Reflexi?n a las lecturas del domingo dieciocho del Tiempo Ordinario - A, ofrecida por el sacerdote Don Juan Manuel P?rez Pi?ero bajo el ep?grafe "ECOS DEL D?A DEL SE?OR".
ECOS DEL D?A DEL SE?OR
Domingo 18? del T. Ordinario A?
Queridos amigos y amigas:
Tambi?n a Jesucristo le gustan las vacaciones. Por eso se va en barca con los disc?pulos ?a un sitio tranquilo y apartado?. S. Marcos es m?s expl?cito y dice: ?a descansar un poco? (Mc. 6,30-34).
No s? si todos los cristianos que pueden tener un tiempo de descanso, se ir?n de vacaciones con el Se?or? O, por el contrario, se ir?n de ?vacaciones espirituales?, es decir, que quieren ?descansar? tambi?n ?de su relaci?n con Dios? Incluso, de la Misa del Domingo.
Pero aquella pobre gente no entiende de vacaciones; hab?an ido siguiendo a Jes?s porque sienten profundamente ?la necesidad de Dios?. Y ahora ?lo reciben?? y ?le estropean? las vacaciones.
Pero para Jesucristo y, por tanto, para los cristianos, las vacaciones no son un valor absoluto. Algunos dicen: ?Estoy de vacaciones y que nadie me moleste?? ?No estoy para nadie??
Ese no es el sentido de las vacaciones para un cristiano. Pueden surgir ?necesidades graves y urgentes que hagan que tengamos que compartir el descanso con otras cosas?. Y es dif?cil que haya unas vacaciones sin ning?n ?contratiempo?. Adem?s no podemos olvidar en vacaciones la necesidad de compartir las tareas de la casa, para que puedan descansar todos porque, a veces?,
Pero en el Evangelio de este domingo se subraya la primera multiplicaci?n de los panes y los peces para ?unos cinco mil hombres sin contar mujeres y ni?os?.
La multiplicaci?n de los panes y los peces dej? una profunda huella en la primera generaci?n cristiana que iba recogiendo y guardando lo que se llama ??los hechos y dichos del Se?or?, que dieron origen a los evangelios. Todos los evangelistas narran este acontecimiento. Y S. Juan, a partir de ?l, nos presenta ?el Discurso del Pan de Vida?.
Siempre se ha considerado este hecho como anuncio y prefiguraci?n de la Eucarist?a? S. Mateo nos lo narra siguiendo el esquema de la ?ltima Cena: ?Alz? la mirada al cielo, pronunci? la bendici?n, parti? los panes y se los dio a los disc?pulos; y los disc?pulos lo dieron a la gente?. ?
Ya es tarde? Y los disc?pulos le dicen a Jes?s: ?Despide a la multitud para que se vayan a las aldeas y se compren de comer?.
La respuesta de Jes?s no puede ser m?s sorprendente: ?Dadles vosotros de comer?? ??Nosotros? ??De d?nde? ?Si no tenemos m?s que cinco panes y dos peces??
Jes?s les dice: ?Tra?dmelos?
?Cu?nto aprendemos aqu?!
El Se?or nos ense?a que los cristianos tenemos que resolver las necesidades y dificultades de los hermanos?
Dice el Se?or que el que el crea en ?l har? las mismas obras que ?l ha hecho, y a?n mayores?? (Jn 14,12). No hace Dios milagros sin necesidad?
A nosotros nos gustar?a resolver los problemas del mundo ?a base de milagros?. Pero no es as?. ?Lo primero es compartir los panes y peces que tengamos. No importa el n?mero? ?S?lo as? podr? tener lugar ?el milagro?.
Por eso los primeros cristianos afrontaban tambi?n las necesidades materiales de los hermanos, la situaci?n de las viudas y los hu?rfanos, por ejemplo.
Y en la comunidad cristiana de Jerusal?n ?ninguno pasaba necesidad? (Hch 4,34).
Mis queridos amigos y amigas: ?Lo nuestro es compartir! El que no ha comprendido esto, no ha llegado todav?a a la inteligencia del Evangelio y de la Tradici?n viva de la Iglesia?
Los disc?pulos saben muy bien que ?sin alimento se desfallece por el camino?. Muy pronto entender?n tambi?n la necesidad del otro alimento: el del Pan del Cielo que el Padre nos da: el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo.
Y es que ser cristiano no consiste s?lo en creer determinadas verdades o en hacer determinadas pr?cticas? Ser cristiano de verdad es? tener la vida de Dios en nosotros. En efecto, el d?a de nuestro Bautismo el Se?or infundi? en nuestro interior una participaci?n creada del ?ser de Dios?, de la vida de Dios, de la naturaleza divina? Y tambi?n aqu?? se hace imposible la vida ?sin el alimento, sin el Pan del Cielo que nos da el Se?or en la celebraci?n de la santa Misa, es decir, de la santa Mesa?
Por eso el Se?or nos invita y nos urge la Eucarist?a ?de cada domingo como algo fundamental, que no se puede dejar por cualquier cosa. Incluso la Misa de cada d?a? Depende de la necesidad de Dios que sienta cada cual. Dec?a el Beato Juan Pablo II que celebrar la Eucarist?a cada d?a hab?a sido siempre para ?l ?una necesidad existencial?. ?
Y, como dec?a, en estas cosas no hay vacaciones. ?Es que en el verano dejamos de comer o de respirar??
En la? primera Lectura de hoy escuchamos: ?Oid, sedientos todos, acudid por agua; tambi?n los que no ten?is dinero. Venid comprad trigo; comed sin pagar vino y leche de balde??
Y este domingo experimentamos una vez m?s, como cada d?a, la generosidad ?de Dios con nosotros en el orden material y espiritual al mismo tiempo. Y por eso le aclamamos en el salmo responsorial: ?Abres t? la mano, Se?or, y nos sacias de favores?????
Junto con estas reflexiones, les hago llegar el deseo de unas buenas vacaciones a quien pueda tenerlas, y un feliz D?a del Se?or.?
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Reflexi?n de monse?or Rub?n Oscar Frassia, obispo de Avellaneda-Lan?s en el programa radial ?Compartiendo el Evangelio?, domingo 10 de julio de 2011 . (AICA)
QUE LA PALABRA DE DIOS ENTRE EN NUESTRA VIDA????????????
Evangelio seg?n San Mateo 13, 1-23 (ciclo A)?
Aquel d?a, Jes?s sali? de la casa y se sent? a orillas del mar. Una gran multitud se reuni? junto a ?l, de manera que debi? subir a una barca y sentarse en ella, mientras la multitud permanec?a en la costa. Entonces ?l les habl? extensamente por medio de par?bolas. Les dec?a:
"El sembrador sali? a sembrar. Al esparcir las semillas, algunas cayeron al borde del camino y los p?jaros las comieron. Otras cayeron en terreno pedregoso, donde no hab?a mucha tierra, y brotaron en seguida, porque la tierra era poco profunda; Pero cuando sali? el sol, se quemaron y, por falta de ra?z, se secaron. Otras cayeron entre espinas, y estas, al crecer, las ahogaron. Otras cayeron en tierra buena y dieron fruto: unas cien, otras sesenta, otras treinta. ?El que tenga o?dos, que oiga!".
Los disc?pulos se acercaron y le dijeron: "?Por qu? les hablas por medio de par?bolas?". El les respondi?:
"A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos, pero a ellos no. Porque a quien tiene, se le dar? m?s todav?a y tendr? en abundancia, pero al que no tiene, se le quitar? aun lo que tiene. Por eso les hablo por medio de par?bolas: porque miran y no ven, oyen y no escuchan ni entienden. Y as? se cumple en ellos la profec?a de Isa?as, que dice: Por m?s que oigan, no comprender?n, por m?s que vean, no conocer?n, porque el coraz?n de este pueblo se ha endurecido, tienen tapados sus o?dos y han cerrado sus ojos, para que sus ojos no vean, y sus o?dos no oigan, y su coraz?n no comprenda, y no se conviertan, y yo no los cure.?Felices, en cambio, los ojos de ustedes, porque ven; felices sus o?dos, porque oyen. Les aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que ustedes ven y no lo vieron; o?r lo que ustedes oyen, y no lo oyeron.
Escuchen, entonces, lo que significa la par?bola del sembrador: cuando alguien oye la Palabra del Reino y no la comprende, viene el Maligno y arrebata lo que hab?a sido sembrado en su coraz?n: este es el que recibi? la semilla al borde del camino.
El que la recibe en terreno pedregoso es el hombre que, al escuchar la Palabra, la acepta en seguida con alegr?a, pero no la deja echar ra?ces, porque es inconstante: en cuanto sobreviene una tribulaci?n o una persecuci?n a causa de la Palabra, inmediatamente sucumbe.
El que recibe la semilla entre espinas es el hombre que escucha la Palabra, pero las preocupaciones del mundo y la seducci?n de las riquezas la ahogan, y no puede dar fruto.
Y el que la recibe en tierra f?rtil es el hombre que escucha la Palabra y la comprende. Este produce fruto, ya sea cien, ya sesenta, ya treinta por uno".
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Estamos ante el tema de la Palabra, la semilla que Dios nos siembra, nos pone a todos, y que tiene distintas respuestas. Y esas respuestas no se refieren a las condiciones clim?ticas, o de la tierra, sino fundamentalmente a una disposici?n del coraz?n y de la voluntad.
Esto es claro para todos nosotros ya que, muchas veces, escuchamos la Palabra pero no tenemos constancia; la o?mos pero no la escuchamos o no la aplicamos en nuestra vida. Otras veces nos da alegr?a pero despu?s viene alguna tentaci?n, alg?n problema, alguna tribulaci?n, y en seguida ?nos venimos abajo.?
Sin embargo, aqu? tenemos algo como para reaccionar: la Palabra de Dios hay que leerla, escucharla, interesarse por ella, desarrollarla y cultivarla. El desarrollo y el cultivo es nuestra respuesta. La iniciativa es de Dios que nos da su Palabra y nuestra respuesta debe ser madura, constante, consistente y, a la vez, verdadera, equilibrada.
Pidamos al Se?or, con esta fuerza que nos da a trav?s de su Palabra, que esa Palabra entre en nuestra vida; que germine y produzca frutos en nuestro coraz?n; y que estos frutos podamos testimoniarlo a los dem?s.
?No seamos superficiales! ?Seamos profundos! ?No seamos inconstantes! ?Tengamos perseverancia! ?Tengamos seriedad ante las cosas de Dios y frente a la Palabra! A veces gastamos una vida atendiendo otras cosas y desperdiciamos, o no apreciamos, las cosas de Dios a trav?s de su Palabra
Les dejo mi bendici?n en el Nombre del Padre, del Hijo y del Esp?ritu Santo.
Am?n?
Mons. Rub?n Oscar Frassia, obispo de Avellaneda-Lan?s
El sentido de la consagraci?n de los j?venes al Coraz?n de Jes?s
En la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid
CIUDAD DEL VATICANO, mi?rcoles 13 de julio de 2011 (ZENIT.org).- Benedicto XVI consagrar? a todos los j?venes al Sagrado Coraz?n de Jes?s durante la vigilia del s?bado 20 de agosto por la noche en el aer?dromo de Cuatro Vientos de Madrid durante la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
Publicamos la catequesis que la organizaci?n de la Jornada Mundial de la Juventud (http://www.madrid11.com) ha preparado con este motivo.
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CATEQUESIS PREPARATORIA
PARA LA CONSAGRACI?N DE LOS J?VENES DEL MUNDO
AL CORAZ?N DE JES?S EN LA JMJ 2011 DE MADRID?
El fin de esta catequesis es ayudar a los j?venes a preparar la Consagraci?n de la Juventud del Mundo al Sagrado Coraz?n de Jes?s que realizar? el Santo Padre Benedicto XVI en la pr?xima Jornada Mundial de la Juventud.?
Consta de tres partes. La primera: Nos acercamos al Mensaje del Papa para la JMJ desde la perspectiva del Coraz?n de Jes?s. La segunda: Hacemos un breve recorrido sobre la historia de la devoci?n al Coraz?n de Jes?s. Y por ?ltimo explicamos el sentido de la Consagraci?n de la Juventud del Mundo al Coraz?n de Jes?s.
I.- ?Del coraz?n del hombre al Coraz?n de Dios?
1.- Si nos adentramos en las profundidades de nuestro coraz?n, todos encontramos el mismo deseo: queremos ser felices.Pero, ?d?nde y c?mo puedo encontrar la felicidad?, nos preguntamos. La experiencia nos dice que la felicidad del hombre s?lo se encuentra en la medida en la que su ansia de infinito es saciada. Dice el Papa en su mensaje: ?El hombre est? creado para lo que es grande, para el infinito?(Benedicto XVI, Mensaje para la JMJ 2011 Madrid)
Debemos dar un paso m?s. Ese deseo de infinito para el hombre se identifica con el deseo de ser amado por un Amor que no tiene l?mites. La respuesta a este interrogante nos la da la misma revelaci?n de Dios: ?Dios es Amor?. Dios se nos ha manifestado precisamente como el Amor infinito, eterno, personal y misericordioso que responde de un modo pleno a las ansias de felicidad que hay en el coraz?n de todo hombre.? Por esta raz?n nos dice el Papa: ?Dios es la fuente de la vida, eliminarlo equivale a separarse de esta fuente, e inevitablemente, privarse de la plenitud y la alegr?a: ?sin el Creador la criatura se diluye?(Con. Ecum. Vaticano II, Const. Gaudium et Spes, 36)? (Mensaje JMJ). Esto podemos verlo en las m?ltiples experiencias e intentos que han habido y hay en nuestra sociedad de construir un ?para?so en la tierra? al margen de Dios.
2.- El problema del coraz?n del hombre se resuelve s?lo definitivamente en el encuentro con el Coraz?n de Dios.Al respecto, dice S. Agust?n: ?Nos hiciste, Se?or, para ti y nuestro coraz?n est? inquieto hasta que descanse en ti?. La inquietud de la que habla el santo de Hipona se refiere a la dificultad para ?alcanzar? el Amor como consecuencia de nuestra condici?n de criaturas; somos finitos y, m?s a?n, somos pecadores. Una y otra vez tropezamos con la piedra de nuestro ego?smo, del desorden de nuestras pasiones que nos impiden alcanzar ese Amor. El coraz?n del hombre ?necesitaba?de un Coraz?n que estuviera a su ?nivel? y que por otro lado fuera omnipotente para sacarlo de su finitud y de su pecado. En Jesucristo Dios ha salido al encuentro del hombre y nos ha amado ?con coraz?n humano?. En el encuentro del coraz?n del hombre con el Coraz?n de Jes?s se ha realizado el misterio de la Redenci?n: "Desde el horizonte infinito de su amor, de hecho, Dios ha querido entrar en los l?mites de la historia y de la condici?n humana, ha tomado un cuerpo y un coraz?n, para que podamos contemplar y encontrar el infinito en el finito, el Misterio invisible e inefable en el Coraz?n humano de Jes?s, el Nazareno" (Benedicto XVI, ?ngelus 1 de Junio de 2008).
3.- La revelaci?n definitiva de ese Amor se nos ha dado en la Cruz. El amor que Dios nos tiene ha llegado al ?limite? en la entrega de su vida. El Coraz?n abierto de Jes?s en la Cruz como consecuencia de la lanzada del soldado es la mayor expresi?n de cu?nto y c?mo nos ama Dios. Dice el Papa en su mensaje: ?Del Coraz?n de Jes?s abierto en la cruz ha brotado la vida divina?(Mensaje JMJ). As?, en la Cruz, Jes?s transforma nuestro ?coraz?n de piedra? herido por el pecado, en un ?coraz?n de carne?, como el suyo: nos da su amor y a su vez nos hace capaces de amar con su mismo amor.
4.- Del Coraz?n de Jes?s, vivo y resucitado, brota la fuente en la que el hombre debe beber para saciar su sed infinita de amar y ser amado. Es, por tanto, ?en este encuentro personal?de coraz?n a Coraz?n? donde el hombre vive ?arraigado y edificado en Cristo, firme en la fe? (Col. 2, 7). La santidad consiste en entrar de lleno en esta corriente de amor que brota del Coraz?n de Jes?s. ?El lema del Cardenal Newman: ?de coraz?n a Coraz?n?nos da la perspectiva de su comprensi?n de la vida cristiana como una llamada a la santidad, experimentada como el deseo profundo del coraz?n humano de entrar en comuni?n ?ntima con el Coraz?n de Dios? (Benedicto XVI , Homil?a en la Beatificaci?n del Cardenal Newman).
II.-? ?He aqu? este Coraz?n que tanto ha amado a los hombres?.
La Iglesia a lo largo de los siglos ha ido profundizando en el significado del culto al Sagrado Coraz?n de Jes?s. Muchos hombres y mujeres han encontrado en la contemplaci?n de esta imagen del traspasado un camino muy v?lido para identificarse plenamente con Cristo y alcanzar la meta de la santidad.
Entre estos santos tenemos que destacar a Santa Margarita Mar?a de Alacoque (1647-1690), religiosa de la Orden de la Visitaci?n en Paray-le-Monial, a quien Jes?s se le manifiesta en la Eucarist?a, revel?ndole el misterio de su Coraz?n: "He aqu? el Coraz?n que ha amado tanto a los hombres y que no recibe m?s que ingratitudes y afrentas?. A lo largo de su vida, Santa Margarita ense?? a amar al Coraz?n de Jes?s, acompa??ndole en la Eucarist?a por medio de la Hora Santa, a consagrarse a ?l y a ofrecer peque?os actos de amor en reparaci?n de los pecados. Tambi?n difundi? la pr?ctica de los primeros viernes de mes: confesi?n y comuni?n en reparaci?n de los pecados. Fue beatificada en 1864 por el Beato P?o IX y canonizada en 1920 por Benedicto XV. Su fiesta se celebra el 16 de octubre.
Junto a esta santa tenemos que destacar a San Claudio de la Colombiere S.J. (1641-1682). Fue el director espiritual de Sta Margarita M?. Ser? el encargado de propagar el mensaje del amor del Coraz?n de Cristo por los lugares m?s lejanos. Gracias a ?l, la orden religiosa de los jesuitas acometi? la tarea de la propagaci?n de la devoci?n al Coraz?n de Jes?s.
El eco de estas revelaciones en la vida de la Iglesia fue tan grande que el Beato P?o IX el a?o 1856 proclam?para toda la Iglesia la fiesta del Sagrado Coraz?n de Jes?s y el a?o 1899 el Papa Le?n XIII consagr? al G?nero Humano al Sagrado Coraz?n. Centenares de congregaciones religiosas dedicadas a la educaci?n de los j?venes, la asistencia a los ancianos y enfermos, las misiones, nacieron en este tiempo inspiradas en la espiritualidad del Coraz?n de Jes?s. A lo largo del siglo XX los Pont?ficeshan invitado continuamente a acudir al Sagrado Coraz?n como ?el principal indicador y s?mbolo del amor con el que el divino Redentor ama continuamente al eterno Padre y a todos los hombres? (P?o XII, Enc. ?HaurietisAquas?).
La contemplaci?n del Coraz?n de Jes?s hoy fecunda la Iglesia con nuevos caminos de santidad y se presenta para los hombres de nuestro tiempo, necesitados de la misericordia divina, como un anuncio de esperanza para que ?sobre las ruinas acumuladas por el odio y la violencia, se establezca la civilizaci?n del amor, el reino del Coraz?n de Cristo? (Juan Pablo II, Mensaje al Prep?sito General de la Compa??a de Jes?s, P. Peter Hans Kolvenbach, 5 de Octubre de 1986).
III.-? Consagrarse al Coraz?n de Jes?s para permanecer ?Arraigados y edificados en Cristo y firmes en la fe?(Col. 2, 7)
La Consagraci?n al Coraz?n de Jes?s es un acto con el que los J?venes del Mundo presididos por el Santo Padre queremos dirigir nuestra mirada confiada a Jesucristo, para ayudarnos a vivir ?arraigados y edificados en Cristo y firmes en la fe? (Col. 2, 7).
Se trata de revivir en nosotros? la experiencia del disc?pulo amado que contemplando el Coraz?n abierto de Jes?s en la Cruz, cree en su amor y se convierte en su testigo. ?El que lo vio da testimonio? (Jn. 19, 35).
Es, por tanto, un acto de fe. Al consagrarnos al Coraz?n de Jes?s el Santo Padre nos invita a confesar nuestra fe: ??Creemos firmemente que Jesucristo se entreg? en la Cruz para ofrecernos su amor; en su pasi?n soport? nuestro sufrimientos, carg? con nuestros pecados, nos consigui? el perd?n y nos reconcili? con el Padre, abri?ndonos el camino de la vida eterna?(Mensaje JMJ). Esta confesi?n la hacemos no s?lo desde el conocimiento de las verdades que profesamos, sino como fruto de una relaci?n personal con Cristo que se establece desde la confianza en el Amor de su Coraz?n. Adem?s, esta confesi?n de fe, la realizamos unidos al Papa, a los obispos y pastores de la Iglesia, significando que nuestra ?fe personal en Cristo, est? vinculada a la fe de la Iglesia? (Mensaje JMJ). Es en el ?coraz?n de la Iglesia? donde podemos experimentar el latido del Coraz?n de Cristo.
Es en segundo lugar un acto de esperanza. No s?lo nos consagramos cada uno a su Coraz?n, sino que el Papa nos conf?a a ?todos los j?venes del mundo? al Sagrado Coraz?n de Jes?s. En los j?venes del presente se encuentra la esperanza del futuro de la Iglesia y de la humanidad. Con esta consagraci?n, los j?venes, expresamos con el Papa que ?sin Cristo, muerto y resucitado, no hay salvaci?n. Que s?lo ?l puede liberar el mundo del mal y hacer crecer el Reino de la Justicia, la paz y el Amor al que todos aspiramos?(Mensaje JMJ). Unidos en un ?s?lo Coraz?n?, pedimos con toda la Iglesia, ?Ven Se?or Jes?s?,? ay?danos a los j?venes del Tercer Milenio a ser art?fices de la Civilizaci?n del Amor que se construye ?cuando las personas y los pueblos acogen la presencia de Dios, le adoran en verdad y escuchan su voz?(Mensaje JMJ).
Por ?ltimo la consagraci?n es un acto de amor. Los j?venes del tercer Milenio como el ap?stol Tom?s queremos ?tocar a Jes?s, metiendo la mano en las se?ales de su Pasi?n, las se?ales de su Amor?(Mensaje JMJ). Al consagrarnos ?tocamos a Jes?s?, renovando la gracia de nuestro bautismo con la que fuimos introducidos de lleno en ese Amor. Se afianza en nosotros el deseode beber constantemente en las fuentes de donde brota la vida divina que son los Sacramentos, especialmente la Eucarist?a y el Sacramento del Perd?n. Y por ?ltimo nos introducimos en su mirada misericordiosa para poder estar siempre cerca de los m?s pobres y enfermos, siendo para ellos manifestaci?n palpable del Amor de Dios.
A imitaci?n del disc?pulo amado nosotros tambi?n somos invitados a ?acoger a Mar?a en nuestra casa?. La consagraci?n al Coraz?n de Jes?s la realizamos teniendo a la Virgen como especial intercesora y medianera. Ella que ?acogi? con fe la palabra de Dios? nos ense?a a creer en el Amor, a confiarnos a ?l y a ser sus testigos entre nuestros hermanos los hombres.
MADRID, martes 12 de julio de 2011 (ZENIT.org).- La necesidad del descanso y la serenidad es algo que viene pedido por la naturaleza humana. En las primeras p?ginas del G?nesis se nos dice que: ?cuando lleg? el d?a s?ptimo Dios hab?a terminado su obra, y descans? de todo lo que hab?a hecho? (2,2). El mismo? Jes?s invit? a sus disc?pulos: ?a un lugar solitario para descansar un poco. Porque eran tanto los que iban y ven?an, que no ten?an tiempo para comer? (Mc 6,31). ?Qu? quiere decir todo esto? ?Que las vacaciones no son un invento de la sociedad del bienestar! Hay dos formas de vivir el tiempo vacacional: la m?s potenciada por la cultura hedonista dom?nate es el ?dolce far niente?. Es decir, deja a un lado la cabeza, el coraz?n, la conciencia, para vivir la aventura humana del capricho de moda. Otra manera es la que propone Benedicto XVI ?metiendo el Evangelio en la maleta? (Zenit 3.7.2011), que significa convertirnos en due?os de nuestras vacaciones, saber valorarla pero nunca ?mitificarla y descubrir los valores que encierra esa ?poca del a?o:
1? El descanso: la fatiga y el af?n por el trabajo y otras ocupaciones, ofusca el criterio de lo verdadero y lo justo. Las vacaciones son un periodo ?til para reponer fuerzas f?sicas, ps?quicas y espirituales que posibiliten un cambio en los aspectos de la vida que lo requieran.
?2? La reflexi?n: hay que buscar espacio y tiempo para pensar en uno mismo. No tengas miedo de reencontrarte contigo y vencer la superficialidad que produce el ajetreo de la vida ordinaria. Para ello, no olvides los Evangelios que te ayudar?n.
3? La alegre serenidad: las diversiones distraen, los viajes alejan moment?neamente los problemas. Pero la alegr?a permanente brota de tener la ?casa interior? en orden. Las vacaciones son un tiempo privilegiado para una ?puesta a punto?.
4? La familia: en una sociedad donde trabaja el padre y la madre fuera del hogar, los hijos gozan poco de sus progenitores. El periodo vacacional puede estrechar mucho m?s los lazos familiares, crecer en comunicaci?n entre sus miembros y ayudar a aquel que m?s lo necesite.
5? La amistad: las relaciones entre los amigos necesitan su tiempo. Las vacaciones son un momento propicio para acercar amistades, reparar olvidos, subsanar malos entendidos, visitar al amigo enfermo y dedicar horas a disfrutar de las buenas compa??as
6? ?Redescubrir la belleza de la fe: las vacaciones no se reduce a ?campo, mar o monta?a?. Hay que saber captar ?la hermosura de las obras humanas que nos legaron nuestros mayores. Este tiempo de asueto se puede gastar en cultivar la sensibilidad hacia nuestro patrimonio hist?rico, art?stico, cultural y religioso que son expresiones de la vida de nuestros antepasados.
7? El silencio: en ?l logramos percibir las voces m?s significativas para nuestra realizaci?n personal. Quienes aprecian el silencio se convierten en ?maestros? del escuchar y? comunicar.
8? La oraci?n: tan escasa por las m?ltiples ocupaciones, es ahora un momento para mayor comunicaci?n con el Se?or y recibir de ?l la fuerza y el est?mulo para nuestro camino diario.
9? La creaci?n: en la ?poca vacacional muchas personas tienen m?s oportunidad de ?contemplar y valorar el hermoso espect?culo que cada d?a nos ofrece gratuitamente la madre naturaleza donde est? tan palpable la huella del Creador.
10? La solidaridad: en vacaciones nunca se debe olvidar el amor a los pobres. Ello se manifiesta en el austeridad en gasto? y en el compartir, cuidando y dando compa??a a los mayores, apoyando interesantes actividades sociales y pastorales en zonas.
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*Monse?or Juan del R?o Mart?n es el arzobispo castrense de Espa?a?
Homil?a de monse?or Jos? Mar?a Arancibia, arzobispo de Mendoza, en la celebraci?n de acci?n de gracias por el D?a de la Independencia (9 de julio de 2011). (AICA)
CELEBRACI?N DE ACCI?N DE GRACIAS
1. Somos ciudadanos. Queremos a la Patria. Somos gente de fe.
Un escrito muy antiguo, fechado en el siglo II, atestigua que desde entonces los cristianos quisieron ser ciudadanos responsables:
Los cristianos residen en su propia patria, pero como extranjeros domiciliados. Cumplen todos sus deberes de ciudadanos y soportan todas sus cargas como extranjeros... Obedecen a las leyes establecidas, y su manera de vivir est? por encima de las leyes... Tan noble es el puesto que Dios les ha asignado, que no les est? permitido desertar. (Carta a Diogneto) ?
Al rezar hoy, dando gracias por una Patria libre y soberana, es bueno recoger esta herencia y tomarla como est?mulo para el tiempo presente. Creer en Dios, absoluto y trascendente, no nos aleja del compromiso ciudadano. Al contrario, nos da todav?a mayores luces y fuerzas, para servir a la Patria desde la verdad y la libertad del coraz?n. Es verdad que, s?lo en el cielo, tendremos una Patria definitiva. Sin embargo, como a?n peregrinos de este mundo, queremos vivir a conciencia el compromiso ciudadano.
Un segundo ejemplo confirma esta convicci?n. El querido Papa Juan Pablo II, declarado beato en mayo de este a?o, dej? ense?anzas muy sabias y hermosas sobre la Naci?n y sobre la Patria. Karol Wojtyla am? intensamente a su pa?s y su cultura; sufri? al verla bajo dominio extranjero; sin las libertades de un pueblo soberano; avasallado en su cultura y sus tradiciones. ?l escribi? en su juventud esta poes?a:
Cuando yo pienso, cuando digo:?Patria,
me estoy expresando a mi mismo, y me enra?zo;
y el coraz?n me dice que ella es la frontera oculta
que va de m? hacia los otros hombres,
para abrazarlos a todos en un pasado
m?s antiguo que cada uno de nosotros?
Y de ese pasado ? cuando yo pienso:?Patria??
emerjo para guardarla en m? como un tesoro,
y sin cesar me acucia el ansia
de c?mo engrandecerla,
de c?mo ensanchar el espacio
que mi patria habita.
Expresa sentimientos muy nobles hacia su Patria. En ella ha echado sus propias ra?ces. Con cari?o abraza a todos sus compatriotas, del pasado y del presente; a trav?s de una larga historia. Al honrar el pasado, se siente estimulado a querer a su Patria, como un tesoro para ?l. Sabe que est? llamado a servirla, para engrandecerla, cada vez m?s.
Me permito a?adir un tercer testimonio, m?s cercano a nuestro tiempo. Al comienzo de los ochenta, la Patria se encaminaba a retomar la vida democr?tica. Los pastores argentinos invitaron entonces a una reflexi?n sobre su historia e identidad (CEA, Iglesia y Comunidad Nacional 1981, nn. 7.8.9):
??Am?rica, integrada pol?ticamente a Espa?a, no fue una mera repetici?n cultural, ni de Espa?a ni de las culturas precolombinas. Naci? y se form? un nuevo pueblo. Y as?, en la conciencia de esta nueva y propia identidad, en la conciencia com?n y solidaria de una propia dignidad que se expresa en el esp?ritu de libertad, se prepar?, ya desde entonces, el principio de la futura independencia.? ... ?A partir de estos inicios de la Am?rica hispana, en cuyo seno germin? nuestra Naci?n, se nos plantean grandes interrogantes e inquietantes alternativas: ?Perseveraremos en partir de la base de un humanismo impregnado de esp?ritu cristiano? Y, ?c?mo mantener un esp?ritu cristiano abierto, acogedor y pluralista?? ... ?El esp?ritu cristiano, si bien ha otorgado una ?ntima? conciencia de la dignidad humana, de la igualdad de los hombres y de los pueblos entre s?, no ha llegado a expresarse plenamente en las instituciones y en las actitudes de la vida.?
Como vemos, en aquella propuesta hab?a mucho por reconocer y agradecer; como tambi?n fuertes interrogantes, a la luz de ideales muy altos pero no siempre logrados.?
2. Demos gracias por la vida. Roguemos poder respetarla siempre.
Al repasar con fe cristiana la historia de la Argentina, encontramos muchos motivos para dar gracias. Entre todos ellos, se destaca el regalo de la vida misma. Este es el don primero recibido de Dios. S?lo contando con ?l puede el hombre so?ar y proyectar; trabajar y progresar. S?lo desde su existencia humana, misteriosa y precaria a la vez, camina cada uno hacia ideales que lo animan y atraen. S?lo porque EXISTE, aunque no pueda tener todas las repuestas, es capaz de obrar y de amar; de buscar su propio bien, y el de su gente querida.
Se puede tener por sabio -ense?? el beato Juan Pablo II: quien ?considera la vida como un don espl?ndido de Dios, una realidad ?sagrada?, confiada a su responsabilidad y, por tanto, a su custodia amorosa, a su ?veneraci?n?? (Evangelium Vitae 22,1). La vida humana nunca llega a ser simplemente? ?una cosa?,? que el hombre reivindica como su propiedad exclusiva, totalmente dominable y manipulable. Y si la vida humana en la tierra tiene un valor tan grande, cuanto m?s valiosa se torna desde la fe, al reconocer que cada persona est? llamada a una plenitud de vida que va m?s all? de la dimensi?n terrena, porque se le ofrece participar en la misma vida de Dios. ?Jes?s dice: ?Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia?? (Jn 10, 10). Se refiere a aquella vida ?nueva? y ?eterna?, que consiste en la comuni?n con el Padre, a la que todo hombre est? llamado gratuitamente en el Hijo por obra del Esp?ritu Santificador. Pero es precisamente en esa ?vida? donde? encuentran pleno significado todos los aspectos y momentos de la vida del hombre? (EV 1,3).
De cada coraz?n ha de brotar un himno de acci?n de gracias, porque cuanto hayamos intentado y logrado, tiene como fundamento este don maravilloso, nunca suficientemente reconocido. Don y tarea, confiada a nuestra responsabilidad. Don amenazado, adem?s, por tantas formas de inseguridad y violencia, de abandono y de muerte, de abusos que arruinan la sana y bella existencia humana.
Los ideales del bicentenario de la Patria, sostenidos todav?a por la Iglesia, incluyen la preocupaci?n por la vida y la familia: ?Recuperar el respeto por la familia y por la vida en todas sus formas. Todo lo dicho ser? siempre provisorio y fr?gil, sin una educaci?n y una legislaci?n que transmitan una profunda convicci?n moral sobre el valor de cada vida humana. Nos referimos a la vida de cada persona en todas sus etapas, desde la concepci?n hasta la muerte natural. Especialmente pensamos en la vida de los excluidos e indefensos. Tambi?n en la vida de las familias, lugar afectivo en el que se generan los valores comunitarios m?s s?lidos y se aprende a amar y a ser amado. All? se ilumina la vida afectiva privada y promueve el compromiso adulto con la vida p?blica y el bien com?n?. (CEA, Hacia un Bicentenario en justicia? solidaridad, 32) .??
3. Imploremos el don de la libertad, fundada en la verdad, y orientada al amor
Mendoza canta con orgullo afirmando que esta ?acun? la libertad?. Proeza de gente valiente, que sirvi? a su patria y a naciones hermanas. Sin embargo, la libertad es un don maravilloso confiado a nuestra responsabilidad.
Propia del humano existir humano, la libertad requiere ser cultivada como la misma vida. Se orienta y ejercita, ante todo, desde la verdad, siempre mejor conocida y amada. Supone conocer la identidad del ser humano; su dignidad singular; sus derechos y obligaciones esenciales. No ha sido entregada para destruir, sino para edificar. No est? dada para cualquier fin, sino para grandes ideales. Necesita por tanto formaci?n? adecuada y? dominio de s?. ?La primera libertad -dice san Agust?n (s. V)- consiste en estar exentos de cr?menes... como ser?an el homicidio, el adulterio, la fornicaci?n, el robo, el fraude, el sacrilegio y pecados como ?stos. Cuando uno comienza a no ser culpable de estos cr?menes (y ning?n cristiano debe cometerlos), comienza a alzar los ojos a la libertad, pero esto no es m?s que el inicio de la libertad, no la libertad perfecta...? (Veritatis Splendor 15,1).
Repasando de nuevo el ideal del Bicentenario, ?sta es la propuesta de los pastores:
?Acerc?ndonos al Bicentenario, recordamos que nuestra patria es un don de Dios confiado a nuestra libertad, como un regalo que debemos cuidar y perfeccionar. Podremos crecer sanamente como Naci?n si reafirmamos nuestra identidad com?n. En esta b?squeda del bienestar de todos, necesitamos dar pasos importantes para el desarrollo integral. Pero cuando priman intereses particulares sobre el bien com?n, o cuando el af?n de dominio se impone por encima del di?logo y la justicia, se menoscaba la dignidad de las personas, e indefectiblemente crece la pobreza en sus diversas manifestaciones.? (HBJS 11).
Oremos entonces, para alcanzar una aut?ntica libertad, que fundada en la verdad, se comprometa cada vez m?s con la justicia y la solidaridad.??
Mons. Jos? Mar?a Arancibia, arzobispo de Mendoza
Homil?a de monse?or H?ctor Aguer, arzobispo de La Plata, en la misa de clausura del Congreso Regional de Catequistas (Mar del Plata, 3 de julio de 2011). (AICA)
ALABANZA, REVELACI?N, SABIDUR?A. INSPIRACI?N Y TAREAS DE LA CATEQUESIS??????????????
Al retomar la serie de domingos ordinarios ?que se llama ?tiempo ?durante el a?o?? la liturgia nos depara unas palabras del Se?or que han sido consideradas como la perla del Evangelio de San Mateo, y m?s a?n: vena y fuente del Evangelio y s?ntesis de todo el misterio de Cristo. Recibimos esas palabras con atenci?n creyente, con admiraci?n y amor; conviene volver con frecuencia a ellas para rumiarlas interiormente y fijarlas en la memoria del coraz?n.
El pasaje (Mt. 11, 25-30) comienza con una alabanza de Jes?s dirigida al Padre en la que expresa su intimidad con ?l. La exclamaci?n brota como una respuesta de satisfacci?n y alegr?a que surge de las profundidades del alma del Hijo hecho hombre ante la manifestaci?n de la sabidur?a de Dios. El texto paralelo de San Lucas anota que en aquel momento Jes?s se estremeci? de gozo movido por el Esp?ritu Santo (Lc. 10, 21). El motivo de esa alabanza, que es bendici?n y acci?n de gracias, es la decisi?n desconcertante del Padre de revelarse a los peque?os y ocultar, en cambio, a los sabios y prudentes los misterios del Reino. ?Qui?nes son los peque?os? El t?rmino griego que los designa en el texto significa literalmente ni?o de tierna edad, y en sentido figurado vale tanto como inmaduro, simple, inculto, ignorante. Jes?s se refiere a sus oyentes, a los que lo siguen y escuchan con atenci?n e inter?s: no son las ?lites religiosas de Israel sino las mujeres y los ni?os, los galileos, la gente del campo que no puede asistir a las escuelas de los escribas. M?s all? de las fronteras geogr?ficas e hist?ricas, los peque?os son los pobres en su sentido b?blico original, destinatarios de la primera bienaventuranza: los pobres de esp?ritu, sencillos y humildes de coraz?n. Son ellos, en cualquier ?poca los que reciben abiertamente el Evangelio, lo aceptan y comprenden. San Mateo, al recoger por escrito las palabras del Se?or estaba pensando en la comunidad cristiana, en la Iglesia, cuyos miembros tienen que hacerse peque?os para recibir la fe y permanecer en ella.
Te alabo, Padre,? por haber revelado estas cosas a los peque?os. ?De qu? cosas se trata? Del misterio mismo de Dios. Jes?s nos habla del conocimiento que ?l, como Hijo eterno, tiene del Padre, y del conocimiento que el Padre tiene de ?l. Ese saber especial, el misterio del Padre y del Hijo, se nos comunica en la revelaci?n de Jes?s: es ?l quien nos da a conocer al Padre. En otro momento Jes?s hablar? de la misi?n del Esp?ritu Santo, cuya funci?n es recordar a los disc?pulos la ense?anza de Jes?s e introducirlos en la verdad total. Estas cosas? son, entonces, el misterio de la Sant?sima Trinidad; as? lo entendi? la tradici?n eclesial. Comentando el Evangelio de hoy dec?a San Cirilo, obispo de Jerusal?n, que fue un gran catequista de la antig?edad: Tienes que creer en el Hijo unig?nito de Dios, nuestro Se?or Jesucristo, Dios engendrado de Dios, Vida engendrada de la Vida, Luz engendrada de la Luz. Es semejante en todo al progenitor. No recibi? el ser en el tiempo, sino que antes de toda la eternidad ha sido engendrado eternamente por el Padre de modo inefable. El es la sabidur?a de Dios y nada le falta de la gloria divina. Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo. El misterio de la Sant?sima Trinidad es el centro y la cima de la revelaci?n y debe ser tambi?n el centro de la ense?anza cristiana y de la educaci?n en la fe. En la actualidad encontramos en muchas personas que se consideran cat?licas, por una parte una fe gen?rica en Dios ?una especie de de?smo? y por otra una devoci?n meramente humana a Jes?s, como si no fuera Dios y hombre verdadero. En este mundo que hace alarde de sus conquistas cient?ficas, muchos sabihondos exhiben desprecio por los cristianos y por sus dogmas; en ese contexto cultural corresponde recuperar para los peque?os, para la gente sencilla, el conocimiento luminoso de la Trinidad. Un conocimiento cercano, vital, no meramente te?rico, ya que por la gracia santificante somos templos del Dios Uno y Trino y estamos llamados al gozo de su intimidad.
Despu?s de la alabanza al Padre y del dicho sobre la revelaci?n, Jes?s nos dirige una invitaci?n de corte sapiencial en la que se manifiesta la bondad de su coraz?n. En el Antiguo Testamento, la sabidur?a personificada exhortaba a los hombres a dejarse instruir por ella para alcanzar alegr?a, prosperidad, plenitud de vida; Jes?s es la Sabidur?a de Dios, que invita a los afligidos y agobiados ?podemos pensar que son los peque?os, de los que ha hablado antes? a acercarse a ?l, a tomarlo por maestro y a asumir las exigencias del Evangelio para recibir la salvaci?n. En el pensamiento jud?o se mencionaba el yugo de la sabidur?a, el yugo de la ley, el yugo de Dios. El yugo de Cristo es la cruz, que ?l nos exhorta a llevar obediencia y humildad; es la ley evang?lica, el estilo cristiano de vida, que no resulta una carga pesada porque viene acompa?ada de la gracia del Esp?ritu Santo que nos identifica con la voluntad de Dios y nos impulsa a vivir en su amor. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana, dice el Se?or. San Juan Cris?stomo explicaba admirablemente este pasaje: No se espanten al o?r hablar de yugo, parece decirnos el Se?or, porque es suave; no tengan miedo de que les hable de carga, pues es ligera. ?Y c?mo se cumplen sus palabras? Siendo humildes, mansos y modestos. Esta virtud de la humildad es, en efecto, madre de toda filosof?a. Por eso, cuando el Se?or promulg? aquellas sus divinas leyes al comienzo de su misi?n, comenz? por la humildad. Y lo mismo hace aqu? ahora, a par que se?ala para ella el m?s alto premio: ?Encontrar?n alivio?? Ya antes de la vida venidera te da el Se?or el galard?n, ya que aqu? te ofrece la corona del combate, y de este modo, a la vez que ?l mismo se te pone por dechado, te hace m?s f?cil de aceptar su doctrina.
?Verdaderamente, podemos pensar que el Evangelio de hoy nos presenta una s?ntesis del mensaje de Jes?s! Por lo tanto, encontramos tambi?n en ?l un dise?o de lo que ha de ser la vida del cristiano, el perfil del disc?pulo y el esp?ritu que debe inspirar y animar el ministerio eclesial de transmisi?n de la fe.
Ahora me dirijo de modo particular y afectuosamente a los queridos catequistas de la Regi?n: recibamos esta ense?anza del Se?or como un don providencial que nos recuerda lo esencial de nuestra tarea. La catequesis ?como sabemos? ocupa un lugar espec?fico en el proceso de evangelizaci?n. ?ste comienza por la acci?n misionera, que hace presente el primer anuncio del mensaje cristiano a los no creyentes. La acci?n catequ?tica, de suyo, tiene por finalidad preparar para la iniciaci?n cristiana a los que aceptaron la fe; se prolonga como educaci?n de los fieles en la comunidad eclesial, y en esta funci?n, como itinerario catequ?stico permanente, se articula con otras acciones pastorales destinadas a acompa?ar a los cristianos hacia la madurez que corresponde a la plenitud de Cristo (Ef. 4, 13). Con mucha frecuencia, la catequesis asume una dimensi?n kerigm?tica y misionera; equivale, de hecho, a un primer anuncio, es para muchos el comienzo de la evangelizaci?n, en una sociedad descristianizada en la que los bautizados no han recibido en su primera infancia y aun en edad m?s avanzada una cuidadosa educaci?n en la fe. Esta situaci?n y otras caracter?sticas de la sociedad contempor?nea en los campos cultural, educativo, social y propiamente religioso nos plantean la necesidad de esbozar una estrategia catequ?stica que facilite una visi?n de conjunto de los problemas pastorales y la complementariedad de todos los esfuerzos. Me permito mencionar algunos objetivos deseables.
Ante todo, habr?a que procurar una mayor organicidad de las funciones catequ?sticas y establecer vinculaciones: entre catequesis de ni?os y de adultos, catequesis parroquial-misionera y catequesis familiar, preparaci?n al matrimonio y pastoral familiar; catequesis prebautismal, seguimiento postbautismal de los ni?os y sus familias y catequesis de iniciaci?n cristiana (que en el sentir popular sirve para cumplir con la primera comuni?n). En el ?mbito escolar es preciso asumir la distinci?n entre ense?anza religiosa escolar y catequesis, a tenor de lo que prescribe el Directorio General en los n?meros 73 a 76, as? como tambi?n mejorar y profundizar la relaci?n entre colegio y parroquia, especialmente en el caso de los colegios congregacionales o de los privados que ofrecen alg?n servicio catequ?stico. La importancia que felizmente otorgamos a la iniciaci?n cristiana, al catecumenado como prototipo de toda catequesis, implica revisar el orden de los tres sacramentos y el lugar de la confirmaci?n, que es un sacramento de iniciaci?n y no debe ser ofrecido a edad tard?a como si fuera reservado a quienes se deciden a ser militantes una vez superada la crisis de la adolescencia. El Catecismo de la Iglesia Cat?lica, con sus cuatro partes, ofrece la estructura de una catequesis integral que desarrolla todas las dimensiones de la existencia cristiana: el conocimiento de la fe seg?n la tradici?n y el magisterio de la Iglesia, la experiencia lit?rgica y sacramental, la vida cristiana seg?n el Dec?logo y el Serm?n de la Monta?a y la oraci?n como participaci?n de la intimidad de Jes?s con el Padre bajo el influjo del Esp?ritu Santo.
Queda un buen trecho a recorrer todav?a para superar un inter?s predominante, desmedido, por los aspectos metodol?gicos, instrumentales y accidentales y para devolver la importancia que corresponde al aspecto nocional del conocimiento de fe y al ejercicio de la memoria; que los catequizandos ?especialmente los ni?os? aprendan, comprendan y retengan para toda la vida la doctrina cat?lica. Para alcanzar este objetivo hacen falta buenos textos, con contenidos claros y concisos inspirados en el Catecismo y en su Compendio. En los ?ltimos siglos la Iglesia procur? sol?citamente componer catecismos como recursos imprescindibles para una buena catequesis, y el mismo Lutero advirti? en su tiempo que era ?sta una necesidad fundamental.
Otra meta importante es la integraci?n del ?rea catequ?stica en el conjunto de la acci?n pastoral. La comunidad toda debe participar de alg?n modo en la funci?n catequ?stica de la parroquia: con su inter?s y simpat?a, con su oraci?n, con su colaboraci?n en tareas auxiliares -por ejemplo para ayudar a los catequistas en la relaci?n con las familias de los catequizandos. La educaci?n de los bautizados en la fe y la preparaci?n de nuevas generaciones de cat?licos es incumbencia de todos, y no s?lo empe?o profesional de unos pocos. La vida de la comunidad tiene, adem?s un valor testimonial que es decisivo para la incorporaci?n a ella de los ni?os que cada a?o completan su iniciaci?n cristiana.
La decadencia cultural que padece la Argentina actual, la ideolog?a anticristiana que inspira los contenidos curriculares oficiales del sistema educativo, m?s el influjo en general negativo y muchas veces perverso de los medios de comunicaci?n son factores activos de deseducaci?n que producen una especie de lavado de cerebro, una erosi?n de las convicciones elementales acerca del hombre, su naturaleza personal y social y su destino trascendente. A los argentinos de hoy, especialmente a los ni?os, a los pobres ?los peque?os que dice el Evangelio? inermes ante los errores y la corrupci?n del mundo, les debemos la verdad de la revelaci?n cristiana, el ideal de una vida configurada seg?n el mensaje evang?lico, el acceso a la gracia de la intimidad con el Dios Trino, que es el don admirable que nos trajo Jes?s. No debemos cansarnos de transmitir la verdad, sin concesiones al relativismo del ambiente, sin temor a la descalificaci?n con la que intenten neutralizarnos los que se afanan por arrebatar a nuestro pueblo los restos de cultura cristiana, sin descorazonarnos ante la aparente infructuosidad de nuestros esfuerzos.
Vengan a m?, nos dice hoy el Se?or. Intentemos libre y gustosamente incluirnos en el n?mero de los peque?os, para que ?l nos transmita la revelaci?n del Padre y nos introduzca en su intimidad. Que el Esp?ritu Santo nos inspire el estupor ante el misterio del Dios Trino de modo que la oraci?n de Jes?s: Te alabo, Padre, Se?or del cielo y de la tierra? sea siempre la alabanza que brote de nuestros labios, de nuestro coraz?n, de toda nuestra vida.?
Mons. H?ctor Aguer, arzobispo de La Plata?
ZENIT? nos ofrece el discurso que el Papa Benedicto XVI dirigi? a los participantes de la peregrinaci?n de la di?cesis de Altamura-Gravina-Acquaviva delle Fonti (Italia), al recibirlos en audiencia en el Aula Pablo VI.
Excelencia,
?Queridos hermanos y hermanas!
Estoy realmente contento de acogeros a tantos de vosotros y tan llenos del entusiasmo de la fe. ?Gracias a vosotros! Agradezco al obispo, monse?or Mario Paciello, las palabras que me ha dirigido en nombre de todos. Saludo a las autoridades civiles, a los sacerdotes, los religiosos y las religiosas, los seminaristas y a cada uno de vosotros, extiendo mi pensamiento y afecto a vuestra comunidad diocesana, en particular a los que viven situaciones de sufrimiento y dificultad. Estoy agradecido al Se?or porque vuestra visita me ofrece la posibilidad de compartir un momento del camino sinodal de la Iglesia que est? en Altamura-Gravina-Acquaviva delle Fonti. El S?nodo es un evento que hace vivir concretamente la experiencia de ser ?Pueblo de Dios? en camino, de ser Iglesia, comunidad peregrina en la historia hacia su cumplimiento escatol?gico en Dios. Esto significa reconocer que la Iglesia no posee en s? misma el principio vital, sino que depende de Cristo, del que es signo e instrumento eficaz. En la relaci?n con el Se?or Jes?s, esta encuentra su propia identidad m?s profunda: ser don de Dios para la humanidad, prolongando la presencia y la obra de salvaci?n del Hijo de Dios por medio del Esp?ritu Santo. En este horizonte comprendemos que la Iglesia es esencialmente un misterio de amor a servicio de la humanidad para su santificaci?n. El Concilio Vaticano II afirm? sobre este punto: ?Fue voluntad de Dios el santificar y salvar a los hombres, no aisladamente, sin conexi?n alguna de unos con otros, sino constituyendo un pueblo, que le confesara en verdad y le sirviera santamente? (Lumen Gentium, n.9). Vemos aqu? que realmente la Palabra de Dios ha creado un pueblo, una comunidad, ha creado una alegr?a com?n, un peregrinaje com?n hacia el Se?or. El ser Iglesia, por tanto, no viene de una fuerza organizativa nuestra, humana, sino que encuentra su origen y su verdadero significado en la comuni?n de amor del Padre, del Hijo y del Esp?ritu Santo: este amor eterno es la fuente de la que viene la Iglesia y la Trinidad Sant?sima es el modelo de unidad en la diversidad y genera y plasma la Iglesia como misterio de comuni?n.
Es necesario partir siempre y de un modo nuevo de esta verdad para comprender y vivir m?s intensamente el ser Iglesia, ?Pueblo de Dios?, ?Cuerpo de Cristo?, ?Comuni?n?. De otra manera se corre el riesgo de reducir el todo a una dimensi?n horizontal, que desnaturaliza la identidad de la Iglesia y el anuncio de la fe y har?a m?s pobre nuestra vida y la vida de la Iglesia. Es importante destacar que la Iglesia no es una organizaci?n social, filantr?pica, como hay muchas: esta es la Comunidad de Dios, es la Comunidad que cree, que ama, que adora al Se?or Jes?s y abre las ?velas? al soplo del Esp?ritu Santo, y por esto es una comunidad capaz de evangelizar y de humanizar. La relaci?n profunda con Cristo, vivida y alimentada por la Palabra de Dios y por la Eucarist?a, hace eficaz el anuncio, motiva el compromiso por la catequesis y anima el testimonio de la caridad. Muchos hombres y mujeres de nuestro tiempo necesitan encontrarse con Dios, encontrarse con Cristo o redescubrir la belleza del Dios cercano, del Dios que en Jesucristo ha mostrado su rostro de Padre y que llama a reconocer el sentido y el valor de la existencia. Hacer entender que est? bien vivir como hombre. El actual momento hist?rico est? marcado, lo sabemos, por luces y sombras. Asistimos a comportamientos complejos: encerrarse en s? mismos, narcisismo, deseo de poseer y de consumir, sentimientos y afectos desligados de la responsabilidad . Muchas son las causas de esta desorientaci?n, que se manifiesta en un profundo malestar existencial, pero en el fondo de todo se puede entrever la negaci?n de la dimensi?n trascendente del hombre y de la relaci?n b?sica con Dios. Para esto es decisivo que las comunidades cristianas promuevan recorridos v?lidos y comprometidos con la fe.
Queridos amigos, hay que poner una particular atenci?n al modo de considerar la educaci?n a la vida cristiana para que toda persona pueda realizar un aut?ntico camino de fe, a trav?s de las diversas edades de la vida; un camino en el cual -como la Virgen Mar?a- la persona acoge profundamente la Palabra de Dios, convirti?ndose en testigo del Evangelio. El Concilio Vaticano II en la Declaraci?n Gravissimum educationis, afirma: ?busca, sobre todo, que los bautizados se hagan m?s conscientes cada d?a del don de la fe, mientras son iniciados gradualmente en el conocimiento del misterio de la salvaci?n ... adapt?ndose a vivir seg?n el hombre nuevo en justicia y en santidad de verdad? (n.2). En este compromiso educativo la familia es la primera responsable. Queridos padres, ?sois los primeros testigos de la fe!. No teng?is miedo de las dificultades en las que est?is llamados a realizar vuestra misi?n. ?No est?is solos!. La comunidad cristiana est? cerca de vosotros y os sostiene. La catequesis acompa?a a vuestros hijos en su crecimiento humano y espiritual, pero est? considerada como una formaci?n permanente, no limitada a la preparaci?n para recibir los Sacramentos; debemos, en toda nuestra vida, crecer en el conocimiento de Dios, en el conocimiento de qu? significa ser un hombre. Sabed sacar siempre fuerza y luz de la Liturgia: la participaci?n en la Celebraci?n eucar?stica en el D?a del Se?or es decisiva para la familia, para toda la comunidad, es la estructura de nuestro tiempo. Recordemos siempre que en los Sacramentos, sobre todo en la Eucarist?a, el Se?or Jes?s act?a para la transformaci?n de los hombres asimil?ndolos a S?. Es gracias a este encuentro con Cristo, a la comuni?n con ?l, la comunidad cristiana puede testificar la comuni?n, abri?ndose al servicio, acogiendo a los pobres y a los ?ltimos, reconociendo el rostro de Dios en el enfermo y el necesitado. Os invito, por tanto, partiendo del contacto con el Se?or en la oraci?n cotidiana y sobre todo en la Eucarist?a, a valorar de un modo adecuado las propuestas educativas y los caminos de voluntariado existentes en la di?cesis, para formar personas solidarias, abiertas y atentas a las situaciones de malestar espiritual y material. En definitiva, la acci?n pastoral debe procurar formar personas maduras en la fe, para vivir en contextos en los que A menudo Dios es ignorado; personas coherentes con la fe, para que se lleve a todos los ambientes la luz de Cristo; personas que viven con alegr?a la fe, para transmitir la belleza del ser cristianos.
Un pensamiento especial deseo, finalmente, dirigir a vosotros, queridos sacerdotes. Sed siempre conscientes del don recibido, para que pod?is servir con amor y dedicaci?n, al Pueblo de Dios encomendado a vuestros cuidados. Anunciad el Evangelio con valent?a y fidelidad, sed testigos de la misericordia de Dios y, guiados por el Esp?ritu Santo, sabed indicar la verdad, no temiendo el di?logo con la cultura y con los que est?n buscando a Dios.
Queridos hermanos y hermanas, confiamos el camino de vuestra comunidad diocesana a Mar?a Sant?sima, Madre del Se?or y Madre de la Iglesia, Madre nuestra. En ella contemplamos lo que la Iglesia est? llamada a ser. Con su ?s? ha dado al mundo a Jes?s y ahora participa plenamente de la gloria de Dios. Tambi?n nosotros estamos llamados a dar al Se?or Jes?s a la humanidad, no olvidando ser siempre sus disc?pulos. Os agradezco de nuevo vuestra bella visita y de todo coraz?n os agradezco vuestra fe y os acompa?o con la oraci?n, imparti?ndoos a todos vosotros y a toda la di?cesis la Bendici?n Apost?lica.
[Traducci?n del original italiano por Carmen ?lvarez
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San Crist?bal de La Laguna celebr? su 515 cumplea?os. El de?n de la Catedral, Juli?n de Armas presidi? la Eucarist?a de acci?n de gracias en el convento de las monjas catalinas. ?Los cat?licos celebramos en este d?a el aniversario de la llegada del Evangelio a estas tierras. La historia de esta ciudad no se entiende sin la presencia de la Iglesia?, record? De Armas durante el Te Deum.?
El Rectorado de la Universidad de La Laguna acogi? la firma del convenio mediante el cual qued? formalmente inaugurado el Observatorio Canario de la Familia, una entidad en la que participa la Fundaci?n Empresa-Universidad de La Laguna; el Instituto Nivariense de Ciencias de la Familia; la Federaci?n Provincial de Entidades de la Construcci?n de Santa Cruz de Tenerife (FEPECO) y la propia ULL. Este observatorio nace con la vocaci?n de convertirse en un canal de formaci?n y comunicaci?n para las familias y las instituciones, que adem?s sirva de apoyo y asesoramiento a las personas responsables de las pol?ticas p?blicas que incidan sobre ellas.?
Las pastorales juveniles de Taco, Ofra y La Higuerita llevar?n a cabo este s?bado, 30 de julio, de 9:00 a 21:00 horas, un encuentro denominado "Simulacro de la JMJ". Se trata de una iniciativa que contar? con momentos de oraci?n, de diversi?n, talleres, encuentros con los padres y se celebrar? la Eucarist?a. Asimismo, habr? muchas sorpresas. La jornada se desarrollar? en la casa Tabor. A partir de las 19:00 horas, los participantes se trasladar?n al Seminario Diocesano para concluir el encuentro.?
Una treintena de sacerdotes diocesanos, entre j?venes y no tan j?venes, acompa?ar?n a los casi 800 diocesanos que participar?n en la Jornada Mundial de la Juventud.
La vida sacerdotal que recoge la contraportada del Diario de Avisos de este martes es la de F?lix Hern?ndez. Este rotativo ha venido publicando, desde hace varias semanas, cada martes, una semblanza de diversos presb?teros pertenecientes a la Di?cesis Nivariense. Esta secci?n regresar? el pr?ximo martes, 6 de septiembre. Del sacerdote F?lix Hern?ndez, el reportaje destaca, sobre todo, su gran caridad. Este palmero naci? en San Andr?s y Sauces. Carmen Luisa, presidenta de "Justicia y Paz" recuerda a F?lix Hern?ndez como un hombre comprometido. "Su gran preocupaci?n por liberar a los hombres y mujeres de todas las cargas, le llev? a dedicar much?simo tiempo a estar en el confesionario para acoger, orientar, acompa?ar y ofrecer el perd?n del Se?or?.?
Los sacerdotes Milton George, natural de la India y Theodore Kanyiki, provenientes de El Congo, est?n en nuestra di?cesis para prestar sus servicios pastorales durante el tiempo de verano. Aprovechando su estancia en Tenerife, comunicaci?n del Obispado charl? con ellos para conocer la realidad de la Iglesia en sus respectivos pa?ses, as? como sus vivencias en nuestra isla. La entrevista se puede escuchar en: comunicacionobispadodetenerife.blogspot.com?
La actual comunidad de Claretianos de la Parroquia de Ntra. Sra. del Pilar en Santa Cruz de Tenerife ha comunicado que la Misa de Salida por el Padre Ignacio, fallecido recientemente ser? el jueves 28 de julio en El Pilar, a las 20:0 horas. El Padre Ignacio permaneci? como p?rroco de la parroquia santacrucera del Pilar durante 34 a?os (30 a?os ininterrumpidamente).??
Tambi?n, en la tarde del pasado domingo 24 de Julio, en la Casa Madre del Redentor del Sauzal, fallec?a el sacerdote diocesano Eduardo Cejas Mart?n. Era natural de Buenavista del Norte, el pasado 2 de julio cumpli? los 93 a?os de edad. Fue ordenado sacerdote el 29 de junio de 1968, con 50 a?os de edad. La Misa Funeral se celebr? el lunes 25 de Julio, en la Parroquia de San Pedro, en El Sauzal.??
Por otro lado, el pasado s?bado 23 de julio, descans? en la paz del Se?or, en Madrid, Sor Evelia Gonz?lez C?breces, religiosa hospitalaria del Sagrado Coraz?n de Jes?s. Era natural de Polvorosa de Valdivia (Palencia) y de sus 48 a?os como religiosa, m?s de catorce trabaj? como hermana hospitalaria en el Centro de Educaci?n Especial Acam?n y Centro Ocupacional que tienen las hermanas en San Miguel de Geneto (La Laguna). Para el viernes 29 de Julio, la comunidad hospitalaria, los voluntarios y colaboradores del colegio Acam?n de San Miguel de Geneto invitan a la celebraci?n de la santa misa por su eterno descanso que se celebrar? en el Monasterio de Santa Catalina de Siena (Plaza del Adelantado, La Laguna).?
Este pr?ximo lunes 1 de Agosto se cumple el 50 aniversario del fallecimiento del que fuera Obispo de la Di?cesis, Don Domingo P?rez C?ceres. Por tal motivo, est? prevista para ese d?a la celebraci?n diocesana de tres eucarist?as de acci?n de gracias y en sufragio de su alma: por ser la catedral la sede o c?tedra de un obispo, a las 9:00 horas en la Parroquia de la Concepci?n de La Laguna (sede provisional de la Catedral); por ser el impulsor de la construcci?n de la actual Bas?lica de Candelaria, a las 11:00 horas, en la Bas?lica, lugar de peregrinaci?n por excelencia en la di?cesis; y por nacer en G??mar (el 10 de Noviembre de 1892), a las 20:00 horas, en la Parroquia de San Pedro de G??mar.?
El director general de los centros de San Juan de Dios de la provincia B?tica, Juan Jos? Afonso, particip? en el programa de la Televisi?n Canaria, "30 Minutos". En la entrevista que le realiz? Mayer Trujillo, explic? el papel de los hermanos de la Instituci?n y habl? del padre Fernando Llorente. Por otro lado, se refiri? a los pacientes y a su actividad concertada, as? como a la situaci?n de los diversos centros. Parte de la entrevista se puede visionar en el blog anteriormente se?alado.?
El Instituto Superior de Teolog?a de las Islas Canarias, ISTIC, ha lanzado el siguiente interrogante: "?Por qu? no? Ciencias Religiosas". Lo ha hecho dentro de la campa?a de presentaci?n de prematr?cula para el curso 2011-2012 que comienza en septiembre. Con esta campa?a el ISTIC pretende informar en todos los ?mbitos sobre la formaci?n que se oferta dentro de los Estudios Universitarios Oficiales "Especialidad en Teolog?a Ciencias Religiosas", formaci?n que cuenta con un Reconocimiento Civil, seg?n Real Decreto 3/1995 de 13 de enero, BOE 5 de febrero.?
Las Jornadas de Comienzo de Curso que organiza la Delegaci?n Diocesana de Ense?anza Religiosa tendr?n lugar del 7 al 9 de Septiembre, de 16 a 20 horas, en el Centro de Estudios Teol?gicos. El tema de estudio y reflexi?n lleva por t?tulo: "Programando la ERE (Ense?anza Religiosa Escolar) en clave competencial: el Dise?o Curricular Base a la Programaci?n de Aula". El plazo de inscripci?n contin?a abierto.?
Del 27 de julio al 7 de agosto, se celebran las fiestas patronales y romer?a en honor a Nuestra Se?ora de las Nieves, en Finca Espa?a, La Laguna. El programa de actos se puede consultar en: www.fincaespa?a.com
?Esta semana se celebr? en Madrid la comisi?n de seguimiento de las obras de la Catedral de La Laguna, integrada por el Ministerio de Cultura, el Obispado, el Ayuntamiento de La Laguna y la Delegaci?n del Gobierno en Canarias. En octubre se volver? a reunir la comisi?n en La Laguna, momento en el que se proceder? a la rotura del prototipo de b?veda y se comenzar? con la construcci?n de las b?vedas en la Catedral.?
EL 31 de julio, a las 18:00 horas, el terrero municipal de lucha de Santa ?rsula, acoger? una luchada de homenaje al Padre Antonio. Lo recaudado en las entradas ir? destinado a beneficio del Hogar Santa Rita.?
Como cada a?o, la iglesia de San Francisco se prepara para celebrar una de las festividades m?s destacadas de cuantas se celebran en este templo de la Villa de La Orotava, Ntra. Sra. de la Caridad. Los solemnes cultos en honor de Ntra. Sra. de la Caridad se celebrar?n desde el s?bado 30 de julio hasta el s?bado 6 de agosto, destacando el d?a grande de la Festividad de la Virgen, el viernes 5 de agosto, cuando despu?s de la Funci?n Eucar?stica la imagen de Ntra. Sra. de la Caridad saldr? en procesi?n por las calles de la Villa, siguiendo el recorrido de costumbre.?
El pasado domingo 24 de julio, los miembros de los once grupos de Vida Ascendente de la isla de La Palma, acompa?ados por responsables del movimiento de Tenerife, celebraron en Tazacorte un encuentro-convivencia final de Curso.?
La parroquia palmera de La Encarnaci?n, a trav?s de C?ritas, est? llevando a cabo un proyecto de ayuda a ni?os pobres de Bolivia.?
Del 1 al 14 de agosto se celebrar?n las fiestas en honor a San Mauricio Abad en Puntagorda, La Palma.?
El pr?ximo 30 de julio, a partir de las 18:30 horas, se celebrar? en la Iglesia San Fernando Rey de Santiago del Teide casco, un Concierto Sacro en el que participar?n la soprano y flauta dulce, Barbara Hebborn y en el ?rgano, Hans Peter Reiners. En el evento, que tendr? entrada libre, se podr?n escuchar composiciones de Wolfgang-Amadeus Mozart, Joseph Haydn, Georg-Philipp Teleman, Georg-Friesdrich Andel y Antonio Vivaldi, entre otros.??
El bolet?n informativo de la Asociaci?n Amigos de La Catedral de La Laguna correspondiente al mes de julio, ya se encuentra a disposici?n en los lugares habituales de distribuci?n. En esta ocasi?n, este medio informativo recoge la actualidad de las actuaciones en el templo catedralicio, as? como una cr?nica de los encuentros que se vienen realizando en las Casas Capitulares.??
El Bolet?n Oficial de Canarias ha publicado la rectificaci?n de un error en la declaraci?n como Bien de Inter?s Cultural (BIC) de la iglesia de La Victoria, que pasa de la categor?a Monumento a la de Monumento Hist?rico Art?stico y cambia tambi?n su ?rea de delimitaci?n.?
En las librer?as diocesanas ya se encuentra el CD con la mejor m?sica cat?lica que se ha recopilado con motivo de las JMJ Madrid 2011. En ?l se encuentran Kairoj, Migueli, la Hermana Glenda, La voz del desierto, Nico, Gaby, etc. Se trata de un ?lbum doble que incluye 11 canciones en cada CD y est? publicado por la editorial San Pablo. El precio es muy econ?mico: 8.65?. Asimismo, las librer?as ya cuentan con dos de los libros recomendados no s?lo a todos aquellos que van a las JMJ, sino a todos los cristianos que les gusta la buena lectura. Hablamos de ??Por qu? est?s siempre alegre? firmes y alegres en la fe? y ?El evangelio a cuatro voces. Un mensaje de Dios para ti?, ambos de la editorial Eunsa.??
El obispo ha anunciado su intenci?n de convocar ?rdenes de Diacono el pr?ximo 8 de octubre.?
DOMINGO 18 DEL TIEMPO ORDINARIO
31 de julio de 2011
Jes?s, el Se?or, el pan de vida, est? con todos vosotros.
- Sed bienvenidos, hermanas y hermanos, a celebrar la eucarist?a del domingo. Jes?s nos convoca alrededor de su mesa, como aquellos disc?pulos se reunieron en un lugar tranquilo y apartado y ?l les dio el alimento
que necesitaban. Jes?s tambi?n nos da el alimento de nuestra fe: su cuerpo y su sangre, su presencia en medio de nosotros en forma de pan de vida.
A. penitencial: Prepar?monos para participar en esta comida, para recibirlo debidamente, pidiendo perd?n per nuestros pecados.
- T?, que tienes compasi?n de los que te buscan. SE?OR, TEN PIEDAD.
- T?, que ofreces esperanza a los enfermos y agobiados. CRISTO, TEN PIEDAD.
- T?, que das alimento a los hambrientos. SE?OR, TEN PIEDAD.
1. lectura (lsa?as 55,7-3): Escuchemos en esta primera lectura un fragmento del profeta Isa?as en el que Dios invita a comer y a beber a los hambrientos y sedientos,
ofrece gratis un alimento que puede saciar de verdad el hambre m?s profunda de la persona; un alimento que da vida. Es una profec?a que nos remite al alimento que
Jes?s dar? a los disc?pulos en el evangelio y al que nos da a nosotros en la eucarist?a.
2. lectura (Romanos 8,35.37-39): Escuchemos ahora c?mo San Pablo anima a sus lectores, mostr?ndoles c?mo el amor de Dios hacia nosotros es m?s grande que todos los problemas y dificultades que podamos tener. Un amor que se ha manifestado en Jes?s y del que nada puede alejarnos.
Oraci?n universal: Jes?s sent?a l?stima por la gente, curaba a los enfermos, ayudaba a los necesitados. Presentemos tambi?n nosotros a Dios nuestras necesidades, las de la Iglesia y las del mundo entero. Oremos diciendo: ESC?CHANOS, PADRE.
Por la Iglesia, por todos los cristianos. Que sepamos ofrecer al mundo el alimento que sacia el hambre m?s profunda de las personas, que es la fe en Jes?s. OREMOS:
Por todos los que gozan de unos d?as de descanso entre nosotros, portodos los que est?n lejos de aqu?, y tambi?n por los que no han podido tener vacaciones
este verano. OREMOS:
Por todas las actividades para ni?os y j?venes que se realizan durante el tiempo de verano desde la Iglesia. Que ayuden a transmitir y a vivir los valores del evan-
gelio. OREMOS:
Portodos nosotros, reunidos para celebrar la eucarist?a. Que nuestra celebraci?n alimente nuestra vida de fe y nos empuje al testimonio. OREMOS:
Escucha, Padre, nuestras oraciones, y haz que podamos saciarnos de la vida que nos ofreces. Por Cristo, nuestro Se?or.
Padrenuestro: Tal como Jes?s nos ense??, pidamos al Padre del cielo que no le falte a nadie el pan de cada d?a, ni nos falte tampoco a nosotros el pan de la eucarist?a. Unidos a ?l, nos atrevemos a decir:
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CPL
ZENIT? nos ofrece el discurso que el Papa Benedicto XVI pronunci?el lunes 4 de Julio de 2011?con motivo de la inauguraci?n de una muestra en su honor, con el t?tulo ?El esplendor de la verdad, la belleza de la caridad ? Homenaje de los artistas a Benedicto XVI por el 60 aniversario de Sacerdocio?, en el Aula Pablo VI.
Se?ores cardenales,
Venerados hermanos en el Episcopado y en el Sacerdocio,
queridos amigos,
es para m? una gran alegr?a encontraros y recibir vuestro homenaje creativo y multiforme con ocasi?n del 60? aniversario de mi Ordenaci?n sacerdotal. Os estoy sinceramente agradecido por vuestra cercan?a en esta celebraci?n tan significativa e importante para mi. En la Celebraci?n eucar?stica del pasado 29 de junio, Solemnidad de los Santos Ap?stoles Pedro y Pablo, di las gracias al Se?or por el don de la vocaci?n sacerdotal. Hoy os doy las gracias por la amistad y la gentileza que me manifest?is. Saludo cordialmente al cardenal Angelo Sodano, decano del sacro Colegio, y al cardenal Gianfranco Ravasi, presidente del Consejo Pontificio de la Cultura, que, junto a sus colaboradores, ha organizado esta singular manifestaci?n art?stica, y le doy las gracias por las corteses palabras que me ha dedicado. Dirijo tambi?n mi saludo a todos los presentes, de manera particular a vosotros, queridos Artistas, que hab?is acogido la invitaci?n a presentar una creaci?n vuestra en esta Muestra.
Nuestro encuentro de hoy, en el que tengo la alegr?a y la curiosidad de admirar vuestras obras, quiere ser una nueva etapa de ese recorrido de amistad y de di?logo que emprendimos el 21 de noviembre de 2009, en la Capilla Sixtina, un acontecimiento que llevo a?n impreso en el alma. La Iglesia y los artistas vuelven a encontrarse, a hablarse, a apoyar la necesidad de un coloquio que quiere y debe llegar a ser cada vez m?s intenso y articulado, tambi?n para ofrecer a la cultura, es m?s, a las culturas de nuestro tiempo, un ejemplo elocuente de di?logo fecundo y eficaz, orientado a hacer este mundo nuestro m?s humano y m?s bello. Vosotros hoy me present?is el fruto de vuestra creatividad, de vuestra reflexi?n, de vuestro talento, expresiones de los diversos ?mbitos art?sticos que represent?is aqu?: pintura, escultura, arquitectura, orfebrer?a, fotograf?a, cine, m?sica, literatura y poes?a. Antes de admirarlas junto a vosotros, permitidme que me detenga solo un momento en el sugerente t?tulo de esta Exposici?n: "El esplendor de la verdad, la belleza de la caridad?. Precisamente en la homil?a de la Misa pro eligendo pontifice, comentando la bella expresi?n de san Pablo de la Carta a los Efesios, veritatem facientes in caritate (4,15), defin? el ?hacer la verdad en la caridad? como una f?rmula fundamental de la existencia cristiana. Y a?ad?: "En Cristo, coinciden verdad y caridad. En la medida en que nos acercamos a Cristo, tambi?n en nuestra vida, verdad y caridad se funden. La caridad sin verdad estar?a ciega: la verdad sin caridad ser?a como un 'c?mbalo que reti?e' (1Cor 13,1)?. Ea precisamente desde la uni?n, quisiera decir desde la sinfon?a, desde la perfecta armon?a de verdad y caridad, de donde emana la aut?ntica belleza, capaz de suscitar admiraci?n, maravilla y alegr?a verdadera en el coraz?n de los hombres. El mundo en que vivimos necesita que la verdad resplandezca y no sea ofuscada por la mentira o por la banalidad; necesita que la caridad inflame y no sea superada por el orgullo y por el ego?smo. Necesitamos que la belleza de la verdad y de la caridad alcance lo ?ntimo de nuestro coraz?n y lo haga m?s humano. Queridos amigos, quisiera renovaros a vosotros y a todos los artistas un llamamiento amistoso y apasionado: no separ?is nunca la creatividad art?stica de la verdad y de la caridad, no busqu?is nunca la belleza lejos de la verdad y de la caridad, sino que con la riqueza de vuestra genialidad, de vuestro impulso creativo, sed siempre, con valor, buscadores de la verdad y testigos de la caridad; haced resplandecer la verdad en vuestras obras y haced de modo que su belleza suscite en la mirada y en el coraz?n de quien las admira el deseo de hacer bella y verdadera la existencia, toda existencia, enriqueci?ndola con ese tesoro que no disminuye nunca, que hace de la vida una obra de arte y de cada hombre un artista extraordinario: la caridad, el amor. Que el Esp?ritu Santo, art?fice de toda la belleza que hay en el mundo, os ilumine siempre y os gu?e hacia la Belleza ?ltima y definitiva, la que inflama nuestra mente y nuestro coraz?n y que esperamos poder contemplar un d?a en todo su esplendor. Una vez m?s, gracias por vuestra amistad, por vuestra presencia y porque llev?is al mundo un rayo de esta Belleza que es Dios. De verdadero coraz?n os imparto a todos vosotros, a vuestros seres queridos y al entero mundo del arte mi Bendici?n Apost?lica.
[Traducci?n del original italiano por Inma ?lvarez
?Libreria Editrice Vaticana]
Texto del micro radial de monse?or Jos? Mar?a Arancedo, arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, emitido por LT 9 (2 de julio de 2011). (AICA)
Este domingo la liturgia nos habla de la humildad y lo hace desde Jesucristo, que se nos presenta como: ?paciente y humilde de coraz?n? (Mt. 11, 29). Jesucristo no consider? su condici?n divina como algo que deb?a guardar celosamente, nos dec?a san Pablo, sino que: ?haci?ndose semejante a los hombres? se humill? hasta aceptar la muerte? (Flp. 2, 7-8). Esto tiene un significado ejemplar. Podemos decir que la humildad es el supuesto de las dem?s virtudes, es ?mater et caput? (madre y cabeza) de todas las virtudes.
El conocimiento de la verdad, en cuanto valor que eleva y hace libre al hombre, necesita de la humildad. Si la fuente de la libertad est? en la verdad: ?conocer?n la verdad y la verdad los har? libres?, nos dice san Juan (Jn. 8, 32), en este sentido, la verdad, necesita de la humildad como camino para ser alcanzada.
Es significativa la reflexi?n que presenta Juan Pablo II cuando al hablar del camino hacia la verdad nos propone: ?la vida de santidad que resplandece, dice, en tantos miembros del pueblo de Dios frecuentemente humildes y escondidos a los ojos de los hombres, la que constituye el camino m?s simple y fascinante en el que se nos concede percibir inmediatamente la belleza de la verdad, la fuerza liberadora del amor de Dios?? (V.S. 107). Podr?amos decir que el Santo Padre no hace m?s que aplicar la luminosidad del Evangelio de hoy, cuando leemos: ?Te alabo, Padre, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los peque?os? (Mt. 11, 25).
Ponderar la virtud de la humildad en un mundo acostumbrado a valorar el ?xito inmediato, el tener m?s en t?rminos materiales, parecer?a que no es algo aconsejable, sin embargo, ella es la clave que da sentido a su deseo de felicidad y de realizaci?n, porque se alimenta, precisamente, de la verdad. ?Cu?ntas angustias se sanar?an en el coraz?n del hombre de hoy que vive angustiado, si asumiera con humildad la riqueza de su verdad!
En la aparente debilidad de la humildad est? la verdadera sabidur?a y fortaleza del hombre, porque ella es el camino que le permite conocerse y valorar las cosas y las personas. El humilde no vive pendiente de los ?xitos de los dem?s, sino que conoce y ama lo que es y lo que tiene. El problema que preocupa al humilde no es dominar, tener m?s, sino lo que es valioso y la respuesta que ese valor le exige. Su enemigo es el orgullo y la soberbia, m?s que la impureza, porque nos impiden descubrir lo valioso y convivir con el ?xito ajeno.
El humilde todo lo que posee lo vive como un don que engendra gratitud y libertad, como dice san Pablo: ?Qu? tienes que no hayas recibido. Y si los ha recibido, ?por qu? te glor?as como si no lo hubieras recibido? (1 Cor. 4, 7). La humildad es causa y preserva en nosotros la alegr?a del don recibido. Por ello, dir?a que Jesucristo es maestro que salva desde su humildad.
Dese?ndoles un fin de semana en compa??a de sus familias y amigos, reciban de su Obispo junto a mis oraciones, mi bendici?n en el Se?or.?
Mons. Jos? Mar?a Arancedo, arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz?
Alocuci?n televisiva de monse?or H?ctor Aguer, arzobispo de La Plata en el programa ?Claves para un mundo mejor? (2 de julio de 2011). (AICA)
MATRIMONIO DESIGUAL Y DERECHO A LA IDENTIDAD ?????????
La ley llamada de Matrimonio Igualitario est? dando lugar a combinaciones extravagantes, y bastantes antiigualitarias.
Por ejemplo: nos hemos enterado, por los medios de prensa, de que en Rosario se ha inscripto el nacimiento de dos mellizas como hijas de dos mujeres unidas por esta nueva forma de uni?n. Las ni?as han recibido el apellido de ambas, porque tendr?n dos mam?s. En realidad, solamente una de esas dos mujeres es madre biol?gica de estas ni?as; la otra, en cambio, ha reivindicado ese papel y el reconocimiento consiguiente porque ha estado presente en el acto de inseminaci?n artificial y luego tambi?n durante la ces?rea por la cual las ni?as nacieron.
Ahora bien, corresponde preguntar: ?y qui?n es el pap?? Estas ni?as no lo sabr?n nunca, posiblemente. ?No existe un derecho de conocer la identidad biol?gica de cada uno? ?No podr?n reclamarlo ellas m?s adelante?
Otro caso: un se?or que se viste de mujer, que se ha puesto nombre de mujer y que recientemente ha recibido el documento donde figura as?, tambi?n unido en matrimonio igualitario con otro hombre, como es una persona muy conocida en la far?ndula, ha anunciado que va a ser mam?.
Su consorte ha aportado biol?gicamente al nacimiento de ese ni?o que va a nacer y seguramente alguna mujer habr? donado el gameto femenino y otra habr? alquilado su vientre. Cu?ndo nazca el ni?o, o los ni?os, pues las informaciones tambi?n hablan de mellizos, ser? probablemente anotado con el apellido de estos dos consortes del matrimonio igualitario, pero este ni?o o estos ni?os no sabr?n nunca qui?n es su mam? biol?gica. Recordemos, de paso, que se viene persiguiendo a dos j?venes vinculados a un importante medio de prensa, y se los obliga a investigar su identidad biol?gica aun cuando son felices ignor?ndola. ?Pero en los casos provocados por el matrimonio igualitario la identidad biol?gica no importa!
Esto ocurre porque se est?n aprobando en la Argentina leyes contrarias a la realidad natural, como si la naturaleza humana no existiera y esta situaci?n lamentablemente, va siendo aceptada con pasividad por mucha gente.
En el segundo caso que he comentado, como la persona es famosa todo el mundo la felicita porque va a ser mam?. En realidad no va a ser mam?. ?Qu? va a ser? Tendr?a que ser pap?. Es una confusi?n, y por eso digo que se trata de casos extravagantes, y tambi?n antiigualitarios, por lo desparejos.
Existe todav?a desgraciadamente el machismo, pero ahora se ha inventado otra forma de conducta que podr?amos llamar hembrismo. No debemos aceptar pasivamente que se altere el nombre de las realidades. Cada cosa tiene su nombre y no debemos caer en una situaci?n de tolerancia beata, por la cual todo es igual.
