Jueves, 27 de octubre de 2011

Homilía de monseñor Francisco Polti, obispo de Santiago del Estero, enla Festividad de Nuestra Señora del Rosario (9 de octubre de 2011). (AICA)

NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO             

El panorama mundial que hoy se nos presenta nos impulsa a pensar que sólo la intervención de Dios, es capaz de orientar a quienes viven situaciones difíciles y a quienes dirigen los destinos de las Naciones.

La Iglesiaha visto siempre en la oración del Rosario una particular eficacia. En momentos en los que la cristiandad misma estaba amenazada, se atribuyó a la fuerza de esta oración la liberación del peligro yla Virgendel Rosario fue considerada como propiciadora de la salvación.

Es así, como el Rosario, una oración tan fácil y al mismo tiempo tan rica, merece ser recuperada por la comunidad cristiana.

El Rosario es una oración orientada por su naturaleza hacia la paz. Quien interioriza a través de los misterios del rosario, el misterio de Cristo –y de esto se trata en la oración del rosario– aprende el secreto de la paz y hace de ello un estilo de vida. Es así como la oración del Rosario en vez de ser una evasión ante los problemas del mundo, nos anima a examinarlos de manera responsable y generosa y nos concede la fuerza para afrontarlos.

En efecto, el encuentro con Cristo en esta  oración tan sencilla y profunda,  nos muestra su rostro en nuestros hermanos, especialmente en los más débiles y sufrientes. No podemos contemplar el misterio gozoso del niño nacido en Belén sin sentir el deseo de acoger, defender y promover la vida, haciéndonos cargo del sufrimiento de los niños nacidos y por nacer en todas partes del mundo. Como también al contemplar a Cristo cargando la cruz y crucificado no podemos ser indiferentes ante las necesidades de cada hermano oprimido por el dolor y por la desesperación.

Además el rosario es una oración de la familia y por la familia. Muchos problemas de las familias de hoy derivan de la falta de comunicación. No se logra estar juntos y a veces los pocos momentos de reunión quedan absorbidos por un televisor. La familia que reza unida, permanece  unida. Rezar el rosario en familia, recrea el clima dela Familiade Nazaret. Jesús está en el centro y con Él compartimos nuestras alegrías y dolores, ponemos en sus manos nuestras necesidades y proyectos, y alcanzamos la esperanza y la fuerza para el camino.

De este modo, contemplando la vida de Cristo desde su concepción hasta su muerte y resurrección, recuperamos la capacidad de mirarnos unos a otros, perdonarnos recíprocamente, comprendernos, solidarizarnos y continuar con un amor renovado por el Espíritu de Dios.

Rezar el rosario es también encomendar el proceso de crecimiento de los hijos. En esta sociedad de la tecnología avanzada donde todo se acelera, resulta cada vez más difícil para los padres seguir a los hijos en las diferentes etapas de su vida. Más aún, los atractivos de una diversión desenfrenada, la seducción de las adicciones, como la droga y el alcohol, las tentaciones de la violencia, lesionan la vida de los chicos y jóvenes y provoca una angustia en los padres ante estos y otros peligros que corren sus hijos.

Ciertamente que rezar el Rosario por los hijos y cuanto más con los hijos, no soluciona todos los problemas pero es una ayuda espiritual que no se debe minimizar.

Queridos hermanos y hermanas, quisiera invitarlos a dirigirnos con fe y esperanza ala Virgen, poniendo a sus pies todas nuestras necesidades, en las familias, en las comunidades y en las parroquias, a crecer  en el confiado abandono en las manos del Señor. 

Mons. Francisco Polti, obispo de Santiago del Estero 


Publicado por verdenaranja @ 22:47  | Homil?as
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