ZENIT? publica las palabras que dirigi? Benedicto XVI este domingo a mediod?a al rezar la oraci?n mariana del ?ngelus junto a varios miles de peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano.
Queridos hermanos y hermanas:
Hoy es el primer domingo de Cuaresma, el tiempo lit?rgico de cuarenta d?as que constituye en la Iglesia un camino espiritual de preparaci?n para Pascua. Se trata, en definitiva, de seguir a Jes?s, que se dirige decididamente hacia la Cruz, culmen de su misi?n de salvaci?n. Si nos preguntamos: ?por qu? la Cuaresma? ?Por qu? la Cruz? La respuesta, en t?rminos radicales, es ?sta: porque existe el mal, es m?s, el pecado, que seg?n las Escrituras es la causa profunda de todo mal. Pero esta afirmaci?n no es algo que se puede dar por descontado, y la misma palabra "pecado" no es aceptada por muchos, pues presupone una visi?n religiosa del mundo y del hombre. De hecho, es verdad: si se elimina a Dios del horizonte del mundo, no se puede hablar de pecado. Al igual que cuando se esconde el sol desaparecen las sombras --la sombra s?lo parece cuando hay sol--, del mismo modo el eclipse de Dios comporta necesariamente el eclipse del pecado. Por este motivo, el sentido del pecado --que es algo diferente al "sentido de culpa", como lo entiende la psicolog?a--, se alcanza redescubriendo el sentido de Dios. Lo expresa el Salmo Miserere, atribuido al rey David con motivo de su doble pecado de adulterio y de homicidio: "Contra ti --dice David dirigi?ndose a Dios--, contra ti s?lo he pecado" (Salmo 51,6).
Ante el mal moral, la actitud de Dios es la de oponerse al pecado y salvar al pecador. Dios no tolera el mal, pues es Amor, Justicia, Fidelidad; y precisamente por este motivo no quiere la muerte del pecador, sino que se convierta y viva. Para salvar a la humanidad, Dios interviene: lo vemos en toda la historia del pueblo jud?o, a partir de la liberaci?n de Egipto. Dios est? determinado a liberar a sus hijos de la esclavitud para conducirles a la libertad. Y la esclavitud m?s grave y profunda es precisamente la del pecado. Por este motivo, Dios ha enviado a su Hijo al mundo: para liberar a los hombres del dominio de Satan?s, "origen y causa de todo pecado". Lo ha enviado a nuestra carne mortal para que se convirtiera en v?ctima de expiaci?n, muriendo por nosotros en la cruz. Contra este plan de salvaci?n definitivo y universal, el Diablo se ha opuesto con todas sus fuerzas, como lo demuestra en particular el Evangelio de las tentaciones de Jes?s en el desierto, que es proclamado cada a?o en el primer domingo de Cuaresma. De hecho, entrar en este per?odo lit?rgico significa ponerse cada vez del lado de Cristo contra el pecado, afrontar --ya sea como personas ya sea como Iglesia-- el combate espiritual contra el esp?ritu del mal (Mi?rcoles de Ceniza, oraci?n colecta).
Por este motivo, invocamos la ayuda maternal de Mar?a Sant?sima para el camino cuaresmal que acaba de comenzar para que est? lleno de frutos de conversi?n. Pido un recuerdo especial en la oraci?n por m? y mis colaboradores de la Curia Romana, que esta noche comenzaremos la semana de Ejercicios Espirituales.
[Despu?s de rezar el ?ngelus, Benedicto XVI a?adio:]
Queridos hermanos y hermanas:
Las im?genes del tr?gico terremoto y del consiguiente tsunami en Jap?n nos han impresionando profundamente a todos. Deseo renovar mi cercan?a espiritual a las queridas poblaciones de ese pa?s, que con dignidad y valent?a est?n afrontando las consecuencias de estas calamidades. Rezo por las v?ctimas y por sus familiares y por todos los que sufren a causa de estos tremendos eventos. Aliento a todos los que, con encomiable rapidez, se est?n comprometiendo para llevar ayuda. Permanezcamos unidos en la oraci?n. ?El Se?or est? a nuestro lado!
[A continuaci?n, el papa salud? a los peregrinos en varios idiomas. En espa?ol, dijo:]
Saludo con afecto a los peregrinos de lengua espa?ola presentes en esta oraci?n mariana, en particular al grupo de ucranianos llegados desde Espa?a y a los fieles de las parroquias de san Nicol?s, de Plasencia y san Francisco de Sales, de M?rida. En este tiempo de Cuaresma, la imagen del desierto nos invita a recogernos interiormente y, con esp?ritu de penitencia, progresar en nuestro camino espiritual. Que apoyados en la Palabra de Dios y guiados por el ejemplo del Salvador vivamos con alegr?a y aprovechemos este tiempo de gracia. Os ruego tambi?n un recuerdo particular por m? y por mis colaboradores de la Curia romana, que esta tarde comenzaremos los ejercicios espirituales. Feliz domingo.
[Traducci?n del original italiano realizada por Jes?s Colina
?Libreria Editrice Vaticana]