Tenemos que reconocer que se encuentra en ejecuci?n en la Argentina un proyecto de cambio cultural para la imposici?n de nuevos paradigmas en los cuales no cuenta la naturaleza humana. Ya he criticado varias veces los dise?os curriculares de varias materias en el sistema de educaci?n p?blica en los cuales se esfuma la realidad de la naturaleza. Es como si el ser humano fuera una pura existencia abierta que se modela ?l mismo a capricho y que hace de su cuerpo tambi?n lo que le da la gana.
Imaginen ustedes lo que significa, por otra parte, este recurso a t?cnicas artificiales de procreaci?n. ?Qu? es esto de donaci?n de ?vulos, de compra de ?vulos o de espermatozoides o de alquiler de vientres? ?Cu?ntos ni?os quedan en el camino; quiero decir, cu?ntos embriones se pierden en estos procedimientos?
Volvamos al problema principal: el intento de negar que existe una naturaleza humana para imponer la persuasi?n, de que el hombre se construye a s? mismo.
En el fondo, esta idea es profundamente atea. Va contra la realidad, va contra la creaci?n, y el que no admite la realidad de la creaci?n y que existe una naturaleza ordenada y bella, no reconoce ni admite la existencia de un Creador, un Creador sapient?simo y bondadoso que ha hecho del ser humano la m?s maravillosa de sus creaturas.
Nosotros tenemos que resistir a la imposici?n de estos paradigmas, y para eso es muy importante comentar estas cosas, reivindicar el sentido com?n y decir, cuando se publican hechos como los comentados, que son verdaderos disparates.
?Desgraciadamente los disparates existen, pero que no nos obliguen a reconocer que son cosas normales!?
Mons. H?ctor Aguer, arzobispo de La Plata?
Mensaje de monse?or Agust?n Radrizzani, arzobispo Mercedes-Luj?n sobre las elecciones (3 de julio de 2011). (AICA)
EJERCICIO RESPONSABLE DE NUESTRA PARTICIPACI?N CIUDADANA EN EL SISTEMA DEMOCR?TICO
Queridos hermanos todos en el Se?or:
Acerc?ndose la fecha del aniversario de nuestra independencia y teniendo en cuenta la proximidad de las elecciones (tanto primarias como generales) creo oportuno se?alar algunos puntos para la reflexi?n y el ejercicio responsable de nuestra participaci?n ciudadana en el sistema democr?tico.
Entiendo que no hacemos en la iglesia pol?tica partidaria, aunque es evidente que cada ciudadano es un ser pol?tico y, m?s aun? como cristiano ha de ser un constructor de la sociedad, promoviendo el bien com?n, estando al servicio de los dem?s, poni?ndose particularmente del lado de los m?s pobres para socorrer sus necesidades impulsados por los ideales del evangelio que nos presenta una fundamental igualdad de todos los hombres (somos hijos Dios), una inviolable dignidad de cada ser humano, que no puede ser manipulado e instrumentalizado ya que toda persona es un fin en s? misma - no un objeto de uso o un medio para alcanzar beneficios-. Tambi?n el alt?simo sentido de justicia que anima la fe cristiana, nos pone en el compromiso serio por? la veracidad y transparencia de las relaciones con los dem?s, ya sean econ?micas y/o sociales.??
1. El voto
El pueblo argentino elegir? sus representares para el gobierno de nuestra naci?n. Es un modo de ejercer la responsabilidad mediante el voto. Cada ciudadano debe elegir a gobernantes que hayan demostrado querer afirmar principios para una convivencia honesta y que se comprometan a cumplimentar las aspiraciones de sus hermanos.
Con el voto promovemos los derechos de la sociedad, el inter?s nacional y el bien com?n. Con el voto decimos a los dem?s que estamos de acuerdo con lo que el? candidato y su partido han prometido durante la campa?a.
Renunciar a la posibilidad de votar o votar en blanco es un modo de desinteresarse por la marcha de nuestra naci?n y estar?amos renunciando a un futuro mejor.??
2. Los candidatos
Deben estar comprometidos en el bien com?n, y por tanto en proyectos de educaci?n, salud y vivienda que mediante oportunas reformas, logren disminuir los niveles de pobreza y marginalidad de tantos hermanos nuestros que hoy est?n excluidos de la sociedad.
Deber?n implementar junto a los otros dos poderes las reformas necesarias a las leyes para que se abran siempre m?s las posibilidades de trabajo para todos, se asegure la justicia y disminuya o desaparezca la inseguridad.
Deber?n evitar toda vinculaci?n con las lacras de nuestra sociedad como son la droga, el juego y la trata de personas con la convicci?n de que el dinero mal habido no puede ser garant?a de una sana convivencia. En tal sentido todo candidato deber? esforzarse por combatir el desempleo, la corrupci?n y toda pol?tica que atente contra la moral y la paz social.
Deber?n tener un pasado que los califique para la funci?n p?blica como el respeto por las minor?as, sinceridad en sus actitudes, compromiso con los sectores populares y haber conducido honestamente su campa?a electoral.??
3. Los partidos
Debemos pedir a cada partido la propuesta que tiene para los temas que m?s nos interesan y que defienda las aspiraciones m?s sanas de nuestro pueblo: La defensa de la vida desde su concepci?n hasta su muerte natural. Por eso asegure una vida digna, justa y feliz para todos.
Un partido pol?tico democr?tico no teme al debate, se rige por los valores de la familia, del trabajo, de la amistad, de la honestidad y del respeto por las creencias religiosas que sintonizan con la ley natural.
Por el tiempo transcurrido, no parece que los partidos tomen la iniciativa. Nos corresponde a nosotros promover reuniones y discusiones en las familias, en los grupos, en las escuelas y universidades, en las sociedades de fomento y principalmente en los medios masivos de comunicaci?n social como son la radio y la televisi?n.??
4. Cada uno de nosotros
Todos somos responsables de este momento hist?rico que vive nuestra Patria en el sano ejercicio democr?tico.
Vivamos con la esperanza de que quien sea elegido logre combatir siempre m?s el desempleo, logre garantizar los servicios p?blicos para todos, especialmente, para los m?s pobres, logre una reforma agraria que favorezca no s?lo a los agricultores sino a toda la poblaci?n, logre una reforma fiscal progresiva, logre promover la industria nacional, logre combatir la inseguridad y se empe?e por conseguir todo lo que el pueblo necesita.??
5. El d?a despu?s
Una vez elegidos nuestros representantes nos queda una doble responsabilidad, por un lado apoyar todo aquello que sea para el bien com?n y por el otro nos compete fiscalizar para que se cumpla lo prometido en la campa?a y podamos avanzar en el sue?o de un Pa?s m?s humano, m?s fraterno, m?s libre que es como decir con m?s vida de Evangelio para todos.
La Sant?sima Virgen, Nuestra Se?ora de Luj?n, nos ayude a vivir este tiempo de gracia con un compromiso verdadero.??
Mons. Agust?n Radrizzani, arzobispo Mercedes-Luj?n?
ZENIT? publica la intervenci?n que dirigi? Benedicto XVI?el domingo 3 de julio de 2011?a mediod?a desde la ventana de su estudio a los miles de peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano para rezar la oraci?n mariana del ?ngelus.
Queridos hermanos y hermanas:
Hoy en el Evangelio, el Se?or Jes?s nos repite esas palabras que conocemos tan bien, pero que siempre nos conmueven: ?Venid a m? todos los que est?is cansados y agobiados, y yo os dar? descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de m?, que soy manso y humilde de coraz?n; y hallar?is descanso para vuestras almas.Porque mi yugo es suave y mi carga ligera? (Mateo 11, 28-30). Cuando Jes?s recorr?a las calles de Galilea anunciando el Reino de Dios, y curando a muchos enfermos, sent?a compasi?n de la muchedumbre, porque estaban cansados y abatidos, como ovejas sin pastor (Cf. Mateo 9, 35-36).
Esa mirada de Jes?s parece extenderse hasta hoy, hasta nuestro mundo. Tambi?n hoy se posa sobre tanta gente oprimida por condiciones de vida dif?ciles, as? como desprovista de v?lidos puntos de referencia para encontrar un sentido y una meta a la existencia. Multitudes extenuadas que se encuentran en los pa?ses m?s pobres, probadas por la indigencia; y en los pa?ses m?s ricos tambi?n hay muchos hombres y mujeres insatisfechos, incluso enfermos de depresi?n. Pensemos, adem?s, en los numerosos evacuados y refugiados, en cuantos emigran arriesgando su propia vida. La mirada de Cristo se posa sobre toda esta gente, es m?s, sobre cada uno de estos hijos del Padre que est? en los cielos, y repite: ?Venid a m? todos?? .
Jes?s promete que dar? a todos ?descanso?, pero pone una condici?n: ?Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de m?, que soy manso y humilde de coraz?n?. ?En qu? consiste este ?yugo?, que en lugar de pesar aligera, y en lugar de aplastar levanta?
El ?yugo? de Cristo es la ley del amor, es su mandamiento, que ha dejado a sus disc?pulos (cf. Juan 13, 34; 15,12). El verdadero remedio para las heridas de la humanidad --tanto materiales, como es el hambre y las injusticias, y psicol?gicas y morales, causadas por un falso bienestar-- es una regla de vida basada en el amor fraterno, que tiene su manantial en el amor de Dios. Por esto es necesario abandonar el camino de la arrogancia, de la violencia utilizada para procurarse posiciones cada vez de mayor poder, para asegurarse el ?xito a toda costa. Tambi?n por respeto del ambiente es necesario renunciar al estilo agresivo que ha dominado en los ?ltimos siglos y adoptar una razonable ?mansedumbre?. Pero sobre todo en las relaciones humanas, interpersonales, sociales, la regla del respeto y de la no violencia, es decir, la fuerza de la verdad contra todo abuso, puede asegurar un futuro digno del hombre.
Queridos amigos, ayer celebramos una particular memoria lit?rgica de Mar?a Sant?sima, al alabar a Dios por su Coraz?n Inmaculado. Que la Virgen nos ayude a ?aprender? de Jes?s la humildad verdadera, a tomar con decisi?n su yugo ligero, para experimentar la paz interior y ser capaces de consolar a otros hermanos y hermanas que recorren con fatiga el camino de la vida.
[Tras rezar el ?ngelus, el papa salud? a los peregrinos en varios idiomas. En espa?ol, dijo:]
Saludo con afecto a los grupos de lengua espa?ola que participan en esta oraci?n mariana, en particular a los profesores y alumnos del Colegio Internacional Europa, de Sevilla. "Venid a m? todos los que est?is cansados y agobiados", nos dice hoy Cristo en el Evangelio. Que esta palabra resuene con claridad en el coraz?n de todos, de modo que, presentando al Se?or nuestros afanes y sufrimientos, encontremos en ?l la fuerza para afrontar la vida con alegr?a y serenidad de esp?ritu, siendo testigos de su amor y fuente de esperanza para los necesitados. Gracias por vuestra presencia y vuestras oraciones. Feliz domingo.
[Traducci?n del original italiano realizada por Jes?s Colina
?Libreria Editrice Vaticana]
ZENIT? publica la declaraci?n de los obispos cat?licos participantes en la reuni?n sobre migraci?n en Centroam?rica, Norteam?rica y el Caribe, emitida el 3 de junio en San Jos? de Costa Rica.
Nosotros, Obispos cat?licos responsables de las comisiones de movilidad humana reunidos en San Jos?, Costa Rica, del 1 al 3 de junio de 2011, unidos a religiosos, religiosas, laicos, laicas, participantes de CELAM y de C?ritas Internacional, comprometidos con la realidad migratoria, expresamos nuestra solidaridad con nuestros hermanos y hermanas que migran en busca de una mejor vida en esta regi?n.
Testigos del gran sufrimiento que viven las personas migrantes de nuestros pa?ses y regiones, quienes son v?ctimas de explotaci?n y abuso por parte de varios actores (funcionarios p?blicos, empleadores sin escr?pulos y organizaciones criminales), nuevamente exigimos a nuestros gobiernos hacerse responsables de la protecci?n legal a los y las migrantes, incluyendo a quienes buscan trabajo, solicitan asilo, refugio y han sido v?ctimas de Trata de Personas. Pedimos especial atenci?n y protecci?n para familias, mujeres y ni?os.
Reconocemos el derecho de soberan?a de las naciones para legislar sin embargo, consideramos injustas e inhumanas y, por lo tanto, objeto de cambio o supresi?n, las leyes que provocan la separaci?n de familias migrantes, detenciones arbitrarias y amenazas a la vida. Todas estas consecuencias se ven reflejadas en:
El incremento de la violencia en los secuestros por parte del crimen organizado de las personas migrantes. El dram?tico incremento de secuestros y homicidios de migrantes en M?xico, cometidos por organizaciones criminales, demandan una respuesta urgente.
La masacre de 72 migrantes en Tamaulipas, M?xico, el a?o pasado y los descubrimientos m?s recientes de m?s de 200 personas ?muchas de ellas migrantes-en el norte de M?xico, representan una terrible tragedia que ha recibido poca atenci?n por parte de las autoridades gubernamentales.
Estos asesinatos y secuestros contin?an en la impunidad. Las personas migrantes que han sido secuestrados y luego liberados han experimentado traumas severos y todav?a no reciben ning?n tipo de atenci?n ni servicio; ellas deber?an recibir cuidado espec?fico para v?ctimas en M?xico o en su pa?s de origen. Exigimos a nuestros gobiernos que trabajen juntos para reducir el peligro que padecen las personas migrantes y que castiguen a los responsables de estos cr?menes. Hacemos un llamado a los gobiernos y nuestros hermanos a concientizar a las personas migrantes sobre la peligrosidad de las organizaciones criminales que operan en M?xico y a no dejarse enga?ar por ellas.
El incremento en las deportaciones entre Estados Unidos y M?xico. El gobierno de Estados Unidos apoyado por su Congreso ha deportado una cantidad record de migrantes en los ?ltimos dos a?os, a pesar de la petici?n realizada por la Iglesia Cat?lica, para trabajar en la reforma de la ley de migraci?n que incluir?a la legalizaci?n de los trabajadores indocumentados y sus familias. Urgimos al Gobierno de los Estados Unidos cambiar el curso de sus acciones y proteger a los migrantes y sus familias independientemente de su status migratorio.
De la misma manera, en M?xico han aumentado las deportaciones, los migrantes han recibido un duro tratamiento y casi nulo acceso al debido proceso. El Gobierno mexicano pierde credibilidad cuando busca protecci?n para sus ciudadanos en otros pa?ses pero no la provee para los inmigrantes en M?xico.
La tragedia de la Trata de Persona. Aquellos que viven en pobreza contin?an siendo v?ctimas de la Trata de Persona en nuestro hemisferio, sobre todo representan un alto grado de vulnerabilidad los ni?os y ni?as migrantes no acompa?ados, que en muchos casos son v?ctimas en los pa?ses de tr?nsito y destino. Ciertamente se han realizado pasos importantes en los ?ltimos diez a?os para enfrentar este problema humanitario que no son suficientes. Expresamos nuestro apoyo a los esfuerzos contra la Trata de Personas y el aumento en la atenci?n de v?ctimas. Urgimos la vigilancia de parte de los gobiernos y nuestros compatriotas en la lucha en contra de esta tragedia hasta que sea eliminada de nuestro hemisferio y del mundo entero.
Crecimiento de la inequidad econ?mica. Como hemos sostenido en el pasado, la soluci?n a la migraci?n es el desarrollo y las oportunidades econ?micas en todo el hemisferio, de tal manera que las familias puedan encontrar trabajo y vivir con dignidad en sus pa?ses de origen. Mayor atenci?n debe ponerse a la inequidad econ?mica, especialmente cuando la integraci?n econ?mica y los acuerdos de libre comercio son abordados entre pa?ses del hemisferio.
Estos acuerdos favorecen algunos sectores econ?micos pero excluyen a otros. Un gran n?mero de trabajadores, particularmente en las zonas rurales pobres en los pa?ses en desarrollo, frecuentemente son despojados de su medio de subsistencia debido que tales acuerdos no toman en cuenta sus intereses.
M?s importante a?n, es que los gobiernos del hemisferio provean y fomenten la inversi?n social y pongan su atenci?n en la creaci?n de empleos y la satisfacci?n de necesidades de salud, educaci?n, vivienda y seguridad social. El desarrollo econ?mico y social sostenible debe ser la meta m?s importante del hemisferio.
Los efectos de la globalizaci?n en las personas. Vivimos en un tiempo en que los bienes, el capital y la comunicaci?n se intercambian globalmente en poco tiempo. Sin embargo, las personas en movimiento que proveen de fuerza de trabajo para mantener el crecimiento econ?mico no reciben protecci?n legal. Nuestros gobiernos no pueden continuar benefici?ndose del trabajo de las personas sin documentos sin ofrecerles protecci?n legal.
Los pa?ses de origen se benefician enormemente de las remesas enviadas por los migrantes, pero sin compromisos verdaderos que transformen la realidad de las personas migrantes y sus familias, a trav?s de obras de desarrollo y promoci?n humana integral, para ellas y las comunidades. Los pa?ses de destino obtienen beneficios del trabajo de los migrantes pero se resisten a darles protecci?n y en ocasiones los utilizan como objetos durante los procesos electorales. Las autoridades en pa?ses de destino tambi?n someten a los migrantes a duros y dif?ciles procesos migratorios y no los protegen de la explotaci?n y el abuso, permitiendo con ello el irrespeto de la dignidad de la persona.
En tanto que es un tema moral, esta situaci?n no puede continuar. Urgimos a las naciones que no han ratificado la Convenci?n de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Trabajadores Migrantes y sus familias, aprobarla y armonizar su legislaci?n, y crear pol?ticas p?blicas que reflejen el esp?ritu de la Convenci?n para las personas migrantes independientemente de su status migratorio.
El incremento en las amenazas a agentes de la Pastoral de Migrantes en su car?cter de defensores y defensoras de derechos humanos. Este es un drama que ha aumentado en M?xico, como una cacer?a para tantos hombres y mujeres cuya labor pastoral hermana y solidaria, se ha convertido en amenaza, sobre todo para la bandas criminales y algunos funcionarios coludidos con ellos, que han perdido el sentido de ver a la persona y ven en el migrante una mercanc?a de lucro.
Algunos agentes de la pastoral, pese a encontrarse con amenazas de estos criminales, han asumido su compromiso de fe con valent?a y han defendido con su propia vida y con celo a los migrantes, como el pastor defiende a la oveja del lobo que se la quiere tragar.
A estos hermanos/as les agradecemos su testimonio de fe, les exhortamos a seguir siendo fieles al Se?or Jes?s; al mismo tiempo, urgimos a las autoridades correspondientes fomentar, respetar y reconocer los santuarios de migrantes, que lo ?nico que buscan es ser una Casa Grande donde todos/as son hermanos y hermanas, hijos/as de un Padre com?n.
El proceso de recuperaci?n de Hait?. Urgimos la continua colaboraci?n para la recuperaci?n de Hait?, la naci?n m?s pobre del hemisferio, tras el terremoto de enero de 2010. Apremiamos a las naciones a proteger a los haitianos que residen en su territorio y a continuar la asistencia econ?mica a Hait?. Felicitamos a las naciones que ofrecen protecci?n ampliada para los haitianos en sus territorios.
Sin embargo, nos preocupan las nuevas deportaciones de migrantes haitianos hacia Hait? en un contexto de inseguridad econ?mica y pol?tica. Las naciones que han renovado las deportaciones deber?an detenerlas hasta que Hait? se recupere y est? en condiciones de recibirles.
Como Pastores y acompa?antes, continuaremos defendiendo los derechos de los migrantes en nuestro hemisferio y visibilizando sus necesidades. Mientras apoyamos la implementaci?n de la ley en nuestros pa?ses tambi?n trabajamos para que estas leyes sean justas para todos los seres humanos, especialmente para aquellos que no tienen poder pol?tico ni tienen qui?n les represente. Pedimos a los cat?licos y a todas las personas de este hemisferio que nos acompa?en en esta tarea. Llamamos a los cat?licos a acoger a los migrantes, actitud que forma parte de nuestra fe y nuestro compromiso cristiano.
Como seguidores de nuestro Se?or Jesucristo continuamos ?acogiendo al extranjero? tal como ?l nos ense?o: haciendo vida la escena de la persona que cae en manos de bandidos y el paso de una buena persona, que hace las veces de Jes?s: vend? sus heridas?y cuid? de ?l (Lc. 10, 25?37), e invita a hacer lo mismo: cuida de ?l, porque ?lo que hayas hecho a uno de nuestros peque?os, me lo hiciste a m? (Mt.25, 35-40).
Mons. ?ngel Sancasimiro
Obispo de Alajuela
Responsable de la Movilidad Humana
Conferencia Episcopal de Costa Rica
Mons. Rafael Romo Mu?oz
Arzobispo de Tijuana
Responsable de la Movilidad Humana
Conferencia Episcopal Mexicana
Mons. Pedro Valera Sever
Obispo Aux. Arquidi?cesis de Panam?
Responsable de Pastoral Social
Conferencia Episcopal de Panam?
Mons. Anthony B. Taylor
Di?cesis de Little Rock, Arkansas
Conferencia Episcopal de Estados Unidos
Mons. Pedro Hern?ndez Cantarero
Obispo del Vicariato de Dari?n
Encargado de Migraci?n
Conferencia Episcopal de Panam?
Mons. ?lvaro Ramazzini Imeri
Obispo de San Marcos
Responsable de la Movilidad Humana
Conferencia Episcopal de Guatemala
Mons. Joseph Bonello
Obispo Auxiliar de Juticalpa
Responsable de la Movilidad Humana
Conferencia Episcopal de Honduras
Mons. Ra?l Vera L?pez
Obispo de Saltillo
Conferencia Episcopal Mexicana
ZENIT? publica la exhortaci?n pastoral emitida por la Conferencia Episcopal de Venezuela al clausurar su asamblea plenaria con motivo del bicentenario, 5 de julio?(1811-2011)
1.- La Carta Pastoral sobre El Bicentenario del 19 de abril, que compartimos el a?o pasado con todo el pueblo de Venezuela, ten?a como objetivo ser memoria viva y agradecida del gesto heroico del inicio del proceso emancipador y, a su vez, propuesta de proyecci?n en el presente y el futuro de nuestro pa?s .
2.- Con la presente declaraci?n, como Pastores de este pueblo, invitamos desde el evangelio de Jes?s a todos los venezolanos a transformar nuestra sociedad, fracturada, agresiva y violenta, en otra que sea justa, respetuosa y unida. A convertir el poder en servicio y los bienes de la tierra en medios de vida y oportunidades para todos, en vez de utilizarlos como proyectos e instrumentos de lucha de clases y discriminaci?n . El Concilio Plenario aprob? dos documentos claves y actuales para asumir la tarea de la reconstrucci?n del pa?s: La contribuci?n de la Iglesia a la gestaci?n de una nueva sociedad y La Evangelizaci?n de la cultura en Venezuela .
MEMORIA AGRADECIDA DEL PASADO
3.- El 5 de julio es nuestra fiesta nacional por excelencia. Su celebraci?n es una exigencia de justicia con las personas que, con su inteligencia, coherencia y fidelidad al esp?ritu de libertad, engendraron la patria. Esos hombres se comprometieron con sus vidas y bienes a construirla libre de v?nculos coloniales. En su gesto brill? la fuerza de la civilidad, la autoridad de la inteligencia, el di?logo, la firmeza y el coraje. Su proyecto de rep?blica independiente e igualitaria no fue del todo explicitado, ni comprendido, ni puesto en pr?ctica solidariamente, lo que llev? a la divisi?n en bandos ensangrentados y trajo consigo la desgracia de la guerra civil .
EL PRESENTE: DESAFIO A NUESTRA CAPACIDAD DE CONVIVENCIA PACIFICA
4.- La actual situaci?n de nuestro pa?s refleja distintas realidades. Por una parte, la globalizaci?n, un fen?meno complejo que posee diversas dimensiones. Lamentablemente su cara m?s extendida y exitosa es su dimensi?n econ?mica, que se sobrepone y condiciona las otras dimensiones de la vida humana . Esa globalizaci?n, que es tambi?n comunicacional-medi?tica, se traduce en estructuras de poder y en cultura del consumo y del espect?culo. Ella es efecto y causa de la modernizaci?n, gracias a los avances de la ciencia y la tecnolog?a, y nos pone ante un mundo cambiante, con nuevas necesidades y exigencias diferentes a las de las generaciones anteriores.
5.- Por otra parte, la regionalizaci?n e integraci?n latinoamericana, de la que nuestro pa?s es protagonista, ha sufrido altibajos, marchas y contramarchas, en las que ha privado una falta de visi?n y un exceso de politizaci?n, dando al traste con proyectos s?lidos y de largo alcance que favorezcan las econom?as y la convivencia de nuestros pueblos. No obstante, en Am?rica Latina y El Caribe se aprecia una creciente voluntad de integraci?n regional con acuerdos multilaterales, involucrando un n?mero creciente de pa?ses que generan sus propias reglas en el campo del comercio, los servicios y las patentes . Sin embargo, el peligro de aislarnos por posturas ideol?gicas, m?s que por intereses comunes, es un escenario real.
6.- En este contexto, nuestro pa?s, atraviesa una coyuntura sociopol?tica que se hace cada d?a m?s dif?cil. En efecto, mientras muchas naciones viven un desarrollo sistem?tico, progresivo y acelerado, Venezuela sufre un constante deterioro econ?mico social; lo que implica que estamos quedando fuera de la tendencia global de cambios que permitan un desarrollo sostenido .
7.- A lo anterior se a?ade lo que estamos viviendo en estos ?ltimos d?as: el drama inhumano de las c?rceles. La descomposici?n de estas instituciones es global y profunda. La ambig?edad en la defensa de los derechos humanos y la ineficiencia del Estado para dar una respuesta adecuada a tan vasta problem?tica, hacen presumir que la situaci?n se le ha escapado de las manos a las autoridades y ha pasado a las de los mismos reclusos. Es tiempo ya de dar una soluci?n definitiva y humanizadora al sistema penitenciario. Lamentamos la inestimable p?rdida de vidas humanas en los hechos m?s recientes de violencia carcelaria.
8.- Otro hecho que llama a reflexi?n es el da?o causado a im?genes religiosas en diferentes ciudades. Este ins?lito ataque representa un desprecio a las devociones m?s queridas del pueblo, y en la pr?ctica, una negaci?n de los valores trascendentes; esconde el mismo irrespeto a la vida y a la dignidad del ser humano. Es lo contrario de una vida digna, serena y pac?fica.
9.- Ante tantos problemas que vivimos a nivel personal, familiar y social, corremos el peligro de dejarnos invadir por el pesimismo debido a la falta de propuestas concretas con una nueva visi?n de pa?s. El pesimismo puede llevarnos a una desilusi?n parecida a la de los disc?pulos de Ema?s, quienes, entristecidos por la muerte de Jes?s, caminaban sin esperanza . No podemos sucumbir a la tentaci?n de la indiferencia, la resignaci?n o la huida de la realidad. Frente a estos peligros nos alienta e impulsa la presencia del Se?or en nuestras vidas, la fuerza de su Esp?ritu y el Pan de vida de la Eucarist?a, como lo proclamamos gozosamente en el IV Congreso Eucar?stico Nacional que acabamos de celebrar.
EL BICENTENARIO COMO MOTIVACION PARA EL CAMBIO
10.- Hemos sido y seguimos siendo un pueblo profundamente solidario, fraterno, trabajador y abierto a los dem?s, sin distinci?n de color, procedencia, credos o preferencias pol?ticas. La tolerancia es una virtud del venezolano. Los problemas p?blicos suelen enfrentarse con paciencia y hasta con ?nimo jocoso. Pero esta actitud no es suficiente. No debemos perder la capacidad de cr?tica ni de asombro ni de reacci?n moral; no podemos permanecer de brazos cruzados ante una situaci?n que hiere las fibras humanas y espirituales m?s hondas de toda la sociedad venezolana.
11.- La par?bola evang?lica del Buen Samaritano , que expresa la actitud que Jesucristo reclama a sus oyentes: anda y haz t? lo mismo , nos ilumina para unir esfuerzos y levantar al pa?s. La conmemoraci?n del Bicentenario del 5 de julio nos brinda la ocasi?n de hacer propuestas, como ciudadanos y pastores, que aspiramos se conviertan en criterios de renovaci?n social de Venezuela.
12.- Primero, es urgente recuperar entre todos el respeto y la promoci?n de la inviolable dignidad de la persona humana y de todos sus derechos. Sigamos el ejemplo de tanta gente desinteresada que, movida por un profundo sentido humanista y por las exigencias superiores de la fe religiosa, trabaja por los derechos humanos, la dignificaci?n de las c?rceles y la superaci?n integral de los m?s pobres. El Estado, a su vez, tiene que demostrar capacidad y eficiencia para construir y cuidar los servicios b?sicos dignos: desde la recolecci?n de la basura hasta la atenci?n m?dica; una infraestructura confiable de la vialidad, el servicio el?ctrico sin interrupciones, el trato humano adecuado en la oficina p?blica o privada, en el mercado o en el estadio, en el hogar y en el vecindario. En una palabra, dar respuesta satisfactoria a las necesidades del pueblo.
13.- Segundo, valorar una cultura del trabajo y de la colaboraci?n solidaria en la producci?n y gesti?n de la riqueza. Se crece y madura como persona en el trabajo tesonero y en el aporte real de nuestras capacidades al bien com?n. Tenemos que superar la anticultura de la d?diva, de las colas interminables para recibir los mendrugos de una asignaci?n o beca de la autoridad de turno. No podemos seguir con una vida parasitaria que se mueve al vaiv?n de quien tiene para repartir. No puede ser el clientelismo el que conceda empleos a quienes no son capaces o no est?n suficientemente preparados para una determinada tarea y lo ?nico que pueden mostrar es su afecto o compromiso con una l?nea pol?tica. La capacitaci?n laboral de calidad y las oportunidades de empleo deben ser los par?metros de una cultura que aprecie el sentido pleno del trabajo productivo.
14.- Tercero, revalorizar la ciudadan?a. Ser ciudadano es responsabilizarse de la vida y de la marcha de la comunidad. Participar activa y conscientemente en todos los espacios de la vida social. El pa?s que queremos necesita del protagonismo de todos, en el que la meta principal ha de ser el bien com?n. Ciudadan?a es tambi?n sin?nimo de respeto al pluralismo y promoci?n de la convivencia democr?tica.
15.- Cuarto, ser disc?pulos de la verdad, el bien y la gratuidad. Solo la verdad nos hace libres . No transitemos por los caminos del facilismo, la mediocridad, el enga?o o la manipulaci?n. Necesitamos ver y reconocer un sinn?mero de ejemplos a nuestro alrededor, que nos muestran c?mo se puede pensar en el bien del otro antes que en el propio beneficio.
16.- Quinto, corresponder a un pa?s necesitado de aut?ntica reconciliaci?n. Como creyentes estamos ante la gran oportunidad de manifestar el valor religioso del perd?n, de la superaci?n de los odios y resentimientos, para dar espacio a la acogida, a la sanaci?n de actitudes, que nos lleven a incluir e integrar y a ser capaces de trabajar en com?n a pesar de las diferencias. La ?tica cristiana invita a alcanzar metas altas y exigentes, siempre con dulzura, delicadeza, y premura de quien desea el bien de las personas a quienes se dirige.
17.- Sexto, asumir como venezolanos y cristianos los desaf?os de:
-- Integrar en nuestras vidas el proceso de conversi?n y renovaci?n espiritual, moral, intelectual, en la familia, la comunidad y la Iglesia, en la l?nea de un compromiso mayor para transformar la realidad actual del pa?s;
-- profundizar la opci?n preferencial por los pobres, ejercer un influjo real de transformaci?n hacia un sistema econ?mico m?s justo, m?s solidario y m?s propicio al desarrollo integral de todos;
-- promover la solidaridad cristiana y defender los derechos humanos ante las frecuentes violaciones de los mismos;
-- reconstruir la democracia, promoviendo la participaci?n y organizaci?n ciudadana;
-- renovar la labor de evangelizaci?n del ?mbito cultural, defendiendo y promoviendo los valores humanos .
CONCLUSION
18.- La celebraci?n del Bicentenario del 5 de julio del a?o 1.811 nos exige escribir de nuevo el Acta de la Independencia encarnando en cada uno de nosotros los postulados que la constituyen: como todos los pueblos del mundo, estamos libres y autorizados para no depender de otra autoridad que la nuestra. Con la convicci?n de que la b?squeda de nuestro propio bien y utilidad no se quiere establecer sobre la desgracia de nuestros semejantes.
19.- Caminemos por la senda de la fraternidad y el respeto. Busquemos el bien y la utilidad com?n, sin menoscabo de los dem?s, de los que no piensan como nosotros. No repitamos los errores que condujeron al fracaso y a la guerra. Profundicemos la v?a de la gratuidad, del servicio desinteresado. Como el samaritano del camino que se fue sin esperar reconocimientos ni gratitudes. La entrega desinteresada fue su satisfacci?n frente a Dios y ante s? mismo. Es lo que pedimos para todos: en especial, para el pueblo llano y sencillo, creyente y amante de la paz, aut?ntico depositario de la soberan?a, integrado por personas libres y de invalorable dignidad.
20.- Qu?date con nosotros porque ya es tarde y el d?a se acaba, le dijeron a Jes?s los dos disc?pulos de Ema?s; su actitud de desesperanza cambi? al descubrir que era Jes?s Resucitado aquel que les acompa?aba y con quien conversaban. Dej?monos convocar por el gesto profundo de Cristo, compartiendo el pan, fruto del sacrificio y del trabajo com?n.
Los mejores logros en la vida bicentenaria del pa?s, s?lo se obtienen afirmando el sistema democr?tico, superando las diferencias pol?ticas y aceptando el di?logo, no exento de tensiones, como v?a de convivencia pac?fica. Anim?monos a vivir de esta manera; y compromet?monos, cada quien desde su propia responsabilidad, a construir entre todos un pa?s mejor.
Con nuestra bendici?n episcopal y la seguridad de la maternal protecci?n de Mar?a Sant?sima de Coromoto.
Los Arzobispos y Obispos de Venezuela
Caracas, 29 de Junio de 2011, solemnidad de San Pedro y San Pablo
ZENIT? publica el art?culo que ha escrito monse?or Felipe Arizmendi Esquivel, obispo de San Crist?bal de Las Casas, con el t?tulo ?Somos o no somos?.
Somos o no somos
VER
El Congreso de Baja California Sur acaba de rechazar la petici?n que se le present? de reconocer como un derecho humano fundamental el respeto a la vida humana desde su concepci?n; es decir, por mayor?a de votos declararon legal el aborto. Es muy probable que esa mayor?a de legisladores sean cat?licos, o al menos bautizados. Si es as?, son totalmente incongruentes con la fe que recibieron y que quiz? digan tener. Caso distinto a los legisladores de otros 18 Estados, donde han blindado constitucionalmente el derecho a la vida desde la fecundaci?n.
Los crueles asesinatos ejecutados por las bandas narcotraficantes, inhumanos e inexplicables, son perpetrados por creyentes de diversas denominaciones religiosas, que incluso se atreven a pedir bautismos para sus hijos y misas por sus intenciones. Esparcir cad?veres torturados y decapitados en las entradas de las ciudades, colgarlos en los puentes peatonales, los secuestros, la ejecuci?n de migrantes, la corrupci?n generalizada, la cooptaci?n de autoridades, las ofensas y descalificaciones dolosas e inmisericordes entre candidatos a puestos p?blicos, nos averg?enzan como creyentes, pues parece que su fe recibida y declarada no les sirve para nada. ?En qu? se distinguen de un no creyente?
JUZGAR
El Papa Benedicto, al relanzarnos a una nueva evangelizaci?n, siguiendo las huellas de Juan Pablo II, habla de una ?crisis de la vida cristiana?. ?En qu? se manifiesta? ?La crisis conlleva los rasgos de la exclusi?n de Dios de la vida de las personas, de una indiferencia generalizada respecto a la fe cristiana misma, hasta el intento de marginarla de la vida p?blica. En las d?cadas pasadas todav?a era posible encontrar un sentimiento cristiano general que unificaba el sentir com?n de generaciones enteras, crecidas a la sombra de la fe que hab?a plasmado la cultura. Hoy, lamentablemente, se asiste al drama de la fragmentaci?n que ya no permite tener una referencia unificadora; adem?s, se verifica con frecuencia el fen?meno de personas que desean pertenecer a la Iglesia, pero que est?n fuertemente plasmadas por una visi?n de la vida en contraste con la fe? Ser cristiano no es una especie de vestido que se lleva en privado o en ocasiones particulares, sino que se trata de algo vivo y totalizante, capaz de asumir todo lo que de bueno existe en la modernidad? (30-V-2011).
En su reciente visita pastoral a Croacia, cit? unas palabras dichas por el beato m?rtir Stepinac, en 1943: ?Uno de los mayores males de nuestro tiempo es la mediocridad en las cuestiones de fe. No nos hagamos ilusiones. O somos cat?licos o no lo somos. Si lo somos, es preciso que se manifieste en todos los campos de nuestra vida?.
ACTUAR
Necesitamos convencernos de que es improrrogable una nueva evangelizaci?n, y no conformarnos con lo que tradicionalmente hacemos. No cerremos los ojos y el coraz?n a tantas personas bautizadas que est?n alejadas de la pr?ctica religiosa, subyugadas por el atractivo de las drogas, del alcohol, del sexo, del negocio il?cito, de venderse como sicarios por unos cuantos pesos. No es cuesti?n s?lo que deba combatir el gobierno, sino que es una interpelaci?n a nuestra pastoral evangelizadora.
Nos dice el Papa: ?Anunciar a Jesucristo ?nico Salvador del mundo, es m?s complejo actualmente que en el pasado; pero nuestra tarea permanece igual que en los albores de nuestra historia. La misi?n no ha cambiado, as? como no deben cambiar el entusiasmo y la valent?a que movieron a los ap?stoles y a los primeros disc?pulos? Subrayar que la Iglesia est? llamada a realizar una nueva evangelizaci?n quiere decir intensificar la acci?n misionera para corresponder plenamente al mandato del Se?or?.
Pero m?s que estrategias novedosas, lo que importa es ?el estilo de vida de los creyentes?, como indicaba Pablo VI: ?Ser? sobre todo mediante su conducta, mediante su vida, como la Iglesia evangelizar? al mundo, es decir, mediante un testimonio vivido de fidelidad a Jesucristo, de pobreza y desapego de los bienes materiales, de libertad frente a los poderes del mundo, en una palabra, de santidad? (EN 41). Seamos m?s misioneros.
Homil?a de monse?or Jos? Luis Mollaghan, arzobispo de Rosario en la misa de San Pedro y San Pablo (29 de junio de 2011). (AICA)
ORDENACIONES SACERDOTALES????????????
Queridos hermanos:
Celebramos la Misa de la solemnidad de san Pedro y san Pablo, una de las fiestas m?s antiguas del a?o lit?rgico; y que el pueblo de Dios recuerda con fervor.
Tambi?n celebramos con gratitud a Dios los sesenta a?os de la ordenaci?n sacerdotal del Santo Padre Benedicto XVI, que fue ordenado providencialmente en este d?a y que hoy celebra su aniversario como Obispo de Roma y como sucesor de San Pedro. Nos unimos al Santo Padre en una feliz acci?n de gracias junto con los sacerdotes y los fieles, por su testimonio y entrega a lo largo de estos a?os.
En esta Misa celebramos las Ordenaciones sacerdotales de cuatro di?conos de nuestra Arquidi?cesis de Rosario, D. Silvio Daniel Almar?s de la Parroquia Nuestra Se?ora de F?tima, de Casilda; D. Cristian Esteban B?es de la Parroquia Nuestra Se?ora de Guadalupe, de Pueblo Esther; D. Javier Dar?o Carbone, de la Parroquia y Catedral de Rosario; D. Pablo Tarcisio Siegel, de la Parroquia Sagrado Coraz?n de Rosario, que han hecho durante varios a?os su camino de preparaci?n al sacerdocio en nuestro Seminario san Carlos Borromeo.?
Columnas de la Iglesia
San Pedro y san Pablo, a quienes celebramos son dos columnas de la Iglesia: Pedro, fue elegido por el Se?or para ser la roca, el primero en confesar la fe. Pablo, es el Ap?stol, a quien recordamos como el maestro, que la interpret? y la dio a conocer.
Como decimos en el Prefacio, Pedro fund? la primera comunidad de la Iglesia con el resto de Israel; Pablo con inmenso ardor la extendi? entre los paganos (cfr. Pref. Misa); y ambos dieron su vida y fueron coronados por el martirio.
En la p?gina del Evangelio que escuchamos se narra un episodio central para la misi?n que el Se?or le va a encomendar a Pedro, y contiene ense?anzas que son fundamentales para nuestra vida de fe. Particularmente el di?logo entre Jes?s y sus disc?pulos, en el que Sim?n Pedro le responde decididamente a Jes?s, reconoci?ndolo como el Mes?as, el Hijo de Dios vivo (Mt.16, 18).?
?Tu eres Pedro, y sobre esta piedra edificar? mi Iglesia?
Fue entonces que Jes?s, a su vez, ponder? la fe de Pedro, y respondi? eligiendo para ?l un nombre y le confi? una misi?n: ?Y yo te digo que t? eres Pedro, y sobre esta piedra edificar? mi Iglesia? (Mt 16,18).
Aquel hombre pescador, de car?cter fuerte y fogoso, que jur? dar la vida por Jes?s, pero que tambi?n lo neg? tres veces antes que cante el gallo, ahora es la roca, la piedra; y sobre esta piedra Jes?s quiere edificar su Iglesia viva, en la que Pedro tendr? la misi?n central, de presidirla en la fe y el amor.
Ustedes queridos di?conos, ser?n ordenados en este d?a sacerdotes. As? como el Se?or eligi? a Pedro para una misi?n en su Iglesia; as? tambi?n los elige a ustedes para ser sus sacerdotes.
Seguramente cada uno hoy recorrer? su historia, pensar? en su propia vida, se sentir?n como muy peque?os comparados con la grandeza de lo que van a recibir, porque conocen qui?nes son, sus propias limitaciones, y su vida.?
?Ya no los llamo siervos? sino amigos? (Jn 15,15)
Sin embargo, el Se?or por medio de su Iglesia, los elige y los llama. Desde hoy, -como recordaba el Papa Benedicto XVI, conmemorando su Ordenaci?n sacerdotal-, resuenan de un modo especial las palabras de Jes?s en el Evangelio de Juan: ?Ya no los llamo siervos? sino amigos? (Jn. 15,15).
Se trata de la amistad con Jes?s, que es ?l mismo quien la inicia, porque nos da a conocer todo lo que escuch? de su Padre (Jn 15,15), y a su vez nos une a ?l con caracter?sticas de intimidad y de entrega.
Esta amistad tiene lugar a trav?s de su amor, que se alcanza, como nos dicen los vers?culos que siguen, por el sacrificio, ?dando la vida por los amigos? (v.13); se enriquece por la obediencia, ?si hacen lo que les mando?, (V.14); y tambi?n se sella por el compromiso y la fidelidad ?para que vayan y den fruto? (v.16). De este modo, el mismo Jes?s completar? esta iniciativa suya de llamarlos sus amigos, abri?ndola tambi?n a sus hermanos: ?esto es lo que les mando, que se amen los unos a otros? (Jn. 15,17).
El sacerdocio no se comprende sin esta donaci?n y atracci?n del amor de Jes?s, que exige siempre correspondencia. Por ello ustedes recibir?n con la Ordenaci?n sacerdotal la misi?n de unirse a la mediaci?n sacerdotal de Jesucristo, intimidad con Dios y solidaridad con los pecadores, clave del nuevo sacerdocio de Cristo, ?para ofrecer dones y sacrificios por los pecados; y ser indulgente con los ignorantes y extraviados? (Heb.5, 1).?
Dios los elige, y los hace suyos para siempre
Dios quiere de ustedes un coraz?n sacerdotal. Por eso el sacerdocio que brota del amor de Cristo, no es un simple ?oficio?, o una funci?n que se vive solo en algunos momentos del d?a, o que tiene par?ntesis intermitentes en la semana, o en el a?o; sino que un sacramento que toma nuestra vida en su integridad: Dios los elige, se vale de ustedes, con sus limitaciones y talentos, y los hace suyos para siempre; para estar m?s dispuestos a amarlo y servirlo en su Iglesia, y m?s presentes entre los hombres y actuar a favor de ellos en aquello que le pertenece a Dios..
Esta es la audacia de Dios, que los elige, y atrae, y los considera capaces de actuar en su nombre, anunciar su Palabra, consagrar y ofrecer su propio cuerpo en la Eucarist?a, ser indulgentes y perdonar los pecados en su nombre, y reunir como un padre a la comunidad cristiana. Esta audacia de Dios, queridos hermanos, es realmente la mayor grandeza que se oculta en este don supremo del ?sacerdocio? que hoy van a recibir. (cfr. Benedicto XVI, 11.VI.2010).
Sin embargo, el hecho de que Jes?s nos ofreciera su Cuerpo y su Sangre por amor, y que perdonara nuestros pecados, tuvo su precio, y fue su entrega en la cruz, que deja percibir desde la fe la grandeza del amor de Dios. All? Jes?s afronta su ?hora?, con una profunda oraci?n, que consiste en la uni?n de su propia voluntad con la del Padre
Esto es lo que hizo Jes?s en la ?ltima Cena: ofreci? pan y vino, e instituy? para siempre su nuevo sacerdocio, condensando as? su acto de amor y su propia misi?n salvadora. En ese acto supremo est? todo el sentido del misterio de Cristo, como lo expresa la Carta a los Hebreos: "Habiendo ofrecido en los d?as de su vida mortal ruegos y s?plicas con clamor y l?grimas, fue escuchado?? (5,8-10).
Tambi?n ustedes est?n llamados a vivir unidos a Cristo sumo y eterno sacerdote este ofrecimiento sacerdotal de sus propias vidas, aceptando la cruz, que deben tomar como disc?pulos para poder seguirlo.
En este sentido tendr?n que asumir las pruebas, desde la ?ptica del amor redentor de Cristo. Pruebas y momentos dif?ciles de toda clase: porque el mundo no entiende ni acepta frecuentemente como cre?ble su misi?n, porque muchos desconocen a Cristo, o tambi?n se olvidaron de ?l.
No teman ?devolver bien por mal?; como disc?pulos tomen cada d?a la cruz para seguirlo, y recen siempre por quienes los ofenden, y expandan el bien, como Jes?s que pas? su vida haciendo el bien y derramando su gracia.?
El sacerdocio que van a vivir y el celibato por el Reino, es un "s?" definitivo al amor de Dios
Para el mundo que no cree, el mundo para el que Dios no cuenta, la vida sacerdotal y nuestra vida de celibato por el Reino es muchas veces incomprensible, porque muestra precisamente que Dios est? cerca y es vivido con esta opci?n profunda de vida. Porque el sacerdocio que van a vivir y el celibato por el Reino, es un "s?" definitivo al amor de Dios, es un dejarse tomar de la mano por Dios, es entregarse a ?l; y es por tanto un acto de fidelidad y de confianza (cfr. Benedicto XVI, ib).
Por ello, est?n seguros de que la Iglesia es el camino para sus vidas; porque es la Iglesia de Jes?s. Que nunca nuestra vida pueda contribuir a desfigurar algo su rostro. Ustedes son de Dios, y ?l es fiel, y estar? siempre con ustedes. En cambio la infidelidad viene de nuestro coraz?n y solo de nuestro coraz?n, que fue abandonando la amistad con Jes?s.
Ustedes, queridos di?conos hoy son llamados a ser sacerdotes; ?tomados de entre los hombres, al servicio de los hombres en aquello que se refiere a Dios? (Heb.5,1), mediadores en Cristo, amigos suyos con un car?cter sacerdotal y una disposici?n nueva de sus vidas, a trav?s de un llamado que se consolida con la imposici?n de las manos, y se vive amando incondicionalmente a Jesucristo, a su Palabra y a la Eucarist?a, que lo imita perdonando los pecados de sus hermanos, y llevando cada d?a la cruz ser sus disc?pulos, y siguiendo un camino de fidelidad a su Iglesia, por la que Pedro y Pablo dieron su vida.
Para ello, la relaci?n con Cristo, la oraci?n personal debe ser una prioridad para mi bien y el de mis hermanos, y es condici?n para nuestro trabajo por los dem?s. Justamente, aplicando las palabras de san Carlos Borromeo, que le da el nombre a nuestro Seminario, podr?a decirles: ?No descuiden su propia alma: si la propia alma est? descuidada, tampoco podr?n dan a los dem?s lo que realmente deber?an dar. Por tanto, tambi?n deben tener tiempo para ustedes mismos.
Recordemos una escena del cap?tulo 6? de San Marcos, en el que los disc?pulos quer?an hacerlo todo, y el Se?or les dice: ?Vengan tambi?n ustedes aparte, a un lugar solitario, para descansar un poco" (cfr Mc 6,31). Tambi?n ?ste es trabajo ? dir?a ? pastoral: encontrar y tener la humildad, el valor de aprender a descansar cada d?a, y ofrecerle un tiempo a Dios (cfr. Benedicto XVI, 15.VI.2010). En este sentido, la oraci?n personal, sobre todo la liturgia de las Horas, es el alimento fundamental para nuestra vida sacerdotal, y para todas nuestras acciones.?
Fidelidad al Papa
Como dijimos al comenzar, en la Fiesta de San Pedro y San Pablo recordamos fervientemente al Papa Benedicto XVI, en su d?a y celebrando en esta ocasi?n sus 60 a?os de Ordenaci?n sacerdotal. Rezamos por ?l, que confirme en nosotros la verdadera fe que salva y reavive nuestra vida y nuestra vocaci?n cristiana.
Que el amor al Papa y la adhesi?n filial a su ense?anza permanente de Supremo Pastor de la Iglesia sea para todos un faro luminoso, que mantenga encendida en nuestro coraz?n la luz de la verdad, que ilumina con claridad la vida de sus hijos y de la humanidad.
La Virgen, Madre de la Iglesia, los proteja y los acompa?e a todos, especialmente a ustedes, queridos di?conos que fueron presentados para la Ordenaci?n sacerdotal, a sus pap?s y mam?s, a sus hermanos, a sus familias y amigos, as? como tambi?n a sus parroquias de origen y de apostolado conjuntamente con sus p?rrocos y sacerdotes. Que Ella siga sosteniendo como Madre al Seminario y a sus formadores. Que nuestra Madre del Rosario los acompa?e siempre.?
Mons. Jos? Luis Mollaghan, arzobispo de Rosario?
Homil?a de monse?or Juan Rub?n Mart?nez, obispo de Posadas para el domingo 26 de junio de 2011, solemnidad del Corpus Christi. (AICA)
Publico una carta enviada hace unos d?as a todas las comunidades en relaci?n a la celebraci?n del ?Cuerpo y Sangre de Cristo? y la coincidencia este fin de semana con las elecciones en nuestra Provincia, que clarifican nuestro modo de celebraci?n en la Di?cesis: ?El fin de semana del s?bado 25 de junio y domingo 26, la Iglesia celebra la Solemnidad del Sant?simo Cuerpo y Sangre del Se?or, conocido como? el Corpus. Este a?o se ha producido una situaci?n no habitual en nuestra provincia al ponerse las elecciones provinciales justo ese domingo 26 de junio.
Por ese motivo hemos resuelto que este a?o suspenderemos todas las celebraciones externas o en la calle que habitualmente realizamos, como las procesiones con el Sant?simo Sacramento en nuestras ciudades y pueblos, para cumplir como cristianos con nuestra responsabilidad ciudadana electoral.
No obstante tambi?n hemos decidido que en todos nuestros templos, parroquias y capillas realicemos el s?bado la adoraci?n al Sant?simo Sacramento entre las 17:00hs y las 21:00 hs, horarios que en cada Parroquia y comunidad pueden adaptarse.
Para la realizaci?n de dicha celebraci?n se le encomend? a la ?Comisi?n Diocesana de Liturgia? que preparara ?un subsidio orientador? como gu?a de esta Adoraci?n.
Espero que esta celebraci?n tan querida por nuestra gente, como es el Cuerpo y la Sangre del Se?or, podamos celebrarla con devoci?n y adoraci?n y nos alimente y fortalezca para seguir tratando de ser fieles en este camino de discipulado y misi?n que estamos tratando de vivir en nuestra Iglesia Diocesana?.
El texto del Evangelio que leemos este domingo (Jn 6, 51-58), nos dice: ?Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivir? eternamente, y el pan que yo dar? es mi carne para la vida del mundo?. En la ultima cena el Se?or instituye la eucarist?a y desde aquel momento los cristianos nos reunimos los domingos para celebrar la Misa: ?El primer d?a de la semana, cuando nos reunimos para partir el pan?? (Hech. 20, 7).
La Eucarist?a es el momento culminante del amor, de la donaci?n Pascual de Jesucristo. Es aquello que expresa la necesidad de vivir en la caridad y sobre todo practicarla. La comuni?n del pan y del vino, del Cuerpo y Sangre, implican que nosotros formamos un solo Cuerpo: ?Todos nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque participamos de ese ?nico pan? (1Cor. 10, 17).
Aqu? es donde encontramos fundamentos para vivir una fe verdaderamente eclesial e ir acentuando en nuestras comunidades una espiritualidad y pastoral que nos permitan crecer en una verdadera eclesiolog?a de comuni?n.
Desde la Eucarist?a ?pan de vida? y fundamento de confesi?n del amor cristiano, entendemos mas profundamente el valor de la vida humana, de la familia, la justicia, el trabajo como servicio y sobre todo la inclusi?n de los mas pobres y marginados como claves de todo proyecto cultural y de toda forma de proyecci?n pol?tica, econ?mica, social?
Este domingo 26 de junio tambi?n es trascendente para nuestra Provincia de Misiones porque estamos en elecciones. En todas nuestras Misas rezaremos especialmente para que este proceso eleccionario sea un momento importante en la vida de nuestra democracia y ayude a construir una sociedad y cultura que tenga en cuenta la justicia, la solidaridad y el bien com?n.
Es importante recordar una breve reflexi?n del Beato Juan Pablo II en el documento ?Centesimus Annus?: ?La Iglesia aprecia el sistema de la democracia, en la medida en que asegura la participaci?n de los ciudadanos en las opciones pol?ticas y garantiza a los gobernados la posibilidad de elegir y controlar a sus propios gobernantes, o bien la de sustituirlos oportunamente de manera pac?fica. Por esto mismo, no puede favorecer la formaci?n de grupos dirigentes restringidos que, por intereses particulares o por motivos ideol?gicos, usurpan el poder del Estado? Una aut?ntica democracia es posible solamente en un Estado de derecho y sobre la base de una recta concepci?n de la persona humana?. (46).
El pan compartido en la Eucarist?a y celebrado este domingo del Corpus Christi, nos invita a poner en ejercicio la caridad y comprometer nuestras opciones cotidianas sabi?ndonos responsables del pa?s, provincia y futuro que debemos construir.
Un saludo cercano y hasta el pr?ximo domingo.?
Mons. Juan Rub?n Mart?nez, obispo de Posadas?
ZENIT? publica la homil?a que pronunci? Benedicto XVI? mi?rcoles, 29 de Junio de 2011, solemnidad de los santos Pedro y Pablo, patronos de la di?cesis de Roma, d?a del papa, y sexag?simo aniversario de la ordenaci?n sacerdotal de Joseph Ratzinger.
En la celebraci?n eucar?stica, que tuvo lugar en la Bas?lica Vaticana, concelebraron los 41 arzobispos metropolitanos nombrados en el ?ltimo a?o, que han recibido el palio, s?mbolo de su comuni?n con el Santo Padre, durante el sagrado rito.
En la celebraci?n, particip? una delegaci?n del patriarcado ecum?nico de Constantinopla, compuesta por Su Eminencia Emmanuel (Adamakis), metropolitano de Francia; Su Excelencia Athenagoras (Yves Peckstadt), obispo de Sinope, auxiliar del metropolitano de B?lgica; el archimandrita Maxime Pothos, vicario general de la metropol?a de Suiza.
Queridos hermanos y hermanas:
?Non iam dicam servos, sed amicos? - ?Ya no os llamo siervos, sino amigos? (cf.Jn 15,15). Sesenta a?os despu?s de mi Ordenaci?n sacerdotal, siento todav?a resonar en mi interior estas palabras de Jes?s, que nuestro gran Arzobispo, el Cardenal Faulhaber, con la voz ya un poco d?bil pero firme, nos dirigi? a los nuevos sacerdotes al final de la ceremonia de Ordenaci?n. Seg?n las normas lit?rgicas de aquel tiempo, esta aclamaci?n significaba entonces conferir expl?citamente a los nuevos sacerdotes el mandato de perdonar los pecados. ?Ya no siervos, sino amigos?: yo sab?a y sent?a que, en ese momento, esta no era s?lo una palabra ?ceremonial?, y era tambi?n algo m?s que una cita de la Sagrada Escritura. Era bien consciente: en este momento, ?l mismo, el Se?or, me la dice a m? de manera totalmente personal. En el Bautismo y la Confirmaci?n, ?l ya nos hab?a atra?do hacia s?, nos hab?a acogido en la familia de Dios. Pero lo que suced?a en aquel momento era todav?a algo m?s. ?l me llama amigo. Me acoge en el c?rculo de aquellos a los que se hab?a dirigido en el Cen?culo. En el grupo de los que ?l conoce de modo particular y que, as?, llegan a conocerle de manera particular. Me otorga la facultad, que casi da miedo, de hacer aquello que s?lo ?l, el Hijo de Dios, puede decir y hacer leg?timamente: Yo te perdono tus pecados. ?l quiere que yo ? por mandato suyo ? pronuncie con su ?Yo? unas palabras que no son ?nicamente palabras, sino acci?n que produce un cambio en lo m?s profundo del ser. S? que tras estas palabras est? su Pasi?n por nuestra causa y por nosotros. S? que el perd?n tiene su precio: en su Pasi?n, ?l ha descendido hasta el fondo oscuro y sucio de nuestro pecado. Ha bajado hasta la noche de nuestra culpa que, s?lo as?, puede ser transformada. Y, mediante el mandato de perdonar, me permite asomarme al abismo del hombre y a la grandeza de su padecer por nosotros los hombres, que me deja intuir la magnitud de su amor. ?l se f?a de m?: ?Ya no siervos, sino amigos?. Me conf?a las palabras de la Consagraci?n en la Eucarist?a. Me considera capaz de anunciar su Palabra, de explicarla rectamente y de llevarla a los hombres de hoy. ?l se abandona a m?. ?Ya no sois siervos, sino amigos?: esta es una afirmaci?n que produce una gran alegr?a interior y que, al mismo tiempo, por su grandeza, puede hacernos estremecer a trav?s de las d?cadas, con tantas experiencias de nuestra propia debilidad y de su inagotable bondad.
?Ya no siervos, sino amigos?: en estas palabras se encierra el programa entero de una vida sacerdotal. ?Qu? es realmente la amistad? ?dem velle, ?dem nolle ? querer y no querer lo mismo, dec?an los antiguos. La amistad es una comuni?n en el pensamiento y el deseo. El Se?or nos dice lo mismo con gran insistencia: ?Conozco a los m?os y los m?os me conocen? (cf. Jn 10,14). El Pastor llama a los suyos por su nombre (cf. Jn 10,3). ?l me conoce por mi nombre. No soy un ser an?nimo cualquiera en la inmensidad del universo. Me conoce de manera totalmente personal. Y yo, ?le conozco a ?l? La amistad que ?l me ofrece s?lo puede significar que tambi?n yo trate siempre de conocerle mejor; que yo, en la Escritura, en los Sacramentos, en el encuentro de la oraci?n, en la comuni?n de los Santos, en las personas que se acercan a m? y que ?l me env?a, me esfuerce siempre en conocerle cada vez m?s. La amistad no es solamente conocimiento, es sobre todo comuni?n del deseo. Significa que mi voluntad crece hacia el ?s?? de la adhesi?n a la suya. En efecto, su voluntad no es para m? una voluntad externa y extra?a, a la que me doblego m?s o menos de buena gana. No, en la amistad mi voluntad se une a la suya a medida que va creciendo; su voluntad se convierte en la m?a, y justo as? llego a ser yo mismo. Adem?s de la comuni?n de pensamiento y voluntad, el Se?or menciona un tercer elemento nuevo: ?l da su vida por nosotros (cf. Jn 15,13; 10,15). Se?or, ay?dame siempre a conocerte mejor. Ay?dame a estar cada vez m?s unido a tu voluntad. Ay?dame a vivir mi vida, no para m? mismo, sino junto a Ti para los otros. Ay?dame a ser cada vez m?s tu amigo.
Las palabras de Jes?s sobre la amistad est?n en el contexto del discurso sobre la vid. El Se?or enlaza la imagen de la vid con una tarea que encomienda a los disc?pulos: ?Os he elegido y os he destinado para vay?is y deis fruto, y vuestro fruto permanezca? (Jn 15,16). El primer cometido que da a los disc?pulos, a los amigos, es el de ponerse en camino ?os he destinado para que vay?is-, de salir de s? mismos y de ir hacia los otros. Podemos o?r juntos aqu? tambi?n las palabras que el Resucitado dirige a los suyos, con las que san Mateo concluye su Evangelio: ?Id y ense?ad a todos los pueblos...? (cf. Mt 28,19s). El Se?or nos exhorta a superar los confines del ambiente en que vivimos, a llevar el Evangelio al mundo de los otros, para que impregne todo y as? el mundo se abra para el Reino de Dios. Esto puede recordarnos que el mismo Dios ha salido de si, ha abandonado su gloria, para buscarnos, para traernos su luz y su amor. Queremos seguir al Dios que se pone en camino, superando la pereza de quedarnos c?modos en nosotros mismos, para que ?l mismo pueda entrar en el mundo.
Despu?s de la palabra sobre el ponerse en camino, Jes?s contin?a: dad fruto, un fruto que permanezca. ?Qu? fruto espera ?l de nosotros? ?Cu?l es el fruto que permanece? Pues bien, el fruto de la vid es la uva, del que luego se hace el vino. Deteng?monos un momento en esta imagen. Para que una buena uva madure, se necesita sol, pero tambi?n lluvia, el d?a y la noche. Para que madure un vino de calidad, hay que prensar la uva, se requiere la paciencia de la fermentaci?n, los atentos cuidados que sirven a los procesos de maduraci?n. Un vino de clase no solamente se caracteriza por su dulzura, sino tambi?n por la riqueza de los matices, la variedad de aromas que se han desarrollado en los procesos de maduraci?n y fermentaci?n. ?Acaso no es ?sta una imagen de la vida humana, y particularmente de nuestra vida de sacerdotes? Necesitamos el sol y la lluvia, la serenidad y la dificultad, las fases de purificaci?n y prueba, y tambi?n los tiempos de camino alegre con el Evangelio. Volviendo la mirada atr?s, podemos dar gracias a Dios por ambas cosas: por las dificultades y por las alegr?as, por las horas oscuras y por aquellas felices. En las dos reconocemos la constante presencia de su amor, que nos lleva y nos sostiene siempre de nuevo.
Ahora, sin embargo, debemos preguntarnos: ?Qu? clase de fruto es el que espera el Se?or de nosotros? El vino es imagen del amor: ?ste es el verdadero fruto que permanece, el que Dios quiere de nosotros. Pero no olvidemos que, en el Antiguo Testamento, el vino que se espera de la uva selecta es sobre todo imagen de la justicia, que se desarrolla en una existencia vivida seg?n la ley de Dios. Y no digamos que esta es una visi?n veterotestamentaria ya superada: no, ella sigue siendo siempre verdadera. El aut?ntico contenido de la Ley, su summa, es el amor a Dios y al pr?jimo. Este doble amor, sin embargo, no es simplemente algo dulce. Conlleva en s? la carga de la paciencia, de la humildad, de la maduraci?n de nuestra voluntad en la formaci?n e identificaci?n con la voluntad de Dios, la voluntad de Jesucristo, el Amigo. S?lo as?, en el hacerse todo nuestro ser verdadero y recto, tambi?n el amor es verdadero; s?lo as? es un fruto maduro. Su exigencia intr?nseca, la fidelidad a Cristo y a su Iglesia, requiere que se cumpla siempre tambi?n en el sufrimiento. Precisamente de este modo, crece la verdadera alegr?a. En el fondo, la esencia del amor, del verdadero fruto, se corresponde con las palabras sobre el ponerse en camino, sobre el salir: amor significa abandonarse, entregarse; lleva en s? el signo de la cruz. En este contexto, Gregorio Magno dec?a una vez: Si tend?is hacia Dios, tened cuidado de no alcanzarlo solos (cf. H Ev 1,6,6: PL 76, 1097s); una palabra que nosotros, como sacerdotes, hemos de tener presente ?ntimamente cada d?a.
Queridos amigos, quiz?s me he entretenido demasiado con la memoria ?ntima sobre los sesenta a?os de mi ministerio sacerdotal. Es hora de pensar en lo que es propio de este momento.
En la solemnidad de los Ap?stoles San Pedro y San Pablo, dirijo ante todo mi m?s cordial saludo al Patriarca Ecum?nico Bartolom? I y a la Delegaci?n que ha enviado, y a la que agradezco vivamente su grata visita en la gozosa ocasi?n de los Santos Ap?stoles Patronos de Roma. Saludo cordialmente tambi?n a los Se?ores Cardenales, a los Hermanos en el Episcopado, a los Se?ores Embajadores y a las Autoridades civiles, as? como a los sacerdotes, a mis compa?eros de Primera Misa, a los religiosos y fieles laicos. Agradezco a todos su presencia y su oraci?n.
A los Arzobispos Metropolitanos nombrados desde la ?ltima Fiesta de los grandes Ap?stoles, les ser? impuesto ahora el palio. ?Qu? significa? Nos puede recordar ante todo el suave yugo de Cristo que se nos pone sobre los hombros (cf. Mt 11,29s). El yugo de Cristo es id?ntico a su amistad. Es un yugo de amistad y, por tanto, un ?yugo suave?, pero precisamente por eso es tambi?n un yugo que exige y que plasma. Es el yugo de su voluntad, que es una voluntad de verdad y amor. As?, es tambi?n para nosotros sobre todo el yugo de introducir a otros en la amistad con Cristo y de estar a disposici?n de los dem?s, de cuidar de ellos como Pastores. Con esto hemos llegado a un nuevo significado del palio: est? tejido con la lana de corderos que son bendecidos en la fiesta de santa In?s. Nos recuerda de este modo al Pastor que se ha convertido ?l mismo en cordero por amor nuestro. Nos recuerda a Cristo que se ha encaminado por las monta?as y los desiertos en los que su cordero, la humanidad, se hab?a extraviado. Nos recuerda a ?l, que ha tomado el cordero, la humanidad ? a m? ? sobre sus hombros, para llevarme de nuevo a casa. De este modo, nos recuerda que, como Pastores a su servicio, tambi?n nosotros hemos de llevar a los otros, carg?ndolos, por as? decir, sobre nuestros hombros y llevarlos a Cristo. Nos recuerda que podemos ser Pastores de su reba?o, que sigue siendo siempre suyo, y no se convierte en el nuestro. Por fin, el palio significa muy concretamente tambi?n la comuni?n de los Pastores de la Iglesia con Pedro y con sus sucesores; significa que tenemos que ser Pastores para la unidad y en la unidad, y que s?lo en la unidad de la cual Pedro es s?mbolo, guiamos realmente hacia Cristo.
Sesenta a?os de ministerio sacerdotal. Queridos amigos, tal vez me he extendido demasiado en los detalles. Pero en esta hora me he sentido impulsado a mirar a lo que ha caracterizado estas d?cadas. Me he sentido impulsado a deciros ? a todos los sacerdotes y Obispos, as? como tambi?n a los fieles de la Iglesia ? una palabra de esperanza y ?nimo; una palabra, madurada en la experiencia, sobre el hecho de que el Se?or es bueno. Pero, sobre todo, ?ste es un momento de gratitud: gratitud al Se?or por la amistad que me ha ofrecido y que quiere ofrecer a todos nosotros. Gratitud a las personas que me han formado y acompa?ado. Y en todo ello se esconde la petici?n de que un d?a el Se?or, en su bondad, nos acoja y nos haga contemplar su alegr?a. Am?n.
[Traducci?n del original italiano distribuida por la Santa Sede
?Libreria Editrice Vaticana]
ZENIT? publica la alocuci?n que pronunci? Benedicto XVI?el mi?rcoles 29 de Junio de 2011, solemnidad de los santos Pedro y Pablo, antes de rezar la oraci?n mariana del ?ngelus junto a varios miles de peregrinos congregados en la Plaza de San Pedro.
Perdonad el largo retraso. La misa en honor de los santos Pedro y Pablo ha sido larga y hermosa. Y hemos meditado tambi?n en ese hermoso himno de la Iglesia de Roma que comienza con las palabras: ?O Roma felix?. Hoy en la solemnidad de los santos Pedro y Pablo, patronos de esta ciudad, cantamos as?: ?Dichosa Roma, porque fuiste empurpurada por la preciosa sangre de estos grandes pr?ncipes. No por tu alabanza, sino por sus m?ritos ?superas toda belleza!?. Como cantan los himnos de la tradici?n oriental, los dos grandes ap?stoles son las ?alas? del conocimiento de Dios, que han recorrido la tierra hasta sus confines y han subido al cielo; ellos son las ?manos? del Evangelio de la gracia, los ?pies? de la verdad del anuncio, los ?r?os? de la sabidur?a, los ?brazos? de la cruz (cf. MHN, t. 5, 1899, p. 385). El testimonio de amor y de fidelidad de los santos Pedro y Pablo ilumina los pastores de la Iglesia, para conducir los hombres a la verdad, form?ndolos a la fe en Cristo. San Pedro, en particular, representa la unidad del colegio apost?lico. Por este motivo, durante la liturgia celebrada esta ma?ana en la Bas?lica Vaticana, he impuesto a 40 arzobispos metropolitanos el palio, que manifiesta la comuni?n con el obispo de Roma en la misi?n de guiar el pueblo de Dios a la salvaci?n. Escribe san Ireneo, obispo de Ly?n, en el siglo II, que a la Iglesia de Roma, "propter potentiorem principalitatem? [por su peculiar principalidad], deben converger en ella todas las dem?s Iglesias, es decir, los fieles que est?n en todas partes, porque en ella ha sido custodiada siempre la tradici?n que viene de los ap?stoles (Adversus haereses, III,3,2).
Es la fe profesada por Pedro la que constituye el fundamento de la Iglesia: ?T? eres Cristo, el Hijo del Dios viviente?, dice el Evangelio de Mateo (16, 16). El primado de Pedro es una predilecci?n divina, como lo es tambi?n la vocaci?n sacerdotal: ?porque eso no lo ha revelado ni la carne ni la sangre, -dice Jes?s- sino mi Padre que est? en los cielos? (Mateo 16,17). As? ocurre a quien decide responder a la llamada de Dios con la totalidad de la propia vida. Lo recuerdo con mucho gusto en este d?a, en el cual se cumple mi sexag?simo aniversario de Ordenaci?n sacerdotal. Le doy las gracias al Se?or por su llamada y por el ministerio que me ha confiado, y doy las gracias a todos aquellos que en esta circunstancia, me han manifestado su cercan?a y apoyo a mi misi?n con la oraci?n, que de todas las comunidades eclesiales sube incesantemente hacia Dios (Cf. Hechos 12, 5), traduci?ndose en adoraci?n a Cristo Eucarist?a para acrecentar la fuerza y la libertad de anunciar el Evangelio.
En este clima, salud? cordialmente a la delegaci?n del Patriarcado Ecum?nico de Constantinopla, presente hoy en Roma, siguiendo la significativa tradici?n, para venerar a los santos Pedro y Pablo y compartir conmigo el auspicio de la unidad de los cristianos querida por el Se?or. Invoquemos con confianza a la Virgen Mar?a, Reina de los Ap?stoles, para que todo bautizado se convierta cada vez m?s en una ?piedra viva? que construye el Reino de Dios.
[Tras rezar el ?ngelus, Benedicto XVI salud? a los peregrinos en varios idiomas. En espa?ol, dijo:]
Dirijo mi cordial saludo a los peregrinos de lengua espa?ola que participan en esta oraci?n mariana, en particular a los provenientes de Argentina, Chile, Colombia, Ecuador y Guatemala, que acompa?an a los arzobispos metropolitanos que acaban de recibir el Palio. Invito a todos a rezar intensamente en esta solemnidad de los Santos Ap?stoles Pedro y Pablo, para que, estimulados por su ejemplo y ayudados por su intercesi?n, la Iglesia permanezca en el mundo como signo de santidad e instrumento de reconciliaci?n. Que Dios os bendiga.
[Traducci?n del original italiano
?Libreria Editrice Vaticana]
Homil?a de monse?or Carlos Jos? Tissera, obispo de San Francisco, en la misa de Corpus Christi (S?bado 25 de junio de 2011). (AICA)
Hermanas y hermanos:
En este a?o Jubilar de la Di?cesis, celebramos la solemnidad del Sant?simo Cuerpo y Sangre de Cristo. Verdadero Dios y verdadero hombre, presente en el sacramento de la Eucarist?a, regalo de su amor a la Iglesia.
Hoy tambi?n ser? admitido como candidato a las sagradas ?rdenes del Diaconado y del Presbiterado, el seminarista ac?lito Lucas Trucco. Y, al finalizar la Misa, (en jubilosa procesi?n,) brindaremos p?blico homenaje a Jes?s Eucarist?a.
?Palabra de Dios y Eucarist?a se pertenecen tan ?ntimamente que no se puede comprender la una sin la otra: la Palabra de Dios se hace sacramentalmente carne en el acontecimiento eucar?stico? (V.D. 55) De modo patente esto lo vivimos en esta Misa del ?Corpus Christi?.
Las lecturas b?blicas de hoy y la preciosa Secuencia de Santo Tom?s de Aquino, nos disponen a la alabanza y a la adoraci?n a Jes?s vivo en este Sacramento del Altar.
Dios lleva a su pueblo en el desierto a una situaci?n l?mite, sin salida, en la que no queda otra alternativa que la confianza ciega en Dios. Y as? le ense?a que ?el hombre no vive solamente de pan, sino de todo lo que sale de la boca del Se?or?
Jes?s, en el Evangelio, no explica c?mo es posible el milagro, ?nicamente afirma: ?Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida?, ?y el que no acepte esto no tendr? ?vida en ?l?. Al recibir la Eucarist?a cada uno de nosotros debe recordar que, en medio del desierto de la vida, se arroja como un hambriento en los brazos de Dios (Urs von Balthasar)
Jes?s se ofrece como alimento para el camino. La Eucarist?a es el centro vital del universo, capaz de saciar el hambre de vida y de felicidad: ?el que me coma vivir? por m? (Jn. 6, 57).
En este sacramento Jes?s nos ofrece su vida en abundancia. En este ?A?o de la vida?, este sacramento nos fortalece para ser cultores de la vida en nuestra sociedad, con nuestras opiniones, nuestros gestos y acciones. De muchas maneras es despreciada, amenazada y hasta destruida la vida humana. Despreciada en tantos ancianos maltratados y olvidados, por el Estado, la sociedad y las familias. Amenazada, constatando que en un pa?s tan rico en bienes naturales y alimenticios, crecen ni?os desnutridos y, algunos, mueren v?ctimas por tal inaceptable flagelo.
Vida amenazada de muerte en campa?as y acciones proabortistas, que propician la negaci?n del primer derecho humano: el derecho a la vida. Un mundo, una sociedad que se ufana de progresista, pero que cae soberbiamente en el peor de los? retrocesos: matar al semejante, y peor, al inocente e indefenso en el seno de las madres.
Vidas de ni?os y j?venes en riesgo, sin horizontes, sin trabajo, asediados? por el flagelo de la droga, cuyo consumo crece de modo alarmante. La corrupci?n y la impunidad han facilitado la instalaci?n del narcotr?fico en la sociedad. Aprovechando la fecha de ma?ana, Jornada internacional contra el uso indebido y el tr?fico de drogas, es bueno formularse la pregunta: ??a qui?n doy permiso para que entre en mi vida?? Es momento para hablarlo en casa, en la escuela, en la sociedad (Mons. Lozano, ?La Naci?n? 24/6/2011)
Jes?s, al dejarnos la Eucarist?a, nos ense?a una ley profunda de la realidad: la vida s?lo se desarrolla plenamente en la comuni?n fraterna y justa.
Pero, a pesar de nuestras oscuridades, pecados y miserias, ?l sigue am?ndonos desde este Misterio, desde este Sacramento.
El Santo Cura de Ars, uno de los m?s grandes sacerdotes conocidos, repet?a? la misma homil?a. Eran pocas palabras. ?Si s?lo supieras cu?nto Jes?s te ama en el Sant?simo Sacramento, te morir?as de felicidad?. Luego, se?alando el Sagrario, agregaba: ?JES?S EST? REALMENTE AH͔. Al apuntar con el dedo el Sagrario, mostrando a Jes?s a los fieles, lloraba de alegr?a. El pasaba largas horas cada d?a y cada noche ante el Sagrario.
El Beato Juan Pablo II, dice: ?Jes?s los espera con los brazos abiertos en este Sacramento de su amor?. ?La Iglesia y el mundo tiene una gran? necesidad de la adoraci?n eucar?stica? (Dominicae Cenae)
Qu? regalo nos ha hecho la Providencia divina, que podamos contar en este Jubileo con la Capilla de Adoracion Perpetua del Sant?simo Sacramento, en esta Catedral.
La gente es atra?da por lo que es amigable y adorable. La adoraci?n perpetua es Jes?s que dice a su pueblo: ?Mi casa es tu casa?. Una puerta cerrada deja afuera a la gente y esa es una se?al que todos encuentran desagradable.
La adoraci?n perpetua es una puerta siempre abierta. Es signo de los abrazos siempre abiertos de Jes?s en el sant?simo Sacramento, siempre invitando, dando la bienvenida y abrazando a cada uno de los que se acercan a ?l. Esto inspira en cada uno un sentido de pertenencia personal.
Por eso, Madre Teresa de Calcuta dec?a que cuando miramos a la Sagrada Hostia vemos cu?nto Jes?s nos quiere AHORA. Este amor perdurable es su Amor eterno por ti, por m?, por todos.
Hace tres d?as falleci? el arzobispo em?rito de Resistencia, Mons. Carmelo J. Giaquinta. Hace tres meses hoy, luego de predicarnos los Ejercicios Espirituales estuvo visitando esta Catedral y la Capilla de Adoraci?n Perpetua. Me comunicaron hoy que, al retirar sus pertenencias de la Cl?nica San Camilo, encontraron este manuscrito fechado el pasado s?bado:
?18 junio 2011
?Gracias, Se?or, por tu inmenso Amor! ?Gracias, Se?or, por tu inmenso Amor! ?Gracias, Se?or, por tu infinito Amor, que no tiene medida! Y me lo has demostrado durante toda mi vida. ?C?mo deseo cantar a tu Amor toda mi vida y durante toda la eternidad!
Te doy infinitas gracias porque te me diste a conocer desde peque?o, y me ense?aste a amarte.
Perdona, Se?or, que te diga que te he amado con locura. Y como s? que ?sta es gran pretensi?n, quise amarte con locura. Y si tampoco esto es cierto: tuve y tengo la veleidad de amarte con locura. Y estoy cierto que aceptas esta veleidad, y que la convertir?s en amor verdadero.
Miro para atr?s, y cu?nto tiempo perdido.?
Esta alegr?a que nace del Amor permanente que Jes?s nos tiene, es la alegr?a que siente tambi?n hoy Lucas en su coraz?n. ?ltimamente, estando en el Seminario, empezaron a ser muy familiares para vos estas palabras del documento de Aparecida: ?Conocer a Jes?s es el mejor regalo que puede recibir cualquier persona; haberlo encontrado nosotros es lo mejor que nos ha ocurrido en la vida, y darlo a conocer con nuestra palabra y obras es nuestro gozo?. Despu?s de madura reflexi?n, luego de varios a?os de formaci?n y de ejercicio de los ministerios del lectorado y acolitado, acompa?ado por tu comunidad y formadores, el Esp?ritu Santo ha despertado en vos el deseo y la decisi?n de solicitar la admisi?n a las Sagradas ?rdenes del Diaconado y Presbiterado. No s?lo es tu alegr?a, es la de toda la Iglesia Diocesana, pero de modo particular de tus padres y hermanos, de esta tu Comunidad Parroquial, y de las Parroquias donde has realizado tus servicios pastorales. Jes?s Eucarist?a te alimente como disc?pulo y te fortalezca en tu ardor misionero, y la Virgen Madre te alcance la gracia de la perseverancia en su seguimiento.
Con los corazones agradecidos en esta celebraci?n, continuamos la celebraci?n eucar?stica, gustando la letra del Himno del Jubileo:?
El trabajo del pasado,
nuestro esfuerzo por mejorar,
los sue?os del ma?ana,
presentamos como vino y como pan.
Como familia unida,
entorno a tu mesa, en tu altar,
sopla Padre y transforma,
de Cristo presencia viva y eficaz?
?Y real, y real, y real!?
Mons. Carlos Jos? Tissera, obispo de San Francisco
?
SANTIAGO, AP?STOL
25 de julio de 2011
?
La gracia y la paz de nuestro Se?or Jesucristo est?n con todos vosotros.?
- Hoy celebramos una fiesta importante. Celebramos la fiesta del ap?stol Santiago, que seg?n una antigua tradici?n predic? el evangelio en nuestra tierra, y que es venerado en su sepulcro de Santiago de Compostela.
- Celebrar la fiesta de un ap?stol es siempre motivo de alegr?a. Es mirar hacia atr?s, a los or?genes de nues?tra fe, y contemplar a Jes?s que encarga a aquellos doce disc?pulos extender su Buena Noticia y ser el punto de referencia de su comunidad de seguidores. De ellos venimos nosotros. Y hoy, al recordar el testimonio de Santiago, nos sentimos llamados a reafirmar y testimoniar esa fe que los ap?stoles nos han transmitido.?
A. penitencial: En silencio, pong?monos ante Dios y prepar?monos para celebrar la Eucarist?a. (Silencio).
T?, que nos llenas de alegr?a y de paz. SE?OR, TEN PIEDAD.
T?, que nos env?as a anunciar tu Evangelio. CRISTO, TEN PIEDAD.
T?, que nos llamas a una vida que nunca se acaba. SE?OR, TEN PIEDAD.?
1. lectura (Hechos 4,33; 5,12.27-33; 12,2): Escuchemos, en esta primera lectura, las persecuciones que sufren los ap?stoles en el inicio de la predicaci?n evang?lica. Unas persecuciones que culminar?n en el martirio del ap?stol Santiago, el primero que dio su vida por la fe de Jesucristo.?
2. lectura (2 Corintios 4,7-15): Contemplemos ahora, en la segunda lectura, el convencimiento con que actuaban los primeros mensajeros del Evangelio, llenos de la fuerza de Dios.?
Oraci?n universal: Unidos en la misma fe, presentemos nuestras plegarias al Padre por nosotros, por la Iglesia y por el mundo entero. Oremos diciendo: ESC?CHANOS, PADRE.
