Homilía de monseñor José Luis Mollaghan, arzobispo de Rosario en el Día del Enfermo (Parroquia Nuestra Señora dela Salud, 13 de noviembre de 2011) (AICA)
Celebramos las fiestas Patronales, en el día de Nuestra Señora dela Salud. Aella, como Patrona dela Parroquia queremos ofrecerle nuestras súplicas y nuestra alegría. A ella, le pedimos por toda esta gran comunidad parroquial, presidida por su párroco, el Padre Gustavo; contando con la ayuda del Padre Silvio, Vicario Parroquial.
Hoy también esla Jornadadedicada a los enfermos, que tiene una gran importancia, sobre todo por la dimensión de solidaridad y atención que debe suscitar el enfermo en la sociedad de hoy; refiriéndome también a los médicos, enfermeras, familias, voluntarios, así como a las instituciones y responsables de esta área; y por ello, pedimos por esta intención desde esta querida Parroquia de Nuestra Señora dela Salud, advocación mariana tan cercana a los enfermos.
Hicieron fructificar los talentos
En la parábola de los talentos, que acabamos de proclamar, Jesús nos habla de tres hombres a los que su patrón, al partir para un viaje, les confía sus bienes. Dos de ellos, los hacen fructificar; mientras que el otro, en cambio, esconde lo recibido en un pozo. Al regresar a su casa, el patrón les pide cuenta de lo que les había entregado y, mientras felicita a los primeros, reprocha al tercero, por su temor, y en el fondo por su egoísmo que no hizo dar fruto a lo recibido.
Esos bienes que significan los dones de Dios, no podemos tener escondidos, sino hacerlos fructificar. Cada uno debe agradecer a Dios por los que nos ha dado, no solo para nuestra vida personal y familiar, sino al servicio y para acrecentar la vida y la comunidad parroquial. Sobre todo el amor, la caridad, que recibimos para amar y hacer crecer la vida cristiana.
Este amor, estos talentos recibidos, pueden volcarse hacia la solidaridad hacia los que más necesitan, como son los enfermos.
El día del enfermo
Fue en el año 1992 cuando Juan Pablo II instituyóla Jornada Mundialde Enfermo. Desde aquel momento, el Papa anualmente ha enviado su Mensaje, y han sido muchos los motivos escogidos para reflexionar acerca en la enfermedad a la luz de Cristo.
Enla Arquidiócesiscolaboramos en esta dimensión de cercanía y atención al enfermo, sobre todo en las parroquias, las capillas, los hospitales, y las familias, a través de la Pastoraldela Salud, para motivar nuestra inquietud el sentido positivo frente a la enfermedad y al dolor humano.
¿Acaso no son los enfermos, los débiles y los que sufren caminos vivientes por donde debe pasar necesariamente la respuesta a la invitación del Evangelio?. Por eso, la inquietud porla Pastoralde la salud, que debe animar el Obispo, no puede faltar en el corazón de los sacerdotes, de los diáconos, de los religiosos y religiosas, de los seminaristas y de los laicos.
“Por sus llagas han sido curados” (1Pe 2, 24)
Este año, al celebrarla XIX JornadaMundial, el Papa ha querido tomar la frase dela Primera Cartade Pedro “Por sus llagas han sido curados” (1Pe 2, 24) para orientar el Mensaje de este día, el cual se dirige especialmente a las personas enfermas, para encontrar en “las llagas de Cristo” la esperanza dela Salvación; así como también a los jóvenes; ante todo a los que sobrellevan alguna enfermedad, y a los que pueden acercarse al sufrimiento de sus hermanos desde el servicio fraterno (cfr. n.3).
Sabemos que llevar la Cruzde Jesús frecuentemente nos atemoriza, porque parece ser algo que supera nuestras fuerzas, y es como la negación de la vida. “¡En realidad, es exactamente al contrario!La Cruzes el “sí” de Dios al hombre, la expresión más intensa de su amor y la fuente de la que brota la vida eterna “(ibidem). Y este mensaje de esperanza debe llegar a todos los enfermos.
Asimismo, quienes tienen salud, pueden encontrar a Jesús enla Eucaristía, donde está presente de modo real por nosotros, pero también lo podemos encontrar y reconocer en los enfermos, en los que sufren y en los que están en dificultad, que necesitan nuestra ayuda. Por eso debemos “crear puentes de amor y de solidaridad, para que nadie se sienta solo, sino cercano a Dios y parte de la gran familia de sus hijos” (cfr.ibidem).
A quienes están al servicio de los enfermos, y cerca de ellos, estas palabras nos deben alentar a renovar con entusiasmo nuestra tarea. A creer y confiar que en todas las parroquias se consoliden las Comisiones de Pastoral de la salud, con una orientación y animación espiritual específica; promoviendo que los adultos y jóvenes colaboren y estén cerca de los enfermos del barrio, de un hospital, etc. con una entrega solidaria y con un compromiso de fe y caridad .
También confiamos que las autoridades puedan hacer mucho por los enfermos y ancianos, con estructuras sanitarias que sirvan de ayuda y apoyo a los que sufren, sobre todo a los más pobres y necesitados, y a los ancianos; con lugares que los reciban con disponibilidad y afecto, para brindar los cuidados debidos a una persona enferma.
Virgen María, Salud de los enfermos, protección y alivio de los que te invocan, en la alegría de tu fiesta, queremos expresarte nuestra confianza, y una vez más te pedimos por los enfermos, por los débiles y los que sufren cualquier mal. Concédenos el bien de la salud.
Nuestra Señora dela Salud, ruega por nosotros.
Mons. José Luis Mollaghan, arzobispo de Rosario