mar?a, a la que la Iglesia venera como Madre de Dios, en cuanto que dio carne al Hijo del eterno Padre. Las lecturas b?blicas de esta solemnidad ponen el acento principalmente sobre el Hijo de Dios hecho hombre y sobre el ?nombre? del Se?or. La primera lectura nos presenta la bendici?n solemne que los sacerdotes pronunciaban sobre los israelitas en las grandes fiestas religiosas: est? marcada precisamente por el nombre del Se?or, repetido por tres veces, como expresando la plenitud y la fuerza que deriva de esa evocaci?n. Este texto de bendici?n lit?rgica, de hecho, evoca la riqueza de gracia y de paz que Dios da al hombre, con una disposici?n ben?vola hacia ?l, y que se manifiesta con el ?resplandecimiento? del rostro divino y el ?dirigirlo? hacia nosotros.
La Iglesia vuelve a escuchar hoy estas palabras, mientras pide al Se?or que bendiga el nuevo a?o apenas comenzado, con la conciencia de que ante los tr?gicos acontecimientos que marcan la historia, ante las l?gicas de guerra que por desgracia a?n no est?n superadas del todo, s?lo Dios puede tocar en lo profundo el alma humana y asegurar esperanza y paz a la humanidad. Ya es una tradici?n consolidada, de hecho, que el primer d?a del a?o la Iglesia, diseminada en todo el mundo, eleve una oraci?n conjunta para invocar la paz. Es bueno comenzar una nueva etapa del camino poni?ndose con decisi?n en el camino de la paz. Hoy queremos recoger el grito de tantos hombres, mujeres, ni?os y ancianos v?ctimas de la guerra, que es el rostro m?s horrendo y violento de la historia. Nosotros rezamos hoy para que la paz, que los ?ngeles anunciaron a los pastores la noche de Navidad, pueda llegar a todas partes: "super terram pax in hominibus bonae voluntatis" (Lc 2,14). Por esto, especialmente con nuestra oraci?n, queremos ayudar a todo hombre y a todo pueblo, en particular a cuantos tienen responsabilidad de gobierno, a caminar de modo cada vez m?s decidido en el camino de la paz.
En la segunda lectura, san Pablo resume en la adopci?n filial la obra de salvaci?n realizada por Cristo, en la que est? como engastada la figura de Mar?a. Gracias a ella el Hijo de Dios, ?nacido de mujer? (Gal 4,4), pudo venir al mundo como verdadero hombre, en la plenitud de los tiempos. Este cumplimiento, esta plenitud, se refiere al pasado y a las expectativas mesi?nicas, que se cumplen, pero, al mismo tiempo, se refiere tambi?n a la plenitud en sentido absoluto: en el verbo hecho carne, Dios ha dicho su Palabra ?ltima y definitiva. En el umbral de un nuevo a?o, resuena as? la invitaci?n a caminar con alegr?a hacia la luz del ?sol que nace de lo alto" (Lc 1,78), pues en la perspectiva cristiana, todo el tiempo est? habitado por Dios, no hay futuro que no est? dirigido a Cristo, y no existe plenitud fuera de la de Cristo.
El pasaje del Evangelio de hoy termina con la imposici?n del nombre de Jes?s, mientras Mar?a participa en silencio, meditando en su coraz?n en el misterio de este Hijo suyo, que de una forma tan singular es don de Dios. Pero la vita evang?lica que hemos escuchado pone en particular evidencia a los pastores, que volvieron ?glorificando y alabando a Dios por todo lo que hab?an visto y o?do" (Lc 2,20). El ?ngel les hab?a anunciado que en la ciudad de David, o sea, en Bel?n, hab?a nacido el Salvador y que habr?an encontrado la se?al: un ni?o envuelto en pa?ales y acostado en un pesebre (cfr?Lc?2,11-12). Partiendo r?pidamente, hab?an encontrado a Mar?a y Jos? y el Ni?o. Observemos c?mo el Evangelista habla de la maternidad de Mar?a a partir del Hijo, de ese ?ni?o envuelto en pa?ales", porque es ?l ? el Verbo de Dios (Jn 1,14) ? el punto de referencia, el centro del acontecimiento que se est? realizando y es ?l el que hace que la maternidad de Mar?a sea calificada como "divina".
Esta mayor atenci?n que las lecturas de hoy dedican al ?Hijo?, a Jes?s, no reduce el papel de la Madre, al contrario, la coloca en la justa perspectiva: Mar?a, de hecho, es verdadera Madre de Dios precisamente en virtud de su relaci?n total a Cristo. Por tanto, glorificando al Hijo se honra a la Madre, y honrando a la Madre se glorifica al Hijo. El t?tulo de ?Madre de Dios?, que hoy la liturgia pone de relieve, subraya la misi?n ?nica de la Virgen Santa en la historia de la salvaci?n: misi?n que est? a la base del culto y de la devoci?n que el pueblo cristiano le reserva. Mar?a de hecho no recibi? el don de Dios s?lo para s? misma, sino para traerlo al mundo: en su virginidad fecunda, Dios dio a los hombres los bienes de la salvaci?n eterna (cfr Colecta). Y Mar?a ofrece continuamente su mediaci?n al Pueblo de Dios que peregrina en la historia hacia la eternidad, como antes la ofreci? a los pastores del Bel?n. Ella, que dio la vida terrena al Hijo de Dios, continua dando a los hombres la vida divina, que es Jes?s mismo y su Santo Esp?ritu. Por esto se la considera madre de cada hombre que nace a la Gracia y al mismo tiempo es invocada como Madre de la Iglesia.
Es en nombre de Mar?a, Madre de Dios y de los hombres, que desde el 1 de enero de 1968 se celebra en todo el mundo la Jornada Mundial de la Paz. La paz es don de Dios, como hemos escuchado en la primera lectura: ?El Se?or ? te conceda la paz" (Nm 6,26). Esta es el don mesi?nico por excelencia, el primer fruto de la caridad que Jes?s nos ha dado, es nuestra reconciliaci?n y pacificaci?n con Dios. La paz es tambi?n un valor humano que realizar en el plano social y pol?tico, pero que hunde sus ra?ces en el misterio de Cristo (cfr Conc. Vat. II, Const. Gaudium et spes, 77-90). En esta celebraci?n solemne, con ocasi?n de la cuadrag?simo cuarta Jornada Mundial de la Paz, estoy contento de dirigir mi saludo deferente a los ilustres Se?ores Embajadores ante la Santa Sede, con mis mejores deseos por su misi?n. Un saludo fraterno y cordial va, tambi?n, a mi Secretario de Estado y a los dem?s responsables de los dicasterios de la Curia Romana, con un particular pensamiento hacia el presidente del Consejo Pontificio ?Justicia y Paz? y sus colaboradores. Deseo manifestarles mi vivo reconocimiento por su empe?o cotidiano a favor de una convivencia pac?fica entre los pueblos y de la formaci?n cada vez m?s s?lida de una conciencia de paz en la Iglesia y en el mundo. En esta perspectiva, la comunidad eclesial est? cada vez m?s comprometida en trabajar, seg?n las indicaciones del Magisterio, para ofrecer un patrimonio espiritual seguro de valores y de principios de la continua b?squeda de la paz.
He querido recordar en mi Mensaje para la Jornada de hoy, con el t?tulo ?Libertad religiosa, camino para la paz": "El mundo necesita a Dios. Necesita valores ?ticos y espirituales, universales y compartidos, y la religi?n puede ofrecer una preciosa contribuci?n en su b?squeda, para la construcci?n de un orden social e internacional justo y pac?fico" (n. 15). He subrayado, por tanto, que ?la libertad religiosa es un elemento imprescindible de un Estado de derecho; no se puede negar sin da?ar al mismo tiempo los dem?s derechos y libertades fundamentales, pues es su s?ntesis y su cumbre" (n. 5).
La humanidad no puede mostrarse resignada a la fuerza negativa del ego?smo y de la violencia; no debe acostumbrase a conflictos que provocan v?ctimas y ponen en riesgo el futuro de los pueblos. Frente a las tensiones amenazadoras de este momento, especialmente frente a las discriminaciones, a los abusos y a las intolerancias religiosas, que hoy afectan de modo particular a los cristianos (cfr ibid., 1), dirijo una vez m?s una invitaci?n apremiante a no ceder al desaliento y a la resignaci?n. Exhorto a todos a rezar para que lleguen a buen fin los esfuerzos emprendidos por muchas partes para promover y construir la paz en el mundo. Para esta dif?cil tarea no son suficientes las palabras, es necesario el compromiso concreto y constante de los responsables de las naciones, sino que es necesario sobre todo que cada persona est? animada por un aut?ntico esp?ritu de paz, que hay que implorar siempre de nuevo en la oraci?n y que hay que vivir en las relaciones cotidianas, en cada ambiente.
En esta celebraci?n eucar?stica tenemos ante los ojos, para nuestra veneraci?n, la imagen de Nuestra Se?ora del Sacro Monte de Viggiano, tan querida a las gentes de Basilicata. La Virgen Mar?a nos da a su Hijo, nos muestra el rostro de su Hijo, Pr?ncipe de la Paz: que ella nos ayude a permanecer a la luz de este rostro, que brilla sobre nosotros (cfr Nm 6,25), para redescubrir toda la ternura de Dios Padre; que ella nos sostenga en invocar al Esp?ritu Santo, para que renueve la faz de la tierra y transforme los corazones, deshaciendo su dureza ante la bondad desarmante del Ni?o, que naci? por nosotros. Que la Madre de Dios nos acompa?e en este nuevo a?os; que obtenga para nosotros y para el mundo entero el deseado don de la paz. Am?n.
[Traducci?n del original italiano por Inma ?lvarez?
?Libreria Editrice Vaticana]
ZENIT?nos ofrece la intervenci?n del Papa Benedicto XVI?el s?bado 1 de Enero de 2011?al introducir el rezo del ?ngelus con los peregrinos de todo el mundo reunidos en la Plaza de San Pedro.
Queridos hermanos y hermanas
En este primer ?ngelus del 2011, dirijo a todos mi augurio de paz y de bien confi?ndolo a la intercesi?n de Mar?a Sant?sima, a la que hoy celebramos como Madre de Dios. Al inicio de un nuevo a?o, el Pueblo cristiano se re?ne espiritualmente ante la gruta de Bel?n, donde la Virgen Mar?a dio a luz a Jes?s. Pedimos a la Madre la bendici?n, y ella nos bendice mostr?ndonos al Hijo: de hecho, ?l en persona es la Bendici?n. D?ndonos a Jes?s, Dios nos lo ha dado todo: su amor, su vida, la luz de la verdad, el perd?n de los pecados; nos ha dado la paz. S?, Jes?s es nuestra paz (cfr Ef 2,14). ?l trajo al mundo la semilla del amor y de la paz, m?s fuerte que la semilla del odio y de la violencia; m?s fuerte porque el Nombre de Jes?s es superior a cualquier otro nombre, contiene todo el se?or?o de Dios, como hab?a anunciado el profeta Miqueas: "Y t?, Bel?n ? de ti me nacer? el que debe gobernar ? ?l se mantendr? de pie y los apacentar? con la fuerza del Se?or, con la majestad del nombre del Se?or, su Dios ? ?Y ?l mismo ser? la paz!" (5,1-4).
Por esto, ante el icono de la Virgen Madre, la Iglesia en este d?a invoca de Dios, por medio de Jesucristo, el don de la paz: es la Jornada Mundial de la Paz, ocasi?n propicia para reflexionar juntos sobre los grandes desaf?os que nuestra ?poca plantea a la humanidad. Uno de estos, dram?ticamente urgente en nuestros d?as, es el de la libertad religiosa; por ello, este a?o he querido dedicar mi Mensaje a este tema: ?Libertad religiosa, camino para la paz?. Asistimos hoy a dos tendencias opuestas, dos extremos negativos ambos: por una parte el laicismo, que de forma a menudo oculta, margina la religi?n para confinarla a la esfera privada; por otra el fundamentalismo, que en cambio querr?a imponerla a todos con la fuerza. En realidad, ?Dios llama a s? a la humanidad con un designio de amor que, a la vez que implica a toda la persona en su dimensi?n natural y espiritual, requiere corresponderle en t?rminos de libertad y responsabilidad, con todo el coraz?n y con todo el propio ser, individual y comunitario" (Mensaje, 8). All? donde se reconoce de forma efectiva la libertad religiosa, la dignidad de la persona es respetada en su ra?z y, a trav?s de una b?squeda sincera de la verdad y del bien, se consolida la conciencia moral y se refuerzan las propias instituciones y la convivencia civil (cfr ibid. 5). Por esto la libertad religiosa es el camino privilegiado para construir la paz.
Queridos amigos, dirijamos de nuevo la mirada a Jes?s, entre los brazos de Mar?a su Madre. Mir?ndole a ?l, que es el ?Pr?ncipe de la paz" (Is 9,5), comprendemos que la paz no se alcanza con las armas, ni con el poder econ?mico, pol?tico, cultural y medi?tico. La paz es obra de conciencias que se abren a la verdad y al amor. Que Dios nos ayude a progresar en este camino en el nuevo a?o que nos concede vivir.
[Despu?s del ?ngelus dijo]
Queridos hermanos y hermanas, en el Mensaje de la Jornada de la Paz de hoy he subrayado que las grandes religiones pueden constituir un importante factor de unidad y de paz para la familia humana, y he recordado, a prop?sito de esto, que en este a?o 2011 se celebrar? el 25? aniversario de la Jornada Mundial de Oraci?n por la Paz que el Venerable Juan Pablo II convoc? en As?s en 1986. Por esto, en el pr?ximo mes de octubre, me dirigir? peregrino a la ciudad de san Francisco, invitando a unirse a este camino a los hermanos cristianos de las distintas confesiones, los representantes de las tradiciones religiosas del mundo, y de forma ideal, a todos los hombres de buena voluntad, con el fin de hacer memoria de este gesto hist?rico querido por mi Predecesor y de renovar solemnemente el compromiso de los creyentes de toda religi?n de vivir la propia fe religiosa como servicio a la causa de la paz. Quien est? en camino hacia Dios no puede dejar de transmitir paz, quien construye paz no puede dejar de acercarse a Dios. Os invito a acompa?ar desde ahora con vuestra oraci?n esta iniciativa.
En este contexto deseo saludar y animar a cuantos, desde ayer por la noche y durante la jornada de hoy, en toda la Iglesia rezan por la paz y por la libertad religiosa. En Italia, la tradicional marcha propuesta por la CEI, Pax Christi e Caritas tuvo lugar en Ancona, ciudad que acoger? en el pr?ximo septiembre el Congreso Eucar?stico Nacional. Aqu? en Roma, y en otras ciudades del mundo, la Comunidad de San Egidio ha vuelto a proponer la iniciativa ?Paz en todas las tierras?: saludo de coraz?n a cuantos toman parte en ella. Saludo tambi?n a los participantes en el Movimiento del Amor Familiar, que esta noche han velado en la Plaza de San Pedro y en la di?cesis de L'Aquila, rezando por la paz en las familias y entre las naciones.
[En espa?ol dijo]
Saludo con afecto a los peregrinos de lengua espa?ola que participan en esta oraci?n mariana en este primer d?a del a?o, octava de la Navidad. La Iglesia celebra hoy la solemnidad de Santa Mar?a, Madre de Dios, y tambi?n la Jornada Mundial de la Paz. Os invito a entrar en la escuela de la Virgen Sant?sima, fiel disc?pula del Se?or, para aprender de Ella a acoger en la fe y en la oraci?n la salvaci?n que Dios quiere derramar sobre los que conf?an en su paz y amor misericordioso. Feliz A?o Nuevo.
[Traducci?n del original italiano por Inma ?lvarez
?Libreria Editrice Vaticana]
ZENIT? nos ofrece la intervenci?n del Papa Benedicto XVI el? domingo 26 de diciembre de 2010, fiesta de la Sagrada Familia, al introducir el rezo del ?ngelus con los peregrinos de todo el mundo presentes en la Plaza de San Pedro.
Queridos hermanos y hermanas,
El Evangelio seg?n san Lucas narra que los pastores de Bel?n, tras haber recibido del ?ngel el anuncio del nacimiento del Mes?as, ?fueron r?pidamente y encontraron a Mar?a, a Jos?, y al reci?n nacido acostado en el pesebre" (2,16). Ante los primeros testigos oculares del nacimiento de Jes?s se present?, por tanto, la escena de una familia: madre, padre e hijo reci?n nacido. Por esto la Liturgia nos hace celebrar, en el primer domingo despu?s de Navidad, la fiesta de la santa Familia. Este a?o, esta cae precisamente el d?a despu?s de Navidad, y, prevaleciendo sobre la de san Esteban, nos invita a contemplar este ?icono? en el que el peque?o Jes?s aparece en el centro del afecto y de la solicitud de sus padres. En la pobre gruta de Bel?n ? escriben los Padres de la Iglesia ? resplandece una luz viv?sima, reflejo del misterio profundo que envuelve a ese Ni?o, y que Mar?a y Jos? guardan en sus corazones y dejan transparentar en sus miradas, en los gestos, sobre todo en sus silencios. Ellos, de hecho, conservan en lo m?s ?ntimo las palabras del anuncio del ?ngel a Mar?a: ?Aquel que nacer? ser? llamado Hijo de Dios" (Lc 1,35).
?Y sin embargo, el nacimiento de cada ni?o lleva consigo algo de este misterio! Lo saben bien los padres, que lo reciben como un don y que, a menudo, hablan as? de ?l. A todos nos ha pasado o?r decir a un pap? y a una mam?: ??Este ni?o es un regalo, un milagro!". En efecto, los seres humanos viven la procreaci?n no como un mero acto reproductivo, sino que perciben su riqueza, intuyen que cada criatura humana que se asoma a la tierra es el ?signo? por excelencia del Creador y Padre que est? en los cielos. ?Qu? importante es, entonces, que cada ni?o, al venir al mundo, sea acogido por el calor de una familia! No importan las comodidades exteriores: Jes?s naci? en un establo y como primera cuna tuvo un pesebre, pero el amor de Mar?a y de Jos? le hizo sentir la ternura y la belleza de ser amado. De esto necesitan los ni?os: del amor del padre y de la madre. Esto es lo que les da seguridad y lo que, al crecer, permite el descubrimiento del sentido de la vida. La santa Familia de Nazaret atraves? muchas pruebas, como esa ? recordada en el Evangelio seg?n san Mateo ? de la ?matanza de los inocentes?, que oblig? a Jos? y Mar?a a emigrar a Egipto (cfr 2,13-23). Pero, confiando en la divina Providencia, encontraron su estabilidad y aseguraron a Jes?s una infancia serena y una educaci?n s?lida.
Queridos amigos, la santa Familia es ciertamente singular e irrepetible, pero al mismo tiempo es ?modelo de vida? para toda familia, porque Jes?s, verdadero hombre, quiso nacer en una familia humana, y haciendo as? la bendijo y consagr?. Confiemos por tanto a la Virgen y a san Jos? a todas las familias, para que no se desanimen frente a las pruebas y a las dificultades, sino que cultiven siempre el amor conyugal y se dediquen con confianza al servicio de la vida y de la educaci?n.
[Despu?s del ?ngelus dijo]
En este tiempo de la Santa Navidad, el deseo y la invocaci?n de la paz se han hecho a?n m?s intensos. Pero nuestro mundo sigue estando marcado por la violencia, especialmente contra los disc?pulos de Cristo. He sabido con gran tristeza del atentado en una iglesia cat?lica de Filipinas, mientras se celebraban los ritos del d?a de Navidad, como tambi?n del ataque a iglesias cristianas en Nigeria. La tierra se ha manchado una vez m?s de sangre en otras partes del mundo como en Paquist?n. Deseo expresar mis sentidas condolencias por las v?ctimas de estas absurdas violencias, y repito una vez m?s el llamamiento a abandonar el camino del odio para encontrar soluciones pac?ficas de los conflictos y dar a las queridas poblaciones seguridad y serenidad. En este d?a en el que celebramos la Santa Familia, que vivi? la dram?tica experiencia de tener que huir a Egipto por la furia homicida de Herodes, recordemos tambi?n a todos aquellos ? en particular a las familias ? que son obligados a abandonar sus propias casas a causa de la guerra, de la violencia y de la intolerancia. Os invito, por tanto, a uniros a mi en la oraci?n para pedir con fuerza al Se?or que toque el coraz?n de los hombres y traiga esperanza, reconciliaci?n y paz.
[En espa?ol dijo]
Saludo cordialmente a los fieles de lengua espa?ola que participan en esta oraci?n mariana. En la fiesta de la Sagrada Familia, contemplamos el misterio del Hijo de Dios que vino al mundo rodeado del afecto de Mar?a y de Jos?. Invito a las familias cristianas a mirar con confianza el hogar de Nazaret, cuyo ejemplo de vida y comuni?n nos alienta a afrontar las preocupaciones y necesidades dom?sticas con profundo amor y rec?proca comprensi?n. A vosotros y a vuestras familias os reitero mi cordial felicitaci?n en estas fiestas de Navidad. Que Dios os bendiga siempre.
[Traducci?n del original italiano por Inma ?lvarez
?Libreria Editrice Vaticana]
Homil?a de monse?or Luis T. St?ckler, obispo de Quilmes para la fiesta de la Sagrada Familia (26 de diciembre de 2010). (AICA)
En el evangelio de Mateo, a diferencia de Lucas, San Jos?, el padre adoptivo de Jes?s, ejerce un rol protag?nico. En el ?rbol geneal?gico de Jes?s se toman en cuenta los antepasados de Jos?, ??el esposo de Mar?a, de la cual naci? Jes?s, que es llamado Cristo? (Mt 1, 16). Jos? es el destinatario del mensaje del ?ngel, para que recibiera a Mar?a en su casa y que pusiera a su hijo el nombre de Jes?s (Mt 1, 21). Cuando Jes?s naci? en Bel?n, Jos? nuevamente fue avisado por el ?ngel que llevara al ni?o y a su madre a Egipto, para salvarlo de la persecuci?n de Herodes. Y finalmente, despu?s de la muerte del tirano, por indicaci?n del ?ngel, Jos? volvi? con su familia a su pa?s, donde se estableci? en Nazaret.
En los Evangelios se expone claramente la tarea paterna de Jos? respecto a Jes?s. De hecho, la salvaci?n, que pasa a trav?s de la humanidad de Jes?s, el Verbo encarnado, se realiza en los gestos que forman parte diariamente de la vida familiar. Los Evangelistas est?n muy atentos en mostrar c?mo en la vida de Jes?s nada se deja a la casualidad y todo se desarrolla seg?n un plan divinamente preestablecido. La f?rmula repetida a menudo: ?As? sucedi?, para que se cumplieran...? y la referencia del acontecimiento descrito a un texto del Antiguo Testamento, subrayan la unidad y la continuidad del proyecto, que alcanza en Cristo su cumplimiento. Mar?a es la humilde sierva del Se?or, preparada desde la eternidad para la misi?n de ser Madre de Dios; Jos? es aquel que Dios ha elegido para ser ?el coordinador del nacimiento del Se?or?, aqu?l que tiene el encargo de proveer a la inserci?n ?ordenada? del Hijo de Dios en el mundo, en el respeto de las disposiciones divinas y de las leyes humanas. Toda la vida, tanto ?privada? como ?escondida? de Jes?s ha sido confiada a su custodia. Con la potestad paterna sobre Jes?s, Dios ha otorgado a Jos? el amor correspondiente, aquel amor que tiene su fuente en el Padre, ?de quien toma nombre toda familia en el cielo y en la tierra? (Ef 3, 15). (Redemptoris custos, 8).
La familia de Nazaret, si bien es ?nica por la relaci?n conyugal excepcional entre Mar?a u Jos?, y especialmente por su hijo que es el Hijo de Dios; sin embargo, es modelo para todos los hogares, ya que la Virgen era realmente la madre de este Hijo, y San Jos? asumi? plenamente sus obligaciones de padre de familia. Porque el Hijo de Dios se hab?a hecho realmente hombre; un ni?o que ten?a que ?crecer en sabidur?a, en estatura y en gracia delante de Dios y de los hombres (Lc 2, 52). Jes?s, para su sano desarrollo, necesitaba la ternura de su madre, pero a la vez tambi?n la imagen del var?n, al cual ?l llamaba Abb?, Padre;? t?rmino que us? despu?s en su propia oraci?n y en su ense?anza para animarnos a tratar con esta familiaridad del hogar al mismo Padre en el cielo. Fue a ese esposo fiel y padre cuidadoso, al cual Jes?s se sujet? en obediencia. Fue San Jos? quien instruy? en la? ley de Dios y del trabajo, al que hoy es nuestro Maestro. ?l aliment? al que hoy comemos como Pan de vida eterna. Con su silencio le ense?? a contemplar lo divino en lo humano, y la exigencia del amor que se vive en el servicio.
Ante el aparente oscurecimiento? de la? profundidad del amor humano, conviene acercarse a las aguas puras del evangelio. Pidamos por nuestras familias, por los matrimonios, por los padres en particular para que los hijos puedan reconocer en ellos la imagen de Dios, del cual ellos mismos un d?a han de ser una imagen cre?ble delante de sus propios hijos. Que la Virgen, que es el rostro maternal de este mismo Dios, nos lo alcance por su intercesi?n.??
Mons. Luis T. St?ckler, obispo de Quilmes?
Homil?a de monse?or Andr?s Stanovnik, arzobispo de Corrientes en la festividad de la Sagrada Familia (Iglesia Catedral Nuestra Se?ora del Rosario, 26 de diciembre de 2010). (AICA)
CELEBREMOS LA VIDA EN FAMILIA COMO DON Y MISI?N ??????????????
El Evangelio nos relata las circunstancias dif?ciles que atravesaron Jos?, Mar?a y el Ni?o, ante la amenaza de los poderosos: primero Herodes ?el de la matanza de los inocentes? que provoc? la huida de la Sagrada Familia a Egipto; luego, al regresar, con el peligro que representaba el hijo de Herodes, Arquelao, entonces en el poder, tuvieron que buscar refugio en una regi?n vecina. En ese contexto de inseguridad y peligro, el relato evang?lico resalta la figura de Jos?, mostrando su personalidad firme y decidida. En efecto, en medio de la persecuci?n, Jos?, esposo fiel y padre responsable, no duda en tomar al ni?o y a su madre, e irse al exilio. El texto evang?lico tambi?n destaca la familiaridad que Jos? tiene con la voz y la presencia del ?ngel. Esa familiaridad le dio una mente l?cida y una voluntad de decidida para querer lo que Dios quiere. Y Dios no quiere otra cosa que la vida y la felicidad para todas sus criaturas. Por eso, Jos? que estaba identificado con el querer de Dios, se puso a disposici?n de su voluntad para defender decididamente la vida del Ni?o y de su Madre.?
La vida: don y misi?n
El lema que la Pastoral de la familia propuso est? en perfecta consonancia con el esp?ritu de esta jornada: ?Celebremos la vida en familia como don y misi?n?. La Palabra de Dios lo ilumina a?n m?s cuando muestra a Jos?, esposo fiel y padre responsable, que cuida, defiende y respeta la vida del Ni?o y de su Madre. Para sostener y defender el derecho primario a la vida que tiene toda persona, sin excepci?n, es imprescindible reconocer a Dios ?autor y dador de la vida? como garant?a y base sobre la que se construye nuestra sociedad. Si la vida humana se redujera s?lo a un derecho individual o a un obligado producto de los propios deseos, se la convertir?a inevitablemente en un objeto para ser manipulado seg?n los intereses de los individuos. Entonces, la vida humana quedar?a sometida a la cambiante voluntad de los hombres y al inestable resultado de los consensos.
La luz de la raz?n nos dice que la vida es un don recibido y no un mero producto humano. Nadie puede darse la vida a s? mismo. Ahora bien, si el poder de dar la vida no est? en el individuo, tampoco podr?a estarlo en individuos asociados. Nadie da lo que no tiene. Por eso, es razonable pensar que si no podemos darnos la vida a nosotros mismos, la que tenemos la hemos recibido. Y la vida, como don recibido, no la podemos convertir ahora en un producto que prefabricamos a nuestro antojo. La luz de la fe le brinda a?n m?s claridad a la inteligencia, al descubrir que esa vida recibida es un don de Dios. Y por ser regalo de Dios, la vida es sagrada y como tal posee un valor incomparable.?
La vida es sagrada: le pertenece a Dios
La vida humana es sagrada porque participa de la vida de Dios. ?l nos sorprendi? con la desconcertante noticia de venir hasta nosotros y hacerse hombre. Esa paternal cercan?a de Dios se manifiesta en su Hijo Jes?s, desangrado de amor por nosotros. S?lo un Dios as? puede ayudarnos a respetar y amarnos como hermanos, y ser el fundamento para construir el matrimonio y la familia sobre la base s?lida del amor y la fidelidad. A partir de esta verdad, el ser humano y la familia humana ya no se pueden pensar ni comprender al margen de Dios. En consecuencia, todo lo que existe no es fruto del azar irracional, sino que ha sido querido por Dios, est? en sus planes, en cuyo centro est? la invitaci?n a participar en la vida divina en Cristo, afirm? el Santo Padre en su ?ltima exhortaci?n apost?lica.
Al participar de la vida de Dios, el ser humano le pertenece a ?l y a nadie m?s. Por eso, la vida humana es esencialmente vincular en todas sus dimensiones, especialmente en el momento de la vida naciente. Esa dimensi?n relacional es horizontal y al mismo tiempo vertical: horizontal, porque la engendran un var?n y una mujer; y es vertical, porque esa vida concebida no es s?lo resultado de la acci?n de ellos, sino un don de Dios y a ?l le pertenece, del mismo modo que le pertenece a ?l la vida de la madre y del padre. Cuando se deterioran o rompen estas dimensiones vinculares constitutivas de la vida humana, el individuo queda solo y aislado. Para que eso no suceda, es urgente que se aplique toda la inteligencia y se destinen los mejores recursos para ayudar a reconstruir los v?nculos fundamentales de la familia, v?nculos fundados en el amor, la fidelidad y la estabilidad de la relaci?n matrimonial entre un var?n y una mujer.
?Jos?: fiel esposo y padre responsable
La figura de san Jos? ?var?n, esposo fiel y padre responsable, que pone de relieve la Palabra de Dios? debe hacernos pensar en la vocaci?n y misi?n del var?n, esposo y padre en el contexto de la familia. Al irse demoliendo progresivamente su autoridad, se favoreci?, en gran parte, a la desintegraci?n familiar. Se habla muy poco de los deberes del padre hacia la vida engendrada, y casi nada de la autoridad paterna, que debe ser compartida en conjunto con la autoridad de la madre; m?s bien, se ataca la autoridad del padre y se niega el derecho que ambos ?la madre y el padre? tienen en la educaci?n de sus hijos. El relato del Evangelio de hoy nos impacta con la actitud decidida y responsable que asume Jos?, haci?ndose cargo del Ni?o y de la Madre. En este contexto, quisiera destacar y agradecer el enorme esfuerzo pastoral que realizan muchos matrimonios y familias para estar cerca, acompa?ar y evangelizar las diversas realidades por las que atraviesan los matrimonios y las familias. Sin embargo, hay desaf?os nuevos que reclaman nuestro acompa?amiento pastoral, por ejemplo, las personas separadas en nuevas uniones; las madres con sus hijos sin la presencia del esposo y del padre, muchas de ellas demasiado j?venes y con preparaci?n insuficiente para ser madres; revalorizar la misi?n del var?n padre de familia ante el poder desintegrador de la cultura actual; y socorrer caritativamente la urgencia que demanda la pobreza extrema en muchos hogares.
Al contemplar a Jos? en la vida cotidiana de la Sagrada Familia, asumiendo su autoridad y su misi?n espec?fica, reafirmamos la importancia fundamental que tienen el padre y la madre en el cuidado de la vida naciente y en la educaci?n de sus hijos. Al declararse el 2011 como A?o de la vida, dijimos que, como pastores y ciudadanos, queremos reafirmar, en este camino del Bicentenario, la necesidad imperiosa de priorizar en nuestra patria el derecho a la vida en todas sus manifestaciones, poniendo especial atenci?n en los ni?os por nacer, como en nuestros hermanos que crecen en la pobreza y marginalidad; y a?ad?amos: sobre todo cuando se trata de la vida naciente, protegiendo la vida de la madre embarazada, y, potenciando el v?nculo madre-hijo a fin de cuidar su calidad de vida hasta la muerte natural. Debemos encontrar caminos para cuidar la vida de la madre y del hijo por nacer, y as?, salvar a los dos. Esas palabras adquieren una fuerza especial y se iluminan si las leemos a la luz de la conducta responsable de Jos?, que se levant?, tomo al Ni?o y a su Madre y se puso en camino. Dios quiera que en el camino del Bicentenario tambi?n nuestra comunidad correntina se levante, tome con amor a sus ni?os y a sus madres, y se ponga en camino de cuidarlos, defenderlos y proporcionarles los recursos suficientes para que puedan crecer y desarrollarse, ante todo, en sus propias familias y luego en la sociedad.
Por ?ltimo, comparto con ustedes la luminosa ense?anza que nos entreg? el Papa Benedicto XVI en la ?ltima exhortaci?n apost?lica postsinodal sobre la Palabra de Dios, el matrimonio y la familia. Ante todo, recuerda que la Palabra de Dios est? en el origen del matrimonio (cf. Gn 2,24) y que Jes?s mismo ha querido incluir el matrimonio entre las instituciones de su Reino (cf. MT 19,4-8), elevando a sacramento lo que originariamente est? inscrito en la naturaleza humana. Y m?s adelante, advierte que frente al difundido desorden de los afectos y el surgir de modos de pensar que banalizan el cuerpo humano y la diferencia sexual, la Palabra de Dios reafirma la bondad originaria del hombre, creado como var?n y mujer, y llamado al amor fiel, rec?proco y fecundo. En otro lugar llama a la responsabilidad de la comunidad eclesial para que sostenga y ayude a fomentar la oraci?n en la familia y la escucha de la Palabra y el conocimiento de la Biblia. Para ello, recomienda que cada casa tenga su Biblia y la custodie de modo decoroso, de manera que se la pueda leer y utilizar para la oraci?n. El texto finaliza destacando el papel indispensable de las mujeres en la familia, la educaci?n, la catequesis y la transmisi?n de los valores. Ellas saben ser portadoras de amor, maestras de misericordia y constructoras de paz, comunicadoras de calor y humanidad, en un mundo que valora a las personas con demasiada frecuencia seg?n los criterios fr?os de explotaci?n y ganancia.
Encomendamos a todas nuestras familias, a nuestras mujeres madres, sobre todo a las adolescentes, y a los hogares que sufren los efectos de la pobreza, al amparo de la Sagrada Familia de Jes?s, Mar?a y Jos?; y le pedimos que nos alcancen la gracia para ser testigos del incomparable valor y belleza que se irradian a trav?s del matrimonio y la familia concebidos seg?n el plan del Se?or y, al mismo tiempo, nos d? sabidur?a y decisi?n para hacernos cargo con mayor fervor y audacia de la misi?n evangelizadora que tiene el matrimonio y la familia cristiana en la sociedad que nos toca vivir. Am?n.?
Mons. Andr?s Stanovnik, arzobispo de Corrientes?
Mensaje de monse?or Rub?n Oscar Frassia, obispo de Avellaneda-Lan?s para la Navidad 2010. (AICA)
HOY NACE EL REDENTOR, SURGE LA ESPERANZA??????
A los queridos fieles y a todas las personas de buena voluntad de Avellaneda-Lan?s:
Estamos hoy invitados a contemplar el misterio m?s grande que compromete la historia de la humanidad. Este es el acontecimiento m?s original, in?dito y ?nico. El nacimiento del Redentor, es la manifestaci?n m?s expresa de que la voluntad de Dios ha querido plantar su presencia en medio de nosotros. El Verbo se hace carne. Lo divino y lo humano vienen a nosotros para caminar definitivamente en y con nosotros.
La contemplaci?n de este misterio comporta un compromiso; nos lleva como peregrinos a? buscarlo, reconocerlo, seguirlo y adorarlo. Las cosas de Dios son para los hombres. Lo infinito y lo trascendente toca y enaltece todo lo humano. A partir de esta manifestaci?n la realidad de las personas se integran en estas dos realidades que son distintas pero que no deben ser separadas jam?s. Lo divino, lo trascendente y lo humano deben encarnarse en cada uno de nosotros simult?neamente, para obtener su pleno significado.
En la situaci?n actual,? tanto en lo? personal, como familiar, en lo p?blico y en lo social, en nuestro pa?s, como en el mundo entero,? la vida se est? desarrollando como una p?rdida de equilibrios, de ra?ces, de valores, de v?nculos interpersonales muy deteriorados y con una? acentuada p?rdida de sentido a todo. Realmente estamos ante un cambio de ?poca y ante una? profunda crisis de la civilizaci?n.
La exacerbaci?n del individualismo. El relativismo que sostiene que no hay nada objetivo, sino que todo se reduce a lo emp?rico, a la sensaci?n y a las ganas, es moneda corriente hoy tanto en el campo del pensamiento como en el de la acci?n. Debemos recuperar la capacidad de vivir de acuerdo a la conciencia, es decir la capacidad de reconocer en los ?mbitos decisivos de la existencia humana, el valor supremo de la verdad incluida la dimensi?n moral y religiosa. Reconocer la capacidad del hombre para descubrir la verdad, implica al mismo tiempo el deber de encaminarse hacia? la verdad, de buscarla y subordinarse a ella donde se la encuentre. Esto quiere decir que no debemos olvidar de seguir los dict?menes de nuestra conciencia. (Cfr. Discurso del Santo Padre, a la Curia Romana, 20-12-10).
Santo Padre, nos ense?a, citando a Alexis Tocqueville, que ?ste? en su tiempo observ? que en Am?rica la democracia fue posible y hab?a funcionado porque exist?a un consenso moral de base que un?a a todos. S?lo si existe un consenso semejante sobre lo esencial, las constituciones y el derecho pueden funcionar. Este consenso de fondo, est? en peligro donde en su lugar, en vez de la raz?n moral, se pone la mera racionalidad finalista?Donde se da el primer? lugar a lo medi?tico, a la pura conveniencia independientemente de la verdad, de la objetividad y de aquello que es, realmente esta consideraci?n ?pone en juego el futuro del mundo?.
Celebrar entonces la Navidad, es contemplar, recibir y comprometerse a seguir la luz, la verdad y el amor. Cualquier tipo de violencia, no produce ning?n progreso. S?lo con el compromiso y la comprensi?n mutua se podr? restablecer la verdadera unidad y procurar as? la paz. Es necesario reconocer la luz y seguirla. Hay que definirse y comprometerse en la realizaci?n? del proyecto que hemos recibido, y que queremos para nosotros y para el futuro de nuestra sociedad.
El misterio de la Navidad no puede agotarse en un saludo superficial ni menos expresarse en un consumismo exacerbado que no llega al alma, a la profundidad de nuestro ser.
Les deseo, a todos, el fortalecimiento de lo divino y lo humano que est?n presentes en cada uno de nosotros. No s?lo en lo que decimos, o hacemos, sino empezando por lo que somos. Me gustar?a que resuene en la conciencia y en el coraz?n de cada uno, la palabra del Se?or: ?No teman, yo estoy con ustedes? y? ??mense los unos a los otros como yo los he amado?, ya que vivir es amar y si no amamos no sabemos vivir.
Feliz Nochebuena y Feliz Navidad para cada uno de ustedes, para sus familias y para todos los hombres y mujeres que, sin lugar a dudas, son amados? por Dios.?
Mons. Rub?n Oscar Frassia, obispo de Avellaneda-Lan?s
Avellaneda, 23 de diciembre de 2010?
Mensaje de los obispos santiague?os para la Navidad 2010. (AICA)
LA NAVIDAD DEL BICENTENARIO EN SANTIAGO??????????
?Y Mar?a dio a luz a su Hijo Primog?nito, lo envolvi? en pa?ales y lo acost? en un pesebre, porque no hab?a lugar para ellos en el albergue? (Luc. 2,7)?
En este tiempo de Navidad, donde la alegr?a y la esperanza invaden nuestros corazones; cuando los saludos, los regalos y las expresiones de cari?o se hacen presentes en las familias, estamos reactualizando un acontecimiento que tantas veces suele pasar desapercibido a nuestra conciencia: Jes?s nace en un pesebre, porque no tuvo un lugar digno para nacer.
La contemplaci?n del pesebre nos debe hacer reflexionar en la ternura de un Dios encarnado, hecho uno de nosotros, pero tambi?n nos llama a recapacitar que los hombres no supimos hacerle lugar al ?Dios con nosotros?. No hab?a espacio en este mundo para ?l, por m?s peque?o que fuera. No hab?a siquiera alguien que se compadeciera y le abriera las puertas de su hogar.
?Encontrar? el Ni?o Dios lugar donde nacer en la Argentina de hoy?
Son variadas las situaciones en nuestra patria que muestran que a?n no hemos recibido al? Divino Ni?o que nos trae la paz.
Tal como hemos afirmado reiteradamente los obispos argentinos, los acontecimientos dolorosos que estamos viviendo, muestran la evidencia de serios problemas que manifiestan signos de fragmentaci?n social. En efecto, entre ellos podemos observar: la persistencia de la pobreza e inequidad, la dificultad para el di?logo, la violencia y la agresi?n, la prepotencia y el maltrato. Esta situaci?n se presta a diversas manipulaciones que hieren en lo profundo la dignidad humana y acrecientan a?n m?s la injusticia.
?ltimamente se ha hecho patente en nuestra patria el drama de la falta de una vivienda digna.
Hoy observamos, como comunidad nacional, un espect?culo preocupante. Muchos hermanos, algunos argentinos, y otros que no nacieron en esta patria, pero que la eligieron como suya, carecen de un lugar para vivir.
Numerosos hermanos necesitan un hogar; y, como en Bel?n, tambi?n hoy se les cierran las posibilidades a las familias pobres. No hay lugar para ellos, como no lo hubo para Mar?a, Jos? y el Ni?o por nacer.
En efecto, los obispos reunidos en la ?ltima asamblea permanente, en el mensaje de esta Navidad, dec?an: ?en varias regiones del pa?s, debemos atender la preocupante situaci?n de las comunidades abor?genes y campesinas que son desplazadas de sus lugares de trabajo y subsistencia, y finalmente, terminan engrosando los cordones de pobreza de varias ciudades?.
Como pastores, recogiendo el llamado de nuestros hermanos obispos, queremos exhortar a todos los argentinos y especialmente a los santiague?os:
1. Reconozcamos a Dios, como lo hicieron nuestros Constituyentes, que es la garant?a y la base sobre la que se construye nuestra sociedad. La invocaci?n a Dios como Padre nos ayuda a respetarnos y amarnos como hermanos. En este sentido, la fe de nuestro pueblo, especialmente expresada en su religiosidad popular, es un reservorio moral que debemos acrecentar, alimentar y aportar para el bien de nuestra patria.
2. Reafirmemos el derecho primario a la vida, como a la integridad f?sica y moral de toda persona. Los santiague?os tenemos un amor especial por la vida, que nunca la veamos como una amenaza, sino como un preciado regalo de Dios. Debemos tomar la iniciativa en la promoci?n de este derecho fundamental, sobre el cual se fundan todos los dem?s derechos humanos.
3. Recuperemos la vigencia y el sentido de los valores morales como fundamento de la convivencia social. Especialmente procuremos transmitir estos ideales a nuestros ni?os y j?venes santiague?os, que a veces vemos tan desorientados y desalentados, vulnerables al alcohol y a las adicciones.
4. Trabajemos por la dignidad humana, para erradicar la pobreza y promover el desarrollo integral. Procuremos que en Santiago se den las condiciones para que haya pan, salud, educaci?n y trabajo para todos.
5. Renovemos el compromiso por el bien com?n y el fortalecimiento del Estado y las Instituciones de la Rep?blica. Como hemos afirmado tantas veces, s?lo el di?logo sincero es el camino que nos aleja del enfrentamiento y la violencia. Todas las instituciones santiague?as: la familia, la Iglesia, las escuelas y las dem?s organizaciones que tienen alguna responsabilidad en la educaci?n y el bien com?n, debemos trabajar mancomunadamente en un di?logo respetuoso para poder brindar un futuro mejor a nuestros ni?os y j?venes.
El Papa Benedicto XVI afirma que ?se podr?an enumerar muchos problemas que existen en la actualidad y que es preciso resolver, pero todos ellos s?lo se pueden resolver si se pone a Dios en el centro, si Dios resulta de nuevo visible en el mundo?.
Los invitamos, como pastores, a que le den posada a ese Ni?o envuelto en pa?ales, que es nuestro Dios, haci?ndole lugar, y apartando todo aquello que nos pueda alejar de ?l y de los dem?s
En esta Navidad del Bicentenario recemos al Ni?o Jes?s que, tal como lo hemos so?ado, seg?n canta nuestro folclore, queremos que nazca en nuestro querido Santiago.
Mons. Francisco Polti, obispo de Santiago del Estero
Mons. Ariel Torrado Mosconi, obispo auxiliar Santiago del Estero
Mons. Adolfo Uriona, obispo de A?atuya?
Reflexi?n acerca de las lecturas del domingo tercero del Tiempo Ordinario - A realizada por el sacerdote Don Juan Manuel? P?rez Pi?ero.
ECOS DEL DIA DEL SE?OR
Domingo III del? T. Ordinario A?
Queridos amigos y amigas:
???????? Despu?s de la Navidad, hemos venido contemplando a Jesucristo, el Se?or, en los comienzos de su Vida P?blica.?? Este Domingo, pod?amos decir que se nos presenta el comienzo de la Vida P?blica del Se?or, seg?n San Mateo, el evangelista que nos gu?a en las celebraciones de este a?o A ? I.
Cuando leemos algunas p?ginas del Evangelio, quedamos admirados de la capacidad que tienen los evangelistas, eso s?, conducidos por el Esp?ritu Santo, de presentar a Jesucristo de una manera tan atrayente incluso, para el hombre de hoy. Miremos c?mo lo hace S. Mateo en el Evangelio de este Domingo: ?Recorr?a toda Galilea ense?ando en las sinagogas y proclamando el Evangelio del Reino, curando las enfermedades y dolencias del pueblo?? ?Precioso!
Y S. Mateo, que escribe su Evangelio para los jud?os, se siente movido por el? deseo de ayudarles a comprender que Jesucristo es el Mes?as de su esperanza, porque en El se cumple todo lo que hab?an anunciado los profetas? Y as?, a cada paso, nos va se?alando el cumplimiento de las profec?as.
Cuando comienza a presentarnos? a Jesucristo iniciando su actividad en Galilea, recuerda lo anunciado por el profeta Isa?as, que escuchamos en la primera lectura de hoy: ?Pa?s de Zabul?n y pa?s de Neftal?, camino del mar, Galilea de los gentiles. El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra y sombras de muerte una luz les brill?
Y ya conocemos el sentido de la oposici?n ?luz ? tinieblas? en la Sagrada Escritura.
Y nos transmite las primeras palabras del Se?or: ?Convert?os, porque est? cerca el Reino de los cielos?.
?Qu? significa todo eso?
Sencillamente, que el Hijo de Dios ha venido hasta nosotros y nos ha tra?do el Reino de los Cielos; pod?amos decir que es algo as?, como la forma de pensar y de vivir que hay en el Cielo??
??????? ?El Se?or nos trae, por tanto,? algo muy importante, muy hermoso, extraordinario?! Enseguida, entendemos por qu? hay que convertirse. ?Es que el Cielo tiene que ser tan diferente de la tierra!
???????? Est? claro. Hay que convertirse y acoger a Jesucristo, la Palabra, la Buena Noticia del Padre, para comenzar a pertenecer al Reino de los Cielos, que iniciado aqu?, tiene su desarrollo pleno en la Eternidad, especialmente, cuando vuelva el Se?or, como Rey Universal, en su gloria.
Este domingo, sentimos dos llamadas especiales a la conversi?n:
Estamos en el Octavario de la Oraci?n por la Unidad de los Cristianos? ?Ah? tenemos la primera llamada a la conversi?n...! Porque Jesucristo nos quiere unidos, ?para que el mundo crea?. ?Poneos de acuerdo y no and?is divididos?, nos dice S. Pablo en la segunda lectura de hoy. Y para que eso sea as?, ?qu? tenemos que hacer? ?En qu? tendr?amos que cambiar? ?Formamos hoy los cat?licos una Iglesia atrayente a los separados? ?Nuestra sociedad que se llama cristiana constituye un ejemplo para los que se han marchado?
?Cu?nta necesidad de cambio, de conversi?n!
La segunda llamada a la conversi?n, es la Santa Infancia, la Jornada Misionera de los Ni?os. Una Jornada hermosa, muy arraigada entre nosotros. La Iglesia, Madre y Maestra, quiere ense?ar a los cristianos, desde que son peque?os, que ?ser cristiano es ser misionero?. En esta Jornada se invita a los ni?os cristianos a recordar y ayudar a los ni?os que no conocen a Jesucristo. Y que, adem?s, son casi siempre, los ni?os que lo pasan mal, que sufren y mueren?
?Y nuestros ni?os ven en nosotros, los mayores? ?Un ejemplo de vida cristiana, de seguimiento verdadero de Jesucristo? ?Nos ven preocupados porque tantos hombres, mujeres y ni?os? no conocen a Jesucristo? ?O por tantas personas que viven en la miseria, que carecen, incluso de lo m?s elemental? ?Entienden que somos ?pescadores de hombres?? ?En qu? se nota todo eso? ?Qu? hacemos?
???????? ?Fuerte llamada a la conversi?n tambi?n la Jornada Misionera de los Ni?os!
Despu?s, S. Mateo nos presenta a Jes?s paseando junto al lago de Galilea? ?Qu? contemplaci?n tan hermosa ?sta de Jesucristo paseando por la orilla del mar!
Y en este ?pasear? invita a seguirle a los primeros disc?pulos: A dos hermanos, Pedro y Andr?s? Y despu?s, a otros dos, Santiago y Juan. Y la misi?n que les se?ala es muy concreta: ?ser pescadores de hombres???
?Qu? impresionante es todo esto!
?Seguir a Jes?s, ser ?pescadores de hombres?! He ah? la llamada, el reto, que nos presenta el Se?or a todos nosotros, a cada uno de nosotros, este Domingo.
?Es el camino al que nos conduce una verdadera conversi?n, que nos dispone a pertenecer al Reino de los Cielos que ha venido a traernos el Se?or a la tierra!
Textos b?blicos, meditaciones y oraciones para el d?a sexto del Octavario por la Unidad de los Cristianos, publicados en el folleto para su celebraci?n recibido en la parroquia.
Fuertes en la oraci?n para actuar
Jon?s 2, 1-9: ?La salvaci?n se halla en el Se?or!
Salmo 67, 1-7: ?Oh Dios, que todos los pueblos te alaben!
1 Timoteo 2, 1-8: Que se hagan peticiones por toda la humanidad, por los reyes y por todos los que tienen autoridad?
Mateo 6, 5-15: H?gase tu voluntad?
?Comentario
Despu?s de la asiduidad a la ense?anza de los ap?stoles, a la comuni?n fraterna y a la fracci?n del pan, la cuarta caracter?stica notable de la Iglesia primitiva de Jerusal?n es la vida de oraci?n.
Los cristianos de Jerusal?n y de otras partes tienen hoy experiencia de esta oraci?n, en la cual encuentran el poder y la fuerza necesarios. Por su testimonio, los cristianos de Jerusal?n nos piden hoy tomar mejor conciencia de la manera en que nos enfrentamos ante las situaciones de injusticia y desigualdad, all? donde estamos. En todo eso, es la oraci?n la que da a los cristianos la fuerza para ejercer la misi?n com?n.
En Jon?s, es la intensidad de la oraci?n lo que permite la fant?stica liberaci?n del vientre del cet?ceo. Su oraci?n es sincera porque ella se eleva a los que se arrepienten de haber evitado la voluntad de Dios: se desvi? de la llamada del Se?or a profetizar, y fue llevado a un lugar sin esperanza. Y all? Dios va a escuchar su oraci?n liber?ndole para permitirle su misi?n.
El salmo nos pide orar para que el rostro de Dios brille sobre nosotros, no solamente para nuestro propio beneficio, sino para que su ley sea conocida ?entre todas las naciones?.
La Iglesia apost?lica nos recuerda que la oraci?n forma parte del poder y de la aptitud a la misi?n y a la profec?a para el mundo. La carta de Pablo a Timoteo nos ense?a aqu? a rogar especialmente por los que tienen autoridad en el mundo, para que llevemos juntos una vida tranquila y pac?fica. Oramos por para la unidad de nuestras sociedades y de nuestros pa?ses, y por la unidad de toda la humanidad en Dios. Nuestra oraci?n por la unidad en Cristo se extiende al mundo entero.
El dinamismo de esta vida de oraci?n se arraiga en la ense?anza del Se?or a sus disc?pulos. En nuestra lectura del evangelio seg?n san Mateo, nos proponemos hablar de la oraci?n como una fuerza ?secreta? que no es fruto ni de la ostentaci?n ni del espect?culo, sino de la humilde presencia del Se?or. La ense?anza de Jes?s se resume en el Padre Nuestro. Al decirlo juntos, formamos un pueblo unido que busca la voluntad del Padre y la edificaci?n de su Reino aqu? mismo sobre la tierra, y somos llamados a una vida de perd?n y reconciliaci?n.
Oraci?n
Dios Padre nuestro, nos alegramos de que en todo momento, lugar y cultura, la gente se vuelve hacia ti para orar. Te damos gracias sobre todo por el ejemplo y la ense?anza de tu Hijo, Jesucristo, que nos ense?? a perseverar en la oraci?n para que venga tu reino. Ens??anos a orar mejor entre los cristianos reunidos, para que tengamos siempre conciencia de que T? nos gu?as y nos animas a trav?s de todas nuestras alegr?as y nuestros dolores, con la fuerza del Esp?ritu Santo. Am?n.
ZENIT publica el comentario al Evangelio del pr?ximo domingo, tercero del tiempo ordinario (Mateo 4,12-23), 23 de enero, redactado por monse?or Jes?s Sanz Montes, ofm, arzobispo de Oviedo.
?Evangelio del domingo: El otro sendero luminoso
La luz y la tiniebla pertenecen al universo religioso de tantos creyentes que cifran precisamente en la claridad o en la oscuridad su cercan?a o su lejan?a de Dios. En este sentido, el no haber puesto su esperanza, su seguridad y fortaleza en Yahv?h Dios, una vez m?s conducir?a a aquel pueblo a un callej?n sin salida aparente, donde las tinieblas eran el ambiente para masticar su tristeza e infelicidad. As? lo cuenta la primera lectura de Isa?as que el Evangelio citar?. Un pueblo confundido ante su propio error, esclavo de patrones que han puesto cepos en su libertad y cade?nas en sus corazones, un pueblo sacudido por el terror de la pesadilla que emprend?a... ese pueblo ver?a la luz de nuevo. Un verdadero desaf?o por parte de Dios a trav?s de su profeta: mi?rad vuestras ruinas, considerad vuestras penas, guardad vuestras l?grimas... y creed que llegar? un d?a en el que no habitareis m?s una tierra de sombras. Y podr?is experi?mentar que vuestro gozo aumenta, y crece la alegr?a, porque la vara del opresor y el yugo de su carga ser?n quebrantados (Is 9,3-4).
Jes?s es la Luz que ha brillado en la tiniebla, que no ha dejado de alumbrar a pesar de que ?sta la haya rechazado (Jn 1,5.9). Ha sido enviada no ya a la oscuridad de un pueblo deportado por su infidelidad, sino al coraz?n del mismo hombre, donde se libran todas las libertades y esclavitudes, donde se decide un destino feliz o trun?cado. Por eso el Evangelio narra la elecci?n de Jes?s a los disc?pulos. Gente corriente, sor?prendida en su faenar cotidiano, e invitada ante todo a un seguimiento, a una adhesi?n a la Persona de Jes?s. Escuchar?n su Palabra, convivir?n con ?l, y se har?n testigos de esa alegr?a.
En nuestro entorno, encontramos continuamente personas que sufren una honda oscuridad, con sufrimientos que casi ahogan el respiro de la esperanza. Y Jes?s sigue viniendo a todos nuestros exilios, al gran exilio de la infeli?cidad en tantas formas, para anunciarnos una Luz y una Alegr?a que nadie nos podr? quitar (Jn 16,22). Jes?s, con quien quiera seguirle, recorre nuestras tierras, nuestros hogares, nuestras vidas, para proclamar el Evangelio del Reino, curando las enfermedades y las dolencias.
La historia culminada por Jes?s contin?a con nosotros... si lo dejamos todo y le seguimos. S?, somos llamados a pertenecer a la gente que nos rodea, desde la perte?nencia a Cristo, a abrazarles en su oscuridad y su tristeza para comunicarles algo que es m?s grande que nosotros, que no ha ideado nuestra mente ni han amasado nuestras manos: el don de la Luz de Dios, el regalo de la alegr?a que no finge, la certeza de la es?peranza que no defrauda.
Textos b?blicos, meditaciones y oraciones para el d?a?quinto del Octavario por la Unidad de los Cristianos, publicados en folleto de la CEE recibido en la parroquia para su celebraci?n.
La fracci?n del pan en la esperanza
?xodo 16, 13b-21a: Este es el pan que el Se?or os da como alimento.
Salmo 116, 12-14.16-18: Alzar? la copa de la salvaci?n.
1 Corintios 11, 17-18.23-26: Haced esto en memoria m?a.
Juan 6, 53-58: Este es el pan que ha bajado del cielo.?
Comentario
Desde la primera Iglesia de Jerusal?n hasta ahora, la ?fracci?ndel pan? siempre ha sido un acto central para los cristianos. Para los de la Jerusal?n actual, el partir el pan es tradicionalmente s?mbolo de amistad, perd?n y compromiso frente a otros. Esta fracci?n del pan nos pone en el reto de buscar una unidad que pueda expresar algo de prof?tico en un mundo de divisiones.
Tambi?n ese mundo es, de distintas maneras, tarea de todos nosotros. En la fracci?n del pan, los cristianos son el mensaje prof?tico de esperanza destinado a toda la humanidad. Actualmente, nosotros rompemos tambi?n el pan ?con un coraz?n grande y generoso?; pero cada celebraci?n de la Eucarist?a nos recuerda tambi?n el hecho doloroso de nuestra desuni?n. En este quinto d?a de la Semana de oraci?n, los cristianos de Jerusal?n se re?nen en el Cen?culo, lugar de la ?ltima Cena. Y all?, sin celebrar la Eucarist?a, rompen el pan en la esperanza.
Sabemos de esta esperanza cuando Dios se une con nosotros a trav?s del desierto de nuestras propias insatisfacciones. El ?xodo nos informa de c?mo Dios responde a las murmuraciones del pueblo liberado: proporcion?ndole lo que necesitaba, ni ?m?s, ni menos. El man? del desierto es un don de Dios que nunca se puede guardar en reserva, ni comprender plenamente. Es, como lo celebra nuestro salmo, un momento que llama, simplemente, a la acci?n de gracias, ya que Dios ?desat? nuestras ataduras?.
San Pablo reconoce que romper el pan no significa solamente celebrar la Eucarist?a, sino ser un pueblo eucar?stico: llegar a ser el Cuerpo de Cristo en el mundo. En este contexto, esta breve lectura (1 Co 10-11) recuerda c?mo la comunidad cristiana debe esforzarse para vivir en una comuni?n en Cristo que determina una recta conducta, en un contexto mundial dif?cil y gui?ndose sobre la realidad de una vida en ?l. Vivimos ?en la memoria de ?l?.
Porque somos un pueblo de la fracci?n del pan, somos un pueblo de vida eterna, de vida en plenitud, como nos lo ense?a la lectura de San Juan. Nuestra celebraci?n de la Eucarist?a nos incita a reflexionar sobre la manera en la cual se expresa d?a a d?a la abundancia de este don de vida, estemos en la esperanza o en las dificultades. A pesar de los retos diarios que conocen los cristianos de Jerusal?n, dan prueba de que es posible alegrarse y esperar.?
Oraci?n
Dios de esperanza, te alabamos por el don que T? nos has hecho en la cena del Se?or donde, en el Esp?ritu Santo, encontramos a tu Hijo Jesucristo, el pan vivo bajado del cielo. Perdona nuestra infidelidad a este gran don, nuestra vida de clanes, nuestra complicidad con las desigualdades, nuestra complacencia en la separaci?n. Se?or, te rogamos que se acelere el d?a en que toda tu Iglesia se reunir? para la fracci?n del pan y, en la espera de este d?a, haz que aprendamos a?n m?s a ser un pueblo modelado por la Eucarist?a para el servicio del mundo. Te lo pedimos en el nombre de Jes?s. Am?n.
Homil?a de monse?or Oscar Sarlinga, obispo de Z?rate-Campana, en la Nochebuyena (Iglesia concatedral de la Natividad del Se?or, Bel?n de Escobar, 24 de diciembre de 2010). (AICA)
?I LA LUZ RENACIENTE PARA ILUMINAR NUESTRA SOCIEDAD ACTUAL
La nuestra es una humanidad y una sociedad en la que no faltan luces, causales de un sano optimismo (que hemos de basar en la virtud y en el don de la esperanza), aunque tambi?n existen motivos de obscurecimiento, de ?ndole moral, cultural, socioecon?mica, y, en nada menor, espiritual. Hoy es Nochebuena, es la noche m?s buena porque v?spera del Nacimiento, la Natividad o Navidad, ocasi?n para clamar, para ?anunciar? (Cf. Lc. 4, 18, ss) que ??ste es el d?a que hizo el Se?or,? y que por eso, nos alegramos y regocijamos? (Cf Ps. 117, 24).? Es el Nacimiento del Se?or Jesucristo, que nos trae con toda la fuerza de su verdad, de su gracia, el mensaje y la realidad de liberaci?n, en primer lugar, liberaci?n del pecado y sus consecuencias. Liberaci?n, por ende, de nuestras obscuridades, de toda angustia, de toda zozobra, liberaci?n que lo es, al mismo tiempo, de los l?mites autocomplacientes con los que podr?amos congratularnos, y que nos har?an permanecer en una c?moda mediocridad, en el orden espiritual y en todos los ?mbitos de la vida. La Luz, que brilla en las tinieblas (Cf Jn 1,5) renaciente en nuestros corazones ha venido, en cambio, para iluminar nuestras vidas personales y nuestra sociedad actual.