Por la Iglesia, por el papa y los obispos, por todos los cris?tianos. Para que sigamos a Jesucristo de todo coraz?n. OREMOS:
Por los que son perseguidos a causa de su fe. Para que en todo momento experimenten la fuerza de Dios que les acompa?a. OREMOS:
Por nuestro pa?s y por todos los pa?ses del mundo. Para que en todos crezca el esp?ritu de concordia, de justicia y de generosidad. OREMOS:
Por todos los que este a?o har?n el camino de Santiago. Para que les d? paz y alegr?a, y los haga crecer como personas y como cristianos. OREMOS:
Por nosotros. Para que el testimonio de los ap?sto?les nos haga crecer en la fe, la esperanza y el amor. OREMOS:?
Escucha, Padre, nuestra oraci?n. y ll?nanos siempre de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Se?or.
Padrenuestro: Jes?s ense?? a sus disc?pulos una oraci?n para dirigirse a Dios el Padre. Por eso, siguiendo esa ense?anza, tambi?n nosotros nos atrevemos a decir:
CPL
ZENIT? nos ofrece el discurso que el Papa dirigi? el martes 28 de Junio de 2011 al recibir en audiencia en el Vaticano a los miembros de la delegaci?n del patriarcado ecum?nico de Constantinopla llegada como es tradici?n a Roma con motivo de la solemnidad de los santos ap?stoles Pedro y Pablo.
Queridos Hermanos en Cristo,
Sed bienvenidos a Roma en ocasi?n de la Fiesta de los Patrones de esta Iglesia, los Santos Ap?stoles Pedro y Pablo. Me es particularmente grato saludaros con las palabras que san Pablo dirigi? a los cristianos de esta ciudad: ?Que el Dios de la paz est? con todos vosotros? (Rm 15, 32). Agradezco de todo coraz?n al Venerado hermano, el Patriarca Ecum?nico, Su Santidad Bartolom? I y al Santo S?nodo del Patriarcado Ecum?nico que os han querido enviar a vosotros, queridos hermanos, como sus representantes para participar, aqu?, con nosotros, de esta solemne celebraci?n.
El Se?or Jesucristo, que se apareci? a sus disc?pulos despu?s de su resurrecci?n, les confiri? el deber de ser testigos del Evangelio de Salvaci?n. Los Ap?stoles han llevado a cumplimiento fielmente esta misi?n, testificando, hasta llegar al sacrificio cruento de la vida, la fe en Cristo Salvador? y el amor hacia Dios Padre. En esta ciudad de Roma, los Ap?stoles Pedro y Pablo afrontaron el martirio y desde entonces sus tumbas son objeto de veneraci?n. Vuestra participaci?n en esta, nuestra Fiesta, como la presencia de nuestros representantes en Constantinopla para la Fiesta del Ap?stol Andr?s, expresa la amistad y la aut?ntica fraternidad que une a la Iglesia de Roma y al Patriarcado Ecum?nico, v?nculos que se fundan s?lidamente en la fe recibida por el testimonio de los Ap?stoles. La ?ntima cercan?a espiritual que experimentamos cada vez que nos reunimos, es para m? un motivo de profunda alegr?a y de gratitud a Dios. Al mismo tiempo, sin embargo, la comuni?n no completa que ya nos une debe crecer hasta alcanzar la plena unidad visible.
Seguimos con gran atenci?n el trabajo de la Comisi?n mixta para el di?logo teol?gico entre la Iglesia Cat?lica y la Iglesia Ortodoxa en su conjunto. Desde una mirada puramente humana, se podr?a tener la impresi?n de que el di?logo teol?gico tiene dificultades en darse. En realidad, el ritmo del di?logo est? ligado a la complejidad de los temas en discusi?n, que exigen un extraordinario esfuerzo de estudio, de reflexi?n y de apertura rec?proca. Estamos llamados a continuar juntos, en la caridad, este camino, invocando del Esp?ritu Santo luz e inspiraci?n, en la certeza de que ?l nos quiere conducir al pleno cumplimiento de la voluntad de Cristo: que todos sean uno (cf. Jn 17, 21). Estoy particularmente agradecido a todos los miembros de la Comisi?n mixta y en particular a los Co-Presidentes, Su Eminencia el Metropolitano de P?rgamo, Ioannis, y a Su Eminencia el cardenal Kurt Koch, por su infatigable dedicaci?n, su paciencia y su competencia.
En un contexto hist?rico de violencia, indiferencia y ego?smo, muchos hombres y mujeres de nuestro tiempo se sienten perdidos. Y es exactamente con el testimonio com?n de la verdad del Evangelio con lo que podremos ayudar al hombre de nuestro tiempo a reencontrar el camino que conduce a la verdad. La b?squeda de la verdad, de hecho, es siempre tambi?n, una b?squeda de la justicia y de la paz, y es con gran alegr?a que constato el gran compromiso con el que Su Santidad Bartolom? se prodiga en estos temas. Uni?ndonos a este prop?sito, y recordando el bello ejemplo de mi predecesor, el Beato Juan Pablo II, he querido invitar a los hermanos cristianos, a los exponentes de otras tradiciones religiosas del mundo, y a personalidades del mundo de la cultura y de la ciencia, a participar el pr?ximo 27 de octubre en la ciudad de As?s, en una Jornada de reflexi?n, di?logo y oraci?n por la paz y la justicia en el mundo, que tendr? como tema ?Peregrinos en la verdad, peregrinos en la paz?. El caminar juntos por las calles de la ciudad de San Francisco ser? el signo de la voluntad de continuar recorriendo la v?a del di?logo y de la fraternidad.
Eminencia, queridos miembros de la Delegaci?n, d?ndoos las gracias de nuevo por vuestra presencia en Roma para esta solemne circunstancia, os pido que le llev?is mi fraternal saludo al venerado hermano el Patriarca Bartolom? I, al Santo S?nodo, al clero y a todos los fieles del Patriarcado Ecum?nico, asegur?ndoles el afecto y la solidaridad de la Iglesia de Roma, que hoy est? de fiesta por sus Santos fundadores.
[Traducci?n del italiano por Carmen ?lvarez
?Libreria Editrice Vaticana]
MADRID, martes 28 de junio de 2011 (ZENIT.org).- No hace mucho asist?a a la celebraci?n de las Bodas de oro sacerdotales de un presb?tero ejemplar, ?que durante estos cincuenta a?os de ministerio ?ha prestado grandes servicios a su di?cesis, a la regi?n eclesi?stica y a la Santa Sede en diversas encomiendas. Siendo mucho el trabajo pastoral realizado, mayor es su testimonio de entereza y confianza en Dios cuando en estos ?ltimos veinte a?os se encuentra disminuido por una ceguera casi total. Esta cruz no le ha reducido su ilusi?n sacerdotal, las ganas de seguir trabajando por la salvaci?n de las almas y sobre todo su gran pasi?n por la Iglesia. Cuando se le pregunta de d?nde saca su permanente alegr?a repite una y otra vez: ??S?lo en Dios! ??nicamente por la oraci?n!? ?Esta es una simple muestra de los innumerables testimonios de sacerdotes ?ntegros que jalonan la larga marcha de la historia de la Iglesia.
Sin embargo, los tiempos que corren no son favorables al reconocimiento social de todo el bien que hace un sacerdote cat?lico. Lo que ahora se estila es estigmatizarlo con el ?ltimo t?pico del pensamiento secularista dominante. Es presentado, en muchos de los ?altavoces? de la cultura medi?tica, como algo anacr?nico y pr?ximo a un par?sito social. En cambio, la realidad de los hechos es muy distinta. ?Sigue habiendo muy buenos curas! Entregados las veinticuatro horas del d?a a su ministerio, que viven austeramente, que son fieles hasta la muerte en sus promesas sacerdotales, que se multiplican en la caridad hacia los m?s pobres. ?Cu?ntas personas p?blicas ?les deben a la Iglesia, y en concreto al cura de su pueblo, la educaci?n y formaci?n que poseen? Muchas de las instituciones docentes, sanitarias y samaritanas de las que en la actualidad ?goza la sociedad son frutos ?de la creatividad y la audacia de numerosos pastores. Pero como dice el refr?n popular: ??no hay peores ciegos que aquellos que no quieren ver!?. Adem?s, no hay que olvidar lo que Jes?s dijo a sus disc?pulos: ?si el mundo os odia, recordad que primero me odi? a m? (Jn 15,18).
??? Es verdad, que ?este tesoro se lleva en vasija de barro? (2Cor 4,7) y que en cualquier momento se puede romper como consecuencia de la fragilidad de la condici?n humana. Sin embargo, quiso Dios encarnarse en esta ?arcilla?, para que se manifieste que la grandeza y la dignidad sacerdotal no viene de los hombres sino que es un don del Se?or para la Iglesia y el mundo. Esto es lo que vamos a celebrar el pr?ximo d?a 29 de junio, cuando toda la Iglesia Universal nos unamos en comuni?n de fe y oraciones con Benedicto XVI en su sesenta aniversario de la Ordenaci?n Sacerdotal.
Incontables son las iniciativas espirituales, pastorales y lit?rgicas que ha suscitado esta efem?ride en todo el orbe cat?lico. Pero lo m?s importante es que, con la ayuda divina, todas ellas vayan encaminadas a suscitar que el pueblo de Dios valore mucho mejor a sus sacerdotes y no caiga en la tentaci?n de desestimar su misi?n. Que los mismos presb?teros vivan de ?la centralidad espiritual de su?triple munus?(oficio), ardan en celo apost?lico y brillen por su coherencia de vida. Que los j?venes cat?licos no tengan miedos, superen los prejuicios del mundo, y sean generosos para elegir ?el camino del sacerdocio. ?En fin, que todos sepamos dar gracias a Dios porque en estos tiempos convulsos, el Se?or ha regalado a su Iglesia, un Sucesor de Pedro que es modelo de sacerdote ?bueno, sabio y santo?!
*Monse?or Juan del R?o Mart?n es el arzobispo castrense de Espa?a?
Homil?a de monse?or Andr?s Stanovnik, arzobispo de Corrientes en la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Jesucristo (Corrientes, 26 de junio de 2011). (AICA)
Cantemos al amor de los amores
La Iglesia vive hoy con mucha alegr?a la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, porque es la fiesta del amor de Dios. Amor que tiene una triple direcci?n. En primer lugar, el inmenso amor de Dios hacia sus criaturas. En segundo lugar, la correspondencia a ese amor de parte nuestra. Y en tercer lugar, en ese amor de Dios, estamos llamados a amarnos los unos a los otros. El matrimonio, la familia y la funci?n p?blica en todas sus expresiones deben ser reflejo de ese amor y manifestarse con un estilo cercano, respetuoso y sincero. Ese estilo lo aprendemos de Dios mismo, que se hizo o?r poderosamente por medio de su Hijo Jesucristo, no como una palabra que resuena y se pierde en el espacio. Su voz poderosa se hizo Palabra hecha carne, que establece con el hombre un contacto original?simo: se hace alimento, comida, pan de Vida.
La imagen m?s tierna del amor de Dios es una madre que alimenta a su criatura. Pero Dios va a?n m?s lejos: en su Cuerpo y su Sangre se da totalmente a s? mismo y de esa manera nos revela que nos ama sin l?mites. As? como la criatura desde que es concebida necesita el alimento de su madre, as? tambi?n necesita percibir que Dios lo ama. Es muy interesante constatar que la primera palabra que pronuncia el beb? no es ?yo?, sino ?mam? y luego ?pap?. ?se es tambi?n el momento para aprender a decir Jes?s y sentir que hay un amor m?s grande y que ese amor abraza a mam?, a pap?, a los hermanos y a la vida entera. ?Se dan cuenta qu? importante es ese momento para la criatura! ?Y para los padres! ?Qu? vac?o queda el coraz?n humano cuando desde la cuna no se oye hablar de Dios y de su amor! Peor a?n, cuando la educaci?n escolar que se imparte luego a los ni?os y a los j?venes se encarga de extinguir de su conciencia toda referencia a la dimensi?n trascendente de la vida. Cuando se debilita o se pierde esa referencia esencial, el ser humano se vuelve inseguro, vive con miedo y se torna agresivo. ?No son acaso esos los s?ntomas que nos preocupan y que percibimos hoy en muchos ni?os y j?venes?
Necesitamos aprender de nuevo el estilo de Dios: ?l es el Pan de vida que alimenta a sus hijos y crea lazos de comuni?n y de amistad con ?l y entre ellos. La Iglesia, que es misterio de comuni?n y misi?n tiene pasi?n por la unidad y sufre donde hay divisi?n y enfrentamiento. La unidad en la comuni?n es su vida y su misi?n. El Pan de Vida nos fortalece para construir la civilizaci?n del amor y edificar la convivencia social en la amistad, el respeto y en la mutua colaboraci?n.??
Dios est? aqu?, venid ador?mosle
Nosotros creemos que Dios est? aqu? y que su presencia tiene mucho que ver con todos los aspectos de nuestra vida. Si no fuera as?, si Dios fuera una realidad ajena y lejana a nuestras alegr?as y sufrimientos, ?qui?n se interesar?a por ?l? Pero no es as?, ?l est? y nosotros creemos y profesamos p?blicamente su presencia real en la Sagrada Eucarist?a. ?Qu? quiere decir presencia real? Dig?moslo con las palabras del Catecismo (n. 1374), para las que el Esp?ritu Santo nos dar? su luz para entender y tambi?n el ardor del coraz?n para dejarnos abrazar por esa presencia. Presencia real significa que en el sacramento de la Eucarist?a est?n contenidos verdadera, real y substancialmente el Cuerpo y la Sangre junto con el alma y la divinidad de nuestro Se?or Jesucristo, y, por consiguiente, Cristo entero. El Santo Cura de Ars, con un lenguaje sencillo y directo dec?a se?alando el sagrario: ?Ah? est? Jes?s, el que nos ama tanto?. Cuando estamos delante de ?l, podemos decir con total seguridad: estoy delante de Jes?s, estoy delante de Dios.
Si Dios est? aqu?, si se ha comprometido definitivamente con el destino del hombre, la religi?n no puede ser una realidad separada de la sociedad. Al contrario, la religi?n nos recuerda que la dimensi?n trascedente del ser humano es parte esencial y constitutiva de toda la vida del hombre. Por lo tanto, escuchar a Dios, es una condici?n para la b?squeda del bien com?n; para el respeto, promoci?n y defensa de la vida desde su concepci?n y hasta su muerte natural, para la justicia y para la reconciliaci?n en la verdad, afirm? recientemente el Papa Benedicto XVI. La compleja y rica cultura que nos caracteriza, se fue conformando gracias a los valores cristianos que impregnaron la vida p?blica y nos dieron identidad. En la profunda crisis espiritual, moral y cultural por la que estamos atravesando, debemos estar muy atentos para no perder lo esencial y no negociable de la riqueza de valores que recibimos, no para repetir el pasado, sino para iluminar el presente y orientar el futuro siempre para el bien del hombre y de todos los hombres, especialmente de los m?s pobres, como tambi?n a favor del ambiente en el que habitamos y al que tratamos muy mal. Ese es un compromiso que entra?a la Eucarist?a, nos recuerda el Catecismo (n. 1397).?
Cristo Jes?s, en ti la Patria espera
Un valor esencial es la familia. En el A?o de la vida, recordemos lo que dijo el beato Juan Pablo II: una aut?ntica familia, fundada en el matrimonio entre un var?n y una mujer, es en s? misma una ?buena noticia? para el mundo. Y recientemente el Papa Benedicto XVI se dirigi? a las familias con palabras llenas de afecto y les dijo: Queridas familias, al?grense por la paternidad y la maternidad. La apertura a la vida es signo de apertura al futuro, de confianza en el porvenir. El admirable sacramento del amor eucar?stico debe llevarnos a una profunda adoraci?n y tambi?n a un serio compromiso con todas las situaciones donde la vida humana se encuentre en peligro o no pueda desarrollarse dignamente.
En consecuencia, acercarnos a Jesucristo en la Eucarist?a, comer su Cuerpo y beber su Sangre, nos obliga a hacernos cargo de tantos hermanos que sufren en su cuerpo y en su esp?ritu, porque ellos tambi?n son Cristo. En el D?a internacional de la lucha contra la drogadicci?n, recordemos que entre los pobres m?s pobres est?n los ni?os, adolescentes y j?venes, que viven esclavizados por la droga, y tambi?n sus familias desconsoladas e impotentes ante este doloroso flagelo. Debemos hacernos cargo de ellos, aunque el mejor remedio es la prevenci?n que act?e sobre la causa principal que la genera: el vac?o de esperanza y de proyectos que se pretende colmar por una felicidad artificial que destruye el cuerpo y el alma.
Iglesia eucar?stica es Iglesia misionera. La Eucarist?a, mientras nos une a Cristo y en ?l nos hace hermanos unos de otros, es la escuela donde se aprende a misionar al estilo de Jes?s. Ese estilo se distingue precisamente por su cercan?a y su amistad. La cercan?a crea confianza y la confianza promueve la inclusi?n y fortalece la amistad. Esas notas deben distinguir la vida y la misi?n de todos en la Iglesia: obispos, sacerdotes, di?conos, personas consagradas, agentes de pastoral, y fieles laicos. La que comprendi? en profundidad y vivi? con intensidad la cercan?a de Dios, fue obviamente Mar?a, la Madre de Jes?s, a quien llev? en su seno. Por eso, ella puede guiarnos hacia el encuentro de este admirable sacramento, por el cual Dios nos alimenta y santifica, nos ilumina con la misma fe y nos congrega en una misma caridad. Con raz?n exclamamos antes de la comuni?n: ?Dichosos los invitados a la Cena del Se?or! El altar es una mesa abierta a todos y no s?lo para unos pocos. All? aprendemos a compartir, nos saciamos de la abundancia de sus frutos y descubrimos la verdadera alegr?a de vivir (cf. Mc 6, 42-46). Hoy llevaremos a las calles de nuestra vida cotidiana el Pan eucar?stico para que todos sientan a un Dios cercano y amigo de los hombres, a quien le cantamos llenos de fe y esperanza: Cristo Jes?s, por quien la Patria espera ser un hogar de paz y libertad, haz que por ti, la Patria en que vivimos sea anuncio de la celestial. Am?n.?
Mons. Andr?s Stanovnik, arzobispo de Corrientes?
Homil?a de monse?or Jorge Casaretto, obispo de San Isidro, en la Fiesta del Sant?simo Cuerpo y Sangre de Cristo (s?bado 25 de junio de 2011). (AICA)
?YO SOY EL PAN DE VIDA? (Jn. 6, 35)??????????????
La Primera Lectura del Deuteronomio le recuerda al pueblo jud?o lo que fue la gesta de Dios para liberarlos del poder de los egipcios. Por eso el libro insiste, recuerda ?no olvides? y la experiencia de la historia nos dice que ese recuerdo es el que le ha dado unidad y sentido de ser a ese pueblo jud?o a lo largo de los a?os. Cuando alguna vez asistimos a alguna ceremonia de nuestros hermanos jud?os, lo central de esas ceremonias es el recuerdo de la liberaci?n de su pueblo de la esclavitud.
Cuando llega Jes?s, el Hijo de Dios hecho hombre, ?l va a celebrar, en el momento previo a su muerte, esa cena con sus disc?pulos. El contexto en el que Jes?s celebra esa cena fue un hecho absolutamente intrascendente para el? momento hist?rico de ese pueblo. Jes?s se re?ne en un lugar apartado, solos, celebra una cena como tantas familias jud?as. En? ese momento ocurr?an muchas cosas y la gente, seguramente, se estar?a preocupando por la situaci?n del pueblo jud?o respecto del imperio romano, Pilatos siempre estar?a elucubrando no perder poder, igual que Herodes. Los hechos hist?ricos del momento ser?an fuertes y esta era una cena absolutamente intrascendente.
Sin embargo, dos mil a?os despu?s, nadie se acuerda de lo que pod?a pasar hist?ricamente en ese momento en el pueblo de Israel, en el imperio romano y en el mundo los cristianos nos reunimos para celebrar la memoria de esa cena.
Todo lo que hac?a Jes?s lo hac?a de una manera sencilla, humilde, a veces en la oscuridad, en un cono de sombra, sin embargo todo lo que hizo Jes?s tuvo una trascendencia definitiva para la humanidad.
Y nosotros, dos mil a?os despu?s, vivimos de esa memoria. Nosotros hacemos memoria todos los d?as en la Eucarist?a. La Eucarist?a es el momento m?s trascendente de la vida de la iglesia y de la vida de cada uno de nosotros. Es el momento en que se une ese mundo de Dios con nuestro mundo, esa realidad que es la realidad definitiva y eterna con esta realidad transitoria nuestra. Por eso es que todos los hechos hist?ricos sin duda que son importantes, pero son importantes en la medida en que nosotros, los cristianos, los podamos transformar en historia de salvaci?n.
Hoy nos reunimos como di?cesis una vez m?s para celebrar la fiesta del Cuerpo y la Sangre del Se?or. Es la fiesta de la vida y en este A?o de la Vida, lo primero que recordamos es que este alimento es el que nos permite vivir porque es el que le permite a la vida de cada uno de nosotros encontrarle un sentido. Todo lo que nos pasa si lo vivimos a la luz de la fuerza de la Eucarist?a se convierte en hechos trascendentes, todo lo que nos pasa.
Por eso, en primer lugar, es un sacramento de vida para cada uno de nosotros, encontramos sentido a la existencia desde este misterio del Cuerpo y la Sangre de Jes?s. Jes?s saca vida de la muerte. F?jense, desde lo ?ltimo que se pod?a imaginar uno que pod?a brotar la vida. La muerte siempre ha sido un signo de frustraci?n para la humanidad. Jes?s viene y transforma la muerte en un hecho de vida. Con lo cual transforma todo lo que signifique dolores, cruces y muerte aparente, todo a la luz de este misterio de la Eucarist?a puede adquirir sentido vital y por eso, los primeros que nos beneficiamos de esta Eucarist?a somos nosotros. La vida nuestra, la vida de cada uno de nosotros adquiri? sentido con esta muerte, con esta resurrecci?n de Cristo que celebramos Eucar?sticamente.
En segundo lugar, esto nos potencia a nosotros para ocuparnos de la vida de los otros, no como muchas veces la gente se puede ocupar desde el chimento, desde el comentario, sino desde esta responsabilidad de ser cristianos, de vivir de la muerte y la resurrecci?n de Jes?s, de adorar al Se?or en la Eucarist?a. Todo eso nos involucra en la vida de nuestros hermanos, cada uno de nosotros, porque Jes?s muri? y resucit? por cada uno de nosotros y por toda la humanidad,? nos transformamos en instrumento de vida de los otros. La vida de todos los otros se manifiesta, podr?amos decir, como una demanda para la vida nuestra. La vida de todos mis hermanos est? demandando mi vida, una actitud servicial, un ponerme en dimensi?n de servicio hacia los otros. Nosotros, desde este misterio del cuerpo y la sangre de Jes?s, queremos que todos tengan vida digna. Empezamos por valorar la vida en el inicio, en el vientre de la madre. Qu? bueno es que los cristianos sigamos manteniendo esta visi?n de que all? en donde hubo fecundidad hay vida y a veces la tenemos que mantener como un signo de contradicci?n esta convicci?n, pero que qu? bueno que la sigamos manteniendo as?, que sigamos intentando iluminar humildemente, no desde ninguna prepotencia pero s? desde una convicci?n muy profunda, que testimoniemos all? donde hay vida tiene que haber dignidad, tenemos que ser respetuosos de la vida naciente, de la vida que ya est? fecundada y tenemos que preocuparnos especialmente de la vida de nuestros hermanos m?s pobres, encontrar a Jesucristo en el rostro de cada uno de ellos, saber que ellos? tambi?n tienen un mensaje de transformaci?n y de conversi?n para nosotros.
Hay tanto desaf?o en la Argentina hoy, desde la pobreza, desde la exclusi?n, desde esa vida menguada por las adicciones. Hoy justamente se celebra la Jornada Mundial de la lucha contra las adicciones. C?mo tenemos que ver, c?mo tenemos que encontrar el rostro de Cristo en estos hermanitos, en estos chicos y chicas que ya, de peque?os, empiezan a ser tomados por este vicio, por esta esclavitud. Cu?nto tenemos que consagrar de nuestro tiempo, de nuestra vida a favor de la dignidad de todos ellos.
Y por fin, esta Muerte y Resurrecci?n de Jes?s es un anuncio de la trascendencia de eternidad que la vida tiene. ?El que come mi cuerpo y bebe mi sangre tiene vida eterna?.
Yo siempre recuerdo el testimonio de un sacerdote en el lecho de muerte que proclamaba esta verdad como la verdad fundamental de esta existencia. Me acuerdo que me dec?a ?yo estoy convencido de esta palabra de Jes?s y le doy gracias que hasta ?ltimo momento me permite seguir comiendo su cuerpo y bebiendo su sangre porque s? que esta es la siembra de mi eternidad?.
Este sacrificio del Se?or, esta entrega de ?l por nosotros, este haber sacado la vida de la muerte no es simplemente entregarnos vida por un tiempo sino entregarnos vida para siempre. Este sacramento es una potenciaci?n de nuestra vida eterna, de nuestra eternidad, que ya empieza a ser una realidad en cada uno de nosotros.
A veces, mis queridos amigos, vemos que hay gente que hace memoria de los hechos de su existencia o de los hechos nacionales, no para transformar esa memoria en amor sino para resentirnos, para separarnos y para dividirnos. Jes?s nos ense?a todo lo contrario. F?jense, hacemos memoria de una muerte, hacemos memoria de una gran injusticia. El Hijo de Dios viene al mundo y el mundo lo rechaza, lo mata en la cruz. Y de esa muerte Jes?s saca la resurrecci?n y nos pide que hagamos memoria de esa muerte pero para amar, para perdonar, para sembrar su misericordia y su amor. Qu? bueno que es esto y qu? bueno es para cada uno de nosotros, qu? gracia grande de Dios poder hacer memoria para perdonar, para amar, para sembrar misericordia.
Una vez m?s entonces, esta celebraci?n del Cuerpo y la Sangre de Jes?s nos d? m?s fortaleza como iglesia, nos re?na en una comuni?n m?s fuerte y que unos y otros, haciendo esta memoria, nos sintamos cada vez m?s hermanos y sembremos esta fraternidad all?? en donde estemos??
Mons. Jorge Casaretto, obispo de San Isidro?
Homil?a de monse?or Mario Cargnello, arzobispo de Salta, en la solemnidad del Cuerpo y de la Sangre del Se?or (Salta, 26 de junio de 2011). (AICA)
Celebramos la solemnidad del Sant?simo Cuerpo y de la Sant?sima Sangre del Se?or. La liturgia de este d?a proclama en la primera lectura un texto del libro del Deuteronomio que nos remite a la dura y ?spera experiencia del desierto del Sina?, experiencia vivida en su origen mismo por el Pueblo de Dios. Lugar de hambre y de sed, de peligros y de inseguridades. Se trata de un espacio en el que el hombre no puede sobrevivir por sus solas fuerzas.?Acu?rdate del largo camino que el Se?or, tu Dios, te hizo recorrer por el desierto durante esos cuarenta a?os. All? ?l te afligi? y te puso a prueba, para conocer el fondo de tu coraz?n y ver si eres capaz o no de guardar sus mandamientos? (Deut. 8,2).
Se trata de la experiencia de la pobreza existencial que anida en la ra?z de la condici?n humana y que se expresa de muchas formas, sea en la pobreza material sea en la pobreza espiritual, en las esclavitudes de las que somos concientes y en aquellas que no advertimos o no aceptamos. Ense?a el querido Benito XVI que una de las pobrezas m?s hondas que el hombre puede experimentar es la soledad... Tambi?n las otras pobrezas, incluidas las materiales, nacen del aislamiento, del no ser amados o de la dificultad de amar. Con frecuencia son provocadas por el rechazo del amor de Dios, por una tragedia original de cerraz?n del hombre en s? mismo, o porque piensa que es autosuficiente o porque se ve como un hecho insignificante y pasajero, se ve como un extranjero en un universo que se ha formado por casualidad. El hombre se aliena cuando vive solo o se aleja de la realidad, cuando renuncia a pensar y creer en un fundamento [1].
Esta experiencia de soledad que enajena nos golpea fuertemente en nuestro presente. Se expresa en la autosuficiencia del prepotente que se a?sla en un castillo impenetrable excluyendo a muchos (a veces a multitudes); se manifiesta en tantos de nuestros j?venes o mayores que al no encontrar sentido en sus vidas se evaden en el mundo del alcohol, de las drogas o de tantas adicciones que los esclavizan hasta matarlos. Esta experiencia se expresa en las dolorosas rupturas de tantos matrimonios y familias que no encuentran capacidad de interrelaci?n y cargan un sufrimiento que grava sobre el matrimonio y sobre los hijos. Esta experiencia aparece en el rostro de tantos ni?os tristes y solos que son tironeados por la vida ya desde su infancia. Esta experiencia tiene tantas manifestaciones...
?La criatura humana ?ense?a Benito XVI- se realiza en las relaciones interpersonales. Cuanto m?s las vive de manera aut?ntica, tanto m?s madura tambi?n en la propia identidad personal. El hombre se valoriza no aisl?ndose sino poni?ndose en relaci?n con los otros y con Dios. Por tanto, la importancia de dichas relaciones es fundamental. Esto vale tambi?n para los pueblos". [2]. Necesitamos devolver transparencia, identidad y dignidad a nuestras relaciones, a las relaciones familiares ?es necesario que los padres sean padres, las madres sean madres y los hijos sean hijos- y a las relaciones sociales para poder sanar el mundo de la econom?a, de la pol?tica, de la cultura, del deporte. Necesitamos ver al otro como persona y no como cliente, o como art?culo utilitario u objeto de placer. Necesitamos renovar nuestro coraz?n para poder mirar y hablar con honestidad, sin segundas intenciones.
Como el Pueblo de Dios en el desierto tenemos que recordar que es Dios el fundamento de nuestra existencia y el sost?n de nuestras relaciones.? ?l nos conduce por los desiertos de la vida, ?l nos hace salir de Egipto hacia la verdadera libertad. ?l hace brotar el agua de la vida y alimenta con el man?. ?l nos muestra que ?la unidad de la familia humana no anula de por s? a las personas, los pueblos o las culturas, sino que los hace transparentes los unos con los otros, m?s unidos en su leg?tima diversidad? [3] .
Para recrear en la condici?n humana y sus relaciones en lo m?s profundo de su ser Dios nos dio a su Hijo, su Palabra que se hizo carne y nos dio a comer su carne. ?Esto es mi Cuerpo que se entrega por ustedes?, dice el Se?or resucitado [4]. Y Pablo nos recuerda en la primera carta a los corintios: ?La copa de bendici?n que bendecimos ?no es acaso comuni?n con la Sangre de Cristo?. Y el pan que partimos ?no es comuni?n con el Cuerpo de Cristo?? [5]. En la Eucarist?a se recrea lo m?s hondo de nuestras relaciones, porque ella es ?el pan vivo bajado del cielo? (Jn 6,51), es ?la carne para la vida del mundo? (id). En la Eucarist?a, pan de los ?ngeles, Dios nos asocia a su propia realidad de comuni?n: ?para que sean uno como nosotros somos uno? (Jn 17,22).
En la Eucarist?a la Trinidad sant?sima va transformando nuestras relaciones. All? se descubre que la apertura al otro no es dispersi?n alienante sino compenetraci?n profunda. Esto se manifiesta en las experiencias humanas del amor y de la verdad. Esto transforma las relaciones del esposo y la esposa en el matrimonio-aqu? descubrimos una de las razones de la necesidad de la Misa dominical en familia-; devuelve verdad a la amistad; transparencia a la econom?a; sentido del bien com?n a la pol?tica; santidad y dignidad a toda persona humana. Desde la Eucarist?a Dios nos va dignificando como personas, anim?ndonos en la prueba, fortaleci?ndonos en la existencia. Sin ella, los cristianos no podemos, no somos. Desde ella, la vida es comienzo de vida plena, aurora de resurrecci?n. Esto es as? porque ?el que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y Yo lo resucitar? en el ?ltimo d?a? (Jn 6, 58).
La Eucarist?a transforma nuestras vidas y las modela seg?n el estilo de Jes?s. ?La espiritualidad eucar?stica no es solamente participaci?n? en la Misa y devoci?n al Sant?simo Sacramento, abarca la vida entera...Hoy se necesita redescubrir que Jesucristo no es una simple convicci?n privada o una doctrina abstracta, sino una persona real cuya entrada en la historia es capaz de renovar la vida de todos. Por eso la Eucarist?a , como fuente y culmen de la vida y de la misi?n de la Iglesia , se tiene que traducir en espiritualidad, en vida seg?n el Esp?ritu" [6].
Esta vida eucar?stica se expresa en un estilo eclesial y comunitario. Nuestra arquidi?cesis, nuestras parroquias, las comunidades eclesiales, las instituciones, los movimientos, las comunidades religiosas, todos tenemos el deber de ofrecer? una contribuci?n espec?fica para que los cristianos reconozcamos que pertenecemos al Se?or. ?El cristianismo, desde sus comienzos, supone siempre una compa??a, una red de relaciones vivificadas continuamente por la escucha de la Palabra, la Celebraci?n eucar?stica y animadas por el Esp?ritu Santo". [7]
Pero la fuerza del sacramento y su capacidad de transformar las relaciones trasciende el ?mbito de la Iglesia. Nos capacita para nuevos tipos de relaciones sociales. No puedo tener a Cristo s?lo para m?; ?nicamente puedo pertenecerle en uni?n con todos los que son suyos o lo ser?n. La Eucarist?a transforma en vida el esfuerzo de los cristianos por la justicia, la reconciliaci?n y el perd?n. El sacrificio de Cristo es misterio de liberaci?n que nos interpela y provoca continuamente. Celebrar la Eucarist?a nos compromete a ?denunciar las circunstancias que van contra la dignidad del hombre, por el cual Cristo ha derramado su sangre, afirmando as? el valor tan alto de cada persona?. [8]
El Se?or Jes?s, Pan de vida eterna, nos apremia a estar atentos a las situaciones de pobreza en que se halla todav?a gran parte de la humanidad. Atentos a estas situaciones debemos hacernos cargo, desde el estilo eucar?stico, del grave problema que significa sanar y alimentar ?la capacidad moral global de la sociedad. Si no se respeta el derecho a la vida y a la muerte natural, si se hace artificial la concepci?n, la gestaci?n y el nacimiento del hombre, si se sacrifican embriones humanos a la investigaci?n, la conciencia com?n acaba perdiendo el concepto de ecolog?a humana. Es una contradicci?n pedir a las nuevas generaciones el respeto al ambiente natural, cuando la educaci?n y las leyes no las ayudan a respetarse a s? mismas. El libro de la naturaleza es uno e indivisible en todos sus ?mbitos y afecta al desarrollo humano integral" [9].
Celebrando el Corpus Christi, de cara a nuestra comunidad, a nuestro pa?s, a este mundo que es nuestra casa, hemos de asumir la tarea de recrear los v?nculos en nuestra familia, en nuestra parroquia, en nuestro barrio, en la naci?n. La gran tarea es ayudarnos a formar nuestra conciencia como lugar de escucha de la verdad y del bien, lugar de la responsabilidad ante Dios y ante los hermanos. La conciencia bien formada, atenta al bien y a la verdad y no deformada porque se mide por la conveniencia utilitaria, la conciencia bien formada es la fuerza m?s s?lida contra cualquier dictadura. Como cristianos debemos darle a la Argentina del bicentenario esa contribuci?n: que nuestras familias, nuestras parroquias, nuestras escuelas sean espacios donde se aprende el sentido de la comunidad fundada en el don, no en el inter?s econ?mico o en la ideolog?a, sino en el amor, que es la principal fuerza impulsora del aut?ntico desarrollo de cada persona y de toda la humanidad [10].
Que el Pan de los ?ngeles nos haga disc?pulos misioneros fuertes en esta magn?fica y desafiante tarea.??
Mario Antonio Cargnello, arzobispo de Salta
[1] Cfr. BENITO XVI, Caritas in veritate, 53
[2] Id. 53.
[3] Ibidem.
[4] F?rmula de la consagraci?n eucar?stica.
[5] 1 Cor 10, 16 ?segunda lectura-.
[6] BENITO XVI, Sacramentum Caritatis, 77
[7] Ibidem, 76.
[8] Ibidem, 79.
[9] Cfr. C?ritas in veritate, 51.
[10] Cfr. BENITO XVI, Discurso a los representantes de la sociedad civil de Croacia, L?Osservatore Romano ?edici?n espa?ola-, 12 de junio 2011, p 4.
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ZENIT? publica el comentario al Evangelio del domingo decimos?ptimo del tiempo ordinario (Mateo 13, 44-52), 24 de julio, que ha redactado monse?or Jes?s Sanz Montes, ofm, arzobispo de Oviedo.
Evangelio del domingo: De precios y de ofertas, el Reino
??????????? En un mundo de competitividad como el nuestro, puede resultar extra?o ver a Dios que salta al mercado de las ofertas y pone precio. El Evangelio de hoy culmina esa catequesis sobre el Reino de Dios que Jes?s ha ido explicando estos domingos. Las dos primeras im?genes que aparecen muestran el valor de ese Reino: vale la pena venderlo todo para hacerse con un don tan preciado. Tan importante, tan absoluto es ese Reino que es m?s que todo lo que una persona pueda poseer. Jes?s no estaba ante aquella gente, ante sus disc?pulos, tra?tando de "venderles" su novedad haci?ndoles consideraciones pertinentes sobre la exce?lencia de su "mercado", o indic?ndoles cu?les eran sus ventajas respecto a otros merca?deres. M?s bien, el Se?or se presenta con lo m?s y lo mejor, con lo que no tiene compe?tencia ni rival. ?De qu? se trataba, pues? ?Cu?l era la oferta de Jes?s?
????????????????? Se trataba de eso que de m?ltiples formas no ha hecho otra cosa que ofrecer, y explicar, e inaugurar: el Reino de Dios, el proyecto de su Padre, el plan de Dios sobre cada hombre y sobre toda la humanidad. Para esto vino ?l: para decir a sus hermanos los hombres cu?l era y c?mo se andaba el camino de la felicidad bienaventurada. Porque en el empe?o de ser felices, cuando los hombres han aspirado a ello al margen de Dios o incluso contra ?l y a su despecho, el resultado es esa macabra retah?la de desmanes con los que los humanos han llenado demasiadas p?ginas de su historia: violencias, mentiras, injusticias, traiciones, muertes.
????????????????? El Reino es algo que tiene que ver con las exigencias de nuestro coraz?n, con las aspiraciones m?s nobles y los deseos m?s hondos del coraz?n humano. No obstante, y a pesar de la inmensa oferta de Dios, ?l nos deja libres para que optemos. Es una vieja tentaci?n la de ser independientes y aut?nomos respecto de Dios. Pero tras tanto esfuerzo, tanto pago, tanta cosa... no logramos alcanzar la dicha.
????????????????? El Evangelio de este domingo nos ofrece una meditaci?n sobre nuestro dispendio vital: en qu? gastamos nuestro caudal de posibilidades, en d?nde apostamos nuestro deseo de felicidad. Dios sale a nuestro paso y nos dice que ?l tiene un plan, su Reino, por el que vale la pena arriesgarlo todo. Cuando alguna vez se ha entendido esto, cuando alguna vez se ha intentado, se comprende que Dios no juega con nosotros, que no se aprovecha de nuestra condici?n, sino que al venderlo todo para adquirir su tesoro escondido o su perla preciosa, es decir, al dejar padre, madre, hijos, tierras... por su Reino, ?l nos ha dado cien veces m?s padres, madres, hijos, tierras... y despu?s la vida eterna. "?Entend?is bien todo esto? Ellos contestaron: s?" (Mt 13,52). ?Qu? podemos responder cada uno de nosotros?
El Se?or os bendiga y os guarde.
ZENIT nos?ofrece el texto del discurso pronunciado por el Papa el s?bado 25 de Junio de 2011?por la ma?ana, al recibir en audiencia a los socios de la Asociaci?n Santos Pedro y Pablo, en el 40? aniversario de la sociedad.
?Queridos amigos de la Asociaci?n Santos Pedro y Pablo!
?Os saludo con alegr?a y con afecto! Estoy muy contento de encontrarme con vosotros mientras est?is reunidos en ocasi?n del 40? aniversario de la sociedad: una conmemoraci?n feliz, que invita al agradecimiento, al Se?or antes que nada, y al amado Siervo de Dios Pablo VI, que tanto ha hecho para renovar el ambiente Vaticano seg?n las exigencias contempor?neas. Saludo en particular al Presidente, el doctor Calvino Gasparini, y le agradezco sus corteses palabras; saludo al Asistente espiritual, monse?or Joseph Murphy, a los dem?s responsables y a todos los socios, como tambi?n a los ex-asistentes, entre los que est?n el cardenal Coppa, que nos honra con su presencia, y el cardenal Bertone, que cuando era un joven sacerdote fue ayudante formador de la entonces Guardia Palatina. En el altar del Se?or y la tumba de San Pedro, elevamos en este momento un especial recuerdo por todos los que, en estos 40 a?os, se han sucedido en la direcci?n de la Asociaci?n y que con dedicaci?n han sido parte de ella. A todos los que, de ellos, han dejado este mundo, que el Se?or les d? la paz y la bienaventuranza de su Reino.
Tambi?n en mi ?nimo, al reunirme con vosotros, domina el sentimiento de reconocimiento, y est? dirigido a vosotros, por el servicio que ofrec?is, sobre todo por el amor y el esp?ritu de fe con el que lo desarroll?is. Vosotros dedic?is parte de vuestro tiempo, armoniz?ndolo con los compromisos de familia y sustray?ndolo, a menudo, de vuestro ocio, para venir al Vaticano y colaborar con el buen orden de las celebraciones. Adem?s dais vida a numerosas iniciativas caritativas, en colaboraci?n con las religiosas Hijas de la Caridad y con las Misioneras de la Caridad. Estos compromisos exigen una motivaci?n profunda, que se renueva siempre, gracias a una intensa vida espiritual. Para ayudar a los dem?s a rezar, es necesario tener el coraz?n dirigido a Dios; para pedir el respeto a los lugares santos y a las cosas santas, es necesario que vosotros mismos teng?is el sentido cristiano de la sacralidad; para ayudar al pr?jimo con verdadero amor cristiano, tenemos que tener un ?nimo humilde y una visi?n de fe. Vuestra actitud, a menudo sin palabras, constituye una indicaci?n, un ejemplo, un reclamo, y como tal, tambi?n tiene un valor educativo.
Se presupone en todo esto vuestra formaci?n personal; y deseo deciros que por esta, como por todo lo que hac?is, os estoy particularmente agradecido. La Asociaci?n Santos Pedro y Pablo, como toda aut?ntica asociaci?n eclesial, antes que nada, se propone la formaci?n de sus miembros, nunca como sustituci?n o alternativa de las parroquias, sino de forma complementaria respecto a ellas. Por esto, me complace que form?is parte de vuestras comunidades parroquiales y que eduqu?is a vuestros hijos en el sentido de la parroquia. Al mismo tiempo, me complace el hecho de que la Asociaci?n sea, en su justa medida, exigente en el prever espec?ficos periodos formativos para los que desean ser socios efectivos, y ofrezca regularmente momentos oportunos en apoyo de la perseverancia.
Un pensamiento particular dirijo a quienes, esta ma?ana, han pronunciado la solemne Promesa de fidelidad; espero que tengan siempre la alegr?a de sentirse disc?pulos de Cristo en la Iglesia, y les exhorto a que den un buen testimonio del Evangelio en todos los ?mbitos de su vida. Siempre desde esta perspectiva, he apoyado, desde el principio, el proyecto de dar vida a un grupo juvenil. Saludo a los j?venes con especial afecto, y les animo a seguir el ejemplo del Beato Pier Giorgio Frassati, amando a Dios con todo el coraz?n, gustando la belleza de la amistad cristiana y sirviendo a Cristo con gran discreci?n, en los hermanos m?s pobres.
Queridos amigos, os agradezco vuestros buenos deseos, y sobre todo, las oraciones en ocasi?n de mi 60? aniversario de Sacerdocio. El regalo que me hab?is querido ofrecer, una bella casulla, me recuerda que soy, antes que nada, Sacerdote de Cristo, y me invita a acordarme de vosotros cuando celebro el Sacrificio redentor. ?Gracias de coraz?n! Finalmente, quiero confiaros a todos a la Virgen Mar?a. S? que en vuestra Asociaci?n se venera con el t?tulo de Virgo Fidelis. ?Hoy m?s que nunca se necesita la fidelidad! Vivimos en una sociedad que ha perdido este valor. Se exalta mucho el comportamiento de cambio, la ?movilidad?, la ?flexibilidad?, por motivos organizativos tambi?n leg?timos. Pero ?la calidad de una relaci?n humana se ve en la fidelidad! La Sagrada Escritura nos muestra que Dios es fiel. Con su gracia y la ayuda de Mar?a, sed, por tanto, fieles a Cristo y a la Iglesia, preparados para soportar con humildad y paciencia el precio que comporta. Que la Virgo Fidelis os obtenga la paz en vuestras familias, ya que de ellas nacen aut?nticas vocaciones cristianas, al Matrimonio, al Sacerdocio y a la Vida consagrada. Por esto os aseguro un especial recuerdo en mi oraci?n, mientras que de coraz?n os bendigo a todos vosotros y a vuestros seres queridos.
[Traducci?n del italiano por Carmen ?lvarez,
? Copyright 2011 - Libreria Editrice Vaticana]
ZENIT? nos? presenta la declaraci?n publicada el lunes 27 de Junio de 2011 con motivo del ?Proyecto de ley reguladora de los derechos de la persona ante el proceso final de la vida?, aprobada por la CCXX Comisi?n Permanente de la Conferencia Episcopal Espa?ola, el 22 de junio de 2011.
1?????????????? En Espa?a, como en otros lugares del mundo occidental, se discute y se legisla des?de hace a?os acerca del mejor modo de afrontar la muerte como corresponde a ese momento tan delicado y fundamental de la vida humana. La actualidad de la cuesti?n viene dada por di?versos motivos. Es posible que el m?s determinante de ellos se halle en los avances de la me?dicina, que si, por una parte, han permitido alargar el tiempo de la vida, por otra, ocasionan con frecuencia situaciones complejas en los momentos finales, en las que se ha hecho m?s dif?cil distinguir entre lo natural y lo artificial, entre el dolor inevitable y el sufrimiento debido a determinadas intervenciones de las nuevas t?cnicas m?dicas. Adem?s, la mayor frecuencia con la que las personas llegan a edades avanzadas, en situaciones de debilidad, ha replantea?do tambi?n la cuesti?n del sentido de la vida humana en esas condiciones.
2?????????????? En diversas ocasiones que demandaban una palabra de clarificaci?n a este respec?to, a la luz del Evangelio de la vida y de los derechos fundamentales de la persona, la Confe?rencia Episcopal ha hecho o?r su voz a trav?s de sus diferentes organismos (1). Los principios b?sicos de la doctrina cat?lica sobre ?el Evangelio de la vida humana?, en todos sus aspectos y, por tanto, tambi?n en los referentes al ?respeto y cuidado de la vida humana doliente y terminal? se hallan luminosamente sintetizados en el tercer cap?tulo de la Instrucci?n Pastoral de la Asamblea Plenaria titulada La familia, santuario de la vida y esperanza de la sociedad (2).
3?????????????? El Gobierno de la Naci?n ha aprobado el pasado d?a 17 de junio un ?Proyecto de Ley Reguladora de los Derechos de la Persona ante el Proceso Final de la Vida? que aborda por primera vez esta cuesti?n en una posible norma para toda Espa?a (3). Deseamos hacer p?blica nuestra valoraci?n del mismo para contribuir al necesario y pausado debate p?blico sobre una cuesti?n de tanta relevancia y para ayudar a los cat?licos y a todos los que deseen escuchar?nos a formarse un juicio ponderado y acorde con el Evangelio y con los derechos fundamenta?les del ser humano.
4?????????????? Con este prop?sito, recordamos primero sucintamente los principios b?sicos del Evangelio de la vida y ofrecemos luego nuestra valoraci?n del Proyecto a la luz de tales princi?pios.
PARTE PRIMERA El Evangelio de la vida: la vida de cada persona es sagrada, tambi?n cuando es d?bil, sufriente o se encuentra al final de su tiempo en la tierra; las leyes han de proteger siempre su dignidad y garantizar su cuidado (4)
La dignidad de la vida humana y su car?cter sagrado
5?????????????? Cuando hablamos de dignidad humana, nos referimos al valor incomparable de ca?da ser humano concreto. Cada vida humana aparece ante nosotros como algo ?nico, irrepeti?ble e insustituible; su valor no se puede medir en relaci?n con ning?n objeto, ni siquiera por comparaci?n con ninguna otra persona; cada ser humano es, en este sentido, un valor absolu?to.
6?????????????? La revelaci?n de Dios en Jesucristo nos desvela la ?ltima raz?n de ser de la sublime dignidad que posee cada ser humano, pues nos manifiesta que el origen y el destino de cada hombre est? en el Amor que Dios mismo es. (...) Los seres humanos no somos Dios, no somos dioses, somos criaturas finitas. Pero Dios nos quiere con ?l. Por eso nos crea: sin motivo algu?no de mera raz?n, sino, por pura generosidad y gratuidad, desea hacernos part?cipes libres de su vida divina, es decir, de su Amor eterno. La vida humana es, por eso, sagrada.
Dignificaci?n del sufrimiento y de la muerte, frente a falsos criterios de ?calidad de vi?da? y de ?autonom?a? del paciente
7?????????????? Cuando la existencia se rige por los criterios de una ?calidad de vida? definida princi?palmente por el bienestar subjetivo medido s?lo en t?rminos materiales y utilitarios, las pala?bras ?enfermedad?, ?dolor? y ?muerte? no pueden tener sentido humano alguno. Si a esto a?a?dimos una concepci?n de la libertad como mera capacidad de realizar los propios deseos, [sin referencia al bien objetivo], entonces no es extra?o que, en esas circunstancias, se pretenda justificar e incluso exaltar el suicidio como si fuera un acto humano responsable y hasta heroi?co. La vuelta a la legitimaci?n social de la eutanasia, fen?meno bastante com?n en las culturas paganas precristianas, se presenta hoy, con llamativo individualismo antisocial, como un acto m?s de la elecci?n del individuo sobre lo suyo: en este caso, sobre la propia vida carente ya de ?calidad?.
8?????????????? El Evangelio de la vida fortalece a la raz?n humana para entender la verdadera dig?nidad de las personas y respetarla. Unidos al misterio pascual de Cristo, el sufrimiento y la muerte aparecen iluminados por la luz de aquel Amor originario, el amor de Dios, que, en la Cruz y Resurrecci?n del Salvador, se nos revela m?s fuerte que el pecado y que la muerte. De este modo, la fe cristiana confirma y supera lo que intuye el coraz?n humano: que la vida es capaz de desbordar sus precarias condiciones temporales y espaciales, porque es, de alguna manera, eterna. Jesucristo resucitado pone ante nuestros ojos asombrados el futuro que Dios ofrece a la vida de cada ser humano: la glorificaci?n de nuestro cuerpo mortal.
9. La esperanza de la resurrecci?n y la Vida eterna nos ayuda no s?lo a encontrar el sentido oculto en el dolor y la muerte, sino tambi?n a comprender que nuestra vida no es comparable a ninguna de nuestras posesiones. La vida es nuestra, somos responsables de ella, pero propiamente no nos pertenece. Si hubiera que hablar de un ?propietario? de nuestra vida, ?se ser?a quien nos la ha dado: el Creador. Pero ?l tampoco es un due?o cualquiera. ?l es la Vida y el Amor. Es decir, que nuestro verdadero Se?or?‐?gracias a Dios!‐no es nuestro peque??o ?yo?, fr?gil y caduco, sino la Vida y el Amor eternos. No es razonable que queramos con?vertirnos en due?os de nuestras vidas. Lo sabe nuestra raz?n, que conoce la existencia de bie?nes indisponibles para nosotros, como, por ejemplo, la libertad, y, en la base de todos ellos, la vida misma. La fe ilumina y robustece este saber.
10. La vida humana tiene un sentido m?s all? de ella misma por el que vale la pena en?tregarla. El sufrimiento, la debilidad y la muerte no son capaces, de por s?, de privarla de sen?tido. Hay que saber integrar esos lados oscuros de la existencia en el sentido integral de la vi?da humana. El sufrimiento puede deshumanizar a quien no acierta a integrarlo, pero puede ser tambi?n fuente de verdadera liberaci?n y humanizaci?n. No porque el dolor ni la muerte sean buenos, sino porque el Amor de Dios es capaz de darles un sentido. No se trata de elegir el dolor o la muerte sin m?s. Eso es justamente lo que los deshumanizar?a. Lo que importa es vivir el dolor y la muerte misma como actos de amor, de entrega de la Vida a Aquel de quien la hemos recibido. Ah? radica el verdadero secreto de la dignificaci?n del sufrimiento y de la muerte.
La muerte no debe ser causada (no a la eutanasia), pero tampoco absurdamente re?trasada (no al encarnizamiento terap?utico)
11. Hemos de renovar la condena expl?cita de la eutanasia como contradicci?n grave con el sentido de la vida humana. Rechazamos la eutanasia en sentido verdadero y propio, es decir, ?una acci?n o una omisi?n que por su naturaleza y en la intenci?n causa la muerte, con el fin de eliminar cualquier dolor? (5). En cambio, no son eutanasia propiamente dicha y, por tan?to, ?no son moralmente rechazables acciones y omisiones que no causan la muerte por su propia naturaleza e intenci?n. Por ejemplo, la administraci?n adecuada de calmantes (aunque ello tenga como consecuencia el acortamiento de la vida) o la renuncia a terapias despropor?cionadas (al llamado encarnizamiento terap?utico), que retrasan forzadamente la muerte a costa del sufrimiento del moribundo y de sus familiares. La muerte no debe ser causada, pero tampoco absurdamente retrasada? (6).
Es posible redactar un ?testamento vital?
12. Respondiendo a los criterios enunciados, la Conferencia Episcopal ofreci? en su momento un modelo de manifestaci?n anticipada de voluntad, que presentamos de nuevo, como ap?ndice de esta declaraci?n, en redacci?n actualizada. Quienes desearan firmar un do?cumento de este tipo podr?n encontrar en este ?testamento vital? un modelo acorde con la doctrina cat?lica y con los derechos fundamentales de la persona, lo cual no siempre es as? en otros modelos.
La legalizaci?n expresa o encubierta de la eutanasia, en realidad va en contra de los m?s d?biles
13. La legalizaci?n de la eutanasia es inaceptable no s?lo porque supondr?a la legiti?maci?n de un grave mal moral, sino tambi?n porque crear?a una intolerable presi?n social so?bre los ancianos, discapacitados o incapacitados y todos aquellos cuyas vidas pudieran ser consideradas como ?de baja calidad? y como cargas sociales; conducir?a?‐como muestra la ex?periencia?‐a verdaderos homicidios, m?s all? de la supuesta voluntariedad de los pacientes, e introducir?a en las familias y las instituciones sanitarias la desconfianza y el temor ante la de?preciaci?n y la mercantilizaci?n de la vida humana.
El objetivo de la legislaci?n sobre el final de la vida ha de ser garantizar el cuidado del moribundo, en lugar de recurrir a falsos criterios de ?calidad de vida? y de ?autonom?a? para, en realidad, desproteger su dignidad y su derecho a la vida.
14. La complejidad creciente de los medios t?cnicos hoy capaces de alargar la vida de los enfermos y de los mayores crea ciertamente situaciones y problemas nuevos que es nece?sario saber valorar bien en cada caso. Pero lo m?s importante, sin duda, es que el esfuerzo grande que nuestra sociedad hace en el cuidado de los enfermos, crezca todav?a m?s en el respeto a la dignidad de cada vida humana. La atenci?n sanitaria no puede reducirse a la sola t?cnica, ha de ser una atenci?n a la vez profesional y familiar.
15. En nuestra sociedad, que cada d?a tiene mayor proporci?n de personas ancianas, las instituciones geri?tricas y sanitarias?‐especialmente las unidades de dolor y de cuidados paliativos?‐han de estar [bien dotadas] y coordinadas con las familias y ?stas, por su parte, ya que son el ambiente propio y originario del cuidado de los mayores y de los enfermos, han de recibir el apoyo social y econ?mico necesario para prestar este impagable servicio al bien com?n. La familia es el lugar natural del origen y del ocaso de la vida. Si es valorada y recono?cida como tal, no ser? la falsa compasi?n, que mata, la que tenga la ?ltima palabra, sino el amor verdadero, que vela por la vida, aun a costa del propio sacrificio.
Denunciar la posible legalizaci?n encubierta de la eutanasia es un deber moral y de?mocr?tico
16. Cuando afirmamos que es intolerable la legalizaci?n abierta o encubierta de la eu?tanasia, no estamos poniendo en cuesti?n la organizaci?n democr?tica de la vida p?blica, ni estamos tratando de imponer una concepci?n moral privada al conjunto de la vida social. Sos?tenemos sencillamente que las leyes no son justas por el mero hecho de haber sido aprobadas por las correspondientes mayor?as, sino por su adecuaci?n a la dignidad de la persona huma?na.
17. No identificamos el orden legal con el moral. Somos, por tanto, conscientes de que, en ocasiones, las leyes, en aras del bien com?n, tendr?n que tolerar y regular situaciones y conductas desordenadas. Pero esto no podr? nunca ser as? cuando lo que est? en juego es un derecho fundamental, como es el derecho a la vida. Las leyes que toleran e incluso regulan las violaciones del derecho a la vida son gravemente injustas y no deben ser obedecidas. Es m?s, esas leyes ponen en cuesti?n la legitimidad de los poderes p?blicos que las elaboran y aprueban. Es necesario denunciarlas y procurar, con todos los medios democr?ticos disponi?bles, que sean abolidas, modificadas o bien, en su caso, no aprobadas.
El derecho a la objeci?n de conciencia
18. En un asunto tan importante ha de quedar claro, tambi?n legalmente, que las per?sonas que se pueden ver profesionalmente implicadas en situaciones que conllevan ataques ?legales? a la vida humana, tienen derecho a la objeci?n de conciencia y a no ser perjudicadas de ning?n modo por el ejercicio de este derecho. Ante el vac?o legal existente, se hace m?s necesaria hoy la regulaci?n de este derecho fundamental.
PARTE SEGUNDA Un Proyecto que podr?a suponer una legalizaci?n encubierta de pr?cticas eutan?si?cas y que no tutela bien el derecho fundamental de libertad religiosa
Intenci?n laudable: proteger la dignidad de la persona en el final de la vida sin despe?nalizar la eutanasia
19. El texto que valoramos persigue una finalidad ciertamente positiva: ?La presente Ley tiene por objeto asegurar la protecci?n de la dignidad de las personas en el proceso final de la vida? (art. 1), concretamente, de quienes se encuentran en situaci?n terminal o de ago?n?a (art. 2).
20. Con este fin, se propone ?garantizar el pleno derecho de (la) libre voluntad? (art.1) de las personas que se hallan en esa situaci?n, sin alterar para ello ?la tipificaci?n penal vigen?te de la eutanasia o suicidio asistido? (Exp. de motivos).
Enfoque unilateral: la supuesta autonom?a absoluta del paciente
21. Sin embargo, una concepci?n de la autonom?a de la persona, como pr?cticamente absoluta, y el peso que se le da a tal autonom?a en el desarrollo de la Ley acaban por desvir?tuar la intenci?n declarada y por sobrepasar el l?mite propuesto de no dar cabida a la eutana?sia.
22. En efecto, la ?inequ?voca afirmaci?n y salvaguarda de la autonom?a de la voluntad de los pacientes? (E.d.m.), a quienes se otorga el ?derecho a decidir libremente sobre las in?tervenciones y el tratamiento a seguir? (art. 4), conduce a que se les conceda la capacidad de ?rechazar las intervenciones y los tratamientos propuestos por los profesionales, aun en los casos en que esta decisi?n pudiera tener el efecto de acortar su vida o ponerla en peligro in?minente? (art. 6. 1).
23. Como este planteamiento constituye la espina dorsal de la argumentaci?n del An?teproyecto, quedan inevitablemente fuera de su atenci?n determinadas distinciones y limita?ciones que son fundamentales para la tutela efectiva de la dignidad de la persona y de su de?recho a la vida. Es m?s, el propio concepto de dignidad humana queda tambi?n negativamen?te afectado, puesto que parece sostenerse impl?citamente que una vida humana podr?a care?cer de dignidad tutelable en el momento en el que as? lo dispusiera aut?nomamente la parte interesada e incluso eventualmente un tercero (7).
Definici?n reductiva del concepto de eutanasia
24. Entre las cuestiones carentes de suficiente precisi?n se encuentra el concepto mismo de eutanasia o suicidio asistido, concebidos como ?la acci?n de causar o cooperar acti?vamente con actos necesarios y directos a la muerte de otro? (E.d.m., seg?n el C?digo Penal), por petici?n de quien padece una enfermedad mortal o graves y permanentes padecimientos. Con esta definici?n reductiva, centrada s?lo en las acciones directas, se deja abierta la puerta a las omisiones voluntarias que pueden causar la muerte o que buscan de modo directo su aceleraci?n. As? lo confirman otras disposiciones concretas, encaminadas a legalizar tales omi?siones.
Conductas eutan?sicas a las que se dar?a cobertura legal
25. Entre las conductas eutan?sicas que se legalizar?an con esta Ley est?, en primer lugar, la posible sedaci?n inadecuada. El Anteproyecto establece que las personas que se hallen en el proceso final de su vida tienen derecho ?a recibir, cuando lo necesiten, sedaci?n paliativa, aunque ello implique un acortamiento de la vida? (art. 11. 2c). M?s adelante, en el art. 17. 2, se somete la sedaci?n a criterios de proporcionalidad. Sin embargo, ya el hecho de que la administraci?n de la sedaci?n resulte apropiada o no es algo que depende del juicio m?dico y no de la voluntad del paciente, lo cual no queda claro en este texto que consagra el tratamiento espec?fico de la sedaci?n como un ?derecho? de este ?ltimo. Adem?s, no queda tampoco claro el modo en que la proporcionalidad sea aplicada a la sedaci?n, condici?n nece?saria para que no se use de hecho como un medio para causar la muerte.
26. En segundo lugar, el abandono terap?utico o la omisi?n de los cuidados debidos tambi?n podr?an tener cobertura legal si este Proyecto se convirtiera en Ley. La obligaci?n moral de no interrumpir las curas normales debidas al enfermo no aparece afirmada en el tex?to. ?ste se contenta con establecer las ?actuaciones sanitarias que garanticen su debido cui?dado y bienestar? (art. 17, 2) como ambiguo l?mite del derecho de los pacientes a rechazar tratamientos y de la correlativa obligaci?n de los profesionales de la salud de reducir el es?fuerzo terap?utico. Entre los aspectos que han de incluirse en el ?debido cuidado? se hallan siempre la alimentaci?n y la hidrataci?n. Pero el texto tampoco contempla estos cuidados ne?cesarios, dejando as? abierta la puerta a conductas eutan?sicas por omisi?n de cuidados debi?dos. Cuando el Anteproyecto dispone que es necesario evitar ?la adopci?n o el mantenimiento de intervenciones y medidas de soporte vital carentes de utilidad cl?nica? (17. 2), permanece en una ambig?edad de consecuencias morales y jur?dicas graves al no definir en qu? consisten esas ?medidas de soporte vital?, que pueden ser apropiadas o no serlo.
Los profesionales de la sanidad, reducidos a ejecutores de la voluntad de los pacientes, a quienes ni siquiera les es reconocido el derecho de objeci?n de conciencia
27. En su excesivo empe?o por tutelar la autonom?a de los pacientes, el Proyecto con?vierte a los m?dicos y dem?s profesionales de la sanidad pr?cticamente en meros ejecutores de las decisiones de aquellos: ?Los profesionales sanitarios est?n obligados a respetar la vo?luntad manifestada por el paciente sobre los cuidados y el tratamiento asistencial que desea recibir en el proceso final de su vida, en los t?rminos establecidos en esta Ley? (16. 1). Parece que estos profesionales tienen s?lo obligaciones y no derechos, de los que nunca se habla. Pe?ro los profesionales de la sanidad tambi?n tienen el derecho de que sean respetadas sus opi?niones y actuaciones cuando, de acuerdo con una buena pr?ctica m?dica, buscan el mejor tra?tamiento del paciente en orden a promover su salud y su cuidado. Tienen derecho a que no se les impongan criterios o actuaciones que resulten contrarios a la finalidad b?sica del acto m?dico, que es siempre el cuidado del enfermo. Un buen texto legal en esta materia habr?a de conciliar los derechos de los pacientes con los de los m?dicos. Cada uno tiene su propia res?ponsabilidad en la alianza terap?utica que se ha de establecer entre ambos si se quiere conse?guir la relaci?n adecuada entre el enfermo y el m?dico. No puede ser que ?ste quede exone?rado de toda responsabilidad moral y legal, como parece indicarse (art. 15. 3) y que aqu?l re?sulte habilitado para tomar pr?cticamente cualquier decisi?n. Resulta muy significativo a este ?ltimo respecto que la Disposici?n adicional primera de este Proyecto, al ordenar una nueva redacci?n del art?culo 11 de la Ley de autonom?a del paciente, de 2002, suprima el p?rrafo que establece que ?no ser?n aplicadas las instrucciones previas [del paciente] contrarias al orde?namiento jur?dico, a la lex artis, ni las que no se correspondan con el supuesto de hecho que el interesado haya previsto en el momento de manifestarlas?. Desaparece, por tanto, el criterio de la lex artis?‐o buena pr?ctica m?dica?‐como l?mite a la absoluta autonom?a del paciente terminal.
28. El Proyecto no alude en ning?n momento al derecho a la objeci?n de conciencia que deber?a reconocerse y garantizarse al personal sanitario en su mayor amplitud posible. Tambi?n habr?a de constar que el ideario cat?lico de un centro sanitario ser? debidamente respetado.
Mal tratado el derecho humano de libertad religiosa
29. En las enfermedades graves y m?s a?n en cuando se acerca la muerte, las perso?nas se encuentran por lo general especialmente necesitadas y deseosas de asistencia religiosa. Se trata de un hecho coherente con la naturaleza religiosa del ser humano que encuentra su reflejo en las correspondientes constataciones sociol?gicas.
30. Sin embargo, el presente Proyecto ni siquiera menciona el derecho fundamental de libertad religiosa, como es reconocido por la Constituci?n en su art?culo 16. 1. Esto es algo llamativo, porque la naturaleza propia de las situaciones que regula est?n cargadas?‐como acabamos de apuntar?‐de hondos significados religiosos y exigir?an ya de por s? ser tratadas en un marco legal que explicite y tutele positivamente ese derecho fundamental. Pero adem?s, la mencionada ausencia resulta todav?a menos explicable si se recuerda que el enfoque adopta?do por el texto es el del m?ximo desarrollo de los derechos fundamentales de la persona que se halla en las circunstancias citadas (8).
31. En cambio, el texto legal proyectado formula un nuevo derecho al que llama ?de?recho al acompa?amiento? (art. 12), dentro el cual incluye una denominada ?asistencia espiri?tual o religiosa? de la que se dice que los pacientes ?tendr?n derecho recibir(la)? si ellos se la ?procuran?, de acuerdo con sus convicciones y creencias, y ?siempre que ello resulte compati?ble con el conjunto de medidas sanitarias necesarias para ofrecer una atenci?n de calidad?.
32. El derecho de libertad religiosa, en cuanto derecho humano fundamental y prima?rio, no puede ser reducido por una Ley a la mera tolerancia de la pr?ctica religiosa, como aqu? se hace, sometida adem?s de modo absoluto a condicionamientos jur?dicos indeterminados y en manos de terceros (la compatibilidad con el ?conjunto de medidas sanitarias?). Una Ley justa y acorde con la Constituci?n en este punto deber?a prever el reconocimiento del derecho de libertad religiosa de modo expl?cito y positivo. Que los pacientes tengan derecho al ejerci?cio de sus convicciones religiosas supone que el Estado, por su parte, ha de garantizar y favo?recer el ejercicio de ese derecho fundamental, sin perjuicio de su justa laicidad.
33. A este respecto se deber?a hacer menci?n gen?rica de los Acuerdos internaciona?les o Convenios de colaboraci?n con las confesiones religiosas, en el derecho transitorio, es?pecificando que la asistencia religiosa se realizar? en el marco de tales instrumentos jur?dicos. En el caso particular de la Iglesia cat?lica, es aqu? pertinente el art?culo IV del Acuerdo sobre Asuntos Jur?dicos.
Otras carencias del Proyecto
34. No quedan suficientemente claras en este texto otras cuestiones de no poca rele?vancia, que nos limitamos a enumerar. El significado de ?deterioro extremo? (E. d. m.), no pa?rece que pueda calificar siempre una fase terminal. La informaci?n a la que se tiene derecho debe ser ?clara y comprensible?, se dice en el art. 5.1., pero habr?a que a?adir que deber?a ser continuamente actualizada y verificada respecto de su efectiva comprensi?n. A los menores emancipados o con 16 a?os cumplidos se les otorga la misma capacidad de decidir sobre sus tratamientos que a los mayores de edad, lo cual va en detrimento de la responsabilidad de los padres (cf. art. 7). El art?culo 16 protege poco al enfermo de posibles intereses injustos de familiares y profesionales a la hora de valorar su incapacidad de hecho. En el art?culo 20 se di?ce que los comit?s de ?tica asistencial ?podr?n acordar protocolos de actuaci?n para garanti?zar la aplicaci?n efectiva de lo previsto en esta Ley?, siendo as? que, por estatutos, dichos co?mit?s tienen car?cter s?lo consultivo.
Conclusiones
35. Sintetizamos como sigue nuestra valoraci?n de Proyecto de Ley objeto de esta De?claraci?n:
1. El Proyecto pretende dar expresi?n a un nuevo enfoque legal que supere un enfo?que asistencialista y d? paso a otro basado en el reconocimiento de los derechos de la persona en el contexto de las nuevas situaciones creadas por los avances de la medicina. Pero no lo consigue.
2. No logra garantizar, como desea, la dignidad y los derechos de las personas en el proceso del final de su vida temporal, sino que deja puertas abiertas a la legaliza?ci?n de conductas eutan?sicas, que lesionar?an gravemente los derechos de la per?sona a que su dignidad y su vida sean respetadas.
3. El err?neo tratamiento del derecho fundamental de libertad religiosa supone un retroceso respecto de la legislaci?n vigente.
4. Ni siquiera se alude al derecho a la objeci?n de conciencia, que deber?a reconocer?se y garantizarse al personal sanitario.
5. La indefinici?n y la ambig?edad de los planteamientos lastran el Proyecto en su conjunto, de modo que, de ser aprobado, conducir?a a una situaci?n en la que los derechos de la persona en el campo del que se trata estar?an peor tutelados que con la legislaci?n actual.
Con esta declaraci?n queremos contribuir a una convivencia m?s humana en nuestra sociedad, la cual s?lo puede darse cuando las leyes reconocen los derechos fundamentales e inalienables de la persona humana y tutelan el ejercicio efectivo de los mismos.
NOTAS
(!) Comisi?n Episcopal para la Doctrina de la Fe, Sobre la eutanasia (15 de abril de 1986); Comit? Episco?pal para la Defensa de la Vida, La eutanasia. Cien cuestiones y respuestas (14 de febrero de 1993); Co?misi?n Permanente, Declaraci?n La eutanasia es inmoral y antisocial (18 de febrero de 1998). En: L. M. Vives Soto (Ed.), La vida humana, don precioso de Dios. Documentos de la Conferencia Episcopal Espa??ola sobre la vida 1974‐2006, Edice, Madrid 2006, 235‐340; tambi?n en:www.conferenciaepiscopal.es/(Secci?n Documentos)
(2) LXXVI Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Espa?ola, Instr. Past. La familia, santuario de la vida y esperanza de la sociedad (27 de abril de 2001), esp. Cap?tulo 3, ?El Evangelio de la vida humana?. En: Bolet?n Oficial de la Conferencia Episcopal Espa?ola 16 (2001) 12‐60; y en: L. M. Vives Soto (Ed.), o. c., 45‐63; tambi?n en:www.conferenciaepiscopal.es(Secci?n Documentos)
(3)Existen ya normas emanadas de cuerpos legislativos auton?micos sobre las que se han pronunciado en su momento los obispos de esos lugares. As?, sobre el ?Proyecto de Ley de Derechos y Garant?as de la Dignidad de la Persona en el Proceso de la Muerte?, de la Junta de Andaluc?a, los Obispos de Andaluc?a publicaron una Nota el 22 de febrero de 2010; y sobre la ?Ley de Derechos y Garant?as de la Dignidad de la Persona en el Proceso de Morir y de la Muerte?, del Parlamento de Arag?n, los obispos de Arag?n publicaron una Carta Pastoral el 24 de abril de 2011.
(4) En toda esta primera parte seguimos casi siempre literalmente el tercer cap?tulo de la Instrucci?n Pas?toral de la LXXVI Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Espa?ola, La familia, santuario de la vi?da y esperanza de la sociedad (27 de abril de 2001), n?meros 101 al 128.
(5) Juan Pablo II, Carta Enc. Evangelium vitae, 65.
(6) Comisi?n Permanente de la Conferencia Episcopal Espa?ola, Declaraci?n La eutanasia es inmoral y an?tisocial, 6.
(7)En la Exposici?n de motivos se dice expl?citamente que ?el proceso final de la vida, concebido como un final pr?ximo e irreversible, eventualmente doloroso? ser?a tambi?n ?lesivo de la dignidad de quien lo padece?; una afirmaci?n que no s?lo resulta antropol?gicamente inaceptable, sino tambi?n posible?mente contraria a la Constituci?n.
(8)La Exposici?n de motivos del Proyecto se refiere a la Constituci?n espa?ola, donde ?sta reconoce va?rios derechos fundamentales como la dignidad (art. 10), la vida y la integridad f?sica (art. 15) o la intimi?dad (art. 18. 1) e incluso la salud (art. 43), que, atendiendo a la sistem?tica constitucional, no es ya un derecho fundamental, sino un principio rector de la pol?tica social y econ?mica.
AP?NDICE
Testamento vital
A mi familia, a mi m?dico, a mi sacerdote, a mi notario:
Si me llega el momento en que no pueda expresar mi voluntad acerca de los trata?mientos m?dicos que se me vayan a aplicar, deseo y pido que esta declaraci?n sea considera?da como expresi?n formal de mi voluntad, asumida de forma consciente, responsable y libre, y que sea respetada como si se tratara de un testamento.
Considero que la vida en este mundo es un don y una bendici?n de Dios, pero no es el valor supremo y absoluto. S? que la muerte es inevitable y pone fin a mi existencia terrena, pero creo que me abre el camino a la vida que no se acaba, junto a Dios.
Por ello, yo, el que suscribe, pido que si por mi enfermedad llegara a estar en situa?ci?n cr?tica irrecuperable, no se me mantenga en vida por medio de tratamientos despropor?cionados; que no se me aplique la eutanasia (ning?n acto u omisi?n que por su naturaleza y en su intenci?n me cause la muerte) y que se me administren los tratamientos adecuados pa?ra paliar los sufrimientos.
Pido igualmente ayuda para asumir cristiana y humanamente mi propia muerte. De?seo poder prepararme para este acontecimiento en paz, con la compa??a de mis seres queri?dos y el consuelo de mi fe cristiana, tambi?n por medio de los sacramentos.
Suscribo esta declaraci?n despu?s de una madura reflexi?n. Y pido que los que teng?is que cuidarme respet?is mi voluntad. Designo para velar por el cumplimiento de esta voluntad, cuando yo mismo no pueda hacerlo, a............ Faculto a esta misma persona para que, en este supuesto, pueda tomar en mi nombre, las decisiones pertinentes. Para atenuaros cualquier posible sentimiento de culpa, he redactado y firmo esta declaraci?n.
Nombre y apellidos: Firma: Lugar y fecha:
Reflexi?n a las lecturas del domingo diecisiete del Tiempo Ordinario - A, ofrecido por el sacerdote Don Juan Manuel P?rez Pi?ero bajo el ep?grafe "ECOS DEL D?A DEL SE?OR"
ECOS DEL D?A DEL SE?OR
Domingo 17? del T. Ordinario A?
Queridos amigos y amigas: El Reino de Dios es una expresi?n muy rica en contenido. Es como el compendio de todos los bienes que nos trae Jesucristo, el Mes?as? y que se anuncia como evangelio, como buena noticia. El Reino de Dios se personifica en Cristo? Con ?l llega a la tierra el Reino de los Cielos. Los que aceptan su palabra se incorporan al Reino que se inicia en la vida de la Iglesia peregrina y tiene su punto culminante en la Venida gloriosa del Se?or.
De diversos modos habla el Se?or del Reino de los Cielos. Estos domingos a trav?s de unas par?bolas, comparaciones sencillas que todo el mundo entiende.
Hoy el Se?or compara su Reino a un tesoro, a una perla preciosa de gran valor.
Nunca compara el Se?or su Reino con algo malo, desagradable, pobre, triste?, sino, todo lo contrario, con algo de gran valor, con una fiesta o un banquete festivo y alegre, con una gran redada de peces, con un tesoro?
Como dec?a antes, este domingo compara Jesucristo su Reino a un gran tesoro, pero escondido? No se conoce, parece que no hay nada en aquel campo... Todo normal? hasta que llega uno y encuentra un tesoro que se ha guardado all? como suced?a en el pa?s de Jes?s, donde eran frecuentes las guerras, los conflictos, la inseguridad? ?Entonces, ?lo vuelve a esconder?, y, lleno de alegr?a, va a vender todo lo que tiene y compra el campo?.
???????? Al escuchar esta ense?anza los cristianos tendr?amos que preguntarnos: ?El Reino de los Cielos es para m? algo muy valioso, un tesoro, algo por lo cual merece la pena ?venderlo ?todo? para conseguirlo? O, por el contrario, ?vendemos ?el tesoro? por cualquier cosa? Como una se?ora que tiene una gran cantidad de plata guardada, pero est? ennegrecida por el tiempo, y termina por dejarla al de la chatarra por una peque?a cantidad de dinero.
Los santos, especialmente, los m?rtires, se nos presentan como aquellos que han ?tenido la suerte? de encontrar ?el tesoro? y lo han ?vendido todo?, incluso, la vida, por conseguirlo. Muy seguros deb?an de estar del ?tesoro? para actuar as?.
Por eso el Papa Juan Pablo II escrib?a a los j?venes que se iban a reunir con ?l en Santiago: ?El descubrimiento de Cristo es la aventura m?s grande de vuestra vida?.
???????? Atendamos a este testimonio de S. Pablo: ??Todo lo que para m? era ganancia, lo estimo p?rdida comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jes?s, mi Se?or. Por ?l lo perd? todo y todo lo estimo basura con tal de ganar a Cristo y existir en ?l...? (Fil. 3,7-9).
???????? En la primera lectura de hoy escuchamos que al Se?or le agrad? la petici?n de Salom?n y le dijo: ?Por haber pedido esto y no haber pedido para ti vida larga ni riquezas ni la vida de tus enemigos, sino que pediste discernimiento para escuchar y gobernar, te cumplo tu petici?n: te doy un coraz?n sabio e inteligente, como no lo ha habido antes ni lo habr? despu?s de ti?.
?Ser?an interminables los testimonios que podr?amos seguir presentando?! Pero no hay espacio para m?s?
Compara despu?s el Se?or su Reino ?a un comerciante perlas finas que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra?.
Tambi?n aqu? aparece ?la suerte?, ?la encontr?, pero se a?ade algo: El que la encuentra es ?un comerciante en perlas finas?, alguien que entiende de perlas, un experto, dir?amos hoy.
Por eso para valorar y comprar ?la perla del Reino de Dios?, hace?
falta ?entender?, ser un tipo listo? Y todos ?no entienden? o no son as? de inteligentes?
Hace alusi?n la par?bola al ?instinto del hombre de negocios?, que ve una gran oportunidad donde otros no ven nada o piensan todo lo contrario: ?Est? bien, pero no merece la pena??
Hace mucho tiempo que en las Di?cesis de nuestro pa?s se trabaja y se reza mucho para preparar la Jornada Mundial de la Juventud que culminar? con el encuentro con el Papa. Hay que hacer todo lo posible, pensamos, para que sea para todos una ocasi?n privilegiada de acoger la Buena Noticia, ?el Evangelio de los J?venes?, el del tesoro y la perla y ?vender? algo o venderlo todo para conseguirlo.?
Les deseo un buen Domingo, un d?a del Se?or muy feliz.
Homil?a de monse?or Marcelo Ra?l Martorell, obispo Puerto Iguaz?, en la Solemnidad del Corpus Christi (26 de junio de 2011). (AICA)
?Conc?denos Se?or participar con fe en el misterio de tu Cuerpo y de tu Sangre??
Este domingo la Iglesia celebra la festividad del Cuerpo y la Sangre del Se?or; es la misma Eucarist?a que celebra cada d?a del a?o: la ofrece en sacrificio de alabanza a Dios, la da en alimento a cada cristiano y la conserva como presencia real de Jesucristo en cada Sagrario para adoraci?n de los fieles. As? ella se convierte y es el centro y el sost?n de la vida humana.
Ella est? ?ntimamente relacionada con el don y la instituci?n del Sacerdocio, hoy y ayer y lo estar? siempre hasta que el Se?or vuelva definitivamente. Recordemos la antigua figura de Melquisedec, Rey de Salem y Sacerdote del Dios Alt?simo, que en acci?n de gracias a Dios por la victoria de Abrah?m, ofrece un sacrificio de ?pan y vino?, s?mbolo de la Eucarist?a. Melquisedec es llamado sacerdote para siempre, de ?l no se conoce ni principio ni el fin. As? pues este t?tulo es dado a Cristo m?s convenientemente porque su sacerdocio no tiene origen humano sino divino y por lo tanto es eterno. Acabado el sacerdocio lev?tico en el Nuevo Testamento, queda solamente el sacerdocio de Cristo que se prolonga en el ?sacerdocio cat?lico y a ?l le canta la Iglesia: ?T? eres sacerdote para siempre seg?n el rito de Melquisedec?.
Bueno ser?a que podamos leer en la carta a los Hebreos 7, 3 y ss; y en la carta 1? a los Corintios 11, 23-26; c?mo San Pablo presenta a Cristo Sacerdote en el acto de instituir la Eucarist?a, seg?n la tradici?n que? ?procede del Se?or?, as? como el preludio de la misma, en la multiplicaci?n de los panes (Lc. 9, 11-27) preludio evidente de la Cena Eucar?stica. Jes?s toma los panes, eleva los ojos al cielo, los bendice y los reparte? en el Cen?culo, cuando ya el pan se convierta en su Cuerpo y el vino en su Sangre. Y llama la atenci?n: ?Se los dio a sus disc?pulos para que distribuyeran el pan y quedaran todos saciados.
Mois?s insist?a constantemente para mantener viva la fe de Israel, en el Man? bajado del Cielo y el agua que manaba de la roca para saciar el hambre y la sed de Israel caminante por el desierto. Estos signos eran preludios de la Eucarist?a y por eso es l?gico que la Iglesia ponga su especial cuidado en que el Nuevo Pueblo de Israel y sus miembros no desde?en el don infinitamente m?s grande, la Eucarist?a, de los cuales los otros no son sino una p?lida imagen.
