Martes, 31 de enero de 2012

VATICANO - Las Intenciones confiadas al Apostolado dela Oración para el año 2013

Ciudad del Vaticano.  Agencia Fides  publica las Intenciones que el Santo Padre Benedicto XVI ha confiado al Apostolado de la Oración para el año 2013.

Enero
General: Que en este Año de la Fe los cristianos podamos profundizar el conocimiento del misterio de Cristo y testimoniar nuestra fe con alegría.
Misionera:Que las comunidades cristianas de Medio Oriente reciban del Espíritu Santo la fuerza de la fidelidad y la perseverancia, especialmente cuando son discriminadas.

Febrero
General:Que se apoye y acompañe a las familias de inmigrantes en sus dificultades, especialmente a las madres.
Misionera:Que quienes sufren por causa de guerras y conflictos sean protagonistas de un futuro de paz.


Marzo
General:Que crezca el respeto por la naturaleza, obra de Dios confiada a nuestra responsabilidad.
Misionera:Que los obispos, sacerdotes y diáconos sean incansables anunciadores del Evangelio hasta los confines de la tierra.

Abril
General:Que la celebración pública y orante de la fe sea fuente de vida para los creyentes.
Misionera:Que las Iglesias locales de los territorios de misión sean signos e instrumentos de esperanza y de resurrección.

Mayo
General:Que quienes administran la justicia actúen siempre con integridad y recta conciencia.
Misionera:Que los Seminarios, especialmente los que se encuentran en Iglesias de misión, formen?pastores según el Corazón de Cristo, dedicados por entero al anuncio del Evangelio.

Junio
General:Que prevalezca entre los pueblos una cultura de diálogo, escucha y respeto mutuo.
Misionera:Que allí donde más se nota la influencia de la secularización, las comunidades cristianas puedan promover con eficacia una nueva evangelización.

Julio
General:Que la Jornada Mundial de la Juventud en Brasil anime a todos los jóvenes cristianos a hacerse discípulos y misioneros del Evangelio.
Misionera:Que en toda Asia se abran las puertas a los mensajeros del Evangelio.

Agosto
General:Que padres y educadores ayuden a las nuevas generaciones a crecer con una conciencia recta y en una vida coherente.
Misionera:Que las Iglesias locales en África, fieles al Evangelio, promuevan la construcción de la paz y la justicia.

Septiembre
General:Que los hombres y mujeres de nuestro tiempo, a menudo abrumados por el bullicio, redescubran el valor del silencio y sepan escuchar a Dios y a los hermanos.
Misionera:Que los cristianos perseguidos puedan testimoniar el amor de Cristo.

Octubre
General:Que quienes se sienten agobiados hasta el extremo de desear el fin de su vida, adviertan la cercanía amorosa de Dios.
Misionera:Que la Jornada Misionera Mundial nos anime a ser destinatarios y también anunciadores de la Palabra de Dios.

Noviembre
General:Que los sacerdotes que experimentan dificultades sean confortados en su sufrimiento, sostenidos en sus dudas y confirmados en su fidelidad.
Misionera:Que como fruto de la Misión Continental, las Iglesias en América Latina envíen misioneros a otras Iglesias.

Diciembre
General:Que los niños abandonados o víctimas de cualquier forma de violencia encuentren el amor y la protección que necesitan.
Misionera:Que los cristianos, iluminados por el Verbo Encarnado, preparemos la venida del Salvador.


Del Vaticano, el 16 de diciembre, 2011
(Agenzia Fides 13/01/2012)


Publicado por verdenaranja @ 23:19  | Misiones
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 ZENIT.org  nos participa del artículo del obispo de San Cristóbal de las Casas, México, Felipe Arizmendi Esquivel, en el que reflexiona sobre dos vocaciones que, en la Iglesia católica de occidente deben coincidir: la vocación sacerdotal y la vocación al celibato. La inmensa mayoría de los sacerdotes viven el celibato con alegría y fecundidad espiritual. Una sólida orientación vocacional y seguimiento educativo evitarán casos tan lamentables como el del obispo auxiliar de Los Ángeles que se ha hecho público recientemente.

Prevenir, para no lamentar
Discernimiento y buena formación para los futuros sacerdotes

+ Felipe Arizmendi Esquivel

HECHOS

Se ha hecho público que uno que era obispo auxiliar desde 1994 en la archidiócesis de Los Ángeles, Estados Unidos, de origen mexicano, ha debido presentar su renuncia porque reconoce haber procreado dos hijos, a la fecha ya adolescentes. El papa no ha dudado un momento en pedirle que se retire, asuma su responsabilidad y no cause más daño a los fieles. Es un caso que avergüenza y duele, que nunca debió haber sucedido. Es una deshonestidad no haberse retirado a tiempo. Es fruto de la laxitud moral que promueve la cultura moderna, del libertinaje sexual que se difunde con tanta profusión en la sociedad y en los medios de comunicación. Pareciera que es de otras épocas tratar de educar en la castidad y en la virginidad a los hijos y a los jóvenes. Pareciera que es antinatural formarnos en el autocontrol sexual. Pareciera que todo se resuelve con condones y métodos anticonceptivos. Los libertinos se burlan cuando insistimos en que es necesaria una moral sexual, privada y pública, y ahora se escandalizan cuando un clérigo falla; o se solazan, porque así se legitiman en sus propios vicios.

¿Qué hacer, para que no sucedan estos casos? ¿Cómo evitar que sacerdotes lleven una doble vida, traicionando los compromisos sagrados que libremente hicieron? Desde luego que debemos revisar la formación desde los seminarios; pero lograr una madurez afectiva y sexual es un proceso que dura toda la vida. Tampoco se diga que el celibato es antihumano, pues les demostramos lo contrario quienes lo vivimos vivir con serenidad, gozo y fecundidad espiritual.

CRITERIOS

Las Normas Básicas parala Formación Sacerdotal en México, aprobadas en nuestra última asamblea plenaria, indica: “Bríndense y cultívense los elementos necesarios para una progresiva madurez afectiva de los seminaristas, que abarque, principalmente, la educación en el amor y en la libertad, en la recta conciencia moral, en la sexualidad bien integrada, en la verdadera amistad y en la castidad. Para ello, promuévase el acompañamiento personal y frecuente del seminarista por parte de la comunidad de formadores, especialmente de su director espiritual, el trato afectivo con la propia familia, así como la sana y realmente provechosa convivencia con muchachos y muchachas de su edad, a fin de que puedan asumir, desde la fe, el valor y la dignidad del amor humano, e ir discerniendo paulatinamente su vocación al sacerdocio, que implica el celibato”.

La norma es muy clara:“Oriéntese oportunamente a abrazar otro estado de vida a aquellos candidatos que, a juicio del rector y su equipo formador, en acuerdo con el obispo, no sean encontrados idóneos para el ministerio sacerdotal”.

Como perfiles de egreso, se exige:“El seminarista que ha concluido la etapa filosófica, se habrá consolidado en la integración de una personalidad masculina en relación, equilibrada, madura, responsable y libre, consciente de sus alcances y de sus límites, comprometida en el desarrollo armónico y jerarquizado de sus potencialidades y de las diversas dimensiones de su persona, capaz de establecer relaciones interpersonales sanas, constructivas y duraderas y de comprometerse establemente con responsabilidades y proyectos. Al concluir la etapa teológica el candidato al sacerdocio habrá consolidado su personalidad y madurado en la vivencia de su afectividad y sexualidad, de modo que sea capaz de vivir serena y fecundamente en el celibato la fidelidad a Dios, a la Iglesia y a la vocación recibida, mediante un amor oblativo expresado en el servicio, en una manifiesta espiritualidad de comunión y en una conducta de respeto a la dignidad humana, a la vida, a la justicia”.

PROPUESTAS

Desde el seminario, hay que formar responsablemente a los jóvenes para un celibato convencido y gozoso. Pero también deben ayudar las familias, los grupos juveniles, las parroquias y la comunidad eclesial, creando un ambiente que ayude a los seminaristas a madurar en su trato con toda clase de personas, y discerniendo quiénes son idóneos para el sacerdocio, y quiénes no, para que a tiempo busquen otra opción vocacional.


Publicado por verdenaranja @ 23:14  | Hablan los obispos
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ZENIT   nos ofrece las palabras del papa en la introducción de la oración mariana, al mediodía del domingo, 15 de Enero de 2012, en el rezo del Ángelus con los fieles y peregrinos reunidos en la plaza de San Pedro.

¡Queridos hermanos y hermanas!:

De las lecturas bíblicas de este domingo --el segundo del Tiempo Ordinario--, se nos revela el tema de la vocación: en el Evangelio se ve la llamada de los primeros discípulos de Jesús y en la primera lectura está la llamada del profeta Samuel. En ambos relatos destaca la importancia de una figura que desempeña el papel de mediador, ayudando a la persona llamada a reconocer la voz de Dios y seguirla. En el caso de Samuel, es Elí, un sacerdote del templo de Silo, donde se guardaba antiguamente el Arca de la Alianza, antes de ser transportada a Jerusalén. Una noche Samuel, que era todavía un niño y desde niño vivía al servicio del templo, tres veces seguidas se sintió llamado durante el sueño, e iba donde Elí. Pero no era él quien lo estaba llamando. A la tercera vez Elí lo entendió y le dijo a Samuel: Si te llama de nuevo, responde: "Habla, Señor, que tu siervo escucha" (1 Samuel 3,9). Así fue, y desde entonces Samuel aprendió a reconocer las palabras de Dios y se convirtió en su profeta fiel.

En el caso de los discípulos de Jesús, la figura de la mediación es la de Juan el Bautista. Ciertamente, Juan tenía un amplio círculo de discípulos, entre quienes estaban también los hermanos Simón y Andrés, y Santiago y Juan, pescadores de la Galilea. Sólo a dos de ellos el Bautista les señaló a Jesús, un día después de su bautismo en el río Jordán. Se dirigió a ellos diciendo: "¡He ahí el Cordero de Dios" (Jn 1,36), lo que equivalía a decir: He ahí al Mesías. Y aquellos dos siguieron a Jesús, permanecieron mucho tiempo con él y se convencieron de que era realmente el Cristo. Inmediatamente se lo dijeron a los demás, y así se formó el primer núcleo de lo que se convertiría en el colegio de los Apóstoles.

A la luz de estos dos textos, me gustaría subrayar el papel fundamental de un guía espiritual en el camino de la fe y, en particular, en la respuesta a la vocación especial de consagración al servicio de Dios y de su pueblo. Incluso la misma fe cristiana, en sí misma, supone el anuncio y el testimonio: es decir, consiste en la adhesión a la buena noticia de que Jesús de Nazaret ha muerto y resucitado, y que es Dios. Es también la llamada a seguir a Jesús más de cerca, renunciando a formar una propia familia para dedicarse a la gran familia de la Iglesia, lo que generalmente pasa a través del testimonio y la propuestade un "hermano mayor", que por lo general es un sacerdote. Esto sin olvidar el papel fundamental de los padres, quienes por su fe auténtica y gozosa, y su amor conyugal, muestran a los niños que es hermoso y es posible construir toda una vida basada en el amor de Dios.

Queridos amigos, pidamos a la Virgen María por todos los educadores, especialmente por los sacerdotes y padres de familia, para que sean conscientes de la importancia de su rol espiritual, y favorezcan en los jóvenes, además del crecimiento humano, la respuesta a la llamada de Dios para decir: "Habla, Señor, que tu siervo escucha".

Traducción del italiano de José Antonio Varela
©Librería Editorial Vaticana


Publicado por verdenaranja @ 23:07  | Habla el Papa
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Lunes, 30 de enero de 2012

Reflexión de José Antonio Pagola al evangelio del domingo quinto del Tiempo Ordinario - B, ofrecido por la Delegación Diocesana de Enseñanza de la dióceisis de Tenerife.

A LA PUERTA DE NUESTRA CASA 

         En la sinagoga de Cafarnaún Jesús ha liberado por la mañana a un hombre poseído por un espíritu maligno. Ahora se nos dice que sale de la «sinagoga» y marcha a «la casa» de Simón y Andrés. La indicación es importante pues, en el evangelio de Marcos, lo que sucede en esa casa encierra siempre alguna enseñanza para las comunidades cristianas.

         Jesús pasa de la sinagoga, lugar oficial de la religión judía, a la casa, lugar donde se vive la vida cotidiana junto a los seres más queridos. En esa casa se va a ir gestando la nueva familia de Jesús. Las comunidades cristianas han de recordar que no son un lugar religioso donde se vive de la Ley, sino un hogar donde se aprende a vivir de manera nueva en torno a Jesús.

         Al entrar en la casa, los discípulos le hablan de la suegra de Simón. No puede salir a acogerlos pues está postrada en cama con fiebre.       Jesús no necesita más. De nuevo va a romper el sábado por segunda vez el mismo día. Para él lo importante es la vida sana de las personas, no las observancias religiosas. El relato describe con todo detalle los gestos de Jesús con la mujer enferma.

         «Se acercó». Es lo primero que hace siempre: acercarse a los que sufren, mirar de cerca su rostro y compartir su sufrimiento. Luego, «la cogió de la mano»: toca a la enferma, no teme las reglas de pureza que lo prohíben; quiere que la mujer sienta su fuerza curadora. Por fin, «la levantó», la puso de pie, le devolvió la dignidad.

         Así está siempre Jesús en medio de los suyos: como una mano tendida que nos levanta, como un amigo cercano que nos infunde vida. Jesús solo sabe servir, no ser servido. Por eso la mujer curada por él se pone a «servir» a todos. Lo ha aprendido de Jesús. Sus seguidores han de vivir acogiéndose y cuidándose unos a otros.

         Pero sería un error pensar que la comunidad cristiana es una familia que piensa solo en sus propios miembros y vive de espaldas al sufrimiento de los demás. El relato dice que, ese mismo día, «al ponerse el sol», cuando ha terminado el sábado, le llevan a Jesús toda clase de enfermos y poseídos por algún mal.

         Los cristianos hemos de grabar bien la escena. Al llegar la oscuridad de la noche, la población entera con sus enfermos «se agolpa a la puerta». Los ojos y las esperanzas de los que sufren buscan la puerta de esa casa donde está Jesús.La Iglesiasolo atrae de verdad cuando la gente que sufre puede descubrir dentro de ella a Jesús curando la vida y aliviando el sufrimiento. A la puerta de nuestras comunidades hay mucha gente sufriendo. No lo olvidemos. 

José Antonio Pagola 

Red evangelizadora BUENAS NOTICIAS
5 de febrero de 2012
5 Tiempo ordinario (B)
Marcos 1,29-39


Publicado por verdenaranja @ 22:45  | Espiritualidad
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ZENIT nos ofrece la firma del arzobispo castrense de España Juan del Río Martín, quien aborda en este artículo una sencilla pero gran virtud hoy bastante olvidada, fruto de la contención del egoísmo propio, que puede contribuir a hacer mucho más agradable la vida a nuestro alrededor: la amabilidad.

Una virtud silenciosa: la amabilidad
Algo esencial para una convivencia pacífica

+ Juan del Río Martín

Han pasado las fiestas navideñas donde, en principio, todo es cordialidad, amabilidad y cortesía. Sin embargo, hay no pocos casos en que el “espíritu de contradicción”, de algunos, enturbia el ambiente familiar o de amistad. Con demasiada frecuencia, la grosería, la falta de respeto y la prepotencia verbal parece el hilo conductor de muchas conversaciones, ello envenena el ambiente social y familiar. A esto hay que añadir, la crispación que crea la actual situación de crisis económica, financiera y moral que padecemos. Por ello, al comenzar un nuevo año, no está mal que hablemos de la virtud de la amabilidad o afabilidad como algo esencial para una convivencia pacífica.

Las relaciones de las personas con sus semejantes, tanto en palabras como en los hechos, requieren unos comportamientos que hagan más grata y amable la vida a quienes les rodean. Del mismo modo que no es posible vivir en sociedad sin la verdad, la afabilidad es necesaria en la vida comunitaria. Digamos que ser afable con quienes se convive es un cierto deber natural de honestidad, porque lo requiere la misma justicia del trato que merece todo persona por su dignidad ¡Qué difíciles se hacen las relaciones humanas cuando hay que aguantar o sobrellevar a una persona triste, desagradable o malhumorada! Parece como si todo se ennegreciera alrededor. Es entonces cuando se echa de menos la afabilidad, virtud que hace poco ruido y que sin embargo, por su misma naturaleza, es opuesta al egoísmo, al gesto destemplado, a la mala educación, a los gritos, a la violencia, al rencor, a la obstinación.

Es verdad que una palabra amable se dice pronto, pero a veces se nos hace difícil pronunciarla debido al cansancio, a las preocupaciones, al estrés de la vida moderna, o a la indiferencia egoísta. Así sucede que pasamos al lado de las personas que más tratamos y la frialdad del silencio, o la severidad del gesto, hacen como si las ignoráramos. Por ello, dice el beato Juan Pablo II que “bastaría una palabra cordial, un gesto afectuoso, e inmediatamente algo se despertaría en ellas: una señal de atención y de cortesía puede ser una ráfaga de aire fresco en lo cerrado de una existencia, oprimida por la tristeza y por el desaliento” (11.2.1981).

Los vicios contrarios a la virtud de la amabilidad son: el autoritarismo, la adulación, la vana palabrería o la charla que busca obtener algunas ventajas personales. Una persona afable sabe llegar al corazón y a la vez mantener la suave distancia e independencia que requiere las sanas relaciones interpersonales. Digamos que se sitúa en el punto medio, entre lo mucho y lo poco.

El amor a Dios fortalece y amplía en el cristiano los horizontes de la virtud humana de la afabilidad. El anuncio del Evangelio como Buena Noticia requiere, tanto de los sacerdotes como de los seglares, afabilidad, amabilidad, cordialidad, gentileza, urbanidad, sociabilidad. Con caras largas, modales bruscos y aires antipáticos no estimulamos a seguir a Jesucristo y a permanecer en su Iglesia. Los “nuevos evangelizadores” han de estar caracterizados por saber comunicar afablemente en todo momento y lugar ¡Aprendamos a saber decir las cosas como lo hace nuestro santo padre Benedicto XVI, que es la cercanía y la amabilidad personificada!

Por último, no perder de vista que el apóstol, el pastor, el catequista o cualquier cristiano tiene que tratar a los otros como el Señor trataba a todos aquellos con quienes se encontraba: sanos, enfermos, ricos, pobres, niños, mayores, mendigos, pecadores… Hagamos lo que hizo Él y seguro que seremos más generosos, amables y respetuosos en nuestra convivencia diaria en este nuevo año.


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Domingo, 29 de enero de 2012

ZENIT   La audiencia general del miércoles 11 de enero de 2012 tuvo lugar a las 10,30 de la mañana en el Aula Pablo VI, donde Benedicto XVI se encontró con grupos de fieles y peregrinos provenientes de Italia y del mundo. En el discurso en italiano, retomando el ciclo de cetquesis sobre la oración, el papa centró su meditación en la oración de Jesús en la Última Cena (Mt 26,26-28).

Queridos hermanos y hermanas,

En nuestro camino de reflexión sobre la oración de Jesús, presentada en los Evangelios, me gustaría meditar hoy sobre el momento, muy solemne, de su oración en la Última Cena.

El fondo temporal y emocional de la cena en el que Cristo se despide de sus amigos, es la inminencia de su muerte, que Él siente ya cerca. Durante mucho tiempo, Jesús había empezado a hablar de su pasión, tratando también de implicar cada vez más a sus discípulos en esta perspectiva. El Evangelio de Marcos nos dice que desde el inicio de su viaje a Jerusalén, en los pueblos de la lejana Cesarea de Filipo, Jesús había comenzado "a enseñarles que el Hijo del hombre debía sufrir mucho y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar a los tres días" (Marcos 8:31).

Además, justo en los días en que se estaba preparando para despedirse de los discípulos, la vida del pueblo estaba marcada por la proximidad dela Pascua, es decir, del recuerdo de la liberación de Israel de Egipto. Esta liberación, experimentada en el pasado y esperada de nuevo en el presente y en el futuro, tomaba vida en las celebraciones familiares dela Pascua. LaÚltima Cena se enmarca en este contexto, pero con una novedad de fondo. Jesús mira su Pasión, Muerte y Resurrección, siendo plenamente consciente. Él quiere vivir esta Cena con sus discípulos, con un carácter totalmente especial y diferente de los otros convites; es su Cena, en la cual ofrece Algo totalmente nuevo: a Él mismo. De este modo, Jesús celebra su Pascua, anticipa su Cruz y su Resurrección.

Esta novedad se refleja en la historia de la Última Cena del Evangelio de Juan, el cual no la describe comola Pascua, justamente porque Jesús quiere inaugurar algo nuevo, celebrar su Pascua, relacionada sí, con los acontecimientos del Éxodo. Y para Juan, Jesús murió en la cruz en el momento mismo en que, en el templo de Jerusalén, los corderos dela Pascuaestaban siendo inmolados.

Entonces, ¿cuál es el meollo de esta cena? Lo son aquellos gestos de la fracción del pan, de distribuirlo a los suyos y de compartir el cáliz del vino con las palabras que los acompañan, y en el contexto de la oración en la que se insertan: es la institución dela Eucaristía, es la gran oración de Jesús y dela Iglesia. Peroveamos más de cerca este momento.

En primer lugar, las tradiciones neotestamentarias de la institución dela Eucaristía(cf. 1 Co. 11:23-25, Lc. 22, 14-20, Mc.14:22-25, Mt. 26:26-29), indicando la oración que introduce los gestos y las palabras de Jesús sobre el pan y el vino, usan dos verbos paralelos y complementarios. Pablo y Lucas hablan de eucaristía/acción de gracias: "tomó pan, dio gracias, lo partió y lo dio" (Lucas 22:19). Marcos y Mateo, en vez, subrayan el aspecto de elogio/bendición: "tomó pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio" (Mc 14:22). En ambos, los términos griegos eucaristeìn y eulogeìn se refieren a la berakha hebrea, que es la gran oración de acción de gracias y bendición de la tradición de Israel, que marcaba el inicio de las grandes fiestas. Las dos diversas palabras griegas indican las dos direcciones intrínsecas y complementarias de esta oración. La berakha, de hecho, es ante todo acción de gracias y alabanza que se eleva a Dios por el don recibido: la Última Cena de Jesús, este es el pan --elaborado a partir del trigo que Dios hace germinar y crecer de la tierra--, y del vino producido a partir del fruto madurado sobre la vid. Esta oración de alabanza y acción de gracias que se eleva a Dios, vuelve como una bendición, que viene de Dios sobre el don y lo enriquece. Dar gracias, alabar a Dios se vuelve así una bendición y la ofrenda dada a Dios retorna al hombre bendecida por el Todopoderoso. Las palabras de la institución dela Eucaristíase sitúan en este contexto de oración: en ellas, la alabanza y la bendición de la berakhase vuelven bendición y transformación del pan y del vino en el Cuerpo yla Sangrede Jesús.

Antes de las palabras de la institución vienen los gestos: aquello de la fracción del pan y del ofertorio del vino. Quien parte el pan y pasa la copa es sobre todo el cabeza de familia, que acoge en su mesa a los familiares, pero estos gestos son también los de la hospitalidad, de la acogida a la comunión cordial con los extranjeros, que no forman parte de la casa. Estos mismos gestos, en la cena con la que Jesús se despidió, adquieren una profundidad del todo nueva: Él da una señal visible de acogida a la mesa en la cual Dios se da. Jesús en el pan y en el vino se ofrece y se transmite a Sí mismo.

Pero, ¿cómo se puede realizar esto? ¿Cómo puede Jesús darse, en aquel momento, a Sí mismo? Jesús sabe que la vida está por serle quitada a través del tormento de la cruz --la pena de muerte de los hombres que no son libres--, aquella que Cicerón definió la mors turpissima crucis. Con el don del pan y del vino que ofrece en la Última Cena, Jesús anticipa su muerte y resurrección realizando aquello que había dicho en el discurso del Buen Pastor: "Yo doy mi vida para recobrarla de nuevo. Nadie me la quita: yo la doy. Tengo poder para darla y poder para recobrarla de nuevo. Este es el mandato que he recibido de mi Padre" (Jn 10:17-18). Por lo tanto Él ofrece de antemano la vida que le será quitada y de este modo transforma su muerte violenta en un acto libre de donación de sí para los demás y a los demás. La violencia se convierte en un sacrificio activo, libre y redentor.

Una vez más en la oración, iniciada según las formas rituales de la tradición bíblica, Jesús revela su identidad y su voluntad de cumplir totalmente su misión de amor total, de ofrenda en obediencia a la voluntad del Padre. La profunda originalidad del don de sí a los suyos, a través del memorial eucarístico, es la culminación de la oración que marca la cena de despedida con ellos. Al contemplar los gestos y las palabras de Jesús esa noche, vemos claramente que la relación íntima y constante con el Padre es el lugar donde Él realiza el gesto de dejar a los suyos, y a cada uno de nosotros, el Sacramento del amor, el"Sacramentum Caritatis". Dos veces en la Última Cena resuenan las palabras: "Hagan esto en memoria mía" (1 Cor. 11, 24.25). Con el don de Sí mismo, Él celebra su Pascua, convirtiéndose en el verdadero Cordero que lleva a cumplimiento todo el antiguo culto. Esta es la razón por la que San Pablo, hablando a los cristianos de Corinto afirma: "Cristo, nuestra Pascua, [nuestro Cordero pascual!], ha sido inmolado. Así que, celebramos la fiesta... con panes ázimos de sinceridad y verdad" (1 Cor 5,7-8).

El evangelista Lucas ha conservado un valioso elemento adicional de los acontecimientos de la Última Cena, que nos permite ver la profundidad conmovedora de la oración de Jesús por los suyos aquella noche, la atención por cada uno. Iniciando con la oración de acción de gracias y de bendición, Jesús añade al don dela Eucaristía, el don de Sí mismo, y, al mismo tiempo que da esta realidad sacramental decisiva, se dirige a Pedro. Al final de la cena, le dijo: "Simón, Simón, mira que Satanás ha pedido el poder cribaros como trigo, pero yo he rogado por ti, para que tu fe no desfallezca. Y tú, cuando hayas vuelto, confirma a tus hermanos" (Lucas 22:31-32). La oración de Jesús cuando se acerca la prueba también para sus discípulos, los sostiene en su debilidad, en sus esfuerzos por comprender que el camino de Dios pasa a través del Misterio pascual de la muerte y resurrección, anticipado en la ofrenda del pan y del vino.La Eucaristíaes el alimento de los peregrinos que se convierte en fuerza también para el que está cansado, agotado y desorientado. Y la oración es sobre todo para Pedro, para que una vez convertido, confirme a sus hermanos en la fe. El evangelista Lucas recuerda que fue justo la mirada de Jesús la que buscó el rostro de Pedro en el momento en que este acababa de realizar su triple negación, para darle la fuerza de continuar su camino detrás de Él: "En aquel mismo momento, mientras que aún estaba hablando, cantó un gallo. El Señor se volvió y miró a Pedro. Recordó Pedro las palabras que le había dicho el Señor"(Lc 22,60-61).

Queridos hermanos y hermanas, participando dela Eucaristía, vivimos de una manera extraordinaria la oración que Jesús ha hecho y hace continuamente por cada uno, a fin de que el mal, que todos enfrentamos en la vida, no logre vencer, y actúe así en nosotros el poder transformador de la muerte y resurrección de Cristo. Enla Eucaristía,la Iglesiaresponde a la indicación de Jesús: "Hagan esto en memoria mía" (Lc 22,19; cf 1 Co 11, 24-26.); repite la oración de acción de gracias y de bendición, y con ella, las palabras de la transustanciación del pan y del vino en el Cuerpo yla Sangrede Cristo. Nuestras Eucaristías se realizan en ese momento de oración, en un unirnos siempre y de nuevo a la oración de Jesús. Desde el principio,la Iglesiaha comprendido las palabras de la consagración como parte de la oración realizada junto a Jesús; como una parte central de la alabanza llena de gratitud, a través de la cual el fruto de la tierra y del trabajo del hombre, nos viene nuevamente donados como cuerpo y sangre de Jesús, como auto donación de Dios mismo en el amor acogedor del Hijo (cf. Jesús de Nazaret, II, p. 146.). Participando enla Eucaristía, nutriéndonose dela Carneyla Sangredel Hijo de Dios, unimos nuestras oraciones a la del Cordero Pascual en la noche suprema, para que nuestra vida no se pierda, a pesar de nuestra debilidad y de nuestras infidelidades, sino que sea transformada.

Queridos amigos, pidamos al Señor que, después de habernos preparado debidamente, también con el Sacramento dela Penitencia, nuestra participación en su Eucaristía, que es esencial para la vida cristiana, sea siempre el punto más alto de todas nuestras oraciones. Pidamos que, unidos profundamente en su propia ofrenda al Padre, también nosotros podemos transformar nuestras cruces en sacrificio, libre y responsable, del amor a Dios y a los hermanos. Gracias.

Traducido del italiano por José Antonio Varela.
©Librería Editorial Vaticana.


Publicado por verdenaranja @ 22:57  | Habla el Papa
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ZENIT  nos ofrece el dscurso que el Papa pronunció el lunes, 9 de Enero de 2012 en la Sala Regia del Palacio Apostólico Vaticano a los miembros del cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, para la presentación de su felicitación y sus deseos para el Nuevo Año.

Excelencias, señoras y señores:

Siempre es un placer recibirles, distinguidos miembros del Cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, en el marco espléndido de esta Sala Regia, para expresarles personalmente mi ferviente felicitación por el año que hemos empezado. Ante todo agradezco a vuestro decano, el embajador Alejandro Valladares Lanza, así como al vicedecano, el embajador Jean-Claude Michel, por las deferentes palabras con las que se han hecho intérpretes de vuestros sentimientos al mismo tiempo que saludo de manera especial a todos los que participan por primera vez en este encuentro. A través de vosotros, extiendo mi felicitación a todas las naciones que representáis, y con las que la Santa Sede mantiene relaciones diplomáticas. El año pasado tuvimos la alegría de que Malasia se uniera a esta comunidad. El diálogo que mantenéis con la Santa Sede favorece el intercambio de impresiones y de información, así como la colaboración en los ámbitos de carácter bilateral o multilateral de particular interés. Vuestra presencia hoy nos recuerda la importante contribución de la Iglesia en vuestras sociedades, en sectores como la educación, la sanidad y la asistencia. Los Acuerdos aprobados en 2011 con Azerbaiyán, Montenegro y Mozambique, son signos de la cooperación entre la Iglesia católica y los Estados. El primero ya ha sido ratificado; deseo que pronto suceda lo mismo con los otros dos y que se concluyan los que se están negociando. Asimismo, la Santa Sede desea entablar un diálogo fructífero con los Organismos internacionales y regionales, señalando a este respecto con satisfacción que los países miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) han acogido el nombramiento de un Nuncio Apostólico acreditado ante esa organización. No puedo dejar de mencionar que, al menos desde el pasado diciembre, la Santa Sede ha reforzado su larga colaboración con la Organización Internacional para las Migraciones, convirtiéndose en miembro de pleno derecho. Se trata de un testimonio del compromiso de la Santa Sede y de la Iglesia católica, junto a la comunidad internacional, en la búsqueda de soluciones adecuadas a este fenómeno que presenta múltiples aspectos, desde la protección de la dignidad de las personas a la solicitud por el bien común de las comunidades que los reciben y de aquellas de donde provienen.

Agradecimiento a autoridades internacionales

A lo largo del año que acaba de terminar he encontrado personalmente a numerosos Jefes de Estado y de Gobierno, así como a las distinguidas representaciones de vuestras naciones que participaron en la ceremonia de beatificación de mi amado predecesor, el papa Juan Pablo II. Representaciones de vuestros países han tenido la amabilidad de estar también presentes con ocasión del sesenta aniversario de mi ordenación sacerdotal. A todos ellos, así como a los que he encontrado en mis viajes apostólicos en Croacia, San Marino, España, Alemania y Benín, renuevo mi agradecimiento por la delicadeza que me han manifestado. Además, dirijo un recuerdo especial a los países de América Latina y del Caribe que en el 2011 han celebrado el bicentenario de su independencia. El 12 de diciembre pasado, han querido subrayar su vínculo con la Iglesia católica y con el Sucesor del Príncipe de los Apóstoles participando con distinguidas representaciones de la comunidad eclesial y de autoridades institucionales en la solemne celebración en la Basílica de San Pedro, durante la cual anuncié mi intención de viajar próximamente a México y Cuba. Deseo en fin saludar a Sudán del Sur que, en el pasado mes de julio, se ha constituido como Estado soberano. Me alegro de que este paso se haya dado de modo pacífico. Por desgracia, en los últimos meses se han sucedido tensiones y enfrentamientos, y deseo que todos unan sus esfuerzos para que las poblaciones de Sudán y Sudán del Sur alcancen un período de paz, libertad y desarrollo.

El profundo malestar del mundo

Señoras y señores embajadores:

El encuentro de hoy se desarrolla tradicionalmente al final de las fiestas de Navidad, en las que la Iglesia celebra la venida del Salvador. Él viene en la oscuridad de la noche, y por tanto su presencia es fuente inmediata de luz y alegría (cf. Lc 2,9-10). Verdaderamente, allí donde no resplandece la luz divina el mundo está en sombras. Realmente, el mundo está en la oscuridad allí donde el hombre no reconoce ya su vínculo con el Creador, poniendo en peligro asimismo su relación con las demás criaturas y con la creación misma. El momento actual está marcado lamentablemente por un profundo malestar y por diversas crisis: económicas, políticas y sociales, que son su expresión dramática.

En este sentido, no puedo dejar de mencionar ante todo las graves y preocupantes consecuencias de la crisis económica y financiera mundial. Ésta no solo ha golpeado a las familias y empresas de los países económicamente más avanzados, en los que ha tenido su origen, creando una situación en la que muchos, sobre todo jóvenes, se han sentido desorientados y frustrados en sus aspiraciones de un futuro sereno, sino que ha marcado también profundamente la vida de los países en vías de desarrollo. No nos debemos desanimar sino reemprender con decisión nuestro camino, con nuevas formas de compromiso. La crisis puede y debe ser un acicate para reflexionar sobre la existencia humana y la importancia de su dimensión ética, antes que sobre los mecanismos que gobiernan la vida económica: no solo para intentar encauzar las partes individuales o las economías nacionales, sino para dar nuevas reglas que aseguren a todos la posibilidad de vivir dignamente y desarrollar sus capacidades en bien de toda la comunidad.

Poner fin a la violencia en los procesos políticos

A continuación deseo recordar que los efectos de la situación actual de incertidumbre afectan de modo particular a los jóvenes. Su malestar ha sido la causa de los fermentos que en los últimos meses han golpeado, a veces duramente, diversas regiones. Me refiero sobre todo a África del Norte y a Medio Oriente, donde los jóvenes que, al igual que otros, sufren la pobreza y el desempleo y temen la falta de expectativas seguras, han puesto en marcha lo que se ha convertido en un vasto movimiento de reivindicación de reformas y de participación más activa en la vida política y social. En este momento es difícil trazar un balance definitivo de los sucesos recientes y cuáles serán sus consecuencias para el equilibrio de la región. A pesar del optimismo inicial, se abre paso el reconocimiento de las dificultades de este momento de transición y cambio, y me parece evidente que el modo adecuado de continuar el camino emprendido pasa por el reconocimiento de la dignidad inalienable de toda persona humana y de sus derechos fundamentales. El respeto de la persona debe estar en el centro de las instituciones y las leyes, debe contribuir a acabar con la violencia y prevenir el riesgo de que la debida atención a las demandas de los ciudadanos y la necesaria solidaridad social se transformen en meros instrumentos para conservar o conquistar el poder. Invito a la comunidad internacional a dialogar con los actores de los procesos en marcha, en el respeto de los pueblos y siendo conscientes de que la construcción de sociedades estables y reconciliadas, que se oponen a toda discriminación injusta, en particular de orden religioso, constituye un horizonte que es más amplio y va más allá de las simples elecciones. Siento una gran preocupación por la población de los países que sufren todavía tensiones y violencias, en particular Siria, en la que espero se ponga rápidamente fin al derramamiento de sangre y se inicie un diálogo fructífero entre los actores políticos, favorecido por la presencia de observadores independientes. En Tierra Santa, donde las tensiones entre palestinos e israelitas repercuten en el equilibrio de todo el Medio Oriente, es necesario que los responsables de estos dos pueblos adopten decisiones valerosas y clarividentes en favor de la paz. He sabido con agrado que, gracias a una iniciativa del reino de Jordania, el diálogo se ha reanudado. Espero que continúe hasta que se llegue a una paz duradera, que garantice el derecho de los dos pueblos a vivir con seguridad y en Estados soberanos, dentro de unas fronteras definidas y reconocidas internacionalmente. La comunidad internacional, por su parte, debe estimular su propia creatividad y las iniciativas de promoción de estos procesos de paz, respetando los derechos de cada parte. Sigo también con gran atención la marcha de los acontecimientos en Irak, deplorando los atentados que han causado recientemente la pérdida de numerosas vidas humanas, y animo a sus autoridades a proseguir con firmeza por el camino de una plena reconciliación nacional.

Educar para la paz

El beato Juan Pablo II recordaba que «el camino de la paz es a la vez el camino de los jóvenes»1 que ellos son «la juventud de las naciones y de la sociedad, la juventud de cada familia y de toda la humanidad»2. Los jóvenes, pues, nos llevan a considerar con seriedad sus requerimientos de verdad, justicia y paz. Por esta razón les he dedicado el Mensaje anual para la celebración de la Jornada Mundial de la Paz, titulado Educar a los jóvenes en la justicia y la paz. La educación es un tema crucial para todas las generaciones, ya que de ella depende tanto el sano desarrollo de cada persona como el futuro de toda la sociedad. Por esta razón, representa una tarea de primer orden en estos tiempos difíciles y delicados. Además de un objetivo claro, que es el que los jóvenes conozcan plenamente la realidad y por tanto la verdad, la educación necesita de lugares. El primero es la familia, fundada sobre el matrimonio entre un hombre y una mujer. No se trata de una simple convención social, sino más bien de la célula fundamental de toda la sociedad. Consecuentemente, las políticas que suponen un ataque a la familia amenazan la dignidad humana y el porvenir mismo de la humanidad. El marco familiar es fundamental en el itinerario educativo y para el desarrollo de los individuos y los estados; por tanto, se necesitan políticas que valoricen y favorezcan la cohesión social y el diálogo. En la familia la persona se abre al mundo y a la vida y, como tuve ocasión de recordar en mi viaje a Croacia, «la apertura a la vida es signo de apertura al futuro».3 En este contexto de apertura a la vida, he recibido con satisfacción la reciente sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que prohíbe patentar los procedimientos que utilicen células madre embrionarias humanas, así como la resolución de la Asamblea parlamentaria del Consejo de Europa, que condena la selección prenatal del sexo.

De forma más genérica, y mirando sobre todo al mundo occidental, estoy convencido de que las medidas legislativas que tantas veces no solo permiten sino que favorecen el aborto, ya sea por motivos de conveniencia o por razones médicas discutibles, se oponen a la educación de los jóvenes y por tanto al futuro de la humanidad.

Continuando con nuestra reflexión, un papel igualmente esencial para el desarrollo de la persona corresponde a las instituciones educativas. Ellas son las primeras instancias que colaboran con la familia, y para desempeñar adecuadamente esta tarea propia sus objetivos han de coincidir con los de la realidad familiar. Es necesario realizar políticas de formación que hagan accesible a todos la educación escolar y que, además de promover el desarrollo cognitivo de la persona, se haga cargo del crecimiento armonioso de la personalidad, incluyendo su apertura al Transcendente. La Iglesia católica se ha mostrado siempre particularmente activa en el área de las instituciones escolares y académicas, cumpliendo una apreciable labor al lado de las instituciones estatales. Deseo por tanto que esta contribución sea reconocida y valorada también por las legislaciones nacionales.

Respeto a la libertad religiosa

A este respecto, se comprende que una labor educativa eficaz requiera igualmente el respeto de la libertad religiosa. Ésta se caracteriza por una dimensión individual, así como por una dimensión colectiva y una dimensión institucional. Se trata del primer derecho del hombre, porque expresa la realidad más fundamental de la persona. Este derecho, con demasiada frecuencia y por distintos motivos, se sigue limitando y violando. Al tratar este tema no puedo dejar de honrar la memoria del ministro paquistaní Shahbaz Bhatti, cuyo combate infatigable por los derechos de las minorías culminó con su trágica muerte. Desgraciadamente no se trata de un caso aislado. En muchos países, los cristianos son privados de sus derechos fundamentales y marginados de la vida pública; en otros, sufren ataques violentos contra sus iglesias y sus casas. A veces son obligados a abandonar los países que han contribuido a edificar, a causa de continuas tensiones y de políticas que frecuentemente los relegan a meros espectadores secundarios de la vida nacional. En otras partes del mundo, se constatan políticas orientadas a marginar el papel de la religión en la vida social, como si fuera causa de intolerancia, en lugar de contribuir de modo apreciable a la educación en el respeto de la dignidad humana, la justicia y la paz. Asimismo, el terrorismo con motivaciones religiosas se ha cobrado el pasado año numerosas víctimas, sobre todo en Asia y África, y por esto, como recordé en Asís, los responsables religiosos deben repetir con fuerza y firmeza que «esta no es la verdadera naturaleza de la religión. Es más bien su deformación y contribuye a su destrucción».4 La religión no puede ser utilizada como pretexto para eludir las reglas de la justicia y del derecho en favor del «bien» que ella misma persigue. A este respecto, me satisface recordar, como hice en mi país natal, que la visión cristiana del hombre ha sido una verdadera fuerza inspiradora para los Padres constitucionales de Alemania, como lo fue también para los Padres fundadores de la Europa unida. Quisiera mencionar también algunos signos alentadores en el ámbito de la libertad religiosa. Me refiero a la modificación legislativa gracias a la cual la personalidad jurídica pública de las minorías religiosas ha sido reconocida en Georgia; pienso también en la sentencia de la Corte Europea de los Derechos Humanos a favor de la presencia del crucifijo en las aulas de las escuelas italianas. Y justamente deseo recordar de modo particular a Italia, en la conclusión del 150 aniversario de su unificación política. Las relaciones entre la Santa Sede y el Estado italiano atravesaron momentos difíciles después de la unificación. Con el transcurso del tiempo, sin embargo, ha prevalecido la concordia y la voluntad recíproca de cooperar, cada uno en su propio ámbito, para favorecer el bien común. Espero que Italia siga apostando por una relación equilibrada entre la Iglesia y el Estado, constituyendo así un ejemplo que las otras naciones puedan mirar con respeto e interés.

Justicia, paz y reconciliación

En el continente africano, que he visitado de nuevo en mi reciente viaje a Benín, es esencial que la colaboración entre las comunidades cristianas y los gobiernos permita abrir un camino de justicia, paz y reconciliación, donde los miembros de todas las etnias y religiones sean respetados. Es doloroso constatar que, en distintos países del continente, este objetivo está todavía muy lejano. Me refiero de modo particular al aumento de la violencia en Nigeria, como nos lo han recordado los atentados cometidos contra algunas iglesias en el tiempo de Navidad, a las secuelas de la guerra civil en Costa de Marfil, a la persistente inestabilidad de la Región de los Grandes Lagos y a la urgencia humanitaria en los países del Cuerno del África. Pido una vez más a la Comunidad internacional su ayuda solícita para encontrar una solución a la crisis que después de tantos años perdura en Somalia.

Respeto a la creación

Por último, quiero hacer hincapié en que una educación correctamente entendida debe favorecer el respeto a la creación. No se pueden olvidar las graves calamidades naturales que, a lo largo del 2011, han afectado a distintas regiones del Sudeste asiático y los desastres ecológicos como el de la central nuclear de Fukushima en Japón. La salvaguarda del medio ambiente, la sinergia entre la lucha contra la pobreza y el cambio climático constituyen ámbitos importantes para la promoción del desarrollo humano integral. Por consiguiente, deseo que después de la 17 sesión de la Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se ha concluido recientemente en Durban, la Comunidad internacional, como una auténtica «familia de naciones» y, por tanto, con un gran sentido de solidariedad y responsabilidad hacia las generaciones presentes y futuras, se prepare para la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible («Río + 20»).

Excelencias, señoras y señores:

El nacimiento del Príncipe de la paz nos enseña que la vida no termina en la nada, que su destino no es la corrupción, sino la inmortalidad. Cristo ha venido para que los hombres tengan vida y vida abundante (cf. Jn, 10,10). «Sólo cuando el futuro es cierto como realidad positiva, se hace llevadero también el presente»5. Animada por la certeza de la fe, la Santa Sede sigue ofreciendo su aportación a la Comunidad internacional, según la doble intención que el Concilio Vaticano II –del que este año se celebra el 50 aniversario– ha definido claramente: proclamar la altísima vocación del hombre y la divina semilla que en él está presente, y ofrecer al género humano una sincera colaboración para lograr la fraternidad universal que responda a esa vocación6. En este espíritu, os renuevo a todos, a los miembros de vuestras familias y a vuestros colaboradores mis felicitaciones más cordiales por el nuevo año. Gracias por vuestra atención.

©Librería Editorial Vaticana

____________________

1 Juan Pablo II, Carta apostólica Dilecti Amici, 31 marzo 1985, nº 15.
2 Ibidem, nº 1.
3 Homilía en la santa Misa con ocasión de la Jornada nacional de las familias católicas croatas, Zagreb, 5 junio 2011.
4 Intervención para la Jornada de reflexión, diálogo y oración por la paz y la justicia en el mundo, Asís, 27 octubre 2011.
5 Spe Salvi, nº 2.
6 Cf. Gaudium et Spes, nº 3.


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S?bado, 28 de enero de 2012

ZENIT nos frece el artículo del obispo de San Cristóbal de las Casas Felipe Arizmendi Esquivel, done reflexiona sobre el año que empieza y el deber de los cristianos de sembrar esperanza en un mundo que parece no favorecerla.

Sembremos esperanza
Ofrecer un testimonio claro de amor y servicio

HECHOS

Iniciamos un nuevo año. Deseamos que sea feliz, pero no faltan incertidumbres. Hay muchos signos esperanzadores; sin embargo, nos preocupa la violencia de los secuestros, la inhumanidad de los narcotraficantes, la injusticia de las extorsiones, la inseguridad en calles, comercios y hogares, la insuficiencia del salario, la falta de recursos para atender la salud. Muchos experimentan una soledad existencial, por la falta de amor en su familia, que les orilla al alcohol y las drogas, al suicidio, a ser vagabundos, pandilleros y malvivientes. Nos avergüenza el maltrato a los hermanos migrantes; nos duele la indefensión de muchos presos, el abandono de los ancianos, el menosprecio de la mujer, la irresponsabilidad ante los hijos concebidos; nos desasosiega la pobreza de millones, la falta de trabajo y de oportunidades para una vida digna.

Se atiza la violencia verbal en las contiendas electorales; se trasluce una lucha feroz y despiadada, al interior de los partidos, para ser nominados para escalar nuevos puestos. Se nos atiborra de publicidad, para tratar de convencernos de quién es la mejor opción. El pobre pueblo sólo ve cómo se gastan millones y millones de sus impuestos en esta competencia de ofertas, que al rato se olvidan y se convierten en basura.

Pero no debemos ver sólo la paja en el ojo ajeno, sino también advertir la viga que llevamos en el nuestro. Como Iglesia, no renovamos nuestra pastoral evangelizadora como los tiempos actuales exigen; repetimos lo que siempre hemos hecho, sin una actitud más misionera e incisiva. No somos tan santos como nuestra vocación nos urge. Mucha gente se aleja dela Iglesia, cambia de religión, o incluso pierde la fe, quizá porque no encuentra en nosotros motivos creíbles; no le damos un testimonio claro de amor y de servicio; nos contagiamos de mundo.

CRITERIOS

El papa Benedicto XVI vendrá a nuestra patria a fortalecernos en la fe y animarnos a una nueva evangelización, que responda a los retos actuales. Es irreal y calumnioso que venga a impulsar un partido en la contienda electoral; sólo quien tiene los ojos sucios, ve todo manchado.

En su reciente viaje a Africa, dijo algo que se nos aplica: “Ha habido muchos conflictos provocados por la ceguera del hombre, por sus ansias de poder y por intereses político-económicos que ignoran la dignidad de la persona o de la naturaleza. Hay demasiados escándalos e injusticias, demasiada corrupción y codicia, demasiado desprecio y mentira, excesiva violencia que lleva a la miseria y a la muerte. La agresividad es una forma de relación bastante arcaica, que se remite a instintos fáciles y poco nobles. Utilizar las palabras reveladas, las Sagradas Escrituras o el nombre de Dios para justificar nuestros intereses, nuestras políticas tan fácilmente complacientes o nuestras violencias, es un delito muy grave. No privéis a vuestros pueblos de la esperanza; es necesario que seáis verdaderos servidores de la esperanza.La Iglesiano ofrece soluciones técnicas ni impone fórmulas políticas. Ella repite: ¡No tengáis miedo! La humanidad no está sola ante los desafíos del mundo. Dios está presente. Y este es un mensaje de esperanza, una esperanza que genera energía, que estimula la inteligencia y da a la voluntad todo su dinamismo. Esperar no es abandonar; es redoblar la actividad. La desesperación es individualista. La esperanza es comunión. Sed sembradores de esperanza. Tener esperanza no es ser ingenuo, sino hacer un acto de fe en Dios, Señor del tiempo y también Señor de nuestro futuro” (19-XI-2011).

PROPUESTAS

Construyamos esperanza por medio de familias que viven una fe cristiana madura, en fidelidad, en paz y en armonía; que educan en valores profundos a sus hijos, para que sean laboriosos y solidarios.

Formemos grupos de jóvenes que no se dejen arrastrar por la droga y la vagancia, sino que, con la palabra de Dios, sean disciplinados, respeten a los demás, colaboren en su hogar, ayuden a los pobres, protejan el medio ambiente y sirvan a la comunidad.

Quien vive una verdadera fe en Cristo, es una persona positiva, sembradora de esperanza.


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ZENIT nos ofrece la homilía que pronunció  el Papa en la Misa del domingo, 9 de Enero de 2012, fiesta del Bautismo del señor,  en la Capilla Sixtina, durante la cual administró el bautismo a dieciséis recién nacidos. ¡Queridos hermanos y hermanas!

Queridos hermanos y heranas:

Es siempre una alegría celebrar esta santa misa con los bautismos de los niños, en la fiesta del Bautismo del Señor. ¡Les saludo a todos con afecto, queridos padres, padrinos y madrinas, y a todos ustedes familiares y amigos! Han venido –lo han dicho en voz alta- para que sus recién nacidos reciban el don de la gracia de Dios, la semilla de la vida eterna. Ustedes padres lo han querido. Han pensado en el bautismo todavía antes de que su niño o su niña fuera dado a luz. Su responsabilidad de padres cristianos les hizo pensar enseguida en el sacramento que marca la entrada en la vida divina, en la comunidad de la Iglesia. Podemos decir que esta ha sido su primera decisión educativa como testimos de la fe hacia sus hijos: ¡la elección es fundamental!

La tarea de los padres, ayudados por el padrino y la madrina, es la de educar al hijo o la hija. Educar compromete mucho, a veces es arduo para nuestras capacidades humanas, siempre limitadas. Pero educar se convierte en una maravillosa misión si se la realiza en colaboración con Dios, que es el primer y verdadero educador de cada ser humano.

En la primera lectura que hemos escuchado, sacada del libro del profeta Isaías, Dios se dirige a su pueblo justamente como un educador. Advierte a los israelitas del peligro de buscar calmar su sed y su hambre en las fuentes equivocadas: “Por qué –dice- gastáis dinero en lo que no sacia, el salario en lo que no quita el hambre?” (Is 55,2). Dios quiere darnos cosas buenas de beber y comer, cosas que nos sientan bien; mientras que a veces nosotros usamos mal nuestros recursos, los usamos para cosas que no sirven, e incluso son nocivas. Dios quiere darnos sobre todo a Sí mismo y su Palabra: sabe que alejándonos de Él nos encontraremos bien pronto en dificultad, como el hijo pródigo de la parábola, y sobre todo perderemos nuestra dignidad humana. Y por esto nos asegura que Él es misericordia infinita, que sus pensamientos y sus caminos no son como los nuestros –¡para suerte nuestra!- y que podemos siempre volver a Él, a la casa del Padre. Nos asegura pues que si acojemos su Palabra, esta traerá buenos frutos a nuestra vida, como la lluvia que riega la tierra (cfr Is 55,10-11).

A esta palabra que el eñor nos ha dirigido mediante el profeta Isaías, hemos respondido con el estribillo del Salmo: “Sacaremos agua con alegría, de las fuentes de la salvación”. Como personas adultas, nos hemos comprometido a acudir a las buenas fuentes, por nuestro bien y el de aquellos que han sido confiados a nuestra responsabilidad, en especial ustedes, queridos padres, padrinos y madrinas, por el bien de estos niños. ¿Y cuáles son “las fuentes de la salvación”? Son la Palabra de Dios y los sacramentos. Los adultos son los primeros que deben alimentarse de estas fuentes, para poder guiar a los más jóvenes en su crecimiento. Los padres deben dar mucho, pero para poder dar necesitan a su vez recibir, si no se vacían, se secan. Los padres no son la fuente, como tampoco nosotros los sacerdotes somos la fuente: somos más bien como canales, a través de los cuales debe pasar la savia vital del amor de Dios. Si nos separamos de la fuente, seremos los primeros en resentirnos negativamente y no seremos ya capaces de educar a otros. Por esto nos hemos comprometido diciendo: “Sacaremos agua con alegría, de las fuentes de la salvación”.

Y vamos ahora a la segunda lectura y al Evangelio. Nos dicen que la primera y principal educación se da mediante el testimonio. El Evangelio nos habla de Juan el Bautista. Juan fue un gran educador de sus discípulos, porque los condujo al encuentro con Jesús, del cual dió testimonio. No se exaltó a sí mismo, no quiso tener a los discípulos atados a sí mismo. Aunque era un gran profeta, su fama era muy grande. Cuando llegó Jesús, dio un paso atrás y le señaló: “Viene tras de mí el que es más fuerte que yo... Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo”(Mc 1,7-8). El verdadero educador no ata a las personas a sí, no es posesivo. Quiere que el hijo, o el discípulo, aprenda a conocer la verdad, y establezca con ella una relación personal. El educador realiza su deber hasta el fondo, no hace faltar su presencia atenta y fiel; pero su objetivo es que el educando escuche la voz de la verdad hablar a su corazón y la siga en un camino personal.

Volvamos ahora al testimonio. En la segunda lectura, el apóstol Juan escribe: “Es el Espíritu el que da testimonio” (I Jn 5,6). Se refiere al Espíritu Santo, el Espíritu de Dios, que da testimonio de Jesús, atestiguando que es el Cristo, el Hijo de Dios. Se ve esto también en la escena del bautismo en el río Jordán: el Espíritu Santo desciende sobre Jesús como una paloma para revelar que Él es el Hijo Unigénito del eterno Padre (cfr Mc 1,10). También en su Evangelio Juan subraya este aspecto, allí donde Jesús dice a los discípulos: “Cuando venga el Paráclito, el Espíritu de la verdad que yo os enviaré y que procede del Padre, él dará testimonio sobre mí. Vosotros mismos seréis mis testigos, porque habéis estado conmigo desde el principio” (Jn 15,26-27). Esto es para nosotros confortante en el compromiso de educar en la fe, porque sabemos que no estamos solos y que nuestro testimonio está sostenido por el Espíritu Santo.

Es muy importante para vosotros, padres, y también para los padrinos y madrinas, creer fuertemente en la presencia y en la acción del Espíritu Santo, invocarlo y acogerlo en vosotros, mediante la oración y los sacramentos. Es Él de hecho el que ilumina la mente, caldea el corazón del educador para que sepa transmitir el conocimiento y el amor de Jesús. La oración es la primera condición para educar, porque orando nos ponemos en disposición de dejar a Dios la iniciativa, de confiarle los hijos, a los que conoce antes y mejor que nosotros, y sabe perfectamente cuál es su verdadero bien. Y, al mismo tiempo, cuando oramos nos ponemos a la escucha de las inspiraciones de Dios para hacer bien nuestra parte, que de todos modos nos corresponde y debemos realizar. Los sacramentos, especialmente la eucaristía y la penitencia, nos permiten realizar la acción educativa en unión con Cristo, en comunión con Él y continuamente renovados por su perdón. La oración y los sacramentos nos obtienen aquella luz de verdad, gracias a la cual podemos ser al mismo tiempo tiernos y fuertes, usar dulzura y firmeza, callar y hablar en el momento adecuado, reprender y corregir en modo justo.

Queridos amigos, invoquemos por tanto juntos al Espíritu Santo para que descienda en abundancia sobre estos niños, les consagre a imagen de Jesucristo, y les acompañe siempre en el camino de su vida. Los confiamos a la guía materna de María santísima, para que crezcan en edad, sabiduría y gracia y se conviertan en verdaderos cristianos, testigos fieles y gozosos del amor de Dios. Amén.

Traducción del original italiano de Nieves san Martín
©Librería Editorial Vaticana


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Viernes, 27 de enero de 2012

Reflexión a las lecturas del domingo cuarto del Tiemo Ordinario - B, ofrecido por el sacerdote Don Juan Manuel Pérez Piñero bajo el epigrafe "ECOS DEL DIA DEL SEÑOR".

Domingo 4º del Tiempo Ordinario B 

Queridos amigos y amigas:

“¡Este sí que es el profeta que tenía que venir al mundo!”, decía la gente asombrada ante el milagro de la multiplicación de los panes y los peces. (Jn 6,15). Pues de eso se trata este Domingo: Jesús es el “profeta” que tenía que venir… Pero en El la profecía llega a su plenitud porque El es el Hijo de Dios, es decir, el que, hasta ahora, había hablado a través de los profetas, y ahora habla y actúa personalmente… Y con la autoridad de Dios. ¡Asombrosa diferencia! Y, cuando comienza a enseñar en la Sinagoga de Cafarnaún, aquella aldea donde vivía con sus discípulos, enseguida la gente nota la diferencia: no habla como los escribas o maestros de Israel, que comentaban y explicaban allí los sábados la Palabra de Dios,  sino con autoridad…

En la primera lectura de hoy contemplamos como Dios le dice a Moisés: “Suscitaré un profeta, entre tus hermanos, como tú. Pondré mis palabras en su boca y les dirá lo que yo le mande. A quien no escuche las palabras que pronuncie en mi nombre, yo le pediré cuentas…” Y siempre fue una realidad, en Israel,  el ministerio de los profetas. Luego “vino Juan que era profeta y más que profeta,” como decía Jesucristo. (Mt 11, 9-10) Y todo tiene su punto culminante ahora en que es el mismo Dios  el que ha venido hasta nosotros, como decía antes.

Más adelante, en el Evangelio de S. Mateo nos encontramos con unas palabras muy extrañas, unas expresiones como éstas: “Habéis oído que se dijo a los antiguos… Pero yo os digo…” (Mt 5,21). ¿Y quién se atreve a hablar así? Sólo Jesús, porque es el Hijo de Dios vivo…

En el salmo responsorial de este Domingo, repetimos: “Ojalá escuchéis su voz; no endurezcáis vuestro corazón”. ¡Y de eso se trata! Todos sentimos y sufrimos alguna vez “el silencio de Dios” Pero El continuamente  nos habla, especialmente, a través de la Revelación. Y “cuando Dios revela, nos ha dicho el Vaticano II, hay que prestarle la obediencia de la fe…” (D. V. 5).

Este Domingo es un día apropiado para revisar nuestra relación con el Dios que habla… “Cuando se lee en la Iglesia la Sagrada Escritura es El quien habla” no ha enseñado también el Concilio. (S C  7) Tendríamos que preguntarnos hoy si escuchamos la Palabra de Dios, si la leemos y la meditamos, si respondemos al Señor con una oración ferviente que nos lleve a una vida comprometida y al apostolado… Si nos conduce, en fin, a lo que S. Ignacio llamaba “el conocimiento interior de Cristo…” Cuando alguna persona me dice que no reza o que reza poco, suelo preguntarle, con la delicadeza de siempre: ¿A Vd. le gustaría tener un niño mudo? Pues a Dios tampoco le gusta… Tampoco le gustan al Padre del Cielo, unos hijos sordomudos, diríamos hoy: que no le escuchan ni le hablan, ni le quieren, ni nada…  ¿Y quién puede decir que tiene una relación perfecta con el Señor? ¿Quién se atreve  a decir que le habla y le escucha de un modo excelente…, y que  ya no tiene que adelantar más? ¿No es, mas bien, verdad que todos tenemos que avanzar más y mejor en nuestra relación Él?

Pero, además de todo esto, tenemos que detenernos siquiera un momento más porque hay alguien que grita en la Sinagoga: “¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quien eres: el Santo de Dios”. Se trata de un endemoniado. El diablo, como vemos, tiene un conocimiento perfecto de Jesucristo. Sabe quién es y a lo que viene… Y tiembla de miedo… ¡Ese conocimiento no le sirve de nada! ¡Como a tantos cristianos! Jesús le dice con firmeza: “Cállate y sal de él”. “El espíritu inmundo lo retorció y, dando un grito muy fuerte, salió. Todos se preguntaron estupefactos: “¿Qué  es esto?  Este enseñar con autoridad es nuevo. Hasta a los espíritus inmundos les manda y le obedecen”.

También a nosotros nos impresiona todo esto. Cuando tantos cristianos se alejan de la Iglesia, cuando tantos tienen una fe y una actividad apostólica tan machita, cuando tantos dudan de Jesucristo…, contemplamos hoy cómo aquel demonio… ¡Qué revelación más preciosa e importante  nos hace el Evangelio de este Domingo, en los comienzos de la Vida Pública: Jesús habla  y  actúa con la autoridad de Dios.

“¡Se ha cumplido el plazo!” (Mc1,15) ¡Ha llegado la plenitud de los tiempos!

Ojalá que nuestro conocimiento progresivo de Jesucristo, fortalezca nuestra fe, nueva vida cristiana y nuestro compromiso apostólico… para      que seamos capaces  de vivir y transmitir todo el Evangelio, y no solo una parte… Como contemplamos hoy en la segunda lectura, cuando S. Pablo es capaz de presentar, en medio de  aquella sociedad corrompida de Corinto, el ideal cristiano de la consagración total al Señor mediante la virginidad y el celibato.

¡Feliz Domingo! ¡Feliz Día del Señor!


Publicado por verdenaranja @ 22:42  | Espiritualidad
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"Algunas reflexiones sobre la pastoral de la salud en la parroquia" remitidas por la Delegación de Pastoral de la Salud de la diócesis de Tenerife con motivo del Día Mundial del Enfermo 2012.

ALGUNAS REFLEXIONES
SOBRE LA PASTORAL DE LA SALUD
ENLA PARROQUIA 

“En general, los enfermos no ocupan hoy en la parroquia el lugar que les corresponde, el que tuvieron en la vida de Jesús, en las primeras comunidades y en otras etapas de la vida dela Iglesia.Enmuchos casos, la atención a los enfermos se reduce a la administración de los sacramentos, olvidando la misión de curar que tiene la comunidad. Con frecuencia, los enfermos son sólo destinatarios de cuidados diversos, pero no se les integra como miembros activos de la propia comunidad. Las comunidades cristianas han de asumir su compromiso evangelizador en el mundo de la salud, han de ser comunidades que curan.

La acción de la parroquia con los enfermos ha de inspirarse en el primer evangelizador, en Cristo, que pasó curando y evangelizó curando: “Recorría ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, predicando el Evangelio del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias” (Mt 9,35). Ésta es nuestra tarea: entrar en la ciudad, en la sociedad de nuestros días, curar a los enfermos que haya en ella y desde esa acción curadora proclamar al hombre de hoy la cercanía de Dios.” (Documento “Los enfermos en la parroquia. Una prioridad”. Conferencia Episcopal Española) 

Jesús ha confiado a su Iglesia la misión de asistir y cuidar a los enfermos. Todos los miembros dela Iglesiaparticipan de su misión, si bien cada uno ha de realizarla en función del carisma recibido y del ministerio quela Iglesiale ha encomendado, pero siempre corresponsablemente con los demás para así hacer transparente el verdadero ser dela Iglesia.

Sensibilizar a toda la comunidad cristiana es hoy una tarea prioritaria. Se trata de preocuparse de que la parroquia no olvide a los hombres y mujeres que sufren la enfermedad.

Durante años, la comunidad cristiana ha delegado a las personas, congregaciones o grupos de la comunidad que se ocupaban de los enfermos la misión de evangelizar curando. Ha terminado, en muchos casos, por vivir de espaldas a ellos, desconociendo sus problemas y perdiendo su capacidad de asistirles, cuidarles y ayudarles a vivir. 

«Consideramos imprescindible en estos momentos la constitución de equipos de Pastoral dela Saluden las parroquias, no para desresponsabilizar al resto de los cristianos, sino precisamente para sensibilizar sobre su responsabilidad a toda la comunidad parroquial, y para servir de cauce principal a su acción pastoral en el campo de la salud y de la enfermedad.

Por ello, el equipo de Pastoral dela Saludno actúa a título particular, sino en nombre de toda la comunidad parroquial. Su objetivo no es estimular la caridad individual de los cristianos hacia los enfermos, sino promover el servicio sanador como un hecho comunitario, es decir, como un compromiso real y efectivo de toda la parroquia. Su presencia activa en el Consejo Pastoral Parroquial y su actividad en el interior de la parroquia están orientadas a ayudar a toda la comunidad a vivir responsablemente el mandato sanador de Jesús y el servicio a los enfermos.» (Congreso Iglesia y Salud, 1994) 

Los enfermos, miembros de la parroquia, tienen múltiples necesidades y éstas piden ser atendidas desde diversos carismas o modalidades de servicio.

El equipo, como estructura pastoral, da estabilidad y continuidad a la pastoral parroquial y tiende a evitar las improvisaciones y la dispersión individualista. Lo que hacen los visitadores o agentes de Pastoral dela Saluddebe ser testimonio del amor fraterno no sólo de ellos, sino de toda la parroquia.

El equipo brinda también a sus miembros la oportunidad de una constante comunicación, enriquecimiento, sana crítica y puesta a punto.

¿Qué ha de hacer el equipo de Pastoral dela Saluden la parroquia? Entre las tareas fundamentales del equipo parroquial de Pastoral dela Saludseñalamos las siguientes: 

1. Conocer a los enfermos
2. Acercarse a los enfermos
3. Servir a los enfermos
4. Ayudar a las familias
5. Sensibilizar a la comunidad parroquial
6. Coordinarla Pastoraldela Salud 

Para la conformación del equipo parroquial de Pastoral del a Saluds ería conveniente seguir los siguientes pasos: 

Sensibilizar a la comunidad parroquial y presentar las cosas de manera seria y convincente; informar de lo que esla Pastoraldela Saludy pedir colaboraciones concretas y fáciles de realizar, sobre todo al comienzo.