Es Navidad, realidad a la vez humilde e inmensa, humana y divina. La ?nica Persona del Verbo une dos naturalezas, la divina y la humana. Esta ?ltima, hecha a imagen de la divina (Cf. Gen. 1, 26-27). La divina, eterna, infinita. El ni?o nacido, en su misma humanidad, es tambi?n imagen inefable, inenarrable de Dios invisible (Cf Col. 1, 15; 2 Cor. 4, 4). En su divinidad, es Dios que se hizo Hombre. Se trata aqu?, fij?monos, del inefable misterio del Ni?o nacido, Hombre y Dios, como lo expresa San Agust?n: ?natus est Christus (. . .) de Patre, Deus; de Matre, homo?, ha nacido Cristo; de Padre, Dios, de Madre, hombre, de modo tal que ?l viene a nosotros como fuente y culmen de nuestra historia humana, uniendo lo celestial y lo terreno (Cf Ef. 1, 10) y d?ndonos, as?, pleno acceso a la salvaci?n (Cf Lc. 3, 6).
El Papa Benedicto XVI, en una homil?a navide?a en el a?o 2001, en que se refiri? a San Gregorio di Nissa y a San Anselmo de Canterbury, desarroll? el tema a partir de un vers?culo del evangelio de Juan: ?Puso su tienda en medio de nosotros? (Jn 1,14), y explicaba c?mo San Gregorio aplicaba esta palabra de la ?tienda? a nuestro cuerpo (y a nuestro esp?ritu) expuesto al dolor y al sufrimiento, y San Anselmo lo aplicaba asimismo al cosmos, al mundo, lacerado por el pecado del hombre. Fue la ocasi?n para que el Papa aludiera a este mundo nuestro, herido tambi?n por el abuso de las energ?as, por la explotaci?n indiscriminada de ?stas, por la contaminaci?n y por todo lo que arruina la armon?a, el equilibrio, la belleza y la salud de la naturaleza. Ser? ?sta una renovada ocasi?n de meditar en cuidar ?la Casa grande? en la que vivimos, nuestro mundo de hoy, y de cuidar particularmente de cada uno de nuestros hermanos y hermanas. Es cuidar de recuperar nuestra dignidad, cada d?a.??
II RENACER, DESPERTARSE, LEVANTARSE, RECIBIR UN IMPULSO RENOVADO POR LA LUZ DE NAVIDAD
Necesitamos un impulso ?renovador desde dentro?, verdaderamente liberador. Como cristianos, una somnolencia nos puede afectar, incluso acosar, dir?amos. A esa somnolencia a la que nos referimos, puede sucederle el letargo, e incluso la postraci?n (causada casi siempre, y en el fondo, por el miedo). Necesitamos un impulso renovador, y queremos recibirlo en fidelidad a la Iglesia, en comuni?n dentro de ella, con el Papa, Obispo de Roma y sucesor de San Pedro, el cual "(?) es el principio y fundamento perpetuo y visible de unidad, tanto de los Obispos como de la muchedumbre de los fieles" y con todos nuestros hermanos y hermanas. Lo que necesitamos es un impulso nuevo capaz de crear ?tiempos nuevos de evangelizaci?n? (y civilizaci?n), arraig?ndonos, como Iglesia que somos, todav?a m?s en la fuerza prof?tica y poder perennes de Pentecost?s, para ser de verdad ?un solo coraz?n y una sola alma? (Cf Hech. 4, 32).??
En tanto Iglesia particular de Z?rate-Campana nos hemos puesto como gran meta el afianzar la herencia del Gran Jubileo por el que entramos en el IIIer. Milenio, puesto nuestro coraz?n en Jesucristo, el que hace ?nuevas todas las cosas? (y a cuyo Coraz?n hemos consagrado la di?cesis el 9 de mayo de 2009 en la iglesia concatedral de Bel?n de Escobar). Lo haremos s?lo si somos humildes y si estamos dispuestos al desaf?o de la unidad. Ese ?sentir con la Iglesia? ha sido comprendido en nuestro Plan Pastoral, conscientes de la esencial necesidad, sobre todo, de vivir m?s y mejor el Evangelio de Jesucristo, porque s?lo as? viviremos la ?novedad? perenne del Evangelio.? A este respecto, Benedicto XVI nos refer?a, en su enc?clica ?Deus Caritas est?: "(?) ahora nos toca recoger la herencia jubilar, tomar conciencia de que lo importante no es tanto hacer "programas nuevos", sino vivir la novedad permanente del evangelio...".? Para realizarlo, hay que despertar de la somnolencia que puede afectarnos, siguiendo la exhortaci?n, hoy m?s viva que nunca, de San Agust?n: ?Despi?rtate, hombre, porque por ti Dios se hizo hombre?.? Despertarse y levantarse, para ponerse a caminar; lejos de nosotros la ?postraci?n espiritual?, es tiempo de caminar.
III LA B?SQUEDA DEL NI?O QUE HA NACIDO HACE RENACER EN LA IGLESIA EL ?CORAZ?N MISIONAL?
El Amor que surge del Coraz?n de Cristo nos asocia a nosotros, como hermanos y hermanas, en la gran familia humana amada y salvada por ?l, que es la Iglesia, en la cual puede y debe nacer ?una nueva manera de ser como seres humanos?, pues hemos sido hechos hijos de Dios, y por consiguiente ?hermanos?. ?Qu? necesidad hay del odio, de la intriga, de la violencia, o del indeferentismo?. Nuestras familias, nuestra sociedad, merecen una renovaci?n obrada por el Amor; los m?s pobres y excuidos, los enfermos, los necesitados, los que han perdido el sentido de la vida y de la aut?ntica felicidad, tambi?n lo merecen. Si a la Iglesia la cimienta Cristo mismo con su Amor, podemos y debemos esperar que un mundo mejor va a renacer, y, de hecho, en cierto sentido nace cada d?a; tengamos esperanza.? Tengamos realismo y esperanza, puesta en obra, esta ?ltima, para un humanismo trascendente, digno de Dios y digno del hombre, que abrace a todos y a cada uno en una gran fraternidad, en la justicia largamente esperada, en la amistad social.
Para nosotros que somos fieles de Cristo, si queremos contribuir, colaborar a la profunda renovaci?n que conlleva ese humanismo trascendente, es preciso asumir, como nos ense?aba la inolvidable exhortaci?n Evangelii Nuntiandi, que "(?) no hay humanidad nueva si no hay en primer lugar hombres nuevos con la novedad del bautismo y de la vida seg?n el Evangelio. La finalidad de la evangelizaci?n es por consiguiente este cambio interior y, si hubiera que resumirlo en una palabra, lo mejor ser?a decir que la Iglesia evangeliza cuando, por la sola fuerza divina del Mensaje que proclama, trata de convertir al mismo tiempo la conciencia personal y colectiva de los hombres, la actividad en la que ellos est?n comprometidos, su vida y ambiente concretos".
En esa l?nea, el ?coraz?n misional? de la Iglesia tiene particularmente en Navidad un objetivo: mostrar d?nde est? el Pesebre, con el ?Ni?o que nos ha nacido?, para, desde all?, colaborar a la transformaci?n de los corazones, primero, y de la sociedad actual. ?Obst?culos existen?. Muchos, hay muchos obst?culos que son manifiestos, pero el m?s importante de ellos no siempre lo es tanto, tan manifiesto, digo, y se trata de la soberbia, personal, o, en cierto sentido, grupal o colectiva. En esto hemos de mirarnos nosotros mismos, bien dentro, pues puede anidar en repliegues interiores de nuestro esp?ritu. Por el contrario, la humildad nos corrige de esa falla fundamental, la cual impide a quien la padece (o la cultiva) el lograr ese encuentro con? ?Cristo Revelador?, quien se manifiesta a los humildes de coraz?n y a aqu?llos que lo buscan movidos interiormente por el Esp?ritu de Amor.
Consideremos c?mo se manifest? el Salvador del mundo, con humildad, casi sin que los hombres de su tiempo lo advirtieran, como si hubiera querido que, inspirados quienes lo esperaban como por un movimiento interior, hubieran tenido que ?ponerse a buscarlo?. Para buscar al Ni?o peque?o y para encontrarlo, era preciso ?inclinarse?, como lo hicieron los ?anawim?, los ?pobres de Yahweh?, en lenguaje b?blico. El inclinarnos para encontrar el supremo Bien -en este sentido b?blico mencionado- nos da dignidad, nos dignifica, lejos de constituir una abajadora indignidad o sujeci?n. Si nos ponemos a su b?squeda, aunque de entrada no lo divisemos, el Ni?o nos saldr? al encuentro, nos tomar? de la mano y nos conducir?, incluso como a la oveja perdida, si es necesario (Cf Lc. 15, 5). Nos conducir? al redil de su justicia y su felicidad, si confiamos en ?l, tengamos fe y confianza en dejarnos guiar. El Ni?o se har? para nosotros ?Puerta de nuestra salvaci?n?,? ?Puerta de la Vida?, y ?Puerta de la Paz?, como llam? Juan Pablo II a Jesucristo en un Mensaje de Navidad.
No tengamos miedo. Es el momento, en esta Nochebuena, de hacer resonar en nuestros o?dos del alma la voz de San Pablo cuando nos dijo: ?Al?grense en el Se?or, se lo repito, ?al?grense!? (Fil 4, 4; 2, 18; 3, 1). Cre?mosle al ?ngel presente en el Pesebre, a la voz ang?lica que ha entonado el mensaje de esa inmensa alegr?a que espanta de nosotros el miedo y la postraci?n: ??No teman!. He aqu? que les anuncio una gran alegr?a, que ser? para todo el pueblo: hoy les ha nacido en la ciudad de David un salvador, que es Cristo el Se?or? (Lc. 2, 10-11).
Quiera el Se?or darnos que estas celebraciones navide?as confirmen en nosotros, como fieles cristianos, nuestra plena, cordial, amorosa y firme adhesi?n a Cristo Jes?s, el Se?or. ?Creemos en ?l!. Creemos, y le pedimos que aumente nuestra fe. ??l s?lo es nuestro Salvador y el Salvador del mundo (Cf Hech 4,12), el que naci? para nosotros (Cf Lc. 2, 11), el que vino por cada uno de nosotros (Cf Gal. 2, 20).??
PONEMOS NUESTRA RENOVADA NATIVIDAD EN MANOS DE LA VIRGEN MADRE
A los fines de poner en las mejores manos todo lo que hemos considerado anteriormente, dej?mosle un gran lugar en nuestra vida a la intercesi?n de Aqu?lla a quien todas las generaciones llamar?n por siempre Bienaventurada, la Virgen Mar?a. S?, Bienaventurada? por haber cre?do en el cumplimiento de lo que se le hab?a dicho de parte del Se?or, por haber cre?do en Su Palabra (Cf Luc. 1, 45).
En esta Nochebuena bendita, que Mar?a, la Mujer creyente, la Madre de Dios y la Madre de la Iglesia, junto con San Jos?, nos protejan y gu?en, en estas fiestas patronales de la iglesia concatedral de Bel?n de Escobar, con augurio de bendiciones para el cercano a?o 2011, y en todos los momentos de nuestra vida.?
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Mons. Oscar Sarlinga, obispo de Z?rate-Campana?
?1. SAN AGUST?N Sermo 184: PL 38, 997
?2. BENEDICTO XVI, Homil?a en la Misa de Navidad, 24 de diciembre de 2007, Bas?lica de San Pedro, Ciudad del Vaticano.?
?3. CONC. ECUM. VAT. II, Const. dogm. Lumen gentium, n. 23.
?4. "Por consiguiente, la evangelizaci?n no puede por menos de incluir el anuncio prof?tico de un m?s all?, vocaci?n profunda y definitiva del hombre (?). La evangelizaci?n comprende adem?s la predicaci?n de la esperanza en las promesas hechas por Dios mediante la nueva alianza en Jesucristo (?) Predicaci?n, asimismo, y ?sta se hace cada vez m?s urgente, de la b?squeda del mismo Dios a trav?s de la oraci?n, sobre todo de adoraci?n y de acci?n de gracias, y tambi?n a trav?s de la comuni?n con ese signo visible del encuentro con Dios que es la Iglesia de Jesucristo" (PABLO VI, Exh. apost. postsinodal Evangelii nuntiandi, n. 28).
?5. Cf OBISPADO de Z?RATE-CAMPANA, Plan Pastoral diocesano, Introducci?n, 1: Orientaci?n fundamental del plan.?
?6. BENEDICTO XVI, Enc. Deus Caritas est, 1.
?7. SAN AGUST?N Sermo 185: PL 38, 907)
?8. Cf PABLO VI, Homil?a de Su Santidad Pablo VI, en el d?a de Navidad, Ciudad del Vaticano, 25 de diciembre de 1972.
?9. Cf. PONT. CONSEJO IUSTITIA ET PAX, Compendio de la Doctrina social de la Iglesia, Introducci?n, n. 19.
?10. PABLO VI, Exh. apost. postsinodal Evangelii nuntiandi, n. 13
11. Cf Id., Homil?a en la Solemnidad de la Santa Navidad de Nuestro Se?or Jesucristo, Bas?lica de San Pedro, 26 de diciembre de 1976, Ciudad del Vaticano.
12. Cf JUAN PABLO II, Mensaje URBI ET ORBI, Navidad, 25 de diciembre de 1999
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Homil?a de monse?or Jos? Luis Mollaghan, arzobispo de Rosario en la Nochebuena (Catedral de Rosario, 24 de diciembre de 2010). (AICA)
Queridos hermanos:
Al terminar el tiempo del Adviento, nos envuelve esta noche la espera y el gozo del nacimiento del Redentor. ?Hoy en la ciudad de David les ha nacido un Salvador, que es el Mes?as, el Se?or?. El Evangelio que acabamos de proclamar en esta Misa? de la vigilia de Navidad, nos hace este anuncio esperado. Estas palabras que hacen referencia a la venida del Salvador para el pueblo, se hicieron una realidad en el establo de Bel?n. El Ni?o en el pesebre, junto a Mar?a y a Jos?,? es verdaderamente el Hijo de Dios.
Esta es la Navidad. Dios se hizo hombre para acercarnos a Dios, para que podamos seguirlo e imitarlo. El ni?o acostado en el pesebre, que viene a renovar todas las cosas, es el signo de su bondad y de su amor.
Dios, es tan? grande, que pudo hacerse? peque?o; se hizo ni?o para iniciar con nosotros un camino nuevo de salvaci?n y de amor.
Por eso, tambi?n podemos pensar,? a la luz de este misterio, que en cada ni?o se refleja el resplandor de una vida nueva, un destello de la cercan?a de Dios, que debemos amar; inclusive desde el seno materno (cfr. Benedicto XVI, 24.XII.2005).??
Mientras que el hombre, para sobresalir quiere tener m?s y hace de su vida una carrera por el poder; Dios en cambio, se abaj? a nuestra condici?n, dej? de lado? su grandeza? y para que podamos encontrarlo y seguirlo naci? en un humilde establo. De este modo, su amor toca nuestro coraz?n, y su luz, que brilla en medio de las tinieblas, ilumina tambi?n nuestra vida.??????
Nos dice la primera lectura de? esta noche, tomada del profeta Isa?as, que: ?El pueblo que caminaba en las tinieblas vio una gran luz? (Is 9,1). Tambi?n nosotros percibimos que ?al venir a este mundo ilumina a todo hombre? (Juan 1, 9); y por eso movidos por la celebraci?n de la Nochebuena, nos sentimos atra?dos por el resplandor de su nacimiento, que esperamos con fe y celebramos en esta fiesta.????
La luz de Jes?s, que se renueva en cada Nochebuena y Navidad se fue haciendo m?s intensa y brillante; y se irradi? por el mundo. Esta luz, que es Cristo, el Emmanuel, es la ?nica? que nos permite ver en medio nuestro al Dios con nosotros. Esta luz explica? el origen de nuestro ser; ilumina el camino de nuestra? vida cristiana, y al final de nuestra existencia, nos descubre el resplandor infinito de Dios.
Hablando de los pastores, nos dice el Evangelio de la Misa, que: ?De pronto, se les apareci? el ?ngel del Se?or y la gloria del Se?or los envolvi? con su luz?. La luz que brilla en las tinieblas,? nos trae la visita del Sol naciente, para iluminar a los que est?n en la oscuridad y en la sombra de la muerte, y guiar nuestros pasos por el camino de la paz (Lc, 1, 78-79). Luz divina que hace que lo m?s sencillo sea lo verdadero, y lo verdadero sea lo m?s sencillo (cfr. Benedicto XVI, Luz del mundo, n ? 17).
La luz de Jes?s, que esta noche nace en Bel?n, y que solo los pastores fueron los primeros en ver, nos permite contemplar desde la fe lo m?s verdadero y? aut?ntico de nuestra propia vida, y lo que de verdad le da su profundo sentido? (ib?dem).
Esta luz de Cristo es la misma que aparece reluciente en su transfiguraci?n, como nos dice? San Mateo, que hizo que su rostro resplandeciera como el sol y sus vestidos se volvieran blancos como la luz? (17,2).
Su luz tambi?n nos hace ver la verdad, en contraste con la oscuridad del ego?smo y de la mentira. Por eso Jes?s ser? llamado ?consejero maravilloso?, porque es quien nos hace ver el camino mejor,? y nos aconseja en el sendero de la vida.
En este sentido, la luz que brota de la ense?anza de Jesucristo nos ilumina para ver, y? formar nuestras? conciencias en los valores morales,?? que cuando se olvidan, o no se respetan ponen en peligro al hombre mismo y a la? sociedad, en medio del viento en contra de un marco? cultural que no nos ayuda, ya que est? signado por el relativismo, y donde el hombre? tiende a? creer que lo que? piensa y le agrada es lo mejor.
Por ello, queremos ser iluminados por la luz del ni?o de Bel?n. Esta luz que nos muestra la verdad; y nos da la valent?a tambi?n para vivirla; y de ser? en consecuencia libres con respecto a muchos ofrecimientos diarios que se muestran tentadores,? tanto en la vida personal, familiar? o social.
De este? modo, tambi?n en esta Noche santa? pedimos por todos nosotros con una oraci?n sincera. Que tengamos la libertad de los hijos de Dios, que consiste en seguir sin claudicar el camino de la verdad,? iluminado por su venida;? el camino mejor, que es el del amor (1Co,13,13), sobre el cual seremos juzgados al? final de nuestra vida.
Que esta luz de la Nochebuena se manifieste en reconocer la dignidad de cada persona, creada por Dios, que Jes?s vino a salvar, sin ninguna clase de discriminaci?n, sobre todo particularmente frente a la vida. La violaci?n sistem?tica de este? respeto a la vida y a su dignidad, produce una especie de ofuscaci?n cada vez mayor, y una progresiva oscuridad para percibir la presencia salvadora de Dios en cada persona, inclusive desde el seno materno (cfr. Ev. Vitae, n ? 21).
Queridos hermanos: el? misterio de la Navidad es celebrar el resplandor? que viene de este Ni?o; y se difunde como una luz brillante para todos.? Que? este resplandor interior nos ilumine a cada uno de nosotros, y se? encienda en nuestro coraz?n? la bondad de Dios; y? todos vivamos? el amor.?
As? como en el pesebre, la imagen de Nuestra Sant?sima Madre nos atrae de un modo especial; y? nuestra mirada y atenci?n se fijan en Ella, y? la buscamos espont?neamente, y no podemos mirar al ni?o Jes?s, sin dirigirnos enseguida a Mar?a; esta Nochebuena miremos a Mar?a y pid?mosle que sea Ella?? quien nos haga vivir la alegr?a y el gozo del nacimiento del Redentor.?
Mons. Jos? Luis Mollaghan, arzobispo de Rosario
Nochebuena 2010?
Alocuci?n televisiva de monse?or H?ctor Aguer, arzobispo de La Plata en el programa ?Claves para un mundo mejor? (25 de diciembre de 2010). (AICA)
NAVIDAD: ADMIRACI?N, ALEGRIA Y ESPERANZA ???????
?Qu? sentimientos, qu? actitudes, corresponde exhibir ante el gran misterio que hoy celebramos, la Navidad del Se?or?.
En primer lugar se me ocurre que corresponde un sentimiento de admiraci?n. Pensemos que significa la Navidad: que Dios se ha hecho hombre, que ha nacido como hombre, que ha sido ni?o, que ha recorrido todas las etapas de la vida humana.
Jesucristo ha sido un embri?n en el seno de Mar?a Sant?sima, formado por la acci?n del Esp?ritu Santo. Ha nacido virginalmente de Ella. Ha sido ni?o, ha sido adolescente y ha llegado a la adultez, a la plena edad de la madurez humana, capaz de entregarse libremente por nosotros y ofrecernos, atravesando la muerte, desde la gloria de la resurrecci?n, un futuro definitivo para la humanidad.
Entonces lo primero es admiraci?n, porque Dios pod?a haber hecho las cosas de otro modo. Sabemos que la finalidad del nacimiento temporal de Jes?s ha sido nuestra salvaci?n, que nosotros lleguemos a ser hijos de Dios en virtud de ese intercambio admirable entre lo divino y lo humano. Dios ha tomado lo que no era de s? mismo ?lo explica San Agust?n- y nos ha dado lo que nosotros no ?ramos de nosotros mismos. Nos ha dado la comunicaci?n de su vida divina. Por eso lo primero es admiraci?n.
En segundo lugar, consiguientemente, la navidad es causa de alegr?a porque hemos sido privilegiados de este modo. Al hacerse hombre, el Hijo de Dios manifiesta el amor del creador por su criatura y exalta su dignidad. Ante todo se justifica la alegr?a.
Porque Cristo nos ha comunicado esa vida sobrenatural que empieza con la gracia y nos acompa?a durante nuestra existencia temporal para eclosionar en la vida eterna.
El gozo de la Navidad tiene que marcar, de suyo, para siempre, la vida del cristiano, como el sustrato espiritual que nos hace posible vivir con serenidad y fortaleza las tristezas, los dolores y las tragedias de la vida.
Pero tambi?n si miramos la escena de la Navidad, el Pesebre de Bel?n, vemos all? una lecci?n de sobriedad: Cristo elige nacer en la pobreza, en un lugar prestado, en un contexto que es inequ?voco al respecto.
La sobriedad corresponde, en realidad a la medida humana, a la condici?n creatural del hombre. Pero tuvo que ense?arnos? esto el Dios humilde, que nos enriqueci? con su pobreza y nos hizo comprender qu? es lo mejor. Si Dios se ha humillado as?, ?por qu? vamos a exaltarnos indebidamente, olvidando nuestra nativa peque?ez y nuestra condici?n de pecadores? Mirando el pesebre, las cosas humanas aparecen en su verdadera dimensi?n. Tendr?amos que cambiar el enfoque y el juicio que hacemos sobre tantas cosas y muchas de nuestras valoraciones de personas y acontecimientos.
Y, por ?ltimo, la Navidad suscita en nosotros un sentimiento de esperanza. Si bien esta Navidad, y cada Navidad, nos muestra un mundo de luces y sombras, pruebas que llegan hasta el l?mite de lo soportable, los cristianos despu?s de la Encarnaci?n de Dios tenemos que vivir en la esperanza. Si Dios se ha ocupado de esa manera de nosotros, ?c?mo no va a escuchar nuestras plegarias, c?mo no nos va a asistir en nuestros problemas, como no nos va a ayudar para que podamos abrirnos el camino!. Pero eso depende de que con la esperanza estemos pendientes de su misericordia, de su amor. Lo que nos muestra la Navidad es que Dios am? tanto al mundo que entreg? a su Hijo.
Despu?s de esto solo me queda decirles: ?Feliz Navidad! Que podamos efectivamente gozar de esta Navidad y que comprendamos que, de alguna manera, todos los d?as del a?o pueden ser Navidad si reconocemos esta visita que Dios nos ha hecho para quedarse definitivamente con nosotros.?
Mons. H?ctor Aguer, arzobispo de La Plata?
Textos b?blicos, meditaciones y oraciones para el d?a cuarto del octavario de Oraci?n por la Unidad de los Cristianos, publicados en folleto pra su celebraci?n recibido en la parroquia.
El comportamiento, expresi?n de nuestra unidad
Isa?as 58, 6-10: ?No es compartir tu alimento con el hambriento?
Salmo 37, 1-11: Conf?a en el Se?or y haz el bien.
Hechos 4, 32-37: Todo lo disfrutaban en com?n.
Mateo 6, 25-34: Antes que nada, buscad el reino de Dios.
Comentario
La continuidad con la Iglesia apost?lica de Jerusal?n se manifiesta en ?la asiduidad en la ense?anza de los ap?stoles y la comuni?n fraterna, en la fracci?n del pan y la oraci?n.? La Iglesia actual de Jerusal?n nos recuerda, no obstante, las consecuencias pr?cticas de tal asiduidad: el compartir. Los Hechos de los Ap?stoles afirman simplemente que ?todos los creyentes viv?an de mutuo acuerdo y todo lo compart?an. Hasta vend?an las propiedades y bienes, y repart?an el dinero entre todos seg?n la necesidad de cada cual? (Hechos 2, 44-45). La lectura que hacemos hoy del libro de los Hechos vincula este compartir radical al ?testimonio dado por los ap?stoles a la resurrecci?n de Jes?s, el Se?or, con toda firmeza, y se los miraba con gran simpat?a? M?s tarde, los perseguidores de la Iglesia, en el Imperio romano, observar?n con una clara perspicacia: ?Mirad c?mo se aman?.?
La vida de los cristianos de la Jerusal?n actual se caracteriza por un compartir similar de los recursos. Es una se?al de su continuidad con los primeros cristianos; es tambi?n una se?al y un reto para todas las Iglesias. Conecta la proclamaci?n del Evangelio, la celebraci?n de la Eucarist?a y la comuni?n fraterna de la comunidad cristiana con una igualdad y una justicia radicales respecto de todos. Hasta el punto que este compartir pasa a ser un testimonio de la resurrecci?n del Se?or Jes?s y una se?al de continuidad con la Iglesia apost?lica de Jerusal?n; es tambi?n una se?al de nuestra unidad unos con los otros.?
El compartir puede tomar muchas formas. Existe el compartir radical de la Iglesia apost?lica donde nadie queda en la indigencia. Existe el compartir la carga, luchas, dolores y sufrimientos de unos a otros. Existe el compartir alegr?as y ?xitos, bendiciones y curaciones. Existe tambi?n el compartir dones y comprensiones mutuas, a pesar de nuestra situaci?n de separaci?n y, en consecuencia, un determinado ?intercambio ecum?nico de los dones?. Este generoso compartir es una consecuencia pr?ctica de nuestra asiduidad a la ense?anza de los ap?stoles y a la comuni?n fraterna; es fruto de nuestra oraci?n por la unidad de los cristianos.?
Oraci?n
Dios de justicia, tus dones son ilimitados. Te damos gracias por habernos dado lo necesario para que todos puedan alimentarse, vestirse y alojarse. Pres?rvanos del pecado de ego?smo que lleva a acumular, e inc?tanos a ser los instrumentos de tu amor, compartiendo lo que nos has dado con el fin de ser as? los testigos de tu generosidad y de tu justicia. Puesto que somos disc?pulos de Cristo, haznos actuar juntos all? donde existen necesidades: donde las familias son expulsadas, donde los necesitados sufren a manos de los poderosos, donde la pobreza y el desempleo destruyen vidas. Te lo pedimos en nombre de Jes?s, en la unidad del Esp?ritu Santo. Am?n.
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El pr?ximo domingo 23 de enero se celebrar? la Jornada de la Infancia Misionera bajo el lema: ?Con los ni?os de Ocean?a seguimos a Jes?s?. Como viene siendo habitual cada a?o, el d?a previo a la jornada, el s?bado 22, tendr? lugar la Marcha Misionera de los Ni?os desde Caletillas hasta la Bas?lica de Candelaria. La acogida ser? a las 10:30 horas y la Eucarist?a, presidida por el obispo, se celebrar? en torno a las 12:30 horas.?
La Congregaci?n de las hijas de Mar?a Auxiliadora, familiarmente conocidas como las salesianas, celebra este 2011, el 125 aniversario de la llegada a Espa?a. Con tal motivo, el Obispo presidir? el pr?ximo 24 de enero, en la casa de la capital tinerfe?a, los actos de apertura de esta efem?rides.?
Este, como todos los a?os, celebraremos en toda la iglesia junto con muchos hermanos y hermanas del mundo entero, la SEMANA DE ORACI?N POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS, con el lema: ?Unidos en la ense?anza de los ap?stoles, la comuni?n fraterna, la fracci?n del pan y la oraci?n? (Hch. 2, 42). As?, desde el Martes 18 y hasta el Martes 25 de Enero, en cada comunidad de la Di?cesis se har? oraci?n com?n, para que un d?a, cuando el Se?or diga, todos puedan compartir en el mundo la misma fe y compartir el mismo amor, en la ?nica Mesa Eucar?stica. La CELEBRACION ECUMENICA junto a otras confesiones tendr? lugar el martes 25 de enero, en la Iglesia de San Francisco del Puerto de la Cruz, a las 7 de la tarde.?
En este principio de a?o 2011, ATARETACO se encuentra celebrando los 25 a?os de andadura de la fundaci?n que tiene como objetivo la formaci?n e inserci?n socio laboral. Por este motivo, se ha organizado un acto conmemorativo para el d?a 20 de enero, en el sal?n de ?actos de CajaCanarias, (Plaza del Patriotismo, 1 de Santa Cruz de Tenerife), entre las 18.00 ?y 20.00 horas.
Los d?as 4, 5 y 6 de febrero, en San Pedro Daute, en Garachico, ?ngel Moreno, capell?n del monasterio cisterciense de Buenafuente del Sistal, impartir? un curso sobre la Liturgia de las Horas. Los organizadores del curso han previsto un servicio de hospeder?a para quienes deseen pernoctar en Garachico. Por otro lado, cabe se?alar que ?ngel Moreno tambi?n estar? presente en el Encuentro Diocesano de la Vida Consagrada que este a?o se celebrar? tambi?n en Garachico, en la ma?ana del d?a 5 de febrero. Para inscribirse en el curso o solicitar m?s informaci?n, los interesados pueden llamar al tel?fono de la parroquia de Santa Ana: 922 830 244.?
Por otro lado, ?La Libertad Religiosa, camino de la Paz? es el lema elegido para la peregrinaci?n diocesana de oraci?n por la paz del pr?ximo 19 de febrero de 2011. Se saldr?, como en a?os anteriores, desde la Iglesia de Sto. Domingo de Guzm?n en La Laguna en torno a las 6.00 horas tras una peque?a celebraci?n de la Palabra. En Caletillas ser? la reuni?n con el resto de participantes para continuar la marcha hacia la Bas?lica, en la cual celebraremos la Eucarist?a presidida por el Obispo.?
Manos Unidas contin?a trabajando con los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). En 2011, esta Organizaci?n No Gubernamental para el Desarrollo se centrar? en el cuarto objetivo: "Reducir la Mortalidad Infantil". En nuestra di?cesis, el viernes 11 de febrero, D?a del Ayuno Voluntario, Manos Unidas ha invitado a quienes lo deseen a acudir a la Eucarist?a presidida por el Obispo, que se celebrar? en la parroquia de Nuestra Se?ora de la Pe?a de Francia, en el Puerto de la Cruz, a las 19:00 horas.?
"Koinon?a. Espiritualidad del Evangelizador" es un curso destinado a todos los evangelizadores que son conscientes de la necesidad de cuidar la vida interior para poder llevar m?s eficazmente el mensaje del Evangelio. Est? organizado por la delegaci?n de pastoral misionera y se desarrollar? del 18 de febrero a las 20:00 horas al 20 de febrero despu?s de almuerzo, en la Casa de la Iglesia, en La Laguna.??
Del 18 al 20 de febrero se desarrollar? la segunda edici?n del Master en Pastoral Familiar bajo el tema: "La Revelaci?n del amor en la Sagrada Familia". El lugar escogido para desarrollar esta sesi?n ser? la Casa de Ejercicios de Santa Cruz de Tenerife. Los interesados en participar pueden comunicarlo a trav?s de los correos: [email protected] y [email protected].??
El pasado 29 de noviembre, el fuerte viento ocasion? da?os en el tejado de la parroquia realejera de la Concepci?n, por tal motivo, se ha empezado una campa?a para recaudar fondos para el arreglo del tejado. S?lo tienes que dar un donativo de 3? por cada teja y escribir una oraci?n en ella.?
Se ha desarrollado en el Seminario Diocesano, una nueva sesi?n de la Jornada de Formaci?n para el Clero. Dentro del tema general de la Misericordia de Dios, que se viene abordando en los ?ltimos encuentros, en esta ocasi?n, la primera ponencia a cargo de Jos? Domingo Morales, abord? la "S?ntesis de la Teolog?a medieval sobre el sacramento de la penitencia". La segunda parte de la Jornada la gui? Rub?n Jos? Fagundo, quien disert? sobre la penitencia y el Concilio de Trento.?
Los miembros de la mesa de trabajo encargada de adjudicar la obra de restauraci?n de las cubiertas de la Catedral de La Laguna. se reunir?n el d?a 25 de enero para estudiar las cuatro ofertas que distintas empresas han presentado.??
El sacerdote Diego Carmelo Rodr?guez, actual p?rroco de Nuestra Se?ora del Carmen, Nuestra Se?ora del Coromoto y San Benito Abad, en La Laguna, ha sido nombrado nuevo can?nigo de la Catedral.??
El Hermano Ferm?n tras veinte a?os de trabajo en el centro de los Hermanos de la Cruz Blanca en La Laguna deja el mismo, al ser trasladado a C?rdoba. Esta residencia abri? sus puertas en 1980 para prestar servicio a personas con discapacidad intelectual y en la actualidad presta servicio a 25 personas.
El arciprestazgo de Granadilla, junto con el Seminario Diocesano organizan dos jornadas de pastoral vocacional dirigidas para j?venes y monaguillos. Ser? en la parroquia de S. Miguel, los d?as 28 y 29 de enero.??
El fin de semana del 28 al 30 de enero, se celebrar?, en la Casa de la Iglesia, el cursillo de Cristiandad n? 342. La misi?n del mismo es colaborar con la gracia para provocar, en quienes participan, un encuentro personal con Cristo. Si cree que alguna persona puede beneficiarse del mismo, puede ponerse en contacto mediante nuestro correo electr?nico, [email protected].?
Se cumplen cincuenta a?os de la llegada de la imagen de Nuestra Se?ora de Coromoto, patrona de Venezuela, a la ciudad palmera de El Paso. Fue un 22 de Enero de 1961. Medio siglo despu?s la comunidad venezolana, y cuantos quieran, han sido invitados a una eucarist?a a las 19 horas este 22 de enero, pero de 2011. Ser? en el templo de Nuestra Se?ora de Bonanza. Tras la Misa se realizar? una procesi?n con la imagen de esta advocaci?n mariana.?
El pr?ximo d?a 27 de enero, un grupo de 25 religiosas viajar? a Tierra Santa, acompa?adas por el De?n de la Catedral de La Laguna, Juli?n de Armas. Los peregrinos realizar?n ejercicios espirituales en los Santos Lugares que fueron escenario de la vida, muerte y resurrecci?n de Jesucristo. Adem?s, el grupo tendr? un encuentro con el Patriarca Latino de Jerusal?n, as? como con otras comunidades cristianas.?
En la tarde del pasado s?bado en el marco de una eucarist?a celebrada en la parroquia Concepci?n de los Realejos, fue Admitido por el Obispo como candidato al Diaconado Permanente Alejandro Abrante. El prelado destac? en su homil?a que el di?cono es servidor y que, como todo cristiano, como Juan el Bautista, ha de ir por la vida se?alando por d?nde est? Jesucristo, al tiempo que es preciso dar testimonio de ir con ?l y detr?s de ?l.?
El Obispo ha convocado ?rdenes de presb?teros para el d?a 12 de febrero.?
Del 5 al 15 de marzo se desarrollar? la 45? Peregrinaci?n Diocesana a Tierra Santa, una iniciativa dirigida por el sacerdote Juan Carlos Alameda.?
El s?bado 29 de enero de 2011 a las 21h se desarrollar? otro concierto de ?rgano en la parroquia de El M?dano, con entrada libre. Son conciertos ben?ficos, al final de los cuales se recogen los donativos voluntarios que los asistentes quieran dejar y que van destinados a la restauraci?n del ?rgano parroquial, afectado por insectos xil?fagos en su revestimiento exterior.?
Una sentencia de la Sala de lo Social del Tribunal Supremo ha confirmado que el profesorado de Religi?n podr? ostentar puestos directivos en su centro --Vicedirecci?n, Secretar?a y Jefatura de estudios--, as? como ser jefe del Departamento de Religi?n y tutor de un grupo de alumnos, teniendo derecho a los oportunos descuentos lectivos, seg?n ha informado en un comunicado el sindicato ANPE en Canarias.?
Bomberos de Tenerife han hecho entrega de una partida de alimentos a C?ritas en la parroquia de Santa Mar?a de A?aza, parroquia del arciprestazgo de Taco y ubicada en el municipio de Santa Cruz de Tenerife. Esta acci?n se encuendra dentro de la campa?a solidaria, que con motivo de las fiestas navide?as, han desarrollado este colectivo en estas ?ltimas semanas.?
Continuando con un art?culo publicado hace unos d?as, el decano de la prensa de Canarias, Diario de Avisos, titula en su edici?n de este mi?rcoles una informaci?n relativa a la tarea de C?ritas arciprestal de Granadilla de la siguiente manera: "Cientos de inmigrantes dependen de ayuda humanitaria por la crisis". "La mayor?a de las m?s de mil personas que C?ritas atiende son extranjeros sin empleo y, muchos, sin papeles o sin subsidio, por haber trabajado sin contrato".?
Desde el pasado mes de Octubre hasta el mes de Febrero un grupo de 15 personas asisten al TALLER DE ORACION organizado por la Parroquia de San Fernando Rey, en las Barriadas de Garc?a Escamez y Somosierra (Santa Cruz de Tenerife). Los Talleres de Oraci?n (TOV) son un m?todo pr?ctico del Padre Ignacio Larra?aga para aprender a orar de una manera ordenada, variada y progresiva: desde los primeros pasos hasta las profundidades de la contemplaci?n. Si quieres saber m?s de los Talleres de Oraci?n: http://www.tovpil.org/gira/index.php??
Con el arranque de 2011, llega el momento de evaluar el Plan Diocesano de Pastoral: ?Haz memoria de Jesucristo resucitado?. Por tal motivo, el pr?ximo s?bado d?a 29, de 9.30 a 13 horas, el Obispo se reunir? con los arciprestes y vicearciprestes, en el seminario diocesano, a fin de presentar el proyecto de evaluaci?n pastoral y conocer las sugerencias que quieran hacer para este proceso que iniciamos con el comienzo de A?o.
ZENIT? publica la homil?a que pronunci? el patriarca latino de Jerusal?n, Su Beatitud Fouad Twal, durante la Misa del Gallo en la Nochebuena 2010 que presidi? en la iglesia de Santa Catalina de Bel?n.
"Un ni?o nos ha nacido, un hijo se nos ha dado; lleva sobre su hombro el se?or?o; proclaman su nombre: 'Consejero admirable, Dios fuerte, Padre sempiterno, Pr?ncipe de la Paz'" (Isa?s 9,5)?
Queridos hermanos y hermanas:
?Feliz Navidad!
Os doy a todos la bienvenida, y, particularmente al se?or presidente Mahmoud Abbas, as? como al primer ministro, el se?or Salam Fayaad, acompa?ados de su delegaci?n: gracias por vuestra presencia entre nosotros.
Navidad es una fiesta para todos los habitantes de la Tierra Santa, y para todos los art?fices de Paz.
Saludo a los peregrinos que nos acompa?an en esta noche, a todos los fieles de Palestina, Jordania e Israel, y tambi?n a todos aquellos que nos acompa?an en este momento gracias a los medios de comunicaci?n.
Queridos hermanos y hermanas,
Ya desde hace milenios, nuestros antepasados en la fe rezaban:?"Que los cielos destilen el roc?o, y las nubes lluevan la justicia. Que se abra la tierra y germine la salvaci?n".?(Is 45, 8).
Toda la Creaci?n sufr?a, gem?a: ella esperaba la Salvaci?n anunciada. Cuando lleg? la plenitud de los tiempos, el Salvador prometido naci? en la Gruta de Bel?n. Es, entonces, que los ?ngeles anunciaron la Buena Noticia a simples pastores que velaban sus reba?os, no lejos de aqu?. Es a ellos que los ?ngeles har?n o?r su canto: "Gloria a Dios en lo m?s Alto del Cielo y paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad. Os ha nacido hoy un Salvador en la ciudad de David: que es Cristo, el Se?or".?(Lc 2, 10-11).
?Se trata verdaderamente de una Buena Noticia, pues numerosos son los males de los que tenemos necesidad de ser salvados!
Tenemos necesidad de ser sanados de todas nuestras heridas espirituales, causa de sufrimiento para nosotros y para nuestro entorno.
El Ni?o de Bel?n, nacido en una gruta, nos da tambi?n una ense?anza de humildad, de simplicidad, de dulzura, en nuestro mundo construido sobre la fuerza y la voluntad de poder. Toda la vida de Jes?s nos invita a esto:? "quien quiera ser grande que se haga vuestro servidor"?y tambi?n:? "el que se eleve ser? humillado, y el que se abaje ser? elevado"?(Mt 20, 26 y Mt 23, 12).
Este Divino Ni?o ha nacido en el seno de una familia unida, que ten?a la experiencia del Amor y de la ternura. La familia es esencial para la vida y el buen desarrollo de la persona: el hombre nace y crece en la cuna de amor de la familia, que es tambi?n la primera c?lula de la sociedad. Si la familia es sana, es el conjunto de la sociedad que se beneficia. De igual modo, los desgarros en su seno y la falta de consideraci?n que se le dirigen tienen consecuencias nefastas sobre el conjunto del cuerpo social. Cada familia est? invitada por Cristo a seguir el ejemplo de la Sagrada Familia de Nazaret.
Navidad nos recuerda el valor ?nico de la vida humana, que es un don de Dios. Cada ni?o nacido o por nacer tiene una dignidad ?nica y merece un gran respeto, pues es creado a imagen del Ni?o de la Gruta. ?C?mo es doloroso constatar que millones de abortos son cometidos cada a?o en el mundo, a causa del ego?smo y de la dureza de coraz?n, a causa del rechazo de la vida que comienza desde los primeros instantes de la concepci?n! ?Y c?mo es doloroso el pensar en los sufrimientos de quien comete tales acciones: son heridas que destruyen a las personas en lo m?s profundo de su ser! Estas personas tienen necesidad de ser ayudadas y de dirigirse al Dios de misericordia.
Estamos, de igual modo, entristecidos por las dif?ciles situaciones en las cuales crecen alrededor del 80% de los ni?os de la Humanidad. Pensamos particularmente en los ni?os de nuestros pa?ses de Oriente Medio, que se encuentran debajo del nivel de la pobreza. Muchos conocen condiciones precarias, en los campos de refugiados, o bien, viven situaciones familiares dram?ticas, privados de la ternura de sus padres.
En un mundo herido por la violencia y el integrismo, que legitima las peores acciones, llegando hasta los asesinatos en las iglesias, el Ni?o de Bel?n viene a recordarnos que el primer mandamiento es el del Amor. ?l nos ense?a el perd?n y la reconciliaci?n, incluso con nuestros enemigos. "Vosotros hab?is o?do que ha sido dicho: amar?s a tu pr?jimo y odiar?s a tu enemigo. Pues bien, Yo os digo: Amad a vuestros enemigos, y rezad por quienes os persiguen, a fin de ser verdaderos hijos de vuestro Padre que est? en los cielos"?(Mt 5, 43-45).
Jes?s es, de igual modo, portador de un mensaje de unidad, para nuestras familias, nuestros barrios o entre nuestros pueblos. Esta ense?anza se dirige tambi?n a los responsables de las naciones, que tienen en mano el destino de las naciones.
El Ap?stol Pablo nos recuerda esta exigencia de la unidad querida por Cristo mismo:?"Yo, que estoy en prisi?n a causa del Se?or, os exhorto a que viv?is de una manera digna de la vocaci?n con que hab?is sido llamados: con toda humildad, dulzura y paciencia, soport?ndoos unos a otros con amor; poniendo empe?o en conservar la unidad del Esp?ritu con el v?nculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Esp?ritu, como una sola es la esperanza a que hab?is sido llamados"?(Ef 4, 1-4).
Queridos hermanos y hermanas,
Quisiera dirigiros algunas palabras sobre el tema del S?nodo para Oriente Medio que ha tenido lugar en Roma en octubre pasado. Los padres sinodales han dirigido en dicha ocasi?n un Mensaje al Pueblo de Dios, as? como recomendaciones que deseamos poner en pr?ctica gradualmente. Entre los principales temas est?n el de la comuni?n, la caridad fraterna, la colaboraci?n, la apertura a los otros, el di?logo y la ciudadan?a. El di?logo es una disposici?n de coraz?n, un valor indispensable en todos los niveles: ante todo, entre las diferentes iglesias cat?licas de Oriente Medio, que pasa por la colaboraci?n entre los diferentes Patriarcados, pero tambi?n a nivel interconfesional e interreligioso. Este di?logo es un imperativo, es la respuesta al ate?smo moderno y a los integrismos que amenazan al Pueblo de Dios. As?, el fanatismo ha recientemente golpeado la comunidad cristiana de Irak de una manera tr?gica. Tales acciones son un?nimemente condenadas por cristianos y musulmanes.
El Mensaje del S?nodo invita a intensificar el di?logo con nuestros hermanos jud?os y musulmanes: se trata de reunirnos en torno a nuestros valores comunes, que son numerosos, como la oraci?n, la piedad, el ayuno, la limosna y, sobre todo, los valores ?ticos.
En esta Navidad, deseamos que Jerusal?n llegue a ser no solamente la capital de dos Naciones, sino tambi?n un modelo para el mundo entero de buen entendimiento y de coexistencia entre las tres religiones monote?stas.
Nuestro deseo para esta fiesta es que el sonido de las campanas de nuestras iglesias cubra el ruido de las armas en nuestro Oriente Medio herido. ?Que la alegr?a se dibuje sobre todos los rostros, que la alegr?a penetre todo los corazones!
Rezamos por la paz: deseamos que ella descienda sobre el pueblo de Israel as? como sobre el pueblo Palestino y sobre todo el Oriente Medio, a fin que nuestros ni?os puedan vivir y crecer en un entorno sereno.
Queridos hermanos y hermanas, queridos peregrinos, queridos amigos, ?la paz del Ni?o de la Gruta est? con vosotros! No nos dej?is solos en estas situaciones dif?ciles. Rezad por nosotros, nosotros haremos lo mismo por vosotros. ?Feliz Navidad!
ZENIT? publica la homil?a que pronunci? Benedicto XVI en la Misa del Gallo de la Nochebuena 2010, que presidi? en la Bas?lica de San Pedro del Vaticano.
Queridos hermanos y hermanas
"T? eres mi hijo, yo te he engendrado hoy". La Iglesia comienza la liturgia del Noche Santa con estas palabras del?Salmo?segundo. Ella sabe que estas palabras pertenec?an originariamente al rito de la coronaci?n de los reyes de Israel. El rey, que de por s? es un ser humano como los dem?s hombres, se convierte en "hijo de Dios" mediante la llamada y la toma de posesi?n de su cargo: es una especie de adopci?n por parte de Dios, un acto de decisi?n, por el que confiere a ese hombre una nueva existencia, lo atrae en su propio ser. La lectura tomada del profeta Isa?as, que acabamos de escuchar, presenta de manera todav?a m?s clara el mismo proceso en una situaci?n de turbaci?n y amenaza para Israel: "Un hijo se nos ha dado: lleva sobre sus hombros el principado" (9,5). La toma de posesi?n de la funci?n de rey es como un nuevo nacimiento. Precisamente como reci?n nacido por decisi?n personal de Dios, como ni?o procedente de Dios, el rey constituye una esperanza. El futuro recae sobre sus hombros. ?l es el portador de la promesa de paz. En la noche de Bel?n, esta palabra prof?tica se ha hecho realidad de un modo que habr?a sido todav?a inimaginable en tiempos de Isa?as. S?, ahora es realmente un ni?o el que lleva sobre sus hombros el poder. En ?l aparece la nueva realeza que Dios establece en el mundo. Este ni?o ha nacido realmente de Dios. Es la Palabra eterna de Dios, que une la humanidad y la divinidad. Para este ni?o valen los t?tulos de dignidad que el c?ntico de coronaci?n de Isa?as le atribuye: Consejero admirable, Dios poderoso, Padre por siempre, Pr?ncipe de la paz (9,5). S?, este rey no necesita consejeros provenientes de los sabios del mundo. ?l lleva en s? mismo la sabidur?a y el consejo de Dios. Precisamente en la debilidad como ni?o ?l es el Dios fuerte, y nos muestra as?, frente a los poderes presuntuosos del mundo, la fortaleza propia de Dios.
A decir verdad, las palabras del rito de coronaci?n en Israel eran siempre s?lo ritos de esperanza, que preve?an a lo lejos un futuro que ser?a otorgado por Dios. Ninguno de los reyes saludados de este modo se correspond?a con lo sublime de dichas palabras. En ellos, todas las palabras sobre la filiaci?n de Dios, sobre su designaci?n como heredero de las naciones, sobre el dominio de las tierras lejanas (Sal?2,8), quedaron s?lo como referencia a un futuro; casi como carteles que se?alan la esperanza, indicaciones que gu?an hacia un futuro, que en aquel entonces era todav?a inconcebible. Por eso, el cumplimiento de la palabra que da comienzo en la noche de Bel?n es a la vez inmensamente m?s grande y -desde el punto de vista del mundo- m?s humilde que lo que la palabra prof?tica permit?a intuir. Es m?s grande, porque este ni?o es realmente Hijo de Dios, verdaderamente "Dios de Dios, Luz de Luz, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre". Ha quedado superada la distancia infinita entre Dios y el hombre. Dios no solamente se ha inclinado hacia abajo, como dicen los Salmos; ?l ha "descendido" realmente, ha entrado en el mundo, haci?ndose uno de nosotros para atraernos a todos a s?. Este ni?o es verdaderamente el Emmanuel, el Dios-con-nosotros. Su reino se extiende realmente hasta los confines de la tierra. En la magnitud universal de la santa Eucarist?a, ?l ha hecho surgir realmente islas de paz. En cualquier lugar que se celebra hay una isla de paz, de esa paz que es propia de Dios. Este ni?o ha encendido en los hombres la luz de la bondad y les ha dado la fuerza de resistir a la tiran?a del poder. ?l construye su reino desde dentro, partiendo del coraz?n, en cada generaci?n. Pero tambi?n es cierto que no se ha roto la "vara del opresor". Tambi?n hoy siguen marchando con estruendo las botas de los soldados y todav?a hoy, una y otra vez, queda la "t?nica empapada de sangre" (Is?9,3s). As?, forma parte de esta noche la alegr?a por la cercan?a de Dios. Damos gracias porque el Dios ni?o se pone en nuestras manos, mendiga, por decirlo as?, nuestro amor, infunde su paz en nuestro coraz?n. Esta alegr?a, sin embargo, es tambi?n una oraci?n: Se?or, cumple por entero tu promesa. Quiebra las varas de los opresores. Quema las botas resonantes. Haz que termine el tiempo de las t?nicas ensangrentadas. Cumple la promesa: "La paz no tendr? fin" (Is?9,6). Te damos gracias por tu bondad, pero tambi?n te pedimos: Muestra tu poder. Erige en el mundo el dominio de tu verdad, de tu amor; el "reino de justicia, de amor y de paz".
"Mar?a dio a la luz a su hijo primog?nito" (Lc?2,7). San Lucas describe con esta frase, sin ?nfasis alguno, el gran acontecimiento que hab?an vislumbrado con antelaci?n las palabras prof?ticas en la historia de Israel. Designa al ni?o como "primog?nito". En el lenguaje que se hab?a ido formando en la Sagrada Escritura de la Antigua Alianza, "primog?nito" no significa el primero de otros hijos. "Primog?nito" es un t?tulo de honor, independientemente de que despu?s sigan o no otros hermanos y hermanas. As?, en el Libro del??xodo?(Ex?4,22), Dios llama a Israel "mi hijo primog?nito", expresando de este modo su elecci?n, su dignidad ?nica, el amor particular de Dios Padre. La Iglesia naciente sab?a que esta palabra hab?a recibido una nueva profundidad en Jes?s; que en ?l se resumen las promesas hechas a Israel. As?, la?Carta a los Hebreos?llama a Jes?s simplemente "el primog?nito", para identificarlo como el Hijo que Dios env?a al mundo despu?s de los preparativos en el Antiguo Testamento (cf.?Hb?1,5-7). El primog?nito pertenece de modo particular a Dios, y por eso -como en muchas religiones- deb?a ser entregado de manera especial a Dios y ser rescatado mediante un sacrificio sustitutivo, como relata san Lucas en el episodio de la presentaci?n de Jes?s en templo. El primog?nito pertenece a Dios de modo particular; est? destinado al sacrificio, por decirlo as?. El destino del primog?nito se cumple de modo ?nico en el sacrificio de Jes?s en la cruz. ?l ofrece en s? mismo la humanidad a Dios, y une al hombre y a Dios de tal modo que Dios sea todo en todos. San Pablo ha ampliado y profundizado la idea de Jes?s como primog?nito en las?Cartas a los Colosenses?y?a los Efesios: Jes?s, nos dicen estas Cartas, es el Primog?nito de la creaci?n: el verdadero arquetipo del hombre, seg?n el cual Dios ha formado la criatura hombre. El hombre puede ser imagen de Dios, porque Jes?s es Dios y Hombre, la verdadera imagen de Dios y el Hombre. ?l es el primog?nito de los muertos, nos dicen adem?s estas Cartas. En la Resurrecci?n, ?l ha desfondado el muro de la muerte para todos nosotros. Ha abierto al hombre la dimensi?n de la vida eterna en la comuni?n con Dios. Finalmente, se nos dice: ?l es el primog?nito de muchos hermanos. S?, con todo, ?l es ahora el primero de m?s hermanos, es decir, el primero que inaugura para nosotros el estar en comuni?n con Dios. Crea la verdadera hermandad: no la hermandad deteriorada por el pecado, la de Ca?n y Abel, de R?mulo y Remo, sino la hermandad nueva en la que somos de la misma familia de Dios. Esta nueva familia de Dios comienza en el momento en el que Mar?a envuelve en pa?ales al "primog?nito" y lo acuesta en el pesebre. Pid?mosle: Se?or Jes?s, t? que has querido nacer como el primero de muchos hermanos, danos la verdadera hermandad. Ay?danos para que nos parezcamos a ti. Ay?danos a reconocer tu rostro en el otro que me necesita, en los que sufren o est?n desamparados, en todos los hombres, y a vivir junto a ti como hermanos y hermanas, para convertirnos en una familia, tu familia.
El Evangelio de Navidad nos relata al final que una multitud de ?ngeles del ej?rcito celestial alababa a Dios diciendo: "Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que Dios ama" (Lc2,14). La Iglesia ha amplificado en el Gloria esta alabanza, que los ?ngeles entonaron ante el acontecimiento de la Noche Santa, haci?ndola un himno de alegr?a sobre la gloria de Dios. "Por tu gloria inmensa, te damos gracias". Te damos gracias por la belleza, por la grandeza, por tu bondad, que en esta noche se nos manifiestan. La aparici?n de la belleza, de lo hermoso, nos hace alegres sin tener que preguntarnos por su utilidad. La gloria de Dios, de la que proviene toda belleza, hace saltar en nosotros el asombro y la alegr?a. Quien vislumbra a Dios siente alegr?a, y en esta noche vemos algo de su luz. Pero el mensaje de los ?ngeles en la Noche Santa habla tambi?n de los hombres: "Paz a los hombres que Dios ama". La traducci?n latina de estas palabras, que usamos en la liturgia y que se remonta a Jer?nimo, suena de otra manera: "Paz a los hombres de buena voluntad". La expresi?n "hombres de buena voluntad" ha entrado en el vocabulario de la Iglesia de un modo particular precisamente en los ?ltimos decenios. Pero, ?cu?l es la traducci?n correcta? Debemos leer ambos textos juntos; s?lo as? entenderemos la palabra de los ?ngeles del modo justo. Ser?a equivocada una interpretaci?n que reconociera solamente el obrar exclusivo de Dios, como si ?l no hubiera llamado al hombre a una libre respuesta de amor. Pero ser?a tambi?n err?nea una interpretaci?n moralizadora, seg?n la cual, por decirlo as?, el hombre podr?a con su buena voluntad redimirse a s? mismo. Ambas cosas van juntas: gracia y libertad; el amor de Dios, que nos precede, y sin el cual no podr?amos amarlo, y nuestra respuesta, que ?l espera y que incluso nos ruega en el nacimiento de su Hijo. El entramado de gracia y libertad, de llamada y respuesta, no lo podemos dividir en partes separadas una de otra. Las dos est?n indisolublemente entretejidas entre s?. As?, esta palabra es promesa y llamada a la vez. Dios nos ha precedido con el don de su Hijo. Una y otra vez, nos precede de manera inesperada. No deja de buscarnos, de levantarnos cada vez que lo necesitamos. No abandona a la oveja extraviada en el desierto en que se ha perdido. Dios no se deja confundir por nuestro pecado. ?l siempre vuelve a comenzar con nosotros. No obstante, espera que amemos con ?l. ?l nos ama para que nosotros podamos convertirnos en personas que aman junto con ?l y as? haya paz en la tierra.
Lucas no dice que los ?ngeles cantaran. ?l escribe muy sobriamente: el ej?rcito celestial alababa a Dios diciendo: "Gloria a Dios en el cielo... " (Lc?2,13s). Pero los hombres siempre han sabido que el hablar de los ?ngeles es diferente al de los hombres; que precisamente esta noche del mensaje gozoso ha sido un canto en el que ha brillado la gloria sublime de Dios. Por eso, este canto de los ?ngeles ha sido percibido desde el principio como m?sica que viene de Dios, m?s a?n, como invitaci?n a unirse al canto, a la alegr?a del coraz?n por ser amados por Dios.?Cantare amantis est, dice san Agust?n: cantar es propio de quien ama.?As?, a lo largo de los siglos, el canto de los ?ngeles se ha convertido siempre en un nuevo canto de amor y alegr?a, un canto de los que aman. En esta hora, nosotros nos asociamos llenos de gratitud a este cantar de todos los siglos, que une cielo y tierra, ?ngeles y hombres. S?, te damos gracias por tu gloria inmensa. Te damos gracias por tu amor. Haz que seamos cada vez m?s personas que aman contigo y, por tanto, personas de paz. Am?n.
[Traducci?n distribuida por la Santa Sede
? Libreria Editrice Vaticana]
Reflexi?n de Jos? Antonio Pagola al evangelio del domingo tercero del Tiempo Ordinario - A, ofreci8da por la Delegaci?n Diocesana de Ense?anza de la di?cesis de Tenerife.
SEGUIDORES?
???????? Cuando Jes?s se entera de que el Bautista ha sido encarcelado, abandona su aldea de Nazaret y marcha a la ribera del lago de Galilea para comenzar su misi?n. Su primera intervenci?n no tiene nada de espectacular. No realiza un prodigio. Sencillamente, llama a unos pescadores que responden inmediatamente a su voz: "Seguidme".
???????? As? comienza el movimiento de seguidores de Jes?s. Aqu? est? el germen humilde de lo que un d?a ser? su Iglesia. Aqu? se nos manifiesta por vez primera la relaci?n que ha de mantenerse siempre viva entre Jes?s y quienes creen en ?l. El cristianismo es, antes que nada, seguimiento a Jesucristo.
???????? Esto significa que la fe cristiana no es s?lo adhesi?n doctrinal, sino conducta y vida marcada por nuestra vinculaci?n a Jes?s. Creer en Jesucristo es vivir su estilo de vida, animados por su Esp?ritu, colaborando en su proyecto del reino de Dios y cargando con su cruz para compartir su resurrecci?n.
???????? Nuestra tentaci?n es siempre querer ser cristianos sin seguir a Jes?s, reduciendo nuestra fe a una afirmaci?n dogm?tica o a un culto a Jes?s como Se?or e Hijo de Dios. Sin embargo, el criterio para verificar si creemos en Jes?s como Hijo encarnado de Dios es comprobar si le seguimos s?lo a ?l.
???????? La adhesi?n a Jes?s no consiste s?lo en admirarlo como hombre ni en adorarlo como Dios. Quien lo admira o lo adora, qued?ndose personalmente fuera, sin descubrir en ?l la exigencia a seguirle de cerca, no vive la fe cristiana de manera integral. S?lo el que sigue a Jes?s se coloca en la verdadera perspectiva para entender y vivir la experiencia cristiana de forma aut?ntica.
???????? En el cristianismo actual vivimos una situaci?n parad?jica. A la Iglesia no s?lo pertenecen los que siguen o intentan seguir a Jes?s, sino, adem?s, los que no se preocupan en absoluto de caminar tras sus pasos. Basta estar bautizado y no romper la comuni?n con la instituci?n, para pertenecer oficialmente a la Iglesia de Jes?s, aunque jam?s se haya propuesto seguirle.
???????? Lo primero que hemos de escuchar de Jes?s en esta Iglesia es su llamada a seguirle sin reservas, liber?ndonos de ataduras, cobard?as y desviaciones que nos impiden caminar tras ?l. Estos tiempos de crisis pueden ser la mejor oportunidad para corregir el cristianismo y mover a la Iglesia en direcci?n hacia Jes?s.
???????? Hemos de aprender a vivir en nuestras comunidades y grupos cristianos de manera din?mica, con los ojos fijos en ?l, siguiendo sus pasos y colaborando con ?l en humanizar la vida. Disfrutaremos de nuestra fe de manera nueva.?
Jos? Antonio Pagola?
Red evangelizadora BUENAS NOTICIAS
?23 de enero de 2011
3 Tiempo ordinario (A)
Mateo, 4, 12-23
DOMINGO 3 DEL TIEMPO ORDINARIO
23 de Enero de 2011
La paz, el amor y la fe, de parte de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, el Se?or, est?n con todos vosotros.
?