La Eucarist?a, alimento espiritual, es el sost?n de la Iglesia y de la vida del hombre, el cual la debe desear m?s que al pan que nos alimenta el cuerpo. Ella es alimento y luz para la vida del mundo. En el Evangelio de hoy (Jn. 6, 51-59) nos dice Jes?s: ?Yo soy el Pan vivo bajado del Cielo, el que come de este pan vivir? para siempre y el pan que yo dar? es mi carne para la vida del mundo?. Es que ella es verdaderamente alimento para la vida presente y preludio de la vida eterna. El Evangelista nos dec?a que los hebreos despu?s de comer el man? murieron, en cambio ?el que come este pan vivir? para siempre?. Es la Eucarist?a vida y vida eterna, misterio infinito de fe y de amor que se prolonga en el tiempo y en la historia, hasta que el Se?or vuelva glorioso al final de los tiempos.
La Eucarist?a es memorial de la muerte del Se?or y ofrece a los fieles el mismo Cuerpo de Jes?s que se inmol? en la cruz por los hombres y es tambi?n memorial de su resurrecci?n porque es el ?pan vivo?, en el que Cristo est? presente y viviente como lo est? en la Gloria del Padre, y por eso lo adoramos y glorificamos, sacramento de fe y de amor, de amor porque es quien ?am? y am? hasta el fin?.
Ella realiza la unidad de la Iglesia y le da vida en el Esp?ritu que vive para siempre en la Iglesia. Por eso tenemos que creer que la Eucarist?a es necesaria para la vida del hombre y de la Iglesia, que es el Cristo vivo, Se?or de la vida y de la historia, que sin ?l nada podemos y por eso es que hay que acercarse, comerlo, adorarlo, darle gracias y amarlo. Hay que acercarse y comerlo pues ?sin m? nada pod?is?.
Que Mar?a, adoradora de la Eucarist?a, nos lleve a amar la Eucarist?a y a confiar en ella.??
Mons. Marcelo Ra?l Martorell, obispo de Puerto Iguaz?
Homil?a de monse?or Luis H. Villalba, arzobispo em?rito y administrador apost?lico de Tucum?n, en la misa del Corpus Christi (Domingo 26 de junio de 2011). (AICA)
Queridos hermanos y hermanas:
1. Nos hemos reunido para celebrar la fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo, es decir, para tributar a Jes?s eucarist?a un acto de culto p?blico y solemne, reconociendo en ?l al Pastor bueno que nos gu?a en el camino de la vida, al Maestro que ilumina nuestras mentes y corazones, al Redentor que se acerca a nosotros y nos da la vida.
La solemnidad que hoy celebramos es para tributar al sacramento de la Eucarist?a, habitualmente oculto en el silencio de los sagrarios, un testimonio p?blico de adoraci?n y agradecimiento.
La procesi?n que realizaremos, llevando a Cristo presente en la Eucarist?a por las calles, quiere ser una bendici?n p?blica para nuestra ciudad. Encomendamos estas calles, estas casas, nuestra vida diaria a su bondad.
Que nuestras calles sean calles de Jes?s. Que nuestras casas sean casas de Jes?s. Que nuestra vida est? llena de Jes?s. Con este gesto ponemos ante sus ojos los sufrimientos de los enfermos, la soledad de los ancianos, la esperanza de nuestros j?venes.
2. Jes?s, que asciende a lo m?s alto de los cielos, contin?a cercano a los que vivimos en la tierra, dice San Agust?n.
La Eucarist?a es el sacramento de la cercan?a de Jes?s. ?Qu? cercan?a mayor que ?sta? El Se?or est? con nosotros, camina con nosotros como camin? con los disc?pulos de Ema?s.
?Qu?date con nosotros?. Esa fue la invitaci?n que los disc?pulos de Ema?s le hicieron al que, sin conocerlo todav?a, se puso a caminar con ellos.
?Qu?date con nosotros?, suplicaron, y ?l acept?. Poco despu?s Jes?s desapareci? de su vista pero se qued? en el ?pan partido?, ante el cual se abrieron los ojos de los disc?pulos, reconociendo al Se?or.
La Eucarist?a hace posible y real su silenciosa cercan?a, que nos sostiene y fortalece. Toda la vida de la Iglesia, con sus impulsos de espiritualidad, de fraternidad, de caridad, nace de esta cercan?a. Toda la misi?n de la Iglesia nace de esta fuente.
La Eucarist?a es un misterio de cercan?a. El Se?or est? con nosotros. Hoy celebramos una realidad presente. No somos nosotros los que acompa?amos a Cristo en nuestras calles, sino m?s bien es ?l quien nos acompa?a. Es ?l quien se une a nuestros pasos y se inserta en nuestras vidas.
El Se?or no nos deja solos en este camino. Est? cerca de nosotros, m?s a?n, desea compartir nuestra suerte. Realmente tenemos necesidad de un Dios cercano, de un Dios que se pone en nuestras manos y que nos ama.
3. En el camino de nuestras vidas, a veces desorientadas, Jes?s sigue acerc?ndose y se hace presente en la Eucarist?a. Por medio de ella, Cristo hace presente, a lo largo de los siglos el misterio de su muerte y resurrecci?n. En ella se recibe a ?l en persona como el ?pan vivo bajado del cielo?. En el sacramento de la Eucarist?a, Jes?s se sigue ofreciendo a nosotros como fuente de vida divina.
Jes?s en el Evangelio dijo: ?Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivir? eternamente, y el pan que Yo dar? es mi carne para la Vida del mundo?. Por tanto, la participaci?n en la Misa dominical, alimentarse con el Pan eucar?stico y experimentar la comuni?n con los hermanos, es una necesidad para el cristiano. As? el cristiano puede encontrar la fuerza necesaria para el camino que debe recorrer cada semana. Debemos redescubrir la alegr?a del domingo cristiano. Debemos redescubrir la importancia de la celebraci?n dominical. Debemos redescubrir la Misa como el momento central del domingo. Debemos dar un realce particular a la Eucarist?a dominical, y que la Eucarist?a nos d? el impulso para anunciar a Cristo a nuestros hermanos.
4. Eucarist?a y misi?n forman un binomio inseparable. Alimentados con la Eucarist?a, los cristianos emprenden el camino de la misi?n.
Los dos disc?pulos de Ema?s, tras haber reconocido al Se?or en ?la fracci?n del Pan?, ?En ese mismo momento, se pusieron en camino y regresaron a Jerusal?n? (Lc. 24,33), para comunicar lo que hab?an visto y o?do. Cuando se ha tenido verdadera experiencia del Resucitado, aliment?ndose de su cuerpo y de su sangre, no se puede guardar la alegr?a s?lo para uno mismo. El encuentro con Cristo en la Eucarist?a suscita en cada cristiano la exigencia de evangelizar y dar testimonio.
San Pablo relaciona ?ntimamente la Eucarist?a y la misi?n: ?Y as?, dice, siempre que coman este pan y beban esta copa, proclamar?n la muerte del Se?or hasta que vuelva? (1 Cor. 11,26). Entrar en comuni?n con Cristo en la Eucarist?a, significa experimentar, al mismo tiempo, el deber de ser misionero. La despedida al finalizar la Misa es una consigna que impulsa al cristiano a comprometerse a anunciar el Evangelio.?
Queridos hermanos:
Desde este altar, en nombre de nuestro Se?or Jesucristo, que nos alimenta con su Cuerpo y su Sangre, los env?o a misionar a lo largo y a lo ancho de toda la Arquidi?cesis.
Ante el Se?or Sacramentado asumamos el compromiso de hacer de la Misi?n algo de todos y de cada uno.
Que la Sant?sima Virgen Mar?a, bajo la advocaci?n de Nuestra Se?ora de la Merced, Patrona de nuestra Arquidi?cesis, los proteja y los acompa?e en esta Misi?n.?
Mons. Luis H. Villalba, arzobispo em?rito y administrador apost?lico de Tucum?n?
Homil?a de monse?or Jos? Mar?a Arancedo, arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, en la solemnidad del Corpus Christi (25 de junio de 2011). (AICA)
EUCARIST?A, CAMINO Y VIDA DE LA FAMILIA??????????????
Queridos Hermanos:
Nos hemos reunido para celebrar con gozo y gratitud el ?sacramento de nuestra fe?, que es Jesucristo presente en la Eucarist?a. No nos convoca una idea, nos convoca la presencia viva de Jesucristo como Pan de Vida, centro de nuestra comuni?n y fuerza misionera de la Iglesia. Ella es pan que nos alimenta en nuestro camino y v?nculo de comuni?n eclesial. Es presencia que nos fortalece y es anticipo que nos hace gustar la plenitud de nuestra esperanza. En la Eucarist?a nuestro tiempo es tiempo de Dios. Ella no nos saca del mundo, nos consagra en la verdad (cfr. Jn. 17, 15) y mantiene viva nuestra vocaci?n en el mundo.
Qu? triste cuando la celebraci?n de la Eucarist?a dominical se privatiza en un acto de piedad individual, y no nos hace part?cipes en la vida y misi?n de la Iglesia. No venimos a Misa s?lo a cumplir con un precepto, venimos a participar y testimoniar nuestra condici?n de miembros de Cristo en la vida de la Iglesia. No es coherente la imagen de una vida de fe que se alimenta de la Eucarist?a, y la realidad de comunidades apost?licamente d?biles. Desde la participaci?n en la Eucarist?a deber?amos revisar el nivel de nuestra presencia en la vida de nuestras comunidades. Qu? esta celebraci?n, Se?or, al tiempo que fortalece nuestra alabanza a Dios, renueve nuestro compromiso con un Evangelio asumido y vivido.
La vivencia eucar?stica que da sentido a la vida cristiana, adquiere una fuerza particular cuando hablamos de la Familia. Eucarist?a y Familia, aunque las podamos distinguir, pertenecen al proyecto de Dios. As? como la Eucarist?a tiene su fuente? en el amor del Padre que: ?tanto am? al mundo, que le entreg? a su Hijo ?nico? (Jn. 3, 16); as? tambi?n la Familia pertenece a ese mismo designio creador y redentor de Dios. Hay una unidad en el plan de Dios que nos permite comprender la din?mica salv?fica de su proyecto. Todo ha sido creado por Cristo y todo ha sido redimido por ?l. A ese ?todo? creador pertenece la Familia. Por ello, es necesario contemplarla desde esa mirada ?nica y providencial de Dios, que se ha hecho Evangelio de Vida en Jesucristo.
Esto significa no s?lo que la fuente de la Familia est? en el proyecto de Dios sino que la Eucarist?a es, en ese mismo plan y para ella, presencia viva de Jesucristo. As?, la Eucarist?a, sostiene su verdad y realizaci?n en el tiempo. La Eucarist?a no es un lujo, es una necesidad. Este contemplar a la Familia desde Dios que ama y no abandona a sus hijos, debe llevar a los esposos a descubrir la Eucarist?a como un don para ellos. Cu?nta riqueza se percibe en la catequesis familiar cuando los padres descubren en ella, esa presencia viva del Se?or que cada domingo se renueva para alabanza de Dios y nuestro alimento en la Santa Misa. La Eucarist?a los hace testigos de ?Vida Nueva para sus hijos.
La Familia es ?Santuario de la vida?, pero no la due?a de la vida. En el misterio de la vida naciente los esposos participan del amor creador de Dios. Este nuevo ser est? llamado a un encuentro personal con Jesucristo y tiene, desde su concepci?n, un destino trascendente. El contemplar la vida humana desde su origen y destino, nos hace comprender tanto su verdad como nuestra responsabilidad. Cada ser concebido es un ser ?nico para quien ha sido enviado Jesucristo. Vivimos, lamentablemente, una cultura que va vaciando de sentido la relaci?n y el compromiso de los esposos, en su misi?n insustituible de trasmitir y cuidar la vida. Ellos son el ?mbito providencial para acompa?ar la vida. Debilitar la Familia es empobrecer el crecimiento integral de nuestros ni?os y comprometer el futuro de la sociedad. Su defensa y promoci?n es un acto de valoraci?n y respeto por los esposos, de justicia con la vida y de responsabilidad pol?tica en la construcci?n de la sociedad.
En este contexto de gratitud a Dios por el don de la Eucarist?a no puedo dejar de referirme, y de lamentarme, por el tema del aborto y la ofensa a la vida. Con cu?nta ligereza se trata la vida del ser concebido, como su ulterior desarrollo. Cuando se pierde respeto por la vida naciente, se debilita la conciencia de gravedad moral y la capacidad de respuesta frente a otros ataques que esa misma vida sufre. El tema del aborto compromete el nivel de una cultura. No se trata de un tema privado ajeno a las leyes de la sociedad. Por el contrario, la vida es un hecho p?blico que exige la tutela jur?dica por parte del Estado. La coherencia de la fe no admite dudas, donde hay vida existe un nuevo ser que reclama su primer derecho. Ante posibles dificultades habr? que buscar soluciones, pero nunca el aborto ser? una soluci?n justa y humana.
Pienso, tambi?n, en el desarrollo de esta vida en la que muchos chicos no llegan a participar de los bienes de la sociedad. Entre estos males vemos la pobreza, que en mundo urbano y globalizado, es antesala de marginalidad con sus tristes consecuencias. No podemos negar los esfuerzos que se hacen y valorarlos, pero estamos ante un acto de equidad que compromete a la sociedad. Pienso, adem?s, en el tema de la droga que avanza y destruye la vida, ante un silencio c?mplice y la impotencia de la autoridad. En la violencia y la inseguridad que son expresiones de una sociedad que no ha prestado atenci?n a la cultura del trabajo y al mundo de los valores, descuidando los ?mbitos donde ellos se viven y trasmiten, especialmente la familia y la escuela. Veo el crecimiento desmedido del juego que es ganancia de pocos, con peque?as d?divas que tranquilizan la conciencia p?blica. Parecer?a que pretendemos construir un futuro sin referencias o contenidos que lo orienten, entreteni?ndonos en un presente sin horizontes, creando, as?, un estado de vac?o y orfandad cultural que compromete el crecimiento, especialmente de quienes menos recursos y defensas tienen. ?
Queridos hermanos, hemos venido a testimoniar nuestra fe en la presencia real de Jesucristo. El ha querido quedarse con nosotros como Pan de Vida que sostiene nuestro caminar. Nos hemos detenido a considerar desde la Eucarist?a, y en el marco del plan de Dios, el don de la Vida y la verdad de la Familia. Al caer la tarde queremos decirte, Se?or, como los disc?pulos de Ema?s: ?Qu?date con nosotros, porque te necesitamos? (cfr. Lc. 24, 28); pero tambi?n decirte que queremos ser parte de una Iglesia viva y comprometida que sea para el hombre de hoy: ?un recinto de verdad y de amor, de libertad, de justicia y de paz, para que todos encuentren en ella un motivo para seguir esperando? (P. E. Vb). La Iglesia espera de nuestra generosa participaci?n. Sabemos que nos has dicho: ?No tengan miedo, yo estar? siempre con ustedes? (Mt. 28, 20). Esta certeza que se apoya en tu Palabra, es la que renueva hoy nuestra esperanza. Que Mar?a Sant?sima, Nuestra Madre de Guadalupe, nos acompa?e y nos ense?e a ser d?ciles al camino de su Hijo, Nuestro Se?or Jesucristo. Am?n.??
Mons. Jos? Mar?a Arancedo, Arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz?
DEPARTAMENTO DE COMUNICACI?N
38201. La Laguna. Tenerife.
Tfno. 922-25 86 40 / Extensi?n 8
e-mail: [email protected]
Bolet?n 444?
LAS NOTICIAS AMPLIADAS PUEDEN VERLAS ENTRANDO EN NUESTRO BLOG. Textos, sonidos, e im?genes los tienen en: http://www.comunicacionobispadodetenerife.blogspot.com/?
A los nombramientos publicados recientemente hay que a?adir los siguientes: Silvestre Gorr?n Rivero, p?rroco de San Fernando Rey (Santiago del Teide), Nuestra Se?ora de Candelaria (Arguayo) e Inmaculada Concepci?n de Mar?a (Masca); Jos? Luis Garc?a Hern?ndez, p?rroco de San Pablo, en Las Dehesas y capell?n de los Hogares de la Fundaci?n Santa Rita (Puerto de la Cruz) e Ismael P?rez Gonz?lez, p?rroco de San Lorenzo M?rtir (Valle San Lorenzo), Nuestra Se?ora de La Paz (Buzanada) y Mar?a Madre del Divino Pastor (La Camella).?
Por otro lado, el Obispo, Bernardo ?lvarez, ha nombrado nuevo Secretario del ISTIC, sede de Tenerife, al sacerdote Jos? Domingo Morales Hern?ndez. El nuevo Secretario es profesor de Antropolog?a Teol?gica y de otras asignaturas del Departamento de Teolog?a Sistem?tica y del Dogma, del cual es su Director. Adem?s pertenece a la Comisi?n Permanente del mismo. Actualmente es Delegado de Pastoral Universitaria de la Di?cesis y P?rroco de San Miguel Arc?ngel y San Bartolom? Ap?stol de Geneto.?
Por cierto que el Instituto Superior de Teolog?a de las Islas Canarias, ISTIC, ha lanzado un interrogante que es el de "?Por qu? no? Ciencias Religiosas". Lo ha hecho dentro de la campa?a de presentaci?n de prematr?cula para el curso 2011-2012 que comienza en septiembre. Con esta campa?a el ISTIC pretende informar en todos los ?mbitos sobre la formaci?n que se oferta dentro de los Estudios Universitarios Oficiales "Especialidad en Teolog?a Ciencias Religiosas", formaci?n que cuenta con un Reconocimiento Civil, seg?n Real Decreto 3/1995 de 13 de enero, BOE 5 de febrero.?
Durante esta semana, se viene desarrollando el curso a distancia sobre Internet para sacerdotes y religiosos/as organizado por el Secretariado Diocesano de Medios de Comunicaci?n. Con estas ?teleclases? cada alumno puede realizar en su propio ordenador los ejercicios que se proponen, as? como consultar en l?nea cualquier duda que se le presente. El plazo de matr?cula para esta convocatoria se cierra el 31 de julio de 2011. Para matr?culas hay que enviar los datos personales a: [email protected].?
La vida sacerdotal que recoge la contraportada del Diario de Avisos de este martes es la de Isidoro Cantero, sacerdote que como indica el reportaje, pas? m?s de 70 a?os en Taganana y en Anaga. "Isidoro Cantero Andrade (1904-2004) nace en C?ceres. Es ordenado presb?tero el 10 de junio de 1933. Su primer y ?nico destino fue la parroquia de Nuestra Se?ora de las Nieves en Taganana, en la que actu? como ec?nomo desde su llegada en 1933 hasta 1941, y p?rroco desde ese mismo a?o hasta 1995. Igualmente se encarg? en esta misma zona de la parroquia de San Blas a partir de 1967.??
Este pr?ximo domingo 24 de Julio, el sacerdote Manuel Gonz?lez Marrero, celebrar? la ?ltima Eucarist?a como p?rroco de las parroquias de San Francisco de As?s y Ntra. Sra. del Pilar y Santiago Ap?stol, en la capital palmera. La misa tendr? lugar a las 12 del mediod?a en la parroquia de S. Francisco y, posteriormente, la comunidad le rendir? un homenaje de agradecimiento con un almuerzo en el centro socio-religioso del Pilar, cuyos fondos estar?n destinados a las obras de construcci?n de una segunda planta en dicho centro y el templo.?
El lunes pasado 18 de Julio dieron comienzo las fiestas Patronales de Santiago Ap?stol, en Playa de Santiago (La Gomera). Los actos religiosos se centrar?n en la v?spera y el d?a del Patr?n. As?, el domingo 24 de Julio, a las 19:00 horas, se celebrar? la Santa Misa en honor al Patr?n y la posterior bajada del Santo desde la Parroquia a la Ermita del Carmen. El lunes 25 de Julio, tendr? lugar la Eucarist?a, a las 19:00 horas y la posterior subida hacia la Parroquia.?
Ya est? disponible el n?mero 288 de ?Comunicaci?n Parroquial?, el bolet?n informativo mensual de las tres parroquias del Real Santuario Insular. Este n?mero presenta la gu?a de infinidad de celebraciones que tendr?n lugar en el Santuario de las Nieves, para el mes de agosto, desde la v?spera del d?a de la Patrona hasta el 31 del mismo mes. El lema escogido para estos cultos est? en consonancia con el lema de la Jornada Mundial de J?venes: ?Como Mar?a, arraigados en Cristo, firme en la fe?.??
El pasado s?bado 16 de Julio, festividad de la Virgen del Carmen, tuvo lugar en la Parroquia Matriz de Nuestra Se?ora de la Pe?a de Francia el acto protocolario de entrega del bast?n de mando con motivo de su reciente nombramiento como alcaldesa honoraria y perpetua de la ciudad del Puerto de la Cruz. La Funci?n Solemne estuvo presidida por el Vicario General Domingo Navarro Mederos quien manifest? que ?lo importante de este acto es dejarle a Mar?a y al Gran Poder de Dios que ellos reinen en nuestros corazones?.?
Para este pr?ximo domingo 24 de Julio, est? previsto el encuentro Insular de Vida Ascendente final de curso que tendr? lugar en la Parroquia de Ntra. Sra. del Carmen de Tazacorte. Son 11 los grupos de Vida ascendente que hay constituidos en la isla y se reparten entre las parroquias de Santa Cruz de La Palma, Bre?a Alta, Mazo, Los Llanos de Aridane, Puntagorda y Tazacorte.?
El pasado domingo 17 de Julio, varias v?rgenes consagradas de nuestra di?cesis asistieron a la celebraci?n de consagraci?n en el Orden de V?rgenes, presidida por el Obispo de la Di?cesis de Canarias, Monse?or Francisco Cases, en la Iglesia de Santa Isabel de Hungr?a, en Gran Canaria. Las v?rgenes que han recibido la consagraci?n fueron Ricarda Mar?a Rodr?guez Viera y Dolores Isabel P?rez Ojeda.?
Estos d?as 48 personas procedentes de la Di?cesis Nivariense, 9 de ellas enfermos, han disfrutado de una peregrinaci?n a Lourdes.?
Recientemente, hemos informado de los problemas estructurales que cuenta el convento de dominicos en Candelaria debido al fuerte oleaje. En este sentido, El Cabildo de Tenerife, en coordinaci?n con la Demarcaci?n Provincial de Costas, ha propuesto que se elabore un estudio t?cnico que permita solucionar de forma definitiva las deficiencias que afectan al paseo de San Blas. La consejera insular de Planificaci?n, Mar?a del Pino de Le?n, destaca que este an?lisis del estado del paseo debe realizarse con urgencia debido a los problemas de seguridad que actualmente padece esta v?a.??
Los diez a?os de compromisos de la organizaci?n cat?lica 'Justicia y Paz', han protagonizado un reportaje en la edici?n del pasado lunes de ?Diario de Avisos?. Un camino hacia la paz; un ejemplo de solidaridad y compromiso; una apuesta por la igualdad. "Esto es Justicia y Paz, y ?stos son los valores que mejor definen y representan a dicha organizaci?n sin ?nimo de lucro, a esta ONG. Su presidenta en Tenerife, Carmen Luisa Gonz?lez, defiende en el rotativo "que es necesario un cambio en el sistema social actual y en la filosof?a que lo sustenta. Esta transformaci?n ser? posible si se parte de la idea b?sica de que toda persona es capaz de ser solidaria con el otro".?
El programa de Televisi?n Espa?ola ?Pueblo de Dios? ofrecer? un reportaje titulado ?Hait?: mujeres de rompe y rasga?. Se trata de un programa grabado en el proyecto al que se destin? el importe del premio Pr?ncipe de Asturias a la Concordia. Las emisiones del programa ser?n este domingo 24 de Julio, a las 10.30 horas, en la 2 de TVE, y el pr?ximo mi?rcoles 27 de julio, a las 10:00 horas, tambi?n en la 2 de TVE.?
En las librer?as diocesanas ya se encuentra el CD con la mejor m?sica cat?lica que se ha recopilado con motivo de las JMJ Madrid 2011. En ?l se encuentran Kairoj, Migueli, la Hermana Glenda, La voz del desierto, Nico, Gaby, etc. Se trata de un ?lbum doble que incluye 11 canciones en cada CD y est? publicado por la editorial San Pablo. El precio es muy econ?mico: 8.65?. Asimismo, las librer?as ya cuentan con dos de los libros recomendados no s?lo a todos aquellos que van a las JMJ, sino a todos los cristianos que les gusta la buena lectura. Hablamos de ??Por qu? est?s siempre alegre? firmes y alegres en la fe? y ?El evangelio a cuatro voces. Un mensaje de Dios para ti?, ambos de la editorial Eunsa.??
El obispo ha anunciado su intenci?n de convocar ?rdenes de Diacono el pr?ximo 8 de octubre.?
El blog [email protected] ha superado las 250.000 visitas. Este blog de informaci?n actualizada de las acciones que se llevan a cabo en nuestra Di?cesis Nivariense naci? con la llegada de la Cruz de los J?venes y el Icono de la Virgen a esta Iglesia Particular de San Crist?bal de La Laguna (mayo de 2010). Actualmente, este portal de informaci?n diocesana recibe, diariamente, m?s de 1000 visitas.?
Homil?a de monse?or H?ctor Aguer, arzobispo de La Plata, en la Solemnidad de Corpus Christi (Iglesia Catedral, 25 de junio de 2011). (AICA)?
LA EUCARIST?A, CORAZ?N DE LA IGLESIA Y DE SU MISI?N????????????
?Corpus Christi es una de las fiestas m?s bellas del calendario cat?lico. Nuestra ubicaci?n sure?a nos impide muchas veces gozar del clima adecuado para la expansi?n al aire libre; la procesi?n puede verse amenazada por el fr?o y la lluvia. En el hemisferio norte, en cambio, es f?cil asociar la solemnidad con el florecimiento de la vida, con la madurez de la creaci?n que culmina en Cristo resucitado, presente para siempre entre nosotros. Seg?n el ordenamiento lit?rgico, la fiesta del Cuerpo y la Sangre del Se?or sigue a la cincuentena pascual cumplida en Pentecost?s y a la conmemoraci?n de la Trinidad; en esta secuencia de celebraciones se encierra un profundo significado. El sacramento del sacrificio y de la presencia eucar?stica de Jes?s es el memorial de su muerte y resurrecci?n, hecho posible para la Iglesia por la efusi?n del Esp?ritu Santo; es el testimonio perenne del amor de Dios, que nos comunica la vida de la Trinidad y nos introduce en su inefable trato. Es una fiesta de alegr?a, como toda fiesta, pero m?s que muchas otras: sit laus plena, sit sonora, sit iucunda, sit decora mentis iubilatio; as? nos invita la Iglesia, con palabras de Santo Tom?s de Aquino, al j?bilo del alma, a una intensa alegr?a espiritual que inspire nuestra alabanza.
Hemos escuchado en el Evangelio la declaraci?n de Jes?s que constituye el argumento mismo de la celebraci?n de hoy: Yo soy el pan vivo bajado del cielo; el que coma de este pan vivir? eternamente, y el pan que yo dar? es mi carne para la vida del mundo (Jn. 6, 51). En esta sentencia hay una alusi?n al man?, la misteriosa comida que aliment? a los israelitas durante su marcha hacia la tierra prometida. Los jud?os acababan de reclamarle a Jes?s un signo que lo acreditase como Mes?as y hab?an mencionado precisamente el episodio ocurrido en la traves?a del desierto; seg?n una creencia muy difundida, el man? ser?a el alimento de la era mesi?nica. La primera lectura, en consonancia con la proclamaci?n evang?lica, nos ha presentado el recuerdo que recoge el Deuteronomio (8, 2-3) de la protecci?n providencial ejercida por Dios sobre su pueblo y concretada en el don milagroso de ese pan que procede de la palabra divina. Seg?n las descripciones b?blicas el man? ca?a como lluvia, con la apariencia de granos finos y blandos con gusto a miel. En el Evangelio de San Juan, la vida de Jes?s parece insertada en el marco del ?xodo de Israel y como cumplimiento del mismo. ?l es el Verbo que al hacerse carne planta su carpa entre nosotros y as? se manifiesta como presencia de la gloria de Dios; es luego la serpiente de bronce elevada para curar a quienes la contemplan; es el man? verdadero dado por el Padre para nutrir a su pueblo, la fuente del agua viva que brota de la roca y quita toda sed, la columna de luz que se?ala el camino, el cordero pascual cuya sangre lava y santifica. Aquellas realidades de la antigua alianza eran figuras prof?ticas, im?genes umbr?tiles de Cristo y de las realidades definitivas de la alianza nueva y eterna.
Jes?s es el pan vivo bajado del cielo; es el Padre quien lo env?a y nos lo da; pero resulta que Jes?s mismo es el donante y el pan es su carne entregada para la vida del mundo. En estas expresiones se revela su muerte redentora. Carne designa al mismo Jes?s en su condici?n mortal; ha descendido del cielo en su encarnaci?n, se ha hecho carne para asimilarse a nosotros y por su muerte se convirti? en pan de vida para el mundo. En el don eucar?stico se contiene el darse de Jes?s, su entrega por la redenci?n de todos los hombres. Para es una es una palabra clave en el cristianismo, que ilustra el sentido del misterio pascual de Cristo y la vocaci?n del cristiano de unirse a la existencia entregada de su Se?or en la cruz. El pan que yo dar? es mi carne para la vida del mundo: este anuncio se ve cumplido en la Eucarist?a, sacrificio en el que Jes?s nos es dado y comuni?n por la que nos asume en el don. La objeci?n de los que escuchaban el discurso sobre el Pan de Vida en la sinagoga de Cafarna?n expresa una duda, una tentaci?n, un rechazo que se ha verificado en toda ?poca y que guarda una terrible actualidad. Al decir ?c?mo este hombre puede darnos a comer su carne? aquellos galileos estaban neg?ndose a aceptar que la muerte de Jes?s sea fuente de vida para todos los hombres; no admit?an que la salvaci?n universal pueda provenir de la entrega que un hombre hace de s?. Como duda, tentaci?n o rechazo, aquella objeci?n reaparece en el relativismo y en el confuso pluralismo religioso que se extiende en la cultura contempor?nea. La Iglesia, y nosotros con ella, creemos firmemente que la voluntad salv?fica universal de Dios Uno y Trino es ofrecida y cumplida una vez para siempre en el misterio de la encarnaci?n, muerte y resurrecci?n del Hijo de Dios. Jesucristo tiene, para el g?nero humano y su historia, un significado y un valor singular y ?nico, s?lo de ?l propio, exclusivo, universal y absoluto (Declar. Dominus Iesus, 14 s.). Esta verdad de nuestra fe resplandece en la gloria velada y humilde de la Eucarist?a. La Eucarist?a es el coraz?n de la Iglesia y del mundo.
El Evangelio que hemos escuchado (Jn. 6, 51-58) contiene a?n otras ense?anzas. La vida eterna es una realidad presente en aquel que se alimenta de la comida eucar?stica; es la vida divina que en la resurrecci?n de Jes?s triunf? de la muerte y por eso asegura a los comensales, como promesa y esperanza, la resurrecci?n final. La carne del hombre est? llamada a la salvaci?n; la realidad de la resurrecci?n del Se?or, la realidad de su presencia en el sacramento de su pascua y la realidad de la resurrecci?n de la carne son tres verdades inseparables e ?ntimamente vinculadas entre s? en las que se manifiesta la Vida de Dios. Adem?s, la comuni?n eucar?stica, al hacernos vivir por Cristo y de ?l, nos introduce y ubica en una situaci?n espiritual de mutua inmanencia con el Se?or; permanecemos en ?l y ?l en nosotros. El verbo permanecer, usado en este sentido, se encuentra en varios de los discursos de Jes?s recogidos en el cuarto Evangelio. Expresa el fruto del don eucar?stico y tambi?n una tarea impuesta al disc?pulo: el Se?or nos exhorta a permanecer en ?l, a permanecer fieles a su palabra y a que sus palabras permanezcan en nosotros, a permanecer en su amor cumpliendo sus mandamientos. La figura, con su resonancia local y temporal originaria ?quedarse en un lugar, demorarse all? indica un sereno y gustoso arraigo, la plenitud y saciedad de quien ha llegado a la meta y ya no piensa, ni quiere, ni puede buscar otro polo, otro puerto, otra dicha. El permanecer tiene algo, mucho, de eternidad.
El breve pasaje de la primera Carta a los Corintios (10, 16-17) que tambi?n se ha le?do contiene una advertencia para no interpretar en un sentido estrechamente individualista la gracia eucar?stica. Ya que hay un solo pan ?nos dice el Ap?stol? todos nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo Cuerpo, porque participamos de ese ?nico pan. Sin duda, es efecto propio de la Eucarist?a la transformaci?n del hombre en Dios, una riqueza ?ntimamente personal para cada uno; pero ese don se verifica como inserci?n en el todo eclesial, como perfeccionamiento de la agregaci?n a la Iglesia otorgada por el bautismo. Santo Tom?s, recogiendo el pensamiento de los Santos Padres, sostiene que mediante la Eucarist?a es fabricada la Iglesia, que la res sacramenti de la Eucarist?a, es decir, su gracia espec?fica y final, es la unidad del Cuerpo m?stico. De la comuni?n de cada uno con Cristo resulta un ?nico Cristo, el Cristo total que es la Iglesia. Los dos efectos, el personal y el social, comunitario, son inseparables porque la Eucarist?a es el sacramento del amor y la argamasa con la que se edifica la Iglesia es la caridad. A la luz de esta verdad cat?lica se comprende la relaci?n que existe entre el sacramento eucar?stico y la misi?n eclesial. Deteng?monos un momento a contemplarla.
No hay que considerar a la Eucarist?a una especie de instrumento para acercar a la gente, no es misionera o misional en ese sentido. Recordemos que en el orden din?mico de la evangelizaci?n la Eucarist?a es un punto de llegada antes que un comienzo absoluto. Es el centro misterioso del Cristianismo en el que Dios sale de s? para unirse a nosotros, en el que se edifica la comunidad de los fieles que comparten la fe, la esperanza, el amor. Es el coraz?n de la Iglesia, en el que late la vida de Dios, en el que se gesta incesantemente el impulso de su crecimiento y expansi?n. Por otra parte, la misi?n no es propaganda, proselitismo; surge de lo profundo de la vida eclesial. No bastan los grandes proyectos misioneros, la cuidadosa organizaci?n y la abundancia de recursos; son ?stos requisitos buenos, necesarios quiz?, pero insuficientes. De la Eucarist?a, de la fe y la vida eucar?sticas de las comunidades cristianas procede la inspiraci?n, el fervor, la fortaleza, el arrojo de la misi?n. Las dos realidades se condicionan rec?procamente, de tal modo que podemos tambi?n cuestionarnos: Si en una di?cesis, en una parroquia, en una instituci?n o movimiento de Iglesia, en una escuela cat?lica, no existe un vivo inter?s, una preocupaci?n ardiente por la misi?n, una pasi?n misionera, ?d?nde est? su vida eucar?stica?, ?en qu? grado de intensidad y cumplimiento se encuentra? Si no hay vida eucar?stica rebosante, no hay comunidad vigorosa, llena de Esp?ritu Santo y de mucha fe; no participar?, por tanto, de la misi?n en la que est? empe?ada la Iglesia toda. En sus or?genes la Iglesia se expandi? vertiginosamente porque todos se reun?an asiduamente para escuchar la ense?anza de los ap?stoles y participar en la vida com?n, en la fracci?n del pan y en las oraciones (Hech. 2, 42). Todos eran, al comienzo, muy pocos. A veces se esboza una disculpa que resulta m?s bien una excusa: que la comunidad es num?ricamente peque?a, que no hay misioneros bien preparados, que no hay respuesta a las invitaciones a participar. Lo que importa es que esos pocos, esa peque?a comunidad sea fervorosa en su amor eucar?stico, en su esp?ritu de adoraci?n, en la alabanza y la s?plica; la calidez de su compromiso misionero, la fortaleza que le da su confianza, se impondr? a los obst?culos e ir? derritiendo el hielo de los indiferentes y alejados; ir? creciendo y contagiando su fervor.
Como en los a?os anteriores, nos disponemos en la arquidi?cesis a cumplir otro paso de la misi?n permanente. Busquemos en la Eucarist?a el fundamento y la inspiraci?n que potencie con ardimiento nuestros esfuerzos: m?s vida eucar?stica personal, comuniones mejor preparadas, visitas asiduas al Sant?simo, m?s horas de adoraci?n comunitaria en las parroquias, que los alumnos de nuestros colegios se inicien en la adoraci?n y cobren gusto de ella. Que a partir de este Corpus Christi se renueve incesantemente nuestra fe en la presencia real del Se?or en el sacramento. Hace dos a?os, en un d?a como hoy, dec?a Benedicto XVI: No hay que dar por descontada nuestra fe. Hoy existe el peligro de una secularizaci?n que se infiltra incluso dentro de la Iglesia y que puede traducirse en un culto eucar?stico formal y vac?o, en celebraciones sin la participaci?n del coraz?n que se expresa en la veneraci?n y respeto de la liturgia. Siempre es fuerte la tentaci?n de reducir la oraci?n a momentos superficiales y apresurados, dej?ndose arrastrar por las actividades y por las preocupaciones terrenales.
Que el Esp?ritu Santo, por la intercesi?n de la Virgen Sant?sima, recree en nosotros el asombro eucar?stico y confirme la decisi?n misionera.?
Mons. H?ctor Aguer, arzobispo de La Plata?
Homil?a de monse?or Jos? Luis Mollaghan, arzobispo de Rosario, en la Solemnidad del Corpus Christi, 25 de junio de 2011. (AICA)
CORPUS CHRISTI
La Solemnidad de ?Corpus Christi?, nos convoca de nuevo, este a?o 2011, para celebrar la Eucarist?a y luego llevar el Sant?simo Cuerpo y Sangre de Cristo por las calles de la Ciudad, junto a los p?rrocos y sacerdotes, que concelebran esta Misa, los religiosos, religiosas y laicos.
Tambi?n contamos con la presencia de los queridos hermanos Obispos em?ritos, de varias di?cesis del Pa?s, que residen en esta Arquidi?cesis.
No quiero dejar de mencionar a los di?conos y a los seminaristas, que participan en la liturgia y en el coro.
Como habitualmente nos acompa?a el Se?or Intendente, Ing. Miguel Lifschitz, que representa a la Ciudad, as? como las autoridades civiles y de las fuerzas de seguridad, y de los consulados en Rosario.?
?Dios est? aqu?, venid adoradores?
1. Nos dice san Pablo en la segunda Lectura ?El c?liz de la bendici?n que bendecimos, es comuni?n con la sangre de Cristo. Y el pan que partimos es comuni?n con el cuerpo de Cristo. De esta manera, agrega, ?El pan es uno, y as? nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque todos compartimos de ese ?nico pan? (1 Co.10, 16 -17).
Hablar as? del Cuerpo y de la Sangre de Cristo es profesar la fe verdadera en el Sant?simo Sacramento de la Eucarist?a, y al mismo tiempo afirmar la presencia real del Se?or, en el pan consagrado en la Misa. Es la fe que el pueblo fiel reconoce cuando canta, como tambi?n lo haremos hoy: ?Dios est? aqu?! ?Venid adoradores! ?Adoremos a Cristo Redentor!
Por esto, la celebraci?n de ?Corpus Christi? es renovar esa presencia viva de Dios; presencia salvadora que siempre necesitamos.
Precisamente cuando falta esa fe en Dios vivo en medio nuestro, cuando no la conocemos por falta de fe, el hombre tiende a la reemplazarla por sustitutos, y busca signos prodigiosos aqu? y all?, suced?neos, y a veces supersticiones, que est?n m?s cerca de una fantas?a, que de la verdadera fe cat?lica por la que muri? Jesucristo.
La presencia eucar?stica de Jesucristo es la forma sacramental m?s cercana y personal de Dios que nunca hubi?ramos podido imaginar. En cada Iglesia est? Jes?s vivo en la Eucarist?a, y todo sacerdote cat?lico la consagra con la misma autoridad que le viene del Se?or por medio del Orden sagrado, en favor de los hombres, para darles a Cristo.??
La eucarist?a, presencia real de Dios
Inclusive, la procesi?n del Corpus Christi que vamos a hacer despu?s, nos hace tener en cuenta que la Eucarist?a, vuelve a fortalecernos para que podamos retomar el camino con la esperanza que Dios nos da por medio de Jesucristo vivo. Esta fue la experiencia del pueblo elegido, en su larga peregrinaci?n a trav?s del desierto, de la que nos ha hablado la primera lectura (cfr. Benedicto XVI, 22.V.2008).
As?, a lo largo de nuestra vida, la Eucarist?a es el Sacramento del Dios que no nos deja solos en el camino, sino que se pone a nuestro lado y nos indica la direcci?n (cfr. Ibidem).
Por ello es necesario que en la vida pastoral centremos m?s nuestra acci?n evangelizadora y misionera en el encuentro con el Se?or vivo. Esta verdad de nuestra fe nos debe invitar a considerar nuestra forma de valorar la presencia del Se?or en la Eucarist?a. Es necesario poner una mayor atenci?n en ?l, tanto en nuestras celebraciones como en la devoci?n que debe seguir a ?stas en nuestras Iglesias y capillas, donde su presencia no es otra que la del mismo Dios.
Debemos ense?ar a nuestros ni?os y j?venes en la catequesis que en la Iglesia que visitan, pueden encontrar a Jesucristo en la Sagrario, sabiendo que es ?l quien nos cuida, nos sana, nos alivia y reconforta, y nos conduce por el camino de la salvaci?n.
Este es el tesoro espiritual m?s grande que tiene la Iglesia. Por eso en nuestras ?Orientaciones arquidiocesanas? el encuentro con Jesucristo vivo tiene una primac?a absoluta. Todo el trabajo misionero, debe tener como principio y culminaci?n a la Eucarist?a, y por ello necesitemos renovar la fe y la piedad para que sea el centro de nuestra vida. ?El que coma de este pan vivir? para siempre? (Juan 6,51).??
El Cuerpo de Cristo nos une en comuni?n
2. San Pablo nos ense?a tambi?n que, formando un solo Cuerpo. La Eucarist?a es el centro y el eje de la comunidad de los creyentes, como la expresi?n y afianzamiento de una nueva familia. Aqu? se realiza la comuni?n con el Se?or y los hermanos (cfr. Com. 1Cor. 10,14, La Bibli. L.A.Sch?kel).
La vida de la fe la vivimos en una di?cesis particular. Por esto el seguimiento de Jes?s y la pasi?n por anunciarlo requieren que la Iglesia diocesana se renueve constantemente, centrando su vida centrada en la Eucarist?a, as? como en la lectura de la Palabra de Dios, para alcanzar un mayor ardor misionero.
De este modo, formando un solo cuerpo, unidos s?lidamente en la fe, la iglesia diocesana es misionera, saliendo al encuentro de quienes no creen en Cristo. En esta misi?n se debe unir cada parroquia y los respectivos decanatos, y tambi?n toda la di?cesis con esp?ritu materno, llamada a salir en la b?squeda de los bautizados que se alejaron de Jes?s y no participan de la vida cristiana; o de aquellos que a?n no conocen a Jesucristo.?
Jes?s lav? los pies a sus disc?pulos
3. Cuando Jes?s instituy? la Eucarist?a, antes se arrodill? y le lav? los pies a sus disc?pulos. Ese gesto de humildad del Se?or, se hizo a?n m?s grande en su donaci?n en la cruz por nosotros. En la Eucarist?a, nos invita a participar de esa misma entrega, ofrenda de amor, que se debe actualizar cada d?a.
El Se?or quiso mostrar su grandeza, a trav?s de la pedagog?a de los gestos. Por ellos debemos responder a los gestos divinos de Jes?s; que nos piden fe, adoraci?n y amor.
En la Eucarist?a, somos testigos de la compasi?n de Dios por cada hermano y hermana. Aprendemos a mirar a los dem?s desde Jesucristo: ellos son hermanos y hermanas por los que Jes?s dio su vida, am?ndolas hasta el extremo: ?Nace as? el servicio de la caridad para con el pr?jimo, que consiste justamente en que en Dios y con Dios, amo tambi?n a la persona que no me agrada o ni siquiera conozco? (Benedicto XVI, Dios es caridad, n? 88).
- Si vemos las huellas del dolor y de la necesidad f?sica o espiritual en el rostro de cualquier hermano nuestro, no miremos hacia otro lado. Por esto hoy recordamos y rezamos especialmente por quienes viven en nuestra Patagonia, en Bariloche, Ing. Yacobacci y la Angostura, pidiendo que cese este flagelo de la naturaleza y la dura prueba que sobrellevan. Tambi?n se nos pide una ayuda solidaria, a trav?s de la Campa?a iniciada para ello.
- Asimismo no podemos dejar de tener en cuenta el flagelo de la droga que padecen nuestros j?venes, y de pedir ayuda al Se?or. Es un atentado a la vida humana, que valoramos como un don de Dios desde el primer instante en el seno materno hasta la muerte natural.
Por esto deseamos que se contin?e trabajando en nuestra Arquidi?cesis en favor de los que sufren el mal de la drogadicci?n, como se est? haciendo en el presente con mucho esfuerzo a trav?s de varias instituciones.
- Nuestra participaci?n en la Eucarist?a nos pide tambi?n signos de perd?n de las ofensas y de reconciliaci?n fraterna, gestos que nos unan, con una forma de vida m?s austera y caritativa, por solidaridad con los que nada tienen.
?El motivo de alabanza que hoy se nos propone es el pan que da la vida? (cfr. Secuencia). Al imitar la actitud de la Virgen Mar?a, que llev? en su seno virginal y contempl? a su Hijo Jes?s, vivamos adorando al Cuerpo y la Sangre de Cristo, memoria de su amor; porque sabemos que Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en ?l. (1Jn 4,16).?
Mons. Jos? Luis Mollaghan, arzobispo de Rosario?
Homil?a del cardenal Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, en la solemnidad del Corpus Christi (25 de junio de 2011). (AICA)
SOLEMNIDAD DE CORPUS CHRISTI??????????
Ne dissolvamini, manducate vinculum vestrum; ne vobis viles videamini, bibite pretium vestrum.?(San Agustin, Sermo 228 B. In Sollemnitate Sanctissimi Corporis et Sanguinis Christi, ad Officium lectionis).?
Dice el Se?or en el Evangelio que acabamos de escuchar: ?Les aseguro que si no comen mi carne y no beben mi sangre no tienen vida en ustedes?. Y, en el Oficio de Lecturas del Corpus, hay una ant?fona muy hermosa que nos puede ayudar a meditar esta frase del Se?or. Es de San Agust?n y dice as?: ?Coman el v?nculo que los mantiene unidos, no sea que se disgreguen; beban el precio de su redenci?n, no sea que se desvaloricen? (Serm?n 228 B).
F?jense lo que dice Agust?n: el Cuerpo de Cristo es el v?nculo que nos mantiene unidos, la Sangre de Cristo, el precio que pag? para salvarnos, es el signo de lo valioso que somos. Por eso: comamos el Pan de Vida que nos mantiene unidos como hermanos, como Iglesia, como pueblo fiel de Dios. Bebamos la Sangre con la que el Se?or nos mostr? cu?nto nos quiere. Y as? manteng?monos en comuni?n con Jesucristo, no sea que nos disgreguemos, no sea que nos desvaloricemos, que nos despreciemos.
Esta invitaci?n tambi?n se?ala un hecho real de nuestros corazones porque cuando una persona o una sociedad sufren la disgregaci?n y la desvalorizaci?n, seguro que en el fondo de su coraz?n les falta paz y alegr?a, m?s bien anida la tristeza. La desuni?n y el menosprecio son hijos de la tristeza.
La tristeza, es un mal propio del? esp?ritu del mundo, y el remedio es la alegr?a. Esa alegr?a que s?lo el Esp?ritu de Jes?s da y que da de manera tal que nada ni nadie nos la puede quitar.
Jes?s alegra el coraz?n de las personas: ?se fue el anuncio de los ?ngeles a los pastores: ?No teman, porque les anuncio una gran alegr?a, que lo ser? para todo el pueblo: les ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Se?or; y esto les servir? de se?al: encontrar?n un ni?o envuelto en pa?ales y acostado en un pesebre? (Lc 2, 10-12).
La salvaci?n que trae Jes?s consiste en el perd?n de los pecados, pero no es un perd?n acotado hasta ah? nom?s; va m?s all?: se trata de la alegr?a del perd?n, porque ?habr? m?s alegr?a en el cielo por un solo pecador que se convierta que por 99 justos que no tengan necesidad de conversi?n? (Lc 15, 7). El perd?n no termina en el olvido ni en la reparaci?n sino en el derroche de amor de la fiesta que el Padre Misericordioso hace para recibir a su hijo que regresa.
Y las relaciones sociales que brotan de esta alegr?a son relaciones de justicia y de paz; no de una justicia vengativa del ojo por ojo que aplaca el odio pero deja el alma vac?a y muerta e impide seguir caminando por la vida. La justicia del Reino brota de un coraz?n que ha sabido ?recibir al Se?or con alegr?a? como Zaqueo y desde esa plenitud decide devolver lo robado y compensar a todo aqu?l con el que ha sido injusto.
La presencia de Jes?s siempre contagia alegr?a. Si miramos la alegr?a que se apodera de los disc?pulos al ver al Se?or Resucitado vemos que es tan grande que ?les imped?a creer? y entonces el Se?or les pide algo de comer (Lc 24, 41): centra esa alegr?a en la comuni?n de la mesa, en el compartir. El Papa tiene una reflexi?n muy linda y dice que Lucas utiliza una palabra especial para hablar de c?mo Jes?s resucitado congrega a los suyos: los junta ?comiendo con ellos la sal?. En el Antiguo Testamento juntarse a comer en com?n pan y sal, o tambi?n s?lo sal, sirve para sellar s?lidas alianzas (Nm 18, 19). La sal es garant?a de durabilidad. El comer la sal de Jes?s Resucitado es signo de la Vida incorruptible que nos trae. Esa sal de la Vida, esa sal que es pan consagrado compartido en la Eucarist?a es s?mbolo de la alegr?a de la Resurrecci?n. Los cristianos compartimos la ?Sal de la Vida? del Resucitado y esa sal impide que nos corrompamos, impide que nos disgreguemos y que nos desvaloricemos. Pero si la sal pierde su sabor ?con qu? se la volver? a salar?
?La alegr?a del Evangelio, la alegr?a del perd?n, la alegr?a de la justicia, la alegr?a de ser comensales del Resucitado! Cuando dejamos que el Esp?ritu nos re?na junto a la mesa del altar, su alegr?a cala hondo en nuestro coraz?n y los frutos de la unidad y del aprecio entre hermanos brotan espont?neamente y de mil maneras creativas.
?Comamos el Pan de Vida: es nuestro v?nculo de uni?n, com?moslo, no sea que nos disolvamos, que nos desvinculemos?
Bebamos la Sangre de Cristo que es nuestro precio, no sea que nos desvaloricemos, nos depreciemos!
?Qu? hermosa manera de sentir y gustar la Eucarist?a! La sangre de Cristo, la que derram? por nosotros, nos hace ver cu?nto valemos. Como porte?os, a veces nos valoramos mal, primero nos creemos los mejores del mundo y luego pasamos a despreciarnos, a sentir que en este pa?s no se puede, y as? vamos de un lado a otro. La sangre de Cristo nos da la verdadera autoestima, la autoestima en la fe: valemos mucho a los ojos de Jesucristo. No porque seamos m?s o menos que otros pueblos, sino que valemos porque hemos sido y somos muy amados.
Tambi?n es una tentaci?n muy nuestra la de desunirnos, la de hacer internas de todo tipo, la de cortarnos solos? Pero a la vez late fuerte en nuestro coraz?n un anhelo muy grande de uni?n, el deseo de ser un solo pueblo, abierto a todas las razas y a todos los hombres de buena voluntad. La unidad se enraiza ?en nuestro coraz?n y cuando la cultivamos con el di?logo, con la justicia y la solidaridad, es fuente de mucha alegr?a. La Eucarist?a es fuente de unidad. Comamos este Pan, no sea que nos disgreguemos, que nos anarquicemos, que vivamos enfrentados en mil grupitos distintos.
Le pedimos a Mar?a que nos guarde de las plagas de la dispersi?n y del ?desprecio: son frutos agrios de corazones tristes. Le pedimos a nuestra Madre, Causa de nuestra alegr?a, como dice una de sus Letan?as m?s lindas, que nos haga saborear el Pan de la Alianza, el Cuerpo de su Hijo, para que nos mantenga unidos en la fe, cohesionados en la fidelidad, unificados en una misma esperanza. Le pedimos a nuestra Madre que le recuerde a Jes?s las veces que ?no tenemos vino?, para que la alegr?a de Can? inunde los corazones de nuestra ciudad haci?ndonos sentir cu?nto valemos, cu?n preciosos somos a los ojos de Dios que no dud? en pagar el precio alt?simo de su Sangre derramada para salvarnos de todas las tristezas, de todos los males y ser as?, para los que lo amamos, fuente de perenne alegr?a.?
Card. Jorge Mario Bergoglio SJ, arzobispo de Buenos Aires
Buenos Aires, 25 de junio de 2011?
ZENIT nos ofrece las palabras que el Papa Benedicto XVI pronunci?el domingo 26 de Junio de 2011?al introducir la oraci?n mariana del ?ngelus, desde la ventana de su estudio.
?Queridos hermanos y hermanas!
Hoy, en Italia y en otros pa?ses, se celebra el Corpus Domini, la fiesta de la Eucarist?a, el Sacramento del Cuerpo y la Sangre del Se?or, que ?l instituy? en la ?ltima Cena y que constituye el tesoro m?s precioso de la Iglesia. La Eucarist?a es como el coraz?n latiente que da vida a todo el cuerpo m?stico de la Iglesia: un organismo social basado totalmente en el v?nculo espiritual pero concreto con Cristo. Como afirma el ap?stol Pablo: "Ya que hay un solo pan, todos nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo Cuerpo, porque participamos de ese ?nico pan" (1Cor 10,17). Sin la Eucarist?a, la Iglesia sencillamente no existir?a. La Eucarist?a es, de hecho, la que hace de una comunidad humana un misterio de comuni?n, capaz de llevar a Dios al mundo y el mundo a Dios. El Esp?ritu Santo, que transforma el pan y el vino en el Cuerpo y Sangre de Cristo, transforma tambi?n a cuantos lo reciben con fe en miembros del cuerpo de Cristo, para que la Iglesia sea realmente sacramento de unidad de los hombres con Dios y entre ellos.
En una cultura cada vez m?s individualista, como lo es aquella en la que estamos inmersos en las sociedades occidentales, y que tiende a difundirse en todo el mundo, la Eucarist?a constituye una especie de ?ant?doto", que act?a en las mentes y en los corazones de los creyentes y que siembra continuamente en ellos la l?gica de la comuni?n, del servicio, del compartir, en resumen, la l?gica del Evangelio. Los primeros cristianos, en Jerusal?n, eran un signo evidente de este nuevo estilo de vida, porque viv?an en fraternidad y pon?an en com?n sus bienes, para que ninguno fuese indigente (cfr Hch 2,42-47). ?De qu? derivaba todo esto? De la Eucarist?a, es decir, de Cristo resucitado, realmente presente en medio de sus disc?pulos y operante con la fuerza del Esp?ritu Santo. Y tambi?n las generaciones siguientes, a trav?s de los siglos, la Iglesia, a pesard e sus l?mites y los errores humanos, ha seguido siendo en el mundo una fuerza de comuni?n. Pensemos especialmente en los periodos m?s dif?ciles, de prueba: ?qu? signific?, por ejemplo, para los pa?ses sometidos a reg?menes totalitarios, la posibilidad de encontrarse en la Misa Dominical! Como dec?an los antiguos m?rtires de Abitene: "Sine Dominico non possumus" ? sin el ?Dominicum", es decir, sin la Eucarist?a dominical, no podemos vivir. Pero el vac?o producido por la falsa libertad puede ser tambi?n muy peligroso, y entonces la comuni?n con el Cuerpo de Cristo es f?rmaco de la inteligencia y de la voluntad, para volver a encontrar el gusto de la verdad y del bien com?n.
Queridos amigos, invoquemos a la Virgen Mar?a, a quien mi Predecesor, el beato Juan Pablo II, defini? "Mujer eucar?stica" (Ecclesia de Eucharistia, 53-58). Que en su escuela, tambi?n nuestra vida llegue a ser plenamente "eucar?stica", abierta a Dios y a los dem?s, capaz de transformar el mal en bien con la fuerza del amor, dirigida a favorecer la unidad, la comuni?n, la fraternidad.
[Despu?s del ?ngelus]
Queridos hermanos y hermanas, tambi?n hoy tengo la alegr?a de anunciar la proclamaci?n de algunos nuevos Beatos. Ayer, en Hamburgo, donde fueron muertos por los nazis en 1943, fueron beatificados Johannes Prassek, Eduard M?ller y Hermann Lange. Hoy, en Mil?n, es el turno de Serafino Morazzone, p?rroco ejemplar en la zona de Lecco entre los siglos XVIII y XIX; del padre Clemente Vismara, heroico misionero del PIME en Birmania; y de Enrichetta Alfieri, Hermana de la Caridad, llamada ??ngel? de la c?rcel milanesa de San Vittore. ?Alabemos al Se?or por estos luminosos testigos del Evangelio!
En este domingo que precede a la solemnidad de los Santos Pedro y Pablo se celebra en Italia la Jornada por la caridad del Papa. Deseo agradecer vivamente a todos aquellos que, con la oraci?n y con las limosnas, dan su apoyo a mi ministerio apost?lico y de caridad. ?Gracias! ?Que el Se?or os recompense!
[En espa?ol dijo]
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua espa?ola que participan en esta oraci?n mariana, en particular a los miembros de la Asociaci?n de la Medalla Milagrosa, as? como a los directivos de la Radiotelevisi?n "El sembrador por la nueva evangelizaci?n". En la solemnidad del Sant?simo Cuerpo y Sangre de Cristo, la Iglesia hace memoria agradecida del don de la Eucarist?a y la adora con devoci?n. Que nuestros corazones se abran con humildad ante Jes?s Sacramentado, para que, transformados por su gracia, seamos testigos valientes de su amor por todos los hombres. Que Dios os bendiga.
[Traducci?n del italiano por Inma ?lvarez
?Libreria Editrice Vaticana]
ZENIT??publica el art?culo que ha escrito monse?or Felipe Arizmendi Esquivel, obispo de San Crist?bal de Las Casas, con el t?tulo ?Fuera filosof?a y sociolog?a?.
Fuera filosof?a y sociolog?a
VER
Un peri?dico nacional inform? que, en los bachilleratos de la capital del pa?s, se eliminar?n materias de filosof?a, antropolog?a y sociolog?a, o se reducir?n notablemente sus horas de clase. Se aumentar?n a ingl?s, computaci?n, actividades f?sicas, etc. Con esto, se les deja sin herramientas para pensar, analizar, discutir y razonar con m?s profundidad cuestiones vitales y trascendentes; quedan m?s expuestos a las ideolog?as del momento, al relativismo, a dejarse llevar por lo inmediato, lo palpable y sensible, o por l?deres demag?gicos. Sin sociolog?a, sin apertura a la realidad de los dem?s, te encierras en tu individualismo.
En contrapartida, en los planes de estudio de nuestros Seminarios, para formar sacerdotes capaces de enfrentar los retos de la vida, se prescriben como obligatorios al menos tres a?os de filosof?a, con materias sistem?ticas, como l?gica, metaf?sica, antropolog?a, cosmolog?a, ?tica y teodicea, m?s una amplia historia de la filosof?a, para discernir las diversas formas de pensamiento en la evoluci?n de la humanidad.
JUZGAR
Las Normas B?sicas que rigen los estudios en los Seminarios, dicen: ?Para lograr los objetivos de la formaci?n sacerdotal, es necesaria una profunda preparaci?n filos?fica, que tiene como finalidad perfeccionar la formaci?n humana de los seminaristas, consolidar su estructura mental y su m?todo de estudio, llevarles a un conocimiento y a una comprensi?n m?s profunda de la persona, de su libertad, de sus relaciones con los dem?s, con el mundo y con Dios.
D?se la debida importancia a la filosof?a sistem?tica en todas sus partes, ya que lleva a la adquisici?n de un s?lido y coherente conocimiento del hombre, del mundo y de Dios, y ofrece certeza de verdad ante la mentalidad subjetivista, as? como criterios v?lidos para discernir las diversas culturas y los fundamentos filos?ficos de las diferentes corrientes teol?gicas.
Pr?stese especial atenci?n al estudio y an?lisis del fen?meno del ate?smo contempor?neo, del secularismo y de las corrientes de pensamiento que ejercen m?s influencia en nuestro tiempo, para juzgarlas cr?ticamente a la luz de la raz?n y de la fe.
Ofr?zcase a los seminaristas una adecuada visi?n de la situaci?n hist?rica, social, antropol?gica, pol?tica, cultural, educativa y religiosa de nuestra Patria, en orden a un ejercicio pastoral m?s encarnado, con ayuda de la sociolog?a, la psicolog?a, la pedagog?a, la econom?a, la pol?tica, la comunicaci?n social?.
Sobre esto mismo, ha dicho el Papa Benedicto XVI: ?La cultura humanista parece afectada por un deterioro progresivo, mientras se pone el acento en las disciplinas llamadas productivas, de ?mbito tecnol?gico y productivo; hay una tendencia a reducir el horizonte humano al nivel de lo que es mensurable, a eliminar del saber sistem?tico y cr?tico la cuesti?n fundamental de sentido. Adem?s, la cultura contempor?nea tiende a confinar la religi?n fuera de los espacios de la racionalidad. En la medida en que las ciencias emp?ricas monopolizan los territorios de la raz?n, no parece haber ya espacio para las razones del creer, por lo cual la dimensi?n religiosa queda relegada a la esfera de lo opinable y de los privado? Sin orientaci?n a la verdad, sin una actitud de b?squeda humilde y osada, toda cultura se deteriora, cae en el relativismo y se pierde en lo ef?mero. La cuesti?n de la Verdad y de los Absoluto no es una investigaci?n abstracta, alejada de la realidad cotidiana, sino que es la pregunta crucial, de la que depende radicalmente el descubrimiento del sentido del mundo y de la vida? (21-V-2011).
ACTUAR
Desde la familia y la escuela, hay que educar para pensar, analizar, juzgar, discernir, criticar, proponer, reflexionar, comparar, confrontar, ir a las razones m?s profundas, preguntar el por qu? y el para qu?. S?lo as? aprendemos a actuar por convicciones, a ser libres y no esclavos de personas, tendencias o sentimientos pasajeros. La misma fe tiene una base racional; no es irracional y absurda; trasciende la raz?n, pero no la elimina, cuando nos preguntamos c?mo y d?nde Dios revel? algo que rebasa la raz?n humana.
DOMINGO 17DEL TIEMPO ORDINARIO- A
24 de Julio de 2011
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La gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, el Se?or, est?n con todos vosotros.
- Ser cristiano es un tesoro. Conocer y amar a Jes?s, tener su Evangelio como luz para nuestra vida, reunirnos todos los domingos para recibirlo como alimento para nuestro camino ... todo esto es un tesoro. Un tesoro que nos llena de alegr?a, y que nos lleva a dar gracias a Dios.
- Con esta alegr?a iniciamos la Eucarist?a de este domingo. En el evangelio, el mismo Jes?s nos hablar? de este tesoro que hemos encontrado y que renueva nuestras vidas. Y as? fortaleceremos nuestra fe y nuestra esperanza.
A. penitencial: En silencio, pong?monos en paz con Dios y tambi?n con nuestros hermanos. (Silencio).
- T?, fuente de agua viva. SE?OR, TEN PIEDAD.
- T?, luz que ilumina en la oscuridad. CRISTO, TEN PIEDAD.
- T?, resurrecci?n y vida de los que en ti creen. SE?OR, TEN PIEDAD.
1. lectura (1 Reyes 3,5.7-12): La primera lectura de este
domingo nos conduce a muchos siglos atr?s, a la ?poca del rey Salom?n. Escucharemos c?mo Salom?n le pide a Dios que lo gu?e y lo ilumine en su actuaci?n y le ayude a encontrar el camino a seguir.
2. lectura (Romanos 8,28-30); En la segunda lectura, san Pablo, con muy pocas palabras, nos habla de la llamada que hemos recibido de Dios, para que seamos imagen de Jesucristo.
Oraci?n universal: Unidos? en torno a Jesucristo, formando Iglesia, presentemos al Padre nuestras plegarias diciendo: ESC?CHANOS, PADRE.
Por la Iglesia. Que sepamos transmitir al mundo entero el tesoro del amor de Dios que hemos descubierto. OREMOS:
Por nuestra comunidad. Que sepamos comprometernos a favor de la justicia, de la protecci?n de los m?s d?biles, de la igualdad, para hacer real y visible el Reino de Dios. OREMOS:
Por las personas que sufren enfermedades mentales. Que encuentren en nosotros apoyo y cari?o, y en la sociedad que los rodea los recursos que necesitan. OREMOS:
Por todas las personas que, con su trabajo voluntario, facilitan que personas enfermas, discapacitadas, mayores, puedan hacer unos d?as de vacaciones en un
entorno natural. OREMOS:
Por las fiestas que durante el verano se celebran nuestros pueblos, barrios y ciudades. Que sean motivo de encuentro, convivencia y celebraci?n de la amistad
y de la buena vecindad. OREMOS:
Por todos nosotros. Que aprendamos a encontrar los tesoros de Dios que se esconden en nuestro entorno. OREMOS:??
Escucha, Padre, nuestra oraci?n. T?, que eres el Padre del amor y de la misericordia, ilumina y conduce al mundo entero por los caminos de tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Se?or.
Padrenuestro: Oremos juntos, pidiendo a nuestro Padre que venga a nosotros su Reino. Como Jes?s nos ense??, nos atrevemos a decir:
Despedida: Que la alegr?a del Se?or sea nuestra fuerza. Hermanos y hermanas, pod?is ir en paz.
?CPL
Comunicado firmado por el Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, Mons. Ricardo Ezzati, y por el Presidente del ?rea Educaci?n, Mons. H?ctor Vargas, con el t?tulo "Humanizar la educaci?n, tarea de todos".
Autor: Mons. Ricardo Ezzati Andrello y Mons. H?ctor Vargas Bastidas
Fecha: 23/06/2011
Pais :Chile
Ciudad: Santiago
Ref. Cech: 190 / 2011
Humanizar la educaci?n, tarea de todos?
1. La sociedad chilena, sus instituciones, las comunidades educativas y la Iglesia, estamos siguiendo con atenci?n las demandas del movimiento estudiantil, las reacciones que ellas suscitan y las visiones que distintos sectores expresan p?blicamente acerca de la educaci?n en Chile. Los j?venes se manifiestan, necesitan ser escuchados y esto es bueno para la sociedad.
2. En los ?ltimos a?os se han hecho esfuerzos por mejorar la ense?anza en el pa?s, lo que se ha traducido en un conjunto de pol?ticas p?blicas logradas en un marco de grandes acuerdos nacionales, y a los que se suman importantes contribuciones desde los ?mbitos municipal, privado y estatal. Apreciamos los di?logos sostenidos en estos ?ltimos d?as y esperamos que lleguen a buen t?rmino.
3. Sin perjuicio de estos avances, el debate y el cuestionamiento que se hace al sistema educativo son signo de un malestar del que la sociedad en su conjunto debe hacerse cargo. Queda un largo camino por recorrer en la tarea de consolidar un modelo educativo con aprendizajes de calidad, justo y equitativo, en donde cada estudiante, al margen de su condici?n personal y social, tenga asegurada la formaci?n necesaria para desarrollarse integralmente, construir un proyecto de vida pleno, y aportar generosamente toda su riqueza a la sociedad de su tiempo. Verdaderamente, hay una grave deuda pendiente en esta materia.
4. Creemos que la educaci?n es un bien p?blico, y el esfuerzo por mejorar su calidad y por hacerla m?s equitativa debe incorporar a todos los actores involucrados: el Estado, las Instituciones Educativas, los docentes, las familias y los mismos estudiantes. Es urgente avanzar en la b?squeda de propuestas de consenso para orientar y encaminar los procesos que permitan responder a las justas demandas.
5. Las soluciones excluyentes no son el camino, tampoco las medidas arbitrarias, ni la violencia f?sica o verbal. S?lo una real voluntad de di?logo ayudar? a enfrentar el delicado clima de polarizaci?n en que est? derivando este debate y las movilizaciones asociadas. Considerando que los problemas planteados son de diversa ?ndole y de gran complejidad, no siempre pueden resolverse todos en la inmediatez de un conflicto. Se requiere racionalidad, esp?ritu democr?tico y utilizaci?n de los canales que garantiza la institucionalidad vigente. Cuando prima la raz?n y la cordura, el di?logo es siempre un m?todo fecundo, un paso que construye desde el respeto y la confianza.,
6. Los Obispos se?al?bamos en julio de 2006 que la ?educaci?n es un bien p?blico que debe ser valorado y cuidado por todos los ciudadanos. De la calidad de la educaci?n depende la calidad de vida, la superaci?n de la pobreza, el nivel cultural y la nobleza de las relaciones humanas de un pueblo?. Dos a?os m?s tarde, en junio de 2008, invit?bamos a asumir que la educaci?n tiene una finalidad esencialmente humanizadora, porque ?dec?amos entonces- ?vemos en el estudiante una persona que debe ser el centro de todo el proceso? y una educaci?n es genuina ?cuando humaniza y personaliza, para que la persona humanice al mundo, produzca cultura, transforme la sociedad y construya la historia?.
7. Hoy, cuando los avances logrados en estos a?os parecen ser insuficientes, afirmamos que normalizar la actividad educativa no s?lo ?consiste en terminar un paro o deponer una toma: requiere voluntad para discernir, con amplia participaci?n, las necesarias reformas que los j?venes y el pa?s esperan. Se trata de una tarea que nos involucra a todos.
? Ricardo Ezzati Andrello
Arzobispo de Santiago
Presidente
? H?ctor Vargas Bastidas
Obispo de San Marcos de Arica
Presidente ?rea Educaci?n
Santiago, 23 de junio de 2011.
ZENIT? nos ofrece la homil?a que el Papa Benedicto XVI pronunci?el jueves 23?de Junio de 2011?durante la Misa celebrada en San Juan de Letr?n, en la solemnidad del?Corpus Christi?o?Corpus Domini, antes de la procesi?n que recorri? la V?a Merulana hasta Santa Mar?a la Mayor.
?Queridos hermanos y hermanas!
La fiesta del Corpus Domini es inseparable a la del Jueves Santo, de la Misa de Caena Domini, en la que celebramos solemnemente la instituci?n de la Eucarist?a. Mientras que en la noche del Jueves Santo se revive el misterio de Cristo que se ofrece a nosotros en el pan partido o en el vino derramado, hoy, en la celebraci?n del Corpus Domini, este misterio se ofrece a la adoraci?n y a la meditaci?n del Pueblo de Dios, y el Sant?simo Sacramento es llevado en procesi?n por las calles de las ciudades y de los pueblos, para manifestar que Cristo resucitado camina en medio de nosotros y nos gu?a hacia el Reino de los Cielos.
Lo que Jes?s nos ha dado en la intimidad del Cen?culo, hoy lo manifestamos abiertamente, porque el amor de Cristo no est? reservado a algunos pocos, sino que est? destinado a todos. En la Misa en Caena Domini del pasado Jueves Santo destaqu? que en la Eucarist?a sucede la transformaci?n de los dones de esta tierra -el pan y el vino- con el fin de transformar nuestra vida e inaugurar as? la transformaci?n del mundo. Esta tarde quisiera retomar este perspectiva.
Todo parte, se podr?a decir, del coraz?n de Cristo, que en la ?ltima Cena, en la vigilia de su pasi?n, agradeci? y alab? a Dios y, de esta manera, con la potencia de su amor, transform? el sentido de la muerte a la que iba a enfrentarse. El hecho de que el Sacramento del altar haya asumido el nombre de ?Eucarist?a? -?acci?n de gracias?- expresa exactamente esto: que la transformaci?n de la sustancia del pan y del vino en el Cuerpo y Sangre de Cristo, es fruto del don que Cristo ha hecho de s? mismo, don de un Amor m?s fuerte que la muerte, Amor Divino que lo ha hecho resucitar de entre los muertos. Esta es la raz?n por la que la Eucarist?a es alimento de vida eterna, Pan de la vida. Del coraz?n de Cristo, desde su ?oraci?n eucar?stica? hasta la vigilia de la pasi?n, viene este dinamismo que transforma la realidad en sus dimensiones c?smicas, humanas e hist?ricas. Todo procede de Dios, de la omnipotencia de su Amor Uno y Trino, encarnado en Jes?s. En este Amor est? inmerso el coraz?n de Cristo; por esto sabe agradecer y alabar a Dios incluso frente a la traici?n y a la violencia, y en este modo cambia las cosas, las personas y el mundo.
Esta transformaci?n es posible gracias a una comuni?n m?s fuerte que la divisi?n, la comuni?n de Dios mismo. La palabra ?comuni?n?, que nosotros usamos para designar la Eucarist?a, reasume en s? mismo la dimensi?n vertical y la horizontal del don de Cristo. Es muy bella y elocuente la expresi?n ?recibir la comuni?n? referida al hecho de comer el Pan eucar?stico. En efecto, cuando realizamos este acto, entramos en comuni?n con la vida misma de Jes?s, en el dinamismo de esta vida que se da a nosotros y por nosotros. Desde Dios, a trav?s de Jes?s, hasta llegar a nosotros: una ?nica comuni?n se transmite en la Santa Eucarist?a. Lo hemos escuchado hace poco, en la Segunda Lectura, de las palabras del ap?stol Pablo dirigidas a los cristianos de Corinto: ??La copa de bendici?n que bendecimos, ?no es acaso comuni?n con la Sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ?no es comuni?n con el Cuerpo de Cristo? Ya que hay un solo pan, todos nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo Cuerpo, porque participamos de ese ?nico pan.(1 Cor 10,16-17).
San Agust?n nos ayuda a comprender la din?mica de la comuni?n eucar?stica cuando hace referencia a una especie de visi?n que tuvo, en la que Jes?s le dice: ?Yo soy el alimento de los fuertes. Crece y me tendr?s. T? no me transformar?s en ti, como el alimento del cuerpo, sino que ser? t? el transformado en m? (Conf. VII, 10, 18). Mientras que el alimento corporal es asimilado por nuestro organismo y contribuye a su sustento, en el caso de la Eucarist?a se trata de un Pan diferente: no somos nosotros los que lo asimilamos, sino que nos asimila a s?, as? nos convertimos conforme a Jesucristo, miembros de su cuerpo, una sola cosa con ?l. Esta fase es decisiva. De hecho, exactamente porque es Cristo el que, en la comuni?n eucar?stica, nos transforma a s?, nuestra individualidad , en este encuentro, se abre, liberada de su egocentrismo y inscrita en la Persona de Jes?s, que a su vez est? inmerso en la comuni?n trinitaria. As? la eucarist?a, mientras que nos une a Cristo, nos abre a los dem?s, nos hace miembros los unos de los otros: ya no estamos divididos, sino que somo una sola cosa en ?l. La comuni?n eucar?stica me une a la persona que tengo al lado, y con la que, quiz?s, ni siquiera tengo una buena relaci?n, y tambi?n nos une a los hermanos que est?n lejos, en todas las partes del mundo. De aqu?, de la Eucarist?a, deriva, por tanto, el sentido profundo de la presencia social de la Iglesia, como testifican los grandes Santos sociales, que fueron siempre grandes almas eucar?sticas. Quien reconoce a Jes?s en la Hostia Santa, lo reconoce en el hermano que sufre, que tiene hambre y sed, que es forastero, desnudo, enfermo, encarcelado; y est? atento a todas las personas, se compromete, de modo concreto, por todos los que tienen necesidad. Del don del amor de Cristo proviene, por tanto, nuestra especial responsabilidad de cristianos en la construcci?n de una sociedad solidaria, justa y fraterna. Especialmente en nuestra ?poca, en la que la globalizaci?n nos hace, cada vez m?s, dependientes los unos de los otros, el Cristianismo puede y debe hacer que esta unidad no se construya sin Dios, es decir, si en el Verdadero Amor, lo que dar?a lugar a la confusi?n, al individualismo, y la opresi?n de todos contra todos. El Evangelio mira desde siempre a la unidad de la familia humana, una unidad no impuesta por las alturas, ni por intereses ideol?gico o econ?micos, sino a partir del sentido de responsabilidad de los unos hacia los otros, porque nos reconocemos miembros de un mismo cuerpo, del cuerpo de Cristo, porque hemos aprendido y aprendemos constantemente por el Sacramento del Altar que la comuni?n, el amor es la v?a de la verdadera justicia.
Volvemos ahora al acto de Jes?s en la ?ltima Cena. ?Qu? sucedi? en ese momento? Cuando ?l dijo: Este es mi cuerpo que he dado por vosotros, esta es mi sangre derramada por vosotros y por todos los hombres, ?Qu? sucede? Jes?s en este gesto anticipa el suceso del Calvario. ?l acepta por amor toda la pasi?n, con su sufrimiento y su violencia, hasta la muerte de cruz; acept?ndola de este modo, la transforma en una acto de donaci?n. Esta es la transformaci?n que el mundo necesita, porque lo redime desde el interior, lo abre a las dimensiones del Reino de los cielos.. Pero esta renovaci?n del mundo, Dios quiere realizarla siempre a trav?s de la misma v?a seguida por Cristo, este camino, que es ?l mismo. No hay nada de m?gico en el Cristianismo. No hay atajos, sino que todo pasa a trav?s de la l?gica humilde y paciente de la semilla de grano que se parte para dar la vida, la l?gica de la fe que mueve las monta?as con el suave poder de Dios. Por esto quiere continuar renovando la humanidad, la historia y el cosmos, a trav?s de esta cadena de transformaciones, de la que la Eucarist?a es el sacramento. Mediante el pan y el vino consagrados, en los que est?n realmente presentes su Cuerpo y su Sangre, Cristo nos transforma, asimil?ndonos a ?l: nos implica en su obra de redenci?n, haci?ndonos capaces, por la gracia del Esp?ritu Santo, de vivir seg?n su misma l?gica de donaci?n, como semillas de grano unidos a ?l y en ?l. As? se siembran y van madurando en los surcos de la historia, la unidad y la paz, que son el fin al que tendemos, seg?n el dise?o de Dios.
Sin ilusiones, sin utop?as ideol?gicas, nosotros caminamos por los caminos del mundo, llevando dentro de nosotros el Cuerpo del Se?or, como la Virgen Mar?a en el misterio de la Visitaci?n. Con la humildad de sabernos simples semillas de grano, custodiamos la firme certeza de que el amor de Dios, encarnado en Cristo, es m?s fuerte que el mal, que la violencia y que la muerte. Sabemos que Dios prepara para todos los hombres, cielos nuevos y tierra nueva, en la que reinan la paz y la justicia, y en la fe entrevemos el mundo nuevo, que es nuestra verdadera patria. Tambi?n esta tarde, mientras se pone el sol sobre nuestra amada ciudad de Roma, nosotros nos ponemos en camino: con nosotros est? Jes?s Eucarist?a, el Resucitado, que dijo ?yo estar? siempre con vosotros hasta el fin del mundo? (Mt 28, 20). ?Gracias, Se?or Jes?s! Gracias por tu fidelidad, que sostiene nuestra esperanza. Qu?date con nosotros, porque se hace de noche. ?Buen Pastor, verdadero Pan, ?Oh Jes?s! ?Piedad de nosotros; alim?ntanos, defi?ndenos, ll?vanos a los bienes eternos, en la tierra de los vivos! Am?n.
[Traducci?n del original italiano por Carmen ?lvarez
?Libreria Editrice Vaticana]
ZEBNIT nos ofrece el discurso que el Papa dirigi?el viernes 24 de Junio de 2011?a los participantes en la Asamblea de la Riunione delle Opere in Aiuto alle Chiese Orientali (ROACO), a quienes recibi? hoy en la Sala Clementina del Palacio Apost?lico.
Se?or cardenal,
Beatitud,
venerados hermanos en el episcopado y en el sacerdocio.
Queridos miembros y amigos de la ROACO,
Deseo expresaros a cada uno de vosotros la m?s cordial bienvenida y devuelvo de buen grado, con el mejor augurio las corteses palabras de saludo que me ha dirigido el cardenal Leonardo Sandri, prefecto de la Congregaci?n de las Iglesias Orientales y presidente de la Riunione delle Opere in Aiuto alle Chiese Orientali (Reuni?n de las Obras de Ayuda a las Iglesias Orientales, n.d.t.), acompa?ado por el arzobispo secretario, por el subsecretario y por los colaboradores eclesi?sticos y laicos del dicasterio. Dirijo un saludo fraterno al nuevo patriarca maronita, Su Beatitud Bechara Boutros Rai, y extiendo mi pensamiento a los dem?s prelados, a los representantes de las Agencias Internacionales y de la Universidad de Bel?n, como tambi?n a los benefactores aqu? presentes. Doy las gracias a todos por la cooperaci?n generosa con el mandato de caridad universal que el Se?or Jes?s conf?a incesantemente al Obispo de Roma como Sucesor del beato Ap?stol Pedro.
Ayer celebramos la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre del Se?or. La procesi?n eucar?stica, que yo presid? desde la catedral Lateranense hasta la bas?lica de Santa Mar?a la Mayor, constituye siempre un llamamiento a la amada Ciudad de Roma y a toda la comunidad cat?lica de permanecer y caminar por los caminos no f?ciles de la historia, entre las grandes pobrezas espirituales y materiales del mundo, para ofrecer la caridad de Cristo y de la Iglesia, que brota del Misterio Pascual, misterio de amor, de don total que engendra la vida. La caridad ?nunca terminar? (1Cor 13,8), dice el Ap?stol Paolo, y es capaz de cambiar los corazones y el mundo con la fuerza de Dios, sembrando y despertando en todas partes la solidaridad, la comuni?n y la paz. Son dones confiados a nuestras fr?giles manos, pero su desarrollo es seguro, porque el poder de Dios act?a precisamente en la debilidad, si sabemos abrirnos a su acci?n, si somos verdaderos disc?pulos que intentan serle fieles (cfr 2Cor 12,10).
[En franc?s]
Queridos amigos de la ROACO, no olvid?is jam?s la dimensi?n eucar?stica de vuestro objetivo para manteneros constantemente en el movimiento de la caridad eclesial. Deseo que ?ste llegue de forma especial a Tierra Santa y tambi?n a todo Oriente Medio, para sostener all? la presencia cristiana. Os pido que hag?is todo lo posible, incluso interesando a las Instancias P?blicas con las que est?is en contacto a nivel internacional, para que el Oriente, donde nacieron, los pastores y los fieles de Cristo puedan permanecer ?no como extranjeros? sino como ?conciudadanos? (Ef 2, 19), dando testimonio de Jes?s, como los Santos del pasado, hijos tambi?n ellos de las Iglesias orientales. Oriente es con todo derecho su patria terrena. All? precisamente son llamados tambi?n hoy a construir el bien de todos, indistintamente, gracias a su fe. Deber?n ser reconocidas una igual dignidad y una libertad real a todos aquellos que profesan esta fe, permitiendo as? una m?s fruct?fera colaboraci?n ecum?enica e interreligiosa.