Conectar con cristianos en los grupos de catequesis de adultos, entre los jóvenes de postconfirmación, entre mujeres que tengan tiempo disponible, entre jubilados que pueden realizar todavía un trabajo importante, entre religiosas y religiosos que puedan encontrar un hueco para comprometerse en este campo.

Comenzar las primeras reuniones para establecer unos objetivos iniciales sencillos y concretos que, en la mayoría de los casos, serán de formación y acción.

Establecer contacto conla DelegaciónDiocesanade Pastoral dela Saludy pedir su colaboración para emprender la marcha. 


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Guión litúrgico para JORNADA MUNDIAL DEL ENFERMO 2012 recibido en laparroquia con los matriales para su celebración el 11 de Febrero.

CELEBRACIÓN DE LA EUCARISTÍA
12 de febrero de 2012 

MONICIÓN DE ENTRADA 

Queridos hermanos: celebramos hoyla Jornada Mundialdel Enfermo. Es la primera de las citas que se enmarcan en la campaña del Día del Enfermo, que tendrá su continuación con la celebración dela Pascuadel Enfermo, el próximo día 13 de mayo.

Este año, el tema elegido porla Conferencia EpiscopalEspañola para esta campaña tiene como título “El poder curativo de la fe”.

El Papa Benedicto XVI, en su mensaje con motivo de esta Jornada nos recuerda la necesidad de tomar conciencia de la importancia de la fe para quienes, agobiados por el sufrimiento y la enfermedad, se acercan al Señor. En el encuentro con Él, pueden experimentar realmente que “quien cree no está nunca solo”. Dios, en efecto, en su Hijo, no nos abandona en nuestras angustias y sufrimientos, está junto a nosotros, nos ayuda a llevarlos y desea curar nuestro corazón en lo más profundo.

Quien invoca al Señor en el sufrimiento y la enfermedad, tiene la certeza de que Su amor no le abandona nunca, y que, también, el amor dela Iglesia, que continúa en el tiempo su obra de salvación, nunca disminuye.

Pidamos, pues, para cada uno de nosotros y de modo especial para los enfermos, el don de la fe, que nos permita reconocer la presencia de Dios en medio del sufrimiento y poder así vivirlo desde el ofrecimiento, uniéndonos a Cristo en su muerte para resucitar con Él. 

ENVÍO DE AGENTES DE PASTORAL DE LA SALUD 

La misión de atender a los enfermos forma parte indispensable de la tarea encomendada por Jesús a su Iglesia, como cauce por el cual llega hasta ellosla Buena Noticiadel Evangelio. Para llevar a cabo esta tarea, el Señor elige a miembros de su pueblo y los envía con esta misión a confortar, consolar y acompañar a quienes atraviesan por la circunstancia de la enfermedad propia o de un ser querido.

Vamos a proceder a continuación a la presentación y envío de los miembros de nuestra parroquia que se sienten llamados por Dios a desempeñar este valioso servicio. 

(A continuación se nombra a los miembros del equipo de Pastoral de la Salud y se van colocando delante del altar) 

Queridos hermanos: el vuestro es un servicio que nos corresponde realizar a todos los discípulos de Jesucristo, que hemos de descubrir la presencia del Señor en toda persona que sufre en su cuerpo o en su espíritu.

Sin embargo, vosotros, como miembros del equipo parroquial de Pastoral dela Salud, asumís este compromiso con una exigencia mayor. Vais a prestar una valiosa colaboración a la misión caritativa dela Iglesiay, en consecuencia, vais a trabajar en su nombre, abriendo a todos los hombres los caminos del amor cristiano y de la fraternidad universal.

Cuando realicéis vuestra tarea, procurad actuar siempre movidos por el Espíritu del Señor, es decir, por un verdadero amor de caridad sobrenatural. De este modo seréis reconocidos como auténticos discípulos de Cristo. 

(El sacerdote, con las manos extendidas sobre ellos, pronuncia la siguiente oración de bendición) 

Oremos: 

Oh Dios, que derramas en nuestros corazones, por el Espíritu Santo, el don de la caridad, bendice + a estos hermanos nuestros, para que, practicando la caridad en la visita y atención de los enfermos, contribuyan a hacer presente a tu Iglesia en el mundo, como un sacramento de unidad y de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. 

Ahora, queridos hermanos, para mostrar vuestra disponibilidad a prestar este servicio en nuestra comunidad parroquial, os invito a recitar juntos esta oración que tenéis en vuestras manos, pidiendo la ayuda de Dios para llevar a cabo la misión que habéis recibido.

(Todos juntos recitan en voz alta la siguiente oración) 

Padre del cielo, que amas a todos tus hijos,

especialmente a los que más sufren,

porque más te necesitan;

derrama sobre nosotros el Espíritu

que llenaba el corazón de tu Hijo Jesús,

el Espíritu que le hizo pasar por este mundo

“haciendo el bien”. 

Pon en nuestros corazones tu amor,

para que seamos signo de tu amor

grande e incondicional.

Pon en nuestras bocas palabras

de consuelo y esperanza.

Pon en nuestras manos capacidad para servir y ayudar.

Pon en nuestros pies diligencia

para acercarnos a quien nos necesita.

Llénanos de tu paz, para que vayamos dando paz

a todos los cansados y agobiados. 

Te lo pedimos, Padre, por tu Hijo Jesús,

que ya ha vencido al mal que a nosotros aún nos duele,

que ha vencido a la muerte

que a nosotros aún nos amenaza,

y que vive y reina contigo,

en la unidad del Espíritu Santo

por los siglos de los siglos. Amén.

(Terminada la oración, se retiran a su lugar y continúa la celebración con el Credo y la oración de los fieles) 

ORACIÓN DE LOS FIELES 

Presentemos nuestras súplicas al Señor, pidiendo de modo particular por nuestros hermanos enfermos, por sus familiares y por quienes les asisten, confiando en la poderosa intercesión de Santa María, Salud de los Enfermos: 

Porla Iglesia, para que sea una comunidad sana de todo egoísmo, división y  miedo y así pueda ser sanadora de tantas heridas que mortifican a la humanidad. Roguemos al Señor.

Por todos los enfermos, de modo especial por los de nuestra parroquia: para que el Señor les acreciente la fe y puedan experimentar la pertenencia ala Iglesiay su cercanía en el momento del sufrimiento. Roguemos al Señor.

Por los familiares de los enfermos: para que encuentren en la gran familia dela Iglesiaun lugar donde descansar de sus fatigas y ser sostenidos por la compañía de los hermanos. Roguemos al Señor.

Por los profesionales de la salud: para que trabajen con la mayor dedicación y generosidad posible, aliviando de este modo el sufrimiento de los enfermos. Roguemos al Señor.

Por quienes se dedican a la visita y atención de los enfermos: para sean signo evidente del amor de Dios Padre hacia sus hijos más desfavorecidos. Roguemos al Señor 

Escucha, Padre bueno, la oración confiada que te presentamos de modo especial por tus hijos enfermos y concédeles aquello que verdaderamente necesitan. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.


Publicado por verdenaranja @ 21:46  | Liturgia
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Jueves, 26 de enero de 2012

 Mensaje del Santo Padre con ocasión dela XX Jornada Mundial del Enfermo que se celebrará el 11 de Febrero de 2012  con el título “¡Levántate y vete; tu fe te ha salvado!” (Lc 17,19) 

Queridos hermanos y hermanas: 

En ocasión dela JornadaMundialdel Enfermo, que celebraremos el próximo 11 de febrero de 2012, en el que recordamos ala BienaventuradaVirgende Lourdes, deseo renovar mi espiritual cercanía a todos los enfermos que se encuentran en residencias o son atendidos en las familias, y expreso a cada uno la solicitud y el afecto de todala Iglesia.Enla acogida generosa y afectuosa de cada vida humana, sobre todo la débil y enferma, el cristiano expresa un aspecto importante de su testimonio evangélico siguiendo el ejemplo de Cristo, que se ha inclinado ante los sufrimientos materiales y espirituales del hombre para curarlos. 

Este año, que constituye la preparación más próxima ala SolemneJornadaMundial del Enfermo, que se celebrará en Alemania el 11 de febrero de 2013, y que se detendrá en la emblemática figura evangélica del samaritano (cfr Lc 10,29-37), quisiera poner el acento en los “Sacramentos de curación”, es decir, en el Sacramento dela Penitenciay dela Reconciliación, y en el dela Unciónde los Enfermos, que tiene su natural cumplimiento enla Comunión Eucarística.

El encuentro de Jesús con los diez leprosos, que narra el Evangelio de san Lucas (cfr Lc 17,11-19), en particular las palabras que el Señor dirige a uno de ellos: “¡Levántate y vete; tu fe te ha salvado!” (v. 19), ayudan a tomar conciencia de la importancia de la fe para quienes, agobiados por el sufrimiento y la enfermedad, se acercan al Señor. En el encuentro con Él, pueden experimentar realmente que ¡quien cree no está nunca solo! Dios, en efecto, en su Hijo, no nos abandona en nuestras angustias y sufrimientos, está junto a nosotros, nos ayuda a llevarlos y desea curar nuestro corazón en lo más profundo (cfr Mc 2,1-12).

La fe de aquel único leproso que, al verse sanado, lleno de asombro y de alegría, vuelve enseguida a Jesús para manifestarle su reconocimiento, deja entrever que la salud recuperada es signo de algo más precioso que la simple curación física, es signo de la salvación que Dios nos da a través de Cristo, y que encuentra expresión en las palabras de Jesús: tu fe te ha salvado. Quien invoca al Señor en su sufrimiento y enfermedad, es cierto que Su amor no le abandona nunca, y que, también, el amor dela Iglesia, que continúa en el tiempo su obra de salvación, nunca disminuye. La curación física, expresión de la salvación más profunda, revela, así, la importancia que el hombre, en su integridad de alma y cuerpo, tiene para el Señor. Cada uno de los Sacramentos, además, expresa y actúa la proximidad del mismo Dios, el cual, de manera absolutamente gratuita, “nos toca por medio de realidades materiales …, que Él toma a su servicio y las convierte en instrumentos del encuentro entre nosotros y Él mismo”  (Homilía, S. Misa del Crisma, 1 de abril de 2010). “La unidad entre creación y redención se hace visible. Los Sacramentos son expresión de la corporeidad de nuestra fe, que abraza cuerpo y alma, al hombre entero” (Homilía, S. Misa del Crisma, 21 de abril de 2011).

El quehacer principal dela Iglesiaes, ciertamente, el anuncio del Reino de Dios, «pero este mismo anuncio debe ser de curación: “… vendar las llagas de los corazones rotos” (Is 61,1)» (ibid.), según la misión que Jesús confió a sus discípulos (cfr Lc 9,1-2; Mt 10,1.5-14; Mc 6,7-13). El binomio entre salud física y renovación de las laceraciones del alma nos ayuda, pues,  a comprender mejor los “Sacramentos de curación”.

El Sacramento dela Penitenciaha sido, a menudo, el centro de reflexión de los Pastores dela Iglesia, por su gran importancia en el camino de la vida cristiana, ya que “toda la fuerza dela Penitenciaconsiste en que nos restituye a la gracia de Dios y nos une a Él con profunda amistad” (Catecismo dela IglesiaCatólica, 1468).La Iglesia, continuando el anuncio de perdón y de reconciliación aclamado por Jesús, no cesa de invitar a toda la humanidad a convertirse y a creer en el Evangelio. Así lo dice el apóstol Pablo: “En nombre de Cristo … somos embajadores: por medio de nosotros, es Dios mismo quien exhorta. Os suplicamos en nombre de Cristo: dejaos reconciliar con Dios” (2 Co 5,20). Jesús,  durante su vida, anuncia y hace presente la misericordia del Padre. Él no ha venido para condenar, sino para perdonar y salvar, para dar esperanza también en la oscuridad más profunda del sufrimiento y del pecado, para donar la vida eterna; así, en el Sacramento dela Penitencia, en la “medicina de la confesión”, la experiencia del pecado no degenera en desesperación, sino que encuentra el Amor que perdona y transforma (cfr Juan Pablo II, Exhortación ap. postsin. Reconciliatio et Paenitentia, 31).

Dios, “rico en misericordia” (Ef 2,4), como el padre de la parábola evangélica (cfr Lc 15, 11-32), no cierra el corazón a ninguno de sus hijos, sino que los escucha, los busca, los alcanza allí donde el rechazo de la comunión aprisiona en el aislamiento y en la división,  los llama a reunirse en torno a su mesa, en la alegría de la fiesta del perdón y de la reconciliación. El momento del sufrimiento, en el cual podría surgir la tentación de abandonarse al desaliento y a la desesperación, puede transformarse en tiempo de gracia para entrar de nuevo en uno mismo y, como el hijo pródigo de la parábola, reflexionar sobre la propia vida, reconociendo los errores y fallos, sentir la nostalgia del abrazo del Padre y volver a recorrer el camino hacia su Casa.  Él, en su gran amor, siempre, y de cualquier modo, vela sobre nuestra existencia y nos espera para ofrecer, a cada hijo que vuelve a Él, el don de la plena reconciliación y de la alegría. 

De la lectura del Evangelio emerge, claramente, cómo Jesús mostró siempre una particular atención hacia los enfermos. Él no sólo ha enviado a sus discípulos a curar las heridas (cfr Mt 10,8; Lc 9,2; 10,9), sino que también ha instituido para ellos un Sacramento específico:la Unciónde los Enfermos.La Cartade Santiago atestigua la presencia de este gesto sacramental ya en la primera comunidad cristiana (cfr 5,14-16): conla Unciónde los Enfermos, acompañada con la oración de los presbíteros, todala Iglesiaencomienda a los enfermos al Señor doliente y glorificado, para que les alivie sus penas y los salve; es más,  les exhorta a unirse espiritualmente a la pasión y a la muerte  de Cristo, para contribuir, de este modo, al bien del Pueblo de Dios.

Este Sacramento nos lleva a contemplar el doble misterio de Monte de los Olivos, donde Jesús se encuentra dramáticamente delante de la vía que le indicaba el Padre, la dela Pasión, la del supremo acto de amor, y la acepta. En esa hora de prueba, Él es el mediador “trasladando a sí mismo, asumiendo él mismo el sufrimiento y la pasión del mundo, trasformándola en grito hacia Dios, llevándola antes los ojos y las manos de Dios, y así, llevándola realmente al momento dela Redención” (Lectio divina, Encuentro con el clero de Roma, 18 de febrero de 2010). Pero “el Huerto de los Olivos es …, también, el lugar en el cual  Él asciende al Padre y, por tanto, el lugar dela Redención… Este doble misterio del Monte de los Olivos está siempre  “activo” también en el óleo sacramental dela Iglesia… signo de la bondad de Dios que nos toca” (Homilía, S. Misa del Crisma, 1 de abril de 2010). Enla Unciónde los Enfermos, la materia sacramental del aceite se nos ofrece, por así decir, “como medicina de Dios … que ahora nos da la certeza de su bondad, nos debe fortalecer y consolar, pero que, al mismo tiempo, más allá del momento de la enfermedad, restituya a la curación definitiva, a la resurrección (cfr Gc 5,14)” (ibid.).

Este Sacramento merece hoy una mayor consideración, tanto en la reflexión teológica como en la acción pastoral de los enfermos. Valorizando los contenidos de la oración litúrgica que se adaptan a las diversas situaciones humanas unidas a la enfermedad, y no sólo cuando se ha llegado al final de la vida (cfr Catecismo dela IglesiaCatólica, 1514),la Unciónde los Enfermos no debe ser considerada  casi como “un sacramente menor” respecto de los otros. La atención y el cuidado pastoral hacia los enfermos, por un lado es señal de la ternura de Dios para los que sufren, y por otro lado produce ventaja espiritual también a los sacerdotes y a toda la comunidad cristiana, sabiendo que todo lo que se hace al más pequeño, se hace al mismo Jesús (cfr Mt 25-40). 

A propósito de los “Sacramentos de la curación”, S. Agustín afirma: “Dios cura todas tus enfermedades. No temer, pues: todas tus enfermedades serán curadas … Tú sólo debes permitir que él te cure y no debes rechazar sus manos” (Exposición sobre el salmo 102, 5: PL 36, 1319-1320). Se trata de medios preciosos dela Graciade Dios, que ayudan al enfermo a conformarse, cada vez con más plenitud,  con el Misterio dela Muertey Resurrección de Cristo. Junto a estos dos Sacramentos, quisiera también subrayar la importancia de la Eucaristía. Recibida en el momento de la enfermedad contribuye, de manera singular, a realizar esta transformación, asociando a quien se nutre con el Cuerpo yla Sangrede Jesús al ofrecimiento que Él ha hecho de Sí mismo al Padre para la salvación de todos. Toda la comunidad eclesial, y la comunidad parroquial en particular, presten atención para asegurar la posibilidad de acercarse con frecuencia ala Comuniónsacramental a quienes, por motivos de salud o de edad, no pueden ir a los lugares de culto. De este modo, a estos hermanos y hermanas se les ofrece la posibilidad de reforzar la relación con Cristo crucificado y resucitado, participando, con su vida ofrecida por amor a Cristo, en la misma misión dela Iglesia. Enesta perspectiva, es importante que los sacerdotes que prestan su delicada misión en los hospitales, en las residencias y en las habitaciones de los enfermos se sientan verdaderos « “ministros de los enfermos”, signo e instrumento de la compasión de Cristo, que debe llegar a todo hombre marcado por el sufrimiento » (Mensaje parala XVIIIJornadaMundial del Enfermo, 22 de noviembre de 2009).

La conformación con el Misterio Pascual de Cristo, realizada también mediante la práctica dela Comuniónespiritual, asume un significado muy particular cuandola Eucaristíase administra y se acoge como viático. En ese momento de la existencia, resuenan de modo aún más incisivo las palabras del Señor: “Quien come mi carne y bebe mi sangre tiene la vida eterna y yo lo resucitaré en el último día” (Jn 6,54).La Eucaristía, en efecto, sobre todo como viático, es – según la definición de san Ignacio de Antioquia – “fármaco de inmortalidad, antídoto contra la muerte” (Carta a los Efesios, 20: PG 5, 661), sacramento del pasaje de la muerte a la vida, de este mundo al Padre, que a todos espera enla Jerusalénceleste. 

5. El tema de este Mensaje parala XXJornada Mundial del Enfermo, “¡Levántate y vete; tu fe te ha salvado!”, se refiere también al próximo “Año de la fe”, que iniciará el 11 de octubre de 2012, ocasión propicia y preciosa para redescubrir la fuerza y la belleza de la fe, para profundizar su sentido y para testimoniarla en la vida de cada día (cfr Carta ap. Porta fidei, 11 de octubre de 2011). Deseo animar a los enfermos y a los que sufren a encontrar siempre un áncora segura en la fe, alimentada por la escucha dela Palabrade Dios, por la oración personal y por los Sacramentos, mientras que invito a los Pastores a estar cada vez más disponibles en su celebración para los enfermos. Siguiendo el ejemplo del Buen Pastor y como guías del grey confiado a ellos, los sacerdotes se sientan llenos de gozo, atentos con los más débiles, los sencillos, los pecadores, manifestando la infinita misericordia de Dios con las palabras tranquilizadoras de la esperanza (cfr S. Agustín, Carta 95, 1: PL 33, 351-352).

A todos los que trabajan en el mundo de la salud, como también a las familias que en sus propios familiares ven el Rostro sufriente del Señor Jesús, renuevo mi agradecimiento y el dela Iglesia, porque, en su profesión y en el silencio, a menudo, sin decir el nombre de Cristo, lo manifiestan concretamente (cfr Homilía, S. Misa del Crisma, 21 de abril de 2011).

A María, Madre de Misericordia y Salud de los Enfermos, dirigimos nuestra mirada confiada y nuestra oración; su materna compasión, vivida junto al Hijo  agonizante enla Cruz, acompañe y sostenga la fe y la esperanza de cada persona enferma y que sufre en el camino de curación de las heridas del cuerpo y del espíritu.

A todos aseguro mi recuerdo en la oración, mientras imparto a cada uno una especial Bendición Apostólica.

 

En el Vaticano, el 20 de noviembre de 2011, Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo. 

 Benedictus PP XVI


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DEPARTAMENTO DE COMUNICACIÓN

38201. La Laguna. Tenerife.
Tfno. 922-25 86 40 / Extensión 8
e-mail: [email protected]

Boletín 465 

LAS NOTICIAS AMPLIADAS PUEDEN VERLAS ENTRANDO EN NUESTRO BLOG. Textos, sonidos, e imágenes los tienen en: http://www.comunicacionobispadodetenerife.blogspot.com/ 

 

El próximo domingo día 29 de enero de 2012, se celebrará el Encuentro Diocesano de Cofradías y Hermandades en la parroquia de Santa Ana, en la Villa y Puerto de Garachico. Las jornadas comenzarán a las 10:30 h. y terminaran sobre las 17:00 h. La eucaristía, que estará presidida por el Obispo, se celebrará a las 13:00 h. 

Cáritas Diocesana presenta la campaña "No hay límite para soñar". Una iniciativa que pretende difundir el trabajo de Cáritas y animar a la colaboración de toda la comunidad canaria. Junto a los proyectos de la Institución, estará la figura de Pedrito, el futbolista tinerfeño del FC. Barcelona, que saldrá en anuncios, vallas publicitarias, página web propia y en camisas, cuya venta costará 10 Euros. 

Partió a la casa del Padre Ildefonso García Palacios, tinerfeño, misionero claretiano de 25 años. El día 23 de octubre emitió su profesión perpetua en el hospital de Granada. 

 

También falleció la misionera secular María Teresa Rodrigálvarez cooperadora insigne de la diócesis. Llevaba 50 años en la Diócesis Nivariense. Dedicó numerosos años a la obra de abrir y promocionar la primera Casa de Ejercicios. Igualmente, entre otras iniciativas, fue la fundadora de la sociedad limitada “In Formación y Cultura” que tiene por objetivo general la difusión de la cultura y, de manera muy especial la cultura religiosa. 

 

Desde la primera semana de enero, se abría el plazo de matrícula para el segundo cuatrimestre en la diplomatura y licenciatura de Ciencias Religiosas, que dentro la modalidad formativa de San Agustín, sigue siendo "on line". Hasta la primera quincena de febrero el plazo de matrícula continuará abierto. 

Este jueves 26 de Enero, a las 20 horas, en la Casa de la Cultura “Pedro García Cabrera”, tendrá lugar una nueva sesión del Aula de Pensamiento Social Cristiano “Oscar Romero, en Vallehermoso (La Gomera). El Aula girará en torno al tema: "Medios de Comunicación Social: derecho a informar, derecho a la veracidad. Ética de los medios". 

El pregonero de la Semana Santa lagunera de este año será el obispo de la Diócesis Canariense, Francisco Cases. El pregón de la Semana Mayor de Aguere será leído el jueves 22 de marzo, a las 20:30 horas, en el templo matriz de Nuestra Señora de la Concepción. 

La Jornada Mundial del Enfermo tendrá lugar, como todos los años, el próximo día 11 de febrero, festividad de Nuestra Señora de Lourdes.Este año, el tema elegido  lleva por título: “El poder curativo de la fe”, y quiere poner el acento en los denominados “sacramentos de curación”, es decir, la Penitencia, la Unción de enfermos y la Eucaristía. El material necesario para celebrar esta jornada ha sido enviado a todos los sacerdotes de la diócesis. 

El próximo martes, 31 de enero, y todos los últimos martes de mes, a las 18:30 horas, en la iglesia de San Antonio de Padua en Granadilla de Abona, se celebrará una Eucaristía para y por los enfermos, abierta a todas las personas que deseen participar y animada por la Renovación Carismática Católica. Al finalizar la misa, habrá exposición del Santísimo. 

El Arciprestazgo de El Hierro ha programado para esta semana unas jornadas misioneras con la presencia de José Antonio, misionero claretiano de la Parroquia de El Pilar, en Santa Cruz de Tenerife. La semana concluirá con la Marcha Misionera de los niños de la isla, el próximo sábado 28 de enero, en el municipio de El Pinar, desde las 10 hasta las 15 horas. 

La Casa de Oración de San Pedro Daute, “Domus Mariae”, en Garachico acogerá los días 27, 28 y 29 de enero un cursillo de Liturgia sobre la mesa de la Palabra y la mesa de la Eucaristía, a cargo del licenciado en Liturgia y ex profesor del Seminario Diocesano durante muchos años, José Hernández. El horario será de 17:30 h. a 20:30 h. y se trata de un cursillo especialmente dirigido a lectores, grupos de liturgia, etc. 

La villa mariana se prepara para las fiestas en honor a la Virgen de Candelaria conmemorando el Primer Aniversario de la Proclamación Canónica de la Basílica de Candelaria, el Día de las Indulgencias, que se ha celebrado este martes con varias eucaristías. El principal acto será el 2 de febrero que comenzará con la Procesión Cívica con el traslado del Escudo de la Villa hasta la Basílica de Candelaria. Allí, en torno a las 12 horas, será la concelebración de la Eucaristía presidida por el Obispo.   

Asimismo los Padres Dominicos han organizado del 25 al 27 de enero las Jornadas Mariológicas donde Fray Xabi Gómez García O.P., Licenciado en teología y especialista en mediación familiar, versará sobre:: “El concepto de habitar en Dios”, “Y habito entre nosotros” y “ María, reflejo del habitar en Dios”. 

Este fin  de semana del 27 al  29 de enero, se celebrará, D.M. enla Casadela Iglesia, el cursillo de Cristiandad nº 348. 

Los alumnos del colegio La Salle La Laguna leen en la plaza de Santo Domingo un manifiesto por la paz. Por otro lado, la Marcha Diocesana de oración por la Paz será el próximo sábado 3 de marzo. 

El patrón del Seminario Diocesano es Santo Tomás de Aquino, cuya festividad litúrgica se celebrará el próximo sábado 28 de enero, por ello la tarde de ese día se celebrará en el centro un acto académico y litúrgico. 

El Movimiento de Familias Cristianas (MODEFAC) llevará a cabo una Asamblea General con carácter extraordinario, el 4 de febrero, en el Seminario, de 16:30 h. a 21:00 h. Asimismo, se celebrará la Eucaristía y habrá servicio de guardería. Será un día para  debatir sobre la familia y abordar cuestiones relevantes en relación al movimiento. 

Entreculturas ha organizado un Festival Infantil para el viernes, 27 de enero, a las 17:00 horas, en el Colegio del Buen Consejo de La Laguna. Una tarde diferente en la que los más pequeños podrán participar en talleres de pompas de jabón, cariocas, de percusión, etc. Además habrá cuentacuentos. Todo ello de la mano del grupo de percusión Santuka, el cual pondrá el broche final de la jornada. 

La coordinadora de catequesis del arciprestazgo de Taco organiza el viernes 3 y sábado 4 de febrero un cursillo de catequesis con Álvaro Ginel. El mismo girará en torno a la catequesis familiar y se desarrollará en los salones parroquiales de Añaza. 

Promovida por el Secretariado Diocesano de Peregrinaciones y con la oraganización técnica de "Drams Tours", del 27 al 31 de mayo de 2012 tendrá lugar una peregrinación al Santuario de Ntra. Sra. de Lourdes, en Francia.

La iniciativa de la pastoral marítima de la Diócesis Canariense de trasladarse a la isla de El Hierro para manifestar su solidaridad con los pescadores de la Restinga, ha sido una acción asumida y compartida por el Apostolado del Mar de la Diócesis Nivariense a través de distintos actos en la isla del meridiano. 


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DOMINGO 4 DEL TIEMPO ORDINARIO
29 deEnero 2012

La paz de Dios esté con todos vosotros.

- Bienvenidos a celebrar la Eucaristía de este domingo. El evangelio de Marcos que leemos este año, nos presenta a Jesús anunciando la Buena Noticia de Dios en su tierra de Galilea, y liberando de todo mal. Y todos los que lo veían quedaban admirados.

- También nosotros, seguidores de Jesús, admiramos su enseñanza y su fuerza salvadora, y por eso queremos seguirle. Hoy, una vez más, escucharemos su palabra y nos sentaremos a su mesa, para que él nos llene de su vida.

A. penitencial: En silencio, preparémonos para celebrar la Eucaristía. (Silencio).

- Tú, fuerza y esperanza para los que sufren. SEÑOR, TEN PIEDAD.

- Tú, liberador de los oprimidos. CRISTO,TEN PIEDAD.

- Tú vencedor del mal y de la muerte. SEÑOR, TEN PIEDAD.

1. lectura (Deuteronomio 18,15-20): En esta primera lectura, Dios anuncia a su pueblo que enviará un profeta para que hable en su nombre. Nosotros reconocemos que
Jesús es este profeta, y creemos que él es la presencia de Dios entre nosotros.       

2. lectura (1 Corintios 7,32-35): En la segunda lectura, san Pablo valora su propia experiencia como persona totalmente dedicada al anuncio del Evangelio, y reflexiona sobre la importancia de esa plena dedicación a Dios. Por ello, anima a renunciar al matrimonio a todo aquel que sienta esa llamada, para vivir la entrega total que él vive.

Oración universal: Unidos e" la fe y en la esperanza, oremos al Padre por toda la humanidad, como hermanos de todos los hombres y mujeres del mundo. Oremos dlciendo: ESCÚCHANOS, PADRE.

Por las comunidades cristianas del Tercer Mundo. Que sean estímulo de esperanza para sus países y para su gente. OREMOS:

Por las vocaciones sacerdotales y religiosas. Que aumenten en nuestras comunidades, para el bien de toda la Iglesia. OREMOS:

Por los gobernantes y los políticos de nuestro país. Que trabajen al servicio del respeto y la concordia entre todos los ciudadanos. OREMOS:

Por las personas que son menos valoradas en nuestra sociedad: las que están en la cárcel, las que no tienen papeles, las que se dedican a la prostitución, las que viven en la calle. Que aprendamos a estar a su lado. OREMOS:

Por los que ven cercana su muerte y por sus familiares .Que puedan vivirla sin temor, con esperanza y acompañados de sus seres queridos. OREMOS:

Por todos nosotros. Que la celebración de la Eucaristía que nos reúne cada domingo nos haga vivir con mayor alegría nuestra fe. OREMOS:

Padrenuestro: Como Jesucristo nos ha enseñado, y sintiéndonos hijos de Dios, nos atrevemos a decir:

Despedida: La alegría del Señor sea nuestra fuerza. Podéis ir en paz.

 

CPL


Publicado por verdenaranja @ 16:52  | Liturgia
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Mi?rcoles, 25 de enero de 2012

Reflexión de José Antonio Pagola al evangelio del dominjgo cuarto del Tiempo Ordinario - B, ofrecido por la Delegacion Diocesna de Enseñana de la diócesis de Tnerife.

CURADOR 

         Según Marcos, la primera actuación pública de Jesús fue la curación de un hombre poseído por un espíritu maligno en la sinagoga de Cafarnaún. Es una escena sobrecogedora, narrada para que, desde el comienzo, los lectores descubran la fuerza curadora y liberadora de Jesús.

         Es sábado y el pueblo se encuentra reunido en la sinagoga para escuchar el comentario dela Leyexplicado por los escribas. Por primera vez Jesús va a proclamarla Buena Noticiade Dios precisamente en el lugar donde se enseña oficialmente al pueblo las tradiciones religiosas de Israel.

         La gente queda sorprendida al escucharle. Tienen la impresión de que hasta ahora han estado escuchando noticias viejas, dichas sin autoridad. Jesús es diferente. No repite lo que ha oído a otros. Habla con autoridad. Anuncia con libertad y sin miedos a un Dios Bueno.

         De pronto un hombre «se pone a gritar: ¿Has venido a acabar con nosotros?». Al escuchar el mensaje de Jesús, se ha sentido amenazado. Su mundo religioso se le derrumba. Se nos dice que está poseído por un «espíritu inmundo», hostil a Dios. ¿Qué fuerzas extrañas le impiden seguir escuchando a Jesús? ¿Qué experiencias dañosas y perversas le bloquean el camino hacia el Dios Bueno que él anuncia?

         Jesús no se acobarda. Ve al pobre hombre oprimido por el mal, y grita: «Cállate y sal de él». Ordena que se callen esas voces malignas que no le dejan encontrarse con Dios ni consigo mismo. Que recupere el silencio que sana lo más profundo del ser humano.

         El narrador describe la curación de manera dramática. En un último esfuerzo por destruirlo, el espíritu «lo retorció y, dando un grito muy fuerte, salió». Jesús ha logrado liberar al hombre de su violencia interior. Ha puesto fin a las tinieblas y al miedo a Dios. En adelante podrá escucharla Buena Noticiade Jesús.

         No pocas personas viven en su interior de imágenes falsas de Dios que les hacen vivir sin dignidad y sin verdad. Lo sienten, no como una presencia amistosa que invita a vivir de manera creativa, sino como una sombra amenazadora que controla su existencia. Jesús siempre empieza a curar liberando de un Dios opresor.

         Sus palabras despiertan la confianza y hacen desaparecer los miedos. Sus parábolas atraen hacia el amor a Dios, no hacia el sometimiento ciego a la ley. Su presencia hace crecer la libertad, no las servidumbres; suscita el amor a la vida, no el resentimiento. Jesús cura porque enseña a vivir sólo de la bondad, el perdón y el amor que no excluye a nadie. Sana porque libera del poder de las cosas, del autoengaño y de la egolatría.

José Antonio Pagola 

Red evangelizadora BUENAS NOTICIAS
29 de enero de 2012
4 Tiempo ordinario (B)
Marcos 1, 21-28


Publicado por verdenaranja @ 22:33  | Espiritualidad
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ZENIT  nos ofrece la firma del arzobispo castrense de España Juan del Río Martín, quien aborda en este artículo la figura de los Reyes Mayos, según la tradición cristiana y el itinerario espiritual de estos personajes tan queridos por los niños enla Navidad hispana.

El éxodo de los sabios de Oriente
Los caminos de Dios

+ Juan del Río Martín

“Los caminos de Dios no son los de los hombres” (Is 55,8), esto se ha revelado de una manera inaudita en la encarnación del Verbo. El nacimiento del Mesías es causa de alegría para unos y de preocupación para Herodes y las autoridades judías del momento. Vino a “los suyos y estos no lo recibieron” (Jn 1,11), serán unos gentiles (los Magos) quienes los buscan, lo encuentran, lo adoran y le ofrecen sus dones.

En la tradición popular hispánica, estos personajes representan el gozo, la ilusión y la generosidad con nuestros niños. Sus gritos de regocijo y sus sonrisas viendo “las cabalgatas de reyes” por las calles de  ciudades y pueblos de España, son signos de aquella “inmensa alegría” que inundó los corazones de estos astrólogos paganos que, según la narración del evangelista Mateo (cf. Mt 2,1-12), llegaron hasta Belén y encontraron “al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecieron los regalos: oro, incienso y mirra” (Mt 2, 11).

Desde la Ilustración se viene preconizando la desaparición de la religión y más en concreto la disolución del catolicismo, ante los avances de la secularización, los adelantos de la ciencia y el poder de la técnica. El tiempo y los hechos están demostrando que estamos ante una pura fantasía. La religión vuelve a veces de forma inesperada, el catolicismo no va en detrimento, sino todo lo contrario, se ha convertido en “la gran voz profética” ante el concurso de las naciones. Podemos decir con Th. Luckmann que: “la estructura social se ha secularizado, el individuo no”. La secularización total equivaldría simplemente a la deshumanización. Tanto en el pasado como en la actualidad, los hombres siguen siendo buscadores de Dios como lo fueron los Magos.   

La historia dela Navidadfue una manifestación de Dios discreta, limitada a unos pocos, como  fueron  los pastores (cf. Lc 2,15-20) y los “sabios de Oriente”. A menudo sucede que son los conversos y los inesperados, los que abren caminos nuevos y fecundos ala Iglesiay a la sociedad (cf. Hch 9,26-30).

La celebración dela Epifaníade Dios a todos los pueblos es el paso del particularismo judío al universalismo cristiano. Con ellos, el discurso de Dios se hace accesible a cualquier ser humano, se han roto las barreras de la raza, nación, condición social o política. El Dios Humanado pertenece a todos, ha superado cualquier división, ha traído una misión universal de salvación para todos los hombres de buena voluntad.  

¿Cómo vivir la existencia en actitud de “éxodo” como lo hicieron los Magos? ¿Cómo hallar entre tantos regalos al Regalo por excelencia que es Jesús? ¿Qué camino tomar? ¿El qué sugieren las pasiones o el qué indica la estrella que brilla en la conciencia?

Dios se revela a aquellos que lo buscan. Él se hace el encontradizo ante el más mínimo deseo del hombre. Si dices no encontrar a Dios por ninguna parte, ¿no será que has perdido la capacidad de asombro y estás cómodamente instalado en ti mismo y prefieres adorar a “otros dioses” aparentemente menos exigentes que el nacido en Belén? La fe en Dios supone una opción clara hacia una Meta. Es un “éxodo” de nuestro pequeño mundo para hallar el horizonte de lo Infinito. Es humildad de corazón para poder adorar a Aquel que nos sobrepasa.

Es necesario que alcemos la mirada de lo puramente terrenal y caduco, y busquemos los bienes del cielo que son imperecederos, que poseen luces suficientes para iluminar el sendero verdadero, y dar respuesta satisfactoria a los anhelos del corazón humano. Porque como diría san Agustín: “nos hiciste Señor, para Ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti” (Confesiones, I, 1, 1). ¡Este fue el recorrido espiritual de los Magos!


Publicado por verdenaranja @ 22:29  | Hablan los obispos
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Epifanía en el Vaticano: Hombres de todas las culturas y pueblos

Homilía de Benedicto XVI en la eucaristía

ZENIT nos ofrece el texto íntegro de la homilía pronunciada por el papa en la mañana del viernes 6 de Enero de 2012, festividad dela Epifanía del Señor, en la Basílica de San Pedro del Vaticano.

Queridos hermanos y hermanas:
La Epifanía es una fiesta de la luz. «¡Levántate, brilla, Jerusalén, que llega tu luz; la gloria del Señor amanece sobre ti!» (Is 60,1). Con estas palabras del profeta Isaías,la Iglesia describe el contenido de la fiesta. Sí, ha venido al mundo aquél que es la luz verdadera, aquél que hace que los hombres sean luz. Él les da el poder de ser hijos de Dios (cf. Jn 1,9.12). Para la liturgia, el camino de los Magos de Oriente es sólo el comienzo de una gran procesión que continúa en la historia. Con estos hombres comienza la peregrinación de la humanidad hacia Jesucristo, hacia ese Dios que nació en un pesebre, que murió en la cruz y que, resucitado, está con nosotros todos los días hasta el fin del mundo (cf. Mt 28, 20).La Iglesia lee la narración del evangelio de Mateo junto con la visión del profeta Isaías, que hemos escuchado en la primera lectura: el camino de estos hombres es solo un comienzo.

Antes habían llegado los pastores, las almas sencillas que estaban más cerca del Dios que se ha hecho niño y que con más facilidad podían «ir allí» (cf. Lc 2, 15) hacia él y reconocerlo como Señor. Ahora, en cambio, también se acercan los sabios de este mundo. Vienen grandes y pequeños, reyes y siervos, hombres de todas las culturas y pueblos. Los hombres de Oriente son los primeros, a través de los siglos les seguirán muchos más. Después de la gran visión de Isaías, la lectura de la carta a los Efesios expresa lo mismo con sobriedad y sencillez: que también los gentiles son coherederos (cf. Ef 3, 6). El salmo 2 lo formula así: «Te daré en herencia las naciones, en posesión, los confines de la tierra» (Sal 2,8).

Los Magos de Oriente van delante. Inauguran el camino de los pueblos hacia Cristo. Durante esta santa Misa conferiré a dos sacerdotes la ordenación episcopal, los consagraré pastores del pueblo de Dios. Según las palabras de Jesús, ir delante del rebaño pertenece a la misión del pastor (cf. Jn 10,4). Por tanto, en estos personajes que, como los primeros de entre los paganos, encontraron el camino hacia Cristo, podemos encontrar tal vez algunas indicaciones para la misión de los obispos, a pesar de las diferencias en las vocaciones y en las tareas. ¿Qué tipo de hombres eran ellos? Los expertos nos dicen que pertenecían a la gran tradición astronómica que se había desarrollado en Mesopotamia a lo largo de los siglos y que todavía era floreciente. Pero esta información no basta por sí sola. Es probable que hubiera muchos astrónomos en la antigua Babilonia, pero sólo estos pocos se encaminaron y siguieron la estrella que habían reconocido como la de la promesa, que muestra el camino hacia el verdadero Rey y Salvador. Podemos decir que eran hombres de ciencia, pero no solo en el sentido de que querían saber muchas cosas: querían algo más. Querían saber cuál es la importancia de ser hombre. Posiblemente habían oído hablar de la profecía del profeta pagano Balaán: «Avanza la constelación de Jacob, y sube el cetro de Israel» (Nm 24,17).

Ellos profundizaron en esa promesa. Eran personas con un corazón inquieto, que no se conformaban con lo que es aparente o habitual. Eran hombres en busca de la promesa, en busca de Dios. Y eran hombres vigilantes, capaces de percibir los signos de Dios, su lenguaje callado y perseverante. Pero eran también hombres valientes a la vez que humildes: podemos imaginar las burlas que debieron sufrir por encaminarse hacia el Rey de los Judíos, enfrentándose por eso a grandes dificultades. No consideraban decisivo lo que algunos, incluso personas influyentes e inteligentes, pudieran pensar o decir de ellos. Lo que les importaba era la verdad misma, no la opinión de los hombres. Por eso afrontaron las renuncias y fatigas de un camino largo e inseguro. Su humilde valentía fue la que les permitió postrarse ante un niño de pobre familia y descubrir en él al Rey prometido, cuya búsqueda y reconocimiento había sido el objetivo de su camino exterior e interior.

Queridos amigos, en todo esto podemos ver algunas características esenciales del ministerio episcopal. El obispo debe de ser también un hombre de corazón inquieto, que no se conforma con las cosas habituales de este mundo sino que sigue la inquietud del corazón que lo empuja a acercarse interiormente a Dios, a buscar su rostro, a conocerlo mejor para poder amarlo cada vez más. El obispo debe de ser también un hombre de corazón vigilante que perciba el lenguaje callado de Dios y sepa discernir lo verdadero de lo aparente. El obispo debe de estar lleno también de una valiente humildad, que no se interese por lo que la opinión dominante diga de él, sino que sigua como criterio la verdad de Dios, comprometiéndose por ella: «opportune-importune». Debe de ser capaz de ir por delante y señalar el camino. Ha de ir por delante siguiendo a aquel que nos ha precedido a todos, porque es el verdadero pastor, la verdadera estrella de la promesa: Jesucristo. Y debe de tener la humildad de postrarse ante ese Dios que haciéndose tan concreto y sencillo contradice la necedad de nuestro orgullo, que no quiere ver a Dios tan cerca y tan pequeño. Debe de vivir la adoración del Hijo de Dios hecho hombre, aquella adoración que siempre le muestra el camino.

La liturgia de la ordenación episcopal recoge lo esencial de este ministerio con ocho preguntas dirigidas a los que van a ser consagrados, y que comienzan siempre con la palabra: «Vultis?-¿queréis?». Las preguntas orientan a la voluntad mostrándole el camino a seguir. Quisiera aquí mencionar brevemente algunas de las palabras clave de esa orientación, y en las que se concreta lo que poco antes hemos reflexionado sobre los Magos en la fiesta de hoy. La misión de los obispos es «predicare Evangelium Christi», custodire y dirigere, «pauperibus se misericordes praebere» e «indesinenter orare». El anuncio del evangelio de Jesucristo, el ir delante y dirigir, custodiar el patrimonio sagrado de nuestra fe, la misericordia y la caridad hacia los necesitados y pobres, en la que se refleja el amor misericordioso de Dios por nosotros y, en fin, la oración constante son características fundamentales del ministerio episcopal. La oración constante significa no perder nunca el contacto con Dios; sentirlo en la intimidad del corazón y ser así inundados por su luz. Solo el que conoce personalmente a Dios puede guiar a los demás hacia él. Solo el que guía a los hombres hacia Dios, los lleva por el camino de la vida.

El corazón inquieto, del que hemos hablado evocando a san Agustín, es el corazón que no se conforma en definitiva con nada que no sea Dios, convirtiéndose así en un corazón que ama. Nuestro corazón está inquieto con relación a Dios y no deja de estarlo aun cuando hoy se busque, con «narcóticos» muy eficaces, liberar al hombre de esta inquietud. Pero no solo estamos inquietos nosotros, los seres humanos, con relación a Dios. El corazón de Dios está inquieto con relación al hombre. Dios nos aguarda. Nos busca. Tampoco él descansa hasta dar con nosotros. El corazón de Dios está inquieto, y por eso se ha puesto en camino hacia nosotros, hacia Belén, hacia el Calvario, desde Jerusalén a Galilea y hasta los confines de la tierra. Dios está inquieto por nosotros, busca personas que se dejen contagiar de su misma inquietud, de su pasión por nosotros. Personas que lleven consigo esa búsqueda que hay en sus corazones y, al mismo tiempo, que dejan que sus corazones sean tocados por la búsqueda de Dios por nosotros. Queridos amigos, esta era la misión de los apóstoles: acoger la inquietud de Dios por el hombre y llevar a Dios mismo a los hombres. Y esta es vuestra misión siguiendo las huellas de los apóstoles: dejaros tocar por la inquietud de Dios, para que el deseo de Dios por el hombre se satisfaga.

Los Magos siguieron la estrella. A través del lenguaje de la creación encontraron al Dios de la historia. Ciertamente, el lenguaje de la creación no es suficiente por sí mismo. Solo la palabra de Dios, que encontramos en la sagrada Escritura, les podía mostrar definitivamente el camino. Creación y Escritura, razón y fe han de ir juntas para conducirnos al Dios vivo. Se ha discutido mucho sobre qué clase de estrella fue la que guió a los Magos. Se piensa en una conjunción de planetas, en una supernova, es decir, una de esas estrellas muy débiles al principio pero que debido a una explosión interna produce durante un tiempo un inmenso resplandor; en un cometa, y así sucesivamente. Que los científicos sigan discutiéndolo. La gran estrella, la verdadera supernova que nos guía es el mismo Cristo. Él es, por decirlo así, la explosión del amor de Dios, que hace brillar en el mundo el enorme resplandor de su corazón. Y podemos añadir: los Magos de Oriente, de los que habla el evangelio de hoy, así como generalmente los santos, se han convertido ellos mismos poco a poco en constelaciones de Dios, que nos muestran el camino. En todas estas personas, el contacto con la palabra de Dios ha provocado, por decirlo así, una explosión de luz, a través de la cual el resplandor de Dios ilumina nuestro mundo y nos muestra el camino. Los santos son estrellas de Dios, que dejamos que nos guíen hacia aquel que anhela nuestro ser. Queridos amigos, cuando habéis dado vuestro «sí» al sacerdocio y al ministerio episcopal, habéis seguido la estrella Jesucristo. Y ciertamente han brillado también para vosotros estrellas menores, que os han ayudado a no perder el camino. En las letanías de los santos invocamos a todas estas estrellas de Dios, para que brillen siempre para vosotros y os muestren el camino. Al ser ordenados obispos estáis llamados a ser vosotros mismos estrellas de Dios para los hombres, a guiarlos en el camino hacia la verdadera luz, hacia Cristo. Recemos por tanto en este momento a todos los santos para que siempre podáis cumplir vuestra misión mostrando a los hombres la luz de Dios. Amén.


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Martes, 24 de enero de 2012

Textos bíblicos, comentario y oración para el día octavo del Octavario 2012 de Oraciones porla Unidad de los Cristianos publicado en folleto de Materiales para su celebración elaborado por una comisión mixta entre el Pontificio Consejo parala Promocióndela Unidadde los Cristianos yla Comisión Fey Constitución del Consejo Mundial de Iglesias y traducido porla Comisiónpara las Relaciones Interconfesionales dela Conferencia EpiscopalEspañola. Este año tiene como lema: “Todos seremos transformados por la victoria de nuestro Señor Jesucristo” (1Cor 15, 51-58) 

Día octavo
Tema: Reunidos en el Reino de Cristo

Texto: Al vencedor lo sentaré en mi trono, junto a mí (Ap 3, 21) 

Lecturas

1 Cor 29, 10-13 En tu mano están la fuerza y la grandeza
Sal 21, 1-7 Ciñes a su cabeza una corona de oro fino
Ap 3, 19b-22 Al vencedor lo sentaré en mi trono, junto a mí
Jn 12, 23-26 El que me sirva será honrado por mi Padre 

Comentario

Jesucristo es el primogénito de entre los muertos. Se humilló a sí mismo y fue exaltado. Cristo no acaparó, sino que compartió su reino y su exaltación con toda la humanidad.

El himno de David, nacido de la alegría del rey y de su pueblo ante la construcción del templo, expresa la verdad de que todo llega por la gracia. Incluso un monarca terrenal uede ser una imagen del Reino de Dios, que tiene el poder de elevar todo y dar fuerza  todos.

El salmo real de acción de gracias continúa esta idea. La tradición cristiana también le a un sentido mesiánico: Cristo es el verdadero Rey, lleno de vida y bendición, presencia perfecta de Dios en medio de su pueblo. En cierto sentido esta imagen puede referirse también al pueblo. ¿No son los seres humanos la corona de la creación? ¿No quiere Dios hacernos «coherederos con su Hijo y miembros de su familia real»?

Las cartas en el libro del Apocalipsis a las siete Iglesias locales constituyen un mensaje dirigido ala Iglesiade todos los tiempos y lugares. Aquellos que acogen a Cristo en sus hogares serán invitados a compartir con Él el banquete de la vida eterna. La promesa de sentarse sobre los tronos, anunciada previamente a los Doce, ahora se extiende a todos los que han obtenido la victoria.

Allí donde estoy yo estará también mi servidor. Podemos vincular el ‘Yo estoy’ de Jesús al inefable nombre de Dios. El servidor de Jesús, a quien el Padre honra, estará donde el Señor está, sentado a la derecha del Padre para reinar.

Los cristianos somos conscientes que la unidad entre nosotros, aunque requiere esfuerzos humanos, es, sobre todo, un don de Dios. Consiste en compartir la victoria de Cristo sobre el pecado, la muerte y el mal que es causa de división. Nuestra participación en la victoria de Cristo alcanza su plenitud en los cielos. Nuestro testimonio común del Evangelio debe mostrar al mundo un Dios que no nos limita ni nos domina. Debemos anunciar de manera creíble, a la gente de nuestro tiempo y de nuestra época, que la victoria de Cristo supera todo lo que nos impide compartir la plenitud de la vida con Él y entre nosotros. 

Oración

Dios todopoderoso que gobiernas todas las cosas, enséñanos a contemplar el misterio de tu gloria. Haz que aceptemos tus dones con humildad y respetemos la dignidad de cada persona. Que tu Espíritu Santo nos fortalezca ante los combates espirituales que nos esperan, para que unidos en Cristo podamos reinar con Él en la gloria. Te lo pedimos por Él, que se humilló y ha sido exaltado, y que vive contigo y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén. 

Preguntas para la reflexión

1. ¿De qué manera la falsa humildad y el deseo de la gloria terrenal se manifiestan en nuestras vidas?

2. ¿Cómo expresamos juntos nuestra fe en el Reino de Cristo?

3. ¿Cómo vivimos abiertamente nuestra esperanza en la venida del Reino de Dios?


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Textos bíblicos, comentario y oración para el día séptimo del Octavario 2012 de Oraciones porla Unidadde los Cristianos publicado en folleto de Materiales para su celebración elaborado por una comisión mixta entre el Pontificio Consejo parala Promocióndela Unidadde los Cristianos yla Comisión Fey Constitución del Consejo Mundial de Iglesias y traducido porla Comisiónpara las Relaciones Interconfesionales dela Conferencia EpiscopalEspañola. Este año tiene como lema: “Todos seremos transformados por la victoria de nuestro Señor Jesucristo” (1Cor 15, 51-58)

Día séptimo
Tema: Transformados por el Buen Pastor

Texto: Apacienta mis ovejas (Jn 21, 19) 

Lecturas

1 Sm 2, 1-10 Nadie triunfa por sus fuerzas
Sal 23 Tu vara y tu cayado me sosiegan
Ef 6, 10-20 Utilizad todas las armas que el Señor os proporciona
Jn 21, 15-19 Apacienta mis ovejas 

Comentario

Los que deben superar el sufrimiento necesitan el apoyo de lo alto. Ese apoyo llega a través de la oración. En el primer capítulo del libro de Samuel leemos la fuerza de la oración de Ana. En el segundo capítulo se encuentra su oración de acción de gracias. Ella entendió que algunos hechos solo suceden con la ayuda de Dios. Dios ha querido que Ana y su marido se convirtieran en padres. Este texto es un ejemplo que fortalece la fe en lo que podría parecer una situación desesperada. Es un ejemplo de victoria.

El buen pastor del salmo 23 guía su rebaño también a través de los lugares más oscuros, reconfortándolo con su presencia. Quienes ponen su confianza en el Señor no tienen necesidad de temer incluso en las tinieblas de la ruptura o de la desunión, porque su pastor les llevará a los verdes pastos de la verdad para vivir juntos en la casa del Señor.

En la carta a los Efesios, el apóstol Pablo nos exhorta a ser fuertes en el Señor y en su fuerza todopoderosa poniendo la armadura espiritual: verdad, justicia, proclamación de la buena noticia, fe, salvación, palabra de Dios, oración y  súplica.

El Señor resucitado exhorta a Pedro, y en su persona a cada discípulo, a descubrir en sí mismo el amor por Aquel que es el único Pastor verdadero. Si tienes tal amor, ¡apacienta mis ovejas! En otras palabras, ¡aliméntalas, protégelas, cuida de ellas, fortalécelas, porque son mías y me pertenecen! Sé mi buen servidor y vela sobre aquellos que me han amado y siguen mi voz. Enséñales el amor mutuo, la cooperación y la audacia en los recodos de la vida.

Por la gracia de Dios, el testimonio de Cristo que ha sido confirmado en nosotros nos obliga a actuar juntos por la unidad. Tenemos la capacidad y los conocimientos para dar tal testimonio, ¿pero estamos dispuestos? El Buen Pastor, que por su vida, su enseñanza y su conducta fortalece a todos los que han confiado en su gracia y su apoyo, nos impulsa a cooperar incondicionalmente con Él. Así, fortificados, podremos ayudarnos unos a otros en el camino de la unidad. Seamos fuertes en el Señor para poder fortalecer a otros en un testimonio conjunto de amor. 

Oración

Padre de todos: tú nos has llamado a ser un solo rebaño en tu Hijo, Jesucristo. Él es el Buen Pastor que nos invita a descansar en verdes pastos, nos lleva a aguas tranquilas y restaura nuestras almas. Haz que siguiéndole podamos ser signo para otros, para que todos vean en nosotros el amor de un solo verdadero pastor, nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén. 

Preguntas para la reflexión

1. ¿Cómo nos invita el Buen Pastor a animar, fortificar y restaurar la confianza de aquellos que están perdidos?

2. ¿Cómo pueden los cristianos de diversas tradiciones esforzarse mutuamente para confesar y testimoniar a Jesucristo?

3. Para nosotros, hoy, ¿qué puede significar la exhortación de san Pablo: «Armaos de fuerza en el Señor... revestíos con la armadura de Dios»?


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Domingo, 22 de enero de 2012

(ZENIT.org).- A las 9,30 de la mañana de este domingo 1 de enero de 2012, en la basílica vaticana, Benedicto XVI presidió la celebración de la solemnidad de Santa María Madre de Dios, en la octava dela Natividad, y en celebración dela XLV Jornada Mundial dela Paz sobre el tema: Educar a los jóvenes en la justicia y la paz.
Publicamos a continuación la homilía del papa en la celebración de la santa Misa.

Queridos hermanos y hermanas:

En el primer día del año, la liturgia hace resonar en todala Iglesiaextendida por el mundo la antigua bendición sacerdotal que hemos escuchado en la primera lectura: «El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor. El Señor se fije en ti y te conceda la paz» (Nm 6,24-26). Esta bendición fue confiada por Dios, a través de Moisés, a Aarón y a sus hijos, es decir, a los sacerdotes del pueblo de Israel. Es un triple deseo lleno de luz, que brota de la repetición del nombre de Dios, el Señor, y de la imagen de su rostro. En efecto, para ser bendecidos hay que estar en la presencia de Dios, recibir sobre sí su Nombre y permanecer bajo el cono de luz que parte de su rostro, en el espacio iluminado por su mirada, que difunde gracia y paz.

Esta es también la experiencia que han tenido los pastores de Belén, que aparecen de nuevo en el Evangelio de hoy. Han tenido la experiencia de encontrarse en la presencia de Dios, de su bendición, no en la sala de un palacio majestuoso, delante de un gran soberano, sino en un establo, delante de un «niño acostado en el pesebre» (Lc 2,16). Ese niño, precisamente, irradia una luz nueva, que resplandece en la oscuridad de la noche, como podemos ver en tantas pinturas que representan el Nacimiento de Cristo. La bendición, en efecto, viene de él: de su nombre, Jesús, que significa «Dios salva», y de su rostro humano, en el que Dios, el Omnipotente Señor del cielo y de la tierra, ha querido encarnarse, esconder su gloria bajo el velo de nuestra carne, para revelarnos plenamente su bondad (cf. Tt 3,4).

María, la virgen, esposa de José, que Dios eligió desde el primer instante de su existencia para ser la madre de su Hijo hecho hombre, fue la primera en ser colmada de esta bendición. Ella es, como la saluda santa Isabel, «bendita entre las mujeres» (Lc 1,42). Toda su vida está bajo la luz del Señor, en radio de acción del nombre y el rostro de Dios encarnado en Jesús, el «fruto bendito de su vientre». Así nos la presenta el Evangelio de Lucas: completamente dedicada a conservar y meditar en su corazón todo lo que se refiere a su hijo Jesús (cf. Lc2,19.51). El misterio de su maternidad divina, que celebramos hoy, contiene de manera superabundante aquel don de gracia que toda maternidad humana lleva consigo, de modo que la fecundidad del vientre se ha asociado siempre a la bendición de Dios.La Madrede Dios es la primera bendecida y es ella quien lleva la bendición; es la mujer que ha acogido en ella a Jesús y lo ha dado a luz para toda la familia humana. Como rezala Liturgia: «Y, sin perder la gloria de su virginidad, derramó sobre el mundo la luz eterna, Jesucristo, Señor nuestro» (Prefacio I de Santa María Virgen).

María es madre y modelo dela Iglesia, que acoge en la fela Palabradivina y se ofrece a Dios como «tierra fecunda» en la que él puede seguir cumpliendo su misterio de salvación. Tambiénla Iglesiaparticipa en el misterio de la maternidad divina mediante la predicación, que esparce por el mundo la semilla del Evangelio, y mediante los sacramentos, que comunican a los hombres la gracia y la vida divina.La Iglesiavive de modo particular esta maternidad en el sacramento del Bautismo, cuando engendra los hijos de Dios por el agua y el Espíritu Santo, el cual exclama en cada uno de ellos: «Abbà, Padre» (Ga 4,6).La Iglesia, al igual que María, es mediadora de la bendición de Dios para el mundo: la recibe acogiendo a Jesús y la transmite llevando a Jesús. Él es la misericordia y la paz que el mundo no se puede dar por sí mismo y que es tan necesaria siempre, o más que el pan.

Queridos amigos, la paz, en su sentido más pleno y alto, es la suma y la síntesis de todas las bendiciones. Por eso, cuando dos personas amigas se encuentran se saludan deseándose mutuamente la paz. Tambiénla Iglesia, en el primer día del año, invoca de modo especial este bien supremo, y, comola Virgen María, lo hace mostrando a todos a Jesús, ya que, como afirma el apóstol Pablo, «él es nuestra paz» (Ef 2,14), y al mismo tiempo es el «camino» por el que los hombres y los pueblos pueden alcanzar esta meta, a la que todos aspiramos. Así pues, llevando en el corazón este deseo profundo, me alegra acogeros y saludaros a todos los que habéis venido a esta basílica de San Pedro en esta XLV Jornada Mundial dela Paz: señores cardenales; embajadores de tantos países amigos que, como nunca en esta ocasión comparten conmigo y conla Santa Sedela voluntad de renovar el compromiso por la promoción de la paz en el mundo; el presidente del Consejo Pontificio «Justicia y Paz», que junto al secretario y los colaboradores trabajan de modo especial para esta finalidad; los demás obispos y autoridades presentes; los representantes de asociaciones y movimientos eclesiales y todos vosotros, queridos hermanos y hermanas, de modo particular los que trabajáis en el campo de la educación de los jóvenes. En efecto, como ya sabéis, en mi Mensaje de este año he seguido la perspectiva educativa.

«Educar a los jóvenes en la justicia y la paz» es la tarea que atañe a cada generación y, gracias a Dios, la familia humana, después de las tragedias de las dos grandes guerras mundiales, ha mostrado ser cada vez más consciente de ello, como lo muestran, por una parte declaraciones e iniciativas internacionales y, por otra, la consolidación en los últimos decenios entre los mismos jóvenes de muchas y diferentes formas de compromiso social en este campo. Para la comunidad eclesial, educar para la paz forma parte de la misión que ha recibido de Cristo, forma parte integrante de la evangelización, porque el Evangelio de Cristo es también el Evangelio de la justicia y la paz. Perola Iglesiaen los últimos tiempos se ha hecho portavoz de una exigencia que implica a las conciencias más sensibles y responsables por la suerte de la humanidad: la exigencia de responder a un desafío tan decisivo como es el de la educación. ¿Por qué «desafío»? Al menos por dos motivos: en primer lugar, porque en la era actual, caracterizada fuertemente por la mentalidad tecnológica, querer no solo instruir sino educar no se puede presuponer, sino que es una opción; en segundo lugar, porque la cultura relativista plantea una cuestión radical: ¿Tiene sentido todavía educar? Y, después, ¿educar para qué?

Lógicamente no podemos abordar ahora estas preguntas de fondo, a las que ya he tratado de responder en otras ocasiones. En cambio, quisiera subrayar que, frente a las sombras que hoy oscurecen el horizonte del mundo, asumir la responsabilidad de educar a los jóvenes en el conocimiento de la verdad y en los valores fundamentales, significa mirar al futuro con esperanza. En este compromiso por una educación integral, entra también la formación para la justicia y la paz. Los muchachos y las muchachas actuales crecen en un mundo que se ha hecho, por decirlo así, más pequeño, en donde los contactos entre las diferentes culturas y tradiciones son constantes, aunque no siempre dirigidos. Para ellos es hoy más que nunca indispensable aprender el valor y el método de la convivencia pacífica, del respeto recíproco, del diálogo y la comprensión. Por naturaleza, los jóvenes están abiertos a estas actitudes, pero precisamente la realidad social en la que crecen les puede llevar a pensar y actuar de manera contraria, incluso intolerante y violenta. Sólo una sólida educación de su conciencia les puede proteger de estos riesgos, y hacerles capaces de luchar siempre y sólo contando con la fuerza de la verdad y el bien. Esta educación parte de la familia y se desarrolla en la escuela y en las demás experiencias formativas. Se trata esencialmente de ayudar a los niños, los muchachos, los adolescentes, a desarrollar una personalidad que combine un profundo sentido de justicia con el respeto del otro, con la capacidad de afrontar los conflictos sin prepotencia, con la fuerza interior de dar testimonio del bien también cuando supone sacrificio, con el perdón y la reconciliación. Así podrán llegar a ser hombres y mujeres verdaderamente pacíficos y constructores de paz.

En esta labor educativa de las nuevas generaciones, una responsabilidad particular corresponde también a las comunidades religiosas. Todo itinerario de formación religiosa auténtica acompaña a la persona, desde su más tierna edad, a conocer a Dios, a amarlo y hacer su voluntad. Dios es amor, es justo y pacífico, y quien quiere honrarlo debe sobre todo comportarse como un hijo que sigue el ejemplo del padre. Un salmo afirma: «El Señor hace justicia y defiende a todos los oprimidos … El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia» (Sal 103,6.8). Como Jesús nos ha demostrado con el testimonio de su vida, justicia y misericordia conviven en Dios perfectamente. En Jesús «misericordia y fidelidad» se encuentran, «la justicia y la paz» se besan (cf. Sal 85,11). En estos díasla Iglesiacelebra el gran misterio de la encarnación: la verdad de Dios ha brotado de la tierra y la justicia mira desde el cielo, la tierra ha dado su fruto (cf. Sal 85,12.13). Dios nos ha hablado en su Hijo Jesús. Escuchemos lo que nos dice Dios: Él «anuncia la paz» (Sal 85,9).La Virgen Maríahoy nos lo indica, nos muestra el camino: ¡Sigámosla! Y tú, Madre Santa de Dios, acompáñanos con tu protección. Amén.


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 (ZENIT.org).- En la basílica de San Pedro iluminada ‘a giorno’, Benedicto XVI presidió la ceremonia en la que deseó terminar el año agradeciendo a Dios por los beneficios recibidos. Tras el tradicional Te Deum de acción de gracias, el papa pronunció una homilía en la que...El santo padre entró desplazándose en la tarima móvil, mientras el coro dela Capilla Sixtinaentonaba el Tu es Petrus. En la solemnidad de María Santísima, se rezaron las vísperas en gregoriano, seguidas por la adoración eucarística y el Te Deum. La ceremonia concluyó con el canto del Adestes Fideles, mientras Benedicto XVI en el papamóvil se dirigió por sorpresa hacia la plaza de San Pedro casi desierta, en donde visitó y rezó ante la representación del nacimiento que adorna este punto de encuentro de la catolicidad.
El santo padre pronunció, durante la celebración, la siguiente homilía.

Señores cardenales, venerables hermanos en el Episcopado y en el Presbiterado, distinguidas autoridades, queridos hermanos y hermanas:

Estamos reunidos en la basílica vaticana para celebrar las primeras Vísperas de la solemnidad de Santa María, Madre de Dios, y para dar gracias al Señor al final del año, cantando juntos el Te Deum. Os agradezco a todos que hayáis querido uniros a mi en esta ocasión tan llena de sentimientos y de significado. Saludo en primer lugar a los señores cardenales, a los venerables hermanos en el Episcopado y en el Presbiterado, a los religiosos y religiosas, las personas consagradas y los fieles laicos que representan a toda la comunidad eclesial de Roma. Saludo de modo especial a las autoridades presentes, comenzando por el alcalde de Roma, al que agradezco el cáliz que ha donado, según una hermosa tradición que se renueva cada año. Deseo de corazón que, con el esfuerzo de todos, la fisonomía de nuestra ciudad esté cada vez más en consonancia con los valores de fe, cultura y civilización que corresponden a su vocación e historia milenaria.