- "Convert?os, porque est? cerca el reino de los cielos" Son las primeras palabras de Jes?s al inicio de su predicaci?n, y que escucharemos hoy en el evangelio de Mateo, que es el evangelio que vamos siguiendo a lo largo de este a?o. Una llamada a la conversi?n que es para todos, un recuerdo que siempre debemos tener presente. Los que nos llamamos cristianos hemos
hecho nuestra esa invitaci?n de Jes?s, y nos hemos decidido a seguirle, como los primeros disc?pulos, en nuestra vida.
-? Desgraciadamente, los que seguimos a Jes?s no estamos todos unidos, no formamos una sola Iglesia, una sola comunidad. Estos d?as se celebra la Semana de Oraci?n por la Unidad de los Cristianos, y por eso hoy pedimos especialmente para que se pueda llegar a hacer realidad ese deseo: que todos los que creemos en Cristo lleguemos a superar nuestras divisiones y formemos un solo cuerpo.??
A. penitencial: Comencemos nuestra celebraci?n pidiendo el perd?n y la gracia de Dios. (Silencio).
- T?, que eres el camino que conduce al Padre. SE?OR, TEN PIEDAD.
- T?, que eres la verdad que ilumina los pueblos. CRISTO, TEN PIEDAD.
- T?, que eres la vida que renueva el mundo. SE?OR, TEN PIEDAD.??
1. lectura (lsa?as B,23b-9,3): La primera lectura de hoy es un texto conocido de Isa?as, que ya escuchamos la noche de Navidad: "El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande': San Mateo, en el evangelio que despu?s escucharemos, citar? este texto para referirse al inicio de la predicaci?n de Jes?s.???????????
2. lectura (7 Corintios 7,70-73.77): En la comunidad cristiana de Corinto hab?a discordias y divisiones, y san Pablo les exhorta a superar?as y a centrarse s?lo en Cristo. Escuch?moslo con atenci?n.??
Oraci?n universal: Oremos a Dios el Padre, hoy especialmente pidiendo la unidad de los cristianos. Oremos diciendo: ESC?CHANOS, PADRE.
Por todos los que creemos en Jesucristo. Que le sigamos de todo coraz?n en nuestras vidas y demos siempre un buen testimonio de nuestra fe. OREMOS:
Por las distintas Iglesias cristianas. Que valoremos lo esencial que nos une para poder avanzar as? hacia la plena comuni?n. OREMOS:
Por nuestro mundo, dividido por guerras y discordias. Que los cristianos seamos' instrumento de unidad, de concordia y de paz. OREMOS:
Por todos nosotros, reunidos para celebrar la eucarist?a del domingo. Que cada d?a avancemos m?s por el camino de la conversi?n. OREMOS:
Escucha, Padre, las oraciones de tus hijos, que quieren caminar unidos siguiendo a Jes?s, nuestro ?nico Se?or, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Prefacio de la Unidad de los Cristianos (Misal p?g. 924).
Padrenuestro: Sinti?ndonos unidos a los cristianos de las diversas confesiones, dirij?monos al Padre del cielo con la oraci?n que Jes?s nos ense?? y que nos vincula a todos como hermanos. Digamos, pues, con mucha confianza:
CPL
Textos b?blicos, meditaciones y oraciones para el d?a tercero del Octavario de Oraci?n por la Unidad de los Cristianos 2011, publicados en folleto para su celebraci?n recibido en la parroquia.
La asiduidad a la ense?anza de los ap?stoles nos re?ne?
Isa?as 51, 4-8: Prestadme atenci?n, gente m?a.
Salmo 119, 105-112: Tu palabra es antorcha para mis pasos.
Romanos 1, 15-17: Dispuesto a proclamar la buena noticia.
Juan 17, 6-19: He dado a conocer tu nombre.?
Comentario
La Iglesia de Jerusal?n en los Hechos de los Ap?stoles se un?a en la asiduidad a la ense?anza de los ap?stoles, a pesar de la gran diversidad de lenguas y culturas entre sus miembros. La ense?anza de los ap?stoles consiste en dar testimonio de la vida, de la ense?anza, del ministerio, de la muerte y de la resurrecci?n del Se?or Jes?s. Su ense?anza se resume en lo que San Pablo llama simplemente ?el Evangelio?. Se encuentra un ejemplo de la ense?anza de los ap?stoles en la predicaci?n de San Pedro en Jerusal?n, el d?a de Pentecost?s. A partir del profeta Joel, la Iglesia se vincula a la historia b?blica del pueblo de Dios, llev?ndonos al relato que comienza con la creaci?n.
A pesar de nuestras divisiones, la Palabra de Dios nos re?ne y nos une. La ense?anza de los ap?stoles, la buena noticia para todos en su plenitud, estaba en el centro de la unidad en la diversidad de la primera Iglesia de Jerusal?n. Los cristianos de Jerusal?n nos recuerdan hoy que no era solamente ?la ense?anza de los ap?stoles? lo que un?a a la Iglesia primitiva, sino su asiduidad a esta ense?anza. Es tambi?n la asiduidad que refleja San Pablo cuando califica el Evangelio como ?poder de Dios para la salvaci?n?.?
El profeta Isa?as nos recuerda que la ense?anza de Dios es inseparable del ?juicio, luz de los pueblos?. Y el salmista ora as?: ?Tu palabra es antorcha para mis pasos; es la luz en mi sendero. Mi herencia perpetua son tus mandamientos, alegr?a de mi coraz?n?.?
Oraci?n
Dios de luz, te damos gracias por revelar tu verdad en Jesucristo, tu Palabra de Vida, que recibimos a trav?s de la ense?anza de los ap?stoles, transmitida en primer lugar en Jerusal?n.
Que tu Esp?ritu Santo siga santific?ndonos en la verdad de tu Hijo, para que por nuestra unidad en ?l crezcamos en la asiduidad a tu Palabra y sirvamos juntos tu Reino en la humildad y en el amor. Te lo pedimos en nombre de Jesucristo. Am?n.
La responsable de la Peregrinaci?n por la?Paz del este a?o de 2011 env?a carta a los?sacerdotes?anunciando el d?a 19 de Febrero como?para su realizaci?n.
San Crist?bal de La Laguna a 19 de enero de 2011?
Estimado en Cristo,?
???????? Un a?o m?s, el Se?or Obispo me ha nombrado responsable de la peregrinaci?n en oraci?n por la paz a Candelaria, actividad que se viene desarrollando desde hace ya varios a?os, motivada por los momentos m?s dif?ciles de la Guerra del Golfo.?
???????? ?La Libertad Religiosa, camino de la Paz? es el lema elegido para esta jornada por el Papa Benedicto XVI, el cual, reafirma el empe?o de la Iglesia en toda forma de colaboraci?n leal para la promoci?n de la paz. La paz es un don de Dios y al mismo tiempo un proyecto que realizar, pero que nunca se cumplir? totalmente. El Papa afirma que la libertad religiosa es un arma aut?ntica de la paz, con una misi?n hist?rica y prof?tica. Es necesario, pues, educar las conciencias de sus miembros en la apertura hacia los dem?s, en el respeto hacia el otro, en la tolerancia, unida a la b?squeda de la verdad, as? como a la solidaridad.
???????? Desde la comisi?n que se ha creado para dicha actividad diocesana queremos invitarles a que animen a sus comunidades parroquiales, colegios, grupos, etc. a participar en ella, el pr?ximo 19 de febrero de 2011, saliendo como en a?os anteriores desde la Iglesia de Sto. Domingo de Guzm?n en La Laguna en torno a las 6.00 horas tras una peque?a celebraci?n de la Palabra y reuni?ndonos en Caletillas con el resto para continuar la marcha hacia la Bas?lica, en la cual celebraremos la Eucarist?a presidida por nuestro Sr. Obispo.?
Un saludo,l
Galdys Rodr?guez Hern?ndez
(Responsable de la Peregrinaci?n por la Paz)
Estructura y desarrollo de celebraci?n ecum?nica 2011 para el Octavario de Oraci?n por la Unidad de los Cristianos, publicados en folleto de la CEE recibido en la parroquia.
? Introducci?n ?
I. Reuni?n
Seg?n las pr?cticas locales, los s?mbolos convenientes pueden llevarse y colocarse delante de la asamblea durante el himno de apertura. Despu?s del saludo inicial por la persona que preside, algunas palabras de bienvenida ?pueden ser expresadas por las comunidades y los responsables reunidos para celebrar. Se invita a la asamblea a prepararse para celebrar y alabar a Dios con las f?rmulas de apertura y una oraci?n introductoria bajo forma de letan?a, seg?n la manera tradicional oriental.
II. Celebraci?n de la Palabra de Dios
La lectura de los Hechos de los Ap?stoles es central y a partir de ella se organizan las otras etapas de la celebraci?n. Al elegir este texto de los Hechos, el comit? preparatorio de Jerusal?n se propon?a acentuar las ideas de fidelidad a la ense?anza de los ap?stoles y de puesta en com?n de todos los bienes como claves de la unidad. La homil?a puede desarrollar estos temas o insistir en la necesidad de que los cristianos extendidos por el mundo apoyan en la oraci?n a sus hermanas y hermanos que, en la Ciudad Santa, dan prueba del Evangelio del amor.
Despu?s de la homil?a, se puede tener un tiempo de meditaci?n silenciosa o acompa?ado de m?sica. Una ofrenda o una colecta en favor de los ?cristianos y sus instituciones (escuelas, hospitales, etc.) podr? tener lugar e ir dirigida a una organizaci?n eclesial conveniente.
III. Oraci?n de arrepentimiento y paz
Un gesto simb?lico puede tener lugar durante esta oraci?n.
Opci?n n? l: Velas llevadas en procesi?n durante la liturgia de apertura y colocadas a la vista de la asamblea; pueden ser apagadas una a una, despu?s de cada f?rmula del rezo penitencial, mientras se deja una gran vela o el cirio pascual encendido, y se apagan las luces de la iglesia. Al final de la liturgia de paz, se distribuyen peque?as velas a las personas presentes. La confesi?n de fe, que se puede recitar seg?n el credo de Nicea o el s?mbolo de los ap?stoles, o tambi?n seg?n otra expresi?n tradicional de la fe, sigue con el intercambio de la paz en la penumbra. Las velas apagadas se encienden entonces una a una (de la gran vela o el cirio pascual) despu?s de cada intenci?n de la letan?a por la unidad de los cristianos. Se invita a los participantes a llevar con ellos las velas que recibieron, a encenderlas cada noche de la semana de oraci?n y, si conviene, colocarlas en su ventana para prolongar esta vigilia de oraci?n y recuerdo de los cristianos de Tierra Santa y de quienes sufren por su fe.
Opci?n n? 2: Un grupo (de ni?os o j?venes, por ejemplo) prepara de antemano el ?mosaico? (una imagen de Cristo, una cruz, la imagen de una iglesia, cualquier otro s?mbolo de unidad juzgado conveniente) y lo divide en grandes pedazos. Durante la letan?a de la unidad de los cristianos, representantes de las comunidades presentes colocan los pedazos del mosaico sucesivamente en un marco, delante de la asamblea. Al final de la letan?a, el mosaico representar? la unidad de todos los cristianos en el ?nico cuerpo de Cristo, en la diversidad que muestra la riqueza del don que Dios hizo a las Iglesias.
Opci?n n? 3: El incienso puede ser ofrecido por los miembros de cada una de las comunidades despu?s de cada f?rmula del rezo penitencial, para significar la misericordia de Dios que se extiende sobre nuestros pecados y la gracia de Dios que nos sana. Un recipiente que contiene carb?n de madera encendido puede colocarse en el centro de la asamblea o cerca del lugar donde se efectuar?n las lecturas de la Escritura. Despu?s de cada f?rmula penitencial, el lector u otro miembro de la asamblea pondr? incienso sobre el carb?n de madera. Este gesto expresa la voluntad de la asamblea de reconocer su pecado y de acoger en respuesta la misericordia de Dios.
IV. Letan?a de la unidad de los cristianos
Estas f?rmulas se inspiran sobre la situaci?n de las Iglesias en Jerusal?n. No obstante, en funci?n de la situaci?n local, se pueden sustituir por f?rmulas propias del lugar, con el fin de manifestar c?mo se pretende por todas partes superar las divisiones y tender a la plena comuni?n visible. El presidente y el lector dirigen la letan?a, respondiendo la asamblea cada vez. La letan?a se concluye por la recitaci?n del Padre Nuestro. Cada uno puede pedir en su propia lengua o en arameo, lengua de uso para algunos cristianos de la Ciudad Santa (v?ase ap?ndice).
V. Env?o
La asamblea invoca la bendici?n de Dios sobre sus miembros, enviados para ser embajadores de la Buena Noticia de la reconciliaci?n. Un himno puede cerrar la celebraci?n.
?
I. Reuni?n
Himno de apertura
Invocaci?n de apertura
P.: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Esp?ritu Santo.
A.: Am?n.
F?rmulas de apertura
P.: A todos los cristianos de Jerusal?n y a los fieles que est?n en NN, gracia y paz de parte de Dios Padre y del Se?or Jesucristo (1 Tes 1,1).
A.: Demos gracias a Dios.
Saludos
P.: Dios de misericordia y amor, T? nos has creado a tu imagen.
A.: Te alabamos y te damos gracias.
L.: Nos reunimos en tu nombre, para implorar que restaures la unidad de todos los que confiesan a tu Hijo Jesucristo como Se?or y Salvador de toda la humanidad.
A.: Dios nuestro, esc?chanos y ten piedad de nosotros.
L.: Ap?yanos en nuestra debilidad y fortal?cenos por tu Esp?ritu Santo.
A.: Env?a tu Esp?ritu y re?nenos en la unidad.
L.: Roguemos al Se?or:
A.: Kyrie, kyrie eleison.?
? Desarrollo ?
P.: Presidente de la celebraci?n
A.: Asamblea
L.: Lector
L.: Dios de gracia, T? has prometido por tus profetas hacer de Jerusal?n una morada para una multitud de pueblos, y una madre para un gran n?mero de naciones. Escucha nuestras oraciones para que Jerusal?n, la ciudad que has visitado, sea un lugar donde todos puedan permanecer contigo y encontrarse en la paz. Roguemos al Se?or.
A.: Kyrie, kyrie eleison.
L.: Dios de misericordia, que tu Esp?ritu vivificante anime todos los corazones, para que se eliminen las barreras de separaciones, que desaparezcan las sospechas, que cesen los odios y que tu pueblo, curado de sus divisiones, pueda vivir en la justicia y en la paz. Roguemos al Se?or.
A.: Kyrie, kyrie eleison.
L.: Dios de amor, escucha nuestras oraciones por tu ciudad santa, Jerusal?n. Pon fin a sus sufrimientos y re?nela en la unidad. Haz que tu morada vuelva a ser una ciudad de paz y luz para todos los pueblos. Fomenta la concordia en la Ciudad Santa y entre todos sus habitantes.
Roguemos al Se?or.
A.: Kyrie, kyrie eleison.
P.: Abre ahora nuestros o?dos y nuestros corazones para escuchar la proclamaci?n de tu Palabra y ay?danos a vivir con m?s fidelidad en todo lo que hacemos y decimos, para que tu nombre sea glorificado y se extienda tu reino, Sant?sima Trinidad, Padre, Hijo y Esp?ritu Santo.
A.: Am?n.
II. Liturgia de la Palabra
P.: Sabidur?a. ?Estemos atentos!
Antiguo Testamento: G?nesis 33,3-4 o Isa?as 58, 6-10
Salmo 96, 1-13
A.: Cantad al Se?or un canto nuevo porque ha hecho maravillas (u otro himno basado en el Salmo 96)
L.: Vv 1,2,3.
L.: Vv. 4,5,6.
L.: Vv.7,8,9
L.: V. 10
L.: Vv. 11, 12a
L.: Vv. 12b, 13
Segunda lectura: Hechos 2, 42-47
Aleluya (cantado)
Deja all? tu ofrenda, all? mismo, delante del altar, y ve primero a reconciliarte con tu hermano; luego regresa y presenta tu ofrenda (Mt 5, 24).
Aleluya, aleluya.
Evangelio: Mateo 5, 21-26
Homil?a/Serm?n
Himno
III. Oraci?n penitencial
P.: Con las Iglesias de Jerusal?n, roguemos al Se?or.
Recordamos que los creyentes eran asiduos en la ense?anza de los ap?stoles y en la comuni?n fraterna. Confesamos nuestras faltas de fidelidad y fraternidad. Roguemos al Se?or.
A.: Se?or, ten piedad.
P.: Con las Iglesias de Jerusal?n, roguemos al Se?or.
Recordamos que el temor ganaba todos los corazones y que eran testigos de muchos prodigios y se?ales. Confesamos la estrechez de nuestra vista que nos impide descubrir la gloria de tu obra en medio de nosotros. Roguemos al Se?or.
A.: Se?or, ten piedad.
P.: Con las Iglesias de Jerusal?n, roguemos al Se?or.
Recordamos que los creyentes pon?an todo en com?n y ayudaban a los que estaban en necesidad. Confesamos que nos agarramos a nuestros bienes en detrimento de los pobres. Roguemos al Se?or.
A.: Se?or, ten piedad.
P.: Con las Iglesias de Jerusal?n, roguemos al Se?or.
Recordamos que los creyentes oraban con asiduidad y part?an el pan entre ellos en la alegr?a y la simplicidad del coraz?n. Confesamos nuestra falta de amor y generosidad. Roguemos al Se?or.
A.: Se?or, ten piedad.
Seguridad del perd?n de Dios
P.: He aqu? lo que ha sido anunciado por el profeta Joel: ?Suceder? en los ?ltimos d?as, declara el Se?or, que extender? mi Esp?ritu sobre toda carne? Entonces cualquiera que invoque el nombre del Se?or se salvar?.
Nosotros esperamos la llegada del Se?or; nosotros tenemos tambi?n la seguridad de que, en Cristo, somos perdonados, renovados y restablecidos en la unidad.
F?rmula de paz
P.: Cristo es nuestra paz. Nos reconcili? con Dios en un ?nico cuerpo por la cruz; nos reunimos en su nombre y compartimos su paz.
Que la paz del Se?or est? siempre con vosotros.
A.: Y con tu esp?ritu.
Profesi?n de fe (S?mbolo de los Ap?stoles, de Nicea, u otra f?rmula adaptada)
Himno
IV. Letan?a de la unidad de los cristianos
P.: En Cristo el mundo se reconcilia con Dios, que nos conf?a el mensaje de la reconciliaci?n. Somos embajadores de Cristo, encargados de su obra de reconciliaci?n, y elevamos a Dios nuestras preces:
L.: Cuando oramos juntos en la diversidad de nuestras tradiciones,
A.: T?, el Santo, t? que nos unes, haz visible nuestra unidad y da al mundo la curaci?n.
L.: Cuando leemos la Biblia juntos en la diversidad de nuestras lenguas y nuestros contextos de vida,
A.: T? que te revelas, t? que nos unes, haz visible nuestra unidad y da al mundo la curaci?n.
L.: Cuando establecemos relaciones amistosas entre jud?os, cristianos y musulmanes, cuando destruimos las paredes de indiferencia y odio,
A.: T? el misericordioso, t? que nos unes, haz visible nuestra unidad y da al mundo la curaci?n.
L.: Cuando trabajamos por la justicia y la solidaridad, cuando pasamos del temor a la confianza,
A.: T? que fortificas, t? que nos unes, haz visible nuestra unidad y da al mundo la curaci?n.
L.: Por todas partes donde se sufre guerra y violencia, injusticia y desigualdades, enfermedad y prejuicios, pobreza y desesperaci?n, atr?enos hacia la cruz de Cristo y los unos hacia los otros,
A.: T? que fuiste herido, t? que nos unes, haz visible nuestra unidad y da al mundo la curaci?n.
P.: Con los cristianos de Tierra Santa, damos testimonio tambi?n del nacimiento de Jesucristo en Bel?n, de su ministerio en Galilea, de su muerte y su resurrecci?n, y de la llegada del Esp?ritu Santo en Jerusal?n; imploramos la paz y la justicia para todos, en la segura y firme esperanza de la llegada de tu reino,
A.: T? Dios trinitario, t? que nos unes, haz visible nuestra unidad y da al mundo la curaci?n.
Padre Nuestro (cada uno en su propia lengua)
V. Env?o
La asamblea invoca la bendici?n de Dios sobre sus miembros que son enviados para ser embajadores de la Buena Noticia de la reconciliaci?n.
La celebraci?n puede terminar con un himno.
P.: Que el Padre, que es fiel a sus promesas y del que la ayuda nunca falta, os sostenga en su lucha por la justicia y sus esfuerzos para poner t?rmino a las divisiones.
A.: Am?n.
P.: Que el Hijo, que santific? la Tierra Santa con su nacimiento, su ministerio, su muerte y su resurrecci?n, os conceda la redenci?n, la reconciliaci?n y la paz.
A.: Am?n.
P.: Que el Esp?ritu Santo, que reuni? en la unidad a los primeros cristianos en Jerusal?n, os una en la fidelidad a la ense?anza de los ap?stoles y a la comuni?n fraterna, a la fracci?n del pan y a las oraciones, y os fortalezca para predicar y vivir el Evangelio.
A.: Am?n.
P.: Que os bendiga y os guarde el ?nico Dios, Padre, Hijo y Esp?ritu Santo, para que os ayude a proclamar su Buena Nueva en todo el mundo.
A.: Demos gracias a Dios.
Bendici?n
A.: Que la bendici?n del Dios de la paz y la justicia os acompa?e;
Que la bendici?n del Hijo que limpia las l?grimas de todos los que sufren en el mundo os acompa?e;
Y que la bendici?n del Esp?ritu que nos invita a la reconciliaci?n y a la esperanza os acompa?e ahora y siempre.
Am?n.
Himno
Introducci?n al tema de este a?o de 2011 para la celebraci?n ecum?nica?de oraci?n por la Unidad de los Cristianos bajo el lema "Unidos en la ense?anza de los ap?stoles, la comuni?n fraterna, la fracci?n del pan y la oraci?n", tomada del folleto publicado por la CEE y recibido en la parroquia.??
La Iglesia de Jerusal?n: ayer, hoy y ma?ana
Hace dos mil a?os, los primeros disc?pulos de Cristo reunidos en Jerusal?n tuvieron la experiencia de la efusi?n del Esp?ritu Santo en Pentecost?s y, desde entonces, han estado reunidos en la unidad que constituye el cuerpo del Cristo. Los cristianos de siempre y de todo lugar ven en este acontecimiento el origen de su comunidad de fieles, llamados a proclamar juntos a Jesucristo como Se?or y Salvador. Aunque esta Iglesia primitiva de Jerusal?n ha conocido dificultades, tanto exteriormente como en su seno, sus miembros han perseverado en la fidelidad y en la comuni?n fraterna, en la fracci?n del pan y en las oraciones.
No es dif?cil constatar que la situaci?n de los primeros cristianos de la Ciudad Santa se vincula hoy a la Iglesia de Jerusal?n. La comunidad actual conoce muchas alegr?as y sufrimientos que fueron los de la Iglesia primitiva: sus injusticias y desigualdades, sus divisiones, y tambi?n su fiel perseverancia y su consideraci?n de una unidad mayor entre los cristianos.
Las Iglesias de Jerusal?n nos hacen actualmente entrever lo que significa luchar por la unidad, incluso en las grandes dificultades. Nos muestran que la llamada a la unidad puede ir bien m?s all? de las palabras y orientarnos de verdad hacia un futuro que nos haga anticipar la Jerusal?n celestial y contribuir a su construcci?n.
Es necesario el realismo para que esta idea se convierta en realidad. La responsabilidad de nuestras divisiones nos incumbe; es fruto de nuestros propios actos. Debemos transformar nuestra oraci?n, y pedir a Dios que nos transforme a nosotros mismos para que podamos trabajar activamente por la unidad. Tenemos buena voluntad para pedir por la unidad. Puede Introducci?n que el Esp?ritu Santo nos anime a nosotros mismos ante el obst?culo de la unidad; ?es nuestra propia soberbia la que impide la unidad?
La llamada a la unidad llega este a?o desde Jerusal?n, la Iglesia madre, a las Iglesias del mundo entero. Conscientes de sus propias divisiones y de la ?necesidad de hacer ellas mismas mucho m?s por la unidad del Cuerpo de Cristo, las Iglesias de Jerusal?n piden a todos los cristianos redescubrir los valores que constituyen la unidad de la primera comunidad cristiana de Jerusal?n, cuando era asidua a la ense?anza de los Ap?stoles y a la comuni?n fraterna, a la fracci?n del pan y a las oraciones. He aqu? el desaf?o que tenemos. Los cristianos de Jerusal?n piden a sus hermanos y hermanas hacer de esta semana de oraci?n la ocasi?n de renovar su compromiso para trabajar por un verdadero ecumenismo, arraigado en la experiencia de la Iglesia primitiva.
Cuatro elementos de unidad
Las oraciones de 2011 para la Semana de oraci?n por la unidad de los cristianos han sido preparadas por los cristianos de Jerusal?n, que eligieron el tema de los Hechos 2, 42: ?Eran asiduos a la ense?anza de los ap?stoles y a la comuni?n fraterna, a la fracci?n del pan y a las oraciones.?
Este tema nos recuerda los or?genes de la primera Iglesia de Jerusal?n; invita a la reflexi?n y a la renovaci?n, a una vuelta a los fundamentos de la fe; invita a recordar el tiempo en que la Iglesia era a?n indivisa. Cuatro elementos se presentan para meditar este tema; fueron caracter?sticas destacadas de la comunidad cristiana primitiva y son esenciales para la vida de toda comunidad cristiana. En primer lugar, los ap?stoles transmitieron la Palabra. En segundo lugar, una de las caracter?sticas destacadas de la primera comunidad que cre?a cuando se reun?a, era la comuni?n fraterna (koinonia). Una tercera caracter?stica de la Iglesia primitiva consist?a en celebrar la Eucarist?a (la ?fracci?n del pan?), en memoria de la Nueva Alianza que Jes?s realiz? a trav?s sus sufrimientos, su muerte y su resurrecci?n.
El cuarto aspecto era la ofrenda de una oraci?n continua. Estos cuatro elementos son los pilares de la vida de la Iglesia y de su unidad.
La comunidad cristiana de Tierra Santa propone poner de relieve estos elementos fundamentales y ruega a Dios por la unidad y la vitalidad de la Iglesia extendida por el mundo. Los cristianos de Jerusal?n invitan a sus hermanas y hermanos en todo el mundo a unirse a su oraci?n en su ?lucha por la justicia, la paz y la prosperidad de todos los pueblos de esta tierra.
Los temas del Octavario
Un planteamiento de fe puede ser percibido a trav?s de los temas del octavario. Desde su inicio en la habitaci?n superior, la comunidad cristiana primitiva experimenta la efusi?n del Esp?ritu Santo, que la vuelve capaz de crecer en la fe y la unidad, en la oraci?n y la acci?n, para convertirse realmente en la comunidad de la resurrecci?n, unida a Cristo en su victoria sobre todo lo que nos separa a unos de otros y de ?l. La Iglesia de Jerusal?n se transforma as? en faro de esperanza, anticipo de la Jerusal?n celestial, llamada a reconciliar no solamente nuestras Iglesias sino a todos los pueblos. Este camino es guiado por el Esp?ritu Santo que conduce a los primeros cristianos al conocimiento de la verdad sobre Jesucristo, y llena a la Iglesia primitiva de signos y maravillas. Prosiguiendo su planteamiento, los cristianos de Jerusal?n se re?nen con fervor para escuchar la Palabra de Dios transmitida por la ense?anza de los ap?stoles, y se re?nen en la comuni?n fraterna para celebrar su fe en el sacramento y la oraci?n.
Llena de poder y de esperanza en la resurrecci?n, la propia comunidad celebra la certeza de su victoria sobre el pecado y la muerte, para tener el proyecto y el valor de ser ella misma instrumento de reconciliaci?n, capaz de inspirar a todos los pueblos y de llamarles decididamente a superar las divisiones y las injusticias que sufren.
El d?a primero sit?a los or?genes de la Iglesia madre de Jerusal?n y se muestra claramente la continuidad con la Iglesia extendida hoy a trav?s del mundo. Nos recuerda el valor de la Iglesia primitiva que daba fielmente testimonio a la verdad, al igual que hoy nosotros tenemos que trabajar por la justicia, tanto en Jerusal?n como en el resto del mundo.
El d?a segundo recuerda que la primera comunidad reunida en Pentecost?s se compon?a de or?genes muy distintos y que, de la misma manera, se encuentran hoy en la Iglesia de Jerusal?n una gran diversidad de tradiciones cristianas. Tenemos presente el desaf?o de realizar una unidad visible a?n m?s extendida, por los medios que tienen en cuenta nuestras diferencias y nuestras tradiciones.
El d?a tercero presta atenci?n al aspecto m?s fundamental de la unidad: la Palabra de Dios comunicada a partir de la ense?anza de los ap?stoles.
La Iglesia de Jerusal?n nos recuerda que, cualesquiera que sean nuestras divisiones, esta ense?anza nos exhorta a que nos gastemos por amor los unos a los otros, y en la fidelidad al ?nico cuerpo que es la Iglesia.
El d?a cuarto insiste sobre la participaci?n como la segunda expresi?n de la unidad. Sobre el m?todo de los primeros cristianos que pon?an todo en com?n, la Iglesia de Jerusal?n pide a todos sus hermanos y hermanas de la Iglesia compartir sus bienes y sus preocupaciones en la alegr?a y la generosidad de coraz?n, para que nadie permanezca en la necesidad.
El d?a quinto se refiere al tercer aspecto de la unidad: la fracci?n del pan, que nos re?ne en la esperanza. Nuestra unidad se extiende m?s all? de la santa comuni?n; debe implicar una actitud correcta en cuanto a la vida moral, a la persona humana y al conjunto de la comunidad. La Iglesia de Jerusal?n pide a los cristianos unirse en ?la fracci?n del pan?, ya que una Iglesia dividida no puede expresarse con autoridad sobre las cuestiones de justicia y paz.
El d?a sexto presenta la cuarta caracter?stica de la unidad; como la Iglesia? de Jerusal?n, sacamos nuestra fuerza del tiempo que pasamos orando. Nuestro Padre, muy especialmente, nos llama a todos, d?biles o fuertes, tanto en Jerusal?n como en el resto del mundo, a trabajar juntos por la justicia, la paz y la unidad para que venga el reino de Dios.
El d?a s?ptimo nos lleva m?s all? de estos cuatro elementos de unidad: la Iglesia de Jerusal?n proclama alegremente la resurrecci?n, incluso mientras aguanta el sufrimiento de la cruz. La resurrecci?n de Jes?s es para los cristianos de la Jerusal?n actual una esperanza y una fuerza que les hace capaces de seguir siendo constantes en su testimonio y trabajar por la libertad y la paz en la Ciudad de la paz.
El d?a octavo concluye el planteamiento sobre una llamada hecha por las Iglesias de Jerusal?n en favor de un servicio m?s extenso: el de la reconciliaci?n. Aunque los cristianos llegasen a la unidad entre ellos, no habr?n acabado su trabajo, ya que ellos mismos deben reconciliarse con otros. En el contexto de Jerusal?n, se significa entre palestinos e israel?es; ?en otras comunidades, los cristianos deben buscar la justicia y la reconciliaci?n en el contexto que les es propio.
El tema de cada d?a se ha elegido no solamente para recordarnos la historia de la Iglesia primitiva, sino tambi?n para que las experiencias de los cristianos de la Jerusal?n actual est?n presentes espiritualmente y nos inviten a reflexionar a todos sobre la manera en que podemos aprovechar en nuestras comunidades cristianas locales este tipo de experiencia.
Durante este planteamiento de ocho d?as, los cristianos de Jerusal?n nos invitan a proclamar y a testimoniar que la unidad ?en su pleno sentido de fidelidad a la ense?anza de los ap?stoles y a la comuni?n fraterna, a la fracci?n del pan y a las oraciones? nos har? capaces de triunfar juntos sobre el mal, no s?lo en Jerusal?n, sino por todas partes del mundo.
Textos b?blicos, meditaciones y oraciones para el Octavario de Oraci?n por la Unidad de los Cristianos 2011 para el d?a segundo d?a, publicado en folleto para su celebraci?n recibido en la parroquia.
D?a segundo?
Muchos miembros en un solo cuerpo
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Isa?as 51, 4-8: Prestadme atenci?n, gente m?a.
Salmo 119, 105-112: Tu palabra es antorcha para mis pasos.
Romanos 1, 15-17: Dispuesto a proclamar la buena noticia.
Juan 17, 6-19: He dado a conocer tu nombre.
Comentario
La Iglesia de Jerusal?n descrita en los Hechos de los Ap?stoles es el modelo de la unidad que buscamos actualmente. Como tal, nos recuerda que la oraci?n por la unidad de los cristianos no puede contemplar la uniformidad, ya que la unidad se caracteriz? desde el principio por una gran diversidad. ?La Iglesia de Jerusal?n es el modelo o el icono de la unidad en la diversidad.?
El relato de Pentecost?s en el libro de los Hechos nos dice que, ese d?a, todas las lenguas y culturas del antiguo mundo mediterr?neo y que estaban representadas en Jerusal?n, la gente o?a el Evangelio en sus distintas lenguas y que a trav?s de la predicaci?n de Pedro, se unieron los unos a los otros en el arrepentimiento, bautismo y efusi?n del Esp?ritu Santo. San Pablo, por su parte, escribir? m?s tarde: ?Todos nosotros, en efecto, seamos jud?os o no jud?os, esclavos o libres, hemos recibido en el bautismo un mismo Esp?ritu, a fin de formar un solo cuerpo; a todos se nos ha dado a beber de un mismo Esp?ritu?. No es una comunidad uniforme, hecha de esp?ritus similares, de gente unida por la cultura y la lengua, que era asidua a la ense?anza de los ap?stoles y a la comuni?n fraterna, sino una comunidad de una gran diversidad, donde las diferencias pod?an f?cilmente degenerar en controversias. Fue el caso entre los cristianos de origen griego y los de origen jud?o con respecto a la negligencia con la cual trataban a las viudas griegas, como informa san Lucas (Hechos 6, 1). Por tanto, la Iglesia de Jerusal?n estaba unida en s? misma, y que el Se?or resucitado declara: ?Yo soy la vid, vosotros los sarmientos. El que permanece unido a m?, como yo estoy unido a ?l, produce mucho fruto?.?
Una gran diversidad caracteriza hoy todav?a a las Iglesias de Jerusal?n y a las de todo el mundo. En Jerusal?n esta diversidad puede f?cilmente degenerar en controversia, ya que el actual clima pol?tico de hostilidad no hace m?s que acentuarlo. Pero, como la Iglesia primitiva de Jerusal?n, los cristianos de Jerusal?n nos recuerdan hoy que formamos un mismo cuerpo muchos miembros, una unidad en la diversidad. Las antiguas tradiciones nos ense?an que la diversidad y la unidad existen tambi?n en la Jerusal?n celestial. Nos recuerdan que la diferencia y la diversidad no significan divisi?n y desuni?n, y que la unidad de los cristianos para la cual oramos siempre ha supuesto una real diversidad.?
Oraci?n?
Dios, de quien procede toda vida en su gran diversidad, que llamas a tu Iglesia como Cuerpo de Cristo a estar unida en el amor. Haz que comprendamos a?n m?s nuestra unidad en la diversidad, y que nos esforcemos en trabajar juntos para predicar y construir el reino de tu inmenso amor para la humanidad, acompa??ndonos unos a otros por todas partes y en todo lugar. Haz que tengamos siempre conciencia de que Cristo es la causa de nuestra vida com?n. Te lo pedimos en la unidad del Esp?ritu.
Am?n.
ZENIT? publica el mensaje navide?o que dirigi? a mediod?a Benedicto XVI desde el balc?n de la fachada de la Bas?lica de San Pedro del Vaticano antes de impartir la bendici?n "Urbi et Orbi".
"Verbum caro factum est" - "El Verbo se hizo carne" (Jn?1,14).
Queridos hermanos y hermanas que me escuch?is en Roma y en el mundo entero, os anuncio con gozo el mensaje de la Navidad: Dios se ha hecho hombre, ha venido a habitar entre nosotros. Dios no est? lejano: est? cerca, m?s a?n, es el "Emmanuel", el Dios-con-nosotros. No es un desconocido: tiene un rostro, el de Jes?s.
Es un mensaje siempre nuevo, siempre sorprendente, porque supera nuestras m?s audaces esperanzas. Especialmente porque no es s?lo un anuncio: es un acontecimiento, un suceso, que testigos fiables han visto, o?do y tocado en la persona de Jes?s de Nazaret. Al estar con ?l, observando lo que hace y escuchando sus palabras, han reconocido en Jes?s al Mes?as; y, vi?ndolo resucitado despu?s de haber sido crucificado, han tenido la certeza de que ?l, verdadero hombre, era al mismo tiempo verdadero Dios, el Hijo unig?nito venido del Padre, lleno de gracia y de verdad (cf.?Jn1,14).
"El Verbo se hizo carne". Ante esta revelaci?n, vuelve a surgir una vez m?s en nosotros la pregunta: ?C?mo es posible? El Verbo y la carne son realidades opuestas; ?c?mo puede convertirse la Palabra eterna y omnipotente en un hombre fr?gil y mortal? No hay m?s que una respuesta: el Amor. El que ama quiere compartir con el amado, quiere estar unido a ?l, y la Sagrada Escritura nos presenta precisamente la gran historia del amor de Dios por su pueblo, que culmina en Jesucristo.
En realidad, Dios no cambia: es fiel a s? mismo. El que ha creado el mundo es el mismo que ha llamado a Abraham y que ha revelado el propio Nombre a Mois?s: Yo soy el que soy... el Dios de Abraham, Isaac y Jacob... Dios misericordioso y piadoso, rico en amor y fidelidad (cf.?Ex?3,14-15; 34,6). Dios no cambia, desde siempre y por siempre es Amor. Es en s? mismo comuni?n, unidad en la Trinidad, y cada una de sus obras y palabras tienden a la comuni?n. La encarnaci?n es la cumbre de la creaci?n. Cuando, por la voluntad del Padre y la acci?n del Esp?ritu Santo, se form? en el regazo de Mar?a Jes?s, Hijo de Dios hecho hombre, la creaci?n alcanz? su cima. El principio ordenador del universo, el?Logos, comenz? a existir en el mundo, en un tiempo y en un lugar.
"El Verbo se hizo carne". La luz de esta verdad se manifiesta a quien la acoge con fe, porque es un misterio de amor. S?lo los que se abren al amor son cubiertos por la luz de la Navidad. As? fue en la noche de Bel?n, y as? tambi?n es hoy. La encarnaci?n del Hijo de Dios es un acontecimiento que ha ocurrido en la historia, pero que al mismo tiempo la supera. En la noche del mundo se enciende una nueva luz, que se deja ver por los ojos sencillos de la fe, del coraz?n manso y humilde de quien espera al Salvador. Si la verdad fuera s?lo una f?rmula matem?tica, en cierto sentido se impondr?a por s? misma. Pero si la Verdad es Amor, pide la fe, el 's?' de nuestro coraz?n?
Y, en efecto, ?qu? busca nuestro coraz?n si no una Verdad que sea Amor? La busca el ni?o, con sus preguntas tan desarmantes y estimulantes; la busca el joven, necesitado de encontrar el sentido profundo de la propia vida; la busca el hombre y la mujer en su madurez, para orientar y apoyar el compromiso en la familia y en el trabajo; la busca la persona anciana, para dar cumplimiento a la existencia terrenal.
"El Verbo se hizo carne". El anuncio de la Navidad es tambi?n luz para los pueblos, para el camino conjunto de la humanidad. El "Emmanuel", el Dios-con-nosotros, ha venido como Rey de justicia y de paz. Su Reino -lo sabemos- no es de este mundo, sin embargo, es m?s importante que todos los reinos de este mundo. Es como la levadura de la humanidad: si faltara, desaparecer?a la fuerza que lleva adelante el verdadero desarrollo, el impulso a colaborar por el bien com?n, al servicio desinteresado del pr?jimo, a la lucha pac?fica por la justicia. Creer en el Dios que ha querido compartir nuestra historia es un constante est?mulo a comprometerse en ella, incluso entre sus contradicciones. Es motivo de esperanza para todos aquellos cuya dignidad es ofendida y violada, porque Aquel que ha nacido en Bel?n ha venido a liberar al hombre de la ra?z de toda esclavitud.
Que la luz de la Navidad resplandezca de nuevo en aquella Tierra donde Jes?s ha nacido e inspire a israel?es y palestinos a buscar una convivencia justa y pac?fica. Que el anuncio consolador de la llegada del Emmanuel alivie el dolor y conforte en las pruebas a las queridas comunidades cristianas en Irak y en todo Oriente Medio, d?ndoles aliento y esperanza para el futuro, y animando a los responsables de las Naciones a una solidaridad efectiva para con ellas. Que se haga esto tambi?n en favor de los que todav?a sufren por las consecuencias del terremoto devastador y la reciente epidemia de c?lera en Hait?. Y que tampoco se olvide a los que en Colombia y en Venezuela, como tambi?n en Guatemala y Costa Rica, han sido afectados por recientes calamidades naturales.
Que el nacimiento del Salvador abra perspectivas de paz duradera y de aut?ntico progreso a las poblaciones de Somalia, de Darfur y Costa de Marfil; que promueva la estabilidad pol?tica y social en Madagascar; que lleve seguridad y respeto de los derechos humanos en Afganist?n y Pakist?n; que impulse el di?logo entre Nicaragua y Costa Rica; que favorezca la reconciliaci?n en la Pen?nsula coreana.
Que la celebraci?n del nacimiento del Redentor refuerce el esp?ritu de fe, paciencia y fortaleza en los fieles de la Iglesia en la China continental, para que no se desanimen por las limitaciones a su libertad de religi?n y conciencia y, perseverando en la fidelidad a Cristo y a su Iglesia, mantengan viva la llama de la esperanza. Que el amor del "Dios con nosotros" otorgue perseverancia a todas las comunidades cristianas que sufren discriminaci?n y persecuci?n, e inspire a los l?deres pol?ticos y religiosos a comprometerse por el pleno respeto de la libertad religiosa de todos.
Queridos hermanos y hermanas, "el Verbo se hizo carne", ha venido a habitar entre nosotros, es el Emmanuel, el Dios que se nos ha hecho cercano. Contemplemos juntos este gran misterio de amor, dej?monos iluminar el coraz?n por la luz que brilla en la gruta de Bel?n. ?Feliz Navidad a todos!
[Traducci?n distribuida por la Santa Sede
? Libreria Editrice Vaticana]
ZENIT? publica el mensaje que ha enviado con motivo de la Navidad a los sacerdotes el cardenal Mauro Piacenza, prefecto de la Congregaci?n para el Clero.
Reverendos y queridos sacerdotes:
Con alegr?a me dirijo a cada uno de vosotros, ante la inminencia de la Santa Navidad, record?ndoos en la oraci?n y pidiendo a la Luz que viene al mundo el don de santos sacerdotes para la Iglesia del tercer milenio.
Que el empe?ativo trabajo de estos d?as, por el que el Se?or y la Iglesia os dan profundamente las gracias, no os impida deteneros en silencio y con sorprendida y profunda adoraci?n ante ese Misterio, del que dependen radicalmente la salvaci?n del mundo y nuestra misma existencia sacerdotal.
El discurso con el que el Santo Padre Benedicto XVI ha dirigido sus propias felicitaciones a la Curia Romana, ha subrayado de manera especial el don que ha significado el A?o Sacerdotal, a pesar de las grandes fatigas que le han caracterizado. Con la l?cida y realista constataci?n de realidades inimaginables y doloros?simas, el Santo Padre ha invitado a toda la Iglesia al realismo de la fe y a la disponibilidad a la penitencia, elementos indispensables y constitutivos de toda aut?ntica, posible y deseada renovaci?n.
De rodillas, ante la gruta de Bel?n, contemplando al Verbo hecho carne y escuchando su gemido, lleno de ternura y al mismo tiempo prof?tico, mendigamos, por intercesi?n de la bienaventurada Virgen Mar?a, Reina de los Ap?stoles, y de san Jos?, su cast?simo esposo, que el Se?or haga grandes cosas en su Cuerpo, que ?l quiere siempre joven, renovado, resplandeciente y misionero.
Con estos sentimientos, aseguro a todos los queridos amigos sacerdotes, esparcidos por todo el mundo, un especial recuerdo en la oraci?n, y a cada uno le pido el apoyo con la oraci?n en el ministerio que me ha sido confiado.
Textos b?blicos, meditaciones y oraciones para el Octavario para el d?a primero, publicados en folleto para su celebraci?n recibido en la parroquia.
Joel 2, 21-22.28-29: Derramar? mi Esp?ritu sobre todo ser humano.
Salmo 46: Dios est? en medio de la ciudad.
Hechos 2, 1-12: Al llegar el d?a de Pentecost?s.
Juan 14, 15-21: El Esp?ritu de la verdad.
D?a primero
La Iglesia de Jerusal?n
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Comentario
El planteamiento de esta Semana de oraci?n por la unidad de los cristianos parte de Jerusal?n, el d?a de Pentecost?s, es decir, en el momento en que la Iglesia inicia su propia marcha.
El tema del Octavario es: ?Unidos en la ense?anza de los ap?stoles, la comuni?n fraterna, la fracci?n del pan y la oraci?n?.
?Ellos? designa la Iglesia primitiva de Jerusal?n, nacida el d?a de Pentecost?s en que el Par?clito, el Esp?ritu de verdad, descendi? sobre los primeros creyentes, como Dios lo hab?a prometido a trav?s del profeta Joel, y por el Se?or Jes?s en la noche anterior a su pasi?n y a su muerte. Todos los que viven en la continuidad del d?a de Pentecost?s, viven en la continuidad de la Iglesia primitiva de Jerusal?n y su responsable, Santiago. Esta Iglesia es nuestra Iglesia, madre de todos. Nos da la imagen o el icono de la unidad de los cristianos por la cual rogamos esta semana.
Seg?n una tradici?n oriental antigua, la sucesi?n eclesial se realiza en la continuidad con la primera comunidad cristiana de Jerusal?n. La Iglesia apost?lica de Jerusal?n se realiza en la Iglesia de la Jerusal?n celestial que, a su vez, se convierte en el icono de todas las Iglesias cristianas. En se?al de su continuidad con la Iglesia de Jerusal?n, todas las Iglesias deben conservar las ?caracter?sticas? de la primera comunidad cristiana, por su asiduidad ?a la ense?anza de los ap?stoles, la comuni?n fraterna, la fracci?n del pan y la oraci?n?.
La Iglesia actual de Jerusal?n vive especialmente su continuidad con la Iglesia apost?lica de Jerusal?n a trav?s del costoso testimonio que ella da de la verdad. Su testimonio dado por el Evangelio y su lucha contra las desigualdades e injusticias nos recuerdan que la oraci?n por la unidad de los cristianos es inseparable de la oraci?n por la paz y la justicia.
Oraci?n
Dios todopoderoso y misericordioso, que con gran poder has reunido a los primeros cristianos de Jerusal?n por el don del Esp?ritu Santo, desafiando as? el poder humano del Imperio romano. Haz que, como la primera Iglesia de Jerusal?n, podamos reunirnos en la dignidad de predicar y vivir la buena noticia de la reconciliaci?n y de la paz, por todas partes donde existen desigualdades e injusticias. Te lo pedimos en nombre de Jesucristo, que nos libera de los v?nculos del pecado y de la muerte. Am?n.
Mensaje de los Obispos de la Comisi?n Episcopal para las Relaciones Interconfesionales con motivo de la Semana de oraci?n por la Unidad de los Cristianos, recibido con los materiales para su celebraci?n del 18-25 de enero de 2011.?
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"Unidos en la ense?anza de los ap?stoles..." (Hech 2,42)
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Lectio divina para el segundo domingo del Tiempo Ordinario, ofrecida por la Delegaci?n Diocesana de Liturgia de la di?cesis de Tenerife.
LECTURA: ?????????????Juan 1, 29‑34?
En aquel tiempo, al ver Juan a Jes?s que ven?a hacia ?l, exclam?: ?ste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este es aqu?l de quien yo dije: ?Tras de m? viene un hombre que est? por delante de m?, porque exist?a antes que yo.? Yo no lo conoc?a, pero ha salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel.
Y Juan dio testimonio diciendo: He contemplado al Esp?ritu que bajaba del cielo como una paloma y se pos? sobre ?l. Yo no lo conoc?a, pero el que me envi? a bautizar con agua me dijo: Aqu?l sobre quien veas bajar el Esp?ritu y posarse sobre ?l, ?se es el que ha de bautizar con Esp?ritu Santo. Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que ?ste es el Hijo de Dios.
MEDITACI?N:??????????????ste es el Cordero de Dios?
??????????? Se nos ha quedado como frase hecha, con profundas ra?ces b?blicas, y que resuena a algo desbordante ya realizado y, al mismo tiempo, a tarea que abrazar. Y que deja ya apuntado lo que va a ser tu paso por nuestra historia.
??????????? Lo realizado es que t?, Se?or, nos amas a todos los hombres, sin distinci?n, y desde ese amor, has pasado poniendo vida, hasta entregarla, porque el amor es as?, aunque nos cueste entenderlo, a fuerza de desfigurarlo. El amor no quita vida, eso es f?cil, la da, y eso es m?s complicado y requiere mucha fuerza, fuerza interior. Y cuando falta fuerza interior terminamos volviendo a la exterior, que es m?s burda, pero m?s f?cil y apta para todos.
Insertos en esta realidad, necesitamos de alguien que de nuevo, como Juan, nos dirija la mirada hacia ti, porque t?, desde tus opciones, nos abres el horizonte del sentido de nuestra vida, de nuestra humanidad. Nos abres las puertas de tu casa y de tu coraz?n, para descubrirnos el nuestro, ?y nos confirmas que en ti no caminamos ni en el vac?o ni hacia el vac?o, sino hacia la plenitud del amor que est? y se realiza en ti.
??????????? Y con esa afirmaci?n, y desde la realidad de tu donaci?n, nos invitas y nos llamas, me llamas, a ser contigo y desde ti, hacedor de amor, cordero y no lobo. Tratamos de disimularlo, pero vivimos amenazados, tal vez m?s inseguros y m?s vigilados que nunca. Tristemente est? volviendo a coger una fuerza tremenda aquella frase que quiso definir al hombre como ?lobo para el hombre?. Y t? me invitas, una vez m?s, a ser cordero, a ser hacedor de paz, de bondad, de perd?n, de vida. Y t? te sigues acercando para poner luz y cordura en nuestra vida, mientras nosotros seguimos en apagarla y desquiciarla. Pero no te canses, mant?n viva tu llama en m?.?????????
ORACI?N:????????????????Que sea cordero, Se?or?
??????????? Que sea cordero, Se?or, que no es sin?nimo de borrego, ni de gregario, sino de inocencia, de cercan?a, de bondad, de paz.
??????????? Que sea como t?, cordero. Que prefiera sufrir el mal antes que hacerlo, que no significa ser tonto, sino tener la valent?a y el coraje de romper cualquier c?rculo de violencia que se me quiera imponer. Ay?dame a ser instrumento pac?fico y pacificador, a ser como Juan testigo de tu presencia.
CONTEMPLACI?N:???????????????Como t??
Vienes a m?
como cordero,
pac?fico y pacificador,
ofreciendo vida
y brindando amor.
Y siento que me llamas,
en medio de tantos lobos,
a seguir siendo cordero,
pac?fico y pacificador,
como t?.
Homil?a de monse?or Miguel Esteban Hesayne, obispo em?rito de Vidma, para el 4? domingo de Adviento (19 de diciembre de 2010). (AICA)
CELEBRANDO NAVIDAD PARA UN A?O NUEVO EN PAZ??????????
A m?s de 2000 a?os de la primera Navidad, la hist?rica, la real, tras esta misma palabra: NAVIDAD, se encierran las m?s variadas maneras de entender lo que significa Navidad
La Navidad real ha sufrido tal deterioro, que es como una art?stica escultura hecha a?icos. No hay nada m?s que leer los t?tulos de revistas, diarios o ver o escuchar la publicidad de la T.V. o Radio. Para ?festejar en grande? la Navidad hay que comprar y comprar regalos y m?s regalos. Es la navidad del consumo y de la diversi?n, del placer de abundantes manjares rociados con buenos vinos con olvido indiferente de lo que pasa afuera del entorno ?ntimo? Hasta con inventada y pseudo espiritualidad, se ofrecen ??Cuentos de navidad? para amenizar la reuni?n familiar? Esta falsa navidad comenz?, cambiando el Pesebre? por el ?rbol y hoy queda reducida a una palabra-consigna para festejos y diversiones, paseos y turismo y hasta derroche irritante ante la miseria de millones de hermanas y hermanos nuestros? Vayamos a la historia real. Lucas, evangelista, especialista en la historia de la infancia de Jes?s, describe la primera Navidad en estos t?rminos:
?Mientras estaban en Bel?n, a Mar?a le lleg? la hora del nacimiento de su hijo.
Como no encontraron ning?n cuarto donde pasar la noche,
los hospedaron en el lugar de la casa d?nde se cuidan los animales.
Cuando el ni?o naci?, Mar?a lo envolvi? en pa?ales
y lo acost? en un pesebre? Lucas 2, 6-7
Unos pastores, que se encontraban en la cercan?a, al tener la noticia de que su Salvador acababa de nacer, corrieron a Bel?n para ver esto que Dios les anunciaba y Lucas insiste en un hecho conmovedor, impensado, admirable, describiendo la escena navide?a de la primera Noche Buena en Bel?n de Jud?: ?y encontraron a Mar?a y a Jos?
y al ni?o acostado en el pesebre? Lc.2.16
La NAVIDAD que nos regal? el Amor de Dios a nosotros, hombres y mujeres de todos los tiempos y de todos los lugares de esta tierra, es: un ni?o acostado en un pesebre.
Ese Ni?o es Dios hecho hombre, llamado Jes?s, acostado en dura y desnuda madera. Lo que hace Navidad es Jes?s, el Hijo del Padre-Dios, cuya Madre se llama Mar?a. Navidad, entonces, es Jes?s para quienes lo quieran recibir. Jes?s, el Salvador del mundo entero, nace vac?o de cosas? en absoluta pobreza, nace excluido y marginado. Su madre, Mar?a y su padre adoptivo Jos?, tan pobres y marginados que no le pudieron ofrecer m?s que una dura madera en donde reclinarlo. Los primeros visitantes? gente mal vista por la sociedad? y desprovista de lo elemental. Su entrada a nuestra historia entre quienes ven?a a liberar de todo mal, fue, literalmente, desde los m?s pobres y lejos del m?s m?nimo bienestar material. ?Esta extrema situaci?n del nacimiento del Hijo de Dios fue sadismo o un signo del mism?simo? Padre-Dios, indic?ndonos las condiciones para recibir su ?regalo? ?nuestro Salvador- y as? celebrar la aut?ntica Navidad? A la luz de la Fe Cristiana que sabe que Dios es puro AMOR no cabe duda alguna en afirmar que el Papito-Dios nos est? ense?ando cu?l es la Navidad real; cu?les son los preparativos que hemos de emplear, cuidadosamente, si pretendemos celebrar una aut?ntica Navidad y recibir al Salvador.-No cabe duda, que con un coraz?n vac?o de propios intereses y lleno de ganas de servir a los dem?s que nos rodean. Si cada ciudadano argentino, cristiano, en esta Navidad opta por celebrar la Navidad aut?ntica, se ir? encontrando con Jes?s Salvador, en un mayor compromiso social-pol?tico por una justicia en el amor, para combatir ?la persistencia de la pobreza e inequidad?, allanar ?la dificultad para el di?logo? y desterrar ?la violencia y la agresi?n y el desprecio a los inmigrantes? Llagas que se agravan en la sociedad argentina porque esta sociedad no le da lugar a Jes?s Salvador, que se hace presente en los sin techos, sin alimentos, sin medicamentos, sin educaci?n, en los excluidos.? Mt. 25, 31-46. Cuando no hay lugar para Dios-Amor, se enciende el fuego destructor. Cuando se da lugar al ?dios dinero? aparece la injusticia que engendra violencia. Qu? hacer? dar lugar a Jes?s, nacido en Bel?n y reinar?n la justicia y la Paz social. Lc.2, 14.?
Mons. Miguel Esteban Hesayne, obispo em?rito de Vidma
Homil?a de monse?or Juan Rub?n Mart?nez, obispo de Posadas para el 4? domingo de Adviento (19 de diciembre de 2010). (AICA)
En este ?ltimo domingo del adviento ya estamos pr?ximos a celebrar la Navidad. Uno de los ejes de la oraci?n y reflexi?n de este tiempo es la esperanza. La espera y expectativa de los contempor?neos de Jes?s en la llegada del Mes?as, es actualizada por la liturgia del adviento, que nos prepara para el nacimiento del Se?or.
Es un tiempo especial porque vamos cerrando el a?o, quiz? cansados por la intensidad de lo vivido. Las luces navide?as de los pueblos y ciudades empiezan a encenderse, as? como las despedidas festivas. En medio de esta realidad es importante evaluarnos y tratar de salir por un momento de tantas urgencias, para ver si ?aquello que es importante? como nuestros ideales y valores, as? como la familia, la vida, la solidaridad? ocupan un lugar central en nuestro coraz?n. La Navidad, el Dios hecho hombre, el nacimiento marginal de Jes?s en el pesebre, nos permiten comprender ?el lenguaje de Dios? y ubicarnos en aquello que es central, para responder a tantas urgencias que nos agobian.
La Navidad es un tiempo de gracia que nos puede llevar a ?volver a Dios?. No es f?cil porque nos juega en contra el excesivo consumismo de la ?poca. Lamentablemente dicho consumismo usa hasta las fiestas fundamentales como la Navidad y la vac?a de contenido. ?Cu?ntas familias se re?nen, festejan y se olvidan el sentido y el por qu? del festejo? ?Cu?ntos saludos de fin de a?o y deseos de felicidades, que siguen marginando a Jes?s?
Si bien hay mucha religiosidad y nuestra cultura local es especialmente religiosa, con una fuerte ra?z cat?lica, muchos no practican su fe y desconocen b?sicamente sus contenidos. El adviento es un tiempo oportuno para ?volver a Dios?. En las capillas se multiplican los pesebres y las Misas navide?a. La fe necesita ser compartida y requiere nuestro compromiso y b?squeda de comuni?n con otros hermanos que est?n en el mismo camino. El pesebre nos ayuda a convertirnos. Nos permite comprender que no necesitamos mucho para ser amigos de Dios. Ante el pesebre descubrimos la peque?ez, la necesidad de la humildad, la grandeza y la esperanza.
Una de las dificultades para ?volver a Dios? en este inicio del siglo XXI es el creciente subjetivismo de la fe. Cuando nos pasa esto es porque fuimos acomodando la fe a nuestro parecer, afectos y criterios. Es una tendencia fuerte este excesivo subjetivismo que nos lleva a adecuar la propuesta de Jesucristo, el Se?or, a lo que nos parece y nos gusta en el momento, eludiendo aquello que nos ense?a el Evangelio. Si bien es cierto que su propuesta habitualmente es exigente, tenemos la certeza que siempre el camino que ?l nos propone lleva a la verdadera felicidad.
Al finalizar el a?o queremos agradecer por tantas cosas vividas como Di?cesis. El camino de nuestro S?nodo, con la Asamblea que hemos tenido en junio pasado, para evaluar y proyectarnos con la tem?tica sobre juventud, familia y laicos para seguir trabajando en nuestras comunidades con ?las orientaciones pastorales? que hemos actualizado. Lo vivido como espiritualidad de Loreto con la venida del coraz?n de San Roque Gonz?lez que fue un momento de especial gracia de Dios y de compromiso evangelizador. El laicado que va haciendo consistente el trabajo evangelizador en las distintas ?reas pastorales, y sobre todo el incremento vocacional en nuestro Seminario Santo Cura de Ars que es un verdadero signo de esperanza. Este a?o con sus primeros frutos, con las ordenaciones sacerdotales del P. Julio Centuri?n, P. Alonso Freiberger y el P. Gervasio Silva. Tambi?n como en la vida tenemos dolores y sufrimientos, y motivos para pedir perd?n a Dios, y con la gracia del adviento buscar la conversi?n y ?volver a Dios?.
Ya tan pr?ximos a la noche buena y Navidad debemos preguntarnos si queremos realmente ?volver a Dios?. Volver a Dios, implica revisar nuestras vidas, cambiar, arrepentirnos, potenciar nuestros dones y confiar que podemos mejorar. Volver a Dios requiere gestos concretos relacionados a Dios y a nuestros hermanos. Tambi?n expresar nuestra fe en la participaci?n de la Misa de noche buena o de Navidad. En poner un pesebre en nuestros hogares. En hacer la bendici?n de nuestra mesa familiar. ?Rezar? S?, rezar juntos. Seguramente la oraci?n nos permitir? descubrir un nuevo sentido al encuentro familiar y con amigos que realizaremos en esta Navidad. Reencontrarnos m?s profundamente con Jes?s en el pesebre navide?o nos permitir? reencontrarnos en la esperanza.
?Les deseo una Feliz Navidad y hasta el pr?ximo domingo!?
Mons. Juan Rub?n Mart?nez, obispo de Posadas?
Mensaje de monse?or Mario Luis Bautista Mauli?n, arzobispo de Paran? para la Navidad 2010. (AICA)
La fiesta de la Navidad (y tambi?n la del A?o Nuevo) traen para muchos la renovaci?n de la alegr?a, de la esperanza y de la vida. Quienes creemos en Jes?s, Hijo del Dios Eterno, hecho hombre en el seno de su Madre, la Virgen Mar?a, reavivamos esa alegr?a porque sentimos que ?l ha venido y viene a salvarnos. Quienes no comparten esta fe, sienten tambi?n en estas fiestas las ansias, los anhelos y los deseos de paz, de esperanzas y de vida.
Estas fiestas nos llevan a la expectativa y la necesidad de cosas que interiormente a?oramos? como la paz, una vida mejor, una esperanza que sea m?s que un sue?o imposible: a?oramos todo esto porque, en distintos grados, nos falta.
Estas fiestas no pueden permitir salir un poco del ritmo concreto y vertiginoso de nuestra vida y poder mirar nuestra persona y nuestra convivencia familiar y social con ojos renovados, con ojos de amor y de paz.
El a?o que termina y que hemos recorrido juntos estuvo marcado por muchos acontecimientos de distintas dimensiones: unos, alegres, esperanzadores, otros tristes, penosos, desencontrados, desconcertantes.
