Subsidio lit?rgico para la Jornada Mundial del Enfermo?del 11 de Febrero de 2011, d?a de Ntra. Sra. de lourdes, recibido?en la parroquia con los materiales para su celebraci?n.?
JORNADA MUNDIAL DEL ENFERMO
CELEBRACI?N DE LA EUCARIST?A
6 de febrero de 2011
MONICI?N DE ENTRADA
Queridos hermanos: el pr?ximo viernes 11 de febrero, coincidiendo con la festividad de Nuestra Se?ora de Lourdes, celebramos, unidos a toda la Iglesia, la Jornada Mundial del Enfermo. Es la primera de las citas que se enmarcan en la campa?a del D?a del Enfermo, que tendr? su continuaci?n con la celebraci?n de la Pascua del Enfermo, el pr?ximo d?a 29 de mayo.
Este a?o, coincidiendo con la celebraci?n en Madrid el pr?ximo mes de agosto de la Jornada Mundial de la Juventud, la Conferencia Episcopal Espa?ola ha querido dedicar esta campa?a al tema ?Juventud y salud?.
La experiencia del sufrimiento no es exclusiva de una determinada edad, sino que forma parte de la existencia del ser humano. Tambi?n los j?venes experimentan el sufrimiento tanto f?sico como psicol?gico o espiritual.
A ellos les dice el Papa en su mensaje que la cruz es el ?s? de Dios al hombre, la expresi?n m?s alta y m?s intensa de su amor y la fuente de la que brota la vida eterna.
Pero el sufrimiento es tambi?n provocaci?n para trabajar por crear puentes de amor y solidaridad, para que nadie se sienta solo, sino cerca de Dios y parte de la gran familia de sus hijos.
Pidamos, pues, en esta celebraci?n de modo especial tanto por los j?venes enfermos como por los que dedican su tiempo a ayudar a los dem?s, para que descubran el rostro de Cristo y se conviertan en un reflejo suyo para los dem?s.
ENV?O DE AGENTES DE PASTORAL DE LA SALUD
La misi?n de atender a los enfermos forma parte indispensable de la tarea encomendada por Jes?s a su Iglesia, como cauce por el cual llega hasta ellos la Buena Noticia del Evangelio. Para llevar a cabo esta tarea, el Se?or elige a miembros de su pueblo y los env?a con esta misi?n a confortar, consolar y acompa?ar a quienes atraviesan por la circunstancia de la enfermedad propia o de un ser querido.
Vamos a proceder a continuaci?n a la presentaci?n y env?o de los miembros de nuestra parroquia que se sienten llamados por Dios a desempe?ar este valioso servicio.
(A continuaci?n se nombra a los miembros del equipo de Pastoral de la Salud y se van colocando delante del altar)
Queridos hermanos: el vuestro es un servicio que nos corresponde realizar a todos los disc?pulos de Jesucristo, que hemos de descubrir la presencia del Se?or en toda persona que sufre en su cuerpo o en su esp?ritu.
Sin embargo, vosotros, como miembros del equipo parroquial de Pastoral de la Salud, asum?s este compromiso con una exigencia mayor. Vais a prestar una valiosa colaboraci?n a la misi?n caritativa de la Iglesia y, en consecuencia, vais a trabajar en su nombre, abriendo a todos los hombres los caminos del amor cristiano y de la fraternidad universal.
Cuando realic?is vuestra tarea, procurad actuar siempre movidos por el Esp?ritu del Se?or, es decir, por un verdadero amor de caridad sobrenatural. De este modo ser?is reconocidos como aut?nticos disc?pulos de Cristo.
(El sacerdote, con las manos extendidas sobre ellos, pronuncia la siguiente oraci?n de bendici?n)
Oremos:
Oh Dios, que derramas en nuestros corazones, por el Esp?ritu Santo, el don de la caridad, bendice + a estos hermanos nuestros, para que, practicando la caridad en la visita y atenci?n de los enfermos, contribuyan a hacer presente a tu Iglesia en el mundo, como un sacramento de unidad y de salvaci?n. Por Jesucristo, nuestro Se?or. Am?n.
Ahora, queridos hermanos, para mostrar vuestra disponibilidad a prestar este servicio en nuestra comunidad parroquial, os invito a recitar juntos esta oraci?n que ten?is en vuestras manos, pidiendo la ayuda de Dios para llevar a cabo la misi?n que hab?is recibido.
(Todos juntos recitan en voz alta la siguiente oraci?n)
Padre del cielo, que amas a todos tus hijos,
especialmente a los que m?s sufren,
porque m?s te necesitan;
derrama sobre nosotros el Esp?ritu
que llenaba el coraz?n de tu Hijo Jes?s,
el Esp?ritu que le hizo pasar por este mundo
?haciendo el bien?.
Pon en nuestros corazones tu amor,
para que seamos signo de tu amor grande e incondicional.
Pon en nuestras bocas palabras de consuelo y esperanza.
Pon en nuestras manos capacidad para servir y ayudar.
Pon en nuestros pies diligencia
para acercarnos a quien nos necesita.
Ll?nanos de tu paz, para que vayamos dando paz
a todos los cansados y agobiados.
Te lo pedimos, Padre, por tu Hijo Jes?s,
que ya ha vencido al mal que a nosotros a?n nos duele,
que ha vencido a la muerte que a nosotros a?n nos amenaza,
y que vive y reina contigo, en la unidad del Esp?ritu Santo
por los siglos de los siglos. Am?n.
(Terminada la oraci?n, se retiran a su lugar y contin?a la celebraci?n con el Credo y la oraci?n de los fieles)
ORACI?N DE LOS FIELES
Presentemos nuestras s?plicas al Se?or, pidiendo de modo particular por nuestros hermanos enfermos, por sus familiares y por quienes les asisten, confiando en la poderosa intercesi?n de Santa Mar?a, Salud de los Enfermos:
1. Por la Iglesia, para que sea una comunidad sana de todo ego?smo, divisi?n y miedo y as? pueda ser sanadora de tantas heridas que mortifican a la humanidad. Roguemos al Se?or.
2. Por todos los enfermos, de modo especial por los de nuestra parroquia: para que, unidos a la cruz de Cristo, puedan experimentar en medio de la prueba el consuelo y la alegr?a que nacen de la resurrecci?n. Roguemos al Se?or.
3. Por los familiares de los enfermos: para que encuentren en la gran familia de la Iglesia un lugar donde descansar de sus fatigas y experimenten la compa??a de los hermanos. Roguemos al Se?or.
4. Por los profesionales de la salud: para que trabajen con la mayor dedicaci?n y generosidad posible, aliviando de este modo el sufrimiento de los enfermos. Roguemos al Se?or.
5. Por los j?venes enfermos: para que descubran el sentido del sufrimiento y puedan vivir plenamente su existencia, incluso en medio del dolor. Roguemos al Se?or.
6. Por quienes se dedican a la visita y atenci?n de los enfermos: para sean signo evidente del amor de Dios Padre hacia sus hijos m?s desfavorecidos. Roguemos al Se?or.??
Escucha, Padre bueno, la oraci?n confiada que te presentamos de modo especial por tus hijos enfermos y conc?deles aquello que verdaderamente necesitan. Por Jesucristo, nuestro Se?or. Am?n