[En ingl?s]
Os estoy agradecido por haber reflexionado sobre los cambios que se est?n produciendo en los pa?ses del norte de ?frica y del Cercano Oriente, que mantienen a?n al mundo preocupado. Gracias tambi?n a la aportaci?n ofrecida en estos d?as por el cardenal patriarca copto-cat?lico y por el patriarca maronita, como por el representante pontificio en Jerusal?n y por el custodio franciscano de Tierra Santa, la Congregaci?n y las agencias podr?n darse cuenta de las condiciones concretas en las que viven la Iglesia y las poblaciones en una regi?n de suma importancia para el equilibrio y la paz mundiales. El Papa quiere hacerse cercano, a trav?s vuestro, a cuantos est?n sufriendo y a cuantos intentan desesperadamente huir de ella incrementando flujos migratorios a veces sin esperanza. Auguro al respecto la necesaria asistencia inmediata, pero sobre todo cualquier mediaci?n posible, para que cesen las violencias y, en el respeto de los derechos de los individuos y de las comunidades, se restablezcan en todas partes la concordia social y la convivencia pac?fica. La ferviente oraci?n y la reflexi?n nos ayudar?n, mientras tanto, a leer las perspectivas emergentes en la presente ?poca de fatiga y de l?grimas: que el Se?or de la historia las dirija siempre al bien com?n.
[En alem?n]
La Asamblea Especial para Oriente Medio del S?nodo de los Obispos celebrada el pasado octubre en el Vaticano y en la que hab?is participado algunos de vosotros, ha tra?do a los hermanos y hermanas de Oriente de modo a?n m?s decidido al coraz?n de la Iglesia y nos ha preparado para distinguir los signos de novedad del tiempo actual. Pero inmediatamente despu?s de aquella cumbre, la violencia absurda golpe? ferozmente a personas inermes (cfr. Angelus del 1 de noviembre de 2010) en la catedral siro-cat?lica de Bagdad y, en los meses sucesivos, en otros lugares diversos. Este dolor sufrido por Cristo puede ser de ayuda para el crecimiento de la buena semilla y para dar frutos a?n m?s fecundos, si Dios quiere. Conf?o, por tanto, a la buena voluntad de los miembros de la ROACO cuanto surgi? en el S?nodo y tambi?n el precioso patrimonio espiritual constituido por el c?liz de la pasi?n de muchos cristianos como referencia para un servicio inteligente y generoso, que parta desde los ?ltimos y que no excluya a nadie, y que siempre mida su autenticidad en referencia al Misterio Eucar?stico.
[En italiano]
Queridos amigos, bajo la gu?a de sus generosos pastores y tambi?n con vuestro apoyo insustituible, las Iglesias orientales cat?licas sabr?n siempre confirmar la comuni?n con la Sede Apost?lica, celosamente custodiada durante los siglos, y dar una contribuci?n original a la nueva evangelizaci?n tanto en la madre patria, como en la creciente di?spora. Pongo estos auspicios bajo la protecci?n de la Sant?sima Madre de Dios y del precursor de Cristo, san Juan Bautista, en la solemnidad lit?rgica de su nacimiento. Se acerca tambi?n la solemnidad de los santos ap?stoles Pedro y Pablo: en ese d?a dar? gracias al Buen Pastor, como ha recordado el cardenal Sandri, en el 60? aniversario de mi Ordenaci?n sacerdotal. Os estoy muy reconocido por la oraci?n y el augurio, del que me hab?is hecho grato don. Os pido que compart?is mi s?plica al "Due?o de la mies? (Mt 9,38) para que conceda a la Iglesia y al mundo numerosos y ardientes trabajadores del Evangelio. Y como signo de mi afecto, estoy muy contento de impartir a cada uno de vosotros, a cuantos os son queridos y a las comunidades confiadas a vosotros la confortadora Bendici?n Apost?lica.
[Traducci?n del original italiano por Inma ?lvarez
?Libreria Editrice Vaticana]
Homil?a de monse?or Fabriciano Sigampa, arzobispo de Resistencia en la misa de exequias de monse?or Giaquinta (Catedral de Buenos Aires, 24 de junio de 2011). (AICA)
MISA DE EXEQUIAS DE MONSE?OR GIAQUINTA??????????
En la fiesta de la natividad de San Juan Bautista realizamos este gesto de piedad y caridad cristiana, para nuestro hermano obispo Carmelo Juan Giaquinta, que como ?nuestro amigo L?zaro, duerme? en paz.
Carmelo Juan: Obispo Auxiliar de Viedma, Obispo Diocesano de Posadas y Arzobispo de Resistencia. Finalmente, como em?rito, sigui? trabajando con las energ?as que le quedaban, sobre todo, con su rica y profunda experiencia aquilatada por los a?os y por la presencia del Esp?ritu Santo en su coraz?n de pastor.?
Llamado por Dios
El llamado es una acci?n exclusiva de Dios. Llama para ser de ?l y para siempre. Llamado que exige una entrega total al Dios que llama. Carmelo pudo aplicarse para si mismo las palabras que dicen: ?El Se?or me llam? desde el seno materno, desde las entra?as de mi madre pronuncio mi nombre?. El vivi? la profundidad de su vocaci?n. As? lo expresan sus obras escritas, pero sobre todo su vida sacerdotal.
Del Se?or recibi? un nombre, un llamado, una revelaci?n: ?En Dios se halla mi fuerza?. No eran sus cualidades humanas, que las ten?a en abundancia, sino el Esp?ritu Santo derramado sobre su coraz?n (Rm 5,5), el que las puso de manifiesto. Esa es su identidad: llamado por Dios para una misi?n. Una misi?n que proviene de Dios, no est? exenta de dificultades, de sufrimientos, de dolores, es parte central de la Cruz de Cristo, que exige una entrega total. No reserv? nada para si, lo dio todo hasta el final. Su esperanza fue puesta en Dios, de ?l espera su recompensa.
Con certeza se sab?a servidor de Dios, de Cristo, de la Iglesia, y de los hombres. Se sab?a ?un hombre seg?n el coraz?n de Dios?, dispuesto siempre a cumplir su voluntad. Se sab?a humilde: ??Qui?n soy yo para desatar las sandalias de mi Se?or??. Como Juan el Bautista, preparando la venida del Hijo de Dios, mirando siempre al futuro, al Hijo de Dios que deb?a venir. Preparando la venida de Jes?s, tanto en el coraz?n de los hombres, como en la historia de los pueblos.?
La Iglesia y la Patria
En su testamento, que tuve la dicha de leer, manifiesta dos grandes preocupaciones.
- Ocuparse de la Iglesia
- Ocuparse de la Patria
Aparece como un lamento, no haberse ocupado suficientemente de ellas. Desde estas dos realidades, nos hace un llamado a todos: Obispos, Sacerdotes, Religiosos y Laicos. Que nos dediquemos m?s a estas realidades fundamentales, ?proclamar el Evangelio dentro del marco de la Nueva Evangelizaci?n?.
Por otra parte, pasar de ser, simple habitante a aut?nticos ciudadanos, concientes de sus derechos, pero sobre todo, de nuestros deberes, de nuestras obligaciones.
Tanto la Iglesia como la Patria nos exigen mayor dedicaci?n, mayor entrega, mejor definici?n, como una nueva evangelizaci?n para nuestra Iglesia, como las nuevas y profundas exigencias para la Patria en el marco del ?Bicentenario en justicia y solidaridad?.
Como Juan el Bautista nos dice que es tiempo de cambiar, de invertir el sentido de la marcha. Nos pide conversi?n, una conversi?n profunda, como lo sugiere el documento de Aparecida. Nos pide sacudir la pereza y entrar en el camino de la laboriosidad, del trabajo.
Creo que este es el mensaje que nos deja Mons. Carmelo Juan es que sea visible la presencia del Se?or que viene a transformar la vida, tanto de la Iglesia, como de la Patria.
Nuestro compromiso hoy es el de preparar el camino al Se?or de la vida. Este ser? nuestro deber: preparar su venida, que llegue para transformar. Significa ponernos al servicio del Se?or, de su proyecto de Salvaci?n. Es tiempo de grandes decisiones. Eso implica estar del lado del Se?or Jes?s, junto al trabajo por su Reino, que es Reino de verdad, de amor y de paz.?
?T? eres mi servidor?
Podemos aplicar para Mons. Carmelo Juan, las palabras del Libro de Isa?as (49,3): ?Tu eres mi servidor, estoy orgulloso de ti?, tambi?n lo estamos nosotros.
No venimos a despedirte, sabemos de esta nueva manera de estar presente, la aceptamos gozosos.
En nombre de todos los chaque?os, en los cuales me incluyo, agradezco a la Iglesia de Buenos Aires, en la persona del Cardenal Arzobispo Jorge Mario Bergoglio, todas las atenciones brindadas a nuestro querido Arzobispo Carmelo Juan.
Mi mejor agradecimiento a todos y a cada uno de sus familiares, a los sacerdotes, religiosos, religiosas, laicos, al Seminario de Devoto, a su rector Alejandro Giorgi.
En cuanto podamos, querido Carmelo Juan, estar?s con tus chaque?os, a la sombra de un Lapacho, como pides en tu testamento.
Gracias Carmelo Juan por tu testimonio de vida: austera, profunda, amasada con dolores y sufrimientos y rica en experiencia, entregada por amor a Dios y a tus hermanos.
?Descansa en paz!?
Mons. Fabriciano Sigampa, arzobispo de Resistencia?
Reflexi?n de monse?or Rub?n Oscar Frassia, obispo de Avellaneda-Lan?s en el programa radial "Compartiendo el Evangelio", en la solemnidad de la Sant?sima Trinidad (19 de junio de 2011). (AICA)
SOLEMNIDAD DE LA SANT?SIMA TRINIDAD????????
En nuestro calendario civil, hoy es el D?a del Padre. Rezamos por nuestros padres, que tanto tienen que ver con nuestra vida, nuestra existencia. Que los pap?s que est?n aqu?, tengan un d?a de mucho reconocimiento, mucho respeto y mucho amor.?
Evangelio seg?n San Juan 3, 16-18
Dijo Jes?s ?Dios am? tanto al mundo, que entreg? a su Hijo ?nico para que todo el que cree en ?l no muera, sino que tenga Vida eterna.Porque Dios no envi? a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por ?l. El que cree en ?l, no es condenado; el que no cree, ya est? condenado, porque no ha cre?do en el Nombre del Hijo ?nico de Dios.??
Dios es comuni?n de vida
En esta Solemnidad de la Sant?sima Trinidad, a veces puede resonar en nuestros o?dos como una fiesta muy lejana, muy extra?a, muy incomprensible, poco asible. Sin embargo, estamos en este mes fiesta tras fiesta pero c?mo todo se va concatenando, se va hilando.
Fij?monos: ya hace un tiempo atr?s celebramos la Pascua; luego la Fiesta de la Ascensi?n -donde Cristo Resucitado asciende al Padre-; le sigui? la Fiesta de Pentecost?s -donde el Padre con el Hijo nos env?an al Esp?ritu Santo- y ahora entramos en la comuni?n propiamente dicha de Dios.
C?mo Dios es una comuni?n de vida por excelencia. C?mo Dios, siendo un solo Dios verdadero, son tres Personas que se relacionan y a quienes tenemos acceso por la misma revelaci?n de Jesucristo. Lo propio del Padre es crearnos, lo propio del Hijo es redimirnos y lo propio del Esp?ritu Santo es santificarnos. Y cada uno de ellos tiene una funci?n espec?fica, un atributo propio, que nos lleva al misterio m?s ?ntimo, m?s profundo.
Cuando hablamos de la Sant?sima Trinidad estamos hablando de Dios, pero tambi?n hablamos del hombre. El hombre no puede vivir su misterio si no se abre a Dios. El hombre no se explica a s? mismo si no se abre a Dios. Cuando uno se abre a Dios, puede tener explicaci?n, puede entenderse y darse cuenta que participa de esa comuni?n con Dios; pero que tambi?n uno es un misterio.
Es as? que la Fiesta de la Sant?sima Trinidad nos lleva a este conocimiento: Dios es inagotable. Cuando nos acercamos m?s a ?l y lo encontramos, tenemos el deseo y el ?nimo de seguir busc?ndolo para seguir encontr?ndolo. Esto es fundamental: ese misterio es inagotable pero tambi?n es para nosotros.
Luego, el misterio nos lleva a una intimidad profunda: el hombre no puede ser comprendido sino en Dios. Es as? que esta cercan?a con Dios produce y provoca en nosotros un nuevo nacimiento. As? como Dios es comuni?n de vida y nos participa a nosotros, tambi?n nosotros tenemos que tener un cuidado exquisito de la comuni?n y de la com?n uni?n entre nosotros.
Esta Fiesta de la Sant?sima Trinidad nos lleva a aquello para lo cual fuimos creados, a lo m?s propio, a lo m?s espec?fico, al futuro que no tiene ocaso, que no tiene fin: la permanente y perfecta Adoraci?n de la Sant?sima Trinidad. Nosotros fuimos creados, redimidos y santificados para encontrarnos definitivamente con el Creador.
En el ?mientras tanto?, en el ?mientras estamos aqu?, esta Solemnidad no es un punto de llegada sino de partida. Al encontrarlo a ?l nos tenemos que sentir movilizados para seguir busc?ndolo y trabajar siempre por la comuni?n.
?Feliz Fiesta de la Sant?sima Trinidad!
?Levantemos nuestro esp?ritu y nuestra alma!
Que nos demos cuenta de aquello para lo que fuimos llamados y que podamos encontrarnos definitivamente con ?l. Esa es nuestra vida, nuestra finalidad y nuestro futuro. No lo comprometamos m?s.
Les dejo mi bendici?n en el Nombre del Padre, del Hijo y del Esp?ritu Santo. Am?n?
Mons. Rub?n Oscar Frassia, obispo de Avellaneda-Lan?s?
Reflexi?n a las lecturas del domingo d?cimo sexto del Tiempo Ordinario - A, ofrecido por el sacerdote Don Juan Manuel P?rez Pignero bajo el ep?grafe "ECOS DEL D?A DEL SE?OR"
ECOS DEL D?A DEL SE?OR.
Domingo 16? del T. Ordinario A.
Queridos amigos y amigas: A todos nos hace sufrir la existencia del mal. En mayor o menor medida. Hay, incluso, hombres y mujeres que no aciertan a conciliar la existencia de un Dios bueno y justo, con tanto mal?
Hay muchas clases de males. La par?bola de la ciza?a nos sit?a, este domingo, ante la existencia del mal moral: tanta gente que se dedica a hacer el mal: desde los grandes criminales, desde las injusticias lacerantes, hasta las peque?as faltas de un ni?o que hace sufrir a otro ni?o? Desde los grandes pecados de omisi?n? que dividen el mundo en dos partes: el de los pa?ses ricos y el de los pobres, hasta las peque?as faltas de omisi?n de cada d?a. Incluso, dentro de nosotros mismos, constatamos la existencia del trigo y la ciza?a.
Y como los criados de la par?bola le preguntamos al Due?o de la tierra: ?Se?or, ?no sembraste buena semilla en tu campo? ?De d?nde sale la ciza?a??
El les dijo: ?Un enemigo lo ha hecho?.
Y era verdad: ?Mientras la gente dorm?a, un enemigo fue y sembr? ciza?a en medio del trigo? y se march?.
Parece que era frecuente en el pa?s de Jes?s este tipo de represalias y venganzas entre los agricultores?
La respuesta, por tanto, es clave: ?Un enemigo lo ha hecho! Dios o un dios malo, como dicen los dualistas, no es ni puede ser el origen del mal.
De este modo, Jes?s hace referencia al principio, a la Creaci?n, a lo que conocemos con el nombre de ?pecado original?, que en nuestra ?poca, muchos no creen, otros lo recuerdan vagamente como cosa de ni?os? Y otros, lo tenemos un poco olvidado... ?Pero ah? est? ?el enemigo? al que se refiere el Evangelio?? Aqu? est? la fuente de todos malos y de todo mal. ?El misterio de la iniquidad? que torturaba el coraz?n de S. Agust?n?.
?De ese primer pecado surgen todos los dem?s! ?Tambi?n los nuestros?! ?Y por el pecado, la muerte? ense?a S. Pablo. (Rom 5,12).
Me gusta decir que? nosotros no hemos conocido el mundo tal como sali? de las manos de Dios. ?Y era bueno! ?Y estaba bien!? El mundo que conocemos es el del trigo y la ciza?a, el mundo trastornado y afeado, por el pecado de Ad?n y por el pecado de todos los hombres.
Y el enemigo, el Diablo, est? encantado porque dicen ahora que no existe? ?Le resulta cada vez m?s f?cil ir logrando sus objetivos? Recibe muy poca resistencia? ?Pero es y continuar? siendo hasta el final ?el Padre de la mentira? como le llam? el Se?or (Jn, 8,44).
Ya S. Pablo nos advierte que ?nuestra lucha no es contra hombres de carne y hueso, sino contra los soberanos, autoridades y poderes que dominan este mundo de tinieblas, contra las fuerzas sobrehumanas y supremas del mal? (Ef, 6,12-13).
?Mientras la gente dorm?a??
Aqu? nos encontramos con otra de las claves de la par?bola: si dormimos, si no cuidamos nuestros sembrados, ?de qu? nos vamos a quejar despu?s? ?No sabemos que se est? sembrando en el mundo mucho bien y, al mismo tiempo, mucho mal? Ya nos advert?a el Se?or que ?los hijos de este mundo son m?s astutos con su gente que los hijos de la luz? ??(Lc 16,8).
Pensamos en los padres de familia, los que se dedican a la formaci?n de ni?os y j?venes, los gobernantes, ?los pastores de la Iglesia? ?En todos! ?Todos podemos dormirnos alguna vez!
?Y entonces? Nada. No se nota nada; pero es posible que el enemigo haya sembrado la ciza?a en medio del trigo... Y se march?.
M?s tarde aparecer?, con toda su fuerza, la ciza?a en nuestro sembrado? Y ya est?. ?El mal ya hab?a sido sembrado como una mala hierba que es dif?cil de arrancar, de extirpar?
Entonces nuestra reacci?n es la misma que la de los criados de la par?bola: ???Quieres que vayamos a arrancarla??
Pero el amo respondi?: ?No, que podr?as arrancar tambi?n el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega??
No toleramos contemplar el campo sembrado de trigo con la ciza?a? Quisi?ramos ver s?lo el? bien sin? mezcla de mal alguno.
Quisi?ramos dejar de sentir en nuestro interior esos impulsos que nos mueven al mal. Quisi?ramos extirpar el mal, todo el mal, ?del mundo, de nuestra sociedad, de la Iglesia, ?de nuestra vida?
?Pero a nuestra manera! ??Y eso no puede ser?!
El Se?or nos ha se?alado el verdadero camino?, el de la conversi?n personal y comunitaria? que nos mueva a transformar las estructuras de pecado que campean en toda la sociedad y tambi?n en nosotros y a ordenarlo y organizarlo todo seg?n Cristo, el Hombre Nuevo. (Ef 1,10).?
Luchar por el bien y contra el mal es la tarea que nos ha sido confiada por Jesucristo, el Se?or, que, a trav?s del sufrimiento y de la muerte, de la ciza?a, ha vencido al enemigo, al mal y a la muerte?, aunque tengamos que esperar hasta su Venida gloriosa para contemplar la consumaci?n de su victoria.
Entonces, s?lo entonces, ser? el momento de la separaci?n del trigo y de la ciza?a. Mientras tanto, tenemos que esperar..., porque el Due?o dice: ?Dejadlos crecer juntos hasta la siega. Y, cuando llegue la ciega??
Y una ?ltima cuesti?n: ?No ser? posible convertir la ciza?a? en trigo?, ?Aunque sea s?lo una parte?
?Para Dios nada hay imposible! (Lc 1,37)
?Mientras vayamos de camino, hay tiempo!
El Se?or nos ha dado ?la dulce esperanza? de que, en el pecado, da lugar siempre al arrepentimiento? (1? Lect.).
????????? ?Junto a estas reflexiones les hago llegar mi deseo de un? feliz Domingo, un feliz D?a del Se?or!
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Reflexi?n de Jos? Antonio Pagola al Evangelio del domingo diecis?is del Tiempo Ordinario, ofrecido por la Delegaci?n Diocesana de Ensenanza de la Di?cesis de Tenerife.
COMO FERMENTO
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????????? Con una audacia desconocida, Jes?s sorprendi? a todos proclamando lo que ning?n profeta de Israel se hab?a atrevido a decir: "Ya est? aqu? Dios con su fuerza creadora de justicia abri?ndose camino en el mundo para hacer la vida de sus hijos m?s humana y dichosa". Es necesario cambiar. Hemos de aprender a vivir creyendo en esta Buena Noticia: el reino de Dios est? llegando.
????????? Jes?s hablaba con pasi?n. Muchos se sent?an atra?dos por sus palabras. En otros surg?an no pocas dudas. ?No era todo una locura? ?D?nde se pod?a ver la fuerza de Dios transformando el mundo? ?Qui?n pod?a cambiar el poderoso imperio de Roma?
????????? Un d?a Jes?s cont? una par?bola muy breve. Es tan peque?a y humilde que, muchas veces, ha pasado desapercibida para los cristianos. Dice as?: ?Con el reino de Dios sucede como con la levadura que tom? una mujer y la escondi? en tres medidas de harina, hasta que todo qued? fermentado?.
????????? Aquella gente sencilla sab?a de qu? les estaba hablando Jes?s. Todos hab?an visto a sus madres elaborar el pan en el patio de su casa. Sab?an que la levadura queda "escondida", pero no permanece inactiva. De manera callada y oculta lo va fermentando todo desde dentro. As? est? Dios actuando desde el interior de la vida.
????????? Dios no se impone desde fuera, sino que transforma a las personas desde dentro. No domina con su poder, sino atrae con su amor hacia el bien. No fuerza la libertad de nadie sino que se ofrece para hacer m?s dichosa nuestra vida. As? hemos de actuar tambi?n nosotros si queremos abrir caminos a su reino.
????????? Est? comenzando un tiempo nuevo para la Iglesia. Los cristianos vamos a tener que aprender a vivir en minor?a, dentro de una sociedad secularizada y plural. En muchos lugares, el futuro del cristianismo depender? en buena parte del nacimiento de peque?os grupos de creyentes, atra?dos por el evangelio y reunidos en torno a Jes?s.
????????? Poco a poco, aprenderemos a vivir la fe de manera humilde, sin hacer mucho ruido ni dar grandes espect?culos. Ya no cultivaremos tantos deseos de poder ni de prestigio. No gastaremos nuestras fuerzas en grandes operaciones de imagen. Buscaremos lo esencial. Caminaremos en la verdad de Jes?s.
????????? Siguiendo sus deseos, trataremos de vivir como "fermento" de vida sana en medio de la sociedad y como un poco de "sal" que se diluye humildemente para dar sabor evang?lico a la vida moderna. Contagiaremos en nuestro entorno el estilo de vida de Jes?s e irradiaremos la fuerza inspiradora y transformadora de su Evangelio. Pasaremos la vida haciendo el bien. Como Jes?s.?
Jos? Antonio Pagola?
Red evangelizadora BUENAS NOTICIAS
?17 de julio de 2011
16 Tiempo ordinario (A)
Mateo 13, 24-43
DEPARTAMENTO DE COMUNICACI?N
38201. La Laguna. Tenerife.
Tfno. 922-25 86 40 / Extensi?n 8
e-mail: [email protected]
Bolet?n 443
LAS NOTICIAS AMPLIADAS PUEDEN VERLAS ENTRANDO EN NUESTRO BLOG. Textos, sonidos, e im?genes los tienen en: http://www.comunicacionobispadodetenerife.blogspot.com/?
Recientemente, el Obispo ha realizado los siguientes nombramientos: Jes?s Daniel Gonz?lez Acosta, p?rroco de San Gerardo y de nuestra Se?ora de la Salud, en el Barrio de La Salud, y de la parroquia de La Cruz de Ifara, en Santa Cruz de Tenerife. Por otro lado, Jos? Domingo Gonz?lez P?rez se encargar? de atender pastoralmente las parroquias de La Resurrecci?n del Se?or, en Arme?ime, de San Jos?, en Los Olivos, y La Virgen Milagrosa, en Hoya Grande, en el municipio de Adeje. Por su parte, el sacerdote Juan Antonio Guedes ha sido destinado a Santa Cruz de La Palma, concretamente a las parroquias de San Francisco de As?s y de Nuestra Se?ora del Pilar y Santiago Ap?stol. Asimismo, Honorio Jos? Campos Guti?rrez atender? pastoralmente las parroquias de Santa ?rsula M?rtir, en Adeje y Nuestra Se?ora del Campo, en Fa?ab?.?
Cabe se?alar tambi?n que al di?cono Ram?n Herrera Ramos, le han sido encomendadas las funciones propias de su ministerio al servicio de las parroquias de San Gerardo y Nuestra Se?ora de la Salud, en Barrio de La Salud, y de la parroquia de La Cruz de Ifara, en Santa Cruz de Tenerife, en comuni?n y cooperaci?n con el sacerdote Jes?s Daniel Gonz?lez Acosta.?
El Instituto Superior de Teolog?a de las Islas Canarias, ISTIC, ha retomado esta semana sus cursos dentro de su VII Escuela de Verano. Uno de los cursos que ha recibido mayor aceptaci?n es el desarrollado por el doctor en Periodismo y presidente del Consejo Editorial de La Opini?n de Tenerife, Ricardo Acir?n, en el que se profundiza sobre ?Saber ver-leer los medios de comunicaci?n, cr?ticamente?.?
Conjuntamente, con el curso del profesor Acir?n, se est?n celebrando otras dos propuestas, que han contado tambi?n con un importante n?mero de matr?culas, ?El ?xito en el matrimonio es posible?, desarrollado por el profesor Jos? Juan Rivero, Psic?logo del Centro de Orientaci?n Familiar 2000, y el que cerrar? la oferta de la VII Escuela de Verano, que se inicia este jueves 14, ?Las JMJs y la Pastoral diocesana con J?venes?, impartido por Javier Jos? Jim?nez, responsable de la Delegaci?n de Pastoral con J?venes.?
Este viernes 15 de Julio, se cumple el aniversario del martirio de Ignacio de Acevedo y sus 39 compa?eros jesuitas m?rtires que iban al Brasil para anunciar el Evangelio. Por tal motivo, a las 19:30 horas se celebrar?, en la Iglesia de San Miguel de Tazacorte la Eucarist?a que ser? presidida por el misionero javeriano y reci?n ordenado sacerdote Jes?s Calero Perera, por el p?rroco Juan Ramos Concepci?n y por el resto del clero de la isla.?
La vida sacerdotal que recoge la contraportada del Diario de Avisos de este martes es la del obispo Luis Franco Casc?n, en una nueva entrega de la secci?n 'vidas sacerdotales'. Luis Franco naci? en Mansilla del P?ramo, Le?n, en 1903. Durante su Pontificado se llev? a cabo el nuevo seminario, se realiz? la Beatificaci?n del Hermano Pedro y Jos? de Anchieta, el 22 de Junio de 1980. Orden? 86 Sacerdotes Diocesanos. El 18 de Octubre de 1983, al cumplir los 75 a?os, se acepta su renuncia y se le nombra Administrador Apost?lico. Falleci? en La Laguna el 17 de Agosto de 1984. Sus restos descansan en la Capilla del Cristo de la Columna de la Santa Iglesia Catedral de La Laguna.?
Unas 25 personas, entre adolescentes y j?venes, pertenecientes a los municipios de Arona (parroquias de Lorenzo M?rtir, Ntra. Sra. de la Paz, S. Mart?n de Porres y Ntra. Sra. del Carmen, en Valle de S. Lorenzo, Buzanada, Cabo Blanco y Los Cristianos, respectivamente) y de San Miguel de Abona participar?n en la Jornada Mundial de la Juventud. En el blog de comunicaci?n del Obispado se pueden escuchar varios testimonios de estos j?venes. Asimismo, en el mencionado blog se encuentran publicadas las fechas de los diferentes campamentos para j?venes organizados por los salesianos.?
El s?bado, 16 de julio se celebra la festividad de Nuestra Se?ora de la Virgen del Carmen. La eucarist?a, en el Puerto de la Cruz, se celebrar? a las 20.00 horas. Durante la misa tendr? lugar el acto de entrega del bast?n de mando de la ciudad con motivo de su nombramiento como alcaldesa honoriaria y perpetua.??
Asimismo, en la parroquia de San Juan Bautista, en La Orotava, los cultos comenzar?n a las 19:00 horas, con el rezo del Santo Rosario, y a las 19:30 horas se celebrar? la Eucar?stica. Al finalizar la misma, dar? comienzo la procesi?n con la imagen de la Virgen, por el trayecto de costumbre.?
El peri?dico "La Opini?n" ha publicado, en su edici?n del martes 12 de julio, una entrevista a Diego Rodr?guez, p?rroco de la ermita de San Benito. En la misma, Rodr?guez se?ala que despu?s de tres a?os al frente de esta parroquia lagunera, ha sido testigo de la gran devoci?n que la gente tiene a San Benito.??
El viernes, 15 de julio, en la parroquia de San Juan Bautista, en La Orotava se celebrar? una vigilia para j?venes. El lema escogido para este d?a es "Como Mar?a, edificados en Cristo". La vigilia comenzar? a las 22:30 horas y se prev? que finalice en torno a las 00:00 horas, con el tradicional repique y canto de la Salve a la Virgen del Carmen, alcaldesa Honoraria y Perpetua de la Villa de La Orotava.?
En las librer?as diocesanas ya se encuentra el CD con la mejor m?sica cat?lica que se ha recopilado con motivo de las JMJ Madrid 2011. En ?l se encuentran Kairoj, Migueli, la Hermana Glenda, La voz del desierto, Nico, Gaby, etc. Se trata de un ?lbum doble que incluye 11 canciones en cada CD y est? publicado por la editorial San Pablo. El precio es muy econ?mico: 8.65?. Asimismo, las librer?as ya cuentan con dos de los libros recomendados no s?lo a todos aquellos que van a las JMJ, sino a todos los cristianos que les gusta la buena lectura. Hablamos de ??Por qu? est?s siempre alegre? firmes y alegres en la fe? y ?El evangelio a cuatro voces. Un mensaje de Dios para ti?, ambos de la editorial Eunsa.??
El obispo ha anunciado su intenci?n de convocar ?rdenes de Diacono el pr?ximo 8 de octubre.?
El movimiento juvenil Hombres Nuevos informa que el pr?ximo fin de semana tendr? lugar un Encuentro, en la Ermita de El Socorro de G??mar. Ser? desde el viernes 15 de julio, a las 10 de la ma?ana, hasta el s?bado 16 de julio, despu?s de comer.??
Estos d?as en Garachico y en la Casa de Mar?a de San Pedro Daute, el nuevo equipo de formadores que iniciar? en el mes de septiembre su labor al frente del Seminario, al que se incorporan Eduardo Rodr?guez y Roberto Darias, tuvieron un d?a de retiro dirigido por el Obispo y una jornada de programaci?n del curso 2011/2012. Se trabaj? en torno a los documentos de la Iglesia sobre la identidad y misi?n de los formadores de los futuros presb?teros.
Despu?s de cuatro a?os como colaborador del Centro de Orientaci?n Familiar, Jos? Antonio Moreno, Psic?logo experto en Terapia Familiar, por motivos personales se traslada con su familia a Salamanca. La Di?cesis, a trav?s del Cof2000 le quiere agradecer su desinteresada colaboraci?n entre nosotros en el hermoso proyecto del Servicio de Atenci?n y Orientaci?n al Matrimonio, la Familia y la Infancia.?
Esta semana, CONFER est? disfrutando de los Ejercicios Espirituales, dirigidos por Pilar Liso, perteneciente a la Instituci?n Teresiana. El
lugar escogido para llevar a cabo el retiro es la Casa Diocesana de Ejercicios de Santa Cruz.??
El VI Festival de M?sica de C?mara Villa de La Orotava ofreci?, en la iglesia de Santo Domingo, su tradicional concierto protagonizado por el ?Grupo de Viento del Ensemble Villa de La Orotava?, que interpret? un programa formado por obras de Beethoven, Krommer y Weber.
Desde la Delegacion de Juventud de la Diocesis de Tenerife nos envian las actividades de Los Salesianos durante los meses de Julio y Agosto.
1) LOS SALESIANOS NOS VUELVEN A MOTIVAR??
Aqu? te env?o un breve resumen de las actividades que realizamos en verano LOS SALESIANOS:
1.-Campamentos del Cristo Vive (nuestro itinerario de educaci?n en la fe):
- Campamento del LUZ: Es para chicos desde 4? a 6? de EP. Fue del 25 al 29 de junio. Campamento centrado en los m?s chicos de nuestra pastoral, muy din?mico y pedag?gico en la transmisi?n de la fe.
- Campamento de ADS I y II: Es para chicos de 1? y 2? de ESO. Del 17 al 23 de julio. Lo realizaremos en Fuerteventura como novedad. Una iniciativa interesante en la fe, con chicos de La Cuesta, Las Palmas y la Orotava.
- Campamento de ADS III y IV: Para chicos de 3? y 4? de ESO. Del 24 al 30 de julio. Lo realizaremos en Fuerteventura como novedad. Una iniciativa interesante en la fe, con chicos de La Cuesta, Las Palmas y la Orotava.
2.- Campamentos Deportivos, para chicos que trabajan con nosotros durante el a?o en nuestros club de f?tbol y baloncesto. Se trabaja lo deportivo, pero especialmente su maduraci?n personal mediante el trabajo de muchos valores:
- Campus de F?tbol: Del 4 al 11 de julio. Hay chicos desde 5 a?os hasta 18 a?os.
- Campus de Baloncesto: Del 11 al 18 de julio. En ?ste adem?s participan de todas las islas.
3.- Escuelas de verano:
- Durante todo el mes de julio. Un escuela diferente. Tiene el refuerzo escolar que se espera, pero adem?s se les brinda muchos talleres, juegos, excursiones... Es para chicos peque?os, desde infantil hasta toda la primaria.?
4.- Trabajo en Promoci?n Social:?
- Campo de trabajo El Fraile. Unos 15 animadores se trasladan durante todo el mes de julio al barrio del Fraile en Arona. Se busca dar respuesta a muchos chicos inmigrantes. Se les busca su inserci?n social y laboral. Se les educa mediante un apoyo escolar, grandes juegos, ligas deportivas, excursiones...
- Campamento los primeros. Participamos con varios animadores en un campamento especial los ?ltimos d?as de julio en C?rdoba. Es una actividad para los chicos con m?s dificultades de adaptaci?n, de comportamiento, con medidas disciplinares, los ?ltimos para la sociedad, los primeros para Dios.
5.- JMJ?
- Acompa?aremos al Papa un grupo de 35 animadores en las jornadas mundiales de la juventud.
Ante cualquier duda o aclaraci?n, no dudes en ponerte en contacto conmigo.
Atentamente
David Morales
Sacerdote Salesiano
Coordinador de Pastoral de la Orotava
Telf.651729205
ZENIT? nos?ofrece la catequesis que Benedicto XVI pronunci?el mi?rcoles 22 de Junio de 2011 durante la audiencia general concedida en la Plaza de San Pedro del Vaticano La catequesis forma parte del actual ciclo sobre la oraci?n.
Queridos hermanos y hermanas:
en las anteriores catequesis nos detuvimos en algunas figuras del Antiguo Testamento, particularmente significativas, en nuestra reflexi?n sobre la oraci?n. Habl? sobre Abraham que intercede por las ciudades extranjeras, sobre Jacob que en la lucha nocturna recibe la bendici?n, sobre Mois?s que invoca el perd?n sobre su pueblo y sobre El?as que reza por la conversi?n de Israel. Con la catequesis de hoy, quisiera iniciar una nueva etapa del camino: en vez de comentar particulares episodios de personajes en oraci?n, entraremos en el ?libro de oraci?n? por excelencia, el libro de los Salmos. En las pr?ximas catequesis leeremos y meditaremos algunos de los Salmos m?s bellos y m?s apreciado por la tradici?n orante de la Iglesia. Hoy quisiera introducir esta etapa hablando del libro de los Salmos en su conjunto.
El Salterio se presenta como un ?formulario? de oraciones, una selecci?n de ciento cincuenta Salmos que la tradici?n b?blica da al pueblo de los creyentes para que se convierta en su (nuestra) oraci?n, nuestro modo de dirigirnos a Dios y de relacionarnos con ?l. En este libro, encuentra expresi?n toda la experiencia humana con sus m?ltiples caras, y toda la gama de los sentimientos que acompa?an la existencia del hombre. En los Salmos, se entrelazan y se expresan la alegr?a y el sufrimiento, el deseo de Dios y la percepci?n de la propia indignidad, felicidad y sentido de abandono, confianza en Dios y dolorosa soledad, plenitud de vida y miedo a morir. Toda la realidad del creyente confluye en estas oraciones, que el pueblo de Israel primero y la Iglesia despu?s asumieron como meditaci?n privilegiada de la relaci?n con el ?nico Dios y como respuesta adecuada en su revelaci?n en la historia. En cuanto oraci?n, los Salmos son la manifestaci?n del esp?ritu y de la fe, en los que uno puede reconocerse y en los que se comunica esta experiencia de particular cercan?a a Dios a la que todos los hombres est?n llamados. Toda la complejidad de la existencia humana se concentra en la complejidad de las distintas formas literarias de los distintos Salmos: himnos, lamentaciones, s?plicas individuales y colectivas, cantos de agradecimiento, salmos penitenciales, y otros g?neros que se pueden encontrar en estas composiciones po?ticas.
No obstante esta multiplicidad expresiva, pueden identificarse dos grandes ?mbitos que sintetizan la oraci?n del Salterio: la s?plica, ligada al lamento, y la alabanza, dos dimensiones relacionadas y casi inseparables. Porque la s?plica est? animada por la certeza de que Dios responder?, y esto abre a la alabanza y a la acci?n de gracias; y la alabanza y el agradecimiento surgen de la experiencia de una salvaci?n recibida, que supone una necesidad de ayuda que la s?plica expresa.
En la s?plica, el que ora se lamenta y describe su situaci?n de angustia, de peligro, de desolaci?n, o bien, como en los Salmos penitenciales, confiesa la culpa, el pecado, pidiendo ser perdonado.
Le expone al Se?or su necesidad con la confianza de ser escuchado, y esto implica un reconocimiento de Dios como bueno, deseoso del bien y ?amante de la vida? (cfr?Sabidur?a?11, 26), preparado para ayudar, salvar, perdonar. As?, por ejemplo, reza el Salmista en el Salmo?31: ?Yo me refugio en ti, Se?or, ?que nunca me vea defraudado! [?] S?came de la red que me han tendido, porque t? eres mi refugio? (vv. 2.5). Ya en el lamento, por tanto, puede surgir algo de la alabanza, que se preanuncia en la esperanza de la intervenci?n divina y se hace despu?s expl?cita cuando la salvaci?n divina se convierte en realidad. De modo an?logo, en los Salmos de agradecimiento y de alabanza, haciendo memoria del don recibido o contemplando la grandeza de la misericordia de Dios, se reconoce tambi?n la propia peque?ez y la necesidad de ser salvados, que es la base de la s?plica. Se confiesa as? a Dios, la propia condici?n de criatura inevitablemente marcada por la muerte, si bien portadora de un deseo radical de vida, Por esto el Salmista exclama, en el Salmo 86: ?Te dar? gracias, Dios m?o, de todo coraz?n, y glorificar? tu Nombre eternamente; porque es grande el amor que me tienes, y t? me libraste del fondo del abismo? (vers?culos 12-13). De este modo, en la oraci?n de los Salmos, la s?plica y la alabanza se entrelazan y se funden en un ?nico canto que celebra la gracia eterna del Se?or que se inclina hacia nuestra fragilidad.
Precisamente para permitir al pueblo de los creyentes que se unan en este canto, se entreg? el libro del Salterio a Israel y a la Iglesia. Los Salmos, de hecho, ense?an a rezar. En ellos, la Palabra de Dios se convierte en palabra de oraci?n -y son las palabras del Salmista inspirado- y al mismo tiempo se convierte tambi?n en la palabra del orante que reza los Salmos. Es esta la belleza y la particularidad de este libro b?blico: las oraciones contenidas en ?l, a diferencia de otras oraciones que encontramos en la Sagrada Escritura, no se insertan en una trama narrativa que especifica su sentido y la funci?n. Los Salmos se ofrecen al creyente como texto de oraci?n, que tiene como ?nico fin convertirse en la oraci?n de quien lo asume y con ellos se dirige a Dios. Dado que son Palabra de Dios, quien reza los Salmos le habla a Dios con las mismas palabras que Dios nos ha dado, se dirige a ?l con las palabras que ?l mismo nos da. As?, rezando los Salmos se aprende a rezar. Son una escuela de oraci?n.
Algo an?logo sucede cuando el ni?o comienza a hablar, aprende a expresar sus propias sensaciones, emociones, necesidades con palabras que no le pertenecen de modo innato, sino que aprende de sus padres y de los que viven con ?l. Lo que el ni?o quiere expresar es su propia vivencia, pero el medio expresivo es de otros; y ?l, poco a poco se apropia de este medio, las palabras recibidas de sus propios padres se convierten en sus palabras y a trav?s de las palabras aprende tambi?n un modo de pensar y de sentir, accede a un mundo de conceptos, y crece en ellos, se relaciona con la realidad, con los hombres y con Dios. La lengua de sus padres finalmente se convierte en su lengua, habla con palabras recibidas de otros que en este momento se han convertido en sus palabras. Esto mismo sucede con la oraci?n de los Salmos. Se nos presentan para que nosotros aprendamos a dirigirnos a Dios, a comunicarnos con ?l, a hablarle de nosotros con sus palabras, a encontrar un lenguaje para el encuentro con Dios. Y, a trav?s de estas palabras, ser? posible tambi?n conocer y acoger los criterios de su actuaci?n, acercarse al misterio de sus pensamientos y de sus caminos (cfr?Isa?as?55,8-9), y as? crecer cada vez m?s en la fe y en el amor. Al igual que nuestras palabras no son s?lo palabras, sino que nos ense?an un mundo real y conceptual, del mismo modo estas oraciones nos ense?an el coraz?n de Dios, por lo que no s?lo podemos hablar con Dios, sino que podemos aprender qui?n es Dios y, al aprender c?mo hablar con ?l, aprendemos lo que significa ser hombre, er nosotros mismos.
Para este prop?sito, parece significativo el t?tulo que la tradici?n jud?a ha dado al Salterio. Este es tehill?m, un t?rmino jud?o que quiere decir ?alabanza?, de esta ra?z verbal viene la expresi?n ?Halleluyah?, es decir, literalmente ?alabad al Se?or?. Este libro de oraciones, por tanto, aunque es multiforme y complejo, con sus diferentes g?neros literarios y con sus articulaciones entre alabanza y s?plica, es un libro de alabanza, que nos ense?a a dar gracias, a celebrar la grandeza del don de Dios, a reconocer la belleza de sus obras y a glorificar su Nombre Santo. Es esta la respuesta m?s adecuada ante la manifestaci?n del Se?or y la experiencia de su bondad. Ense??ndonos a rezar, los Salmos nos ense?an que incluso en la desolaci?n, en el dolor, permanece la presencia de Dios, es fuente de maravilla y de consuelo, se puede llorar, suplicar, interceder, lamentarse, pero con la conciencia de que estamos caminando hacia la luz, donde la alabanza podr? ser definitiva. Como nos ense?a el Salmo?36: ??En ti est? la fuente de la vida, y por tu luz vemos la luz? (Sal?36,10).
Pero adem?s de este t?tulo general del libro, la tradici?n hebrea ha puesto en muchos Salmos, t?tulos espec?ficos, atribuy?ndolos, en su mayor?a, al rey David. Figura de notable profundidad humana y teol?gica, David es un personaje complejo, que ha atravesado las m?s distintas experiencias fundamentales de la vida. Joven pastor del reba?o paterno, pasando por alternantes y a veces, dram?ticas experiencias, se convierte en rey de Israel, pastor del pueblo de Dios. Hombre de paz, combati? muchas guerras; incansable y tenaz buscador de Dios, traicion? el amor, y esto es caracter?stico: siempre fue un buscador de Dios, aunque pec? gravemente muchas veces; humilde penitente, acogi? el perd?n divino, incluso el castigo divino, y acept? un destino marcado por el dolor. David fue un rey con todas sus debilidades, ?seg?n el coraz?n de Dios? (cfr?1Samuel?13,14), es decir un orante apasionado, un hombre que sab?a lo que quiere decir suplicar y alabar. La relaci?n de los Salmos con este insigne rey de Israel es, por tanto, importante, porque es una figura mesi?nica, Ungido por el Se?or, en el que se preanuncia en cierto sentido el misterio de Cristo.
Igualmente importantes y significativos son el modo y la frecuencia con la que las palabras de los Salmos son retomadas en el Nuevo Testamento, asumiendo y destacando el valor prof?tico sugerido por la relaci?n del Salterio con la figura mesi?nica de David. En el Se?or Jes?s, que en su vida terrena rez? con los Salmos, encuentran su definitivo cumplimiento y revelan su sentido m?s profundo y pleno. Las oraciones del Salterio, con las que se habla a Dios, nos hablan de ?l, nos hablan del Hijo, imagen del Dios invisible (Colosenses?1,15), que nos revela completamente el Rostro del Padre. El cristiano, por tanto, rezando los Salmos, reza al Padre en Cristo y con Cristo, asumiendo estos cantos en una perspectiva nueva, que tiene en el misterio pascual su ?ltima clave interpretativa. El horizonte del orante se abre as? a realidades inesperadas, todo Salmo tiene una luz nueva en Cristo y el Salterio puede brillar en toda su infinita riqueza.
Hermanos y hermanos querid?simos, tomemos, por tanto, con la mano este libro santo, dej?monos ense?ar por Dios para dirigirnos a ?l, hagamos del Salterio una gu?a que nos ayude y nos acompa?e cotidianamente en el camino de la oraci?n. Y pidamos tambi?n nosotros, como disc?pulos de Jes?s, ?Se?or, ens??anos a orar? (Lucas?11,1), abriendo el coraz?n y acogiendo la oraci?n del Maestro, en el que todas las oraciones llegan a su plenitud. As?, siendo hijos en el Hijo, podremos hablar a Dios, llam?ndolo ?Padre Nuestro?. Gracias.
[Al final de la audiencia, Benedicto XVI salud? a los peregrinos en varios idiomas. En espa?ol, dijo:]
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua espa?ola, en particular a los grupos provenientes de Espa?a, Colombia, Venezuela y otros pa?ses latinoamericanos. Os invito a que aprend?is de los Salmos a hablar con Dios y, repitiendo la s?plica de los ap?stoles,?Se?or, ens??anos a orar, abr?is el coraz?n para acoger la plegaria del Maestro, en la que toda oraci?n llega a su culmen. Muchas gracias.
[Traducci?n del original italiano por Carmen ?lvarez
?Libreria Editrice Vaticana]
DOMINGO 16 DEL TIEMPO ORDINARIO / A
7 de julio de 2011
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La gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, el Se?or, est?n con todos vosotros.?
- Aunque no lo parezca, aunque si nos miramos mutuamente podemos ver que somos muy distintos, hay muchas cosas que nos unen, a los que estamos reunidos en esta iglesia. Muchas m?s de las que creemos.
- Queremos ser hombres y mujeres de buena voluntad, queremos ser serviciales para con los dem?s, quere?mos creer de verdad en Jes?s. Todo esto nos une. Y nos une tambi?n la conciencia de que esto a menudo nos cuesta mucho, a menudo fallamos, a menudo somos infieles.
- Por eso estamos aqu?. Necesitamos reunirnos, nece?sitamos rezar juntos, necesitamos responder a la llamada que Jes?s nos hace todos los domingos. Por eso, en pleno verano, nos reunimos de nuevo en la Eucarist?a).?
A. penitencial: Recemos ahora unos momentos en silen?cio, pidiendo perd?n y gracia. (Silencio).?
T?, que eres bueno y clemente. SE?OR, TEN PIEDAD.
T?, que escuchas nuestra oraci?n. CRISTO,TEN PIEDAD.
T?, que eres rico en misericordia. SE?OR,TEN PIEDAD.?
1. lectura (Sabidur?a 12,13.16-19): Como el domingo pasado, tambi?n hoy en el evangelio Jes?s nos hablar? en par?bolas para explicarnos lo que significa el Reino de Dios. Nos hablar? de la bondad de Dios. Escuchemos ahora c?mo un sabio del Antiguo Testamento nos hablaba ya de esta bondad.?
2. lectura (Romanos 8,26-27): Escuchemos ahora a san Pablo, que nos habla del Esp?ritu de Dios que act?a en nosotros.?
Oraci?n universal: Presentemos nuestras peticiones a Dios, el Padre de todos. Oremos diciendo: TE ROGAMOS, ?YENOS.?
Por todas las Iglesias cristianas: por los cat?licos, por los protestantes, por los ortodoxos, por los anglicanos. OREMOS:
Por los que dudan de su fe. OREMOS:
Por los enfermos de nuestra parroquia; por los ancianos que se sienten abandonados. OREMOS:
Por los pa?ses que est?n en guerra; por los responsables de estos desastres. OREMOS:
Por los extranjeros que en estos d?as nos visitan. OREMOS:
Por los que nos hemos reunido en esta Eucarist?a para alimentarnos de la Palabra y del Cuerpo y Sangre del Se?or. OREMOS:?
Escucha, Padre, nuestras peticiones, y derrama tu amor sobre toda la humanidad. Por Jesucristo...
Padrenuestro: Siguiendo la ense?anza de Jesucristo, y movidos por su Esp?ritu, que nos ense?a a orar, nos atrevemos a decir:
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CPL
Mensaje de monse?or Mart?n de Elizalde OSB, obispo de Nueve de Julio, con motivo de la celebraci?n de la solemnidad de los santos ap?stoles Pedro y Pablo (29 de junio de 2011). (AICA)
LOS SANTOS AP?STOLES PEDRO Y PABLO Y LA VIDA DE LA IGLESIA ?????
Queridos hermanos sacerdotes y di?conos,
religiosos y religiosas, seminaristas,
amados fieles:
La solemnidad de los Santos ap?stoles Pedro y Pablo, que la Iglesia celebra conjuntamente el 29 de junio, nos invita a pensar sobre el sentido de este recuerdo lit?rgico, reflejo de una profunda verdad teol?gica, y nos permite unirnos espiritualmente en la oraci?n por nuestro Santo Padre el Papa, sucesor de Pedro como obispo de Roma. El mismo Se?or resucitado confi? a Pedro la custodia de sus ovejas, confiri?ndole el mandato de pastorearlas (Jn 21, 15-17), el mismo ap?stol al que diera el encargo de confortar a los hermanos (cfr. Lc 22, 32). Pablo, el ?ltimo de los ap?stoles, con su generosidad e iniciativa tom? r?pidamente la delantera, predicando incansablemente el Evangelio, haci?ndose presente en las comunidades de gentiles ?es decir, no jud?as? con sus visitas y con sus cartas, y estableciendo la Iglesia en ellas. Despu?s de haberse enfrentado por las costumbres rituales practicadas por los jud?os, Pedro y Pablo asumieron finalmente una visi?n com?n, sabiamente abierta a la misi?n universal, y expresada en la carta enviada por los ap?stoles reunidos en el concilio de Jerusal?n (Hech 15); se encontraron en Roma, y all?, con su martirio, pusieron las bases de esa Iglesia, que preside en la caridad.?
En la Iglesia vive la presencia de Jes?s resucitado por el misterio de la santidad, la gracia de los sacramentos, la Palabra inspirada, la comuni?n en la fe, la esperanza y la caridad, el testimonio, la continuidad de la misi?n, que se prolonga as? como lo estableci? el mismo Se?or. A los ap?stoles les confi? el encargo de anunciar la salvaci?n y bautizar a los que creen, y puso a su cabeza a Sim?n, al que llam? Pedro. Y esa tarea se cumple desde hace veinte siglos. Por eso la celebraci?n de la solemnidad de San Pedro y San Pablo nos recuerda las palabras y gestos de Jes?s mismo, que confi? a Pedro ser Roca firme y estable, y nos se?ala que, a trav?s de la figura de Pedro y de sus sucesores, se realiza hasta nuestros d?as, y lo har? hasta el fin de los tiempos, la obra salvadora en la Iglesia. La asociaci?n de la solidez de la Piedra y el ardor de la transmisi?n paulina del mensaje evang?lico tiene su punto de arraigo en la sede romana. Los Papas que se han sucedido, en diferentes situaciones y variados contextos, han sido los portadores de esa vocaci?n que durar? cuanto dure la Iglesia peregrina. La celebraci?n lit?rgica nos invita entonces a renovar con una actitud de fe nuestra adhesi?n al Sucesor de Pedro, hoy el Papa Benito XVI, a rogar a Dios por sus intenciones y a unirnos para colaborar con generosidad y disponibilidad con su ministerio universal, inspirado siempre en la doctrina y el ejemplo de los dos ap?stoles.
En nuestra vida eclesial hemos recibido y seguimos recibiendo la gu?a y la inspiraci?n que nos viene del Sumo Pont?fice. De los tiempos recientes todos recordamos a P?o XII, cuyo magisterio fue tan rico y oportuno en una ?poca de grandes cambios; al Beato Juan XXIII, con su bondad que le atrajo el cari?o de todo el mundo y fue el instrumento de la Providencia para reunir el Concilio Vaticano II; a Pablo VI, que con serenidad y dulzura acompa?? con autoridad el itinerario conciliar, manteniendo el esp?ritu de la renovaci?n e invitando a profundizar el compromiso de los cristianos, para ser verdaderamente fieles en la comuni?n a su rico legado doctrinal y pastoral; a Juan Pablo I, con su paso fugaz pero iluminado por la gracia de su sencillez y alegr?a; al Beato Juan Pablo II, a quien todos recordamos, pues visit? dos veces la Argentina, y de quien recibimos, por su comunicatividad extraordinaria, el aliento para la fe vivida, de una manera que pod?a alcanzar a todos, a?n a los m?s distantes.
El Papa Benito XVI es quien tiene ahora la misi?n de ser testigo apost?lico y fundamento de la comuni?n de sus hermanos, los sucesores de los Doce. En la solemnidad de San Pedro y San Pablo hemos de orar muy especialmente por ?l, y disponernos siempre m?s a escuchar sus ense?anzas y a seguir sus orientaciones, para crecer en la vida cristiana y difundir el mensaje evang?lico en todo el mundo. El domingo siguiente a la solemnidad, el 3 de julio, se realizar? en todos los templos la Colecta para el Servicio universal de la Iglesia, que es enviada al Papa para atender a las numerosas ayudas que destina a favor de los afectados por diversas necesidades y carencias.?
Este a?o en la fiesta de los Santos Ap?stoles, el 29 de junio, el Papa celebra el 60? aniversario de su ordenaci?n sacerdotal. Para conmemorar esta circunstancia, y ofrecer al Santo Padre un testimonio de cercan?a espiritual y acompa?ar su misi?n pastoral con nuestra plegaria, se ha propuesto que en todas las di?cesis se ofrezcan sesenta Horas de Adoraci?n eucar?stica, en forma continua o distribuida durante el mes de junio, a favor de la santificaci?n del clero y para obtener el don de nuevas y santas vocaciones.??
?
Confiando a la intercesi?n de San Pedro y San Pablo la persona y el ministerio de nuestro Santo Padre el Papa, prestemos siempre o?do atento a sus ense?anzas y afirm?monos con generosidad en la comuni?n con su Magisterio.
Con mucho afecto, los saluda y bendice,?
Mons. Mart?n de Elizalde OSB, obispo de Nueve de Julio?
(ZENIT) Con ocasi?n de la solemnidad del Corpus Christi, algunas Iglesias del orbe cat?lico, como es el caso de Espa?a, celebran el D?a de la caridad, poniendo de manifiesto la dimensi?n social de la Eucarist?a que conjuga perfectamente el mandato del Se?or: ?Haced esto en memoria m?a? con el imperativo ?Dadles vosotros de comer?. Esto es, proyectarnos hacia la pr?ctica de un amor activo y concreto con cada ser humano, como? consecuencia del sacramento recibido. La caridad es la virtud m?s excelente, por la que somos reconocidos como disc?pulos de Jes?s. ?Muchas cosas ser?n necesarias para el caminar hist?rico de la Iglesia en este nuevo milenio, pero si faltara la caridad (?gape) todo ser?a in?til (cf. Juan Pablo II, NMI nn? 49-50).
En la actualidad,? sucede? que mientras las instituciones y organizaciones de caridad y asistencia a los pobres de la Iglesia cat?lica son muy reconocidas por la opini?n p?blica, el termino caridad parece devaluado en una sociedad que vive de espalda a la concepci?n cristiana del Dios Amor (cf.? Benedicto XVI, Deus Caritas est? nn? 31-32).
As? pues, nos encontramos? con los viejos t?picos de identificar caridad con paternalismo y actitudes similares, otros ven la caridad como contraposici?n a la justicia, ignorando que el amor que nace de la gracia divina supera las fronteras de la mera justicia distributiva. Por ?ltimo, est?n los laicistas m?s radicales, los cuales manifiestan que la visi?n cristiana del amor al pr?jimo es un menosprecio de la dignidad humana en cuanto entienden que queda reducida a? mero instrumento para demostrar el amor a Dios.
Estos desenfoques son productos, por una parte, la secularizaci?n de la vida cristiana que se da en algunos sectores de la Iglesia. Por otra, de la innegable animadversi?n cultural hacia la propuesta cristiana. De ah?, que estemos en tiempos de crecer en interioridad y dejar a un lado los complejos y temores frente a una modernidad atea; apostando valientemente por aquello que es esencial en el cristianismo: la caridad.
La fe en el ?Dios que es Amor, predica Amor, y env?a Amor?, ?crea en nosotros el amor con que amamos a Dios y al pr?jimo. Como dice San Juan: ??l nos am? primero? (1Jn 4,10). Este amor? ?no nace de la carne o de la sangre?, ni es fruto de nuestros actos, sino que es un don de Dios. Ello, no nos aparta de la amistad con los hombres, sino que, por el contrario, nos lleva necesariamente a ella, generando nuevas y primordiales exigencias. Por eso mismo,? amamos a nuestros semejantes no por lo que tienen o por su grupo de pertenencia o por sus carencias, del tipo que sean; les amamos porque son imagen y presencia privilegiada de Dios en lo que constituye su ser personal.
En la conocida par?bola del Buen samaritano (Cf. Lc 10, 25-37), el Divino? Maestro deja claro? que el pr?jimo -?el pr?ximo!- no es solamente el compatriota, sino todo hombre, sin l?mite de raza ni religi?n. No es quien m?s lo merece, sino quien m?s necesita de nosotros. No son las personas que escogemos, sino las que el Se?or pone cada momento en nuestras vidas. No son s?lo los seres queridos, a los que de hecho nos hallamos cercanos, es todo hombre con el que nos crucemos. Es a este ser humano concreto, al que? debemos? acoger y? socorrer como hermano.
Esta es la caridad que debe empapar las actuaciones de cualquier bautizado, cu?nto m?s? la? de los sacerdotes, consagrados y la de todo colaborador social cristiano. Porque se presenta como el ?nico modo de amar al otro por lo que realmente es y le constituye esencialmente en su verdad m?s profunda.
Adem?s, no se deber?a olvidar que desde Jesucristo el amor a nuestros semejantes tiene un ?plus? de humanidad porque la caridad cristiana alcanza hasta? amar incluso a nuestros enemigos: ?porque, si am?is a los que os aman, ?Qu? recompensa merec?is? ?No hacen tambi?n eso los publicanos?? (Mt 5,46). ??Hay un amor m?s noble y sublime que aquel que nos ha tra?do Cristo, Caridad del Padre?
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*Monse?or Juan del R?o Mart?n es el arzobispo castrense de Espa?a
ZENIT? nos ofrece el discurso que el Papa Benedicto XVI dirigi? a los j?venes de San Marino-Montefeltro, a quienes encontr? en la plaza de la catedral de Pennabilli (R?mini) en la tarde del domingo 19 de Junio de 2011.
?Queridos j?venes!
Estoy muy contento de estar hoy entre vosotros y con vosotros. Siendo toda vuestra alegr?a y el entusiasmo que caracterizan vuestra edad. Saludo y doy las gracias a vuestro obispo, monse?or Luigi Negri, por las cordiales palabras de acogida, y a vuestro amigo que se ha hecho int?rprete de los pensamientos y los sentimientos de todos, y que ha formulado algunas preguntas muy serias e importantes. Espero que en el transcurso de esta exposici?n m?a se hallen tambi?n los elementos para encontrar las respuestas a estas preguntas. Saludo con afecto a los sacerdotes, a las religiosas, a los animadores que comparten con vosotros el camino de la fe y de la amistad; y naturalmente tambi?n a vuestros padres, que gozan al veros crecer fuertes en el bien.
Nuestro encuentro aqu? en Pennabilli, ante esta catedral, coraz?n de la di?cesis, y en esta Plaza, nos remite con el pensamiento a los numerosos y diversos encuentros de Jes?s que nos narran los evangelios. Hoy quisiera recordar el c?lebre episodio en el que el Se?or estaba en camino y uno ? un joven ? corri? a su encuentro y, arrodill?ndose, le plante? esta pregunta: ?Maestro bueno, ?qu? debo hacer para heredar la Vida eterna?" (Mc 10,17). Nosotros hoy quiz?s no lo dir?amos as?, pero el sentido de la pregunta es precisamente: qu? tengo que hacer, c?mo debo vivir para vivir realmente, para encontrar la vida. Por tanto, dentro de este interrogante podemos ver contenida la amplia y variada experiencia humana que se abre en busca del significado, del sentido profundo de la vida: c?mo vivir, para qu? vivir. La ?vida eterna?, de hecho, a la que hace referencia ese joven del Evangelio no indica solamente la vida despu?s de la muerte, no quiere s?lo saber c?mo llegar al cielo. Quiere saber: c?mo debo vivir ahora para tener ya la vida que despu?s podr? ser eterna. Por tanto en esta pregunta este joven manifiesta la exigencia de que la existencia cotidiana encuentre sentido, encuentre plenitud, encuentre verdad. El hombre no puede vivir sin esta b?squeda de la verdad sobre s? mismo ? qu? soy, para qu? debo vivir ? verdad que empuje a abrir el horizonte y a ir m?s all? de lo material, no para huir de la realidad, sino para vivirla de modo a?n m?s verdadero, m?s rico de sentido y de esperanza, y no s?lo en la superficialidad. Y creo que ?sta ? y lo he visto y o?do en las palabras de vuestro amigo ? es tambi?n vuestra experiencia. Los grandes interrogantes que llevamos dentro de nosotros permanecen siempre, renacen siempre: ?quienes somos?, ?de d?nde venimos? ?para qu? vivimos? Y estas preguntas son el signo m?s alto de la trascendencia del ser humano y de la capacidad que tenemos de no quedarnos en la superficie de las cosas. Y es precisamente mir?ndonos a nosotros mismos con verdad, con sinceridad y con valor como intuimos la belleza, pero tambi?n la precariedad de la vida, y sentimos una insatisfacci?n, una inquietud que nada concreto consigue llenar. Al final, todas las promesas se muestran a menudo insuficientes.
Queridos amigos, os invito a tomas conciencia de esta sana y positiva inquietud, a no tener miedo de plantearos las preguntas fundamentales sobre el sentido y el valor de la vida. No os qued?is en las respuestas parciales, inmediatas, ciertamente m?s f?ciles en el momento y m?s c?modas, que pueden dar alg?n momento de felicidad, de exaltaci?n, de ebriedad, pero que no dan la verdadera alegr?a de vivir, la que nace de quien construye ? como dice Jes?s ? no sobre la arena sino sobre la s?lida roca. Aprended entonces a reflexionar, a leer de modo no superficial, sino en profundidad vuestra experiencia humana: ?descubrir?is, con sorpresa y con alegr?a, que vuestro coraz?n es una ventana abierta al infinito! Esta es la grandeza del hombre y tambi?n su dificultad. Una de las ilusiones producidas en el curso de la historia es la de pensar que el progreso t?cnico-cient?fico, de modo absoluto, habr?a podido dar respuestas y soluciones a todos los problemas de la humanidad. Y vemos que no es as?. En realidad, aunque eso hubiese sido posible, nada ni nadie habr?a podido borrar las preguntas m?s profundas sobre el significado de la vida y de la muerte, sobre el significado del sufrimiento, de todo, porque estas preguntas est?n inscritas en el alma humana, en nuestro coraz?n, y sobrepasan la esfera de las necesidades. El hombre, tambi?n en la era del progreso cient?fico y tecnol?gico ? que nos ha dado tanto ? sigue siendo un ser que desea m?s, m?s que la comodidad y el bienestar, sigue siendo un ser abierto a la verdad entera de la existencia, que no puede detenerse en las cosas materiales, sino que se abre a un horizonte mucho m?s amplio. Todo esto vosotros lo experiment?is continuamente cada vez que os pregunt?is: ?pero por qu?? Cuando contempl?is un ocaso, o una m?sica mueve en vosotros el coraz?n y la mente; cuando experiment?is qu? significa amar de verdad; cuando sent?s fuertemente el sentido de la justicia y de la verdad, y cuando sent?s tambi?n la falta de justicia, de verdad y de felicidad.
Queridos j?venes, la experiencia humana es una realidad que nos une a todos, pero a ?sta se pueden dar diversos niveles de significado. Y es aqu? donde se decide de qu? forma orientar la propia vida y se elige a qui?n confiarla, a qui?n confiarse. El riesgo es siempre el de permanecer prisioneros en el mundo de las cosas, de lo inmediato, de lo relativo, de lo ?til, perdiendo la sensibilidad por lo que se refiere a nuestra dimensi?n espiritual. No se trata en absoluto de despreciar el uso de la raz?n o de rechazar el progreso cient?fico, al contrario; se trata m?s bien de comprender que cada uno de nosotros no est? hecho s?lo de una dimensi?n "horizontal", sino que comprende tambi?n la "vertical". Los datos cient?ficos y los instrumentos tecnol?gicos no pueden sustituir al mundo de la vida, a los horizontes del significado y de la libertad, a la riqueza de las relaciones de amistad y de amor.
Queridos j?venes, es precisamente en la apertura a la verdad entera de nosotros, de nosotros mismos y del mundo donde advertimos la iniciativa de Dios hacia nosotros. ?l sale al encuentro de cada hombre y le hace conocer el misterio de su amor. En el Se?or Jes?s, que muri? por nosotros y nos ha dado el Esp?ritu Santo, hemos sido hechos incluso part?cipes de la vida misma de Dios, pertenecemos a la familia de Dios. En ?l, en Cristo, pod?is encontrar las respuestas a las preguntas que acompa?an vuestro camino, no de modo superficial, f?cil, sino caminando con Jes?s, viviendo con Jes?s. El encuentro con Cristo no se resuelve en la adhesi?n a una doctrina, a una filosof?a, sino que lo que ?l os propone es compartir su misma vida, y as? aprender a vivir, aprender qu? es el hombre, qu? soy yo. A ese joven, que le hab?a preguntado qu? hacer para entrar en la vida eterna, es decir, para vivir de verdad, Jes?s le responde, invit?ndolo a separarse de sus bienes y a?ade: "?Ven! ?S?gueme!" (Mc 10,21). La palabra de Cristo muestra que vuestra vida encuentra significado en el misterio de Dios, que es Amor: un Amor exigente, profundo, que va m?s all? de la superficialidad. ?Qu? ser?a de vuestra vida sin ese amor? Dios cuida del hombre desde la creaci?n hasta el final de los tiempos, cuando llevar? a cumplimiento su proyecto de salvaci?n. En el Se?or Resucitado tenemos la certeza de nuestra esperanza. Cristo mismo, que descendi? a las profundidades de la muerte y est? resucitado, es la esperanza en persona, es la Palabra definitiva pronunciada sobre nuestra historia, es una palabra positiva.
No tem?is afrontar las situaciones dif?ciles, los momentos de crisis, las pruebas de la vida, porque el Se?or os acompa?a, est? con vosotros. Os animo a crecer en la amistad con ?l a trav?s de la lectura frecuente del Evangelio y de toda la Sagrada Escritura, la participaci?n fiel en la Eucarist?a como encuentro personal con Cristo, el compromiso dentro de la comunidad eclesial, el camino con un gu?a espiritual v?lido. Transformados por el Esp?ritu Santo podr?is experimentar la aut?ntica libertad, que es tal cuando est? orientada al bien. De este modo vuestra vida, animada por una continua b?squeda del rostro del Se?or y por la voluntad sincera de donaros a vosotros mismos, ser? para muchos coet?neos vuestros un signo, una llamada elocuente a hacer que el deseo de plenitud que est? en todos nosotros se realice finalmente en el encuentro con el Se?or Jes?s. ?Dejad que el misterio de Cristo ilumine toda vuestra persona! Entonces podr?is llevar en los diversos ambientes esa novedad que puede cambiar las relaciones, las instituciones, las estructuras para construir un mundo m?s justo y solidario, animado por la b?squeda del bien com?n. ?No ced?is a l?gicas individualistas y ego?stas! Que os conforte el testimonio de tantos j?venes que han llegado a la meta de la santidad: pensad en santa Teresa del Ni?o Jes?s, santo Domingo Savio, santa Maria Goretti, el beato Pier Giorgio Frassati, el beato Alberto Marvelli ? que es de esta tierra ? y tantos otros, desconocidos para nosotros, pero que vivieron su tiempo en la luz y en la fuerza del Evangelio y que encontraron la respuesta: c?mo vivir, qu? tengo que hacer para vivir.
Como conclusi?n de este encuentro, quiero confiar a cada uno de vosotros a la Virgen Mar?a, Madre de la Iglesia. Que como ella, pod?is pronunciar y renovar vuestro ?s? y proclamar siempre la grandeza del Se?or con vuestra vida, porque ?l os da palabras de vida eterna. ?nimo entonces, queridos y queridas, en vuestro camino de fe y de vida cristiana tambi?n yo estoy siempre cerca de vosotros y os acompa?o con mi Bendici?n. ?Gracias por vuestra atenci?n!
[Traducci?n del original italiano por Inma ?lvarez
?Libreria Editrice Vaticana]
Texto del micro radial de monse?or Jos? Mar?a Arancedo, arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, emitido por LT 9 (18 de junio de 2011). (AICA)
M?s all? del significado circunstancial que pueda tener hablar de un D?a del Padre, su persona lo merece. Su figura forma parte de esas relaciones primarias que hablan de nuestro origen y hacen a la realidad social de nuestra vida. Paternidad, maternidad, filiaci?n y fraternidad evocan esa realidad ?nica y personal que nos define socialmente. Ella pertenece a ese ?humus? del que provenimos y nos da identidad. Hoy queremos festejarlos y agradecerles, a?n sabiendo que su persona no nos determina de un modo absoluto, dado que con nuestra libertad nos engendramos a nosotros mismos.
Sin embargo, en esta misma autonom?a reconocemos su protagonismo en el don de la vida. Nuestro hoy seria impensable sin ellos. Qu? importante cuando su presencia o recuerdo es fuente de riqueza y sabidur?a, y que triste, en cambio, cuando su figura se va desdibujando. Hay algo que es propio en la responsabilidad de ser padre, pero tambi?n nos cabe a nosotros valorar su tarea como la sociedad sostener su misi?n.
La paternidad trasciende la dimensi?n meramente biol?gica de la procreaci?n, por ella pasa la genealog?a de una persona que tiene su inicio en Dios. Toda paternidad tiene su fundamento en Dios. Esto no disminuye su grandeza, por el contrario, la hace part?cipe de un acto creador ?nico y personal de Dios. La fe no niega el valor humano de la paternidad, sino que le da un sentido que la trasciende y enriquece, porque la contempla desde la verdad profunda de lo que es: ?Los padres, como ministros de la vida, nunca deben olvidar que la dimensi?n espiritual de la procreaci?n merece una consideraci?n superior a la reservada a cualquier otro aspecto? (Compendio Doctrina Social de la Iglesia, 237).
Esta conciencia y esta realidad la percibimos, particularmente en la catequesis familiar, cuando vemos los frutos de aquellos padres que asumen su responsabilidad y acompa?an a sus hijos en la Iniciaci?n Cristiana; la paternidad alcanza en ellos, un nivel de realizaci?n espiritual.
La paternidad, como la maternidad, tiene la riqueza del don y la sabidur?a del olvido de uno mismo: ?El deseo de paternidad no justifica ning?n derecho al hijo, en cambio, son evidentes los derechos del hijo, incluso de quien a?n no ha nacido, al que se deben garantizar las mejores condiciones de existencia, mediante la estabilidad de la familia fundada sobre el matrimonio y la complementariedad de las dos figuras, paterna y materna? (Compendio, 235). No siempre se dan las condiciones ideales de una familia, pero siempre debe estar presente la verdad del misterio de la vida y el significado de la mediaci?n de la paternidad y maternidad.
Que triste la ausencia del padre en la vida y la formaci?n del hijo, es un derecho que reclama y necesita. Cu?ntas veces la imagen de Dios Padre, que es fundamento de toda paternidad, sana estas heridas y suple su ausencia. La presencia de Dios es garant?a para el ni?o de saberse amado y nunca abandonado. Les dir?a a los padres en su D?a que Dios los ama y sostiene, y que es la fuerza que da sentido a la vocaci?n que est?n llamados a vivir.
Quiero unir a mi afecto mis oraciones por ustedes, que en este d?a van a ser festejados en sus familias. Tambi?n tengo presente a aquellos que ya no est?n, pero que nos han dejado con su vida un testimonio que nos acompa?a. Reciban de su Obispo que los valora, mi bendici?n en el Se?or Jes?s y Nuestra Madre de Guadalupe.?
Mons. Jos? Mar?a Arancedo, arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz?
ZENIT? nos ofrece la homil?a que Benedicto XVI pronunci? al presidir la celebraci?n eucar?stica en el estadio ol?mpico de Serravalle, durante la visita que?realiz? el domingo 19 de Junio de 2011? a San Marino.
Queridos hermanos y hermanas:
Es grande mi alegr?a poder partir con ustedes el pan de la palabra y el pan de la Eucarist?a y poder dirigirles, queridos Sanmarineses, mi m?s cordial saludo. Dirijo un pensamiento especial a los Capitanes Regentes y a las autoridades pol?ticas y civiles, presentes en esta celebraci?n eucar?stica; saludo con afecto a su Obispo, Mons. Luigi Negri, al que le agradezco por las corteses palabras que me ha dirigido, y con ?l a todos los sacerdotes y fieles de la di?cesis de San Marino-Montefeltro; saludo a cada uno de ustedes y les expreso el m?s vivo reconocimiento por la cordialidad y el afecto con el que me recibieron. He venido para compartir con ustedes las alegr?as y esperanzas, fatigas y empe?os, ideales y aspiraciones de esta comunidad diocesana. Se que tambi?n aqu? no faltan dificultades y preocupaciones. a todos quiero asegurar mi cercan?a y mi recuerdo en la oraci?n, a la que uno mi aliento a que perseveren en el testimonio de los valores cristianos, tan profundamente radicados en la fe y en la historia de este territorio y de la poblaci?n.
Celebramos hoy la fiesta de la Sant?sima Trinidad: Dios Padre y el Hijo y el Esp?ritu Santo. Cuando se piensa en la Trinidad generalmente viene a la mente el aspecto del misterio: son Tres y son Uno, un solo Dios en tres Personas. En cambio, la liturgia de hoy llama nuestra atenci?n sobre la realidad de amor contenida en este primer y supremo misterio de nuestra fe. El Padre, el Hijo y el Esp?ritu Santo son uno, porque Dios es amor: el padre da todo al Hijo; el Hijo recibe todo del Padre con reconocimiento; y el Esp?ritu Santo es como el fruto de este amor rec?proco del Padre y del Hijo. Los textos de la Santa Misa de hoy hablan propiamente del amor. No se detienen tanto sobre las tres personas divinas -solo una frase en la segunda lectura las menciona- sino sobre el amor que constituye la sustancia. La Unidad y la Trinidad al mismo tiempo.
El primer fragmento que hemos escuchado, extractado del Libro del ?xodo y sobre el cual me detuve en una reciente catequesis del mi?rcoles, es sorprendente, porque la revelaci?n del amor de Dios sucede despu?s de un grav?simo pecado del pueblo. Apenas se ha concluido el pacto de alianza en el monte Sina?, el pueblo ya falta a la fidelidad a Dios. La ausencia de Mois?s se prolonga y el pueblo pide a Aar?n que haga un Dios que sea visible, accesible, maniobrable, a la medida del hombre. Aaron consiente, y prepara el becerro de oro. Descendiendo del Sina?, Mois?s ve lo que ha sucedido y rompe las tablas de la alianza, dos piedras sobre las que estaban escritas las "Diez Palabras", el contenido concreto del pacto con Dios. Todo parece perdido, la amistad rota. Sin embargo, no obstante este grav?simo pecado del pueblo, Dios, por la intercesi?n de Mois?s, decide perdonar e invita a Mois?s a volver a subir al monte par recibir de nuevo su ley, los diez Mandamientos. Mois?s pide ahora a Dios que se revele, que le haga ver su rostro. Pero Dios no muestra el rostro, revela mas bien estar lleno de bondad con estas palabras: "El Se?or, Dios misericordioso y piadoso, lento a la c?lera y rico en amor y fidelidad" (Ex 34,8). Esta auto definici?n de Dios manifiesta su amor misericordioso: un amor que vence el pecado, lo cubre, lo elimina. No puede hacernos revelaci?n mas clara. Nosotros tenemos un Dios que renuncia a destruir al pecador y que quiere manifestar su amor todav?a de manera m?s profunda y sorprendente propiamente frente al pecador para ofrecer siempre la posibilidad de la conversi?n y del perd?n.
El Evangelio completa esta revelaci?n, porque indica hasta qu? punto Dios ha mostrado su misericordia. El evangelista Juan refiere esta expresi?n de Jes?s: Dios am? tanto al mundo hasta darle a su propio Hijo unig?nito, para que aquel que cree en ?l no se pierda, sino que tenga la vida eterna" (3,16). En el mundo hay mal, ego?smo, maldad y Dios podr?a venir para juzgar al mundo, para destruir el mal, para castigar a aquellos que obran en las tinieblas. En cambio ?l muestra que ama al mundo, que ama al hombre, no obstante su pecado, y env?a lo m?s precioso que tiene: su Hijo unig?nito. Y no s?lo Lo env?a, sino que lo dona al mundo. Jes?s es el Hijo de Dios que ha nacido para nosotros, que ha vivido para nosotros, que ha curado a los enfermos, perdonado los pecados, recibido a todos. Respondiendo al amor que viene del Padre, el Hijo ha dado su misma vida por nosotros: sobre la cruz el amor misericordioso de Dios alcanza el culmen. Y es sobre la cruz que el Hijo de Dios nos obtiene la participaci?n la vida eterna, que nos viene comunicada con el don del Esp?ritu Santo. As? en el misterio de la cruz est?n presentes las tres Personas divinas: el Padre, que dona a su Hijo unig?nito para la salvaci?n del mundo; el Hijo, que cumple hasta el fondo el designio del Padre; el Esp?ritu Santo -infundido por Jes?s en el momento de la muerte- que viene a hacernos participes de la vida divina, a transformar nuestra existencia, para que sea animada por el amor divino.
Queridos hermanos y hermanas! La fe en el Dios trinitario ha caracterizado tambi?n esta Iglesia de San Marino Montefeltro, en el curso de su historia antigua y gloriosa. La evangelizaci?n de esa tierra es atribuida a los santos Marino y Le?n, los cuales en la mitad del siglo II despu?s de Cristo habr?an desembarcado en Rimini desde la Dalmacia. Por su santidad de vida fueron consagrados uno sacerdote y el otro di?cono por el obispo Gaudencio y por ?l enviados tierra adentro, uno sobre el monte F?retro, que despu?s toma el nombre de San Leo, y el otro sobre el monte Titano, que despu?s toma el nombre de San Marino. Mas all? de las cuestiones hist?ricas -que no es nuestra tarea profundizar en este momento- interesa afirmar como Marino y Le?n trajeron en el contexto de esta realidad local, con la fe en el Dios revelado en Jesucristo, prospectivas y valores nuevos, determinando el nacimiento de una cultura y de una civilizaci?n centradas en la persona humana, imagen de Dios y por esto portador de derechos precedentes a toda jurisdicci?n humana. La variedad de las diversas etnias -romanos, (GOTI) y pueblos longobardos - que entran en contacto entre ellos, algunas veces tambi?n de modo conflictivo, encontraron en la com?n referencia a la fe un factor potente de edificaci?n ?tica, cultural, social y, de alg?n modo, pol?tica. Era evidente a sus ojos que no pod?a realizase un proyecto de civilizaci?n hasta que todos los componentes del pueblo no llegaran a ser una comunidad cristina viviente bien estructurada. Con raz?n, pues, se puede decir que la riqueza de este pueblo, la riqueza de ustedes, queridos Sanmarinenses, fue y es la fe, y que esta fe ha creado una civilizaci?n verdaderamente ?nica. Junto a la fe es necesario despu?s recordar la absoluta fidelidad al obispo de Roma, al cual esta Iglesia siempre ha mirado con devoci?n afecto; como tambi?n la atenci?n demostrada hacia la gran tradici?n de la Iglesia oriental y la profunda devoci?n a la Virgen Mar?a.
Ustedes est?n justamente orgullosos y reconocen cuanto el Esp?ritu Santo obr? a trav?s de los siglos en su Iglesia. Pero ustedes saben tambi?n que el mejor modo de apreciar una herencia es cultivarla y de enriquecerla. En realidad ustedes est?n llamados a desarrollar este precioso dep?sito en uno de los momentos m?s decisivos de la historia. Hoy, esta misi?n tiene que enfrentarse con profundas y r?pidas transformaciones culturales, sociales y pol?ticas, que han determinado nuevas orientaciones y han modificado la mentalidad, costumbres y la sensibilidad. Tambi?n aqu? de hecho, como en otros lugares, no faltan dificultades y obst?culos, debido sobre todo a modelos hedon?sticos que ofuscan la mente y amenazan con anular toda moralidad. Se ha insinuado la tentaci?n de considerar que la riqueza del hombre no es la fe, sino su poder personal y social, su inteligencia, su cultura y su capacidad de manipulaci?n cient?fica, tecnol?gica y social de la realidad. As?, tambi?n en esta tierra, se ha empezado a sustituir la fe y los valores cristianos por presuntas riquezas, que se revelan, al final, inconsistentes e incapaces de sostener la gran promesa de lo verdadero, del bien, de lo bello y justo que por siglos sus mayores han identificado con la experiencia de la fe. No van olvidadas las crisis de no pocas familias, agravada por la difusa fragilidad psicol?gica y espiritual de los c?nyuges, como tambi?n la fatiga experimentada por muchos educadores en el obtener continuidad formativa en los j?venes, condicionados por m?ltiples precariedades, la primera entre todas aquella del rol social y de la posibilidad de trabajo.
