Viernes, 06 de mayo de 2011

ZENIT? nos?ofrece el discurso que el Santo Padre dirigi? a los fieles congregados en la Plaza de San Pedro, durante la Audiencia General, el mi?rcoles 6 de Abril de 2011, continuando el ciclo de Doctores de la Iglesia.

Queridos hermanos y hermanas,

hoy querr?a hablaros de santa Teresa de Lisieux, Teresa del Ni?o Jes?s y del Rostro Santo, que vivi? en este mundo s?lo 24 a?os, a finales del s.XIX, llevando una vida muy sencilla y oculta, pero que despu?s de su muerte y de la publicaci?n de sus escritos, se convirti? en una de las santas m?s conocidas y amadas. La ?peque?a Teresa? no ha dejado de ayudar a las almas m?s sencillas, los peque?os, los pobres, los que sufren, y que le rezan, pero tambi?n ha iluminado toda la Iglesia, con su profunda doctrina espiritual, hasta tal punto que el Venerable Juan Pablo II, en 1997, quiso darle el t?tulo de Doctora de la Iglesia, a?adi?ndolo el t?tulo de Patrona de las Misiones, que ya le otorg? P?o XI en 1939. Mi amado Predecesor la defini? como ?experta de la scientia amoris" (Novo Millennio ineunte, 27). Esta ciencia, que ve resplandecer en el amor toda la verdad de la fe, Teresa la expresa principalmente en el relato de su vida, publicado un a?o despu?s de su muerte bajo el t?tulo de Historia de un alma. Es un libro que tuvo enseguida un enorme ?xito, fue traducido a muchas lenguas y difundido en todo el mundo. Quisiera invitaros a redescubrir este peque?o-gran tesoro, ?este luminoso comentario del Evangelio plenamente vivido! Historia de un alma, de hecho, ?es una maravillosa historia de Amor, relatada con tal autenticidad, sencillez y frescura ante la que el lector no puede sino quedar fascinado!. Sin embargo, ?cu?l es este Amor que ha colmado toda la vida de Teresa, desde la infancia hasta su muerte? Queridos amigos, este Amor tiene un Rostro, tiene un Nombre, ?es Jes?s!. La santa habla continuamente de Jes?s. Recorramos, entonces, las grandes etapas de su vida, para entrar en el coraz?n de su doctrina.

Teresa naci? el 2 de enero de 1873 en Alen?on, un ciudad de Normand?a, en Francia. Era la ?ltima hija de Luis y Celia Martin, esposos y padres ejemplares, beatificados los dos el 19 de octubre de 2008. Tuvieron nueve hijos, de estos cuatro murieron en edad temprana. Quedaron cinco hijas, que se hicieron religiosas todas. Teresa, a los 4 a?os, qued? profundamente afectada por la muerte de su madre (Ms A, 13r). El padre junto a las hijas, se traslad? entonces a la ciudad de Lisieux, donde se desarroll? toda la vida de la santa. M?s tarde Teresa, sufriendo una enfermedad nerviosa grave, se cur? gracias a una gracia divina, que ella misma defini? como ?la sonrisa de la Virgen? (ibid., 29v-30v). Recibi? la Primera Comuni?n, vivida intensamente (ibid., 35r), y puso a Jes?s Eucarist?a en el centro de su existencia.

La ?Gracia de la Navidad? del 1886 marc? el punto de inflexi?n, lo que ella llam? su ?completa conversi?n? (ibid., 44v-45r). De hecho, se cur? totalmente de su hipersensibilidad infantil e inici? una ?carrera de gigante?. A la edad de 14 a?os, Teresa se acerc? cada vez m?s, con gran fe, a Jes?s Crucificado, y se tom? muy en serio el caso, aparentemente desesperado, de un criminal condenado a muerte e impenitente (ibid., 45v-46v). ?Quer?a a toda costa impedirle que fuese al infierno?, escribi? la Santa, con la certeza de que su oraci?n lo habr?a puesto en contacto con la Sangre redentora de Jes?s. Es su primera y fundamental experiencia de maternidad espiritual: ?Tanta confianza ten?a en la Misericordia Infinita de Jes?s?, escribi?. Con Mar?a Sant?sima, la joven Teresa ama, cree y espera con ?un coraz?n de madre? (cfr PR 6/10r).

En noviembre de 1887, Teresa va de peregrinaci?n a Roma junto a su padre y a su hermana Celina (ibid., 55v-67r). Para ella, el momento culminante es la Audiencia del Papa Le?n XIII, al que pide el permiso de entrar, con apenas 15 a?os, en el Carmelo de Lisieux. Un a?o despu?s, su deseo se realiz?: se hace carmelita, ?para salvar las almas y rezar por los sacerdotes? (ibid., 69v). Al mismo tiempo, comienza la dolorosa y humillante enfermedad mental de su padre. Es un gran sufrimiento que conduce a Teresa a la contemplaci?n del Rostro de Jes?s en su Pasi?n (ibid., 71rv).