Pienso que tenemos que mirar todo esto con serenidad y con seriedad: junto a lo positivo y valioso de mucho de lo vivido est?n tambi?n los acontecimientos penosos, tristes y lamentables. Tanto lo positivo como lo negativo nos afectan y nos tocan como personas individuales, como miembros de una familia, como miembros de nuestra sociedad.
La propia persona, la familia, la sociedad no son realidades ya hechas y constituidas. Mas bien las vamos construyendo (o deteriorando) seg?n como actuemos. Y alcanzan todo el ?mbito de nuestra realidad. Creo que de un modo particular abarcan el ?mbito de la vida, de la familia y de la convivencia social.
En todo el ?mbito de la VIDA, en especial de la vida humana, vemos aspiraciones, logros muy positivos, alentadores para promoverla, cuidarla, cultivarla. Pero tambi?n se advierten signos y s?ntomas negativos y alarmantes: descuido por la vida en muy diversas formas y grados con conductas que van desde el desinter?s por el otro hasta la perversi?n de destruir la vid. La droga, el alcoholismo, la violencia, la prostituci?n y el abuso hacia otros son realidades que parecen ir creciendo y aumentando. En todo esto siempre hay v?ctimas, con frecuencia, inocentes Y, algo m?s inquietante: diversas corrientes de pensamiento que buscan justificar todo esto.
En el ?mbito de la FAMILIA, junto con logros muy positivos, hay situaciones que la condicionan, perturban o degradan. Sin ?nimo de generalizar, se ve que la familia va perdiendo estabilidad y consistencia, la relaci?n entre esposos, padres e hijos se debilita y la familia, el ?mbito vital en el que los hombres nos formamos desde el nacimiento, va perdiendo? - por falta de amor y entrega generosa -? la s?lida unidad que la hace vigorosa.
En la CONVIVENCIA SOCIAL junto con los grandes esfuerzos por lograr una convivencia que se acerque a ser una verdadera amistad social, se notan situaciones de enfrentamientos, luchas, fragmentaciones y un avance de los interesas personales o sectoriales sobre el aut?ntico Bien Com?n que caracteriza a una sociedad justa.
Desde la perspectiva y el esp?ritu de la Navidad, tanto a creyentes como a no creyentes, se nos abren caminos de compromisos por la defensa y cultivo de la VIDA en todas sus formas, desde la misma concepci?n hasta su fin natural, particularmente para los m?s desprotegidos e indefensos.
Estamos llamados a consolidar nuestra FAMILIA por el ?nico camino que la hace consistente: el amor servicial y abnegado de cada uno hacia los dem?s miembros que la componen.
La CONVIVENCIA SOCIAL arm?nica, justa, solidaria no es s?lo una saludable aspiraci?n. Es, sobre todo, tarea de cada uno y de todos, para hacer de nuestra sociedad una patria de hermanos y amigos.
La Paz, anunciada a los pastores en el Bel?n cuando naci? Jes?s, es la Paz que desde lo m?s hondo del coraz?n y desde el Amor de Dios se nos propone para que vigoricemos nuestras personas, nuestras familias, nuestra sociedad. Haciendo as?, tendr? un contenido muy humano lo que expresamos en los saludos que mutuamente nos estamos dando: ?FELIZ NAVIDAD!?
Mons. Mario Luis Bautista Mauli?n, arzobispo de Paran?
Paran?, Navidad de 2010?
Mensaje de monse?or Domingo Salvador Castagna, arzobispo de Corrientes para la Navidad 2010. (AICA)
NAVIDAD 2010??????????????
Cuando la fe se apaga, los grandes acontecimientos religiosos se vuelven extra?os e incomprensibles. Quienes tenemos muchos a?os, hemos presenciado el deterioro y vaciamiento progresivo de la Navidad. Muchos de quienes la ?celebran?, al est?mulo de una tradici?n meramente folcl?rica, ignoran su verdadero sentido y no pueden explicar sus or?genes. En tiempos de un implacable enjuiciamiento a las tradiciones cristianas se encuentran muchos bautizados desprovistos de los contenidos necesarios de la fe que dicen profesar.? Es lo que se observa en la Europa moderna - que insiste en negar sus ra?ces cristianas ? y que se extiende, como una moda ideol?gicamente perniciosa, en nuestros pa?ses latinoamericanos. Ya no es la incongruente indiferencia de numerosos dirigentes pol?ticos y sociales, sino el ataque de la incredulidad ilustrada contra la fe simple del pueblo.
La Iglesia, garante de la fe, es desafiada a cambiar su metodolog?a evangelizadora hasta adecuarla a las exigencias de hombres y mujeres creyentes que se niegan a caer en la trampa moderna de la apostas?a. Lamentablemente el estilo comunicacional de muchos medios exhibe una jerarquizaci?n de las noticias que privilegia el esc?ndalo, y su prolongada exposici?n, frente a los grandes y numerosos testimonios de santidad de aut?nticos creyentes. Para restablecer la salud, a Dios gracias no definitivamente perdida, es preciso volver a los or?genes. Para ello se requiere una honestidad a toda prueba, en base a la humildad. Los ni?os mantienen esa disposici?n; se equiparan a ellos los pobres y humildes o ?los peque?os?, debidamente? identificados por Jes?s: ?Te doy gracias Padre porque estas cosas las has revelado a los peque?os???? Mientras se intenta eliminar los signos originales, hasta reducir la Natividad de Jes?s a una mera fiesta familiar, reaparece la ense?anza del Maestro: ?nicamente los ?humildes? podr?n recuperar el sentido de la celebraci?n tradicional. Y con el sentido, el hecho real de la Encarnaci?n del Hijo de Dios.
Es m?s sabio un ni?o absorto y orando ante una versi?n rudimentaria del Pesebre original que los promotores de una fabula tard?a que intenta reemplazarlo. En el ni?o est? el alma de la gente pobre, poseedora del Reino, que no entiende por qu? se empe?an en borrar la verdad del nacimiento del Ni?o Dios. La Iglesia tendr? que retomar las armas de la evangelizaci?n y salir al encuentro del relativismo agn?stico que pretende armar un mundo sin infancia inocente, ateizada desde la cuna y educada al margen de valores cristianos, con la complicidad de espect?culos infantiles que causan un verdadero vac?o del sentido religioso de la vida. En esta simple consideraci?n hubiera preferido eludir el actual estado de la celebraci?n navide?a. No es posible. Nos queda como ?nico recurso volvernos a la Palabra inalterable que escuchamos y celebramos en nuestros templos. Este mundo, que es nuestro? y nos duele en el alma, necesita un llamado de alerta, con poder suficiente para causar un saludable cambio de rumbo. No se lograr? depositando la confianza absoluta en el poder de la t?cnica y de la ciencia sino en la gracia de Cristo.
El Papa Benedicto XVI, con la clarividencia intelectual y espiritual que lo distingue acaba de decirnos: ?Al alba? del tercer milenio, no s?lo hay todav?a muchos pueblos que no han conocido la Buena Nueva, sino tambi?n muchos cristianos necesitados de que se les vuelva a anunciar persuasivamente la Palabra de Dios, de manera que puedan experimentar concretamente la fuerza del Evangelio. Tantos hermanos est?n bautizados, pero no suficientemente evangelizados?. (Verbum Domini N? 96) El espacio festivo que perdura, a veces como un cascar?n vac?o, nos ofrece la oportunidad de retomar el curso de la evangelizaci?n apost?lica. Gracias al Cielo, en Argentina 2010, a?n no est? prohibido hablar de la Navidad. Es el momento de confiar en el poder del aut?ntico acontecimiento. Basta recordarlo en silencio y volver a la actitud sabia de quienes no se averg?enzan de orar ante el Divino Ni?o, junto a su Madre y a Jos?. En estos t?rminos deseo a todos una ?MUY FELIZ NAVIDAD!??
Mons. Domingo Salvador Castagna, arzobispo em?rito de Corrientes?
ZENIT nos ofrece el?discurso que el Papa Benedicto XVI dirigi?el mi?rcoles 22 de Dicembre de 2010?a los peregrinos congregados en el Aula Pablo VI para la audiencia general.
Queridos hermanos y hermanas
Con esta ?ltima audiencia antes de las fiestas de Navidad, nos acercamos, temblorosos y llenos de asombro, al ?lugar? donde todo comenz? por nosotros y por nuestra salvaci?n, donde todo encontr? su cumplimiento, all? donde se encontraron y se entrecruzaron las esperanzas del mundo y del coraz?n humano con la presencia de Dios.
Podemos ya desde ahora pregustar la alegr?a por esa peque?a luz que se entrev?, que desde la gruta de Bel?n comienza a irradiarse en el mundo. En el camino del Adviento, que la liturgia nos ha invitado a vivir, se nos ha acompa?ado para acoger con disponibilidad y reconocimiento el gran Acontecimiento de la venida del Salvador y para contemplar maravillados su entrada en el mundo.
La esperanza gozosa, caracter?stica de los d?as que preceden la Santa Navidad, es ciertamente la actitud fundamental del cristiano que desea vivir con fruto el renovado encuentro con Aquel que viene a habitar en medio de nosotros: Cristo Jes?s, el Hijo de Dios hecho hombre. Volvemos a encontrar esta disposici?n del coraz?n,y la hacemos nuestra, en aquellos que en primer lugar acogieron la venida del Mes?as: Zacar?as e Isabel, los pastores, el pueblo sencillo, y especialmente Mar?a y Jos?, los cuales probaron en primera persona el temblor, pero sobre todo el gozo por el misterio de este nacimiento. Todo el Antiguo Testamento constituye una ?nica gran promesa, que deb?a realizarse con la venida de un salvador poderoso. De ello da testimonio en particular el libro del profeta Isa?as, el cual nos hablar de los sufrimientos de la historia y de toda la creaci?n por una redenci?n destinada a volver a dar nuevas energ?as y nueva orientaci?n al mundo entero. As?, junto a la espera de los personajes de las Sagradas Escrituras, encuentra espacio y significado, a trav?s de los siglos, tambi?n nuestra espera, la que en estos d?as estamos experimentando y la que nos mantiene en pie durante todo el camino de nuestra vida. Toda la existencia humana, de hecho, est? animada por este profundo sentimiento, por el deseo de que lo m?s verdadero, lo m?s bello y lo m?s grande que hemos entrevisto e intuido con la mente y el coraz?n, pueda salir a nuestro encuentro y se haga concreto ante nuestros ojos y nos vuelva a levantar.
?He aqu? que viene el Se?or omnipotente: se llamar? Enmanuel, Dios-con-nosotros? (Ant?fona de entrada, Santa Misa del 21 de diciembre). Con frecuencia, en estos d?as, repetimos estas palabras. En el tiempo de la liturgia, que vuelve a actualizar el Misterio, ya est? a las puertas Aquel que viene a salvarnos del pecado y de la muerte, Aquel que, despu?s de la desobediencia de Ad?n y Eva, nos vuelve a abrazar y abre para nosotros el acceso a la vida verdadera. Lo explica san Ireneo, en su tratado ?Contra las herej?as?, cuando afirma: ?El Hijo mismo de Dios descendi? 'en una carne semejante a la del pecado' (Rm 8,3) para condenar el pecado y, despu?s de haberlo condenado, excluirlo completamente del g?nero humano. Llam? al hombre a la semejanza consigo mismo, lo hizo imitador de Dios, lo encamin? en el camino indicado por el Padre para que pudiese ver a Dios, y le diese en don al mismo Padre? (III, 20, 2-3).?
Nos aparecen algunas ideas preferidas de san Ireneo, que Dios con el Ni?o Jes?s nos llama a la semejanza consigo mismo. Vemos c?mo es Dios. Y as? nos recuerda que deber?amos ser semejantes a Dios. Y que debemos imitarlo. Dios se ha entregado, Dios se ha entregado en nuestras manos. Debemos imitar a Dios. Y finalmente la idea de que as? podemos ver a Dios. Una idea central de san Ireneo: el hombre no ve a Dios, no puede verlo, y as? est? en la oscuridad sobre la verdad,sobre s? mismo. Pero el hombre, que no puede ver a Dios, puede ver a Jes?s. Y as? ve a Dios, as? empieza a ver la verdad, as? empieza a vivir.
El Salvador, por tanto, viene para reducir a la impotencia la obra del mal y todo aquello que a?n puede mantenernos alejados de Dios, para restituirnos al antiguo esplendor y a la paternidad primitiva. Con su venida entre nosotros, ?l nos indica y nos asigna tambi?n una tarea: precisamente la de ser semejantes a ?l y de tender a la verdadera vida, de llegar a la visi?n de Dios en el rostro de Cristo. De nuevo san Ireneo afirma: ?El Verbo de Dios puso su morada entre los hombres y se hizo Hijo del hombre, para acostumbrar al hombre a comprender a Dios y para acostumbrar a Dios a poner su morada en el hombre seg?n la voluntad del Padre. Por esto, Dios nos dio como 'signo' de nuestra salvaci?n a aquel que, nacido de la Virgen, es el Enmanuel? (ibidem). Tambi?n aqu? hay una idea central muy bella de san Ireneo: tenemos que acostumbrarnos a percibir a Dios.Dios est? normalmente alejado de nuestra vida, de nuestras ideas, de nuestro actuar. Ha venido junto a nosotros y tenemos que acostumbrarnos a estar con Dios. Y, audazmente, Ireneo se atreve a decir que tambi?n Dios tiene que acostumbrarse a estar con nosotros y en nosotros. Y que Dios quiz?s deber?a acompa?arnos en Navidad, acostumbrarnos a Dios, como Dios se tiene que acostumbrar a nosotros, a nuestra pobreza y fragilidad. La venida del Se?or, por ello, no puede tener otro objetivo que el de ense?arnos a ver y a amar los acontecimientos, el mundo y todo lo que nos rodea, con los mismos ojos de Dios. El Verbo hecho ni?o nos ayuda a comprender el modo de actuar de Dios, para que seamos capaces de dejarnos transformar cada vez m?s por su bondad y por su infinita misericordia.
En la noche del mundo, dej?monos a?n sorprender e iluminar por este acto de Dios, que es totalmente inesperado: Dios se hace Ni?o. Dej?monos sorprender, iluminar por la Estrella que inund? de alegr?a el universo. Que el Ni?o Jes?s, al llegar a nosotros, no nos encuentre sin preparar, empe?ados solo a hacer m?s bella y atrayente la realidad exterior. Que el cuidado que ponemos en hacer m?s resplandecientes nuestras calles y nuestras casas nos impulse a?n m?s a predisponer nuestra alma para encontrarnos con Aquel que vendr? a visitarnos. Purifiquemos nuestra conciencia y nuestra vida de lo que es contrario a esta venida: pensamientos, palabras, actitudes y obras, impuls?ndonos a hacer el bien y a contribuir a realizar en este mundo nuestro la paz y la justicia para todo hombre y a caminar as? al encuentro del Se?or.
Signo caracter?stico del tiempo navide?o es el bel?n. Tambi?n en la Plaza de San Pedro, seg?n la costumbre, est? casi preparado y se asoma idealmente sobre Roma y sobre el mundo entero, representando la belleza del Misterio de Dios que se hizo hombre y puso su tienda en medio de nosotros (cfr Jn 1,14). El bel?n es expresi?n de nuestra espera, de que Dios se acerque a nosotros, de que Jes?s se acerque a nosotros, pero tambi?n de la acci?n de gracias a Aquel que decidi? compartir nuestra condici?n humana, en la pobreza y en la sencillez. Me alegro porque permanece viva, e incluso se est? redescubriendo, la tradici?n de preparar el bel?n en las casas, en los lugares de trabajo, en los lugares de encuentro. Que este testimonio genuino de fe cristiana pueda ofrecer tambi?n hoy para todos los hombres de buena voluntad un icono sugerente del amor infinito del Padre hacia todos nosotros. Que los corazones de los ni?os y de los adultos puedan a?n sorprenderse ante ?l.
Queridos hermanos y hermanas, que la Virgen Mar?a y san Jos? nos ayuden a vivir el Misterio de la Navidad con gratitud renovada al Se?or. En medio de la fren?tica actividad de nuestros d?as, que este tiempo nos d? un poco de calma y de alegr?a y nos haga tocar con la mano la bondad de nuestro Dios, que se hace Ni?o para salvarnos y dar nuevo aliento y nueva luz a nuestro camino. Este es mi deseo para una santa y feliz Navidad: lo dirijo con afecto a todos vosotros aqu? presentes, a vuestros familiares, en particular a los enfermos y a los que sufren, como tambi?n a vuestras comunidades y a vuestros seres queridos.
[En espa?ol dijo]
Saludo a los grupos de lengua espa?ola, en particular a los peregrinos de Alange y C?rdoba, as? como a los dem?s fieles provenientes de Espa?a, M?xico y otros pa?ses latinoamericanos. Deseo a todos una feliz Navidad y os invito a preparar vuestro coraz?n para recibir al Ni?o Jes?s. Que la Virgen Mar?a y San Jos? nos ayuden a vivir el Misterio de este tiempo santo con renovada gratitud al Se?or, ofreciendo a los dem?s paz y alegr?a. Muchas gracias.
[Traducci?n del original italiano por Inma ?lvarez
?Libreria Editrice Vaticana]
Reflexi?n para el domingo segundo del Tiempo Ordinario - A, ofrecida por el sacerdote Don Juan Manuel P?rez Pi?ero.
ECOS DEL DIA DEL SE?OR
II Domingo del Tiempo Ordinario ?(A)???
Queridos amigos y amigas:
El Domingo pasado, sal?amos de la Navidad fijando nuestros ojos en Jesucristo que, con su Bautismo,? iniciaba su Vida P?blica. Durante esta semana, hemos venido escuchando sus primeras palabras, contemplando la elecci?n de sus primeros disc?pulos, algunos de sus milagros, su poder sobre el demonio, sus primeros pasos?
En el Evangelio de hoy, escuchamos la presentaci?n que hace Juan Bautista, de Jesucristo: ??ste es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo?.
A nosotros nos puede parecer una expresi?n un tanto extra?a, aunque sea habitual en la vida de la Iglesia? Sin embargo, para un jud?o piadoso, era un t?tulo mesi?nico? Por eso, dos de los disc?pulos de Juan, al o?rlo, siguieron a Jes?s (Jn 1, 35 ? 38).
Los jud?os, en efecto, ten?an muchos sacrificios, especialmente, el sacrificio pascual, conoc?an el Canto del Siervo de Yahv? del profeta Isa?as, del que escuchamos un fragmento en la primera lectura de este Domingo? Entend?an, por tanto, perfectamente, la expresi?n del Bautista.
De esta manera, se enlaza la Navidad (que tambi?n se llama pascua) con la Pascua, el ?Misterio Pascual, mediante el cual, Jesucristo quita el pecado del mundo. Por eso, en el salmo responsorial, se nos presenta la actitud de Jesucristo, al entrar en el mundo, y por tanto, la actitud de cada cristiano que este Domingo proclama: ?Aqu? estoy, Se?or, para hacer tu voluntad?.
A los evangelistas les ven?a muy bien recordar a los cristianos el testimonio del Bautista, porque ten?a una gran autoridad en las primeras comunidades cristianas.
Este t?tulo de Jes?s, el Cordero que quita el pecado del mundo, es para nosotros muy importante. Expresa el objetivo fundamental de la venida de Jesucristo al mundo: redimirnos del pecado y darnos la vida divina.
Quitar el pecado del mundo es algo fundamental, porque el pecado de Ad?n y de cada persona, constituye una fuente incesante de males? ?Qu? ser?a del mundo, de la sociedad, de la misma Iglesia..., si se pudiera quitar todo pecado, de modo que cada persona estuviera centrada en hacer, en cada momento, lo que Dios quiere?! Pues a eso estamos convocados los cristianos. Esa es nuestra tarea y nuestra misi?n fundamental. Pero eso no se puede imponer por la fuerza. Se nos ofrece como don que respeta la libertad. Aqu? est? la tragedia de la historia humana: ?Que pudiendo ser dichosa, siguiendo los preceptos del Se?or, ?se cierra a su mensaje, sufre y muere...?
En nuestros d?as, vemos como los responsables de las naciones multiplican las organizaciones internacionales, los encuentros, las negociaciones? Y qu? dif?cil se hace, a veces, lograr un acuerdo. Para los cristianos todo est? muy claro: La Palabra de Dios, nos ofrece desde antiguo, la soluci?n, (la salvaci?n):??Cumplir los preceptos del Se?or...!
Pero en nuestro tiempo, los mandamientos no est?n de moda, los preceptos del Se?or, que constituyen, en gran parte, el patrimonio ?tico de la humanidad, repelen. Sin, embargo, los cristianos estamos educados en la escuela de la Palabra de Dios, que en el Libro de Los Salmos, canta y proclama la sabidur?a del Se?or, cuya ley ?es perfecta y es descanso del alma? ?Los mandatos del Se?or son rectos y alegran el coraz?n?? ??Son verdaderos y enteramente justos. M?s valiosos que el oro, m?s que el oro fino; m?s dulces que la miel de un panal que destila?? (Sal 18, 8 y ss.)
?Y c?mo sabe el Bautista qui?n es el Cordero de Dios, el Mes?as de nuestra esperanza?
???????? Escuch?mosle:
?Yo no lo conoc?a, pero el que me envi? a bautizar con agua me dijo: ?Aquel sobre el que veas bajar el Esp?ritu y posarse sobre ?l, ?se es el que ha de bautizar con Esp?ritu Santo??
Es para una contemplaci?n interminable de Jesucristo: "?El que tiene el Esp?ritu Santo! ?" El Esp?ritu que le consagra y le acompa?a siempre en la misi?n encomendada por el Padre y que ?es, en definitiva, acci?n de la Sant?sima Trinidad.
???????? ??He ah? la clave de todo: el Esp?ritu Santo!!
El Esp?ritu que nos da Jesucristo, despu?s de su Resurrecci?n, el Esp?ritu que renueva constantemente la faz (el rostro) de la tierra, el Esp?ritu que hace posible la misi?n de la Iglesia en el mundo, a trav?s de los siglos; el Esp?ritu que inspira y alienta todo lo grande, lo puro, lo bello, que se realiza en la tierra. El Esp?ritu que todo lo hace posible?
Y La presencia del Esp?ritu Santo se garantiza en cada uno de nosotros y, por tanto, en toda la Iglesia, por un sacramento: el de la Confirmaci?n? As? quedamos capacitados para realizar la misi?n de Jesucristo: ?Quitar el pecado del mundo?.
Mensaje de monse?or Jorge Lugones, obispo de Lomas de Zamora, para la Navidad 2010. (AICA)
ANUNCIAR A JES?S, ES NUESTRO GOZO??????????
En los sinsabores de la vida vamos llevando nuestra carga;
una alforja de penas y otra de trabajos; pero en medio,
la alegr?a de Dios que vamos gritando d?a y noche,
?como un preg?n.
Queridas comunidades de nuestra di?cesis de Lomas de Zamora, y hombres y mujeres de buena voluntad que residen en los municipios de Almirante Brown, Esteban Echeverr?a, Ezeiza, Lomas de Zamora, Presidente Per?n y San Vicente: deseo expresarles mi m?s cordial cercan?a.
Se acerca la navidad y todos pensamos un poco m?s en Dios y en el a?o que se termina. Tal vez nos quedaron proyectos, cosas por hacer, perdones que dar o pedir? Pero no nos quedemos s?lo en las cosas que no fueron, dejemos que nuestra fe, esa que nos inculcaron nuestros padres, abuelos y padrinos, brote junto a nuestro deseo religioso de acudir a Dios, para agradecerle, pedirle, hablarle, cuestionarle o simplemente estar con ?l, en silencio.
Silencio tambi?n hab?a aquella tarde en que un mensajero de Dios lleg? a la casa de la Virgen Mar?a. Contemplamos la presencia gozosa del ?ngel que recibe la misi?n de realizar el gran anuncio; nos rodea la alegr?a angelical de Gabriel, enviado a la tierra con la m?s grande y hermosa de las noticias: Concebir?s y dar?s a luz un hijo que ser? llamado Hijo de Dios.
El gozo y el consuelo, como el ni?o que viene y est? por nacer, es imparable porque nos permite dar a luz la alegr?a de Dios con nosotros, el gozo de haberlo encontrado y poder anunciarlo.
El mensaje del ?ngel se inicia con la exclamaci?n ?Al?grate, Mar?a! Es una invitaci?n al regocijo personal, pero que supera lo propio para hacerse de todos; es universal, es decir, el ni?o no ser? solamente tuyo, ser? de todos, porque as? lo dispone Dios; por eso, ?al?grate! Porque la alegr?a es para anunciarla, para compartirla.
Y hay fiesta en el cielo porque la alegr?a es incontenible, lo trasciende todo, lo puede todo, y lo facilita todo. Y los ?ngeles no pueden dejar de contagiar este gozo y anunciarlo a la tierra sombr?a, entristecida y que ya no espera nada, porque ha perdido el rumbo: Y lleg? el tiempo de Dios pa sal? de los mortales, como un pimpollo que sale floreci? el Divino Ni?o, y la Virgen con cari?o lo envolvi? con los pa?ales.
Alegr?a: de ?Dios con nosotros? y en medio de nosotros en la sonrisa tierna del Ni?o Dios que nos abre la puerta de su coraz?n, porque ?l es la puerta de la salvaci?n.
Como dice el poeta: Alegr?a que nos brota, vaya a saber de qu? vertiente escondida.
El Dios de la vida nos recrea en navidad, desde su debilidad e impotencia de reci?n nacido, y nos cuestiona ante la vida no nacida, ante el drama de adolescentes que no han recibido el cari?o, la escucha, la palabra a tiempo y la contenci?n que les haga valorar su propia vida y toda vida; ante un facilismo que propone s?lo la satisfacci?n particular, por encima de todo, a?n de la propia familia. Se hace cuesta arriba llevar el anuncio con gozo, cuando los adultos somos los que ?hacemos la nuestra? y encima creemos que distra?damente podemos mirar para otro lado y justificarnos.
La alegr?a mira de frente la vida y la muerte. Es fruto del Esp?ritu. Una paz en el fondo de toda inquietud; una seguridad en medio de toda duda.
Navidad tambi?n es dejarse sorprender por el Esp?ritu Santo, quien suscita en nosotros las buenas inclinaciones. Dej?moslo actuar, no le pongamos trabas, no lo entristezcamos (Ef 4, 30), permitamos que esas buenas inclinaciones triunfen sobre nuestra propias negatividades. Que esa parte enojada que exige amor, se deje amar por esa otra parte que dentro de nosotros es capaz de dar amor.
Los hombres somos unos seres tristes, insatisfechos y poco seguros. Hacemos ruidos para disimular la melancol?a y el miedo; al fin tristes, porque no somos buenos y hemos perdido el arte de ?vivir desde adentro?.
Mar?a y Jos? ante el ni?o, ?viven desde adentro?, en el pesebre han abierto su coraz?n a Dios, y Dios los mira ahora ?de m?s cerquita?, familiarmente. Pese a semejante regalo, para ellos las cosas no parecen ser m?s f?ciles, al contrario, deben pasar por la dura prueba de la soledad, la exclusi?n, la pobreza, la desocupaci?n, la lejan?a de sus parientes y amigos, la violencia de Herodes, el destierro... Y sin embargo, sacar?n lo mejor de ellos mismos desde su confianza en Dios, que no les simplifica todo, pero s? les da muestras de su amor, de su predilecci?n, de su compa??a en medio del desierto de las pruebas, saben que Dios siempre est? con ellos.
Los primeros cristianos viv?an alegres en medio de malos vientos: hablaban con Dios, con el Dios de la alegr?a y serv?an a Dios con alegr?a, como dice el salmo. Anunciar a Jes?s era su gozo.
En navidad queremos acercar nuestro coraz?n al pesebre, viendo al ni?ito Dios sonre?r y, como ?l, abrirnos a la alegr?a que nunca nos defrauda. Contamos con ?l, por eso, lo buscamos nosotros pero ?l nos encuentra, y se hace encontradizo.
?l es la ternura que nos llena de alegr?a y es la Palabra que nos colma, nos consuela, nos trae la Paz, y nos env?a, nos misiona.?
Por eso repetimos que ?anunciar a Jes?s es nuestro gozo!
?Feliz Navidad para todos!?
Mons. Jorge R. Lugones SJ, obispo de Lomas de Zamora?
Anzi A., ?D?nde est? Dios? Editorial Patria Grande, Buenos Aires 21986.
Anzi A., ?El Evangelio Criollo. Editorial Patria Grande, Buenos Aires 21980.
Anzi A., ?D?nde est? tu Dios?, op. cit.
Anzi A., ?D?nde est? tu Dios?, op. cit.
Anzi A., ?D?nde est? tu Dios?, op. cit.?
Mensaje de monse?or Andr?s Stanovnik, arzobispo de Corrientes, para la Navidad 2010 (20 de diciembre de 2010). (AICA)
CELEBREMOS CON J?BILO EL NACIMIENTO DE JES?S, PORQUE CON ?L NACE LA VIDA????????
La noticia m?s extraordinaria y desconcertante de todos los tiempos es esta: ?el Verbo se hizo carne y habit? entre nosotros? (Jn 1,14). Es decir, la Palabra de Dios, esa ?palabra eterna se ha hecho peque?a, tan peque?a como para estar en un pesebre. Se ha hecho ni?o para que la Palabra est? a nuestro alcance. Ahora, la Palabra no s?lo se puede o?r, no s?lo tiene una voz, sino que tiene un rostro que podemos ver: Jes?s de Nazaret? (Verbum Domini, 12). Nace Jes?s, nace la vida: la tierra se ilumina desde el cielo ?esa patria de donde proviene la palabra? que con sus ?ngeles reacciona exultante exclamando ??Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres amados por ?l!? (Lc 2,14).
A partir de esa noticia, todo cambia radicalmente: el sentido y el valor de la existencia humana se entienden cabalmente s?lo desde Jes?s. Si quitamos a Jes?s de en medio, nos quedamos solos con nosotros mismos, en la oscuridad del universo individual y social. Y solos no podemos darnos la vida, ni producir esa luz que la ilumine y que le d? sentido. Pensemos en Vanessa, aquella ni?a de 3 a?os, atrapada en un pozo, hundida en la oscuridad, con recursos limitados e insuficientes para sobrevivir por s? misma. Su estado representa, por una parte, la impotencia de la condici?n humana para salvarse por s? misma; pero por otra, revela la maravillosa capacidad que tiene el ser humano de abrirse y escuchar la voz que le viene ?de lo alto?: esa voz familiar y salvadora que le va indicando con vigor y ternura los pasos que debe dar para salvarse, para tener vida en plenitud.
La que prest? o?do a la voz que le vino de lo alto, sigui? atenta a sus indicaciones y le entreg? todo su ser, fue Mar?a de Nazaret. La joven obediente a la Palabra de Dios, abierta a la vida, valiente para enfrentar las dificultades e incomprensiones del medio, acompa?ada por Jos?, el joven justo y bueno, abri? las ?puertas de la tierra? para que el Verbo se hiciera carne en ella y por medio de ella ?el cielo habitara? entre los hombres. Desde aquel momento, la alegr?a m?s honda que experimenta el ser humano es descubrir que la vida naciente es un don de Dios, que le pertenece a ?l y que ?l decide compartirla amorosamente con el hombre.
La vida naciente es siempre consecuencia de un acontecimiento relacional, nunca es un hecho meramente individual. Por eso, la responsabilidad de la vida humana en todas sus manifestaciones es una cuesti?n esencialmente interpersonal y social, y en ning?n caso puede dejarse librada s?lo al criterio individual. La luz de la fe acompa?a el argumento de la raz?n y la ilumina a?n m?s, cuando nos revela que Dios establece una alianza de amor con el hombre, que esa alianza llega a su plenitud en Jesucristo, en quien la vida humana alcanza su m?xima belleza y plenitud.
?Por eso, como pastores y ciudadanos, queremos reafirmar, en este camino del Bicentenario y de modo especial durante el 2011, la necesidad imperiosa de priorizar en nuestra patria el derecho a la vida en todas sus manifestaciones, poniendo especial atenci?n en los ni?os por nacer, como en nuestros hermanos que crecen en la pobreza y marginalidad?, dijimos al proponer el a?o 2011 como el A?o de la Vida.
Celebremos con j?bilo el nacimiento de Jes?s, porque con ?l nace la vida. ?La noticia gozosa de este anuncio ?nos recuerda el ap?stol Juan? se nos ha dado para que nuestra alegr?a sea completa? (1Jn 1,4). (Verbum Domini, 123).?
Mons. Andr?s Stanovnik, arzobispo de Corrientes
Corrientes, 20 de diciembre de 2010.?
ZENIT? nos ofrece el mensaje que el Patriarca de Jerusal?n, monse?or Fouad Twal, ha hecho llegar a los fieles del Patriarcado Latino.
Os saludo cordialmente a todos vosotros, periodistas presentes, y os doy las gracias por vuestro servicio de informaci?n y de formaci?n, adem?s de por el compromiso por la verdad. El mensaje del reciente S?nodo para Oriente Medio ha reconocido la importancia de vuestro papel: Apreciamos el papel de los medios de comunicaci?n escrita y audiovisual. Os damos las gracias a vosotros, periodistas, por vuestra colaboraci?n con la Iglesia para la difusi?n de sus ense?anzas y de sus actividades (Nuntius 4.4).
A todos vosotros y a todos los habitantes de Israel, Palestina, Jordania y Chipre, auguro una Feliz Navidad y A?o Nuevo lleno de sorpresas, tanto a nivel mundial, como a nivel local y personal, un a?o de paz y de prosperidad.
Saludo a los obispos presentes: monse?or Giacinto - Boulos Marcuzzo, nuestro vicario patriarcal para Israel, y al nuevo obispo auxiliar y vicario patriarcal para Jerusal?n y los Territorios Palestinos, monse?or William Shomali, que fue consagrado el pasado mayo y que ahora nos ayuda con nuevas energ?as en nuestra misi?n. Saludo tambi?n al rev. P. David Neuhaus, SJ, nuestro vicario patriarcal en Israel para la comunidad de lengua hebrea y le doy las gracias por su importante trabajo.
Como el a?o pasado, quisiera hacer un breve balance de los acontecimientos importantes que han marcado este a?o especialmente en nuestro Oriente Medio. Quisiera subrayar ante todo los aspectos positivos,aunque sin omitir los motivos de sufrimiento y de preocupaci?n que quedan.
1. Damos las gracias al Santo Padre por haber convocado el S?nodo para Oriente Medio, celebrado en Roma del 10 al 24 de octubre. En esa ocasi?n pudimos poner el dedo en nuestras llagas y en nuestros miedos, pero al mismo tiempo, tambi?n expresar nuestras expectativas y nuestras esperanzas. El S?nodo invit? a los cristianos de Oriente Medio a vivir como buenos creyentes y como buenos ciudadanos.
La fe, lejos de alejarnos de la vida p?blica, deber?a hacernos estar m?s implicados en la edificaci?n de nuestras respectivas sociedades, tanto en en los pa?ses ?rabes como en Israel. El S?nodo subray? tambi?n la importancia del di?logo ecum?nico e interreligioso. Esperemos que este di?logo pueda progresar no solamente dentro de los c?rculos intelectuales, entre expertos y te?logos, sino en todas las clases de la sociedad, convirti?ndose cada vez m?s en un di?logo de vida.
El S?nodo conden? la violencia, el fundamentalismo religioso, el antisemitismo, el antijuda?smo, el anticristianismo y la islamofobia, e invit? a las religiones a ?asumir sus responsabilidades en la promoci?n del di?logo de las culturas y de las civilizaciones en nuestra regi?n y en el mundo entero" (Mensaje, 11).
2. El turismo religioso y las peregrinaciones a Tierra Santa est?n conociendo cifras r?cord. Hasta el mes de noviembre de 2010 tres millones de personas han visitado Tierra Santa. Este n?mero podr?a aumentar hasta alcanzar los 3.400.000 visitantes, cifra nunca alcanzada hasta ahora, ni siquiera en el a?o jubilar del 2000, que hab?a obtenido, por lo dem?s, resultados considerables.
Esto se refleja de modo significativo la dimensi?n universal de Jerusal?n, de Bel?n, de Nazaret, la buena acogida reservada a los peregrinos por nuestro pueblo y por nuestras iglesias y el trabajo de calidad llevado a cabo por los Ministerios de Turismo en Israel y en Palestina.
3. Deseo tambi?n subrayar la mejor?a respecto a la obtenci?n de visados para religiosos, seminaristas y voluntarios.
4. El pasado 7 de diciembre se retomaron los coloquios entre la Santa Sede y la Organizaci?n para la Liberaci?n de Palestina (OLP), con el objetivo de poner en pr?ctica el Acuerdo de base estipulado en 2000. Estos se refieren principalmente a la libertad religiosa y la legislaci?n en materia fiscal. Rezamos por el ?xito de estos coloquios y de la misma forma por los que ya est?n en marcha con Israel.
5. Tuve el placer de visitar, el pasado noviembre, diversos pa?ses de Am?rica Latina: Chile, Argentina, Honduras y Colombia. Pude encontrarme con los obispos de estos pa?ses, con las m?ximas autoridades civiles, y sobre todo con nuestros fieles que viven ?en diaspora?. S?lo en Chile hay m?s de 400.000. Se trata en su mayor parte de emigrados entre 1900 y 1950 a causa de problemas debidos a la pobreza y a las condiciones de inseguridad. Actualmente est?n bien integrados, muchos de ellos han expresado su disponibilidad para sostener nuestros proyectos y para venir en peregrinaci?n a Tierra Santa.
Entre estos grandes proyectos que el Patriarcado Latino est? intentando llevar a cabo, deseo mencionar el nuevo Hospital Psiqui?trico de Bel?n, que llevar? el nombre de Benedicto XVI, la Universidad de Madaba, que comenzar? su actividad el pr?ximo octubre, y el nuevo Sitio para peregrinos en Jordania, en los lugares del Bautismo de Cristo.
6. Recientemente ha causado gran preocupaci?n el incendio que ha devastado bosques enteros en las zonas de Haifa. Presentamos nuestras condolencias a las familias de las v?ctimas y expresamos nuestra admiraci?n por el valor manifestado por aquellos que han muerto cumpliendo con su deber. En este triste acontecimiento hemos experimentado una gran solidaridad internacional. El hecho de que la Autoridad Palestina haya puesto a disposici?n cuadrillas de bomberos ha sido adem?s un gesto muy significativo. Puede representar el comienzo de una colaboraci?n fruct?fera que esperamos que pueda continuar en condiciones favorables, cuando la paz tan deseada reine sobre esta tierra martirizada.
7. Al respecto, nos hace sufrir el fracaso de las conversaciones de paz dirigidos entre Israel y la Autoridad Palestina. Pero este fracaso no puede dejarnos en la desesperaci?n. Seguimos creyendo que en ambas partes en conflicto, as? como en la comunidad internacional, hay personas de buena voluntad, que se prodigar?n para unir sus energ?as y su compromiso por la paz. Creemos que nada es imposible para Dios y deseamos que pueda cumplirse el deseo pronunciado por los ?ngeles la noche de Navidad: ??Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres amados por ?l? (Lc 2,14). Deseamos al mismo tiempo que Europa pueda jugar un papel m?s importante en este proceso.
8. Hemos quedado afectados y turbados frente a la masacre llevada a cabo contra los cristianos de Bagdad en la Iglesia de Nuestra Se?ora del Perpetuo Socorro. Estas v?ctimas inocentes se a?aden a las miles de v?ctimas del fundamentalismo y de la violencia, plagas que est?n afligiendo a Iraq. Deseo por tanto referirme a las palabras pronunciadas por el Santo Padre Benedicto XVI en esa ocasi?n: ?Ante los crueles episodios de violencia, que siguen devastando las poblaciones de Oriente Medio, quisiera finalmente renovar mi llamamiento apremiante a la paz: esta es don de Dios, pero es tambi?n el resultado de los esfuerzos de los hombres de buena voluntad, de las instituciones nacionales e internacionales. ?Que todos unan sus fuerzas para que termine toda violencia!
Queridos amigos, dejadme terminar este mensaje formulando mis cordiales augurios de una reconciliaci?n entre nuestros pueblos, entre israel?es y palestinos. Es tiempo de comprometerse juntos por una paz sincera, justa y definitiva.
Que la alegr?a de la Navidad se difunda en vuestros corazones. Feliz Navidad.
+Fouad Twal, Patriarca Latino
Reflexi?n de monse?or Rub?n Oscar Frassia, obispo de Avellaneda-Lan?s para el programa radial "Compartiendo el Evangelio", para el 4? domingo de Adviento (19 de diciembre de 2010). (AICA)
UN MISTERIO PARA VIVIRLO RELIGIOSAMENTE
Evangelio seg?n San Mateo 1, 18-24 (ciclo A)?
?Este fue el origen de Jesucristo:
Mar?a, su madre, estaba comprometida con Jos? y, cuando todav?a no hab?an vivido juntos, concibi? un hijo por obra del Esp?ritu Santo. Jos?, su esposo, que era un hombre justo y no quer?a denunciarla p?blicamente, resolvi? abandonarla en secreto. Mientras pensaba en esto, el ?ngel del Se?or se le apareci? en sue?os y le dijo: ?Jos?, hijo de David, no temas recibir a Mar?a, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Esp?ritu Santo. Ella dar? a luz un hijo, a quien pondr?s el nombre de Jes?s, porque ?l salvar? a su Pueblo de todos sus pecados. Todo esto sucedi? para que se cumpliera lo que el Se?or hab?a anunciado por el Profeta: La Virgen concebir? y dar? a luz un hijo a quien pondr?n el nombre de Emanuel, que traducido significa: Dios con nosotros.? Al despertar, Jos? hizo lo que el ?ngel del Se?or le hab?a ordenado: llev? a Mar?a a su casa?.?
Estamos en la antesala del misterio ?nico, in?dito y original: el Dios que viene a visitarnos; el Dios que se hace hombre y que toma nuestra naturaleza humana, en todo igual menos en el pecado y asume una cultura, una historia, un tiempo; asume todo lo que es contempor?neo de aqu?l entonces: Jes?s el Hijo de Dios, el Hijo de Mar?a Virgen.
Es algo misterioso porque su naturaleza es jud?a, judaica, del mismo color, la misma piel, las mismas costumbres, pero es el Hijo de Dios. Y la Virgen Mar?a tambi?n es jud?a, con la misma cultura. Pero nos muestran algo extraordinario: c?mo cada uno de ellos, el Se?or -en lo divino y lo humano-, la Virgen y San Jos?, cumple con la voluntad de Dios.
Fij?monos: Jos? es visitado por el ?ngel, ante la duda que ?l podr?a tener, y sin embargo el ?ngel le dice ?no temas en recibir a Mar?a, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en Ella proviene del Esp?ritu Santo?; Jos? es el ?var?n justo? que cuida a la Virgen y va a custodiar a su Hijo, a Jes?s, al Cristo, al Mes?as.
Mar?a es la mujer elegida desde siempre por Dios para ser la Madre del Salvador. El s? de Mar?a es algo extraordinario; Ella, no conociendo var?n, no sabiendo c?mo suceder?an estas cosas, dice SI a Dios y va a dar a luz el Hijo a quien se le pondr? el nombre de Jes?s, ?pues El salvar? al pueblo de todos sus pecados?
Este misterio se entiende desde la fe.
Este misterio se vuelve a repetir.
Este misterio hay que vivirlo religiosamente y cada uno de nosotros tiene que abrir el coraz?n, abrir la mente porque viene Dios a visitarnos; entra en su casa; entra en mi casa; entra en nuestro coraz?n ?nos toca!
?Entra la luz y tienen que desaparecer las tinieblas!
?Entra la gracia y tiene que haber una conversi?n!
?Entra la Verdad y tenemos que alejarnos de la mentira!
?Entra el amor y hay que aprender a vivirlo y perdonar a los dem?s!
?Entra la paz y no seamos generadores de violencias, de incertidumbres, de perplejidades!
Ante la proximidad de la Navidad, pidamos al Se?or que nazca en nuestro coraz?n y en nuestra vida. Si se lo permitimos y ponemos los medios, yo les aseguro y les prometo que no se van a arrepentir, porque lo de Dios es extraordinario, es gozoso, es el ?nico que puede colmar nuestra alma y nuestro coraz?n.
Les dejo mi bendici?n, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Esp?ritu Santo.
Am?n?
Mons. Rub?n Oscar Frassia, obispo de Avellaneda-Lan?s?
Homil?a de monse?or Ra?l Martorell, obispo de Puerto Iguaz?, para el 4? domingo de Adviento (19 de diciembre de 2010). (AICA)
?OH EMMANUEL, VEN A SALVARNOS, REY Y SE?OR NUESTRO, VEN A SALVARNOS!??????????????
El ?ltimo domingo de adviento nos introduce en el nacimiento del Salvador y nos hace ver cu?n grande es el Se?or y su obra. Dios viene a nosotros hecho carne asumiendo la humanidad y trayendo en ella los dones de las promesas mesi?nicas. Isa?as nos presenta la famosa promesa sobre el Emmanuel, dirigida en un momento particular de Israel al imp?o rey Acaz, quien se niega a creer que Dios puede sacar al pueblo de la situaci?n que est? viviendo y entonces Isa?as, para demostrarle que Dios puede hacer eso y cosas m?s grandes, le dice: ?El Se?or mismo os dar? por eso una se?al: He aqu? que una virgen encinta dar? a luz y le llamar? Emmanuel? (Is.7,14). Algunos dicen que esta profec?a se refiere al heredero del trono, pero nada de esto ocurre entonces y solamente se realizar? siete siglos m?s tarde con el nacimiento de Jes?s.
El evangelio de San Mateo confirma esta interpretaci?n, cuando al concluir la narraci?n del nacimiento milagroso y virginal de Jes?s, dice: ?Todo esto sucedi? para que se cumpliese lo que el Se?or hab?a anunciado por el profeta. He aqu? que una virgen concebir? y dar? a luz un hijo y se le pondr? por nombre Emmanuel, que quiere decir ?Dios con nosotros-? (Mt. 1,22-23).
Mateo escribe para el pueblo jud?o y como jud?o conoce las Escrituras y sobre todo las profec?as del pueblo y espera -como espera el pueblo- que ?stas se cumplan, y al escribir la luz del Esp?ritu que gu?a sus manos, le hace demostrar que Jes?s es el Mes?as, que es verdadero hombre, hijo de David, hijo de Abraham y narrando su nacimiento de Mar?a Virgen, hecha madre por ?obra del Esp?ritu Santo? (Ib. 18). Afirma que Jes?s es verdaderamente Dios, declarando, conforme a la profec?a de Isa?as que es el Salvador prometido por los profetas, el Emmanuel, Dios con nosotros.
San Pablo siguiendo la l?nea de los profetas y de San Mateo, proclama a Jes?s ?nacido de la descendencia de David seg?n la carne? (Rom.1,3) y que es? Hijo de Dios?, como siervo del evangelio, resume toda la vida y la obra del salvador, desde su nacimiento en la carne hasta su resurrecci?n gloriosa y el poder de santificar a los hombres. El misterio de Cristo es uno, comienza en Bel?n y culmina en la Pascua; pero la Navidad ilumina la Pascua y todo el misterio de Cristo en cuanto nos revela los or?genes y la naturaleza del que morir? en la cruz para la salvaci?n del mundo; es el Hijo de Dios, el Verbo Encarnado.
Vivir la Navidad es vivir todo el misterio de Cristo y recibir la gracia de prepararse de todo coraz?n para renacer con Cristo a una vida nueva, despu?s de la Navidad somos hombres nuevos que tenemos una vida nueva para ser vivida con intensidad en la gracia y los sacramentos. No nos permitamos hacer de la navidad una fiesta m?s que tradicionalmente festejamos, ni menos a?n una fiesta pagana. Hagamos de ella lo que ella es y significa: el recuerdo vivo del nacimiento de Jes?s, y con el, el nacimiento de una vida nueva que se centra en la esperanza de un mundo mejor, reavivemos nuestra fe en el Se?or del cielo y de la tierra, y renovemos en nuestros corazones la alegr?a de sabernos hombres y mujeres nuevos, j?venes y ni?os con la esperanza puesta en que Jes?s que nace har? renacer en nuestros corazones y en nuestras mentes el deseo y la esperanza de un mundo mejor, del cual con Jes?s podemos cambiar, un mundo pacifico en la construcci?n de un amor que no se desgasta por el tiempo, que cada d?a podemos hacer florecer con m?s fuerza. Que los ancianos y los que est?n enfermos se llenen en sus corazones, con la certera esperanza de que el Se?or de la Misericordia viene a salvarnos.
Que la Virgen Madre de Bel?n nos acerque a Jes?s que nace y nos regala una vida nueva.?
Mons. Marcelo Ra?l Martorell, obispo Puerto Iguaz??
Llamado de los obispos ante el avance del juego ?
Buenos Aires, 21 Dic. 10 (AICA)?
El juego se torna peligroso
Introducci?n
???? Los Obispos de la Argentina hemos querido dedicar el a?o 2011 a resaltar el valor de la vida humana y su dignidad inviolable. Todo lo que agreda o limite la dignidad de la vida personal y social es un obst?culo en el camino de plenitud al cual estamos llamados. Uno de los valores fundamentales para ello es la libertad, tan apreciada por nuestra sociedad. Anhelamos ser libres de toda atadura. Por eso hoy queremos expresar nuestra inquietud y dolor por un flagelo creciente para muchas familias: la adicci?n al juego de azar.
1. Una oferta que crece y enriquece a unos pocos
???? En el Documento "Hacia un Bicentenario en justicia y solidaridad 2010-2016", hemos se?alado con preocupaci?n que "en todo el pa?s se ha multiplicado la oferta del juego de azar", lo cual puede favorecer actitudes adictivas. Nos referimos en estas reflexiones al juego como estructura lucrativa, sea privada o estatal, con sus diferencias seg?n el caso.
???? Vemos como han proliferado los casinos, los bingos, unidos al fabuloso negocio de las m?quinas tragamonedas, aun en cercan?as a barrios pobres. Tambi?n se han sobremultiplicado las cuantiosas ofertas de juegos de apuestas en locales de loter?a. Asimismo, el fen?meno de las nuevas tecnolog?as, como Internet, hace emerger nuevas y cada vez m?s masivas formas de juego.
???? Es importante hablar sin eufemismos. El juego de azar es un negocio que mueve gran cantidad de dinero para beneficio de unos pocos en detrimento de muchos, especialmente de los m?s pobres.
???? Sabemos tambi?n de la vinculaci?n de esta actividad con el lavado de dinero proveniente del tr?fico de drogas, armas, personas. La problem?tica es vasta y compleja.
2. Las graves consecuencias personales, familiares y sociales del juego
???? El Estado debe garantizar la protecci?n integral de la familia. Quien se apasiona en el juego puede arriesgar y perder aquello que pertenece tambi?n a su c?nyuge y sus hijos. Es una acci?n que da?a la comuni?n familiar, y lleva muchas veces a discusiones, reproches y peleas. Cuando la situaci?n se torna incontrolable, aparecen las conductas adictivas. La ludopat?a es una enfermedad emocional de naturaleza progresiva. Quien padece esta patolog?a suele tener baja estima de s? mismo. Desde esta perspectiva hay una ra?z com?n con otras adicciones.
???? En esta situaci?n de debilidad, es perjudicial que de diversas maneras se promueva la ilusi?n de "salvarse" o solucionar todos los problemas econ?micos con un "golpe de suerte". Sin embargo, pocas veces se muestra la cantidad de personas que han jugado lo necesario para el sustento familiar para que s?lo algunos pocos obtengan un premio. Persiguiendo una fantas?a irreal de ganar dinero sin esfuerzo se llega al golpe de la desilusi?n. Por lo general se comienza con peque?as sumas que llevan a la peligrosa vor?gine de no saber parar hasta caer en otra ilusi?n: "recuperar lo perdido". Somos testigos de hermanas y hermanos que nos han contado de la p?rdida hasta de sus propios hogares por esta adicci?n.
3. Propuestas de acci?n
???? -En varias ocasiones, se dice que un porcentaje de las actividades del juego es la fuente de recursos econ?micos para el sostenimiento de algunos planes sociales en sus diversos niveles nacional, provincial y municipal. Debemos recordar que el fin no justifica los medios. Adem?s es bueno clarificar que un gran porcentaje de lo recaudado del juego favorece los bolsillos de unos pocos, y solo una parte m?nima se destina a ayuda social para los m?s pobres (muchos de los cuales han jugado con expectativa de ganar para "salvarse"). ?No ser?a bueno pensar gradualmente en fuentes de financiamiento m?s adecuadas?
???? -El rol del Estado es central en esta problem?tica. Por un lado, debe dedicar recursos econ?micos para atender los efectos de esta adicci?n. Por otro, tiene que regular con transparencia la actividad del juego de azar con l?mites de horarios y lugares de funcionamiento, cuidando especialmente a los pobres. Es muy importante fortalecer la moral del pueblo y evitar toda sospecha de corrupci?n.
???? -Es fundamental el papel de la educaci?n y prevenci?n. La familia, las comunidades religiosas, las escuelas, los clubes; tenemos que mostrar la belleza de la existencia y fortalecer lazos afectivos y sociales. Hemos de fomentar espacios de encuentros familiares, festivos, deportivos.
???? - Si el adicto es un enfermo, hay que abrazarlo con ternura y ayudarle a su recuperaci?n. Hay varios caminos posibles, seg?n el grado de la patolog?a y la necesidad de la persona. Algunos requieren un tratamiento integral que incluya tres pilares: el m?dico-psiqui?trico, la terapia psicol?gica y la integraci?n en grupos de autoayuda (muchos de los cuales funcionan en nuestras parroquias).
???? - "No podemos olvidar que la mayor pobreza es la de no reconocer la presencia del misterio de Dios y de su amor en la vida del hombre, que es lo ?nico que verdaderamente sana y libera" (Documento de Aparecida, 405). En el camino de sanaci?n es vital desplegar la dimensi?n religiosa del ser humano. Esto tambi?n es una constataci?n de las comunidades terap?uticas. La experiencia de encuentro con Dios Padre y Misericordioso, sana las heridas de la vida y es fortaleza para reconstruir la persona y restablecer lazos familiares y de amistad.
4. Con el Bicentenario 2010-2016 como horizonte
???? ?Nos proponemos para la pr?xima Cuaresma realizar una campa?a de concientizaci?n en todas nuestras comunidades acerca de los peligros y da?os a la vida digna que encierra esta adicci?n.
???? Con esta carta buscamos compartir nuestras reflexiones y generar conciencia sobre lo da?ino y perverso de la proliferaci?n de estas ofertas del juego y sus consecuencias, porque constituyen un serio obst?culo social, pol?tico, moral y cultural para erradicar la pobreza y promover el desarrollo integral de todos.
???? Reconocemos con San Pablo que "hemos sido llamados para vivir en libertad" (Gal. 5,13). Fomentar nuevas esclavitudes no nos har? m?s libres ni m?s hermanos.
???? En las cercan?as de la Navidad imploramos la bendici?n de Dios para todo el pueblo argentino.
?
157? Comisi?n Permanente
Adviento 2010?
Texto del micro radial de monse?or Jos? Mar?a Arancedo, arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, emitido por LT 9 (18 de diciembre de 2010). (AICA)
LA NAVIDAD NOS INVITA A VIVIR COMO HERMANOS????????????
Pr?ximos a la celebraci?n de la Navidad, que es un tiempo de paz y esperanza para nuestro pueblo, recordamos que Dios en Jes?s de Nazareth, se hizo uno de nosotros y eligi? el camino de la peque?ez y la pobreza.
Los acontecimientos de estos ?ltimos d?as han puesto en los corazones de millones de argentinos, la evidencia de serios problemas que manifiestan signos de fragmentaci?n social: la persistencia de la pobreza e inequidad, la dificultad para el di?logo, la violencia y la agresi?n, el desprecio a los migrantes. Esta situaci?n se presta a diversas manipulaciones que hieren en lo profundo la dignidad humana y acrecientan a?n m?s la injusticia.
Se hace patente el drama de la falta de una vivienda digna, como tambi?n de gente que vive y duerme en las calles. A esto se suma la preocupante situaci?n en varias regiones del pa?s, de comunidades abor?genes y campesinas que son desplazadas de sus lugares de trabajo y subsistencia, y terminan engrosando los cordones de pobreza de varias ciudades.
Como hombres de fe, queremos hacer un llamado a todos los argentinos y hermanos de otros pa?ses que habitan nuestro suelo:
1. El reconocimiento de Dios como lo hicieron nuestros Constituyentes es la garant?a y la base sobre la que se construye nuestra sociedad. La invocaci?n a Dios como Padre nos ayuda a respetarnos y amarnos como hermanos.
2. Reafirmemos el derecho primario a la vida, como a la integridad f?sica y moral de toda persona.
3. Recuperemos la vigencia y el sentido de los valores morales como fundamento de la convivencia social.
4. Trabajemos por la dignidad humana, para erradicar la pobreza y promover el desarrollo integral.
5. Renovemos el compromiso por el bien com?n y el fortalecimiento del Estado y las Instituciones de la Rep?blica. Como hemos afirmado tantas veces, s?lo el di?logo sincero es el camino que nos aleja del enfrentamiento y la violencia.
En la Navidad del Bicentenario recemos al Ni?o Jes?s que naci? en una familia pobre y sin lugar entre las casas de Bel?n.?
Mons. Jos? Mar?a Arancedo, arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz?
ZENIT publica el comentario al Evangelio del pr?ximo domingo, segundo del tiempo ordinario (Juan 1, 29-34), 16 de enero, redactado por monse?or Jes?s Sanz Montes, ofm, arzobispo de Oviedo.
Evangelio del domingo: Un Cordero de mansedumbre y fortaleza
Retomamos el tiempo ordinario y volvemos a la trayectoria de Jes?s en su vida p?blica que a lo largo del a?o lit?rgico se nos propondr?. La primera escena tiene lugar a orillas del Jord?n, continuando lo que vimos el domingo pasado en el Bautismo de Jes?s. Juan, el precursor del Maestro, utiliza una expresi?n muy querida para cualquier hebreo religioso: ?Al ver Juan a Jes?s que ven?a hacia ?l, exclam?: este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo? (Jn 1,29).
?????????Los ojos del evangelista que relata este momento quedar?n prendados, como quien encuentra finalmente a Aqu?l que esperaba. De hecho, tanto Juan como Andr?s seguir?n a ese Cordero, y pregunt?ndole d?nde viv?a se quedar?an con ?l aquel d?a y para siempre. Era el encuentro que sigilar? todas sus b?squedas y ?que dar? cumplimiento a todas sus esperas. Por ello, con una extra?a anotaci?n cargada de fidelidad, anotar? muchos a?os despu?s cuando escriba su evan?gelio, que este encuentro tan decisivo sucedi? a las cuatro de la tarde (Jn 1,37-39). Como siempre sucede con todo verdadero amor, hace memoria emocionada del primer instante de una historia que permanece y que ha marcado el resto de la existencia.
?????????El Evangelio de Juan, desarrollar? este momento inicial a trav?s de los diferentes encuentros entre el Cordero Jes?s y las personas que se cruzar?n en su camino. Todos ellos recibir?n la liberaci?n de su des-gracia sea cual sea su nombre (oscuridad, sed, enfermedad, confusi?n... pecado), con tal que la confiesen, con tal que no la maquillen ni la disfracen, y reconozcan en Jes?s a quien trae la Gracia eficaz para todas sus des-gracias impotentes. Por esta raz?n, en aquel momento no estaban los que des?pu?s a lo largo del Evangelio de Juan van a aparecer como los difidentes de Jes?s, los prejuiciosos de sus signos y palabras, los enemigos de su vida.
?????????? Hay una llamada a reconocernos ante el Cordero que quita los pecados, que nos se?ala y nos denuncia los pecados de nuestra ?poca y los traspi?s de nuestra genera?ci?n: la mentira, la injusticia, el hedonismo en todas sus formas, el ego?smo disfrazado de cultura de bienestar, las corrupciones oficiales y oficiosas, la matanza de la belleza y de la vida... Y todo esto no para apabullarnos y hacernos pesimistas o reaccionarios, sino para se?alarnos y anunciarnos que hay otro modo de vivir y convivir, otra ma?nera de hacer un mundo habitable, otro camino para responder a nuestras preguntas de felicidad: el que nace del reconocimiento de este Cordero y de la adhesi?n a su vida y su palabra. Este es el Cordero, el que quita nuestros pecados. Por eso hay esperanza.
Lectio divina para el sabado de la primera semana del Tiempo ordinario, ofrecida por laDelegaci?n Diocesana de liturgia de la di?cesis de Tenerife.
LECTURA:?????? ?Marcos 2, 13-17?
???? En aquel tiempo, Jes?s sali? de nuevo a la orilla del lago; la gente acud?a a ?l y les ense?aba. Al pasar vio a Lev?, el de Alfeo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: S?gueme. Se levant? y lo sigui?.
???? Estando Jes?s a la mesa en su casa, de entre los muchos que lo segu?an un grupo de recaudadores y otra gente de mala fama se sentaron con Jes?s y sus disc?pulos.
???? Algunos letrados fariseos, al ver que com?a con recaudadores y otra gente de mala fama, les dijeron a los disc?pulos: ?De modo que come con recaudadores y pecadores! Jes?s lo oy? y les dijo: No necesitan m?dico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar justos, sino pecadores.
MEDITACI?N:???????????? ?S?gueme?
??????????? Esta palabra va a resonar casi insistentemente, de una manera o de otra. Has venido para que te sigamos, no? porque te interese rodearte de un corte de gente que avale tu poder, sino porque quieres que todos se salven, que todos entren en la corriente de la vida, del amor.
??????????? Y aqu? va a venir el problema, porque t? lo tienes claro, pero nosotros no. Y lo cierto es que no es tan f?cil como parece. Lo l?gico, si es que cabe la palabra, es que los buenos, entre comillas, est?n con los buenos y los malos con los malos. Pero no es esa tu manera de pensar. T? eres bueno, eres el bueno, aunque quisiste dejar esa palabra en exclusiva para Dios, y te mezclaste con los malos, porque, sencillamente, ven?as a sanar, a curar, a salvar lo que estaba perdido.