?Queridos amigos! Conozco bien el empe?o de cada componente de esta Iglesia particular para promover la vida cristiana en sus diversos aspectos. Exhorto a todos los fieles a ser como fermento en el mundo, mostr?ndose, sea en Montefeltro como en San Marino, como cristianos presentes, decididos y coherentes. Los Sacerdotes, los Religiosos y las Religiosas vivan siempre en la m?s cordial y efectiva comuni?n eclesial, ayudando y escuchando al Pastor diocesano. Tambi?n entre ustedes se advierte la urgencia de una recuperaci?n de las vocaciones sacerdotales y de especial consagraci?n: hago este llamado a las familias y a los j?venes, para que abran el ?nimo a una pronta respuesta a la llamada del Se?or. ?No nos arrepentimos jam?s de ser generosos con Dios! A ustedes laicos les recomiendo empe?arse activamente en la Comunidad, de modo que, junto a sus peculiares obligaciones c?vicas, pol?ticas, sociales y culturales, puedan encontrar tiempo y disponibilidad para la vida pastoral. ?Queridos Sanmarinenses! Permanezcan firmemente fieles al patrimonio construido en los siglos sobre el impulso de sus grandes Patronos, Marino y Le?n. Invoco la bendici?n de Dios sobre su camino de hoy y de ma?ana y a todos los encomiendo "a la gracia del Se?or Jesucristo, al amor de Dios y a la comuni?n del Esp?ritu Santo" (2Cor 13,11). ?Am?n!
[Traducci?n del original italiano por Guillermo Ortiz, SJ - Radio Vaticano
?Libreria Editrice Vaticana]
ZENIT? nos ofrece el discurso que Benedicto XVI pronunci?en la?tarde del domingo 19 de Junio de 2011 en el Palacio P?blico de San Marino, durante el encuentro que mantuvo con los miembros del Gobierno, del Congreso y del cuerpo diplom?tico acreditado ante la Rep?blica de San Marino.
?Seren?simos Capitanes Regentes, ilustres Se?ores y Se?oras!
Os agradezco con emoci?n el recibimiento; de manera particular expreso mi reconocimiento a los Capitanes Regentes, tambi?n por las amables palabras que me han dirigido. Saludo a los Miembros del Gobierno y del Congreso, as? como al Cuerpo diplom?tico y a todas las dem?s Autoridades aqu? reunidas. Al dirigirme a vosotros, abrazo idealmente al pueblo entero de San Marino. Desde su nacimiento, esta Rep?blica ha mantenido cordiales relaciones con la Sede Apost?lica, y en los ?ltimos tiempos ellas se han ido intensificando y consolidando; mi presencia aqu?, en el coraz?n de esta antigua Rep?blica, expresa y confirma esta amistad.
Hace mas de diecisiete siglos, conquistados al Evangelio por las predicaciones del di?cono Marino y por su testimonio de santidad, un grupo de fieles se congreg? en torno a ?l para dar vida a una nueva comunidad. Recogiendo esta preciosa herencia, los Sanmarinenses hab?is permanecido siempre fieles a los valores de la fe cristiana, anclando s?lidamente a ellos la propia convivencia pacifica, seg?n criterios de democracia y de solidaridad. A trav?s de los siglos, vuestros padres, conscientes de estas ra?ces cristianas, han sabido hacer fructificar el gran patrimonio moral y cultural que a su vez hab?an recibido, dando vida a un pueblo laborioso y libre, que, a pesar de lo exiguo del territorio, no ha dejado de ofrecer a las confinantes poblaciones de la Pen?nsula italiana y al mundo entero una especifica contribuci?n de civilizaci?n, caracterizada por la convivencia pacifica y el mutuo respeto.
Dirigi?ndome hoy a vosotros, me alegro por el apego a este patrimonio de valores, y os exhorto a conservarlo y a valorarlo, porque se encuentra en la base de vuestra identidad mas profunda, una identidad que pide a la gente y a las instituciones sanmarinenses ser asumida en plenitud. Gracias a ella, se puede construir una sociedad atenta al verdadero bien de la persona humana, a su dignidad y libertad, y capaz de salvaguardar el derecho de todo pueblo a vivir en paz. Son estos los cimientos de la sana laicidad, en el interior de la cual deben actuar las instituciones civiles, en su constante compromiso en defensa del bien com?n. La Iglesia, respetuosa de la leg?tima autonom?a de la que el poder civil debe gozar, colabora con ?l, al servicio del hombre, en la defensa de sus derechos fundamentales, de aquellas instancias ?ticas que est?n inscritas en su misma naturaleza. Por eso la Iglesia se compromete para que las legislaciones civiles promuevan y tutelen siempre la vida humana, desde la concepci?n hasta su fin natural. Adem?s, pide para la familia el debido reconocimiento y un apoyo efectivo. De hecho, sabemos bien, que en el contexto actual la institucional familiar se pone en tela de juicio, casi en un intento de ignorar su irrenunciable valor. Los que sufren las consecuencias son los grupos sociales mas d?biles, especialmente las j?venes generaciones, mas vulnerables y por eso mas f?cilmente expuestas a la desorientaci?n, a situaciones de automarginaci?n y a la esclavitud de las dependencias. A veces las realidades educativas se afanan en dar a los j?venes respuestas adecuadas y, disminuyendo el apoyo familiar, a menudo estos se ven con obst?culos para una normal inserci?n en el tejido social. Tambi?n por eso es importante reconocer que la familia, tal como Dios la ha constituido, es el principal sujeto que puede favorecer un crecimiento armonioso y hacer madurar personas libres y responsables, formadas en valores profundos y perennes.
En el trance de dificultades econ?micas en el que se encuentra tambi?n la Comunidad Sanmarinense, en el contexto italiano e internacional, la m?a quiere ser una palabra de aliento. Sabemos que los a?os sucesivos al segundo conflicto mundial han sido un tiempo de estrechez econ?mica, que ha obligado a miles de vuestros conciudadanos a emigrar. Ha venido despu?s un periodo de prosperidad, sobre las huellas del desarrollo del comercio y del turismo, especialmente el estival favorecido por la cercan?a de la costa adri?tica.
En estas fases de relativa abundancia a menudo se verifica una cierta p?rdida del sentido cristiano de la vida y de los valores fundamentales. Sin embargo, la sociedad Sanmarinense manifiesta todav?a una buena vitalidad y conserva sus mejores energ?as; lo prueban m?ltiples iniciativas caritativas y de voluntariado a las que se dedican numerosos conciudadanos vuestros. Quisiera tambi?n recordar a los numerosos misioneros sanmarinenses, laicos y religiosos, que en las ?ltimas d?cadas han dejado esta tierra para llevar el Evangelio de Cristo a varias partes del mundo. No faltan por tanto las fuerzas positivas que permitir?n a vuestra Comunidad enfrentar y superar la actual situaci?n de dificultad. Con tal prop?sito, auspicio que la cuesti?n de los trabajadores fronterizos, que ven en peligro la propia ocupaci?n, se pueda resolver teniendo en cuenta el derecho al trabajo y la tutela de las familias.
Tambi?n en la Rep?blica de San Marino, la situaci?n actual de crisis impulsa a volver a proyectar el camino y se vuelve ocasi?n de discernimiento (cfr Enc Caritas in veritate, 21); en efecto, pone a todo el tejido social ante la impelente exigencia de afrontar los problemas con valent?a y sentido de responsabilidad, con generosidad y dedicaci?n, haciendo referencia a aquel amor a la libertad que distingue a vuestro pueblo.
En este contexto, quisiera repetiros las palabras que dirigi? el Beato Juan XXIII a los Regentes de la Rep?blica de San Marino, durante una visita oficial que ellos realizaron a la Santa Sede:?
?El amor a la libertad ? dec?a mi Predecesor ? tiene entre vosotros exquisitamente ra?ces cristianas y vuestros padres, percibiendo su verdadero significado, os ense?aron a no separar nunca su nombre del de Dios, que es su fundamento insustituible??(Discurso, Mensajes, Coloquios del Santo Padre Juan XXIII, I, 341-343: AAS 60 (1959), 423-424).?
Esta advertencia conserva a?n hoy su valor imperecedero: la libertad que las instituciones est?n llamadas a promover y a defender en el ?mbito social, manifiesta una m?s grande y profunda, aquella libertad animada por el Esp?ritu de Dios, cuya presencia vivificante en el coraz?n del hombre da a la voluntad la capacidad de orientarse y de decidirse por el bien. Como afirma el ap?stol Pablo: ?Pues Dios es quien obra en vosotros el querer y el obrar, como bien le parece? (Fil 2,13). Y san Agust?n, comentando este pasaje subraya: ?Es cierto que somos nosotros los que queremos, cuando queremos; pero el que hace que queramos el bien es ?l?, es Dios, y a?ade: ?Por el Se?or ser?n dirigidos los pasos del hombre y el hombre querr? seguir su camino? (De gratia et libero arbitrio, 16, 32).
A vosotros, por tanto, Se?ores y Se?oras, os corresponde la tarea de construir la ciudad terrenal en la debida autonom?a y en el respeto de aquellos principios humanos y espirituales a los que cada ciudadano est? llamado a adherirse con toda la responsabilidad de su propia conciencia personal; y, al mismo tiempo, el deber de seguir obrando activamente para construir una comunidad fundada en valores compartidos.
Seren?simos Capitanes Regentes e ilustres autoridades de la Rep?blica de San Marino, expreso de coraz?n el anhelo de que toda su Comunidad, en la comuni?n de los valores civiles y con sus espec?ficas peculiaridades culturales y religiosas, pueda escribir una nueva y noble p?gina de historia y sea cada vez m?s una tierra en la que prosperen la solidaridad y la paz. Con estos sentimientos encomiendo a este amado pueblo a la maternal intercesi?n de la Virgen de las Gracias y de coraz?n invoco sobre todos y cada uno la Bendici?n Apost?lica.
[Traducci?n del original italiano por Patricia Navas
?Libreria Editrice Vaticana]
ZENIT nos ofrece a continuaci?n las palabras con las que el Papa introdujo la oraci?n del ?ngelus?el domingo 19 de Junio de 2011 en el estadio ol?mpico de Serravalle, al final de la celebraci?n eucar?stica que celebr? all? con miles de personas, durante la visita que esta realizando hoy a la Rep?blica de San Marino.
Queridos hermanos y hermanas, mientras nos preparamos para concluir esta celebraci?n, la hora del mediod?a nos invita a dirigirnos en oraci?n a la Virgen Mar?a. Tambi?n en esta tierra, nuestra Madre Sant?sima es venerada en diversos Santuarios, antiguos y modernos. A ella le conf?o a todos vosotros y a toda la poblaci?n de San Marino y Montefeltrina, de manera particular a las personas que sufren en el cuerpo y en el esp?ritu. Un pensamiento de especial reconocimiento dirijo en este momento a todos los que han cooperado en la preparaci?n y organizaci?n de esta visita m?a. ?Gracias de coraz?n!
Estoy contento de recordar que este d?a en Dax, en Francia, es proclamada Beata Sor Margarita Rutan, Hija de la Caridad. En la segunda mitad del siglo XVIII, ella trabaj? con gran compromiso en el Hospital de Dax, en las tr?gicas persecuciones que siguieron a la Revoluci?n, fue condenada a muerte por su fe cat?lica y la fidelidad a la Iglesia.
[En franc?s, dijo:]
Participo espiritualmente en la alegr?a de las Hijas de la Caridad y de todos los fieles que, en Dax, participan en la Beatificaci?n de Sor Margarita Rutan, testimonio luminoso del amor de Cristo a los pobres.
[Continuando en italiano, dijo:]
Finalmente, deseo recordar que ma?ana se celebra la Jornada Mundial del Refugiado. En esta circunstancia, este a?o se celebra el sexag?simo aniversario de la adopci?n de la Convenci?n internacional que tutela a cuantos son perseguidos y obligados a huir de sus propios pa?ses. Invito por tanto a las autoridades civiles y a toda persona de buena voluntad a garantizar acogida y dignas condiciones de vida a los refugiados, en espera de que puedan volver a la patria libremente y con seguridad.
[Traducci?n del original italiano por Patricia Navas
?Libreria Editrice Vaticana]
ZENIT publica el comentario al Evangelio del domingo decimoquinto? del tiempo ordinario (Mateo 13, 1-23), 10 de julio, que ha redactado monse?or Jes?s Sanz Montes, ofm, arzobispo de Oviedo.
Evangelio del domingo: La semilla de Dios en mi libertad
??????????? Este domingo se nos habla de semillas, de lluvia que las riegan, de libertad que permite que sencillamente sean. Acaso para nuestra cultura tecnificada y asf?ltica, puede que nos venga raro o lejano el discurso, pero vale la pena asomarse a ?l humildemente, como quien puede y quiere aprender algo que nos corresponde de veras. Cuando el hombre se abre al don de Dios manifestado en su Palabra, ceden las esclavitudes y saltan nuestras cadenas, y empezamos a ser en ver?dad hijos de Dios como nos dice la segunda lectura (Rom 8,18-23). No siempre la libertad del hombre est? abierta al don de Dios, por eso existe un gemido, una tristeza, una frustraci?n que nos vela la gloria para la cual hemos sido hechos.
????????????????? La Gracia de Dios es como la lluvia, nos dibuja bellamente Isa?as en la primera lectura, pero si nuestros cauces de absorci?n est?n embotados, cerrados a cal y canto,? ?l respetar? delicadamente nuestra cerraz?n y ni siquiera nos humedecer? el m?s grande de los torrentes, por m?s que Dios quiera empaparnos. Este es el plan de Dios, su proyecto y su deseo. Pero ?l no lo impone, sino que lo propone, dejando la ?ltima palabra a nuestra libertad. Tremendo misterio y responsabilidad.
????????????????? As? se entiende esta par?bola que Jes?s mismo explica a sus disc?pulos. La semi?lla es la misma, pero los terrenos de acogida no. Y aqu? est? la cuesti?n, como pl?stica?mente va desgranando la par?bola: no entender la Palabra de Dios porque no nos ha calado (la semilla que cae en el camino); no cuidar eso que se ha entendido ya pero que no nos ha llegado hasta el fondo de nuestro coraz?n (la que cae en terreno pedregoso); pretender escuchar al mismo tiempo a Dios y a otros que contra ?l hablan, y?ndonos al final tras los seductores de turno haciendo as? est?ril lo que el Se?or sembr? en noso?tros (lo sembrado entre zarzas).
????????????????? Pero tambi?n existe el terreno humilde, que acoge con sencillez, aunque sea lento e incluso torpe en asimilar. Importa menos la celeridad y la cantidad del fruto (unos dan ciento, otros sesenta, otros treinta por uno), lo ?nico importante es haber acogido esa semilla de su Palabra y que nos fecundice. ?No quiere Dios sembrarse en nosotros para en nosotros fructificar otra vez el don de la paz y de la gracia, el de la luz y la miseri?cordia, el del perd?n y la alegr?a... todos esos frutos que nuestro amado mundo no con?sigue fabricarse y que sin embargo necesita m?s que nunca? ?Qu? hermosa es la vida de tanta gente sencilla que sin tron?os ni alharacas se han dejado fecundar por Dios, por su lluvia y su semilla! El pueblo nuevo de Dios es un pueblo que huele a tierra mojada de la que nacer? en libertad ese mundo seg?n el coraz?n de Dios. Basta no cerrarse. Basta creerlo, acogerlo y compartirlo. Ojal? tengamos o?dos para o?r, coraz?n para acoger y manos para compartir la semilla de cuanto ?l hace y dice en nuestra peque?ez.
Reflexi?n a las lecturas del domingo quince del Tiempo Ordinario - A, ofrecida por el sacerdote Don Juan Manuel P?rez Pi?ero bajo el ep?grafe "ECOS DEL D?A DEL SE?OR".
ECOS DEL D?A DEL SE?OR
Domingo 15 del T.?Ordinario?A?
Queridos amigos y amigas:
La escena que nos presenta el Evangelio de este domingo no puede ser m?s hermosa: ?Jes?s que sale de casa a ense?ar?!
Y se re?ne tanta gente, que tiene que subirse a una barca y, desde la barca, les habla con un lenguaje sencillo, que pueden entender todos. ?Qu? escena, que cuadro m?s hermoso! ?No te lo imaginas?: Jes?s desde la barca ense?ando a una multitud.
Y el texto evang?lico a?ade: ?Les habl? mucho rato en par?bolas?, es decir, comparaciones sencillas que todo el mundo entiende y al, mismo tiempo -?qu? misterio!- en las que ?los sabios y entendidos? tropiezan porque ?miran sin ver y escuchan sin o?r ni entender?.
Estos domingos el Evangelio de S. Mateo nos va presentando las? ?par?bolas del Reino? que suelen comenzar diciendo: ?El reino de los cielos se parece a??
La par?bola de este domingo es la del ?Sembrador?. Un texto verdaderamente hermoso.
Se imagina el Se?or un agricultor que, que sale a sembrar? Y al echar? la semilla,? cae en diversos tipos de tierra: al borde del camino, en terreno pedregoso, entre zarzas, en tierra buena. Y como diversa es la tierra, diverso es tambi?n el resultado de la siembra.
A llegar a casa explica a los disc?pulos lo que significa la par?bola?
La par?bola va dirigida a los que escuchan? De los que no escuchan, de los alejados, que dir?amos hoy, no dice nada? ? ? Hoy va para los cristianos practicantes, los que escuchan su Palabra, los que van a Misa?
A la luz de esta par?bola? hay que reflexionar seria y detenidamente sobre esta cuesti?n fundamental: ?Qu? clase de tierra soy yo?
Tendr?amos que preguntarnos, en concreto: ?En qu? clase de tierra est? cayendo la Palabra de Dios en mi vida?
?Ser? borde del camino donde no se entiende la Palabra, y el Maligno roba lo sembrado en el coraz?n?
?Ser? terreno pedregoso donde la Palabra de Dios se escucha y se acepta con alegr?a, pero no queda bien ?enraizada?, no hay constancia y, en cuanto llega una dificultad o ?persecuci?n por la Palabra?,? sucumbe?
?Ser? yo zarzas donde la Palabra de Dios se escucha, pero los afanes de la vida y la seducci?n de las riquezas la ahogan y se queda est?ril?
?O ser?, por ventura, tierra buena, donde la Palabra se entiende y da fruto?
?Tendr? esa dicha? Y cu?nto fruto doy??Ser? el ciento por uno? ?O ser?, m?s bien, el setenta o el treinta?
Es ?sta una de las cuestiones m?s importante que podemos plantearnos en la vida? Y hemos de estar siempre pendientes porque es una cuesti?n decisiva? De vida o de muerte en nuestra existencia ?cristiana?
No olvidemos que el agricultor es paciente? Pero tambi?n muy exigente. Tiene que garantizar los recursos que necesita en su vida.
Y cuando no los consigue, se deja la agricultura ?para dedicarse a ?otro trabajo m?s rentable y m?s seguro?
Ya nos advierte el Se?or: ?Yo soy la vid y mi Padre es el vi?ador a todo sarmiento m?o que no da fruto, lo arranca y a todo el que da fruto, lo poda para que d? m?s fruto? (Jn 15, 1-2).
?Que d? m?s fruto?. ?Ese es el anhelo de todo agricultor.
Y el agricultor, el sembrador, por antonomasia, es Jesucristo, el Se?or?
?Y si veo que soy tierra mala, en la que ?la simiente no produce ni siquiera el treinta por uno?, ??qu? voy a hacer?
Muy sencillo. ?Cambiar la tierra, renovar la tierra?!
Los agricultores lo saben hacer muy bien: Van enriqueciendo la tierra: Van echando un poco de tierra nueva y abono? Y va cambiando el terreno? Y comienza a dar fruto la simiente.
Pero hay m?s. Es lo que observaba de ni?o en mi pueblo, en las Bre?as (La Palma): Hab?an unos terrenos ?ridos en la cercan?a del mar. Era un terreno volc?nico y la poca tierra que hab?a, era mala?
?Qu? hicieron entonces los propietarios? Trabajaron el terreno y trajeron ?toda la tierra? en camiones desde otros lugares? Parece una cosa irreal, pero yo lo recuerdo muy bien. Y con la tierra nueva iban formando los canteros? Uno y otro? Hasta que consegu?an toda una finca. Y sembraban la platanera? Y all? comenz? a llegar agua abundante. ??El ?xito fue rotundo?! Terreno volc?nico, tierra buena, sol y agua abundante, ?cosecha abundante y garantizada!?
Y es que la semilla, la Palabra de Dios, tiene una energ?a, una capacidad enorme como nos recuerda la primera lectura. Lo dem?s es cosa de la tierra.
Por eso es siempre posible que se realice en nosotros lo que proclamamos hoy en el salmo responsorial: ?La semilla cay? en tierra buena y dio fruto?.?
Junto con estas sencillas reflexiones les hago llegar a todos mis mejores deseos y un feliz D?a del Se?or.
ZENIT? nos?ofrece el discurso que el Santo Padre Benedicto XVI ha dirigido a los obispos de la Conferencia Episcopal de la India (IV grupo), con ocasi?n de la Visita ad Limina Apostolorum.
Queridos hermanos obispos,
estoy contento de daros la bienvenida en ocasi?n de vuestra visita ad Limina Apostolorum, un tiempo privilegiado en el que se profundizan los lazos de fraternidad y de comuni?n entre la Sede de Pedro y las Iglesias particulares que ustedes conducen. Deseo agradecer a monse?or Malayappan Chinnappa por los cordiales sentimientos que ha expresado en vuestro nombre y en el nombre de aquellos a los que pastore?is. Un c?lido saludo a los sacerdotes, hombres y mujeres religiosos, y a todos los fieles laicos que est?n confiados a vuestro cuidado pastoral. Por favor aseguradles mi atenci?n y mis oraciones.
Continuando estas reflexiones sobre la vida de la Iglesia en la India, me gustar?a dirigir una palabra a vosotros, queridos hermanos obispos, sobre vuestras responsabilidades hacia el clero y los religiosos y religiosas del pa?s. Por la imposici?n de las manos y la invocaci?n del Esp?ritu Santo, se les nombra Pastores del pueblo de Dios, y est?is llamados a ense?ar, santificar y gobernar las Iglesias locales. Hac?is esto a trav?s de la ense?anza del Evangelio, la celebraci?n de los Sacramento, y vuestra supervisi?n de la santidad y la acci?n pastoral efectiva del clero. A trav?s de ellos, sois m?s capaces de llegar de forma m?s eficiente a los religiosos y a los laicos a vuestro cuidado. Tambi?n est?is llamados a gobernar con caridad a trav?s de una vigilancia prudente con vuestras capacidades legislativas, ejecutivas y judiciales (cf.?C?digo de Ley Can?nica, cc. 384-394). En este delicado y exigente papel, el obispo, como pastor y padre, debe unir y moldear a su reba?o en una familia, donde todos, conscientes de sus deberes, quieran vivir y actuar como si fueran uno en la caridad (cf.?Christus Dominus, 16). Promoviendo este carisma de unidad, que es un testimonio poderoso de la unicidad de Dios y un signo de que la Iglesia es una. Cat?lica y apost?lica, es una de las responsabilidades m?s importantes del obispo. En las muchas tareas que requieren su atenci?n orante, queridos obispo, reconoc?is la presencia del Esp?ritu del Se?or que est? activo en la Iglesia. El Esp?ritu, prometido a todos en el Bautismo, se derrama sobre el pueblo de Dios para guiarlos y santificarlos en la Confirmaci?n, anhela unir a todos los cristianos con los lazos de la fe, esperanza y caridad. Por vuestro ministerio est?is llamados a fortalecer a las personas que Dios ha elegido para s?, para servirlas y construirlas como un templo unificado, digna morada para el Esp?ritu Santo, sean j?venes o viejos, hombres o mujeres, ricos o pobres. El Se?or, por el derramamiento de su sangre, ha rescatado a las personas de toda raza, lengua, pueblo y naci?n (cf.?Ap?5:9). Por tanto os animo a seguir en el servicio de unidad y, dirigiendo a su pueblo con el ejemplo, para conducir a la gente a la que lider?is a una profunda comuni?n, fraternidad y paz.
Una de las maneras en la que la comuni?n de la Iglesia se manifiesta claramente es en la relaci?n particularmente importante que existe entre vosotros y vuestros sacerdotes, sean diocesanos o religiosos, que comparten y ejercitan con vosotros el ?nico sacerdocio de Cristo. Juntos en vuestras di?cesis, form?is un cuerpo sacerdotal y una familia, de la que sois el padre (cf.?Christus Dominus, 29). Por tanto deb?is ser apoyo para vuestros sacerdotes, vuestros colaboradores cercanos, estando atentos a sus necesidades y aspiraciones, siendo sol?citos con su bienestar espiritual, intelectual y material. Ellos, como hijos y colaboradores, est?n llamados a respetar vuestra autoridad, trabajando con alegr?a humildad y dedicaci?n completa para el bien de la Iglesia, pero siempre bajo vuestra direcci?n. Los lazos de amor fraternal y de preocupaci?n mutua que deb?is fomentar entre vuestros sacerdotes constituir?n la base para superar las tensiones que puedan surgir y promover las condiciones m?s adecuadas para servir al pueblo de Dios, edific?ndoles espiritualmente, ayud?ndoles a conocer su valor y as? asumir la dignidad que les corresponde como hijos de Dios. Por otra parte el testimonio del amor rec?proco y de servicio entre vosotros y vuestros sacerdotes -sin tener en cuenta la casta o etnia sino centrados en el amor de Dios, la difusi?n del Evangelio y la santificaci?n de la Iglesia- es necesario para la gente a la que serv?s. Ellos buscan en vosotros y en vuestros sacerdotes un modelo de santidad, amistad y armon?a que habla a sus corazones y les ense?a con el ejemplo, como vivir el nuevo mandamiento del amor.
Los religiosos y religiosas tambi?n os buscan como gu?as y apoyo. El testimonio de vuestro profundo amor por Jesucristo y su Iglesia servir? para inspirarlos en su dedicaci?n a la pobreza, castidad y obediencia de la vida a la que han sido llamados. Se sentir?n confirmados en su vocaci?n por vuestra fe, ejemplo y confianza en Dios. En este sentido, en uni?n con ellos, dar?is gran testimonio ante los hombres y las mujeres de nuestro tiempo del hecho de que, mientras que este mundo pasa r?pidamente (cf.?1 Cor?7:31), quien hace la voluntad de Dios permanece (cf.?1 Jn?2:17).
El testimonio radiante de la vida consagrada es, por supuesto, un tesoro para los que han sido agraciados con esta vocaci?n, pero tambi?n lo es para el resto de la Iglesia. A trav?s de una cooperaci?n cercana con los superiores religiosos, continuad supervisando que los miembros de los institutos religiosos de vuestras di?cesis vivan sus particulares carismas en plenitud y en armon?a con los sacerdotes y fieles laicos. Adem?s de garantizar que reciban una s?lida base humana, espiritual y teol?gica, aseguraos de que reciban una formaci?n completa que les ayude a madurar en todos los aspectos de su vida consagrada. Debido a la singular contribuci?n realizada por todos los religiosos, hombres y mujeres, contemplativos y activos, a la misi?n de la Iglesia, y por su papel como protagonistas de la evangelizaci?n a trav?s de la oraci?n y la s?plica, educaci?n, atenci?n sanitaria, caridad y otros apostolados, sus carismas continuar?n reforzando la comunidad eclesial en su conjunto y enriqueciendo en gran manera a la sociedad. De modo particular, deseo expresar el aprecio de la Iglesia por las muchas mujeres religiosas de la Iglesia en la India. Dan un gran testimonio de su santidad, vitalidad y esperanza. Ofrecen innumerables oraciones y realizan infinidad de buenas obras, que a menudo no se ven, pero que son de gran valor para la edificaci?n del Reino de Dios. Os pido que las anim?is en su vocaci?n, y que invit?is a las j?venes a considerar este tipo de vida que se realiza en el amor de Dios y en el servicio a los dem?s.
Con estos pensamientos, queridos hermanos obispos, expreso mi afecto fraternal y estima. Invocando sobre vosotros la maternal intercesi?n de Mar?a, Madre de la Iglesia, y asegur?ndoos mis oraciones por vosotros y por los que se conf?an a vuestro cuidado pastoral, con alegr?a os imparto mi Bendici?n Apost?lica como prenda de la gracia y de la paz en el Se?or.
Traducci?n del original ingl?s por Carmen ?lvarez
?Libreria Editrice Vaticana]
Homil?a de monse?or Luis T. St?ckler, obispo de Quilmes, para la Fiesta de Pentecost?s (12 de junio de 2011). (AICA)
EL ESP?RITU DE DIOS???????????
?El Esp?ritu Santo que durante largo tiempo ha sido como un Dios desconocido, con los movimientos eclesiales ha entrado en la conciencia? de muchos cristianos. De rezos pausados de oraciones al Esp?ritu se lleg? a su experiencia din?mica que apela a la profundidad del coraz?n y se manifiesta visiblemente. Y en la Biblia se descubre de nuevo su presencia en la historia, desde la creaci?n hasta el tiempo de la Iglesia.
En los inicios el Esp?ritu se cern?a sobre las aguas, dando forma y vida a lo que Dios iba creando. El universo entero es su obra y un reflejo de su asombrosa diversidad en la unidad. Todo lo que la ciencia va descubriendo de la creaci?n en su? grandeza, nos causa estupor y veneraci?n frente al misterio. Percibimos espont?neamente que detr?s de este mundo, tanto en sus dimensiones ?infinitas cuanto en su organizaci?n microsc?pica, hay un esp?ritu superior que no forma parte del mismo mundo. Nosotros, los hombres, por ser dotados de inteligencia, somos ?capaces de conocerlo.? Pero nuestra libertad tambi?n hace posible que lo ignoremos.
Dios, sin embargo, no abandona la? obra de sus manos. En la historia de la salvaci?n eligi? hombres y mujeres para que el Esp?ritu actuara a trav?s de ellos para orientar a los dem?s. Juan el Bautista fue el ?ltimo en el Antiguo Testamento al que colm? con sus dones. Pero la manifestaci?n mayor fue, cuando de manera ?nica fecund? el seno de Mar?a, para que diera a luz al Hijo de Dios encarnado. Sobre ?l repos? el Esp?ritu, dando cumplimiento a la profec?a mesi?nica de Isa?as: ?El Esp?ritu del Se?or est? sobre m?, porque me ha consagrado por la unci?n?. ?Fue el Esp?ritu que llev? a Jes?s al desierto para enfrentar al maligno; fue por el poder del Esp?ritu que expulsaba a los demonios; y prometi? el Esp?ritu a sus amigos en la hora, cuando tengan que defenderse ante las autoridades. ?Es el Esp?ritu que les iba a? ense?ar y recordar todo lo que Cristo hab?a dicho y los conducir?a a la verdad completa. Para esto el Se?or ten?a que ser glorificado por su muerte y su resurrecci?n. Primero ?l ten?a que entregar su esp?ritu en las manos del Padre, para darlo despu?s como resucitado a los ap?stoles, soplando sobre ellos. Y finalmente, en Pentecost?s derram? profusamente el Esp?ritu sobre la comunidad de los creyentes. El Esp?ritu que se hab?a acostumbrado a vivir en el hombre en la persona de Jes?s, como dice San Ireneo, sali? de ?l para entrar en los disc?pulos para que formaran con Cristo un solo cuerpo. As? naci? en Pentecost?s la Iglesia, como comuni?n de amor en el Esp?ritu.
En ella ?cada uno y cada una participamos de la diversidad de dones, de ministerios, de actividades, que proceden del mismo Esp?ritu. No hay nadie que no haya recibido un don. El Esp?ritu quiere? manifestarse por nosotros para el bien com?n. Lo que hemos recibido gratuitamente, con generosidad debemos brindarlo. La expansi?n de la fe que produjo el Esp?ritu Santo en Pentecost?s no ha llegado todav?a a su fin. La misi?n sigue. Y nos toca ahora a nosotros anunciar a Cristo a los alejados y a los que todav?a no lo conocen, para que el Esp?ritu pueda darles la vida en plenitud.??
Mons. Luis T. St?ckler, obispo de Quilmes?
Homil?a de monse?or H?ctor Aguer, arzobispo de La Plata, en la misa de colaci?n de los ministerios del lectorado y el acolitado (Iglesia del Seminario, 11 de junio de 2011). (AICA)
HOMBRES BUENOS, LLENOS DEL ESP?RITU SANTO Y DE FE????????????
?La memoria lit?rgica de hoy nos invita a venerar a uno de los principales protagonistas de la primera generaci?n cristiana. Se llamaba Jos?, pero los ap?stoles le impusieron el nombre de Bernab?, y con ese nombre lo conocemos. Todos los datos que poseemos de su vida nos han sido transmitidos por el Nuevo Testamento. Sabemos que era de estirpe lev?tica, nacido en la isla de Chipre, creyente fervoroso y desprendido; ?l se distingui? por su generosidad al aportar a la comuni?n fraterna de bienes que se practicaba en la Iglesia de Jerusal?n el dinero obtenido en la venta de un campo de su propiedad (cf. Hech. 4, 36 s.). Era un hombre que gozaba de la confianza de los Doce; cuando Pablo, reci?n convertido, era visto con desconfianza por la comunidad de los disc?pulos, Bernab? se hizo cargo de ?l y lo present? a los ap?stoles. ?stos lo enviaron a Antioqu?a para fortalecer con su ense?anza a la Iglesia all? fundada, en la que se habr?an integrado ya paganos que? abrazaron la fe. San Lucas, en el libro de los Hechos de los Ap?stoles, lo menciona como el primero entre los profetas y doctores que enriquec?an a aquella Iglesia con su ministerio. Su nombre, Bernab?, significa hijo de la consolaci?n, o de la profec?a; quiz? simplemente se quiso se?alar con ?l que era profeta ?en hebreo se dice nab?- ya que se identificaba como tal a quien por inspiraci?n del Esp?ritu Santo pronunciaba palabras de edificaci?n espiritual, de exhortaci?n y consuelo. El t?tulo de maestro, o doctor ?did?skalos en el griego original- se dispensaba a quienes se ocupaban de la instrucci?n de la comunidad; recog?an, conservaban y transmit?an la tradici?n que se plasmaba en la Iglesia, a la vez que cuidaban de su interpretaci?n y de su aplicaci?n pr?ctica. Bernab? acompa?? a Pablo en el primer viaje misionero, de su vida posterior s?lo hay pocos datos aislados; seg?n la tradici?n padeci? el martirio en su isla natal. El t?tulo m?s noble que se le asigna es el de ap?stol. Jes?s mismo es llamado as? por el autor de la Carta a los Hebreos (3, 1): Ap?stol y Sumo Sacerdote de la fe que profesamos. Los ap?stoles son, por excelencia, los Doce, que recibieron su misi?n directamente de Cristo y fueron testigos de su resurrecci?n. Pablo puede sumarse a ese n?mero, aunque ?l mismo se reconoce como el ?ltimo de los ap?stoles que no merece ser llamado as? (1 Cor. 15, 9). El nombre glorioso se aplica? tambi?n a Bernab? (cf. Hech. 14, 4) y a otros misioneros como Andr?nico y Junias (cf. Rom. 16, 7).
En la primera lectura de hoy hemos escuchado un bell?simo elogio de San Bernab?: var?n bueno, lleno de Esp?ritu Santo y de fe (Hech. 11, 24). Es ?sta una descripci?n que se ajusta con propiedad a lo que debe ser un ministro de la Iglesia. Bueno, lleno de Esp?ritu Santo, de mucha fe: las tres cualidades est?n ?ntimamente vinculadas entre s?.
Agath?s no debe reducirse al significado de bondadoso, apacible, inclinado a hacer el bien. El adjetivo expresa integridad y perfecci?n; podemos aplicar a la cualidad de una persona lo que se afirma en la determinaci?n del acto moral: bonum ex integra causa. Recordemos la sentencia de Jes?s: s?lo Dios es bueno (Lc. 18, 19), afirmaci?n que se refiere a la bondad esencial de Dios, de la que derivan todos los bienes creados, de la que proceden los bienes de la salvaci?n. Cristo es el Sumo Sacerdote de los bienes futuros (Hebr. 9 11), que ha venido para comunicarlos a sus disc?pulos; son los bienes verdaderos que les hacen triunfar del pecado y de la muerte. Los cristianos recibimos esos bienes y estamos llamados a multiplicarlos en nuestra vida mediante la obediencia a los mandatos del Se?or, especialmente en el ejercicio del amor. San Pablo nos dice que fuimos creados en Cristo Jes?s, a fin de realizar aquellas buenas obras que Dios prepar? de antemano para que las practic?ramos (Ef. 2, 10). Ser bueno, como explica Juan Pablo II consiste en pertenecer a Dios, obedecerle, caminar humildemente con ?l practicando la justicia y amando la piedad (Veritatis splendor, 11).
Queridos hijos que van a ser instituidos lectores y ac?lito: ustedes son llamados, respectivamente, a servir a la Palabra de Dios y a la Eucarist?a; en el contacto asiduo y la asimilaci?n de estas realidades sobrenaturales procuren ir creciendo en esa bondad integral que debe manifestarse espont?neamente en el ejercicio del ministerio, sin exhibicionismo, con la discreci?n de la humildad.
Lleno del Esp?ritu Santo, se dijo del ap?stol Bernab?. Subrayemos lleno, que indica una plenitud rebosante; no exaltaci?n fren?tica sino serena y total transparencia del Esp?ritu de Dios. La expresi?n se refiere a la vida de las primeras comunidades cristianas, y a la cualidad que a lo largo de la historia de la Iglesia brill? en los santos, que fueron conducidos por el Esp?ritu. Podr?amos preguntarnos c?mo se llega a ese estado. Habr?a que suscitar en nosotros una conciencia m?s aguda de la presencia y de la acci?n del Par?clito, en las que muchas veces no reparamos. Al darnos su gracia Dios se da a s? mismo y el Esp?ritu Santo es el primer Don y el principio de todos los dones; as? se manifiesta el misterio de la Tercera Persona de la Sant?sima Trinidad, por la cual nos unimos a Cristo y nos dirigimos hacia el Padre.
Fomenten en ustedes, queridos hijos, la atenci?n al Esp?ritu, la docilidad, la receptividad, la disposici?n a secundar sus aspiraciones e impulsos. La palabra devoci?n parece impropia para designar la relaci?n con ?l, pero entendida con rigor teol?gico es adecuada: significa entrega, consagraci?n, prontitud siempre actual de la voluntad para el servicio de Dios, como dice Santo Tom?s, ut ei se totaliter subdant (II-II, 82, 1). Aprendan esto de la Virgen Mar?a en los misterios de la Encarnaci?n y de Pentecost?s: ella es lugar, templo, testigo privilegiado e ?cono del Esp?ritu y por lo tanto maestra de los cristianos en la relaci?n con ?l.
Lleno de fe, de mucha fe. En esta cualidad tambi?n se denota singularmente una perfecci?n, una plenitud que s?lo pudo verificarse en los disc?pulos despu?s de Pentecost?s. Varias veces registran los Evangelios que Jes?s reprendi? a sus disc?pulos llam?ndolos oligopistoi, hombres de poca fe. La existencia cristiana es vida de fe, vida en la fe; pero todos corremos el riesgo de descender del nivel propio del verdadero creyente al menoscabo de aquella poquedad. La mucha fe no es, obviamente, una dimensi?n cuantitativa; se da cuando la fe se torna ?mbito vital, cuando configura la personalidad, impregna la psicolog?a, determina el modo de pensar y de actuar. Lleno de fe y lleno del Esp?ritu Santo son t?rminos equivalentes. Conviene recordar que el Esp?ritu Santo nos introduce en la verdad total y actualiza de continuo en nuestro interior la ense?anza de Jes?s; por eso la Iglesia ense?a que es ?l quien mueve a todos dulcemente para consentir y creer en la verdad. M?s all? de una elemental bondad natural, la fe nos encamina hacia una identificaci?n con la bondad divina. Viene a prop?sito esta cita de Josef Peper: en la fe llega a su realizaci?n aquello en que consiste el ser bueno y la perfecci?n y acabamiento del hombre.
Los ministerios eclesiales de la Palabra y de la Eucarist?a, de los cuales participan los lectores y los ac?litos, no adquieren pleno sentido si no se cumplen en la fe; su ejercicio debe ser un acto de fe, inspirado por un profundo esp?ritu de adoraci?n ante el misterio de Cristo, ya que ?l es la Palabra y ?l es la Eucarist?a. No se administran cosas en esos servicios religiosos; se trata con Cristo, se comunica a Cristo: al hacerlo se abre para el ministro la maravillosa posibilidad de ahondar la comuni?n con ?l para brindarlo a los dem?s.
En el Evangelio que se ha proclamado escuchamos un pasaje de las instrucciones con las que Jes?s envi? a los ap?stoles en la misi?n prepascual. Las circunstancias de entonces eran muy distintas de las que hoy rodean a la misi?n de la Iglesia; cada generaci?n debe descubrir lo esencial de aquellas indicaciones brindadas por el Se?or a los primeros misioneros itinerantes. Impresiona mucho en ellas la indefensi?n, el desarraigo, la pobreza, condiciones en las que deb?an cumplir con el encargo. Probablemente no se reproduzcan hoy en su materialidad aquellas circunstancias, pero pueden ser comprendidas como esbozo de una situaci?n espiritual. Quiz? la misi?n en el mundo contempor?neo vaya a resultar cada vez m?s dif?cil, m?s exigente, m?s inc?moda. Habr?a que leer por entero ese cap?tulo 10 del Evangelio de Mateo, habr?a que meditarlo asiduamente para aplicarlo a una comprensi?n del desaf?o que la actualidad plantea a la obra de evangelizaci?n. Hay un rasgo que vale para siempre: Jes?s transmite su autoridad a los disc?pulos y as? los habilita para el ejercicio de la misi?n; pero tambi?n quiere transmitirles su forma de vida, para que los disc?pulos ocupen su puesto y lo hagan presente entre los hombres. Recojamos por ahora uno solo de los mandatos del Se?or: Ustedes han recibido gratuitamente, den tambi?n gratuitamente (Mt. 10, 8). Es un llamado al desinter?s, a la generosidad, porque el ministerio no es para el que lo ejerce, sino para la Iglesia, para los fieles, para los hombres a los cuales est? destinada la salvaci?n.
Para la Iglesia, para los fieles, para todos los hombres y mujeres de hoy reciben ustedes estos ministerios, queridos hijos; que les ayude a santificarse en ellos la intercesi?n del ap?stol Bernab?.?
Mons. H?ctor Aguer, arzobispo de La Plata?
ZENIT nos ofrece el discurso que realiz? monse?or Silvano Tomasi, el observador de la Santa Sede en las Naciones Unidas en Ginebra, en una reuni?n en el Vaticano, del 27 al 28 de mayo, sobre ?La centralidad del cuidado para la Persona en la Prevenci?n y Tratamiento de enfermedades causadas por el VIH/SIDA?.
El discurso de monse?or Tomasi se titula ?El papel internacional de la Iglesia Cat?lica en la Prevenci?n y Tratamiento del VIH/SIDA?.
Con mucha gratitud a monse?or Zygmunt Zimowski, Presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de Salud, y en solidaridad fraterna con ?l, comparto estas reflexiones sobre el papel importante de la Iglesia en el ?mbito del amplio abanico de instituciones intergubernamentales y globales involucradas en la respuesta a una pandemia como el VIH y el SIDA. Antes de iniciar este debate, tambi?n quiero saludar con especial respeto y reconocimiento, al se?or Michel Sidib?, que es responsable de dirigir el Programa sobre el SIDA co-patrocinada por el conjunto de las Naciones Unidas y quien aprovecha a su vez todas las oportunidades de reconocer y agradecer a la Iglesia Cat?lica y a otras organizaciones religiosas por sus contribuciones ?nicas e inflexibles en la lucha contra esta urgente crisis de salud.
Desde los tiempos en que la pandemia del SIDA fue identificada por primera vez, en el principio de los a?os '80, el compromiso inmediato de varias ?rdenes religiosas, las organizaciones de C?ritas diocesanas y nacionales, y otras instituciones de la Iglesia Cat?lica que nacieron para dar una respuesta a la salud, el entorno social, y las necesidades pastorales de la gente que viv?a y mor?a con enfermedades relacionadas con el SIDA, ha sido ampliamente conocida y documentada. Por tanto no fue una sorpresa que la Santa Sede, y las organizaciones internacionales vinculadas con la Iglesia Cat?lica se mostrasen interesadas en compartir sus experiencias y puntos de vista con la coordinaci?n global emergente de salud p?blica para responder a los retos planteados por el VIH y el SIDA. La representaci?n de la Santa Sede en Ginebra supervis? el establecimiento del Programa Global del SIDA (GPA) en la Organizaci?n Mundial de la Salud. Priorizando la pandemia, en 1987, como un foco importante de reflexi?n y de acci?n, C?ritas Internacional acudi? regularmente a las reuniones del Comit? de Gesti?n de la GPA, y en ocasiones, fue consultada por el director primero, el doctor Jonathan Mann y su equipo de expertos, con respecto a a ?las lecciones aprendidas? de forma pr?ctica por las organizaciones cat?licas que serv?an a los enfermos y moribundos, as? como tambi?n a las personas queridas que sobreviv?an a aquellos que se hab?an visto tan tr?gicamente afectados por esta epidemia mortal y compleja. Es muy probable que la sensibilidad del Dr. Mann hacia los derechos humanos y determinantes sociales de la difusi?n cada vez mayor del VIH estuviese influenciada por las consultas a programas relacionados con la Iglesia Cat?lica que vieron la situaci?n de una forma integral, incluyendo las dimensiones sociales, econ?micas, emocionales y espirituales de la persona que viv?a con o afectada por el VIH, en lugar de hacerlo desde una perspectiva meramente m?dica o cient?fica.
Desde el establecimiento del ONUSIDA, en 1995, como un Programa Conjunto, que inclu?a el co-patrocinio de diez diferentes agencias de Naciones Unidas, la Santa Sede, as? como distintas organizaciones inspiradas por la Iglesia Cat?lica, como C?ritas Internacional, Catholic Relief Services, la Asociaci?n Juan Pablo II han participado, como observadores, en las reuniones semestrales de la Junta Coordinadora del Programa del ONUSIDA. De forma similar, se pide a estas estructuras cat?licas que contribuyan en distintos grupos de trabajo, planeando estrategias, y desarrollo de pol?ticas y directrices pr?cticas, no s?lo por la ONUSIDA, tambi?n por varias agencias asociadas.
En 2006, C?ritas Internacional, con el apoyo de la Misi?n del Observador Permanente de la Santa Sede en las Naciones Unidas y de Agencias Especializadas en Ginebra, cooperaron con ONUSIDA y la Organizaci?n Mundial de la Salud para convocar a unos 70 representantes de las organizaciones inspiradas por la Iglesia Cat?lica de mayor compromiso en la respuesta mundial al VIH y el SIDA. En esa ocasi?n, y de forma transparente, se mantuvo un di?logo abierto entre los trabajadores ?de la vi?a? en algunas de las zonas rurales m?s aisladas de la prevenci?n del VIH, tratamiento y programas de atenci?n de los pa?ses con bajos ingresos y los funcionarios de las mencionadas agencias de Naciones Unidas. Esta convocatoria permiti? un gran avance en la comprensi?n de los expertos de salud p?blica con respecto a la amplitud y la profundidad de la respuesta de la Iglesia a esta pandemia y abrieron las puertas a la colaboraci?n entre la Iglesia, gobiernos y organizaciones internacionales en los niveles, regionales, nacionales y locales.
Otro gran paso adelante en una mayor comprensi?n de la actividad internacional de la Iglesia en respuesta al SIDA ha sido facilitado por los informes de asignaci?n de tales actividades en el sur de ?frica (publicadas como los mejores informes de la pr?ctica por la ONUSIDA), del trabajo del Dream Project para prevenir la transmisi?n del VIH de madre a hijo (publicado como mejor pr?ctica por WHO), en la encuesta realizada por la Joint Commission on Health of Unions of Superiors General on the HIV/AIDS de las congregaciones religiosas de todo el mundo (dise?ado con el apoyo de expertos investigadores t?cnicos de la ONUSIDA), y de la asignaci?n nacional de varios ejercicios realizados a nivel regional por el Simposio de las Conferencias Episcopales de ?frica y Madagascar, y, a nivel nacional, por las Conferencias Episcopales de pa?ses como India, Kenya, Tailandia y Myanmar. Estos estudios demuestran claramente la contribuci?n significativa de la Iglesia a este campo en ?reas como: Prevenci?n, Atenci?n, Tratamiento, Servicios para Ni?os Hu?rfanos y Vulnerables, Promoci?n, Capacitaci?n, Reflexi?n Teol?gica, Cuidado Pastoral, y Participaci?n Interreligiosa. La informaci?n b?sica y estrategias para promover la implementaci?n de acciones en estos campos de acci?n eclesial se presentan claramente en la publicaci?n titulada Formaci?n Pastoral para afrontar el VIH/SIDA, desarrollado por la C?ritas Internacional. El libro, publicado originalmente por Publicaciones Paulinas de ?frica est? disponible en varios idiomas.
La Santa Sede ha tratado de controlar el establecimiento, as? como la pol?tica y el funcionamiento, de Global Fund to Fight AIDS, TB, and Malaria. A pesar de la muy significativa e impresionante carga que supone la atenci?n asumida por la Iglesia Cat?lica en respuesta a estas tres pandemias que amenazan la familia humana en la era moderna[1], s?lo una peque?a parte de los fondos distribuidos por esta estructura innovadora han sido, de hecho, destinadas a las organizaciones religiosas. De acuerdo con un estudio sobre este tema, realizado en 2008, s?lo el 5'4% de los fondos de Global Funds fueron recibidos por las organizaciones religiosas.[2] Entendemos que hay un progreso lento pero constante en hacer disponibles estos fondos a programas patrocinados por la Iglesia Cat?lica. Creo que el dr. Chritoph Benn, que es muy conocido por nosotros en Ginebra y quien participar? como orador experto en esta Conferencia, ser? capaz de aportar datos actualizados a este respecto. Lamentablemente, sin embargo, todav?a perece haber mucha resistencia entre algunas fundaciones internacionales en el ofrecimiento de fondos para apoyar respuestas basadas en la fe al VIH y SIDA.
Ahora vamos a examinar ?reas en las que la Santa Sede y las organizaciones inspiradas por la Iglesia Cat?lica han influido con ?xito en la pol?tica global y en las pr?cticas relacionadas con esta pandemia. En todos estos casos, dicha actividad se ha desarrollado en conformidad con con la misi?n magisterial, diaconal y pastoral.
Mucha energ?a educacional y experiencia se ha centrado en el ?rea de prevenci?n de la propagaci?n de la infecci?n del VIH. Muchos gobiernos, autoridades sanitarias p?blicas, e incluso algunas agencias de las Naciones Unidas han preferido promover una incompleta ?soluci?n r?pida? como el enfoque basado exclusivamente de la promoci?n y distribuci?n de preservativos. La Iglesia Cat?lica, por otro lado, insisti? en estrategias de prevenci?n conforme a su ense?anza sobre la dignidad de la persona humana, la santidad del matrimonio, y la necesidad de ejercer la responsabilidad en las relaciones ?ntimas humanas mediante la observaci?n de la abstinencia sexual fuera del matrimonio y la mutua y permanente fidelidad dentro del matrimonio. Esto dio lugar a falsas afirmaciones de que la jerarqu?a cat?lica era un obst?culo a la prevenci?n efectiva del VIH y que era ?culpable? de las muertes relacionadas con el SIDA de millones de personas. Podemos estar agradecidos por la valent?a y la sabidur?a de expertos como el dr. Edward C. Green que fue capaz de demostrar la evidencia basada en que la promoci?n de un cambio de un comportamiento hacia unas relaciones sexuales m?s responsables ha sido mucho m?s efectiva que la promoci?n del preservativo en la disminuci?n de nuevas infecciones del VIH.[3]
A este respecto, la Misi?n de Observaci?n Permanente de la Santa Sede en Ginebra y en Nueva York han puesto de relieve en repetidas ocasiones el tema de la responsabilidad en las relaciones interpersonales en los encuentros de la ONUSIDA, La Organizaci?n Mundial de la Salud, y en las sesiones m?s amplias basadas en las Sesiones Especiales sobre el SIDA que fueron convocadas por las Asambleas Generales de las Naciones Unidas de 2001, 2006, 2008 y que pronto se convocar? en junio de 2011. El Beato Juan Pablo II, de venerada memoria, ilustr? este duradero e inalterable valor durante su discurso en la Conferencia del SIDA, convocada por el Consejo Pontificio para los Agentes Sanitarios en noviembre de 1989: ?...la Iglesia, int?rprete segura de la Ley de Dios y 'experta en humanidad', se ocupa no s?lo de afirmar una serie de 'no' a los patrones de comportamiento particulares, pero sobre todo para proponer un estilo de vida totalmente significativo para la persona.?[4] Esta misma ense?anza ha sido reafirmada recientemente por nuestro actual Santo Padre el Papa Benedicto XVI, durante su entrevista con el periodista alem?n, Peter Seewald, en su ?ltima publicaci?n ?Luz del mundo: el Papa, la Iglesia y los Signos de los Tiempos: ?...no podemos solucionar los problemas repartiendo preservativos. A?n queda mucho por hacer. Debemos estar cerca de la gente, debemos guiarles y ayudarles; y lo debemos hacer antes y despu?s de que contraigan la enfermedad?.
4. La Iglesia no ha limitado su atenci?n a la ense?anza de la prevenci?n del VIH; sino que tambi?n se ha comprometido en la eliminaci?n de la discriminaci?n contra los que viven con o afectados por el VIH, especialmente en el rechazo de toda marginalizaci?n basada en la falsa premisa de que el SIDA es un ?castigo? enviado por Dios. As? las palabras de la Conferencia Episcopal del Sur de ?frica, escritas en 2001, han resonado en las instrucciones del magisterio de los obispo de muchos otros pa?ses: ?el SIDA no debe ser nunca considerado como un castigo de Dios. ?l quiere que tengamos salud y no que muramos de SIDA. Es para nosotros un signo de los tiempos que desaf?an a todas las personas a una transformaci?n interior y a seguir a Cristo en su ministerio de curaci?n, misericordia y amor?.[5]
5. Inspirado en el mandato del Evangelio de priorizar las necesidades de los pobres y de los d?biles, la Iglesia ha elevado siempre su voz para se?alar e insistir en una justa soluci?n que consista en una justa distribuci?n de los recursos en la respuesta mundial a la pandemia del VIH. El Beato Juan Pablo II expres? su urgente preocupaci?n sobre este tema en su carta al secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan en ocasi?n de la primera Sesi?n Especial de las Naciones Unidas sobre el SIDA en 2001. En ella recordaba las palabras del Concilio Vaticano II con respecto a la destinaci?n com?n de los bienes [6], haciendo el siguiente llamamiento urgente: ?A causa de esta hipoteca social, incluida en la ley internacional por la afirmaci?n, entre otras, del derecho de cada individuo a la salud, pido a los pa?ses ricos que respondan a las necesidades de los pacientes de VIH/SIDA de los pa?ses pobres con todos los medios disponibles, de manera que estos hombres y mujeres afligidos en el cuerpo y en el alma sean capaces de tener acceso a las medicinas que necesitan para tratarse?.[7]
De nuevo el Papa Benedicto XVI reafirm? las mismas preocupaciones cuando puso de relieve, en 2006, durante su discurso a los participantes de la 21? Conferencia Internacional promovida por el Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud, al destacar, con mucha preocupaci?n ?... la importancia de la colaboraci?n con varios organismos p?blicos para que la justicia social pueda ser implantada en esta sensible ?rea de tratamiento? y cuidado de las enfermedades infecciosas como el VIH o la tuberculosis y la urgente necesidad de una ?distribuci?n justa de los recursos para la investigaci?n y el tratamiento, as? como la promoci?n de unos est?ndares de vida que ayuden a prevenir la aparici?n y limiten la difusi?n? de dichas enfermedades.[8]
Con el fin de asegurar que estas palabras de ponen en pr?ctica, la Santa Sede, as? como las distintas organizaciones internacionales de inspiraci?n cat?lica, incluidas C?ritas Internacional, la Asociaci?n Juan XXIII, la International Catholic Child Bureau,y las congregaciones religiosas que tienen representaci?n en las Naciones Unidas, han supervisado cuidadosamente y han realizado aportaciones a los procesos de las Naciones Unidas para promover flexibilidad en la aplicaci?n de los derechos de propiedad intelectual, la promoci?n de un Acceso Universal al tratamiento preventivo, cuidado y apoyo a las personas que viven con o afectadas por la pandemia del VIH, y una especial atenci?n a los derechos de los ni?os afectados por el VIH y otras enfermedades, asegurando el acceso a un diagn?stico precoz y un tratamiento adaptado a los ni?os para estas enfermedades.
6. La Iglesia no pod?a ignorar su misi?n esencial como Pastor del Pueblo de Dios. Por esto la Santa Sede pone de relieve las necesidades espirituales de la gente en sus intervenciones en las Naciones Unidas y en otros foros inter-gubernamentales. En la Constituci?n de la Organizaci?n Mundial de la Salud, la definici?n de salud se extiende m?s all? de las intervenciones m?dicas y de los determinantes sociales para incluir ?un estado de bienestar completo f?sico, mental y social y no simplemente la ausencia de enfermedades o afecciones [9]. En su comentario sobre la ?Promoci?n y protecci?n de los derechos humanos, civiles, pol?ticos, econ?micos, sociales y culturales, incluido el derecho al desarrollo? durante la 7? Sesi?n del Concilio sobre Derechos Humanos, la delegaci?n de la Santa Sede reconoci? ?as? mismo, la necesidad de asegurar el acceso a una asistencia espiritual entre las condiciones que garanticen el pleno disfrute del derecho a la salud?[10]. Tambi?n aprovecho la ocasi?n para discrepar de las reclamaciones en el informe del Special Rapporteur on the Right of Everyone to the Enjoyment of the Highest Attainable Standard of Physical and Mental Healthde que algunos derechos humanos son absolutos? [11] y para insistir en que ?no puede hacerse ning?n compromiso con el derecho de la vida de una persona, desde su concepci?n hasta su muerte natural, ni con la capacidad de la persona de gozar de la dignidad que fluye de este derecho?. [12]
7.Mi conclusi?n ser? breve, porque creo que ya nuestro Santo Padre ha resumido el tema de esta presentaci?n, de un modo claro e incuestionable, y as? voy a terminar citando de nuevo los comentarios que le hizo al periodista, Peter Seewald: ?... La Iglesia hace m?s que cualquier otro. Porque es la ?nica instituci?n que ayuda a las personas de cerca y de forma concreta, con prevenci?n, educaci?n, ayuda, consejo y acompa?amiento. Y porque no tiene rival en el tratamiento ? (a las personas que viven con o afectadas por el VIH o el SIDA), especialmente con los ni?os con SIDA?. [13]
La acci?n efectiva realizada por la Iglesia Cat?lica en respuesta a la pandemia global del VIH ha sentado precedente. Otra buena noticia ha sido el anuncio hecho hoy en relaci?n a la efectividad del tratamiento anti-retroviral en la prolongaci?n de la vida y en la mejora de la calidad de vida entre aquellos que ya viven con el virus y la eficiencia de este tipo de tratamiento en la prevenci?n de la difusi?n del VIH. Sin embargo, el hecho es que todav?a queda un largo camino por recorrer: 33 millones de personas en todo el mundo viven con el VIH; por cada persona que consigue el acceso a la medicaci?n de anti-retrovirales que salvan la vida, dos se contagian con el virus, 7.100 cada d?a; actualmente 10 millones de personas que necesitan estas medicinas no tienen acceso a ellas y en un reciente estudio realizado por las agencias de financiaci?n y asistencia t?cnica inspiradas por la Iglesia Cat?lica, dan informes de las organizaciones asociadas de los pa?ses de bajos y medios ingresos sobre que los recortes en la financiaci?n internacional han dado lugar a importantes retrasos en la recepci?n de los fondos prometidos, la insistencia en el cumplimiento de resultados previamente establecidos con menos fondos, restricciones en la aceptaci?n de nuevos pacientes en el total de casos a tratar, y de una gran incertidumbre con respecto a la sostenibilidad futura de programas anti-retrovirales que salvan la vida.[14]
La Iglesia como comunidad de fe, esperanza y amor no puede descansar en su misi?n de servicio dirigida a poner a cada una de las personas humanas en el centro de la respuesta global al VIH y a realizar una promoci?n m?s firme y los esfuerzos conjuntos para segurar que este tipo de personas ?tengan vida y la tengan en abundancia?.[15]
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[1] Un estudio de 2007 realizado por la Organizaci?n Mundial de la Salud y otras indican que entre el 40 y el 70% de la atenci?n sanitaria en ?frica Sub-sahariana se lleva a cabo por organizaciones religiosas.
[2] Informe del Dr. Christoph Benn, Director de Relaciones Exteriores, Global Fund to Fight AIDS, TB and Malaria, durante una Conferencia sobre ?La ampliaci?n de la participaci?n de las organizaciones religiosas en los procesos del Fondo Mundial, realizada en Dar-Es-Salaam, Abril 2008.
[3] Edward C. Green y Allison Herling Ruark, ?AIDS and the Churches: Getting the Story Right?, First Things,?http://www.firstthings.com/article.php3?id_article=6172?; Edward C. Green, Promesas rotas: C?mo el SIDA ha traicionado al mundo desarrollado, ISBN 978-1-93-6227-00-6, Sausalito, California, USA: Poli-Point Press, LLC, 2011.
[4] Papa Juan Pablo II, Discurso a la IV Conferencia Internacional del Consejo Pontificio para la Asistencia Pastoral a los Agentes de la Salud, ?LA Iglesia ante el desaf?o del SIDA: Prevenci?n digna de la Persona Humana y Asistencia en completa solidaridad?15 de noviembre de 1989.?
[5] Un Mensaje de esperanza de los obispos cat?licos a la gente de Dios de Sud?frica, Botswana y Swazilandia, 30 de julio de 2001.
[6] Gaudium et Spes, 7,1, con lo mencionado por el Papa Juan Pablo II en Centesimus Annus, 30.
[7] Mensaje de Juan Pablo II al secretario general de las Naciones Unidas, en ocasi?n de la Sesi?n Especial sobre el SIDA de la Asamblea General de Naciones Unidas, 25-27 de junio de 2001.
[9] Pre?mbulo a la Constituci?n de la Organizaci?n Mundial de la Salud adoptada por la Conferencia Internacional de la Salud, Nueva York 19 de junio al 22 de julio de 1946; firmada en 22 de julio de 1946 por los representantes de 61 estados (Documentos Oficiales de la Organizaci?n Mundial de la Salud, n? 2, p. 100) y que entr? en vigor el 7 de abril de 1948.
[10] Carta para los Agentes Sanitarios, #40, Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud, Ciudad del Vaticano, 1995.?http://www.healthpastoral.org/pdffiles/Charter_06_Chapter2.pdf
[11] Documento A/HRC/7/11, 31 de enero de 2008, #63.
[12] Intervenci?n de monse?or Silvano M. Tomasi, Nuncio Apost?lico, Observador Permanente de la Santa Sede en Ginebra en la 7? Sesi?n del Consejo de los Derechos Humanos, Item 3: Promoci?n y protecci?n de los derechos humanos civiles, pol?ticos, econ?micos, sociales y culturales, incluido el derecho al desarrollo, 11 de marzo de 2008.
[13] Benedicto XVI, ?Luz del mundo: el Papa, la Iglesia y los Signos de los tiempos ? Una conversaci?n con Peter Seewald?, Ignatius Press 2010, ?ISBN # 9781586176068, pp. 117-119.
[14] ?Mantener los compromisos para el VIH y el SIDA: Acceso para todos al tratamiento, prevenci?n, cuidado y apoyo? A Position Paper from the Catholic HIV and AIDS Network (CHAN), Abril 2011.
[15] Juan 10, 10
[Traducci?n del original en ingl?s por Carmen ?lvarez]
ZENIT nos ofrece la intervenci?n pronunciada el?viernes 10 de junio de 2011 por Jane Adolphe, profesora asociada de Derecho de la Ave Maria School of Law y miembro de la Delegaci?n de la Santa Sede en la ONU, en el ?ltimo d?a de la reuni?n de alto nivel sobre HIV/Sida. Adolphe habl? en nombre de monse?or Francis Chullikatt, observador permanente de la Santa Sede en la ONU.
Se?or Presidente,
Al reunirnos aqu? hoy en este encuentro de alto nivel de dignatarios de todo el mundo, lo hacemos reconociendo que estamos al lado, como una familia, con quienes viven con el HIV y el Sida, y recordamos en nuestros pensamientos y oraciones a todos aquellos a quienes esta enfermedad se ha llevado de este mundo. Las pol?ticas, los programas y las declaraciones pol?ticas no tienen sentido si no reconocemos la dimensi?n humana de esta enfermedad en los hombres, mujeres y ni?os que viven con el HIV/Sida. Por supuesto, toda pol?tica, programa o declaraci?n pol?tica de esta noble organizaci?n tiene poco sentido si no son implementadas por las acciones virtuosas que ayuden a todos esos necesitados.
Tras treinta a?os de la enfermedad HIV/Sida, la comunidad internacional sigue buscando respuestas y soluciones para detener la propagaci?n del HIV y para proporcionar tratamiento, cuidado y apoyo a las cerca de 33 millones de personas que viven con el HIV/Sida. Desde el principio, organizaciones cat?licas, congregaciones religiosas y asociaciones laicales han estado en primera l?nea en proporcionar prevenci?n, cuidado y apoyo a millones en todo el mundo, y al mismo tiempo, en promover la necesidad de una respuesta, basada en los valores, a esta enfermedad. A trav?s de sus aproximadamente 117.000 centros de salud de todo el mundo, la Iglesia cat?lica, por s? sola, proporciona alrededor del 25% de todas las atenciones a quienes viven con el HIV/Sida, especialmente a ni?os. Estas instituciones afiliadas con la Iglesia est?n en primera l?nea en proporcionar una respuesta que vea a las personas no como estad?sticas, sino m?s bien en su dignidad y valor como hermanos, hermanas y vecinos de la misma familia humana.
Mi delegaci?n sigue estando comprometida en lograr el objetivo de detener y minorar la extensi?n del HIV promoviendo el ?nico medio universalmente efectivo, seguro y asequible para detener la propagaci?n de este mal: abstinencia antes del matrimonio y fidelidad mutua durante el matrimonio, evitando correr riesgos y conductas irresponsables y promoviendo el acceso universal a los medicamentos que previenen el contagio del HIV de madre a hijo. De hecho, hay un reconocimiento cada vez mayor de que los programas basados en la abstinencia y la fidelidad en lugares de ?frica han tenido ?xito en reducir ?l contagio del HIV, en los que la transmisi?n hab?a tenido lugar durante mucho tiempo entre la poblaci?n general. Con todo, a pesar de este reconocimiento, algunos siguen negando estos resultados y en cambio est?n mayormente guiados por la ideolog?a y el propio inter?s econ?mico que ha crecido como resultado de la enfermedad del HIV.
Combatir la expansi?n del HIV no requiere medicamentos y productos caros, que buscan disminuir las consecuencias de una conducta peligrosa e irresponsable, sino que requiere m?s bien una respuesta basada en valores que reconozca la necesidad de promover la dignidad inherente de la persona humana, y por tanto, una conducta sexual responsable y el reconocimiento de la responsabilidad de cada uno y de la propia comunidad. Prevenir el contagio del HIV requiere no s?lo identificar a esas personas que corren el riesgo de infectarse, sino tambi?n identificar las formas y los medios para ayudar a las personas en evitar toda actividad que les ponga en riesgo de contraer la infecci?n. La mejor cura es la prevenci?n que despierta la conciencia de las personas que podr?an ser arrastradas a pr?cticas peligrosas que les amenazan a ellos y a quienes viven con ellos o con quienes se encuentran.
Se?or Presidente.
Nuevos estudios han demostrado que el acceso a medicamentos anti-retrovirales proporcionan no s?lo un medio para tratar la enfermedad, sino tambi?n para reducir los riesgos de contagio. Sin embargo, el acceso a la terapia anti-retroviral sigue estando fuera del alcance de muchos de los m?s pobres y vulnerables. En pa?ses de ingresos bajos o medios, aproximadamente 15 millones de personas viven con el HIV, pero s?lo 5,2 millones tienen acceso al tratamiento para salvar su vida que necesitan. Adem?s, a estas mismas poblaciones sigue faltando el acceso a tecnolog?as de diagn?stico y equipos de test que les permitan medios m?s efectivos y seguros de atender a quienes padecen HIV/Sida.
Con estimaciones que muestran que los fondos para combatir del HIV/Sida descendieron en 2010 ? por primera vez en la historia del combate contra la enfermedad ? debemos recordar que las declaraciones pol?ticas y la buena voluntad necesitan ser acompa?adas de acciones concretas sobre el terreno y a nivel internacional. El primer paso para llevar a cabo esta acci?n es asegurar que a los 10 millones de personas que no tienen acceso a medicamentos para salvar la vida se les proporciona el tratamiento, cuidado y apoyo seguro y asequible que necesitan. Los aproximadamente 7.000 millones de d?lares que se necesitar?an para proporcionar este tratamiento es una suma considerable,pero palidece en comparaci?n con el dinero y los recursos invertidos por los pa?ses en buscar la guerra, y otras actividades destructivas, como el negocio global que rodea el comercio de armas de drogas.Adem?s de cerrar el frente de la financiaci?n, los pa?ses y el sector privado deben seguir reevaluando los derechos de propiedad intelectual farmac?utica para asegurar que estas protecciones sirven como medio para una mayor investigaci?n y progreso, en lugar de convertirse en otro obst?culo para acceder a los medicamentos y el equipo m?dico necesarios.
A la vez que una mayor financiaci?n y acceso a medicamentos necesarios es un requisito para afrontar la falta de acceso al tratamiento, el cuidado y el apoyo, tambi?n debe darse mayor importancia a asegurar que estos recursos sean usados de una forma que sea efectiva y responsable. Adem?s, deber?a asegurarse que el acceso a la financiaci?n no est? restringida a nociones ideol?gicamente preconcebidas, sino que se base m?s bien en la capacidad de las organizaciones de proveer cuidado seguro, asequible y efectivo a los necesitados.
El acceso a quienes viven con el HIV/Sida no termina en proporcionar acceso a medicamentos, sino que requiere apoyar a las familias afectadas. Los aproximadamente 16 millones de ni?os en todo el mundo que han quedado hu?rfanos por el Sida requieren un cuidado compasivo y un ambiente estructurado para que puedan recibir el apoyo psico-social adecuado y lleguen a ser miembros activos de la comunidad. Igualmente, las familias que est?n cuidando de miembros que viven con el HIV/Sida deben recibir el apoyo econ?mico, social, m?dico y espiritual necesario. Esto tambi?n requiere adoptar pol?ticas que eliminen las discriminaciones contra quienes viven con el HIV/Sida y los miembros de su familia.
Se?or presidente,
El HIV/Sida ha sido y sigue siendo una de las mayores tragedias de nuestro tiempo. No s?lo es un problema sanitario de enorme magnitud, sino tambi?n una preocupaci?n social, econ?mica y pol?tica. Es tambi?n una cuesti?n moral, pues las causas de la enfermedad reflejan claramente una seria crisis de valores. La prevenci?n, primero y sobre todo, debe dirigirse hacia la formaci?n y la educaci?n en una conducta humana responsable o, en otras palabras, una dignidad humana adquirida. Esta es la clave para evitar la infecci?n. El punto de partida debe ser el reconocimiento de que la persona humana puede y debe cambiar las conductas peligrosas e irresponsables, m?s que sencillamente la aceptaci?n de esta conducta como si fuese inmutable. M?s a?n, en el campo de la formaci?n y la educaci?n, especialmente en lo que concierne a los ni?os, sus padres tienen el derecho, responsabilidad y deber primordiales, y sus contribuciones son muy ?tiles y eficaces.
La lucha para eliminar la extensi?n del HIV y el trabajo de proveer un acceso universal al tratamiento, el cuidado y el apoyo, requiere tambi?n un desarrollo social y personal m?s amplio. En ?reas con falta de acceso a agua potable limpia, instalaciones sanitarias, nutrici?n suficiente, vivienda adecuada y cuidado sanitario b?sico, la capacidad de individuos y organizaciones de proporcionar tratamientos a quienes viven con el HIV/Sida y y prevenir las infecciones seguir? siendo dif?cil de alcanzar. Igualmente, el desarrollo personal requiere que las personas reciban la educaci?n, el asesoramiento y el apoyo espiritual necesario para tomar decisiones responsables y para lograr su m?ximo potencial.
La Santa Sede y las diversas organizaciones de la Iglesia cat?lica siguen estando comprometidas de vivir y trabajar en solidaridad con quienes viven con el HIV/Sida y continuar? defendiendo con firmeza las exigencias del bien com?n, y proveyendo apoyo y cuidados a los m?s necesitados.
Gracias, se?or presidente.
[Traducci?n del ingl?s por Inma ?lvarez]
ZENIT? nos ofrece a continuaci?n la catequesis que el Papa Benedicto XVI pronunci?el mi?rcoles 15 de Junio de 2011?durante la audiencia general celebrada en la Plaza de San Pedro.
Queridos hermanos y hermanas,
en la historia religiosa del antiguo Israel, tuvieron gran relevancia los profetas con sus ense?anzas y su predicaci?n. Entre ellos surge la figura de El?as, suscitado por Dios para llevar al pueblo a la conversi?n. Su nombre significa ?el Se?or es mi Dios? y de acuerdo con este nombre se desarrolla toda su vida, consagrada totalmente a provocar en el pueblo el reconocimiento del Se?or como ?nico Dios. De El?as el Eclesi?stico dice?Despu?s surgi? como un fuego el profeta El?as, su palabra quemaba como una antorcha? (Eclo 48,1). Con esta llama Israel vuelve a encontrar su camino hacia Dios. En su ministerio, El?as reza: invoca al Se?or para que devuelva a la vida al hijo de una viuda que le hab?a hospedado (cfr 1Re 17,17-24), grita a Dios su cansancio y su angustia mientras huye por el desierto, buscado a muerte por la reina Jezabel (cfr 1Re 19,1-4), pero se sobre todo en el monte Carmelo donde se muestra todo su poder de intercesor, cuando ante todo Israel, reza al Se?or para que se manifieste y convierta el coraz?n del pueblo. Es el episodio narrado en el cap?tulo 18 del Primer Libro de los Reyes, en el que hoy nos detendremos.
Nos encontramos en el reino del Norte, en el siglo IX antes de Cristo, en tiempos del rey Ajab, en un momento en el que Israel se hab?a creado una situaci?n de abierto sincretismo. Junto al Se?or, el pueblo adoraba a Baal, el ?dolo tranquilizador del que se cre?a que ven?a el don de la lluvia, y al que por ello se atribu?a el poder de dar fertilidad a los campos y vida a los hombres y a las bestias. A?n pretendiendo seguir al Se?or, Dios invisible y misterioso, el pueblo buscaba seguridad tambi?n en un dios comprensible y previsible, del que cre?a poder obtener fecundidad y prosperidad a cambio de sacrificios. Israel estaba cediendo a la seducci?n de la idolatr?a, la continua tentaci?n del creyente, figur?ndose poder ?servir a dos se?ores? (cfr Mt 6,24; Lc 16,13), y de facilitar los caminos inescrutables de la fe en el Omnipotente poniendo su confianza tambi?n en un dios impotente hecho por hombres.
Precisamente para desenmascarar la necedad enga?osa de esta actitud, El?as hace reunir al pueblo de Israel en el monte Carmelo y le pone ante la necesidad de hacer una elecci?n: ?Si el Se?or es Dios, seguidle; si es Baal, seguidle a ?l?(1Re 18, 21). Y el profeta, portador del amor de Dios, no deja sola a su gente ante esta elecci?n, sino que la ayuda indicando el signo que revelar? la verdad: tanto ?l como los profetas de Baal preparar?n un sacrificio y rezar?n, y el verdadero Dios se manifestar? respondiendo con el fuego que consumir? la ofrenda. Comienza as? la confrontaci?n entre el profeta El?as y los seguidores de Baal, que en realidad es entre el Se?or de Israel, Dios de salvaci?n y de vida, y el ?dolo mudo y sin consistencia, que no puede hacer nada, ni para bien ni para mal (cfr Jr 10,5). Y comienza tambi?n la confrontaci?n entre dos formas completamente distintas de dirigirse a Dios y de rezar.
Los profetas de Baal, de hecho, gritan, se agitan, bailan, saltan, entran en un estado de exaltaci?n llegando a hacerse incisiones en el cuerpo, ?con espadas y lanzas, hasta estar cubiertos de sangre?(1Re 18,28). Hacen recurso a s? mismos para interpelar a su dios, confiando en sus propias capacidades para provocar su respuesta. Se revela as? la realidad enga?osa del ?dolo: ?ste est? pensado por el hombre como algo de lo que se puede disponer, que se puede gestionar con las propias fuerzas, al que se puede acceder a partir de s? mismos y de la propia fuerza vital. La adoraci?n del ?dolo, en lugar de abrir el coraz?n humano a la Alteridad, a una relaci?n liberadora que permita salir del espacio estrecho del propio ego?smo para acceder a dimensiones de amor y de don mutuo, encierra a la persona en el c?rculo exclusivo y desesperante de la b?squeda de s? misma. Y el enga?o es tal que, adorando al ?dolo, el hombre se ve obligado a acciones extremas, en el tentativo ilusorio de someterlo a su propia voluntad. Por ello los profetas de Baal llegan hasta hacerse da?o, a infligirse heridas en el cuerpo, en un gesto dram?ticamente ir?nico: para obtener una respuesta, un signo de vida de su dios, se cubren de sangre, recubri?ndose simb?licamente de muerte.
Muy distinta es la actitud de oraci?n de El?as. ?l pide al pueblo que se acerque, implic?ndolo as? en su acci?n y en su s?plica. El objetivo del desaf?o dirigido por ?l a los profetas de Baal era el de volver a llevar a Dios al pueblo que se hab?a extraviado siguiendo a los ?dolos; por eso quiere que Israel se una a ?l, convirti?ndose en part?cipe y protagonista de su oraci?n y de cuanto est? sucediendo. Despu?s el profeta erige un altar, utilizando, como recita el texto, ?doce piedras, conforme al n?mero de los hijos de Jacob, a quien el Se?or hab?a dirigido su palabra, dici?ndole: Te llamar?s Israel? (v. 31). Esas piedras representan a todo Israel y son la memoria tangible de la historia de elecci?n, de predilecci?n y de salvaci?n de que el pueblo ha sido objeto. El gesto lit?rgico de El?as tiene una repercusi?n decisiva; el altar es el lugar sagrado que indica la presencia del Se?or, pero esas piedras que lo componen representan al pueblo, que ahora, por mediaci?n del profeta, est? puesto simb?licamente ante Dios, se convierte en "altar", lugar de ofrenda y de sacrificio.
Pero es necesario que el s?mbolo se convierta en realidad, que Israel reconozca al verdadero Dios y vuelva a encontrar su propia identidad de pueblo del Se?or. Por ello El?as pide a Dios que se manifieste, y esas doce piedras que deb?an recordar a Israel su verdad sirven tambi?n para recordar al Se?or su fidelidad, a la que el profeta apela en la oraci?n. Las palabras de su invocaci?n son densas en significado y en fe: ??Se?or, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel! Que hoy se sepa que t? eres Dios en Israel, que yo soy tu servidor y que por orden tuya hice todas estas cosas. Resp?ndeme, Se?or, resp?ndeme, para que este pueblo reconozca que t?, Se?or, eres Dios, y que eres t? el que les ha cambiado el coraz?n? (vv. 36-37; cfr Gen 32, 36-37). El?as se dirige al Se?or llam?ndole Dios de los Padres, haciendo as? memoria impl?cita de las promesas divinas y de la historia de elecci?n y de alianza que uni? indisolublemente al Se?or y a su pueblo. La implicaci?n de Dios en la historia de los hombres es tal, que su Nombre est? ya inseparablemente unido al de los Patriarcas, y el profeta pronuncia ese Nombre santo para que Dios recuerde y se muestre fiel, pero tambi?n para que Israel se sienta llamado por su nombre y vuelva a encontrar su fidelidad. El t?tulo divino pronunciado por El?as parece de hecho un poco sorprendente. En lugar de usar la f?rmula habitual, ?Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob?, utiliza un apelativo menos com?n: ?Dios de Abraham, de Isaac y de Israel?. La sustituci?n del nombre ?Jacob? con ?Israel? evoca la lucha de Jacob en el vado del Yaboq, con el cambio de nombre al que el narrador hace una referencia expl?cita (cfr Gen 32,31) y del que habl? en una de las catequesis pasadas. Esta sustituci?n adquiere un significado m?s dentro de la invocaci?n de El?as. El profeta est? rezando por el pueblo del reino del Norte, que se llamaba precisamente Israel, distinto de Jud?, que indicaba el reino del Sur. Y ahora, este pueblo, que parece haber olvidado su propio origen y su propia relaci?n privilegiada con el Se?or, se siente llamar por su nombre mientras se pronuncia el Nombre de Dios, Dios del Patriarca y Dios del pueblo: ?Se?or, Dios [?] de Israel, que se sepa hoy que tu eres Dios en Israel?.
El pueblo por el que reza El?as es puesto ante su propia verdad, y el profeta pide que tambi?n la verdad del Se?or se manifieste y que ?l intervenga para convertir a Israel, apart?ndolo del enga?o de la idolatr?a y llev?ndolo as? a la salvaci?n. Su petici?n es que el pueblo finalmente sepa, conozca en plenitud quien es verdaderamente su Dios, y haga la elecci?n decisiva de seguirle s?lo a ?l, el verdadero Dios. Porque s?lo as? Dios es reconocido por lo que es, Absoluto y Trascendente, sin la posibilidad de ponerle junto a otros dioses, que Le negar?an como absoluto, relativiz?ndole. Esta es la fe que hace de Israel el pueblo de Dios; es la fe proclamada en el bien conocido texto del Shema? Israel: ??Escucha, Israel: el Se?or, nuestro Dios, es el ?nico Se?or. Amar?s al Se?or, tu Dios, con todo tu coraz?n, con toda tu alma y con todas tus fuerzas (Dt6,4-5). Al absoluto de Dios, el creyente debe responder con un amor absoluto, total, que comprometa toda su vida, sus fuerzas, su coraz?n. Y es precisamente para el coraz?n de su pueblo que el profeta con su oraci?n est? implorando conversi?n: ?que este pueblo reconozca que t?, Se?or, eres Dios, y que eres t? el que les ha cambiado el coraz?n? (1Re 18,37). El?as, con su intercesi?n, pide a Dios lo que Dios mismo desea hacer, manifestarse en toda su misericordia, fiel a su propia realidad de Se?or de la vida que perdona, convierte, transforma.
Y esto es lo que sucede: ?cay? el fuego del Se?or: Abras? el holocausto, la le?a, las piedras y la tierra, y sec? el agua de la zanja. Al ver esto, todo el pueblo cay? con el rostro en tierra y dijo: '?El Se?or es Dios! ?El Se?or es Dios!'? (vv. 38-39). El fuego este elemento a la vez necesario y terrible, ligado a las manifestaciones divinas de la zarza ardiente y del Sina?, ahora sirve para mostrar el amor de Dios que responde a la oraci?n y se revela a su pueblo. Baal, el dios mudo e impotente, no hab?a respondido a las invocaciones de sus profetas; el Se?or en cambio responde, y de forma irrevocable, no s?lo quemando el holocausto, sino incluso secando toda el agua que hab?a sido derramada en torno al altar. Israel ya no puede tener dudas; la misericordia divina ha salido al encuentro de su debilidad, de sus dudas, de su falta de fe. Ahora, Baal, el ?dolo vano, est? vencido, y el pueblo, que parec?a perdido, ha encontrado el camino de la verdad y se ha reencontrado a s? mismo.