Otro año llega a su término, mientras que, con la inquietud, los deseos y las esperanzas de siempre, aguardamos uno nuevo. Si pensamos en la experiencia de la vida, nos deja asombrados lo breve y fugaz que es en el fondo. Por eso, muchas veces nos asalta la pregunta: ¿Qué sentido damos a nuestros días? Más concretamente, ¿qué sentido damos a los días de fatiga y dolor? Esta es una pregunta que atraviesa la historia, más aún, el corazón de cada generación y de cada ser humano. Pero hay una respuesta a este interrogante: se encuentra escrita en el rostro de un Niño que hace dos mil años nació en Belén y que hoy es el Viviente, resucitado para siempre de la muerte. En el tejido de la humanidad, desgarrado por tantas injusticias, maldades y violencias, irrumpe de manera sorprendente la novedad gozosa y liberadora de Cristo Salvador, que en el misterio de su encarnación y nacimiento nos permite contemplar la bondad y ternura de Dios. El Dios eterno ha entrado en nuestra historia y está presente de modo único en la persona de Jesús, su Hijo hecho hombre, nuestro Salvador, venido a la tierra para renovar radicalmente la humanidad y liberarla del pecado y de la muerte, para elevar al hombre a la dignidad de hijo de Dios.La Navidadno se refiere sólo al cumplimiento histórico de esta verdad que nos concierne directamente, sino que nos la regala nuevamente de modo misterioso y real.

Resulta sumamente sugestivo, en el ocaso del año, escuchar nuevamente el anuncio gozoso que el apóstol Pablo dirigía a los cristianos de Galacia: «Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estaban bajo la ley, para que recibiéramos la adopción filial» (Ga 4,4-5). Estas palabras tocan el corazón de la historia de todos y la iluminan, más aún, la salvan, porque desde el día en que nació el Señor la plenitud del tiempo ha llegado a nosotros. Así pues, no hay lugar para la angustia frente al tiempo que pasa y no vuelve; ahora es el momento de confiar infinitamente en Dios, de quien nos sabemos amados, por quien vivimos y a quien nuestra vida se orienta en espera de su retorno definitivo. Desde que el Salvador descendió del cielo el hombre ya no es más esclavo de un tiempo que avanza sin un porqué, o que está marcado por la fatiga, la tristeza y el dolor. El hombre es hijo de un Dios que ha entrado en el tiempo para rescatar el tiempo de la falta de sentido o de la negatividad, y que ha rescatado a toda la humanidad, dándole como nueva perspectiva de vida el amor, que es eterno.

La Iglesiavive y profesa esta verdad y quiere proclamarla en la actualidad con renovado vigor espiritual. En esta celebración tenemos motivos especiales para alabar a Dios por su misterio de salvación, que actúa en el mundo mediante el ministerio eclesial. Tenemos muchos motivos de agradecimiento al Señor por todo lo que nuestra comunidad eclesial, en el corazón dela Iglesiauniversal, realiza al servicio del Evangelio en esta ciudad. En este sentido, junto al cardenal vicario, Agostino Vallini, los obispos auxiliares, los párrocos y todo el presbiterio diocesano, deseo agradecer al Señor, de modo particular, el prometedor camino comunitario dirigido a adecuar la pastoral ordinaria a las exigencias de nuestro tiempo, a través del proyecto «Pertenencia eclesial y corresponsabilidad pastoral». Su objetivo es el de poner la evangelización en primer lugar, para hacer más responsable y fructífera la participación de los fieles en los sacramentos, de tal manera que cada uno pueda hablar de Dios al hombre contemporáneo y anunciar el Evangelio de manera incisiva a los que nunca lo han conocido o lo han olvidado.

La quaestio fidei es también para la diócesis de Roma el desafío pastoral prioritario. Los discípulos de Cristo están llamados a reavivar en sí mismos y en los demás la nostalgia de Dios y la alegría de vivirlo y testimoniarlo, partiendo de la pregunta siempre tan personal: ¿Por qué creo? Hay que dar el primado a la verdad, acreditar la alianza entre fe y razón como las dos alas con las que el espíritu humano se eleva a la contemplación dela Verdad(cf. Juan Pablo II, Enc. Fides et Ratio, Prólogo); hacer fecundo el diálogo entre cristianismo y cultura moderna; hacer descubrir de nuevo la belleza y actualidad de la fe, no como acto en sí, aislado, que atañe a algún momento de la vida, sino como orientación constante, también de las opciones más simples, que lleva a la unidad profunda de la persona haciéndola justa, laboriosa, benéfica, buena. Se trata de reavivar una fe que instaure un nuevo humanismo capaz de generar cultura y compromiso social.

En este marco de referencia, en la asamblea diocesana de junio pasado, la diócesis de Roma inició un camino de profundización sobre la iniciación cristiana y sobre la alegría de engendrar nuevos cristianos a la fe. En efecto, el corazón de la misión dela Iglesiaes anunciar la fe en el Verbo que se ha hecho carne, y toda la comunidad eclesial debe descubrir con renovado ardor misionero esta tarea imprescindible. Las jóvenes generaciones, que acusan más la desorientación agravada además por la crisis actual, no solo económica sino también de valores, tienen necesidad sobre todo de reconocer a Jesucristo como «la clave, el centro y el fin de toda la historia humana» (Conc. Vat. II, Const. Gaudium et Spes, 10).

Los padres son los primeros educadores de la fe de sus hijos, desde su más tierna edad; por tanto, es necesario sostener a las familias en su misión educativa, a través de iniciativas adecuadas. Al mismo tiempo, es deseable que el camino bautismal, primera etapa del itinerario formativo de la iniciación cristiana, además de favorecer una consciente y digna preparación para la celebración del sacramento, cuide de manera adecuada los años inmediatamente sucesivos al Bautismo, con itinerarios apropiados que tengan en cuenta las condiciones de vida de las familias. Animo pues a las comunidades parroquiales y a las demás realidades eclesiales a seguir reflexionando para promover una mejor comprensión y recepción de los sacramentos, a través de los cuales el hombre se hace partícipe de la vida misma de Dios. Quela Iglesiade Roma pueda contar siempre con fieles laicos dispuestos a ofrecer su propia aportación en la edificación de comunidades vivas, que hagan posible el quela Palabrade Dios irrumpa en el corazón de los que todavía no han conocido al Señor o se han alejado de él. Al mismo tiempo, es oportuno crear ocasiones de encuentro conla Ciudad, que permitan un diálogo provechoso con cuantos buscan la verdad.

Queridos amigos, desde el momento en que Dios envió a su Hijo unigénito para que obtuviésemos la filiación adoptiva (cf. Ga 4,5), no hay tarea más importante para nosotros que la de estar totalmente al servicio del proyecto divino. A este respecto, deseo animar y agradecer a todos los fieles de la diócesis de Roma, que sienten la responsabilidad de devolver el alma a nuestra sociedad. Gracias a vosotras, familias romanas, células primeras y fundamentales de la sociedad. Gracias a los miembros de las múltiples comunidades, asociaciones y movimientos comprometidos en la animación de la vida cristiana de nuestra ciudad.

Te Deum laudamus!. A ti, oh Dios, te alabamos.La Iglesianos sugiere terminar el año dirigiendo al Señor nuestro agradecimiento por todos sus beneficios. Nuestra última hora, la última hora del tiempo y de la historia, termina en Dios. Olvidar este final de nuestra vida significaría caer en el vacío, vivir sin sentido. Por esola Iglesiapone en nuestros labios el antiguo himno Te Deum. Es un himno repleto de la sabiduría de tantas generaciones cristianas, que sienten la necesidad de elevar sus corazones, conscientes de que todos estamos en las manos misericordiosas del Señor.

Te Deum laudamus!. Así canta tambiénla Iglesiaque está en Roma, por las maravillas que Dios ha realizado y realiza en ella. Con el alma llena de gratitud nos disponemos a cruzar el umbral de 2012, recordando que el Señor vela sobre nosotros y nos cuida. Esta tarde queremos confiarle a él el mundo entero. Ponemos en sus manos las tragedias de nuestro mundo y le ofrecemos también las esperanzas de un futuro mejor. Depositamos estos deseos en las manos de María, Madre de Dios, Salus Populi Romani. Amén.

©Librería Editorial Vaticana


Publicado por verdenaranja @ 22:41  | Habla el Papa
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Textos bíblicos, comentario y oración para el día sexto del Octavario 2012 de Oraciones porla Unidadde los Cristianos publicado en folleto de Materiales para su celebración elaborado por una comisión mixta entre el Pontificio Consejo parala Promocióndela Unidadde los Cristianos yla Comisión Fey Constitución del Consejo Mundial de Iglesias y traducido porla Comisiónpara las Relaciones Interconfesionales dela Conferencia EpiscopalEspañola. Este año tiene como lema: “Todos seremos transformados por la victoria de nuestro Señor Jesucristo” (1Cor 15, 51-58)

Día sexto
Tema: Transformados por el amor inconmovible de Dios

Texto: Nuestra fe es la que vence al mundo (1 Jn 5, 4) 

Lecturas

Ha 3, 17-19 El Señor es mi fuerza
Sal 136, 1-4.23-26 Es eterno su amor
1Jn 5, 1-6 Nuestra fe es la que vence al mundoJn 15, 9-17 El amor supremo consiste en dar la vida por los amigos 

Comentario

En el texto del Antiguo Testamento es la fe en Dios la que permite mantener viva la esperanza a pesar de todos los fracasos. La lamentación de Habacuc se transforma en alegría por la fidelidad de Dios, que da la fuerza frente a la desesperación.

El salmo 136 confirma que la memoria de los hechos maravillosos de Dios en la historia de Israel es una prueba de su amor fiel. Gracias a la intervención de Dios, el pueblo de Israel experimentó extraordinarias y sorprendentes victorias. Las grandes obras salvíficas de Dios son una fuente de alegría, gratitud y esperanza, que los creyentes han expresado a lo largo de los siglos en sus oraciones, himnos de alabanza y música.

La epístola nos recuerda que el que ha nacido de Dios es el que vence al mundo. No se trata necesariamente aquí de victorias mesurables según nuestros criterios humanos. La victoria en Cristo implica un cambio de corazón, una percepción de la realidad terrena desde la óptica de la eternidad y una fe en la victoria definitiva sobre la muerte. Esta fuerza victoriosa es la fe de la que Dios es al mismo tiempo la fuente y el dispensador. Y su manifestación más perfecta es el amor.

En el texto del Evangelio Cristo da a sus discípulos la seguridad del amor de Dios, que encontrará su confirmación definitiva en la muerte del Salvador en la cruz. Al mismo tiempo, les invita y reta a mostrar amor unos por otros. La relación de Jesús con sus discípulos se basa en el amor. No les trata simplemente como discípulos, sino que les llama amigos. El servicio de Cristo consiste en conformar la vida al único mandamiento del amor, que es el resultado de una convicción interior y de fe. En un espíritu de amor, incluso cuando el progreso en el camino hacia la plena unidad visible parece lento, no perdemos la esperanza. El amor fiel de Dios permitirá superar los obstáculos y las divisiones más profundas. Por esta razón, nuestra fe es la que vence al mundo, asociada al poder transformador del amor de Dios.

Oración

Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo, por tu resurrección triunfaste sobre la muerte y te has convertido en el Señor de la vida. Sin mérito nuestro, Tú nos has elegido para ser tus amigos. Haz que el Espíritu Santo nos una a ti y unos con otros en la amistad, para que te sirvamos fielmente en este mundo y seamos testigos de tu amor fiel. Tú que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo, por siglos de los siglos. Amén. 

Preguntas para la reflexión

1. ¿Cómo debemos expresar el amor cristiano en contextos de diferentes religiones y filosofías?

2. ¿Qué debemos hacer para convertirnos en testigos más creíbles del amor inquebrantable de Dios en un mundo dividido?

3. ¿Cómo pueden los discípulos de Cristo apoyarse más visiblemente unos a otros en todo el mundo?


Publicado por verdenaranja @ 22:32  | Ecumenismo
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S?bado, 21 de enero de 2012

Reflexión a las lecturas del domingo tercero del Tiempo Ordinario - B, ofrecido por el sacerdote Don Juan Manuel Pérez Piñero bajo el epígrafe "ECOS DEL DÍA DEL SEÑOR".

ECOS DEL DIA DEL SEÑOR 
Domingo 3º del T. Ordinario B 

Querido amigo/a:

Estamos contemplando estas primeras semanas del Tiempo Ordinario, el comienzo de la Vida Pública del Señor… Y podríamos decir que el Evangelio de este Domingo es el comienzo de la Vida Pública, según S. Marcos, el evangelista que nos guía y acompaña este año B ó II. Su Evangelio nos presenta a Jesucristo primero, como el Mesías que tenía que venir y, más tarde, caminando hacia Jerusalén donde tiene lugar su Pasión, Muerte y Resurrección. El Evangelio de hoy comienza diciendo: “Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios…” Juan el Bautista es el punto de partida de la predicación de Jesucris-to. Cuando Herodes lo manda a la cárcel, concluye prácticamente su misión, que culminará en su martirio. Y el marco de su ministerio no será Jerusalén, la Ciudad Santa, sino la región de Galilea, que en alguna ocasión se llama “Galilea de los gentiles”.

Y ¿qué dice, que enseña el Señor? Lo primero que dice es: “Se ha cumplido el plazo, está cerca el Reino de Dios. Convertíos y creed la Buena Noticia”. ¡Impresionante! ¡Han llegado los tiempos soñados! ¡Los tiempos del Mesías! ¡Todo aquello que los profetas anunciaron y que los judíos  espe-raban ardientemente, ha llegado ya! Y ahora se anuncia como Buena Noticia, como la mejor noticia. ¿Por qué? ¿En qué consiste? Se trata de que el Mesías ha llegado  y está cerca el Reino de Dios, que en S. Mateo se llama Reino de los Cielos… ¿Y eso que significa? ¿Qué es el Reino de Dios? Simplificando mucho, podríamos decir que el Reino de los Cielos es, algo así, como la  forma de vivir en el Cielo”, donde está estableci-do el Reinado de Dios, que Cristo quiere traer a la tierra. Ahora entendemos perfectamente que Jesucristo hable de la urgencia y de la necesidad de la conversión: ¡Es que la tierra nos parece tan distinta al Cielo…! Los valores, los criterios, las formas de vida de este mundo…,  son tan distintos de los del Reino de Dios. Por tanto, la necesidad de cambiar de manera de pensar y de actuar es evidente. Primero, de forma de pensar… Es lo que se llama en griego  “metanoia”, el cambio de mentalidad, hasta que lleguemos a tener “el pensamiento de Cristo” (1Co 2, 16).

Luego viene dar fe a la Buena Noticia…. Y actuar en consecuen-cia… A medida que se va acogiendo el Reino, la tierra se va pareciendo  algo al Cielo. Cuando no lo acogemos, cuando lo rechazamos sucede lo contrario.

Oímos decir, a veces: “Esto parece un infierno…” “Este mundo es un valle de lágrimas”. Cuando estamos imbuidos de aquella mentalidad, razonamos como nos enseña S. Pablo en la segunda lectura: Hemos de vivir desprendidos de todo porque “la representación de este mundo se termina”. Un ejemplo precioso de conversión nos lo ofrece hoy la prime-ra lectura, que nos presenta al profeta Jonás anunciando la destruc-ción de Nínive, una ciudad pecadora, y la conversión de los ninivitas  a Dios, que no destruye la ciudad. Este Domingo hay dos realidades que nos llaman a la conver-sión: La Jornada Misionera de los Niños, la Santa Infancia, y el Octavario de Oración por la Unidad de los Cristianos. Una y otra nos animan a trabajar por el Reino de Dios, de modo que el Evangelio se extienda por toda la tierra y llegue a todos, también a los niños… Y para que el rostro de la Iglesia sea cada vez más atrayente a los hermanos separados. Los trabajos del Reino necesitan muchos obreros. (Mt 9,37-38). Jesús,  pasando junto al mar de Galilea, llama a sus primeros discípulos: Simón y su hermano Andrés;  Santiago y su hermano Juan.  Ellos serán “pescadores de hombres…” No se nos narra el proceso de su vocación sino su resultado: “Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron”. Se trata, en definitiva, de acoger el Reino de Dios que Jesús anuncia, personifica y llevará a su plenitud en su Vuelta gloriosa. Pero “el que no acoge el Reino de Dios como un niño no entrará en El” (Mc 10,15). 

¡Feliz Día del Señor!


Publicado por verdenaranja @ 23:06  | Espiritualidad
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Textos bíblicos, comentario y oración para el día quinto del Octavario 2012 de Oraciones por la Unidad de los Cristianos publicado en folleto de Materiales para su celebración elaborado por una comisión mixta entre el Pontificio Consejo parala Promocióndela Unidadde los Cristianos yla Comisión Fey Constitución del Consejo Mundial de Iglesias y traducido porla Comisiónpara las Relaciones Interconfesionales dela Conferencia EpiscopalEspañola. Este año tiene como lema: “Todos seremos transformados por la victoria de nuestro Señor Jesucristo” (1Cor 15, 51-58) 

Día quinto
Tema: Transformados por la paz de Cristo resucitado

Texto: Se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: «La paz esté con vosotros» (Jn 20, 19)

Lecturas

Ml 4, 5-6 Cambiar el corazón de los padres a favor de los hijos, y el corazón de los hijos a favor de los padres
Sal 133 ¡Qué agradable es que los hermanos vivan juntos!
Ef 2, 14-20 Él ha reconciliado con Dios a ambos pueblos por medio de la cruz
Jn 20, 19-23 Se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: «La paz esté con vosotros» 

Comentario

El último libro del Antiguo Testamento transmite la promesa de que Dios enviará a su elegido para instaurar la armonía y el respeto en todos los hogares. Normalmente tememos los conflictos o agresiones inesperadas entre las naciones. Pero el profeta Malaquías llama la atención sobre uno de los conflictos más difíciles y perdurables: el desamor en las relaciones entre los padres y los hijos. La restauración de la unidad entre padres e hijos no es posible sin la ayuda de Dios: es el enviado de Dios el que realiza el milagro de transformar los corazones y las relaciones entre las personas.

El salmo muestra qué gran alegría puede traer esa unidad entre las personas. El ser humano ni fue creado para estar solo ni puede vivir con tranquilidad en un ambiente hostil. La felicidad consiste en vivir en una comunidad humana con armonía, paz, confianza y comprensión. Las buenas relaciones entre personas son como el rocío que se posa en la tierra seca y el aceite fragante que promueve la salud y el placer. El salmo se refiere a la bondad de vivir juntos como una bendición y un don de Dios, como el rocío. La vida común en la unidad no se limita a los miembros de la familia, sino implica experimentar la cercanía entre todos los que aceptan la paz de Dios.

La epístola nos habla de lo que anunciaba el profeta Malaquías. Jesús trae la unidad porque en su cuerpo ha demolido el muro de separación entre las personas. Generalmente, la victoria de uno implica la caída y la vergüenza del grupo de los vencidos, que prefieren retirarse. Jesús no rechaza, no destruye y no humilla a nadie; pone fin a toda alienación, transforma, sana y reúne a todos los seres humanos para hacerlos miembros de la familia de Dios.

El Evangelio recuerda el don que el Señor resucitado da a sus discípulos dubitativos y temerosos. La paz esté con vosotros es el saludo de Cristo, y también su don. También es una invitación a buscar la paz con Dios y establecer relaciones nuevas y duraderas dentro de la familia humana y de toda la creación. Jesús ha pisoteado la muerte y ha vencido el pecado. Por el don del Espíritu Santo el Señor resucitado invita a sus discípulos a entrar en su propia misión: llevar la paz, la curación y el perdón a todo el mundo. Mientras los cristianos sigamos divididos, el mundo no estará convencido de la plenitud de la verdad del mensaje del Evangelio de una humanidad nueva traída por Cristo. La paz y la unidad caracterizan esta transformación. Él hace que las Iglesias reciban estos dones y los realicen como miembros de la única familia de Dios, edificada sobre el sólido fundamento de Jesús, que es la piedra angular. 

Oración

Dios de amor y de misericordia, enséñanos la alegría de compartir en tu paz. Llénanos de tu Espíritu Santo para que podamos derribar los muros de hostilidad que nos separan. Que Cristo resucitado, que es nuestra paz, nos ayude a superar toda división y nos una como miembros de su familia. Te lo pedimos en el nombre de Jesucristo, que contigo y con el Espíritu Santo recibe todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Preguntas para la reflexión

1. ¿Cuáles son las formas de violencia de nuestra sociedad que podemos afrontar juntos como cristianos?

2. ¿Cómo experimentamos las hostilidades ocultas que afectan nuestras relaciones mutuas entre comunidades cristianas?

3. ¿Cómo podemos aprender a acogernos unos a otros como el mismo Cristo nos acoge?

 


Publicado por verdenaranja @ 22:58  | Ecumenismo
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Viernes, 20 de enero de 2012

Textos bíblicos, comentario y oración para el día CUARTO del Octavario 2012 de Oraciones por la Unidad de los Cristianos publicado en folleto de Materiales para su celebración elaborado por una comisión mixta entre el Pontificio Consejo parala Promocióndela Unidadde los Cristianos yla Comisión Fey Constitución del Consejo Mundial de Iglesias y traducido porla Comisiónpara las Relaciones Interconfesionales dela Conferencia EpiscopalEspañola. Este año tiene como lema: “Todos seremos transformados por la victoria de nuestro Señor Jesucristo” (1Cor 15, 51-58) 

Día cuarto
Tema: Transformados por la victoria del Señor sobre el mal

Texto: Vence al mal a fuerza de bien (Rom 12, 21)

Lecturas

Éx 23,1-9 No te inclines a hacer el mal, aunque la mayoría lo haga
Sal 1 Dichoso el que se complace en la ley del Señor
Rom 12, 17-21 Vence al mal a fuerza de bien
Mt 4, 1-11 Al Señor tu Dios adorarás y sólo a él darás culto 

Comentario

En Jesús aprendemos lo que realmente significa la palabra ‘victoria’ para el hombre, es decir, la felicidad de unos con otros en el amor de Dios gracias a su victoria sobre todo lo que nos separa. Se trata de participar en la victoria de Cristo sobre las fuerzas destructivas que corrompen la humanidad y toda la creación divina. En Jesús podemos compartir una nueva vida que nos llama a luchar contra el mal de nuestro mundo con renovada confianza y encontrar nuestra alegría en lo que es bueno.

Las palabras del Antiguo Testamento advierten categóricamente contra la participación en el mal y la injusticia. La actitud de la mayoría no puede en ningún caso servir de excusa. Ni el número de personas que lo hacen ni otras situaciones de la vida justifican que se haga el mal.

El salmo 1 llama la atención no sólo sobre la necesidad de observar los mandamientos, sino especialmente sobre la alegría que ello produce. El que ama la ley del Señor sobre todas las cosas es feliz y bendito.La Palabrade Dios es guía segura en la adversidad y constituye el cumplimiento de la sabiduría humana. El que medita la palabra de Dios día y noche puede llevar una vida muy fructífera para el bien de los demás.

Las amonestaciones del Apóstol nos animan a vencer el mal con el bien. Solo el bien puede interrumpir la interminable espiral de odio y el deseo humano de venganza. En la lucha por el bien, no todo depende de los seres humanos. Sin embargo, el apóstol Pablo pide hacer todo lo posible para mantener la paz con los demás. Él entiende nuestra lucha continua contra nuestros instintos de perjudicar a quienes nos han hecho mal y nos exhorta a no dejarnos arrastrar por estos sentimientos destructivos. Hacer el bien es una manera eficaz de luchar contra el mal entre nosotros.

La lectura del Evangelio describe la lucha del Hijo de Dios contra Satanás −la personificación del mal–. La victoria de Jesús sobre las tentaciones en el desierto se cumple en su obediencia al Padre, que lo lleva a la cruz. La resurrección del Salvador confirma que la bondad de Dios en última instancia gana: el amor vence la muerte. ¡El Señor resucitado está cerca! Él nos acompaña en nuestras luchas contra la tentación y el pecado en el mundo. Su presencia invita a los cristianos a actuar juntos por la causa del bien.

El escándalo consiste en que a causa de nuestras divisiones no podemos ser lo suficientemente fuertes para luchar contra los males de nuestro tiempo. Unidos en Cristo, regocijándonos en su ley de amor, estamos llamados a compartir su misión de llevar esperanza a los lugares de la injusticia, del odio y de la desesperación. 

Oración

Señor Jesucristo, te damos gracias por tu victoria sobre el mal y las divisiones. Te alabamos por tu sacrificio y por tu resurrección que ha vencido la muerte. Ayúdanos en nuestra lucha cotidiana contra el mal. Que el Espíritu Santo nos dé fuerza y sabiduría para que podamos superar el mal con el bien y la división con la reconciliación. Amén. 

Preguntas para la reflexión

1. ¿Dónde vemos el mal en nuestras propias vidas?

2. ¿En qué forma puede nuestra fe en Cristo ayudarnos a superar el mal y al Maligno?

3. ¿Qué podemos aprender de las situaciones en nuestra comunidad donde la división ha dado paso a la reconciliación?


Publicado por verdenaranja @ 23:17  | Ecumenismo
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Desgrabación de la homilía de cardenal Jorge Mario Bergoglio SJ, arzobispo de Buenos Aires, en la misa de Nochebuena (24 de diciembre de 2011). (AICA

NOCHEBUENA              

En el anuncio del ángel le da a los pastores la contraseña para encontrar a este chico: “esto le servirá de señal, encontrarán a un niño, recién nacido, envuelto en pañales y recostado en un pesebre.” La sencillez, lo simple, lo evidente por sí mismo, ésa es la señal, y todo el relato de este pasaje del Evangelio tiene este ritmo de serenidad,  de sencillez, de pacificación, este ritmo de mansedumbre; qué cosa con más mansedumbre que un chico recién nacido y recostado allí, en esa cuna, estaba muy cómodo,  con buen pastito, era un buen colchón,   ahí estaba, con serenidad y mansedumbre y llamando a esa actitud.

Es lo que vale y todos aquellos que son convocados, son convocados a esto: a participar de la paz que se entona en el cántico evangélico, a participar de la unidad y a participar de la mansedumbre, porque este chico después cuando se hizo hombre y predicaba le dirá a la gente: “Aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón”. Un mensaje que después de veinte siglos sigue teniendo vigencia ante la petulancia,  la prepotencia, la suficiencia, la agresión, el insulto, la crispación, la guerra, la desinformación que desorienta, la difamación y la calumnia. La mansedumbre y la unidad... es todo una coherencia que nace desde aquí, desde este primer signo. “Esto les servirá de señal”, esa es la contraseña que se nos viene a enseñar.

Otra cosa que llama la atención es que los que son convocados son aquellos que están en cierta marginalidad de la existencia.  Los pastores que eran una barra difícil de aquella época, casi se podría decir una mafia, y todo el mundo les tenía miedo, no dejaban las cosas a mano de ellos porque tenían mala fama; no son los pastorcitos de película con la ovejita, estos se las traían, y ellos son invitados a la mansedumbre, son invitados a la unidad.

También unos intelectuales de Oriente, honestos y coherentes, son invitados y caminan desde lejos, desde muy lejos hasta llegar. Este niño, un poco más adelante, cuando predique, va a decir: “Vengan a mí todos los que están agobiados y afligidos, Yo los voy a aliviar”.

Desde el principio de su predicación va a invitar a aquellos que se sienten marginados. Pero la gran trampa que nos hará la propia suficiencia será llevarnos a creer que somos algo por nosotros mismos, la trampa de no sentir la propia marginalidad. Si no nos sentimos marginados desde nosotros mismos no somos invitados.

Este chico, después cuando sea grande, va a contar un cuento que dice que aquellos que se la creyeron y se dieron el lujo de rechazar la invitación a las bodas fueron después ignorados y la fiesta fue colmada por hombres y mujeres buscados y encontrados en los cruces de los caminos.

Éste es el signo, ésta es la contraseña, ésta es la señal: un chico recién nacido acostado en un pesebre que convoca a todo aquel que está marginado. Y nadie puede decir que no está marginado. Abrí tu corazón, mirá adentro y preguntate: ¿en qué estoy marginado yo, en qué me automarginé del amor, de la concordia, de la colaboración mutua, de la solidaridad, de sentirme un ser social?

Él nos convoca a la mansedumbre, a la paz, a la solidaridad, a la armonía;  por eso a esta noche se la llama la noche de la armonía, la noche de la paz, la noche del amor.

Junto al pesebre, hacé dos cosas: primero, sentite invitado a la belleza de la humildad, de la mansedumbre, de la sencillez; segundo, buscá en tu corazón en qué punto estás en out side, en qué estás marginado y dejá que Jesús te convoque desde esa carencia tuya, desde ese límite tuyo, desde ese egoísmo tuyo. Dejate acariciar por Dios, y vas a entender más lo que es la sencillez, la mansedumbre y la unidad. 

Card. Jorge M. Bergoglio SJ, arzobispo de Buenos Aires
24 de diciembre de 2011 


Publicado por verdenaranja @ 23:13  | Homil?as
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Homilía de monseñor Héctor Aguer, arzobispo de La Plata, en la Misadel Día de Navidad (Iglesia catedral, 25 de diciembre de 2011). (AICA)

LA ENCARNACIÓN DEL VERBO, RESTAURACIÓN DEL HOMBRE          

La celebración dela Navidaddel Señor, que se remonta en sus orígenes al siglo IV, es una fiesta solar, una manifestación de la luz divina. Es tan central para la fe cristiana el acontecimiento que se conmemora, y que misteriosamente se actualiza, que la liturgia dela Iglesialo contempla con detenimiento en una larga jornada. Cuatro formularios de misas ilustran distintos momentos del nacimiento, del dies natalis de Jesús, para abarcar su significado esencial: el desposorio de Dios con la naturaleza humana para que el hombre pueda y se acostumbre a vivir en Dios.

La Navidadcomienza al atardecer del 24 de diciembre conla Misadela Vigiliaen la que se corona la expectativa sostenida durante el tiempo de Adviento; en ella se lee la genealogía de Cristo, descendiente de Abraham y de David, y el relato del evangelista Mateo que narra, desde la perspectiva de San José –el padre legal– la concepción virginal de Jesús, su nacimiento y la imposición del nombre que lo identifica como el Salvador.

La Misadela Nochedebería celebrarse a medianoche, cuando comienza según el reloj el día 25; generalmente ahora se adelanta, por condescendencia hacia los cambios en las costumbres que privilegian sospechosamente la reunión familiar sobre la tradición eclesial. La liturgia dela Nochebuenaenfoca el hoy de la generación eterna del Hijo, que en el seno dela Trinidaddivina procede del Padre como Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero; el hoy incesante de la eternidad coincide en el misterio de esta noche con el hoy histórico de su generación humana, de su nacimiento de María. Pero la proclamación del Evangelio de Lucas, con la descripción de las circunstancias de lo ocurrido en Belén, orienta la mirada de la fe hacia el Niño del pesebre, Mesías de Israel y Redentor de la humanidad, que solicita nuestro amor y precipita nuestra emoción, nuestra ternura.

Para las primeras horas del día 25, cuando amanece,la Iglesiadispone de una Misa dela Aurora, en la que se confiesa que ha brillado hoy una luz sobre nosotros porque nos ha nacido el Señor; Cristo es, en efecto, la luz del mundo. En esta misa el Evangelio presenta a los pastores corriendo presurosos para adorar al recién nacido y a María guardando contemplativamente en su corazón los hechos admirables de los que es protagonista y testigo.

La misa que estamos celebrando es la cuarta, llamada Misa del Día. Los textos bíblicos elegidos para ella, y las oraciones, expresan la profundidad del misterio de la encarnación y por consiguiente lo que podríamos llamar la teología dela Navidad. Enla oración colecta la tradición litúrgica ha formulado una síntesis de dicha teología. Hemos rezado en estos términos: Dios nuestro, que creaste admirablemente la dignidad de la naturaleza humana y de modo aún más admirable la restauraste; concédenos participar de la divinidad de tu Hijo, que se dignó compartir nuestra humanidad. Detengámonos un instante a meditar en el contenido de esta plegaria. El Creador imprimió su imagen en el ser humano; lo dotó de una naturaleza espiritual capaz de conocer y de amar para que fuera señor de sus actos, libre para adherir a la verdad y realizar el bien, y lo destinó a la comunión eterna con él. Cuando el pecado deformó en el hombre esa dignidad original, el Creador decidió reparar la caída mediante el envío de su Hijo; así reveló plenamente su misterio y en el Hijo hecho hombre desplegó los prodigios de una nueva creación: el hombre recobra ventajosamente su dignidad participando de la vida divina que Cristo comunicó a la naturaleza humana. Dicho más sencillamente: el Hijo de Dios se hizo hombre para que el hombre llegue a ser hijo de Dios.

El Evangelio que hemos escuchado (Jn. 1, 1-18) ratifica esta verdad. Refiriéndose a Cristo, Palabra creadora que ha venido para iluminar al hombre, afirma: a todos los que lo recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios. Ellos no nacieron de la sangre, ni por obra de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino que fueron engendrados por Dios. Se proclama en estas palabras la realidad de un nuevo nacimiento, del cual hablará Jesús cuando explique a Nicodemo que para entrar en el Reino de Dios es preciso renacer de lo alto, nacer del agua y del Espíritu Santo (Jn. 3, 3.5). En el bautismo protagonizamos un nuevo nacimiento, nos hacemos partícipes de la vida divina de aquel que se dignó compartir nuestra humanidad. El origen de ese nuevo nacimiento, sus raíces, se encuentran en el nacimiento virginal de Jesús. Él no nació de la sangre, ni por obra de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino que fue engendrado por Dios. María concibió en el tiempo a su Hijo, que es el Hijo eterno de Dios, sin intervención de varón, por obra del Espíritu Santo; análogamente, en el seno bautismal dela Iglesia, virgen y madre, somos engendrados por la acción del Espíritu para participar de la naturaleza divina y quedar constituidos hijos de Dios en el Hijo único, que se hizo primogénito de muchos hermanos.

El don sobrenatural de la filiación divina rescata y realza la naturaleza humana. Según el plan maravilloso dela Providencia, fue necesario –con la necesidad propia de la libertad de Dios– que el Hijo se hiciera hombre para que el hombre redescubra su auténtica humanidad. La fe en la encarnación de Dios, el misterio profundísimo y bello que es el contenido de la fiesta de Navidad, ilumina la realidad humana y perfila exactamente una idea del hombre. El debilitamiento de la fe, o lo que es peor su abandono y su contradicción, hacen perder de vista quién es el hombre, qué es lo verdaderamente humano. Este defecto afea malamente a la cultura actual y extravía sus realizaciones más pretensiosas. En el centro de los problemas contemporáneos se sitúa la cuestión antropológica. No se reconoce que exista una naturaleza humana ni un orden natural que rija la vida de la persona y oriente su acción. El hombre sería autocreador, una construcción sociohistórica en la que ni la inteligencia está destinada a alcanzar la verdad, ni la libertad tiene como meta adherir al bien. Todo sería relativo, funcional, cambiante; se habla hasta el cansancio acerca de los valores, pero éstos son considerados como creaciones subjetivas, o el resultado de consensos mayoritarios, sin referencia objetiva a la realidad de la naturaleza humana y a sus bienes propios, a su dignidad como criatura y sus consiguientes derechos. Esta ideología se va imponiendo en las ciencias sociales y se difunde a través de canales diversos: el activismo de algunos grupos de intelectuales, la propaganda periodística, los contenidos de los programas educativos. Pareciera que se intenta cambiar el sentido común de la población, el buen juicio natural de las personas, fomentando la inversión de las convicciones fundamentales, aquellas que se remiten, en última instancia, a una idea del hombre, precisamente al reconocimiento de la naturaleza humana. Aunque gracias a Dios queda aún mucho de sensatez en el pueblo argentino, herencia de la cultura cristiana originaria en la que campea la idea bíblica del hombre, los legisladores nacionales, de casi todos los sectores políticos, han impuesto al cuerpo de la nación leyes que contradicen el orden natural y la recta razón. Ya se ha logrado alterar la esencia del matrimonio y la constitución de la familia, y se pretende presentar ese atentado legislativo como un progreso. Las consecuencias jurídicas, sociales, psicológicas y morales serán atroces. Sancionando el derecho a la identidad de género se intenta desconocer la diferenciación natural del ser humano en sexo masculino y sexo femenino, para que cada uno elija lo que quiera ser según su preferencia subjetiva. Es ésta otra fuente de perturbaciones inimaginables. Siempre amenazan, aguardando el momento oportuno, varios proyectos para legalizar el aborto. Todas estas aberraciones empiezan a enseñarse en las escuelas. Así se va imponiendo, con fuerza de ley, lo que Benedicto XVI llamó la dictadura del relativismo.

El misterio de Navidad se proyecta en la vida personal y comunitaria y por su propio dinamismo de iluminación y recreación está destinado a hacerse cultura. La finalidad dela Navidaddel Señor es la salvación integral del hombre, que anticipa y prepara en el tiempo su realización eterna. La fe enla Navidad, en el acontecimiento por el cual el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, exige la confesión de esta verdad con una confiada convicción y requiere a la vez comprender y aceptar sus consecuencias para la visión del mundo y de la esencia y destino del hombre. Pero esa fe debe ser celebrada asiduamente en la liturgia, enla Eucaristía–no sólo el día de Navidad– para que cobre toda su fuerza y pueda proyectarse en un testimonio de vida cada vez más creíble y eficaz. No basta con creer íntimamente, sino que es preciso profesar públicamente nuestra fe. El Santo Padre nos recuerda que profesar la fe con la boca –por ejemplo, recitando el Credo– indica que la fe conlleva un testimonio y un compromiso público. El cristiano no puede pensar nunca que creer es un hecho privado. La fe es decidirse a estar con el Señor para vivir con él. Y este “estar con él” nos lleva a comprender las razones por las que se cree. La fe, precisamente porque es un acto de libertad, exige también la responsabilidad social de lo que se cree (Porta fidei, 10).

Conla Navidad, aproximadamente, comienza un nuevo año, aunque aquí en el lejano sur nos pilla de vacaciones, más bien distraídos. Pero el nacimiento de Cristo, que es un inicio total, el principio de los últimos tiempos, se actualiza en la celebración de la fe y nos incita a renovarnos espiritualmente, a comprometernos con Aquel que se comprometió con nosotros hasta darse por entero para darnos a Dios. Es una ocasión propicia para resolvernos a empezar de nuevo, una oportunidad que se renueva anualmente: hacernos responsables de lo que creemos y decidirnos a proceder con coherencia para que eso se note públicamente. Nuestra contribución podrá ser modesta, pero es imprescindible. A través de nosotros tendrá que enterarse el mundo de que el Salvador ha venido, y ha de saber que no ha venido en vano. 

Mons. Héctor Aguer, arzobispo deLa Plata


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Boletín 465 

LAS NOTICIAS AMPLIADAS PUEDEN VERLAS ENTRANDO EN NUESTRO BLOG. Textos, sonidos, e imágenes los tienen en: http://www.comunicacionobispadodetenerife.blogspot.com/ 

Este sábado los más pequeños tiene su cita conla Marchadela Misioneraa Candelaria. La misma se desarrolla con el lema: "Con los niños de América hablamos de Jesús". Un lema en la línea dela Nueva Evangelizacióncomenzada desde hace tiempo en América y en concordancia con el Plan Diocesano de Pastoral. 

“Todos seremos transformados por la victoria de nuestro Señor Jesucristo” (Cfr. I Co 15, 51-58), es el lema escogido este año para celebrarla Semanade Oración porla Unidadde los Cristianos, que tiene lugar del 18 al 25 de enero. Enla Semanade Oración 2012 estamos invitados a profundizar en nuestra fe, en la que todos nosotros seremos transformados por la victoria de nuestro Señor Jesucristo. 

La Casa de Oración de San Pedro Daute, “Domus Mariae”, en Garachico acogerá los días 27, 28 y 29 de enero un cursillo de Liturgia sobre la mesa de la Palabra y la mesa de la Eucaristía, a cargo del licenciado en Liturgia y ex profesor del Seminario Diocesano durante muchos años, José Hernández. El horario será de 17:30 h. a 20:30 h. y se trata de un cursillo especialmente dirigido a lectores, grupos de liturgia, etc.

El próximo domingo día 29 de enero de 2012, se celebrará el Encuentro Diocesano de Cofradías y Hermandades en la parroquia de Santa Ana, enla Villay Puerto de Garachico. Las jornadas comenzarán a las 10:30 h. y terminaran sobre las 17:00 h. La eucaristía, que estará presidida por el Obispo, se celebrará a las 13:00 h.

La coordinadora de catequesis del arciprestazgo de Taco han organizado un cursillo sobre catequesis familiar. Tendrá lugar el próximo viernes 3 de febrero de17 a20 horas y el sábado 4 de10 a13 y de16 a20 en los salones parroquiales de Santa María de Añaza. Estará dirigido por Álvaro Ginel Vielva, salesiano, director de la revista ‘Catequistas’ y profesor del Instituto Superior de Pastoral dela U.P.de Salamanca y del Instituto Superior de Teología «Don Bosco». 

Cáritas Diocesana presentará la campaña "No hay límite para soñar" el jueves 26 de enero, en el TEA de Santa Cruz de Tenerife, a las 11 de la mañana. Una iniciativa que pretende difundir el trabajo de Cáritas y animar a la colaboración de toda la comunidad canaria. Junto a los proyectos de la Institución, estará la figura de Pedrito, el futbolista tinerfeño del FC. Barcelona, que saldrá en anuncios, vallas publicitarias, página web propia y en camisas, cuya venta costará 10 Euros. 

Ya se han fijado las fechas de los próximos retiros en la Casa Diocesana de Espiritualidad, en Santa Cruz de Tenerife. Son estas: 22 de enero, impartido por  Juan Carlos Monroy; 18 de marzo drigido por Diego Rodríguez Marrero y 22 de abril, guiado por Eduardo Rodríguez. Todos los retiros se llevan a cabo los domingos de 16:00 a 19:00 horas. Se concluye con la celebración de la Eucaristía a las 18:30 horas. 

El Movimiento de Familias Cristianas (MODEFAC) llevará a cabo una Asamblea General con carácter extraordinario, el 4 de febrero, en el Seminario, de 16:30 h. a 21:00 h. Asimismo, se celebrará la Eucaristía y habrá servicio de guardería. Será un día para  debatir sobre la familia y abordar cuestiones relevantes en relación al movimiento. 

Por otro lado, el próximo viernes, 20 de enero, el Movimiento de Familias Cristianas llevará a cabo una charla -coloquio sobre el tema del papel de la mujer en la Iglesia. Los salones parroquiales de la Cruz del Señor es el lugar escogido para desarrollar esta iniciativa que dará comienzo a las 20:00 horas. La charla-coloquio estará guiada por Guillermina Casanova Baez, autora del libro "La mujer en los Evangelios canónicos y en los Hechos de los Apóstoles". Al finalizar el acto, la autora y ponente, firmará ejemplares de su libro. 

El pasado 17 de enero, con motivo del relevo en la gerencia del Centro, el Consejo de Dirección del Cof2000 se reunió para organizar el segundo trimestre del presente curso. En dicha reunión se tomaron algunas opciones para favorecer tanto el conocimiento del centro como la accesibilidad de los usuarios. A la vista de los números y estadísticas presentadas, no cabe duda que la crisis actual multiplica las solicitudes de ayuda. 

El domingo 22 de Enero, el municipio de Los Realejos celebra a su Copatrono, San Vicente Diácono y Mártir. Una fiesta que como comenta Marcos Antonio García Luis, Párroco de la Ermita, "tiene un color especial pues este año -según autorización del Ordinario- se abre el Año Vicentino por el cual ´cuando la fiesta del Santo cae en domingo, la imagen subirá a la parroquia Matriz de la Concepción para la celebración de un triduo solemne y los días 22 de cada mes del presente año, tendrán lugar actos religiosos extraordinarios en la misma ermita. 

El domingo 28 de enero se cumplen 100 años de la llegada, procedentes de las Palmas de Gran Canaria, de las primeras Hermanitas de los Ancianos Desamparados a Santa Cruz de Tenerife. Por este motivo, la Comunidad de Hermanitas y sus residentes les invitan a la celebración de la Eucaristía que tendrá lugar el día 28 de enero de 2012, a las 11:00 horas, en la Capilla del Hogar Ntra. Sra. De Candelaria (Asilo de ancianos). Estará presidida por el Obispo y cantará el Coro de la Parroquial de María Auxiliadora de esta ciudad. 

El próximo 4 de febrero, tendrá lugar la segunda convivencia de chicos, monaguillos o no, cercanos a la parroquia, en orden a conocer el Seminario Menor, en el Seminario Diocesano. Están invitados todos los chicos que lo deseen desde quinto de primaria. La jornada se llevará a cabo desde las 10:00 h. hasta las 14:00 horas. 

La Fraternidad Cristiana de Personas con Discapacidad (FRATER) ha realizado el domingo 15 de Enero su especial actividad mensual en la parroquia de La Gallega, en el arciprestazgo de Taco. A las once de la mañana fue la acogida a la que siguió una charla sobre los movimientos apostólicos. La eucaristía, el almuerzo compartido y un espacio lúdico completaron una jornada de formación y encuentro para los miembros de la Frater en Tenerife. 

El próximo domingo, 5 de febrero, a las 14,00 horas, se va a celebrar el II Almuerzo a Beneficio de los Hermanos de Belén, en el Pabellón de Deportes de las Mercedes. Las entradas ya están a la venta al precio de 15€ por persona y se pueden adquirir en la Guardería Dum Dum y la Librería Diocesana. 

El Consejo de Ministros ha nombrado al salmantino Ángel José Llorente Fernández de la Reguera director general de Cooperación Jurídica Internacional y Relaciones con las Confesiones Religiosas. Esta dirección general pertenece al Ministerio de Justicia. Llorente fue consejero de Cooperación Jurídica en la Embajada de España en Rabat desde 2005 hasta 2010 y, en la actualidad, era magistrado de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife. 

Ya está abierto el plazo de matrícula para el curso de Radio ECCA “El Señor del Cristianismo”. Se trata de una iniciativa que cuenta con el apoyo de la Facultad de Teología de Granada, de la Compañía de Jesús. 

El fin de semana del 27 al 29 de enero, se celebrará, enla Casa de la Iglesia, el cursillo de Cristiandad nº 348. La misión del mismo es colaborar con la gracia para provocar, en quienes participan, un encuentro personal con Cristo.

Una vez más, las misioneras eucarísticas de Nazaret proponen un rato de oración especialmente dirigida a los jóvenes. El punto de ´encuentro´ será -como siempre- la Capilla de San Jorge, en la Plaza de los Patos (Santa Cruz de Tenerife) y tendrá lugar este viernes 20 de enero, a partir de las 20 horas. 

Los segundos miércoles de mes, de 17:00 a 20:00 horas, la Casa Manresa ofrece un espacio para orar bajo el título: “Recordando Nuestra Naturaleza Esencial”. Asimismo, esta casa ya tiene fechas para los ejercicios espirituales en el periodo de carnavales (18-20 de febrero). Los mismos estarán guiados por J.R. Colera. 

El presidente del Cabildo de Tenerife, Ricardo Melchior, y la consejera de Acción Social, Cristina Valido, hicieron entrega de la recaudación obtenida en el Portal de Belén de la Corporación al director de Cáritas Diocesana, Leonardo Ruíz. La cantidad conseguida en esta edición ha alcanzado los 1.753 euros. 

La sección "Nuestra Gente" de la contraportada del periódico "Diario de Avisos" estuvo dedicada el martes, 17 de enero a José Juan Rivero, psicólogo y coordinador del Máster Especialista en Orientación y Mediación Familiar que se imparte desde octubre de 2011 en el ISTIC. En este reportaje, entre otras cuestiones, Rivero señala que en esta situación de crisis que vivimos, "la familia se ha convertido en la entidad social generadora de estabilidad y sostén natural de los problemas socio-económicos, auténtica vacuna de salvación de la vulnerabilidad o incluso de la exclusión social". 

Dentro del proyecto "Yo soy Etiopía" que realizan los grupos juveniles parroquiales de "Savia Nueva" para cooperar con los misioneros dela Consolataque trabajan en el Cuerno de África, tuvo lugar -en el marco dela Navidad-un festival benéfico en colaboración con Cáritas dela ParroquiadeLa Concepcióndel Realejo Bajo. Los fondos recaudados con dicho festival ascendieron a 1.316´40 €. 

El Obispado y el Hotel Nivaria son los candidaturas propuestas por el área de Turismo del Ayuntamiento deLa Lagunapara los Premios Amables del Turismo que anualmente otorga el Centro de Iniciativas Turísticas (CIT) del Nordeste a aquellas personas y entidades que sobresalieron en 2011 por la promoción turística en este caso, del municipio. De esta manera, la candidatura del Obispado de Tenerife está avalada por la estrecha colaboración que esta institución y el Consistorio lagunero han mantenido siempre, fruto de la cual se organizan visitas guiadas por el Conjunto Histórico deLa Laguna, en las que se incluye los interiores de los templos

 


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Jueves, 19 de enero de 2012

Textos bíblicos, comentario y oración para el día tercero del Octavario 2012 de Oraciones porla Unidadde los Cristianos publicado en folleto de Materiales para su celebración elaborado por una comisión mixta entre el Pontificio Consejo parala Promocióndela Unidadde los Cristianos yla Comisión Fey Constitución del Consejo Mundial de Iglesias y traducido porla Comisiónpara las Relaciones Interconfesionales dela Conferencia EpiscopalEspañola. Este año tiene como lema: “Todos seremos transformados por la victoria de nuestro Señor Jesucristo” (1Cor 15, 51-58)

Día tercero
Tema: Transformados por el Siervo doliente

Texto: Cristo padeció por nosotros (cf. 1Pe 2, 21)

Lecturas

Is 53, 3-11 Varón de dolores, acostumbrado al sufrimiento
Sal 22, 12-24 No te separes de mí, que la angustia está cerca
1Pe 2, 21-25 Cristo padeció por nosotros
Lc 24, 25-27 ¿No tenía que sufrir el Mesías todo esto? 

Comentario

La paradoja divina es que Dios puede cambiar los desastres y las tragedias en victoria. Él transforma todos nuestros sufrimientos y desgracias y el increíble sufrimiento de la historia en una resurrección que abarca a todo el mundo. Aunque parezca derrotado, Él es, sin embargo, la verdadera victoria que nadie y nada pueden superar.

La emocionante profecía de Isaías sobre el Siervo doliente se cumplió totalmente en Cristo. Después de sufrir una terrible agonía, el Varón de dolores ve su descendencia. Somos nosotros mismos esta descendencia, nacida del sufrimiento del Salvador. De esta manera nos hacemos una familia en Él.

Se puede decir que el salmo 22 no habla solo de Jesús, sino también para Jesús. El Salvador mismo oró este salmo en la cruz, cuando utilizó palabras fuertes de desolación: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» Sin embargo, en la segunda parte del salmo, la lamentación, la súplica llena de dolor, se convierte en alabanza a Dios por sus obras.

El apóstol Pedro es un testigo de la pasión de Cristo (1Pe 5, 1), que nos da un ejemplo: estamos llamados a esta forma de sufrimiento por amor. Jesús no maldijo a Dios, sino se sometió a Él que juzga rectamente. Sus heridas nos han curado y nos han hecho regresar al único pastor.

Solo a la luz de la presencia del Señor y de su palabra se revela el propósito divino de los sufrimientos del Mesías. Igual que para los discípulos en el camino de Emaús, Jesús nos acompaña constantemente en el pedregoso camino de la vida, volviendo nuestros corazones ardientes y abriéndonos los ojos ante el plan misterioso de salvación.

Los cristianos experimentamos que el sufrimiento resulta de la frágil condición de la humanidad; reconocemos este sufrimiento en la injusticia social y en las situaciones de persecución. El poder de la cruz nos lleva a la unidad. El sufrimiento de Cristo se nos muestra como fuente de misericordia y de solidaridad con toda la familia humana. Como afirma un teólogo contemporáneo: cuanto más nos acercamos a la cruz de Cristo, más nos acercamos a los demás. El testimonio que damos juntos los cristianos en situaciones de sufrimiento adquiere una gran credibilidad. Siendo solidarios con todos los que sufren, aprendemos del Servidor sufriente y crucificado a vaciarnos de nosotros mismos, a abandonarnos y ofrecernos en sacrificio. Estos son los dones que esperamos recibir de su Espíritu en nuestro camino hacia la unidad en Él. 

Oración

Dios de todo consuelo, que has transformado la vergüenza de la cruz en un signo de victoria, concédenos poder estar unidos alrededor de la cruz de tu Hijo y adorarlo por la misericordia que nos ofrece por su sufrimiento. Que el Espíritu Santo abra nuestros ojos y nuestros corazones para que podamos ayudar a los que sufren a experimentar tu cercanía. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. 

Preguntas para la reflexión

1. ¿Cómo puede ayudarnos nuestra fe a dar respuesta al sufrimiento de larga duración?

2. ¿Qué aspectos del sufrimiento humano son hoy ignorados o pasan desapercibidos?

3. ¿Cómo pueden los cristianos testimoniar juntos el poder de la cruz?


Publicado por verdenaranja @ 23:13  | Ecumenismo
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La paz, la caridad y la fe, de parte de Dios, nuestro Padre,  y de Jesucristo, el Señor, estén con todos vosotros.

- Hoy es domingo, el día del Señor, el día en que los cristianos nos reunimos como comunidad, convocados por Jesús. Desgraciadamente, no todos los cristianos llevamos el mismo nombre: católicos, anglicanos, ortodoxos, protestantes ... Por eso celebramos en estos días la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. Uniéndonos a esta semana de oración,
pongamos hoy en primer término nuestro deseo y compromiso de caminar hacia la unidad, la unidad querida por el mismo Jesús.

A. penitencial: Comencemos nuestra celebración pidiendo perdón por tantas veces que no somos constructores de unidad y de comunión (silencio).

Tú, que no has venido a condenar sino a perdonar. SEÑOR, TEN PIEDAD.

- Tú, que has dicho que hay gran fiesta en el cielo por un pecador que se arrepiente. CRISTO, TEN PIEDAD.

- Tú, que perdonas mucho a quien mucho ama. SEÑOR, TEN PIEDAD.

1. lectura (Jonós 3,7 -5.7 O): La llamada a la conversión forma parte del núcleo de la experiencia cristiana: Dios nos pide que nos convirtamos. En el evangelio será Jesús
mismo quien nos invitará a cambiar nuestra vida y a creer en el Evangelio. Por eso ahora, en esta primera lectura, escucharemos también una llamada a la conversión: la que Dios dirigió a los habitantes de Nínive por boca del profeta Jonás.

2. lectura (7 Corintios 7,29-37): Escuchemos en esta segunda lectura el mensaje de san Pablo a los corintios, un mensaje dirigido también a nosotros: No podemos dejar pasar la oportunidad que Dios nos ofrece; ahora y aquí debemos vivir siguiendo el camino del Señor.

Oración universal: Presentemos ahora al Padre nuestras intenciones, pensando hoy especialmente en la unidad de los cristianos. Oremos diciendo: ESCÚCHANOS, PADRE.

Por los cristianos de las diferentes confesiones. Que sepamos valorar lo que nos une, para poder así avanzar hacia la deseada unidad. OREMOS:

Por los pastores y los teólogos. Que trabajen para guiar al pueblo cristiano por el camino que lleva a la plena comunión en una sola Iglesia. OREMOS:

Por cada una de las comunidades cristianas. Que vivan también en su interior la experiencia sincera de la unidad y de la comunión. OREMOS:

Por nuestro mundo. Que avance por el camino del diálogo, la convivencia, el respeto, la solidaridad entre todos los ciudadanos y todos los pueblos. OREMOS:

Por todos nosotros. Que la Eucaristía que celebramos alimente nuestra fey nos ayude a vivir como hermanos. OREMOS:

Escucha, Padre, las oraciones de tus hijos, que quieren caminar unidos siguiendo a Jesús, nuestro Señor, que vive y reina contigo por los siglos de los siglos.

Prefacio de la Unidad de los Cristianos (Misal, póg. 924 o 946) .

Padrenuestro: Unidos con todos los cristianos de las diferentes confesiones, oremos a Dios, el Padre de todos, con las palabras que Jesús nos enseñó:

Despedida: Glorificad al Señor con vuestra vida. Podéis ir en paz.

 

CPL


Publicado por verdenaranja @ 16:41  | Liturgia
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Textos bíblicos, comentario y oración para el día segundo del Octavario 2012 de Oraciones porla Unidadde los Cristianos publicado en folleto de Materiales para su celebración elaborado por una comisión mixta entre el Pontificio Consejo parala Promocióndela Unidadde los Cristianos yla Comisión Fey Constitución del Consejo Mundial de Iglesias y traducido porla Comisiónpara las Relaciones Interconfesionales dela Conferencia EpiscopalEspañola. Este año tiene como lema: “Todos seremos transformados por la victoria de nuestro Señor Jesucristo” (1Cor 15, 51-58) 

Día segundo
Tema: Transformados por la espera paciente del Señor

Texto: ¡Déjalo así por ahora! Es menester que cumplamos lo que Dios ha dispuesto (Mt 3, 15) 

Lecturas

1 Sm 1, 1-20 La confianza de Ana y la espera paciente
Sal 40 La espera paciente del Señor
Heb 11, 32-34 Por la fe conquistaron reinos, gobernaron con justicia
Mt 3,13-17 ¡Déjalo así por ahora! Es menester que cumplamos lo que Dios ha dispuesto. 

Comentario

La victoria está frecuentemente asociada al triunfo inmediato. Todos conocemos el gusto del éxito cuando, después de una prueba difícil, llega el turno de las felicitaciones, del reconocimiento y también de las recompensas. En este momento de alegría casi nadie es consciente que, desde una perspectiva cristiana, la victoria es un proceso de transformación a largo plazo. Este concepto de victoria transformadora nos enseña que ella tiene lugar en el tiempo de Dios, no en el nuestro, lo que nos invita a una confianza paciente y a una profunda esperanza en Dios.

Ana da testimonio de esta paciencia en la confianza y la esperanza. Después de muchos años de esperar quedarse embarazada, ella le pidió a Dios tener un hijo, con el riesgo de que las lágrimas de sus oraciones fueran tomadas poco seriamente por el sacerdote que estaba en la entrada del templo. Cuando Elías le aseguró que Dios atendería su oración, simplemente creyó, esperó y dejó de estar triste. Ana concibió y dio al mundo un hijo al que llamó Samuel. La gran victoria aquí no es de las naciones ni de las armas, sino la de una lucha íntima y personal. Al final, la confianza y la esperanza de Ana no solo llevan a su transformación personal, sino también la de su pueblo, para quien el Dios de Israel ha intervenido en su hijo Samuel.

El salmista se hace eco de la espera paciente de Ana en medio de otro tipo de lucha. También él pidió verse libre de una situación que es desconocida para nosotros, pero que es insinuada al hablar de ‘fosa desolada, fango cenagoso’. Él da gracias a Dios que quita la vergüenza y la confusión, y continúa confiando en su amor inquebrantable.

El autor dela Cartaa los Hebreos recuerda la paciencia de personas como Abraham (6, 15) y otros que han salido victoriosos por la fe y la confianza en Dios. Entender que Dios interviene y maneja los hilos de la historia humana evita la tentación de querer triunfar a modo humano.

En el Evangelio, la voz del cielo en el bautismo de Jesús proclamando «este es mi Hijo amado» parece garantizar el éxito inmediato de su misión mesiánica. Sin embargo, resistiéndose al diablo, Jesús no sucumbe a la tentación de entrar apresuradamente en el Reino de Dios sin demora, sino que revela pacientemente lo que la vida en el Reino significa, a través de su propia vida y su ministerio, que conduce a su muerte en la cruz. Aunque el Reino de Dios irrumpe de forma definitiva con la resurrección, todavía no se ha realizado plenamente. La victoria definitiva no se producirá hasta que el Señor vuelva. Por eso esperamos con paciente espera y confianza, implorando «Ven, Señor Jesús».

Nuestro deseo de la unidad visible dela Iglesiarequiere espera paciente y confiada. Nuestra oración por la unidad cristiana es como la oración de Ana y del salmista. El trabajo por la unidad de los cristianos se parece a los hechos relatados enla Cartaa los Hebreos. Si esperamos pacientemente no es por impotencia o pasividad, sino porque tenemos profunda confianza en que la unidad dela Iglesiaes don de Dios y no un logro nuestro. Esta paciente espera, esta oración y esta confianza, nos transforma y nos prepara para la unidad visible dela Iglesia, no como nosotros la pensamos, sino como Dios la da. 

Oración

Dios fiel, tú mantienes tu palabra en todo tiempo. Haz que, como Jesús, tengamos paciencia y confianza en tu amor inquebrantable. Ilumínanos por tu Espíritu Santo, para que no obstaculicemos la plenitud de tu justicia por nuestros juicios apresurados, sino que seamos capaces de descubrir tu sabiduría y tu amor en todas las cosas. Tu que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén 

Preguntas para la reflexión

1. ¿En qué situaciones en nuestra vida debemos tener una mayor confianza en las promesas de Dios?

2. ¿Qué aspectos de la vida dela Iglesiaestán particularmente expuestos a la tentación de actuar precipitadamente?

3. ¿En qué situaciones debemos esperar los cristianos y cuándo debemos actuar juntos?


Publicado por verdenaranja @ 10:05
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Martes, 17 de enero de 2012

Reflexión de José Antonio Pagola al evangelio del domingo tercero del Tiempo Ordinario - B, ofrecido por la Delegación Diocesana de Enseñanza de la diócesis de Tenerife.

OTRO MUNDO ES POSIBLE 

         No sabemos con certeza cómo reaccionaron los discípulos del Bautista cuando Herodes Antipas lo encarceló en la fortaleza de Maqueronte. Conocemos la reacción de Jesús. No se ocultó en el desierto. Tampoco se refugió entre sus familiares de Nazaret. Comenzó a recorrer las aldeas de Galilea predicando un mensaje original y sorprendente.

         El evangelista Marcos lo resume diciendo que «marchó a Galilea proclamando la Buena Noticia de Dios». Jesús no repite la predicación del Bautista, ni habla de su bautismo en el Jordán. Anuncia a Dios como algo nuevo y bueno. Este es su mensaje.

         «Se ha cumplido el plazo». El tiempo de espera que se vive en Israel ha acabado. Ha terminado también el tiempo del Bautista. Con Jesús comienza una era nueva. Dios no quiere dejarnos solos ante nuestros problemas, sufrimientos y desafíos. Quiere construir junto con nosotros un mundo más humano.

         «Está cerca el reino de Dios». Con una audacia desconocida, Jesús sorprende a todos anunciando algo que ningún profeta se había atrevido a declarar: "Ya está aquí Dios, con su fuerza creadora de justicia, tratando de reinar entre nosotros". Jesús experimenta a Dios como una Presencia buena y amistosa que está buscando abrirse camino entre nosotros para humanizar nuestra vida.

         Por eso, toda la vida de Jesús es una llamada a la esperanza. Hay alternativa. No es verdad que la historia tenga que discurrir por los caminos de injusticia que le trazan los poderosos de la tierra. Es posible un mundo más justo y fraterno. Podemos modificar la trayectoria de la historia.

         «Convertíos». Ya no es posible vivir como si nada estuviera sucediendo. Dios pide a sus hijos e hijas colaboración. Por eso grita Jesús: "Cambiad de manera de pensar y de actuar". Somos las personas las que primero hemos de cambiar. Dios no impone nada por la fuerza, pero está siempre atrayendo nuestras conciencias hacia una vida más humana.

         «Creed en esta Buena Noticia». Tomadla en serio. Despertad de la indiferencia. Movilizad vuestras energías. Creed que es posible humanizar el mundo. Creed en la fuerza liberadora del Evangelio. Creed que es posible la transformación. Introducid en el mundo la confianza.

         ¿Qué hemos hecho de este mensaje apasionante Jesús? ¿Cómo lo hemos podido olvidar? ¿Con qué lo hemos sustituido? ¿En qué nos estamos entreteniendo si lo primero es "buscar el reino de Dios y su justicia"? ¿Cómo podemos vivir tranquilos observando que el proyecto creador de Dios de una tierra llena de paz y de justicia está siendo aniquilado por los hombres?

José Antonio Pagola 

Red evangelizadora BUENAS NOTICIAS
22 de enero de 2012
3 Tiempo ordinario
Marcos 1, 14-20


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Textos bíblicos, comentario y oración para el día primero del Octavario 2012 de Oraciones porla Unidadde los Cristianos publicado en folleto de Materiales para su celebración elaborado por una comisión mixta entre el Pontificio Consejo parala Promocióndela Unidadde los Cristianos yla Comisión Fey Constitución del Consejo Mundial de Iglesias y traducido porla Comisiónpara las Relaciones Interconfesionales dela Conferencia EpiscopalEspañola. Este año tiene como lema: “Todos seremos transformados por la victoria de nuestro Señor Jesucristo” (1Cor 15, 51-58) 

Reflexiones bíblicas y oraciones para el Octavario
Día primero

Tema: Transformados por Cristo Servidor

Texto: El Hijo del hombre ha venido para servir (cf. Mc 10, 45)

Lecturas

Za 9, 9-10 Un rey justo, victorioso y humilde
Sal131 Micorazón no es arrogante
Rom 12, 3-8 Tenemos dones diferentes para servir
Mc 10, 42-45 El Hijo del hombre ha venido para servir 

Comentario

La venida del Mesías y su victoria se logran en el servicio. Jesús quiere un espíritu de servicio que llene los corazones de sus discípulos. Nos enseña que la verdadera grandeza consiste en servir a Dios y al prójimo. Cristo nos da el coraje de descubrir que para Él servir es reinar, como decía un cristiano de los primeros siglos.

La profecía de Zacarías sobre un rey victorioso y humilde se cumplió en Jesucristo. Él, el Rey de la paz, viene a los suyos, a Jerusalén, la ciudad de la paz. No la conquista con engaño o violencia, sino por la dulzura y la humildad.

El salmo 131 describe de manera breve pero elocuente el estado de paz espiritual que nace de la humildad. La imagen de la madre y el hijo significa la ternura y la confianza a la que es llamada toda la comunidad de los creyentes.

El apóstol Pablo nos invita a evaluarnos con modestia y humildad y a descubrir nuestras propias capacidades. Si hay entre nosotros diversidad de dones, nosotros formamos un solo cuerpo en Cristo. En nuestras divisiones, cada una de nuestras tradiciones ha sido agraciada por el Señor con dones distintos, que estamos llamados a ponerlos al servicio de los demás.

