Columna de opinión de monseñor Jorge Lozano, obispo de Gualeguaychú y miembro dela Comisión Episcopal de Pastoral Social, publicada el 28 de agosto de 2011. (AICA)
JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD EN MADRID
Desde siempre sentí y siento por los jóvenes un cariño grande. Mi vida como sacerdote me llevó en muchos momentos a estar cerca de ellos, compartir trabajos, estudios, sus proyectos, su vida familiar. Verlos equivocarse, aprender y volver a empezar, en definitiva, crecer. También hemos estado juntos ante el dolor de la muerte prematura de sus pares. Y ahí ellos se abrazan en la amistad.
El Papa Beato Juan Pablo II comenzó con las Jornadas Mundiales dela Juventud. Elsiervo de Dios Cardenal Pironio le alentó a realizarlas fuera de Roma. Fue así que por primera vez se realizó en Buenos Aires en 1987. El Santo Padre busca reunirse con todos los jóvenes del mundo en distintos puntos del mapa y repetir la experiencia de ver cómo la juventud sigue creyendo que Jesús es el camino.
Me tocó participar de algunas de estas Jornadas y, tanto lo que viven los chicos-peregrinos como los organizadores, voluntarios y sacerdotes es maravilloso y le da más energía a la fe joven y a los que acompañamos también.
Es hermoso “ver y oír la fe” de los jóvenes con los múltiples colores de sus banderas y la variedad de idiomas. En una misma ciudad convergen por unos días peregrinos de diversas culturas, estilos, pero todos movidos por la misma alegría de creer en el Dios dela Vida.
El domingo pasado terminóla Jornada Mundialdela Juventudde este año que se inició el 15 de agosto y que congregó en Madrid a millones que fueron llegando de todo el mundo. ¡Los argentinos que viajaron fueron casi 7.000! Es un montón de ganas de reunirse y decir que la fe puede mover corazones y voluntades.
Nos hemos unido y también todos los que nos quedamos y acompañamos con la oración participando de las celebraciones a través de los medios de comunicación. Este año me comentaron que las redes sociales fueron clave en la circulación de la información que se iba dando. Veía algunas imágenes de la multitudinaria ceremonia de clausura y me emocionaba pensar en la fe de los peregrinos como testimonio tan fuerte en nuestro mundo que, a veces, tiende a desvalorizar la importancia de Dios en la vida del hombre contemporáneo.
La cercanía del Papa, la posibilidad de conocer personas de tantas partes, la convivencia en ambientes fraternos, participar de las reflexiones de pastores de otros países, ceremonias religiosas preparadas para miles, todas experiencias enriquecedoras que, al volver a sus casas, seguramente van a ser motivo de reunión con amigos y familia.
El lema de esta Jornada Mundial fue “Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe”. Es una manera concreta de alentar a los jóvenes a “alimentarse” de Cristo, llenarse de su misma vida, esto evoca la imagen de la raíz. También de saberse Iglesia, edificada con piedras vivas que es la vida de cada uno. El mismo Papa Benedicto había dicho a los jóvenes en Brasil que sin ellosla Iglesiaestaría desfigurada. Y estas dos imágenes –arraigados y edificados– es para estar “firmes en la fe”, para que las dificultades de la vida cotidiana no nos tiren al piso.
El Papa Benedicto anunció al despedirse de los jóvenes después de la última misa que la próxima Jornada Mundial dela Juventudserá en Río de Janeiro en el 2013. El lema será: “Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos”. (Mateo 28, 19). América bendecida con un encuentro con la fe joven, en definitiva, con la esperanza.
Y me gustó cuando leí lo que escribió el padre Javier Klajner desde Madrid: “Simplemente es la ‘juventud del Papa’, la juventud de Cristo, aquellos que en estos días se sintieron ‘arraigados y edificados en Cristo y firmes en la fe’. Volvamos a casa, a lo cotidiano, a nuestras comunidades para ser testigos de este Jesús que nos convoca y envía en la persona de su Vicario, el Papa Benedicto”.
Mons. Jorge Lozano, obispo de Gualeguaychú