Queridos hermanos y hermanas, ?qu? nos dice a nosotros esta historia del pasado? ?Cu?l es el presente de esta historia? Ante todo est? en cuesti?n la prioridad del primer mandamiento; adorar s?lo a Dios. Donde Dios desaparece, el hombre cae en la esclavitud de idolatr?as, como han mostrado, en nuestro tiempo, los reg?menes totalitarios, y como muestran tambi?n diversas formas de nihilismo, que hacen al hombre dependiente de ?dolos, de idolatr?as; le esclavizan. Segundo, el objetivo primario de la oraci?n es la conversi?n: el fuego de Dios que transforma nuestro coraz?n y nos hace capaces de ver a Dios, y as?, de vivir seg?n Dios y de vivir para el otro. Y el tercer punto. Los Padres nos dicen que tambi?n esta historia de un profeta es prof?tica, si ? dicen ? es sombra del futuro, del futuro Cristo; es un paso en el camino hacia Cristo. Y nos dicen que aqu? vemos el verdadero fuego de Dios: el amor que gu?a al Se?or hasta la cruz, hasta el don total de s?. La verdadera adoraci?n de Dios, entonces, es darse a s? mismo a Dios y a los hombres, la verdadera adoraci?n es el amor. Y la verdadera adoraci?n de Dios no destruye, sino que renueva, transforma. Ciertamente, el fuego de Dios, el fuego del amor quema, transforma, purifica, pero precisamente as? no destruye, sino que crea la verdad de nuestro ser, recrea nuestro coraz?n. Y as? realmente vivos por la gracia del fuego del Esp?ritu Santo, del amor de Dios, somos adoradores en esp?ritu y en verdad. Gracias.
[En espa?ol dijo]
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua espa?ola, en particular a los grupos provenientes de Espa?a, Argentina, M?xico y otros pa?ses Latinoamericanos. Invito a todos a pedir al Se?or que nos haga capaces de ser aut?nticos mediadores ante nuestros hermanos, y as? indicar el camino de la fe del ?nico Dios, que quiere revelarse a todos los hombres para convertirlos y llevarlos a la salvaci?n.
[Traducci?n del original italiano por Inma ?lvarez
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Esta semana han comenzado los cursos de la VII Escuela de Verano del Instituto Superior de Teolog?a de las Islas Canarias. "Quiero ser cristiano. El catecumenado como el proceso ordinario para ser cristiano", fue el curso que dio el pistoletazo de salida a esta edici?n de la Escuela. El mismo fue desarrollado por el profesor Felip Juli Rodr?guez, director del Servicio Diocesano para el Catecumenado de la archidi?cesis de Barcelona. En el blog de comunicaci?n del obispado se puede encontrar una entrevista a Juli.
Los pr?ximos cursos de la Escuela de Verano son: "Saber 'ver-leer' los medios de comunicaci?n, cr?ticamente" (del 11 al 13 de julio); "El ?xito del matrimonio es posible" (del 11 al 13 de julio) y "Las JMJs y la Pastoral diocesana de J?venes" (Del 14 al 16 de julio). Para mayor informaci?n y matr?cula se ha puesto a disposici?n el n?mero de tel?fono: 922 25 25 40 y la web del ISTIC, www.cettenerife.org.?
Desde el pasado d?a 3 de julio se viene desarrollando un nuevo cursillo de discernimiento vocacional y de selecci?n para el seminario menor. El mismo se clausurar? el s?bado 9 de julio.?
Los diecisiete proyectos que desarroll? en 2010 la fundaci?n Ataretaco ayudaron a 1.308 personas en situaci?n de exclusi?n social o en riesgo de padecerla a integrarse sociolaboralmente, seg?n inform? la presidenta de la asociaci?n, Carmen Luisa Exp?sito. Del total de personas atendidas, 690 participaron en el servicio de acogida y orientaci?n; 285 en el proyecto de orientaci?n laboral; 32 en talleres b?sicos; trece en el taller de inserci?n; 69 en los programas de formaci?n para el empleo; 32 en los de inserci?n laboral; 45 en las iniciativas de formaci?n compensatoria; 49 en los cursos de alfabetizaci?n inform?tica y 93 en los de espa?ol para extranjeros.?
Radio Ecca oferta el Taller-Retiro "Ir? a Galilea" el cual pretende acercarse a la Buena Noticia de Jes?s desde "nuestra Galilea, el lugar donde nos rozamos cotidianamente con ?l, donde lo encontramos en su trabajo y en su misi?n, al lugar al que nos invita a volver para experimentarlo ahora como resucitado. Con este Taller-Retiro, durante las pr?ximas semanas, se seleccionar?n algunos pasajes del evangelio seg?n san Marcos con la intenci?n de profundizar en los or?genes de nuestra fe y relacionarla con nuestra vida cotidiana. Para m?s informaci?n y matr?cula se puede acceder a www.radioecca.net?
La pasada tarde-noche del s?bado, 2 de julio, un grupo numeroso de j?venes de nuestra di?cesis, que participar?n en las JMJ Madrid 2011, celebraron la Eucarist?a del "env?o", presidida por el obispo. Posteriormente, se trasladaron hasta la plaza lagunera de Santo Domingo para disfrutar del concierto de "d2n2" y "Wicho".??
En las librer?as diocesanas ya se encuentra el CD con la mejor m?sica cat?lica que se ha recopilado con motivo de las JMJ Madrid 2011. En ?l se encuentran Kairoj, Migueli, la Hermana Glenda, La voz del desierto, Nico, Gaby, etc. Se trata de un ?lbum doble que incluye 11 canciones en cada CD y est? publicado por la editorial San Pablo. El precio es muy econ?mico: 8.65?. Asimismo, las librer?as ya cuentan con dos de los libros recomendados no s?lo a todos aquellos que van a las JMJ, sino a todos los cristianos que les gusta la buena lectura. Hablamos de ??Por qu? est?s siempre alegre? firmes y alegres en la fe? y ?El evangelio a cuatro voces. Un mensaje de Dios para ti?, ambos de la editorial Eunsa.??
El arciprestazgo de Santa Cruz de La Palma ha venido desarrollando esta semana en la iglesia de Santo Domingo de la capital un cursillo sobre el "credo de la fe". Esta oferta formativa, en la que est?n participando m?s de 100 personas, se desarrollar? hasta el ocho de julio bajo la direcci?n de Jos? Francisco Checa. Las tem?ticas que se est?n abordando estos d?as son: ?Un credo para la fe? El padre: todopoderoso, creador...; El Hijo, hombre; el Hijo, Dios. La experiencia de la resurrecci?n; y Con el poder del Esp?ritu. La Iglesia.??
"La fe como gu?a en la vida" es el t?tulo del reportaje que ha dedicado el peri?dico "La Opini?n" a la labor pastoral del sacerdote Pepe Hern?ndez, actualmente destinado en A?aza. El reportaje destaca la labor de Hern?ndez como capell?n del psiqui?trico de Santa Cruz de Tenerife. "Su experiencia en el psiqui?trico fue dura; sin embargo, en ese tiempo tuvo la oportunidad de reconocer en los detalles de los pacientes valores y ense?anzas que le marcaron para siempre. Y as? explica ?l la religi?n que profesa: reivindicando la capacidad de percibir esa clase de detalles para mantener la fe en Dios. Pepe Hern?ndez reclama detenerse en los gestos buenos del d?a a d?a y apreciarlos, reflexionar sobre las cosas positivas que aporta la vida cotidiana", se?ala el peri?dico.?
Por su parte, la vida sacerdotal que recoge la contraportada del Diario de Avisos de este martes es la del padre Onofre. En el barrio de San Andr?s o en La Cuesta, a?n recuerdan los a?os de p?rroco del padre Onofre D?az Delgado (1925-2010). Un hombre, un sacerdote diocesano que tambi?n consagr? su vida a la atenci?n de los enfermos y los m?s necesitados en la labor que realiz? durante muchos a?os en el Hospital San Juan de Dios, labor que le fue reconocida con la ?Carta de Hermandad de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios?, que recibi? en 2002. Sin embargo la docencia tambi?n marc? un gran momento en su vida.??
El obispo ha anunciado su intenci?n de convocar ?rdenes de Diacono el pr?ximo 8 de octubre.?
En la Parroquia del Carmen de Los Realejos, han comenzado los cultos en honor a Ntra. Sra. del Carmen. En la tradicional Eucarist?a de los mi?rcoles, se procedi? a bajar la imagen de la Virgen del Carmen hasta el Presbiterio, y con ello se abri? un amplio programa de actos religiosos para honrar a la que es Alcaldesa Honoraria y Perpetua de la Villa Realejera.?
El blog comunicacionobispadodetenerife.blogspot.com ya cuenta con un enlace directo al nuevo portal de noticias del Vaticano News.va. Se trata de un portal informativo -con versi?n en italiano y en ingl?s- donde se pueden consultar todas las noticias que difunden los diferentes medios de la Santa Sede, como la propia oficina, el diario vaticano ?Osservatore Romano?, la Radio Vaticana, la agencia ?Fides? y el Vatican Information Service (VIS).?
Del 10 al 17 de julio CONFER ha organizado Ejercicios Espirituales, dirigidos por Pilar Liso, perteneciente a la Instituci?n Teresiana. El
lugar escogido para llevar a cabo el retiro es la Casa Diocesana de Ejercicios de Santa Cruz. Para inscribirse es necesario enviar un correo electr?nico a: [email protected], o bien llamando por tel?fono contactando con: Jes?s: 92250010, Clotilde: 922632227, Remedios: 922810087; Encarna: 922240636; Cecilia: 922251740; Miguel: 922221314.?
"Algo m?s que un lugar para la oraci?n" es el titular del reportaje que ha dedicado el peri?dico "Diario de Avisos", dentro de su secci?n "El Meg?fono", a la parroquia de Mar?a Auxiliadora, en el barrio de Duggi, Santa Cruz. Seg?n indica el peri?dico, "la unidad, la integraci?n y el trabajo por el barrio son algunas de las caracter?sticas que han marcado la parroquia de Mar?a Auxiliadora". El p?rroco de este barrio, Juan Manuel Yanes, indica que "la apertura de esta iglesia en la actual ubicaci?n ha supuesto un ?mbito de cohesi?n y dinamizaci?n para la zona. Asimismo, Yanes destaca que los vecinos se caracterizan porque est?n muy involucrados y son muy participativos y solidarios".?
El domingo 10 de julio, a las 11:00 horas, el obispo presidir? la Eucarist?a en honor a San Benito Abad, en La Laguna. Tras la celebraci?n de la misma, se llevar? a cabo la tradicional bendici?n del ganado y Romer?a Regional por las calles de la ciudad.?
La Orotava celebra desde hoy la festividad del Cristo atado a la columna, en el barrio de San Juan. La celebraci?n se ha retrasado una semana para no coincidir con las fiestas patronales y la procesi?n tendr? lugar el domingo, d?a 10 de julio. Esta emblem?tica talla de la parroquia de San Juan lleg? a la Villa en el siglo XVII y est? considerada la mejor obra del barroco andaluz con la que cuenta Canarias.?
En la Casa de la Iglesia, tuvo lugar la reuni?n de la permanente Diocesana del Movimiento ?Vida Ascendente?. Con la presencia del sacerdote Ram?n Padilla Brito (consiliario del movimiento) y Carmen P?rez (presidenta diocesana), adem?s de un representante por La Gomera y otro por la Palma hasta un total de 13 miembros, evaluaron el curso pastoral y programaron algunas actividades para el pr?ximo, siempre teniendo en cuenta el nuevo plan Pastoral Diocesano que se implementar? en el mes de Septiembre del presente a?o.??
El ayuntamiento de La Laguna aportar? 30.194,10 Euros para llevar a cabo un proyecto de acogimiento residencial de mayores en situaci?n de desprotecci?n en la Casa de Acogida Madre del Redentor. Esto ser? posible tras la suscripci?n en los pr?ximos d?as por parte del alcalde, Fernando Clavijo, de la pr?rroga para el presente a?o del convenio de colaboraci?n que mantiene el consistorio lagunero con la citada entidad social. El objetivo principal de este convenio ser? aportar una asistencia integral a los acogidos, proporcion?ndoles una calidad de vida digna, de acuerdo con sus necesidades personales.?
Con un triduo comienza este jueves 7 de Julio la festividad en honor al Se?or del Gran poder de Dios, en la Parroquia de Ntra. Sra. de la Pe?a, del Puerto de la Cruz. El domingo 10 de Julio, a las 20:00 horas, tendr? lugar la tradicional Misa de Acci?n de Gracias en honor al Se?or del Gran Poder de Dios. Durante la ceremonia tendr? lugar el acto de entrega del bast?n de mando de la Ciudad con motivo de su nombramiento como Alcalde Honorario y Perpetuo.
Ser? a partir del martes 12 de julio cuando se inicien los actos religiosos en honor a la Virgen del Carmen.?
Contin?a abierto el plazo de inscripciones para unos d?as de reflexi?n, silencio y oraci?n en torno a la ?Incondicionalidad?, en la Casa de Ejercicios de las Javerianas, en La Atalaya (Gran Canaria) y dirigidos por el obispo em?rito de la Di?cesis, Dami?n Iguacen Borau. Un retiro que se desarrollar? desde el 8 al 13 de Julio y est? dirigido a sacerdotes, consagrados/as. y seglares interesados. Para inscripciones: Di?cesis de Canarias: 928.640.967
Di?cesis de Tenerife: 676.089.609 / 696.660.482?
En el marco de la solemnidad de la Octava de Corpus de la Parroquia de Ntra. Sra. del Carmen, de Los Realejos el s?bado 2 de Julio, Alejandro Abrante recibi? de manos del Obispo de la Di?cesis, el ministerio del acolitado camino del diaconado permanente. A Abrante, joven comprometido con la pastoral de j?venes, la Iglesia le conf?a ejercer oficios espec?ficos dentro de la liturgia.?
Con el lema ?Caminos de encuentro? se presenta la Jornada de Responsabilidad en el Tr?fico de este a?o 2011, promovida por la Iglesia en Espa?a, a celebrar el 10 de Julio. Los obispos de la Comisi?n de Migraciones en su mensaje se?alan: ?Queremos invitaros a ver el veh?culo y la carretera como instrumentos providenciales a nuestro alcance para acercarnos a los que amamos y nos aman, para aproximar a los hombres y los pueblos, para encontrarnos con el Dios que en su Hijo Jesucristo se ha hecho compa?ero de camino, como les sucedi? a los disc?pulos que iban a Ema?s (Lc 24,13-35), con el Dios que puede hace de nuestros caminos lugares de encuentro con ?l, como le sucedi? al Eunuco et?ope (Hch 8, 26-39)?.?
Responsables del Hospital San Juan de Dios de Tenerife, perteneciente a la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios de la Provincia B?tica, han participado en el I Encuentro de Comit?s de Direcci?n celebrado en Sevilla la semana pasada y al que han asistido alrededor de 100 personas de todos los centros de la misma.?
Hasta el 10 de julio, el ex-convento de San Agust?n de Tacoronte (junto al Santuario del Cristo), albergar? una exposici?n de pintura realizada por Carmen Gloria de Armas, catequista de la parroquia de Mar?a Auxiliadora de Santa Cruz. Los beneficios econ?micos ir?n destinados a las Misiones del Congo animadas por la religiosa salesiana Sor Carmen Larai, natural de Gu?a de Isora. La delegaci?n diocesana de Misiones ha animado a esta pintora en este gesto solidario.?
El Municipio de Santa ?rsula clausura el 7 de julio la exposici?n titulada 'El Documento. Soporte de la Historia', una muestra que tiene como finalidad dar a conocer el rico patrimonio documental perteneciente a la Iglesia, as? como el gran valor y la repercusi?n que ?ste supone para toda la sociedad. En concreto, la exhibici?n acerca a los ciudadanos al Archivo Hist?rico Diocesano, facilitando informaci?n sobre su origen, contenido, funcionamiento, gesti?n y posibilidades que ofrece al p?blico en general.
DOMINGO 15 DEL TIEMPO ORDINARIO
10 de Julio de 2011
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La gracia y la paz de nuestro Se?or Jesucristo est?n con todos vosotros.
- El Reino de Dios es como una semilla que un agricultor siembra y que, aunque una parte se pierda y se estropee, finalmente la semilla sembrada da mucho fruto.
Jes?s nos lo anunciar? hoy, como una buena noticia que nos tiene que llenar de alegr?a.
- Nosotros, los que estamos aqu? reunidos y queremos ser cristianos de verdad, somos ese fruto de la semilla que Jes?s ha sembrado. Y como nosotros, mucha otra gente. Vale la pena que lo vivamos gozosamente y
que, en esta Eucarist?a, demos gracias por ese don que hemos recibido.
A. penitencial: En unos momentos de silencio, pidamos a Dios perd?n por nuestros pecados, para poder ser tierra buena capaz de acoger su Palabra.
(Silencio).
- T?, fuente de agua viva. SE?OR, TEN PIEDAD.
- T?, luz que ilumina en la oscuridad. CRISTO, TEN PIEDAD.
- T?, Palabra hecha carne. SE?OR, TEN PIEDAD.
1. lectura (lsa?as 55,10-71): Hoy y en los dos pr?ximos domingos, en el evangelio leeremos unos textos muy conocidos: las par?bolas del Reino de Dios. A trav?s de im?genes tomadas de la vida cotidiana, Jes?s nos hablar? de la vida nueva que ?l nos ofrece. La primera lectura que ahora vamos a escuchar nos prepara para que esta Palabra de Dios arraigue en nosotros y d? fruto.
2. lectura (Romanos 8,78-23): Escuchemos ahora las palabras de san Pablo, que nos invitan a fortalecer nuestra esperanza.
Oraci?n universal: Oremos ahora unidos, con una mirada muy abierta hacia el mundo entero. Oremos diciendo: ESC?CHANOS, PADRE.
Por la Iglesia, llamada a anunciar a todo el mundo la Buena Noticia del Reino de Dios. OREMOS:
Por los cristianos que viven en pa?ses en los que son perseguidos. OREMOS:
Por las vocaciones sacerdotales y religiosas. OREMOS:
Por todas las actividades para ni?os y j?venes que se realizan durante el verano desde las parroquias y entidades de Iglesia. OREMOS:
Por los que han tenido que dejar su tierra y han venido a nuestro pa?s buscando una vida m?s digna. OREMOS:
Finalmente, hoy que es el d?a de San Crist?bal, oremos por los conductores de todo tipo de veh?culos, tanto los que conducen veh?culo propio, como los conductores de los transportes p?blicos. OREMOS:
Padrenuestro: Fieles a la palabra de Jesucristo, y siguiendo su ense?anza, nos atrevemos a decir:
?
CPL
Homil?a de monse?or Juan Rub?n Mart?nez, obispo de Posadas para el domingo de Pentecost?s (12 de junio de 2011). (AICA)?
LA IGLESIA DESDE PENTECOST?S ??????????
En este domingo estamos celebrando la gran Solemnidad de Pentecost?s. El Evangelio de San Juan (20, 19-23), nos muestra a Jesucristo Resucitado, enviando a sus Ap?stoles, a aquellos que fueron elegidos entre los disc?pulos: ?Como el Padre me envi? a m?, yo tambi?n los env?o a ustedes? (Jn. 20,21). Y les otorga el poder para ejercer el ministerio de perdonar y retener los pecados, que los sacerdotes ejercen en el Sacramento de la confesi?n: ?Al decirles esto, sopl? sobre ellos y a?adi?: ?Reciban el Esp?ritu Santo. Los pecados ser?n perdonados a los que ustedes se los perdones, y ser?n retenidos a los que ustedes se los retengan? (Jn. 20,22-23). Es bueno recordar que estos hombres eran como nosotros. Ellos estaban orando ?junto a Mar?a?, en el cen?culo, en la ma?ana de Pentecost?s, cuando el Par?clito prometido, el Esp?ritu Santo descendi? sobre ellos (Hch. 2). En esa ma?ana de hace casi 2000 a?os naci? la Iglesia. El Esp?ritu Santo prometido va acompa??ndola y lo har? hasta el final de los tiempos.
En esta reflexi?n de Pentecost?s quiero tener especialmente presente a la Iglesia. Los cristianos por el bautismo somos parte de la Iglesia. Nuestra fe en Jesucristo, el Se?or, por un lado tiene una dimensi?n de compromiso personal y por otro necesariamente tiene una dimensi?n comunitaria-eclesial.
Es importante subrayar que dif?cilmente la fe de un cristiano pueda madurar sin esta relaci?n a la comunidad eclesial, a la formaci?n permanente, a la necesidad de recurrir a los sacramentos, a la Palabra de Dios y al Magisterio de la Iglesia, que nos permite iluminar los acontecimientos que vivimos y nos fortalecen a realizar opciones a veces dif?ciles que ayuden a humanizar y evangelizar nuestra cultura. Al respecto quiero citar un texto clave para profundizar en la necesaria eclesialidad en la espiritualidad de un cristiano, sobre todo en este inicio del siglo XXI caracterizado por un excesivo individualismo y subjetivismo. En Evangelii Nuntiandi el Papa Pablo VI nos dice: ?Existe, por tanto un nexo ?ntimo entre Cristo, la Iglesia y la Evangelizaci?n. Mientras dure este tiempo de la Iglesia, es ella la que tiene a su cargo la tarea de evangelizar. Una tarea que no se cumple sin ella ni mucho menos contra ella. En verdad, es conveniente recordar esto en un momento como el actual, en que no sin dolor podemos encontrar personas, que queremos juzgar bien intencionadas, pero que en realidad, est?n desorientadas en su esp?ritu, las cuales van repitiendo que su aspiraci?n es amar a Cristo, pero sin la Iglesia, escuchar a Cristo, pero no a la Iglesia. Lo absurdo de esta dicotom?a se muestra con toda claridad en estas palabras del Evangelio: ?El que a vosotros desecha, a m? me desecha? (Lc.10,16). ?C?mo va a ser posible amar a Cristo sin amar a la Iglesia, siendo as? que el m?s hermoso testimonio dado a favor de Cristo es de San Pablo: ?Am? a la Iglesia y se entreg? por ella?? (Ef. 5,25).
Durante estos a?os como Iglesia diocesana vamos asumiendo nuestro primer S?nodo Diocesano, as? como el documento de Aparecida, algo vivido con intensidad en el a?o 2007. Tanto en el ?mbito del laicado, la familia y los j?venes encontramos espacios que nos implican a profundizar la dimensi?n discipular y misionera. En nuestras distintas comunidades ya sean parroquiales, educativas, movimientos y asociaciones estos temas nos desaf?an a encontrar respuestas adecuadas a las nuevas situaciones que nos plantea este inicio del siglo XXI.
Tambi?n en este domingo quiero especialmente tener presente a la Parroquia Esp?ritu Santo que cumple sus bodas de oro, y rezar tambi?n por los padres redentoristas que en diversos lugares de nuestra Provincia, as? como en esta Parroquia han puesto su coraz?n misionero y evangelizador. All? en este Pentecost?s celebraremos tan importante fiesta y como Di?cesis estaremos unidos a ellos.
En el documento de Aparecida se vuelve a se?alar que la Misi?n de la Iglesia es Evangelizar. En este nuevo Pentecost?s quiero terminar esta reflexi?n con un texto que expresa el gozo que tiene la Iglesia sobre el amor de Dios: ?Anunciamos a nuestro pueblo que Dios nos ama, que su existencia no es una amenaza para el hombre, que est? cerca con el poder salvador y liberador de su Reino, que nos acompa?a en la tribulaci?n, que alienta incesantemente nuestra esperanza en medio de todas las pruebas. Los cristianos somos portadores de buenas noticias para la humanidad y no profetas de desventuras? (30).
Con la alegr?a de celebrar la venida del Esp?ritu Santo sobre su Iglesia, en este Pentecost?s, les env?o un saludo cercano y hasta el pr?ximo domingo.?
Mons. Juan Rub?n Mart?nez, obispo de Posadas?
Homil?a de monse?or Carmelo Juan Giaquinta, arzobispo em?rito de Resistencia, para el domingo de Pentecost?s (12 de junio de 2011). (AICA)
PENTECOST?S, O EL NACIMIENTO DE LA IGLESIA-PUEBLO DE DIOS?????????
Jn 20,19-23
?I. JES?S, RESUCITADO POR EL ESP?RITU DE DIOS PADRE,
LO COMUNICA COMO CABEZA DE LA NUEVA HUMANIDAD?
1. El evangelista Juan, al narrar la primera manifestaci?n de Jes?s resucitado, lo describe realizando su obra m?xima preanunciada por ?l en la ?ltima cena: la comunicaci?n del Esp?ritu del Padre. Gracias a ?l, el Hijo de Dios entr? en la vieja humanidad, siendo concebido en el seno de Mar?a Virgen. Gracias a ?l, Jes?s transit? entre los hombres, superando las tentaciones que pretend?an distraerlo de su misi?n. Y cuando pareci? derrotado por la muerte en cruz, gracias al Esp?ritu resucit? a una Vida infinitamente superior a la que Dios concedi? al primer Ad?n, inaugurando una Humanidad Nueva. Por ello el ap?stol Pablo lo llama ?el Esp?ritu de Aquel que resucit? a Jes?s? (Rom 8,11).
2. Plet?rico del Esp?ritu, Jes?s no pod?a retenerlo para s?. Por ello, remedando el gesto b?blico con que Dios infundi? su aliento en un mu?eco de barro, lo primero que hace es comunicarlo a sus disc?pulos: ?Sopl? sobre ellos y a?adi?: ?Reciban al Esp?ritu Santo? (Jn 20,22; cf Gen 2,7). Para que estos, a su vez, lo comuniquen a los dem?s, regener?ndolos y perdon?ndoles los pecados: ?Los pecados ser?n perdonados a los que ustedes se los perdonen, y ser?n retenidos a los que ustedes se los retengan? (v. 23).??
II. ?VENIDOS DE TODAS LAS NACIONES DEL MUNDO??
3. El libro de los Hechos de los Ap?stoles, por su parte, ubica el acontecimiento en Pentecost?s, cuando los jud?os celebraban la fiesta de las Chozas, muy vinculada a la Pascua, la misma en que Jes?s hab?a anunciado la efusi?n del Esp?ritu: ?Al llegar el d?a de Pentecost?s, estaban todos reunidos en el mismo lugar. De pronto, vino del cielo un ruido, semejante a una fuerte r?faga de viento, que reson? en toda la casa donde se encontraban. Entonces vieron aparecer unas lenguas como de fuego, que descendieron por separado sobre cada uno de ellos. Todos quedaron llenos del Esp?ritu Santo, y comenzaron a hablar en distintas lenguas, seg?n el Esp?ritu les permit?a expresarse. Hab?a en Jerusal?n jud?os piadosos, venidos de todas las naciones del mundo? (Hch 2,1-5).
4. La escena muestra el dinamismo del Esp?ritu de Dios que quiere penetrar en todos lo hombres, sin distinci?n alguna. Primero comienza derribando el muro de las diversas lenguas: ?Al o?rse este ruido, se congreg? la multitud y se llen? de asombro, porque cada uno los o?a hablar en su propia lengua? (v. 6). Pronto hubo un nuevo Pentecost?s, que derriba los muros de razas y naciones, como Pedro entiende y por ello otorga a los paganos el bautismo en el Esp?ritu Santo: ?Mientras Pedro estaba hablando, el Esp?ritu Santo descendi? sobre todos los que escuchaban la Palabra. Los fieles de origen jud?o que hab?an venido con Pedro quedaron maravillados al ver que el Esp?ritu Santo era derramado tambi?n sobre los paganos. En efecto, los o?an hablar diversas lenguas y proclamar la grandeza de Dios. Pedro dijo: ??Acaso se puede negar el agua del bautismo a los que recibieron el Esp?ritu Santo como nosotros??. Y orden? que fueran bautizados en el nombre del Se?or Jesucristo? (Hch 10,44-48; cf 11,15-18).?
III. POR EL ESP?RITU, LA IGLESIA ES EL PUEBLO DE DIOS,
CONGREGADO DE ENTRE TODOS LOS PUEBLOS DE LA TIERRA??
5. Mientras el Esp?ritu de Cristo no complete su obra, habr? en nosotros un resto de ego?smo que pretenda apropiarse de ?l y negarlo a los dem?s. Como vimos, les sucedi? a los primeros cristianos de origen jud?o, a quienes les cost? aceptar que Dios quiere compartir su Esp?ritu con todos los pueblos del mundo. Todas las divisiones en la Iglesia, lo mismo que los errores en la evangelizaci?n, sucedieron por ignorar la naturaleza del Esp?ritu Santo, e identificar su obra, que es el pueblo de Dios congregado de entre todos los pueblos de la tierra, con una visi?n parcial de la realidad: un sector eclesi?stico, una naci?n, un partido.
6. Para acometer una nueva evangelizaci?n, necesitamos tener la mirada de Dios sobre la humanidad. A ello nos ayuda contemplar la Iglesia como obra del Esp?ritu Santo tal cual la describe el Concilio. En uno de sus pasajes eximios, se refiere al Esp?ritu Santo que ?habita en la Iglesia y en el coraz?n de los fieles como en un templo? Gu?a la Iglesia a toda la verdad? Con la fuerza del Evangelio rejuvenece a la Iglesia, la renueva incesantemente y la conduce a la uni?n consumada con su Esposo? Y as? toda la Iglesia aparece como un pueblo reunido en virtud de la unidad del Padre y del Hijo y del Esp?ritu Santo? (Lumen Gentium 4). A la Iglesia-Pueblo de Dios, la constituci?n conciliar Lumen Gentium le dedica el cap?tulo II. Invito a leer completo al menos el p?rrafo 9: ?Este pueblo mesi?nico tiene por cabeza a Cristo? La condici?n de este pueblo es la dignidad y la libertad de los hijos de Dios? Tiene por ley el nuevo mandato de amar como el mismo Cristo nos am? Y tiene como fin, el dilatar m?s y m?s el reino de Dios, incoado por el mismo Dios en la tierra... Este pueblo mesi?nico, aunque no incluya a todos los hombres actualmente y con frecuencia parezca una grey peque?a, es, sin embargo, para todo el g?nero humano, un germen segur?simo de unidad, de esperanza y de salvaci?n??.
?Mons. Carmelo Juan Giaquinta, arzobispo em?rito de Resistencia?
ZENIT nos?ofrece el discurso que monse?or Silvano Tomasi, observador permanente de la Santa Sede en las Naciones Unidas en Ginebra, realiz? el 3 de junio en la 17? Sesi?n del Consejo de de Derechos Humanos sobre el tema de la violencia contra la mujer.
Se?or presidente,
La Delegaci?n de la Santa Sede acoge con satisfacci?n el segundo informe sobre el tema de la violencia contra la mujer, un tema que concierne a los derechos humanos y que justamente recibe una mayor conciencia entre el p?blico general y que ha reforzado los esfuerzos de los estados para lograr un tratamiento justo y equitativo de las mujeres.
Como se se?ala en el informe, la ra?z del problema reside en el punto de vista de la mujer que ignora o rechaza su igual dignidad. A pesar de los progresos realizados, la violencia contra las mujeres sigue siendo una realidad tr?gica. La violaci?n se usa como arma de guerra durante los conflictos, se trafica con las ni?as como si fuesen mercanc?as; se abusa de las trabajadoras dom?sticas con impunidad; se rapta a mujeres, obligadas a convertirse, obligadas a casarse y otras obligadas a abortar. Si bien la violencia es m?s frecuente donde hay pobreza e inestabilidad social, debemos reconocer que algunos sistemas legales y tradiciones todav?a la toleran. Este tratamiento negativo y desigual de las mujeres a menudo causan efectos negativos a largo plazo, efectos sociales y psicol?gicos negativos. Todav?a queda un largo camino que recorrer para poder prevenir la violencia contra las mujeres y las ni?as y lograr una igualdad efectiva en todas partes.
Como el Papa Benedicto XVI destac?: ?Hay lugares y culturas donde las mujeres est?n discriminadas o infravaloradas por el solo hecho de ser mujeres, donde se recurre incluso a argumentos religiosos y familiares, sociales y culturales de presi?n para mantener la desigualdad de los sexos, donde los actos de violencia se realizan contra las mujeres, convirti?ndolas en objeto de maltrato y de explotaci?n en la publicidad y en la industria de consumo y entretenimiento. Ante fen?menos graves y persistentes el compromiso cristiano es cada vez m?s urgente para que en todas partes se promueva una cultura que reconozca la dignidad que pertenece a los mujeres, en la ley y en la realidad concreta?.[1]
Las formas personales y estructurales de violencia contra las mujeres est?n a menudo interrelacionadas entre s? y exigen esfuerzos firmes para lograr su erradicaci?n. Este fen?meno no puede ser analizado de forma aislada del contexto social en el que ocurre. Como se destaca en el Informe, las mejoras en el nivel de vida y la provisi?n de un igual acceso a la educaci?n permitir? a la sociedad prevenir la aparici?n de este tipo de violencia. De hecho, la propia educaci?n puede servir como medio para crear una mentalidad que apoye y respete a las mujeres.
Teniendo en cuenta ?las verdades antropol?gicas fundamentales del hombre y de la mujer, en la igualdad de dignidad y en la unidad de los dos, en la arraigada y profunda diversidad entre lo masculino y lo femenino, y en su vocaci?n a la reciprocidad y a la complementariedad, a la colaboraci?n y a la comuni?n[2]," mi delegaci?n considera que es posible mejorar la situaci?n de las mujeres y luchar contra el azote de la violencia, y construir una igualdad creativa y un respeto mutuo que prevengan todo recurso a la violencia.
Gracias, Se?or Presidente.
NOTAS
[1] Papa Benedicto XVI, Discurso a los Participantes en la Convenci?n Internacional sobre el tema ?Mujer y var?n, la totalidad del humanum?, Ciudad del Vaticano, 9 de febrero de 2008 (www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/speeches/2008/february/documents/hf_ben-xvi_spe_20080209_donna-uomo_en.html)
[2] Ibid.
?(ZENIT.org).- ??Qu? hac?is ah? plantados mirando al cielo?? (Hch 1,11) les corrigen dos ?ngeles a los disc?pulos el d?a de la Ascensi?n de Jes?s. La misi?n de ellos estar? ahora en la tierra, entre los hombres, comunicando la Buena Noticia por todos los rincones del mundo. Cuando estaban ?juntos y orando? (Hch 1,14) en Jerusal?n, recibieron la fuerza del Esp?ritu del Resucitado que les ilumin? la mente y coraz?n. Las puertas del cen?culo se abrieron y con la primera predicaci?n de Pedro se inici? la marcha de la Iglesia (cf. Hch 2,12ss). Desde entonces hasta ahora, la comunidad de los seguidores de Jes?s de Nazaret est? llamada a ser ?sacramento de salvaci?n? en medio de los pueblos y naciones.
En la actualidad, lo espec?fico y urgente es anunciar a Jesucristo con obras y palabras en medio de esta ?apostas?a silenciosa? de nuestra cultura; para ello se necesitan evangelizadores cre?bles. ?Qui?nes son ?stos? Puede ser todo cristiano que, siendo fiel a la fe recibida, con coherencia de vida y humildad en sus actuaciones, se ha tomado en serio el mandato del Se?or: ?id por todo el mundo y haced disc?pulos m?os? (Mt 28,19). Sin embargo, en algunas partes de la Iglesia, no s?lo hay una carencia de vocaciones sacerdotales y religiosas, sino tambi?n una falta de celo apost?lico en muchos pastores y un d?ficit de presencia de los cat?licos seglares en la vida p?blica y en los nuevos are?pagos.
La acci?n misionera y apost?lica de extender el Reino de Cristo a todos los hombres no puede ser suplida por la mera acci?n social. Nuestras parroquias e instituciones no se deben convertir o reducir a meras ONGs, por muy dignas y actuales que sean esas formas de implicaci?n social. ?Es m?s, todo compromiso ?tico y social de un cristiano o de una instituci?n de Iglesia ha de nacer como consecuencia del amor a Dios y al pr?jimo, eje central de la fe cristiana (cf.1 Cor 13,3). Como dice Benedicto XVI: ?La fe en Dios es un acto positivo de amor y confianza, de conversi?n, de renovaci?n de la vida?.
Ahora bien, creer en un Dios crucificado y abandonado como respuesta ?ltima de salvaci?n para el hombre, sigue siendo un ?esc?ndalo y blasfemia? como en tiempo del ap?stol Pablo. La cultura nihilista y relativista que domina el pensamiento actual no soporta la propuesta cristiana de un Dios personal, salvador y redentor de la humanidad. Su reacci?n es: animadversi?n hacia la religi?n, ridiculizaci?n de lo cristiano e intentos de aniquilar la estructura visible de la Iglesia Cat?lica. Frente a este escenario, nada agradable, surge la tentaci?n en muchos bautizados de refugiarse en los ?cuarteles de inviernos? o en los ?c?lidos cen?culos?, olvidando que la Iglesia no est? para s? misma, sino para la misi?n. Cuando se cae en esa incitaci?n, corremos el riesgo de que nuestras iglesias se conviertan en museos espirituales que al final no saben enfrentarse al mundo que le rodea. En cambio si se supera ese peligro, nuestros templos recobran autenticidad de vida y son verdaderos cen?culos de puertas abiertas, como el de Jerusal?n, que oraba y evangelizaba.
Pero el activo misionero no s?lo se caracteriza por su pertenencia a un determinado carisma, grupo o espiritualidad, sino sobre todo por los frutos de santidad. Los planes, proyectos y objetivos pastorales sirven como m?todos en tanto y en cuanto suscitan ap?stoles cre?bles. Como dir?a San Gregorio Magno: ?nosotros tenemos las antorchas encendidas en nuestras manos cuando, con las buenas obras, damos a nuestros pr?jimos buenos ejemplos? (Catena Aurea, vol VI, p. 101). Estos, con la ayuda de la gracia, s? que vencen al mundo de la increencia e indiferencia religiosa.
Pentecost?s nos invita a confiar en la fuerza del Esp?ritu que supera todas las dificultades y resistencia ante el anuncio del Evangelio de la esperanza. De ah?, que tengamos que recordar aquel grito del Beato Juan Pablo II: ??No teng?is miedo!? Nuestras reuniones y celebraciones han de suscitar en los participantes un gran anhelo por el apostolado gozoso de estar ?en el mundo, sin ser del mundo? (Jn 17,16), con el ?nico objetivo de ganar ?almas para Dios? ?Esto no ha pasado de moda! ?Es la exigencia b?sica de toda vocaci?n bautismal, sacerdotal y religiosa!
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*Monse?or Juan del R?o Mart?n es el arzobispo castrense de Espa?a
Texto del micro radial de monse?or Jos? Mar?a Arancedo, arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, emitido por LT 9 (12 de junio de 2011) (AICA)
Con la celebraci?n de Pentecost?s, a cincuenta d?as de la Pascua, llega a su plenitud la obra de Jesucristo. Comprender el significado de Pentecost?s, como presencia viva y actuante del Esp?ritu de Cristo Resucitado, es comprender la riqueza y lo propio de la vida cristiana. Jesucristo no nos ha dejado una doctrina sino una vida, o mejor dicho, nos ha dejado su Evangelio como Vida Nueva. La misi?n del Esp?ritu Santo es comunicarnos como gracia la obra de Jesucristo.
?l no nos ense?a nada nuevo, su misi?n es convertir en vida todo lo que Jesucristo nos ense??. La vida cristiana, lejos de todo voluntarismo, es el testimonio de la presencia de Dios. San Agust?n que hab?a comprendido d?nde est? la fuerza del cristiano dec?a: Se?or, no me des un mandamiento porque no tengo fuerza para cumplirlo, dame tu gracia, dame tu Esp?ritu y despu?s p?deme lo que quieras.
Querer hacer del cristianismo un manual de buena conducta es desconocer lo que le es propio. Su verdad es respuesta a la realidad del hombre en cuanto ser necesitado de una presencia que lo sane. Hay en el hombre una herida que debe ser sanada, una unidad que debe ser reconstruida, esta es la obra de Jesucristo. Hay un sue?o del hombre naturalmente bueno que no responde a la realidad, porque desconoce la fragilidad de la condici?n humana junto a su grandeza.
San Pablo expresaba esta condici?n del hombre diciendo: hago el mal que no quiero y dejo de hacer el bien que quiero, hay en mi interior, dec?a, una lucha de la que no me puedo librar con mis solas fuerzas (cfr. Rom.7, 14-25). Nos cuesta hablar del pecado, sin embargo, es una realidad que limita al hombre, deteriora sus relaciones y crea situaciones de pecado en la vida de la sociedad. La obra de Jesucristo est? orientada, precisamente, a reconstruir en el hombre la imagen de hijo de Dios herida por el pecado. Esta obra que se cumple en Jesucristo, se hace vida por la acci?n del Esp?ritu Santo.
Cuando Jesucristo se despide de los ap?stoles les dice: ?yo estar? siempre con ustedes hasta el fin del mundo? (Mt. 28, 20). Este estar con nosotros se hace realidad por medio del Esp?ritu Santo. ?l act?a interiormente como gracia que nos sana y eleva espiritualmente, pero necesita de nuestra apertura o docilidad. Sin su presencia no hay vida cristiana. La mejor actitud frente a la misi?n del Esp?ritu Santo es un clima de oraci?n. Me permito compartir la secuencia que rezamos en la liturgia de Pentecost?s: Ven, Esp?ritu Santo, y env?a un rayo de tu luz. Ven, Padre de los pobres, ven a darnos tus dones, ven a darnos tu luz.
Consolador lleno de bondad, dulce hu?sped del alma, suave alivio de los hombres. T? eres descanso en el trabajo, templanza en las pasiones, alegr?a en nuestro llanto. Sin tu ayuda divina nos hay nada en el hombre, nada que sea inocente. Lava nuestras manchas, riega nuestra aridez, sana nuestras heridas. Suaviza nuestra dureza, elimina con tu calor nuestra frialdad, corrige nuestros desv?os. El hombre nuevo crea nuevas relaciones y revierte aquella situaci?n de pecado. Esta es la obra del Esp?ritu Santo.
Con la alegr?a y la esperanza de celebrar un nuevo Pentecost?s les hago llegar junto a mi afecto y oraciones, mi bendici?n en el Se?or.?
Mons. Jos? Mar?a Arancedo, arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz?
Alocuci?n televisiva de monse?or H?ctor Aguer, arzobispo de La Plata en el programa ?Claves para un mundo mejor? (11 de junio de 2011). (AICA)
SERVIR A LA DIFUSI?N DE LA VERDAD ?????????????
Un saludo cordial a todos los televidentes de cada semana. Quiero hoy dirigir un particular agradecimiento a todos aquellos que nos env?an sus mensajes y nos hacen percibir el eco de los temas que tratamos en ?Claves?.
En esos mensajes que llegan advierto una sinton?a y una adhesi?n que agradezco profundamente. Veo que lo que yo digo no cae en el desierto; compruebo adem?s que interpreto el sentir de much?sima gente que no se siente, muchas veces, interpretada por las voces que, quiz?s, hacen m?s ruido que la m?a.
Ahora bien, yo creo que esa especie de sinton?a o de adhesi?n implica en ustedes tambi?n una responsabilidad y un compromiso que les pido que asuman ser difusores de estos mensajes. As? se ampliar? el c?rculo de recepci?n de los mismos. Lo que ustedes y yo debemos procurar es que muchas personas reciban la iluminaci?n de la verdad cat?lica.
Me permito insistir en algo ya sabido: los fieles laicos tienen tambi?n una responsabilidad y muy importante en la misi?n de la Iglesia. Entonces tienen que tratar, en la medida de sus posibilidades, de su tiempo, de sus capacidades, cada uno en su lugar, de irse formando bien en las verdades de la fe para poder vivir de ellas y adquirir criterios para discernir y evaluar las cosas del mundo.
El Ap?stol San Pedro les dec?a a los primeros cristianos, en su preciosa Primera Carta ?b?squenla ustedes en el Nuevo Testamento- que los cristianos debemos estar preparados para defender delante de los dem?s la fe que profesamos.
Dice que tenemos que ser capaces de dar raz?n de nuestra esperanza y hacerlo ?subraya el Ap?stol San Pedro- con mansedumbre, con respeto y con buena conciencia.
Se trata no solamente de difundir las verdades de la fe sino que, hoy d?a, tenemos que poner un acento especial en ciertas verdades de suyo accesibles a la raz?n natural pero que de hecho dif?cilmente pueden ser comprendidas y asumidas sin la perspectiva de la fe.
Por eso a nosotros nos corresponde, por ejemplo, insistir en la afirmaci?n del orden natural del matrimonio, de la familia, el valor de la vida humana desde la concepci?n a la muerte natural y todas aquellas cosas que en la cultura que est? imponi?ndose globalmente suelen ser descartadas.
Es f?cil advertir que se va produciendo una especie de cambio de paradigmas muy acelerado. Ya no se trata solamente del rechazo del cristianismo sino del rechazo de ciertas verdades humanas fundamentales de las cuales depende en buena medida la subsistencia de la sociedad.
Tenemos que hacernos eco de estas verdades, siguiendo especialmente el Magisterio del Papa Benedicto XVI, que ha puesto un ?nfasis especial en este servicio.
El Papa Pablo VI dec?a que la Iglesia es ?experta en humanidad?. Nuestros diversos ?mbitos pastorales, parroquias o colegios, aun cuando la acci?n evangelizadora se realice en ellos en medio de muchos obst?culos y no sea por ello muy pujante y eficaz, son verdaderos reductos de humanidad en un momento en que la cultura se deshumaniza de modo acelerado.
Entonces vuelvo al principio: les agradezco much?simo la adhesi?n, el seguimiento y dem?s pero les pido: ?adelante con este prop?sito de multiplicar estos mensajes y de difundirlos cada vez mejor! ?Y prepararnos siempre todos, cada uno en la medida de sus posibilidades, para dar raz?n de nuestra esperanza.?
Mons. H?ctor Aguer, arzobispo de la Plata?
ZENIT nos?ofrece el discurso que el Papa Benedicto XVI pronunci?, en la ma?ana del s?bado 11 de Junio de 2011, en el Aula Pablo VI, a los representantes de diversas etnias de gitanos que han llegado a Roma, provenientes de toda Europa, en celebraci?n del 75? aniversario del martirio y 150? del nacimiento del Beato Zefirino Gim?nez Malla (1861-1936), gitano de origen espa?ol.
?Venerados hermanos,
queridos hermanos y hermanas!
o Del si tumentsa! [?El Se?or est? con vosotros!]
Es para m? una gran alegr?a encontrarme con vosotros y daros una cordial bienvenida, en ocasi?n de vuestro peregrinaje a la tumba del Ap?stol Pedro. Agradezco al arzobispo monse?or Antonio Mar?a Vegli?, Presidente del Consejo Pontificio de la Pastoral para los Emigrantes y los Itinerantes, por las palabras que me ha dirigido en vuestro nombre y por haber organizado el evento. Extiendo la expresi?n de mi gratitud tambi?n a la Fundaci?n "Migrantes" de la Conferencia Episcopal Italiana, a la Di?cesis de Roma y a la Comunidad de San Egidio, por haber colaborado en la realizaci?n de este peregrinaje y por lo que hacen cotidianamente en pro de vuestra acogida e integraci?n. Un ?gracias? particular a vosotros, por haber ofrecido vuestros testimonios, tan significativos.
Hab?is llegado a Roma de todas partes de Europa para manifestar vuestra fe y vuestro amor por Cristo, por la Iglesia -que es una casa para todos vosotros- y por el Papa. El Siervo de Dios Pablo VI dirigi? a los gitanos, en 1965, estas inolvidables palabras: ?Vosotros en la Iglesia no est?is al margen, sino que de alguna manera, est?is en el centro, vosotros sois el coraz?n de la Iglesia?. Tambi?n yo hoy repito con afecto: ?Est?is en el coraz?n de la Iglesia! Sois una amada porci?n del Pueblo de Dios peregrinante y nos record?is que ?no tenemos aqu? abajo una ciudad permanente, sino que buscamos la futura? (Hb 13,14). Tambi?n a vosotros ha llegado el mensaje de salvaci?n, al que hab?is respondido con fe y esperanza, enriqueciendo la comunidad eclesial de creyentes laicos, sacerdotes, di?conos, religiosos y religiosas gitanos. Vuestro pueblo ha dado a la Iglesia el beato Ceferino Gim?nez Malla, del que hoy celebramos el 150? aniversario de su nacimiento y el 75? de su martirio. La amistad con el Se?or hizo de este m?rtir, testimonio aut?ntico de la fe y de la caridad. Con la intensidad con la que ?l adoraba a Dios y descubr?a su presencia en todas las personas y en todos los acontecimientos, el beato Ceferino amaba a la Iglesia y a sus pastores. Terciario franciscano, permaneci? fiel a su ser gitano, a la historia y a la identidad de su propia etnia. Casado seg?n la tradici?n de los gitanos, junto a su esposa decidi? validar el v?nculo en la Iglesia con el Sacramento del Matrimonio. Su profunda religiosidad encontraba expresi?n en la participaci?n cotidiana en la Santa Misa y en el rezo del Rosario. Fue justo el rosario que llevaba siempre en el bolsillo, la causa de su arresto e hizo del beato Ceferino un ?aut?ntico m?rtir del Rosario?, ya que no dej? que se lo quitasen de la mano ni siquiera en el momento de su muerte: Hoy el beato Ceferino nos invita a seguir su ejemplo y nos indica tambi?n el camino: la dedicaci?n a la oraci?n y en particular al Rosario, el amor por la Eucarist?a y por los dem?s Sacramentos, la observancia de los Mandamientos, la honestidad, la caridad y la generosidad hacia el pr?jimo, especialmente hacia los pobres; esto os har? fuertes ante el riesgo de que las sectas u otros grupos pongan en peligro vuestra relaci?n con la Iglesia.
Vuestra historia es compleja y, en algunos periodos, dolorosa. Sois un pueblo que en los siglos pasados no ha vivido ideolog?as nacionalistas, que no ha aspirado a poseer una tierra o a dominar a otras gentes. Os hab?is quedado sin patria y hab?is considerado el Continente en su conjunto como vuestra casa.
Sin embargo, persisten problemas graves y preocupantes, como las relaciones a menudo dif?ciles con las sociedades en las que viv?s. Desgraciadamente a trav?s de los siglos hab?is conocido el sabor amargo de la no acogida y, a veces, de la persecuci?n, como sucedi? en la II Guerra Mundial: miles de mujeres, hombres y ni?os fueron asesinados salvajemente en los campos de exterminio. Fue ? como dec?s vosotros ? el Porr?jmos, ?La Gran Destrucci?n?, un drama todav?a poco reconocido y del que se desconocen las proporciones, pero que vuestras familias llevan impreso en el coraz?n. Durante mi visita al campo de concentraci?n de Auschwitz-Birkenau, el 28 de mayo de 2006, rec? por las v?ctimas de las persecuciones y me inclin? frente a la l?pida en lengua roman?, que recuerda a vuestros ca?dos. ?La conciencia europea no puede olvidar tanto dolor! ?Qu? nunca m?s sea, vuestro pueblo, objeto de vejaciones, de rechazo y de desprecio! ?Por vuestra parte buscad siempre la justicia, la legalidad, la reconciliaci?n y esforzaos por no ser nunca causa de sufrimiento de otros!
Hoy, gracias a Dios, la situaci?n est? cambiando: nuevas oportunidades se abren delante de vosotros, mientras que adquir?s nueva conciencia. Durante este tiempo hab?is creado una cultura de las expresiones significativas, como la m?sica y el canto, que han enriquecido Europa. Muchas etnias ya no son n?madas, sino que buscan la estabilidad con nuevas expectativas frente a la vida. La Iglesia camina con vosotros y os invita a vivir seg?n las comprometedoras exigencias del Evangelio, confiando en la fuerza de Cristo, hacia un futuro mejor. Tambi?n Europa, que reduce las fronteras y considera riqueza a la diversidad de los pueblos y de las culturas, os ofrece nuevas posibilidades. ?Os invito, queridos amigos, a escribir juntos una nueva p?gina de la historia para vuestro pueblo y para Europa! La b?squeda de alojamiento y de un trabajo digno y de educaci?n para los hijos son la base sobre la que construir la integraci?n que traer? beneficios para vosotros y para toda la sociedad. ?Dad vosotros tambi?n, vuestra efectiva y leal colaboraci?n, para que vuestras familias se inserten dignamente en el tejido civil europeo! Muchos de entre vosotros son ni?os y j?venes que desean educarse y vivir con los dem?s y como los dem?s. A estos los miro con particular afecto, convencido de que vuestros hijos tienen derecho a una vida mejor. ?Sea su bien vuestra gran aspiraci?n! Custodiad la dignidad y el valor de vuestras familias, peque?as iglesias dom?sticas, para que sean verdaderamente escuelas de humanidad (cfr?Gaudium et spes,?52). Que las instituciones, por su parte, se esfuercen por velar adecuadamente por este proceso.
Finalmente, tambi?n est?is llamados a participar activamente en la misi?n evangelizadora de la Iglesia, promoviendo la actividad pastoral en vuestras comunidades. La presencia entre vosotros de sacerdotes, di?conos y personas consagradas, que pertenecen a vuestras etnias, son un don de Dios y signo positivo del di?logo de las Iglesias locales con vuestro pueblo, que necesita sostener y desarrollar. Confiad y escuchad a estos vuestros hermanos y hermanas, y ofreced, junto a ellos, el coherente y gozoso anuncio del amor de Dios por el pueblo gitano, ?c?mo por todos los pueblos! La Iglesia desea que todos los hombres se reconozcan hijos del mismo Padre y miembros de la misma familia humana. Estamos en la vigilia de Pentecost?s, cuando el Se?or mand? su Esp?ritu sobre los Ap?stoles que comenzaron a anunciar el Evangelios en las lenguas de todos los pueblos. Que el Esp?ritu Santo distribuya sus dones abundantemente sobre todos vosotros, sobre vuestras familias y comunidades esparcidas por el mundo y os haga testigos generosos de Cristo Resucitado. Mar?a Sant?sima, tan amada por vuestro pueblo y que vosotros invoc?is como "Amari Devleskeridej", ?Nuestra Madre de Dios?, os acompa?e por los caminos del mundo y que el beato Zefirino os sostenga con su intercesi?n.
Nais?v tumenge savorenge katar o il? kaj avil?n kat? ande o kher le Petrosko te sikav?n tumar? pačam?s aj tumar? kamim?s pe e khangher? taj vi pe o Papa. O Blago Zefirino si tumende iek sičarim?s katar ek trajo traim? e Krist?ske taj vi pe e khanger?, ke dik?ve o sičarim?s aj o kamim?s pe sa le manu??. O Papa si pa?? po svako iek anda tumende, taj isar?l tumen ande pesko rugim?s. O Del del tum?n bl?gosto, tumar? en?, tumar? familje, aj tumar? trajo ke avela maj angl?. O Del del tum?n sastim?s te baxht ac?n e Devlesa.
[Agradezco de coraz?n a todos los que os hab?is reunido en la Sede de Pedro para manifestar vuestra fe y vuestro amor por la Iglesia y por el Papa. Que el Beato Ceferino sea para todos vosotros, ejemplo de una vida vivida para Cristo y para la Iglesia, en la observancia de los mandamientos y en el amor hacia el pr?jimo. El Papa est? cerca de cada uno de vosotros y os recuerda en sus oraciones. Que el Se?or os bendiga a vosotros, vuestras comunidades, vuestras familias y vuestro futuro. Que el Se?or os d? salud y fortuna. ?Permaneced con Dios!]
?Gracias! ?Y Buen Pentecost?s para todos vosotros!
Traducci?n del original italiano por Carmen ?lvarez
?Libreria Editrice Vaticana]
ZENIT? publica el discurso que dirigi? Benedicto XVI?el lunes 13 de Junio de 2011? en la Bas?lica de San Juan de Letr?n al inaugurar el congreso eclesial que concluye el a?o pastoral de la di?cesis de Roma con el tema: ?Se conmovieron profundamente? (Hechos 2, 37).
Queridos hermanos y hermanas:
Con esp?ritu agradecido al Se?or nos volvemos a reunir en esta bas?lica de San Juan de Letr?n con motivo de la inauguraci?n del congreso diocesano anual. Damos gracias a Dios que nos permite en esta tarde revivir la experiencia de la primera comunidad cristiana, que ?ten?a un solo coraz?n y una sola alma? (Hechos 4, 32). Doy las gracias al cardenal vicario por las gentiles palabras que me ha dirigido en nombre de todos y presento a cada quien mi saludo m?s cordial, asegurando mi oraci?n por vosotros y por aquellos que no pueden estar aqu? compartiendo esta importante etapa de la vida de nuestra di?cesis, en particular por quienes viven momentos de sufrimiento f?sico o espiritual.
Me ha complacido saber que en este a?o pastoral hab?is comenzado a aplicar las indicaciones surgidas en el congreso del a?o pasado, y conf?o que tambi?n en el futuro cada comunidad, sobre todo parroquial, siga comprometi?ndose para atender cada vez mejor, con la ayuda ofrecida por la di?cesis, la celebraci?n de la Eucarist?a, particularmente la dominical, preparando adecuadamente a los agentes pastorales y dedic?ndose para que el misterio del altar sea vivido cada vez m?s como un manantial del que se puede sacar la fuerza para ofrecer un testimonio m?s incisivo de la caridad, que renueve el tejido social de nuestra ciudad.
El tema de esta nueva etapa de evaluaci?n pastoral, ?La alegr?a de engendrar en la fe de la Iglesia de Roma ? La iniciaci?n cristiana?, est? relacionado con el camino ya recorrido. De hecho, desde hace ya muchos a?os nuestra di?cesis est? comprometida en la reflexi?n sobre la transmisi?n de la fe. Recuerdo que, precisamente en esta bas?lica, en una intervenci?n durante el S?nodo Romano, cit? unas palabras que me hab?a escrito Hans Urs von Balthasar:?La fe no debe ser presupuesta sino propuesta?. As? es. De por s?, la fe no se conserva en el mundo, no se transmite autom?ticamente al coraz?n del hombre, sino que debe ser siempre anunciada. El anuncio de la fe, a su vez, para que sea eficaz debe comenzar por un coraz?n que cree, que espera, que ama, un coraz?n que adora a Cristo y cree en la fuerza del Esp?ritu Santo. As? sucedi? desde el inicio, como nos recuerda el episodio b?blico escogido para iluminar esta evaluaci?n pastoral. Est? tomado del segundo cap?tulo de los Hechos de los Ap?stoles, en el que san Lucas, nada m?s haber narrado el acontecimiento de la venida del Esp?ritu Santo en Pentecost?s, refiere el primer discurso que san Pedro dirigi? a todos. La profesi?n de fe al final del discurso --?Ese Jes?s que vosotros crucificasteis, Dios lo ha hecho Se?or y Mes?as? (Hechos 2, 36)-- es el gozoso anuncio que la Iglesia no deja de repetir desde hace siglos a cada hombre.
Ante aquel anuncio todos ?se conmovieron profundamente?. Esta reacci?n fue causada ciertamente por la gracia de Dios: todos comprendieron que esa proclamaci?n realizaba las promesas y provocaba en cada uno el deseo de la conversi?n y del perd?n de los propios pecados. Las palabras de Pedro no se limitaban al anuncio de hechos, sino que mostraban su significado, poniendo en relaci?n la vicisitud de Jes?s con las promesas de Dios, con las expectativas de Israel y, por tanto, con las de cada hombre. La gente de Jerusal?n comprendi? que la resurrecci?n de Jes?s era capaz de iluminar la existencia humana. De hecho, de este acontecimiento naci? una nueva comprensi?n de la dignidad del hombre y de su destino eterno, de la relaci?n entre el hombre y la mujer, del significado ?ltimo del dolor, del compromiso en la construcci?n de la sociedad. La respuesta de la fe nace cuando el hombre descubre, por gracia de Dios, que creer significa encontrar la verdadera vida, la ?vida en plenitud?. Uno de los grandes padres de la Iglesia, san Hilario de Poitiers, escribi? que se convirti? en creyente cuando comprendi?, al escuchar en el Evangelio, que para alcanzar una vida verdaderamente feliz eran insuficientes tanto las posesiones, como el tranquilo disfrute de los bienes y que hab?a algo m?s importante y precioso: el conocimiento de la verdad y la plenitud del amor entregados por Cristo (Cf. De Trinitate 1,2).
Queridos amigos: la Iglesia, cada uno de nosotros, tiene que llevar al mundo esta gozosa noticia: Jes?s es el Se?or, Aquel en el que se han hecho carne la cercan?a y el amor de Dios por cada hombre y mujer y por toda la humanidad. Este anuncio tiene que resonar de nuevo en las regiones de antigua y tradici?n cristiana.El beato Juan Pablo II habl? de la necesidad de una nueva evangelizaci?n dirigida a quienes, a pesar de que ya han escuchado hablar de la fe, han dejado de apreciar la belleza del cristianismo, es m?s, en ocasiones lo consideran incluso como un obst?culo para alcanzar la felicidad. Por este motivo, deseo repetir lo que les dije a los j?venes en la Jornada Mundial de la Juventud en Colonia: ?La felicidad que busc?is, la felicidad que ten?is el derecho de experimentar tiene un nombre, un rostro: el de Jes?s de Nazaret, escondido en la Eucarist?a?.
Los hombres se olvidan de Dios tambi?n porque con frecuencia se reduce la persona de Jes?s a un hombre sabio y se debilita o incluso se niega la divinidad. Esta manera de pensar impide comprender la novedad radical del cristianismo, pues si Jes?s no es el Hijo ?nico del Padre, entonces tampoco Dios ha venido a visitar la historia del hombre. Por el contrario, ?la encarnaci?n forma parte del coraz?n mismo del Evangelio! Que crezca, por tanto, el compromiso por una renovada estaci?n de evangelizaci?n, que no es s?lo tarea de algunos, sino de todos los miembros de la Iglesia. En esta hora de la historia, ?no es quiz? ?sta la misi?n que el Se?or nos encomienda: anunciar la novedad del Evangelio, como Pedro y Pablo, cuando llegaron a nuestra ciudad? Hay muchas personas que todav?a no han encontrado al Se?or: hay que ofrecerles una atenci?n pastoral especial. Junto a los ni?os y los muchachos de familias cristianas que piden recorrer los itinerarios de iniciaci?n cristiana, hay adultos que no han recibido el Bautismo, o que se han alejado de la fe de la Iglesia. Es una atenci?n hoy m?s urgente que nunca, que pide comprometernos con confianza, apoyados por la certeza de que la gracia de Dios siempre act?a en el coraz?n del hombre. Yo mismo he tenido la alegr?a de bautizar cada a?o, durante la Vigilia Pascual, a algunos j?venes y adultos.
Pero, ?qui?n es el mensajero de este alegre anuncio? Seguramente cada bautizado. Sobre todo los padres, quienes tienen la tarea de pedir el Bautismo para sus propios hijos. ?Qu? grande es este don que la liturgia llama ?puerta de nuestra salvaci?n, inicio de la vida en Cristo, fuente de la nueva humanidad? (Prefacio del Bautismo). Todos los pap?s y mam?s est?n llamados a cooperar con Dios en la transmisi?n del don inestimable de la vida, pero tambi?n a dar a conocer a Aquel que es la Vida. Queridos padres, la Iglesia como madre cari?osa trata de apoyaros en esta tarea fundamental. Desde que son peque?os, los ni?os tienen necesidad de Dios y tienen la capacidad de percibir su grandeza; saben apreciar el valor de la oraci?n y de los ritos, as? como intuir la diferencia entre el bien y el mal. Acompa?adles, por tanto, en la fe, desde la edad m?s tierna.
Y, ?c?mo es posible cultivar despu?s la semilla de la vida eterna seg?n el ni?o va creciendo? San Cipriano nos recuerda: ?Nadie puede tener a Dios por Padre, sino tiene a la Iglesia por Madre?. Desde siempre la comunidad cristiana ha acompa?ado la formaci?n de los ni?os y de los muchachos, ayud?ndoles no s?lo a comprender con la inteligencia las verdades de la fe, sino tambi?n viviendo experiencias de oraci?n, de caridad y de fraternidad. La palabra de la fe corre el riesgo de quedarse muda, si no encuentra una comunidad que la lleva a la pr?ctica, haci?ndola viva y atrayente. Todav?a hoy las parroquias, los campamentos de verano, las peque?as y grandes experiencias de servicio son una preciosa ayuda para los adolescentes que recorren el camino de la iniciaci?n cristiana para madurar un compromiso de vida coherente. Aliento por tanto a recorrer este camino que permite descubrir el Evangelio como la plenitud de la existencia y no como una teor?a. Todo esto debe proponerse en particular a quienes se preparan a recibir el sacramento de la Confirmaci?n para que el don del Esp?ritu Santo confirme la alegr?a de haber sido engendrados hijos de Dios. Os invito por tanto a dedicaros con pasi?n al redescubrimiento de este sacramento para que quien ya est? bautizado pueda recibir como don de Dios el sello de la fe y se convierta plenamente en testigo de Cristo.
Para que todo esto sea eficaz y d? fruto es necesario que el conocimiento de Jes?s crezca y se prolongue m?s all? de la celebraci?n de los sacramentos. Esta es la tarea de la catequesis, como recordaba el beato Juan Pablo II: ?La peculiaridad de la catequesis, distinta del anuncio primero del Evangelio que ha suscitado la conversi?n, persigue el doble objetivo de hacer madurar la fe inicial y de educar al verdadero disc?pulo por medio de un conocimiento m?s profundo y sistem?tico de la persona y del mensaje de Nuestro Se?or Jesucristo(exhortaci?n apost?lica Catechesi tradendae, 19). La catequesis es acci?n eclesial y por tanto es necesario que los catequistas ense?en y den testimonio de la fe de la Iglesia y no su interpretaci?n. Precisamente por este motivo fue redactado el Catecismo de la Iglesia Cat?lica, que esta tarde vuelvo a entregar espiritualmente a todos vosotros para que la Iglesia de Roma pueda comprometerse con renovada alegr?a en la educaci?n de la fe. La estructura del Catecismo deriva de la experiencia del catecumenado de la Iglesia de los primeros siglos y retoma los elementos fundamentales que hacen de una persona un cristiano: la fe, los sacramentos, los mandamientos, el Padrenuestro.
Para ello es necesario educar en el silencio y la interioridad. Conf?o que en las parroquias de Roma los itinerarios de iniciaci?n cristiana eduquen en la oraci?n para que penetre en la vida y ayude a encontrar la Verdad que habita nuestro coraz?n. La fidelidad a la fe de la Iglesia, adem?s, debe conjugarse con una ?creatividad catequ?stica? que tenga en cuenta el contexto, la cultura y la edad de los destinatarios. El patrimonio de historia y de arte que custodia Roma es un camino ulterior para acercar a las personas a la fe. Invito a todos a recurrir a las riquezas de este ?camino de la belleza?, que lleva a Aquel que es, seg?n san Agust?n, la Belleza tan antigua y siempre nueva.
Queridos hermanos y hermanas: deseo daros las gracias por vuestro generoso y precioso servicio en esta fascinante obra de evangelizaci?n y de catequesis. ?No teng?is miedo de comprometeros por el Evangelio! A pesar de las dificultades que encontr?is para conciliar las exigencias familiares y laborales con las de las comunidades en las que desempe??is vuestra misi?n, confiad siempre en la ayuda de la Virgen Mar?a, Estrella de la Evangelizaci?n. El beato Juan Pablo II, que hasta el final se entreg? para anunciar el Evangelio en nuestra ciudad y am? con particular afecto a los j?venes, intercede tambi?n por nosotros ante el Padre. Asegur?ndoos mi constante oraci?n, imparto a todos la Bendici?n Apost?lica.
[Traducci?n del original italiano realizada por Jes?s Colina
?Libreria Editrice Vaticana]
Las Hermanas Hijas de Nuestra Se?ora de la Misericordia y toda la Familia de la santa Madre Rossello, el 27 de mayo pasado dieron comienzo al ?A?o del Bicentenario del nacimiento de la Santa Fundadora, Mar?a Josefa Rossello?.
?????Las Hijas de la Misericordia est?n presentes en la Argentina desde 1875 cuando las primeras misioneras fueron enviadas por la Madre Rossello con la bendici?n de San Juan Bosco, que enviaba tambi?n a los primeros salesianos. (AICA)?
Rese?a de la vida de santa Mar?a Josefa Rossello
???? Naci? en Albisola Marina, el 27 de mayo de 1811, en una familia de artesanos de la arcilla. Benita Rossello, desde los primeros a?os, fue haciendo un camino de vida-oraci?n sencillo y simple hasta el 7 de diciembre de 1880.
??? ?Cuando ten?a 16 a?os se comprometi? con la Tercera Orden Franciscana, pero su aspiraci?n era la consagraci?n a Dios en la vida religiosa. Desde 1930 vivi? en Savona sirviendo a una familia frente al convento de los Carmelitas, que la ayudaron a crecer para dar una respuesta profunda y fuerte.
???? La situaci?n de su pueblo era de un profundo cambio: estaba pasando de sociedad agr?cola a una sociedad de tipo industrial; lo econ?mico, ?tico, sanitario y cultural se tornaba cada vez m?s dram?tico.
???? El clamor del obispo, monse?or Agust?n Mar?a de Mari, fue la mediaci?n clara y definitiva del llamado de Dios, ya que era el padre y pastor atento y sensible a los problemas de su di?cesis.
???? Benita en su extraordinaria sensibilidad intuy? las instancias de los problemas de su tiempo. Urgida por la Caridad de Cristo, se har? cargo de ellos con un ardor que hasta podr? ser interpretado como temeridad y presunci?n.
???? El 10 de agosto de 1837, junto con otras j?venes, comenz? a vivir en comunidad profundizando en el silencio y la oraci?n la misi?n a emprender. As? surgen las primeras ?Hijas de Nuestra Se?ora de la Misericordia? y Benita pas? a ser la hermana Mar?a Josefa.
???? Despu?s de dos meses comenz? a reunir ni?as abandonadas, que luego se congregan en las Casas de la Providencia, y otras de mejor posici?n social para educarlas cristianamente. Tambi?n recibe en las Casas de las Arrepentidas, a j?venes dedicadas a la prostituci?n; se abre a toda miseria humana. En 1842 inici? la atenci?n a los enfermos. Ella, con sus hijas, est? presente en los momentos de epidemias.
??? ?A Savona llegan unos misioneros: los padres Verri y Olivieri y una laica, Josefa Ranzani, con las ?morenitas? del ?frica (esclavas). Mar?a Josefa las proteger? maternalmente, y aquellas m?s carenciadas por tener defectos f?sicos ser?n sus predilectas.
???? El 14 de diciembre de 1875 env?a las primeras 15 misioneras a la Argentina.
???? Mar?a Josefa es una mujer amplia que siente con el pueblo y es parte de ?l. Fue una mujer sencilla, sin gran preocupaci?n por s? misma. Se entrega, se sacrifica con simplicidad para hacer presente el Reino y compromete a sus hijas en el env?o a ?todo ministerio de misericordia en la Iglesia?.
???? La madre Mar?a Josefa Rossello muri? con fama de santidad el 7 de diciembre de 1880. El 12 de junio de 1949 es proclamada santa por el papa P?o XII.
???? Santa Mar?a Josefa Rossello es fundadora y formadora de una gran familia en la Iglesia constituida por: Las Hijas de Nuestra Se?ora de la Misericordia (HdM); los Sacerdotes de la Misericordia (SdM); las asociaciones laicas en el Apostolado de la Misericordia (ALAM); los CLAMI; los Voluntarios, y las Colaboradoras Rossellanas.
???? Est?n presentes en cuatro continentes: Europa, Am?rica, Asia y ?frica; y en 21 naciones: Italia, Alemania, Rumania, Estados Unidos, Jamaica, Hait?, Rep?blica Dominicana, Brasil, Per?, Bolivia, Uruguay, Chile, Argentina, India, Camer?n, Rep?blica Centroafricana, Chad, Burundi, Rwanda y Rep?blica Democr?tica del Congo, en medio de diferentes culturas, llamadas a ser lenguaje, gesto, presencia del Dios ?rico en misericordia? en colegios, hospitales, hogares, pensionados, misiones de verano y misiones ad gentes.+
ZENIT? nos ofrece la homil?a que el Papa Benedicto XVI pronunci? el domingo 12 de Junio de 2011, Solemnidad de Pentecost?s, durante la celebraci?n en la Bas?lica de San Pedro.
Queridos hermanos y hermanas,
Celebramos hoy la gran solemnidad de Pentecost?s. Si, en un cierto sentido, todas las solemnidades lit?rgicas de la Iglesia son grandes, esta de Pentecost?s lo es de una forma singular, porque marca, llegado al quincuag?simo d?a, el cumplimiento del acontecimiento de la Pascua, de la muerte y resurrecci?n del Se?or Jes?s a trav?s del don del Esp?ritu del Resucitado. La Iglesia nos ha preparado en los d?as pasados para Pentecost?s con su oraci?n, con la invocaci?n repetida e intensa a Dios para obtener una renovada efusi?n del Esp?ritu Santo sobre nosotros. La Iglesia ha revivido as? lo que sucedi? en sus or?genes, cuando los Ap?stoles, reunidos en el Cen?culo de Jerusal?n, ??ntimamente unidos, se dedicaban a la oraci?n, en compa??a de algunas mujeres, de Mar?a, la madre de Jes?s, y de sus hermanos? (Hch 1,14). Estaban reunidos en humilde y confiada espera de que se cumpliese la promesa del Padre comunicada a ellos por Jes?s: ?Ser?is bautizados en el Esp?ritu Santo, dentro de pocos d?as... recibir?is la fuerza del Esp?ritu Santo que descender? sobre vosotros?. (Hch 1,5.8).
En la liturgia de Pentecost?s, en la narraci?n de los Hechos de los Ap?stoles sobre el nacimiento de la Iglesia (cfr Hch 2,1-11), corresponde el salmo 103 que hemos escuchado: una alabanza de toda la creaci?n, que exalta al Esp?ritu Creador que hizo todo con sabidur?a: ??Qu? variadas son tus obras, Se?or! ?Todo lo hiciste con sabidur?a, la tierra est? llena de tus criaturas! ? ?Gloria al Se?or para siempre, al?grese el Se?or por sus obras!? (Sal?103,24.31). Lo que quiere decirnos la Iglesia es esto: el Esp?ritu creador de todas las cosas, y el Esp?ritu Santo que Cristo hizo descender desde el Padre sobre la comunidad de los disc?pulos, son uno y el mismo: creaci?n y redenci?n se pertenecen mutuamente y constituyen, en el fondo, un ?nico misterio de amor y de salvaci?n. El Esp?ritu Santo es ante todo Esp?ritu Creador y por tanto Pentecost?s es la fiesta de la creaci?n. Para nosotros los cristianos, el mundo es fruto de un acto de amor de Dios, que hizo todas las cosas y del que ?l se alegra por que es ?algo bueno?, ?algo muy bueno?, como nos recuerda el relato de la Creaci?n (cfr Gen 1,1-31). Por ello Dios no es el absolutamente Otro, innombrable y oscuro. Dios se revela y tiene un rostro. Dios es raz?n, Dios es voluntad, Dios es amor, Dios es belleza. La fe en el Esp?ritu Creador y la fe en el Esp?ritu que Cristo Resucitado dio a los Ap?stoles y nos da a cada uno de nosotros, est?n entonces inseparablemente unidas.
La segunda Lectura y el Evangelio de hoy nos muestran esta conexi?n. El Esp?ritu Santo es Aquel que nos hace reconocer en Cristo al Se?or, y nos hace pronunciar la profesi?n de fe de la Iglesia: "Jes?s es el Se?or" (cfr 1 Cor 12,3b). Se?or es el t?tulo atribuido a Dios en el Antiguo Testamento, t?tulo que en la lectura b?blica tomaba el lugar de su nombre impronunciable. El Credo de la Iglesia no es otra cosa que el desarrollo de lo que se dice con esta simple afirmaci?n: ?Jes?s es Se?or?. De esta profesi?n de fe, san Pablo nos dice que se trata precisamente de la palabra y de la obra del Esp?ritu Santo. Si queremos estar en el Esp?ritu, debemos adherirnos a este Credo. Haci?ndolo nuestro, acept?ndolo como nuestra palabra, accedemos a la obra del Esp?ritu Santo. La expresi?n ?Jes?s es Se?or? se puede leer en los dos sentidos: Jes?s es Dios, y, al mismo tiempo, Dios es Jes?s. El Esp?ritu Santo ilumina esta reciprocidad: Jes?s tiene dignidad divina, y Dios tiene el rostro humano de Jes?s. Dios se muestra en Jes?s, y con ello nos da la verdad de nosotros mismos. Dejarse iluminar profundamente por esta palabra es el acontecimiento de Pentecost?s: del desorden de Babel, de esas voces que resuenan una contra otra, tiene lugar una transformaci?n radical: la multiplicidad se hace unidad multiforme, del poder unificador de la Verdad crece la comprensi?n. En el Credo que nos une desde todos los extremos de la tierra, que, mediante el Esp?ritu Santo, hace de forma que nos comprendamos a?n en la diversidad de las lenguas, a trav?s de la fe, la esperanza y el amor, se forma la nueva comunidad de la Iglesia de Dios.
El pasaje evang?lico nos ofrece despu?s una imagen maravillosa para aclarar la conexi?n entre Jes?s, el Esp?ritu Santo y el Padre: el Esp?ritu Santo es representado como el soplo de Jes?s resucitado (cfr Jn 20,22). El evangelista Juan retoma aqu? una imagen del relato de la creaci?n, all? donde se dice que Dios sopl? en la nariz del hombre un aliento de vida (cfr Gen 2,7). El soplo de Dios es vida. Ahora, el Se?or sopla en nuestra alma un nuevo aliento de vida, el Esp?ritu Santo, su m?s ?ntima esencia, y de este modo nos acoge en la familia de Dios. Con el Bautismo y la Confirmaci?n se nos hace este don de modo espec?fico, y con los sacramentos de la Eucarist?a y de la Penitencia se repite continuamente: el Se?or sopla en nuestra alma un aliento de vida. Todos los Sacramentos, cada uno a su propia manera, comunican al hombre la vida divina, gracias al Esp?ritu Santo que opera en ellos.
En la liturgia de hoy captamos a?n una conexi?n ulterior. El Esp?ritu Santo es Creador, es la mismo tiempo Esp?ritu de Jesucristo, pero de modo que el Padre, el Hijo y el Esp?ritu Santo son un solo y ?nico Dios. Y a la luz de la primera Lectura podemos a?adir. El Esp?ritu Santo anima a la Iglesia. ?sta no procede de la voluntad humana, de la reflexi?n, de la habilidad del hombre y de su capacidad organizativa, ya que si fuese as? ya se habr?a extinguido desde hac?a tiempo, como sucede con todo lo humano, Esta en cambio es el Cuerpo de Cristo, animado por el Esp?ritu Santo. Las im?genes del viento y del fuego, usadas por san Lucas para representar la venida del Esp?ritu Santo (cfr Hch 2,2-3), recuerdan el Sina?, donde Dios se hab?a revelado al pueblo de Israel y le hab?a concedido su alianza; "la monta?a del Sina? estaba cubierta de humo ? se lee en el libro del ?xodo ?, porque el Se?or hab?a bajado a ella en el fuego" (19,18). De hecho Israel festej? el quincuag?simo d?a despu?s de la Pascua, despu?s de la conmemoraci?n de la fuga de Egipto, como la fiesta del Sina?, la fiesta del Pacto. Cuando san Lucas habla de lenguas de fuego para representar al Esp?ritu Santo, se recuerda ese antiguo Pacto, establecido sobre la base de la Ley recibida por Israel en el Sina?. As? el acontecimiento de Pentecost?s es representado como un nuevo Sina?, como el don de un nuevo Pacto en el que la alianza con Israel se extiende a todos los pueblos de la tierra, en el que caen todos los muros de la vieja Ley y aparece su coraz?n m?s santo e inmutable, es decir, el amor, que el Esp?ritu Santo comunica y difunde, el amor que lo abraza todo. Al mismo tiempo la Ley se dilata, se abre, a?n haci?ndose m?s sencilla: es el nuevo Pacto, que el Esp?ritu ?escribe? en los corazones de cuantos creen en Cristo. La extensi?n del Pacto a todos los pueblos de la tierra la representa san Lucas a trav?s de un conjunto de poblaciones considerable para aquella ?poca: (Hch 2,9-11). Con esto se nos dice una cosa muy importante: que la Iglesia es cat?lica desde el primer momento, que su universalidad no es fruto de la inclusi?n sucesiva de comunidades diversas. Desde el primer instante, de hecho, el Esp?ritu Santo la cre? como Iglesia de todos los pueblos; ?sta abraza al mundo entero, supera todas las fronteras de raza, clase, naci?n; abate todas las barreras y une a los hombres en la profesi?n del Dios uno y trino. Desde el principio la Iglesia es una, cat?lica y apost?lica: esta es su verdadera naturaleza y como tal debe ser reconocida. Es santa no gracias a la capacidad de sus miembros, sino porque Dios mismo, con su Esp?ritu, la crea, la purifica y la santifica siempre.
Finalmente, el Evangelio de hoy nos entrega esta bell?sima expresi?n: ?Los disc?pulos se llenaron de alegr?a cuando vieron al Se?or? (Jn 20,20). Estas palabras son profundamente humanas. El Amigo perdido est? presente de nuevo, y quien antes estaba turbado se alegra. Pero dicen mucho m?s. Porque el Amigo perdido no viene de un lugar cualquiera, sino de la noche de la muerte; ?y la ha atravesado! No es uno cualquiera, sino que es el Amigo y al mismo tiempo Aquel que es la Verdad y que hace vivir a los hombres; y lo que da no es una alegr?a cualquiera, sino la propia alegr?a, don del Esp?ritu Santo. S?, es hermoso vivir porque soy amado, y es la Verdad la que me ama. Se alegraron los disc?pulos, viendo al Se?or. Hoy, en Pentecost?s, esta expresi?n est? destinada tambi?n a nosotros, porque en la fe podemos verle; en la fe ?l viene entre nosotros, y tambi?n a nosotros nos ense?a las manos y el costado, y nosotros nos alegramos. Por ello queremos rezar: ?Se?or, mu?strate! Haznos el don de tu presencia y tendremos el don m?s bello, tu alegr?a. Am?n.
[Traducci?n del original italiano por Inma ?lvarez
?Libreria Editrice Vaticana]
ZENIT??nos?ofrece la intervenci?n de monse?or Silvano Tomasi, Observador Permanente de la Santa Sede en las Naciones Unidas, el 6 de junio de 2011 en la XVII Sesi?n Ordinaria del Consejo de los Derechos del Hombre, que se est? celebrando en Ginebra.
Se?or Presidente,
En primer lugar, mi Delegaci?n quer?a felicitar a los interesados involucrados en la preparaci?n del borrador del Optional Protocol to the Convention on the Rights of the Child to provide a communication procedure (OPC),? (Protocolo Facultativo de la Convenci?n sobre los Derechos del Ni?o), que se convertir? en un importante instrumento del sistema de derechos humanos.