Así también el Hijo de hombre no ha venido para ser servido, sino para servir y dar su vida en pago de la libertad de todos (Mc 10, 45). Haciéndose Él mismo servidor, Cristo redimió nuestro rechazo de servir a Dios. Nos ha dado un ejemplo para que sean restauradas todas las relaciones humanas. Si alguno quiere ser grande, que se ponga al servicio de los demás: estas son las nuevas normas de grandeza y prioridad.

En la carta a los Romanos, Pablo nos recuerda que los diferentes dones concedidos están destinados al servicio: profecía, ministerio, enseñanza, exhortación, caridad, gobierno y misericordia. Sea cual sea nuestra diversidad, formamos un solo cuerpo en Cristo y somos miembros unos de otros. El uso de nuestra diversidad de dones al servicio común de la humanidad hace visible nuestra unidad en Cristo. La acción común de los cristianos en favor de la humanidad, para luchar contra la pobreza y la ignorancia, para defender a los oprimidos, favorecer la paz y defender la vida, para desarrollar las ciencias, la cultura y el arte, son una expresión de este ecumenismo práctico quela Iglesiay el mundo tanto necesitan. Imitar a Cristo servidor proporciona un testimonio elocuente del Evangelio, que no solo mueve las mentes, sino también los corazones. Este servicio común es un signo de la venida del Reino de Dios, el Reino de Cristo servidor. 

Oración

Dios todopoderoso y eterno, por el camino del servicio tu Hijo nos conduce de la arrogancia de la desobediencia a la humildad del corazón. Dígnate unirnos unos a otros por tu Espíritu Santo, para que a través del servicio a nuestros hermanos y hermanas se pueda revelar tu verdadero rostro. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. 

Preguntas para la reflexión

1. ¿Cuáles son las ocasiones de servicio más amenazadas por el orgullo y la arrogancia?

2. ¿Qué hacer para que todos los ministerios cristianos se perciban como un servicio?

3. En nuestra sociedad, ¿qué pueden hacer los cristianos de diferentes tradiciones, mejor juntos que separados, para revelar a Cristo servidor?


Publicado por verdenaranja @ 22:59  | Ecumenismo
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Lunes, 16 de enero de 2012

Celebración ecuménica en la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos,  publicada en el folleto de los materiales para su celebración, que se recibió en la parroquia.

Texto bíblico: 1 Cor 15, 51-58

Mirad, voy a confiaros un misterio: no todos moriremos, pero todos seremos transformados. Súbitamente, en un abrir y cerrar de ojos, cuando suene –que sonará– la trompeta final, los muertos resucitarán incorruptibles mientras nosotros seremos transformados. Porque es preciso que este ser corruptible se revista de incorruptibilidad y que esta vida mortal se revista de inmortalidad. Y cuando este cuerpo corruptible se revista de inmortalidad, cuando este ser mortal se revista de inmortalidad, entonces se cumplirá lo que dicela Escritura: La muerte ha sido devorada por la victoria. ¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿dónde tu venenoso aguijón? El aguijón de la muerte es el pecado, y el pecado ha desplegado su fuerza con ocasión de la ley. Pero nosotros hemos de dar gracias a Dios, que por medio de nuestro Señor Jesucristo nos concede la victoria. Por tanto, hermanos míos muy queridos, manteneos firmes y constantes; destacad constantemente en la tarea cristiana, seguros de que el Señor no permitirá que sea estéril vuestro afán.
Biblia Traducción Interconfesional 

Celebración ecuménica

Todos seremos transformados por la victoria de nuestro Señor Jesucristo (cf. 1 Cor 15,51-58)

. Introducción a la celebración

La celebración ecuménica parala Semanade Oración porla Unidadde los Cristianos 2012 nos llega desde Polonia, donde un grupo ecuménico ha preparado una liturgia que se basa en la experiencia de los cristianos polacos que han vivido momentos de alegría y adversidad. La historia de Polonia ha estado marcada por una serie de derrotas, den victorias, de invasiones, de particiones y de opresión por potencias extranjeras y sistemas hostiles. El esfuerzo constante de superar toda esclavitud y el deseo de libertad son una característica de la historia polaca.

La celebración tiene como tema 1 Corintios 15, 51-58, que habla del poder transformador de la fe en Cristo, particularmente en relación con nuestra oración por la unidad visible dela Iglesia, cuerpo de Cristo. Es orando y esforzándonos por la unidad plena y visible dela Iglesiacomo nosotros mismos –y las tradiciones a las que pertenecemos– seremos cambiados, transformados y configurados con Cristo. Se trata de una perspectiva fascinante, pero que puede darnos cierto temor. La unidad por la que oramos podrá exigir la renovación de formas de vida dela Iglesiaque nos son familiares. Dicha unidad no es simplemente una noción «cómoda» de amistad y cooperación. Requiere una voluntad de superar cualquier forma de competición entre nosotros. Tenemos que abrirnos unos a otros, ofrecer y recibir los dones que tenemos, con el fin de poder verdaderamente entrar en la nueva vida de Cristo, que es la única verdadera victoria.

El desarrollo de la celebración consta de:

A. Apertura

De acuerdo con la costumbre local, puede haber un himno procesional, seguido por una oración de apertura y un acto penitencial.

B. La Palabrade Dios

Hay tres lecturas bíblicas. La lectura de 1 Corintios 15 es esencial para el tema. Esta es seguida por un sermón/homilía u otro tipo de comentario sobre las lecturas. Puede seguir una confesión de fe (tipo Credo).

C. Oración por la unidad y la transformación

Las intenciones de las oraciones de intercesión son la unidad y la transformación de diferentes situaciones. Estas oraciones son seguidas por el «signo de la paz».

Signo de la paz y el intercambio del pan (opłatek)

En Polonia hay una costumbre particular de compartir un trozo de oblea, el «opłatek» (plural: «opłatki»), en las casas antes de la cena de Nochebuena, y también a lo largo del tiempo de Navidad en las iglesias y en los puestos de trabajo. Esta costumbre es tan importante para los polacos, tanto si residen en su país como en el extranjero, que se practica no solo por personas de diferentes confesiones, sino también por los no creyentes. Cada persona recibe una oblea. Después se comparte partiendo un trozo de la oblea de otra persona y comiéndola. De este modo se transmiten los mejores deseos mutuamente. Este intercambio de la oblea expresa la unidad, el amor y el perdón entre las personas a quien el Salvador ha venido a visitar. Aunque no esla Eucaristíase le asemeja, y simboliza la presencia del que nació en una Casa de Pan (Belén) y que se convirtió Él mismo en el Pan de Vida.

Si no se dispone de oblea, ni de pan ácimo, puede utilizarse pan ordinario.

Este intercambio del «signo de paz» puede hacerse de acuerdo con la costumbre local si se prefiere.

D. Conclusión

Comprende una oración de compromiso, que se basa en los temas de cada uno de los ocho días. La celebración termina con una bendición, que puede realizarse según la costumbre local.

. Desarrollo de la celebración

P: Presidente de la celebración
L: Lector
A: Asamblea

A. Apertura

Himno de entrada o preludio

Durante este tiempo, el clero y las personas que intervienen en la celebración pueden entrar en procesión.

Saludos

P: La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo esté con todos vosotros.

A: Y con tu espíritu.

Introducción

Tras los saludos o la presentación de los presentes, puede haber una breve introducción al tema. El presidente de la celebración puede decir, por ejemplo:

P: Voy a confiaros un misterio: no todos moriremos, pero todos seremos transformados.

A: Demos gracias a Dios, que nos da la victoria por nuestro Señor Jesucristo.

P: En Cristo, Dios es el Vencedor. La victoria requiere esfuerzo y lucha. Cuando oramos y nos esforzamos por la unidad plena visible dela Iglesia, nosotros mismos –y las tradiciones a las que pertenecemos– seremos cambiados, transformados y configurados con Cristo. Los cristianos podemos hacer este esfuerzo juntos, sin triunfalismos, con humildad, al servicio de Dios y del prójimo, según el ejemplo de Jesucristo. En la búsqueda de la unidad, esta es la actitud que queremos pedir a Dios juntos.

Oración de apertura

P: Dios Todopoderoso, en Jesús nos has dicho que quien quiera ser primero debe hacerse el último y el servidor de todos. Entramos en tu presencia sabiendo que tu victoria se gana por la debilidad de la cruz. Te rogamos para quela Iglesiapueda ser una. Enséñanos a aceptar humildemente que esta unidad es un don de tu Espíritu; a través de este don, cámbianos y transfórmanos y haznos más semejantes a tu Hijo Jesucristo.

A: Amén.

Oración penitencial

P: Dios Todopoderoso, a pesar de la unidad que recibimos en Cristo, persistimos en nuestra desunión. ¡Ten piedad de nosotros!

A: ¡Ten piedad de nosotros! (o cantar «kyrie eleison»)

P: Endurecemos nuestros corazones cuando oímos el Evangelio. ¡Ten piedad de nosotros!

A: ¡Ten piedad de nosotros!

P: No te servimos en nuestros hermanos y hermanas. ¡Ten piedad de nosotros!

A: ¡Ten piedad de nosotros!

P: La desobediencia de Adán y Eva nos ha traído el sufrimiento y la muerte, y la creación ha sido herida y desgarrada. ¡Ten piedad de nosotros!

A: ¡Ten piedad de nosotros!

(Se guarda un momento de silencio)

P: Dios Todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.

A: Amén.

B. La Palabrade Dios

Lecturas dela Biblia Ha3, 17-19; 1 Cor 15, 51-58; Jn 12, 23-26

Homilía

Momento de silencio o de música instrumental.

Confesión de la Fe

Se recita el Credo (por ejemplo, el Símbolo de los Apóstoles o el de Nicea-Constantinopla).

Himno/cántico

Durante este tiempo se traen los «opłatki» (obleas) y se colocan sobre una mesa central.

C. Oraciones por la unidad y la transformación

P: Unidos en Cristo, que nos da la victoria, roguemos al Señor.

P: Por la Iglesia, Cuerpo de Cristo: para que viva de verdad la unidad que recibe a través del Espíritu Santo. ¡Oh Dios, nuestra fuerza!:

A: Transfórmanos por tu gracia.

P: Por los responsables de nuestras Iglesias: que sean fieles a la unidad a la que todos los cristianos estamos llamados. ¡Oh Dios, nuestra fuerza!:

A: Transfórmanos por tu gracia.

P: Por todas las naciones del mundo: que vivan en paz entre sí y promuevan la justicia para todos. ¡Oh Dios, nuestra fuerza!:

A: Transfórmanos por tu gracia.

P: Por todos los seres humanos: que seamos buenos administradores de la tierra. ¡Oh Dios, nuestra fuerza!:

A: Transfórmanos por tu gracia.

P: Por todos nuestros conciudadanos: que sean transformados y sepan vivir en paz unos con otros. ¡Oh Dios, nuestra fuerza!:

A: Transfórmanos por tu gracia.

P: Por los enfermos y los que sufren, que sean transformados por tu presencia sanadora. ¡Oh Dios, nuestra fuerza!:

A: Transfórmanos por tu gracia.

P: Por todas las familias y todos los hogares: que sus luchas y alegrías encuentren su plenitud en tu amor. ¡Oh Dios, nuestra fuerza!:

A: Transfórmanos por tu gracia.

P: Por los difuntos, que sean reconfortados por tu presencia. ¡Oh Dios, nuestra fuerza!:

A: Transfórmanos por tu gracia.

P: El Señor, que está en medio de nosotros, nos conceda la unidad y la paz.

A: Amén.

La oración del Señor

P: Cuando los discípulos preguntaron a Jesús: «enséñanos a orar», respondió: «cuando oréis, decid:

A: Padre nuestro»… (se puede cantar)

Signo de la paz y el intercambio del opłatek

En Polonia hay una costumbre particular de compartir un trozo de pan ácimo, el «opłatek», en iglesias y casas en Navidad. Cada persona recibe el «oplatek». La gente inmediatamente lo comparte rompiendo un trozo del pan de otra persona y comiéndolo. De este modo transmiten sus mejores deseos mutuamente. Este intercambio del «oplatek » expresa la unidad, el amor y el perdón. Os invitamos a hacer lo mismo como un signo de paz y unidad.

P: La paz del Señor esté siempre con vosotros

A: Y con tu espíritu.

P: Intercambiamos un signo de paz.

D. Conclusión

Himno (se puede hacer una colecta durante este himno)

Oración de compromiso

P: Recordamos lo que el apóstol Pablo escribe en su primera carta a los Corintios (1 Cor 15, 57-58):

«Hemos de dar gracias a Dios, que por medio de nuestro Señor Jesucristo nos concede la victoria. Por tanto, hermanos míos muy queridos, manteneos firmes y constantes; destacad constantemente en la tarea cristiana, seguros de que el Señor no permitirá que sea estéril vuestro afán».

¡Alabado sea el Señor, que nos conduce a la unidad! Padre, dedicamos esta semana a orar para profundizar en nuestra unidad en Cristo. Él ha vencido a la muerte y nos ha llamado a una nueva vida en el Espíritu. Por eso te pedimos:

P: Transformados por Cristo servidor:

A: ¡Envíanos, y juntos iremos!

P: Transformados por la espera paciente del Señor:

A: ¡Envíanos, y juntos iremos!

P: Transformados por el Siervo doliente:

A: ¡Envíanos, y juntos iremos!

P: Transformados por la victoria del Señor sobre el mal:

A: ¡Envíanos, y juntos iremos!

P: Transformados por la paz del Señor Resucitado:

A: ¡Envíanos, y juntos iremos!

P: Transformados por el amor fiel de Dios:

A: ¡Envíanos, y juntos iremos!

P: Transformados por el Buen Pastor:

A: ¡Envíanos, y juntos iremos!

P: Unidos en el reino de Cristo:

A: ¡Envíanos, y juntos iremos!

Bendición y envío

La bendición puede ser otorgada por los responsables de distintas Iglesias, según la siguiente fórmula u otra.

P: El Señor esté con vosotros

A: Y con tu espíritu.

P: Que el Señor os bendiga y os guarde. Haga brillar sobre vosotros su rostro y os conceda

su gracia. Vuelva su mirada sobre vosotros y os dé la paz.

A: Amén.

O también:

P: Que Dios Todopoderoso os bendiga, Padre, Hijo y Espíritu Santo.

A: Amén.

P: ¡Id en la paz de Cristo!

A: ¡Demos gracias a Dios!

Himno final o postludio


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Introducción al tema del año 2012 de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, publicada en el folleto de los materiales recibidos en la parroquia.

Introducción al tema del año 2012 

Todos seremos transformados por la victoria de nuestro Señor Jesucristo
(Cf. 1 Cor 15, 51-58) 

Los materiales dela Semanade Oración porla Unidadde los Cristianos de 2012 han sido preparados por un grupo de trabajo compuesto por representantes dela Iglesiacatólica romana,la Iglesiaortodoxa y las Iglesias  vetero-católicas y protestantes presentes en Polonia. Después de largos debates, en los que participaron representantes de diversos círculos ecuménicos de Polonia, se decidió centrarse en un tema que concierne el poder transformador de la fe en Cristo, tema muy relacionado con nuestra oración por la unidad visible dela Iglesia, cuerpo de Cristo. Esto se fundamenta en las palabras de san Pablo ala Iglesiade Corinto que habla del carácter temporal de nuestra vida presente (con toda su dimensión aparente de «victoria» y de «derrota»), en comparación con lo que recibimos por la victoria de Cristo a través del misterio pascual. 

¿Por qué este tema? 

La historia de Polonia ha estado marcada por una serie de derrotas y victorias. Se puede mencionar las invasiones, las particiones, la opresión por parte de poderes extranjeros y de sistemas hostiles. El esfuerzo permanente por superar toda esclavitud y el deseo de libertad son las características de la historia polaca, que han conducido a cambios significativos en la vida de la nación. Y así, donde hay victoria hay perdedores que no comparten la alegría y el triunfo de los ganadores. Esta particular historia de la nación polaca ha llevado al grupo ecuménico que ha preparado los materiales de este año a reflexionar más profundamente sobre lo que significa «ganar» y «perder», especialmente a la luz del hecho de que el concepto de «victoria» se entiende frecuentemente en términos triunfalistas. Sin embargo, Cristo nos muestra una manera muy diferente de entenderlo. 

En 2012 se celebrará el campeonato europeo de fútbol en Polonia y Ucrania. Esto nunca hubiera sido posible en años anteriores. Para muchos, esto es un signo de otra «victoria nacional», mientras cientos de millones de aficionados esperarán ansiosamente noticias de equipos ganadores que jugarán en esta parte de Europa. Este ejemplo puede llevarnos a considerar la situación de quienes no ganan, no solo en el deporte, sino también en sus vidas y comunidades. ¿Quién tendrá un pensamiento para los perdedores, los que sufren constantemente derrotas porque se les niega la victoria debido a diversas condiciones y circunstancias? La rivalidad es una característica permanente no solo en el deporte, sino también en la vida política, empresarial, cultural e incluso en la eclesial. 

Cuando los discípulos de Jesús discutían sobre «quién era el más importante» (Mc 9, 34), se mostraba claramente que este impulso era fuerte. Pero la reacción de Jesús era muy sencilla: «si alguno quiere ser el primero, colóquese en último lugar y hágase servidor de todos» (Mc 9, 35). Estas palabras hablan de victoria a través del servicio mutuo, ayudando, incrementando la autoestima de los «últimos», los olvidados, los excluidos. Para todos los cristianos la mejor expresión de este servicio humilde es Jesucristo, su victoria sobre la muerte y su resurrección. Es en su vida, sus actos, su enseñanza, su sufrimiento, su muerte y su resurrección donde queremos buscar inspiración para una vida moderna victoriosa de fe, que se expresa a través del compromiso social en un espíritu de humildad, servicio y fidelidad al Evangelio. Y mientras aguardaba el sufrimiento y la muerte que se avecinaba, oró por sus discípulos, para que sean uno y el mundo crea. Esta «victoria » es posible solo a través de la transformación espiritual y la conversión. Por esta razón consideramos que el tema de nuestras meditaciones deben ser esas palabras del Apóstol de las Naciones. Se trata de lograr una victoria que integre a todos los cristianos en el servicio de Dios y del prójimo. 

Mientras oramos y nos esforzamos por la plena unidad visible dela Iglesia, nosotros mismos −y las tradiciones a las que pertenecemos− seremos transformados y configurados en Cristo. La unidad por la que oramos podrá exigir la renovación de algunas formas de vida eclesial que nos son familiares. Se trata de una perspectiva fascinante, pero que nos puede dar cierto temor. La unidad por la que oramos no es una noción «cómoda» de amistad y cooperación. Requiere una voluntad de dejar de competir entre nosotros. Tenemos que abrirnos unos a otros, dar dones a los demás y recibir los dones que nos dan los otros, con el fin de poder verdaderamente entrar en la nueva vida en Cristo, que es la única verdadera victoria. 

Hay sitio para todos en el plan de salvación de Dios. A través de su muerte y resurrección Cristo abarca a todos, independientemente de ganar o perder, «para que todo el que cree en él tenga la vida eterna» (Jn 3, 15). ¡Nosotros también podemos participar en su victoria! Basta con creer en Él y nos será más fácil vencer el mal con el bien. 

Ocho días para reflexionar sobre nuestra transformación en Cristo 

Enla Semanade Oración 2012 estamos invitados a profundizar en nuestra fe, en la que todos nosotros seremos transformados por la victoria de nuestro Señor Jesucristo. Las lecturas bíblicas, comentarios, oraciones y preguntas para la reflexión exploran los diferentes aspectos de lo que esto significa para la vida de los cristianos y para su unidad, en y para el mundo de hoy. Comenzamos por contemplar a Cristo servidor, y nuestro camino nos lleva a la celebración final del reino de Cristo, por medio de su cruz y resurrección. 

Día primero: Transformados por Cristo Servidor
El hijo del hombre ha venido para servir (cf. Mc 10, 45) 

Hoy encontramos a Jesús en su camino hacia la victoria a través del servicio. Lo vemos como aquel que «no ha venido para ser servido, sino para servir y dar su vida en pago de la libertad de todos» (Mc 10, 45). En consecuencia,la Iglesiade Jesucristo es una comunidad de servicio. El poner en acto nuestros diferentes dones sirviendo juntos la humanidad hace visible nuestra unidad en Cristo. 

Día segundo: Transformados por la espera paciente del Señor
Es menester que cumplamos lo que Dios ha dispuesto (Mt 3, 15) 

En este día nos concentramos en la espera paciente del Señor. Para lograr cualquier cambio se requiere perseverancia y paciencia. Orar a Dios para alcanzar una transformación es también un acto de fe y de confianza en sus promesas. Esta espera del Señor es esencial para todos los que oran por la unidad visible dela Iglesiaen esta semana. Todas las actividades ecuménicas requieren tiempo, atención mutua y acción conjunta. Todos estamos llamados a cooperar con la obra del Espíritu que une a los cristianos. 

Día tercero: Transformados por el Siervo doliente
Cristo padeció por nosotros (cf. 1Pe 2, 21) 

Este día nos invita a reflexionar sobre el sufrimiento de Cristo. Siguiendo a Cristo, el Siervo sufriente, los cristianos estamos llamados a la solidaridad con todos los que sufren. Cuanto más nos acercamos a la cruz de Cristo, más nos acercamos unos a otros. 

Día cuarto: Transformados por la victoria del Señor sobre el mal
Vence al mal a fuerza de bien (Rom 12, 21) 

Este día nos introduce más profundamente en las luchas contra el mal. La victoria en Cristo es una superación de todo lo que daña a la creación de Dios y nos mantiene separados unos de otros. En Jesús estamos llamados a compartir esta nueva vida, luchando con Él contra lo que está mal en nuestro mundo, con confianza renovada y con una alegría profunda en lo que es bueno. Mientras estemos divididos no podemos ser lo suficientemente fuertes para vencer el mal de nuestro tiempo.

 Día quinto: Transformados por la paz de Cristo resucitado
Se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: la paz esté con vosotros (Jn 20, 19) 

Hoy celebramos la paz del Señor resucitado. El Resucitado es el gran vencedor sobre la muerte y el mundo de las tinieblas. Él une a sus discípulos, que estaban paralizados por el miedo. Él nos abre nuevas perspectivas de vida y de acción a favor de su Reino que viene. El Señor resucitado une y fortalece a todos los creyentes. La paz y la unidad son los signos de nuestra transformación por su resurrección. 

Día sexto: Transformados por el amor inconmovible de Dios
Nuestra fe es la que vence al mundo (cf. 1 Jn 5, 4) 

En este día nuestra atención se concentra en el amor fiel de Dios. El misterio pascual revela este amor fiel y nos llama a una nueva forma de fe. Esta fe supera el temor y abre nuestros corazones al poder del Espíritu. Esta fe nos invita a la amistad con Cristo y, de este modo, de unos con otros. 

Día séptimo: Transformados por el Buen Pastor
Apacienta mis ovejas (Jn 21, 17) 

Los textos bíblicos de hoy nos muestran al Señor fortaleciendo a su rebaño. Somos llamados a seguir al Buen Pastor, a reforzarnos mutuamente en el Señor, a apoyar y fortalecer a los débiles y los perdidos. Hay un solo Pastor, y nosotros somos su pueblo. 

Día octavo: Reunidos en el Reino de Cristo
Al vencedor lo sentaré en mi trono, junto a mí (Ap 3, 21) 

En este último día de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos celebramos el Reino de Cristo. La victoria de Cristo nos permite mirar hacia el futuro con esperanza. Esta victoria supera todo lo que nos impide compartir la plenitud de la vida con Él y con los demás. Los cristianos sabemos que la unidad entre nosotros es sobre todo un don de Dios. Es un participar en la victoria gloriosa de Cristo sobre todo lo que divide. 

Preparación de los materiales parala Semanade Oración porla Unidadde los Cristianos 2012 

El primer proyecto de esta Semana de Oración fue preparado de febrero a junio de 2010 por un grupo de representantes reunidos por invitación dela Comisiónde Diálogo dela Conferenciade los Obispos de Polonia y el Consejo Ecuménico de Polonia. Queremos agradecer a todos lo que han participado y particularmente a: 

Edward Puślecki (Superintendente general dela Iglesiametodista unida de Polonia, Varsovia) Mons. Krzysztof Nitkiewicz (Iglesia católica romana, obispo de Sandomierz) Sra. Monika Waluś (Iglesia católica romana, Józefów) Sra. Kalina Wojciechowska (Iglesia evangélica luterana, Varsovia) Rev. Andrzej Gontarek (Iglesia polaca católica, Lublin) Rev. Ireneusz Lukas (Iglesia evangélica luterana, Varsovia) Rev. Henryk Paprocki (Iglesia ortodoxa autocéfala polaca, Varsovia). Rev. Sławomir Pawłowski SAC (Iglesia católica romana, Lublin). 

Los textos aquí propuestos han sido adoptados después de la reunión dela Comisión Internacionalnombrada porla Comisión«Fe y Constitución» del Consejo Ecuménico de las Iglesias y del Pontificio Consejo parala Promocióndela Unidadde los Cristianos. El grupo se reunió en septiembre de 2010 enla Secretaríadela Conferenciade los Obispos Católicos (Sekretariat Konferencji Episkopatu Polski) en Varsovia y agradece a la conferencia y a su presidente la acogida generosa para este encuentro. El Comité también está agradecido al arzobispo Jeremiasz, presidente del Consejo Ecuménico de Polonia y al obispo Tadeusz Pikus, presidente del Consejo de Ecumenismo dela Conferenciade los

Obispos de Polonia, que han formado el grupo de trabajo local en Polonia; a los coordinadores del grupo de trabajo, el Rev. Ireneusz Lukas (Iglesia evangélica luterana) y el Rev. Sławomir Pawłowski (Iglesia católica), y a todos aquellos que aportaron su ayuda al trabajo del Comité internacional.


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Reflexión a las lecturas del domingo segundo del Tiempo Ordinario - B, ofrecido por el sacerdote Don Juan Manuel Péwrez Piñero bajo el epígrafe"ECOS DEL DÍA DEL SEÑOR".

ECOS DEL DIA DEL SEÑOR
2º Domingo del T. Ordinario B

 

Queridos amigos y amigas:

“Descubrir a Cristo nuevamente y cada vez mejor, es la aventura más maravillosa de nuestra vida”, escribía el Beato Juan Pablo II a los jóvenes de la IV Jornada Mundial de la Juventud. Es lo que se experimenta cuando uno se encuentra por primera vez con el Señor o cuando conoce o acompaña a uno que le ha encontrado. La verdad es que todo cambia entonces de sentido, los valores que uno tenía se trastocan, se contempla todo con una luz nueva, la vida misma cambia de rumbo.

Pero ¿cuántos han tenido ese tipo de encuentro con Jesucristo? Muchos, ciertamente. Pero también es posible ser cristiano, incluso medianamente practicante, y no haber tenido un verdadero encuentro con Él.

Por eso es tan importante la Liturgia hoy.

El pasado Domingo, salíamos de la Navidad, fijando  nuestros ojos en Jesucristo que iniciaba su Vida Pública. A lo largo de esta semana, hemos venido escuchando sus primeras palabras, contemplando la elección de sus primeros discípulos; sus primeros milagros; sus primeros gestos y formas de vida… Juan el Bautista es muy consciente de la misión que Dios le ha encomendado: Preparar el camino al Señor y señalarle presente entre los hombres de modo que todos pudieran conocerle y seguirle.

En el Evangelio  de hoy contemplamos cómo presenta a Jesu-cristo a dos de sus discípulos. Y de aquella presentación, surge en ellos el deseo de conocer-le: “Rabí, ¿dónde vives?” Y Jesús les invita a su casa: “Venid y lo veréis”. Y se pasan aquel día con Él. No ha trascendido nada de lo que vieron o hablaron aquella tarde, pero muy importante tuvo que ser cuando salen comunicando a los demás: “¡Hemos encontrado al Mesías!” Y anotan la hora: “Serían las cuatro de la tarde”. Es la hora del encuentro, del descubrimiento de Jesucristo, una hora, un lugar, unas personas, unas circunstancias que no se olvidarán nunca. Que marcan en nuestra existencia un antes y un después. Y a eso nos invita el Señor este Domingo: A un encuentro con Él, a avivar nuestra fe, a avanzar en nuestro seguimiento, a renovar “el amor primero” (Ap 2, 4).  Hoy constatamos la importancia que tienen en nuestra vida las mediaciones humanas, para encontrar al Señor, escuchar su voz, descubrir su voluntad…

Lo contemplamos en Juan, el Bautista, y también en el sacer-dote Elí que le dice a Samuel: “Anda, acuéstate; y, si te llama alguien, responde: “Habla, Señor, que tu siervo te escucha” (1ª Lect.) De este modo aquel muchacho puede encontrarse con el Señor y conocer su voluntad. También lo contemplamos en Andrés que encuentra a su hermano Simón y le dice: “Hemos encontrado al Mesías”. Y lo llevó a Jesús… Y, normalmente, más tarde o más temprano, surge en nuestra vida algún Juan, algún Elí o algún Andrés.., que nos lleva al Señor.

También Jesucristo nos llama este Domingo a seguir aquel ejemplo y a invitar a los hermanos a su encuentro, a su descubrimiento. Para que se formen muchos enlaces entre unos y otros, como los de este texto y sus versículos siguientes que vayan multiplicando los encuentros con el Señor. Más todavía. Es urgente hacerlo… A esto nos llama, en definitiva,  la Nueva Evangelización…  O también, el Plan Diocesano de Pastoral: “Discípulos y Misioneros, aquí y ahora”. ¿Y qué podemos hacer en la vida más provechoso que eso?

Se ha dicho que anunciar a Jesucristo a un hermano es el favor más grande que podemos hacerle. Todos vemos con gozo cómo se van multiplicando, en diversos lugares, los retiros, los ejercicios espirituales, las catequesis de adultos, los cauces de formación espiritual, los grupos de oración y tantos otros medios que buscan esa finalidad. Y, de ese primer encuentro, se va orientando y modelando nuestra vida de acuerdo con los “valores del Reino”. En la segunda lectura, por ejemplo, escuchamos cómo S. Pablo presenta a los corintios, el criterio cristiano sobre la sexualidad humana.

Lo fundamental, está, en definitiva, en aquella expresión del Libro de los Salmos: “Ojalá escuchéis hoy su voz: no endurezcáis el corazón”.(Sal. 95, 7-8).

 ¡Feliz Día del Señor! 

 


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Domingo, 15 de enero de 2012

Mensaje de los obispos de la Comisión Episcopal para las Relaciones Internacionales de la Conferencia Episcopal Española con motivo de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos  que se celebrará del 18-25 de enero 2012

1. Los materiales parala Semana de la Unidad

Los materiales de este año parala Semanade Oración por al Unidad de los Cristianos han sido preparados por un grupo ecuménico polaco teniendo muy presente la historia civil y religiosa de su país. Polonia ha experimentado a lo largo de los siglos muchas derrotas y victorias: ha sido divida y anexionada en distintas ocasiones por potencias extranjeras y a veces ha sido hecha desparecer por completo del mapa de Europa; gran parte de su población ha tenido que emigrar, lo que ha causado cambios muy significativos en la distribución de la población, también en lo que se refiere a la religión; experimentó el ateismo materialista estatal de los países que cayeron bajo la influencia de la antigua Unión Soviética después de la segunda Guerra Mundial; en ella surgió un potente movimiento social y sindical que fue decisivo en la caída del muro de Berlín; ha sido la tierra natal de Juan Pablo II con todo lo que ha significado su pontificado para el mundo, Europa,la Iglesiay el compromiso ecuménico… Todo esto ha llevado al grupo ecuménico que ha preparado los materiales de este año a interrogarse sobre el significado de ‘victoria’ y ‘derrota’ a la luz de la fe. La reflexión sobre estos conceptos tiene una gran actualidad en nuestro mundo, y también, de manera especial en nuestra Iglesia en España, pues nos obliga a ir hasta el fondo en la cuestión de en dónde y en quién ponemos nuestra esperanza. El texto bíblico que se ha tomado como referencia se encuentra en el capítulo quince de la primera Carta del apóstol Pablo a los Corintios en el que se habla de la resurrección de Cristo y sus efectos.

El apóstol nos exhorta a dar gracias a Dios que “por medio de nuestro Señor Jesucristo nos concede la victoria” (1Co 15, 57). No es una victoria fruto de nuestro esfuerzo humano, ni una victoria según los criterios mundanos de éxito y fracaso, sino una victoria conseguida por Jesús a través del misterio pascual y en la que participamos por la fe. Al hacer nuestra la victoria del Señor nos vamos transformando y configurando a Cristo, nosotros y nuestras Iglesias y comunidades eclesiales, y vamos caminando hacia la unidad de todos los que creemos en la victoria del Señor, según los criterios y los tiempos de Dios y no según los nuestros. Este esfuerzo ecuménico requiere paciencia, servicio, disponibilidad a abandonar algunas formas eclesiales que acaso nos sean familiares pero no se corresponden adecuadamente al significado verdadero y lleno de la experiencia cristiana, superar el deseo de competir entre nosotros, etc. Por eso es importante escuchar la recomendación de san Pablo: “Por tanto, hermanos míos muy queridos, manteneos firmes y constantes; destacad constantemente en la tarea cristiana, seguros de que el Señor no permitirá que sea estéril vuestro afán” (1Co 15, 58).

Para los distintos días del Octavario se proponen temas para la meditación y la oración relacionados con el concepto de victoria visto a la luz de la fe y del misterio pascual. Así, se reflexiona sobre la espera paciente del Señor, Jesús como siervo doliente, la victoria sobre el mal, la paz que trae el Resucitado, el amor fiel de Dios, el buen Pastor y el Reino de Cristo.

Los obispos dela Comisión Episcopalpara las Relaciones Interconfesionales dela Conferencia EpiscopalEspañola, que tiene también encomendados los temas relativos al ecumenismo y la unidad de los cristianos, consideramos que es un material muy apropiado y útil no sólo para ser utilizado durantela Semanade Oración porla Unidad, sino que también podría ser utilizado en otras ocasiones a lo largo del resto del año, y exhortamos a nuestros fieles y comunidades a aprovecharse de su riqueza. Promover la unidad de todos los bautizados nos incumbe a todos y saber ver este compromiso con los ojos de la fe y no según los criterios humanos de éxito y fracaso es fundamental. Este esfuerzo ecuménico también implica entrar en el dinamismo pascual de muerte y resurrección, configurándonos cada vez más a Cristo y dejándonos transformar por Él.

2. La Jornada Mundialdela Juventud

Del 13 al 21 de agosto se ha celebrado en Madridla Jornada Mundialdela Juventudpresidida por el Papa Benedicto XVI. Este acontecimiento, que el Papa mismo ha calificado como una “cascada de luz”,1 aunque implique directamente ala Iglesiacatólica, tiene importantes repercusiones ecuménicas e interreligiosas. El lema elegido parala Jornada, tomado dela Cartade san Pablo a los Colosenses, exhorta a la firmeza en la fe y a edificar nuestras vidas sobre Cristo: “Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe” (cf. Col 2, 7). El encuentro personal con Cristo, que constituye el centro  de la vida de todo cristiano, como también la firmeza en la fe, evitando todo relativismo y atajo simplista, son los pilares del diálogo ecuménico auténtico al que estamos llamados. En sus discursos, Benedicto XVI también subrayaba la importancia de la dimensión eclesial de la fe: “Pero permitidme también que os recuerde que seguir a Jesús en la fe es caminar con Él en la comunión dela Iglesia. Nose puede seguir a Jesús en solitario. Quien cede a la tentación de ir ‘por su cuenta’ o de vivir la fe según la mentalidad individualista, que predomina en la sociedad, corre el riesgo de no encontrar nunca a Jesucristo, o de acabar siguiendo una imagen falsa de Él… Os pido, queridos amigos, que améis ala Iglesia, que os ha engendrado en la fe, que os ha permitido conocer mejor a Cristo, que os ha hecho descubrir la belleza de su amor.” Estas palabras del sucesor de Pedro nos invitan a no cejar en nuestro esfuerzo por la plena unidad visible dela Iglesiaquerida por Cristo. Si es verdad que el testimonio alegre de tantos jóvenes cristianos ha cautivado a muchos, ese testimonio sería mucho más eficaz si surgiera de una plena unión visible de todos los renacidos por el bautismo. Este hecho debe alentarnos a orar con más insistencia por la unidad de los cristianos que, como sabemos, es un don de Dios y no una conquista nuestra. Enla Jornada Mundialdela Juventudcelebrada en Madrid participaron jóvenes de otras confesiones cristianas y católicos de otros ritos, colaborando también en la realización de algunos de los actos, como el Vía Crucis. Este es otro aspecto del compromiso ecuménico que debemos alentar: la organización de acciones conjuntas de oración y de servicio a la humanidad. Como afirmaba el Cardenal-Arzobispo de Madrid y Presidente dela Conferencia EpiscopalEspañola en su discurso inaugural dela XCVII AsambleaPlenaria de los obispos españoles: “No podemos desperdiciar la gracia tan singular dela JMJde Madrid, a la que el Papa ha calificado como ‘una estupenda manifestación de fe para España y, ante todo, para el mundo’. Hemos de recoger sus frutos y hemos de aprovechar el impulso apostólico que de ella se deriva para proseguir con decisión y confianza la tarea de la nueva evangelización en todos los campos, pero en especial, en la pastoral juvenil”.2 

3. Viaje apostólico a Alemania

Del peligro de “adulterar la fe cediendo a la presión de la secularización”, de la ayuda mutua que nos debemos dar los creyentes en Cristo para evitar esto, y de lo que constituye lo esencial de la tarea ecuménica, ha hablado también el Papa Benedicto XVI en su viaje apostólico a su tierra natal, en septiembre de este año. En el histórico encuentro con los representantes del Consejo de “la Iglesia Evangélicaen Alemania” enla Sala Capitulardel antiguo convento agustino de Erfurt, donde vivió y estudió Lutero, el Papa señaló: 

Lo más necesario para el ecumenismo es sobre todo que, presionados por la secularización, no perdamos casi inadvertidamente las grandes cosas que tenemos en común, aquellas que de por sí nos hacen cristianos y que tenemos como don y tarea. Fue un error de la edad confesional haber visto mayormente aquello que nos separa, y no haber percibido en modo esencial lo que tenemos en común en las grandes pautas dela Sagrada Escrituray en las profesiones de fe de cristianismo antiguo. Éste ha sido para mí el gran progreso ecuménico de los últimos decenios: nos dimos cuenta de esta comunión y, en el orar y cantar juntos, en la tarea común por el ethos cristiano ante el mundo, en el testimonio común del Dios de Jesucristo en este mundo, reconocemos esta comunión como nuestro común fundamento imperecedero.…

¿Acaso es necesario ceder a la presión de la secularización, llegar a ser modernos adulterando la fe? Naturalmente, la fe tiene que ser nuevamente pensada y, sobre todo, vivida, hoy de modo nuevo, para que se convierta en algo que pertenece al presente. Ahora bien, a ello no ayuda su adulteración, sino vivirla íntegramente en nuestro hoy. Esta es una tarea ecuménica central. En ella debemos ayudarnos mutuamente, a creer cada vez más viva y profundamente. No serán las tácticas las que nos salven, las que salven el cristianismo, sino una fe pensada y vivida de un modo nuevo, mediante la cual Cristo, y con Él, el Dios viviente, entre en nuestro mundo.3 

En este mismo viaje apostólico, Benedicto XVI se encontró también con representantes de las Iglesias Ortodoxas, a los que señaló que “la Ortodoxiaes la más cercana teológicamente a nosotros; católicos y ortodoxos han conservado la misma estructura dela Iglesiade los orígenes; en este sentido, todos nosotros somos ‘Iglesia de los orígenes’ que, no obstante, sigue siendo presente y nueva. Por eso nos atrevemos a esperar que no esté muy lejano el día en que podamos celebrar de nuevo juntosla Eucaristía, aunque desde el punto de vista humano surjan repetidamente dificultades”.4 Una de estas dificultades se halla, evidentemente, en la cuestión del Primado de Pedro, y Benedicto XVI comentó en ese mismo encuentro que para solventarla podría ser útil la distinción entre la naturaleza del Primado y la forma de ejercerlo que fue propuesta por Juan Pablo II en la encíclica Ut unum sint.

En Alemania, el Papa también se encontró con representantes de las comunidades judía y musulmana. A ellos, igual que había hecho con los cristianos separados, les exhortó a trabajar juntos por la promoción y la defensa de la vida humana y de la familia fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer.

4. Jornada de reflexión, diálogo y oración por la paz y la justicia en el mundo

El 27 de octubre de 2011, en el 25 aniversario de la primera Jornada Mundial de Oración porla Pazconvocada por el Beato Juan Pablo II, Benedicto XVI ha querido volverse a reunir en Asís con representantes de otras Iglesias y comunidades cristianas y de diversas religiones para una “Jornada de reflexión, diálogo y oración por la paz y la justicia en el mundo”. El lema elegido era “Peregrinos de la verdad, peregrinos de la paz”. En su importante discurso enla Basílicade Santa María de los Ángeles, delante de la pequeña Iglesia dela Porciúncula, corazón del franciscanismo, el Papa habló de la incompatibilidad entre religiosidad auténtica y violencia, reconociendo los errores que los miembros dela Iglesiahan podido cometer y han cometido en el pasado: 

A partir dela Ilustración, la crítica de la religión ha sostenido reiteradamente que la religión era causa de violencia, y con eso ha fomentado la hostilidad contra las religiones. En este punto, que la religión motive de hecho la violencia es algo que, como personas religiosas, nos debe preocupar profundamente. De una forma más sutil, pero siempre cruel, vemos la religión como causa de violencia también allí donde se practica la violencia por parte de defensores de una religión contra los otros. Los representantes de las religiones reunidos en Asís en 1986 quisieron decir —y nosotros lo repetimos con vigor y gran firmeza—, que esta no es la verdadera naturaleza de la religión. Es más bien su deformación y contribuye a su destrucción…. Aquí se coloca una tarea fundamental del diálogo interreligioso, una tarea que se ha de subrayar de nuevo en este encuentro. A este punto, quisiera decir como cristiano: Sí, también en nombre de la fe cristiana se ha recurrido a la violencia en la historia. Lo reconocemos llenos de vergüenza. Pero es absolutamente claro que éste ha sido un uso abusivo de la fe cristiana, en claro contraste con su verdadera naturaleza. El Dios en que nosotros los cristianos creemos es el Creador y Padre de todos los hombres, por el cual todos son entre sí hermanos y hermanas y forman una única familia.La Cruzde Cristo es para nosotros el signo del Dios que, en el puesto de la violencia, pone el sufrir con el otro y el amar con el otro. Su nombre es «Dios del amor y de la paz» (2 Co 13,11). Es tarea de todos los que tienen alguna responsabilidad de la fe cristiana el purificar constantemente la religión de los cristianos partiendo de su centro interior, para que —no obstante la debilidad del hombre— sea realmente instrumento de la paz de Dios en el mundo.5 

5. Reciente recrudecimiento de la persecución contra los cristianos en diversos lugares

Todavía muy recientemente, en estas mismas Navidades − el mismo día de Nochebuena −, hemos vivido los atentados contra Iglesias cristianas en Nigeria, con muchas pérdidas de vidas humanas (al menos cuarenta muertos y decenas de heridos), así como el ataque, poco antes de Navidades, a una Iglesia en el estado de Kerala, enla India, donde los cristianos, cuya comunidad tiene una antigüedad de casi veinte siglos, constituyen el 20 por ciento de la población, y están perfectamente integrados en la vida social y cultural del país. Igualmente hay que mencionar el martirio de la cristiana Mariah Manisah, de dieciocho años de edad, ocurrido el 27 de noviembre pasado en la diócesis de Faisalabad, en el estado del Punjab, también enla India, por negarse a un matrimonio forzado con un joven musulmán, y a la inexorable conversión al Islam vinculada a ese matrimonio.

Estos hechos no son más que los últimos de un desgraciado rosario de atentados contra personas y lugares de culto cristianos. Lo cierto es que el setenta y cinco por ciento de las víctimas del odio religioso en el mundo son cristianos. Los atentados de Nigeria han recibido una condena generalizada, empezando por el Presidente nigeriano Goodluck Jonathan, pero, en general, la mayoría de estos hechos  se silencian o pasan de puntillas por los medios de comunicación y en los organismos internacionales.

La posición dela Iglesiaante estos hechos está bien expresada por Mons. John Olorufemi, Obispo de Abuya, en Nigeria. Decía en una entrevista a Radio Vaticana al día siguiente de los atentados: “la Iglesiacatólica yla Conferencia Episcopalsiempre (...) hemos hecho mucho para animar y promover una vida de armonía y de respeto recíproco con la comunidad musulmana. Debemos tratar, como sea, de seguir creyendo que, a pesar de episodios como estos, vale la pena proseguir en la vía del diálogo y de la reconciliación. La inmensa mayoría de los nigerianos (musulmanes y cristianos) quiere vivir en paz, juntos. Queremos hacer ver que entre las víctimas de estos atentados también había musulmanes. Fuimos al hospital para visitar a los heridos graves. Hablé y oré con dos musulmanes”. Y también: “Desde ayer tengo en mentela Palabrade Jesús ‘no hay que temer a los que matan el cuerpo y que no pueden matar el espíritu’. No debemos temer a esta gente. No debemos dejar que maten nuestro espíritu: el espíritu de la convivencia, el espíritu de vivir juntos con los demás, el espíritu de respetarnos los unos a los otros. Hay un enorme peligro, que con este tipo de gestos se cree tensión y odio recíproco entre los cristianos y los musulmanes. Y esto sería una tragedia todavía peor. Nos han consolado mucho las palabras del Santo Padre, que ha rezado por nuestra gente. Esperamos que con las oraciones del Papa y con la ayuda de la comunidad católica volvamos a encontrar la vía de la paz”.

Estas manifestaciones de cristofobia no tienen, obviamente, relación directa con la unidad de los cristianos. Pero sí que son un reclamo que hace mucho más urgente el testimonio de nuestra unidad y de nuestra solidaridad con nuestros hermanos cristianos, sean de la confesión y de la nación que sean. El verdadero motivo para la unidad, sin embargo, no nace de unas circunstancias históricas que la hacen más “útil” o más conveniente. Nace de la voluntad de Dios y de la oración de Cristo, que pidió al Padre nuestra unidad “para que el mundo crea” (Jn 17, 21). Esa voluntad de Dios corresponde, además, perfectamente con el deseo de unidad que llevamos inscrito en el corazón, unidad de la quela Iglesiaes, en Cristo, signo e instrumento eficaz (cf. Lumen gentium, 1). 

6. La tarea ecuménica en España yla Nueva Evangelización

A la luz de estas intervenciones recientes del Santo Padre, de lo que ha significado parala Iglesiaque peregrina en Españala Jornada Mundialdela Juventudy los frutos que está llamada a dar, de la situación de los cristianos en algunos países y de los temas que se proponen parala Semanade Oración porla Unidadde los Cristianos de este año, los obispos dela Comisiónde Relaciones Interconfesionales dela Conferencia EpiscopalEspañola queremos alentar a los católicos a orar con fuerza, perseverancia y confianza, por la plena unidad visible de todos los cristianos. Unidad que es querida por Cristo y pedida por Él al Padre, que es un don, pero también una tarea de todos los bautizados y renacidos por el agua y el Espíritu. El camino hacia la unidad pasa por vivir intensamente y coherentemente la propia fe, sin adulterarla, ni ceder a las presiones del secularismo. Pasa por no avergonzarse de dar testimonio

público de ella. Pasa por comprometerse con los demás cristianos, los creyentes de otras religiones y los hombres de buena voluntad por la justicia y la paz en el mundo, por la defensa y promoción de la vida humana y de la familia fundada en la unión estable y abierta a la vida de un hombre y una mujer. Pasa, en definitiva, por una conversión real y profunda, por una configuración cada vez más plena a Cristo muerto y resucitado, haciendo nuestra por la fe su victoria sobre el pecado y la muerte y manifestándola a través de nuestras obras. La nueva evangelización a la que se nos convoca pide también de todos nosotros un mayor esfuerzo ecuménico para que nuestro testimonio cristiano sea más creíble. ¡Pidamos al Señor quela Semanade Oración porla Unidadde los Cristianos de este año nos ayude a todos a crecer en nuestra vida cristiana y en nuestra tarea ecuménica, de modo que las personas a las que somos llamados a evangelizar con nuevo ímpetu ‘crean en el Padre y en el Hijo que ha enviado y tengan así vida eterna’ (cf. Jn 17, 3)!

Los obispos de la Comisión Episcopalde Relaciones Interconfesionales 

1 BENEDICTO XVI, Audiencia general del miércoles 24 de agosto 2011, en Ecclesia 3.586/87 (3 y 10-IX-2011) p. 14; y en BENEDICTO XVI, Discursos enla Jornada Mundialdela Juventuden Madrid, edición preparada por Jesús de las Heras Muela, BAC, Madrid 2011, p. 133.
2 ANTONIO MARÍA ROUCO VARELA, Discurso inaugural dela XCVIII AsambleaPlenaria, 21 de noviembre 2011, Madrid, Edice, p. 18.
3 BENEDICTO XVI, Encuentro con los representantes del consejo dela Iglesia Evangélicaen Alemania, antiguo convento agustiniano de Erfurt, Viernes 23 de septiembre 2011, en Ecclesia 3.591 (8-X-2011) p. 19.
4 BENEDICTO XVI, Encuentro con representantes de las Iglesias ortodoxas y ortodoxas orientales, Discurso del Santo Padre, Hörsaal del Seminario de Friburgo de Brisgovia, Sábado 24 de septiembre de 2011, en Ecclesia 3.591 (8-X-2011) p. 26.
5 BENEDICTO XVI, Jornada de reflexión, diálogo y oración por la paz y la justicia en el mundo:"Peregrinos de la verdad, Peregrinos de la paz", Intervención del Santo Padre, Asís, Basílica de Santa María de los Ángeles, Jueves 27 de octubre de 2011, en Ecclesia 3.596 (12-XI-2011) p. 27.


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El Delegado Diocesano de Relaciones Interconfesionales de la diócesis de Tenerife envía carta con los materiales presentando la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos 2012.

DELEGACIÓN DIOCESANA
DE RELACIONES INTERCONFESIONALES

Queridos hermanos y hermanas: 

"Seremos glorificados por la victoria de Nuestro Señor Jesucristo" es el lema elegido en este año, por el Comité local de Polonia, parala Semanade Oración porla Unidadde los Cristianos. Un lema que nos hace levantar la mirada hacia nuestra meta definitiva, pero también afianzar nuestros pasos en el momento actual, sabiendo que seremos lo que somos, actuando en nosotros la gracia de Cristo nuestro Salvador. 

Esa misma actitud es la que debemos tener en nuestro trabajo, sencillo y humilde en pro de la unidad de todos los que hemos sido bautizados en una misma fe: orar, ofrecer nuestros sacrificios por esta causa, acoger a los otros cristianos con sumo respeto y caridad, apreciar los dones de gracia y de vida que hay en otras confesiones cristianas, preocuparnos por conocer cómo viven , predican, y qué dificultades tienen para vivir su fe otros hermanos cristianos, 

Les invitamos a orar, especialmente en esta Semana de Oración porla Unidadde los Cristianos 2012, pero también durante todo el presente año con los materiales que les enviamos con tanto esfuerzo. Materiales a los que ustedes también pueden acceder a través de las páginas oficiales dela Conferencia EpiscopalEspañola y del Vaticano.

En nuestra Diócesis tendremos la Celebración Ecuménicael próximo día 19 de Enero a las 19 horas en la iglesia de San Francisco del Puerto dela Cruz, presidida por nuestro Obispo Don Bernardo Álvarez Afonso. Les esperamos. 

Pedimos disculpas en el retraso del envío de los materiales, pero nos han llegado desde Madrid, donde fueron entregados el 26 de diciembre, el día 9 de enero. Esperamos que les lleguen lo antes posible. 

Un abrazo cordial en nombre de esta Delegación. Los Realejos 10 de Enero de 2012. 

Marcos Antonio García Luis
Delegado Diocesano de Relaciones Interconfesionales e interreligiosas


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Lema y cartel de la Jornada de la I)nfancia Misionera 2012, publicados en la revista ILUMINARE - Nº 384 ENERO 2012, recibida en la parroquia con los materiales para su celebración el 22 de Enero.

LEMA

“Con los niños de América...

Es la cuarta etapa del recorrido que están haciendo los niños de Infancia Misionera por los cinco continentes. Es el turno de América. Un continente más cercano para los niños de España, por la proximidad de tantos niños americanos que, por efecto de la emigración, se encuentran en nuestro país. En estos años han vivido la triple experiencia de “buscar”, “encontrar” y “seguir” a Jesús. Ahora... 

... hablamos de Jesús”

Quienes han tenido la gracia de encontrar y seguir a Jesús han vivido una experiencia irrepetible. Es la condición del discípulo, que, una vez ha visto al Señor, se lo dice a los demás. Comunica lo que ha visto y oído. Así lo hicieron los apóstoles, que tuvieron la dicha de convivir con Él. Es la razón por la que un misionero sale de su tierra para decir a otros lo que le ha pasado con Jesús. El niño de Infancia Misionera es “misionero” porque cuenta a otros su amistad con Jesús. 

CARTEL

Infancia Misionera usa el color rojo para referirse a América. Este color evoca valores humanos y sumamente educativos, como el amor, la entrega, la pasión, la vitalidad, la acción..., y en el ámbito cristiano recuerda la fuerza del Espíritu, que vino sobre los apóstoles el día de Pentecostés. El rojo del cartel es aún más fuerte por la luz que nace del sol poniente en el horizonte. Esla Luz de Dios, que ilumina la existencia. 

Varios grupos de niños en distintas situaciones Sus rostros reflejan las diversas etnias que conviven en el continente americano. Desde la Patagonia hasta Alaska. Todos mezclados, sin acepción de personas. Están hablando de Jesús, con la oración, con la escucha de su Palabra, con el ejercicio de la caridad. Entre ellos, los misioneros, que les acompañan en esta experiencia de fe.


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S?bado, 14 de enero de 2012

Guión litúrgico para la Jornada de la Infancia Misionera 2012, publicado en la revista ILUMINARE - Nº 384 ENERO 2012, recibia en la parroquia con los materiales para su celebración el 22 de Enero.

Guión Litúrgico par la Eucaristía

MONICIÓN DE ENTRADA

 Sed todos bienvenidos a la celebración dela Eucaristía. Esdomingo y es el día del Señor.
Los cristianos nos reunimos en comunidad para escucharla Palabrade Dios y para fortalecernos con el pan dela Eucaristía. Hoyla Palabranos invita a la conversión para poder entrar en el Reino de Dios. Él nos sigue llamando a cada uno de nosotros para colaborar en su misión, pero aceptar la invitación y seguirle depende de uno mismo.

Nuestra Eucaristía de hoy tiene un toque especial: esla Jornadadela Infancia Misionera, que este año la celebra con el lema “Con los niños de América… hablamos de Jesús”. Son los más pequeños los que con alegría anuncian que “los niños ayudan a los niños”. Ellos, con su sonrisa y sus ganas de crecer, quieren mejorar el mundo. Los niños, al igual que los mayores, tenemos una misión: hablar de Jesús y construir el Reino de Dios.

ACTO PENITENCIAL 

Y para poder celebrar con dignidadla Eucaristía, comenzamos reconociendo que muchas veces no seguimos los pasos de Jesús y que nos cuesta responder a su amistad. Pedimos perdón por nuestros pecados:

Por las veces que nos creemos más que Dios, los mejores y que no necesitamos de un cambio de corazón. Señor, ten piedad.

Por las veces que escuchamos las voces del egoísmo, pero no la voz de Dios, que nos invita a seguirle. Cristo, ten piedad.

Por las veces que desaprovechamos el tiempo y no lo utilizamos para ayudar a los demás o para crecer como cristianos. Señor, ten piedad. 

SUGERENCIAS PARALA HOMILÍA 

· Hoy la Palabra nos invita a reflexionar sobre la llamada. Siempre la iniciativa parte de Jesús. Él llama a los que quiere. Ser discípulo es seguir a Jesús, estar con Él y compartir su estilo de vida. Y Jesús no llama de forma aislada, sino en grupo, en comunidad. Llama a muchos para hacer creíble la fraternidad. Una fraternidad que se hace real cuando nos sentimos hermanos unos de otros, sin diferencias de edad, raza, condición social…

La llamada está orientada a la misión. Es la invitación de Jesús a anunciarla Buena Noticiadel Evangelio, a comunicar a todos que es bueno creer, que merece la pena conocer a Jesús y aceptarlo como amigo. Responder “sí” a Jesús es darse completamente y poner todo lo que uno es y sabe hacer al servicio del Reino de Dios.

· Este año la Infancia Misioneratiene el lema “Con los niños de América... hablamos de Jesús”. La misión es anunciar, contar a todos lo grande que es Jesús. Y hacerlo junto a otros, no hacerlo solos. Para poder hablar de Jesús, lo primero es convertirnos a su Palabra, estar con Él y tenerlo siempre presente en el corazón. Luego hablamos con las palabras, con las acciones y con el testimonio de otros, como los misioneros, que, con su ejemplo, nos muestran a Jesús. De muchas maneras podemos hacer que Jesús y su mensaje sea más conocido: siendo nosotros misioneros y ayudando a otros misioneros que están en países lejanos a dar a conocer a Jesús. Y lo hacemos por medio de la oración, del donativo generoso y de los pequeños sacrificios por hacer un mundo mejor. 

ORACIÓN DE LOS FIELES 

· Por la Iglesia extendida por toda la Tierra, para que enseñe cómo nos podemos encontrar con Jesús y nos ayude a caminar en el seguimiento de su Palabra. Oremos.

· Por los misioneros y misioneras, para que el amor a Dios y al prójimo sea su fuerza en su tarea. Oremos.

· Por los niños que tienen hambre o enfermedad. Por los que sufren violencia o son víctimas de explotación. Por los que carecen de escuela y lugares donde se les anunciela Palabrade Dios. Para que su sufrimiento no sea olvidado.  Oremos.

· Por los niños de Infancia Misionera, para que no se cansen de ayudar a otros niños. Para que crezcan en valores cristianos y así puedan dar frutos de buenas obras. Oremos.

· Por nosotros, para que, escuchandola Palabray celebrandola Eucaristía, seamos cada día más y mejores misioneros de Evangelio de Jesús. Oremos. 

MONICIÓN PARA LA COLECTA

Ha llegado el momento del compartir. Los niños ayudan a otros niños, pero, para que la fuerza de su generosidad se multiplique, necesita la ayuda de los mayores. Nuestra aportación parala Infancia Misioneraayudará a que niños puedan comer y no morir desnutridos; ayudaremos también a crear centros donde acoger a niños abandonados o huérfanos. Además, juntos y con nuestra aportación, miles de niños podrán tener escuelas, hospitales donde atender sus enfermedades y lugares donde poder conocer a Jesús. Hoy es momento de hacer realidad el lema dela Infancia Misionera: “Los niños ayudan a los niños”. 

OFERTORIO 

MARCAPÁGINAS DE LA INFANCIA MISIONERA

Estos marcapáginas con los rostros de niños americanos representan nuestro deseo de hablar de Jesús en casa, en el colegio y con los amigos. Queremos ser pequeños misioneros y ofrecemos al Señor nuestro compromiso de serlo.

HUCHAS DEL COMPARTIR

Estas huchas dela Infancia Misionerason signo de nuestro compartir generoso. Sabemos que muchos pocos suman un mucho. Así lo hizo el niño del Evangelio que entregó los cinco panes y los dos peces. Después Jesús hizo el milagro.

PAN Y VINO

El pan y el vino son signo del trabajo y la dedicación de las personas. Que el Señor transforme nuestro esfuerzo en Pan de vida y en Bebida de salvación para todas las personas del mundo.

ACCIÓN DE GRACIAS

Querido Padre: sabemos que nos amas infinitamente y por eso has querido que Jesús se quedara con nosotros enla Eucaristía. Tepedimos que todos los niños puedan abrir sus ojos y sus oídos a tu Palabra. Gracias, porque nos ayudas a construir un mundo nuevo, donde todos nos queramos como hermanos. Gracias por los niños de Asia, que buscan a Jesús; por los niños que viven en África y encuentran a Jesús en los más pequeños; por todos los niños que siguen a Jesús en Oceanía, y por todos los niños que hablan de Jesús en América. Gracias, Señor, porque con los niños de Europa acogemos a todos como Jesús.
Gracias, Señor, porque eres incomparable. 

Dirección diocesana de OMP, Albacete


Publicado por verdenaranja @ 23:14  | Liturgia
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Servicio Teológico-Pastoral del lema "Con los Niños de América... hablamos de Jesús" de la Jornada de la Infancia Misionera 2012, publicado en la revista ILUMINARE - nº 384 ENERO 2012, recibida en la parroquia con los materiales para su celebración el 22 de Enero.

CON LOS NIÑOS DE AMÉRICA...
HABLAMOS DE JESÚS

Por Juan Martínez Sáez, fmvd
Colaborador de OMP

América es un continente que habla de Jesús. Desde el inicio de su evangelización, hace más de quinientos años, la fe en Cristo se ha extendido por todas sus tierras, llegando el anuncio del Evangelio prácticamente hasta los últimos rincones, y desde allí se ha propagado a otros lugares. Este hecho nos habla de lo importante que es el impulso misionero en este continente, en el que ha jugado un papel esencial María, principalmente bajo la advocación de Nuestra Señora de Guadalupe.

En cuanto a la evangelización, además, muchos misioneros y misioneras españoles han dejado y dejan su vida en América para seguir colaborando en la extensión y consolidación del Evangelio. Los lazos de hermandad entre los pueblos de España y de América son muy estrechos y esto hace que desde los inicios de la evangelización del continente hasta nuestros días el envío de misioneros desde España a América haya sido muy intenso. Hoy en día el proceso se da también en el sentido de la llegada de religiosas y sacerdotes americanos a nuestro país, los cuales, con la vitalidad de su fe, ayudan a nuestra Iglesia a renovarse.

Aunque el dinamismo de estas Iglesias en América se manifiesta en el envío de misioneros y misioneras por todo el mundo, menos conocida y más extendida es la labor que muchos niños dela Infancia Misionerarealizan para formarse en la fe y crecer en el espíritu misionero.La Infancia Misioneraen América tiene una gran aceptación y vitalidad, y la labor que realiza con los niños es verdaderamente admirable.

1. Difundir la luz del Evangelio

La historia de la evangelización en América visibiliza claramente una realidad fundamental de la fe cristiana: la luz del Evangelio se enciende en nosotros para que conozcamos a Dios y también para que le demos a conocer: “Nadie que ha encendido una lámpara la tapa con una vasija o la mete debajo de la cama, sino que la pone en un candelero para que los que entren vean la luz” (Lc 8,16). Las palabras de Jesús son muy claras; nos hablan de encender una lámpara, un hecho que no depende de la lámpara, sino del deseo del dueño de la casa de que haya luz. Aplicado a la vida de fe, manifiesta de forma evidente que la fe es un don que recibimos de forma inmerecida, no depende de nuestros méritos. Tampoco importa mucho la forma, el diseño o el tamaño de la lámpara; lo que cuenta es que dé luz.

El hecho de recibir la fe nos hace testigos y colaboradores de la obra de la evangelización dela Iglesia. Noes algo que en su origen dependa de nuestra voluntad; recibimos la fe, y ella misma es una luz que desde nuestra vida se irradia a los demás. Por eso, también los niños, con sus potencialidades y a su manera, tienen la capacidad y la responsabilidad de difundir el Evangelio. Es más, con su inocencia y su sencillez, son testigos privilegiados del Reino y quienes más manifiestan la gratuidad de la gracia de Dios.

2. Comunicar es una necesidad

Comunicar nuestras emociones, sentimientos, experiencias, etc., es una necesidad que responde a una doble motivación. Por un lado, la experiencia humana demuestra que, cuando algo nos llena de alegría, surge el deseo de compartirlo con los demás. Jesús mismo lo dice en el Evangelio: “De lo que rebosa el corazón habla la boca” (Lc 6,45). En los niños se muestra de manera evidente esta realidad; su ingenuidad y falta de prejuicios les hace espontáneos a la hora de comunicar su vida interior.

Por otro lado, de la misma manera la historia dela Iglesiamuestra cómo la fe tiende a difundirse desde la experiencia cristiana de las personas que han conocido a Jesús; es imposible guardarse para uno mismo la fe, si es auténtica: “Creí, por eso hablé” (2 Cor 4,13). Si el Evangelio ha sido capaz de alcanzar hasta los más remotos confines dela Tierra, no ha sido como resultado de una planificación o de una campaña de publicidad, sino gracias a su fuerza expansiva en los corazones de las personas.

Los niños representan una gran potencial para la obra de evangelización dela Iglesia. Ellos, desde su experiencia de oración, catequesis, etc., avivan la fe de su familia, de sus colegios, de las parroquias... La libertad de los pequeños al vivir y comunicar su fe nos debe interpelar a todos los cristianos para hacernos sentir la necesidad de recuperar la sencillez de los niños; de esta manerala Iglesiase hará más capaz de afrontar los retos de la evangelización en este inicio del milenio. 

3. Anunciar a Cristo Salvador

En cualquier caso, la raíz más profunda del anuncio cristiano es la experiencia de salvación, del encuentro con Cristo que nos salva y nos redime. De esa experiencia nace la fe y la necesidad de comunicarla a los demás, para que ellos a su vez tengan el encuentro con Jesús. El Evangelio nos relata cómo Jesús curó a un ciego que al borde del camino pedía limosna y cómo, a pesar de la incomprensión de los discípulos, Jesús le concede lo que pide por su fe. El relato añade: “Recobró la vista y lo seguía, glorificando a Dios” (Lc 18,43). Y es que el empeño por el anuncio y la difusión de la fe es prueba de autenticidad de la misma. El encuentro con Cristo, el Salvador del mundo, transforma de tal manera la existencia que es imposible ocultar sus obras, callándolas. Jesús ha sido enviado para traer la salvación a todos los hombres, para anunciar el Evangelio a todos, para que vivamos como hijos de Dios. Por eso, la gracia que recibe cada uno es un don que beneficia a todos los demás; aquí reside la lógica del anuncio cristiano, la profunda solidaridad que existe entre todos los seres humanos, llamados a vivir en la gran familia de los hijos de Dios. 

4. Hablar de Cristo a los demás

Para ser testigos de Cristo, es necesario el testimonio, también con la palabra, de los cristianos, para que todos le conozcan, experimenten la salvación y lleguen a la fe. El testimonio de la vida es esencial para la credibilidad del anuncio, pero sin anuncio no se puede llegar a una fe explícita.La Iglesiatiene el deber de hablar de Cristo a los demás, porque “la fe viene del mensaje que se escucha y la escucha viene a través de la palabra de Cristo” (Rom 10,17).