??????????? Lo malo, o lo curioso, es que ah? entramos todos, a diferentes niveles, pero los ?buenos? no lo entend?an as?, ni entonces ni ahora y, por eso, seguimos creando barreras, cuando t? a lo que ven?as era a eliminarlas. Y as? com?as con gente de ?mala fama? y llamabas a publicanos y otros de nada buena reputaci?n a ser, nada m?s y nada menos, que disc?pulos tuyos, cosa que si hubiese dependido de nosotros jam?s se habr?a producido.
??????????? Y hoy, tanto dentro como fuera de la Iglesia, seguimos pensando que aqu? s?lo tenemos que estar los ?buenos? y cuando se demuestra que no, que estamos los pobres pecadores, nos echamos las manos a la cabeza, otros nos tiran piedras, y yo te doy gracias porque siendo pecador me permites seguirte cada d?a, arrastrando mis miserias, pero intentando aprender de ti, acogiendo tu perd?n y sintiendo la fuerza, la ?nica fuerza de alguien que me acoge en mi pobreza pero cada d?a me abre a la grandeza de mi dignidad invit?ndome a seguirte incansablemente.
ORACI?N:??????????? ?Convertirme?
??????????? Qu? ser?a de m? si no aceptases en tu seguimiento a los pecadores. Gracias, Se?or, gracias. Ya s? que eso no significa que todo vale en mi caminar. No. Cada d?a resuene en mi coraz?n tu llamada a convertirme, tu llamada a amar, tu llamada a ser perfecto como lo es Dios. Y yo, bien sabes que lo deseo, aunque mis pasos sean lentos, torpes, a veces equivocados, muy equivocados. Pero te doy las gracias, porque sigues d?ndome cada d?a una nueva oportunidad.
??????????? Por eso, tambi?n mi petici?n de perd?n se eleva a ti desde le experiencia dolorosa de mis contradicciones y mis infidelidades. Sigue derramando en mi coraz?n la fuerza de tu Esp?ritu para que no cese en el empe?o, para que siga confiando en tu llamada y en tu palabra. Gracias, Se?or.
CONTEMPLACI?N:??????????????Incansable?
Sigues saliendo a mi encuentro
cada amanecer
Para invitarme a caminar contigo,
para sentarte conmigo a la mesa.
Y hasta te has atrevido
a hacerte mi alimento.
Alimento que sana y que salva,
alimento que hace latir el coraz?n
al ritmo del amor de Dios.
Y aunque yo lo intente apagar
vuelves a llamar a mi puerta,
?incansable!,
para decirme. ?S?gueme?
ZENIT nos ofrece el mensaje que el Papa Benedicto XVI hizo p?blico el s?bado 18 de diciembre DE 2010, con motivo de la XIX Jornada Mundial del Enfermo, que se celebrar? el pr?ximo 11 de febrero de 2011.
"Por sus llagas hab?is sido curados" (1Pe 2,24)
?Queridos hermanos y hermanas!
Cada a?o, en la celebraci?n de la memoria de la Beata Virgen de Lourdes, que se celebra el 11 de febrero, la Iglesia propone la Jornada Mundial del Enfermo. Esta circunstancia, como quiso el venerable Juan Pablo II, se convierte en una ocasi?n propicia para reflexionar sobre el misterio del sufrimiento y, sobre todo, para hacer a nuestras comunidades y a la sociedad civil m?s sensibles hacia los hermanos y las hermanas enfermos. Si cada hombre es hermano nuestro, tanto m?s el d?bil, el sufriente y el necesitado de cuidados deben estar en el centro de nuestra atenci?n, para que ninguno de ellos se sienta olvidado o marginado: de hecho, ?la medida de la humanidad se determina esencialmente en la relaci?n con el sufrimiento y con el que sufre. Esto vale tanto para el individuo como para la sociedad. Una sociedad que no consigue aceptar a los que sufren y que no es capaz de contribuir mediante la compasi?n a hacer que el sufrimiento sea compartido y llevada tambi?n interiormente es una sociedad cruel e inhumana" (Carta enc. Spe salvi, 38). Las iniciativas que ser?n promovidas en cada di?cesis con ocasi?n de esta Jornada, sean de est?mulo para hacer cada vez m?s eficaz el cuidado hacia los que sufren, de cara tambi?n a la celebraci?n de modo solemne, que tendr? lugar, en 2013, en el Santuario mariano de Alt?tting, en Alemania.
1. Llevo a?n en el coraz?n el momento en que, en el transcurso de la visita pastoral a Tur?n, pude estar en reflexi?n y oraci?n ante la Sagrada S?ndone, ante ese rostro sufriente, que nos invita a meditar sobre Aquel que llev? sobre s? la pasi?n del hombre de todo tiempo y de todo lugar, y tambi?n nuestros sufrimientos, nuestras dificultades, nuestros pecados. ?Cu?ntos fieles, en toda la historia, han pasado ante ese lienzo sepulcral, que envolvi? el cuerpo de un hombre crucificado, que corresponde en todo a lo que los Evangelios nos transmiten sobre la pasi?n y muerte de Jes?s! Contemplarlo es una invitaci?n a reflexionar sobre lo que escribe san Pedro: ?Por sus llagas hab?is sido curados" (1Pe 2,24). El Hijo de Dios sufri?, muri?, pero ha resucitado, y precisamente por esto esas llagas se convierten en el signo de nuestra redenci?n, del perd?n y de la reconciliaci?n con el Padre; se convierten tambi?n, sin embargo, en un banco de prueba para la fe de los disc?pulos y para nuestra fe: cada vez que el Se?or habla de su pasi?n y muerte, ellos no comprenden, rechazan, se oponen. Para ellos, como para nosotros, el sufrimiento permanece siempre lleno de misterio, dif?cil de aceptar y de llevar. Los dos disc?pulos de Ema?s caminan tristes por los acontecimientos sucedidos aquellos d?as en Jerusal?n, y s?lo cuando el Resucitado recorre el camino con ellos, se abren a una visi?n nueva (cfr?Lc?24,13-31). Tambi?n al ap?stol Tom?s le cuesta creer en la v?a de la pasi?n redentora: ?Si no veo la marca de los clavos en sus manos, si no pongo el dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no lo creer?" (Jn 20,25). Pero frente a Cristo que muestra sus llagas, su respuesta se transforma en una conmovedora profesi?n de fe: ??Se?or m?o y Dios m?o!" (Jn 20,28). Lo que antes era un obst?culo insuperable, porque era signo del aparente fracaso de Jes?s, se convierte, en el encuentro con el Resucitado, en la prueba de un amor victorioso: ?S?lo un Dios que nos ama hasta tomar sobre s? nuestras heridas y nuestro dolor, sobre todo el inocente, es digno de fe" (Mensaje Urbi et Orbi, Pascua 2007).
2. Queridos enfermos y sufrientes, es precisamente a trav?s de las llagas de Cristo como nosotros podemos ver, con ojos de esperanza, todos los males que afligen a la humanidad. Resucitando, el Se?or no ha quitado el sufrimiento ni el mal del mundo, sino que los ha vencido de ra?z. A la prepotencia del mal ha opuesto la omnipotencia de su Amor. Nos indic?, as?, que el camino de la paz y de la alegr?a es el Amor: "As? como yo os he amado, amaos tambi?n vosotros los unos a los otros" (Jn?13,34). Cristo, vencedor de la muerte, est? vivo en medio de nosotros. Y mientras con santo Tom?s decimos tambi?n nosotros: ??Se?or m?o y Dios m?o!", sigamos a nuestro Maestro en la disponibilidad de dar la vida por nuestros hermanos (cfr?1 Jn?3,16), siendo as? mensajeros de una alegr?a que no teme el dolor, la alegr?a de la Resurrecci?n.
San Bernardo afirma: "Dios no puede padecer, pero puede compadecer". Dios, la Verdad y el Amor en persona, quiso sufrir por nosotros y con nosotros; se hizo hombre para poder com-padecer con el hombre, de modo real, en carne y sangre. En cada sufrimiento humano, ha entrado Uno que comparte el sufrimiento y la soportaci?n; el cada sufrimiento se difunde la con-solatio, la consolaci?n del amor part?cipe de Dios para hacer surgir la estrella de la esperanza (cfr Carta enc. Spe salvi, 39).
A vosotros, queridos hermanos y hermanas repite este mensaje, para que se?is testigos de ello a trav?s de vuestro sufrimiento, vuestra vida y vuestra fe.
3. Mirando a la cita de Madrid, en el pr?ximo agosto de 2011, para la Jornada Mundial de la Juventud, quisiera dirigir tambi?n un pensamiento particular a los j?venes, especialmente a aquellos que viven la experiencia de la enfermedad. A menudo la Pasi?n, la Cruz de Jes?s dan miedo, porque parecen ser la negaci?n de la vida. ?En realidad, es exactamente al contrario! La Cruz es el ?s? de Dios al hombre, la expresi?n m?s alta y m?s intensa de su amor y la fuente de la que brota la vida eterna. Del coraz?n atravesado de Jes?s ha brotado esta vida divina. Solo ?l es capaz de liberar el mundo del mal y de hacer crecer su Reino de justicia, de paz y de amor al que todos aspiramos (cfr Mensaje para la Jornada Mundial de la Juventud 2011, 3). Queridos j?venes, aprended a ?ver? y a ?encontrar? a Jes?s en la Eucarist?a, donde est? presente de modo real por nosotros, hasta el punto de hacerse alimento para el camino, pero tambi?n sabedlo reconocer y servir en los pobres, en los enfermos, en los hermanos sufrientes y en dificultad, que necesitan vuestra ayuda (cfr?ibid.,?4). A todos vosotros j?venes, enfermos y sanos, repito la invitaci?n a crear puentes de amor y de solidaridad, para que nadie se sienta solo, sino cercano a Dios y parte de la gran familia de sus hijos (cfr Audiencia general, 15 de noviembre de 2006).
4. Contemplando las llagas de Jes?s, nuestra mirada se dirige a su Coraz?n sacrat?simo, donde se manifiesta en sumo grado el amor de Dios. El Sagrado Coraz?n es Cristo crucificado, con el costado abierto por la lanza del que brotan sangre y agua (cfr Jn 19,34), "s?mbolo de los sacramentos de la Iglesia, para que todos los hombres, atra?dos al Coraz?n del Salvador, beban con alegr?a de la fuente perenne de la salvaci?n" (Misal Romano, Prefacio de la Solemnidad del Sagrado Coraz?n de Jes?s). Especialmente vosotros, queridos enfermos, sentid la cercan?a de este Coraz?n lleno de amor y bebes con fe y alegr?a de esta fuente, rezando: ?Agua del costado de Cristo, l?vame. Pasi?n de Cristo, fortif?came. Oh buen Jes?s, escuchame. En tus llagas, esc?ndeme" (Oraci?n de san Ignacio de Loyola).
5. Al t?rmino de este Mensaje m?o para la pr?xima Jornada Mundial del enfermo, deseo expresar mi afecto a todos y a cada uno, sinti?ndome part?cipe de los sufrimientos y de las esperanzas que viv?s cotidianamente en uni?n con Cristo crucificado y resucitado, para que os de la paz y la curaci?n del coraz?n. Junto a ?l vele a vuestro lado la Virgen Mar?a, a la que invocamos con confianza Salud de los enfermos y Consoladora de los afligidos. A los pies de la Cruz se realiza para ella la profec?a de Sime?n: su coraz?n de Madre est? atravesado (cfr?Lc?2,35). Desde el abismo de su dolor, participaci?n en el del Hijo, Mar?a ha sido hecha capaz de acoger la nueva misi?n: ser la Madre de Cristo en sus miembros. En la hora de la Cruz, Jes?s le presenta a cada uno de sus disc?pulos dici?ndole: ?He ah? a tu hijo? (cfr Jn 19,26-27). La compasi?n maternal hacia el Hijo se convierte en compasi?n maternal hacia cada uno de nosotros en nuestros sufrimientos cotidianos (cfr Homil?a en Lourdes, 15 de septiembre de 2008).
Queridos hermanos y hermanas, en esta Jornada Mundial del enfermo, invito tambi?n a las Autoridades para que inviertan cada vez m?s energ?as en estructuras sanitarias que sean de ayuda y de apoyo a los que sufren, sobre todo a los m?s pobres y necesitados, y dirigiendo mi pensamiento a todas las di?cesis, env?o un afectuoso saludo a los obispos, a los sacerdotes, a las personas consagradas, a los seminaristas, a los agentes sanitarios, a los voluntarios y a todos aquellos que se dedican con amor a curar y aliviar las llagas de cada hermano o hermana enfermos, en los hospitales o residencias, en las familias: que en el rostro de los enfermos sep?is ver siempre el Rostro de los rostros: el de Cristo.
Aseguro a todos mi recuerdo en la oraci?n, mientras que imparto a cada uno una especial Bendici?n Apost?lica.
En el Vaticano, 21 de noviembre de 2010, Fiesta de Cristo Rey del Universo.
BENEDICTUS PP XVI
[Traducci?n del original italiano por Inma ?lvarez
?Libreria Editrice Vaticana]
ZENIT? nos ofrece el discurso de felicitaci?n de Navidad a los cardenales y miembros de la Curia Roma, a a quienes recibi? el lunes, 20 e Diciembre de 2010,?en la Sala Regia del Palacio Apost?lico.
Se?ores cardenales,
venerados hermanos en el Episcopado y en el Sacerdocio,
queridos hermanos y hermanas
Me encuentro con vosotros con vivo agrado, queridos Miembros del Colegio Cardenalicio, representantes de la Curia Romana y de la Gobernaci?n, para esta cita tradicional. Os dirijo a cada uno un cordial saludo, empezando por el cardenal Angelo Sodano, a quien doy las gracias por las expresiones de devoci?n y de comuni?n, y por los fervientes augurios que me ha dirigido en nombre de todos. Prope est jam Dominus, venite, adoremus! Contemplamos como una ?nica familia el misterio del Emmanuel, del Dios-con-nosotros, como dijo el cardenal decano. Os devuelvo de buen grado vuestras felicitaciones y deseo agradeceros vivamente a todos, incluyendo a los representantes pontificios diseminados por el mundo, la aportaci?n competente y generosa que cada uno presta al Vicario de Cristo y a la Iglesia.
"Excita, Domine, potentiam tuam, et veni" ? con estas palabras y otras similares, la liturgia de la Iglesia reza repetidamente en los d?as del Adviento. Son invocaciones formuladas probablemente en el periodo de decadencia del Imperio Romano. La descomposici?n de los ordenamientos que sosten?an el derecho y de las actitudes morales de fondo, que daban fuerza a aquellos, causaban la ruptura de los m?rgenes que hasta aquel momento hab?an protegido la convivencia pac?fica entre los hombres. Un mundo estaba desapareciendo. Frecuentes cataclismos naturales aumentaban a?n m?s esta experiencia de inseguridad. No se ve?a fuerza alguna que pudiese frenar aquel ocaso. Tanto m?s insistente era la invocaci?n del poder propio de Dios: que ?l viniera y protegiera a los hombres de todas estas amenazas.
"Excita, Domine, potentiam tuam, et veni". Tambi?n hoy tenemos nosotros muchos motivos para asociarnos a esta oraci?n de Adviento de la Iglesia. El mundo, con todas sus nuevas esperanzas y posibilidades, est? al mismo tiempo angustiado por la impresi?n de que el consenso moral se est? disolviendo, un consenso sin el cual las estructuras jur?dicas y pol?ticas no funcionan; en consecuencia, las fuerzas movilizadas para la defensa de estas estructuras parecen estar destinadas al fracaso.
Excita ? la oraci?n recuerda el grito dirigido al Se?or, que estaba durmiendo en la barca de los disc?pulos zarandeada por la tempestad y a punto de hundirse. Cuando su palabra poderosa hubo aplacado la tempestad, ?l reproch? a los disc?pulos por su poca fe (cfr Mt 8,26 y par.). Quer?a decir: en vosotros mismos, la fe se ha dormido. Lo mismo quiere decirnos tambi?n a nosotros. Tambi?n en nosotros la fe a menudo se duerme. Pid?mosle por tanto que nos despierte del sue?o de una fe que se ha vuelto cansada y que vuelva a dar a nuestra fe el poder de mover las monta?as -es decir, de dar el orden justo a las cosas del mundo.
"Excita, Domine, potentiam tuam, et veni": en las grandes angustias, a la que hemos sido expuestos este a?o, esta oraci?n de Adviento me ha vuelto siempre al coraz?n y a los labios. Con gran alegr?a hab?amos comenzado el A?o sacerdotal y, gracias a Dios, pudimos concluirlo tambi?n con gran agradecimiento, a pesar de que se llevara a cabo de forma tan distinta a como esper?bamos. En nosotros los sacerdotes, y en los laicos, y precisamente tambi?n en los j?venes, se ha renovado la conciencia de qu? don representa el sacerdocio de la Iglesia cat?lica, que el Se?or nos ha confiado. Nos hemos dado cuenta nuevamente de qu? bello es que los seres humanos hayamos sido autorizados a pronunciar, en nombre de Dios y con pleno poder, la palabra del perd?n, y seamos as? capaces de cambiar el mundo, la vida; qu? hermoso es que los seres humanos hayamos sido autorizados a pronunciar las palabras de la consagraci?n, con las que el Se?or atrae hacia s? un trozo de mundo, y en cierta forma lo transforme en su sustancia; qu? hermoso es poder estar, con la fuerza del Se?or, cerca de los hombres en sus alegr?as y sufrimientos, tanto en las horas importantes como en las horas oscuras de la existencia; qu? hermoso es tener en la vida como tarea no esto o lo otro, sino sencillamente el ser mismo del hombre ? para ayudarle a que se abra a Dios y que viva a partir de Dios. Por eso hemos sido turbados cuando, precisamente en este a?o y en una dimensi?n inimaginable para nosotros, hemos tenido conocimiento de abusos contra menores cometidos por sacerdotes, que trabucan el Sacramento en su contrario: bajo el manto de lo sagrado hieren profundamente a la persona humana en su infancia y le acarrean un da?o para toda la vida.
En este contexto, me ven?a a la mente una visi?n de santa Hildegarda de Bingen que describe de forma conmovedora lo que hemos vivido este a?o: ?En el a?o 1170 despu?s del nacimiento de Cristo estuve durante largo tiempo enferma en la cama. Entonces, f?sica y mentalmente despierta, vi a una mujer de una belleza tal que la mente humana no era capaz de comprender. Su figura se ergu?a desde la tierra hasta el cielo. Su rostro brillaba con un resplandor sublime. Su mirada estaba dirigida al cielo. Estaba vestida con una t?nica luminosa y radiante de seda blanca y un manto guarnecido de piedras preciosas. En los pies calzaba zapatos de ?nice. Pero su rostro estaba embadurnado de polvo; su vestido, por el lado derecho, estaba desgarrado. Tambi?n el manto hab?a perdido su belleza singular, y sus zapatos estaban ensuciados por encima. Con voz alta y dolorida, la mujer grit? hacia el cielo: '?Escucha, oh cielo, mi rostro est? manchado! ?Afl?gete, oh tierra: mi vestido est? desgarrado! ?Tiembla, oh abismo: mis zapatos est?n ensuciados!?
Y prosigui?: ?Estaba escondida en el coraz?n del Padre, hasta que el Hijo del hombre, concebido y dado a luz en la virginidad, derram? su sangre. Con esta sangre, como dote suya, me tom? como su esposa.
Los estigmas de mi esposo permanecen frescos y abiertos, mientras est?n abiertas las heridas de los pecados de los hombres. Precisamente el que sigan abiertas las heridas de Cristo es por culpa de los sacerdotes. Estos desgarran mi t?nica porque son transgresores de la Ley, del Evangelio y de su deber sacerdotal. Quitan el esplendor a mi manto, porque descuidan totalmente los preceptos que se les impusieron. Ensucian mis zapatos, porque no caminan por sendas rectas, es decir, en las duras y severas de la justicia, y tampoco dan buen ejemplo a sus s?bditos. Con todo, encuentro en algunos el esplendor de la verdad?.
Y escuch? una voz del cielo que dec?a: 'Esta imagen representa a la Iglesia. Por esto, oh ser humano que ves todo esto y que escuchas las palabras de lamento, an?ncialo a los sacerdotes que est?n destinados a la gu?a y a la instrucci?n del pueblo de Dios y a los cuales, como a los ap?stoles, se ha dicho: Id a todo el mundo y anunciad el Evangelio a toda criatura? (Mc 16,15)" (Carta a Werner von Kirchheim y a su comunidad sacerdotal: PL 197, 269ss).
En la visi?n de santa Hildegarda, el rostro de la Iglesia est? cubierto de polvo, y es as? como lo hemos visto nosotros. Su vestido est? desgarrado ? por culpa de los sacerdotes. As? como ella lo vio y expres?, lo hemos vivido este a?o. Debemos aceptar esta humillaci?n como una exhortaci?n a la verdad y una llamada a la renovaci?n. S?lo la verdad salva. Debemos preguntarnos qu? podemos hacer para reparar lo m?s posible la injusticia cometida. Debemos preguntarnos qu? era equivocado en nuestro anuncio, en toda nuestra forma de configurar el ser cristiano, de manera que una cosa semejante pudiera suceder. Debemos encontrar una nueva determinaci?n en la fe y en el bien. Debemos ser capaces de penitencia. Debemos esforzarnos en intentar todo lo posible, en la preparaci?n al sacerdocio, para que una cosa semejante no pueda volver a suceder. ?ste es tambi?n el lugar para agradecer de coraz?n a todos aquellos que se han empe?ado en ayudar a las v?ctimas y en devolverles la confianza en la Iglesia, la capacidad de creer en su mensaje. En mis encuentros con las v?ctimas de este pecado, siempre he encontrado a personas que, con gran dedicaci?n, est?n al lado de quienes sufren y han sufrido da?o. ?sta es la ocasi?n tambi?n para dar las gracias tambi?n a tantos buenos sacerdotes que transmiten en humildad y fidelidad la bondad del Se?or y que, en medio de las devastaciones, son testigos de la belleza no perdida del sacerdocio.
Somos conscientes de la particular gravedad de este pecado cometido por sacerdotes y de nuestra correspondiente responsabilidad. Pero no podemos tampoco callar sobre el contexto de nuestro tiempo en el que hemos tenido que ver estos acontecimientos. Existe un mercado de la pornograf?a que afecta a los ni?os, que de alguna forma parece ser considerado por la sociedad cada vez m?s como algo normal. La destrucci?n psicol?gica de ni?os, cuyas personas son reducidas a art?culo de mercado, es un espantoso signo de los tiempos. Escucho de los obispos de pa?ses del Tercer Mundo una y otra vez que el turismo sexual amenaza a una generaci?n entera y la da?a en su libertad y en su dignidad humana. El Apocalipsis de san Juan enumera entre los grandes pecados de Babilonia ? s?mbolo de las grandes ciudades irreligiosas del mundo ? el hecho de practicar el comercio de los cuerpos y de las almas y de hacer de ellos una mercanc?a (cfrAp 18,13). En este contexto, se plantea tambi?n el problema de la droga, que con fuerza creciente extiende sus tent?culos de pulpo en todo el globo terrestre ? expresi?n elocuente de la dictadura de Mamm?n que pervierte al hombre. Todo placer resulta insuficiente y el exceso en el enga?o de la embriaguez se convierte en una violencia que destruye regiones enteras, y esto en nombre de un malentendido fatal de la libertad en el que precisamente la libertad del hombre es minada y al final anulada del todo.
Para oponernos a estas fuerzas debemos echar una mirada a sus fundamentos ideol?gicos. En los a?os 70, la pedofilia fue teorizada como algo totalmente conforme al hombre y tambi?n al ni?o. Esto, sin embargo, formaba parte de una perversi?n de fondo del concepto de ethos. Se afirmaba ? incluso en el ?mbito de la teolog?a cat?lica ? que no exist?an ni el mal en s? ni el bien en s?. Existir?an s?lo un ?mejor que? y un ?peor que?. Nada ser?a de por s? bueno o malo. Todo depender?a de las circunstancias y del fin pretendido. Seg?n los fines y las circunstancias, todo podr?a ser bueno o tambi?n malo. La moral se sustituy? por un c?lculo de las consecuencias y con ello dej? de existir. Los efectos de tales teor?as son hoy evidentes. Contra ellas el papa Juan Pablo II, en su enc?clica Veritatis splendor de 1993, indic? con fuerza prof?tica en la gran tradici?n del ethos cristiano las bases esenciales de la actuaci?n moral. Este texto debe ser puesto hoy nuevamente en el centro como camino en la formaci?n de la conciencia. Es responsabilidad nuestra hacer nuevamente audibles y comprensibles entre los hombres estos criterios como v?as de la verdadera humanidad, en el contexto de la preocupaci?n por el hombre, en la que estamos inmersos.
Como segundo punto quisiera decir algo sobre el S?nodo de las Iglesias de Oriente Medio. Este comenz? con mi viaje a Chipre donde pude entregar el Instrumentum laboris para el S?nodo a los obispos de esos pa?ses all? reunidos. Permanece inolvidable la hospitalidad de la Iglesia ortodoxa que pudimos experimentar con gran gratitud. Aunque la comuni?n plena no nos ha sido dada a?n, constatamos con alegr?a, con todo, que la forma b?sica de la Iglesia antigua nos une profundamente unos a otros; el ministerio sacramental de los Obispos como portadores de la tradici?n apost?lica, la lectura de la Escritura seg?n la hermen?utica de la Regula fidei, la comprensi?n de la Escritura en la unidad multiforme centrada en Cristo y desarrollada gracias a la inspiraci?n de Dios y, finalmente, la fe en la centralidad de la Eucarist?a en la vida de la Iglesia. As? hemos encontrado de modo vivo la riqueza de los ritos de la Iglesia antigua tambi?n dentro de la Iglesia cat?lica. Tuvimos liturgias con maronitas y con melquitas, celebramos en rito latino y tuvimos momentos de oraci?n ecum?nica con los ortodoxos y, en manifestaciones imponentes, pudimos ver la rica cultura cristiana del Oriente cristiano. Pero vimos tambi?n el problema del pa?s dividido. Se hac?an visibles las culpas del pasado y las profundas heridas, pero tambi?n el deseo de paz y de comuni?n como exist?an antes. Todos son conscientes del hecho de que la violencia no lleva a ning?n progreso ? ?sta, de hecho, ha creado la situaci?n actual. S?lo en el compromiso y en la comprensi?n mutua puede restablecerse una unidad. Preparar a la gente a esta actitud de paz es una tarea esencial de la pastoral.
En el S?nodo la mirada se extendi? tambi?n a todo Oriente Medio, donde conviven los fieles pertenecientes a religiones distintas y tambi?n a m?ltiples tradiciones y ritos distintos. En lo que respecta a los cristianos, hay Iglesias precalcedonenses y calcedonenses; Iglesias en comuni?n con Roma y otras que est?n fuera de esta comuni?n, y en ambas existen, uno junto a otro, m?ltiples ritos. En los des?rdenes de los ?ltimos a?os ha sido turbada la historia de convivencia, las tensiones y las divisiones han crecido, de modo que cada vez m?s con temor somos testigos de actos de violencia en los que ya no se respeta lo que para el otro es sagrado, sino que al contrario, se derrumban las reglas m?s elementales de la humanidad. En la situaci?n actual, los cristianos son la minor?a m?s oprimida y atormentada. Durante siglos vivieron pac?ficamente junto con sus vecinos jud?os y musulmanes. En el S?nodo escuchamos las sabias palabras del Consejo del Mufti de la Rep?blica del L?bano contra los actos de violencia contra los cristianos. ?l dec?a: hiriendo a los cristianos nos herimos a nosotros mismos. Por desgracia, ?sta y otras voces an?logas de la raz?n, por las que estamos profundamente agradecidos, son demasiado d?biles. Tambi?n aqu? el obst?culo es la uni?n entre la avidez de lucro y la ceguera ideol?gica. Sobre la base del esp?ritu de la fe y de su racionabilidad, el S?nodo ha desarrollado un gran concepto de di?logo, de perd?n y de mutua acogida, un concepto que queremos ahora gritar al mundo. El ser humano es uno solo y la humanidad es una sola. Lo que en cualquier lugar se haga contra un hombre al final da?a a todos. As? las palabras y las ideas del S?nodo deben ser un fuerte grito dirigido a todas las personas con responsabilidad pol?tica o religiosa para que detengan la cristianofobia; para que se levanten en defensa de los pr?fugos y de los que sufren y revitalicen el esp?ritu de la reconciliaci?n. En ?ltimo an?lisis, la curaci?n podr? venir s?lo de una fe profunda en el amor reconciliador de Dios. Dar fuerza a esta fe, nutrirla y hacerla resplandecer es la tarea principal de la Iglesia en esta hora.
Me gustar?a hablar detalladamente del inolvidable viaje al Reino Unido, pero quiero limitarme a dos puntos que est?n relacionados con el tema de la responsabilidad de los cristianos en este tiempo y con la tarea de la Iglesia de anunciar el Evangelio. El pensamiento sale ante todo al encuentro con el mundo de la cultura en la Westminster Hall, un encuentro en el que la conciencia de la responsabilidad com?n en este momento hist?rico cre? una gran atenci?n, que, en el fondo, se dirige a la cuesti?n sobre la verdad y la propia fe. Que en este debate la Iglesia debe dar su propia contribuci?n, era evidente para todos. Alexis de Tocqueville, en su ?poca, hab?a observado que en Am?rica la democracia hab?a sido posible y hab?a funcionado porque exist?a un consenso moral de base que, yendo m?s all? de las denominaciones individuales, un?a a todos. S?lo si existe un consenso semejante sobre lo esencial, las constituciones y el derecho pueden funcionar. Este consenso de fondo procedente del patrimonio cristiano est? en peligro all? donde en su lugar, en lugar de la raz?n moral, se coloca la mera racionalidad finalista de la que he hablado hace un momento. Esto supone en realidad una ceguera de la raz?n hacia lo que es esencial. Combatir contra esta ceguera de la raz?n y conservar su capacidad de ver lo esencial, de ver a Dios y al hombre, lo que es bueno y lo que es verdadero, es el inter?s com?n que debe unir a todos los hombres de buena voluntad. Est? en juego el futuro del mundo.
Finalmente, quisiera recordar una vez m?s la beatificaci?n del cardenal John Henry Newman. ?Por qu? ha sido beatificado? ?Qu? tiene que decirnos? A estas preguntas se pueden dar muchas respuestas, que ya se han desarrollado en el contexto de la beatificaci?n. Quisiera poner de manifiesto solamente dos aspectos que van unidos y que, a fin de cuentas, expresan lo mismo. El primero es que debemos hablar de las tres conversiones de Newman, porque son los pasos de un camino espiritual que nos interesa a todos. Quisiera subrayar aqu? s?lo la primera conversi?n: la conversi?n a la fe en el Dios vivo. Hasta aquel momento, Newman pensaba como la mayor?a de los hombres de su tiempo y como la mayor?a de los hombres de hoy, que no excluyen simplemente la existencia de Dios, pero que la consideran como algo inseguro, que no tiene un papel esencial en la propia vida. Lo que a ?l le parec?a verdaderamente real, como a los hombres de su tiempo, era lo emp?rico, lo que es materialmente perceptible. ?sta es la ?realidad? seg?n la cual se orientaba. Lo ?real? es lo que es aprehensible, son las cosas que se pueden calcular y tomar en la mano. En su conversi?n Newman reconoce que las cosas son precisamente al contrario: que Dios y el alma, el ser mismo del hombre a nivel espiritual, constituyen lo que es verdaderamente real, lo que cuenta. Son mucho m?s reales que los objetos perceptibles. Esta conversi?n constituye un giro copernicano. Lo que hasta entonces le hab?a parecido como irreal y secundario se revela como lo verdaderamente decisivo. Donde una conversi?n semejante tiene lugar, no cambia simplemente una teor?a, sino que cambia la forma fundamental de la vida. Todos nosotros tenemos siempre necesidad de esta conversi?n: entonces estamos en el buen camino.
La fuerza motriz que le empujaba en el camino de la conversi?n, en Newman, era la conciencia. ?Pero qu? se entiende con ello? En el pensamiento moderno, la palabra "conciencia" significa que en materia de moral y de religi?n, la dimensi?n subjetiva, el individuo, constituye la ?ltima instancia de la decisi?n. El mundo se divide en los ?mbitos de lo objetivo y de lo subjetivo. A lo objetivo pertenecen las cosas que se pueden calcular y comprobar mediante el experimento. La religi?n y la moral se sustraen a estos m?todos y por ello se consideran en el ?mbito de lo subjetivo. Aqu? no existir?an, en ?ltimo an?lisis, criterios objetivos. La ?ltima instancia que puede decidir aqu? ser?a por tanto s?lo el sujeto, y con la palabra ?conciencia? se expresa precisamente esto: en este ?mbito puede decidir s?lo el individuo con sus intuiciones y experiencias. La concepci?n que Newman tiene de la conciencia es diametralmente opuesta. Para ?l ?conciencia? significa la capacidad de verdad del hombre: la capacidad de reconocer precisamente en los ?mbitos decisivos de su existencia ? religi?n y moral ? una verdad, la verdad. La conciencia, la capacidad del hombre de reconocer la verdad, le impone con ello, al mismo tiempo, el deber de encaminarse hacia la verdad, de buscarla y de someterse a ella all? donde la encuentra. Conciencia y capacidad de verdad y de obediencia a la verdad, que se muestra al hombre que busca con coraz?n abierto. El camino de las conversiones de Newman es un camino de la conciencia ? un camino no de la subjetividad que se afirma, sino, precisamente al contrario, de la obediencia a la verdad que paso a paso se abr?a a ?l. Su tercera conversi?n, al Catolicismo, exig?a de ?l abandonar casi todo lo que le era precioso: sus bienes y su profesi?n, su grado acad?mico, los v?nculos familiares y muchos amigos. La renuncia que la obediencia a la verdad, su conciencia, le ped?a, iba m?s all?. Newman hab?a sido siempre consciente de tener una misi?n hacia Inglaterra. Pero en la teolog?a cat?lica de su tiempo, su voz apenas pod?a o?rse. Era demasiado extra?a respecto a la forma dominante del pensamiento teol?gico y tambi?n de la piedad. En enero de 1863 escribi? en su diario estas frases conmovedoras: ?Como protestante, mi religi?n me parec?a m?sera, pero no mi vida. Y ahora, como cat?lico, mi vida es m?sera, pero no mi religi?n". No hab?a llegado a?n la hora de su eficacia. En la humildad y en la oscuridad de la obediencia, tuvo que esperar hasta que su mensaje fuera utilizado y comprendido. Para poder afirmar la identidad entre el concepto que Newman ten?a de la conciencia y la moderna comprensi?n subjetiva de la conciencia, se hace referencia a su palabra seg?n la cual ?l ? si hubiera tenido que hacer un brindis ? habr?a brindado por la conciencia y despu?s por el Papa. Pero en esta afirmaci?n, ?conciencia? no significa la ?ltima obligatoriedad de la intuici?n subjetiva. Es la expresi?n de la accesibilidad y de la fuerza vinculante de la verdad: en ello se funda su primado. Al Papa se le puede dedicar el segundo brindis, porque su tarea es exigir la obediencia a la verdad.
Tengo que renunciar a hablar de los viajes tan significativos a Malta, a Portugal y a Espa?a. En ellos se ha hecho nuevamente visible que la fe no es algo del pasado, sino un encuentro con Dios que vive y act?a ahora. ?l nos desaf?a y se opone a nuestra pereza, pero precisamente as? nos abre el camino hacia la felicidad verdadera.
"Excita, Domine, potentiam tuam, et veni!". Hemos partido de la invocaci?n de la presencia y del poder de Dios en nuestro tiempo y de la experiencia de su aparente ausencia. Si abrimos nuestros ojos, precisamente en la retrospectiva del a?o que llega a su fin, puede hacerse visible que el poder y la bondad de Dios est?n presentes de muchas maneras tambi?n hoy. As? todos tenemos motivos para darle gracias. Con el agradecimiento al Se?or renuevo mi agradecimiento a todos los colaboradores. Quiera Dios concedernos a todos una Santa Navidad y acompa?arnos con su bondad en el pr?ximo a?o.
Conf?o estos deseos a la intercesi?n de la Virgen santa, Madre del Redentor, y a todos vosotros y a la gran familia de la Curia Romana imparto de coraz?n la Bendici?n Apost?lica. ?Feliz Navidad!
[Traducci?n del original italiano por Inma ?lvarez
?Libreria Editrice Vaticana]
DOMINGO 2 DEL TIEMPO ORDINARIO/A
16 de Enero 2011
Hermanos y hermanas, el Se?or est? con vosotros.
- Hemosterminadoya losd?asde la Navidadyla Epifan?a, y empezamos ahora una serie de domingos en los que no celebramos ning?n tiempo ni ninguna fiesta en especial. Son domingos en los que iremos contemplando, en el evangelio, los inicios de la vida p?blica de Jes?s, primero all? en el Jord?n, con Juan Bautista, y luego en Galilea, con sus primeros disc?pulos. As? nos
empezar? a anunciar su mensaje de salvaci?n.
- Reafirmemos, pues, una vez m?s, nuestra fe en Jes?s, y dispong?monos a escucharle y a sequirle.
A. penitencial: En silencio, prepar?monos para celebrar la Eucarist?a. (Silencio).
- T?, Hijo amado de Dios. SE?OR,TEN PIEDAD.
- T?, lleno del Esp?ritu Santo. CRISTO, TEN PIEDAD.
- T?, luz de las naciones. SE?OR,TEN PIEDAD.
1. lectura (lsa?as 49,5-6): Escuchemos ahora, para empezar, una profec?a del libro de Isa?as. Se nos habla de un Siervo de Dios, un Siervo al que Dios ha llamado y enviado, y en el que nosotros vemos anunciada la persona de Jes?s.
2. lectura (1 Corintios 7,7-3): La segunda lectura de este domingo es muy breve Es el inicio de la primera carta de san Pablo a los cristianos de la ciudad de Corinto, una carta que iremos leyendo durante los pr?ximos
domingos. Fij?monos c?mo habla de la comunidad cristiana, de lo que significa estar bautizado y ser seguidor de Jes?s.
Oraci?n universal: Unidos a Jes?s, present?mosle al Padre nuestras plegarias diciendo: ESC?CHANOS, PADRE.
Por nuestra Iglesia. Que todos los que la formamos sepamos vivir a fondo y con sencillez las Bienaventuranzas de Jes?s. OREMOS:
Por las personas que sufren alguna discapacidad o enfermedad. Que puedan contar con los recursos sociales y con el apoyo y afecto necesarios para desarrollar todas sus capacidades. OREMOS:
Por las personas que se encuentran en paro. Que puedan acceder a trabajos estables que les permitan vivir con dignidad. OREMOS:
Por las personas que viven en situaci?n de pobreza. Que encuentren en nosotros consuelo, generosidad y voluntad de trabajar contra las causas de la pobreza. OREMOS:
Por nuestros barrios y pueblos. Que sean espacios de buena convivencia donde toda persona sea respetada y acogida. OREMOS:
Por nosotros y por nuestras parroquias y comunidades. Que seamos capaces de trabajar para acercar el Reino del Dios que nos ama a' nuestros vecinos y vecinas. OREMOS:
Escucha, Padre, nuestra oraci?n, y haz de nosotros fieles seguidores de tu Hijo Jesucristo, que vive y reina contigo por los siglos de los siglos.
Padrenuestro: Fieles a la ense?anza de Jesucristo y llenos de confianza en el amor de Dios, ahora, antes de comulgar, nos atrevemos a decir:
?
CPL
Lectio divina para el viernes de primera semana del Tiempo Ordinario, ofrecida por la Delegaci?n Diocesana de liturgia de la di?cesis de Tenerife.
LECTURA:??????????????Marcos 2, 1-12?
???? Cuando a los pocos d?as volvi? Jes?s a Cafarna?n, se supo que estaba en casa. Acudieron tantos, que no quedaba sitio ni a la puerta. ?l les propon?a la Palabra.
???? Llegaron cuatro llevando un paral?tico, y como no pod?an meterlo por el gent?o, levantaron unas tejas encima de donde estaba Jes?s, abrieron un boquete y descolgaron la camilla con el paral?tico.
???? Viendo Jes?s la fe que ten?an, le dijo al paral?tico: Hijo, tus pecados quedan perdonados.
???? Unos letrados, que estaban all? sentados, pensaban para sus adentros: ?Por qu? habla ?ste as?? Blasfema. ?Qui?n puede perdonar pecados fuera de Dios?
???? Jes?s se dio cuenta de lo que pensaban y les dijo: ?Por qu? pens?is eso? ?Qu? es m?s f?cil: decirle al paral?tico ?tus pecados quedan perdonados? o decirle ?lev?ntate, coge la camilla y echa a andar?? Pues, para que ve?is que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados... entonces le dijo al paral?tico: Contigo hablo: Lev?ntate, coge tu camilla y vete a tu casa. Se levant? inmediatamente, cogi? la camilla y sali? a la vista de todos.
???? Se quedaron at?nitos y daban gloria a Dios diciendo: Nunca hemos visto una cosa igual.
MEDITACI?N:????????????? ?Quedan perdonados?
??????????? Qu? desconcierto, pero qu? importante tu afirmaci?n. Cuando comenzamos la andadura de tu mensaje y empieza a manifestarse tu actividad sanadora quieres poner de manifiesto cu?l es la aut?ntica sanaci?n que vienes a ofrecernos, la sanaci?n de nuestro coraz?n.
??????????? Puede ser que aquellos hombres se quedasen desconcertados ante tus primeras palabras, pero qu? importante eran, porque les quer?as decir, nos quieres decir, me quieres decir, que la sanaci?n principal, la m?s importante, la que afecta a lo m?s nuclear de mi existencia, es la sanaci?n de mi coraz?n.
??????????? No brotan nuestros males de nuestras par?lisis o enfermedades f?sicas, sino de las par?lisis de nuestro coraz?n, ?sas son las que nos impiden avanzar, las que nos paralizan en nuestro acercamiento a los dem?s, las que producen barreras y generan dolor. Por eso, lo primero que nos quer?as trasmitir era el amor y el perd?n de Dios. Ven?as a eliminar todas las barreras posibles que pod?amos pensar que exist?an entre t? y nosotros, M?s a?n, ven?as a decirnos que no las hab?a, que de ti hacia nosotros s?lo hab?a, s?lo hay amor. Y que si nos hay barreras entre t? y nosotros tampoco las debe haber entre nosotros.
??????????? Es as? como nos invitas a caminar, con par?lisis o sin ellas; tumbados en una cama o corriendo el mayor marat?n, poniendo en juego toda la capacidad de bien inscrita en nuestro coraz?n. Y eso, es una buena noticia que necesito escuchar, que desbloquea muchas barreras de mi interior y que me descubre la riqueza de mi dignidad. Y s?, con mi camilla al hombro, porque siempre hay alguna camilla en nuestra historia, quiero hacer mi historia a la vista de todos.????? ??
ORACI?N:???????????? ?Seguir adelante?
??????????? No puedo dejar de darte gracias, Se?or, porque nadie como t? me permite descubrir la dignidad de mi ser persona. Gracias, porque nadie como t?, es capaz de ayudarme a pasar por encima de mis ataduras para seguir poniendo en juego lo mejor de m? mismo. Gracias, porque nadie como t? me encamina siempre a lo que hay de fundamentalmente humano en mi ser. Gracias porque nadie como t? me descubre el verdadero sentido de mi libertad.
??????????? Pero quiero pedirte tambi?n, que no me falte el valor necesario para seguir adelante, para no pararme ante las dificultades, antes mis miedos, mis frenos o mis comodidades. Dame fuerza para que no me venza el peso de mis camilla y no pierda nunca la referencia de tu amor.
CONTEMPLACI?N: ????????????????Tu palabra de amor?
Hoy tambi?n me encuentras
postrado en el lecho
de mis cansancios
y mis limitaciones,
de mis miedos
e inseguridades,
incapaz de reconocerlos
y aceptarlos como m?os.
Pero t? me vuelves
a mirar con ternura
y a pronunciar tu palabra de amor,
que me desconcierta,
pero robustece las rodillas
de mi coraz?n,
corta el lastre de mis ataduras,
y me permite continuar
con nuevo br?o mi andadura.
REDACCI?N DE "IGLESIA NIVARIENSE"
C. San Agust?n, n? 28
38201. La Laguna. Tenerife.
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??Una sola familia humana? es el lema de este a?o para el D?a de las Migraciones del pr?ximo domingo 16 de enero. Jes?s Alberto Gonz?lez Concepci?n, delegado de Migraciones. ha indicado que ?se trata de una llamada a estar abiertos, a ir construyendo entre todos una sana convivencia donde seamos acogedores y apoyemos la integraci?n?.??
Desde la delegaci?n de Migraciones, se han organizado dos momentos celebrativos para el fin de semana del 15 y 16 de enero. Por un lado, la vigilia de oraci?n que tendr? lugar en la parroquia de San Antonio de Padua, Urb. Las Retamas, el viernes 14 de enero, a las 20:00 horas. Por otro lado, la Eucarist?a de la Jornada de Migraciones se celebrar? el domingo 16 de enero a las 11:00 horas, en la parroquia de Santa B?rbara M?rtir en T?o Pino-Somosierra.?
Con el arranque de 2011, llega el momento de evaluar el Plan Diocesano de Pastoral: ?Haz memoria de Jesucristo resucitado?. Por tal motivo, el pr?ximo s?bado d?a 29, de 9.30 a 13 horas, el Obispo se reunir? con los arciprestes y vicearciprestes, en el seminario diocesano, a fin de presentar el proyecto de evaluaci?n pastoral y conocer las sugerencias que quieran hacer para este proceso que iniciamos con el comienzo de A?o.??
El s?bado, 15 de enero, a las 19:00 horas, en la parroquia de la Concepci?n de Los Realejos (Realejo Bajo), Alejandro Abrante recibir? la admisi?n al Diaconado Permanente.??
El pr?ximo domingo 23 de enero se celebrar? la Jornada de la Infancia Misionera bajo el lema: ?Con los ni?os de Ocean?a seguimos a Jes?s?. Como viene siendo habitual cada a?o, el d?a previo a la jornada, el s?bado 22, tendr? lugar la Marcha Misionera de los Ni?os desde Caletillas hasta la Bas?lica de Candelaria. La acogida ser? a las 10:30 horas y la Eucarist?a, presidida por el obispo, se celebrar? en torno a las 12:30 horas.?
El director de C?ritas Diocesana, Leonardo Ruiz del Castillo, ha se?alado en COPE Tenerife que en Tenerife hay mucha gente que pasa necesidades y no tienen forma de hacer frente a las necesidades m?s b?sicas. Ruiz consider? necesaria la construcci?n de centros donde puedan recibir estas atenciones m?nimas.??
Ha tenido lugar la toma de posesi?n de su cargo como nuevo director de COPE Canarias, Juan Narbona Morales, natural de Jerez de la Frontera, C?diz. Narbona es diplomado en empresariales y lleg? a COPE en el a?o 1994 desempe?ando la funci?n de director comercial de COPE C?diz. En el acto de toma de posesi?n de su cargo estuvieron presentes, entre otras, el presidente del Parlamento de Canarias, Antonio Castro Cordobez, el presidente del Cabildo de Tenerife, Ricardo Melchior, el subdelegado del Gobierno, Jos? Antonio Batista, y el vicario general, Antonio P?rez.?
En este principio de a?o 2011, ATARETACO se encuentra celebrando los 25 a?os de andadura de la fundaci?n que tiene como objetivo la formaci?n e inserci?n socio laboral. Por este motivo, se ha organizado un acto conmemorativo para el d?a 20 de enero, en el sal?n de ?actos de CajaCanarias, (Plaza del Patriotismo, 1 de Santa Cruz de Tenerife), entre las 18.00 ?y 20.00 horas.?
Del 18 al 20 de febrero se desarrollar? la segunda edici?n del Master en Pastoral Familiar bajo el tema: "La Revelaci?n del amor en la Sagrada Familia". El lugar escogido para desarrollar esta sesi?n ser? la Casa de Ejercicios de Santa Cruz de Tenerife. Los interesados en participar pueden comunicarlo a trav?s de los correos: [email protected] y [email protected].?
La Congregaci?n de las hijas de Mar?a Auxiliadora, familiarmente conocidas como las salesianas, celebra este 2011, el 125 aniversario de la llegada a Espa?a. Con tal motivo, el Obispo presidir? el pr?ximo 24 de enero, en la casa de la capital tinerfe?a, los actos de apertura de esta efem?rides.?
Ya se ha constituido la mesa de trabajo encargada de adjudicar la obra de restauraci?n de las cubiertas de la Catedral de La Laguna. Los miembros de la misma se reunir?n, bajo la presidencia de Juli?n de Armas, el d?a 25 de enero para estudiar las cuatro ofertas que distintas empresas presentar?n el lunes, 17 de enero. Dichas empresas son: Acciona, Dragados, Fronpeca y V?ctor Rodr?guez e Hijos. Una de ellas saldr? elegida para llevar a cabo los trabajos en el templo lagunero. Juli?n de Armas ha indicado que, ?probablemente, las obras de reposici?n de las cubiertas comenzar?n en torno al 20 de febrero?.?
Se cumplen cincuenta a?os de la llegada de la imagen de Nuestra Se?ora de Coromoto, patrona de Venezuela, a la ciudad palmera de El Paso. Fue un 22 de Enero de 1961. Medio siglo despu?s la comunidad venezolana, y cuantos quieran, han sido invitados a una eucarist?a a las 19 horas este 22 de enero, pero de 2011. Ser? en el templo de Nuestra Se?ora de Bonanza. Tras la Misa se realizar? una procesi?n con la imagen de esta advocaci?n mariana.?
El pr?ximo d?a 27 de enero, un grupo de 25 religiosas viajar? a Tierra Santa, acompa?adas por el De?n de la Catedral de La Laguna, Juli?n de Armas. Los peregrinos realizar?n ejercicios espirituales en los Santos Lugares que fueron escenario de la vida, muerte y resurrecci?n de Jesucristo. Adem?s, el grupo tendr? un encuentro con el Patriarca Latino de Jerusal?n, as? como con otras comunidades cristianas.?
Despu?s de un a?o tras el terremoto de Hait?, Manos Unidas ha indicado que ?recorrer las calles de Puerto Pr?ncipe, es transitar por un escenario todav?a dantesco. En Manos Unidas, a pesar de la lentitud, del desorden y el desgobierno, seguimos creyendo que esta situaci?n no es fruto del temblor, sino de las grandes carencias estructurales derivadas de doscientos a?os de injusticias de toda ?ndole permitidas, cuando no provocadas, por la comunidad internacional.? La recaudaci?n contabilizada en Manos Unidas, desde la apertura de la cuenta de emergencia tras el terremoto de Hait?? hasta el 18 de noviembre, ascend?a a 3.538.660 euros.?
Por su parte, C?ritas ha indicado que ?gracias a un trabajo sistem?tico de coordinaci?n con C?ritas Hait? y con el conjunto de la red internacional de C?ritas, a lo largo de los ?ltimos doce meses, hemos podido llevar ayuda directa a 367.500 damnificados a trav?s de un importante paquete de proyectos a los que se han destinado un total de 7.448.146 euros.??
El Obispo ha convocado ?rdenes de presb?teros para el d?a 12 de febrero.?
Del 5 al 15 de marzo se desarrollar? la 45? Peregrinaci?n Diocesana a Tierra Santa, una iniciativa dirigida por el sacerdote Juan Carlos Alameda.?
El s?bado 29 de enero de 2011 a las 21h se desarrollar? otro concierto de ?rgano en la parroquia de El M?dano, con entrada libre. Son conciertos ben?ficos, al final de los cuales se recogen los donativos voluntarios que los asistentes quieran dejar y que van destinados a la restauraci?n del ?rgano parroquial, afectado por insectos xil?fagos en su revestimiento exterior.?
?Un respiro para los m?s necesitados?, es el t?tulo del reportaje que ha dedicado el peri?dico ?La Opini?n? a los cuatro comedores sociales que en Tenerife alimentan al d?a a m?s de 500 personas sin recursos. ?El comedor Obra Social La Milagrosa Hijas de la Caridad, la Asociaci?n Ben?fica Padre Lara?a, el Comedor Social San Vicente de Pa?l y la Asociaci?n Ben?fica Comedor Interparroquial de La Laguna no solamente ofrecen alimentos a sus usuarios, sino que con el paso de los a?os, se han convertido en puntos de reuni?n o acogimiento y, en muchos casos, suponen la ?ltima esperanza de una situaci?n social o familiar l?mite.???
Asimismo, este diario recoge otro reportaje titulado ?El milagro de las 16 hermanas? en el que indica que el pleno del ayuntamiento de La Laguna ha acordado proponer a las Hijas de la Caridad para la Medalla de Oro de Tenerife.??
La localidad de Machado se prepara para recibir este fin de semana la celebraci?n en honor a San Amaro. Para este domingo, 16 de enero, a las 12:30 horas del mediod?a, est? prevista una Misa, que dar? paso a la procesi?n con las im?genes de San Sebasti?n y de Santa Luc?a, junto a las reci?n restauradas im?genes de San Amaro y de San Jos?, que culminar? con un agasajo en la plaza de la ermita para todos los presentes. La presentaci?n oficial de las restauradas im?genes se hizo este fin de semana pasado, para que los feligreses supieran de primera mano las t?cnicas de restauraci?n de las que han sido objeto las Im?genes, para garantizar su conservaci?n.??
El Ayuntamiento de La Laguna ha concedido casi 20.000 euros a la Asociaci?n de Caridad San Vicente de Pa?l. En concreto, de la citada cantidad, 7.828,10 euros de ellos ir?n destinados a ayudar a mantener los gastos de funcionamiento del comedor asistencial ?Virgen Poderosa? que esta asociaci?n de caridad tiene en la lagunera calle del Agua.?
Hace algunas semanas que se est?n realizando obras de afianzamiento del campanario del Santuario del Cristo. Seg?n publica el rotativo 'La Opini?n', esta actuaci?n inicial responde al mal estado en el que se encuentra el campanario En total y hasta el momento, se han invertido en el edificio unos 63.000 euros, explicaron al peri?dico desde la corporaci?n insular.
Mensaje de Navidad de monse?or Carlos Jos? Tissera, obispo de San Francisco (Diciembre de 2010). (AICA)
?NACE JES?S, NACE LA VIDA???????
Hermanas y hermanos:
Este a?o he finalizado las visitas pastorales a las parroquias de la Di?cesis. Durante los cuatro a?os que dur? esta experiencia pastoral, he aprendido mucho de todos ustedes. Compart? hermosos momentos en los diversos encuentros, desde la Palabra de Dios, animados por el Esp?ritu de comuni?n, y celebrados junto a Jes?s Eucarist?a. Una de las vivencias m?s gozosas fue el encuentro con los ni?os, tanto en las parroquias como en las escuelas que visitaba. El ?ltimo fue en la Colonia ?Campo La Mendoza?, Parroquia de Laspiur. En todos esos encuentros escuch?bamos a Jes?s que nos dec?a: ?Dejen que los ni?os vengan a m?, no se lo impidan. Porque el Reino de los cielos? es de los que se hacen como ni?os? (Mt. 19,14). Repet?amos juntos esta frase y luego cant?bamos ?Yo tengo un amigo que me ama?. Los chicos me contagiaban su alegr?a. Se sent?an amados por Jes?s ?Qu? sencillez y que fe tan bella! En la Navidad me vienen a la memoria esos rostros, esos recuerdos.
A prop?sito deseo compartir lo que he le?do estos d?as en una revista cat?lica:
?Hacerse hombre significa hacerse ni?o. Desde Ad?n y Eva no hay excepci?n. El camino que lleva a ser hombre pasa por el ni?o. ?ste es precisamente el camino de Dios: el Hijo de Dios se ha hecho hombre, haci?ndose ni?o.?
Nosotros le pertenecemos si recibimos a sus amigos, los ni?os. S?lo quien se hace como un ni?o entrar? en el Reino. Hacerse simples, puros, compartir el dolor, compartir las alegr?as. Dejarse hacer un regalo y retribuirlo.
El ni?o: virtud que salva de la resignaci?n y del c?lculo, del ego?smo y de la falta de sentido. El ni?o nos pide vivir y tener un espacio vital.
El ni?o en el pesebre es quien nos invita a ser hombres con ?l y a recibir de ?l una vida divina?. (De ?Dio si ? fatto bambino?, Roma. Citt? Nuova, 1995, p. 34).
En esta Navidad, nace Jes?s, nace la vida ?Qu? precioso regalo! Apreci?moslo como los ni?os y celebremos la vida que nos da con profunda alegr?a cristiana. ?Cuidar la vida es la mejor tarea! Cuando la vida es fr?gil, en las embarazadas, en los pobres, en los adictos, en los ancianos, NOS HACEMOS CARGO. La luz de Bel?n ilumine nuestras mentes, y el amor de Jes?s nos fortalezca para defender y amar la vida desde su concepci?n hasta la muerte natural.?
?FELIZ NAVIDAD Y VENTUROSO A?O NUEVO!?
Les saludo y bendice con afecto paternal?
Mons. Carlos Jos? Tissera, obispo de San Francisco
Diciembre de 2010?
ZENIT? nos? ofrece la carta que el Papa Benedicto XVI ha enviado al cardenal Crescenzio Sepe, arzobispo metropolitano de N?poles, con ocasi?n de la apertura de un A?o Jubilar especial en la Iglesia napolitana, en el d?cimo aniversario del Gran Jubileo.
Al Venerado Hermano
cardenal Crescenzio Sepe
arzobispo metropolitano de N?poles
Deseo expresarle, venerado Hermano, mi complacencia por la solicitud manifestada por usted de muchas formas hacia la amada Iglesia de N?poles, cuya historia se enriquece ahora con un significativo cap?tulo ulterior con la apertura de un A?o Jubilar especial, diez a?os despu?s del Gran Jubileo del A?o 2000.
Conservo a?n querido en mi coraz?n el vivo recuerdo de la Visita Pastoral del 21 de noviembre de 2007, agradecido siempre al pueblo napolitano por el afectuoso abrazo con el que me acogi?. Esta comunidad diocesana tiene un patrimonio religioso precioso, que exige la coherencia de la fidelidad y el valor del testimonio. En la estela de esta rica tradici?n ha florcido abundante la santidad cristiana, expres?ndose en figuras c?lebres que han dejado una huella profunda en la Iglesia y en la sociedad. De estos resplandecientes ejemplos deriva la llamada a continuar en esta tierra vuestra esta historia de fe y de caridad, trabajando con igual valor y empuje apost?lico. Ciertamente, el contexto sociocultural es hoy bien distinto respecto al pasado, y, si bien se debe alegrar en el Se?or por la fe genuina y perseverante de tantos cristianos, es doloroso constatar la difusi?n de una visi?n secularista de la vida y la intensidad de males que afligen la convivencia civil, amenazada por el individualismo.
En esta atm?sfera se verifica tambi?n la influencia de modelos negativos y desviados que inciden fuertemente en la vida familiar y social, en particular en las nuevas generaciones. Deseo reafirmar, por tanto, la urgencia de la formaci?n humana y cristiana de los ni?os y de los j?venes, porque estos est?n gravemente expuestos a los riesgos de la desviaci?n. Es necesario formar a hombres y mujeres de personalidad fuerte, de fe s?lida y de vida cristiana coherente. Exhorto a los padres a dar a conocer a Jes?s y su mensaje a los hijos, desde peque?os, con los signos y las palabras que la comunidad cristiana ha sugerido y practicado desde siempre. El futuro depende en gran parte del ?xito de este compromiso formativo integral.
En los diverso ambientes de la vida, los cristianos est?n llamados a ser agentes de verdad y testigos valientes del Evangelio; cada uno debe y puede trabajar para que los valores espirituales y ?ticos, traducidos en estilos de vida, ofrezcan una contribuci?n determinante ala edificaci?n de una sociedad m?s justa y fraterna. Habr? entonces que empe?arse en asegurar, con la inspiraci?n y la fuerza que vienen de Dios, relaciones de aut?ntica caridad, que se expresen en formas concretas de solidaridad y de servicio, de forma que se muestren ejemplos de vida alternativos accesibles a todos y, al mismo tiempo, emblem?ticos. As? se podr? reforzar la conciencia de que tambi?n hoy, como siempre, la semilla del Reino de Dios est? presente y activa: una simiente llena de futuro, capaz, si es acogida de modo personal y generoso, de transformar incluso las situaciones m?s dif?ciles y de renovar el coraz?n y el rostro de N?poles.
Venerado Hermano, conf?o los buenos prop?sitos de este A?o Jubilar diocesano a la Virgen del Carmen, protectora de la Ciudad partenopea. Que la Virgen Mar?a, Madre de la Santa Esperanza, y el venerado obispo y m?rtir san Genaro, animen y sostengan los esfuerzos comunes, para que N?poles vuelva a encontrar el esplendor de sus mejores tiempos.
Con estos deseos, le imparto de coraz?n a usted y a toda la comunidad diocesana y ciudadana una especial Bendici?n Apost?lica, propiciadora de paz y de fervor espiritual.
En el Vaticano, 14 de diciembre de 2010
BENEDICTUS PP. XVI?
[Traducci?n del original italiano por Inma ?lvarez
?Libreria Editrice Vaticana]
ZENIT? nos? ofrece las palabras que dirigi? Benedicto XVI?el domingo, 19 deDiciembre de 2010, a mediod?a al rezar la oraci?n mariana del ?ngelus desde la ventana de su estudio del Palacio Apost?lico Vaticano junto a varios miles de peregrinos congregados en la plaza de San Pedro.
?Queridos hermanos y hermanas!
En este cuarto domingo de Adviento el Evangelio de san Mateo narra c?mo sucede el nacimiento de Jes?s coloc?ndose desde el punto de vista de san Jos?. ?l era el prometido de Mar?a, la cual ?antes de empezar a estar juntos ellos, se encontr? encinta por obra del Esp?ritu Santo? (Mt 1,18). El Hijo de Dios, realizando una antigua profec?a (cf. Is 7,14), se hace hombre en el seno de una virgen, y ese misterio manifiesta a la vez el amor, la sabidur?a y el poder de Dios a favor de la humanidad herida por el pecado. San Jos? es presentado como hombre ?justo? (Mt 1,19), fiel a la ley de Dios, disponible a cumplir su voluntad. Por eso entra en el misterio de la Encarnaci?n despu?s de que un ?ngel del Se?or, apareci?ndosele en sue?os, le anuncia: ?Jos?, hijo de David, no temas tomar contigo a Mar?a tu mujer porque lo engendrado en ella es del Esp?ritu Santo. Dar? a luz un hijo y t? le pondr?s por nombre Jes?s, porque ?l salvar? a su pueblo de sus pecados? (Mt 1,20-21).