M?s all? del aspecto jur?dico, el Protocolo Facultativo del CRC provee de una palabra de esperanza y de aliento a aquellos ni?os y j?venes cuya inocencia y dignidad humanas se han visto afectados por la crueldad que est? presente en el mundo de los adultos. Si todos los estados, las agencias de las Naciones Unidas, la sociedad civil y las instituciones religiosas trabajan juntas en una asociaci?n m?s eficaz, ser?n capaces de asegurar el amor, los cuidados y la asistencia a aquellos afectados por la violencia o los abusos. M?s a?n, se fomentar? un mundo donde estos ni?os puedan perseguir sus sue?os y aspiraciones de un futuro libre de violencia.
?Los supremos intereses del ni?o, ser?n la consideraci?n primordial?1?y la condici?n previa para llevar a cabo el futuro previsto. De hecho, estamos ?convencidos de que la familia, como grupo fundamental de la sociedad y el entorno natural para el crecimiento y bienestar de todos sus miembros, en particular los ni?os, deber?a recibir la protecci?n necesaria y la asistencia para que pueda asumir sus responsabilidades dentro de la comunidad?2. En consonancia con la Convenci?n que reconoce la esencialidad de la familia, la Santa Sede cree que los intereses supremos del ni?o son servidos en primer lugar, en el contexto de la familia tradicional.
Se?or Presidente,
Hace m?s de cincuenta a?os, en la Declaraci?n de los Derechos del Ni?o, la Asamblea General proclam? que ?el ni?o deber?a disfrutar de una protecci?n especial, y dispondr? de oportunidades y facilidades, a trav?s de la ley y otros medios, para permitirle desarrollarse f?sicamente, mentalmente, moralmente, espiritualmente y socialmente de un modo normal y saludable y en las condiciones de libertad y de dignidad3. Esto contin?a siendo de gran importancia ahora, como entonces, y se?ala la responsabilidad de la comunidad internacional en su conjunto para proseguir su labor esencial de promoci?n de la dignidad y del bienestar de todos los ni?os y adolescentes de todo el mundo.
En 2009, el Papa Benedicto XVI hizo un llamamiento a la comunidad internacional a que aumentase sus esfuerzos para ofrecer una respuesta adecuada a los tr?gicos problemas que experimentan demasiados ni?os: ?Que no falte el compromiso generoso de todas las partes para que los derechos del ni?o sean reconocidos y su dignidad reciba cada vez m?s un mayor respeto?.
Se?or Presidente, la Santa Sede ve en su nuevo Optional Protocol to the Convention of the Rights of the Child to provide a communication procedure (Protocolo Facultativo de la Convenci?n de Derechos del Ni?o para establecer un procedimiento de comunicaci?n), una contribuci?n oportuna para fortalecer el sistema de derechos humanos. Que esto nos lleve cada vez m?s cerca del objetivo final: la preservaci?n y respeto incondicionales a cada persona, mujer o hombre, adulto o ni?o.
Gracias, Se?or Presidente.
_____________________________
1?GENERAL ASSEMBLY,?Art.3 al. 1 of the Convention on the Rights of the Child, 1989, p.1.
2 GENERAL ASSEMBLY,?Preamble of the Convention on the Rights of the Child, 1989, p.1.
3 GENERAL ASSEMBLY,?Declaration of the Rights of the Child, 1959, p.1.
[Traducci?n del ingl?s por Carmen ?lvarez]
(ZENIT) Ser sacerdote cat?lico fue lo que llev? al padre Alois Andritzki de s?lo 28 a?os a ser arrestado y luego asesinado en el campo de concentraci?n de Dachau en Alemania, en 1943.
Fue?beatificado?el 4 de Julio de 2011?en la di?cesis de Dresden-Meissen Alemania, en una ceremonia presidida por el cardenal Angelo Amato, prefecto para la Congregaci?n de la Causa de los Santos, en representaci?n del Papa Benedicto XVI.?
Su vida
El padre Alois naci? en 1914 en Radibor, una peque?a poblaci?n ubicada al oriente de Alemania limitando con Polonia. Su familia parte de un peque?o porcentaje de cat?licos que viv?a en ese lugar compuesto por inmigrantes de los pa?ses eslavos.
A los 20 a?os ingres? a la facultad de teolog?a de la academia arzobispal de Paderborn. All? mostr? sus intereses por la filosof?a y la pedagog?a.
Luego ingres? al seminario de Mei?en a Schmochtitz en Bautzen. En 1938 se orden? como di?cono y un a?o m?s tarde, como sacerdote. Trabaj? como capell?n en la parroquia Hofkirchede Dresda. All? se encargaba especialmente del apostolado con los j?venes.
?Fue un sacerdote humilde, simple y siempre disponible a ayudar al pr?jimo?, cuenta el abogado Ambrosi. ?Adem?s amaba el deporte, y dec?a constantemente que un esp?ritu sano habita en un cuerpo vigoroso?, dice.
Pero en invierno de 1941 lleg? una orden de arresto, luego de que ?l promoviera una representaci?n teatral donde mostraba c?mo iban a terminar los cristianos en la Segunda Guerra Mundial.
?Por un testigo ocular se sabe que al terminar la representaci?n lleg? la Gestapo, y ?l tuvo que anotar los nombres de todos los presentes. El capell?n Andritzki estaba ya siendo particularmente vigilado, tanto que a la amenaza sigui? la convocatoria en el cuartel y despu?s el arresto?, anota el abogado Ambrosi.
?El texto demuestra que la causa fue su fe y el peligro que su ministerio sacerdotal representaba para el nazismo?, dice.
Despu?s del arresto el padre Alois permaneci? bajo custodia cautelar.
?Sin embargo considera que Andritzki rindi? declaraciones hostiles contra el Estado infringiendo de esta manera el 2 cap?tulo de la Ley contra la perfidia. Desde este momento este crimen no pod?a permanecer en la impunidad, y era necesario disponer para el acusado una acci?n penal?, cuenta el postulador.
?La acusaci?n del procudador se bas? en pruebas inexitentes? dice el abogado Ambrosi. ?Pero en las cuales ?l hizo de todo por construir una especie de castillo acusador que silenciara un sacerdote que testimoniaba con much?simo ardor su fe, y esto era intolerable para el r?gimen nacional socialista?.
As? fue remitido por la Gestapo a la carcel pol?tica de Dresde, donde permaneci? dos meses. Supuestamente ya hab?a pagado su condena pero en lugar de salir, fue llevado al campo de concentraci?n de Dachau.
La familia mand? apelar a la justicia. Su padre Johann Andritzki escribi? una conmovedora carta a la oficina de alta seguridad de Reich de Berl?n, en la que ped?a que su hijo fuese liberado porque ya no hab?a m?s cargos contra ?l. Pero el esfuerzo fue en vano.
As? fue asesinado el 3 de febrero de 1943. La causa de la muerte, seg?n los informes de la Gestapo fue el tifus abdominal, pero en realidad despu?s de que se recuper? en la enfermer?a le pusieron una inyecci?n letal.
Un testigo ocular dijo que el joven sacerdote estaba moribundo, dos camas m?s all? de la suya ?por ello dio fe del hecho que el capell?n de Dresda era un chico muy dotado, adem?s de ser un buen deportista?, dice el abogado Ambrosi. Su cuerpo fue arrastrado y despu?s incinerado.
Su testimonio parec?a un b?lsamo para los que estaban en el campo de concentraci?n: ?En el terror en el cual todos viv?an en el campo de concentraci?n de Dachau se dec?a de Alois que quien lo ve?a en la ma?ana, permanec?a lleno de alegr?a toda la jornada?, concluye el abogado Ambrosi.
Por Carmen Elena Villa
Reflexi?n de Jos? Antonio Pagola?al evangelio del domingo d?cimo quinto? del Tiempo Ordinario - A, ofrecido por? la Delegaci?n Diocesana de Ense?anza de? la di?cesis de Tenerife.
SALIR A SEMBRAR?
???????? Antes de contar la par?bola del sembrador que ?sali? a sembrar?, el evangelista nos presenta a Jes?s que ?sale de casa? a encontrarse con la gente para ?sentarse? sin prisas y dedicarse durante ?mucho rato? a sembrar el Evangelio entre toda clase de gentes. Seg?n Mateo, Jes?s es el verdadero sembrador. De ?l tenemos que aprender tambi?n hoy a sembrar el Evangelio.
???????? Lo primero es salir de nuestra casa. Es lo que pide siempre Jes?s a sus disc?pulos: ?Id por todo el mundo...?, ?Id y haced disc?pulos...?. Para sembrar el Evangelio hemos de salir de nuestra seguridad y nuestros intereses. Evangelizar es "desplazarse", buscar el encuentro con la gente, comunicarnos con el hombre y la mujer de hoy, no vivir encerrados en nuestro peque?o mundo eclesial.
???????? Esta "salida" hacia los dem?s no es proselitismo. No tiene nada de imposici?n o reconquista. Es ofrecer a las personas la oportunidad de encontrarse con Jes?s y conocer una Buena Noticia que, si la acogen, les puede ayudar a vivir mejor y de manera m?s acertada y sana. Es lo esencial.
???????? A sembrar no se puede salir sin llevar con nosotros la semilla. Antes de pensar en anunciar el Evangelio a otros, lo hemos de acoger dentro de la Iglesia, en nuestras comunidades y nuestras vidas. Es un error sentirnos depositarios de la tradici?n cristiana con la ?nica tarea de transmitirla a otros. Una Iglesia que no vive el Evangelio, no puede contagiarlo. Una comunidad donde no se respira el deseo de vivir tras los pasos de Jes?s, no puede invitar a nadie a seguirlo.
???????? Las energ?as espirituales que hay en nuestras comunidades est?n quedando a veces sin explotar, bloqueadas por un clima generalizado de desaliento y desencanto. Nos estamos dedicando a "sobrevivir" m?s que a sembrar vida nueva. Hemos de despertar nuestra fe.
???????? La crisis que estamos viviendo nos est? conduciendo a la muerte de un cierto cristianismo, pero tambi?n al comienzo de una fe renovada, m?s fiel a Jes?s y m?s evang?lica. El Evangelio tiene fuerza para engendrar en cada ?poca la fe en Cristo de manera nueva. Tambi?n en nuestros d?as.
???????? Pero hemos de aprender a sembrarlo con fe, con realismo y con verdad. Evangelizar no es transmitir una herencia, sino hacer posible el nacimiento de una fe que brote, no como "clonaci?n" del pasado, sino como respuesta nueva al Evangelio escuchado desde las preguntas, los sufrimientos, los gozos y las esperanzas de nuestro tiempo .No es el momento de distraer a la gente con cualquier cosa. Es la hora de sembrar en los corazones lo esencial del Evangelio.?
Jos? Antonio Pagola?
Red evangelizadora BUENAS NOTICIAS
10 de julio de 2011
15 Tiempo ordinario (A)
Mateo 13,1-23
ZENIT nos ofrece las palabras que el Papa Benedicto XVI pronunci?el domingo 12 de Junio de 2011?durante la meditaci?n introductoria al rezo del Regina Caeli, con los peregrinos presentes en la Plaza de San Pedro.
Queridos hermanos y hermanas,
La solemnidad de Pentecost?s, que hoy celebramos, concluye el tiempo lit?rgico de Pascua. En efecto, el Misterio pascual ? la pasi?n, muerte y resurrecci?n de Cristo y su ascensi?n al Cielo ? encuentra su cumplimiento en la potente efusi?n del Esp?ritu Santo sobre los Ap?stoles reunidos junto con Mar?a, la Madre del Se?or, y los dem?s disc?pulo. Fue el ?bautismo? de la Iglesia, bautismo en el Esp?ritu Santo (cfr Hch 1,5). Como narran los Hechos de los Ap?stoles, en la ma?ana de la fiesta de Pentecost?s, un fragor como de viento embisti? el Cen?culo y sobre cada uno de los disc?pulos descendieron lenguas como de fuego (cfr Hch 2,2-3). San Gregorio Magno comenta: ?Hoy el Esp?ritu Santo ha descendido con sonido repentino sobre los disc?pulos y ha cambiado las mentes de seres carnales dentro de su amor, y mientras aparec?an en el exterior lenguas de fuego, en el interior los corazones se hicieron llameantes, pues, acogiendo a Dios en la visi?n del fuego, ardieron suavemente de amor? (Hom.en Evang. XXX, 1: CCL 141, 256). La voz de Dios diviniza el lenguaje humano de los Ap?stoles, los cuales se volvieron capaces de proclamar de modo "polif?nico" al ?nico Verbo divino. El soplo del Esp?ritu Santo llena el universo, genera la fe, arrastra a la verdad, predispone a la unidad entre los pueblos. ?A este ruido la muchedumbre se acerc? y se qued? turbada, porque cada uno les o?a hablar en su propia lengua? de las ?maravillas de Dios? (Hch 2,6.11).
El beato Antonio Rosmini explica que ?en el d?a del Pentecost?s de los cristianos Dios promulg? ? su ley de caridad, escribi?ndola por medio del Esp?ritu Santo no sobre tablas de piedra, sio en el coraz?n de los Ap?stoles, comunic?ndola despu?s a toda la Iglesia? (Catechismo disposto secondo l?ordine delle idee?n. 737, Tur?n 1863). El Esp?ritu Santo, "que es el Se?or de la vida? ? como recitamos en el Credo ?, est? unido al Padre por medio del Hijo y completa la revelaci?n de la Sant?sima Trinidad. Proviene de Dios como aliento de su boca y tiene el poder de santificar, abolir las divisiones, disolver la confusi?n debida al pecado. ?l incorp?reo e inmaterial, otorga los bienes divinos, sostiene a los seres vivientes, para que act?en en conformidad con el bien. Como Luz inteligible da significado a la oraci?n, da vigor a la misi?n evangelizadora, hace arder los corazones de quien escucha el alegre mensaje, inspira el arte cristiano y la melod?a lit?rgica.
Queridos amigos, el Esp?ritu Santo, que crea en nosotros la fe en el momento de nuestro Bautismo, nos permite vivir como hijos de Dios, conscientes y consecuentes, seg?n la imagen del Hijo Unig?nito. Tambi?n el poder de perdonar los pecados es don del Esp?ritu Santo; de hecho, apareci?ndose a los Ap?stoles la tarde de Pascua, Jes?s sopl? su aliento sobre ellos y dijo: ?Recibid el Esp?ritu Santo. A quienes perdon?is lospecados, les ser?n perdonados?(Jn 20,23). A la Virgen Mar?a, templo del Esp?ritu Santo, confiamos la Iglesia, para que viva siempre de Jesucristo, de su Palabra, de sus mandamientos, y bajo la acci?n perenne del Esp?ritu Par?clito anuncie a todos que ??Jes?s es el Se?or!? (1 Cor 12,3).
[Despu?s del Regina Caeli dijo]
Queridos hermanos y hermanas, estoy contento de recordar que ma?ana en Dresde, en Alemania, ser? proclamado Beato Alois Andritzki, sacerdote y m?rtir, asesinado por los nacional-socialistas en 1943, a la edad de 28 a?os. Alabemos al Se?or por este heroico testigo de la fe, que se a?ade a las filas de cuantos dieron la vida en el nombre de Cristo en los campos de concentraci?n. Quisiera confiar a la intercesi?n de ellos, hoy que es Pentecost?s, la causa de la paz en el mundo. Que el Esp?ritu Santo inspire valientes prop?sitos de paz y mantenga el compromiso de llevarlos adelante, para que el di?logo prevalezca sobre las armas y el respeto de la dignidad del hombre supere los intereses de parte. Que el Esp?ritu, que es v?nculo de comuni?n, vuelva a encaminar los corazones desviados por el ego?smo y ayude a toda la familia humana a redescubrir y custodiar con vigilancia su unidad fundamental.
Pasado ma?ana, 14 de junio, se celebra la Jornada Mundial de los Donantes de Sangre, millones de personas que contribuyen, de modo silencioso, a ayudar a los hermanos en dificultad. Dirijo a todos los donantes un cordial saludo e invito a los j?venes a seguir su ejemplo.
[En espa?ol dijo]
Saludo con afecto a los peregrinos de lengua espa?ola que participan en esta oraci?n mariana, en particular a los fieles de la parroquia de Moral de Calatrava y al grupo de Oficiales de la Escuela Militar de Colombia. Celebramos hoy, cincuenta d?as despu?s de la Pascua, la solemnidad de Pentecost?s, en la que la liturgia revive el inicio de la misi?n apost?lica a todos los pueblos. Invito a todos a perseverar junto con Mar?a, Madre de la Iglesia, en ferviente oraci?n y a poner al servicio de toda la humanidad los diversos dones y carismas que el Esp?ritu Santo nos ha concedido, para continuar as? anunciando la buena nueva de la resurrecci?n de Cristo. Muchas gracias y feliz domingo.
[Traducci?n del original italiano por Inma ?lvarez
?Libreria Editrice Vaticana]
ZENIT? publica el art?culo publicado por monse?or Felipe Arizmendi Esquivel, obispo de San Crist?bal de Las Casas, con el t?tulo ?Pobres y no tan pobres?.
Pobres y no tan pobres
VER
Duras cr?ticas le llovieron a un Secretario de Estado, aspirante a la Presidencia de la Rep?blica, quien afirm? que nuestro pa?s ya no es pobre, sino que tiene una calificaci?n media. Ha tratado de justificarse, en base a est?ndares de instituciones internacionales, pero el sentir com?n y las estad?sticas oficiales nos dicen que hay en nuestro pa?s un alto porcentaje de quienes viven en pobreza, incluso en pobreza extrema.
Esto es obvio, si tenemos ojos y coraz?n para captar lo que vive y sufre el pueblo. Tanto si alguien se acerca a los barrios marginados de las ciudades, a los vendedores ambulantes, a los subempleados y desempleados, como quienes estamos casi a diario con las poblaciones campesinas e ind?genas, constatamos el dolor y la frustraci?n de miles y millones de compatriotas. La irrefrenable migraci?n a las ciudades y a los Estados Unidos, a pesar de las inhumanas restricciones que ese pa?s pone a los migrantes, nos demuestran las graves carencias que sufren much?simos hermanos.
Tambi?n es cierto que mucha gente ya no es tan pobre como hace algunos a?os. Llevo veinte en Chiapas y, a pesar de carencias inocultables, he visto el avance en carreteras, electrificaci?n, agua entubada, salud, educaci?n, vivienda, etc. Muchos campesinos ya no van a sus tierras a pie o en burro, sino en un carrito, en una camioneta, aunque sean de tercera o cuarta mano; alba?iles, empleadas dom?sticas y mujeres artesanas tienen celular. Han aumentado en forma notable los veh?culos en poblaciones marginadas. Hay muchas casas bien construidas, con las remesas que env?an quienes logran trabajo en Estados Unidos, aunque varias est?n sin habitar. Muchos hogares pagan rentas mensuales por televisi?n de cable o satelital. Las grandes tiendas comerciales se saturan de compradores. M?s j?venes acceden a estudios superiores.
JUZGAR
La pobreza tiene muchas facetas. Hay ricos y riqu?simos que son miserables en valores humanos y cristianos. Muchos pobres tienen un coraz?n de oro, pues son honestos, justos, trabajadores y solidarios; sin embargo, son los que m?s sufren, por el sistema injusto en que vivimos, generador de inequidades.
Ha dicho el Papa Benedicto XVI: ?Nuevos problemas y nuevas esclavitudes emergen en nuestro tiempo, tanto en el llamado primer mundo, acomodado y rico pero incierto sobre su futuro, como en los pa?ses emergentes donde, a causa de una globalizaci?n a menudo caracterizada por el lucro, acaban por aumentar las masas de los pobres, de los emigrantes y de los oprimidos, en quienes se debilita la luz de la esperanza? (14-V-2011).
Dijimos los obispos mexicanos en nuestra Exhortaci?n Pastoral Que en Cristo, nuestra Paz, M?xico tenga vida digna, del 15 de febrero de 2009: ?La pobreza ha crecido. Esta situaci?n no puede ocultarse tras la generalidad de las estad?sticas; la pobreza adquiere en la vida real rostros muy concretos. M?xico es uno de los pa?ses con mayor desigualdad en la distribuci?n de la riqueza en el mundo. La desigualdad provoca una honda insatisfacci?n y sensaci?n de injusticia, que es la puerta de entrada de la violencia y por consiguiente, de un clima de inseguridad.
La desigualdad y la exclusi?n social, la pobreza, el desempleo, los bajos salarios, la discriminaci?n, la migraci?n forzada y los niveles inhumanos de vida, exponen a la violencia a muchas personas: por la irritaci?n social que implican; por hacerlas vulnerables ante las propuestas de actividades il?citas y porque favorecen, en quienes tienen dinero, la corrupci?n y el abuso de poder.
Crece constantemente el n?mero de j?venes que no estudian ni trabajan, con lo que se incrementa la migraci?n y la econom?a informal. Esto hace que muchos de ellos sean oferta laboral para la demanda de quienes se dedican al narcomenudeo o a la delincuencia organizada?.
ACTUAR
Adem?s de criticar al sistema, veamos cada qui?n qu? podemos hacer por los pobres, para que ellos mismos sean actores de su desarrollo integral. Que los ricos sean capaces de abrir su coraz?n hacia ellos, y ?stos crezcan no s?lo en lo material, sino en todo su ser. Jesucristo es el mejor camino para un crecimiento pleno, para una vida digna.
CELEBRACI?N Y PROCESI?N DEL TITULAR DE LA PARROQUIA
1? de Enero
En 1579 los vecinos de La Fuente de La Guancha en el lugar de Icod de los Trigos fabricaron una ermita dedicada al Sant?simo Nombre de Jes?s dependiente del Curato de Icod de los Vinos. En el a?o 1630, despu?s de su ampliaci?n, el obispo Don Crist?bal de la C?mara y Murga lo declar? templo parroquial con el mismo t?tulo. Su fiesta por tradici?n centenaria se ha celebrado siempre en la Octava de la Navidad, 1 de Enero. Actualmente seguimos manteniendo la tradici?n aunque su fiesta lit?rgica sea el 3 de Enero. As? en la silenciosa ma?ana del d?a primero de este a?o 2011 celebramos solemnemente la Misa y tuvimos a continuaci?n una Procesi?n con la imagen del Ni?o Jes?s. (Datos hist?ricos)??
D?A DE LAS MIGRACIONES: UNA SOLA FAMILIA HUMANA
7 de Enero?
El 16 de Enero, segundo domingo del Tiempo Ordinario,? celebra la Iglesia el D?a de las Migraciones bajo el lema del Mensaje del Papa: ?Una sola familia humana?.? El cartel para esta jornada as? lo quiere expresar: Diversidad de colores y rostros de distintos pa?ses unidos en comuni?n, en un tono positivo y de esperanza frente a los mensajes medi?ticos negativos que se reciben muchas veces sobre la migraci?n. La cruz colgada en el pecho de uno de ellos indica tambi?n no solo la acogida sino la integraci?n en nuestra realidad eclesial.
Es clara tambi?n su identificaci?n con todo lo que significa la Jornada Mundial de la Juventud a celebrar este a?o, en donde ?como dice el Papa y refleja el cartel? los j?venes son ?puentes culturales? entre los pa?ses de acogida y los de destino.?
OCTAVARIO POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS
7 de Enero
El Delegado Diocesano de Relaciones Internacionales de nuestra di?cesis, adem?s de comunicarnos el programa de celebraciones a nivel diocesano en la Semana de Oraci?n por la Unidad de los Cristianos (18 al 25 de Enero), nos env?a el material para que lo usemos a niveles parroquiales o de comunidades cristianas con diversas opciones. El tema de este a?o, ?Unidos en la ense?anza de los ap?stoles, la comuni?n fraterna, la fracci?n del pan y la oraci?n?, fue preparado por el Comit? Local de Jerusal?n e invita a los cristianos del mundo entero a dedicar un tiempo de reflexi?n mirando a la Iglesia madre de Jerusal?n, de donde nacieron todas las dem?s comunidades cristianas.?
INFANCIA MISIONERA 2011: ?CON LOS NI?OS DE OCEAN?A? SEGUIMOS A JES?S?
7 de Enero
Los ni?os de la Infancia Misionera, en su recorrido por los cinco continentes,? despu?s haberse encontrado con los ni?os de ?frica y Asia, este a?o lo hacen con los de Ocean?a. El lema ?Con los ni?os de Ocean?a? seguimos a Jes?s? los invitar? a seguir a Jes?s.
Una a?o m?s la Jornada de la Infancia Misionera, con la ayuda de los materiales (Cartel, revista, tr?pticos, sobres?)? intentar? que tomemos conciencia 1) de ayudar a los educadores a desarrollar en los ni?os la dimensi?n misionera universal, 2) suscitar en los ni?os el deseo de compartir y 3) colaborar con otros ni?os a ayudar a los que m?s lo necesitan.?
CURSO SOBRE LITURGIA DE LAS HORAS
17 de Enero
Los d?as 4, 5 y 6 de febrero, en San Pedro Daute, en Garachico, ?ngel Moreno, capell?n del monasterio cisterciense de Buenafuente del Sistal, impartir? un curso sobre la Liturgia de las Horas. Los organizadores del curso han previsto un servicio de hospeder?a para quienes deseen pernoctar en Garachico. Por otro lado, cabe se?alar que ?ngel Moreno tambi?n estar? presente en el Encuentro Diocesano de la Vida Consagrada que este a?o se celebrar? tambi?n en Garachico, en la ma?ana del d?a 5 de febrero. Para inscribirse en el curso o solicitar m?s informaci?n, los interesados pueden llamar al tel?fono de la parroquia de Santa Ana: 922 830 244.(Noticias Breves ? Obispado)?
PEREGRINACI?N DIOCESANA POR LA PAZ
17 de Enero
??La Libertad Religiosa, camino de la Paz? es el lema elegido para la peregrinaci?n diocesana de oraci?n por la paz del pr?ximo 19 de febrero de 2011. Se saldr?, como en a?os anteriores, desde la Iglesia de Sto. Domingo de Guzm?n en La Laguna en torno a las 6.00 horas tras una peque?a celebraci?n de la Palabra. En Caletillas ser? la reuni?n con el resto de participantes para continuar la marcha hacia la Bas?lica, en la cual celebraremos la Eucarist?a presidida por el Obispo.(Noticias Breves ? Obispado)?
CAMPA?A CONTRA EL HAMBRE DE MANOS UNIDAS
17 de Enero
Manos Unidas contin?a trabajando con los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). En 2011, esta Organizaci?n No Gubernamental para el Desarrollo se centrar? en el cuarto objetivo: "Reducir la Mortalidad Infantil". En nuestra di?cesis, el viernes 11 de febrero, D?a del Ayuno Voluntario, Manos Unidas ha invitado a quienes lo deseen a acudir a la Eucarist?a presidida por el Obispo, que se celebrar? en la parroquia de Nuestra Se?ora de la Pe?a de Francia, en el Puerto de la Cruz, a las 19:00 horas. (Noticias Breves ? Obispado)?
CURSO PARA EVANGELIZADORES
17 de Enero
"Koinon?a. Espiritualidad del Evangelizador" es un curso destinado a todos los evangelizadores que son conscientes de la necesidad de cuidar la vida interior para poder llevar m?s eficazmente el mensaje del Evangelio. Est? organizado por la delegaci?n de pastoral misionera y se desarrollar? del 18 de febrero a las 20:00 horas al 20 de febrero despu?s de almuerzo, en la Casa de la Iglesia, en La Laguna. (Noticias Breves ? Obispado)?
MASTER DE PASTORAL FAMILIAR
17 de Febrero
Del 18 al 20 de febrero se desarrollar? la segunda edici?n del Master en Pastoral Familiar bajo el tema: "La Revelaci?n del amor en la Sagrada Familia". El lugar escogido para desarrollar esta sesi?n ser? la Casa de Ejercicios de Santa Cruz de Tenerife. Los interesados en participar pueden comunicarlo a trav?s de los correos: [email protected] y [email protected]. (Noticias Breves ? Obispado)?
CURSILLO DE CRISIANDAD N? 342
17 de Enero
El fin de semana del 28 al 30 de enero, se celebrar?, en la Casa de la Iglesia, el cursillo de Cristiandad n? 342. La misi?n del mismo es colaborar con la gracia para provocar, en quienes participan, un encuentro personal con Cristo. Si cree que alguna persona puede beneficiarse del mismo, puede ponerse en contacto mediante nuestro correo electr?nico, [email protected].(Noticias Breves ? Obispado)?
REVISTA ?IGLESIA NIVARIENSE?
17 de Enero
El ?ltimo n?mero de la revista ?Iglesia Nivariense? dedica un amplio espacio a los criterios generales para la evaluaci?n pastoral del PDP. Desde la Vicar?a General se ha pedido hacer llegar a todos los agentes de pastoral esta publicaci?n a fin de capacitarse para este momento valorativo y de planificaci?n pastoral.?(Noticias Breves ? Obispado)?
CELEBRACI?N DE ACCI?N DE GRACIAS A LA VIRGEN DE LA ESPERANZA
18 de enero
Fieles a la tradici?n recibida desde tiempo inmemorial los fieles del municipio de La Guancha se reunieron en el templo parroquial de El Dulce Nombre de Dios para participar en la Eucarist?a de Acci?n de Gracias en honor de Ntra. Sra. de la Esperanza que por voto se viene celebrando probablemente desde el siglo XVII. El pueblo acudi? a la Virgen a causa de una calamidad que se cern?a sobre ?l y prometi? guardar el d?a.
La Eucarist?a, presidida por el p?rroco y concelebrada por varios sacerdotes, cont? con la presencia de la Corporaci?n Municipal. La procesi?n fue acompa?ada por la Banda de M?sica de ?La Esperanza? del mismo municipio.?
PARTICIPACI?N EN ?MARCHA MISIONERA? AL SANTUARIO DE CANDELARIA
22 de Enero
Como en a?os anteriores los ni?os de nuestras parroquias de La Guancha y de San Jos? participaron en la Marcha Misionera que con motivo de la celebraci?n de la Jornada de la Infancia Misionera organiza la Delegaci?n Diocesana de Misiones al santuario de Ntra. Sra. de Candelaria. Sesenta ni?os acompa?ados por los catequistas y algunos padres se unieron a los otros ni?os de la di?cesis en la marcha, en los juegos, en los cantos y en la Eucarist?a presidida por el Obispo diocesano.
SEMBRANDO ESTRELLAS
11 de Diciembre 2010
Los catequistas est?n concienciando a los ni?os y a sus padres para el domingo d?a 19 de Diciembre salir por las calles de la parroquia como ?Sembradores de Estrellas?. Ya se han designado sus acompa?antes, los lugares que recorrer?n, quienes compondr?n cada grupo, c?mo se hace el regalo de la estrella y qu? se dir? al realizar el gesto.
Intentar?n llenar de estrellas las calles de nuestro pueblo y? desear de coraz?n a los que encuentren una Feliz Navidad, en nombre de todos los misioneros.
Los materiales para su celebraci?n se podr?n encontrar en la web de las OMP.?
?REAPERTURA DE LA IGLESIA DE SAN JOS?
19 de Diciembre
La comunidad parroquial de San Jos? en San Juan de la Rambla est? de enhorabuena. Su templo, despu?s de dos a?os y medio cerrado, fue abierto de nuevo al culto. A las once horas de la ma?ana del 19 de Diciembre de 2010 daba comienzo el acto de Reapertura con la asistencia de un grupo numeroso de fieles y la presencia del Obispo de la Di?cesis, el Presidente del Gobierno Canario, el Presidente del Cabildo, el Alcalde del municipio y su corporaci?n, la Directora General de Patrimonio y el Coordinador Insular de Cultura. En la presentaci?n del acto el p?rroco se?al? que ?aquello que empez? siendo una restauraci?n puntual se convirti? en una rehabilitaci?n casi total del templo, de edificaci?n sencilla y planta rectangular, cuyos or?genes se remontan a la segunda mitad del siglo XVIII?. La obra se ejecut? en dos etapas con? subvenci?n del Cabildo de Tenerife y Gobierno de Canarias. Fue llevada a cabo por las empresas SIDCI 200 S.L. y Construcciones Felipe M?ndez S.L. bajo la direcci?n t?cnica del arquitecto del obispado en su segunda fase. ?Gracias a la actuaci?n tan perfectamente coordinada a trav?s de los t?cnicos Gobierno de Canarias-Obispado?, indic? el p?rroco, hoy contamos? con una iglesia embellecida pero siendo respetuosos y fieles al pasado.
Despu?s de la intervenci?n de las autoridades el contratista hace entrega de las llaves del templo que fueron depositadas en las manos del p?rroco para que abriera la puerta y poder contemplar los detalles de la restauraci?n.
A las once y media daba comienzo la Misa presidida por el Obispo. Quien en su homil?a dio las gracias? a todas las instituciones que con su aportaci?n econ?mica y su direcci?n hab?an hecho posible esta bella obra.
Al final el p?rroco reitera su gratitud y alaba tanto la compresi?n de los fieles de la parroquia que han sufrido pacientemente el tener su templo cerrado como el apoyo de los miembros del Consejo Parroquial.?
BENDICI?N Y ENTREGA DE LAS ESTRELLAS
19 de Diciembre
Precedida una peque?a celebraci?n en la que el sacerdote bendijo las estrellas y a los ni?os y pidi? por aquellos que las iban a recibir, los ni?os de nuestra parroquia participaron en la campa?a ?Sembradores de estrellas?. Al finalizar la Misa del cuarto domingo de Adviento salieron a la calle, acompa?ados de sus catequistas y de los componentes del coro parroquial, felicitando en nombre de los misioneros a todos los que encontraron y colocando una estrella en la solapa. Y as? dieron sentido misionero a las fiestas navide?as.?
TRES MILLONES DE HITS
20 de Diciembre
Tres millones de visitas se?alaba el contador miarroba en la web-blog ?Acontecer Pastoral de una Parroquia? el s?bado 18 de Diciembre. Ocupa actualmente el n?mero 6 en el ranking miarroba de 99.569 blogs. Surgi? como complemento de la web parroquial ?Fuentedelaguancha.org?, que tiene un espacio limitado.
Su temario est? dividido en categor?as. Entre los art?culos m?s vistos est?n ?Requisitos para ser padrinos de bautismo o confirmaci?n? (45.500 hits), ?palabras-de-gratitud-y-de-despedida-de-un-profesor-de-...? (19.000 hits), litugia, moniciones y celebraciones?
EL PORTAL DE LA PARROQUIA
22 de Diciembre
Miembros de la Cofrad?a de la Santa Pasi?n han elaborado un portal con el misterio del nacimiento de Jes?s. Este a?o lo han confeccionado junto al arco del presbiterio al lado del amb?n, adornado con artesan?a del lugar.??
REPRESENTACI?N NAVIDE?A EN EL BARRIO DE LAS ROSAS
25 de Diciembre
Un grupo de ni?os del barrio de Las Rosas de San Juan de la Rambla hicieron una peque?a escenificaci?n navide?a en la que rindieron homenaje al Ni?o de Bel?n con sus ofrendas y versos. Vest?an trajes del folklore canario. Participaron en la Eucarist?a con sus cantos. Sus padres y familiares presenciaron emocionados la representaci?n.??
CONMEMORACI?N DE LOS FIELES DIFUNTOS
2 de Noviembre 2010
Como es ya tradicional a la hora anunciada previamente? el p?rroco celebr? la Eucarist?a en el cementerio parroquial en la tarde del d?a 1 de Noviembre y en el cementerio municipal el d?a 2. Las dos celebraciones gozaron de gran afluencia de fieles.?
Celebraci?n de San Mart?n de Porres
3 de Noviembre
La devoci?n de una familia de la parroquia regalando al templo una peque?a imagen de San Mart?n de Porres hace que siempre al llegar el 3 de Noviembre, fiesta lit?rgica, convoquemos a los fieles y nos acordemos del Santo de la Caridad.?
MATERIALES PARA EL D?A DE LA IGLESIA DIOCESANA
3 de noviembre
Han llegado los materiales para la celebraci?n del? D?A DE LA IGLESIA DIOCESANA? con los que se quiere remarcar que formamos parte de la comunidad de los hijos de Dios que es la Iglesia y, de ah?, el lema: ?La iglesia, comunidad de fe, caridad y esperanza?.
Un cartel, carta del Obispo Diocesano, folleto con informaci?n sobre la actividad de la Iglesia, las cuentas diocesanas y un bolet?n para la colaboraci?n econ?mica tratar?n de lograr el objetivo final de la Campa?a: animar a los ciudadanos a comprometerse a apoyar a su Iglesia en su ingente tarea.?
PROGRAMA DE ACTOS DE LA VISITA LUSTRAL DE LA IMAGEN DE NUESTRA SE?ORA DE LA ESPERANZA Y DE LAS FIESTAS PATRONALES DE SANTA CATALINA M?RTIR
8 de Noviembre
La Comisi?n de la Visita Lustral de la imagen de La Esperanza y de las Fiestas Patronales de Santa Catalina M?rtir del barrio de Santa Catalina del municipio de La Guancha est? distribuyendo el Programa de Actos. La portada a todo color presenta juntas las im?genes de La Esperanza y Santa Catalina. En el interior encontramos el programa de actos, saluda de la Alcaldesa, pr?logo del p?rroco y varias poes?as.
Por octava vez? la Virgen de la Esperanza peregrina al barrio. La primera visita comenz? el a?o 1975 con motivo del A?o Santo y as? se ha mantenido cada cinco a?os.?
JORNADA DE ORACI?N POR LA VIDA NACIENTE 2010
15 de Noviembre??????
El Papa nos ha invitado a que el pr?ximo d?a 27 de noviembre realicemos una jornada de oraci?n por la vida naciente, en concreto celebrando una vigilia de oraci?n u otra celebraci?n. As? lo expresaba el Prefecto de la Congregaci?n para el Culto: ?Es deseo del Santo Padre que en las Iglesias particulares los Obispos presidan celebraciones an?logas e involucren a las parroquias, a las comunidades religiosas, a las asociaciones y a los movimientos. Por este motivo nos ha encargado hacer esta invitaci?n en su nombre?.
En esta misma l?nea se ha manifestado la Conferencia Episcopal Espa?ola a trav?s de la Subcomisi?n de Familia y Vida, la cual ha pedido a todos los obispos espa?oles que ?favorezcan estos momentos especiales de oraci?n en sus respectivas di?cesis?.
Con tal motivo la Delegaci?n Diocesana ?Familia y Vida? ha preparado unos materiales pretendiendo? favorecer el trabajo de nuestras comunidades religiosas, parroquiales, de movimientos o de cualquier otro tipo. Nos ofrece en ellos dos tipos diferentes de vigilias de oraci?n (modelo 1 y modelo 2), un rezo especial del Santo Rosario y algunos subsidios para la celebraci?n de la eucarist?a.?
ENCUENTRO DE J?VENES
15 de Noviembre
El Encuentro anual de J?venes de la Di?cesis de Tenerife, que este a?o se presenta con el lema ?NACIENDO?, tendr? lugar en el M?dano el 20 DE Noviembre de 2010. Dar? comienzo en la Cueva del Santo Hermano Pedro y terminar? en el templo? parroquial del municipio en horario de 11 a 21 horas.???
PROYECTO DE UN HOSPITAL TRAUMATOL?GICO EN CAMER?N PROMOVIDO POR LA ORDEN HOSPITALARIA SAN JUAN DE DIOS??
Desde la oficina de Prensa el Obispado nos remiten la siguiente noticia con el ruego? de propagarla: ?La Obra Social de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, tiene un nuevo proyecto que consiste en la construcci?n de un nuevo Hospital Traumatol?gico en la ciudad de Douala en Camer?n, para atender a gente necesitada.
El centro de traumatolog?a y ortopedia San Juan de Dios ser? el primero de estas caracter?sticas en Douala, donde existe una gran demanda de tratamiento de patolog?as de esta especialidad. ?stas se deben a malformaciones cong?nitas e infecciones y tambi?n al alto ?ndice de accidentes laborales y de tr?fico que existe en Camer?n?.?
VISITA LUSTRAL DE NUESTRA SE?ORA DE LA ESPERANZA AL BARRIO DE SANTA CATALINA DE LA GUANCHA
19 de Noviembre
Unas dos mil personas peregrinaron con la imagen de Ntra. Sra. de la Esperanza al barrio de Santa Catalina de La Guancha. Comenz? la peregrinaci?n con el rezo del primer Misterio de Luz frente a la puerta del templo parroquial para despu?s dirigirse, en medio de cantos y el rezo de los misterios del Rosario, hacia la ermita del Calvario, Centro Socio-sanitario de Mayores, ermita de Coromoto y finalmente recorrer la carretera desde la salida del casco del municipio hasta el Parque de Santa Catalina. Desde aqu? la imagen de La Esperanza entra en procesi?n hasta el lugar donde esperaba la imagen de Santa Catalina M?rtir. El emotivo encuentro de las dos im?genes en medio de aplausos y cohetes dio paso al canto del Ave Mar?a y al saludo de bienvenida del p?rroco del lugar, Don Arsenio Miguel de la Cruz Reimond.? Sigue la procesi?n solemne acompa?ada de la banda de m?sica de San Juan de la Rambla y culmina la peregrinaci?n con la celebraci?n de la Eucarist?a presidida por el p?rroco de La Guancha, Don Sebasti?n Garc?a Mart?n.??
D?A PRINCIPAL DE LA VISITA LUSTRAL
21 de Noviembre
La plaza que rodea la ermita de Santa Catalina aparec?a desde temprano preparada para la solemne Eucarist?a ?en el d?a principal de la Visita Lustral de Ntra. Sra. de la Esperanza? y de las Fiestas de Santa Catalina M?rtir, cuyas im?genes fueron colocadas a ambos lados de la mesa del altar. A las 12,30 comenzaba la Solemn?sima Funci?n Religiosa de la Eucarist?a, presidida por el arcipreste de la Zona y p?rroco de El Dulce Nombre de Jes?s y concelebrada por el p?rroco del lugar y por el M. I. Sr. Don Prudencio Redondo Camarero, quien dijo la homil?a. La rondalla ?Los Hermanos? de Punta del Hidalgo llev? partes cantadas. Estuvieron presentes la Se?ora Alcaldesa, la corporaci?n municipal y una representaci?n de la cofrad?a de la Santa Pasi?n de La Guancha.
La Visita de la Virgen de La Esperanza al barrio de Santa Catalina se viene realizando cada cinco a?os desde el A?o Santo de 1975.?
Adviento 2010
23 de Noviembre?
La Delegaci?n Diocesana de Liturgia nos ha remitido el cartel anunciador para el Tiempo de Adviento en el ciclo A con la siguiente reflexi?n: ?Para los cristianos, con este tiempo comienza un nuevo a?o lit?rgico. Parece que volvemos a iniciar un c?rculo que se ha cerrado y que se vuelve a abrir, como en una especie de repetici?n anual. Pero sabemos que no es as?. No empezamos una nueva andadura para volver a pasar por donde ya hab?amos pasado, ni siquiera para remarcar las pisadas. Seguimos avanzando por el camino de nuestra existencia, y ah? nada se repite. Caminamos hacia nuestra ?casa? definitiva, sin prisas, pero con certeza inexorable y, tendr?amos que decir, ilusionada, porque nuestra ?casa?, nuestro hogar definitivo, no es un espacio oscuro, sino la luz del amor de un Padre, de una Madre, que nos espera, no sabemos c?mo, pero nos espera...
Nos ofrece es su p?gina web los materiales para su celebraci?n
ZENIT? nos ofrece el discurso que el Papa Benedicto XVI dirigi? a los superiores y alumnos de la Academia Pontificia Eclesi?stica, en la sala del Consistorio del Palacio Apost?lico Vaticano.
Venerado hermano en el episcopado,
queridos sacerdotes,
Estoy contento de reunirme, tambi?n este a?o, con la comunidad de los Alumnos de la Academia Pontificia Eclesi?stica. Saludo al presidente, monse?or Beniamino Stella, y le agradezco sus amables palabras con las que ha interpretado vuestros sentimientos. Saludo con afecto a todos vosotros, que os prepar?is para ejercer un particular ministerio en la Iglesia.
La diplomacia pontificia, como es llamada com?nmente, tiene una largu?sima tradici?n y su actividad ha contribuido de manera relevante a plasmar, en la edad moderna, la fisonom?a misma de las relaciones diplom?ticas entre los estados. En la concepci?n tradicional, ya propia del mundo antiguo, el enviado, el embajador, es, esencialmente, el que ha sido nombrado para la encargo de llevar de manera autorizada la palabra del Soberano, y por esto, puede representarlo y negociar en su nombre. La solemnidad de la ceremonia, los honores rendidos tradicionalmente a la persona del enviado, que asum?an tambi?n rasgos religiosos, son, en realidad, un tributo realizado a aquel que representa y al mensaje del que se hace int?rprete. El respeto hacia el enviado constituye una de las formas m?s altas de reconocimiento, por parte de una autoridad soberana, del derecho a existir, en un plano de igual dignidad, de sujetos distintos a s? mismo.
Acoger, por tanto, un enviado como interlocutor, recibir la palabra, significa poner las bases de la posibilidad de una coexistencia pac?fica. Se trata de un papel delicado, que exige, por parte del enviado, la capacidad de ampliar tal palabra de manera que sea al mismo tiempo fiel, lo m?s respetuosa posible por la sensibilidad y por la opini?n de los dem?s, y eficaz. Aqu? est? la verdadera habilidad del diplom?tico y no, como ahora se cree err?neamente, en la astucia o estos comportamientos que representan sobre todo las degeneraciones de la pr?ctica diplom?tica. Lealtad, coherencia, y profunda humanidad son las virtudes fundamentales de cualquier enviado, que est? llamado a colocar no s?lo su propio trabajo y sus propias cualidades, pero, de cualquier modo, la persona en su conjunto, al servicio de una palabra que no es suya.
Las r?pidas transformaciones de nuestra ?poca han reconfigurado profundamente la figura y el papel de los representantes diplom?ticos; su misi?n es, sin embargo, la misma: la de ser el medio de una correcta comunicaci?n entre los que ejercitan la funci?n de gobierno y, por consiguiente, instrumento de construcci?n de la comuni?n posible entre los pueblos y de la consolidaci?n entre ellos de relaciones pac?ficas y solidarias.
?C?mo se coloca, en todo esto, la persona y la acci?n del diplom?tico de la Santa Sede, que obviamente presenta aspectos totalmente particulares? Este, en primer lugar -como se ha destacado muchas veces- es un sacerdote, un obispo. Un hombre, por tanto, que ha elegido vivir al servicio de una Palabra que no es la suya. De hecho, es un servidor de la Palabra de Dios, y ha sido dotado, como todo sacerdote, de una misi?n que no puede ser realizada a tiempo parcial, sino que le exige ser, con toda su vida, un eco del mensaje que le ha sido confiado, el del Evangelio. Es propiamente sobre la base de esta identidad sacerdotal, muy clara y vivida de modo profundo, donde se inserta, con cierta naturalidad, el deber espec?fico de hacerse portador de la palabra del Papa, del horizonte universal de su ministerio y de su caridad pastoral, con respecto a las Iglesias particulares y frente a las instituciones en las que se ejercita leg?timamente la soberan?a en el ?mbito estatal o de las organizaciones internacionales.
En el ejercicio de esta misi?n, el diplom?tico de la Santa Sede est? llamado a hacer uso de sus dones humanos y sobrenaturales. Es f?cil comprender como, en el ejercicio de un ministerio tan delicado, la atenci?n por la propia vida espiritual, la pr?ctica de las virtudes humanas y la formaci?n de una s?lida cultura vayan de la mano y se apoyen mutuamente. Son dimensiones que permiten mantener un profundo equilibrio interior, en un trabajo que exige, entre otras cosas, la capacidad de apertura al otro, la ecuanimidad en el juicio, distancia cr?tica de las opiniones personales, sacrificio, paciencia, constancia y a veces, tambi?n, firmeza en el di?logo hacia todos. Por otro lado, el servicio a la persona del Sucesor de Pedro, que Cristo a constituido como principio y fundamento perpetuo y visible de la unidad de la fe y de la comuni?n (cfr. Conc. Vat. I,?Pastor Aeternus, Denz. 1821 (3051); Conc. Vat. II,?Lumen Gentium, 18), permite vivir en una constante y profunda referencia a la catolicidad de la Iglesia. Y all? donde hay apertura a la objetividad de la catolicidad, all? est? tambi?n el principio de una aut?ntica personalizaci?n: la vida empleada en el servicio al Papa y en la comuni?n eclesial es, bajo este perfil, extremadamente enriquecedora.
Queridos alumnos de la Academia Pontificia Eclesi?stica, en el compartir con vosotros estos pensamientos, os exhorto a comprometeros totalmente en el camino de vuestra formaci?n; y, en este momento, me acuerdo, con particular reconocimiento, de los Nuncios, Delegados Apost?licos, Observadores Permanentes y a todos los que prestan servicio en las Representaciones Pontificias esparcidas por el mundo. De buen grado imparto sobre vosotros, sobre el presidente, sobre sus colaboradores y sobre la comunidad de las religiosas Franciscanas Misioneras de Jes?s Ni?o, la Bendici?n Apost?lica.
Traducci?n del original italiano por Carmen ?lvarez
?Libreria Editrice Vaticana]
Mensaje de monse?or Jos? Luis Mollaghan, arzobispo de Rosario con ocasi?n de Pentecost?s (Junio de 2011) (AICA)
VIGILIA Y CELEBRACI?N DE PENTECOST?S??????
Fidelidad al Esp?ritu Santo, fidelidad a la Iglesia
Sin duda que esta oraci?n, supone una actitud interior de docilidad a la Iglesia, animada desde sus or?genes en el Cen?culo por el Esp?ritu Santo. M?s a?n es muy dif?cil decir que queremos recibir? los dones y ser d?ciles al Esp?ritu, si no hay un deseo interior de ser fieles a la Iglesia.
Es decir, fidelidad a la Iglesia, esposa de Cristo, edificada sobre la roca, que es Pedro, cuya triple misi?n es la de santificar, guiar y conducir al Pueblo de Dios, y tambi?n, como lo constatamos cada d?a,? la de? iluminar y servir al bien de la humanidad. Fidelidad a la Iglesia, en la que? ? Cristo Se?or instituy? diversos ministerios dirigidos al bien de todo el Cuerpo. Porque los ministros que poseen la sagrada potestad est?n al servicio de sus hermanos, a fin de que todos cuantos son miembros del pueblo de Dios y gozan, por tanto, de la verdadera dignidad cristiana, tendiendo todos libre y ordenadamente a un mismo fin, lleguen a la salvaci?n" (LG 18).
Se trata de ser fieles,?? a la ?nica Iglesia fundada por el Se?or, Misterio y don de la salvaci?n, sabiendo que su cometido fundamental? ?en todas las ?pocas y particularmente en la nuestra, es dirigir la mirada del hombre, orientar la conciencia y la experiencia de toda la humanidad hacia el misterio de Cristo? (RH 10).
En esta Iglesia? habita el Esp?ritu Santo, as? como en el coraz?n de los fieles, donde Dios infundi? el Esp?ritu de su Hijo (cfr. 1 Co 3,16). ?l nos da su luz,? y gu?a la Iglesia a toda la verdad (cfr. Jn 16,13), la unifica en la comuni?n, la? gobierna con diversos dones jer?rquicos y carism?ticos y la embellece con sus frutos (cfr. Ef 4,11-12; 1 Co 12,4; Ga 5,22). El mismo Esp?ritu, con la fuerza del Evangelio, rejuvenece la Iglesia, la renueva incesantemente y la conduce a la uni?n consumada con su Esposo. "En efecto, el Esp?ritu y la Esposa dicen al Se?or Jes?s: ?Ven!" (cfr. Ap 22,17) (cfrf. LG 4).??
La Iglesia no es el resultado de una iniciativa de los disc?pulos
De este modo la Iglesia? es como ?un pueblo reunido en virtud de la unidad del Padre y del Hijo y del Esp?ritu Santo?, y por tanto? no es el resultado de una iniciativa de los disc?pulos de Jes?s, sino un don gratuito; que manifiesta al mundo y a cada hombre el plan divino de la salvaci?n. El Concilio Vaticano II recuerda en repetidas ocasiones este car?cter trinitario de la Iglesia; y lo hace tambi?n? diciendo con? San Cipriano: ?Y as? la Iglesia universal aparece como un pueblo reunido en virtud de la unidad del Padre y del Hijo y del Esp?ritu Santo? (ibidem)
Por tanto,? es el mismo Esp?ritu? el que? anima a los disc?pulos y los re?ne en comuni?n, y? los fortifica cuando tienen que confesar la verdad, motivarla y defenderla. Es ?l mismo quien se convierte en su inspirador, ?l mismo habla con sus palabras, y juntamente con ellos y por medio de ellos da testimonio de Cristo y de su Evangelio. Y? por cierto, ante los acusadores ?l llega a ser como el ?Abogado? invisible de los acusados, por el hecho de que act?a como su patrocinador, defensor, y confortador (cfr.Juan Pablo II, Catequesis 26.IV.89).
Por esto, al celebrar nuevamemnte este a?o el d?a de Pentecost?s comprendemos? mejor que querer ser fieles y amar al Esp?ritu Santo implica reconocer al mismo tiempo querer ser fieles a la Iglesia de Jes?s. Esta fidelidad es mucho m?s que un si abstracto, es la puesta en pr?ctica cada d?a de una vida de fe adherida a la Iglesia como Misterio, que tiene a Cristo como cabeza, que cuenta con la fe de Pedro como la roca segura sobre la que est? edificada; que llama a los Obispos, para ser pastores que? reunan y caminen con las ovejas hacia la santidad, que ama a cada sacerdote como? a otro Cristo, y que recibe e incluye como Madre a? todos sus hijos.??
Esta fidelidad a la Iglesia brota de la acci?n del Esp?ritu Santo: Testimonio, vida lit?rgica, unidad de la Iglesia
Al mismo tiempo, esta? fidelidad a la Iglesia necesita la acci?n del Esp?ritu Santo, y? nuestra respuesta personal y filial en Jesucristo.
-? Precisamente, es El Esp?ritu Santo el abogado defensor de los Ap?stoles, y de quienes ser?n en la Iglesia los herederos de su testimonio y de su apostolado, especialmente en los momentos dif?ciles que van a comprometer su responsabilidad hasta el hero?smo.? Jes?s lo predijo: ?...los entregar?n a los tribunales... ser?n llevados ante gobernadores y reyes... Pero cuando los entreguen, no se preocupen por lo que van a decir, pues no ser?n ustedes los que hablen, sino el Esp?ritu de su Padre el que hablar? por ustedes? (Mt 10, 17-20), (cfr. ibidem)
La acci?n del Esp?ritu en favor de esta fidelidad se verific? especialmente durante las persecuciones contra los Ap?stoles y contra los primeros cristianos, y tambi?n en aquellas persecuciones de todos los siglos, confirmando? las palabras que Jes?s pronunci? en el Cen?culo: ?Cuando venga el Par?clito, que yo os enviar? de junto al Padre..., ?l dar? testimonio de m?. Pero al mismo tiempo les dice a sus disc?pulos: "tambi?n ustedes dar?n testimonio, porque est?n conmigo desde el principio" (Jn 15, 26-27). Esta misma acci?n del Esp?ritu nos sostiene a nosotros cristianos, y nos da fuerzas hoy por medio de la gracia para ser fieles al Evangelio; suscitando tambi?n? la exigencia de evangelizar y de dar testimonio en la misi?n.
- Tambi?n? la presencia del Esp?ritu nos mueve a ser fieles a la Iglesia en la Liturgia. Es que la Liturgia, tiene como sujeto propio a Cristo resucitado y glorificado en el Esp?ritu Santo. En ella, como nos dice San Agust?n, se pone de relieve c?mo en la Eucarist?a Cristo mismo nos asimila a s?. Pero tambi?n en la Liturgia, el Esp?ritu Santo es el pedagogo de la fe del Pueblo de Dios, el art?fice de las "obras maestras de Dios", que son los sacramentos. El deseo y la obra del Esp?ritu en el coraz?n de la Iglesia es que vivamos de la vida de Cristo resucitado. Cuando encuentra en nosotros la respuesta de fe que ?l ha despertado, entonces se realiza una verdadera cooperaci?n. Por ella, la Liturgia viene a ser la obra com?n del Esp?ritu Santo y de la Iglesia (cfr. CATIC n? 1091 y cfr. Sacramentum Caritatis, 36).
Por lo cual, dado que? la liturgia eucar?stica es esencialmente acci?n de Dios que nos une a Jes?s a trav?s del Esp?ritu Santo, su fundamento, como nos ense?a Benedicto XVI,? no puede estar? sometido a nuestro arbitrio ni? ceder a la presi?n de la moda del momento. En esto tambi?n es v?lida la afirmaci?n? de san Pablo: ? Nadie puede poner otro cimiento fuera del ya puesto, que es Jesucristo ? (1 Co 3,11) (cfr. ibidem, 37).
De esta manera, por medio del Esp?ritu Santo nos ponemos en toda acci?n lit?rgica en comuni?n con Cristo para formar su Cuerpo. As?,? "en la Liturgia se realiza la cooperaci?n m?s ?ntima entre el Esp?ritu Santo y la Iglesia. El Esp?ritu de comuni?n permanece indefectiblemente en la Iglesia, y por eso la Iglesia es el gran sacramento de la comuni?n divina que re?ne a los hijos de Dios dispersos. El fruto del Esp?ritu en la Liturgia es inseparablemente comuni?n con la Trinidad Santa y comuni?n fraterna (cf 1 Jn 1,3-7)" (CATIC 1108).
-? Finalmente, esta fidelidad a la Iglesia est? en estrecha relaci?n con la unidad y la oraci?n por la unidad al Esp?ritu Santo. As? como la unidad de la Iglesia futura se basa en la fe que Pedro profes?: "Nosotros creemos. Y sabemos que t? eres el Santo, consagrado por Dios" (Jn 6,69);? la unidad se funda en la fe en Dios, y en su enviado Jesucristo..? Y el mismo? Se?or nos ense?? a pedir por la unidad que solo podemos alcanzar como un don? a partir de Dios,? (cfr. Jes?s de Nazaret, pg.118), una unidad que deja ver la acci?n y la presencia del Esp?ritu. Como nos dice el Catecismo de la Iglesia : "El Esp?ritu Santo que habita en los creyentes y llena y gobierna a toda la Iglesia realiza esa admirable comuni?n de fieles y une a todos en Cristo tan ?ntimamente que es el Principio de la unidad de la Iglesia" (CATIC 813) .
Los invito cordialmente a Vivir esta solemnidad de Pentecost?s como los Ap?stoles, reunidos junto a la Sant?sima Virgen Mar?a, Madre de Jes?s y de la Iglesia. A Ella le pedimos tambi?n que el amor del Esp?ritu Santo, nos lleve a amar tambi?n a la Iglesia de su Hijo.?
Mons. Jos? Luis Mollaghan, arzobispo de Rosario?
Reflexi?n a las lecturas del domingo d?cimo cuarto del Tiempo Ordinario - A, ofrecido porel sacerdote Don Juan Manuel P?rez Pi?ero bajo el ep?grafe "ECOS DEL D?A DEL SE?OR"
ECOS DEL D?A DEL SE?OR
Domingo 14? del Tiempo Ordinario A?
Queridos amigos y amigas:
?Qu? atrayente nos resulta siempre una persona humilde, sencilla, acogedora?!
A lo mejor es una persona importante por su ciencia o por su posici?n social? y, sin embargo es sencilla, asequible, cordial con todos, incluso con la gente m?s sencilla?
?Hijo m?o, en tus asuntos procede con humildad y te querr?n m?s que al hombre generoso??, leemos en el libro del Eclesi?stico (3,17).
Por eso nos resulta? siempre tan atrayente Jesucristo que este domingo se nos presenta ?manso y humilde de coraz?n?.
Acabamos recordarlo y celebrarlo en la solemnidad del Sagrado Coraz?n.
Las Lecturas de la Palabra de Dios de este domingo subrayan este aspecto de la vida del Se?or.
El profeta Malaqu?as invita al pueblo de Dios a la alegr?a porque viene el Mes?as-Rey ?justo y victorioso, modesto y cabalgando en un asno?? en lugar de un caballo que es signo de vigor y fuerza?
Y la Liturgia de la Iglesia subraya este domingo con letras rojas al comienzo de la lectura: ?Tu? rey viene a ti modesto?. Y en el Evangelio se subraya: ?Soy manso y humilde de coraz?n?.
Y el Se?or nos dice: ?Aprended de m텔
?Esta es, por tanto, una de nuestras tareas en la vida cristiana: la mansedumbre y la verdadera humildad, de la que hemos hablado en alguna ocasi?n. Y a?ade el Se?or: ?Y encontrar?is vuestro descanso??
Si hay algo propio del mundo moderno es, precisamente, el cansancio psicol?gico y espiritual. Cu?nto se habla hoy de stress, del cansancio en todos los ?rdenes.
Cuando seguimos a Jesucristo y tratamos de imitarle, alcanzamos el sosiego y? la paz. Renace la alegr?a y la ilusi?n?
Su yugo es llevadero y su carga ligera leemos tambi?n hoy en el Evangelio?
???????? Y a este tipo de personas ?a los mansos y humildes- revela el Padre del Cielo los secretos del Reino.? Y ya dec?amos al principio, que hay personas de cierto relieve social que son as?.
El Evangelio nos presenta a Jes?s que ora diciendo: ?Te doy gracias, Padre, Se?or del cielo y de la tierra porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. S?, Padre. As? te ha parecido mejor?. ?
???????? Vienen ahora algunos domingos en que se nos presentan las llamadas ?par?bolas del Reino? de S. Mateo.
Las par?bolas? Que unos entienden y otros no, seg?n sea la condici?n de sus ojos, de sus o?dos?, de su coraz?n.
Y m?s adelante el Se?or a?ade unas palabras sorprendentes: ?Venid a m? los que est?is cansados y agobiados que yo os aliviar?.
Esto hoy no lo dice ?casi nadie. No queremos problemas. Ya tenemos con los nuestros?
Y, cuando m?s necesitados estamos, la mayor?a de los amigos huyen, se escabullen, desaparecen? Sin embargo, el verdadero amigo comparte la situaci?n y busca prestar alguna ayuda.
Hay un p?ster del Sagrado Coraz?n que se ha hecho muy popular y donde puede leerse: ?Amigo que nunca falla?. Y es verdad. Es as?.
Ojal? que en medio de nuestros agobios y cansancios nos acordemos siempre de estas palabras del Se?or: ?Venid a m텔
???????? Ahora en este tiempo de verano adonde, tal vez, hemos llegado con algo, mucho o poco, de cansancio y agobio?, y que es tiempo de vacaciones, deber?amos recordar estas palabras del Se?or: ?Venid a m텔
???????? Por todo ello, termino recordando aquella breve oraci?n que dice: ?Oh Se?or, manso y humilde de coraz?n, dame, danos un coraz?n semejante al tuyo?.?
Con estos pensamientos y sentimientos, les deseo unas buenas vacaciones y un Domingo muy feliz.
ZENIT? nos ofrece el discurso que el Papa Benedicto XVI ha pronunciado ante los fieles congregados en la plaza de San Pedro, provenientes de Italia y del resto del mundo, el mi?rcoles 8 de Junio de 2011.?El Papa Benedicto XVI ha querido hablar de su reciente Viaje Apost?lico a Croacia.
?Queridos hermanos y hermanas!
Hoy quisiera hablaros de la Visita pastoral a Croacia que realic? el s?bado y domingo pasado. Un viaje apost?lico breve, que se ha desarrollado enteramente en la capital Zagreb, pero a la vez rico en encuentros y sobre todo de un intenso esp?ritu de fe, ya que los croatas son un pueblo profundamente cat?lico. Renuevo mi m?s vivo agradecimiento al cardenal Bozanić, arzobispo de Zagreb, a monse?or Srakić, presidente de la Conferencia Episcopal, y al resto de obispos de Croacia, como tambi?n al presidente de la Rep?blica, por la calurosa acogida que me han brindado. Mi reconocimiento va a todas las Autoridades civiles y a todos los que han colaborado de distintas formas en tal evento, especialmente a las personas que han ofrecido por esta intenci?n, oraciones y sacrificios.
?Juntos en Cristo?, este ha sido el lema de mi visita. Que expresa antes que nada, la experiencia de reencontrarse todos unidos en el nombre de Cristo, la experiencia de ser Iglesia, manifestada en la reuni?n del Pueblo de Dios alrededor del Sucesor de Pedro. Pero ?Juntos en Cristo?, ten?a, en este caso, una referencia concreta a la familia: de hecho, el motivo principal de mi Visita era la 1? Jornada Nacional de las familias cat?licas croatas, culminada con la Concelebraci?n eucar?stica del domingo por la ma?ana, que ha visto la participaci?n, en la zona del Hip?dromo de Zagreb, de una gran multitud de fieles. Ha sido muy importante para m?, confirmar en la fe sobre todo a las familias, que el Concilio Vaticano II llam? ?iglesias dom?sticas? (cfr?Lumen gentium, 11). El beato Juan Pablo II, que visit? tres veces Croacia, dio una gran importancia al papel de la familia en la Iglesia; as?, con este viaje, he querido dar continuidad a este aspecto de su Magisterio. En la Europa de hoy, las naciones de s?lida tradici?n cristiana tienen una especial responsabilidad en la defensa y promoci?n del valor de la familia fundada sobre el matrimonio, que es, por tanto, decisiva, ya en el ?mbito educativo que en el social. Este mensaje ten?a una particular relevancia para Croacia, que, rica en patrimonio espiritual, ?tico y cultural, se prepara para entrar en la Uni?n Europea.
La Santa Misa se celebr? en el peculiar clima espiritual de la novena de Pentecost?s. Como en un gran ?cen?culo? a cielo abierto, las familias croatas se reunieron en oraci?n, invocando juntos el don del Esp?ritu Santo. Esto me dio el modo de destacar el don y el compromiso de la comuni?n en la Iglesia, como tambi?n la oportunidad de animar a los c?nyuges en su misi?n. En nuestros d?as, mientras por desgracia se constata la multiplicaci?n de las separaciones y de los divorcios, la fidelidad de los c?nyuges se ha convertido en s? misma un testimonio significativo del amor de Cristo, que permite vivir el matrimonio para lo que es, es decir, la uni?n de un hombre y de una mujer que, con la gracia de Cristo, se aman, y se ayudan durante toda la vida, en la alegr?a y en el dolor, en la salud y en la enfermedad. La primera educaci?n a la fe consiste exactamente en el testimonio de esta fidelidad al pacto conyugal; de ella los hijos aprenden sin palabras que Dios es amor fiel, paciente, respetuoso y generoso. La fe en el Dios que es Amor se transmite antes que nada con el testimonio de una fidelidad al amor conyugal, que se traduce naturalmente en amor por los hijos, fruto de esta uni?n. Pero esta fidelidad no es posible sin la gracia de Dios, sin el apoyo de la fe y del Esp?ritu Santo. Este es el motivo por el cual la Virgen Mar?a no deja de interceder ante su Hijo, para que -como en las bodas de Can?- renueve continuamente a los c?nyuges el don del ?vino bueno?, es decir de su Gracia, que permite vivir en ?una sola carne? en las distintas edades y situaciones de la vida.
En este contexto de gran atenci?n a la familia, se coloc? muy bien la Vigilia con los j?venes, realizada la noche del s?bado en la plaza Jelačić, coraz?n de la ciudad de Zagreb. All? me pude encontrar con la nueva generaci?n croata, y percib? toda la fuerza de su fe joven, animada por un gran empuje hacia la vida y su significado, hacia el bien, la libertad, se puede decir que hacia Dios. ?Fue muy bello y conmovedor escuchar a estos j?venes cantar con alegr?a y entusiasmo, y despu?s en el momento de escuchar y de rezar, recogerse en profundo silencio! A ellos les repet? la pregunta que Jes?s hizo a sus primeros disc?pulos: ??Qu? busc?is?? (Jn?1,38), pero les he dicho que Dios los busca a ellos antes y con m?s ah?nco con el que ellos le buscan a ?l. Y esta es la alegr?a de la fe: descubrir que ?Dios nos ama antes! ?Es un descubrimiento que nos mantiene siempre disc?pulos, y siempre j?venes en el esp?ritu! Este misterio, durante la Vigilia, que se vivi? en la oraci?n de adoraci?n eucar?stica: en el silencio, en nuestro estar ?juntos en Cristo?, encontr? su plenitud. As? mi invitaci?n a seguir a Jes?s fue un eco de la Palabra que ?l mismo dirigi? al coraz?n de los j?venes.
Otro momento que podemos definir de ?cen?culo? fue la celebraci?n de V?speras en la catedral, con los obispos, los sacerdotes, los religiosos y los j?venes que se est?n formando en los Seminarios y en los Noviciados. Tambi?n aqu?, hemos experimentado nuestro ser ?familia? como comunidad eclesial. En la catedral de Zagreb se encuentra la monumental tumba del beato cardenal Alojzije Stepinac, obispo y m?rtir. ?l, en nombre de Cristo, se opuso primero a los abusos del nazismo y del fascismo y, despu?s, al del r?gimen comunista. Fue aprisionado y recluido en su pueblo natal. Nombrado cardenal por el Papa P?o XII, muri? en 1960 a causa de una enfermedad contra?da en la c?rcel. A la luz de su testimonio, anim? a los obispos y presb?teros en su ministerio, exhort?ndoles a la comuni?n y a la misi?n apost?lica; replante? a los consagrados la belleza y la radicalidad de su forma de vida; invit? a los seminaristas, novicios y novicias, a seguir con alegr?a a Cristo que les ha llamado por su nombre. Este momento de oraci?n, enriquecido con la presencia de tantos hermanos y hermanas que han dedicado sus vidas al Se?or, fue para m? de gran consuelo, y rezo porque las familias croatas sean siempre tierra f?rtil para el nacimiento de numerosas y santas vocaciones al servicio del Reino de Dios.
Muy significativo fue tambi?n, el encuentro con exponentes de la sociedad civil, del mundo pol?tico, acad?mico, cultural y empresarial, con el Cuerpo Diplom?tico y con los l?deres religiosos, reunidos en el Teatro Nacional de Zagreb. En ese contexto, tuve la gran alegr?a de rendir homenaje a la gran tradici?n cultural croata, inseparable de su historia de fe y de la presencia viva de la Iglesia, promotora, a lo largo delos siglos, de m?ltiples instituciones y sobre todo formadora de ilustres investigadores de la verdad y del bien com?n. Entre estos, record? sobre todo al padre jesuita Ruđer Bo?ković, gran cient?fico de quien este a?o se cumple el tercer centenario de su nacimiento. Otra vez m?s aparece como algo evidente para todos nosotros, la m?s profunda vocaci?n de Europa, que es la de custodiar y renovar un humanismo que tiene ra?ces cristianas y que se puede definir como ?cat?lico?, es decir universal e integral. Un humanismo que pone en el centro la conciencia del hombre, su apertura trascendente y al mismo tiempo, su realidad hist?rica, capaz de inspirar proyectos pol?ticos diversificados pero que convergen en la construcci?n de una democracia sustancial, fundada sobre los valores ?ticos radicados en la misma naturaleza humana. Mirar a Europa desde el punto de vista de una naci?n de antigua y s?lida tradici?n cristiana, que es parte integrante de la civilizaci?n europea, mientras se prepara para entrar en la Uni?n pol?tica, ha hecho sentir nuevamente la urgencia del reto que interpela hoy a todos los pueblos de este continente: la de no tener miedo de Dios, del Dios de Jesucristo, que es Amor y Verdad, y que no le quita nada a la libertad, sino que la restituye a s? misma y le da el horizonte de una esperanza fiable.
Queridos amigos, cada vez que el Sucesor de Pedro realiza un viaje apost?lico, todo el cuerpo eclesial participa, de alg?n modo, del dinamismo de comuni?n y de misi?n propio de su ministerio. Agradezco a todos los que me han acompa?ado y apoyado con la oraci?n, obteniendo que mi visita pastoral se desarrollase ?ptimamente. Ahora mientras damos gracias al Se?or por este gran don, le pedimos, por intercesi?n de la Virgen Mar?a, Reina de los Croatas, que todo lo que hay podido sembrar, d? fruto abundante, por las familias croatas, por toda la naci?n y por toda Europa.
[En espa?ol dijo]
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua espa?ola, en particular a los grupos de Espa?a, Puerto Rico, Costa Rica, M?xico, Per?, Argentina y otros pa?ses Latinoamericanos. Os invito a dar gracias al Se?or por esta visita apost?lica a Croacia, y a rogar, por intercesi?n de Santa Mar?a Virgen, que cuanto he podido sembrar en estos d?as genere frutos abundantes para las familias croatas, para esa noble Naci?n y para toda Europa. Muchas gracias.
[Traducci?n del original italiano por Carmen ?lvarez
?Libreria Editrice Vaticana]
(ZENIT.org) ?Se est? celebrando el ?a?o Europeo del voluntariado? y este es un fen?meno que interpela a la praxis de la fe cristiana. De hecho surgen muchos interrogantes tales como: ?Qu? hay de inspiraci?n cristiana en esta ?cultura del voluntariado?? ?Es suficiente para cumplir el mandato del Jes?s de predicar el Evangelio con la simple participaci?n en el voluntariado social? ?Es lo mismo solidaridad y caridad cristiana?
El voluntariado, como expresi?n concreta de la solidaridad, es una de las actitudes mejor valoradas en la sociedad actual. Sus objetivos se pueden concretar en el altruismo, la ayuda mutua, la participaci?n civil. Sin embargo, con frecuencia no quedan bien definidos ni el t?rmino, ni el concepto; es m?s, ni siquiera la libertad y gratuidad que le son inherentes. A veces se confunden las motivaciones y las convicciones, se mezclan prestaci?n de servicios con entrega personal, ejercicio del altruismo con responsabilidad social. Los sectores a los que el voluntariado se extiende son muy variados y amplios, como pueden ser: el asistencial, sanitario, cultural y educativo, la promoci?n y capacitaci?n laboral, la integraci?n social y acogida a emigrantes, la ayuda al Tercer Mundo y otros. El Beato Juan Pablo II se refiri? en diversas ocasiones al tema, en una de ellas dec?a: ?me parece que el siglo que comienza deber? ser el de la solidaridad. Hoy lo sabemos mejor que ayer: no estaremos felices y en paz los unos sin los otros, y a?n menos, los unos contra los otros. La operaciones humanitarias con ocasiones de conflictos o de cat?strofes naturales recientes han suscitado loables iniciativas de voluntariado que revelan un fuerte sentido de altruismo, especialmente en las j?venes generaciones? (10.1.2000).
Ahora bien, quienes han estudiado m?s de cerca toda esta problem?tica del voluntariado en la actualidad,? creen detectar un cierto paracaidismo social que se manifiesta en un quedarse solamente en un asistencialismo paternalista, en una especie de lavado r?pido de la propia conciencia o incluso de frustraciones personales, en un discurso acerca de la cultura solidaria, que tendr?a m?s de ideol?gica que de solidaria. Asimismo se habr?a cedido a la tentaci?n de anestesiar mediante alguna contribuci?n voluntarista la responsabilidad moral que brota de la injusticia. Nunca se deber?a? olvidar que las relaciones entre los seres humanos deben estar regidas por la justicia. La solidaridad nunca sustituye a la justicia.
En el caso del voluntariado cristiano es importante la delimitaci?n de su propia identidad, sin minusvalorar otras formas o motivaciones para el voluntariado social. El voluntario cristiano ha de tener muy claro que su compromiso nace del acto? mismo de fe en Dios revelado en Cristo, por el cual el hermano se convierte en el ?rostro? del mismo Jes?s. Por esta raz?n, el voluntariado cristiano tiene una fundamentaci?n distinta y diversa al voluntariado simplemente humanista. La m?stica que impulsa a la acci?n en favor del necesitado dimana de la vida y mensaje de Jesucristo, servidor de los enfermos y los pobres. Y as?, esta acci?n ha de ser concebida como un verdadero ministerio de caridad fraterna, que lo aleja de cualquier inter?s o b?squeda de gratificaciones indirectas, personales o profesionales. Para el cat?lico, participar como voluntario en una acci?n social? supone? dar respuesta a una llamada que brota del mismo Evangelio.
?Por tanto, para un cristiano resulta impensable separar la solidaridad del mensaje de las Bienaventuranzas. Si nos sentimos unidos a los dem?s (es decir, si somos solidarios) no es s?lo por una simple raz?n de pertenencia a la comunidad humana, sino por el imperativo del mandamiento del amor mediante el cual se distingue a los disc?pulos de Cristo: ?amaos los unos a los otros, como yo os he amado. Nadie tiene amor m?s grande que quien da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hac?is lo que yo os mando? (Jn 15,12-13). No hay un Dios m?s solidario que Aquel que se encarn?, muri? y resucit? por la humanidad y por cada uno de nosotros. El perfil de esa entrega total y solidaria se llama caridad: que es ?alma de la Iglesia?, como tambi?n ?principio y fin del ser y obrar de? todo? cristiano.
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*Monse?or Juan del R?o Mart?n es el arzobispo castrense de Espa?a
DOMINGO 14 DEL TIEMPO ORDINARIO - A
3 de Julio de 2011
La gracia de nuestro Se?or Jesucristo, el amor del Padre y la comuni?n del Esp?ritu Santo est?n con todos vosotros.
- Hemos entrado en el mes de julio, y estamos ya en pleno verano. Para muchos, ya es tiempo de vacaciones. V, en cualquier caso, todos notamos la sensaci?n de que todo va m?s lento, de que ha cambiado el ritmo general.
- Hoy, en medio de este ambiente de verano, escucharemos c?mo Jes?s nos invita a ir a ?l para encontrar el descanso. V esto es precisamente lo que hacemos aqu? cada domingo, cuando nos reunimos para celebrar la Eucarist?a. Dispong?monos pues con alegr?a
a empezar la celebraci?n.
A. penitencial: Oremos ahora unos momentos en silencio. (Silencio).
- T?, que eres manso y humilde de coraz?n. SE?OR, TEN PIEDAD.
- T?, que eres bueno con todos. CRISTO, TEN PIEDAD.
- T?, que nos traes la paz. SE?OR, TEN PIEDAD.
1. lectura (Zacar?as 9,9-10.13,1): Las palabras prof?ticas que ahora escucharemos nos recordar?n la entrada de Jes?s en Jerusal?n el domingo de Ramos. Son unas palabras que nos preparan para escuchar el evangelio, en el que Jes?s nos ofrecer? su sencillez y su paz.
2. lectura (Romanos 8,9. 77 -7 3): Prestemos atenci?n ahora a la segunda lectura, porque su lenguaje quiz? es un poco dif?cil. Pero su mensaje es muy importante: nos invita a vivir de acuerdo con la vida nueva que hemos recibido.
Oraci?n universal: Unidos a Jesucristo, presentemos al Padre nuestras plegarias diciendo: ESC?CHANOS, PADRE.
Por la Iglesia. Que sepamos vivir con sencillez y generosidad el Evangelio en 'nuestros pueblos, barrios y ciudades. OREMOS:
Por todos los que este verano trabajar?n haciendo sustituciones o en empleos como temporeros, en el campo o en los servicios. Que ese trabajo lo puedan realizaren
condiciones laborales dignas. OREMOS:
Por las personas que sufren alguna discapacidad intelectual. Que sepamos acogerlas, aprender de su buena fe, y transmitirles el mensaje de Jes?s. OREMOS:
Por el buen funcionamiento de los medios p?blicos de transporte (tren, autob?s, tranv?a, metro ... ). Que sean suficientes y eficaces, al servicio de las personas. OREMOS:
Por los conductores. Que en la forma de conducir sepan poner el bien com?n por encima de los propios impulsos, prisas, potencia de las m?quinas o capacidad econ?mica. OREMOS:
Por todos nosotros: que aprendamos a ser agradecidos y felices, en el seguimiento de Jes?s. OREMOS:
Padrenuestro: Confiando en la palabra de Jes?s, y como ?l nos ense??, nos atrevemos a decir:
Gesto de paz: El profeta Zacar?as nos dec?a hoy en la primera lectura que el Mes?as ven?a a traer la paz a las naciones. Nosotros hemos de ser portadores de esta paz que Jes?s nos ha dado. Por eso, hermanos y hermanas, daos fraternalmente la paz.
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CPL
Mensaje de monse?or Jos? Luis Mollaghan, arzobispo de Rosario para el domingo de la Ascensi?n del Se?or y D?a de las Comunicaciones Sociales (5 de junio de 2011). (AICA)
ASCENSI?N DEL SE?OR A LOS CIELOS - D?A DE LAS COMUNICACIONES SOCIALES?????????????
La Ascensi?n del Se?or es una de las grandes fiestas del a?o cristiano, celebrada cuarenta d?as despu?s de la Resurrecci?n. No es una despedida: ?Jes?s bajando a los hombres no se separ? de su Padre, como ahora que vuelve al Padre tampoco se alejar? de sus disc?pulos? (S. Leon Magno).
Al volver junto al Padre, Jes?s? nos llena de esperanza, y nos muestra no s?lo el camino, sino la meta de nuestra vida cristiana, y el sentido sobrenatural y trascendente de nuestra existencia.
Tambi?n nos da una misi?n: "Vayan, y hagan disc?pulos entre todos los pueblos, baut?cenlos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Esp?ritu Santo, y ens??enles a cumplir todo los que Yo les he mandado. Y Yo estar? con ustedes todos los d?as, hasta el fin del mundo" (Mateo 28, 19 -20.)
En este domingo celebramos, tambi?n, la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales.
?Como nos dice el Mensaje de las Comunicaciones Sociales de este a?o: "La proclamaci?n del Evangelio supone una forma de comunicaci?n respetuosa y discreta, que incita el coraz?n y mueve la conciencia; una forma que evoca el estilo de Jes?s resucitado cuando se hizo compa?ero de camino de los disc?pulos de Ema?s (cf. Lc 24, 13-35), a quienes mediante su cercan?a condujo gradualmente a la comprensi?n del misterio, dialogando con ellos, tratando con delicadeza que manifestaran lo que ten?an en el coraz?n"
Por ello "La Verdad, que es Cristo, es en definitiva la respuesta plena y aut?ntica a ese deseo humano de relaci?n, de comuni?n y de sentido, que se manifiesta tambi?n en la participaci?n masiva en las diversas redes sociales. Los creyentes, dando testimonio de sus m?s profundas convicciones, ofrecen una valiosa aportaci?n, para que la red no sea un instrumento que reduce las personas a categor?as, que intenta manipularlas emotivamente o que permite a los poderosos monopolizar las opiniones de los dem?s. Por el contrario, los creyentes animan a todos a mantener vivas las cuestiones eternas sobre el hombre, que atestiguan su deseo de trascendencia y la nostalgia por formas de vida aut?nticas, dignas de ser vividas. Esta tensi?n espiritual t?picamente humana es precisamente la que fundamenta nuestra sed de verdad y de comuni?n, que nos empuja a comunicarnos con integridad y honradez" (Benedicto XVI).
En este d?a aprovecho para saludar a los periodistas y? comunicadores de la prensa escrita, radial, televisiva y de las transmisiones digitales, as? como a los que de uno u otro modo est?n vinculados a las comunicaciones sociales en la Arquidi?cesis de Rosario.?
Mons. Jos? Luis Mollaghan, arzobispo de Rosario?