De esta manera, Su nombre de religiosa -sor Teresa del Ni?o Jes?s y del Rostro Santo- expresa el programa de toda su vida, en la comuni?n con los Misterios centrales de la Encarnaci?n y de la Redenci?n. Su profesi?n religiosa, en la fiesta de la Natividad de Mar?a, el 8 de septiembre de 1890, es para ella un verdadero matrimonio espiritual en la ?peque?ez? del Evangelio, caracterizada por el s?mbolo de la flor: ??Qu? bella fiesta la Natividad de Mar?a para convertirme en la esposa de Jes?s!? -escribe-. Era la peque?a Virgen Santa de un d?a, que presentaba su peque?a flor al peque?o Jes?s (ibid., 77r). Para Teresa, ser religiosa significa ser esposa de Jes?s y madre de las almas (cfr Ms B, 2v). El mismo d?a, la santa escribi? una oraci?n que indica la orientaci?n de su vida: pide al Jes?s el don de su Amor infinito, de ser la m?s peque?a, y sobre todo pide la salvaci?n de todos los hombres: ?Que ning?n alma se condene hoy? (Pr 2). De gran importancia es su Oferta al Amor Misericordioso, hecha en la fiesta de la Sant?sima Trinidad de 1985 (Ms A, 83v-84r; Pr 6): una ofrenda que Teresa comparte enseguida con sus hermanas siendo ya vicemaestra de novicias.

Diez a?os despu?s de la ?Gracia de Navidad?, en 1896, llega la ?Gracia de Pascua?, que abre el ?ltimo periodo de la vida de Teresa, con el inicio de su pasi?n profundamente unida a la Pasi?n de Jes?s; se trata de la Pasi?n del cuerpo, con la enfermedad que la condujo a la muerte a trav?s de grandes sufrimientos, pero sobre todo se trata de la pasi?n del alma, con una muy dolorosa prueba de la fe (Ms C, 4v-7v). Con Mar?a al lado de la Cruz de Jes?s, Teresa vive ahora la fe m?s heroica, como luz en las tinieblas que le invaden el alma. La Carmelita tiene la conciencia de vivir esta gran prueba para la salvaci?n de todos los ateos del mundo moderno, llamados por ella ?hermanos?. Vivi?, entonces, m?s intensamente el amor fraterno (8r-33v): hacia las hermanas de su comunidad , hacia sus dos hermanos espirituales misioneros, hacia los sacerdotes y todos los hombres, especialmente los m?s alejados. ?Se convierte en una ?hermana universal?!. Su caridad amable y sonriente es la expresi?n de la alegr?a profunda cuyo secreto nos revela: ?Jes?s, mi alegr?a es amarte a Ti? (P 45/7). En este contexto de sufrimiento, viviendo el m?s grande amor en las m?s peque?as cosas de la vida cotidiana, la santa lleva a su total cumplimiento, su vocaci?n de ser el Amor en el Coraz?n de la Iglesia (cfr Ms B, 3v).

Teresa muri? la noche del 30 de septiembre de 1897, pronunciando las sencillas palabras: ?Dios m?o, os amo!?, mirando el crucifijo que apretaba con sus manos. Estas ?ltimas palabras de la santa son la clave de toda su doctrina, de su interpretaci?n del Evangelio. El acto de amor, expresado en su ?ltimo aliento, era como la respiraci?n continua de su alma, como los latidos de su coraz?n. Las sencillas palabras: Jes?s, te amo? son el centro de todos sus escritos. El acto de amor a Jes?s la introduce en la Sant?sima Trinidad. Ella escribi?: ?Ah, t? lo sabes, Divino Jes?s, Te amo,/ El esp?ritu de Amor me inflama con su fuego, /Y am?ndote a Ti, me atraigo al Padre? (P 17/2).