Abandonado el pensamiento de repudiar en secreto a Mar?a, la toma consigo, porque ahora sus ojos ven en ella la obra de Dios.
San Ambrosio comenta que ?En Jos? nos fue dada la amabilidad y la figura del justo, para hacer m?s digna su calidad de testimonio? (Exp. Ev. sec. Lucam II, 5: CCL 14,32-33). ?l -prosigue Ambrosio- ?no habr?a podido contaminar el templo del Esp?ritu Santo, la Madre del Se?or, el seno fecundado por el misterio? (ibid., II, 6: CCL 14,33). A pesar de haber experimentado turbaci?n, Jos? act?a ?como le hab?a ordenado el ?ngel del Se?or?, seguro de cumplir lo justo. Tambi?n poniendo el nombre de ?Jes?s? a ese Ni?o que rige todo el universo, ?l se sit?a en las filas de los servidores humildes y fieles, parecidos a los ?ngeles y a los profetas, parecidos a los m?rtires y a los ap?stoles -como cantan antiguos himnos orientales. San Jos? anuncia los prodigios del Se?or, dando testimonio de la virginidad de Mar?a, de la acci?n gratuita de Dios, y custodiando la vida terrena del Mes?as. Veneremos por tanto al padre legal de Jes?s (cf. CCC, 532), porque en ?l se perfila el hombre nuevo, que mira con fe y valent?a al futuro, no sigue su propio proyecto, sino que se conf?a totalmente a la infinita misericordia de Aquel que realiza las profec?as y abre el tiempo de la salvaci?n.
Queridos amigos, a san Jos?, patrono universal de la Iglesia, deseo confiar a todos los Pastores, exhort?ndoles a ofrecer ?a los fieles cristianos y al mundo entero la humilde y cotidiana propuesta de las palabras y de los gestos de Cristo? (Carta Convocatoria del A?o Sacerdotal). Que nuestra vida pueda adherirse cada vez m?s a la Persona de Jes?s, precisamente porque ?Aquel que es el Verbo asume ?l mismo un cuerpo, viene de Dios como hombre y atrae a s? a toda la existencia humana, la lleva al interior de la palabra de Dios? (Jes?s de Nazaret, Mil?n 2007, 383). Invoquemos con fe a la Virgen Mar?a, la llena de gracia ?adornada por Dios?, para que, en la pr?xima Navidad, nuestros ojos se abran y vean a Jes?s, y el coraz?n se alegre en este admirable encuentro de amor.
[Despu?s del ?ngelus, salud? a los peregrinos en varias lenguas. En espa?ol, dijo:]
Saludo con afecto a los fieles de lengua espa?ola aqu? presentes y a cuantos participan en esta oraci?n mariana a trav?s de los diversos medios de comunicaci?n. En la proximidad de la Navidad, os invito a dirigir vuestra oraci?n humilde y confiada al Ni?o Jes?s, nacido de la Sant?sima Virgen, para que su luz oriente vuestras vidas y os llene de su amor y paz. Que impulsados por la docilidad de nuestra Madre del Cielo estemos siempre dispuestos a realizar en todo la voluntad del Se?or, que nos llama y cuenta con cada uno de nosotros. Feliz domingo.?
[Traducci?n del original italiano realizada por Patricia Navas
?Libreria Editrice Vaticana]
Lectio divina para el jueves de la primera semana del Tiempo ordinario, ofrecida por la Delegaci?n Diocesana de litgurgia de la di?cesis de Tenerife
LECTURA:?????? ? Marcos 1, 40-45?
???? En aquel tiempo, se acerc? a Jes?s un leproso, suplic?ndole de rodillas: Si quieres, puedes limpiarme.
???? Sintiendo l?stima, extendi? la mano y lo toc? diciendo: quiero: queda limpio. La lepra se le quit? inmediatamente y qued? limpio.
???? ?l lo despidi?, encarg?ndole severamente: No se lo digas a nadie; pero para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificaci?n lo que mand? Mois?s.
???? Pero cuando se fue, empez? a divulgar el hecho con grandes ponderaciones, de modo que Jes?s ya no pod?a entrar abiertamente en ning?n pueblo; se quedaba fuera, en descampado; y aun as? acud?an a ?l de todas partes.
MEDITACI?N:???????????Lo toc?
??????????? De nuevo uno de esos gestos que repetir?s constantemente. Es fruto y consecuencia de lo que dec?a ayer, te acercabas, y la gente tambi?n se atreve a acercarse a ti. No eres un Dios que d? miedo, para eso has venido, para que te conozcamos mejor y se nos caigan nuestros t?picos ?divinos?.
??????????? Nosotros s?. A nosotros nos gusta hacernos dioses, ponernos por encima de los dem?s, que nos teman. Cuando queremos que quede clara nuestra autoridad tenemos que echarnos a temblar. Pero t? no. T? eres un Dios amigo, hermano, padre, T? liberas, sanas, lavas los pies. Y te acercas, y tocas. Tocas con amor, hasta a los leprosos. ?Te haces impuro!, pero te acercas, y amas tocando y tocas amando.
??????????? Nosotros cada vez somos m?s intocables. Hasta es peligroso tocarnos, y as? no sanamos, al contrario, enfermamos. Cada vez m?s distantes. Y necesitamos tocar y que nos toquen. Necesitamos amar y sentirnos amados. Pero de verdad, con limpieza, sin intereses, si m?s inter?s que el aportar vida. Porque has venido a eso a dar vida, a ense?arnos a vivir, a ser portadores de vida. Lo sabemos, lo queremos y no nos dejan hacerlo. Ens??anos.
ORACI?N:?????????????????Alientas mi caminar?
??????????? Se?or, s? que no me puedes tocar con tus manos, pero me tocan tus palabras, me toan los gestos que tuviste y que muchas veces siento. S?, ya s? que pueden ser sensaciones psicol?gicas, pero no me importa, he sentido que me tocas, que me amas, que te acercas a m? con tu ternura, con una palabra de amor, de perd?n, de vida. Y cuando te siento as? alientas mi caminar cansino, renuevas mi esperanza y despiertas mis deseos de humanidad. Gracias, Se?or.
??????????? Gracias, porque te has encarnado, porque eres mejor que nosotros, porque nadie me puede ofrecer una palabra mejor. Gracias por descubrirme mi dignidad, por despertarla y por defenderla. Gracias.???
CONTEMPLACI?N:??????????????????Quiero!?
Me acerco a ti
con mi dignidad rota,
esperando que compongas
Los mil pedazos?
de mi alma
que yo mismo
he contribuido a romper.
No puedo ofrecerte
m?s garant?a
que la de tu propia querer.
Y en mi espera,
anhelante y necesitada,
vuelvo a escuchar,
d?a tras d?a:
?Quiero!
Art?culo que ha escrito monse?or Felipe Arizmendi Esquivel, obispo de San Crist?bal de Las Casas, con el t?tulo "Intelectuales contra la Iglesia".
VER
Un grupo de intelectuales, pol?ticos, l?deres sociales, analistas y comunicadores acaba de publicar un libro que titularon La Iglesia contra M?xico. Dicen que miembros de la jerarqu?a cat?lica estamos contra nuestro pa?s, porque nos oponemos al laicismo, al aborto, a la p?ldora anticonceptiva, al "matrimonio" y a la adopci?n entre personas del mismo sexo. Aducen que obstaculizamos programas de educaci?n sexual en las escuelas, la cartilla para adolescentes que recomienda el cond?n, la pastilla de emergencia o del d?a siguiente, las campa?as masivas de promoci?n del cond?n. Argumentan que pretendemos imponer nuestra moral en las pol?ticas p?blicas y que haya una religi?n de Estado, haciendo que la legislaci?n "se subordine a las llamadas leyes de Dios, que no son otras que las que dicta el Vaticano". Nos achacan encubrimiento de abusos sexuales por parte de cl?rigos. Dicen que por esto y por otras cosas, damos mala imagen y que nuestra Iglesia se ha debilitado ante el pueblo. ?Cu?nta parcialidad, cu?nto manejo de datos, cu?nta interpretaci?n tendenciosa, cu?nta ideolog?a! Es verdad que hay fallas internas, que tratamos de corregir, pero ?por qu? tanto ensa?amiento?
Por lo contrario, el pueblo sencillo nos aprecia, nos valora y nos tiene confianza. Con frecuencia vamos a las comunidades, sobre todo campesinas e ind?genas, y nos reciben con vallas, confeti, collares de flores, vivas, saludos efusivos. Todos nos quieren saludar y nos agasajan con tortillas hechas a mano y un rico caldo de gallina de rancho. Nos comparten generosamente sus sencillas ofrendas y quieren sacarse fotos con nosotros. Yo regreso fortalecido, sobre todo cuando los medios de comunicaci?n se solazan en difundir las fallas clericales, que tampoco se pueden negar, pero que se sobredimensionan. Los pobres y los que sufren siempre acuden con confianza en busca de ayuda. Los migrantes a donde con m?s seguridad se acercan es a nuestra Iglesia. Si estuvi?ramos en contra de M?xico, no habr?a este cari?o tan entra?able hacia nosotros. ?Ser? esto lo que les causa encono?
JUZGAR
Dijo el Papa Benedicto XVI a los obispos de Brasil: "Vuestro deber como obispos, junto con vuestro clero, es contribuir a la purificaci?n de la raz?n y al despertar de las fuerzas morales necesarias para la construcci?n de una sociedad justa y fraterna. Cuando, sin embargo, los derechos fundamentales de la persona o la salvaci?n de las almas lo exigieran, los pastores tienen el grave deber de emitir un juicio moral, tambi?n en cuestiones pol?ticas.
Al formular estos juicios, los pastores deben tener en cuenta el valor absoluto de aquellos preceptos morales negativos que declaran moralmente inaceptable la elecci?n de una determinada acci?n intr?nsecamente mala e incompatible con la dignidad humana; tal elecci?n no puede ser redimida por la bondad de cualquier fin, consecuencia o circunstancia. Por tanto, ser?a totalmente falsa e ilusoria cualquier defensa de los derechos humanos pol?ticos, econ?micos y sociales que no incluyeran la en?rgica defensa del derecho a la vida desde la concepci?n hasta la muerte natural. Al defender la vida, no debemos temer la oposici?n e impopularidad, rechazando cualquier compromiso y ambig?edad que nos conformen con la mentalidad de este mundo. Sin la correcci?n ofrecida por la religi?n, la raz?n puede volverse v?ctima de ambig?edades, como sucede cuando es manipulada por la ideolog?a, o pretende ser aplicada de una manera parcial, sin tener en consideraci?n la dignidad de la persona humana" (28-X-2010).
ACTUAR
No debemos callar cuando se trata de defender el derecho a la vida y otros valores, inspirados en la revelaci?n divina. No pretendemos imponer nuestro punto de vista; s?lo exigimos libertad de presentarlo en la plaza p?blica. No anhelamos una religi?n de Estado, sino que ?ste sea realmente democr?tico y reconozca nuestro derecho a una m?s plena libertad religiosa, no s?lo para ministros cat?licos, sino para todas las confesiones. No basta la libertad de credo y de culto; necesitamos libertad de expresi?n.
Reflexi?n de Jos? Antonio Pagola al evangelio de domingo segundo del Tiempo Ordinario - A, ofrecida por la Delegaci?n de Ense?anza de la di?cesis de Tenerife.
HAMBRE DE ESPIRITUALIDAD?
???????? Las primeras generaciones cristianas sab?an muy bien que "bautizarse" significa literalmente sumergirse en el agua, ba?arse o limpiarse. Por eso, diferenciaban muy bien el "bautismo de agua" que impart?a el Bautista en las aguas del Jord?n y el "bautismo de Esp?ritu Santo" que reciben de Jes?s.
???????? El bautismo de Jes?s no es un ba?o corporal que se recibe sumergi?ndose en el agua, sino un ba?o interior en el que nos dejamos empapar y penetrar por su Esp?ritu, que se convierte dentro de nosotros en un manantial de vida nueva e inconfundible.
???????? Por eso, los primeros cristianos? bautizaban invocando el nombre de Jes?s sobre cada bautizado. Pablo de Tarso dice que los cristianos est?n bautizados en "Cristo" y, por eso, han de sentirse llamados a "vivir en Cristo", animados por su Esp?ritu, interiorizando su experiencia de Dios y sus actitudes m?s profundas.
???????? No es dif?cil observar en la sociedad moderna signos que manifiestan un hambre profunda de espiritualidad. Est? creciendo el n?mero de personas que buscan algo que les d? fuerza interior para afrontar la vida de manera diferente. Es dif?cil vivir una vida que no apunta hacia meta alguna. No basta tampoco pasarlo bien. La existencia termina haci?ndose insoportable cuando todo se reduce a pragmatismo y frivolidad.
???????? Otros sienten necesidad de paz interior y de seguridad para hacer frente a sentimientos de miedo y de incertidumbre que nacen en su interior. Hay quienes se sienten mal por dentro: heridos, maltratados por la vida, desvalidos, necesitados de sanaci?n interior.
???????? Son cada vez m?s los que buscan algo que no es t?cnica, ni ciencia, ni ideolog?a religiosa. Quieren sentirse de manera diferente en la vida. Necesitan experimentar una especie de "salvaci?n"; entrar en contacto con el Misterio que intuyen en su interior.
???????? Nos inquieta mucho que bastantes padres no bauticen ya a sus hijos. Lo que nos ha de preocupar es que muchos y muchas se marchan de nuestra Iglesia sin haber o?do hablar del "bautismo del Esp?ritu" y sin haber podido experimentar a Jes?s como fuente interior de vida.
???????? Es un error que en el interior mismo de la Iglesia se est? fomentando, con frecuencia, una espiritualidad que tiende a marginar a Jes?s como algo irrelevante y de poca importancia. Los seguidores de Jes?s no podemos vivir una espiritualidad seria, l?cida y responsable si no est? inspirada por su Esp?ritu. Nada m?s importante podemos hoy ofrecer a las personas que una ayuda a encontrarse interiormente con Jes?s, nuestro Maestro y Se?or.
Jos? Antonio Pagola?
Red evangelizadora BUENAS NOTICIAS
?16 de enero de 2011
2 Tiempo ordinario (A)
Juan 1, 29-34
Lectio divina para el mi?rcoles dela primera semana del Tiempo Ordinario, ofrecida por la Delegaci?n Diocesana de Liturgia de la di?cesis de Tenerife.
LECTURA:?????? ? Marcos 1, 29-39?
En aquel tiempo, al salir Jes?s de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Sim?n y Andr?s. La suegra de Sim?n estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron. Jes?s se acerc?, la cogi? de la mano y la levant?. Se le pas? la fiebre y se puso a servirles.
Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y pose?dos. La
poblaci?n entera se agolpaba a la puerta. Cur? a muchos enfermos de diversos males y expuls? muchos demonios; y como los demonios lo conoc?an, no les permit?a hablar.
Se levant? de madrugada, se march? al descampado y all? se puso a orar. Sim?n y
sus compa?eros fueron y, al encontrarlo, le dijeron: Todo el mundo te busca. ?l les respondi?: V?monos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar tambi?n all?; que para eso he venido.
As? recorri? toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando los demonios.
MEDITACI?N:?????????????Se acerc?
??????????? Comienza tu andadura y en ella nos vas a ir mostrando tu modo de hacer. No te has encarnado para mantenerte distante y no contaminarte con nuestra humanidad, sino precisamente a todo lo contrario, a mostrarnos la cercan?a de un Dios que nos ama, y para ense?arnos a actuar igual.
??????????? Lo de menos es que te siga la gente, que pidan que les cures, cosa totalmente normal cuando empiezan a ver tu capacidad de sanaci?n, lo significativo es que t? rompes barreras, lo has hecho desde el comienzo, y te acercas al hombre herido, para cogerlo de la mano y ayudarle a levantarse para seguir su camino.
Te acercas para ayudar a levantarnos de nuestras postraciones y continuar nuestro servicio. Es algo que est? mucho m?s all? de una mera curaci?n f?sica. Porque lo que es claro es que no vienes a ejercer de m?dico o curandero, vienes a sanarnos en lo m?s profundo, en todo aquello que nos paraliza, que nos distancia o nos incapacita para estar al lado de los otros. ?se es tu milagro. El gran milagro que realizas con todo, que realizas conmigo, y que si no me rehabilita no es porque haya fallado tu fuerza, sino porque me aferro a mi postraci?n.
Y un secreto. Esa cercan?a al hombre arranca de tu cercan?a a Dios, de tu relaci?n ?ntima y continua con ?l. Todav?a nos cuesta aprender que s?lo desde ah? podemos seguir caminando y ayudando a caminar. Gracias por dej?rmelo claro desde el comienzo.
ORACI?N:??????????????? ?Mano tendida?
??????????? Se?or, no puedo esquivar mi agradecimiento por tantas veces que me has hecho sentir tu mano cercana y tu palabra de vida que me ha permitido seguir adelante en mi camino cuando he experimentado tantos motivos para pararme. Gracias porque no te cansas de acercarte, de llamarme, de sanarme, de empujarme.
??????????? Ay?dame, Se?or, para que yo tambi?n sea en mi andadura cercan?a y mano tendida. No es f?cil en medio de tanto individualismo e inseguridad. Son muchos los miedos internos y externos, pero ay?dame a saber y a aprender el c?mo y el cu?ndo. Todos lo necesitamos.?? ?
CONTEMPLACI?N:??????????????? ?Cu?ntas veces?
Cu?ntas veces
me encuentras postrado
en el lecho de mis miedos
y seguridades.
Cu?ntas veces
me has tendido tu mano
y he lamentado
no aferrarme a ella
con todas mis fuerzas.
Cu?ntas veces
llamas a mi puerta cerrada
y no encuentras respuesta.
Cu?ntas veces
me ha levantado tu palabra
y he vuelto a caer
vencido por lo cr?nico
de mi enfermedad.
Cu?ntas veces
me has dicho que me amas.
Y esa voz, esa mano,
esa mirada,
me siguen sanando
Sugerencias para la homil?a??de la celebraci?n de la 97? Jornada Mundial del Emigrante y Refugiado a celebrar el 16 de enero de 2011, publicadas en Gui?n lit?rgico para su celebraci?n.
?Una sola familia humana?
Misal: hoy, por mandato o con permiso del ordinario del lugar, tambi?n puede celebrarse la misa ?Por los Emigrantes y Exiliados? (cf. OGMR 374), Gl., Cr., Pf dominical.
Sugerencias para la homil?a
1. En el camino hacia el coraz?n del a?o lit?rgico, la Pascua de resurrecci?n del Cordero de Dios, hemos entrado en el tiempo ordinario; Juan el Bautista nos introduce a la persona de Jes?s, que resume en s?, con riqueza inagotable, todas las referencias b?blicas al ?cordero? (que en la lengua aramea significa tambi?n siervo). Es como si el Bautista dijera: he aqu? el cordero para el sacrificio de la nueva Pascua, he aqu? el siervo mesi?nico que se inmola por el pecado del mundo. El dedo ?ndice que los se?ala lo hace para todo el mundo. Y es que el amor de Jes?s resucitado nos hermana y su Esp?ritu nos empuja a crear y mantener relaciones de justicia y de paz.
2. Si miramos a Espa?a, podemos constatar c?mo se est? convirtiendo en una sociedad m?s multi?tnica, donde aumentan las relaciones interculturales y ?donde tambi?n las personas de diversas religiones se ven impulsadas al di?logo, para que se pueda encontrar una convivencia serena y provechosa en el respeto de las leg?timas diferencias? (Mensaje de Benedicto XVI). Son por lo menos 120 los pa?ses representados por las personas inmigrantes y refugiadas, las cuales han tra?do en sus corazones tambi?n el deseo de poder vivir, expresar y compartir sus anhelos m?s profundos de amor y de paz. Como cristianos, desde nuestra identidad bautismal tambi?n podemos prestar nuestra preciosa mediaci?n para que nuestro testimonio, nuestro trabajo por la paz con el di?logo fraterno, nuestro trabajo ecum?nico e interreligioso y nuestra esperanza enraizada en Cristo contribuya a la estima y al respeto rec?proco en un mundo tan diverso y plural.
3. Lo mismo que Dios llama a Samuel hoy tambi?n Dios necesita colaboradores, voluntarios, mediaciones que en todo el mundo quieran llevar adelante su proyecto de salvaci?n sobre los hombres. Pero a la vez que es necesaria la pronta disponibilidad, tambi?n es urgente que estas mediaciones respondan con fidelidad, lo mejor preparadas posible para que sean cre?bles a nuestros hermanos y hermanas inmigrantes con sus preocupaciones, angustias y esperanzas. Porque el Se?or siempre oye el grito del excluido, como nos recuerda el salmo.
4. La Iglesia reconoce a toda persona el derecho a emigrar, ?en el doble aspecto de la posibilidad de salir del propio pa?s y la posibilidad de entrar en otro, en busca de mejores condiciones de vida. Al mismo tiempo, los Estados tienen el derecho de regular los flujos migratorios y defender sus fronteras, asegurando siempre el respeto debido a la dignidad de toda persona humana. Los inmigrantes, adem?s, tienen el deber de integrarse en el pa?s de acogida, respetando sus leyes y la identidad nacional? (Mensaje de Benedicto XVI).
Se trata, pues, de conjugar la acogida que se debe a todos los seres humanos, en especial si son necesitados, con la consideraci?n sobre las condiciones indispensables para una vida decorosa y pac?fica, tanto para los habitantes originarios como para los nuevos llegados. La dignidad del cuerpo humano, de la que habla la segunda lectura, es inseparable de la dignidad de la persona humana. La tarea evangelizadora nacida del encuentro con Jes?s ?como el que nos narra el Evangelio? nos debe llevar al encuentro con los hombres y mujeres de nuestro entorno que hoy podemos simbolizar en nuestros hermanos y hermanas inmigrantes en un mundo cada vez m?s globalizado.
Gui?n lit?rgico para la celebraci?n de la 97? Jornada Mundial del Emigrante y Refugiado a celebrar el 16 de enero de 2011, publicado por CEE junto con materiales para su celebraci?n.
?Una sola familia humana?
Misal: hoy, por mandato o con permiso del ordinario del lugar, tambi?n puede celebrarse la misa ?Por los Emigrantes y Exiliados? (cf. OGMR 374), Gl., Cr., Pf dominical.
Monici?n de entrada
En este segundo domingo del tiempo ordinario celebramos la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado. El lema escogido es ?Una sola familia humana?. Le pedimos al Padre, por medio de Jes?s, que atienda los deseos y s?plicas de esta familia que ha congregado en su presencia y que re?na en torno a Cristo, rico en misericordia, a todos sus hijos dispersos por el mundo.
La Eucarist?a constituye, en el coraz?n de la Iglesia, una fuente inagotable de comuni?n para toda la humanidad. Gracias a ella, el pueblo de Dios abraza a ?toda naci?n, razas, pueblos y lenguas? y est? capacitado para el servicio de la caridad y la acogida. Celebremos con alegr?a y oremos por nuestra familia humana.
Lecturas: Is 49, 3.5-6; Salm 39; 1 Co 1, 1-3; Jn 1, 29-34
Sugerencias para la homil?a
1. En el camino hacia el coraz?n del a?o lit?rgico, la Pascua de resurrecci?n del Cordero de Dios, hemos entrado en el tiempo ordinario; Juan el Bautista nos introduce a la persona de Jes?s, que resume en s?, con riqueza inagotable, todas las referencias b?blicas al ?cordero? (que en la lengua aramea significa tambi?n siervo). Es como si el Bautista dijera: he aqu? el cordero para el sacrificio de la nueva Pascua, he aqu? el siervo mesi?nico que se inmola por el pecado del mundo. El dedo ?ndice que los se?ala lo hace para todo el mundo. Y es que el amor de Jes?s resucitado nos hermana y su Esp?ritu nos empuja a crear y mantener relaciones de justicia y de paz.
2. Si miramos a Espa?a, podemos constatar c?mo se est? convirtiendo en una sociedad m?s multi?tnica, donde aumentan las relaciones interculturales y ?donde tambi?n las personas de diversas religiones se ven impulsadas al di?logo, para que se pueda encontrar una convivencia serena y provechosa en el respeto de las leg?timas diferencias? (Mensaje de Benedicto XVI). Son por lo menos 120 los pa?ses representados por las personas inmigrantes y refugiadas, las cuales han tra?do en sus corazones tambi?n el deseo de poder vivir, expresar y compartir sus anhelos m?s profundos de amor y de paz. Como cristianos, desde nuestra identidad bautismal tambi?n podemos prestar nuestra preciosa mediaci?n para que nuestro testimonio, nuestro trabajo por la paz con el di?logo fraterno, nuestro trabajo ecum?nico e interreligioso y nuestra esperanza enraizada en Cristo contribuya a la estima y al respeto rec?proco en un mundo tan diverso y plural.
3. Lo mismo que Dios llama a Samuel hoy tambi?n Dios necesita colaboradores, voluntarios, mediaciones que en todo el mundo quieran llevar adelante su proyecto de salvaci?n sobre los hombres. Pero a la vez que es necesaria la pronta disponibilidad, tambi?n es urgente que estas mediaciones respondan con fidelidad, lo mejor preparadas posible para que sean cre?bles a nuestros hermanos y hermanas inmigrantes con sus preocupaciones, angustias y esperanzas. Porque el Se?or siempre oye el grito del excluido, como nos recuerda el salmo.
4. La Iglesia reconoce a toda persona el derecho a emigrar, ?en el doble aspecto de la posibilidad de salir del propio pa?s y la posibilidad de entrar en otro, en busca de mejores condiciones de vida. Al mismo tiempo, los Estados tienen el derecho de regular los flujos migratorios y defender sus fronteras, asegurando siempre el respeto debido a la dignidad de toda persona humana. Los inmigrantes, adem?s, tienen el deber de integrarse en el pa?s de acogida, respetando sus leyes y la identidad nacional? (Mensaje de Benedicto XVI).
Se trata, pues, de conjugar la acogida que se debe a todos los seres humanos, en especial si son necesitados, con la consideraci?n sobre las condiciones indispensables para una vida decorosa y pac?fica, tanto para los habitantes originarios como para los nuevos llegados. La dignidad del cuerpo humano, de la que habla la segunda lectura, es inseparable de la dignidad de la persona humana. La tarea evangelizadora nacida del encuentro con Jes?s ?como el que nos narra el Evangelio? nos debe llevar al encuentro con los hombres y mujeres de nuestro entorno que hoy podemos simbolizar en nuestros hermanos y hermanas inmigrantes en un mundo cada vez m?s globalizado.
Oraci?n de los fieles
Oremos al Padre, para que por medio de Nuestro Se?or Jesucristo y con la ayuda del Esp?ritu Santo escuche nuestra plegaria:
1. Te pedimos, Padre, por la Iglesia en Comuni?n. Es tu pueblo que camina en medio de todos los pueblos, para que siga siendo en Cristo signo e instrumento de unidad y fraternidad. Oremos: esc?chanos Padre...
2. Te pedimos, Padre, por nuestros gobernantes y asambleas legislativas: ilum?nalos con tu Esp?ritu a la hora de pensar, aprobar y aplicar leyes que regulan en justicia los derechos y deberes de las personas migrantes. Oremos: esc?chanos Padre...
3. Te pedimos, Padre, que la pr?xima Jornada Mundial de la Juventud, expresi?n juvenil de la gran fa humana recoja y exprese con fuerza los grandes valores cristianos de la acogida cristiana, la hospitalidad y el esfuerzo para que crezca el reino en todo el mundo con la justicia y la caridad. Oremos: esc?chanos Padre...
4. Te pedimos, Padre, por las personas y familias migrantes y refugiadas que m?s sufren la fragilidad de derechos, la inestabilidad de trabajo, la espera de soluciones solidarias de sus problemas. Para que el ?respeto de sus derechos, as? como las justas preocupaciones por la seguridad y la cohesi?n social, favorezcan una convivencia estable y armoniosa?. Oremos: esc?chanos Padre...
5. Te pedimos, Padre, por los hermanos y hermanas que de distintos pa?ses han tra?do a nuestras parroquias y comunidades tambi?n su fe sincera y su activa colaboraci?n y te pedimos que nuestras asambleas reflejen cada vez m?s la universalidad de la Iglesia cat?lica.
6.? [Intenci?n seg?n las circunstancias locales].
Oremos: esc?chanos Padre...
Se pueden presentar las ofrendas del pan y el vino acompa?adas de unas palabras que expresen que los granos de pan y los racimos dispersados en los campos se han reunido para formar el pan y el vino, y, as?, nosotros, de diversas razas, culturas y naciones nos unimos en Cristo Jes?s.
Despedida
En el mensaje del Santo Padre de este a?o nos dice que crezcan la compresi?n y la estima entre los pueblos y las culturas. Que la Eucarist?a que acabamos de celebrar nos d? la fuerza necesaria para llevar adelante en el ambiente de cada uno de nosotros el lema del Papa. Que la Virgen Mar?a sea la Estrella que d? fuerza a todos los emigrantes y refugiados.
Mensaje de la Comisi?n Episcopal de Migraci?n para la Jornada Mundial del emigrante y del refugiado, 2011
UNA SOLA FAMILIA HUMANA
1. Una voz esperanzada
La voz esperanzada del Papa en la Jornada Mundial del emigrante y del refugiado, en este domingo 16 de enero de 2011, es: ?Una sola familia humana?. Es anuncio, invitaci?n, denuncia y programa, a la vez, que quiere hacerse o?r en medio de la grave situaci?n por la que atraviesa nuestra sociedad y que tan negativamente repercute en numerosas familias, muy especialmente en las familias emigrantes.
En el VI Congreso Mundial de Pastoral para los Emigrantes y Refugiados celebrado en Roma en abril de 2009, se abord? la respuesta pastoral al fen?meno migratorio en la era de la globalizaci?n 1 En la audiencia a los participantes, el Papa afirm? en su discurso, ?que la migraci?n es una oportunidad para destacar la unidad de la familia humana.? En las conclusiones del Congreso se afirma que la migraci?n, un fen?meno en la era de la globalizaci?n y un signo de los tiempos, afecta profundamente a nuestras sociedades en una ?poca de cambios r?pidos y sin precedentes.
Asimismo, en el VIII Congreso Europeo de Migraciones del Consejo de Conferencias Episcopales Europeas (CCEE), celebrado en M?laga, en los d?as 30 de abril al 1 de mayo de 2010, uno de los temas estudiados fue el de ?la familia migrante?.
2. Principios de la Sagrada Escritura y de la Doctrina Social de la Iglesia
Los derechos de los emigrantes a vivir como miembros de la familia humana y la obligaci?n correspondiente hacia ellos de acogida, ayuda, solidaridad y fraternidad tienen su fundamento en la condici?n de todos los seres humanos de hijos del mismo Padre Dios, de la que se deriva la com?n vocaci?n de hermanos. Tenemos un origen com?n, el mismo fin, el mismo h?bitat, la tierra creada por Dios y puesta al servicio de todos los hombres y mujeres de todos los tiempos y lugares. Tenemos un camino com?n, aunque vivamos diferentes situaciones.
3. Emigraci?n globalizaci?n y una familia
Una de esas diferentes situaciones es la emigraci?n; circunstancia que no afecta a la com?n pertenencia a la misma y ?nica familia humana.
Otra circunstancia en el camino com?n es el fen?meno de la globalizaci?n, con su ambig?edad de ventajas e inconvenientes. En el citado Mensaje para la Jornada Mundial, el Papa Benedicto XVI, en referencia a su Enc?clica Caritas y Veritate, dice del fen?meno de la globalizaci?n ?caracter?stico de nuestra ?poca? que ?no es s?lo un proceso socioecon?mico, sino que conlleva tambi?n ?una humanidad cada vez m?s interrelacionada?, que supera fronteras geogr?ficas y culturales. Al respecto, la Iglesia no cesa de recordar que el sentido profundo de este proceso hist?rico y su criterio ?tico fundamental vienen dados precisamente por la unidad de la familia humana y su desarrollo en el bien (cf. Benedicto XVI, Enc. Caritas in veritate, 42). Por tanto, todos, tanto emigrantes como poblaciones locales que los acogen, forman parte de una sola familia, y todos tienen el mismo derecho a gozar de los bienes de la tierra, cuyo destino es universal, como ense?a la doctrina social de la Iglesia. Aqu? encuentran fundamento la solidaridad y el compartir? (Benedicto XVI, Mensaje 2011).
M?s a?n, en el fen?meno de la globalizaci?n, asumido y vivido con criterios y actitudes de acogida de los diferentes, de justicia y de solidaridad, en orden al bien com?n, puede prefigurarse y anticiparse la ciudad nueva y definitiva del futuro ?En una sociedad en v?as de globalizaci?n - dice el Papa - el bien com?n y el esfuerzo por ?l han de abarcar necesariamente a toda la familia humana, es decir, a la comunidad de los pueblos y naciones, dando as? forma de unidad y de paz a la ciudad del hombre, y haci?ndola en cierta medida una anticipaci?n que prefigura la ciudad de Dios sin barreras? (Benedicto XVI, Enc. Caritas in veritate, 7).
Contrasta con este cuadro ideal la dura realidad, agravada por la crisis econ?mica y no siempre favorecida por las leyes, que afectan a los emigrantes y refugiados. Surgen el miedo al extra?o, el rechazo, la merma en la cordial acogida, en la hospitalidad? Se hace necesario rescatar la centralidad de la persona humana y de su dignidad, con sus correspondientes e inalienables derechos y deberes.
4. Un largo camino
El ideal y la tarea de constituir una sola familia de personas, pueblos, culturas, religiones? tan numerosas y diversas, nos urgen a todos, emigrantes y aut?ctonos. El camino es arduo y tiene a?n un largo recorrido.
No es superfluo volver a recordar, como punto de partida el derecho fundamental de toda persona a salir de su tierra y a ir a otro pa?s que le ofrezca mejores posibilidades, sin tener que desprenderse de su familia, de su religi?n, de su cultura?
Tampoco podemos olvidar el derecho propio de los Estados a regular los flujos migratorios con justicia, con solidaridad y con sentido del bien com?n. En esa regulaci?n justa entra tambi?n el establecer condiciones dignas para la acogida y la gradual y arm?nica integraci?n de emigrantes y refugiados en la nueva sociedad, en la normal interacci?n entre la poblaci?n aut?ctona y la emigrante.
Palabra e instrumento clave en este proceso es el di?logo en todas sus variantes, empezando por el di?logo de la vida, en el trabajo, en la escuela, en el tiempo libre, en la vecindad, en la convivencia, en la defensa com?n de los derechos, en las acciones comunes, en el servicio al bien com?n. Fundamental es el di?logo intercultural y, en el campo religioso, el di?logo ecum?nico y el interreligioso.
Dice a este respecto el Santo Padre en el citado Mensaje: ?Una sola familia de hermanos y hermanas en sociedades, que son cada vez m?s multi?tnicas e interculturales, donde tambi?n las personas de diversas religiones se ven impulsadas al di?logo, para que se pueda encontrar una convivencia serena y provechosa en el respeto de las leg?timas diferencias? (Mensaje, 2011).
5. Iglesia pionera
La Iglesia, que ha recibido el mandato del Se?or de hacer de todos los pueblos una sola familia, ha de ser pionera en la tarea de acoger a los diferentes, de ayudarles en su proceso de incorporaci?n a la nueva sociedad, y a la comunidad creyente a cristianos y a los que voluntariamente lo pidan.
Asimismo, la Iglesia debe ser ejemplar en su ayuda a la asunci?n de responsabilidades por parte de los emigrantes, de su papel y tareas en la nueva sociedad y en la nueva comunidad creyente, respetando siempre la identidad de cada uno, dentro de la ?nica familia.
En su condici?n de ?cat?lica?, la Iglesia y los cat?licos han de ser signos e instrumentos de la realidad de la ?nica familia de Dios, en la que caben hombres y mujeres diferentes en procedencia, raza, cultura, clase social? La Iglesia es la ?casa com?n?, en la que todos tienen cabida.
Fiel al mandato de su Se?or, la Iglesia ha de ser modelo en el amor fraterno, viendo en cada hermano al mismo Cristo, su Se?or.
La Iglesia, en sus comunidades, en su vida, en su acci?n, en sus manifestaciones? ha de constituir un signo de esperanza en medio de una sociedad tentada de desesperanza.?
6. Emigrantes v?ctimas de la violencia y estudiantes, sectores de especial atenci?n?
En su mensaje, el Papa Benedicto XVI nos invita a tener una especial atenci?n y prestar especial servicio a los refugiados y dem?s emigrantes forzados por la violencia, a los que ?se les debe ayudar a encontrar un lugar donde puedan vivir en paz y seguridad, donde puedan trabajar y asumir los derechos y deberes existentes en el pa?s que los acoge, contribuyendo al bien com?n, sin olvidar la dimensi?n religiosa de la vida? (Mensaje, 2011).
Consideraci?n especial dedica tambi?n el Santo Padre a los estudiantes extranjeros e internacionales, que son cada d?a m?s numerosos, para los que pide estar atentos a sus problemas concretos. Ellos son ?una categor?a socialmente relevante en la perspectiva de su regreso, como futuros dirigentes, a sus pa?ses de origen. Constituyen ?puentes? culturales y econ?micos entre estos pa?ses y los de acogida, lo que va precisamente en la direcci?n de formar ?una sola familia humana? (l.c.).?
Conclusi?n?
Terminamos con las mismas palabras con las que el Santo Padre cierra su Mensaje: ?No perdamos la esperanza, y oremos juntos a Dios, Padre de todos, para que nos ayude a ser, a cada uno en primera persona, hombres y mujeres capaces de relaciones fraternas; y para que, en el ?mbito social, pol?tico e institucional, crezcan la comprensi?n y la estima rec?proca entre los pueblos y las culturas. Invoquemos con el Papa la intercesi?n de Mar?a Sant?sima Stella maris.
16 de Enero de 2011
Los Obispos de la Comisi?n Episcopal de Migraci?n?
1Cfr. VI Congreso Mundial de Pastoral para los Emigrantes y Refugiado. Roma 9-12 de Noviembre.
People on the Move. XLI .111December 2009
Lectio divina para el martes de la primera semana del Tiempo Ordinario, ofrecidapor la Delegaci?n Diocesana de Liturgia de la di?cesis de Tenerife.
LECTURA:?????? ?Marcos 1, 21-28?
Lleg? Jes?s a Cafarna?n, y cuando el s?bado siguiente fue a la sinagoga a ense?ar, se quedaron asombrados de su ense?anza, porque no ense?aba como los letrados, sino con autoridad.
Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que ten?a un esp?ritu inmundo, y se
puso a gritar: ?Qu? quieres de nosotros, Jes?s Nazareno? ?Has venido a acabar con nosotros? S? qui?n eres: El Santo de Dios. Jes?s lo increp?: C?llate y sal de ?l. El esp?ritu inmundo lo retorci? y, dando un grito muy fuerte sali?.
Todos se preguntaron estupefactos: ?Qu? es esto? Este ense?ar con autoridad es
nuevo. Hasta a los esp?ritus inmundos les manda y le obedecen.
Su fama se extendi? en seguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea.
MEDITACI?N.????????????? ??Qu? quieres de nosotros??
??????????? Creo que en el inicio de tu andadura p?blica ?sta es una buena pregunta si ampliamos el sujeto de ella. Eres la Palabra encarnada en nuestra historia. Te has hecho presente en nuestra historia y no es por mera curiosidad, para ver qu? se siente siendo hombre. Vienes a traernos una palabra de vida. Vienes a mostrarnos el amor de Dios, a hablarnos de nuestra dignidad, a manifestarnos el sentido de nuestra historia. Desde ah? ya nada es igual y la pregunta tiene sentido ?Qu? quieres de nosotros, qu? quieres de m??
??????????? La pregunta en boca de aquel esp?ritu inmundo era de temor, porque sab?a que ven?as a enfrentarte cuerpo a cuerpo contra el mal que doblega al hombre, que lo degrada. Ven?as a restaurar nuestra dignidad, a devolvernos la libertad perdida, a arrancarnos de las garras del mal. Y en esa respuesta estaba impl?cita la que ven?as a darnos a todos, la que me das, d?a tras d?a a m?.
??????????? No es f?cil tu empe?o, Se?or, el mal nos seduce y nos atrae. A veces ejerce una fuerza irresistible, que nos revuelca por dentro, como a aquel hombre, y con m?s dureza si queremos que salga de nosotros. Pero t? sigues empe?ado en devolvernos nuestra dignidad humana, nuestra dignidad de hijos.
??????????? Con tu propia vida entregada nos mostraste tu empe?o y la fuerza del amor, capaz de pasar por encima de todo mal y de transformar nuestra historia. Quieres de nosotros y para nosotros toda la fuerza de la vida, nuestra eterna felicidad. Y vienes a construirla con nosotros, conmigo y en m?.
ORACI?N :????????????? ?La belleza del amor?
??????????? Se?or, no necesito mirar a mi alrededor, me basta mirarme a m?, mirar a mi interior, para descubrir todas esas fuerzas que me distancias de m? mismo y de ti. Tanto que a veces me asusta. Dame tu fuerza, Se?or. Dame tu fuerza para conseguir ser due?o de mi persona y para dejar crecer en m? la belleza del amor.
??????????? Y gracias, Se?or, porque aunque en muchos momentos no lo consiga, aunque en muchas circunstancias no te deje lugar en m?, sigues a mi lado ofreci?ndome tu perd?n y tu paz.
CONTEMPLACI?N:? ??????????????Hijo?
No te asusta
la deformidad de mi barro
pisoteado por la superficialidad
de mis gestos dobles.
Y con tus manos
de alfarero divino
intentas moldear,
una y otra vez,
mi coraz?n humano,
dignificar mi realidad
de hombre,
para volver a llamarme,
con emoci?n de padre:
Hijo.
Lectio divina para el lunes de la primera semana del Tiempo Ordinario, ofrecida por la Delegaci?n Diocesana de Liturgia de la di?cesis de Tenrife.
LECTURA:?????? ?Marcos 1, 14-20?
Cuando arrestaron a Juan, Jes?s se march? a Galilea a proclamar el Evangelio de
Dios. Dec?a: Se ha cumplido el plazo, est? cerca el Reino de Dios: Convert?os y creed la Buena Noticia.
Pasando junto al lago de Galilea, vio a Sim?n y a su hermano Andr?s, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago. Jes?s les dijo: Venid conmigo y os har? pescadores de hombres. Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Un poco m?s adelante vio a Santiago, hijo del Zebedeo, y a su hermano Juan, que
estaban ?en la barca repasando las redes. Los llam?, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con ?l.
MEDITACI?N: ??????????El evangelio de Dios?
??????????? Comenzamos la andadura de tu vida p?blica y con ella quiero seguir haciendo la m?a, manteniendo viva la fuerza de tu palabra que me llama, me conduce, me acompa?a, me empuja y me interpela. Es la ?nica forma que tengo de poder ir haciendo mi historia sin que me puedan tantas seducciones f?ciles, aunque, al mismo tiempo, tristes, vac?as, sin horizontes, que me ofrecen muchos placeres pero al precio de robarme mis sue?os, mis anhelos, mi esperanza, mi dignidad.
??????????? ?? Y me da alegr?a que ya de entrada, para que lo tenga claro, para que sepa por donde tengo que caminar o, al menos, cu?l es tu camino, tu anuncio me habla de una buena noticia. Parece que todos estamos ansiosos de o?r buenas noticias, m?xime en estos tiempos confusos y dolorosos que tanto sufrimiento est?n generando. Pero tu buena noticia no parece entusiasmarnos, porque no nos resuelva nada, ni nos da trabajo, ni ?, tu buena noticia solamente nos quiere hablar de Dios y, parece, que Dios hoy es para muchos un enemigo, tal vez porque se equivocan de dios. Tal vez porque yo, y los que como yo decirnos seguirte, desdibujamos su rostro.
??????????? Pero t? vuelves, empe?ado, para decirme, para decirnos, que Dios es una buena noticia. Que Dios no es un enemigo del hombre ?c?mo va a ser el creador enemigo de su obra, c?mo va a ser un padre enemigo de su hijo? Entre nosotros tal vez s?, pero contigo y desde ti, no. T? nos ofreces tu paz, tu dignidad, tu amor, tu bondad, tu luz, tu compasi?n, tu perd?n, tu vida, tu belleza. Y todo eso es nuestro porque lo hemos heredado de ti. T? no solucionas como un mago nuestros problemas, pero si vivi?semos contigo y desde ti es seguro que no los generar?amos.
??????????? Hemos hecho una historia compleja mediatizada por tantos intereses bastardos que ya no sabemos c?mo encontrar soluciones, queremos responder quitando valores, magnificando nuestros derechos y obviando nuestros deberes y ya nos sabemos c?mo volver a la sencillez del bien, del amor, de la paz, de la vida, del perd?n. Yo tampoco tengo la soluci?n pero tu palabra me llega cargada con la esperanza de tu buena noticia, la buena noticia de que Dios, el Dios que t? nos muestras y se manifiesta en ti, est? cerca, muy cerca, en lo m?s ?ntimo de nuestra intimidad. Gracias.
ORACI?N:????????????? ?Gracias por venir?
??????????? S?, gracias, gracias, Se?or por tu buena noticia. Gracias porque sigue resonando en los aires y en muchos corazones. Gracias porque necesitamos escucharla y hacerle un espacio en nuestro ser. Gracias por venir y seguir llamando a mi puerta.
??????????? Se?or, s? que sigo repitiendo deseos e incoherencias. S? que mis gestos no manifiestan la fuerza de lo que creo y espero. S? que mi conversi?n es una lucha, a veces anodina, donde me doy por vencido antes de salir al campo de batalla. Pero no dejes de venir y de llamarme, porque eso sostiene la esperanza de mi dignidad.
CONTEMPLACI?N:????????????Como una flor?
Son mis deseos
tra?dos y llevados
por los vientos vac?os
de mi indigencia.
Y son los deseos
mantenidos
por la fuerza de tu palabra
que me sigue susurrando
y gritando
la belleza y la grandeza
de mi dignidad que,
como una flor,
?aterida por el fr?o,
se marchita
y que al calor de tu aliento
revive y se abre
mostrando su desconocido
esplendor.
Sugerencias para la homil?a de la Eucarist?a de la Jornada de la Infancia Misionera 2011, publicadas en Gui?n Lit?rgico de la revista ILLUMINARE, n? 381, ENERO 2011 para su celebraci?n el 23 de Enero.
SUGERENCIAS PARA LA HOMIL?A
? En la primera lectura resuenan a?n los ecos de la Navidad, con la lectura del profeta Isa?as que nos habla de la luz que va a brillar a los que viven en la oscuridad. Es la "tierra de los gentiles", de aquellos que no han tenido la oportunidad de escuchar la Palabra de Dios, de aquellos m?s alejados, en principio, de Dios; a ellos se les promete que tambi?n les llegar? la luz y, con ella, la alegr?a y el regocijo.
? La profec?a de Isa?as, por este motivo, es citada por el evangelista Mateo a prop?sito de Jes?s, que se establece en aquellas tierras, "para que se cumpla la Escritura". Cristo es la luz, y el hecho de establecerse en un lugar considerado de paganos es visto por el evangelista como la realizaci?n de las palabras de Isa?as, de que la luz de la Palabra de Dios llegar? a todos los pueblos. El Evangelio nos muestra a Jes?s, que comienza su ministerio predicando la conversi?n porque "el Reino de Dios ha llegado". En este contexto, se entiende perfectamente que el Reino es para todos aquellos que con fe se abren al anuncio de Cristo.
La llamada posterior a los disc?pulos no es m?s que la confirmaci?n de que es Dios mismo quien, por medio de su Palabra, re?ne a todas las personas, de cualquier raza y condici?n, en un ?nico pueblo, el nuevo pueblo de Dios que es la Iglesia, en la que todos tienen cabida.
? En la Iglesia no puede haber divisiones, si de verdad escuchamos la Palabra de Dios y seguimos a Cristo. San Pablo reacciona en?rgicamente contra las divisiones existentes en la comunidad cristiana de Corinto; contra ellas afirma la fuerza de la predicaci?n de la Palabra, que es eficaz no tanto por ser sabidur?a humana, sino por la sabidur?a divina que hay en ella,
la que viene de la cruz de Cristo. Seguir la llamada de Cristo es configuramos con ?l, con su muerte y su resurrecci?n, y ser de este modo sus testigos.
? La Jornada de la Infancia Misionera nos recuerda que los cristianos formamos el pueblo de Dios, que es la Iglesia, y que todos estamos llamados a ser miembros activos de ella, a conocer a Jes?s, a ser sus amigos desde ni?os y a seguirle en su misi?n.
? Este a?o nos unimos a los ni?os de Ocean?a; es un continente lejano y desconocido para nosotros. En ?l la Iglesia tiene una presencia peque?a, pero muy importante y significativa. Con la fuerza de su fe, los cristianos de Ocean?a siguen al Se?or con alegr?a siendo testigos del reino de Dios. Nos unimos a ellos para que contin?en siendo luz para ese continente, especialmente para los ni?os y j?venes.
Gui?n Lit?rgico para la Eucarist?a de la Jornada de la Infancia Mid?sionera, publicado en la revista ILLUMINARE, n? 381 - ENERO 2011, recibida en la parroquia con los materiales para su celebraci?n el 23 de Enero.
INTRODUCCi?N??
Los disc?pulos de Jes?s nos reunimos cada domingo para escuchar su palabra y recibirle en el sacramento de la Eucarist?a. En cada celebraci?n eucar?stica, ?l pasa por nuestras vidas para que, con la fuerza que nos da el encuentro personal con ?l, le sigamos como amigos suyos. Escuchamos en la lectura del Evangelio c?mo los ap?stoles fueron llamados a ser sus primeros amigos y disc?pulos. Tambi?n a nosotros nos ofrece el Se?or ahora la oportunidad de acoger su amistad y de seguirle.
Hoy, adem?s, la Iglesia en Espa?a dedica esta jornada a la Obra Pontificia de Infancia Misionera, que la celebra con el lema "Con los ni?os de Ocean?a ... seguimos a Jes?s". Es una oportunidad para acoger la amistad que nos ofrece Jes?s y ser sus misioneros, hasta los confines m?s lejanos de la Tierra.
ACTO PENITENCIAL
Comenzamos la celebraci?n pidiendo a Dios, nuestro Padre, que disponga nuestros corazones a la conversi?n y al seguimiento:
? T? que has sido enviado a sanar los corazones afligidos. Se?or, ten piedad.
? T? que has venido a llamar a los pecadores. Cristo, ten piedad.
? T? que est?s sentado a la derecha del Padre para interceder por nosotros. Se?or, ten piedad.
MONICI?N A LAS LECTURAS
La Palabra de Dios es luz: en medio de las tinieblas de este mundo, brilla para que podamos ver a Dios. En Jes?s, Palabra hecha carne, la luz de Dios nos ilumina y nos pide que le escuchemos y le sigamos, convirti?ndonos en sus disc?pulos y misioneros.
Muchos pensamientos, preocupaciones, inquietudes ... pueden distraemos de escuchar solamente a Aquel que es la Palabra de Vida. Nos preparamos, por eso, a escuchar la Palabra de Dios, para que con su luz despeje las tinieblas de nuestro coraz?n, nos gu?e y nos haga ser amogos del Se?or.?
SUGERENCIAS PARA LA HOMIL?A
? En la primera lectura resuenan a?n los ecos de la Navidad, con la lectura del profeta Isa?as que nos habla de la luz que va a brillar a los que viven en la oscuridad. Es la "tierra de los gentiles", de aquellos que no han tenido la oportunidad de escuchar la Palabra de Dios, de aquellos m?s alejados, en principio, de Dios; a ellos se les promete que tambi?n les llegar? la luz y, con ella, la alegr?a y el regocijo.
? La profec?a de Isa?as, por este motivo, es citada por el evangelista Mateo a prop?sito de Jes?s, que se establece en aquellas tierras, "para que se cumpla la Escritura". Cristo es la luz, y el hecho de establecerse en un lugar considerado de paganos es visto por el evangelista como la realizaci?n de las palabras de Isa?as, de que la luz de la Palabra de Dios llegar? a todos los pueblos. El Evangelio nos muestra a Jes?s, que comienza su ministerio predicando la conversi?n porque "el Reino de Dios ha llegado". En este contexto, se entiende perfectamente que el Reino es para todos aquellos que con fe se abren al anuncio de Cristo.
La llamada posterior a los disc?pulos no es m?s que la confirmaci?n de que es Dios mismo quien, por medio de su Palabra, re?ne a todas las personas, de cualquier raza y condici?n, en un ?nico pueblo, el nuevo pueblo de Dios que es la Iglesia, en la que todos tienen cabida.
? En la Iglesia no puede haber divisiones, si de verdad escuchamos la Palabra de Dios y seguimos a Cristo. San Pablo reacciona en?rgicamente contra las divisiones existentes en la comunidad cristiana de Corinto; contra ellas afirma la fuerza de la predicaci?n de la Palabra, que es eficaz no tanto por ser sabidur?a humana, sino por la sabidur?a divina que hay en ella,
la que viene de la cruz de Cristo. Seguir la llamada de Cristo es configuramos con ?l, con su muerte y su resurrecci?n, y ser de este modo sus testigos.
? La Jornada de la Infancia Misionera nos recuerda que los cristianos formamos el pueblo de Dios, que es la Iglesia, y que todos estamos llamados a ser miembros activos de ella, a conocer a Jes?s, a ser sus amigos desde ni?os y a seguirle en su misi?n.
? Este a?o nos unimos a los ni?os de Ocean?a; es un continente lejano y desconocido para nosotros. En ?l la Iglesia tiene una presencia peque?a, pero muy importante y significativa. Con la fuerza de su fe, los cristianos de Ocean?a siguen al Se?or con alegr?a siendo testigos del reino de Dios. Nos unimos a ellos para que contin?en siendo luz para ese continente, especialmente para los ni?os y j?venes.??
ORACi?N DE LOS FIELES
Jes?s ha venido para anunciar e instaurar el reino de Dios entre nosotros. Animados por esta esperanza, oramos al Padre como hijos suyos: R/ Venga a nosotros tu Reino.
Para que la Iglesia viva con esperanza renovada el seguimiento de Jes?s en el anuncio del Reino. Oremos.
Para que pastores y fieles cristianos se esfuercen en hacer presente el reino de Dios en todo el mundo. Oremos.
Para que los gobernantes de los pa?ses promuevan el bien de todos los pueblos. Oremos.
Para que los misioneros y misioneras sirvan a la Iglesia y al reino de Dios. Oremos.
Para que los ni?os de todo el mundo experimenten la llamada a ser los primeros en el reino de Dios, siendo amigos de Jes?s. Oremos.
Para que los ni?os de la Infancia Misionera vivan con alegr?a su compromiso misionero. Oremos.
Para que nosotros seamos de verdad disc?pulos de Cristo y sus testigos ante el mundo. Oremos.
Acoge, Padre, la oraci?n de tu Iglesia, que pone todo su esfuerzo en anunciar e instaurar tu Reino, y dale la fuerza de tu Esp?ritu para que no decaiga ante la dificultad. Por Jesucristo, nuestro Se?or.
MONICi?N DE OFERTORIO
En este d?a misionero, presentamos el pan y el vino; son los dones que todos nosotros, pueblo de Dios, ofrecemos para que la Palabra y el Esp?ritu de Cristo los consagren y se conviertan en su Cuerpo y su Sangre.
Tambi?n ponemos ante el altar la colecta que hemos realizado para la Infancia Misionera; as?, de manera palpable a trav?s de los proyectos de Infancia Misionera, contribuimos como comunidad cristiana a hacer presente el reino de Dios en todo el mundo, especialmente entre los ni?os m?s desfavorecidos.
ORACI?N SOBRE EL PUEBLO Y BENDICI?N FINAL
Derrama, Padre, tu amor y tu gracia
sobre aquellos que se alegran
de ser amigos y disc?pulos de tu Hijo
y quieren proclamarte con sus vidas
ante todos los pueblos del mundo,
manifestando tu Reino.
Por Jesucristo, nuestro Se?or.
Juan Mart?nez S?ez, fmvd. Colaborador de las OMP
El Delegado Diocesano de la di?cesis de Tenerife anuncia actos a celebrar a nivel diocesano con motivo de la Semana de Oraci?n por la Unidad de los Cristianos 2011, al mismo tiempo que env?a cartel y material.
DELEGACI?N DIOCESANA DE
RELACIONES INTERCONFESIONALES
DI?CESIS DE TENERIFE
Los Realejos a 12 de Diciembre de 2010
Queridos hermanos/as sacerdotes, di?conos, religiosos, religiosas y seglares?
La Semana de Oraci?n por la Unidad de los Cristianos de este a?o 2011, preparada desde el Comit? Local de Jerusal?n, nos trae el sugerente t?tulo, sacado de la vida de la Primitiva Comunidad Cristiana:?
Unidos en la ense?anza de los ap?stoles,
la comuni?n fraterna, la fracci?n del pan y la oraci?n (cf. Hch 2,42)?
En este curso en el que finalizamos la andadura del presente Plan Diocesano de Pastoral, se nos invita a trabajar para que todos lleguemos a la madurez en la vida cristiana, para ser adultos en la fe. Y un aspecto muy importante en el que debemos trabajar es el de la unidad. S?lo se llega a la madurez en la fe, cuando ponemos como uno de los primeros valores en la vida cristiana, el trabajar incansablemente por la unidad.?
El material que se nos ofrece, sirve para orar en la Semana de la Unidad, pero tambi?n para todo el a?o 2011 en cada una de las Comunidades Cristianas.?
Les invitamos a todos a participar de la Celebraci?n Ecum?nica, que como cada a?o compartimos con los cristianos de otras confesiones que est?n presentes en nuestras islas. Ser? Dios mediante, el martes 25 de Enero a las 19,00 horas en la iglesia de San Francisco del Puerto de la Cruz, contando con la presencia de nuestro Obispo Don Bernardo Alvarez Afonso y de los pastores de otras Iglesias y Comunidades Cristianas.?
Reciban un cordial saludo de los miembros de esta Delegaci?n, aprovechando la ocasi?n para desearles un Feliz Nacimiento del Se?or en nuestras vidas. El nos convoca a la Unidad en su amor.?
Hasta vernos. Unidos en la oraci?n por la unidad de todos los cristianos.
Marcos Antonio Garc?a Luis
Delegado diocesano de Misiones presenta la Jornada de la Infancia Misionera 2011 enviando los materiales y ofrece el programa de organización de la Marcha Misionera de los Niños a Candelaria.
DELEGACIÓN DIOCESANA DE MISIONES
OBISPADO DE TENERIFE
La Laguna 2 de diciembre de 2010 Querido hermano/a en Jesús Nuestro Dios y Señor:
En primer lugar, en nombre de Gladys, de los componentes del equipo de la Delegación y en el mío propio, te deseamos que el Niño Dios que nace en Belén te colme de todos sus bienes. Quisiera recordarte que la Iglesia celebra en el mes de enero, la jornada de la Infancia Misionera, el lema escogido para este año es: "Con los niños de Oceanía... seguimos a Jesús" Con el deseo de unirnos a toda la comunidad cristiana y sensibilizar al pueblo de Dios, especialmente a los niños, te enviamos todo el material de la campaña.
Como es tradicional en nuestra diócesis celebraremos el día de la Marcha Misionera el sábado 22 de enero de 2011 en la Villa de Candelaria, junto a la patrona de nuestras islas y presidida por nuestro Obispo. Pueden participar niños desde 3° de primaria hasta los 14 años. A continuación, te ofrecemos algunos aspectos que has de tener en cuenta para un mejor desarrollo de los actos de este día. Lo fundamental de esta jornada es la motivación y sensibilización de los niños a través de la catequesis y la clase de religión. El trabajo educativo es imprescindible.
l . Horario del día:
10,30: Acogida en Las Caletillas en el comienzo de la Avenida Marítima. 11,00: Motivación mientras vamos llegando todos.
11,15: Salida de la Marcha hacia la Basílica.
12,30: Eucaristía presidida por el Sr. Obispo.
13,30: Almuerzo, cantos y juegos compartidos.
15,00: Cantos y dinámicas misioneras.
16,00: Despedida del encuentro y regreso a los lugares de origen.
2. La colocación de los niños se hará con el color correspondiente a cada continente, para ello los niños han de tener un pañuelo en el cuello, (desde la Dirección Nacional de las OMP nos han remitido pañuelos bellamente confeccionados, si los desean adquirir el precio por unidad es de I€).
Pañuelo Rojo (América): Arciprestazgos de Tegueste y Tacoronte
Pañuelo Verde (Africa): Arciprestazgos de La Laguna, Taco y La Cuesta.
Pañuelo blanco (Europa): Arciprestazgos de Güimar, Granadilla,
Isora, La Gomera, El Hierro, Los Llanos y Santa Cruz de la Palma
Pañuelo Amarillo (Asia): Arciprestazgos de Icod y La Orotava.
Pañuelo Azul (Oceanía): Arciprestazgos de Santa Cruz, Ofra y La Salud.
(Como ven nos gustaría, si fuera posible, poder contar con representantes de todos los Arciprestazgos).
3. Las Guaguas nos dejaran al principio de la Avenida Marítima (Las Caletillas) y la Policía Local indicará donde deben aparcarse. Por la tarde recogerán a los pasajeros en la plaza de la Basílica.
4. La colecta debe hacerse en cada guagua, irá destinada a los niños de las misiones y se entregará a los organizadores para ofrecerla en la Eucaristía de ese día expresando así nuestro espíritu misionero. Sería bueno motivar a los niños con anterioridad para que tenga un carácter penitencial (que sea fruto del ahorro y de la privación diaria). Por otro lado, los niños que vayan a comulgar deben haber recibido el Sacramento de la Reconciliación; es difícil celebrarlo ese día, por la cantidad de participantes.
5. Los responsables de cada guagua rellenarán la ficha correspondiente que luego entregarán a los organizadores de la Marcha.
6. Los niños deberán traer la comida y bebida necesaria, junto al calzado y la vestimenta adecuada (gorra para el sol), para pasarlo lo mejor posible.
7. Se recomienda motivar a los niños, en las catequesis y las clases de religión para que toda la jornada tenga una motivación misionera.