El beato Juan Pablo II dirigió al continente americano una insistente llamada a la nueva evangelización, que repite el papa Benedicto XVI también. Y una parte fundamental de la nueva evangelización es que los cristianos recuperen el fervor, la confianza y la libertad de palabra (la parresía) que se manifiestan en la predicación de los apóstoles (cf. Hch 4,31; 9,27-28). 

5. El bautismo nos hace testigos y anunciadores

El anuncio y el testimonio de Cristo es un don que se recibe por la fe en el momento del bautismo; este hecho manifiesta claramente que no depende de nuestra decisión o de nuestra voluntad, porque no es una cuestión humana. En la celebración del sacramento del bautismo, dos ritos visibilizan esta realidad: la fe quela Iglesiatransmite a sus nuevos hijos y el proceso de maduración y crecimiento, como un proceso unitario que nos constituye en testigos de Cristo cada vez más comprometidos en la misión evangelizadora dela Iglesia.

“Recibid la luz de Cristo”. Del cirio pascual se enciende la vela que se entrega a los padres y padrinos. Ellos son los responsables de cuidar de la fe del niño para que crezca y se robustezca. Se visibilizan así las palabras de Jesús: “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Jn 8,12). En el bautismo se inicia un proceso que abarca toda la vida, que tiene que pasar por las vicisitudes del crecimiento y de la maduración. Esta     realidad se visibiliza en el rito siguiente: “Effetá (‘¡ábrete!’)” (Mc 7,34). La curación del muchacho sordomudo se aplica al crecimiento de la fe y de la vida espiritual: paulatinamente el niño aprenderá a escuchar por sí mismola Palabrade Dios, a formarse como cristiano en la catequesis y en la predicación y, a la vez, a profesar la fe, a orar con Dios y a testimoniar el Evangelio y proclamarlo. Así se cumple en cada cristiano lo que el Evangelio dice del mismo Jesús: “Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres” (Lc 2,52). 

6. Oración de Ecclesia in America

La exhortación apostólica Ecclesia in America termina con una oración en la que se agradece a Dios la historia de la evangelización en el continente y se pide por el futuro de la fe en aquellos lugares (n.76). Nos unimos a estas peticiones, teniendo muy presentes a los niños de América, para que el Señor les ayude en su camino de fe y sean discípulos y misioneros de Jesús en todo el mundo. 

Señor Jesucristo, te agradecemos
que el Evangelio del Amor del Padre,
con el que Tú viniste a salvar al mundo,
haya sido proclamado ampliamente en América
como don del Espíritu Santo
que hace florecer nuestra alegría.

Te damos gracias por la ofrenda de tu vida,
que nos entregaste amándonos hasta el extremo,
y nos hace hijos de Dios
y hermanos entre nosotros.

Aumenta, Señor, nuestra fe y amor a ti,
que estás presente
en tantos sagrarios del continente.

Concédenos ser fieles testigos de tu Resurrección
ante las nuevas generaciones de América,
para que conociéndote te sigan
y encuentren en ti su paz y su alegría.

Solo así podrán sentirse hermanos
de todos los hijos de Dios dispersos por el mundo.

[…] Enséñanos a amar a tu Madre, María,
como la amaste Tú.
Danos fuerza para anunciar con valentía tu Palabra
en la tarea de la nueva evangelización,
para corroborar la esperanza en el mundo.

¡Nuestra Señora de Guadalupe, Madre de América, ruega por nosotros! 


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Mensaje de Don Anastasio Gil García, director de OMP en España para la Infancia Misionera 2012, publicado en la revista ILUMINARE - Nº 384 ENERO 2012, recibida en la parroquia con los materiales para su celebración el 22 de Enero.

 Con los niños de América... hablamos de Jesús

DAR CON AMOR 

El obispo Forbin-Janson fue el iniciador de lo que más tarde se conocería como la Obra Pontificiade la Infancia Misionera.Pero su nacimiento fue muy sencillo. Él quiso incorporar a los niños en el compromiso misionero promovido por Paulina Jaricot años antes, en Lyon, con los adultos. Tuvo entonces esta gran intuición. Tal vez porque escuchó en su corazón y vio con los ojos de la fe el valor que Jesús daba a los niños. Estamos a finales del siglo XIX, y los niños, en esta época, apenas tenían importancia en sí mismos. Si eran valorados, lo eran por su proyecto de futuro. De alguna manera, los niños valían en tanto en cuanto se preparaban para ser mayores. [+ sobre Mons. Forbin-Janson y el carisma de Infancia Misionera]

El buen obispo, seducido por el compromiso misionero de Paulina Jaricot y urgido por las necesidades de evangelización en el continente asiático, miró a los niños y les propuso un reto: “Podéis ayudarme a salvar a los niños de China. Vosotros y yo, siendo niños como ellos, podemos lograr este objetivo”. “¿Cómo podemos hacerlo?”, le preguntaron. “Rezando un avemaría cada noche y ofreciendo por ellos una limosna”. Así de sencillo. De este modo, con el lema “Los niños ayudan a los niños”, comenzó la singladura de lo que, en sus primeros tiempos, se llamaría la Santa Infancia.Más tarde, el Papa Pío XI la asumiría como Obra Pontificia (3 de mayo de 1922). [+ sobre Infancia Misionera y sus orígenes]

De esta forma tan fácil, los niños se convierten en “pequeños misioneros”, como le gustaba decir al beato Juan Pablo II. Ellos son los protagonistas, no por concesión de los mayores, sino por ellos mismos. Esta es la razón honda y la propuesta educativa de Infancia Misionera: dar al niño el protagonismo que le corresponde por su propia identidad. Y esta integra la dimensión misionera por razón de su bautismo. El niño es en sí mismo lo que Dios quiere que seamos, sin ningún otro artificio o adherencias. Por eso Jesús afirma: “Quien no se hace como un niño no entrará en el reino de los cielos”. El niño escucha, contempla, pregunta, da... con amor. Ama y basta.

Así es el niño de Infancia Misionera. Reza con amor y entrega su ofrenda, fruto de esa oración. Lo importante no es la cantidad, sino el amor que acompaña esa donación. Así se descubre que la salvación del mundo no vendrá de la cantidad de dinero de las ofrendas, sino del amor con que estas se hacen. Así lo reconoce Benedicto XVI, cuando, en la fiesta dela Epifaníadel año 2007, decía que “los niños de la ‘Santa Infancia’ son valiosos colaboradores del Evangelio y apóstoles de la solidaridad cristiana con los más necesitados”. Y concluía con una propuesta: “Aliento a los educadores a cultivar en los niños el espíritu misionero, para que surjan entre ellos misioneros apasionados, testigos de la ternuras de Dios y anunciadores de su amor”. 

Dar con amor...

Los responsables de la animación misionera con niños iniciaron hace cuatro años un recorrido por los continentes del mundo, e invitaron a los niños de España a “salir de sus casas” para unirse a esta cadena de fraternidad. Primero se unieron a los niños de Asia y, junto con ellos, trataron de buscar a Jesús. Como a los Magos, una estrella les encaminó a un pueblecito del continente asiático. Al año siguiente se sumaron a esta aventura los niños de África, y encontraron a Jesús en Egipto, donde estaba oculto con María y José. Estos niños, asiáticos y africanos, invitaron a los lejanos niños de Oceanía a seguir a Jesús, porque habían descubierto que podían ser sus amigos.

En este largo recorrido se han ido incorporando pequeños de todas las razas, pueblos y naciones. Para los niños no hay fronteras, el amor las ha derribado. Son los niños de Infancia Misionera, que han entregado a su madre,la Iglesia, los cinco panes y los dos peces que mamá depositó en su mochila. Solo cuando Jesús vio el amor con que aquel niño entregaba lo que tenía, se conmovió e hizo que llegara a todos. El milagro comenzó en el corazón de aquel niño, no en los razonamientos “objetivos” de los discípulos. Este es el milagro de Infancia Misionera, que cada año financia tantos proyectos para que los misioneros y misioneras puedan atender las necesidades vitales de los niños del mundo. Estimulados por la generosidad del chaval de Infancia Misionera que rompe su hucha para entregar lo que tiene, o pide colaboración a otros para “llenar” la “Hucha del Compartir”, los mayores reparten sus bienes a los pobres, obedientes a la voz del Señor: “Dadles vosotros de comer”.

La contemplación de los niños de Infancia Misionera contagia a los demás por su alegría de vivir, por su sencillez y espontaneidad, y por su fe. Días antes de Navidad, salen por las calles y plazas de ciudades y pueblos, para sembrarlas de estrellas. Solo piden una sonrisa, nada más. Son los grandes sembradores de paz en los que debemos mirarnos los mayores y aprender a creer como ellos creen y a amar como ellos lo hacen.

Hablar de Jesús...

En el grupo ya hay niños asiáticos, africanos y de Oceanía. La invitación este año es para los de América. El recuerdo y la vivencia de haber buscado a Jesús, haberle encontrado y seguido, provoca el deseo de hablar de Él. Han encontrado el tesoro, y lo comentan con alegría y desparpajo. Quienes han tenido la gracia de encontrar y seguir a Jesús han vivido una experiencia irrepetible. Es la condición del discípulo, que, una vez ha visto al Señor, se lo dice a los demás. Comunica lo que ha visto y oído. Así lo hicieron los apóstoles, que tuvieron la dicha de convivir con Él. Es la razón por la que un misionero sale de su tierra para decir a otros lo que le ha pasado con Jesús. El niño de Infancia Misionera es “misionero” porque cuenta a otros su amistad con Jesús.

Así nacen los “pequeños grandes misioneros”. Se transforman, sin ser conscientes de serlo, en testigos del amor de Dios. Hablan de ese amor con su simplicidad, transparentando la riqueza insondable que anida en su corazón. Son portadores de la belleza de Dios. Los niños hablan de Él sin filtros ni tergiversaciones. Por eso, quien maltrata a un niño o mancilla su dignidad de persona merece toda la reprobación de Jesús.

La mirada limpia de un niño y su disponibilidad para servir e irradiar su alegría son expresiones del lenguaje de Dios, que habla a la humanidad. Infancia Misionera es una nueva oportunidad para acoger en nuestro corazón y en nuestra sociedad a los niños, no por ser un proyecto de futuro, sino porque en sí mismos son imagen de Dios. “El que recibe a un niño como este en mi nombre, a Mí me recibe” (Mt 18,5). Sin embargo, existen hoy muchos niños, millones de niños, que no solo no son acogidos, sino que son profundamente heridos por los adultos: “Abusos sexuales, instigación a la prostitución, al tráfico y uso de drogas, niños obligados a trabajar, enrolados para combatir, inocentes marcados para siempre por la disgregación familiar, niños pequeños víctimas del infame tráfico de órganos y personas” (Juan Pablo II, Mensaje parala Cuaresma2004). Esta situación es la que trata de corregir la actividad misionera dela Iglesia, previniendo en unos casos con la educación y la salud, curando en otros con el perdón y el amor.

Jornada de Infancia Misionera

De nuevo los obispos de España proponen la celebración dela Jornadade Infancia Misionera el cuarto domingo de enero. Para facilitar la participación de tantos grupos de niños misioneros que viven el compromiso de compartir la fe con otros niños, se han elaborado algunos materiales pastorales, educativos y lúdicos. Todos forman una unidad, al servicio de hacer realidad aquello de que “los niños ayudan a los niños”. Están a su disposición en servicios diocesanos misioneros. Materiales que solo son instrumentos para que los niños participen en las numerosas iniciativas misioneras que se promueven en las comunidades cristianas.

Sin embargo, este esfuerzo quedaría baldío si los adultos no nos implicamos y recorremos con ellos el mismo camino y con ellos también “hablamos de Jesús”, anunciandola Buena Noticia.El mejor ejemplo lo podemos encontrar enla Patronauniversal de las Misiones, santa Teresita del Niño Jesús, que a sus nueve años mostró su disponibilidad para servir a Dios amando a los demás, y poco después, a los catorce, concretó este deseo con la firme resolución de consagrarse a Dios. Bajo su protección ponemosla Jornadade Infancia Misionera que tendrá lugar en España el día 22 de enero de 2012. 


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Viernes, 13 de enero de 2012

Reflexión de monseñor Rubén Oscar Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús, en el programa radial Compartiendo el Evangelio (25 de diciembre de 2011) (AICA)

NATIVIDAD DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO            

 ¡Feliz noche buena! ¡Feliz Navidad!

¡Se nos ha dado un Niño, el Emanuel, el Mesías, el Hijo de Dios!

Vino la luz para que no sigamos más en tinieblas y para que vayamos, como los pastores, a reconocerlo y a adorarlo. Sólo a Dios se adora, y un pueblo que reconoce a Dios y lo adora, ha llegado a la plenitud y a la madurez. ¡Es muy importante adorar, no es una actitud de esclavitud sino de reconocimiento de la grandeza de Dios, de su bondad misericordiosa para con nosotros, su pueblo!

¡Feliz Navidad para todos ustedes! 

San Lucas 2,1-14 (ciclo B)

“En aquella época apareció un decreto del emperador Augusto, ordenando que se realizara un censo en todo el mundo. Este primer censo tuvo lugar cuando Quirino gobernabala Siria. Ycada uno iba a inscribirse a su ciudad de origen. José, que pertenecía a la familia de David, salió de Nazaret, ciudad de Galilea, y se dirigió a Belén de Judea, la ciudad de David, para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada. Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre; y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue. En esa región acampaban unos pastores, que vigilaban por turno sus rebaños durante la noche. De pronto, se les apareció el Ángel del Señor y la gloria del Señor los envolvió con su luz. Ellos sintieron un gran temor, pero el Ángel les dijo: "No teman, porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor. Y esto les servirá de señal: encontrarán a un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre". Y junto con el Ángel, apareció de pronto una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: "¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los hombres amados por él!”

¡Que el Niño Dios entre en nuestro pesebre y se quede para siempre!

¡Qué hermoso que es todo esto! Cómo era la pobreza, la indigencia, dela Sagrada Familia, dela Virgen, de San José, que no fueron recibidos. Sin embargo este Niño Dios nació en un pesebre, entre animales, donde había comida para animales, un lugar precario. ¡El Hijo de Dios nació allí!

Observemos esta señal: “¡el Hijo de Dios nació en un pobre pesebre!”, y que quede claro que aquí no hay ninguna otra cosa que pueda suplantarlo, ni los brillos humanos, ni los poderes de turno, ni lo económico, ni nada por el estilo. ¡Esa pobreza es capaz de recibir a Jesús, al Salvador, al Redentor!

¿Quiénes salen a su encuentro? Los humildes, que no son necesariamente los pobres sociológicamente hablando. A veces es cierto que el pobre puede estar más dispuesto y más disponible, a atender las necesidades de los demás, porque ya las pasó. Sin embargo, aquí estamos ante el reconocimiento de la fe, de la confianza ¡y van a adorarlo!

Allí se dan cuenta que, en Jesús, está el Mesías, el Salvador, el Señor, el Redentor y eso provoca una actitud de admiración ¡y de canto! El cantar es lo más propio que uno puede hacer para Dios, y ese canto -que es de agradecimiento, de alabanza-, también es anunciar la llegada de la paz; una paz para dársela a los demás.

¿No nos damos cuenta que las familias están destruidas?

¿No nos damos cuenta que la sociedad está destruida?

¿No nos damos cuenta que hay mucha violencia, muertes, que han roto la imaginación popular, del pueblo, de la sociedad, con tanta malicia, con tanta perversión y con tanta soltura?

¡Necesitamos volver a Dios, para alabarlo y adorarlo!

¡Necesitamos volver a tomar fuerzas para poder amar y vivir en paz!

Que la llegada del Niño Dios, en su pesebre, en su corazón, les renueve el amor; y ese amor lo comparta con los demás, para que pueda alcanzar la paz.

¡Feliz Navidad!

¡Feliz nacimiento del Redentor!

¡Que el Niño Dios entre en nuestro pesebre y se quede para siempre!

Les dejo esta bendición: en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 Mons. Rubén Oscar Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús 


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Homilía de monseñor José Luis Mollaghan, arzobispo de Rosario en la Nochebuena (Iglesia catedral, 24 de diciembre de 2011). (AICA)

NOCHEBUENA 2011             

Queridos hermanos:

     Hoy ha nacido  Jesús. La gracia de Dios, que es fuente de salvación para todos los hombres, se ha manifestado. Así nos dice el Apóstol San Pablo, en la segunda lectura que acabamos de escuchar. Porque hoy ha nacido un Redentor, el Mesías, el Señor.

Dios nos ha amado y  nos sigue amando "hasta el extremo”.
     A partir de la noche de Navidad, Dios está personalmente presente en el Hijo hecho hombre, en Jesús, verdadero Dios que asumió nuestra naturaleza humana para traernos la salvación. El Verbo de Dios se hizo hombre verdadero para hacernos participar de su vida divina.

     La Navidad vuelve a traernos una invitación; y gracias al mensaje de la Nochebuena, comprendemos un poco más porqué Dios se hizo hombre. Cuando en nuestra historia encontramos tantos intentos para explicar el sentido de la vida; algunas veces olvidándonos del mismo hombre, y  otras tantas partiendo de argumentos equivocados, sin tener en cuenta el valor trascendente de la existencia; descubrimos en el Niño Jesús, la manifestación del amor de Dios, y el último sentido de nuestra vida.  Como nos dice el Papa, solo Él es  la gran esperanza del hombre, la única  que resiste a pesar de  las desilusiones, porque  Dios nos ha amado y  nos sigue amando "hasta el extremo’’ (cfr. Jn 13,1; 19,30)” ( Benedicto XVI, En esperanza, n º 27).

     Al anunciar que el Hijo de Dios viene a nosotros, la Navidad representa un misterio de una bondad tan grande, que siempre nos va a infundir alegría  y esperanza. Podemos estar seguros,  que aún en medio de los males que padece el hombre de hoy, mientras tenga algún eco en la humanidad, el anuncio del nacimiento de Jesús, como esta Noche, siempre habrá una posibilidad de renovación interior, que reconforta y sostiene en medio de las pruebas y las aflicciones.

     Este niño rey, que del que Isaías profetiza en la primera lectura con el nombre de admirable consejero, Dios fuerte, Padre eterno, príncipe de la paz, es quien nace en Belén para cambiar nuestro corazón; por eso la Navidad es mucho más que una hermosa inspiración poética, o una fiesta feliz. Es el nacimiento de Jesús: "Dios de Dios, Luz de  Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, generado no creado, de la misma sustancia del Padre” (C.Nicea).

“La gloria del Señor los envolvió con su luz”
     Cada Nochebuena es una nueva llamada, es un anuncio que debe llegar a lo profundo del corazón; porque el Niño Dios nace  para todos, para mostrarnos un camino de salvación, que es el fermento de la fe y del amor de Dios y nos invita a creer en Él. Esta venida del niño de Belén, al mismo tiempo,  es la que sostiene la dignidad y el respeto por la vida; la que promueve la justicia, funda el bien con mayúsculas, alimenta nuestra fe, y nos invita a anunciarlo.

     Por esto hoy, al participar con fe en la Nochebuena nos encontramos junto al Nacimiento como los pastores, y podemos pedir la misma gracia que llegó a sus corazones; como nos dice el Evangelio, cuando  “la gloria del Señor los envolvió con su luz”.

     Esta es la luz, que  debe iluminar nuestra vida; esta debe ser la profunda convicción que nace de la gracia de Dios, con una vitalidad siempre nueva, que brota del mensaje del Niño Jesús que nace en Belén.

     Este es el motivo de nuestra fe, que nos invita a creer y a vivir con esperanza.

     De esta manera,   a la luz del niño recién nacido, podemos  vivir con nuevos propósitos,  como brotando de su cuna:
    
     - Como nos enseña Benedicto XVI, queremos  que este mundo recupere el sentido de Dios. Para ello se necesitan testigos, verdaderos creyentes que no oculten su condición de cristianos Ante todo, a partir de esta Noche debemos tener una mayor  conciencia de  la centralidad de la adoración de Dios  como acto de fe,  que demuestre la certeza del amor de Dios por nosotros y el reconocimiento de su presencia.

     - Tenemos que alegrarnos porque  a la luz de la Nochebuena conocemos que Dios nos ama  incondicionalmente; sabiendo que donde no hay seguridad  de este amor, se hace difícil poder dar una respuesta al sentido mismo  de la existencia. Una oración atribuida a san Francisco Javier dice: «Hago el bien no porque a cambio entraré en el cielo y ni siquiera porque, de lo contrario, me podrías enviar al infierno. Lo hago porque Tú eres Tú, mi Rey y mi Señor» (cfr. Benedicto XVI, 22.XII.2011).

     - La presencia de un Dios hecho pequeño, hecho niño en medio nuestro y en condiciones de   pobreza y fragilidad como en Belén, nos invita una vez más  a comprender que por Él,  podemos ser fuertes aún siendo débiles, como lo son tantos hermanos nuestros que por ser cristianos padecen persecución en el mundo entero y con la ayuda de Dios confiesan su fe con fidelidad. Y también  a estar más cerca de nuestro prójimo con verdadero amor fraterno.

      -  La invitación de los ángeles a todos los hombres, también nos mueve en esta Noche santa a valorar la catolicidad y la universalidad de la Iglesia, que  acrecienta nuestra fe. Dios viene para todos y busca el bien de todos, sabiendo que quienes experimentan que más lo necesitan, los más débiles y los que sufren, los hombres que ama el Señor esperan con confianza su salvación.

     En esta Nochebuena y Navidad  el cielo  está más cercano, porque el cielo es Dios y Él nace dela Santísima Virgen María,  para mostrarnos el camino de la fe y del amor. Que así sea.


Mons. José Luis Mollaghan, arzobispo de Rosario 


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 Editorial SAn Pablo nos envía las novedades del mes de Enero de 2012       

 Biblia
MI BIBLIA

MOLEIRO MILAGROS

Este libro está pensado para iniciar a los niños y niñas en la lectura de la Palabrade Dios. Las ilustraciones han sido creadas para desarrollar la imaginación de los pequeños y, junto al texto de fácil comprensión, hacen de este libro el favorito de aquellos que quieren acercarse a Dios. Mi Biblia enseña al niño cómo la humanidad fue marcada por el acontecimiento más extraordinario de todos los tiempos: el nacimiento de Jesús. De esta forma, incluye tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento.
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Libro Religioso
EL ARBOL DE LA CRUZ

DE LA HERA EDUARDO

Reflexiones, evocaciones, pensamientos y plegarias sobre la cruz y el crucificado para el tiempo de Cuaresma. Este libro recoge 150 reflexiones breves sobre un tema que a muchos cristianos todavía les cuesta asumir y comprender en profundidad: la cruz. Con sencillez y ejemplos prácticos tomados de la literatura o de la vida cotidiana, su autor reflexiona sobre aspectos fundamentales de la theologia crucis (el sentido del dolor, la cruz como redención y como servicio, la cruz en las diferentes etapas de nuestra vida) y nos invita a descubrir el verdadero significado de la cruz: la liberación de los pecados y la promesa de la resurrección.
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Libro Religioso
VIA CRUCIS

MARTINI CARLO MARIA

Meditaciones sobre el Vía Crucis para los hombres de hoy. Este libro es una propuesta de reflexión sobre el Vía Crucis a partir de una serie de meditaciones del cardenal Carlo Maria Martini. Estas meditaciones recuperan el Vía Crucis bíblico inaugurado por Juan Pablo II en 1991 en el Coliseo. El libro, incluye además, las intervenciones, sobre el Vía Crucis, del cardenal Gianfranco Ravasi, de carácter histórico-teológico y la de Massimo Cacciari, de carácter más filosófico. 

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Libro Religioso
UNAS LECCIONES SOBRE EL VATICANO II Y SU LEGADO

MADRIGAL SANTIAGO

Historia y actualidad del Concilio Vaticano II. ¿Qué queda del concilio Vaticano II cuando está próximo a cumplirse el 50 aniversario de su inauguración? ¿En qué medida sus orientaciones de fondo han de seguir marcando la hoja de ruta de la Iglesiacatólica? ¿En qué ámbitos de la vida eclesial no se ha producido aún una aplicación suficiente de sus directrices? Este libro intenta dar una respuesta razonada a estos interrogantes desde el firme convencimiento de que el estudio del concilio Vaticano II es un requisito indispensable para conocer e interpretar la situación del catolicismo romano actual. Esta obra ha nacido con la intención primaria de contrarrestar el olvido de este concilio por parte de las nuevas generaciones de cristianos.

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Libro Religioso
EN LAS FRONTERAS DE LA FE

SAINT-ARNAUD JEAN GUY

Este libro aborda, a través de capítulos breves, el ateísmo y el misterio de Dios, que constituyen las dos fronteras de la fe, sus dos horizontes, el del poniente y el del alba, donde, por un lado, la fe se ve confrontada a sus sombras y su declive (el ateísmo, los riesgos del descreimiento), y, por otro, a sus luces y su expansión (el misterio que se expresa a través de las paradojas cristianas). El lector encontrará en este libro numerosas citas de autores de espiritualidad, teólogos, filósofos y literatos, subrayando la solidaridad de todos ante los enigmas de la condición humana y ante los retos, en mutuo contraste, de la fe y el descreimiento.
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Libro Religioso
UNA GRUTA Y DOS MUJERES

CERRO CHAVES FCO.

Las apariciones de la Virgena Bernardita Soubirous en la gruta de Massabielle. Entre el 11 de febrero y el 16 de julio de 1858 tuvieron lugar en Lourdes las 18 apariciones de la Virgena Bernardita. Este encuentro ha quedado grabado a fuego en la historia de la fe católica y ha convertido a Lourdes en un centro universal de peregrinaciones, donde cada año pasan cerca de seis millones de peregrinos y casi ochocientos mil enfermos. Este libro sobre la espiritualidad de Lourdes contiene reflexiones sobre este acontecimiento, el testamento de santa Bernardita, el Decálogo de Lourdes, así como un relato de las 18 apariciones.
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Libro Religioso
TESTAMENTOS ESPIRITUALES

COCO LUCIO

Un recopilatorio de más de 70 testamentos espirituales de hombres y mujeres testigos de Cristo. Los testamentos recogidos en esta antología representan un extraordinario tesoro espiritual que, a lo largo de los siglos, religiosos, santos, hombres y mujeres de fe -entre ellos Antonio Abad, Chiara Lubich, Juan XXIII, Juan Pablo II, René Voillaume, Pablo Domínguez.-, pertenecientes a los más diversos campos de la cultura, han querido dejar como testimonio de una vida enteramente inspirada en la de Cristo. A lo largo de estas páginas, escritas muy cerca del fin, estos hombres y mujeres nos han dejado un "tesoro escondido" de su vida, ayudándonos así a centrarnos en lo verdaderamente importante. Son textos impregnados de una intensa carga profética, que revelan una gran profundidad humana y cristiana, además de una extraordinaria sensibilidad.
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Jueves, 12 de enero de 2012

Reflexión semanal de monseñor Héctor Aguer, arzobispo de La Plata, en el programa «Claves para un mundo mejor» (24 de diciembre de 2011). (AICA)

 EN EL PESEBRE, EL SENTIDO DE LA NAVIDAD             

Mis amigos, hoy quiero empezar con una pregunta: ¿Tienen ustedes un pesebre en su casa? Quiero decir, la clásica representación del nacimiento de Jesús. Y hago esta pregunta porque el pesebre, es el símbolo por excelencia dela Navidad.

“Hoy día las cosas están muy confundidas. En general,la Navidadse anuncia públicamente por medio del arbolito, pero yo creo que la mayor parte de la gente que arma el arbolito o contempla esos arbolitos limitados a puro esquema que aparecen en el ámbito público, no reconocen que significa este signo. En realidad, el arbolito es un símbolo cristiano dela Navidad, que representa la vida nueva. El árbol siempre reverdece a pesar de que se lo corte; por eso representa la vida nueva que Cristo vino a injertar en el seno de la historia humana.

 El otro símbolo es Papá Noel. ¿Quién sabe que Papá Noel es una especie de transformación, diríamos, norteamericana, de San Nicolás? Hoy día nos evoca más a Coca Cola que al mismo San Nicolás.

 Pero volvamos a la cuestión fundamental: ¿dónde está la representación dela Navidadcristiana? Esa ambigüedad de los símbolos parece que está manifestando también una ambigüedad de la comprensión del misterio.

 En los saludos se evoca genéricamente la paz, el bienestar, la felicidad, la prosperidad para el año que viene.La Navidadqueda como absorbida en ese plural indefinido de “las fiestas.

Incluso, en algunos ámbitos católicos la interpretación dela Navidades más bien sociológica. Estamos obligados a que el mundo ande mejor, como si el aporte del Cristianismo tuviera como meta principal lograr el desarrollo de los pueblos, la justicia en la sociedad, una mejor distribución de la riqueza. Son todas cosas muy nobles, muy dignas pero, sin embargo, nos están confundiendo respecto del significado de la fiesta.

Jesucristo vino al mundo para traernos algo mucho más alto, trascendente, que es la salvación, y de eso se trata: vino a liberarnos del pecado, vino a elevar la condición humana a la participación en la vida de Dios. Y desde allí se derivan todos los otros bienes posibles, que son como proyecciones culturales y sociales de la aceptación del Salvador.

 Pero entonces para que nuestra celebración sea como corresponde, para que responda a la realidad del acontecimiento, tenemos que pedirle a Cristo que nos traiga la salvación. Cuandola Iglesiacelebra, cada año,la Navidadno está simplemente evocando un hecho del pasado del cual se hace memoria, sino que está celebrando un misterio. Esto quiere decir que, en cada Navidad, Cristo se hace presente con su gracia y, podríamos decir, de alguna manera, que nace en nosotros.

 Sin duda que tambiénla Navidades un ejemplo. Los Padres dela Iglesiadecían que todos los hechos de la vida de Jesús son misterio o sacramento, y ejemplo. Pero si no son misterio, es decir, si Cristo no se hace presente efectivamente con su gracia y reconquista nuestro corazón para darnos su salvación, su vida sobrenatural, difícilmente podamos seguir su ejemplo.

 ¿Y cuál es el ejemplo? El ejemplo está dado en esto: en que el eterno se hace temporal, el infinito se clausura en el seno de María y luego en la limitación de la infancia, el omnipotente se hace impotente, el rico se hizo pobre –como dice San Pablo- para enriquecernos a nosotros con su pobreza. Así nos indica cuál  es el verdadero camino del hombre.

 Es curioso: la humanidad alcanza su auténtica entidad, reconoce su verdadera esencia, cuando el Hijo de Dios se hace hombre.

 Este es el sentido dela Navidad. Elpesebre es la imagen típicamente católica, en la que se expresa la comprensión correcta de este misterio. En esta perspectiva,  podemos desearnos feliz Navidad. En el saludo no sólo se desea la paz, el bienestar, la prosperidad, sino principalmente la causa de todos esos bienes. Es algo mayor: que nosotros podamos acercarnos efectivamente a la salvación que nos trae el Salvador. 

¡Feliz Navidad para todos! 

Mons. Héctor Aguer, arzobispo deLa Plata


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Mensaje de monseñor Alfredo H. Zecca, arzobispo de Tucumán, para la Navidad (25 de diciembre de 2011). (AICA)

LA NAVIDAD, FIESTA DE LA DIGNIDAD DEL HOMBRE             

La llegada de la navidad nos viste de fiesta. Todo parece transformarse con signos externos que evidencian que estamos en un tiempo especial que merece celebrarse. El pesebre, el árbol de navidad, los planes para reunirnos, los regalos, los saludos que se multiplican por todas partes. La celebración con sus expresiones sensibles y significativas manifiesta una dimensión fundamental de la existencia humana. Es humano celebrar, alegrarse, y expresar todo ello de manera visible.

Pero hay que estar atento para no quedarnos en esta dimensión que, siendo importante y significativa, no expresa, sin embargo, de manera adecuada lo fundamental. Porque lo fundamental en una celebración no es el modo externo de su desarrollo sino aquello que se celebra. ¿Qué celebramos en la navidad?. Para responder este sencillo interrogante hay que cambiar de plano. Es indispensable pasar a la religión: celebramos el nacimiento de Jesucristo, nuestro Señor y Salvador.

El relato evangélico nos pone delante un cuadro enternecedor. Para cumplir con el censo ordenado por el emperador Augusto José, que pertenecía a la familia de David, debe trasladarse con su esposa, María, de Nazaret a Belén y, como no había lugar para ellos en la posada, María da a luz a Jesús en un pesebre. Encontramos en ello una paradoja: el Hijo de Dios, a quien no pueden contener el cielo y la tierra, se nos manifiesta en la fragilidad de un niño recién nacido y en la humildad de un pesebre.

Paradoja, también, porque –según el propio relato– la gloria de Dios envuelve con su luz, mediante una aparición del Ángel del Señor, a unos sencillos pastores y les hace un anuncio que tiene una significación determinante para toda la humanidad: “No teman, porque les traigo una nueva noticia, una gran alegría para todo el pueblo: Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor” y les indica que la señal de todo esto es “un niño recién nacido y acostado en un pesebre”. El relato culmina indicando que, junto con el Ángel, apareció una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios diciendo: “Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los hombres amados por Él” (cf. Lc 2,1-14).

Contrastan la pobreza del lugar del nacimiento y el esplendor de la gloriosa manifestación de Dios con la presencia angélica y la importancia del anuncio. En su brevedad y sencillez el evangelista nos brinda lo fundamental: la nueva noticia, la gran alegría, es que ha nacido el Hijo de Dios, el “Mesías” [enviado], que es el Salvador esperado. Este Mesías-Salvador es Hijo de David y trae, simultáneamente, la gloria de Dios y la paz a la tierra. Así son las cosas de Dios: unen la fragilidad de los medios y la sencillez de las expresiones con la trascendencia y magnificencia de lo que lo obrado produce. El Hijo de Dios es, así, introducido en la historia humana, con un nacimiento humilde y una familia que lo acoge: María, su madre y José, su esposo y padre adoptivo.

La liturgia dela Solemnidaddela Natividaddel Señor nos lleva al plano más profundo, al núcleo del “Misterio” que explica y fundamenta la celebración. En algunos de sus contenidos presenta una noción que es importante retener: Cristo es la “luz verdadera”. La imagen de la luz –ligada, con frecuencia, enla Bibliaa la verdad–  está enla Oración Colecta: “Dios nuestro, que has iluminado esta santísima noche con la claridad de Cristo, luz verdadera”; en el Prefacio dela Misa: “Porque gracias al misterio dela Palabrahecha carne, la luz de tu gloria brilló ante nuestros ojos con nuevo resplandor”; y, finalmente, en el Evangelio:La Palabra[ el Verbo], era Dios, estaba con Dios […], “en ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres” “yla Palabrase hizo carne y habitó entre nosotros” (Jn 1,1-18) [cf. Misal Romano. Solemnidad dela Natividaddel Señor]. Cristo es el Verbo de Dios, en quien está la vida y este Verbo se hace carne en las entrañas purísimas de María quien lo da a luz como el Salvador.

El Misterio aquí revelado podría resumirse así: Dios se hace hombre, se encarna, toma forma humana, se hace visible y cercano y asume nuestra naturaleza humana, que era ya imagen y semejanza de Dios por la creación (cf. Gen 1,26), para elevarla en su dignidad. Por su encarnación y nacimiento, en efecto, Jesucristo, nuestro Señor y Salvador, verdadero Dios y verdadero hombre, al asumir nuestra naturaleza humana y hacerse uno de nosotros semejante en todo, menos en el pecado, nos asocia definitivamente a su destino y da, con ello, al hombre una mayor dignidad que aquella de ser “imagen y semejanza de Dios” por su naturaleza creada: la dignidad de Hijo de Dios que recibimos en el bautismo.

Esto hace expresar al Papa San León Magno que en la navidad no hay lugar para la tristeza y que nadie puede considerarse excluido de esta alegría. La dignidad del hombre es tal que quien la vulnera ofende, con ello mismo, a Dios. Este es el fundamento más profundo, la fuente última de todo derecho humano: desde el derecho a la vida hasta el respeto por la libertad, la religión, la participación en la vida pública, social, política y cultural siguiendo el dictamen de su conciencia.

San León expresa por ello: “Reconoce, oh cristiano, tu dignidad” y saca la consecuencia moral: “ya que ahora participas de la misma naturaleza divina, no vuelvas a tu antigua vileza con una vida depravada. Recuerda de qué cabeza y de qué cuerpo eres miembro […] pues el precio con que has sido comprado es la sangre de Cristo” (San León Magno. Sermón 1. Enla Natividaddel Señor).

Que la alegría de la navidad colme nuestros corazones, nos haga reconocer la cercanía inaudita de Dios que ha querido ser uno más de nosotros y que todo ello nos lleve a reconocer en cada hombre a un hermano que reclama nuestra atención y el irrestricto respeto por su dignidad y derechos. 

Mons. Alfredo Zecca, arzobispo de Tucumán


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Boletín 464 

LAS NOTICIAS AMPLIADAS PUEDEN VERLAS ENTRANDO EN NUESTRO BLOG. Textos, sonidos, e imágenes los tienen en: http://www.comunicacionobispadodetenerife.blogspot.com/ 

Como cada año en enerola Iglesiacelebrala JornadaMundialdel Emigrante y Refugiado. Este año con el lema: "Nueva Evangelización y Migraciones. Salgamos al encuentro… abramos puertas”.La Delegaciónde Migraciones con la colaboración del Arciprestazgo dela Salud, ha organizado dos momentos celebrativos en torno a este día: una Vigilia de Oración el viernes 13 de enero a las 20:00 h. yla Eucaristíadela Jornadade Migraciones el domingo 15 de enero a las 13:00 h. Ambas actividades tendrán lugar en la parroquia deLa Cruz del Señor.

“Todos seremos transformados por la victoria de nuestro Señor Jesucristo” (Cfr. I Co 15, 51-58), es el lema escogido este año para celebrar la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, que tendrá lugar del 18 al 25 de enero. En la Semana de Oración 2012 estamos invitados a profundizar en nuestra fe, en la que todos nosotros seremos transformados por la victoria de nuestro Señor Jesucristo. 

Por otro lado, también en este mes tiene lugar la Jornada de la Infancia Misionera. La misma se desarrolla con el lema: "Con los niños de América hablamos de Jesús". Un lema en la línea de la Nueva Evangelización comenzada desde hace tiempo en América y en concordancia con el Plan Diocesano de Pastoral. Como es tradicional en nuestra iglesia particular, el sábado 21 de enero de 2012, en la Villa de Candelaria, celebraremos el Día de la Marcha Misionera. 

La Casa de Oración de San Pedro Daute, “Domus Mariae”, en Garachico acogerá los días 27, 28 y 29 de enero un cursillo de Liturgia sobre la mesa de la Palabra y la mesa de la Eucaristía, a cargo del licenciado en Liturgia y ex profesor del Seminario Diocesano durante muchos años, José Hernández. El horario será de 17:30 h. a 20:30 h. y se trata de un cursillo especialmente dirigido a lectores, grupos de liturgia, etc. 

El próximo domingo día 29 de enero de 2012, se celebrará el Encuentro Diocesano de Cofradías y Hermandades en la parroquia de Santa Ana, en la Villa y Puerto de Garachico. Las jornadas comenzarán a las 10:30 h. y terminaran sobre las 17:00 h. La eucaristía, que estará presidida por el Obispo, se celebrará a las 13:00 h. 

Cáritas Diocesana presentará la campaña "No hay límite para soñar" el jueves 26 de enero, en el TEA de Santa Cruz de Tenerife, a las 11 de la mañana. Una iniciativa que pretende difundir el trabajo de Cáritas y animar a la colaboración de toda la comunidad canaria. Junto a los proyectos de la Institución, estará la figura de Pedrito, el futbolista tinerfeño del FC. Barcelona, que saldrá en anuncios, vallas publicitarias, página web propia y en camisas, cuya venta costará 10 Euros.

“En febrero, el rastro de tu Candela”: Así titula el Prior de Candelaria su Saluda con ocasión de la próxima fiesta de la Virgen a celebrar el dos de febrero. Para Alexis González, “las señales de la Virgen de Candelaria, sus huellas, son: el sí a la voluntad de Dios, transmitido por fe a cada generación, la candela que sirve de señal para indicar el camino, y un niño en el brazo materno, que parece ofrecido al mundo, con una imagen del asir de las manos maternas, que permanecen abiertas al mundo”. 

La Asociación Deportiva, Cultural y Social de Bomberos de Tenerife ha hecho entrega de una partida de alimentos a los responsables de Cáritas en la parroquia de San Martín de Porres de Los Andenes, en el arciprestazgo de Taco, dentro de la campaña solidaria, que con motivo de las fiestas navideñas, han desarrollado los efectivos en estas últimas semanas. 

El pasado 6 de enero, la Congregación  Marta y María celebró en la Diócesis el XXXIII aniversario de su fundación. Con este motivo, el día 9 hubo dos eucaristías: primero, por la mañana de ese día, para los sacerdotes de la Diócesis, en el Hogar de San José, en Finca España, y luego por la tarde, en la parroquia del Perpetuo Socorro (La Laguna), presidida por uno de los Vicarios Generales, Domingo Navarro, con la presencia de las hermanas de las 10 comunidades que hay en la diócesis, bienhechores, amigos y feligreses. La tarde festiva finalizó compartiendo un brindis. 

El ISTIC (Instituto de Teología de las Islas Canarias, sede en Tenerife) convoca para el presente año el premio de periodismo "Diálogo Fe-Cultura" sobre el tema "La Crisis". A este premio podrán presentarse los trabajos encuadrados en cualquier género periodístico escritos en español que hayan sido publicados en medios de comunicación impresos o digitales, editados en cualquier localidad de nuestra Comunidad Autónoma Canaria. El jurado tendrá en cuenta en sus deliberaciones la difusión de los mismos. 

El Movimiento de Familias Cristianas (MODEFAC) llevará a cabo una Asamblea General con carácter extraordinario, el 4 de febrero, en el Seminario, de 16:30 h. a 21:00 h. Asimismo, se celebrará la Eucaristía y habrá servicio de guardería. Será un día para  debatir sobre la familia y abordar cuestiones relevantes en relación al movimiento. 

El domingo 22 de Enero, el municipio de Los Realejos celebra a su Copatrono, San Vicente Diácono y Mártir. Una fiesta que como comenta Marcos Antonio García Luis, Párroco de la Ermita, "tiene un color especial pues este año -según autorización del Ordinario- se abre el Año Vicentino por el cual ´cuando la fiesta del Santo cae en domingo, la imagen subirá a la parroquia Matriz de la Concepción para la celebración de un triduo solemne y los días 22 de cada mes del presente año, tendrán lugar actos religiosos extraordinarios en la misma ermita´. 

El domingo 28 de enero se cumplen 100 años de la llegada, procedentes de las Palmas de Gran Canaria, de las primeras Hermanitas de los Ancianos Desamparados a Santa Cruz de Tenerife. 

La contraportada del periódico “Diario de Avisos” del pasado lunes dedicó un reportaje al Centro de Orientación Familiar (COF 2000). Patricio García, gerente de este centro señala que “el fin primordial de nuestro COF consiste en un programa de acción social, sin ánimo de lucro, para el apoyo terapéutico y de orientación interdisciplinar a la familia, prestando una especial atención a aquellas familias que sufren crisis en la unidad matrimonial y en la educación integral de los hijos”. 

El próximo domingo, 5 de febrero, a las 14,00 horas, se va a celebrar el II Almuerzo a Beneficio de los Hermanos de Belén, en el Pabellón de Deportes de las Mercedes. Las entradas ya están a la venta al precio de 15€ por persona y se pueden adquirir en la Guardería Dum Dum y la Librería Diocesana. 

Los segundos miércoles de mes, de 17:00 a 20:00 horas, la Casa Manresa ofrece un espacio para orar bajo el título: “Recordando Nuestra Naturaleza Esencial”. Asimismo, esta casa ya tiene fechas para los ejercicios espirituales en el periodo de carnavales (18-20 de febrero). Los mismos estarán guiados por J.R. Colera. 

La parroquia de Santiago Apóstol del Realejo Alto celebra -en el presente año- el 375 aniversario de la llagada de la imagen del Nazareno al municipio. Una imagen realizada por el artífice manchego Martín de Andújar Cantos, discípulo del célebre Juan Martínez Montañés. 

Buena pregunta, la que ha elegido el Departamento de Comunicación del ISTIC para comenzar 2012. ¿Qué hacemos en el segundo cuatrimestre? ¿Qué hacemos ahora en 2012? El Instituto Superior de Teología de las Islas Canarias, ISTIC, nos da una oferta y esa es estudiar Ciencias Religiosas. De esta forma se ha abierto el plazo de matrícula para quienes deseen formarse en Ciencias Religiosas, a través de la modalidad “on line” –por Internet- desde casa en la San Agustín, o presencial por medio de las clases, en turno de tarde, semanalmente en la Juan Pablo II. 

En la tarde del domingo 8 de enero, se reabrió al culto la ermita del barrio de Las Vegas, en Chimiche (Granadilla de Abona) después de las obras de arreglo de las puertas, del piso (ahora de piedra) y de la instalación eléctrica y megafonía. 

El obispo emérito, Damián Iguacen Borau, ha publicado dos nuevos folletos dedicados a la Virgen María, en los que reflexiona sobre las diversas advocaciones de la Madre de Dios. "Nuestra Señora de la Fortaleza" y "Nuestra Señora de la Disponibilidad" son los títulos de dichos escritos que ya se encuentran a la venta en las librerías diocesanas.


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DOMINGO 2 DEL TIEMPO ORDINARIO
15  de Enero de 2012

La gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, el Señor, estén con todos vosotros.

- Terminado el ciclo de Navidad, retomamos hoy los domingos del tiempo ordinario, en que escucharemos en el evangelio los inicios del ministerio público de Jesús, semana tras semana hasta el próximo tiempo de Cuaresma.

- Hoy las lecturas nos recordarán que ser discípulo de Jesús quiere decir seguirle a él, seguir su camino. La vida cristiana es un camino hacia la plenitud, hacia el Reino, un camino de seguimiento de Jesús. El Señor nos llama y nosotros tenemos que responder con nuestra vida. Que esta Euc~ristía nos ayude a hacerlo con convencimiento y decisión, como los discípulos
del evangelio.

A. penitencial: Comencemos nuestra celebración pidiendo perdón por tantas veces que nos desviamos del camino de seguimiento de Jesús.

- Tú, que'eres el camino que conduce al Padre. SEÑOR,TEN PIEDAD.

- Tú, que eres la verdad que ilumina los pueblos. CRISTO, TEN PIEDAD.

- Tú, que eres la vida que renueva el mundo. SEÑOR, TEN PIEDAD.

1. lectura (7 SamueI3,3b-70. 79):Durante estos domingos del tiempo ordinario, la primera lectura nos prepara para el evangelio que luego proclamaremos. Escuchemos ahora cómo Dios llama para confiar una misión, como Jesús hará también con sus apóstoles.

2. lectura (7 Corintios 6, 7 3b-7 50.77-20): La segunda lectura de estos domingos nos va ofreciendo, de forma independiente, los principales pasajes de las cartas apostólicas. Hoy Pablo nos habla del respeto que debemos tener a nuestro propio cuerpo.

Oración universal: Con actitud humilde y confiada, presentemos ahora a Dios nuestras intenciones. Oremos diciendo: ESCÚCHANOS, PADRE.

Portodos los cristianos. Que sigamos de verdad a Jesús en nuestra vida, que nos esforcemos cada día para vivir como él nos ha enseñado. OREMOS:

Por las vocaciones a la vida sacerdotal y religiosa.  OREMOS:

Que haya jóvenes que respondan con generosidad y decisión a la llamada del Señor. OREMOS:

Por los trabajadores que se han quedado sin trabajo, y por todos aquellos que más sufren por causa de la crisis económica. Que nuestros gobernantes se preocupen de estas situaciones dolorosas, y actúen siempre al servicio de los más débilis. OREMOS:

Por los inmigrantes, por todos los que han dejado su tierra buscando una vida mejor para ellos y para sus familias. Que encuentren en nosotros la acogida generosa que Jesús nos pide que tengamos. OREMOS:

Por todos nosotros. Que seamos siempre portadores de paz, de concordia, de espíritu de acogida, de amor. ROGUEMOS AL SEÑOR

Dios nuestro, Padre detodos, escucha nuestra oración y concédenos la alegría de amar y seguir a Jesucristo como lo hicieron san Andrés, san Pedro y todos los primeros apóstoles. Por Jesucristo ...

Padrenuestro: Fieles a la enseñanza de Jesucristo, y unidos con todos nuestros hermanos cristianos, nos atrevemos a decir:

 

CPL


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Mi?rcoles, 11 de enero de 2012

(ZENIT.org)  A las doce de mediodía del domingo 25 de diciembre de, solemnidad de la Natividad del Señor, desde el balcón dela Bendición de la basílica vaticana, Benedicto XVI dirigió el tradicional mensaje navideño a los fieles presentes en la plaza de San Pedro y a cuantos los escuchaban por la radio y la televisión. Sigue el texto del mensaje del papa parala Navidad 2011.

Queridos hermanos y hermanas de Roma y del mundo entero:

Cristo nos ha nacido. Gloria a Dios en el cielo, y paz a los hombres que él ama. Que llegue a todos el eco del anuncio de Belén, quela Iglesiacatólica hace resonar en todos los continentes, más allá de todo confín de nacionalidad, lengua y cultura. El Hijo dela Virgen Maríaha nacido para todos, es el Salvador de todos.

Así lo invoca una antigua antífona litúrgica: «Oh Emmanuel, rey y legislador nuestro, esperanza de las naciones y salvador de los pueblos, ven a salvarnos, Señor Dios nuestro». Veni ad salvandum nos. Este es el clamor del hombre de todos los tiempos, que siente no saber superar por sí solo las dificultades y peligros. Que necesita poner su mano en otra más grande y fuerte, una mano tendida hacia él desde lo alto. Queridos hermanos y hermanas, esta mano es Cristo, nacido en Belén dela Virgen María.Él es la mano que Dios ha tendido a la humanidad, para hacerla salir de las arenas movedizas del pecado y ponerla en pie sobre la roca, la roca firme de su verdad y de su amor (cf. Sal 40,3).

Sí, esto significa el nombre de aquel niño, el nombre que, por voluntad de Dios, le dieron María y José: se llama Jesús, que significa «Salvador» (cf. Mt 1,21; Lc 1,31). Él fue enviado por Dios Padre para salvarnos sobre todo del mal profundo arraigado en el hombre y en la historia: ese mal de la separación de Dios, del orgullo presuntuoso de actuar por sí solo, del ponerse en concurrencia con Dios y ocupar su puesto, del decidir lo que es bueno y es malo, del ser el dueño de la vida y de la muerte (cf. Gn 3,1-7). Este es el gran mal, el gran pecado, del cual nosotros los hombres no podemos salvarnos si no es encomendándonos a la ayuda de Dios, si no es implorándole: «Veni ad salvandum nos - Ven a salvarnos».

Ya el mero hecho de esta súplica al cielo nos pone en la posición justa, nos adentra en la verdad de nosotros mismos: nosotros, en efecto, somos los que clamaron a Dios y han sido salvados (cf. Est 10,3f [griego]). Dios es el Salvador, nosotros, los que estamos en peligro. Él es el médico, nosotros, los enfermos. Reconocerlo es el primer paso hacia la salvación, hacia la salida del laberinto en el que nosotros mismos nos encerramos con nuestro orgullo. Levantar los ojos al cielo, extender las manos e invocar ayuda, es la vía de salida, siempre y cuando haya Alguien que escucha, y que pueda venir en nuestro auxilio.

Jesucristo es la prueba de que Dios ha escuchado nuestro clamor. Y, no sólo. Dios tiene un amor tan fuerte por nosotros, que no puede permanecer en sí mismo, que sale de sí mismo y viene entre nosotros, compartiendo nuestra condición hasta el final (cf. Ex 3,7-12). La respuesta que Dios ha dado en Jesús al clamor del hombre supera infinitamente nuestras expectativas, llegando a una solidaridad tal, que no puede ser sólo humana, sino divina. Sólo el Dios que es amor y el amor que es Dios podía optar por salvarnos por esta vía, que es sin duda la más larga, pero es la que respeta su verdad y la nuestra: la vía de la reconciliación, el diálogo y la colaboración.

Por tanto, queridos hermanos y hermanas de Roma y de todo el mundo, dirijámonos en esta Navidad 2011 al Niño de Belén, al Hijo dela Virgen María, y digamos: «Ven a salvarnos». Lo reiteramos unidos espiritualmente tantas personas que viven situaciones difíciles, y haciéndonos voz de los que no tienen voz.

Invoquemos juntos el auxilio divino para los pueblos del Cuerno de África, que sufren a causa del hambre y la carestía, a veces agravada por un persistente estado de inseguridad. Que la comunidad internacional no haga faltar su ayuda a los muchos prófugos de esta región, duramente probados en su dignidad.

Que el Señor conceda consuelo a la población del sureste asiático, especialmente de Tailandia y Filipinas, que se encuentran aún en grave situación de dificultad a causa de las recientes inundaciones.

Y que socorra a la humanidad afligida por tantos conflictos que todavía hoy ensangrientan el planeta. Él, que es el Príncipe de la paz, conceda la paz y la estabilidad ala Tierraen la que ha decidido entrar en el mundo, alentando a la reanudación del diálogo entre israelíes y palestinos. Que haga cesar la violencia en Siria, donde ya se ha derramado tanta sangre. Que favorezca la plena reconciliación y la estabilidad en Irak y Afganistán. Que dé un renovado vigor a la construcción del bien común en todos los sectores de la sociedad en los países del norte de África y Oriente Medio.

Que el nacimiento del Salvador afiance las perspectivas de diálogo y la colaboración en Myanmar, en la búsqueda de soluciones compartidas. Que el nacimiento del Redentor asegure estabilidad política en los países de la región africana de los Grandes Lagos y fortalezca el compromiso de los habitantes de Sudán del Sur para proteger los derechos de todos los ciudadanos

Queridos hermanos y hermanas, volvamos la vista a la gruta de Belén: el niño que contemplamos es nuestra salvación. Él ha traído al mundo un mensaje universal de reconciliación y de paz. Abrámosle nuestros corazones, démosle la bienvenida en nuestras vidas. Repitámosle con confianza y esperanza: «Veni ad salvandum nos».


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ZENIT  nos ofrece la cuarta meditación de Adviento del padre Raniero Cantalamessa, predicador de la Casa Pontificia, realizada el viernes 23 de diciembre en la basílica vaticana de San Pedro, en presencia de Benedicto XVI.

Recomenzar desde el principio: la oleada de evangelización en marcha

1. Un nuevo destinatario del anuncio

“Prope est iam Dominus: venite, adoremus”: El Señor está cerca: venid adoremos. Iniciamos esta meditación como empieza la Liturgiade las horas en estos días que preceden a la Navidad, de modo que sea también ella parte de nuestra preparación a la solemnidad.
He buscado reconstruir, en la meditación anterior, tres grandes oleadas evangelizadoras en la historia dela Iglesia. Ciertamente, se podrían recordar otros grandes empeños misioneros, como aquel iniciado por San Francisco Xavier en el siglo XVI en Oriente –la India,la China y el Japón-, así como la evangelización del continente africano, en el siglo XIX, a cargo de Daniel Comboni, del cardenal Guillermo Massaia y tantos otros… Hay sin embargo razón más para la elección hecha, la que espero haya surgido del desarrollo de estas reflexiones.

Lo que cambia y distingue las diversas oleadas evangelizadoras de las que hemos hecho memoria, no es el objeto del anuncio –“la fe, que ha sido transmitida a los santos de una vez para siempre”, como lo llama la carta de san Judas-, sino los destinatarios de la misma, es decir, el mundo grecorromano, el mundo bárbaro y el nuevo mundo, o sea el continente americano.

Nos preguntamos entonces: ¿quién es el nuevo destinatario de la cuarta oleada de evangelización en acto hoy? La respuesta es el mundo occidental secularizado y en algunos aspectos postcristiano. Esta especificación que aparecía ya en los documentos del beato Juan Pablo II, se ha vuelto explícita en el magisterio del santo padre Benedicto XVI. En el motu proprio con el cual ha instituido el “Pontificio Consejo para la promoción de la nueva evangelización”, habla de “muchos países de antigua tradición cristiana, que se han vuelto reacios al mensaje evangélico”¹.

En el Adviento del año pasado, traté de indicar aquello que caracteriza a este nuevo destinatario del anuncio, resumiéndolo en tres puntos: el cientificismo, el secularismo y el racionalismo. Tres tendencias que llevan a un resultado común: el relativismo.

De forma paralela a la aparición sobre la escena, de un nuevo mundo por evangelizar, hemos asistido a la vez a la aparición de una nueva categoría de anunciadores: los obispos en los tres primeros siglos (sobre todo en el tercero), los monjes en la segunda oleada y los frailes en la tercera. También hoy asistimos a la aparición de una nueva categoría de protagonistas de la evangelización: los laicos. Evidentemente, no se trata de la sustitución de una categoría por otra, sino de un nuevo componente del pueblo de Dios que se une al otro, permaneciendo siempre los obispos, con el papa a la cabeza, como guías autorizados y responsables en última instancia, de la tarea misionera dela Iglesia.

2. Como la estela de un buque

He dicho que a través de los siglos han cambiado los destinatarios del anuncio, pero no el anuncio mismo. Pero debo precisar mejor esta última afirmación. Es verdad que no puede cambiar lo esencial del anuncio, pero puede y debe cambiar el modo de presentarlo, la prioridad, el punto desde el cual parte el anuncio.

Resumamos el camino recorrido por el anuncio evangélico para llegar hasta nosotros. Hay primero el anuncio hecho por Jesús, que tiene por objeto central una noticia: “Ha llegado a ustedes el Reino de Dios”. A esta etapa única e irrepetible que llamamos “el tiempo de Jesús”, le sigue, después dela Pascua, “el tiempo dela Iglesia”. En él, Jesús no es ya el anunciador, sino el anunciado; la palabra “Evangelio” no significa ya “la buena noticia portada por Jesús", sino la buena noticia sobre Jesús, es decir, que tiene por objeto a Jesús y, en particular, su muerte y resurrección. Esto es lo que significa siempre para san Pablo, la palabra “Evangelio”.

Conviene sin embargo, estar atentos y no separar demasiado los dos momentos y los dos anuncios, aquel de Jesús y el dela Iglesia, o como se viene usando hace tiempo, el “Jesús histórico” del “Cristo de la fe”. Jesús no es solo el objeto del anuncio dela Iglesia, lo anunciado. ¡Ay con reducirlo solo a esto! Significaría olvidar la resurrección. En el anuncio dela Iglesia, es el Cristo resucitado quien, con su Espíritu, sigue hablando; él es también la persona que anuncia. Como dice un texto del concilio: “Cristo está presente en su palabra, pues cuando se lee enla Iglesiala Sagrada Escritura, es Él quien habla”2.

Partiendo del anuncio inicial dela Iglesia, es decir del kerygma, podemos resumir con una imagen el desarrollo sucesivo de la predicación dela Iglesia. Pensemosen la estela de una nave. Se inicia en un punto, la punta de la proa de la nave, que va ampliándose más, hasta perderse en el horizonte y tocar las dos orillas del mar. Eso es lo que pasó en el anuncio dela Iglesia; comenzó con un extremo: el kerygma “Cristo murió por nuestros pecados y resucitó para nuestra justificación” (cf. Rom. 4,25; 1 Cor. 15,1-3); y aún más conciso: “Jesús es el Señor” (Hch. 2, 36; Rom. 10,9).

Una primera expansión de esta estela se da con el nacimiento de los cuatro evangelios, escritos para explicar ese eslabón inicial, y con el resto del Nuevo Testamento; después de eso viene la tradición dela Iglesia, con su magisterio, teología, instituciones, leyes y espiritualidad. El resultado final es un inmenso legado que hace pensar justamente en la estela de la nave en su máxima expansión.

A este punto, si se quiere reevangelizar el mundo secularizado, se impone una elección. ¿De dónde empezar? De cualquier punto de la estela, o de la punta? La inmensa riqueza de la doctrina y de las instituciones pueden convertirse en un handicap si queremos presentarnos con eso al hombre, quien ha perdido todo contacto conla Iglesiay ya no sabe quién es Jesús. Sería como ponerle de repente a un niño, una de esas enormes y pesadas capas pluviales de brocado.

Se necesita ayudar a este hombre a establecer una relación con Jesús; hacer con el hombre moderno aquello que hizo Pedro el día de Pentecostés con las treinta mil personas allí presentes: hablarle de Jesús, a quien nosotros hemos crucificado y que Dios lo ha resucitado, llevarlo al punto en que también él, tocado en el corazón, pregunte: “¿Qué hemos de hacer, hermanos?” y nosotros responderemos, como respondió Pedro: “Arrepiéntanse, háganse bautizar si no lo son aún, o confiésense si ya son bautizados”.

Aquellos que responderán al anuncio se unirán, también hoy, como entonces, a la comunidad de los creyentes, escucharán las enseñanzas de los apóstoles y participarán en la fracción del pan; según la llamada y la respuesta de cada uno, podrán apodrarse poco a poco, de todo aquel inmenso patrimonio nacido del kerygma. No se acepta a Jesús por la palabra dela Iglesiasino que se acepta ala Iglesiapor la palabra de Jesús.

Tenemos un aliado en este esfuerzo: el fracaso de todos los intentos realizados por el mundo secularizado para sustituir al kerygma cristiano con otros “gritos” y otros “carteles”. Comúnmente presento el ejemplo de la célebre obra del pintor noruego Edvard Munch, titulado El Grito. Un hombre sobre un puente, ante un fondo rojizo y con las manos alrededor de la boca abierta emite un grito que –se entiende inmediatamente-, es un grito de angustia, un grito vacío, sin palabras, solo sonido. Me parece que es la descripción más eficaz de la situación del hombre moderno que, habiendo olvidado el grito lleno de contenido que es el kerygma, debe gritar al vacío su propia angustia existencial.

3. Cristo, contemporáneo nuestro

Ahora, me gustaría tratar de explicar por qué es posible, en el cristianismo, recomenzar, en cada momento, desde el extremo de la nave, sin que esto sea una ficción de la mente o una simple operación de arqueología. El motivo es simple: aquella nave sigue surcando el mar y la estela ¡empieza otra vez desde un punto!

Hay un punto en el cual no estoy de acuerdo con el filósofo Kierkegaard que ha dicho también cosas bellísimas sobre la fe y sobre Jesús. Uno de sus temas preferidos es el de la contemporaneidad de Cristo. Pero él concibe tal contemporaneidad, como un hacernos contemporáneos de Cristo. “Aquel que cree en Cristo –escribe--, está obligado a hacerse su contemporáneo en el abajamiento”3. Su idea es que para creer verdaderamente, con la misma fe exigida a los apóstoles, hay que prescindir de los dos mil años de historia de confirmaciones sobre Jesús y meterse en los zapatos de aquellos a quienes Jesús dirigía la palabra: “Vengan a mí, todos ustedes que están fatigados y sobrecargados, y yo les daré descanso” (Mt. 11,28). ¡Justamente él, un hombre que no tenía una piedra dónde reposar la cabeza!

La verdadera contemporaneidad de Cristo es otra cosa; es Él quien se hace nuestro contemporáneo, porque habiendo resucitado, vive en el Espíritu dela Iglesia. Sinosotros tuviéramos que hacernos contemporáneos de Cristo, sería una contemporaneidad solamente intencional; si es Cristo el que se hace nuestro contemporáneo, es una contemporaneidad real. Según un pensamiento osado de la espiritualidad ortodoxa, “la anamnesis es un recuerdo gozoso que hace el pasado aún más presente hoy de cuando fue vivido”. No es una exageración. En la celebración litúrgica dela Misa, el evento de la muerte y resurrección de Cristo se convierte en algo más real para mí, de cuanto lo fue para aquellos que asistieron de hecho y materialmente al acontecimiento, porque entonces era una presencia “según la carne”, y ahora se trata de una presencia “según el Espíritu”.

Lo mismo sucede cuando uno proclama con fe: “Cristo ha muerto por mis pecados, ha resucitado por mi justificación, él es el Señor”. Un autor del siglo IV escribió: “Para cada hombre, el principio de la vida es cuando Cristo se ha inmolado por él. Pero Cristo se ha inmolado por él en el momento en que él reconoce la gracia y se vuelve consciente de la vida que obtuvo de aquella inmolación”4.

Me doy cuenta de que no es fácil y quizás ni siquiera posible decir estas cosas a la gente, menos aún al mundo secularizado de hoy; más bien es lo que debemos tener bien claro nosotros, evangelizadores, para sacar de él coraje y creer en la palabra del evangelista Juan que dice: “Aquél que está en ustedes es más fuerte que el que está en el mundo”. (1 Jn. 4,4).

4. Los laicos, protagonistas de la evangelización

Decía al inicio que, desde el punto de vista de los protagonistas, la novedad en el periodo moderno de la evangelización son los laicos. Su papel ha sido tratado por el concilio en la “Apostolicam Actuositatem”, por Pablo VI en la “Evangelii Nuntiandi” y por el beato Juan Pablo II en la “Christifidelis Laici”.

Los antecedentes de esta llamada universal a la misión se encuentran ya en el Evangelio. Después del primer envío de los apóstoles a la misión, Jesús, se lee en el evangelio de Lucas, “designó a otros setenta y dos y los envió por delante, de dos en dos, a todas las ciudades y sitios adonde él había de ir” (Lc. 10,1). Estos setenta y dos discípulos, probablemente eran todos aquellos que el había reunido hasta aquel momento, o al menos todos aquellos que estaban dispuestos a comprometerse seriamente por él. Por tanto, Jesús envía a todos sus discípulos.

He conocido a un laico de los Estados Unidos, un padre de familia que junto a su profesión desarrolla también una intensa evangelización. Es una persona llena de sentido del humor y evangeliza al son de las carcajadas, como sólo los estadounidenses saben hacerlo. Cuando va a un lugar nuevo, empieza diciendo muy serio: “Dos mil quinientos obispos, reunidos en el Vaticano, me han pedido que venga a anunciarles el evangelio”. Naturalmente, la gente siente curiosidad. A continuación, él explica que los dos mil quinientos obispos son los que participaron en el concilio Vaticano II y escribieron el decreto sobre el apostolado de los laicos, en el cual se exhorta a cada laico cristiano a participar de la misión evangelizadora dela Iglesia. Teníaperfecta razón de decir “me lo han pedido”. No son palabras al viento, a todos y a ninguno, están dirigidas de modo personal a cada laico católico.

Hoy conocemos la energía nuclear que se libera de la “fisión” del átomo. Un átomo de uranio viene bombardeado y “partido” en dos por la colisión de una partícula llamada neutrón, liberando en este proceso energía. Se inicia desde allí una reacción en cadena. Los dos nuevos elementos fisionan, es decir, rompen a su vez otros dos átomos, estos otros cuatro y así sucesivamente en miles de millones de átomos; así, al final, la energía “liberada” es enorme. Y no necesariamente es energía destructiva, porque la energía nuclear puede ser usada también para fines pacíficos, a favor del hombre.

