Viernes, 22 de julio de 2011

ZENIT nos?ofrece el texto del discurso pronunciado por el Papa el s?bado 25 de Junio de 2011?por la ma?ana, al recibir en audiencia a los socios de la Asociaci?n Santos Pedro y Pablo, en el 40? aniversario de la sociedad.

?Queridos amigos de la Asociaci?n Santos Pedro y Pablo!

?Os saludo con alegr?a y con afecto! Estoy muy contento de encontrarme con vosotros mientras est?is reunidos en ocasi?n del 40? aniversario de la sociedad: una conmemoraci?n feliz, que invita al agradecimiento, al Se?or antes que nada, y al amado Siervo de Dios Pablo VI, que tanto ha hecho para renovar el ambiente Vaticano seg?n las exigencias contempor?neas. Saludo en particular al Presidente, el doctor Calvino Gasparini, y le agradezco sus corteses palabras; saludo al Asistente espiritual, monse?or Joseph Murphy, a los dem?s responsables y a todos los socios, como tambi?n a los ex-asistentes, entre los que est?n el cardenal Coppa, que nos honra con su presencia, y el cardenal Bertone, que cuando era un joven sacerdote fue ayudante formador de la entonces Guardia Palatina. En el altar del Se?or y la tumba de San Pedro, elevamos en este momento un especial recuerdo por todos los que, en estos 40 a?os, se han sucedido en la direcci?n de la Asociaci?n y que con dedicaci?n han sido parte de ella. A todos los que, de ellos, han dejado este mundo, que el Se?or les d? la paz y la bienaventuranza de su Reino.

Tambi?n en mi ?nimo, al reunirme con vosotros, domina el sentimiento de reconocimiento, y est? dirigido a vosotros, por el servicio que ofrec?is, sobre todo por el amor y el esp?ritu de fe con el que lo desarroll?is. Vosotros dedic?is parte de vuestro tiempo, armoniz?ndolo con los compromisos de familia y sustray?ndolo, a menudo, de vuestro ocio, para venir al Vaticano y colaborar con el buen orden de las celebraciones. Adem?s dais vida a numerosas iniciativas caritativas, en colaboraci?n con las religiosas Hijas de la Caridad y con las Misioneras de la Caridad. Estos compromisos exigen una motivaci?n profunda, que se renueva siempre, gracias a una intensa vida espiritual. Para ayudar a los dem?s a rezar, es necesario tener el coraz?n dirigido a Dios; para pedir el respeto a los lugares santos y a las cosas santas, es necesario que vosotros mismos teng?is el sentido cristiano de la sacralidad; para ayudar al pr?jimo con verdadero amor cristiano, tenemos que tener un ?nimo humilde y una visi?n de fe. Vuestra actitud, a menudo sin palabras, constituye una indicaci?n, un ejemplo, un reclamo, y como tal, tambi?n tiene un valor educativo.

Se presupone en todo esto vuestra formaci?n personal; y deseo deciros que por esta, como por todo lo que hac?is, os estoy particularmente agradecido. La Asociaci?n Santos Pedro y Pablo, como toda aut?ntica asociaci?n eclesial, antes que nada, se propone la formaci?n de sus miembros, nunca como sustituci?n o alternativa de las parroquias, sino de forma complementaria respecto a ellas. Por esto, me complace que form?is parte de vuestras comunidades parroquiales y que eduqu?is a vuestros hijos en el sentido de la parroquia. Al mismo tiempo, me complace el hecho de que la Asociaci?n sea, en su justa medida, exigente en el prever espec?ficos periodos formativos para los que desean ser socios efectivos, y ofrezca regularmente momentos oportunos en apoyo de la perseverancia.

Un pensamiento particular dirijo a quienes, esta ma?ana, han pronunciado la solemne Promesa de fidelidad; espero que tengan siempre la alegr?a de sentirse disc?pulos de Cristo en la Iglesia, y les exhorto a que den un buen testimonio del Evangelio en todos los ?mbitos de su vida. Siempre desde esta perspectiva, he apoyado, desde el principio, el proyecto de dar vida a un grupo juvenil. Saludo a los j?venes con especial afecto, y les animo a seguir el ejemplo del Beato Pier Giorgio Frassati, amando a Dios con todo el coraz?n, gustando la belleza de la amistad cristiana y sirviendo a Cristo con gran discreci?n, en los hermanos m?s pobres.

Queridos amigos, os agradezco vuestros buenos deseos, y sobre todo, las oraciones en ocasi?n de mi 60? aniversario de Sacerdocio. El regalo que me hab?is querido ofrecer, una bella casulla, me recuerda que soy, antes que nada, Sacerdote de Cristo, y me invita a acordarme de vosotros cuando celebro el Sacrificio redentor. ?Gracias de coraz?n! Finalmente, quiero confiaros a todos a la Virgen Mar?a. S? que en vuestra Asociaci?n se venera con el t?tulo de Virgo Fidelis. ?Hoy m?s que nunca se necesita la fidelidad! Vivimos en una sociedad que ha perdido este valor. Se exalta mucho el comportamiento de cambio, la ?movilidad?, la ?flexibilidad?, por motivos organizativos tambi?n leg?timos. Pero ?la calidad de una relaci?n humana se ve en la fidelidad! La Sagrada Escritura nos muestra que Dios es fiel. Con su gracia y la ayuda de Mar?a, sed, por tanto, fieles a Cristo y a la Iglesia, preparados para soportar con humildad y paciencia el precio que comporta. Que la Virgo Fidelis os obtenga la paz en vuestras familias, ya que de ellas nacen aut?nticas vocaciones cristianas, al Matrimonio, al Sacerdocio y a la Vida consagrada. Por esto os aseguro un especial recuerdo en mi oraci?n, mientras que de coraz?n os bendigo a todos vosotros y a vuestros seres queridos.

[Traducci?n del italiano por Carmen ?lvarez,
? Copyright 2011 - Libreria Editrice Vaticana]


Publicado por verdenaranja @ 23:37  | Habla el Papa
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