8. La Eucaristía, si el tiempo lo permite, se celebrará en la plaza.
9. Como himno de la Marcha utilizamos el de años anteriores "Canta y Camina". (Se puede encontrar en la Web de las OMP: wv v omp.es // www.domund.org).
10. Rogamos a los acompañantes de los chicos que colaboren con los organizadores a la hora de velar por su seguridad (especialmente tener cuidado con el mar y el tráfico).
11. Les pedimos, por favor, que se respete el horario previsto: si se llega demasiado temprano, cada grupo debe traer actividades preparadas para animar a los chicos ya que si no es así, éstos se aburren y los animadores se ponen nerviosos. No olvidemos que debemos esperar por los que son puntuales. Por otro lado, avisen adecuadamente a los padres en cuanto al regreso y así colaboramos a no desesperarnos por la tarde (comenzamos en torno a las 10,30 h. y terminaremos alrededor de las 16,00 h.)
12. Pedimos a los sacerdotes y religiosas que deseen acompañamos que hagan compatible su presencia con sus compromisos pastorales de la tarde (los horarios están muy claros y si nos desesperamos no favorecemos la buena organización de esta jornada).
13. Es importante que cada grupo organice, para los tiempos libres, cantos, dinámicas y juegos de acuerdo con el sentido de lo que celebramos ese día. La preparación y motivación previa es fundamental.
14. Nota Final: Este año no tendremos, por sugerencias de algunos grupos, Festival de la Canción Misionera. En su lugar, tendremos unas dinámicas misioneras.
Sin otro particular y quedando a su disposición para cualquier servicio que te podamos prestar desde esta Delegación
Te saluda atentamente:
Juan Manuel Yánez Marrero
Delegado Diocesano de Misiones
Presentaci?n de la Jornada de la Infancia Misionera 2011 por Mons. Francisco P?rez Gonz?lez, Arzobispo de Pamplona-Tudela y Director Nacional de OMP, publicada en la revista ILLUMINARE, n? 381 - ENERO 2011, recibida en la parroquia con los materiales para cu celebraci?n el 23 de Enero de 2011.?
Con ni?os de Ocean?a...
? seguimos a Jes?s?
Este a?o la Infancia Misionera, en su repaso a los continentes, ha llegado a Ocean?a. Hace dos a?os, este recorrido comenz? ?con los ni?os de Asia... buscamos a Jes?s?; continu? el a?o pasado ?con los ni?os de ?frica... encontramos a Jes?s?. Este 2011 ?con los ni?os de Ocean?a... seguimos a Jes?s?, un lema que es la definici?n resumida de lo que significa ser cristiano. ?Qu? es ser cristiano? Seguir a Jes?s, seguir su camino...; es correr hasta ponernos a su altura y, as?, continuar el camino conversando con este amigo que nunca te falla.
S?, lo de caminar lo llevamos los cristianos en la sangre. Es lo que nos hace ser misioneros. Somos caminantes, seguidores, enviados... a anunciar a Jes?s. Todo expresa movimiento. Pero, como el mensaje que anunciamos es el mismo Jes?s que est? vivo y al que seguimos y nos acompa?a, tambi?n somos compa?eros, amigos, comunidad, es decir, Iglesia.
Toda la historia de la Iglesia, la historia de los cristianos, est? llena de caminantes, de seguidores de Jes?s, siempre acompa?ados. Solo hay que acordarse de los primeros amigos de Jes?s, los ap?stoles. Se pusieron a caminar hacia todos los confines del mundo para anunciar la Buena Nueva. San Pedro lleg? hasta Roma, Santo Tom?s hasta la India, San Pablo... San Pablo no par? de caminar y seguir a Jes?s. Santiago vino hasta Espa?a y nos dej? en herencia el Camino de Santiago. Un ?camino? que nos muestra lo cercana que es al cristiano la idea de seguir, de caminar. Los grandes santos, San Francisco de As?s, San Ignacio de Loyola, Santa Teresa de Jes?s..., no se estaban quietos, siempre estaban en camino. Pero incluso aquellos santos que se dedicaban a adorar a Jes?s en los monasterios ?segu?an? espiritualmente a este amigo que nunca nos abandona. La Patrona de las Misiones, Santa Teresita del Ni?o Jes?s, es la mejor muestra.
El mayor ejemplo de misionero, San Francisco Javier, recorri? medio mundo por seguir a Jes?s, llegando en un viaje que dur? a?os ?paraba s?lo y ?nicamente para predicar a Jes?s? hasta el Pac?fico, hasta las aguas de Ocean?a, el continente del lema de este a?o.?
A todos ellos, como a todos los misioneros, como a ti y a m?, nos acompa?a Jes?s. Pero ir con Jes?s, seguirlo, ir a su paso, no es lo mismo que seguir a cualquier otro. Jes?s camina firme y no duda. Sabe ad?nde va y ad?nde te lleva. Te da la mano y, si t? no quieres, ?l no te suelta.?
Jes?s camina firme y no duda. Tenemos que mirarle y aprender a caminar como lo hace ?l. La mejor forma para ello es leer el Evangelio, sentir su fr?o en el pesebre, ver sus gestos al curar a los enfermos, o?r sus palabras a las multitudes y a sus ap?stoles. Sin duda, esta es la mejor manera de aprender a caminar como ?l, de aprender a seguirle. El Santo Padre Benedicto XVI pon?a un ejemplo de c?mo ver a Jes?s y sus gestos, leyendo el Evangelio: ?Jes?s lleva aparte a un hombre sordo y mudo y, tras haber realizado algunos gestos simb?licos, alza los ojos al cielo y le dice: ??Effet?!?, es decir: ???brete!?. En aquel instante, relata el evangelista, al hombre le fue restituido el o?do, se le desat? la lengua y hablaba correctamente. Los gestos de Jes?s est?n llenos de atenci?n amorosa y expresan profunda compasi?n por el hombre que est? ante ?l: le manifiesta su inter?s concreto, lo saca de la confusi?n de la multitud, le hace sentir su cercan?a y comprensi?n mediante algunos gestos llenos de significado. Le pone los dedos en los o?dos y con la saliva le toca la lengua. Le invita despu?s a dirigir con ?l la mirada interior, la del coraz?n, hacia el Padre celestial. Finalmente, lo cura y lo devuelve a su familia, a su gente. Y la multitud, asombrada, no puede sino exclamar: ??Todo lo ha hecho bien: hace o?r a los sordos y hablar a los mudos!? (Mc 7,37)? (discurso a los participantes en la Conferencia Internacional sobre pastoral con no oyentes, 20 de noviembre de 2009).?
Sabe ad?nde va y ad?nde te lleva. En el Evangelio, el ap?stol Tom?s le dice: ?Se?or, no sabemos ad?nde vas, ?c?mo podemos saber el camino?? (Jn 14,5). Jes?s nos lleva hacia su Padre, hacia Dios, hacia la Felicidad Plena, hacia todo lo que de verdad queremos? En el mundo hay guerras, ?l nos lleva a la verdadera paz; en el mundo hay tristeza, ?l nos lleva a la verdadera alegr?a; en el mundo hay odio, ?l nos lleva al amor. Por eso, hay que tener una confianza plena en ?l, para no dejarnos eclipsar por otras cosas que ir?n apareciendo en nuestro seguimiento de Jes?s. Ni tener muchas cosas, ni pas?rselo bien a todas horas olvid?ndonos de los dem?s, ni creernos los m?s listos o los m?s guapos o los mejores; nada de eso puede sustituir a la verdadera alegr?a de seguir a Jes?s.?
Te da la mano y, si t? no quieres, ?l no te suelta. Es un amigo, el mejor amigo. ?l siempre estar? para escucharte en la Eucarist?a; nunca te dejar?. ?l no se enfada, ni te echa en cara nada; solo quiere que le digas que s?, que le sigas.
Hace unos a?os el Papa Benedicto XVI tuvo un encuentro con un grupo de ni?os de primera comuni?n. Le preguntaron qu? recuerdo ten?a de su propia primera comuni?n: ?Fue un hermoso domingo de marzo de 1936; o sea, hace 69 a?os. Era un d?a de sol; era muy bella la iglesia y la m?sica; eran muchas las cosas hermosas, y a?n las recuerdo. ?ramos unos treinta ni?os y ni?as de nuestra peque?a localidad, que apenas ten?a 500 habitantes. Comprend? que entonces comenzaba una nueva etapa de mi vida ?ten?a 9 a?os? y que era importante permanecer fiel a ese encuentro, a esa comuni?n. Promet? al Se?or: ?Quisiera estar siempre contigo? en la medida de lo posible, y le ped?: ?Pero, sobre todo, estate T? siempre conmigo?. Y as? he ido adelante por la vida. Gracias a Dios, el Se?or me ha llevado siempre de la mano y me ha guiado incluso en situaciones dif?ciles. As?, esa alegr?a de la primera comuni?n fue el inicio de un camino recorrido juntos. Espero que, tambi?n para todos vosotros, la primera comuni?n, que hab?is recibido en este A?o de la Eucarist?a, sea el inicio de una amistad con Jes?s para toda la vida. El inicio de un camino juntos, porque yendo con Jes?s vamos bien, y nuestra vida es buena?. (encuentro con los ni?os de primera comuni?n, Plaza de San Pedro, 15 de octubre de 2005).
Por si fuera poco, siempre tendremos a nuestra Madre al lado: la Virgen Sant?sima nos ense?ar? c?mo hay que seguir a Jes?s, porque nadie le ha seguido mejor que Ella. Ponte al paso de Jes?s, s?guele, habla con ?l: es tu amigo.
Art?culo de?Juan Ignacio Rodr?guez Trillo, Director del Secretariado de la Subcomisi?n Episcopal de Catequesis, para la Jornada de la Infancia Misionera 2011, publicado? en la revista ILLUMINARE, n? 381 - ENERO 2011, recibida en la parroquia con los materiales para la celebraci?n el 23 de Enero de 2010.
CON LOS NI?OS DE OCEAN?A... SEGUIMOS A JES?S
Ocean?a es un continente insular constituido por la plataforma continental de Australia, las islas de Nueva Guinea y Nueva Zelanda, y los archipi?lagos coralinos y volc?nicos de Micronesia, Polinesia y Melanesia. Todas estas islas est?n distribuidas por el Oc?ano Pac?fico. Con una extensi?n de 9.008.458 km?, se trata del continente m?s peque?o del planeta.?
Querido amigo lector, esta descripci?n de Ocean?a no es sin m?s una presentaci?n o una parte del dise?o de este art?culo. Sirve para preguntarte: ?qu? sabes de Ocean?a? ?Sabes situarla en el mapa del mundo y hacerlo con exactitud? Describir sus pa?ses, sus tradiciones, su cultura, posiblemente ser?a ya m?s complicado. Hoy es f?cil recurrir a Internet e informarnos, interesarnos por este continente e, incluso, realizar alg?n viaje virtual por alguna de sus islas. Espero que a ti, como me ha pasado a m? al escribir este art?culo, se te abra el coraz?n hacia un lugar de la Tierra, pienses en sus gentes, en sus problemas y dificultades, en sus ilusiones y esperanzas y, m?s all? de un viaje virtual, eleves una oraci?n al Dios Creador y Padre de todos los hombres.
Te brindo la oraci?n que los obispos de Ocean?a rezaron al final del S?nodo para este continente, que se desarroll? en Roma en el a?o 1988. Es la mejor forma de leer estas p?ginas; rezando por Ocean?a, en comuni?n con sus gentes y deseando que el mensaje de Cristo contin?e llegando a todos los rincones de la Tierra. En esta oraci?n se habla de seguir a Jes?s, proclamar su verdad, vivir su vida y adquirir el compromiso misionero de buscar a los extraviados. Dice as?:
?Dios eterno, m?ranos con benevolencia? en Jesucristo. ?l es tu Verbo hecho carne que nos invita a seguir su camino, a proclamar su verdad y a vivir su vida. Nosotros,? los pueblos de Ocean?a, que vivimos en un territorio tan vasto y tenemos tradiciones tan diversas, nos comprometemos a anunciar al mundo su amor, a buscar a los extraviados y a llevarlos a Ti. Mar?a, Reina de la Paz, intercede por nosotros, tus hijos, que hacemos esta oraci?n en nombre de Jes?s?.?
?S?gueme??
Como cada a?o, Infancia Misionera nos invita a fijar nuestra mirada en un continente y a rastrear el Evangelio en busca de la Palabra que Jes?s quiere hacer llegar a nuestra vida. ?Con los ni?os de Ocean?a... seguimos a Jes?s? es el lema de esta campa?a. Nos hemos situado en el lugar, Ocean?a, y queremos ahora escuchar a Jes?s y su Palabra para aprender nuevas cosas o renovar las que ya sabemos, de cara a nuestra misi?n en cualquier parte del mundo.
La palabra este a?o es ?s?gueme? y, a trav?s de los ni?os, va a llegar hasta nosotros. ?Podemos encontrar en la relaci?n de Jes?s con los ni?os retazos para describir una vida de servicio misionero? Intent?moslo a trav?s de algunos relatos entra?ables del Evangelio.?
1. Acoger lo que somos
?Y Jes?s, llamando a un ni?o, lo puso delante? (Mt 18,3)
Los disc?pulos se acercaron a Jes?s con una pregunta: ??Qui?n es el m?s grande??. Nosotros nos acercamos a Jes?s para preguntarle con sencillez: ??Qui?n puede ser misionero? ?A qui?n eliges??. Jes?s se jugaba mucho en aquella respuesta, pues se trataba de una forma de vivir, y, sorprendentemente, llam? a un ni?o. ?Jes?s va a responder con un gesto incomprensible y elocuente a la vez. Convoca a un peque?o a una reuni?n de adultos en discusi?n. Un ni?o esllamado por Jes?s. Dir?amos que es un ni?o con vocaci?n. Es llamado y responde con la presteza de un inocente que se f?a de quien llama. Con presteza y docilidad responde a la llamada del Maestro? No son las capacidades de la persona las que suscitan la llamada del Se?or; m?s bien la incapacidad es la que se vuelve susceptible de una elecci?n por parte de Dios. El ni?o es, en este pasaje, el m?s pobre, incapaz y peque?o de los que est?n con Jes?s? (R. Belda, Al paso de los ni?os, Edicep, 2008, p. 191).?
Qu? hermosa lecci?n del Se?or, que aplicamos a la misi?n. Nos elige porque nos ama y al m?s peque?o le sit?a en el centro, le pone como modelo. No sabemos el nombre de este ni?o, pero este peque?o nos da una lecci?n que agradecemos. Si para entrar en el Reino de Dios hay que hacerse como ni?os, podemos afirmar tambi?n que para anunciar el Reino de Dios, para extenderlo por toda la Tierra, hay que hacerse como un ni?o.??
2. Presentar lo que tenemos
?Aqu? hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces, pero qu? es eso para tanta gente? (Jn 6,9)
De nuevo un ni?o, un ni?o an?nimo, pero al que podemos atribuir un dato: estaba cerca de Jes?s, le segu?a como uno m?s entre la multitud. Sin ?l saberlo, llevaba todo lo necesario para que Jes?s pudiera realizar uno de sus mayores prodigios, que no fue ?nicamente dar de comer a la multitud que le segu?a, sino manifestarse a s? mismo como el Pan de vida. Y para ello necesit? de un ni?o y, una vez m?s, de la pobreza ofrecida con generosidad. El ni?o pone de manifiesto el rasgo de la generosidad, del desprendimiento, de la humildad. Es un gran misionero, primero porque admira a Jes?s, le sigue entre los suyos, quiere aprender de ?l y quiere hacer cosas con ?l. Al estar cerca de Jes?s tanto el ni?o como el misionero experimentan la compasi?n por la gente, la comprensi?n de las dificultades de todos, la posibilidad siempre real de solucionar el hambre de las personas, la confianza total en que la presencia de Jes?s lo puede todo. El ni?o deja hacer a Jes?s ofreciendo lo que tiene.
Se nos presenta el estilo de vida de la misi?n: la pobreza ofrecida, que atrae la bendici?n de Dios, la multiplicaci?n de la gracia. ?Todo apunta a lo mismo: la debilidad, la peque?ez, la humildad; el ser ni?o y saberse pobre, no solo no es obst?culo para la manifestaci?n de Jes?s, sino su mejor instrumento, su id?neo cooperador? Y todo gracias a un ni?o disc?pulo, pobre, oblato, eucarist?a????? (R. Belda, Al paso de los ni?os, p. 221).
3. Anunciar al Salvador
?Jes?s, tom?ndolo de la mano, lo hizo levantar y el muchacho se puso en pie? (Mc 9,27)
De nuevo un ni?o se hace protagonista evang?lico de un relato salvador. El pasaje es muy rico en datos y detalles, pero retendremos ?nicamente los que nos invitan a centrar nuestra mirada en una humanidad enferma y necesitada de salvaci?n. ?Qu? salvaci?n? La de Jesucristo, ?nico Salvador de los hombres. El relato de la dif?cil curaci?n radical de un ni?o nos ofrece todo el Misterio salvador encerrado en la humanidad de Cristo. Nuestro mundo puede asemejarse a este ni?o enfermo, y este ni?o, este mundo, necesita, en primer lugar, alguien que le lleve ante Jes?s. ?Te he tra?do a mi hijo? Por favor, si algo puedes, compad?cete de nosotros y ay?danos?. Nos acercamos a la primera ense?anza del texto de cara a la misi?n: la oraci?n por el necesitado, la confianza en Jes?s, la b?squeda de la curaci?n. ?En cu?ntos lugares del mundo, a?n hoy, la Iglesia no ha llegado a anunciar al Se?or por falta de mensajeros! La llamada contin?a siendo acuciante, nuestros hermanos los hombres necesitan a Dios y alguien que les lleve a ?l. Es el arranque de la vocaci?n cristiana, de la vocaci?n misionera: ver la necesidad de Dios que el mundo tiene.
El texto se nos revela como un camino de fe. La enfermedad, la situaci?n cr?tica y la salvaci?n que llegar? por la fe. El texto, de m?ltiples maneras, conduce a la fe en Jes?s y a la confianza en Dios, llegando a superar la incredulidad, el desamor, la enfermedad y la muerte. Hay un camino de fe en este padre angustiado, pues se acerca a Jes?s, le abre el coraz?n, le manifiesta su necesidad, acoge la Palabra hasta manifestar su fe en la persona del Se?or.
En el contexto de la misi?n de la Iglesia, este pasaje evoca un mundo enfermo, nos sit?a ante un mundo lleno de problemas y necesidades, que en ocasiones llevan a la angustia y a la ruina ante situaciones humanamente degradantes de pobreza y humillaci?n. El texto nos muestra, asimismo, c?mo la presencia de Dios eleva al hombre a su verdadera dignidad. En la misi?n se hace presente Cristo Salvador. ?l es quien responde a la angustia del hombre. Jesucristo es quien, en toda su vida, se ha compadecido de nosotros y nos ha ayudado: ?Si algo puedes, compad?cete de nosotros y ay?danos?. ?l es quien ha hecho posible el amor aut?ntico, la soluci?n de cualquier drama humano: ?Todo es posible para el que tiene fe?. ?l es quien salva: ?Esp?ritu sordo y mudo, te ordeno que salgas y que no vuelvas a entrar?. ?l es quien levanta al hombre de todo mal: ?Tom?ndolo de la mano, lo levant?, y ?l se puso en pie?.?
4. Aclamar y confesar el nombre de Jes?s
?Y los ni?os gritaban: Hosanna al Hijo de David? (Mt 21,15)
Los ni?os en el Evangelio nos presentan un modelo de seguimiento. Nos hemos acercado previamente a tres relatos en los que ellos son protagonistas: el ni?o llamado por Jes?s, el ni?o de la multiplicaci?n de los panes, la curaci?n de un ni?o gravemente enfermo. Invito al lector a pensar en otros pasajes del Nuevo Testamento y aplicarlos a la misi?n: los ni?os inocentes (Mt 2,13.18), los ni?os a los que Jes?s bendice (Mc 10,13), los ni?os que revelan el amor del Padre (Lc 10,21), los ni?os enfermos y resucitados (Mc 9,14 y Mc 5,21), los ni?os modelos para la oraci?n (Mt 7,7-11).
Concluimos con una mirada a los ni?os que alaban a Jes?s y confiesan su fe en ?l con libertad y entusiasmo, en medio de la gente y ante la mirada, a veces asombrada de los mayores. El Evangelio pone en boca de los ni?os la confesi?n de fe en Jesucristo: ?Hosanna al Hijo de David?. Asimismo muestra la forma de realizar esta confesi?n: alabando, bendiciendo y cantando. Mientras que los sabios y entendidos pueden seguir discutiendo e intentando impedir la presencia de Jes?s en nuestra sociedad, los ni?os en el Evangelio, y los misioneros entre nosotros, hablan al mundo con claridad: Jes?s es el Hijo de Dios, el Salvador. El estilo de vida del misionero ?su alegr?a desbordante, sus obras de amor eficaces ante las situaciones de mayor pobreza, la oraci?n continua? es el que m?s se asemeja a los ni?os del Evangelio. Jes?s dice que a ellos el Padre les ha revelado los secretos del Reino.
?nicamente aquel a quien le ha sido revelado el Reino por su condici?n de pobre, de humilde, de sencillo, de ni?o, puede a su vez hacerse mensajero de este Reino, pues dar? de lo que ha recibido. Y lo har? al estilo del ni?o que sigue a Jes?s, atendiendo a la llamada de Jes?s en su pobreza, entregando todo lo que tiene hasta quedarse sin nada, mostrando a Jes?s como Salvador, caminando con ?l hasta reconocerle como Salvador y Mes?as, alabando y cantando las maravillas del Se?or.?
Stella Maris, luz de los oc?anos
Miramos a la Madre del Dios hecho ni?o y retomamos nuestra mirada sobre la Iglesia en Ocean?a para aplicar a aquellos lugares lo que, a trav?s de los ni?os, hemos aprendido. Lo hacemos dirigi?ndonos a Mar?a en oraci?n, con las palabras finales de la exhortaci?n apost?lica Ecclesia in Oceania. Ellas son una s?ntesis de lo que todo misionero desea para su vida y lo que nosotros queremos pedir para la Iglesia en cualquier lugar del mundo: la fuerza para anunciar, el coraje para proclamar, la alegr?a para vivir.?
Oh, Stella Maris, luz de los oc?anos
y Se?ora de la profundidad,
que la Iglesia en Ocean?a???????????????????
no cese de mostrar a todos
el rostro glorioso de tu Hijo,
lleno de gracia y de verdad,
para que Dios reine
en los pueblos del Pac?fico
y encuentren la paz
en el Salvador del mundo.
Intercede por la Iglesia en Ocean?a
?para que tenga la fuerza de seguir
fielmente el camino de Jesucristo,
?de proclamar con energ?a la verdad
de Jesucristo, de vivir alegremente
?la vida de Jesucristo.
Auxilio de los cristianos, prot?genos.
Luminosa estrella del mar, gu?anos.
Nuestra Se?ora de la paz,
ruega por nosotros.?
Informaci?n sacada de la revista ILLUMINARE, n? 381 - ENERO 2011 que se ha recibido con los materiales para la JORNADA DE LA INFANCIA MISIONERA 2011? a celebrar el 23 de Enero de 2011
LEMA:
?Con los ni?os de Ocean?a... Los ni?os de Infancia Misionera iniciaron hace dos a?os el recorrido por los cinco continentes. Ya se han encontrado con los ni?os de Asia y de ?frica. Este a?o se trasladan a Ocean?a para invitar? a los ni?os de all? a sumarse a ellos y, juntos, seguir a Jes?s. En efecto, lo buscaron con los ni?os de Asia, lo encontraron con los de ?frica y ahora toca seguirle con los de Ocean?a.?
... seguimos a Jes?s? Una vez han entrado en contacto con los ni?os de Ocean?a y han descubierto sus costumbres, todos miran a Jes?s, escuchan su voz y se ponen en camino con ?l. Esto es lo que hicieron sus disc?pulos y lo que hacen los cristianos. Para ello hay que dejar muchas cosas, estar ligeros de equipaje y poner las pisadas sobre las huellas de Jes?s. ?l, como buen amigo, va por delante, con paso firme y la mirada en el horizonte. Sabe ad?nde se dirige y c?mo se llega a la meta.?
Cartel:
Infancia Misionera usa el color azul del mar para Ocean?a. Este color evoca valores humanos y sumamente educativos, como la transparencia, la dulzura, la libertad, la serenidad, la confianza... Las im?genes del cartel muestran la identificaci?n de los habitantes de este continente con el oc?ano. Sus viviendas y formas de vida est?n en sinton?a con el mar.?
El anuncio misionero del Evangelio suscit? en los habitantes de este continente, en los siglos XIX y XX, el deseo de seguir a Jes?s como Maestro y Se?or. Desde entonces, muchas islas han sido evangelizadas, y la fe se ha transmitido en la familia, en los colegios y en las comunidades cristianas. En esta tarea es imprescindible la labor de los miles de catequistas misioneros que dedican su vida a se?alar el camino que lleva a Jes?s. Quienes le encuentran y deciden seguirle se convierten tambi?n en misioneros para otros.
ZENIT publica la tercera meditaci?n de Adviento que predic?el viernes 17 de Diciembre de 2010 el padre Raniero Cantalamessa OFM cap, predicador de la Casa Pontificia, ante Benedicto XVI y la Curia Romana para ofrecer "La respuesta cristiana al racionalismo".
?P. Raniero Cantalamessa, ofmcap.
Tercera Predicaci?n de Adviento
?DISPUESTOS A DAR RAZ?N DE LA ESPERANZA QUE HAY EN NOSOTROS?
(1 Pedro 3,15)?
La respuesta cristiana al racionalismo
1. La raz?n usurpadora
El tercer obst?culo, que hace a mucha parte de la cultura moderna ?refractaria? al Evangelio, es el racionalismo. De ?ste pretendemos ocuparnos en esta ?ltima meditaci?n de Adviento.
El cardenal, y ahora beato, John Henry Newman nos dej? un memorable discurso, pronunciado el 11 de diciembre de 1831, en la Universidad de Oxford, titulado The Usurpation of Raison, la usurpaci?n, o la prevaricaci?n, de la raz?n. En este t?tulo est? ya la definici?n de lo que entendemos por racionalismo [1]. En una nota de comentario a este discurso, escrita en el prefacio a su tercera edici?n en 1871, el autor explica qu? entiende con esta expresi?n. Por usurpaci?n de la raz?n ? dice ? se entiende ?ese cierto difundido abuso de esta facultad que se verifica cada vez que uno se ocupa de religi?n sin un adecuado conocimiento ?ntimo, o sin el debido respeto por los primeros principios propios a ella. Esta pretendida 'raz?n' es llamada por la Escritura 'la sabidur?a del mundo'; es el razonar sobre religi?n de quien tiene la mentalidad secularista, y se basa sobre m?ximas mundanas, que le son intr?nsecamente extra?as? [2].
En otro de sus Sermones universitarios, titulado ?Fe y raz?n frente a frente?, Newman ilustra por qu? la raz?n no puede ser el ?ltimo juez en cuestiones de religi?n y fe, con la analog?a de la conciencia.
?Nadie, escribe, dir?a que la conciencia se opone a la raz?n, o que sus dictados no puedan ser planteados de forma argumentativa; con todo, ?qui?n, de ello, querr? argumentar que la conciencia no sea un principio original, sino que para actuar necesita esperar los resultados de un proceso l?gico-racional? La raz?n analiza los fundamentos y los motivos de la acci?n sin ser ella misma uno de esos motivos. Por tanto, as? como la conciencia es un elemento sencillo de nuestra naturaleza, y sin embargo sus operaciones necesitan ser justificadas por la raz?n, de la misma forma la fe puede ser cognoscible y sus actos pueden ser justificados por la raz?n, sin por ello depender realmente de ?sta [?].Cuando se dice que el Evangelio exige una fe racional, se quiere decir solo que la fe concuerda con la recta raz?n en abstracto, pero no que sea en realidad su resultado? [3].
Una segunda analog?a es la del arte. ?El cr?tico de arte ?escribe ? valora lo que ?l mismo no sabe crear; de la misma forma la raz?n puede dar su aprobaci?n al acto de fe, sin ser por ello la fuente de la que esa fe emana? [4].
El an?lisis de Newman tiene rasgos nuevos y originales; saca a la luz la tendencia, por as? decirlo, imperialista, de la raz?n de someter todo aspecto de la realidad a sus propios principios. Pero se puede considerar el racionalismo tambi?n desde otro punto de vista, estrechamente unido con el anterior. Por quedarnos en la met?fora pol?tica empleada por Newman, podr?amos definirlo como la postura del aislacionismo, de cerraz?n en s? misma de la raz?n. Este no consiste tanto en invadir el campo de los dem?s, sino en no reconocer la existencia de otro campo fuera del proprio. En otras palabras, en el rechazo de que pueda existir verdad alguna fuera de la que pasa a trav?s de la raz?n humana.
Bajo este aspecto, el racionalismo no naci? con la Ilustraci?n, aunque ?sta haya imprimido en ?l una aceleraci?n cuyos efectos se observan a?n. Es una tendencia con la que la fe ha tenido que echar cuentas desde siempre. No solo la fe cristiana, sino tambi?n la jud?a y la isl?mica, al menos en la Edad Media, conocieron este desaf?o.
Contra esta pretensi?n de absolutismo de la raz?n, se ha elevado en todas las ?pocas no s?lo la voz de hombres de fe, sino tambi?n la de hombres militantes en el campo de la raz?n, fil?sofos y cient?ficos. ?El acto supremo de la raz?n, escribi? Pascal, est? en reconocer que existe una infinidad de cosas que la sobrepasan" [5]. En el instante mismo en que la raz?n reconoce su l?mite, lo franquea y lo supera. Este reconocimiento se produce por obra de la raz?n, y por ello es un acto exquisitamente racional. Es, literalmente, una ?docta ignorancia? [6]. Un ignorar "con conocimiento de causa", sabiendo que no se sabe.
Se debe afirmar por tanto que pone un l?mite a la raz?n y la humilla aquel que no le reconoce esta capacidad de trascenderse. "Hasta ahora ? escribi? Kierkegaard ? se ha dicho siempre esto: 'Decir que esto o aquello no se puede entender, no satisface a la ciencia que quiere entender'. Ese es el error. Se debe decir precisamente lo contrario: mientras que la ciencia no quiera reconocer que hay algo que no puede entender, o ? de forma m?s precisa ? algo de lo que ella claramente 'comprende que no puede entender', todo estar? desordenado. Por ello es un deber del conocimiento humano comprender que existen y cu?les son las cosas que no puede entender? [7].
2. Fe y sentido de lo Sagrado
Es de esperar que este tipo de controversia rec?proca entre fe y raz?n contin?e tambi?n en el futuro. Es inevitable que cada ?poca vuelva a hacer el camino por su propia cuenta, pero ni los racionalistas convertir?n con sus argumentos a los creyentes, ni los creyentes a los racionalistas. Es necesario encontrar un camino para romper este c?rculo y liberar a la fe de este atasco. En todo este debate sobre raz?n y fe, es la raz?n la que impone su elecci?n y obliga a la fe, por as? decirlo, a jugar fuera de casa y a la defensiva.
De ello era muy consciente el cardenal Newman, que en otro de sus discursos universitarios pone en guardia contra el riesgo de una mundanizaci?n de la fe en su deseo de correr detr?s de la raz?n. Dice que comprende, aunque no puede aceptarlas del todo, las razones de aquellos que est?n tentados de desvincular completamente la fe de la investigaci?n racional, a causa ? de los antagonismos y las divisiones fomentadas por la argumentaci?n y el debate, la confianza orgullosa que a menudo acompa?a al estudio de las pruebas apolog?ticas, la frialdad, el formalismo, el esp?ritu secularista y carnal, mientras que la Escritura habla de la religi?n como de una vida divina, arraigada en los afectos y que se manifiesta en gracias espirituales? [8].
En todas las intervenciones de Newman sobre la relaci?n entre raz?n y fe, entonces no menos debatida que hoy, se observa una advertencia: no se puede combatir el racionalismo con otro racionalismo, aunque sea en sentido contrario. Es necesario por tanto encontrar otro camino que no pretenda sustituir el de la defensa racional de la fe, pero al menos que la acompa?e, tambi?n porque los destinatarios del anuncio cristiano no son s?lo los intelectuales, capaces de empe?arse en este tipo de controversia, sino tambi?n la masa de las personas corrientes indiferentes a ?l y m?s sensible a otros argumentos.
Pascal propon?a el camino del coraz?n: ?El coraz?n tiene razones que la raz?n no entiende? [9]; los rom?nticos (por ejemplo, Schleiermacher) propon?an el del sentimiento. Nos queda, creo, un camino que descubrir: el de la experiencia y del testimonio. No pretendo hablar aqu? de la experiencia personal, subjetiva, de la fe, sino de una experiencia universal y objetiva que podemos por eso hace valer tambi?n ante personas a?n extra?as a la fe. Esta no nos lleva hacia la fe plena y que salva:la fe en Jesucristo muerto y resucitado, pero nos puede ayudar a crear el presupuesto para ella, que es la apertura al misterio, la percepci?n de algo que est? por encima del mundo y de la raz?n.
La contribuci?n m?s notable que la moderna fenomenolog?a de la religi?n ha dado a la fe, sobre todo en la forma que ?sta reviste en la obra cl?sica de Rudolph Otto ?Lo sagrado?[10], es la de haber mostrado que la afirmaci?n tradicional de que hay algo que no se explica con la raz?n, no es un postulado te?rico o de fe, sino un dato primordial de la experiencia.
Existe un sentimiento que acompa?a a la humanidad desde sus principios y que est? presente en todas las religiones y las culturas: el autor lo llama el sentimiento de lo numinoso. Este es un dato primario, irreducible a cualquier otro sentimiento o experiencia humana; embarga al hombre con un estremecimiento cuando, por cualquier circunstancia externa o interna a ?l, se encuentra ante la revelaci?n del misterio ?tremendo y fascinante? de lo sobrenatural.
Otto designa el objeto de esta experiencia con el adjetivo ?irracional? (el subt?tulo de la obra es ?Lo irracional en la idea de lo divino y su relaci?n con lo racional?); pero toda la obra demuestra que el sentido que ?l da al t?rmino ?irracional? no es el de ?contrario a la raz?n?, sino el de ?fuera de la raz?n?, de no traducible en t?rminos racionales. Lo numinoso se manifiesta en grados diversos de pureza: del estadio menos refinado, que es la reacci?n inquietante suscitada por las historias de esp?ritus y de espectros, al estadio m?s puro que es la manifestaci?n de la santidad de Dios ? el Qadosh b?blico -, como en la c?lebre escena de la invocaci?n de Isa?as (Is 6, 1 ss).
Si es as?, la reevangelizaci?n del mundo secularizado pasa tambi?n a trav?s de una recuperaci?n del sentido de lo sagrado. El terreno cultural del racionalismo ? su causa y al mismo tiempo su efecto ? es la p?rdida del sentido de lo sagrado, es necesario por ello que la Iglesia ayude a los hombres a remontar la pendiente y redescubrir la presencia y la belleza de lo sagrado en el mundo. Charles P?guy dijo que ?la tremenda penuria de lo Sagrado es la marca profunda del mundo moderno?. Eso se advierte en todo aspecto de la vida, pero en particular en el arte, en la literatura y en el lenguaje de todos los d?as. Para muchos autores, ser definidos ?irreverentes? ya no es una ofensa, sino un cumplido.
La Biblia es acusada a veces de haber ?desacralizado? el mundo por haber expulsado a las ninfas y divinidades de los montes, de los mares y de los bosques, y haber hecho de ellos simples criaturas al servicio del hombre. Esto es verdad, pero es precisamente despoj?ndolas de esta falsa pretensi?n d ser ellos mismos divinidades, como la Escritura los ha restituido a su naturaleza genuina de ?signo? de lo divino. Es la idolatr?a de las criaturas lo que la Biblia combate, no su sacralidad.
As? ?secularizada?, la Creaci?n tiene a?n el poder de provocar la experiencia de lo numinoso y de lo divino. De una experiencia de este tipo lleva el signo, en mi opini?n, la c?lebre declaraci?n de Kant, el representante m?s ilustre del racionalismo filos?fico:
Dos cosas llenan mi alma de admiraci?n y veneraci?n siempre nueva y creciente, cuanto m?s a menudo y por m?s tiempo la reflexi?n se ocupa de ellas: el cielo estrellado sobre m?, y la ley moral en m?. [?]. La primera comienza desde el lugar que yo ocupo en el mundo sensible externo, y extiende la conexi?n en la que me encuentro a una grandeza interminable, con mundos y mundos, y sistemas y sistemas; y a?n despu?s a los tiempos ilimitados de su movimiento peri?dico, de su principio y de su duraci?n? [11].
Un cient?fico vivo, Francis Collins, nombrado hace poco acad?mico pontificio, en su libro ?El lenguaje de Dios?, describe as? el momento de su vuelta a la fe: ?En una hermosa ma?ana de oto?o, mientras por primera vez, paseando por las monta?as, me dirig?a al oeste del Mississippi, la majestad y belleza de la creaci?n vencieron mi resistencia. Comprend? que la b?squeda hab?a llegado a su fin. La ma?ana siguiente, al salir el sol, me arrodill? sobre la hierba h?meda y me rend? a Jesucristo? [12].
Los mismos descubrimientos maravillosos de la ciencia y de la t?cnica, en lugar de llevar al desencanto, pueden convertirse en ocasiones de estupor y de experiencia de lo divino. El momento final del descubrimiento del genoma humano es descrito por el mismo Francis Collins, que dirigi? el equipo directivo que llev? a este descubrimiento, ?una experiencia de exaltaci?n cient?fica y al mismo tiempo de adoraci?n religiosa?. Entre las maravillas de la creaci?n, nada hay m?s maravilloso que el hombre y, en el hombre, que su inteligencia creada por Dios.
La ciencia desespera ya de tocar un l?mite m?ximo en la exploraci?n de lo infinitamente grande que es el universo y en la exploraci?n de lo infinitamente peque?o que son las part?culas subat?micas. Algunos hacen de estas ?desproporciones? un argumento a favor de la inexistencia de un Creador y de la insignificancia del hombre. Para el creyente, ?stas son el signo por excelencia, no solo de la existencia sino tambi?n de los atributos de Dios: la vastedad del universo, es signo de su infinita grandeza y trascendencia, la peque?ez del ?tomo, lo es de su inmanencia y de la humildad de su encarnaci?n que le llev? a hacerse ni?o en el seno de una madre y min?sculo pedazo de pan en las manos del sacerdote.
Tampoco en la vida humana cotidiana faltan ocasiones en las que es posible hacer experiencia de ?otra? dimensi?n: el enamoramiento, el nacimiento del primer hijo, una gran alegr?a. Es necesario ayudar a las personas a abrir los ojos y a volver a encontrar la capacidad de sorprenderse. ?Quien se asombra, reinar?, dice un dicho atribuido a Jes?s fuera de los Evangelios [13]. En la novela Los hermanos Karamazov, Dostoevskij refiere las palabras que el starez Zosimo, a?n oficial del ej?rcito, dirige a los presentes en el momento en que, deslumbrado por la gracia, renuncia a batirse en duelo con su adversario: ?Se?ores, girad la mirada alrededor a los dones de Dios: este cielo l?mpido, este aire puro, esta hierba tierna, estos pajaritos: la naturaleza es tan bella e inocente, mientras que nosotros, solo nosotros, estamos lejos de Dios, y somos est?pidos y no comprendemos que la vida es un para?so, pues bastar?a que quisi?ramos comprenderlo, y en seguida ?ste se instaurar?a en toda su belleza, y nosotros nos abrazar?amos y romper?amos a llorar? [14]. ?Este es el sentido genuino de la sacralidad del mundo y de la vida!
3. Necesidad de testigos
Cuando la experiencia de lo sagrado y de lo que nos llega de repente e inesperada desde fuera de nosotros, es acogida y cultivada, se convierte en experiencia subjetiva vivida. Se tienen as? los ?testigos? de Dios que son los santos y, de modo totalmente particular, una categor?a de estos, los m?sticos.
Los m?sticos, dice una celebre definici?n de Dionisio Areopagita, son aquellos que han ?padecido a Dios? [15], es decir, que han experimentado y vivido lo divino. Son, para el resto de la humanidad, como los exploradores que entraron primero, a escondidas, en la Tierra Prometida y despu?s volvieron atr?s para referir lo que hab?an visto ? ?una tierra que mana leche y miel? - exhortando a todo el pueblo a atravesar el Jord?n (cf Num 14,6-9). Por medio de ellos nos llegan a nosotros, en esta vida, los primeros fulgores de la vida eterna.
Cuando leemos sus escritos, ?qu? alejadas parecen, e incluso qu? ingenuas, las m?s sutiles argumentaciones de los ateos y de los racionalistas! Nace, hacia estos ?ltimos, un sentido de estupor y tambi?n de pena, como ante uno que habla de cosas que manifiestamente no conoce. Como quien creyera descubrir continuos errores de gram?tica en un interlocutor, y no se diese cuenta de que simplemente est? hablando otra lengua que ?l no conoce. Pero no hay ninguna gana de ponerse a rebatirles, tanto las propias palabras dichas en defensa de Dios parecen, en ese momento, vac?as y fuera de lugar.
Los m?sticos son, por excelencia, los que han descubierto que Dios ?existe?; es m?s, que s?lo ?l existe verdaderamente y que es infinitamente m?s real que aquello que con frecuencia llamamos realidad. Fue precisamente en uno de estos encuentros como una disc?pula del fil?sofo Husserl, jud?a y atea convencida, una noche descubri? al Dios vivo. Hablo de Edith Stein, ahora santa Teresa Benedicta de la Cruz. Era hu?sped de unos amigos cristianos y una noche que estos tuvieron que ausentarse, no sabiendo qu? hacer, cogi? un libro de su biblioteca y se puso a leerlo. Era la autobiograf?a de santa Teresa de ?vila. Sigui? leyendo toda la noche. Llegada al final, exclam? sencillamente: ???sta es la verdad!". Por la ma?ana fue a la ciudad a comprar un catecismo cat?lico y un misal, y tras haberlos estudiado, se dirigi? a una iglesia cercana y pidi? al sacerdote ser bautizada.
Yo tambi?n tuve una peque?a experiencia del poder que tienen los m?sticos de hacer tocar con la mano lo sobrenatural. Era el a?o en el que se discut?a mucho sobre un libro de un te?logo titulado: ??Existe Dios?? (Existiert Gott?) pero, al llegar al final de la lectura, eran muy pocos los que estaban dispuestos a cambiar la interrogaci?n del t?tulo por una exclamaci?n. Yendo a un congreso, me llev? conmigo el libro de los escritos de la beata Angela de Foligno que no conoc?a a?n. Me qued? literalmente deslumbrado; lo llevada conmigo a las conferencias, lo abr?a en cada pausa, y a final lo cerr? dici?ndome: ??Si Dios existe? ?No solo existe, sino que es verdaderamente fuego devorador!?
Por desgracia, una cierta moda literaria ha conseguido neutralizar tambi?n la ?prueba? viviente de la existencia de Dios que son los m?sticos. Lo ha hecho con un m?todo singular?simo: no reduciendo su n?mero, sino aument?ndolo, no restringiendo el fen?meno, sino dilat?ndolo desmesuradamente. Me refiero a aquellos que en una colecci?n de m?sticos, en antolog?as de sus escritos, o en una historia de la m?stica, ponen juntos, como pertenecientes al mismo tipo de fen?menos, a san Juan de la Cruz y a Nostradamus, a santos y a exc?ntricos, m?stica cristiana y c?bala medieval, hermetismo, teosofismo, formas de pante?smo e incluso la alquimia. Los m?sticos verdaderos son otra cosa y la Iglesia tiene raz?n en ser tan rigurosa en su juicio sobre ellos.
El te?logo Karl Rahner, retomando, parece, una frase de Raimundo Pannikar, afirm?: ?El cristiano de ma?ana, o ser? un m?stico o no ser?. Quer?a decir que, en el futuro, ser? el testimonio de personas que tienen una profunda experiencia de Dios el que mantenga viva nuestra fe, m?s que la demostraci?n de su plausibilidad racional. Pablo VI dec?a, en el fondo, lo mismo cuando afirmaba en la Evangelii nuntiandi (nr.41): ?El hombre contempor?neo escucha m?s a gusto a los que dan testimonio que a los que ense?an, o si escuchan a los que ense?an, es porque dan testimonio?.
Cuando el ap?stol Pedro recomendaba a los cristianos estar preparados para ?dar raz?n de su esperanza? (1 Pe 3,15), es cierto, por el contexto, que ?l tampoco pretend?a hablar de razones especulativas o dial?cticas, sino de las razones pr?cticas, es decir, de su experiencia de Cristo, unida al testimonio apost?lico que la garantizaba. En un comentario a este texto, el cardenal Newman, habla de ?razones impl?citas?, que son, para el creyente, m?s ?ntimamente persuasivas que no las razones expl?citas y argumentativas [16].
4. Un estremecimiento de fe en Navidad
Llegamos as? a la conclusi?n pr?ctica que m?s nos interesa en una meditaci?n como esta. No s?lo los no creyentes y los racionalistas necesitan irrupciones imprevistas de lo sobrenatural en la vida para llegar a la fe; las necesitamos tambi?n nosotros los creyentes para reavivar nuestra fe. El peligro mayor que corren las personas religiosas es el de reducir la fe a una secuencia de ritos y de f?rmulas, repetidas incluso con escr?pulo, pero de forma mec?nica y sin participaci?n ?ntima de todo el ser. ?Este pueblo se acerca a m? con la boca ? se lamenta Dios en Isa?as ?, y me honra con los labios, pero su coraz?n est? lejos de m?, y el temor que me tiene no es m?s que un precepto humano, aprendido por rutina? (Is 29, 13).
La Navidad puede ser una ocasi?n privilegiada para tener este estremecimiento de fe. Esta es la suprema ?teofan?a? de Dios, la m?s alta ?manifestaci?n de lo Sagrado?. Por desgracia el fen?meno del secularismo est? despojando a esta fiesta de su car?cter de ?misterio tremendo? ? es decir, que induce al santo temor y a la adoraci?n ?, para reducirlo al ?nico aspecto de ?misterio fascinante?. Fascinante, lo que es peor, en sentido s?lo natural, no sobrenatural: una fiesta de los valores familiares, del invierno, del ?rbol, de los renos y de Pap? Noel. Existe en algunos pa?ses la intenci?n de cambiar tambi?n el nombre de Navidad por el de ?fiesta de la luz?. En pocos casos la secularizaci?n es tan visible como en Navidad.
Para m?, el car?cter ?numinoso? de la Navidad est? ligado a un recuerdo. Asist?a un a?o a la Misa de Medianoche presidida por Juan Pablo II en San Pedro. Lleg? el momento del canto de las Calendas, es decir, la solemne proclamaci?n del nacimiento del Salvador, presente en el antiguo Martirologio y reintroducida en la liturgia navide?a despu?s del Vaticano II:
?Muchos siglos despu?s de la creaci?n del mundo...
Trece siglos despu?s de la salida de Egipto...
En la 195? Olimpiada,
en el a?o 752 de la fundaci?n de Roma...
En el cuadrag?simo segundo a?o del imperio de C?sar Augusto,
Jesucristo, Dios eterno e Hijo del eterno Padre, siendo concebido por obra del Esp?ritu Santo, transcurridos nueve meses, nace en Bel?n de Jud? de la Virgen Mar?a, hecho hombre?.
Llegados a estas ?ltimas palabras sent? la que se llama ?la unci?n de la fe?: una imprevista claridad interior, por la que recuerdo que dec?a dentro de m?: ??Es verdad! ?Es verdad todo esto que se canta! No son solo palabras. Lo eterno entra en el tiempo. El ?ltimo acontecimiento de la serie ha roto la serie; ha creado un ?antes? y un ?despu?s? irreversibles; el c?mputo del tiempo que antes ten?a lugar en relaci?n a diversos acontecimientos (olimpiada tal, reino de tal), ahora sucede en relaci?n a un ?nico acontecimiento?. Una conmoci?n de repente me atraves? toda la persona, mientras solamente pod?a decir: ??Gracias, Sant?sima Trinidad, y gracias tambi?n a ti, Santa Madre de Dios!?.
Ayuda mucho a hacer de la Navidad la ocasi?n para un sobresalto de fe encontrar espacios de silencio. La liturgia envuelve el nacimiento de Jes?s en el silencio: Dum medium silentium tenerent omnia, mientras todo alrededor estaba en silencio. Stille Nacht, noche de silencio, se llama a la Navidad en el m?s difundido y querido de los villancicos. En Navidad deber?amos escuchar como dirigida personalmente a nosotros la invitaci?n del Salmo: ?Rend?os y reconoced que yo soy Dios? (Sal 46,11).
La Madre de Dios es el modelo insuperable de este silencio navide?o: ?Mar?a ? est? escrito ? conservaba estas cosas y las meditaba en su coraz?n? (Lc 2, 19). El silencio de Mar?a en Navidad es m?s que un simple callarse; es maravilla, es adoraci?n; es un ?silencio religioso?, un ser superada por la realidad. La interpretaci?n m?s verdadera del silencio de Mar?a es la que est? en los iconos bizantinos, donde la Madre de Dios nos parece inm?vil, con la mirada fija, los ojos desorbitados, como quien ha visto cosas que no se pueden describir con palabras. Mar?a, la primera, elev? a Dios lo que san Gregorio Nacianceno llama un ?himno de silencio? [17].
Celebra verdaderamente la Navidad quien es capaz de hacer hoy, a distancia de siglos, lo que habr?a hecho, si hubiese estado presente ese d?a. Quien hace lo que nos ense?? a hacer Mar?a: ?arrodillarse, adorar y callar!
[1] J.H. Newman, Oxford University Sermons, Londres 1900, pp.54-74; trad. Ital. de L. Chitarin, Bolonia, Ediciones Studio Domenicano, 2004, pp. 465-481.
[2] Ib.p. XV (trad. ital. Cit. p.726).
[3] Ib., p. 183 (trad. ital. Cit. p.575).
[4] Ibidem.
[5] B.Pascal, Pensieri 267 Br.
[6] San Agust?n , Epist. 130,28 (PL 33, 505).
[7] S. Kierkegaard, Diario VIII A 11.
[8] Newman, op. cit., p. 262?? (trad. ital. cit., p. 640 s).
[9] B. Pascal, Pensieri, n.146 (ed. Br. N. 277).
[10] R. Otto, Das Heilige. ?ber das Irrationale in der Idee des G?ttlichen und seine Verh?ltnis zum Rationalem, 1917. ( Trad. ital. de E. Bonaiuti,? Il Sacro, Mil?n, Feltrinelli 1966).
[11] I. Kant, Critica della ragion pratica, Laterza, Bari, 1974, p. 197.
[12] F. Collins, The Language of God. A Scientist Presents Evidence for Belief, Free Press 2006, pp. 219 e 255.
[13] En Clemente Alejandrino, Stromati, 2, 9).
[14] F. Dostoevskij, Los Hermanos Karamazov, parte II, VI,
[15] Dionisio Areopagita, Nomi divini II,9 (PG 3, 648) ("pati? divina").
[16] Cf. Newman, ?Implicit and Explicit Reason?, en ?University Sermons, XIII, cit., pp. 251-277
[17] S. Gregorio Nacianceno, Carmi, XXIX (PG 37, 507).
[Traducci?n del italiano por Inma ?lvarez]
ZENIT? nos ofrece el discurso que el Papa Benedicto XVI dirigi?el viernes 17 de Diciembre de 2010?al nuevo embajador de Italia ante la Santa Sede, Francesco Maria Greco, al recibir de este sus Cartas Credenciales.
Se?or embajador,
estoy contento de acoger las Cartas con las que el presidente de la Rep?blica Italiana le acredita como Embajador Extraordinario y Plenipotenciario ante la Santa Sede. Al agradecerle por la nobles expresiones que me ha dirigido, mi pensamiento se extiende al Jefe de Estado, a las dem?s Autoridades y a todo el querido pueblo italiano. Continuamente tengo la ocasi?n de constatar qu? fuerte es la conciencia de los v?nculos particulares entre la Sede de Pedro e Italia, que encuentran expresi?n significativa tanto en la atenci?n que las autoridades civiles tienen por el Sucesor del Pr?ncipe de los Ap?stoles y por la Santa Sede, como en el afecto que la gente de Italia me demuestra con tanto entusiasmo aqu? en Roma y durante los viajes que realizo en el pa?s, como ha sucedido tambi?n recientemente con ocasi?n de mi visita a Palermo. Quisiera asegurar que mi oraci?n acompa?a de cerca las vicisitudes alegres y tristes de Italia, por la que pido al Dador de todo bien que le conserve el tesoro precioso de la fe cristiana y que le conceda los dones de la concordia y de la prosperidad.
En esta feliz circunstancia Le dirijo, con mi cordial bienvenida, un ferviente augurio por la comprometida misi?n que usted asume oficialmente hoy. De hecho, la Embajada de Italia ante la Santa Sede ? cuya prestigiosa sede, ligada tambi?n a la memoria de san Carlos Borromeo, pude visitar hace ya dos a?os ? constituye un importante punto de conexi?n para las relaciones de intensa colaboraci?n que existen entre la Santa Sede e Italia, no solo desde el punto de vista bilateral, sino tambi?n en el m?s amplio contexto de la vida internacional. Adem?s, la Representaci?n diplom?tica, cuya gu?a usted asume, ofrece una contribuci?n v?lida al desarrollo de relaciones armoniosas entre la comunidad civil y la eclesial en el pa?s, y presta tambi?n preciosos servicios al Cuerpo Diplom?tico acreditado ante la Santa Sede. Estoy seguro de que bajo su gu?a, esta intensa actividad proseguir? con renovado empuje, y ya desde ahora le expreso a usted y a sus colaboradores mi vivo reconocimiento.
Como usted ha recordado, han comenzado las celebraciones del 150? aniversario de la unidad de Italia, ocasi?n para una reflexi?n no s?lo de tipo conmemorativo, sino tambi?n de car?cter proyectual, muy oportuna en la dif?cil fase hist?rica actual, nacional e internacional. Estoy contento de que tambi?n los pastores y los diversos componentes de la comunidad eclesial est?n implicados activamente en la conmemoraci?n del proceso de unificaci?n de la Naci?n iniciado en 1861.
Ahora, uno de los aspectos m?s relevantes de ese largo, a veces fatigoso y controvertido, camino, que ha llevado a la actual fisionom?a del Estado italiano, est? constituido por la b?squeda de una correcta distinci?n y de formas justas de colaboraci?n entre la comunidad civil y la religiosa, exigencia tanto m?s sentida en un pa?s como Italia, cuya historia y cultura est?n tan profundamente marcadas por la Iglesia cat?lica y en cuya capital tiene su sede episcopal el Jefe visible de esta Comunidad, difundida en todo el mundo. Estas caracter?sticas, que desde hace siglos forman parte del patrimonio hist?rico y cultural de Italia no pueden ser negadas, olvidadas o marginadas; la experiencia de estos 150 a?os ense?a que cuando se ha intentado hacerlo, se han causado peligrosos desequilibrios y dolorosas fracturas en la vida social del pa?s.
A este respecto, vuestra Excelencia ha recordado oportunamente la importancia de los Pactos de Letr?n y del Acuerdo de Villa Madama, que fijan las coordenadas de un justo equilibrio de relaciones, del que se benefician tanto la Sede Apost?lica como el Estado y la Iglesia en Italia. De hecho, el Tratado de Letr?n, configurando el Estado de la Ciudad del Vaticano y previendo una serie de inmunidades personales y reales, ha puesto las condiciones para asegurar al Pont?fice y a la Santa Sede plena soberan?a e independencia, en tutela de su misi?n universal. A su vez, el Acuerdo de modificaci?n del Concordato mira fundamentalmente a garantizar el pleno ejercicio de la libertad religiosa, es decir, de ese derecho, que es hist?rica y objetivamente el primero entre los fundamentales de la persona humana. Es por ello de gran importancia observar y, al mismo tiempo, desarrollar la letra y el esp?ritu de esos Acuerdos y de los que derivan de ellos, recordando que ?stos han garantizado y pueden a?n garantizar una serena convivencia de la sociedad italiana.
Aquellos pactos internacionales no son expresi?n de una voluntad de la Iglesia o de la Santa Sede de obtener poder, privilegios o posiciones de ventaja econ?mica y social, ni con ellos se pretende sobrepasar el ?mbito que es propio de la misi?n asignada por el Divino Fundador a Su comunidad en la tierra. Al contrario, estos acuerdos tienen su fundamento en la justa voluntad por parte del Estado de garantizar a los individuos y a la Iglesia el pleno ejercicio de la libertad religiosa, derecho que tiene una dimensi?n no s?lo personal, pues ?la misma naturaleza social del hombre exige que ?ste manifieste externamente los actos internos de religi?n, que se comunique con otros en materia religiosa, que profese su religi?n de forma comunitaria" (CONC. VAT. II, Decl. Dignitatis humanae, 3). La libertad religiosa es, por tanto, un derecho, adem?s de individual, de la familia, de los grupos religiosos y de la Iglesia (cfr?ibid., 4-5.13), y el Estado est? llamado a tutelar no s?lo los derechos de los creyentes a la libertad de conciencia y de religi?n, sino tambi?n el papel leg?timo de la religi?n y de las comunidades religiosas en la esfera p?blica.
El recto ejercicio y el correspondiente reconocimiento de este derecho permiten a la sociedad valerse de los recursos morales y de la generosa actividad de los creyentes. Por esto no se puede pensar en conseguir el aut?ntico progreso social, recorriendo el camino de la marginaci?n o incluso del rechazo expl?cito del factor religioso, como en nuestros tiempos se tiende a hacer con diversas modalidades. Una de estas es, por ejemplo, el intento de eliminar de los lugares p?blicos la exposici?n de los s?mbolos religiosos, el primero de ellos el Crucifijo, que es ciertamente el emblema por excelencia de la fe cristiana, pero que, al mismo tiempo, habla a todos los hombres de buena voluntad y, como tal, no es factor que discrimina. Deseo expresar mi vivo aprecio al Gobierno italiano que a este respecto se ha movido en conformidad con una correcta visi?n de la laicidad y a la luz de su historia, cultura y tradici?n, encontrando en ello el apoyo positivo tambi?n de otras Naciones europeas.
Mientras en algunas sociedades hay intentos de marginar la dimensi?n religiosa, las noticias recientes nos dan testimonio de c?mo en nuestros d?as se llevan a cabo tambi?n abiertas violaciones de la libertad religiosa. Frente a esta dolorosa realidad, la sociedad italiana y sus Autoridades han demostrado una particular sensibilidad por la suerte de esas minor?as cristianas, que, con motivo de su fe, sufren violencias, son discriminadas o obligadas a una emigraci?n forzosa de su patria. Auguro que pueda crecer en todas partes la conciencia de esta problem?tica y que, en consecuencia, se intensifiquen los esfuerzos por ver realizado, en todas partes y por todos, el pleno respeto de la libertad religiosa. Estoy seguro de que al compromiso en este sentido por parte de la Santa Sede no faltar? el apoyo de Italia en el ?mbito internacional.
Se?or embajador, concluyendo mis reflexiones, deseo asegurarle que, en el cumplimiento de la alta misi?n a usted confiada, podr? contar con mi apoyo y el de mis colaboradores. Sobre todo invoco sobre estos comienzos la protecci?n de la Madre de Dios, tan amada y venerada en toda la Pen?nsula, y de los patronos de la naci?n, los santos Francisco de As?s y Catalina de Siena, y le imparto de coraz?n a usted, a su familia, a sus colaboradores y al querido pueblo italiano la Bendici?n Apost?lica.
[Traducci?n del original italiano por Inma ?lvarez
?Libreria Editrice Vaticana]
ZENIT publica el discurso pronunciado?el viernes, 17 de Diciembre de 2010, por Benedicto XVI al recibir en el Vaticano a los peregrinos de la di?cesis de Bolzano-Bressanone, con ocasi?n del regalo del ?rbol de Navidad que se colocar? en la Plaza de San Pedro.
?Queridos hermanos y hermanas!
?Queridos amigos!
Con alegr?a doy la bienvenida a todos aquellos que me hac?is entrega de vuestro hermoso ?rbol de Navidad procedente de Luson. Os saludo de todo coraz?n a todos, empezando por el obispo Karl Golser, a quien doy las gracias por las afectuosas palabras que me ha dirigido. Con ?l saludo a los sacerdotes, los religiosos, los consejos parroquiales y a todos los fieles de las ciudades, de las localidades y de los valles de vuestra bella tierra, que est? profundamente plasmada por la fe. Saludo al presidente de la provincia que comprende el Tirol del Sur y el alcalde de la ciudad de Bressanone. Le doy las gracias por las bellas palabras que me han dirigido y que me han transmitido verdaderamente la sensaci?n de estar en casa en el Sudtirolo y de estar rodeado y acompa?ado por su amistad.
Dirijo un saludo tambi?n a los representantes de la ciudad de Bressanone y del municipio de Luson, del c?rculo de los Sch?tzen de Bressanone y de la comunidad de distrito de Valle Isarco. Dirijo un particular Gr?? Gott al alcalde de Natz-Schabs, que me otorgar? la ciudadan?a honoraria, en recuerdo de mi amada abuela por parte de madre, que naci? en Raas, una fracci?n de este municipio. ?Dirijo un cordial Vergelt's Gott por este grato signo de vuestro afecto! En mi saludo incluyo tambi?n a todos los dem?s representantes de la vida p?blica adem?s de a todos vosotros, que con los trajes tradicionales, la sugestiva m?sica y las especialidades regionales hab?is venido a Roma para dar a conocer las tradiciones de vuestra espl?ndida tierra.
S? que este particular acontecimiento ha despertado inter?s y ha implicado a toda la poblaci?n de la regi?n. Sobre todo, como he sabido, las mujeres de Bressanone han trabajado en la preparaci?n de las estrellas de paja que son decoraciones navide?as t?picas del ?rea de lengua alemana. Os doy las gracias a todos vosotros por el regalo particular de este abeto rojo as? como por todos los dem?s ?rboles de Navidad, que decorar?n el Palacio Apost?lico y el ?rea del Vaticano y que me hacen tambi?n sentir la presencia del Tirol del Sur en mi apartamento. Que esta generosa iniciativa exhorte a todos los habitantes del Sudtirolo a dar testimonio en el propio ambiente de los valores de la vida, del amor y de la paz que cada a?o nos encomienda la Navidad.