En este sentido, podemos decir que los laicos son una especie de energía nuclear de la Iglesiaen lo espiritual. Un laico alcanzado por el Evangelio, viviendo junto a otros, puede “contagiar” a otros dos, estos a otros cuatro, y ya que los laicos no son solo algunas decenas de miles como el clero, sino centenares de millones, ellos pueden desempeñar un papel de veras decisivo en la propagación de la luz beneficiosa del evangelio en el mundo.
Del apostolado de los laicos no se ha comenzado a hablar solo con el concilio Vaticano II, se hablaba de ellos ya hacía tiempo. Pero lo que el concilio ha aportado de nuevo en este campo, se refiere al título con el cual los laicos contribuyen al apostolado de la jerarquía. Ellos no son simples colaboradores llamados a dar su aporte profesional, su tiempo y recursos: son portadores de carismas, con los cuales, dicela Lumen Gentium, “son aptos y están prontos para ejercer las diversas obras y tareas que sean útiles para la renovación y la mayor edificación dela Iglesia”5.

Jesús quiso que sus apóstoles fueran pastores de ovejas y pescadores de hombres. Para nosotros, pertenecientes al clero, es más fácil ser pastores que pescadores; es decir, nutrir con la palabra y los sacramentos a aquellos que vienen a la iglesia, que no ir a la búsqueda de los alejados, en los  ambientes más dispares de la vida. La parábola de la ovejita extraviada se presenta hoy invertida: noventa y nueve ovejas se han alejado y una ha quedado en el redil. El peligro es pasar todo el tiempo alimentando a la única que quedó y no tener tiempo, también por la escasez de clero, de ir a la búsqueda de las extraviadas. En esto, la aportación de los laicos se revela providencial.

Los llamados movimientos eclesiales postconciliares son una expresión de esta novedad y debemos reconocer que están a la vanguardia en la obra de la evangelización. Muchas conversiones de personas adultas y el retorno a la práctica religiosa de los cristianos nominales, se producen hoy en el ámbito de estos movimientos.

Recientemente, el santo padre Benedicto XVI volvió sobre la importancia de la familia en vista de la evangelización, hablando de un “protagonismo de la familia cristiana” en este terreno. “Y del mismo modo que están en relación el eclipse de Dios y la crisis de la familia, así la nueva evangelización es inseparable de la familia cristiana”6.

Comentando el texto de Lucas, donde se dice que Jesús “designó a otros setenta y dos y los envió por delante, de dos en dos, a todas las ciudades y sitios adonde él había de ir” (Lc. 10,1), san Gregorio Magno escribe que los manda de dos en dos “porque menos que entre dos no puede haber amor”, y el amor es aquello por lo que los hombres podrán reconocer que somos discípulos de Cristo. Esto vale para todos, pero en modo especial para los padres de familia. Si no pueden hacer nada más para ayudar a sus hijos en la fe, ya sería mucho si, viéndolos, ellos pudiesen decir entre sí: “Mira cómo se aman papá y mamá”. “El amor es de Dios”, dicela Escritura(1 Jn. 4,7) y esto explica por qué, donde sea que haya un poco de amor, allí siempre será anunciado Dios.

La primera evangelización comienza dentro de las paredes de la casa. A un joven que se preguntaba qué cosa debía hacer para salvarse, Jesús le respondió un día: “Anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres…, después ven y sígueme” (Mc. 10, 21); pero a otro joven que quería dejar todo y seguirlo, no se lo permitió, sino le dijo: “Vete a tu casa, con los tuyos, y cuéntales lo que el Señor ha hecho contigo y que ha tenido misericordia de ti” (Mc. 5,19).

Existe un famoso canto espiritual negro titulado “There is a balm in Gilead” “Hay un bálsamo en Gilead”. Algunas de sus palabras podrían alentar a los laicos, y no solamente a ellos, en la tarea de una evangelización de persona a persona, de puerta a puerta.
Dice así: “If you cannot preach like Peter, if you cannot preach like Paul, go home and tell your neighbor: He died to save us all”. (Si no sabes predicar como Pedro; si no sabes predicar como Pablo, anda a tu casa y diles a tus vecinos: Jesús ha muerto para salvarnos a todos”.

Dentro de dos días será Navidad. Resulta reconfortante para los hermanos laicos, recordar que alrededor de la cuna de Jesús, además de María y José, estaban solo sus representantes, los pastores y los magos.

La Navidadnos trae de nuevo a la punta de la proa que inicia la estela de la nave, porque todo comenzó a partir de allí, de aquel Niño en el pesebre. En la liturgia escucharemos proclamar “Hodie Christus natus est, hodie Salvator apparuit”, “Hoy ha nacido Cristo, hoy apareció el Salvador”. Escuchándolo, recordemos aquello que habíamos dicho de la anamnesis, “que hace el pasado aún más presente de cuando fue vivido”. Sí, Cristo nace hoy, porque él nace de verdad para mí en el momento en el cual reconozco y creo en el misterio. “¿De qué me sirve que Cristo haya nacido una vez de Maria en Belén, si no nace de nuevo por la fe en mi corazón?”; son palabras pronunciadas por Orígenes y repetidas por san Agustín y por san Bernardo7.

Hagamos nuestra la invocación elegida por nuestro santo padre para su saludo natalicio de este año, y repitámosla con todo el anhelo de nuestro corazón: “Veni ad salvandum nos”, “¡Ven, Señor, y sálvanos!”.

Notas

1 Benedicto XVI, motu proprio “Ubicunque et Semper”.
2 Sacrosanctum concilium, n. 7.
3 S. Kierkegaard, Esercizio del cristianesimo, I, E (L’arresto) (in Opere, a cura di C. Fabro, Firenze 1972, p. 708).
4 Homilía Pascual del año 387 (SCh 36, p. 59 s.)
5 L.G., 12.
6 Benedicto XVI, Discurso ala Plenariadel Consejo Pontificio parala Familia, en “L’Osservatore Romano”, 2 Dicembre, p.8.
7 Orígenes, Comentario al Evangelio de Lucas, 22,3 (SCh. 87, p. 302).


Publicado por verdenaranja @ 22:56  | Espiritualidad
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ZENIT nos ofrece una carta pastoral del arzobispo castrense de España Juan del Río Martín, quien aborda en este artículola Navidad como hecho histórico y también como tiempo de ilusión: “el sueño más hermoso que año tras año vive la humanidad”.

La verdad de la Navidad

+ Juan del Río Martín

El sueño es: bruma del descanso, espacio libre para la mente, tiempo que restaura las fuerzas desgastadas, signo que anuncia el sepulcro. La noche de los sueños es historia de salvación. Sucedió que el acontecimiento de Belén comienza cuando el hombre justo llamado José dormía y el ángel del Señor le dijo “no tengas reparo en recibir a María como esposa tuya, pues el hijo que espera viene del Espíritu Santo… se despertó del sueño e hizo lo que el ángel le había mandado” (Mt 1, 21.24). Los pastores pasaban la noche velando sus rebaños (Lc 2, 8). Los Magos fueron advertidos en sueño de que no volvieran donde estaba Herodes (Mt 2, 12). La huida y el regreso de Egipto dela Familiade Nazaret fue anunciada en sueños (Mt 2, 13.19). La nocturnidad y los sueños son figuras de la fragilidad de la naturaleza humana y lenguaje para aproximarnos lo sagrado y lo inabarcable del Misterio: Dios humanado.La Palabrahecha carne.La Luzque ilumina las tinieblas. El cristianismo está basado en un hecho histórico (Lc 2, 1-7) que sobre pasa toda mente, no es producto de la invención humana, de la fantasía o de la mitología. Es un realismo nuevo, inusitado, insólito ¿Quién es el sabio que podrá descifrar los secretos del amor divino manifestado en Cristo Jesús? Únicamente pueden acceder a ellos los “mansos de corazón” (Mt 5, 8). Por eso, la verdad dela Navidadla podemos encontrar en los sencillos, en los que no cuentan ante los ojos del mundo, en los que piensan y obran en humildad. Sin embargo, José, los Magos, los pastores fueron asistido en sus sueños, en sus temores, mediante signos eficaces de la ayuda divina: “la voz del ángel”, la luz de una “estrella”, la envoltura de la “gloria divina”.

También nosotros somos ayudados por la gracia de la fe y los sacramentos de la Iglesia para encontrar como los pastores y los Magos a “María, a José y al niño acostado en un pesebre” (Lc 2, 16), y descubrir la seducción salvadora del Misterio del Emmanuel-“Dios con nosotros”- Así, con la sola fuerza de nuestra razón lo único que encontramos en el portal es una injusticia social “no había sitio para ellos en la posada” (Lc 2, 7). El historiador tropezará con las peripecias de un matrimonio por salvar a su hijo “porque Herodes buscaba al niño para matarlo” (Mt 2, 13).

Igualmente otras ramas del saber irán haciendo sus lecturas parciales. Pero únicamente, la mirada de fe nos dará la clave de lo sucedido hace veinte siglos en Belén donde: “apareció la benignidad y el amor a los hombres de Dios nuestro Salvador” (Tit 2, 11). El realismo del Misterio del Dios que se hace hombre para salvarnos, posee tal fascinación, que el pueblo cristiano ha creado una cultura navideña, con sus expresiones en la gastronomía, en la música de los villancicos, en la pintura y escultura de los nacimientos. Esto no hay que verlo como una vulgarización del Misterio, sino todo lo contrario, nos habla de cómo la encarnación de la fe cristiana crea cultura y engendra valores que ennoblecen a los pueblos y a sus gentes, potenciando una memoria colectiva de paz, amor y familia. Es necesario sacudirnos de la frivolidad de la cultura dominante que quiere vaciar de contenido cristiano estas Fiestas. Ellas son el sueño más hermoso que año tras año vive la humanidad. Cada Nochebuena es distinta, completamente nueva, llena de sorpresas salvadora, porque el Misterio que celebramos en inabarcable y a la vez tan cercano e innegable como que nos ha nacido un Redentor que lleva por nombre: “Admirable, Dios, Príncipe de la paz, Padre perpetuo”; y su reino no tendrá fin (cf. Is 9, 2.6; Lc 1, 33) ¡Sólo el Señor Jesús es nuestra Navidad! ¡Felicidades a toda la gran familia castrense, especialmente para aquellos militares que por servir a España se encontrarán lejos de sus hogares!


Publicado por verdenaranja @ 22:51  | Hablan los obispos
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(ZENIT.org).- Benedicto XVI presidió esta Nochebuena la “Misa del Gallo” en la basílica vaticana, con numerosa asistencia de fieles de todo el mundo. Durante la misma, pronunció una homilía en la que comentó las lecturas litúrgicas de esta solemnidad. Se centró el papa en la espiritualidad de Francisco de Asís a la hora de representar el misterio navideño porque, dijo el papa, “Navidad es Epifanía”.

“Queridos hermanos y hermanas: La lectura que acabamos de escuchar, tomada de la Carta de san Pablo Apóstol a Tito, comienza solemnemente con la palabra apparuit, que también encontramos en la lectura de la Misa de la aurora: apparuit – ha aparecido. Esta es una palabra programática, con la cual la Iglesia quiere expresar de manera sintética la esencia de la Navidad. Antes, los hombres habían hablado y creado imágenes humanas de Dios de muchas maneras. Dios mismo había hablado a los hombres de diferentes modos (cf. Hb 1,1: Lectura de la Misa del día). Pero ahora ha sucedido algo más: Él ha aparecido. Se ha mostrado. Ha salido de la luz inaccesible en la que habita. Él mismo ha venido entre nosotros. Para la Iglesia antigua, esta era la gran alegría de la Navidad: Dios se ha manifestado. Ya no es sólo una idea, algo que se ha de intuir a partir de las palabras. Él «ha aparecido». Pero ahora nos preguntamos: ¿Cómo ha aparecido? ¿Quién es él realmente? La lectura de la Misa de la aurora dice a este respecto: «Ha aparecido la bondad de Dios y su amor al hombre» (Tt 3,4). Para los hombres de la época precristiana, que ante los horrores y las contradicciones del mundo temían que Dios no fuera bueno del todo, sino que podría ser sin duda también cruel y arbitrario, esto era una verdadera «epifanía», la gran luz que se nos ha aparecido: Dios es pura bondad. Y también hoy, quienes ya no son capaces de reconocer a Dios en la fe se preguntan si el último poder que funda y sostiene el mundo es verdaderamente bueno, o si acaso el mal es tan potente y originario como el bien y lo bello, que en algunos momentos luminosos encontramos en nuestro cosmos. «Ha aparecido la bondad de Dios y su amor al hombre»: ésta es una nueva y consoladora certidumbre que se nos da en Navidad.

En las tres misas de Navidad, la liturgia cita un pasaje del libro del profeta Isaías, que describe más concretamente aún la epifanía que se produjo en Navidad: «Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado: lleva al hombro el principado, y es su nombre: Maravilla de Consejero, Dios fuerte, Padre perpetuo, Príncipe de la paz. Para dilatar el principado con una paz sin límites» (Is 9,5s). No sabemos si el profeta pensaba con esta palabra en algún niño nacido en su época. Pero parece imposible. Este es el único texto en el Antiguo Testamento en el que se dice de un niño, de un ser humano, que su nombre será Dios fuerte, Padre para siempre. Nos encontramos ante una visión que va, mucho más allá del momento histórico, hacia algo misterioso que pertenece al futuro. Un niño, en toda su debilidad, es Dios poderoso. Un niño, en toda su indigencia y dependencia, es Padre perpetuo. Y la paz será «sin límites». El profeta se había referido antes a esto hablando de «una luz grande» y, a propósito de la paz venidera, había dicho que la vara del opresor, la bota que pisa con estrépito y la túnica empapada de sangre serían pasto del fuego (cf. Is 9,1.3-4).

Dios se ha manifestado. Lo ha hecho como niño. Precisamente así se contrapone a toda violencia y lleva un mensaje que es paz. En este momento en que el mundo está constantemente amenazado por la violencia en muchos lugares y de diversas maneras; en el que siempre hay de nuevo varas del opresor y túnicas ensangrentadas, clamemos al Señor: Tú, el Dios poderoso, has venido como niño y te has mostrado a nosotros como el que nos ama y mediante el cual el amor vencerá. Y nos has hecho comprender que, junto a ti, debemos ser constructores de paz. Amamos tu ser niño, tu no-violencia, pero sufrimos porque la violencia continúa en el mundo, y por eso también te rogamos: Demuestra tu poder, ¡oh Dios! En este nuestro tiempo, en este mundo nuestro, haz que las varas del opresor, las túnicas llenas de sangre y las botas estrepitosas de los soldados sean arrojadas al fuego, de manera que tu paz venza en este mundo nuestro.

La Navidad es Epifanía: la manifestación de Dios y de su gran luz en un niño que ha nacido para nosotros. Nacido en un establo en Belén, no en los palacios de los reyes. Cuando Francisco de Asís celebró la Navidad en Greccio, en 1223, con un buey y una mula y un pesebre con paja, se hizo visible una nueva dimensión del misterio de la Navidad. Francisco de Asís llamó a la Navidad «la fiesta de las fiestas» – más que todas las demás solemnidades – y la celebró con «inefable fervor» (2 Celano, 199: Fonti Francescane, 787). Besaba con gran devoción las imágenes del Niño Jesús y balbuceaba palabras de dulzura como hacen los niños, nos dice Tomás de Celano (ibíd.). Para la Iglesia antigua, la fiesta de las fiestas era la Pascua: en la resurrección, Cristo había abatido las puertas de la muerte y, de este modo, había cambiado radicalmente el mundo: había creado para el hombre un lugar en Dios mismo. Pues bien, Francisco no ha cambiado, no ha querido cambiar esta jerarquía objetiva de las fiestas, la estructura interna de la fe con su centro en el misterio pascual. Sin embargo, por él y por su manera de creer, ha sucedido algo nuevo: Francisco ha descubierto la humanidad de Jesús con una profundidad completamente nueva. Este ser hombre por parte de Dios se le hizo del todo evidente en el momento en que el Hijo de Dios, nacido de la Virgen María, fue envuelto en pañales y acostado en un pesebre. La resurrección presupone la encarnación. El Hijo de Dios como niño, como un verdadero hijo de hombre, es lo que conmovió profundamente el corazón del Santo de Asís, transformando la fe en amor. «Ha aparecido la bondad de Dios y su amor al hombre»: esta frase de san Pablo adquiría así una hondura del todo nueva. En el niño en el establo de Belén, se puede, por decirlo así, tocar a Dios y acariciarlo. De este modo, el año litúrgico ha recibido un segundo centro en una fiesta que es, ante todo, una fiesta del corazón.

Todo eso no tiene nada de sensiblería. Precisamente en la nueva experiencia de la realidad de la humanidad de Jesús se revela el gran misterio de la fe. Francisco amaba a Jesús, al niño, porque en este ser niño se le hizo clara la humildad de Dios. Dios se ha hecho pobre. Su Hijo ha nacido en la pobreza del establo. En el niño Jesús, Dios se ha hecho dependiente, necesitado del amor de personas humanas, a las que ahora puede pedir su amor, nuestro amor. La Navidad se ha convertido hoy en una fiesta de los comercios, cuyas luces destellantes esconden el misterio de la humildad de Dios, que nos invita a la humildad y a la sencillez. Roguemos al Señor que nos ayude a atravesar con la mirada las fachadas deslumbrantes de este tiempo hasta encontrar detrás de ellas al niño en el establo de Belén, para descubrir así la verdadera alegría y la verdadera luz.

Francisco hacía celebrar la santa Eucaristía sobre el pesebre que estaba entre el buey y la mula (cf. 1 Celano, 85: Fonti, 469). Posteriormente, sobre este pesebre se construyó un altar para que, allí dónde un tiempo los animales comían paja, los hombres pudieran ahora recibir, para la salvación del alma y del cuerpo, la carne del Cordero inmaculado, Jesucristo, como relata Celano (cf. 1 Celano, 87: Fonti, 471). En la Noche santa de Greccio, Francisco cantaba personalmente en cuanto diácono con voz sonora el Evangelio de Navidad. Gracias a los espléndidos cantos navideños de los frailes, la celebración parecía toda una explosión de alegría (cf. 1 Celano, 85 y 86: Fonti, 469 y 470). Precisamente el encuentro con la humildad de Dios se transformaba en alegría: su bondad crea la verdadera fiesta.

Quien quiere entrar hoy en la iglesia de la Natividad de Jesús, en Belén, descubre que el portal, que un tiempo tenía cinco metros y medio de altura, y por el que los emperadores y los califas entraban al edificio, ha sido en gran parte tapiado. Ha quedado solamente una pequeña abertura de un metro y medio. La intención fue probablemente proteger mejor la iglesia contra eventuales asaltos pero, sobre todo, evitar que se entrara a caballo en la casa de Dios. Quien desea entrar en el lugar del nacimiento de Jesús, tiene que inclinarse.

Me parece que en eso se manifiesta una cercanía más profunda, de la cual queremos dejarnos conmover en esta Noche santa: si queremos encontrar al Dios que ha aparecido como niño, hemos de apearnos del caballo de nuestra razón «ilustrada». Debemos deponer nuestras falsas certezas, nuestra soberbia intelectual, que nos impide percibir la proximidad de Dios. Hemos de seguir el camino interior de san Francisco: el camino hacia esa extrema sencillez exterior e interior que hace al corazón capaz de ver. Debemos bajarnos, ir espiritualmente a pie, por decirlo así, para poder entrar por el portal de la fe y encontrar a Dios, que es diferente de nuestros prejuicios y nuestras opiniones: el Dios que se oculta en la humildad de un niño recién nacido. Celebremos así la liturgia de esta Noche santa y renunciemos a la obsesión por lo que es material, mensurable y tangible. Dejemos que nos haga sencillos ese Dios que se manifiesta al corazón que se ha hecho sencillo. Y pidamos también en esta hora ante todo por cuantos tienen que vivir la Navidad en la pobreza, en el dolor, en la condición de emigrantes, para que aparezca ante ellos un rayo de la bondad de Dios; para que les llegue a ellos y a nosotros esa bondad que Dios, con el nacimiento de su Hijo en el establo, ha querido traer al mundo. Amén”.


Publicado por verdenaranja @ 22:48  | Habla el Papa
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Martes, 10 de enero de 2012

Reflexión de José Antonio Pagola al evangelio del domingo segundo del Tiempo Ordinario - B, ofrecido por la Delegación Diocesana de Enseñanza de la diócesis de Tenerife.

APRENDER A VIVIR 

         El evangelista Juan narra los humildes comienzos del pequeño grupo de seguidores de Jesús. Su relato comienza de manera misteriosa. Se nos dice que Jesús «pasaba». No sabemos de dónde viene ni adónde se dirige. No se detiene junto al Bautista. Va más lejos que su mundo religioso del desierto. Por eso, indica a sus discípulos que se fijen en él: «Éste es el Cordero de Dios».

         Jesús viene de Dios, no con poder y gloria, sino como un cordero indefenso e inerme. Nunca se impondrá por la fuerza, a nadie forzará a creer en él. Un día será sacrificado en una cruz. Los que quieran seguirle lo habrán de acoger libremente.

         Los dos discípulos que han escuchado al Bautista comienzan a seguir a Jesús sin decir palabra. Hay algo en él que los atrae aunque todavía no saben quién es ni hacia dónde los lleva. Sin embargo, para seguir a Jesús no basta escuchar lo que otros dicen de él. Es necesaria una experiencia personal.

         Por eso, Jesús se vuelve y les hace una pregunta muy importante: «¿Qué buscáis?». Estas son las primeras palabras de Jesús a quienes lo siguen. No se puede caminar tras sus pasos de cualquier manera. ¿Qué esperamos de él? ¿Por qué le seguimos? ¿Qué buscamos?

         Aquellos hombres no saben adónde los puede llevar la aventura de seguir a Jesús, pero intuyen que puede enseñarles algo que aún no conocen: «Maestro, dónde vives?». No buscan en él grandes doctrinas. Quieren que les enseñe dónde vive, cómo vive, y para qué. Desean que les enseñe a vivir. Jesús les dice: «Venid y lo veréis».

         En la Iglesia y fuera de ella, son bastantes los que viven hoy perdidos en el laberinto de la vida, sin caminos y sin orientación. Algunos comienzan a sentir con fuerza la necesidad de aprender a vivir de manera diferente, más humana, más sana y más digna. Encontrarse con Jesús puede ser para ellos la gran noticia.

         Es difícil acercarse a ese Jesús narrado por los evangelistas sin sentirnos atraídos por su persona. Jesús abre un horizonte nuevo a nuestra vida. Enseña a vivir desde un Dios que quiere para nosotros lo mejor. Poco a poco nos va liberando de engaños, miedos y egoísmos que nos están bloqueando.

         Quien se pone en camino tras él comienza a recuperar la alegría y la sensibilidad hacia los que sufren. Empieza a vivir con más verdad y generosidad, con más sentido y esperanza. Cuando uno se encuentra con Jesús tiene la sensación de que empieza por fin a vivir la vida desde su raíz, pues comienza a vivir desde un Dios Bueno, más humano, más amigo y salvador que todas nuestras teorías. Todo empieza a ser diferente. 

José Antonio Pagola 

Red evangelizadora BUENAS NOTICIAS
15 de enero de 2012
2 Tiempo ordinario
Juan 1, 35-42 


Publicado por verdenaranja @ 23:27  | Espiritualidad
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Subsidio para la oración por la paz en este año de 2012, enviado por Comisión Justicia y Paz de la diócesis de Tenerife.

Saludo y bienvenida: Introducción

Monición:

La paz nos convoca a una oración que quiere unirse a la de numerosos hombres y mujeres del mundo entero.

Queremos ser testigos e instrumentos de la paz junto a tantos otros que reconocen que la violencia es hoy, como ayer, una mala noticia universal. «Otro mundo es posible», en justicia, solidaridad y paz. Asumimos este mensaje, y nos lo aplicamos a la vez que se los decimos a los gobernantes del mundo para que sepan enfrentar la violencia con la sabiduría y la ley; a los organismos internacionales para que no reduzcan su responsabilidad a la atención de las crisis humanitarias provocadas por la guerra; a las iglesias para que se hagan cauce de la bondad infinita de Dios y cuiden la vida y la armonía entre todos los seres de la creación. «Nunca más la guerra. Sólo la paz debe guiar el destino de la humanidad, decía Pablo VI antela ONU. Siqueréis ser hermanos, dejad caer las armas de vuestras manos»... Todo esto lo hacemos hoy oración. 

Parábola: Escucha a tus hermanos

"Era una persona de esas que se dicen buenas, me gustaba alegrar la vida de los demás y compartir con ellos la felicidad y las risas. Pero me preguntaba a mí mismo ¿qué querrá Dios de mí, si ya soy bueno?

Un día, por despiste, se me ocurrió asomarme a la ventana de mi felicidad y descubrí la mirada triste del que está sólo y marginado, el llanto del niño que tiene hambre, el dolor del enfermo, la lucha del que no tiene trabajo, la tristeza del que no tiene quien le ame...

Todos me tendían sus manos, pero no entendía su queja, y les decía, "yo, ya soy feliz y bueno, ¿qué queréis?". Desde la ventana de mi felicidad yo te preguntaba: Dios ¡qué hay que hacer para seguir siendo bueno? y tú respondías siempre: "Escucha a tus hermanos. Escucha a tus hermanos".

Miré sus manos, Señor y oí el gemido de su voz: "Sé la carrera del cojo, la vista del ciego, la voz del que no habla.

Sé el pan del hambriento, la fuerza del que lucha, la alegría del triste, llora con el desconsolado y sonríe con el alegre"

Y yo te pregunté: "¿Y mi alegría, mi felicidad, mi comodidad?"

Y Tú respondías siempre: "Escucha a tus hermanos, escucha a tus hermanos".

(Silencio, reflexión: Ante la situación de injusticia y ‘violencia’ ¿es posible escuchar a Dios desoyendo las voces de tus hermanos?)

Lectura 1: (Is. 65, 25)

Pacerán junto el lobo y el cordero, el león comerá paja como el buey, y la serpiente se alimentará e polvo. No habrá quien haga mal ni daño en todo monte santo –dice el Señor-.

Dice Martín Luther King, pastor evangélico, líder negro, asesinado por la defensa de los derechos civiles en Estados Unidos.

«Me niego a hacer mía la afirmación cínica de que los pueblos irán cayendo, uno tras otro, en el torbellino del militarismo, hacia el infierno de la destrucción termonuclear.

Creo que la verdad y el amor sin condiciones tendrán la última palabra. La vida, aun provisionalmente vencida, es siempre más fuerte que la muerte. Creo firmemente que, incluso en medio de los obuses que estallan y de los cañones que retumban, permanece la esperanza de un radiante amanecer.

Creo igualmente que un día toda la humanidad reconocerá en Dios a la fuente de su amor. Creo que este amor salvador y pacífico será un día la ley. El lobo y el cordero podrán descansar juntos, cada hombre podrá sentarse debajo de su higuera, en su viña, y nadie tendrá ya que tener miedo. Creo firmemente que lo conseguiremos».

Proyección del mensaje de la jornada mundial de la paz: Educar a los jóvenes en la justicia y la paz

Lectura 2: (Mc. 9, 38-41)

Juan le dijo: -Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y se lo hemos prohibido, porque no es de nuestro grupo.

Jesús replicó: - No se lo prohibáis, porque nadie que haga un milagro en mi nombre, puede luego hablar mal de mí. Pues “el que no está contra nosotros, está a favor nuestro”. Os aseguro que el que os de a beber un vaso de agua no quedará sin recompensa.

Invitación a la oración

Dice Thich Nhat Hanh, monje budista, destacado activista de la paz durante la guerra de Vietnam: «Dice un adagio chino: «Cuando nace un profeta de la paz el agua del río se hace más clara y las plantas y los árboles de la montaña se vuelven intensamente verdes». Cuando un profeta de la paz está en medio de vosotros y vosotros ponéis vuestro pie cerca de su paso sentís luz, os hacéis paz con él y el mundo se llena de trasparencia. Por eso digo que si tú te sientas al lado de Jesús o del Buda no intentes analizar sus palabras; respira su paz». (Adaptación)

Compartimos nuestra oración

Elevamos nuestra oración al Dios de la paz, madre y padre de todos los pueblos del mundo. Dejamos tiempo para oraciones espontáneas de la asamblea. A cada petición, respondemos con una aclamación cantada: «Unidos a todos los pueblos, pedimos a Dios por la paz».

1. Por las víctimas de las guerras y los que tienen la vida destrozada a causa de ellas, por los que no ven ninguna esperanza en su futuro.

2. Por los que sufren a causa de la opresión, las discriminaciones, la injusta distribución de la riqueza.

3. Por los gobernantes, los políticos, los militares; por todos los que tienen responsabilidades en la vida colectiva.

4. Por los fabricantes de armas y por todos los que se enriquecen con las guerras.

5. Porla Iglesia, por cada uno de los cristianos, llamados a ser mensajeros dela Buena Noticiade la paz.

6. Por todos los hombres y mujeres de buena voluntad, por todos los que trabajan al servicio de la paz.

Gesto de paz

Jesús, el día de Pascua, se presentó en medio de sus discípulos y los saludó diciendo: "Paz a vosotros". Es su don, el don que nosotros debemos extender.

Cada vez que celebramos la Eucaristía, antes de comulgar, hacemos un gesto de amistad y reconciliación mutua que nos recuerda nuestro compromiso con esa paz. Sería falso, darnos la paz y no trabajar para hacerla realidad en nuestra vida cotidiana y en la vida del mundo entero, contribuyendo con todas nuestras posibilidades, que a menudo son más de las que imaginamos.

Por eso hoy, con toda la intensidad, con toda la fe y con toda la esperanza, démonos fraternalmente la paz.

Padrenuestro:

Terminemos este encuentro de oración rezando juntos el Padrenuestro. Unidos a Jesús, con toda la confianza en Dios, creyendo en su Reino, deseando que su voluntad de amor llegue a todos, dispuestos a trabajar por su paz, su perdón, su justicia, cantemos la oración que Jesús nos enseñó.

Canción final

Quiero ser, oh Señor instrumento de tu paz.

Quiero ser, oh Señor instrumento de tu paz.

Que donde haya odio, ponga yo el amor, donde haya ofensa, ponga perdón.

Que donde haya discordia, ponga yo la unión, donde haya error, ponga verdad.

Que donde haya duda, ponga yo la fe,

donde haya angustia, ponga esperanza.

Que donde haya tinieblas, ponga vuestra luz, donde haya tristeza, ponga alegría.


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Mensaje de Navidad de monseñor Oscar Sarlinga, obispo de Zárate-Campana (Diciembre de 2011). (AICA)

NAVIDAD 2011           

Queridos hermanos y hermanas
Queridos hijos en el Señor,

Con amor les dirijo este mensaje, el cual, en el discurrir de los pensamientos, pareciera que se hizo como una carta pastoral o una larga meditación. Pero verán que no lo es, quiso ser un mensaje espiritual, en el que trasunté algunas cuantas cosas que fui viendo, con la ayuda de la oración y que quise transmitirles para la cercana Navidad. Lean lo que puedan, no he querido ser abstracto ni académico, sino pastoral, y si fui en algo académico, ha sido sin voluntad expresa. Tomen de este mensaje lo que puedan o lo que el Señor les mueva a tomar, y si aún así no lo hacen, recen por mí. Yo lo hago por todos ustedes.

La Luzdel Señor es eterna,la Eternidadha irrumpido ya en el mundo con el Divino Niño, porque, como dicela Escritura, “(…) Yahvé será tu luz eterna, y tu Dios tu esplendor” (Is. 60,19-20).

Es Navidad, queridos hermanos, estamos casi en los umbrales del 2012. “Ayer”, por expresarnos así, comenzábamos el 2011, era “anteayer”, también metafóricamente, cuando estábamos esperando el año 2000. El tiempo transcurre de modo inexorable, y esto sí que ni alguien afectado de complejo de psicológica omnipotencia lo podría negar con convicción, porque nadie, nadie le puede poner oposición a esta verdad fáctica: tempus fugit. En cambio, ¡qué alegría nos proporciona sabernos imbuidos de Eternidad!. 

LUZ, PERDÓN Y ALEGRÍA NATALICIOS 

Creo que una urgencia de nuestro tiempo es que los cristianos, con humildad, nos levantemos, brillemos con la luz de Cristo y, asumamos la “dramática” urgencia del anuncio natalicio. Allí veo un elemento qua coadyuvaría a que la “nueva evangelización” cobre renovado vigor. La fortaleza y la serenidad del ánimo por la luminosa esperanza en las gracias especiales que recibiremos en el tiempo de Navidad favorecen, alientan en nosotros el profetismo de nuestro espíritu, el munus propheticum, pues si somos humildes de verdad “y en la verdad”  Dios nos dará “nataliciamente” el don de conocimiento para el bien, toda luz, todo perdón, toda alegría, aun en medio de pruebas e incluso de sufrimientos. Prepararse para el tiempo litúrgico de Navidad (mucho más que para una mera fiesta del almanaque) es cosa seria, cosa de fuertes y de mansos, de seres que quieren “renacer de lo Alto”.

Nos preguntamos: ¿podemos re-nacer, nacer de nuevo?. Físicamente no, en estas mismas coordenadas de tiempo y lugar. En la bienaventurada esperanza, sí.La Luzde Belén re-nace en verdad en nosotros, y nos hace re-nacer en el Espíritu, si ponemos las debidas disposiciones a la acción todopoderosa de Dios. La actitud para renacer es de esperanza: ¡levantemos el corazón!.  Acontece que, por no dejarnos iluminar por Dios, por no permitir que el suave poder del Espíritu del Señor disipe tinieblas, es que pululan tantas “obras de la carne” (en sentido paulino), envidias, venganzas, frustraciones interminables, desánimos, todas ellas penosas manifestaciones causadas por el orgullo. En última instancia causadas por no haber “puesto el rostro en tierra” (humus, tierra, de donde proviene humilis, humilde).

Sí, curiosamente, porque “poner rostro en tierra” es la mejor actitud para ver al Niño naciente con el mismo fulgor con que lo adoraron los Magos o vieron los Apóstoles a Jesús resplandeciente en el Tabor, con el mismo fulgor velado como lo vieron María Santísima y San Juan junto ala Cruz. Es la humildad la que puede darnos la visión espiritual, sin ella, toda visión es “puramente humana”. Humildad es, en ese sentido, tener conciencia de que todo nos ha sido dado, que nada hay que no hayamos recibido, que hemos de vivir en fortaleza, vivir en verdad, nuevamente dicho, “poner el rostro el tierra”. Es virtud medicinal, la medicina de Dios. 

MEDICINA DE DIOS 

El orgullo es como una peste. Infectó al ser angélico –porque él quiso, en su autocomplacencia e insano remedo de querer ser como Dios. Ese ser no cesa de envidiar la obra de Dios en nosotros. Aborrece especialmentela Encarnaciónyla Cruz; nos induce a la soberbia, que es la que caracteriza a él y constituye la antítesis de la humildad del verdadero Omnipotente, que es el Señor. Dios nos lo enseña, cual Maestro, el camino de la humildad. Es la lección fundamental y primera que nos da el Altísimo, como la lección basal, de su “misterio”: Él se hizo hombre. Se humilló. Sería ideal que profundizáramos en ese itinerario de humildad.  Ojalá demos algunos pasos vivos en su aprendizaje. Cuesta. Y nadie aprende humildad sin sufrimiento. El orgullo y el rencor que con él viene son dolencias espirituales básicas que nos conducen al vacío y a la nada.  

Más aún, como “dolencia-madre”, pecado generador, el orgullo engendra todos los demás. Así, ¿qué duda cabe que el ejemplo de la humildad de Dios constituye, a la vez, como lo refiere San Agustín, la medicina fundamental de la cual tenemos tanta necesidad hoy en día?[1]. ¿Nos dejaremos curar, sanar, por el Divino Niño, que es ya desde su cuna el Divino Médico?. Está en nosotros, pues Dios nos hizo libres. Poderosa medicina es la confianza en Dios. Si no confiamos, trastabillamos y caemos. En el fondo hay orgullo cuando se sucumbe al miedo, a los terrores que pudieran crearse en nuestro espíritu ante una eventual desolación.

Como nuestra confianza puede ser muy pobre, no siempre vemos que Dios nunca se desentiende de nosotros, Él, que tuvo la humildad de hacerse Hombre, el Emmanu-El, y está con nosotros siempre, al punto que pareciera que el profeta Isaías, en su iluminada exhortación se dirigiera a particulares circunstancias de nuestras vidas: “¡Levántate, brilla, que llega tu luz; la gloria del Señor amanece sobre ti! Mira: las tinieblas cubren la tierra, la oscuridad los pueblos; pero sobre ti amanecerá el Señor, su gloria aparecerá sobre ti; y acudirán los pueblos a tu luz, los reyes al resplandor de tu aurora” (Is. 60,1-2). Amanecerá el Señor y nos dará su medicina, crecerá el resplandor de nuestra aurora (siempre desdela Graciay en unión conla Cruz). Bebámosla, la medicina, es el “kairós”, el momento propicio, no lo desperdiciemos. 

JAMÁS SUCUMBIR AL MIEDO, EN EL NIÑO ESTÁ LA OMNIPOTENCIA DIVINA 

Navidad es fragilidad y fortaleza. Fragilidad del Niño recién nacido. Fortaleza de Dios hecho Hombre. Navidad es antídoto frente al caer en el paralizante temor, so pena de abrirle las puertas a un misterioso e inicuo poder de tinieblas, antitético dela Navidad. Diversospoderes que no vienen de Dios pueden pretender hacernos sucumbir al miedo, “a los lobos”, al desánimo, o a rapacidades diversas que pueden acecharnos con contrariedades que intenten desanimarnos.

Contrariedades varias no nos faltarán. No menores, entre otras, pueden ser los procederes de quienes, lejos de acrecentar la vida dela Iglesiacomo misterio de comunión, direccionen más bien su vida por “amor al poder”, dificultando así un renacimiento en la evangelización y misión. Es una actitud difícil de detectar, cuando está, se encuentra como muy replegada dentro, y esto en el ámbito que fuere, incluso con ribetes surrealistas: no olvidemos el espléndido relato del reyezuelo del planetita que describió Antoine de Saint-Exupéry en “Le petit prince”, es la descripción de una actitud, con psicológica penetración de parte del autor.

Entregarse al “amor al poder” no es otra cosa que el afloramiento del egoísmo. El “poder del amor” es unirse ala Cruzy el Amor de Cristo. Si no entregamos de lleno la vida al “poder del amor” nos  empobrecemos, no cumpliremos misión, y se producirá escándalo, más temprano o más tarde. Si queremos ser “dueños” per se vamos por mal camino. No creamos que esto pueda ocurrir sólo o principalmente en “los grandes ámbitos”. Puede darse también en ámbitos muy pequeños y poco valiosos a los ojos del mundo. Es una cuestión de espíritu, de actitud. Más que patrones, somos administradores, y tenemos que serlo “fielmente”. En este trayecto, no pocas veces las luchas que tenemos que afrontar en este mundo en el desenvolvimiento de nuestra misión pueden intentar agobiarnos y obnubilar nuestra vista, hasta pretender querer hacernos perder en parte el rumbo. El Soberbio por excelencia, nuestro enemigo, se alegrará mucho de ese daño, si lo pudo inducir, porque habrá hecho descender obscuridad y confusión, que es lo que se dedica a hacer y lo que lo complace.

Es verdad que no es fácil darse cuenta de todo ello ni advertirlo en sí mismo (tanto puede llegar a estar cauterizada la conciencia) porque es cierto que hay quien no llega a apercibirse del todo acerca de cuánto así obra. Ocurre que para “verse a sí mismo” también hay que asumir una actitud  valiente; no es fácil mirarse en el intimior intimo meo (la expresión es de San Agustín), necesitamos para ello el don del Espíritu.  

Un “efecto espejo” o “mirroring effect” ayudará, pero no alcanzará si nos reducimos al ámbito psicológico. Aquí hay que invocar los dones del Espíritu Santo, en especial el discernimiento, y rogar a Dios que nos dé un espíritu de servicio, que aleje de nosotros la soberbia, y nos una a su Cruz gloriosa, aunque tengamos que sufrir, cual espiritual abono para obtener esa gracia, aunque tengamos que expiar. 

INCLINARLA CABEZA BAJO LA PODEROSA MANO DE DIOS 

Navidad conlleva como actitud, dijimos, “levantar el corazón”. Levantamos el corazón inclinando y agachando, a la vez, nuestra cabeza bajo la poderosa mano de Dios, cual signo de confianza en Él y en su ternura; hay que aceptar para ello vivir una ascesis, pues existe un no pequeño trecho entre “concebir intelectualmente” que somos “servidores”, y el aceptarlo vivencialmente. Aceptar esta realidad que implica una ascética significa que seala Palabrade Él la que se haga en nosotros, a imitación de las virtudes de María Santísima.

Por ello, para que se disipe la tiniebla, para que nuestros ojos contemplen el misterio dela Navidad, amanece el Señor, Sol que nace de lo Alto. Conseguiremos compenetrarnos del espíritu de Navidad, más que alzando ansiosas miradas, inclinando la cabeza delante de la poderosa y amorosa mano de Dios para así abrirnos al don dela Fe, de la confianza. De este modo el Niño Jesús, nos hablará, sí, nos hablará al interior, incluso recién nacido, desde su pesebre, con inconfundible acento, a la vez penetrante y suave, y nos exhortará, nos enseñará, con tan sabios sones, que si tomáramos a fondo conciencia no podríamos desechar de ningún modo su palabra de bienaventuranza, y ya, desde entonces, nos inundaría una felicidad que nadie nos podría quitar: “bienaventurados aquellos que escuchanla Palabrade Dios y la practican” (Lc. 11, 28).

¡Bienaventurados!. Ésa es epifánica palabra veritativa y de bondad que nos dirige para nuestra vida, para toda la vida que ya hemos vivido (y de la cual ni un solo instante podemos cambiar) y para la vida por vivir. El Niño lo ve todo, ve nuestro decurso vivido, lo ve todo y en todas sus dimensiones, lo ve así, desde Niñito, desde su humana pequeñez, en un humilde pesebre, y posando sus ojitos sobre dicho decurso histórico y vivencial, y mirándolo con Amor, lo sana, si es que nos dejamos obrar por su medicina. Ya desde el pesebre la misión del Niño empezó a ser epifánica, ya entonces "(…) se manifestó la bondad de Dios nuestro  Salvador y su amor a los hombres” (Tit.3,4).  ¿Lo creemos?. Sí, pienso que lo creemos, pero tengo la certeza de la necesidad de clamar: Señor, creemos, ¡pero aumenta nuestra fe!. 

UNA ESPIRITUAL SEMIÓTICA 

Una espiritual semiótica, no obstante, es lícito efectuar, en el sentido siguiente. El preguntarnos qué significa para nuestros cristianos (¿quizá también para quienes están más cercanos en nuestras parroquias?) la Navidad, el Misterio de la Natividado Nacimiento. ¿Cuál es su significación vivencial para nuestra sociedad?. El Papa Benedicto XVI nos exhortó hoy mismo, en la audiencia del miércoles, con paternal dulzura: "En la sociedad actual, donde por desgracia las fiestas que se avecinan están perdiendo progresivamente su valor religioso, es importante que los signos externos de estos días no nos alejen del significado genuino del misterio que celebramos"[2], afirmó. A la vez nos animó a vivir con gozo el nacimiento de Cristo y aseguró que Dios está cerca de cada uno de nosotros "y desea que lo descubramos, para que con su luz se disipen las tinieblas que encubren nuestra vida y la humanidad"[3]. Toda tiniebla se disipa si en el corazón que recibe a Cristo naciente nace el clamor de Navidad. Prestemos atención a su paterna palabra: “que se disipen las tinieblas que encubren nuestra vida y a la humanidad”.

El Papa Paulo VI, quien en distintos momentos de su magisterio, con la profética y literaria expresión que lo caracterizaba, hacía referencia al “drama” y a lo “dramático”. Visualizó muchas veces las distintas dimensiones del “drama” humano y de la redención. Traigo a colación cuando dijo una vez que el anuncio navideño, visto en todas sus implicancias, conlleva un “drama”, a saber: “Pero aquí nuestro gozoso anuncio natalicio suscita un nuevo drama. Un drama en el cual nosotros todos estamos comprometidos, como vigorosamente nos lo recuerda San Pablo: ¿quién es el que cree en lo que escucha de nosotros? (Rom. 10, 16) –y proseguía, preguntándoselo, el Papa- ¿quién acoge nuestra evangelización?”[4]. Porque la tentación del desánimo acecha; el Padrenuestro nos renueva.

El desánimo se disipa cuando el clamor de Navidad nos mueve a que renazca en nosotros el espíritu de alabanza. Se trata de alabar (y de obrar), ello es obra del Espíritu. Se trata de gozar de la alabanza divina, y también, corresponsablemente, de asumir el desafío, el reto, de evangelizar desde esa alabanza y desde esa alegría que brota del corazón evangelizado.

Es verdad, en este “maravilloso y dramático” mundo, algunos nos escuchan y otros no, algunos facilitan que podamos cumplir una misión, otros no hacen una cosa ni otra, y otros, para qué decirlo, no trasuntan precisamente una ayuda. Asumamos esto también con el realismo de la esperanza, no caigamos en idealismos filosóficos.

Muchos, muchos acogen la evangelización, muchos se acercan y están junto a Cristo y rezan por nosotros, muchos que están visiblemente enla Iglesiay muchos que ni figuran en nuestros cerebrales registros, muchos que sólo el Señor conoce, y los conduce con su Amor. Dios obra siempre y misteriosamente; es más impresionante de lo que podríamos barruntar lo que el Espíritu Santo está obrando, incluso en estos tiempos en que se dan no pocas tinieblas (y las vemos concretamente, no es un cuento).  

¿Cuál es el criterio de genuinidad que hemos de asumir en nuestra misión, entonces?. ¿Cómo puede renovarnosla Navidad?. Porque nosotros mismos tenemos que ser honestos en esto. Pienso que un aspecto en el discernimiento de la índole genuina de nuestro proceder es “el buen fruto”. Pero creo que más profundamente aún uno de los criterios de genuinidad es avenirse a aguantarse las bofetadas y escupidas (en no pocas oportunidades sutilmente esputadas), sin abrigar deseos de venganza, sin anidar odio alguno. Antes bien, aunque humanamente cueste y sea casi como un cruento sacrificio, cultivar siempre el Amor yla Pazde Cristo, y “la Justiciaque mira desde el Cielo” (Ps 85) para con quienes esas cosas nos infligen. La Justiciadivina es infinitamente superior a la pobre justicia humana yla Misericordiade Dios es infinita.

Hemos de poner todo ello, creo, dentro del religioso “drama” de no ser más el servidor que su Dueño. Forma parte de la asunción de lo “teodramático”. Y vale para clérigos, laicos, religiosos, religiosas, familias, comunidades, pienso que vale para todos. Por ello, “perdonar es divino”. De tal modo, la alegría deviene infinita, cristológica y cristocéntrica en nuestros corazones.

Así pues, quien quiera dedicarse a ser un natalicio o navideño evangelizador, haga interiormente carne en sí mismo la exhortación de Jesús: “Vengan a mí”, y esto cuando el anuncio cuesta, o cuando es contrariado (no pocas veces más que por los “de fuera” por los “de dentro”). Esto es, re-cordemos, traigamos a nuestro interior, la palabra del Maestro: “Vengan a mí, todos ustedes, que están fatigados y oprimidos, que Yo los aliviaré”. Sólo Jesús nos alivia, nos descansa, nos reanima, nos devuelve (incluso cuando dormimos) la fortaleza y el ánimo. 

“GRACIAS” Y “PERDÓN” EN NAVIDAD 

Para conservar el ánimo y la fortaleza nos servirán de mucho dos realidades, muy buenas también para “expresar” (porque son mucho más que dos “términos”, son realidades, pero nos cuesta mucho decírselas a las personas): “Gracias” y “Perdón”.

Preguntó Pedro a Jesús: ¿cuántas veces debo perdonar a mi hermano, hasta siete veces?... respondió Jesús: no te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete" (Mt. 18, 21). Nosotros también necesitamos ser perdonados (porque si miramos bien, mucho hemos pecado) y también necesitamos perdonar. Es la ocasión de reflexionarlo: ¿Cómo lo hemos visualizado en nuestra preparación ala Navidad?. ¿Con qué disposición hemos acudido al sacramento de la reconciliación, o lo hemos promovido o alentado?. A cada uno la respuesta. Pero si descuidamos el sacramento de la reconciliación ningún renacimiento florecerá. 

INGRESEMOS EN LA “TEODRAMÁTICA” DEL NIÑO 

Al Eterno ya nos lo ha manifestado, Él, Jesús, que esla Epifaníadel Padre, pues "nadie conoce al Padre sino el Hijo" (Mt 11,27). En su Venida Gloriosa lo veremos “cara a cara”.La Eternidadbeata es nuestra esperanza. Mientras tanto, nosotros conocemos a Dios porque  el Niño nos lo ha dado a conocer, para que tuviéramos vida, pues "esta es la voluntad del Padre, que todo el que ve al Hijo y cree en El, tenga vida eterna"(Jn 6,40). Es lo que cuenta, con todas las buenas consecuencias que tiene para la vida humana, en camino ala Patriadel Cielo. Todo lo demás pasa, “como la hierba que se seca”.

Así, entonces, con gran afecto pido que esta Navidad nos sumerja más y más en lo Eterno, y a la vez nos haga resurgir a una vida nueva y nos reafirme en nuestra responsabilidad de evangelizar (fácil es decirlo, difícil es “dejarse renovar”). Al “drama” que significa esta vida, dejémoslo transformar por Dios; puede hacerlo, quiere hacerlo, según el mayor bien para nosotros. Aceptemos que Él sea “Señor” de nuestra propia historia, en salvífica “teodramática”, no importa cuántas tristes vicisitudes podamos haber experimentado, quizá también con alguna “dies amara valde” (día de infinita amargura). La alegría del Corazón de Cristo todo lo supera y si la asumimos, nadie nos la podrá quitar.

El único Señor dela Historiaes Dios. El único real Protagonista dela Evangelizaciónes el Espíritu Santo.La Iglesiaes el Cuerpo Místico de Cristo y el Pueblo de Dios. Nosotros cultivemos cada día más el espíritu de servidores. Imploremos la ayuda dela Virgen InmaculadaMadre de Dios, Madre dela Iglesia, y del Patriarca San José, “varón Justo” Patrono dela Iglesia; ellos fueron por excelencia de las excelencias los más puros anawim, en su espíritu manso, dulce y fuerte, ellos creyeron, contra toda expectativa humana, que “para Dios nada hay imposible" (Lc 1,37) y se sintieron confortados en Aquél Único que nos conforta (Cf Flp 4,13) pues María y José vivieron en plenitud esta certeza: el que, “para quienes aman a Dios todas las cosas contribuyen al bien” (Rm 8,28).

Sí, en el mysterium pietatis, misterio de piedad, todo se transforma en Bien para los que aman a Dios. Nosotros aferrémonos a que todo es posible para el que cree. Preguntémoselo, en nuestro interior, a María, “la Mujercreyente”.  

Feliz Navidad, con todo el corazón, y “con todo el amor del que soy capaz” (en el sentir del Beato Charles de Foucault) muy feliz renacimiento en los corazones, en las familias y en las comunidades, bendiciones de lo Alto de las manos del Divino Niño; tengamos esperanza, sembremos esperanza. Paz y Bien.

Con afecto pastoral, en el Señor Jesús, 

Mons. Oscar Sarlinga, obispo de Zárate-Campana
21 de diciembre de 2011


[1] Cf San Agustín, de Trin. 8, 5, 7; P.L. 42, 952.
[2] Benedicto XVI, Audiencia pública del miércoles 21 de diciembre en el Aula Pablo VI del Vaticano.
[3] Ibid.
[4] Pablo VI,  MESSAGGIO URBI ET ORBI   Solennità del Natale del Signore  Giovedì, 25 dicembre 1975   


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Mensaje de monseñor José María Arancibia, obispo de Mendoza y de monseñor Sergio O. Buenanueva, obispo auxiliar, para Navidad 2011. (AICA)

LA HUMILDAD DE DIOS          

¿Quién puede reconocer la presencia de Dios?

La Bibliatiene una respuesta precisa: solo los humildes pueden ver a Dios. Para el soberbio y el pagado de sí, todo es oscuro.

Esta experiencia se hace más notoria en Navidad. El Dios infinito aparece en la figura de un niño recién nacido, pobre entre los pobres. Es el Dios humilde del pesebre de Belén.

Solo los humildes pastores lo reconocen. Y los magos que, dejando su sabiduría humana, siguen la estrella hasta el pesebre.

El mayor acontecimiento de la historia humana no forma parte de la historia grande que relatan los historiadores del momento. Pasa desapercibido. Solo el paso del tiempo irá poniendo las cosas en sus lugar: la historia tiene un antes y un después en la persona de ese Niño.

Los hombres seguimos buscando a Dios, porque seguimos buscando razones para vivir y esperar. Esa búsqueda nunca acabada expresa la sed de salvación que anida en el corazón humano. El hombre necesita ser rescatado del vacío, de la mentira y del sinsentido.

No se puede salvar a sí mismo. Solo de fuera puede venir la salvación.

Dios se sigue ofreciendo, humilde, pobre y silencioso, en el Niño que nace en Belén. Ese Niño es el Salvador del hombre, el que le ofrece Vida en abundancia, el que le da sustento a su esperanza.

Al acercarse, una vez más, la celebración anual dela Navidad, queremos invitar a todos a volver la mirada a ese Niño que nace por nosotros.

Es bueno celebrar, hacer fiesta y brindar. Es mejor silenciar el corazón y buscar la humildad para reconocernos necesitados de un amor incondicional. Solo Dios puede amar de esa manera. Puede, y, de hecho, lo ha realizado: es lo que los cristianos reconocemos en el pesebre y, aún más radicalmente, en la cruz y en la resurrección de Cristo.

Por eso: en Navidad, volvamos a Jesús.

En cada comunidad cristiana estamos preparandola Navidadcomo una fiesta de fe para todos los que se acerquen con el corazón despojado de soberbia. Porque Dios se deja conocer por los humildes y sencillos.

Para algunos, la conmemoración anual del nacimiento de Jesús es una ocasión para confirmar su compromiso con la vida y la suerte de los menos favorecidos: los pobres, los excluidos, los que están solos o encarcelados, los que sobrellevan alguna prueba grande en la vida, los que no pueden liberarse de alguna pasión que los esclaviza, los últimos, los que están llegando al ocaso de sus vidas, los enfermos.

La luz de Dios resplandece, de manera especial, en las periferias del mundo opulento y pagado de sí. Entonces fue en la olvidada Belén. Hoy, el que busca a Dios, podrá encontrarlo también en el último lugar. Allí está Dios, brillando con luz propia.

En Navidad, volvamos a Jesús, y probaremos una alegría que el mundo no puede dar.

Con esta invitación les deseamos a todos una muy feliz Navidad. 

Mons. José María Arancibia, arzobispo de Mendoza

Mons. Sergio O. Buenaueva, obispo auxiliar 


Publicado por verdenaranja @ 22:53  | Hablan los obispos
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Lunes, 09 de enero de 2012

(ZENIT) A las 11 de esta mañana, en la Sala Clementina del Palacio Apostólico Vaticano, Benedicto XVI recibe en audiencia a los cardenales, los miembros de la Curia Romana y de la Casa de Gobierno de la Ciudad del Vaticano para la presentación de los augurios natalicios. En el encuentro, tras las palabras de saludo al santo padre del cardenal Angelo Sodano, decano del Colegio Cardenalicio, el papa dirigió a los presentes el discurso que sigue a continuación.

Señores Cardenales,
Venerados Hermanos en el Episcopado y en el Presbiterado,
queridos hermanos y hermanas

Vivimos hoy en un momento especialmente intenso. La santa Navidad está ya muy cerca y lleva a la gran familia de la Curia romana a reunirse para este hermoso intercambio de felicitaciones, que conllevan el deseo recíproco de vivir con alegría y auténtico fruto espiritual la fiesta de Dios que se hizo carne y puso su morada entre nosotros (cf. Jn 1,14). Esta es para mí una ocasión no sólo para expresar mi felicitación personal, sino también para manifestar a cada uno de vosotros mi agradecimiento y el dela Iglesiapor vuestro generoso servicio; os ruego que lo transmitáis también a todos los colaboradores de nuestra gran familia. Doy las gracias de modo particular al cardenal decano Angelo Sodano que se ha hecho portavoz de los sentimientos de todos los presentes y de los que trabajan en las diferentes oficinas dela Curia, del Gobierno dela Ciudaddel Vaticano, incluidos los que desempeñan su ministerio en las representaciones pontificias repartidas por todo el mundo. Todos estamos comprometidos en que el anuncio que los ángeles proclamaron en la noche de Belén, «Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad» (Lc 2,14), resuene en toda la tierra para llevar gozo y esperanza.

En este final del año, Europa se encuentra en una crisis económica y financiera que, en última instancia, se funda sobre la crisis ética que amenaza al Viejo Continente. Aunque no están en discusión algunos valores como la solidaridad, el compromiso por los demás, la responsabilidad por los pobres y los que sufren, falta con frecuencia, sin embargo, la fuerza que los motive, capaz de inducir a las personas y a los grupos sociales a renuncias y sacrificios. El conocimiento y la voluntad no siguen siempre la misma pauta. La voluntad que defiende el interés personal oscurece el conocimiento, y el conocimiento debilitado no es capaz de fortalecer la voluntad. Por eso, de esta crisis surgen preguntas muy fundamentales: ¿Dónde está la luz que pueda iluminar nuestro conocimiento, no sólo con ideas generales, sino con imperativos concretos? ¿Dónde está la fuerza que lleva hacia lo alto nuestra voluntad? Estas son preguntas a las que debe responder nuestro anuncio del Evangelio, la nueva evangelización, para que el mensaje llegue a ser acontecimiento, el anuncio se convierta en vida.

En efecto, el gran tema de este año, como también de los siguientes, es cómo anunciar el Evangelio. ¿De qué manera la fe, en cuanto fuerza viva y vital, puede llegar a ser hoy realidad? Todos los acontecimientos eclesiales del año que está por concluir han estado relacionados en definitiva con este tema. Se han realizado viajes a Croacia, a España, parala Jornada Mundialdela Juventud, a mi Patria, Alemania, y finalmente a África, Benín, para la entrega del documento postsinodal sobre justicia, paz y reconciliación; un documento del que ha de nacer una realidad concreta en las diversas Iglesias particulares. Han sido inolvidables también los viajes a Venecia, a San Marino, a Ancona, para elCongreso Eucarístico, y a Calabria. Y ha tenido lugar, en fin, la importante jornada del encuentro entre las religiones y entre las personas en búsqueda de verdad y de paz en Asís; una jornada concebida como un nuevo impulso en la peregrinación hacia la verdad y la paz. La institución del Consejo Pontificio parala Promocióndela Nueva Evangelizaciónnos remite anticipadamente al Sínodo que sobre el mismo tema tendrá lugar en el próximo año. También tiene que ver con ello el Año dela Fe, en recuerdo del comienzo del Concilio, hace cincuenta años. Cada uno de estos acontecimientos ha tenido su propio matiz. En Alemania, el país de origen dela Reforma, la cuestión ecuménica, con todas sus dificultades y esperanzas, ha tenido naturalmente una importancia particular. Indisolublemente unida a esto, hay siempre en el centro de las discusiones una pregunta: ¿Qué es una reforma dela Iglesia? ¿Cómo sucede? ¿Cuáles son sus caminos y sus objetivos? No sólo los fieles creyentes, sino también otros ajenos, observan con preocupación cómo los que van regularmente a la iglesia son cada vez más ancianos y su número disminuye continuamente; cómo hay un estancamiento de las vocaciones al sacerdocio; cómo crecen el escepticismo y la incredulidad. ¿Qué debemos hacer entonces? Hay una infinidad de discusiones sobre lo que se debe hacer para invertir la tendencia. Y, ciertamente, es necesario hacer muchas cosas. Pero el hacer, por sí solo, no resuelve el problema. El núcleo de la crisis dela Iglesiaen Europa es la crisis de fe. Si no encontramos una respuesta para ella, si la fe no adquiere nueva vitalidad, con una convicción profunda y una fuerza real gracias al encuentro con Jesucristo, todas las demás reformas serán ineficaces.

En este sentido, el encuentro en África con la gozosa pasión por la fe ha sido de gran aliento. Allí no se percibía ninguna señal del cansancio de la fe, tan difundido entre nosotros, ningún tedio de ser cristianos, como se percibe cada vez más en nosotros. Con tantos problemas, sufrimientos y penas como hay ciertamente en África, siempre se experimentaba sin embargo la alegría de ser cristianos, de estar sostenidos por la felicidad interior de conocer a Cristo y de pertenecer a su Iglesia. De esta alegría nacen también las energías para servir a Cristo en las situaciones agobiantes de sufrimiento humano, para ponerse a su disposición, sin replegarse en el propio bienestar. Encontrar esta fe dispuesta al sacrificio, y precisamente alegre en ello, es una gran medicina contra el cansancio de ser cristianos que experimentamos en Europa.

La magnífica experiencia dela Jornada Mundialdela Juventud, en Madrid, ha sido también una medicina contra el cansancio de creer. Ha sido una nueva evangelización vivida. Cada vez con más claridad se perfila en las Jornadas Mundiales dela Juventudun modo nuevo, rejuvenecido, de ser cristiano, que quisiera intentar caracterizar en cinco puntos.

1. Primero, hay una nueva experiencia de la catolicidad, la universalidad dela Iglesia. Estoes lo que ha impresionado de inmediato a los jóvenes y a todos los presentes: venimos de todos los continentes y, aunque nunca nos hemos visto antes, nos conocemos. Hablamos lenguas diversas y tenemos diferentes hábitos de vida, diferentes formas culturales y, sin embargo, nos encontramos de inmediato unidos, juntos como una gran familia. Se relativiza la separación y la diversidad exterior. Todos quedamos tocados por el único Señor Jesucristo, en el cual se nos ha manifestado el verdadero ser del hombre y, a la vez, el rostro mismo de Dios. Nuestras oraciones son las mismas. En virtud del encuentro interior con Jesucristo, hemos recibido en nuestro interior la misma formación de la razón, de la voluntad y del corazón. Y, en fin, la liturgia común constituye una especie de patria del corazón y nos une en una gran familia. El hecho de que todos los seres humanos sean hermanos y hermanas no es sólo una idea, sino que aquí se convierte en una experiencia real y común que produce alegría. Y, así, hemos comprendido también de manera muy concreta que, no obstante todas las fatigas y la oscuridad, es hermoso pertenecer ala Iglesiauniversal, ala Iglesiacatólica, que el Señor nos ha dado.

2. De aquí nace después un modo nuevo de vivir el ser hombres, el ser cristianos. Una de las experiencias más importantes de aquellos días ha sido para mí el encuentro con los voluntarios de la Jornada Mundialde la Juventud: eran alrededor de 20.000 jóvenes que, sin excepción, habían puesto a disposición semanas o meses de su vida para colaborar en los preparativos técnicos, organizativos y de contenido de la JMJ, y precisamente así habían hecho posible el desarrollo ordenado de todo el conjunto. Al dar su tiempo, el hombre da siempre una parte de la propia vida. Al final, estos jóvenes estaban visible y «tangiblemente» llenos de una gran sensación de felicidad: su tiempo que habían entregado tenía un sentido; precisamente en el dar su tiempo y su fuerza laboral habían encontrado el tiempo, la vida. Y entonces, algo fundamental se me ha hecho evidente: estos jóvenes habían ofrecido en la fe un trozo de vida, no porque se les había mandado o porque con ello se ganaba el cielo; ni siquiera porque así se evita el peligro del infierno. No lo habían hecho porque querían ser perfectos. No miraban atrás, a sí mismos. Me vino a la mente la imagen de la mujer de Lot que, mirando hacia atrás, se convirtió en una estatua de sal. Cuántas veces la vida de los cristianos se caracteriza por mirar sobre todo a sí mismos; hacen el bien, por decirlo así, para sí mismos. Y qué grande es la tentación de todos los hombres de preocuparse sobre todo de sí mismos, de mirar hacia atrás a sí mismos, convirtiéndose así interiormente en algo vacío, «estatuas de sal». Aquí, en cambio, no se trataba de perfeccionarse a sí mismos o de querer tener la propia vida para sí mismos. Estos jóvenes han hecho el bien –aun cuando ese hacer haya sido costoso, aunque haya supuesto sacrificios– simplemente porque hacer el bien es algo hermoso, es hermoso ser para los demás. Sólo se necesita atreverse a dar el salto. Todo eso ha estado precedido por el encuentro con Jesucristo, un encuentro que enciende en nosotros el amor por Dios y por los demás, y nos libera de la búsqueda de nuestro propio «yo». Una oración atribuida a san Francisco Javier dice: «Hago el bien no porque a cambio entraré en el cielo y ni siquiera porque, de lo contrario, me podrías enviar al infierno. Lo hago porque Tú eres Tú, mi Rey y mi Señor». También en África encontré esta misma actitud, por ejemplo en las religiosas de Madre Teresa que cuidan de los niños abandonados, enfermos, pobres y que sufren, sin preguntarse por sí mismas y, precisamente así, se hacen interiormente ricas y libres. Esta es la actitud propiamente cristiana. También ha sido inolvidable para mí el encuentro con los jóvenes discapacitados en la fundación San José, de Madrid, encontré de nuevo la misma generosidad de ponerse a disposición de los demás; una generosidad en el darse que, en definitiva, nace del encuentro con Cristo que se ha entregado a sí mismo por nosotros.

3. Un tercer elemento, que de manera cada vez más natural y central forma parte de las Jornadas Mundiales dela Juventud, y de la espiritualidad que proviene de ellas, es la adoración. Fue inolvidable para mí, durante mi viaje en el Reino Unido, el momento en Hyde Park, en que decenas de miles de personas, en su mayoría jóvenes, respondieron con un intenso silencio a la presencia del Señor en el Santísimo Sacramento, adorándolo. Lo mismo sucedió, de modo más reducido, en Zagreb, y de nuevo en Madrid, tras el temporal que amenazaba con estropear todo el encuentro nocturno, al no funcionar los micrófonos. Dios es omnipresente, sí. Pero la presencia corpórea de Cristo resucitado es otra cosa, algo nuevo. El Resucitado viene en medio de nosotros. Y entonces no podemos sino decir con el apóstol Tomás: «Señor mío y Dios mío». La adoración es ante todo un acto de fe: el acto de fe como tal. Dios no es una hipótesis cualquiera, posible o imposible, sobre el origen del universo. Él está allí. Y si él está presente, yo me inclino ante él. Entonces, razón, voluntad y corazón se abren hacia él, a partir de él. En Cristo resucitado está presente el Dios que se ha hecho hombre, que sufrió por nosotros porque nos ama. Entramos en esta certeza del amor corpóreo de Dios por nosotros, y lo hacemos amando con él. Esto es adoración, y esto marcará después mi vida. Sólo así puedo celebrar tambiénla Eucaristíade modo adecuado y recibir rectamente el Cuerpo del Señor.