Queridos amigos, tambi?n nosotros con santa Teresa del Ni?o Jes?s, debemos poder repetir cada d?a al Se?or, que queremos vivir de amor a ?l y a los dem?s, aprender en la escuela de los santos a amar de una forma aut?ntica y total. Teresa es uno de los ?peque?os? del Evangelio que se dejan llevar por Dios en la profundidad de su Misterio. Una gu?a para todos, sobre todo para los que, en el Pueblo de Dios, desarrollan el ministerio de te?logos. Con la humildad y la caridad, la fe y la esperanza, Teresa entra continuamente en el coraz?n de las Sagradas Escrituras que contiene el Misterio de Cristo. Y esta lectura de la Biblia, nutrida por la ciencia del amor, no se opone a la ciencia acad?mica. La ciencia de los santos, de hecho, de la que ella habla en la ?ltima p?gina de Historia de un alma, es la ciencia m?s alta: ?Todos los santos la han entendido y en particular, quiz?s, aquellos que llenaron el universo con la irradiaci?n de la doctrina evang?lica. ?No es quiz?s, por la oraci?n que los Santos Pablo, Agust?n, Juan de la Cruz, Tom?s de Aquino, Francisco, Domingo y tantos otros ilustre Amigos de Dios obtuvieron esta ciencia divina que fascina a los genios m?s grandes?? (Ms C, 36r). Inseparable del Evangelio, la Eucarist?a es para Teresa el Sacramento del Amor Divino que desciende hasta el extremo para levantarnos hasta ?l. En su ?ltima Carta, la Santa escribe estas sencillas palabras sobre la imagen que representa Jes?s Ni?o en la Hostia consagrada: ??No puedo temer a un Dios que por m? se ha hecho tan peque?o! (?) ?Yo lo amo! ?De hecho, ?l no es m?s que Amor y Misericordia!?(LT 266).

En el Evangelio, Teresa descubre sobre todo la Misericordia de Jes?s, hasta el punto de afirmar: ???l me ha dado su Misericordia infinita, a trav?s de esta contemplo y adoro las dem?s perfecciones divinas! (?) Y entonces todas me parecen radiantes de amor, la Justicia misma (y quiz?s mucho m?s que cualquier otra), me parece revestida de amor?(Ms A, 84r). As? se expresa tambi?n en las ?ltimas l?neas de la Historia de un alma: ?Apenas hojeo el Santo Evangelio, enseguida respiro el perfume de la vida de Jes?s y s? hacia donde correr... No es al primer lugar, sino al ?ltimo al que me dirijo... S? lo siento, incluso si tuviese sobre la conciencia todos los pecados que se pueden cometer, ir?a con el coraz?n destrozado por el arrepentimiento, a lanzarme en los brazos de Jes?s, porque s? cuanto ama al hijo pr?digo que vuelve a ?l? (Ms C, 36v-37r). ?Confianza y Amor? son por tanto el punto final del relato de su vida, dos palabras que como faros, han iluminado todo su camino de santidad, para poder guiar a otros sobre su mismo ?peque?o camino de confianza y amor?, de la infancia espiritual (cf Ms C, 2v-3r; LT 226). Confianza como la del ni?o que se abandona en las manos de Dios, inseparable por el compromiso fuerte, radical del verdadero amor, que es el don total de s? mismo, para siempre, como dice la santa contemplando a Mar?a: ?Amar es dar todo, y darse a s? mismo? (Perch? ti amo, o Maria, P 54/22). As? teresa nos indica a todos nosotros que la vida cristiana consiste en vivir plenamente la gracia del Bautismo en el don total de s? al Amor del Padre, para vivir como Cristo, en el fuego del Esp?ritu Santo, Su mismo amor por los dem?s.

[En espa?ol dijo:]

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua espa?ola, en particular a los de las di?cesis de Alcal? de Henares y Plasencia, al grupo de Religiosas Siervas de Mar?a, que celebran el cincuenta aniversario de su consagraci?n religiosa, as? como a los dem?s fieles provenientes de Espa?a, Argentina, M?xico y otros pa?ses latinoamericanos. A ejemplo de santa Teresita del Ni?o Jes?s, invito a todos a descubrir en la lectura orante de la Biblia, en participaci?n fructuosa en la Eucarist?a y en la contemplaci?n del Crucificado la ciencia del amor misericordioso que impregna el misterio de Cristo. Muchas gracias.

[Llamamiento final]

Contin?o siguiendo con gran aprensi?n los dram?ticos acontecimientos que las queridas poblaciones de Costa de Marfil y de Libia est?n viviendo en estos d?as. Auguro, adem?s, que el cardenal Turkson, a quien hab?a encargado que se dirigiese a Costa de Marfil para manifestar mi solidaridad, pueda entrar pronto en el pa?s. Rezo por las v?ctimas y por todos aquellos que est?n sufriendo. ?La violencia y el odio son siempre una derrota! Por esto dirijo un nuevo y encarecido llamamiento a todas las partes en causa, para que se ponga en marcha la obra de pacificaci?n y de di?logo y se eviten ulteriores derramamientos de sangre.

[Traducci?n del original italiano por Carmen ?lvarez
?Libreria Editrice Vaticana]


Publicado por verdenaranja @ 23:19  | Habla el Papa
 | Enviar