Este a?o el abeto de la plaza de San Pedro procede de la pintoresca Luson, no lejana del Sass de Putia, sobre los inmensos Dolomitas. La belleza extraordinaria de este paisaje nos invita a reconocer la grandeza de nuestro Creador, cuyo amor resplandece de modo incesante en su obra maravillosa de la naturaleza, para iluminar tambi?n el coraz?n del hombre y colmarlo de paz y de alegr?a.
Esta noche, al t?rmino de la ceremonia de entrega oficial, en presencia del cardenal Giovanni Lajolo, presidente de la Gobernaci?n, se encender?n las luces que adornan el abeto. Este, recogido a una altitud de casi 1.500 metros y cortado sin provocar da?o a la vida del bosque, quedar? junto al bel?n hasta el final de las fiestas navide?as, y ser? admirado por los numerosos peregrinos y turistas procedentes de todas partes del mundo, como s?mbolo significativo de la luce que Cristo, con su nacimiento, ha tra?do a la humanidad. ?l, el Mes?as, se hizo hombre y vino en medio de nosotros, para disipar las tinieblas del error y del pecado, realizando ?de modo insuperable la condescendencia de Dios? (Exhort. Ap. Verbum Domini, 11). Tener fe en ?l significa acoger en uno mismo la luz que es Cristo Jes?s.
El ?rbol de Navidad enriquece el valor simb?lico del bel?n, que es un mensaje de fraternidad y de amistad; una invitaci?n a la unidad y a la paz; una invitaci?n a dejar sitio, en nuestra vida y en la sociedad, a Dios, el cual nos ofrece su amor omnipotente a trav?s de la fr?gil figura de un Ni?o, porque quiere que respondamos libremente a su amor con nuestro amor. El bel?n y el ?rbol traen por tanto un mensaje de esperanza y de amor, y ayudan a crear el clima propicio para vivir en la justa dimensi?n espiritual y religiosa el misterio del nacimiento del Redentor.
Queridos amigos, de coraz?n auguro a todos los presentes y a vuestros paisanos una Navidad de recogimiento y de tranquilidad. Os aseguro que junto al Bel?n rezar? por vosotros, por vuestras familias y por todas las personas en vuestra regi?n y os imparto a todos la bendici?n apost?lica.
?A todos una Santa Navidad!
[Traducci?n del original italiana por Inma ?lvarez
Publicado en la edici?n de L'Osservatore Romano del 18 de diciembre de 2010]
Reflexi?n sobre las lecturas del domingo del Bautismo del Se?or - A, ofrecida por el sacerdote Don Juan Manuel P?rez Pi?ero bajo el t?tulo "ECOS DEL D?A DEL SE?OR".
ECOS DEL DIA DEL SE?OR
Fiesta del Bautismo del Se?or
?Y ahora qu? hacemos?
Es la pregunta que surge, espont?neamente, al darnos cuenta de que con esta Fiesta del Bautismo del Se?or, se termina el Tiempo de Navidad?
?Y Ahora, qu?? ?A qu? nos dedicamos ahora? ?Hasta que llegue la Cuaresma, qu? hacemos?
La Fiesta que celebramos hoy nos da la respuesta: Porque el Bautismo del Se?or se?ala el comienzo de su Vida P?blica. En estos d?as que siguen, el Evangelio de cada d?a, ?nos ir? presentando sus primeras palabras, sus primeros disc?pulos, sus primeros milagros, sus primeros pasos?
En la primera Lectura, hemos escuchado: ?Mirad mi siervo a quien sostengo, mi elegido a quien prefiero?? De eso se trata, de centrarnos en el Se?or? Salimos, por tanto, de la Navidad,? fijando nuestros ojos y nuestro coraz?n en Jesucristo que inicia su Vida P?blica?
Esta Fiesta nos viene muy bien como punto de partida?
El Evangelio nos presenta a Jesucristo, que quiere recibir aquel bautismo de purificaci?n con el que Juan preparaba al pueblo para que recibiera, bien dispuesto, al Mes?as?
Jes?s baja al agua del Jord?n llevando sobre sus hombros los pecados de toda de la Humanidad?, hasta el fin de los siglos? Y con este hecho, consagra las aguas que, ser?n desde ahora, signo de la vida nueva, que se recibe en el Bautismo cristiano.
Y con ocasi?n del Bautismo, se produce una gran revelaci?n? ?Por eso forma parte, como dec?amos el otro d?a, de las Fiestas de la Epifan?a. En efecto, se abri? el Cielo, nos dice el Evangelio, y ?Esp?ritu Santo desciende sobre El y lo consagra para la misi?n que iba a comenzar, por mandato del Padre, y que ?????S. Pedro sintetiza en la 2? Lectura, diciendo: ?Pas? haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con El?.
Y se oye la voz del Padre, que lo presenta a su pueblo elegido como aquel, que esperaban ansiosamente: ?Este es mi Hijo, el amado, mi predilecto?. Y en medio de todo, contempla-mos a las tres Personas de la Sant?sima Trinidad, que Juan contempla el primero, en la vera del Jord?n: ?Voz y Paloma en los cielos, y al Verbo eterno a sus pies?. (Him. V?speras)
Es tan importante este acontecimiento, esta Unci?n del Esp?ritu, que de aqu?? deriva el nombre principal, con el que conocemos a Jesucristo: ?El Ungido?,? que en hebreo, se dice ?Mes?as?,? y en griego, ?Cristo?.
Y de Cristo, ?cristianos?, que significa los ?ungidos?.
?Qu? importante es todo esto!?
Jesucristo viene, en efecto, a traernos el nuevo Bautismo, el Bautismo de los cristianos? ?El os bautizar? con Esp?ritu Santo y fuego?, anunciaba ?Juan, el Precursor.
Es el Esp?ritu Santo el que viene a nosotros en el sacramento del Bautismo, para realizar la obra asombrosa de purificarnos de todo pecado (el fuego) ?y llenarnos de la vida divina? Y esta acci?n de Dios en nosotros se ir? acrecentando, a lo largo de la vida, con la Confirmaci?n y los dem?s sacramentos.
Como Jesucristo, los cristianos somos los hombres y mujeres del Esp?ritu. Ya lo contemplaremos de nuevo as?, el pr?ximo Domingo.
Los santos Padres sintetizaban el ?Misterio de la Navidad?, diciendo que el Hijo de Dios se hizo hombre, para hacer al hombre hijo de Dios.
Por eso hoy, al terminar la Navidad, es un d?a muy apropiado para renovar, es decir, revivir, nuestro Bautismo en Cristo, por el Esp?ritu Santo, que nos hace clamar: ?Abb?, Padre.
Es tambi?n un d?a apropiado para reflexionar sobre el Bautismo de los ni?os, reci?n nacidos, y la responsabilidad de los padres y padrinos.
No podemos olvidar que, en el momento del Bautismo de los ni?os, se produce un pacto sagrado entre el sacerdote (Cristo, la Iglesia) y los padres y padrinos: Para que el ni?o pueda ser bautizado l?citamente, se necesita el compromiso de los padres y padrinos de educar al ni?o como cristiano, siempre. Sin una garant?a fundada, no se puede administrar el Bautismo, hay que dejarlo, ?diferirlo? hasta que cambie la situaci?n? Y si se bautiza en esas condiciones, el Bautismo es v?lido, pero il?cito. (C.D.C., canon, 806, 2?).
?Cu?nta seriedad, cu?nta importancia y gravedad tiene este compromiso y qu? negativos sus efectos, cuando no se cumple..! ?Dichosos los ni?os cristianos que tienen unos padres y padrinos que s? lo hacen?!
Dec?a el Papa Juan Pablo II, en un d?a como ?ste, en el Bautismo de unos ni?os: ?En un futuro, cuando est?n capacitados para comprender, ellos mismos deber?n realizar, de manera personal y libre, un camino espiritual que los llevar?, con la gracia de Dios, a confirmar, en el sacramento de de la Confirmaci?n, el don que hoy reciben?.
???????? Cu?ntas cosas podr?amos seguir comentando, pero no hay tiempo de m?s?
???????? Renovado nuestro Bautismo al salir de la Navidad, estamos en la mejor disposici?n, para acompa?ar a Jesucristo por los senderos de su Vida P?blica, en orden a un conocimiento y a un seguimiento cada vez mejor? Entonces, ?todo lo dem?s vendr? por a?adidura?.Y se har? realidad en nuestra vida,? lo que? proclamamos hoy en el salmo responsorial: "El Se?or bendice a su pueblo con la paz".
ZENIT? publica el comentario al Evangelio del pr?ximo domingo,?Bautismo del Se?or (Mateo3,13-17),?redactado por monse?or Jes?s Sanz Montes, ofm, arzobispo de Oviedo.?
Evangelio del domingo: Como el ?ltimo, saber vivir desde Otro?
La fiesta de la Epifan?a, es la fiesta de la manifestaci?n de Jes?s ante aquellos sabios de Oriente que siguiendo la estrella vinieron a adorarle. El domingo siguiente a la Epifan?a celebramos la fiesta del Bautismo del Se?or, que es como una segunda manifestaci?n de aquel Ni?o encarnado en nuestra historia, de aquella Palabra acampada en nuestros mutismos. Han pasado casi treinta a?os de escondimiento desapercibido en Nazaret como uno de tantos. El bautismo de Jes?s concluye esa fase del Se?or en la que se asemej? completamente a nosotros.
Jes?s no es un enviado de Dios que acorrala, un mensajero que se ensa?a con los indignos de la luz y de la gracia del Padre, sino alguien que viene a restablecer el latir de los corazones acabados. Y para ello, se pondr? el ?ltimo de la fila como uno de tantos, fingiendo amorosamente una necesidad que no ten?a, abrazando extremosamente un pecado que no le pertenec?a. Era el abrazo a una humanidad concreta, buscadora de una felicidad que no consegu?a encontrar, la humanidad fr?gil y pecadora por la que ?l vino, a la que am? hasta el extremo, por la que dar? su propia vida.
Este Jes?s manifestado as? humildemente, es reconocido en el escenario del Jord?n por Juan el Bautista. Era un escenario doliente de tantos dramas, junto a unas aguas ba?adas por l?grimas de arrepentimiento y deseo de perd?n. All? estaba ?l, el justo, el santo, Dios mismo en ?l manifestado.
As?, sin concesiones ni componendas, un Jes?s que naci? como naci? en Bel?n, que vivi? como vivi? en Nazaret, quiere ahora seguir su itinerario y su misi?n desde la ?nica raz?n de toda su existencia: hacer la voluntad de Dios, vivir desde Otro, sin fraude ni traici?n. No lo que le apetece, lo que se?alan los sondeos al uso, o lo que dictan las conveniencias pol?ticas... sino lo que quiere Dios, lo que el Otro, el Padre, ha dise?ado como designio de amor y de salvaci?n.
Nuestra postura ante tantas cosas debe beber y debe vivir en la que hemos aprendido de Jes?s: dejar que nuestra vida sea vivida desde Otro, realizando el dise?o y el designio de ese Otro, del Padre Dios, para que como Jes?s tambi?n seamos hijos, y amados y predilectos, y para que el Esp?ritu se pose en nosotros y nosotros a nuestra vez podamos re-crear tantas cosas.
No es nuestra obra, sino la del Esp?ritu en nosotros, que pos?ndose en nuestra vida como aquel d?a junto al Jord?n, hace nuevas todas las cosas al hacernos hijos, amados y predilectos de Dios.
ZENIT ? nos ofrece la homil?a que el Papa Benedicto XVI pronunci?el jueves 16 de Diciembre de 2010 por la tarde, durante la celebraci?n de las V?speras de preparaci?n a la Navidad con los universitarios de Roma, en la Bas?lica de San Pedro.
"Tened paciencia, hermanos, hasta que llegue el Se?or" (Santiago 5,7).
Con estas palabras el ap?stol Santiago nos ha introducido en el camino de preparaci?n inmediata a la Santa Navidad, que en esta Liturgia vespertina, tengo la alegr?a de empezar con vosotros, queridos estudiantes e ilustres docentes de las universidades de Roma. Dirijo a todos mi saludo cordial, en particular al consistente grupo de aquellos que se preparan a recibir la Confirmaci?n, y expreso mi vivo aprecio por el empe?o que pon?is en la animaci?n cristiana de la cultura de nuestra ciudad. Agradezco al rector magn?fico de la Universidad de Roma Tor Vergata, el profesor Renato Lauro, las palabras de augurio que me ha dirigido en nombre de todos. Dirijo un saludo especial y deferente al cardenal vicario y a las diversas autoridades acad?micas e institucionales.
La invitaci?n del ap?stol nos indica el camino que lleva a Bel?n liberando nuestro coraz?n de todo fermento de impaciencia y de falsa espera, que puede anidarse siempre en nosotros, si olvidamos que Dios ya ha venido, est? ya actuando en nuestra historia personal y comunitaria y pide ser acogido. El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob se ha revelado, ha mostrado su rostro y ha tomado morada en nuestra carne, en Jes?s, hijo de Mar?a - verdadero Dios y verdadero hombre - a quien encontraremos en la Gruta de Bel?n. Volver all?, a ese lugar humilde y estrecho, no es un simple itinerario ideal: es el camino que estamos llamados a recorrer experimentando en el hoy la cercan?a de Dios y su acci?n que renueva y sostiene nuestra existencia. La paciencia y la constancia cristiana - de la que habla Santiago - no son sin?nimo de apat?a o de resignaci?n, sino que son virtudes de quien sabe que puede y debe construir no sobre arena, sino sobre roca; virtud de quien sabe respetar los tiempos y las formas de la condici?n humana y, por ello, evita ofuscar las expectativas m?s profundas del alma con esperanzas ut?picas o fugaces, que luego decepcionan.
"Mirad c?mo el sembrador espera el fruto precioso de la tierra" (Santiago 5,7). Queridos amigos, a nosotros, inmersos en una sociedad cada vez m?s din?mica, puede sonar sorprendente esta invitaci?n que hace referencia al mundo rural, al ritmo de los tiempos de la naturaleza. Pero la comparaci?n elegida por el Ap?stol nos llama a dirigir la mirada al verdadero y ?nico "agricultor", el Dios de Jesucristo, a su misterio m?s profundo que se ha revelado en la Encarnaci?n del Hijo. De hecho, el Creador de todas las cosas no es un d?spota que ordena e interviene con poder en la historia, sino m?s bien es como el agricultor que siembra, hace crecer y dar fruto. Tambi?n el hombre puede ser, con ?l, un buen agricultor, que ama la historia y la construye en profundidad, reconociendo y contribuyendo a hacer crecer las semillas del bien que el Se?or ha dado. Vayamos por tanto tambi?n nosotros hacia Bel?n con la mirada dirigida al Dios paciente y fiel que sabe esperar, que sabe pararse, que sabe respetar los tiempos de nuestra existencia. Ese Ni?o que encontraremos es la manifestaci?n plena del misterio del amor de Dios que ama dando la vida, que ama de modo desinteresado, que nos ense?a a amar y s?lo pide ser amado.
"Reanimad vuestros corazones". El camino hacia la Gruta de Bel?n es un itinerario de liberaci?n interior, una experiencia de libertad profunda, pues nos lleva a salir de nosotros mismo y a encaminarnos hacia Dios, que se acerc? a nosotros, que reanima nuestros corazones con su presencia y con su amor gratuito, que nos precede y nos acompa?a en nuestras opciones diarias, que nos habla en lo secreto del coraz?n y en las Sagradas Escrituras. ?l quiere infundir valent?a a nuestra vida, especialmente en los momentos en los que nos sentimos cansados y agobiados y en los que tenemos necesidad de volver a encontrar la serenidad en el camino y de sentirnos con alegr?a peregrinos hacia la eternidad.
"La venida del Se?or est? cerca". Es el anuncio que llena de emoci?n y de maravilla esta celebraci?n, y que hace que nuestro paso se apresure hacia la Gruta. El Ni?o, a quien encontraremos entre Mar?a y Jos?, es el ?Logos-Amor, la Palabra que puede dar consistencia plena a nuestra vida. Dios nos ha abierto los tesoros de su profundo silencio y con su Palabra se nos ha comunicado. En Bel?n el hoy perenne de Dios toca nuestro tiempo pasajero, que recibe orientaci?n y luz para el camino de la vida.
Queridos amigos de las universidades de Roma: el Verbo Encarnado os pide a vosotros, que recorr?is el camino fascinante y comprometedor de la b?squeda y de la elaboraci?n cultural, que compart?is con ?l la paciencia para "construir". ?Construir la existencia propia, construir la sociedad, no es una obra que puedan realizar mentes y corazones distra?dos y superficiales. Se requiere una profunda acci?n educativa y un continuo discernimiento que deben involucrar a toda la comunidad acad?mica, favoreciendo esa s?ntesis entre formaci?n intelectual, disciplina moral y compromiso religioso que el beato John Henry Newman hab?a propuesto en su "Idea de Universidad". En nuestros tiempos se siente la necesidad de una nueva clase de intelectuales capaces de interpretar las din?micas sociales y culturales que no ofrezcan soluciones abstractas, sino concretas y realistas. La Universidad est? llamada a desempe?ar este papel insustituible y la Iglesia la sostiene con convicci?n de manera concreta.
La Iglesia de Roma, en particular, est? comprometida desde hace muchos a?os en apoyar la vocaci?n de la Universidad y en servirla con la contribuci?n sencilla y discreta de tantos sacerdotes que trabajan en las capellan?as y en las realidades eclesiales. Quisiera expresar mi aprecio al cardenal vicario y a sus colaboradores por el programa de pastoral universitaria que, este a?o, en sinton?a con el proyecto diocesano, ha sido sintetizado acertadamente con el tema: "Ite, missa est... en el patio de los gentiles". El saludo al final de la celebraci?n eucar?stica, "Ite, missa est", invita a todos a ser testigos de esa caridad que transforma la vida del hombre y de este modo injerta en la sociedad el germen de la civilizaci?n del amor. Vuestro programa de ofrecer a la ciudad de Roma una cultura al servicio del desarrollo integral de la persona humana, como he indicado en la enc?clica ?Caritas in veritate, es un ejemplo concreto de vuestro compromiso para promover comunidades acad?micas en las que se madura y ejerce lo que Giovanni Battista Montini, cuando era asistente de la Federaci?n Universitaria Cat?lica Italiana (FUCI), llamaba "la caridad intelectual".
La comunidad universitaria romana, con su riqueza de instituciones estatales, privadas, cat?licas y pontificias, est? llamada a una tarea hist?rica notable: la de superar prejuicios que en ocasiones impiden el desarrollo de una cultura aut?ntica. Trabajando con sinergias, en particular con las facultades teol?gicas, las universidades romanas pueden indicar que es posible un nuevo di?logo y una nueva colaboraci?n entre fe cristiana y los diferentes saberes, sin confusi?n ni separaci?n, sino compartiendo la misma aspiraci?n a servir al hombre en su plenitud. Deseo que el pr?ximo simposio internacional sobre el tema "La universidad y el desarrollo de los saberes: ?hacia d?nde va el futuro?" pueda constituir una etapa significativa en este camino renovado de investigaci?n y empe?o. Desde esta perspectiva, deseo alentar tambi?n las iniciativas promovidas por la direcci?n general de la Cooperaci?n al Desarrollo del Ministerio de Asuntos Exteriores de Italia, involucrando a universidades de todos los continentes, incluyendo tambi?n a las de Oriente Medio, representadas aqu? por algunos rectores.
Queridos j?venes universitarios: ha resonado en esta asamblea el recuerdo de la Cruz de las Jornadas Mundiales de la Juventud. Al final de la celebraci?n, la delegaci?n universitaria africana entregar? el icono de Mar?aSedes Sapientiae?[Trono de Sabidur?a] a la delegaci?n universitaria espa?ola. Comenzar? as? la peregrinaci?n de esta imagen mariana por todas las universidades de Espa?a, un signo que nos orienta hacia el encuentro del pr?ximo mes de agosto en Madrid. Es muy importante la presencia de j?venes universitarios preparados, que desean comunicar a sus coet?neos la fecundidad de la fe cristiana no s?lo en Europa, sino en todo el mundo. Con Mar?a, que nos precede en nuestro camino de preparaci?n, os doy cita en Madrid y conf?o mucho en vuestro generoso y creativo compromiso. A ella, Sedes Sapientiae, encomiendo a toda la comunidad universitaria romana. Con ella, dispong?monos a encontrar al Ni?o en la Gruta de Bel?n: ?es el Se?or que viene por nosotros! Am?n.
[Traducci?n del original italiano realizado por Inma ?lvarez y Jes?s Colina
?Libreria Editrice Vatiana]
Homil?a de monse?or Antonio Marino, obispo auxiliar de La Plata, en la solemnidad de la Inmaculada Concepci?n de la Sant?sima Virgen Mar?a (Iglesia del Seminario, 8 de diciembre de 2010). (AICA)
?SUBLIME IMAGEN M?STICA DE LAS BODAS DE LA IGLESIA CON CRISTO?????????
La solemnidad de la Concepci?n Inmaculada de la Sant?sima Virgen Mar?a nos llena el alma de alegr?a espiritual, al contemplar con los ojos de la fe la ?graciosa belleza? con que el Dios uno y trino ha querido dotar, desde el primer instante, la existencia de esta criatura, humilde y sublime a la vez, ?predestinada desde toda la eternidad como Madre de Dios juntamente con la encarnaci?n del Verbo?, como nos dice la Constituci?n Lumen gentium (LG 61).
La fe de la Iglesia Cat?lica confiesa que Mar?a no s?lo no ha cometido nunca ning?n pecado, sino que incluso ha sido preservada de la herencia com?n de todo el g?nero humano, que es el pecado original. Esto se vincula con su vocaci?n de ser la Madre del Redentor. De este modo, la misma gracia de su Hijo, que en todos los tiempos, por obra del Esp?ritu, salva y redime a los hombres, actu? en ella de la forma m?s radical posible: no purific?ndola de la herencia del pecado, como a nosotros, sino preserv?ndola de contraerlo.
El Esp?ritu Santo que Jes?s nos dej?, fue conduciendo a la Iglesia a la comprensi?n cada vez m?s profunda y expl?cita del lugar que la Madre de Cristo ocupa en la obra de nuestra redenci?n, y de las prerrogativas de gracia con que, en orden a esa misi?n, quiso Dios dotarla, a fin de ser para su Hijo ?compa?era singularmente generosa entre todas las dem?s criaturas y humilde esclava del Se?or? (LG 61).
Bajo la acci?n suave e iluminante del Esp?ritu, ya desde el siglo II los Padres de la Iglesia otorgaron a la Madre de Jes?s el t?tulo de ?nueva Eva?, virtualmente contenido en las Sagradas Escrituras (cf. Jn 2,4; 19,26) y con el paso del tiempo se detendr?n en el significado del saludo del ?ngel en la Anunciaci?n, quien la llama ?llena de gracia? (Lc 1,28).
Antes de ser objeto de especulaci?n teol?gica, ella fue ocupando un lugar de privilegio en la mente y el coraz?n de los fieles y de los pastores, quienes primero entender?n su ?ntima asociaci?n a Cristo en la obra de nuestra redenci?n y luego, m?s lenta y laboriosamente, los efectos que sobre ella misma produjo la gracia redentora de su Hijo.
Antes que el concepto est? la vida. Por eso, la experiencia interior de las realidades sobrenaturales se anticip? al razonamiento. Antes que la f?rmula dogm?tica estuvo la intuici?n de la fe. No esper? la Iglesia diecinueve siglos para celebrar la plenitud de gracia de Mar?a. Lo sab?a desde siempre, aunque este saber encontrar? su expresi?n conceptual m?s acabada s?lo con un fatigoso esfuerzo de siglos. La percepci?n de su deslumbrante belleza y del fulgor de su santidad aconteci? antes que el discurso intelectual. El amor y la alabanza se anticiparon a la comprensi?n teol?gica. El canto jubiloso de la Iglesia estuvo primero, la palabra exacta vino despu?s.
Ella hizo las delicias de la contemplaci?n de los fieles y, en clima de alabanza a la Trinidad y a su obra salvadora, ser? llamada en oriente ?toda santa?, panag?a. Por doquier la Iglesia, en lenguaje despojado de tecnicismo, comenzar? a celebrar en ella una santidad que se remonta a los or?genes de su existencia. Se trataba de celebrar a aquella a quien el Esp?ritu Santo preparaba desde el principio para ser la digna Madre de Dios, morada sant?sima del Hijo eterno, su m?stica esposa y compa?era asociada a su obra salvadora.
Si nos propusi?ramos hacer un elenco de los textos de la tradici?n eclesial sobre la santidad intacta de la Madre de Dios, escuchar?amos un extenso himno de alabanza incomparable a lo largo de los siglos, desde oriente a occidente. Para nuestra com?n edificaci?n me complazco en espigar algunos, seleccionados casi al azar. Es parte de nuestro homenaje hacia la Pur?sima hacer resonar en este d?a la voz de la Tradici?n.
En occidente, a finales del siglo IV y comienzos del V, San M?ximo de Tur?n, en una homil?a sobre la Navidad del Se?or, hablar? de la ?gracia original? de Mar?a (ML 57,235). El patriarca San Proclo de Constantinopla, en el siglo V la saludaba con estas palabras: ?Santuario de impecabilidad, templo santificado por Dios, para?so verdeante e incorruptible? (Hom.). En Palestina, hacia fines del siglo VI, el obispo Teotecno de Livias, afirmaba: ?Nace como los querubines, aquella que es de una arcilla pura e inmaculada?. Entre el siglo VII y el VIII San Andr?s de Creta dir? que estuvo ?dotada del don de la primera creaci?n de parte de Dios? (MG 97,812).
La gran familiaridad con las Escrituras, pronto llev? a los Padres a decir de Mar?a lo que San Pablo dice de la Iglesia, esposa santa e inmaculada (cf. Ef 5,27). En una homil?a sobre la Anunciaci?n, San Gregorio de Nisa en el siglo IV exclamaba: ??Salve, por tanto, llena de gracia! Eres grata a aquel que te ha creado (?). Eres grata a quien goza de la belleza de las almas; has encontrado un esposo que custodia y no corrompe tu virginidad; has encontrado un esposo que, con gran amor, ha querido convertirse en tu hijo?.
Entre el siglo IV y el V, San Paulino de Nola se expresaba en forma an?loga: ??Sublime imagen m?stica de las bodas de la Iglesia con Cristo! Tambi?n ella es hermana del Se?or y esposa cari?osa. Como madre recibe la semilla de la Palabra eterna, lleva al pueblo en su seno y lo conduce a la luz. La esposa que nadie ha tocado, permanece verdaderamente hermana en el amor; su abrazo es el Esp?ritu, porque quien la ama es Dios?.
Eco de la misma tradici?n, en el Prefacio de la Misa de hoy oiremos decir de Mar?a que es ?comienzo e imagen de la Iglesia, esposa de Cristo, llena de juventud y de limpia hermosura?. Esta mujer ?plasmada y hecha una nueva creatura por el Esp?ritu Santo? ha sido dotada de este resplandor de santidad en orden a colaborar ?ntimamente con Cristo abrazando ?de todo coraz?n y sin entorpecimiento de pecado alguno la voluntad salv?fica de Dios? (LG 56).
Una hermosa oraci?n del ?mbito de la Iglesia de Ravena, entre los siglos IV y V, celebra a Mar?a como morada o templo de Dios por su papel en la Encarnaci?n: ?Oh Dios, majestad eterna, tu inexpresable Palabra anunciada por el ?ngel fue acogida y la Virgen inmaculada se convirti? en habitaci?n del Dios viviente, llena de la luz del Esp?ritu Santo? (Rollo de Ravena).
Citemos, por ?ltimo, la divina liturgia llamada de San Basilio, donde el oriente bizantino eleva esta plegaria, despu?s de la consagraci?n y de la ep?clesis: ?En ti se alegra, oh llena de gracia, toda la creaci?n, el coro de los ?ngeles y el g?nero humano; en ti, templo santificado y para?so racional, gloria de la virginidad de la que Dios tom? carne y se hizo ni?o, aquel que es nuestro Dios antes de los siglos. ?l form? tu vientre e hizo de ?l su trono, lo ha hecho m?s amplio que los cielos?.
A la luz de estos testimonios, se entiende mejor la oraci?n inicial de esta Misa de la Inmaculada, redactada en el siglo XV: ?Dios nuestro que por la Concepci?n Inmaculada de la Virgen Mar?a preservada de todo pecado, preparaste a tu Hijo una digna morada en atenci?n a los m?ritos de la muerte redentora de Cristo??. Esto significa que el misterio de la Inmaculada consiste en poner los cimientos de un templo o morada magn?fica donde habitar? Cristo. Por eso, la Iglesia en este d?a celebra tambi?n su propio misterio, conforme a las palabras del Ap?stol: ?En ?l, tambi?n ustedes son incorporados al edificio, para llegar a ser una morada de Dios en el Esp?ritu? (Ef 2,22).
Nueva Eva, m?stica esposa y, a la vez, madre y compa?era inseparable del Redentor, digna morada o templo sant?simo del Hijo de Dios, figuran entre los principales t?tulos con que la liturgia celebra hoy a la Madre de Cristo en las oraciones, lecturas b?blicas y el Prefacio de la Misa. Son estas alabanzas las que fueron preparando el paso de la invocaci?n a Mar?a como Virgen inmaculada a la proclamaci?n de la Inmaculada Concepci?n de la Virgen Mar?a.
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Al contemplarla en la plenitud de su gracia, nos dejamos fascinar por aquella que ?brilla como signo de segura esperanza y consolaci?n para el pueblo de Dios en camino? (LG 68).
De su contemplaci?n sacamos fuerzas para iluminar la realidad de nuestro mundo. El contraste no puede ser mayor cuando pensamos en tantos j?venes que en nuestra sociedad viven envueltos en permanentes mensajes que orientan hacia modelos de vida que no pueden dar lo que prometen, con el resultado del vac?o y la p?rdida del sentido de la vida. No s?lo los j?venes, sino los adolescentes y hasta los ni?os, son hoy con frecuencia v?ctimas de una activa propaganda que corrompe la verdadera concepci?n del amor y profana el cuerpo, templo del Esp?ritu.
Frente a esto, la belleza inmaculada de nuestra Madre es garant?a de que la gracia es m?s potente que el pecado y nos autoriza a esperar la redenci?n de cualquier esclavitud. No se libera el hombre por su propio esfuerzo, sino correspondiendo a la gracia de Cristo, que nos precede y acompa?a.
Pensamos tambi?n hoy en las luchas de nuestra Iglesia, que siente la desproporci?n de sus fuerzas ante la magnitud de los desaf?os culturales del momento. La Inmaculada nos invita a entrar en su misma l?gica de peque?ez y gratuidad, de asociaci?n ?ntima a su Hijo sin m?s armas que la fe y los valores del Evangelio. En la Virgen Inmaculada, la Iglesia se mira como en un espejo y se deja reformar sin cesar seg?n su imagen.
Como disc?pulos y misioneros de Jesucristo, no podemos ser ajenos a las esperanzas, crisis y angustias de nuestra patria. Diversos debates p?blicos sobre temas esenciales para la dignidad del hombre, reclaman de los hijos de la Iglesia gran claridad de ideas, fortaleza y mansedumbre en el testimonio, y una invencible esperanza en la victoria final de la verdad y del amor, en el tiempo fijado por Dios.
A igual distancia del desaliento humano y de un f?cil triunfalismo, sabemos que la palabra final de la historia consiste en el triunfo de Cristo nuevo Ad?n, quien asocia a Mar?a nueva Eva. En ellos se revela el misterio de la Iglesia, como primicia de la humanidad redimida.
Hacia el t?rmino de las actividades comunes del Seminario durante este a?o, ponemos en su coraz?n inmaculado las alegr?as y logros, las dificultades y tristezas de la labor realizada, con la esperanza de que se transformen en semillas del Reino de su Hijo.
Cerramos esta meditaci?n en honor de la Virgen cediendo la palabra a la poes?a de un c?lebre himno bizantino: ?Salve, oh tienda del Verbo divino;/ Salve, m?s grande que el grande santuario./ Salve, oh arca que el Esp?ritu dora;/ Salve, tesoro inexhausto de vida? (Ak?thistos, estr.23).?
Mons. Antonio Marino, obispo auxiliar de La Plata?
Homil?a de monse?or Miguel Esteban Hesayne, obispo em?rito de Viedma para el 3? domingo de Adviento (12 de diciembre de 2010). (AICA)
CAT?LICOS? Y LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA???????????
Demos gracias a Dios que, actualmente la Doctrina Social de la Iglesia vuelve a ser tema de reflexi?n para la feligres?a cat?lica. A mediados del siglo pasado, en todos los cuadros de la Acci?n Cat?lica floreciente, fue tema de estudio para adolescentes, j?venes y adultos.
En las ?ltimas d?cadas del siglo XX, no obstante Enc?clicas Sociales de cuatro Papas, en algunos sectores cat?licos, se la silenci? y hasta en peque?os grupos se la sospech? con cierta peligrosidad para la paz social? Fue la influencia de la Ideolog?a de la Seguridad Nacional que se infiltr?, en forma funesta, en algunos sectores de la Iglesia Cat?lica.
Hoy, con la animaci?n de no pocos pastores est? llegando el eco social-pol?tico del Evangelio a vastos sectores de la feligres?a cat?lica. Es auspiciosa la programaci?n del primer Congreso Nacional sobre la Doctrina Social de la Iglesia, abierto al Pueblo de Dios, organizado por el Episcopado Argentino. Sin embargo, quedar?a como hasta ahora, en una simple y ut?pica teor?a, si la Doctrina Social Cat?lica no llega a consider?rsela como concreci?n del Mandato divino de amarnos los unos a otros como hermanos e hijos de un mismo Padre-Dios; si su cumplimiento no es exigido como condici?n para acercarse con la debida preparaci?n a la Comuni?n Sacramental Eucar?stica.
Porque no se la estudia para enfrentar otras ideolog?as sociales-pol?ticas vigentes, sino para cumplirla desde la opci?n de Fe por Jes?s y su Evangelio. Y en consecuencia para ofrecerla como la opci?n v?lida y eficaz de una s?lida Paz social-pol?tica de la Sociedad Humana. Porque el proyecto del Dios de Jesucristo, en quien y a quien creemos los cristianos, es el de una sociedad fraterna por una justa solidaridad. Tal es as?, que el conocimiento de la Doctrina Social de la Iglesia es imprescindible para la vivencia y misi?n de la Fe Cat?lica.
Por eso, el Documento de Aparecida, desde su comienzo y en numerosos cap?tulos, la presenta como parte integrante de la catequesis cristiana para el cumplimiento de la misi?n personal del disc?pulo de Jesucristo. ?Amor a Dios y amor al pr?jimo se funden entre s?: en el m?s humilde encontramos a Jes?s mismo y en Jes?s encontramos a Dios? (Deus caritas est, 15). Por lo mismo, ser? tambi?n necesaria una catequesis social y una adecuada formaci?n en la doctrina social de la Iglesia, siendo muy ?til para ello el Compendio de la doctrina social de la Iglesia. La vida cristiana no se expresa solamente en las virtudes personales, sino tambi?n en las virtudes sociales y pol?ticas?. A rengl?n seguido, reafirmando la integralidad de la dimensi?n social-pol?tica en el mensaje cristiano, a?ade: ?El disc?pulo, fundamentado as? en la roca de la Palabra de Dios, se siente impulsado a llevar la buena nueva de la salvaci?n a sus hermanos. Discipulado y misi?n son como las dos caras de una misma medalla: cuando el disc?pulo est? enamorado de Cristo, no puede dejar de anunciar al mundo que s?lo ?l nos salva (cf. Hch 4, 12). En efecto, el disc?pulo sabe que sin Cristo no hay luz, no hay esperanza, no hay amor, no hay futuro" .
Se es disc?pulo de Jes?s en la vida p?blica como en la vida privada. No pocos cat?licos han de entender que no se queda bien con Dios, sino se queda bien con el pr?jimo. Por eso, la Plegaria Eucar?stica V.b se expresa en estos t?rminos significativos: ?Danos entra?as de misericordia ante toda miseria humana, insp?ranos el gesto y la palabra oportuna frente al hermano solo y desamparado, ay?danos a mostrarnos disponibles ante quien se siente explotado y deprimido.? Si al salir de Misa, no estamos m?s dispuestos a echar una mano al necesitado, hemos hecho un gesto vac?o de contenido de Fe Cat?lica.
La Argentina de hoy, clama por cat?licos que conozcan y pongan en pr?ctica, por encima de sus propios intereses, la Doctrina Social de la Iglesia y han de exigirse conocerla para vivirla.?????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????
Mons. Miguel Esteban Hesayne, obispo em?rito de Viedma
DI.3.???????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????
Lectio divina para el d?a 8 deEnero 2011, ofrecida por la Delegaci?n Diocesana de Liturgia de la di?cesis de Tenerife.
LECTURA:????? ?Marcos 6, 34‑44?
En aquel tiempo, Jes?s vio una multitud y le dio l?stima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a ense?arles con calma.
Cuando se hizo tarde se acercaron sus disc?pulos a decirle: ?Estamos en despoblado, y ya es muy tarde. Desp?delos, que vayan a los cortijos y aldeas de alrededor y se compren de comer.? ?l les replic?: ?Dadles vosotros de comer.? Ellos le preguntaron: ??Vamos a ir a comprar doscientos denarios de pan para darles de comer?? ?l les dijo: ??Cu?ntos panes ten?is? Id a ver.? Cuando lo averiguaron le dijeron: ?Cinco, y dos peces.?
?l les mand? que hicieran recostarse a la gente sobre la hierba en grupos. Ellos se
acomodaron por grupos de ciento y de cincuenta. Y tomando los cinco panes y los dos peces, alz? la mirada al cielo, pronunci? la bendici?n, parti? los panes y se los dio a los disc?pulos para que se los sirvieran. Y reparti? entre todos los dos peces.
Comieron todos y se saciaron, y recogieron las sobras: doce cestos de pan y de peces. Los que comieron eran cinco mil hombres.
MEDITACI?N:???????????????Le dio l?stima?
??????????? Todav?a no hemos comenzado tu vida p?blica, Se?or, ma?ana la liturgia nos recordar? tu bautismo, y ya en estas primeras lecturas se nos pone delante tu actitud ante la gente. Has venido a acampar entre nosotros, se nos recordaba el d?a de tu nacimiento, sencillamente porque has querido compartir nuestra historia con nosotros. Has querido hacerte cercano y decirnos que te importamos. Te importan, Se?or, nuestras soledades, las que gritamos y las que callamos. Te importan nuestros abandonos y los abusos que se hacen de los pobres.
??????????? Te importamos, Se?or, porque somos obra de tus manos, porque nos hiciste por amor y para amar, y como parece que nos somos capaces de reconocerlo, has venido a dec?rnoslo y a ense?arnos c?mo se hace. Por eso dir?s a tus disc?pulos, ante el desconcierto de tu petici?n, que sean ellos quienes den de comer a toda aquella gente necesitada de pan material; pero, sobre todo, de pan de humanidad.
??????????? Por eso no importar? que haya muchos o pocos panes, lo que importa es demostrar que nos importamos y que somos capaces de compartir lo poco o mucho que tenemos, y que cuando damos, cuando nos damos, todo se multiplica y todos se pueden saciar.
??????????? Se?or, ya desde el inicio se nos recuerda lo que va a ser el empe?o de tu vida, lo que te va a costar la propia vida, y que no es otra cosa que mostrar la dignidad del hombre y construirla. Todav?a no hemos aprendido. Pero t? vuelves a nacer y vuelves? a hacer el camino de nuestra existencia, y lo seguir?s haciendo hasta que aprendamos.
ORACI?N:???????????????Construir humanidad?
??????????? Se?or, no hay tiempo que perder y nos quieres ense?ar r?pido. As? pasaste con intensidad por esta tierra derrochando compasi?n y humanidad. Tambi?n mi vida es corta, pasa r?pida pero tomo lento mi aprendizaje. Hazme sentir la urgencia de tu amor, hazme sentir urgencia de construir humanidad.
??????????? La teor?a no es dif?cil y tu mensaje me seduce. Me seduce tu persona, tu fuerza, tu cercan?a, tu coherencia, tu enamoramiento de Dios y del hombre. No s? porqu? experimento el peso de tanto lastre que me impide entrar de lleno en la vivencia de tu evangelio que deseo. Ay?dame a reemprender la aventura de tu seguimiento con decisi?n.????
CONTEMPLACI?N:????????????????Qu? har?a ??
Qu? har?a sin ti,
sin esa voz y esa mano
que me invita a salir de m?,
y me dirige al hermano.
Qu? har?a sin ti,
si no pudiese escuchar
tu palabra de esperanza
y no pudiera intuir
un rayo de luz
en la oscuridad del horizonte
de mi existencia.
Qu? har?a sin ti
que abres cada ma?ana
la puerta de tu amor.
me vuelcas tu palabra de vida
y me invitas a caminar
a tu lado.
Qu? har?a sin ti.
Lectio divina para el 7 de Enero 2011, ofrcida por la Delegaci?n Diocesana de liturgia de la di?cesis deTenerife.
LECTURA:?????????????Mateo 4, 12‑17. 23‑25?
En aquel tiempo, al enterarse Jes?s de que hab?an arrestado a Juan se retir? a Galilea.
Dejando Nazaret, se estableci? en Cafarna?n, junto al lago, en el territorio de Zabul?n y Neftal?. As? se cumpli? lo que hab?a dicho el profeta Isa?as: ?Pa?s de Zabul?n y pa?s de Neftal?, camino del mar, al otro lado del Jord?n, Galilea de los gentiles. El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brill?.?
Entonces comenz? Jes?s a predicar diciendo: ?Convert?os, porque est? cerca el reino de los cielos.?
Recorr?a toda Galilea, ense?ando en las sinagogas y proclamando el Evangelio del reino, curando las enfermedades y dolencias del pueblo.
Su fama se extendi? por toda Siria y le tra?an todos los enfermos aquejados de toda clase de enfermedades y dolores, endemoniados, lun?ticos y paral?ticos. Y ?l los curaba.
Y le segu?an multitudes venidas de Galilea, Dec?polis, Jerusal?n, Judea y Trasjordania.
MEDITACI?N:??????????????Est? cerca?
??????????? Han pasado las fechas centrales de este tiempo de Navidad que ya llega a su fin, pero su mensaje nos queda con toda la fuerza de su llamada, de su realidad y de su deseo. La vida sigue en su hacer cotidiano, y las alegr?as y tristezas,? los problemas y las esperanzas pierden sus luces y adornos para quedar arraigadas en lo que no pasa, mejor, en el que no pasa, en el que se ha quedado, en el que sigue acampado en medio de nosotros, dentro de nosotros, como fuerza y sentido de nuestro caminar, de nuestra historia.
??????????? Y nos sigue asaltando la pregunta de si todo es realidad o sue?o, si la poes?a hermosa que se nos ha hecho presente no es sino eso, poes?a, que tiene que dejar paso a la prosa dura de nuestra andadura torpe y dolorida.
??????????? En medio de esas sombras, las de siempre, las de dentro y las de fuera, las que son y las que ponemos seguir? resonando con fuerza renovada que el Reino de Dios est? cerca. El Amor est? cerca, ha acampado en medio de nosotros, en el centro de nuestra historia, irradiando su luz, empe?ada en penetrar e iluminar nuestros interior que nos empe?amos, no sabemos por qu?, en mantener oscuro.
??????????? Pero algo nuevo y bueno sigue siendo posible, porque la fuerza del Amor y de la Vida sigue presente al alcance de nuestra mano, al alcance de mi coraz?n.??
ORACI?N:???????????? ?Ansiando tu salvaci?n?
??????????? Se?or, gracias porque seguir manteniendo abierta la puerta de la esperanza. Esa puerta que nosotros, por nosotros mismos no podemos abrir. Gracias porque en medio de tantas oscuridades que me rodean y que me bullen dentro, t? eres chispa de fuego que me quiere iluminar y calentar. Gracias por tu derroche de amor.
??????????? Sabes, Se?or, que tienes que romper y pasar por encima de muchos obst?culos que se han ido acumulando a lo largo de mi historia. Pero mi grito tenue, cansado, brota hasta de mi silencio, ansiando tu salvaci?n.???????
CONTEMPLACI?N: ??????????????Mi Luz?
Eres la? luz,
la luz que descubre
mis miserias
y mis tesoros escondidos.
La luz dolorosa
de mis fracasos,
y la luz gozosa
de mis b?squedas
y de mis gestos de vida.
Eres la luz
de mi esperanza
viva? y vivida.
Eres la luz
que me abre a la luz,
a mi luz profunda,
encendida y sostenida por ti.
Luz, eres mi luz.
ZENIT? nos? ofrece el mensaje que el Papa Benedicto XVI hizo llegar?el jueves 16 de Dciemb re de 2010?a los miembros de las Academias Pontificias, durante su XV Sesi?n P?blica, en la que se trat? sobre el tema: ?La Asunci?n de Mar?a, signo de consuelo y de segura esperanza?.
Al Venerado Hermano
el cardenal Gianfranco Ravasi
Presidente del Consejo Pontificio de la Cultura
Con ocasi?n de la XV Sesi?n P?blica de las Academias Pontificias estoy contento de hacerle llegar mi cordial saludo, que de buen grado extiendo a los presidentes y a los acad?micos, en particular a usted, Venerado Hermano, que preside el Consejo de Coordinaci?n. Dirijo tambi?n mi saludo a los se?ores cardenales, a los obispos, a los sacerdotes, a los religiosos y a las religiosas, a los se?ores embajadores y a todos los participantes en esta cita anual.
Hace quince a?os, el Venerable Juan Pablo II instituy? el Consejo de Coordinaci?n y el Premio de las Academias Pontificias ofreciendo un aliento significativo y un consistente impulso al desarrollo de sus actividades. Ahora, valorando atentamente cuanto se ha hecho, es oportuno fomentar a partir de ahora la renovaci?n de todas y cada una de las Academias Pontificias, para que puedan ofrecer su contribuci?n, de forma cada vez m?s eficaz, a la Sede Apost?lica y a toda la Iglesia. Le pido por tanto a usted, Venerado Hermano, seguir con particular cuidado el recorrido de cada Instituci?n, promoviendo, al mismo tiempo, un proceso de apoyo rec?proco y de colaboraci?n creciente.
La XV Sesi?n P?blica ha sido preparada por la Pontificia Academia Mariana Internacional y por la Pontificia Academia de la Inmaculada, las cuales muy oportunamente han querido que en esta solemne reuni?n se recordara el 60? aniversario de la Proclamaci?n del Dogma de la Asunci?n de Mar?a, proponiendo el tema: ?La Asunci?n de Mar?a, signo de consuelo y de segura esperanza?. El 1 de noviembre de 1950, de hecho, durante un memorable Jubileo, el venerable P?o XII, promulgando la Constituci?n Apost?lica Munificentissimus Deus, proclamaba solemnemente, en la Plaza de San Pedro, este Dogma. Unos a?os antes, en 1946, el padre Carlo Balić, O.F.M., hab?a fundado la Academia Mariana Internacional precisamente para apoyar y coordinar el movimiento asuncionista.
En el dif?cil y delicado momento hist?rico que sigui? a la conclusi?n de la segunda guerra mundial, P?o XII, con ese gesto solemne, quiso indicar no s?lo a los cat?licos, sino a todos los hombres y mujeres de buena voluntad la singular figura de Mar?a como modelo y paradigma de la nueva humanidad redimida por Cristo: "Es de esperar ? afirmaba ? que todos aquellos que meditar?n los gloriosos ejemplos de Mar?a se persuadan cada vez m?s del valor de la vida humana [?] y que se ponga ante los ojos de todos de forma luminos?sima a qu? excelso fin las almas y los cuerpos est?n destinados; finalmente, que la fe en la Asunci?n corporal de Mar?a al Cielo haga m?s firme y activa la fe en nuestra resurrecci?n" (Munificentissimus Deus:?AAS?42, 1950, 753-771). Considero de lo m?s actuales estos augurios, y yo tambi?n os invito a todos vosotros a dejaros guiar por Mar?a para ser anunciadores y testigos de la esperanza que brota de la contemplaci?n de los Misterios de Cristo, muerto y resucitado para nuestra salvaci?n.
Mar?a, de hecho, como ense?a el Concilio Vaticano II en la Constituci?n dogm?tica Lumen gentium, es signo de esperanza cierta y de consuelo para el Pueblo de Dios peregrino en la historia: "La madre de Jes?s, como en el cielo, glorificada ya en el cuerpo y en el alma, es la imagen y la primicia de la Iglesia que deber? tener su cumplimiento en la edad futura, y as? brilla sobre la tierra como un signo de segura esperanza y de consuelo para el Pueblo de Dios, en camino hasta que vea el d?a del Se?or (cfr?2 Pe 3,10)" (n. 68). En la Carta Enc?clica Spe salvi, dedicada a la esperanza cristiana, no pod?a dejar de recordar el particular papel de Mar?a en sostener y guiar el camino de los creyentes hacia la patria del Cielo. Me dirig? a ella, invoc?ndola como Estrella de la esperanza para la Iglesia y para toda la humanidad (cfr n. 49). Mar?a es la estrella resplandeciente de luz y de belleza, que anuncia y anticipa nuestro futuro, la condici?n definitiva a la que Dios, Padre rico en misericordia, nos llama.
Los Padres y Doctores de la Iglesia, haci?ndose eco tambi?n del sentimiento com?n de los fieles y reflexionando sobre lo que la liturgia celebraba, proclamaron el singular privilegio de Mar?a, ilustraron su luminosa belleza, que sostiene y nutre nuestra esperanza.
San Juan Damasceno, que dedic? a la Asunci?n de Mar?a tres magn?ficos Sermones, proclamados en Jerusal?n en torno al a?o 740 en la que la tradici?n indica como la Tumba de Mar?a, afirma as?: ?Tu alma, de hecho, no descendi? a los infiernos; tu carne no vio la corrupci?n. Tu cuerpo inmaculado y totalmente bello no se qued? en la tierra, al contrario, tu te sientas en el trono en el reino celestial como reina, se?ora, dominadora, la Madre de Dios, la verdadera engendradora de Dios asunta (al cielo)? (Homil?a I sobre la Dormici?n: PG?96, 719).
A esta voz de la Iglesia de Oriente hace eco, entre las muchas del Occidente latino, la del cantor de Mar?a, san Bernardo de Claraval, el cual evoca as? la Asunci?n: ?Nuestra Reina nos ha precedido; nos ha precedido y ha sido recibida tan festivamente, que con confianza los siervos pueden seguir a su Se?ora diciendo: Ll?vanos contigo, correremos tras el olor de tus perfumes (Ct 1,3). Nuestra humanidad peregrina mand? delante a su Abogada que, siendo Madre del Juez y Madre de misericordia, podr? tratar con devoci?n y eficacia la causa de nuestra salvaci?n. Nuestra tierra ha enviado hoy al cielo un precioso regalo para que, dando y recibiendo, se unan en un feliz intercambio de amistad lo humano a lo divino, lo terreno a lo celeste, lo ?nfimo a lo sumo [?]. Es la Reina de los cielos, es misericordiosa, es la Madre del Hijo unig?nito de Dios" (In assumptione B.M.V, Sermo I: PL 183, 415).
Recorriendo, entonces, esa via pulchritudinis que el Siervo de Dios Pablo VI indic? como fecundo itinerario de investigaci?n teol?gica y mariol?gica, quisiera notar la profunda sinton?a entre el pensamiento teol?gico y m?stico, la liturgia, la devoci?n mariana y las obras de arte, que, con el esplendor de los colores y de las formas, cantan el misterio de la Asunci?n de Mar?a y su gloria celestial junto al Hijo. Entre estas ?ltimas, os invito a admirar dos de ellas particularmente significativas en Roma: los mosaicos absidiales de las bas?licas marianas de Santa Mar?a la Mayor y de Santa Mar?a in Trastevere.
Reflexi?n teol?gica y espiritual, liturgia, devoci?n mariana, representaci?n art?stica forman verdaderamente un todo, un mensaje completo y eficaz, capaz de suscitar la maravilla de los ojos, de tocar el coraz?n y de provocar la inteligencia a una comprensi?n a?n m?s profunda del misterio de Mar?a en el que vemos claramente reflejado y anunciado nuestro destino, nuestra esperanza.
Aprovecho, por tanto, esta ocasi?n para invitar a los expertos en Teolog?a y Mariolog?a a recorrer la via pulchritudinis y auguro que, tambi?n en nuestros d?as, gracias a una mayor colaboraci?n entre te?logos, liturgistas y artistas, se puedan ofrecer a la admiraci?n y a la contemplaci?n de todos, mensajes incisivos y eficaces.
Para animar a cuantos quieren ofrecer la propia contribuci?n a la promoci?n y a la realizaci?n de un nuevo humanismo cristiano, acogiendo la propuesta formulada por el Consejo de Coordinaci?n, estoy contento de asignar ex aequo el Premio de las Pontificias Academias Eclesi?sticas a la Marian Academy of India, joven y activa sociedad mariol?gico-mariana con sede en Bangalore (India) ? representada por su presidente el Rev. Kulandaisamy Rayar ?, y al Prof. Lu?s Alberto Esteves dos Santos Casimiro por su poderosa Disertaci?n doctoral con el t?tulo A Anuncia??o do Senhor na pintura quinhentista portuguesa (1500-1550). An?lise geom?trica, iconogr?fica e significado iconol?gico.
Deseo, adem?s, que, como signo de aprecio y de aliento, se ofrezca la Medalla del Pontificado al Grupo "Gen Verde", expresi?n del Movimiento de los Focolares, por su compromiso art?stico fuertemente impregnado de los valores evang?licos y abierto al di?logo entre pueblos y culturas.
Augur?ndoos, finalmente, un compromiso cada vez m?s apasionado en vuestros respectivos campos de actividad, os conf?o a cada uno de vosotros y a vuestro trabajo a la protecci?n maternal de la Virgen Mar?a, la Tota Pulchra, la Estrella de la Esperanza, y de coraz?n le imparto a usted, se?or cardenal, y a todos los presentes una especial Bendici?n Apost?lica.
En el Vaticano, a 15 de diciembre de 2010
BENEDICTUS PP XVI
[Traducci?n del original italiano por Inma ?lvarez
?Libreria Editrice Vaticana]
ZENIT nos ofrece el discurso que el Papa Benedicto XVI dirigi?el jueves 16 de diciembre de 2010?a una delegaci?n de la Federaci?n Luterana Mundial, encabezada por su presidente, Munib A. Younan.
Querido obispo Younan, queridos amigos luteranos,
Estoy contento de saludar a los representantes de la Federaci?n Luterana Mundial con ocasi?n de vuestra visita oficial a Roma. Ofrezco mis m?s cordiales deseos al obispo Munib Younan y al reverendo Martin Junge por sus respectivas elecciones como presidente y secretario general, junto con mis oraciones mientras duren sus servicios.
Hace cinco a?os, al principio de mi pontificado, tuve la alegr?a de recibir a vuestros predecesores y de expresarles mi esperanza de que los contactos estrechos y el di?logo intensivo que hab?an caracterizado las relaciones ecum?nicas entre cat?licos y luteranos continuasen producienro ricos frutos. Hoy podemos con gratitud hacer recuento de los muchos frutos significativos producidos en estas d?cadas de discusiones bilaterales. Con la ayuda de Dios ha sido posible, despacio y tranquilamente, quitar barreras y fomentar lazos visibles de unidad a trav?s del di?logo teol?gico y la cooperaci?n pr?ctica, especialmente a nivel de comunidades locales.
El a?o pasado tuvo lugar el d?cimo aniversario de la firma de la Declaraci?n Conjunta sobre la Doctrina de la Justificaci?n, que ha supuesto un paso significativo en el dif?cil camino hacia el restablecimiento de la unidad plena entre los cristianos y un est?mulo para una nueva discusi?n ecum?nica. En estos a?os previos a la celebraci?n del quinto centenario de los acontecimientos de 1517, los cat?licos y los luteranos estamos llamados a reflexionar nuevamente sobre ad?nde nos ha llevado nuestro camino hacia la unidad, y a implorar la gu?a y la ayuda del Se?or para el futuro. Me complace se?alar que, para la ocasi?n, la Comisi?n Internacional sobre la Unidad Luterana - Cat?lico Romana est? preparando un texto conjunto que documentar? lo que los luteranos y los cat?licos son capaces de decir juntos en este momento respecto a nuestras cada vez m?s estrechas relaciones despu?s de casi cinco siglos de separaci?n.
Con el fin de aclarar a?n m?s la comprensi?n sobre la Iglesia, que es el punto de atenci?n principal del di?logo ecum?nico hoy, la Comisi?n est? estudiando el tema: el Bautismo y la creciente comuni?n eclesial.Es mi esperanza de que estas actividades ecum?nicas proporcionen nuevas oportunidades para que los cat?licos y los luteranos sean cada vez m?s cercanos en sus vidas, su testimonio del Evangelio, y sus esfuerzos para llevar la luz de Cristo a todas las dimensiones de la sociedad.
En estos d?as de gozosa preparaci?n para la celebraci?n de la Navidad, confi?monos unos a otros, y nuestra b?squeda com?n de la unidad entre los cristianos al Se?or, que es la verdadera novedad que sobrepasa todas nuestras expectativas humanas (cf. Ireneo, Adv. Haer., IV, 34, 1).
?Que la paz y el gozo de este tiempo de Navidad est? con todos vosotros!
[Traducci?n del original en ingl?s por Inma ?lvarez
?Libreria Editrice Vaticana]
ZENIT? nos ofrece el Mensaje del Papa para la Jornada Mundial de la Paz (1 de enero de 2011), sobre el tema ?La libertad religiosa, camino para la paz?, que ha sido presentado en rueda de prensa hoy en la Santa Sede.
MENSAJE DE SU SANTIDAD? BENEDICTO XVI PARA LA CELEBRACI?N DE LA JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ
1 ENERO 2011
LA LIBERTAD RELIGIOSA, CAMINO PARA LA PAZ?
1. Al comienzo de un nuevo a?o deseo hacer llegar a todos mi felicitaci?n; es un deseo de serenidad y de prosperidad, pero sobre todo de paz. El a?o que termina tambi?n ha estado marcado lamentablemente por persecuciones, discriminaciones, por terribles actos de violencia y de intolerancia religiosa.
Pienso de modo particular en la querida tierra de Iraq, que en su camino hacia la deseada estabilidad y reconciliaci?n sigue siendo escenario de violencias y atentados. Vienen a la memoria los recientes sufrimientos de la comunidad cristiana, y de modo especial el vil ataque contra la catedral sirio-cat?lica Nuestra Se?ora del Perpetuo Socorro, de Bagdad, en la que el 31 de octubre pasado fueron asesinados dos sacerdotes y m?s de cincuenta fieles, mientras estaban reunidos para la celebraci?n de la Santa Misa. En los d?as siguientes se han sucedido otros ataques, tambi?n a casas privadas, provocando miedo en la comunidad cristiana y el deseo en muchos de sus miembros de emigrar para encontrar mejores condiciones de vida. Deseo manifestarles mi cercan?a, as? como la de toda la Iglesia, y que se ha expresado de una manera concreta en la reciente Asamblea Especial para Medio Oriente del S?nodo de los Obispos. ?sta ha dirigido una palabra de aliento a las comunidades cat?licas en Iraq y en Medio Oriente para vivir la comuni?n y seguir dando en aquellas tierras un testimonio valiente de fe.
Agradezco vivamente a los Gobiernos que se esfuerzan por aliviar los sufrimientos de estos hermanos en humanidad, e invito a los Cat?licos a rezar por sus hermanos en la fe, que sufren violencias e intolerancias, y a ser solidarios con ellos. En este contexto, siento muy viva la necesidad de compartir con vosotros algunas reflexiones sobre la libertad religiosa, camino para la paz. En efecto, se puede constatar con dolor que en algunas regiones del mundo la profesi?n y expresi?n de la propia religi?n comporta un riesgo para la vida y la libertad personal. En otras regiones, se dan formas m?s silenciosas y sofisticadas de prejuicio y de oposici?n hacia los creyentes y los s?mbolos religiosos. Los cristianos son actualmente el grupo religioso que sufre el mayor n?mero de persecuciones a causa de su fe. Muchos sufren cada d?a ofensas y viven frecuentemente con miedo por su b?squeda de la verdad, su fe en Jesucristo y por su sincero llamamiento a que se reconozca la libertad religiosa. Todo esto no se puede aceptar, porque constituye una ofensa a Dios y a la dignidad humana; adem?s es una amenaza a la seguridad y a la paz, e impide la realizaci?n de un aut?ntico desarrollo humano integral1.
En efecto, en la libertad religiosa se expresa la especificidad de la persona humana, por la que puede ordenar la propia vida personal y social a Dios, a cuya luz se comprende plenamente la identidad, el sentido y el fin de la persona. Negar o limitar de manera arbitraria esa libertad, significa cultivar una visi?n reductiva de la persona humana, oscurecer el papel p?blico de la religi?n; significa generar una sociedad injusta, que no se ajusta a la verdadera naturaleza de la persona humana;?significa hacer imposible la afirmaci?n de una paz aut?ntica y estable para toda la familia humana.
Por tanto, exhorto a los hombres y mujeres de buena voluntad a renovar su compromiso por la construcci?n de un mundo en el que todos puedan profesar libremente su religi?n o su fe, y vivir su amor a Dios con todo el coraz?n, con toda el alma y con toda la mente (cf.?Mt?22, 37). ?ste es el?sentimiento que inspira y gu?a el?Mensaje para la XLIV Jornada Mundial de la Paz, dedicado al tema:?La libertad religiosa, camino para la paz.
Derecho sagrado a la vida y a una vida espiritual
2.?El derecho a la libertad religiosa se funda en la misma dignidad de la persona humana 2, cuya naturaleza trascendente no se puede ignorar o descuidar. Dios cre? al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza (cf.?Gn?1, 27). Por eso, toda persona es titular del?derecho sagrado?a una vida ?ntegra, tambi?n desde el punto de vista espiritual. Si no se reconoce su propio ser espiritual, sin la apertura a la trascendencia, la persona humana se repliega sobre s? misma, no logra encontrar respuestas a los interrogantes de su coraz?n sobre el sentido de la vida, ni conquistar valores y principios ?ticos duraderos, y tampoco consigue siquiera experimentar una aut?ntica libertad y desarrollar una sociedad justa3.
La Sagra