4. Otro elemento importante de las Jornadas Mundiales dela Juventudes la presencia del Sacramento dela Penitenciaque, de modo cada vez más natural, forma parte del conjunto. Con eso reconocemos que tenemos continuamente necesidad de perdón y que perdón significa responsabilidad. Existe en el hombre, proveniente del Creador, la disponibilidad a amar y la capacidad de responder a Dios en la fe. Pero, proveniente de la historia pecaminosa del hombre (la doctrina dela Iglesiahabla del pecado original), existe también la tendencia contraria al amor: la tendencia al egoísmo, al encerrarse en sí mismo, más aún, al mal. Mi alma se mancha una y otra vez por esta fuerza de gravedad que hay en mí, que me atrae hacia abajo. Por eso necesitamos la humildad que siempre pide de nuevo perdón a Dios; que se deja purificar y que despierta en nosotros la fuerza contraria, la fuerza positiva del Creador, que nos atrae hacia lo alto.

5. Finalmente, como última característica que no hay que descuidar en la espiritualidad de las Jornadas Mundiales dela Juventud, quisiera mencionar la alegría. ¿De dónde viene? ¿Cómo se explica? Seguramente hay muchos factores que intervienen a la vez. Pero, según mi parecer, lo decisivo es la certeza que proviene de la fe: yo soy amado. Tengo un cometido en la historia. Soy aceptado, soy querido. Josef Pieper, en su libro sobre el amor, ha mostrado que el hombre puede aceptarse a sí mismo sólo si es aceptado por algún otro. Tiene necesidad de que haya otro que le diga, y no sólo de palabra: «Es bueno que tú existas». Sólo a partir de un «tú», el «yo» puede encontrarse a sí mismo. Sólo si es aceptado, el «yo» puede aceptarse a sí mismo. Quien no es amado ni siquiera puede amarse a sí mismo. Este ser acogido proviene sobre todo de otra persona. Pero toda acogida humana es frágil. A fin de cuentas, tenemos necesidad de una acogida incondicionada. Sólo si Dios me acoge, y estoy seguro de ello, sabré definitivamente: «Es bueno que yo exista». Es bueno ser una persona humana. Allí donde falta la percepción del hombre de ser acogido por parte de Dios, de ser amado por él, la pregunta sobre si es verdaderamente bueno existir como persona humana, ya no encuentra respuesta alguna. La duda acerca de la existencia humana se hace cada vez más insuperable. Cuando llega a ser dominante la duda sobre Dios, surge inevitablemente la duda sobre el mismo ser hombres. Hoy vemos cómo esta duda se difunde. Lo vemos en la falta de alegría, en la tristeza interior que se puede leer en tantos rostros humanos. Sólo la fe me da la certeza: «Es bueno que yo exista». Es bueno existir como persona humana, incluso en tiempos difíciles. La fe alegra desde dentro. Ésta es una de las experiencias maravillosas de las Jornadas Mundiales dela Juventud.

Nos llevaría muy lejos hablar ahora también del encuentro de Asís de manera detallada, como merecería la importancia del acontecimiento. Agradezcamos sencillamente a Dios porque nosotros --representantes de las religiones del mundo y también representantes del pensamiento en búsqueda de la verdad– pudimos encontrarnos aquel día en un clima de amistad y de respeto recíproco, en el amor por la verdad y en la responsabilidad común por la paz. Podemos esperar que de este encuentro haya nacido una nueva disponibilidad para servir la paz, la reconciliación y la justicia.

Por último, quisiera agradecer de corazón a todos vosotros por el apoyo para llevar adelante la misión que el Señor nos ha confiado como testigos de su verdad, y os deseo a todos la alegría que Dios, en la encarnación de su Hijo, nos ha querido dar. Feliz Navidad a todos vosotros. Gracias.

Traducido del original italiano por José Antonio Varela Vidal
©Librería Editorial Vaticana


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Mensaje de monseñor Rubén Oscar Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús parala Navidad (20 de diciembre de 2011). (AICA)

EL NIÑO DIOS NOS TRAE LA SALVACIÓN          

Estamos celebrandola Fiestadela Navidad. Diosque se hace hombre para que el hombre llegue a Dios. Este acontecimiento es único, asombroso, extraordinario, inédito, original. « ¿Quién como el Señor, Dios nuestro, que se eleva en su trono y se abaja para mirar al cielo y a la tierra?». (Sal 113 [112], 5s).

Este regalo que Dios nos hace compromete definitivamente el destino de la humanidad. Nos asombra, nos supera, nos sorprende. La luz se hace presente y nos ilumina. Es de desear que hayamos preparado el pesebre y que el Niño Dios tenga lugar y cabida en nuestra vida y en nuestro corazón. Ustedes se acuerdan que no hubo lugar en la posada, y tuvieron que ir a un establo, donde se encuentran los animales domésticos.

«A María le llegó el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en la posada» (cf. Lc 2,6s) ¿Dónde lo hemos recibido nosotros? ¿Qué lugar le hemos dado, qué lugar le vamos a ofrecer, con qué actitud lo vamos a recibir? ¿De memoria, por costumbre, con indiferencia, aburridos? ¿Lo vamos a hacer pasar en seguida, o correremos a hacer otras cosas, buscando otras excusas para no recibirlo bien? «Vino a su casa, y los suyos no lo recibieron» (Jn. 1,11).

Bien sabemos que su presencia, altera todo nuestro cálculo. Nos trasciende, incluso nuestros pecados, nuestras fragilidades, nuestras desconfianzas, nuestros límites, nuestros razonamientos, nuestros esquemas, todo es superado por su presencia. «Pero a cuantos lo recibieron, les da poder para ser hijos de Dios» (Jn 1,12).

Su amor, su bondad, su mirada, sus manos, su vida, su corazón. Este Niño viene a nosotros para que nos podamos despertar, para que podamos tomar fuerza, para retomar y orientar el sentido de nuestra vida.

Lo recibimos y lo adoramos, lo contemplamos y tomamos decisiones, «Porque la gracia de Dios que trae salvación a todos los hombres, se manifestó» (Tito 2, 11). Seria una tragedia quedar igual. Recordemos en las cosas de Dios, cuando uno queda igual, involuciona y retrocede.

Este misterio de Dios oculto, pero revelado en Jesús, el Hijo de Dios y el Hijo de María Virgen, está en medio nuestro. Vivámoslo en familia, vivámoslo en Comunidad, tomemos ejemplo de los pastores, que fueron a adorarlo y con los ángeles digamos: «Gloria a Dios en el cielo y paz en la tierra» (Lc. 2, 14)

El viene a nosotros para quedarse con nosotros, hasta el fin del mundo (Cf. Mt. 28, 16). Hoy nuestra vida y nuestro compromiso se ven fortalecidos con solo su presencia. El amor y la bondad, la luz y la fidelidad vuelven a ser posibles. Que escuchando bien, tengamos la dicha de responder bien.

Feliz Navidad para cada uno de ustedes y para todas sus Comunidades. 

Mons. Rubén O. Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús
Avellaneda, 20 de diciembre de 2011 


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Mensaje de monseñor José María Arancedo, arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, parala Navidad 2011. (AICA)

NAVIDAD 2011           

Navidad es la fiesta que nos habla de la cercanía y del camino elegido por Dios para llegar al hombre. Esta es la gran noticia que cada año celebramos: “Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Señor” (Lc. 2, 11), es el simple anuncio de Navidad. ¿Cuál es el motivo de este nacimiento? La única respuesta es el amor: “Sí, nos dice el mismo evangelio, tanto amó Dios al mundo que le envió a su Hijo, para que el hombre participe de su misma Vida” (cfr. Jn. 3, 16). Navidad nos habla tanto del compromiso de Dios con el hombre, como de la vocación del hombre a participar de la vida de Dios.  

El hombre tiene sed de vida y felicidad que es, en última instancia, sed de Dios; es a Él a quién “buscan como fuente de vida” (Ap. 350). Esta apertura y sed del hombre es signo de su espiritualidad y vocación. Esto que hace a la verdad del hombre como ser espiritual es un derecho que necesita, por lo mismo, de las condiciones que lo posibiliten. Lo religioso no es un agregado al hombre sino una dimensión propia de su condición espiritual, y que hace a su plena realización. Lo religioso, bien entendido, es también un tema de alcance político porque compromete al Estado en cuanto responsable de crear las condiciones del bien común. Estamos hablando de la dimensión religiosa como vocación en la vida del hombre.

No podemos dejar de pensar, sin embargo, en todo aquello que debilita y ataca la dignidad de la vida humana. No sólo en la fragilidad de la vida naciente con la amenaza del aborto, sino en todo su desarrollo posterior. Violencia y maltrato de la niñez; presencia de la droga que avanza y deteriora a nuestros jóvenes; marginalidad y exclusión siguen siendo desafíos que todos debemos asumir; una cultura que necesita de valores que la eleve para dar sentido a la vida del hombre; recuperar el valor de la palabra dada que engendra confianza y credibilidad en nuestras relaciones; valorar y cuidar la vida de nuestros mayores; superar enfrentamientos estériles que nos aíslan y postergan las repuestas a los verdaderos problemas. Todo esto debilita la dignidad de la vida y nos empobrece como argentinos.  

Que al reunirnos esta noche renovemos el deseo de construir una Patria donde el cuidado y el respeto por la vida, en todo su desarrollo, nos comprometa. Que nos miremos como hermanos y tengamos la libertad y la confianza de darnos un gesto que nos ayude a encontrar: “la sabiduría del diálogo y la alegría de la esperanza que no defrauda”. Al acercarme al pesebre y contemplar el Niño de Belén, tendré una oración muy especial porla Patria, por sus autoridades y todos mis hermanos. Feliz Navidad. 

Mons. José María Arancedo, arzobispo de Santa Fe dela Vera Cruz    


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Domingo, 08 de enero de 2012

ZENIT nos ofrece el texto íntegro de la catequesis del papa en la Audiencia General del miércoles 21 de Diciembre de 2011, desarrollada en el Aula Paulo VI.

Queridos hermanos y hermanas:

Me complace darles la bienvenida enla Audienciageneral, a pocos días de la celebración dela Natividaddel Señor. El saludo que recorre en estos días los labios de todos es “¡Feliz Navidad! ¡Saludos por las buenas fiestas navideñas!” Verifiquemos que, también en la sociedad actual, el intercambio de los saludos no pierda su profundo valor religioso, y la fiesta no sea absorbida por los aspectos exteriores, que tocan las fibras del corazón. Efectivamente, los signos externos son hermosos e importantes, siempre que no nos distraigan, sino que nos ayuden a vivirla Navidaden su verdadero sentido --aquello sagrado y cristiano--, de modo que tampoco nuestra alegría sea superficial, sino profunda.

Con la liturgia navideñala Iglesianos introduce en el gran Misterio dela Encarnación. LaNavidad, en efecto, no es un simple aniversario del nacimiento de Jesús; es también esto, pero es más aún, es celebrar un Misterio que ha marcado y continua marcando la historia del hombre –Dios mismo ha venido a habitar en medio de nosotros (cfr. Jn. 1,14), se ha hecho uno de nosotros--; un Misterio que conmueve nuestra fe y nuestra existencia; un Misterio que vivimos concretamente en las celebraciones litúrgicas, en particular enla Santa Misa.

Cualquiera podría preguntarse: ¿cómo es posible que yo viva ahora este evento tan lejano en el tiempo? ¿Cómo puedo participar provechosamente en el nacimiento del Hijo de Dios, ocurrido hace más de dos mil años? Enla Santa Misadela Nochede Navidad, repetiremos como estribillo de respuesta al salmo responsorial estas palabras: “Hoy ha nacido para nosotros el Salvador”. Este adverbio de tiempo, “hoy”, se utiliza más veces en las celebraciones natalicias y está referido al hecho del nacimiento de Jesús y a la salvación quela Encarnacióndel Hijo de Dios viene a traer. Enla Liturgia, tal venida sobrepasa los límites del espacio y del tiempo y se vuelve actual, presente; su efecto perdura, en el transcurrir de los días, de los años y de los siglos. Indicando que Jesús nace “hoy”,la Liturgiano usa una frase sin sentido, sino subraya que esta Navidad incide e impregna toda la historia, sigue siendo una realidad incluso hoy, a la cual podemos acudir precisamente en la liturgia. A nosotros los creyentes, la celebración dela Navidadrenueva la certeza de que Dios está realmente presente con nosotros, todavía “carne” y no sólo lejano: aún estando con el Padre está cerca de nosotros. Dios, en aquel Niño nacido en Belén, se ha acercado al hombre: nosotros lo podemos encontrar todavía, en un “hoy” que no tiene ocaso.

Me gustaría insistir sobre este punto, porque al hombre contemporáneo, hombre de lo “razonable”, de lo experimentable empíricamente, se le hace cada vez más difícil abrir el horizonte y entrar en el mundo de Dios. La redención de la humanidad es sin duda, un momento preciso e identificable de la historia: en el acontecimiento de Jesús de Nazaret; pero Jesús es el Hijo de Dios, es Dios mismo, que no solo le ha hablado al hombre, que le mostró signos maravillosos, que lo condujo a través de toda una historia de salvación, sino que se ha hecho hombre y permanece hombre. El Eterno ha entrado en los límites del tiempo y del espacio, para hacer posible “hoy” el encuentro con Él. Los textos litúrgicos navideños nos ayudan a entender que los eventos de la salvación realizados por Cristo son siempre actuales, interesan a cada hombre y a todos los hombres. Cuando escuchamos o pronunciamos, en las celebraciones litúrgicas, este “hoy ha nacido para nosotros el Salvador”, no estamos utilizando una expresión convencional vacía, sino entendemos que Dios nos ofrece “hoy”, ahora, a mí, a cada uno de nosotros, la posibilidad de reconocerlo y de acogerlo, como hicieron los pastores de Belén, para que Él nazca también en nuestra vida y la renueve, la ilumine, la transforme con su Gracia, con su Presencia.

La Navidad, por tanto, mientras conmemora el nacimiento de Jesús en la carne, dela Virgen María–y numerosos textos litúrgicos hacen revivir a nuestros ojos este o aquél episodio--, es un evento eficaz para nosotros. El papa san León Magno, presentando el sentido profundo dela Fiestade Navidad, invitaba a sus fieles con estas palabras: “Exultemos en el Señor, queridos míos, y abramos nuestros corazón a la alegría más pura, porque ha despuntado el día que para nosotros significa la nueva redención, la antigua preparación, la felicidad eterna. Se renueva en realidad para nosotros, en el ciclo anual que transcurre, el alto misterio de nuestra salvación, que, prometido al inicio y otorgado al final de los tiempos, está destinado a durar para siempre” (Sermón22, InNativitate Domini, 2,1: PL 54,193). Y, siempre san León Magno, en otra de sus homilías navideñas, afirmaba: “Hoy, el creador del mundo ha sido generado en el seno de una virgen: aquel que había hecho todas las cosas se ha hecho hijo de una mujer creada por él mismo. Hoy,la Palabrade Dios ha aparecido revestido de carne y, aunque nunca había sido visible al ojo humano, se ha hecho también visiblemente palpable. Hoy los pastores han escuchado por voz de los ángeles que que ha nacido el Salvador en la sustancia de nuestro cuerpo y de nuestra alma” (Sermón26, InNativitate Domini, 6,1: PL 54,213).

Hay un segundo aspecto al cual quisiera aludir brevemente: el evento de Belén debe ser considerado a la luz del Misterio Pascual: el uno y el otro son parte de la única obra redentora de Cristo.La Encarnacióny el nacimiento de Jesús nos invitan a dirigir, desde ya, la mirada sobre su muerte y su resurrección: Navidad y Pascua, ambas son fiestas de la redención.La Pascuase celebra como victoria sobre el pecado y sobre la muerte: marca el momento final, cuando la gloria del Hombre-Dios resplandece como la luz del día;la Navidadse celebra como el entrar de Dios en la historia haciéndose hombre para restituir el hombre a Dios: marca, por así decirlo, el momento inicial, cuando se deja entrever el clarear del alba. Pero así como el alba precede y hace ya presagiar la luz del día, asíla Navidadanuncia yala Cruzy la gloria dela Resurrección. Tambiénlos dos períodos del año, en los cuales están situadas las dos grandes fiestas, al menos en algunas áreas del mundo, pueden ayudar a comprender este aspecto. Efectivamente, mientrasla Pascuacae al inicio de la primavera, cuando el sol vence las densas y frías nieblas y renueva la faz de la tierra,la Navidadcae justo al inicio del invierno, cuando la luz y el calor del sol no llegan a despertar a la naturaleza, envuelta por el frío; pero sin embargo, bajo su manto palpita la vida y comienza de nuevo la victoria del sol y del calor.

Los padres dela Iglesialeían siempre el nacimiento de Cristo a la luz de la entera obra redentora, que encuentra su cúspide en el Misterio Pascual.La Encarnacióndel Hijo de Dios aparece no solo como el inicio y la condición de la salvación, sino como la presencia misma del Misterio de nuestra salvación: Dios se hace hombre, nace niño como nosotros, toma nuestra carne para vencer a la muerte y al pecado. Dos textos significativos de san Basilio lo ilustran bien. San Basilio decía a los fieles: “Dios asume la carne justo para destruir la muerte en ella escondida. Como los antídotos de un veneno, una vez ingeridos anulan los efectos, y como la oscuridad de una casa se disuelve a la luz del sol, así la muerte que dominaba sobre la naturaleza humana fue destruida por la presencia de Dios. Y como el hielo, que permanece sólido en el agua mientras dura la noche y reina la oscuridad, se derrite de inmediato al calor del sol. Así la muerte, que había reinado hasta la venida de Cristo, apenas aparece la gracia del Dios Salvador y surge el sol de justicia, “fue devorada por la victoria” (1 Cor. 15,54), sin poder coexistir conla Vida” (Homilía sobre el nacimiento de Cristo, 2: PG 31,1461). Y también san Basilio, en otro texto, hacía esta invitación: “Celebramos la salvación del mundo, la navidad del género humano. Hoy ha sido perdonada la culpa de Adán. No tenemos que decir nunca más: “Eres polvo y al polvo tornarás” (Gn. 3,19), sino, unidos a aquel que ha venido del cielo, serán admitidos en el cielo” (Homilía sobre el nacimiento de Cristo, 2: PG 31,1461).

En Navidad encontramos la ternura y el amor de Dios que se inclina sobre nuestros límites, sobre nuestras debilidades, sobre nuestros pecados y se abaja hasta nosotros. San Pablo afirma que Jesucristo “siendo de condición divina... se despojó de sí mismo, tomando la condición de esclavo, asumiendo semejanza humana” (Fil. 2,6-7). Miremos a la gruta de Belén: Dios se abaja hasta ser acostado en un pesebre, que es ya el preludio del abajamiento en la hora de su pasión. El culmen de la historia del amor entre Dios y el hombre pasa a través del pesebre de Belén y el sepulcro de Jerusalén.

Queridos hermanos y hermanas, vivamos con alegríala Navidadque se acerca. Vivamos este acontecimiento maravilloso: el Hijo de Dios nace aún “hoy”, Dios está verdaderamente cercano a cada uno de nosotros y quiere encontrarnos, quiere llevarnos a Él. Es Él la verdadera luz, que elimina y disuelve las tinieblas que envuelven nuestra vida y a la humanidad. Vivamosla Navidaddel Señor contemplando el camino del inmenso amor de Dios que nos ha elevado hacia Sí a través del Misterio dela Encarnación, Pasión, Muerte y Resurrección de su Hijo, porque –como afirma san Agustín- “en (Cristo) la divinidad del Unigénito se ha hecho partícipe de nuestra mortalidad, a fin de que podamos participar de su inmortalidad” (Epístola 187,6,20: PL33,839-840). Sobre todo contemplemos y vivamos este Misterio en la celebración dela Eucaristía, centro dela Santa Navidad; allí se hace presente Jesús de modo real, verdadero Pan bajado del cielo, verdadero Cordero sacrificado por nuestra salvación.

Les deseo a todos ustedes y a sus familias, la celebración de una Navidad verdaderamente cristiana, de modo que también los intercambios de saludos en aquel día sean expresión del gozo de saber que Dios está cerca de nosotros y quiere recorrer con nosotros el camino de la vida. Gracias.

Traducción del original italiano por José Antonio Varela Vidal
©Librería Editorial Vaticana


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Diócesis de San Cristóbal deLa Laguna
Tenerife -La Palma-La Gomera- El Hierro

2° Domingo del Tiempo Ordinario       
15 de enero de 2012 

San Cristóbal de La Laguna, 23 de diciembre de 2011

Estimado sacerdote:

Desde el equipo dela Delegaciónde Migraciones queremos, antes que nada, que recibas nuestra felicitación en estos días de Navidad y nuestro deseo de que el Señor te bendiga a ti y a las comunidades parroquiales a las que acompañas.

Te adjuntamos a esta carta los materiales de la Jornada Mundial del Emigrante y Refugiado que, como cada año, viene desarrollándose en el domingo segundo del Tiempo Ordinario, terminado el Tiempo de Navidad. En esta ocasión, por tanto,la Jornadase celebrará el 14 y 15 de enero.

El lema escogido por el Papa para este año es Nueva Evangelización y Migraciones y nace de una realidad contrastada y que él mismo indica en su mensaje parala Jornada: "hoy notamos la urgencia de promover, con nueva fuerza y modalidades renovadas, la obra de evangelización en un mundo en el que la desaparición de las fronteras y los nuevos procesos de globalización acercan aún más las personas y los pueblos, tanto por el desarrollo de los medios de comunicación como por la frecuencia y la facilidad con que se llevan a cabo los desplazamientos de individuos y de grupos. En esta nueva situación debemos despertar en cada uno de nosotros el entusiasmo y la valentía que impulsaron a los primeras comunidades cristianas a anunciar con ardor la novedad evangélica".

En este curso en el que ponemos en marcha el nuevo Plan Diocesano de Pastoral con el objetivo de "ser discípulos y misioneros, aquí y ahora" caminando hacia la meta de implantar en nuestra diócesisla Nueva Evangelización, creemos que son muy oportunas las palabras del Papa en referencia a los retos que ésta nos plantea en ámbito de las migraciones:

"En efecto, el momento actual llama ala Iglesiaa emprender una nueva evangelización también en el vasto y complejo fenómeno de la movilidad humana, intensificando la acción misionera, tanto en las regiones de primer anuncio como en los países de tradición cristiana."

"En el comprometedor itinerario de la nueva evangelización en el ámbito migratorio desempeñan un papel decisivo los agentes pastorales —sacerdotes, religiosos y laicos—, que trabajan cada vez más en un contexto pluralista: en comunión con sus Ordinarios, inspirándose en el Magisterio dela Iglesia, les invito a buscar caminos de colaboración fraterna y de anuncio respetuoso, superando contraposiciones y nacionalismos."

Los obispos de la Comisión Episcopalde Migraciones en su mensaje para la jornada nos indican que en las líneas generales de la próxima Asamblea general del Sínodo de los Obispos se apunta como un escenario donde se va a confrontar y jugarla Nueva Evangelización el de las migraciones: "Ello nos demanda no permanecer cerrados en los recintos de nuestras comunidades, atrevernos a transitar por nuevos caminos abriendo puertas y suscitando encuentros, leyendo en el rostro de los inmigrantes sus dolores y esperanzas, traduciendo la esperanza del Evangelio en respuestas prácticas para adultos, jóvenes y niños." De ahí que se plantee esa invitación sugerente que acompaña al lema de la jornada en los materiales y que la podemos aplicar perfectamente a nuestra realidad diocesana: Salgamos al encuentro... abramos puertas. 

Sabemos que este primer mes del año está lleno de actividades y jornadas eclesiales, pero queremos pedirte que, en la medida de lo posible, cuides de una manera especial la referencia en el fin de semana del 14 y 15 de enero ala Jornadadela Migracioneshaciendo para ello uso del cartel y de los materiales que te enviamos.

Desdela Delegaciónde Migraciones y contando con la colaboración del Arciprestazgo dela Salud, hemos organizado dos momentos celebrativos para esos días. Queremos que te sientas invitado y lo trasmitas a aquellas personas de tu comunidad parroquial que pudieran y quisieran participar.

  • Ø La Vigilia de Oración que tendrá lugar el viernes 13 de enero a las 20:00, en la que queremos tener presente esta realidad de las migraciones en nuestra diócesis y descubrir los retos pastorales que nos plantea desde el ser discípulos y misioneros.
  • Ø La Eucaristía de la Jornada de Migraciones que celebraremos el domingo 15 de enero a las 13:00

Ambas actividades van a tener lugar en la parroquia deLa Cruz del Señor. 

Esperamos seguir contando con tu apoyo para poder llevar a cabo el trabajo de la Delegaciónde Migraciones en lo referente a la tarea de sensibilización y de la acogida de cuantas personas se acercan a nuestras parroquias, así como también de aquellos que viven entre nosotros y necesitan nuestra cercanía y testimonio. 

Te animamos a que si en tu parroquia tienes alguna experiencia pastoral de trabajo con personas inmigrantes, por sencilla que sea, pudieras compartirla con nosotros ya que puede servir de referencia para otras comunidades parroquiales. 

Asimismo agradecemos que nos hagas llegar cualquier sugerencia o aportación que consideres necesaria para el trabajo de esta delegación. Puedes hacerlo a través del correo postal (Delegación de Migraciones Cf San Agustín, 28. 38201La Laguna) o de nuestro correo electrónico migracionesaobispadodetenerife.es 

Recibe un afectuoso saludo en Cristo en nombre del equipo de la delegación y en el mío propio.

Jesús Alberto González Concepción
Delegado Diocesano de Migraciones


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Subsidio para el Día de las Migraciones 2012 en la 98ª JORNADA MUNDIAL DEL EMIGRANTE Y DEL ERFUGIADO, recibido en laparroquia con losmateriales para su celebración el 15 de enero, con el lema "Salgamos al encuentro... abramos puertas NUEVA EVANGELIZACIÓN". 

A ser posible, esta celebración hay que prepararla previamente con algunas personas inmigrantes que ya participan habitualmente de la vida de la comunidad cristiana; su testimonio en algún momento de la liturgia puede ser enriquecedor. 

AMBIENTACIÓN PREVIA

En un lugar visible de la iglesia puede estar colocado el cartel de la Jornada, al que pueden acompañar algunos otros símbolos relacionados con la inmigración y la evangelización: sandalias, Biblia, mochila, cruz, huellas, mapas, sal y luz... 

CANTO DE ENTRADA

Reunido el pueblo, el sacerdote con los ministros va al altar, mientras se entona el canto de entrada: El Señor nos llama (CLN A5), Iglesia peregrina (CLN 408), Alabaré (CLN 612), Cerca está el Señor (CLN 731).

Pueden preceder al sacerdote en la procesión de entrada un grupo de personas que llevan una cadena hecha con papeles de distintos colores y que dejarán a los pies del altar a la que se hace referencia en la monición de entrada.

Si no hay canto de entrada, los fieles o algunos de ellos o un lector recitarán la antífona de entrada dela Misa del II Domingo del Tiempo Ordinario (Sal 65, 4):

Que se postre ante ti, oh Dios, la tierra entera; que toquen en tu honor; que toquen para tu nombre, oh Altísimo.

O bien dela Misa «Por los prófugos y exiliados» (Ir 29, 1 1 . 12. 14):

Dice el Señor: Tengo designios de paz y no de aflicción, me invocaréis y yo os escucharé, os congregaré sacándoos de los países y comarcas por donde os dispersé. 

MONICIÓN DE ENTRADA

Después del saludo inicial, se hace la siguiente monición sobre el sentido dela Jornada: 

Hermanos: sed bienvenidos a la celebración dela Eucaristía. Concluido el ciclo navideño conla Fiesta del Bautismo del Señor, iniciamos hoy la serie de domingos del Tiempo Ordinario, acogiendo la vida y la predicación de Jesús como camino y referencia de nuestra vida cristiana.

La Palabrade Dios hizo que el joven Samuel respondiera con prontitud; el testimonio de Juan Bautista llevó a sus discípulos a seguir a Jesús; Andrés invitó a su hermano Pedro a conocer al Mesías... Y así una larga cadena de personas que han vivido y transmitido generosamente la fe, hasta llegar a nosotros.

Hoy la Iglesia nos propone celebrarla Jornada Mundial del Emigrante y el Refugiado. Nos recuerda Benedicto XVI en su mensaje: «El actual fenómeno migratorio es una oportunidad providencial para el anuncio del Evangelio en el mundo contemporáneo». Pongamos ante el Señor las alegrías, dificultades y esperanzas de nuestros hermanos inmigrantes; dispongámonos a compartir con ellosla Buena Noticiade Jesús. Y renovemos nuestro compromiso de anunciar el Evangelio y compartirlo con hombres y mujeres de cualquier procedencia y nacionalidad [como representa esta cadena multicolor'. 

INTENCIONES PARA LA ORACIÓN UNIVERSAL

Te pedimos por tu Iglesia, esta gran comunidad que formamos todos los bautizados. Que escuchemos y acojamos tu Palabra, y seamos capaces de descubrir tu presencia en cada persona que llega de lejos. Oremos. R. Señor, escucha y ten piedad. 

Te pedimos por nuestros gobernantes. Dales acierto en sus decisiones; que elaboren leyes y políticas de integración, de modo que se respeten los derechos de las personas inmigrantes, y podamos formar, de verdad, una sola familia humana. Oremos. R. Señor, escucha y ten piedad. 

Te pedimos por las personas inmigrantes que han llegado a nuestra tierra con la intención de conseguir un futuro mejor. Que no les falte trabajo y vivienda; y que en nuestra sociedad y en las comunidades cristianas encuentren acogida y apoyo. Oremos. R. Señor, escucha y ten piedad. 

Te pedimos por quienes sufren las consecuencias de una sociedad injusta y egoísta, por quienes experimentan en sus propias vidas los rigores de la crisis económica. Y por todos aquellos que trabajan día a día en ayudar y mantener la dignidad de las personas empobrecidas. Oremos. R. Señor, escucha y ten piedad. 

Te pedimos por todos nuestros familiares y conocidos difuntos. Y especialmente por los emigrantes que fallecen en el intento de llegar a otras tierras. Oremos. R. Señor, escucha y ten piedad. 

Te pedimos por todos nosotros. Para que seamos capaces de anunciar tu vida, tu palabra y tu amor a nuestros hermanos, de modo que todos puedan encontrar en ti el Camino,la Verdadyla Vida. Oremos. R. Señor, escucha y ten piedad. 

PRESENTACIÓN DE LOS DONES

Al pan y al vino pueden añadirse hoy algunos frutos o productos típicos de países de origen de algunos inmigrantes que participan en la celebración. Si hay procesión con los dones, puede hacerse la siguiente monición:

 Presentamos en el altar el pan y el vino, en los que Jesús se hará presente como alimento de nuestras vidas. Unimos a la ofrenda de Cristo nuestras propias vidas, y hoy especialmente las de nuestros hermanos inmigrantes, simbolizadas en estos productos típicos de la tierra que les vio nacer y que se entregarán a los pobres.


Publicado por verdenaranja @ 19:53  | Liturgia
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S?bado, 07 de enero de 2012

 Reflexión a las lecturas de la fiesta del Bautismo del Señor - B, ofrecida por el sacerdote Don Juan Manuel Pérez Piñero bajo el epígrafe "ECOS DEL DÍA DEL SEÑOR".

ECOS DEL DÍA DEL SEÑOR
Fiesta  del Bautismo del Señor 

Queridos amigos y amigas:

¡El Bautismo evoca el agua! El agua es un elemento muy importante, esencial para la vida. Cuando falla el agua en casa, ¡vaya problema! Estamos tan acostumbra-dos a tenerla a mano… No tenemos tiempo ahora de tratar ampliamente el tema del agua, de su presencia y su función a lo largo de toda la Historia Santa… Nos limitaremos a la consideración del agua como elemento imprescindible para la limpieza y para la vida.  Y de agua tratan las tres lecturas y el salmo responsorial de la Liturgia de esta Fiesta.

En el Evangelio, Juan el Bautista se nos presenta como el que ha  “bautizado con agua”. Y anuncia y señala al que “bautizará con Espíritu Santo”.
“Por entonces, nos dice el Evangelio de hoy, llegó Jesús desde Nazaret de Galilea a que Juan lo bautizara en el Jordán…”
Y cuando esto sucede, el agua de aquel río sagrado y de todo el Universo queda purificada y santificada… Apta para el Bautismo con Espíritu Santo…
“Apenas salió del agua, -continúa diciendo el Evangelio- vio rasgarse el Cielo y al Espíritu Santo bajar hacia El como una paloma. Se oyó una voz del Cielo: Tú eres mi Hijo amado, mi preferido”.
¡Que riqueza de contenido presenta este fragmento del Evangelio!

Veamos:

Se abre el Cielo ante Jesús que viene para abrir a todos las puertas del Cielo, para traer a la tierra el Reino de los Cielos… Y el Espíritu Santo no viene sobre Él como sobre los profetas que recibían una iluminación y una misión de lo Alto, sino que viene a Él y se queda con Él: lo unge abundantemente y lo consagra para que realice su misión salvadora, su función mesiánica, como habían anunciado los profetas… Y le acompaña siempre como contemplamos el los evangelios. Jesús será siempre “el que tiene el Espíritu Santo” y por su Muerte y Resurrección se convertirá en “el Dador del Espíritu”, “fuente de agua que salta hasta la vida eterna”. (Jn 7, 37-39).

La obra de la Redención es propia de las tres divinas Personas: Jesucristo anuncia y realiza la misión salvadora por voluntad del Padre y con la cooperación del Espíritu Santo. Por eso, desde el Cielo, se oye la voz del Padre que certifica que el Mesías, el Cristo, el Ungido, es el Hijo querido de Dios… ¡Asombrosa grandeza!

Y con esta Fiesta preciosa, concluye el Tiempo de Navidad. Por tanto, en estas fiestas entrañables, no celebramos sólo el Nacimiento de Jesucristo, sino también sus primeras manifestaciones, su vida en Nazaret…, hasta que va a comenzar su Vida Pública… Por eso, salimos hoy de la Navidad y comenzamos el Tiempo Ordinario, centrando nuestros ojos en Jesucristo que comienza su actividad mesiánica… Y vamos contemplando poco a poco sus primeras palabras, sus primeros discípulos, sus primeros milagros… hasta el 22 de Febrero, en que empieza la Cuaresma… Hermosa e importante tarea la que comienza este Domingo: la Revelación progresiva de Jesucristo, el Hijo de Dios, el Mesías de nuestra esperanza… como contemplaremos, especialmente, más adelante: en el Tiempo de Pascua. De este modo, Jesucristo nos revela y nos ofrece el nuevo Bautismo que Él ha venido a traernos…

Los santos Padres resumían todo el Misterio de Navidad diciendo que “el Hijo de Dios se hizo hombre para hacer al hombre hijo de Dios”. Y esto se realiza en el sacramento del agua y del Espíritu Santo: El Bautismo cristiano. Y este sacramento va precedido por la búsqueda de Dios, por la sed del Dios vivo, y la conversión de que nos habla la primera lectura de hoy. Hace falta abrir los ojos y el corazón para acoger el triple testimonio: del agua, de la sangre y del Espíritu Santo… del que nos habla la segunda lectura. Sin embargo, estamos acostumbrados al bautismo de los niños donde no se realiza esta acogida personal… No es entonces posible. Los niños son bautizados con la condición expresa de que sus padres y padrinos se comprometen seriamente a educarlos como cristianos para que, poco a poco, vayan acogiendo y desarrollando la “Vida Nueva”, la vida según el Espíritu, que han recibido cuando aún no lo podían comprender. Con frecuencia esto no se logra… Y entonces, el sacramento de la fe se convierte en un  camino hacia la increencia muy difícil o imposible de transitar. Y eso, urge revisar nuestra práctica bautismal como ya se hace, aunque tantas veces, de una manera muy tímida… No es lícito bautizar a un niño cuando no se tienen suficientes garantías de que va a ser educado como cristiano, nos recuerda la disciplina de la Iglesia.         (C. 868, 2º).

De este modo, “el Bautismo de los párvulos” que la Iglesia adoptó desde tiempos muy remotos y que continúa manteniendo con vigor, seguirá haciendo posible que la liberación del pecado original y la vida de Dios, llegue cuanto antes a los recién nacidos. Hoy es un día muy apropiado para reflexionar sobre todas estas cosas y para renovar nuestro Bautismo de modo que se siga haciendo realidad en nosotros y en toda la Iglesia lo que proclamamos en el salmo: “Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación”.

¡Enhorabuena a los que hoy renuevan su Bautismo!  

¡¡Feliz Día del Señor!


Publicado por verdenaranja @ 23:09  | Espiritualidad
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Reflexión de monseñor Rubén Oscar Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús, en el programa radial Compartiendo el Evangelio (18 de diciembre de 2011, cuarto domingo de Adviento). (AICA)

¡NO TEMAS!               

San Lucas 1, 26-38 

El Ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María.

El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: "¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo". Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo. Pero el Ángel le dijo: "No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin".

María dijo al Ángel: "¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?". El Ángel le respondió: "El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios". María dijo entonces: "Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho". Y el Ángel se alejó. 

“¡No temas!”

Estamos ante el relato dela Anunciaciónque, como vemos, es una maravilla. Aquí podríamos acentuar algunas cosas que nos sirven para nuestra reflexión.

En primer lugar, el texto acentúa la pertenencia a la familia de David, la descendencia del Pueblo de Israel.

En segundo lugar, elige a esta mujer, María, a quien el Ángel saluda diciéndole ¡alégrate!; con esa alegría especial que brota del espíritu, que brota de Dios; una alegría que no tiene ningún vestigio de sombra, de oscuridad, de tibieza; una alegría plena.

Y cuando Dios se acerca, llega la plenitud. El Ángel le dice “llena de gracia”; el Señor la bendice porque está con Ella y Ella esla Mujer Plenaporque todo lo que significa la presencia de Cristo, la presencia del Verbo, la presencia de Dios ¡es alegría, plenitud y se colma del Espíritu Santo!

La Virgense conmueve, se admira por tanta belleza, esplendor y gracia. El Ángel le dice algo muy importante: “¡no temas!, porque Dios te ha favorecido, te ha bendecido”. Y le dice todo lo que va a pasar: “concebirás y darás a luz un hijo, le pondrás por nombre Jesús”, pero no temas, no temas y vivirás esto.

Nosotros, en este mundo que vivimos, tenemos que escuchar muy fuertemente esta palabra: ¡no temas!, ¡no temas, Dios está!, ¡no temas, Dios está dentro!, ¡no temas, Dios está al lado!, ¡no temas, Dios camina a tu lado!

El creyente, para poder vivir su vida como tal, tiene que darse cuenta y percibir que Dios está siempre al lado, pero no para que uno no haga lo que tiene que hacer, sino que está al lado de todos porque uno es capaz de hacer su voluntad.

Luego la respuesta a “¿cómo va a suceder esto si yo no tengo relación con ningún hombre?” ¡El Espíritu Santo! ¡Nace el primogénito!, que no significa que luego nacerán otros sino que el Señor eligió a María para hacerla predilecta, privilegiada, preferida; así como Israel fue preferido, predilecto, así es María y Dios le da esa gracia. Y finalmente recuerda que “lo que es imposible para los hombres, es posible con la gracia de Dios”

Que nos preparemos a conciencia en este tiempo de Adviento, que tomemos conciencia de nuestros pecados y hagamos una buena confesión para recibir a Jesús, como Él lo merece en esta Navidad.

Que el Señor los bendiga, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

Mons. Rubén Oscar Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús


Publicado por verdenaranja @ 23:02  | Hablan los obispos
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Mensaje de monseñor Jorge Rubén Lugones, obispo de Lomas de Zamora para la Navidad (Diciembre de 2011). (AICA)

¡SALGAMOS AL ENCUENTRO DEL SEÑOR QUE VIENE!           

Dicen que nació en Belén de Madre Virgen un Niño que vino a traer la paz que el mundo había perdido. Dicen que nació en Belén según estaba predicho… Qué bien si también naciera en tu corazón y el mío [1]. 

El Señor viene como niño en Navidad, salir a su encuentro es salir de sí mismo… el que sale de algún modo debe desinstalarse, no se puede andar con la casa a cuestas. San José sólo puede llevar a María embarazada y no mucho más, ellos deben salir de Nazaret, donde viven, y peregrinar hasta Belén, porque lo manda la autoridad. Para que se dé el encuentro es necesario salir, Jesús Niño viene y al salir a su encuentro necesitamos alivianar la carga. Por lo tanto, salir al encuentro nos tiene que motivar a alivianar la mochila de cosas, de inquietudes, de preocupaciones, de estructuras y criterios rígidos, de sueños imposibles, porque el encuentro tiene un tiempo, un lugar, una manera… y queremos disfrutar del encuentro en esta Navidad.

María y José no tienen lugar cuando llegan a Belén, “no había lugar para ellos en el albergue”, y deben salir al campo, no saben muy bien adonde pero el Señor siempre provee, aunque sea un pesebre, un lugar para el encuentro.

Encuentro es no excluir a nadie, salir de nuestro propio interés y egoísmo, y con creatividad hacernos hombres y mujeres “para los demás”; es achicar distancias, para acercarnos bien a los otros, sin doblez.

El encuentro lo podemos visualizar, por ejemplo, en la imagen de la “doña del merendero” que viene con las bolsas y los chicos le salen al encuentro, ella salió cargada y ahora ellos la encuentran y le alivianan la hermosa carga que se convertirá en mesa compartida, en la alegría de tomar juntos la leche o el mate cocido, el pan o las facturas que algún generoso les donó. ¡Cuánta buena gente sale al encuentro del Señor que viene!

Los pastores ante el anuncio de los ángeles también dicen, salgamos, “vayamos a Belén”, salgamos al encuentro de este niño que nos ha nacido.

También nuestros misioneros y evangelizadores salen a nuestros barrios, por las casas y cuando los reciben, poco a poco, después de atar los perros, se da el encuentro y la alegría dela Palabracompartida que deja paz interior.

Nos desafía también la prioridad diocesana, este salir al encuentro de los adolescentes y jóvenes que no están en nuestras comunidades, es que si no salimos no se dará ese encuentro. El Señor está cerca de cada uno, pero muchas veces necesitamos que alguien nos lo diga, necesitamos escuchar las palabras que alientan cargando nuestra vida de sentido y de esperanza: ¡cuenta con Dios! Él te ama, está cerca, y mientras te convences, y andas tu camino de encuentro: ¡Cuenta conmigo!

Salen en Navidad los laicos con este mensaje: “Nace Jesús nace la vida”, van por nuestras calles, peatonales, shoppings, donde se mueve la multitud de la gente, y les proponen detener un momento su agitado andar, para el encuentro con el pesebre, conla Palabra, con una bendición que imparten y reparten nuestros pastores.

Cuántos hermanos nuestros de países vecinos, o del interior de nuestro país, debieron salir como Abram de su tierra: “Deja tu tierra y tu casa y ve…” (Gen 12,1), han tenido que dejar su lugar de origen, a ellos también el Señor les sale al encuentro en esta Navidad para aliviarles la nostalgia de su tierra, devolverles la buena memoria de su propia historia, escuchar los deseos de su corazón y anunciarles la buena noticia.

Salen nuestros voluntarios: los que dan la catequesis, que preparan los pesebres, los que visitan los enfermos, los que se hacen cargo de los chicos de la calle, de los ambulantes que caminan las noches de nuestras ciudades para hacerse cercanos, reconocerlos prójimos y realizar el encuentro.

El evangelio de Mateo dice que “salen los magos…” de lejanas tierras, ellos han andado tanto tiempo para salir al encuentro del que viene, son hombre de esperanza, aún cuando la estrella que los guiaba se oculta por un tiempo, siguen buscando al que les saldrá al encuentro, pues los astros lo han anunciado. “Vayan, infórmense… y los magos partieron a Belén”. No se cansan en su búsqueda, pues a veces el encuentro se hace cuesta arriba, es costoso, necesita un tiempo, paciencia, esfuerzo y confianza, y en medio de la noche la estrella volvió a guiarlos y encontraron al “Príncipe dela Paz” y comprobaron “que el mismo serála Paz”.

Que San José nos ayude alivianar nuestras cargas para salir un poco de nosotros mismos, para reconocer al que viene y salir a su encuentro.

Pidamos ala Madrecon el Niño a Nuestra Señora dela Paz: “Paz para los que están lejos, paz para los que están cerca, la paz que supera la violencia y la inseguridad, la paz que es perdón y reconciliación, la paz social, fruto del amor y la justicia, la paz que nos regala el Niño Dios en Navidad”. 

Mons. Jorge Rubén Lugones SJ, obispo de Lomas de Zamora


[1] Meloni Aledo L., “La tentación de la palabra”, Coplas de Navidad. Ed. Librería dela Paz. Resistencia, 2004.


Publicado por verdenaranja @ 22:59  | Hablan los obispos
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Viernes, 06 de enero de 2012

Texto del micro radial de monseñor José María Arancedo, arzobispo de Santa Fe dela Vera Cruz, emitido por LT 9 (17 de diciembre de 2011). (AICA)

EL MALTRATO DE LOS NIÑOS, PROBLEMA ACTUAL               

Qué triste llegar al tiempo de Navidad y tener que hablar de un tema que ocupa un lugar tristemente destacado en la vida de los argentinos. Me refiero al maltrato de los niños que ha llegado, incluso, hasta la muerte. Son muchos los casos aberrantes que a través de los medios conocemos. El repudio es inmediato, las marchas se multiplican, todos hablamos del hecho, pero temo que, como toda noticia, tenga su tiempo. Mañana hablaremos de otro tema. Estamos ante señales de un deterioro humano y social que debemos saber leer.

Llama la atención que se han cruzado límites impensados. ¿Cuál es la causa de estos hechos que se repiten? No es fácil encontrar una respuesta única. Puede ser fácil encontrar al culpable y aplicarle la pena merecida. Pero el problema tiene raíces más profundas. El nivel de violencia alcanzado habla de una sociedad enferma, que ha perdido principios y referencias. A esta sociedad pertenezco, sería la primera conclusión o toma de conciencia para afrontar el problema.

Creo que no alcanza para explicar este nivel de agresividad hacia la niñez, incluso familiar, hablar de marginalidad, rapto de locura o “pase de facturas”. Tampoco quedarnos en causas de tipo psicológico, que existen; o de conductas sociales que se van arraigando y formando una mentalidad sin escrúpulos y sin límites. No hay que dejar de valorar, por otra parte, la importancia de las denuncias y la prevención, pero considero que estamos ante una situación que nos interpela culturalmente y, porque no, nos acusa. Somos parte de la cultura en que vivimos, sea por acción u omisión.

Se descubre en el agresor historias de violencia sufridas, la víctima de ayer es el potencial victimario de hoy. Sabemos que las conductas éticas y sociales no están impresas en el hombre, ellas se trasmiten, son objeto y materia de educación. Siempre habrá casos patológicos, pero el tema que nos ocupa habla de una sociedad que ha ido perdiendo ese patrimonio cultural y moral, como base de sus relaciones.

Es el hombre, por ello, al que hay que sanar y educar en su vida, ideales y relaciones. Es el hombre quién ha perdido escala de valores y capacidad de gobierno sobre sus afectos, impulsos, alegrías y fracasos. Como nunca ha avanzado el conocimiento sobre el hombre, parecería que ello no alcanza. Tal vez este conocimiento nos sirva para intentar curarlo, pero me inclino a pensar que el tema de fondo es anterior, me refiero a la ausencia de un proyecto o ideal que de sentido a la vida en el ámbito de la convivencia humana.

Lo que está en crisis es la cultura en cuanto horizonte de valores compartidos. Hablamos sin entendernos. Muchas veces se vive en un mundo familiar o social, sin sentirse parte de él. Considero, por ello, que el tema es más cultural e incluso religioso, que judicial o policial. En este sentido la ausencia de Dios, como fuente de razón y fundamento del orden moral, no es un tema menor en la vida y desarrollo del hombre como ser espiritual y social.

Pienso, además, que es la vida misma la que se ha ido devaluando y ha dejado de ser un valor absoluto y, por lo mismo, ya no es un límite. En el marco de una cultura de corte constructivista donde el hombre con su libertad es una suerte de dios creador, el nivel moral de sus principios es determinante. Una libertad sin valores ni referencias vinculantes se convierte en un arma peligrosa.

En un contexto de insatisfacción y orfandad afectiva en el que viven y crecen muchas personas, la ira o agresividad se manifiesta como una respuesta que define una conducta; la incapacidad afectiva para establecer y mantener relaciones con lo diverso; el bajo nivel de gobierno que debilita el dominio sobre sus pasiones; la ausencia de un proyecto que organice y de sentido a la vida, aísla al hombre de su mismo mundo familiar o social; en el contexto de una cultura individualista el otro, cuesta decirlo, puede convertirse en un estorbo.

Alguien habló del mundo de lo descartable. Qué triste que estemos hablando en estos términos y sea el niño, en su inocencia y esperanza, el destinatario de tanta bajeza humana. Esta aproximación que he tratado de esbozar y que pueden parecer un tanto generales actúan, sin embargo, a modo de causa difusa en el comportamiento del hombre. Hay que recrear, por ello, las condiciones sociales que permitan una verdadera educación integral del hombre, donde los valores no sean utopías sin fundamento, sino que despierten ideales de una vida posible y mejor. Donde la vida humana sea un valor absoluto.

Como vemos este tema nos involucra a todos. La crisis de la educación es una crisis de proyectos y testimonios que entusiasmen y den sentido al futuro del niño y del joven. La ausencia de ideales crea un vacío existencial que se hace inmanejable para muchos jóvenes. Una formación en los valores necesita, además, un positivo sentido de las virtudes como hábitos que permiten alcanzar y vivir el ideal propuesto. Una educación que no tenga en cuenta el significado de la virtud como hábito operativo, deja al educando en cierta orfandad.

Quiero unirme al dolor de tantas familias que han padecido esta miseria humana y elevar mi voz en el reclamo de justicia, pero también que sepamos examinarnos como parte de una sociedad enferma, que debe dar una respuesta a esta realidad social. Reciban junto a mi afecto y oraciones, mi bendición en el Niño de Belén que viene para hacernos más hermanos. 

Mons. José María Arancedo, arzobispo de Santa Fe dela Vera Cruz 


Publicado por verdenaranja @ 22:35  | Hablan los obispos
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Mensaje de los Obispos de la Comision Episcopal de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española para el Día de las Migraciones 2012, bajo el título "Migraciones y Nueva Evangelización".

Día de las Migraciones
15 de enero de 2012

«Migraciones y nueva evangelización». 

Queridos hermanos y hermanas: la acogida a los emigrantes y refugiados no es solo cuestión de solidaridad y de compartir, es «una oportunidad providencial para renovar el anuncio del Evangelio en el mundo contemporáneo». Lo escribe el Papa en el mensaje parala Jornadamundial del Emigrante y del Refugiado, que se celebrará el próximo 15 de enero de 2012, sobre el tema 

1.La Nueva Evangelización, respuesta pastoral al desafío de las migraciones.

La tarea y la misión evangelizadora se hacen cada vez más urgentes, debido a los cambios amplios y profundos de la sociedad actual (cf. EN 14). Han sido  estos cambios y esta urgencia los que han dado lugar a que, primero el beato Juan Pablo II y, luego, Benedicto XVI, hayan impulsado con tanto empeñola Nueva Evangelización.

Entre esos cambios, uno de los más significativos es, en efecto, el originado  Por el fenómeno migratorio. La desaparición de fronteras y los procesos de globalización en que nuestro mundo está inmerso, y en el que tanto tienen que ver el desarrollo de los medios de comunicación y las facilidades para los desplazamientos, están dando lugar al encuentro entre personas y pueblos diferentes. Sociedades que eran, hasta hace poco, homogéneas, se están convirtiendo, por obra de los flujos migratorios, en sociedades pluriculturales y plurirreligiosas. En España lo estamos experimentando con singular fuerza y rapidez. En unos pocos años ha cambiado sensiblemente la fisonomía de los habitantes de nuestro país.

Detrás de esos desplazamientos en busca de mejores condiciones de vida hay, casi siempre, causas que no debemos ignorar. El Papa enumera algunas: la amenaza de persecuciones, las guerras, la violencia, el hambre y las catástrofes naturales.

Todo ello origina problemas nuevos «no solo desde el punto de vista humano, sino también ético, religioso y espiritual».

El paso de estas personas de una sociedad muchas veces rural y de fuertes carencias materiales, pero de relaciones muy personalizadas, a una sociedad altamente desarrollada y consumista, en que se valora por encima de todo la libertad individual, la independencia personal y la racionalidad científico-técnica, está suponiendo para muchos inmigrantes un choque cultural traumático. La instalación en contextos urbanos anónimos, con un proceso de secularización agresivo, acaba frecuentemente repercutiendo también de manera negativa en su fe o en su vivencia religiosa.

No pocos de los inmigrantes que llegan a nuestro país proceden de pueblos marcados por la fe cristiana. Muchos llegan con una fe fresca y viva, capaz de enriquecer nuestras comunidades; otros, tal vez con la fe adormecida,  ¿encontrarán en nosotros «comunidades acogedoras que les ayuden a despertar o a mantener firme su fe, promoviendo incluso estrategias pastorales, métodos y lenguajes para una acogida siempre viva dela Palabrade Dios», como nos dice el Papa? ¿Qué sería de su fe si solo encontraran un cristianismo que por falta de convicciones personales y de confesión comunitaria hubiera quedado reducido a un mero hecho cultural? Es este uno de los grandes desafíos que Benedicto XVI nos marca en su mensaje.

También llegan hasta nosotros «hombres y mujeres provenientes de diversas regiones de la tierra que aún no han encontrado a Jesucristo o lo conocen solamente de modo parcial». Es una «oportunidad providencial» para realizar la misión ad gentes sin tener que salir a regiones lejanas.

El diálogo respetuoso, el testimonio de la solidaridad, además de abrir horizontes de paz, han de contribuir al conocimiento mutuo, a mostrar que el Dios en quien creemos es el Dios del amor, de la justicia, de la ternura y de la misericordia. El documento–marcoM dela Conferencia EpiscopalEspañola «La Iglesiay los inmigrantes», de noviembre de 2007, señalaba que la presencia migratoria podía considerarse como «una oportunidad y una gracia», entre otros aspectos, para vivir la catolicidad, para el fortalecimiento de nuestras comunidades, para la acción caritativa y social dela Iglesia. 

2. Con el silencio y con la palabra

«La Buena Nueva debe ser proclamada, en primer lugar, mediante el testimonio» (EN 21).

Todos los cristianos están llamados a este testimonio, también los inmigrantes católicos, que han de ser los primeros evangelizadores de sus hermanos. Pero «el más hermoso testimonio se revelará a la larga impotente si no es esclarecido, justificado –lo que Pedro llamaba dar «razón de vuestra esperanza»–, explicitado por un anuncio claro e inequívoco del Señor Jesús» (EN 22).

Lo anterior no está reñido con lo que nos decía Benedicto XVI en su primera carta apostólica: «La caridad no ha de ser un medio en función de lo que hoy se considera proselitismo. El amor es gratuito; no se practica para obtener otros objetivos. Quien ejerce la caridad en nombre dela Iglesianunca tratará de imponer a los demás la fe dela Iglesia. Esconsciente de que el amor, en su pureza y gratuidad, es el mejor testimonio del Dios en el que creemos y que nos impulsa a amar. El cristiano sabe cuándo es tiempo de hablar de Dios y cuándo es oportuno callar sobre Él, dejando que hable solo el amor» (CIV 31c).

El testimonio silencioso, coherente, y el anuncio explícito de Jesucristo, lejos de ser excluyentes se exigen mutuamente. El primer modo manifiesta, desde la humildad, la bondad y el amor, la fuerza vivificadora del Evangelio, le hace amable por la calidad de la vida del testigo, por la seriedad del compromiso. La amabilidad se traduce en acogida y hospitalidad. El segundo modo responde de manera directa al encargo de Cristo: «Id y haced discípulos a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» (Mt 28, 19). Este modo conlleva la invitación a formar parte de la comunión eclesial. Esto, traducido a la acción pastoral con los inmigrantes, en muchos casos persona alejadas de la fe, supone un trabajo que tiene como horizontes tanto la integración social como la comunión eclesial. 

3. Salgamos al encuentro, abramos puertas

Los Lineamenta (las líneas generales) para la próxima Asamblea general del Sínodo de los Obispos señalan una serie de escenarios en los que ha de confrontarse y jugarsela Nueva Evangelización.Entre ellos, como venimos diciendo, se apunta el de las migraciones. Ello nos demanda no permanecer cerrados en los recintos de nuestras comunidades, atrevernos a transitar por nuevos caminos abriendo puertas y suscitando encuentros, leyendo en el rostro de los inmigrantes sus dolores y esperanzas, traduciendo la esperanza del Evangelio en respuestas prácticas para adultos, jóvenes y niños. En la evangelización –como en la relación migratoria– no hay uno que da y otro que recibe. Los dos dan y reciben.

En medio de la crisis económica, social, cultural, política y religiosa, se nos pide una nueva imaginación pastoral, para ser testigos y servidores «del Evangelio de la esperanza y de la solidaridad». Estamos llamados a emprender un itinerario de comunión que tiene que llevar a la aceptación de la diversidad desde el encuentro y desde la apertura de corazones. «El diálogo fraterno y el respeto recíproco son la primera e indispensable forma de evangelización».

La Comisión Episcopalde Migraciones viene ofreciendo propuestas operativas para ir pasando de la acogida a la comunión, que es el nombre cristiano de la integración; para que nuestras Iglesias se renueven, a fin de responder al inmenso desafío que tanto parala Iglesiacomo para la sociedad supone el fenómeno migratorio. Salir al encuentro y abrir las puertas en nuestras Iglesias supone:

. Seguir insistiendo en crear espacios y comunidades promotoras de solidaridad, acogida, diálogo y comunión fraterna trabajando en una pastoral específica –¡aun cuando los inmigrantes hablen español!–, unida a la pastoral general para lograr la mejor armonía.

. Fortalecer el acompañamiento de personas y grupos. La acción pastoral debe acompañar a la persona en su totalidad. Es importante fomentar el valor de la familia como elemento imprescindible de cohesión social. Las intervenciones en el campo de las migraciones han tenido casi como única mirada al individuo y su integración socio-laboral. Sin embargo, trabajar con las familias, y especialmente en el ámbito educativo, tiene efectos multiplicadores en lo referente a la integración, como se ha confirmado en la labor realizada en nuestras Misiones en Europa, por medio de sus capellanes y de las asociaciones promovidas al respecto.

. Dentro de los grupos que hay que acompañar no podemos dejar de seguir teniendo en cuenta el número notable de los españoles que, actualmente en razón de la situación por la que atraviesa nuestro país actualmente, están saliendo fuera por razones de trabajo, intercambio o estudio. Ellos pueden descubrir las puertas abiertas de nuestras Misiones católicas de habla hispana, que precisan de más sacerdotes y agentes de pastoral.

. Colaboración por parte de todos para el establecimiento de unas leyes y una opinión pública favorable a los inmigrantes desde una antropología basada en el respeto a la dignidad de la persona humana. Trabajar por unas leyes justas en el país de acogida ha de ir unido al empeño de que se promuevan políticas de desarrollo en los países de origen. El compromiso por la verdad exige también desenmascarar las mafias que abusan de los trabajadores inmigrantes (transportes hacia España, contratos abusivos, trata y explotación de personas con fines de explotación sexual, etc.). La denuncia ha de extenderse también a todos aquellos que pretenden sacar rentabilidad social y política del sufrimiento de los inmigrantes.

. El Papa nos invita a que «las comunidades cristianas presten una atención particular a los trabajadores inmigrantes y a sus familias, a través del acompañamiento de la oración, de la solidaridad y de la caridad cristiana; la valoración de lo que enriquece recíprocamente, así como la promoción de nuevos programas políticos, económicos y sociales, que favorezcan el respeto de la dignidad de toda persona humana, la tutela de la familia y el acceso a una vivienda digna, al trabajo y a la asistencia»1. Inspirados por el mensaje del Papa, deseamos que los marcos normativos para las regulación de las migraciones sean fruto de un consenso lo más amplio posible; recordamos y pedimos, a la luz dela Doctrina Socialdela Iglesia, de la tradición y la práctica pastoral de esta en su labor de acompañamiento a los grupos más débiles de nuestra sociedad, que se garantice la atención religiosa adecuada, fluida, regularizada y permanente en los centros de internamiento de emigrantes y refugiados, en donde no pocos ven una excepcionalidad jurídica. Pero, mientras existan, confiamos en que sean utilizados de modo excepcional, y que en todo caso se vele por las condiciones de vida de los internos y reciban la asistencia y el apoyo previstos en la ley.

. Potenciar la pastoral juvenil con los inmigrantes, recogiendo el encargo del

Santo Padre enla JMJ, en cuya Eucaristía final recibimos el encargo de «comunicar a los demás la alegría de nuestra fe». En el mundo de las migraciones existen admirables experiencias de trabajo pastoral con jóvenes.La JMJha de suponer un renovado impulso para acercarnos, más si cabe, al millón y medio de jóvenes emigrantes (entre 15 y 29 años) que representan casi el treinta por ciento de la población migratoria. 

Conclusión

Encomendando los frutos de la próxima Jornada mundial de las Migraciones a nuestra Madre, santa María, Estrella y Camino, alentamos e invitamos cordialmente a nuestros hermanos emigrantes a que compartan la hermosa tarea de la nueva evangelización con todos, tarea en la que, según el mismo Benedicto XVI, «los sacerdotes, los religiosos y las religiosas, los laicos y, sobre todo, los hombres y las mujeres jóvenes han de ser sensibles para ofrecer apoyo a tantas hermanas y hermanos que deben afrontar nuevos estilos de vida y dificultades de integración. El anuncio de la salvación en Jesucristo será fuente de alivio, de esperanza y de “alegría plena”» (cf. Jn 15, 11).2 

Los obispos dela Comisión Episcopal de Migraciones 

1 Mensaje de S.S. Benedicto XVI, Jornada Mundial del Emigrante 2012
2 Mensaje de S.S. Benedicto XVI, Jornada Mundial del Emigrante 2012 Mensaje


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Reflexión a las lecturas de la Epifanía del Señor, ofrecida por el sacerdote don Juan Manuel Pérez Piñero bajo el epígrafe "ECOS DEL DÍA DEL SEÑOR".

LA SOLEMNIDAD DE LA EPIFANIA 

Queridos amigos y amigas:

¡Los regalos son hoy los protagonistas de la Jornada…!
 Los regalos son buenos en sí mismos; pero una preocupación excesiva o un poco descontrolada  por ellos, puede ensombrecer e incluso, anular la celebración de esta solemnidad  tan preciosa de la Epifanía del Señor…
Epifanía significa  “manifestación en lo alto”: Dios que manifiesta el Nacimiento de su Hijo a aquellos Magos de Oriente… y en ellos a todos los pueblos de la Tierra.
Pero en realidad, la solemnidad de la Epifanía encierra tres acontecimientos o manifestaciones de Jesucristo:

*** La manifestación a todos los pueblos no pertenecientes a Israel, representados en aquellos Magos de Oriente.
*** La manifestación a Israel con ocasión del Bautismo del Señor.
*** La manifestación especialmente,  a sus discípulos, en las Bodas de Caná.

Por eso, la antífona del Magnificat de las Vísperas de esta Solemnidad, dice: “Veneremos este día santo, honrado con tres prodigios: “Hoy la estrella condujo a los Magos al pesebre; hoy el agua se convirtió en vino en las bodas de Caná; hoy Cristo fue bautizado por Juan en el Jordán, para salvarnos. Aleluya”.
En la práctica, la Manifestación a los Magos de Oriente centra nuestra atención este día. El Domingo, el Bautismo del Señor; y el Evangelio Bodas de Caná lo encontramos solamente en el segundo domingo del Tiempo Ordinario, en el Ciclo C ó III.
Las lecturas de este día centran nuestra atención, como decía antes, en la Manifestación a los Magos de Oriente. Esta Solemnidad nos dice que Jesucristo ha venido para todos; el regalo, que es el protagonista del día, nos puede ayudar a comprender el sentido de esta fiesta. 
En la Natividad del Señor y en su Octava, celebramos que Dios Padre nos ha  hecho un gran regalo, el mejor regalo… Nos ha querido tanto, nos ha dado a su Hijo. Por eso, la Iglesia entera salta de gozo, la noche de Navidad, proclamando: "Un Niño nos ha nacido un hijo se nos ha dado…". Y también: “Hoy nos ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor”.
La Epifanía  viene a subrayar con fuerza que ese “regalo”  es para todos. Es lo que decía el Apóstol S. Pablo en la 2ª Lectura: “Que también los gentiles son coherederos, miembros del mismo Cuerpo y partícipes de la Promesa en Jesucristo, por el evangelio".
Los judíos tenían “La Ley y los Profetas”. Por eso, cuando pregunta Herodes, lleno de temor, dónde tenía que nacer el Mesías, enseguida, le dicen: "En Belén de Judea, porque así lo ha escrito el Profeta: “Y tú, Belén, tierra de Judea, no eres ni mucho menos, la última de las ciudades de Judea; pues de ti saldrá un jefe que será el pastor de mi pueblo Israel”.

¿Y a los otros pueblos, no pertenecientes a Israel?

¡Aquí, la fiesta de la Epifanía!: Se lo manifiesta adaptándose a la mentalidad de algunos pueblos antiguos, que pensaban que el nacimiento de los personajes importantes, venía acompañado con la aparición de un signo en el cielo…
Por tanto, en  esta fiesta constatamos como Dios ha venido para todos, pero que no todos, ni mucho menos, le conocen y disfrutan de sus dones; que a todos no ha llegado el Regalo, los tesoros salvación de que nos habla S. Pablo. Y eso,  según el Mensaje de este día, no es justo: No podemos acaparar el Don de Dios para nosotros solos.
Sigamos utilizando el ejemplo de los regalos: Imaginémonos que un padre de familia decide dar varios regalos de Reyes a sus hijos, que son seis. Y, entre todos los regalos, señala uno, el más importante, y les dice: Este regalo es para todos…Tienen que compartirlo entre todos. Sin embargo, uno de los hijos, el mayor y más fuerte, se lo coge para él solo.
¿Qué diría el padre? “Eso no es así. No puede ser así… Ya les advertí que ese regalo es para todos”.
Algo así es lo que ha pasado con Jesucristo, el gran Don del Padre para todos los pueblos, para todos los tiempos, para cada ser humano: Muchos, muchos cristianos conocemos a Jesucristo, nos gozamos de sus beneficios, de sus dones inmensos… Y nos olvidamos de compartirlo con  los demás, de aquí y de allá…
Esta solemnidad preciosa, el Padre del Cielo nos recuerda, nos grita: “Eso no es así… No puede ser así: El “gran Regalo”, el Niño que ha nacido ha venido para todos…”
A eso suelo llamarlo “el egoísmo religioso”. Y lleva también una mezcla de injusticia.
Hoy es el día misionero por excelencia de la Navidad. Para recordar:

*** A todos los que no conocen a Jesucristo.
***A los que, habiéndole conocido, se han apartado o alejado de Él… Pensamos aquí, especialmente, en los viejos países de tradición cristiana.
*** A todos nosotros que sólo le conocemos un poco; y tenemos que avanzar en su conocimiento…

Recordamos y celebramos este día que pertenecemos a una Iglesia que es misionera, por su misma naturaleza, y a la que Concilio Vaticano II ha llamado “Luz de las Gentes”.
Ya sabemos que nuestro interés por compartir este Don, está siempre en estrecha relación con la preocupación que tengamos por valorarlo y aprovecharlo nosotros mismos…
Si nosotros no lo valoramos y aprovechamos, ¿quién se va a creer que vamos a interesarnos por compartirlo con los demás, hasta los confines de la Tierra…?
Este día es apropiado para dar gracias a Dios porque “la estrella” ha brillado también para cada uno de nosotros… Y para pedirle que también nosotros, con nuestra palabra y nuestro testimonio de vida, seamos “estrella” que conduce a todos a la salvación, hasta que lleguemos a contemplar cara a cara, la hermosura  infinita de su gloria.                           

¡Feliz Día de Epifanía!

¡Compartimos unos con otros la alegría por los regalos, especialmente, el más importante: el Niño que ha venido para todos!


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Jueves, 05 de enero de 2012

Reflexión semanal de monseñor Héctor Aguer, arzobispo de La Plata, en el programa «Claves para un mundo mejor» (17 de diciembre de 2011). (AICA)

LOS NUEVOS POBRES DEL TERCER MILENIO               

Hace unos días he leído una noticia que me ha dejado perplejo y quería compartirla con ustedes: se refiere a la situación de los papás separados en Italia.

Está encabezada así: “No son mendigos que han robado la ropa que visten. Son exactamente ellos, en saco y corbata, pero en la fila por una comida en la mesa de Caritas. Los papás separados, los pobres del tercer milenio, invisibles para las estadísticas, impotentes delante de la ley, un nivel de indigencia que en los últimos años ha alcanzado cifras difíciles de creer”.

Efectivamente, las cifras parecen difíciles de creer. Son proporcionadas por una Asociación de Abogados Italianos que se dedica a atender cuestiones matrimoniales.

Según esta estadística, hay en Italia dos millones doscientos mil papás separados. Estoy hablando de varones. De ellos, ochocientos mil viven bajo el nivel de pobreza y doscientos cincuenta mil disponen de menos de trescientos euros por mes para mantenerse”.

Siguen las cifras: en Roma hay noventa mil de estos papás que buscan asistencia. Es decir que hablamos del 25%. O sea uno sobre cuatro. Y, en Milán, cincuenta mil que buscan asistencia porque no tienen suficiente para vivir.

Otro dato explica que novecientos cincuenta mil padres separados pueden ver a sus hijos solo una tarde por semana. Y esto ocurre porque alquilan un cuarto y el chico no puede pasar la noche con ellos, no pueden estar juntos varios días. Y ciento cincuenta mil son padres que han perdido todo contacto con los hijos.

Esto representa una situación, muy grave. No sé cuáles son las cifras enla Argentinay si alguien se ha ocupado de buscar estadísticamente qué pasa.

¿Qué nos sugiere todo esto? En primer lugar, que aquí se destaca cómo el matrimonio y la familia, fundada sobre el matrimonio, tiene un valor económico. Importa muchísimo no solo para la estabilidad económica de los contrayentes o de los miembros de una familia, sino yo también para la sociedad entera. Tiene que ver con el desarrollo de una sociedad, con la situación mejor de una sociedad.

Podemos decir entonces que existe un valor económico en el matrimonio y en la familia.

Otro comentario que se me ocurre: estas cifras altísimas de separaciones implican que hay una precariedad creciente en los vínculos, dificultades enormes para conservar vínculos estables.

La estadística publicada se refiere a varones, pero también habría que apuntar cuántas mamás separadas están en situación de pobreza, además de pasar otra serie de situaciones conflictivas o de gravísima necesidad.

Esto nos remite a la precariedad de los vínculos. Podríamos decir que, hoy día, como consecuencia de la legalización del divorcio, la perennidad del vínculo matrimonial ha perdido importancia, ha perdido relieve, consistencia. Se contrae un matrimonio que se puede deshacer y hay plena conciencia de esta situación. En Italia, esta misma Asociación de Abogados apunta que dura 27 minutos el trámite para obtener una separación, todo se puede hacer y deshacer muy rápidamente.

¿Qué remedio hay? ¿El remedio sería no casarse? Esto es lo que me parece que está ocurriendo en muchas partes del mundo y concretamente en Argentina. Ya que no va a durar, para qué casarse. Lo sabemos por lo que se constata en el ámbito religioso, pero es sabido también que en el ámbito civil hay mucha gente que prefiere convivir y no casarse.

Cuando el Papa Benedicto XVI, hace un tiempo, refiriéndose al problema del divorcio dijo que era una plaga, surgieron una serie de impugnaciones y protestas, como si hubiera pronunciado un insulto. En realidad no estaba acusando a las personas que se separan o que se divorcian, que después de todo son víctimas de una situación, la hayan provocado o no, sino que estaba señalando una realidad social y cultural negativa. Se trata de algo que es deseable que no existiera.

Conclusión: es necesario una preparación para el matrimonio y la familia, una educación específica. Pensamos en el futuro de la sociedad, de la sociedad argentina y en el futuro del mundo, en el futuro de la humanidad.

Ahora tenemos en nuestras escuelas educación sexual. Pero ¿la educación sexual prepara para evitar aquellos fracasos? ¿Prepara para evitar situaciones como esta? Todo lo contrario: la educación sexual, tal como aparece en los planes oficiales, supone información parcializada y cuidarse de las consecuencias naturales de una sexualidad irresponsablemente ejercida. Ya sabemos que se entiende por eso.

Nosotros postulamos una educación para el amor, la castidad, el matrimonio y la familia. Allí se ubica entonces correctamente la dimensión sexual de la persona humana. 

Mons. Héctor Aguer, arzobispo deLa Plata 


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Reflexión  de José Antonio Pagola al evangelio del domingo del Bautismo del Señor - B, ofrecido por la Delegación Diocesana de Enseñanza de la diócesis de Tenerife.

EL ESPÍRITU DE JESÚS 

         Jesús apareció en Galilea cuando el pueblo judío vivía una profunda crisis religiosa. Llevaban mucho tiempo sintiendo la lejanía de Dios. Los cielos estaban "cerrados". Una especie de muro invisible parecía impedir la comunicación de Dios con su pueblo. Nadie era capaz de escuchar su voz. Ya no había profetas. Nadie hablaba impulsado por su Espíritu.

         Lo más duro era esa sensación de que Dios los había olvidado. Ya no le preocupaban los problemas de Israel. ¿Por qué permanecía oculto? ¿Por qué estaba tan lejos? Seguramente muchos recordaban la ardiente oración de un antiguo profeta que rezaba así a Dios: "Ojalá rasgaras el cielo y bajases".

         Los primeros que escucharon el evangelio de Marcos tuvieron que quedar sorprendidos. Según su relato, al salir de las aguas del Jordán, después de ser bautizado, Jesús «vio rasgarse el cielo» y experimentó que «el Espíritu de Dios bajaba sobre él». Por fin era posible el encuentro con Dios. Sobre la tierra caminaba un hombre lleno del Espíritu de Dios. Se llamaba Jesús y venía de Nazaret.

         Ese Espíritu que desciende sobre él es el aliento de Dios que crea la vida, la fuerza que renueva y cura a los vivientes, el amor que lo transforma todo. Por eso Jesús se dedica a liberar la vida, a curarla y hacerla más humana. Los primeros cristianos no quisieron ser confundidos con los discípulos del Bautista. Ellos se sentían bautizados por Jesús con su Espíritu.

         Sin ese Espíritu todo se apaga en el cristianismo. La confianza en Dios desaparece. La fe se debilita. Jesús queda reducido a un personaje del pasado, el Evangelio se convierte en letra muerta. El amor se enfría y la Iglesia no pasa de ser una institución religiosa más.

         Sin el Espíritu de Jesús, la libertad se ahoga, la alegría se apaga, la celebración se convierte en costumbre, la comunión se resquebraja. Sin el Espíritu la misión se olvida, la esperanza muere, los miedos crecen, el seguimiento a Jesús termina en mediocridad religiosa.

         Nuestro mayor problema es el olvido de Jesús y el descuido de su Espíritu. Es un error pretender lograr con organización, trabajo, devociones o estrategias diversas lo que solo puede nacer del Espíritu. Hemos de volver a la raíz, recuperar el Evangelio en toda su frescura y verdad, bautizarnos con el Espíritu de Jesús:

         No nos hemos de engañar. Si no nos dejamos reavivar y recrear por ese Espíritu, los cristianos no tenemos nada importante que aportar a la sociedad actual tan vacía de interioridad, tan incapacitada para el amor solidario y tan necesitada de esperanza.

José Antonio Pagola

 

Red evangelizadora BUENAS NOTICIAS
8 de enero de 2012
Bautismo del Señor
Marcos 1, 7-11


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DEPARTAMENTO DE COMUNICACIÓN
38201. La Laguna. Tenerife.
Tfno. 922-25 86 40 / Extensión 8
e-mail: [email protected]

Boletín 463 

LAS NOTICIAS AMPLIADAS PUEDEN VERLAS ENTRANDO EN NUESTRO BLOG. Textos, sonidos, e imágenes los tienen en: http://www.comunicacionobispadodetenerife.blogspot.com

 

Los herreños celebran este viernes el 466 aniversario de la arribada "prodigiosa" de la imagen de su patrona, Nuestra Señora de los Reyes, a las costas de Orchilla, que ocurrió en 1546. Con tal motivo, el obispo, Bernardo Álvarez, preside la eucaristía en el Santuario de la Dehesa, a las 17 horas, acompañado por los sacerdotes de servicio en El Hierro. 

La Laguna celebra este jueves, día 5, el centenario de su Cabalgata de Reyes Magos, la más antigua de Canarias. A las 16 horas SS.MM. de Oriente llegarán al Aeropuerto, a las 17:45 será la rescatada adoración al Niño de los Afligidos en el Santuario del Cristo y sobre las 18:15 arrancará la cabalgata por su recorrido tradicional. 

Por su parte, el jueves 5 de Enero, a las 18:00 horas, en la plaza de la Iglesia de San Miguel de Abona, tendrá lugar la Ofrenda de SS. MM. los Reyes Magos de Oriente al Niño Jesús, en la Parroquia Matriz de San Miguel Arcángel. A continuación, sus Majestades recorrerán las calles de San Miguel de Abona, hasta el Centro Deportivo Cultural donde tendrá lugar la actuación de los Ultra-Sónicos del Taller de Música Moderna. 

Otro tanto sucede en numerosos lugares como el auto de Reyes en Mazo o en otros enclaves donde los Magos de Oriente acuden a los templos. 

“Todos seremos transformados por la victoria de nuestro Señor Jesucristo” (Cfr. I Co 15, 51-58), es el lema escogido este año para celebrar la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, que tendrá lugar del 18 al 25 de enero. En la Semana de Oración 2012 estamos invitados a profundizar en nuestra fe, en la que todos nosotros seremos transformados por la victoria de nuestro Señor Jesucristo. 

El Movimiento de Familias Cristianas celebrará de forma especial el próximo 8 de enero, la fiesta de la Sagrada Familia. Y lo hará con la celebración de la Eucaristía, en la parroquia de María Auxiliadora (C/Serrano), en Santa Cruz de Tenerife, a las 11:00 horas. En dicha misa, los matrimonios asistentes están invitados a renovar su compromiso matrimonial. 

Como cada año en enerola Iglesiacelebrala JornadaMundialdel Emigrante y Refugiado. Este año con el lema: "Nueva Evangelización y Migraciones. Salgamos al encuentro… abramos puertas”.La Delegaciónde Migraciones con la colaboración del Arciprestazgo dela Salud, ha organizado dos momentos celebrativos en torno a este día: una Vigilia de Oración el viernes 13 de enero a las 20:00 h. yla Eucaristíadela Jornadade Migraciones el domingo 15 de enero a las 13:00 h. Ambas actividades tendrán lugar en la parroquia deLa Cruzdel Señor. 

La Iglesia celebra en el mes de enero la Jornada de la Infancia Misionera con el lema: "Con los niños de América hablamos de Jesús". Un lema en la línea de la Nueva Evangelización comenzada desde hace tiempo en América y en concordancia con el Plan Diocesano de Pastoral: "Discípulos y misioneros, aquí y ahora". Como es tradicional en la Diócesis, el sábado 21 de enero de 2012, en la Villa de Candelaria, celebraremos el Día de la Marcha Misionera. 

El próximo domingo, 8 de enero, en la Casa de Oración de San Pedro Daute, “Domus Mariae”, en Garachico, se desarrollará un retiro impartido, en esta ocasión, por el monje cisterciense Padre Jesús María. Será de 16:30 h. a 20:00 h. y estará abierto a todos los que quieran participar. 

El itinerario del tranvía tendrá, con ocasión de la Fiesta de la Sagrada Familia y durante el mes de enero, una serie de anuncios del Centro de Orientación Familiar. La generosa colaboración de la empresa "PubliservicCanarias" hace posible este gesto de servicio al bien integral de la familia en nuestra Provincia. La Familia es la institución socialmente más valorada. 

Los trabajos de reposición de las bóvedas que configuran la Catedral de La Laguna siguen su curso a buen ritmo. Finalizado el replanteo de la obra, en estos momentos, la empresa, “Víctor Rodríguez e Hijos” está trasladando elementos de trabajo desde el Portezuelo hasta el pórtico del templo, para recomenzar la reposición. 

La comisión pro centenario de la Catedral de La Laguna ya está en marcha y ya se han marcado diversos objetivos: culturales, teológico-pastorales, didácticos y celebrativos. El centenario comenzará el 6 de septiembre de 2013 y finalizará el 6 de septiembre de 2014. Debido a la importancia de esta efemérides, el Obispo va a solicitar un año jubilar para la Catedral. 

La próxima reunión de la comisión pro centenario del templo lagunero está prevista para el 23 de enero. En la misma, se nombrarán las comisiones concretas para ir desarrollando las actividades que responderán a cada uno de los objetivos.  

Por otro lado, en la misma casa, los días 27, 28 y 29 de enero tendrá lugar un cursillo de Liturgia sobre la mesa de la Palabra y la mesa de la Eucaristía, a cargo del licenciado en Liturgia y ex profesor del Seminario Diocesano durante muchos años, José Hernández. El horario será de 17:30 h. a 20:30 h. y se trata de un cursillo especialmente dirigido a lectores, grupos de liturgia, etc. 

La Parroquia de la Concepción, en el Realejo Bajo comienza a celebrar en el presente mes de enero a San Vicente Mártir de una manera especial, pues -según privilegio otorgado por el Ordinario- cada vez que la festividad del santo (22 de enero) caiga en domingo, la siguiente semana subirá la sagrada imagen hasta la parroquia Matriz para celebrar un Triduo extraordinario. Por tanto, el día 26 de enero subirá en solemne procesión la imagen y el día de la octava de la fiesta (29 de enero) volverá a su ermita. 

La Exposición Fotográfica “Ojos que sí ven” visita el Ayuntamiento de El Rosario y permanecerá en la entrada principal del Consistorio, en La Esperanza, hasta el próximo día 9 de enero. La misma llega al Municipio a través de Entreculturas, Fundación de los Jesuitas desde la que se trabaja por la educación y el desarrollo de los pueblos, apoyando iniciativas que promuevan la educación en los pueblos más desfavorecidos de América Latina, África y Asia. 

El colegio La Salle San Ildefonso, en Santa Cruz de Tenerife, con motivo de la celebración de su centenario, ha publicado un libro conmemorativo de esta celebración.El libro, de 300 páginas, repasa la historia de los cien años de vida del colegio, las celebraciones del Centenario, un histórico de todas las promociones de alumnos finalistas y un anuario del curso del Centenario 2010-2011 

El Palacio Salazar, en la capital palmera, alberga hasta el próximo 6 de enero, la exposición: "Un niño os ha nacido". Dicha muestra recoge la iconografía de Navidad en la isla de La Palma, procedentes de fondos públicos, parroquias y colecciones privadas. El ciclo de la Navidad cuenta en La Palma con un patrimonio etnográfico, literario y artístico de primer orden. La exposición está accesible al público de lunes a viernes, de 10:00 a 14:00 h. y de 16:00 a 21:00 h. Los sábados, de 10:00 a 13:00 horas. 

Hasta el próximo día 8 de enero, la parroquia matriz de Ntra. Sra. de la Concepción, en la Villa de La Orotava ha organizado en las dependencias parroquiales una exposición escultórica de tallas del Divino Infante, tanto de la Parroquia como de las Iglesias y Ermitas colindantes, como así de múltiples casas privadas de la Villa. Un largo y variado catálogo de piezas que comprenden desde el s. XVII hasta la actualidad.


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Mi?rcoles, 04 de enero de 2012

ZENIT  nos ofrece el texto del discurso del santo padre a los detenidos, en su Visita pastoral a la cárcel de Rebibbia, en Roma,  el domingo 18 de Dicembre de 2011.

Queridos hermanos y hermanas,

con gran alegría y emoción estoy esta mañana en medio de vosotros, para una visita que se sitúa a pocos días de la celebración dela Natividaddel Señor. Dirijo un caluroso saludo a todos, en especial a la ministra de Justicia, honorable Paola Severino, y a los capellanes, a los que agradezco las palabras de bienvenida que me han dirigido también en vuestro nombre. Saludo al doctor Carmelo Cantone, director del Centro Penitenciario y a los colaboradores, la policía penitenciaria y a los voluntarios que se prodigan en las actividades de esta institución. Y saludo de modo especial a todos vosotros, detenidos, manifestándoos mi cercanía.

“Estaba en la cárcel y me visitásteis” (Mt 25,36). Estas son las palabras del juicio final, contado por el evangelista Mateo, y estas palabras del Señor, en las cuales se identifica con los detenidos, expresan en plenitud el sentido de mi visita actual entre vosotros. Dondequiera que haya un hambriento, un extranjero, un enfermo, un encarcelado, allí está Cristo mismo que espera nuestra visita y nuestra ayuda. Esta es la razón principal por la que me siento feliz de estar aquí, para rezar, dialogar y escuchar.La Iglesiasiempre ha contado entre las obras de misericordia corporal, la visita a los presos (cfr Catecismo dela Iglesiacatólica, 2447). Y esta, para ser completa, exige una plena capacidad de acogida del detenido, «dándole espacio en el propio tiempo, en la propia casa, en las propias amistades, en las propias leyes, en las propias ciudades» (cfr CEI, Evangelización y testimonio de la caridad, 39). Querría de hecho poder ponerme a la escucha de la peripecia personal de cada uno, pero, lamentablemente, no es posible; sin embargo, he venido a deciros sencillamente que Dios os ama con un amor infinito, y sois siempre hijos de Dios. Y el mismo Unigénito Hijo de Dios, el Señor Jesús, experimentó la cárcel, fue sometido a un juicio ante un tribunal y sufrió la más feroz condena a la pena capital.

Con motivo de mi reciente viaje apostólico a Benín, en noviembre pasado, firmé una exhortación apostólica postsinodal en la que reiteré la atención dela Iglesiaa la justicia en los estados, escribiendo: «Es por tanto urgente que se adopten sistemas judiciales y penitenciarios independientes, para restablecer la justicia y reeducar a los culpables. Además, hay que erradicar los casos de errores judiciales y los malos tratos de los prisioneros, las numerosas ocasiones de no aplicación de la ley que corresponden a una violación de los derechos humanos y las encarcelaciones que no desembocan sino tarde o nunca en un proceso.La Iglesiareconoce la propia misión profética ante aquellos que sufren por la criminalidad y su necesidad de reconciliación, de justicia y de paz. Los encarcelados son personas humanas que merecen, a pesar de su delito, ser tratados con respeto y dignidad. Necesitan nuestra atención» (n. 83).

Queridos hermanos y hermanas, la justicia humana y la divina son muy diferentes. Cierto, los hombres no pueden aplicar la justicia divina, pero deben al menos apuntar a ella, tratar de captar el espíritu profundo que la anima, para que ilumine también la justicia humana, para evitar –como lamentablemente no pocas veces sucede– que el detenido se convierta en un excluido. Dios, en efecto, es Aquél que proclama la justicia con fuerza, pero que, al mismo tiempo, cura las heridas con el bálsamo de la misericordia.

La parábola del Evangelio de Mateo (20,1-16) sobre los trabajadores llamados a jornada en la viña nos hace comprender en qué consiste esta diferencia entre la justicia humana y la divina, porque hace explícita la delicada relación entre justicia y misericordia. La parábola describe a un agricultor que asume trabajadores en su viña. Lo hace sin embargo en diversas horas del día, de man era que alguno trabaja todo el día y algún otro sólo una hora. En el momento de la entrega del salario, el amo suscita estupor y provoca una discusión entre los jornaleros. La cuestión tiene que ver con la generosidad --considerada por los presentes como injusticia- del amo de la viña, el cual decide dar la misma paga tanto a los trabajadores de la mañana como a los últimos en la tarde. En la óptica humana, esta decisión es una auténtica injusticia, en la óptima de Dios un acto de bondad, porque la justicia divina da cada uno lo suyo y, además, incluye la misericordia y el perdón.

Justicia y misericordia, justicia y caridad, bisagras de la doctrina social dela Iglesia, son dos realidades diferentes sólo para nosotros los hombres, que distinguimos atentamente un acto justo de un acto de amor. Justo, para nosotros, es “lo que se debe al otro”, mientras que misericordioso es lo que se dona por bondad. Y una cosa parece excluir a la otra. Pero para Dios no es así: en Él, justicia y caridad coinciden; no hay acción justa que no sea también acto de misericordia y de perdón y, al mismo tiempo, no hay una acción misericordiosa que no sea perfectamente justa.

¡Qué lejana está la lógica de Dios de la nuestra! ¡Y que diferente es de nuestro modo de actuar! El Señor nos invita a acoger y observar el verdadero espíritu de la ley, para darle pleno cumplimiento en el amor hacia quien lo necesita. «Pleno cumplimiento de la ley es el amor, escribe san Pablo (Rm 13,10): nuestra justicia será tanto más perfecta cuanto más esté animada por el amor por Dios y por los hermanos.

Queridos amigos, el sistema de detención gira en torno a dos puntos de referencia, ambos importantes: por un lado, tutelar a la sociedad de eventuales amenazas, por otro, reintegrar a quien ha cometido un error sin pisotear su dignidad y sin excluirlo de la vida social. Ambos aspectos tienen su relevancia y pretenden no crear aquél “abismo” entre la realidad carcelaria real y la pensada por la ley, que prevé como elemento fundamental la función reeducadora de la pena y el respeto de los derechos y de la dignidad de las personas. La vida humana pertenece sólo a Dios, que nos la regalado, y no está abandonada a la merced de nadie, ¡ni siquiera a nuestro libre albedrío! Estamos llamado a custodiar la perla preciosa de nuestra vida y la de los demás.

Sé que la superpoblación y la degradación de las cárceles pueden hacer todavía más amarga la detención: me llegaron varias cartas de detenidos que lo subrayan. Es importante que las instituciones promuevan un un atento análisis de la situación penitenciaria hoy, verifiquen las estructuras, los medios, el personal, de modo que los detenidos no descuenten nunca una “doble pena”; y es importante promover un desarrollo del sistema penitenciario, que, aún en el respeto de la justicia, sea cada vez más adecuado a las exigencias de la persona humana, con el recurso también a las penas sin internamiento o a modalidades diversas de detención.

Queridos amigos, hoy es el cuarto domingo de Adviento. Quela Natividaddel Señor, ya cercana, reencienda de esperanza y de amor vuestro corazón. El nacimiento del Señor Jesús, del que haremos memoria dentro de pocos días, nos recuerda su misión de llevar la salvación a todos los hombres, sin excluir a nadie. Su salvación no se impone, sino que nos reúne a través de actos de amor, de misericordia y de perdón que nosotros mismos sabemos realizar. El Niño de Belén será feliz cuando todos los hombres vuelvan a Dios con corazón renovado. Pidámosle en el silencio y en la oración ser todos liberados de la cárcel del pecado, de la soberbia y del orgullo: cada uno de hecho necesita salir de esta cárcel interior para ser verdaderamente libre del mal, de las angustias de la muerte. ¡Sólo aquél Niño en el pesebre es capaz de dar a todos esta liberación plena!

Querría terminar diciéndoos quela Iglesiasostiene y anima todo esfuerzo dirigido a garantizar a todos una vida digna. Tened la seguridad de que yo estoy cercano a cada uno de vosotros, a vuestras familias, a vuestros hijos, a vuestros jóvenes, a vuestros ancianos y os llevo a todos en el corazón delante de Dios. ¡El Señor os bendiga a vosotros y a vuestro futuro!

Traducción del original italiano por Nieves San Martín


Publicado por verdenaranja @ 22:55  | Habla el Papa
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BAUTISMO DEL SEÑOR
8 de Enero de 2012

La gracia y la paz de nuestro Señor Jesucristo esté con todos vosotros.

Anteayer, en la fiesta de la Epifanía, contemplábamos al niño Jesús que es luz para todos los pueblos de la tierra. Aquella tierna historia de los magos llegados de Oriente nos quiere enseñar que la salvación de Jesús es para todos, sin ninguna exclusión.

 Hoy, en la fiesta del Bautismo del Señor, vemos cómo aquella historia comienza a hacerse realidad. Jesús ya no es un niño. Jesús es ya una persona adulta que va al río Jordán, donde Juan bautizaba, y, mientras reza, ve cómo el Espíritu desciende sobre él y el Padre lo proclama como su Hijo amado. Hoy, Jesús comienza su misión. Y nosotros somos invitados a creer en él y a seguirle.

A. penitencial: En silencio, preparémonos para celebrar la Eucaristía.

- Tú, estrella luminosa para toda la humanidad. SEÑOR,TEN PIEDAD.

- Tú, fuente de inmensa alegría. CRISTO,TEN PIEDAD.

- Tú, camino de verdad y de vida. SEÑOR,TEN PIEDAD.

Antes de las lecturas: Dispongámonos a escuchar el mensaje de la Palabra de Dios, que tendrá como momento culminante la lectura del evangelio, en el que contemplaremos a Dios manifestándose en el Jordán y mostrando a Jesús como su Hijo amado.

(Como reafirmación de nuestra fe bautismal, hoy se podría cantar el Credo o hacer la profesión de fe dialogada del bautismo o de la Vigilia Pascua)l.

Preqaria universal: A Jesús, el Hijo amado de Dios, el que viene a abrimos el camino de la verdadera vida, orémosle diciendo: JESÚS, HIJO DE DIOS, ESCÚCHANOS.

Para que la Iglesia sea siempre un testimonio transparente del Evangelio. OREMOS:

Para que los hombres y mujeres de buena voluntad que no creen en Jesucristo lleguen a descubrir la alegría de la fe. OREMOS:

Para que la fuerza del Espíritu transforme los corazones de los que viven encerrados en el egoísmo y buscan sólo la riqueza y el poder. OREMOS:

Para que los pobres y los enfermos tengan la ayuda y la compañía que necesitan. OREMOS:

Para que todos nosotros vivamos cada día más plenamente nuestro camino cristiano. OREMOS:

Escucha, Señor Jesús, nuestra oración, y condúcenos por el camino de tu amor. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Padrenuestro: Por el bautismo somos hijos e hijas de Dios. Por esto, con toda confianza, nos atrevemos a decir:

 

CPL


Publicado por verdenaranja @ 17:19  | Liturgia
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 EPIFANÍA DEL SEÑOR
6 deEnero de 2012

 

Como los magos de Oriente, también nosotros, guiados por la estrella luminosa de la fe, estamos aquí para celebrar al Dios hecho hombre. Hermanos y hermanas, que su amor y su vida estén con todos vosotros.

A. penitencial: Hoy, llenos de alegría, nos ponemos a los pies de Jesús. En él, en aquel niño recién nacido, reconocemos toda la grandeza de Dios. V, en silencio,
lo adoramos y le pedimos que nos llene de su gracia.

- Tú, estrella luminosa para toda la humanidad. SEÑOR,TEN PIEDAD.

- Tú, fuente de inmensa alegría. CRISTO, TEN PIEDAD.

- Tú, camino de verdad y de vida. SEÑOR, TEN PIEDAD. 

1.lectura (lsaías60, 7-6):Comencemos las lecturas de la palabra de Dios con un poema lleno de entusiasmo. El profeta anuncia, a los israelitas que vuelven del exilio de Babilonia,
un futuro luminoso. Un futuro que nosotros vemos realizado en Jesús, luz y camino para toda la humanidad.

2. lectura (Efesios 3,2-3a.5-6): La profecía que hemos escuchado en la primera lectura se hace realidad. Porque el Evangelio de Jesús llega a todo el mundo, sin ninguna exclusión.

Hoy, después del evangelio, se puede proclamar el anuncio de la Pascua y las demás fiestas del año. Se puede hacer así: acabado el evangelio, se repite el canto del aleluya y, entretanto, sube un lector al ambón y, terminado el aleluya, proclama el anuncio. Ver el texto en la página 4 de las hojas amarillas. (También podría hacerse en algún otro momento, como por ejemplo en el silencio después de la comunión).

Oración universal: Con un espíritu muy abierto al mundo entero, oremos diciendo: ESCÚCHANOS, PADRE.

  1. Por todos los cristianos, por todos los que sentimos la alegría de creer en Jesús. OREMOS:
  2. Por los hombres y mujeres de buena voluntad que no han descubierto aún el gozo de la fe. OREMOS:
  3. Por los países de misión, y para que cada vez sean más los sacerdotes y religiosos hijos de aquellas tierras. OREMOS:
  4. Por los niños y niñas que hoy viven esta fiesta llenos de alegría; y también por los niños y niñas que sufren la pobreza o el abandono. OREMOS:
  5. Por cada uno de nosotros, y por nuestras familias, y por nuestros amigos. OREMOS:

Escucha, Padre, nuestra oración, y derrama tu Espíritu en nuestros corazones. Por Jesucristo ...

Padrenuestro: El Hijo de Dios se hizo hombre para hacer de nosotros hijos e hijas de Dios. Por eso ahora, siguiendo su enseñanza, nos atrevemos a decir:

Bendición solemne:

- El Dios que os llamó de las tinieblas a su luz admirable derrame abundantemente sus bendiciones sobre vosotros y afiance vuestros corazones en la fe, la esperanza y la caridad.

- Y él, a todos vosotros, fieles seguidores de Cristo, manifestado hayal mundo como luz en la tiniebla, os haga testigos de la verdad ante los hermanos.

- Y así, cuando termine vuestra peregrinación por este mundo, lleguéis a encontraras con Cristo, luz de luz, a quien los Magos, guiados por la estrella, contemplaron con inmensa alegría.

- Y la bendición de Dios todopoderoso ...

 

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Martes, 03 de enero de 2012

ZENIT nos ofrece la tercera homilía de adviento de 2011, que realizó el padre Raniero Cantalamessa, OFM, predicador dela Casa Pontificia, el viernes 16 de diciembre de 2011.

"Hasta los confines dela Tierra"
La primera evangelización del continente americano

1.-La fe cristiana va más allá del océano

Hace cuatro días, el 12 de diciembre, el continente americano celebró la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, que en México es fiesta de precepto. Es una hermosa coincidencia hablar en esta tercera meditación de la tercera gran etapa de evangelización en la historia dela Iglesia, que se realizó tras el descubrimiento del nuevo mundo. Traigo a la memoria, sucintamente la realización de esta empresa misionera.

Inicio con una observación importante. Europa cristiana, junto con la fe, exportó al nuevo continente también las propias divisiones. Al final de la gran onda misionera, el continente americano reproducirá exactamente la situación que existía en Europa: un sur mayoritariamente católico y un norte mayoritariamente protestante. Nosotros nos ocuparemos aquí solamente de la evangelización de América Latina, por el hecho que fue la primera que se realizó a continuación del descubrimiento del nuevo mundo.

Después que Cristóbal Colón en 1492 volvió de su viaje con la noticia de la existencia de nuevas tierras (que se creía fueran parte de las Indias), se encendieron en España católica, dos decisiones que se mezclaban: la de llevar a los nuevos pueblos la fe cristiana y la de extender a ellos la propia soberanía política. Para esta finalidad se obtuvo del papa Alejandro VI una bula con la que se reconocía a España el derecho de todas las tierras descubiertas más allá de las islas Azores y a Portugal aquellas hacia Europa a partir de dicha línea. Poco después la línea fue desplazada en favor de Portugal lo que le permitió legitimar la posesión de Brasil. Se delineaba así, incluso desde el punto de vista lingüístico el rostro del futuro continente latinoamericano.

Cada vez que las tropas entraban en un lugar, hacían una proclama (requerimiento) con el cual a los habitantes se le ordenaba abrazar el cristianismo y reconocer la soberanía del rey de Españai.

Solamente algunos grandes espíritus, ante todo los dominicanos Antonio Montesino y Bartolomé de Las Casas, tuvieron el coraje de levantar la voz contra los abusos de los conquistadores en defensa de los derechos de los nativos. En un poco más de cincuenta años, también por las debilidades y divisiones de los reinos autóctonos, el continente estaba bajo el dominio español y portugués y al menos, nominalmente, era cristiano.

Los historiadores tienden a atenuar los colores obscuros proyectados en el pasado sobre esta empresa misionera. Sobretodo hacen notar que a diferencia de cuanto sucedió con las tribus indígenas de América del norte, en Latinoamérica aunque diezmados, la mayoría de los pueblos nativos sobrevivió con su idioma y en su territorio y pudieron retomarse y reafirmar a continuación su identidad e independencia. Hay que tomar en cuenta el condicionamiento que tenían los misioneros por su formación teológica.

Tomando a la letra y de manera rígida el Extra Ecclesian nulla salus, ellos estaban convencidos de la necesidad de bautizar el mayor número de personas y en el menor tiempo posible para asegurarles la salvación eterna.

Vale la pena detenerse un momento sobre este axioma que tuvo tanto peso en la evangelización. Fue formulado en el III siglo por Orígenes y sobretodo por san Cipriano. Al inicio no se refería a la salvación de los no cristianos, sino al contrario a la de los cristianos. Se dirigía exclusivamente a los herejes y a los cismáticos del tiempo, para recordarles que rompiendo la comunión conla Iglesiaellos se volvían reos de una culpa grave, por la cual se autoexcluían de la salvación. Se dirigía por lo tanto a los que se iban dela Iglesiay no a los que no entraban.

Solamente en un segundo momento, cuando el cristianismo se volvió la religión de Estado, el axioma comenzó a ser aplicado a paganos y judíos, en base a la convicción entonces común (aunque objetivamente equivocada) que el mensaje a esa altura era conocido por todos los hombres y por lo tanto rechazarlo significaba volverse culpable y merecedor de una condena.

Fue justamente después del descubrimiento del nuevo mundo cuando aquellos límites geográficos se rompieron drásticamente. El descubrimiento de nuevos pueblos enteros que vivían fuera de cualquier contacto con la Iglesiaobligó a rever una interpretación tan rígida del axioma. Los teólogos dominicanos de Salamanca y a continuación algunos jesuitas tomaron una posición crítica, reconociendo que era posible estar fuera de la Iglesiasin ser necesariamente culpables y por lo tanto excluidos de la salvación. No solamente, sino que frente al modo y métodos inaceptables con el que el Evangelio era anunciado a los indígenas, alguien por primera vez se puso el problema de si realmente era posible considerar culpables a todos aquellos que incluso habiendo conocido el anuncio cristiano no se hubieran adheridoii.

2. Protagonistas, los frailes

No es ciertamente este el lugar para dar un juicio histórico sobre la primera evangelización de América Latina. En ocasión del quinto centenario, en mayo de 1992 se realizó en Roma un simposio internacional de historiadores sobre tal tema. En su discurso a los participantes, Juan Pablo II afirmó: "Sin lugar a dudas en esta evangelización, como en toda obra del hombre, existieron equivocaciones, luces y sombras; si bien más luces que sombras, a juzgar por los frutos que encontramos después de quinientos años: una Iglesia viva y dinámica que representa hoy una parte relevante de la Iglesiauniversal"iii.

Desde la orilla opuesta, en aquella ocasión, algunos hablaron de la necesidad de una "descolonización" y "desevangelización", dando la impresión de que preferían que la evangelización del continente nunca se hubiera realizado, en vez de que se haya realizado como conocemos. Con todo el respeto debido al amor por los pueblos indígenas que movía a estos autores, yo creo que una tal opinión merece ser rechazada enérgicamente.

A un mundo sin pecado y sin Jesucristo, la teología ha demostrado que es preferible un mundo con el pecado pero con Jesucristo. "Oh feliz culpa –exclama la liturgia pascual en el Exultet– que nos permitió tener un tal y tan grande redentor".

¿No deberíamos decir lo mismo de la evangelización de ambas las partes de América, sea la del norte que la del sur? A un continente sin las "equivocaciones y sombras" que acompañaron su evangelización, pero también sin Cristo, ¿quien no preferiría un continente con tales sombras pero con Cristo? Qué cristiano, de derecha o de izquierda (particularmente si es religioso) podría decir lo contrario sin menguar, por ello mismo, en su propia fe?

He leído en algún lado la siguiente afirmación que comparto plenamente: "Lo más grande que sucedió en 1492 no fue que Cristóbal Colón descubrió América, sino que América descubrió a Jesucristo". No era --es verdad- el Cristo integral del Evangelio por el cual la libertad es presupuesto mismo de la fe, pero ¿quién puede pretende ser un portador de Cristo libre de cualquier tipo de condicionamiento histórico?

Quienes proponen un Cristo revolucionario, contestador de las estructuras, directamente empeñado en la lucha incluso política, ¿no se olvidan quizás también ellos de alguna cosa de Cristo, por ejemplo de la afirmación: "Mi reino no es de este mundo"?

Si en la primera oleada de la evangelización los protagonistas fueron los obispos, en la segunda eran los monjes y en esta tercera lo fueron indiscutiblemente los frailes, o sea los religiosos de las órdenes mendicantes, en primer lugar los franciscanos, dominicos, agustinos y en un segundo momento los jesuitas. Los historiadores de la Iglesiareconocen que en América Latina "fueron los miembros de las órdenes religiosas a determinar la historia de las misiones y de las Iglesias"iv.

Sobre esto vale el juicio de Juan Pablo II que he recordado: que "las luces son mayores que las sombras". No sería honesto desconocer el sacrificio personal y el heroísmo de tantos de estos misioneros. Los conquistadores estaban movidos por el espíritu de aventura y sed de ganancias, pero los frailes ¿qué podían esperarse después de haber dejado su patria y conventos? No iban a tomar sino a dar. Querían conquistar almas para Cristo, no súbditos para el rey de España, mismo si compartían el entusiasmo nacional de sus compatriotas. Cuando se leen historias relacionadas con la evangelización de un territorio particular, se ve cómo los prejuicios genéricos son injustos y lejanos de la realidad. A mi me sucedió estando en el lugar, leer la crónica del inicio de la misión en Guatemala y en las regiones vecinas. Son historias de sacrificios y peripecias increíbles. De un grupo de veinte dominicanos que partieron para el nuevo mundo hacia las Filipinas, 18 murieron durante el viaje.

En 1974, se realizó el sínodo sobre "La evangelización en el mundo contemporáneo". En un apunte manuscrito, puesto al final de un documento (quela Prefecturadela Casa Pontificatuvo la idea de publicar junto al programa de esta predicación), Pablo VI escribía:

"¿Será suficiente lo que he dicho (en el documento) a los religiosos? ¿No sería necesario añadir alguna palabra sobre el carácter voluntario, emprendedor, generoso de la evangelización de los religiosos y de las religiosas? Su evangelización debe depender de la jerarquía y coordinarse con ella, pero hay que alabar la originalidad, la genialidad, la dedicación, muchas veces de vanguardia y a riesgo propio".

Este reconocimiento se aplica plenamente a los religiosos protagonistas de la evangelización de América Latina, especialmente si pensamos en algunas de sus realizaciones, como las conocidas "reducciones" de los jesuitas en Paraguay, o sea en los pueblos en los cuales los indios cristianos, protegidos de los abusos de cualquier autoridad civil, podían instruirse en la fe y desarrollar su talento humano.

3. Los problemas actuales

Ahora, como es costumbre, tratemos de pasar al hoy, para ver que nos dice la historia de la experiencia misionera dela Iglesia, que hemos sumariamente reconstruido.

Las condiciones sociales y religiosas del continente han cambiado tan profundamente que, más que insistir en lo que podemos aprender o menos de dicha época, es útil reflexionar sobre la tarea de la actual evangelización en el continente latinoamericano.

Sobre este tema existió y se producen una tal cantidad de reflexiones y de documentos por parte del magisterio pontificio, por el CELAM y las Iglesias locales, que sería presuntuoso poder pensar en añadir algo nuevo. Puedo entretanto compartir alguna reflexión sugerida por mi experiencia en el terreno, habiendo tenido ocasión de predicar en retiros a conferencias episcopales, al clero y al pueblo de casi todos los países de América Latina, y varias veces en algunos de ellos. Además, porque los problemas que se plantean sobe este tema en América Latina no son muy diversos que los del resto dela Iglesia.

Una reflexión es sobre la necesidad de superar una excesiva polarización presente por todas partes enla Iglesia, pero particularmente en América Latina, especialmente hace algunos años: la polarización entre el alma activa y el alma contemplativa, entrela Iglesiadel empeño social por los pobres yla Iglesiadel anuncio de la fe. Ante cada diferencia, nos sentimos instintivamente tentados a elegir una parte, exaltando una y despreciando la otra. La doctrina de los carismas nos ahorra el trabajo. El don dela Iglesiacatólica es el de ser, justamente católica, es decir abierta para recoger los dones más diversos que provienen del Espíritu.

Lo demuestra la historia de las órdenes religiosas que encarnaron instancias diversas y a veces opuestas: insertarse en el mundo y la fuga del mundo, el apostolado entre los doctos, como los jesuitas, y el apostolado entre el pueblo, como los capuchinos. Hay lugar para unos y otros. Además necesitamos de unos y otros, ya que nadie puede realizar el evangelio integral y representar a Cristo en todos los aspectos de su vida. Cada uno debería por lo tanto alegrarse de que los otros hagan lo que uno no puede hacer: quien cultiva la vida espiritual y el anuncio dela Palabray el que se dedica a la justicia y a la promoción social y viceversa.

Es siempre válida la advertencia del apóstol: "Dejemos de una vez por todas de juzgarnos los unos a los otros" (cfr. Rom 14, 13).

Una segunda observación se refiere al problema del éxodo de los católicos hacia otras denominaciones cristianas. Sobretodo es necesario recordar que no se pueden calificar indistintamente estas denominaciones como ‘sectas’. Con algunas de ellas, incluidos los pentecostales,la Iglesiacatólica mantiene un diálogo ecuménico oficial, lo que no haría si los considerara una secta.

La promoción también a nivel local, de este diálogo es el mejor medio para desintoxicar el clima, aislar a las sectas más agresivas y desanimar la práctica del proselitismo. Algunos años atrás se realizó en Buenos Aires un encuentro ecuménico, de oración y para compartir la palabra, con la participación del arzobispo católico y los líderes de otras iglesias, y la presencia de siete mil personas hizo ver con claridad la posibilidad de una relación nueva entre los cristianos, tanto más constructivo para la fe y la evangelización.

En el documento, Juan Pablo II afirmaba que la propagación de las sectas obliga a interrogarse sobre el por qué, sobre qué falta en nuestra pastoral. Mi convicción, según mi experiencia --y no sólo en los países de América Latina- es la siguiente. Lo que atrae fuera dela Iglesiano son ciertamente formas de piedad popular alternativas que más bien la mayoría de las otras iglesias y las sectas rechazan y combaten. Es un anuncio quizá parcial pero incisivo, de la gracia de Dios, la posibilidad de experimentar a Jesús como Señor y Salvador personal, el pertenecer a un grupo que se hace cargo personalmente de tus necesidades, que ora ante ti en la enfermedad, cuando la medicina no tiene ya nada que decir.

Si, por una parte hay que alegrarse de que estas personas hayan encontrado a Cristo y se hayan convertido, por otra es triste que para hacerlo hayan sentido la necesidad de dejar su Iglesia. En la mayoría de las iglesias a las que se aproximan estos hermanos, todo gira en torno a la primera conversión y a la aceptación de Jesús como Señor. Enla Iglesiacatólica, gracias a los sacramentos, al magisterio, a la riquísima espiritualidad, existe la ventaja de no detenerse en este estadio inicial, sino de llegar a la plenitud y a la perfección de la vida cristiana. Los santos son la prueba de ello. Pero es necesario aquél inicio consciente y personal y en esto el reto de las comunidades evangélicas y pentecostales nos sirve de estímulo.

En esto,la Renovación Carismáticase revela más que nunca, según la palabra de Pablo VI, “una oportunidad parala Iglesia”. En América Latina, los pastores dela Iglesiase están dando cuenta de quela Renovación Carismáticano es (como alguno creyó al principio) “parte del problema” del éxodo de los católicos dela Iglesia, sino que es más bien parte de la solución del problema. Las estadísticas no revelarán nunca cuántas personas han permanecido fieles ala Iglesiagracias a este, habiendo encontrado en su ámbito lo que otros buscaban en otro lado. Las numerosas comunidades nacidas en el seno dela Renovación Carismática, aún con límites, y a veces con derivas, presentes en toda iniciativa humana, están a la vanguardia en el servicio ala Iglesiay la evangelización.

4. El papel de los religiosos en la nueva evangelización

He dicho que no quería detenerme en la primera evangelización. Una cosa sin embargo debemos conservar de ella: la importancia de las órdenes religiosas tradicionales para la evangelización. A ellas dedicó el beato Juan Pablo II su carta apostólica, con motivo del V centenario de la primera evangelización del continente titulada “Los caminos del Evangelio”. La última parte de la carta trata justo de los “religiosos en la nueva evangelización”: “Los religiosos –escribe--, que fueron los primeros evangelizadores –y han contribuido de manera tan relevante a mantener viva la fe en el continente--, no pueden faltar a esta convocatoria eclesial de la nueva evangelización. Los diversos carismas de la vida consagrada hacen vivo el mensaje de Jesús, presente y actual en todo tiempo y lugar”v.

La vida de comunidad, el hecho de tener un gobierno centralizado y de los lugares de formación de nivel superior que permitió a las órdenes religiosas de entonces una tan vasta empresa misionera. Pero hoy, ¿que ha sido de su fuerza? Hablando desde na de estas órdenes antiguas, puedo atreverme a expresarme con una cierta libertad. La rápida caída de las vocaciones en los países occidentales está determinando una situación peligrosa: la de gastar casi todas las propias fuerzas en satisfacer las esigencias internas de la propia familia religiosa (formación de jóvenes, mantenimiento de las estructuras y de las obras), sin muchas fuerzas vivas para introducir en el círculo más amplio dela Iglesia. Deahí el repliegue sobre sí mismos. En Europa, las órdenes religiosas tradicionales se ven obligadas a reunir varias provincias en una y a cerrar dolorosamente una casa tras otra.

La secularización es, cierto, una de las causas de la caída de las vocaciones, pero no es la única. Hay comunidades religiosas de reciente fundación que atraen a oleadas de jóvenes. En la carta citada, Juan Pablo II exhortaba a religiosos y religiosas de América Latina a “evangelizar a partir de una profunda experiencia de Dios”. Aquí está, creo, el punto: “una profunda experiencia de Dios”. Es esto lo que atrae a las vocaciones y lo que crea las premisas para una nueva eficaz oleada de evangelización. El proverbio “nemo dat quod non habet”, nadie puede dar lo que no tienen, vale más que nunca en este campo.

El superior provincial de los capuchinos de las Marcas, Italia, que es también mi superior, ha escrito para este adviento una carta a todos los frailes. En ella lanza una provocación que creo haga bien a todas las comunidades religiosas tradicionales escuchar: “Tú que lees estas líneas debes imaginar que 'eres el Espíritu Santo'. Sí, has entendido bien: no sólo estar 'lleno de Espíritu Santo' por los sacramentos que has recibido, pero justo que “eres” el Espíritu Santo,la Tercera Personadela Santísima Trinidad.Y así revestido, piensa que tienes el poder de llamar y enviar a un joven por un camino, que lo ayudas a caminar hacia la perfección de la caridad, la vida religiosa para entendernos. ¿Tendrías el valor de enviarlo a tu fraternidad, con certeza y garantía de que tu fraternidad pueda ser el lugar que le ayude seriamente a lograr la perfección de la caridad en la concreción de la vida cotidiana? En pocas palabras: si un joven viniera a vivir por unos días o meses a tu fraternidad, compartiendo la oración, la vida fraterna, el apostolado… ¿se enamoraría de nuestra vida?”.

Cuando nacieron las órdenes mendicantes, los dominicos y franciscanos, a principios del siglo XIII, también las órdenes monásticas anteriores extrajeron beneficio de ellas e hicieron justamente la llamada a una mayor pobreza y a una vida más evangélica, viviéndolo según el propio carisma. ¿No deberíamos hacer lo mismo nosotros hoy, órdenes tradicionales, respecto a las nuevas formas de vida consagrada suscitadas enla Iglesia?

La gracia de estas nuevas realidades es multiforme, pero tiene un denominador común que se llama Espíritu Santo, el “nuevo Pentecostés”. Tras el concilio, casi todas las órdenes religiosas preexistentes releyeron y renovaron sus propias constituciones, pero ya en 1981, el beato Juan Pablo II advertía: “Toda la obra de renovación de la Iglesia, que el concilio Vaticano II ha propuesto providencialmente e iniciado... no puede realizarse si no es en el Espíritu Santo, es decir con la ayuda de su luz y de su fuerza”vi.

“El Espíritu Santo –decía san Buenaventura– va allí “donde es amado, donde es invitado, donde es esperado”vii. Tenemos que abrir nuestras comunidades al soplo del Espíritu que renueva la oración, la vida fraterna, el amor por Cristo y con el el celo misionero. Mirar atrás, a los propios orígenes y al propio fundador, ciertamente, pero mirar también hacia adelante.

Observando la situación de las órdenes antiguas en el mundo occidental, surge espontánea la pregunta que Ezequiel oyó ante el panorama de huesos secos: “¿Podrán estos huesos revivir?” Los huesos áridos de los que se habla en el texto no son de los muertos sino de los vivos; son el pueblo de Israel en el exilio que va diciendo: "¡Nuestros huesos están secos, nuestra esperanza se ha desvanecido, estamos perdidos!". Son los sentimientos que afloran, a veces también en nosotros quienes pertenecemos a órdenes religiosas antiguas.

Sabemos la respuesta, llena de esperanza, que dios da a aquella pregunta: “'Infundiré en vosotros mi Espíritu, y viviréis, os estableceré en vuestra tierra, y sabréis que yo, el Señor, lo digo y lo hago', dice el Señor”. Debemos creer y esperar que se realizará también en nosotros y en todala Iglesia, lo que se dice al final de la profecía: “El Espíritu entró en ellos: volvieron a la vida y se alzaron en pie; eran un ejército grande, grandísimo” (cf. Ez 37, 1-14).

Hace cuatro días, recordaba al inicio, América Latina celebró la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe. Se discute mucho sobre la historicidad de los hechos en el origen de esta devoción. Debemos clarificar lo que se entiende por hecho histórico. Hay muchos hechos que realmente han sucedido, pero que no son históricos porque “histórico”, en el sentido más auténtico, no es todo lo acaecido, sino sólo aquello que, además de haber sucedido, ha incidido en la vida de un pueblo, ha creado algo nuevo, ha dejado traza en la historia. ¡Y qué traza ha dejado la devoción ala Virgende Guadalupe en la historia religiosa del pueblo mexicano y latinoamericano!

Es de gran significado simbólico el hecho de que, en los inicios de la evangelización del continente americano, en 1531, sobre la colina del Tepeyac, al norte de la Ciudad de México, la imagen dela Virgen se haya estampado en la tilma de san Juan Diego como “la Morenita”, es decir con los rasgos de una humilde muchacha mestiza. No se podía decir de manera más sugestiva quela Iglesia, en América Latina, está llamada a hacerse –y quiere hacerse- indígena con los indígenas, criolla con los criollos, toda a todos.

Notas

i Cfr. J. Glazik, en Storia della Chiesa, dirigida por H. Jedin, vol. VI, Milán Jaca Book, 1075, p. 702.
ii F. Sullivan, Salvation outside the Church? Tracing the History of the Catholic Response, Paulist Press, Nueva York 1992.
iii Juan Pablo II, Discurso a los participantes en el Simposio internacional sobre la evangelización en América Latina, 14 mayo 1992.
iv Cfr. Glazik, op. cit., p. 708.
v Juan Pablo II, “Los caminos del Evangelio”, nr. 24 (AAS 83, 1991, pp. 22 ss.)
vi Juan Pablo II, carta apostólica A Concilio Constantinopolitano I(25 marzo 1981).
vii San Buenaventura, Sermón para el IV Domingo después de Pascua, 2 (ed. Quaracchi, IX, p.311). 


Publicado por verdenaranja @ 22:53  | Espiritualidad
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 (ZENIT.org).- Este domingo, 18 de Diciembre de 2011, que coincide con la festividad de Nuestra Señora dela Esperanza, reproducimos la carta pastoral del obispo de Tarrasa, España, Ángel Sáiz Meneses, dedicada a Santa María, modelo de fe.

Santa María, modelo de fe
En el día de Nuestra Señora dela Esperanza

+Ángel Sáiz Meneses

En este cuarto domingo de Adviento reflexionamos sobre el gran misterio realizado en Nazaret hace dos mil años. El evangelista Lucas, con su reconocida precisión, sitúa el acontecimiento en el tiempo y en el espacio. “A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, a una virgen desposada con un hombre llamado José; (…) la virgen se llamaba María” (Lc 1,26-27). El arcángel Gabriel le comunica su maternidad divina, recordando las palabras de Isaías que anunciaban la concepción y el nacimiento virginal del Mesías, que ahora se cumplen en ella. La respuesta de María al plan de Dios será: “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra” (Lc 1,38).

La Anunciacióna María y la Encarnacióndel Verbo es el hecho más trascendental, el misterio más profundo e insondable de las relaciones de Dios con los hombres, el acontecimiento más importante, a la luz de la fe, de toda la historia de la humanidad. El gran teólogo von Balthasar decía, con toda razón, que los humanos difícilmente podemos captar lo que significa que el Hijo del Dios trascendente e infinito asuma la condición humana. Es algo que nos desborda, que sobrepasa absolutamente la mente y la imaginación humanas.

Y ese momento en que María conoce la llamada, la vocación a la que Dios la había destinado desde siempre, es también el momento de su respuesta con un sí incondicional, con una obediencia pronta. La fe de María, en el pórtico del Nuevo Testamento, nos recuerda la fe de Abraham enla Antigua Alianza.

Por eso, la aceptación de María, en el camino del Adviento, se convierte en modélica para todos los creyentes. El sí de María es una respuesta generosa que compromete toda su vida en la aceptación del plan de Dios. Dios nos llama también a cada uno de nosotros a algo grande, a algo hermoso, a una vida única e irrepetible.

En la inminencia dela Navidad, cuando ya terminamos el camino del Adviento, el ejemplo de María es una invitación a cada uno a entrar en nuestro interior, a captar lo que Dios nos pide y a responder con un sí generoso.

La fe de María y su respuesta confiada a la llamada de Dios cambió la historia de la humanidad. Su fe no es resignación o sumisión pasiva, como podría parecer a simple vista, sino una aceptación libre y gozosa dela Palabrade Dios en su vida. María nos es presentada, por ello, como un auténtico modelo de fe.

También nuestra fe, por modesta que sea, y nuestro esfuerzo por responder al plan de Dios sobre cada uno de nosotros, en manos de Dios y con la ayuda de su gracia, podrá ser también una fuente de bendiciones para nuestro mundo, para nuestro entorno y para nuestras mismas personas.

A todos os deseo una buena preparación parala Navidad, con la fe y la amorosa expectación de la que es llamada y celebrada como ”Nuestra Señora dela Esperanza”. De la esperanza que tiene su fundamento, como nos ha recordado el papa en su segunda encíclica, sobre todo en Dios, en el Dios que, gracias a su fe y a su respuesta generosa, se ha hecho el Emmanuel, el Dios-con-nosotros, el Dios solidario con el mundo y con cada uno de nosotros.


Publicado por verdenaranja @ 22:40  | Espiritualidad
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(ZENIT.org) En este artículo el obispo de San Cristóbal de las Casas, reflexiona sobre los medios de comunicación en México.

Televisa: rezos y retos
Luces y sombras de la comunicación en México

+ Felipe Arizmendi Esquivel

VER

Directivos y trabajadores de TELEVISA hicieron su tradicional peregrinación a la basílica de Guadalupe. Durante la Misa, en la oración de los fieles, hicieron estas peticiones: El presidente: "Padre Nuestro, postrados ante la imagen celestial de Nuestra Señora de Guadalupe, te pedimos nos ilumines en nuestra diaria tarea de comunicar; permítenos ser el medio para llegar a más personas con mensajes que enriquezcan su vida familiar, con valores que dignifiquen a la persona, que enaltezcan a nuestro país y que nos conviertan en seres cada vez más libres".

El vicepresidente: "Permítenos descubrirte en cada uno de nuestros hermanos; inspira en nosotros la voluntad de transmitir tu paz y que sepamos llevar el sosiego de tu amor a quienes viven en la incertidumbre y la inseguridad".

El presidente del Comité Financiero: "Padre nuestro, te pedimos que, como hiciste con san Juan Diego, colmes de bendiciones a nuestros hermanos indígenas, los más desprotegidos, para que encuentren en tu amor el refugio bondadoso que les permita descansar en sus preocupaciones cotidianas".

El presidente de Contenido: "Padre nuestro, te pedimos que tu Espíritu Santo ilumine las propuestas de nuestros gobernantes, a fin de que se traduzcan en acciones encaminadas a unirnos a través de la paz, la justicia y la concordia".

¡Qué peticiones tan bien formuladas! Nos unimos a ellas e insistimos ante Dios para que les ayude a ponerlas en práctica.

JUZGAR

El Grupo Televisa ha procurado, en general, respetar y preservar las tradiciones y la identidad católica del país. En muchos de sus programas hay signos religiosos, cruces, imágenes de la Virgen, ceremonias católicas; dan información sobre el papa, sobre obispos y eventos de nuestra religión. Resaltan las visitas del papa y las devociones guadalupanas. Sin embargo, varios de sus contenidos reflejan mensajes y valores contrarios a la fe, como el erotismo provocativo de algunas escenas en sus comedias, que son un incentivo a imitar en la vida diaria; el lenguaje vulgar de ciertos comediantes, la publicidad inmoral de productos sexuales, la banalización de la familia, pues la infidelidad conyugal se presenta casi como algo normal. Unos comentaristas no se detienen en sus críticas y juicios, no siempre equilibrados y documentados. No pedimos que oculten nuestras deficiencias, pues son una excitativa a luchar por nuestra purificación y santificación; pero es justo que nos den oportunidad de expresar, en su sección de opiniones, nuestra perspectiva sobre diversos puntos. Son dignos de elogio los reportajes sobre la marginación en determinados lugares y ambientes del país, sobre los desastres naturales, sobre los sufrimientos de los migrantes y de los presos, para suscitar la solidaridad social.

Dijimos en Aparecida: “La mayoría de los medios masivos de comunicación nos presentan ahora nuevas imágenes, atractivas y llenas de fantasía. La información transmitida por los medios sólo nos distrae. La falta de información sólo se subsana con más información, retroalimentando la ansiedad de quien percibe que está en un mundo opaco y que no comprende. Nuestras tradiciones culturales ya no se transmiten de una generación a otra con la misma fluidez que en el pasado. Los medios de comunicación han invadido todos los espacios y todas las conversaciones, introduciéndose también en la intimidad del hogar. Al lado de la sabiduría de las tradiciones se ubica ahora, en competencia, la información de último minuto, la distracción, el entretenimiento, las imágenes de los exitosos que han sabido aprovechar en su favor las herramientas tecnológicas y las expectativas de prestigio y estima social” (DA 38-39).

ACTUAR

Debemos educarnos para escoger las diversas opciones que ofrecen la televisión y los medios de comunicación, sobre todo internet; interactuar con ellos, hacerles llegar nuestro reconocimiento por sus buenos servicios, así como nuestra inconformidad con algunos programas, cambiar de canal como un método de protesta, tocar sus puertas para difundir la mejor noticia, que es Jesús.


Publicado por verdenaranja @ 22:37  | Hablan los obispos
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Lunes, 02 de enero de 2012

ZENIT  nos ofrece el texto íntegro del mensaje de Benedicto XVI con motivo de la próxima Jornada Mundial de la Paz quela Iglesia celebra el 1 de enero de 2012.

Educar a los jóvenes en la justicia y la paz

Mensaje de su santidad Benedicto XVI para la celebración de la Jornada Mundialdela Paz
1 enero 2012

1. EL COMIENZO DE UN AÑO NUEVO, don de Dios a la humanidad, es una invitación a desear a todos, con mucha confianza y afecto, que este tiempo que tenemos por delante esté marcado por la justicia y la paz.

¿Con qué actitud debemos mirar el nuevo año? En el salmo 130 encontramos una imagen muy bella. El salmista dice que el hombre de fe aguarda al Señor «más que el centinela la aurora» (v. 6), lo aguarda con una sólida esperanza, porque sabe que traerá luz, misericordia, salvación. Esta espera nace de la experiencia del pueblo elegido, el cual reconoce que Dios lo ha educado para mirar el mundo en su verdad y a no dejarse abatir por las tribulaciones.

Os invito a abrir el año 2012 con dicha actitud de confianza. Es verdad que en el año que termina ha aumentado el sentimiento de frustración por la crisis que agobia a la sociedad, al mundo del trabajo y la economía; una crisis cuyas raíces son sobre todo culturales y antropológicas. Parece como si un manto de oscuridad hubiera descendido sobre nuestro tiempo y no dejara ver con claridad la luz del día.

En esta oscuridad, sin embargo, el corazón del hombre no cesa de esperar la aurora de la que habla el salmista. Se percibe de manera especialmente viva y visible en los jóvenes, y por esa razón me dirijo a ellos teniendo en cuenta la aportación que pueden y deben ofrecer a la sociedad. Así pues, quisiera presentar el Mensaje parala XLV JornadaMundial dela Pazen una perspectiva educativa: «Educar a los jóvenes en la justicia y la paz», convencidos de que ellos, con su entusiasmo y su impulso hacia los ideales, pueden ofrecer al mundo una nueva esperanza.

Mi mensaje se dirige también a los padres, las familias y a todos los estamentos educativos y formativos,así como a los responsables en los distintosámbitos de la vida religiosa, social, política, económica, cultural y de la comunicación. Prestar atención al mundo juvenil, saber escucharlo y valorarlo, no es sólo una oportunidad, sino un deber primario de toda la sociedad, para la construcción de un futuro de justicia y de paz.

Se ha de transmitir a los jóvenes el aprecio por el valor positivo de la vida, suscitando en ellos el deseo de gastarla al servicio del bien. Éste es un deber en el que todos estamos comprometidos en primera persona.

Las preocupaciones manifestadas en estos últimos tiempos por muchos jóvenes en diversas regiones del mundo expresan el deseo de mirar con fundada esperanza el futuro. En la actualidad, muchos son los aspectos que les preocupan: el deseo de recibir una formación que les prepare con más profundidad a afrontar la realidad, la difi cultad de formar una familia y encontrar un puesto estable de trabajo, la capacidad efectiva de contribuir al mundo de la política, de la cultura y de la economía, para edificar una sociedad con un rostro más humano y solidario.

Es importante que estos fermentos, y el impulso idealista que contienen, encuentren la justa atención en todos los sectores de la sociedad.La Iglesiamira a los jóvenes con esperanza, confía en ellos y les anima a buscar la verdad, a defender el bien común, a tener una perspectiva abierta sobre el mundo y ojos capaces de ver «cosas nuevas» (Is 42,9; 48,6).

Los responsables de la educación

2. La educación es la aventura más fascinante y difícil de la vida. Educar –que viene de educere en latín– significa conducir fuera de sí mismos para introducirles en la realidad, hacia una plenitud que hacer crecer a la persona. Ese proceso se nutre del encuentro de dos libertades, la del adulto y la del joven.

Requiere la responsabilidad del discípulo, que ha de estar abierto a dejarse guiar al conocimiento de la realidad, y la del educador, que debe de estar dispuesto a darse a sí mismo. Por eso, los testigos auténticos, y no simples dispensadores de reglas o informaciones, son más necesarios que nunca; testigos que sepan ver más lejos que los demás, porque su vida abarca espacios más amplios. El testigo es el primero en vivir el camino que propone.

¿Cuáles son los lugares donde madura una verdadera educación en la paz y en la justicia? Ante todo la familia, puesto que los padres son los primeros educadores. La familia es la célula originaria de la sociedad. «En la familia es donde los hijos aprenden los valores humanos y cristianos que permiten una convivencia constructiva y pacífica. En la familia esdonde se aprende la solidaridad entre las generaciones, el respeto de las reglas, el perdón y la acogida del otro».1 Ella es la primera escuela donde se recibe educación para la justicia y la paz.

Vivimos en un mundo en el que la familia, y también la misma vida, se ven constantemente amenazadas y, a veces, destrozadas. Unas condiciones de trabajo a menudo poco conciliables con las responsabilidades familiares, la preocupación por el futuro, los ritmos de vida frenéticos, la emigración en busca de un sustento adecuado, cuando no de la simple supervivencia, acaban por hacer difícil la posibilidad de asegurar a los hijos uno de los bienes más preciosos: la presencia de los padres; una presencia que les permita cada vez más compartir el camino con ellos, para poder transmitirles esa experiencia y cúmulo de certezas que se adquieren con los años, y que sólo se pueden comunicar pasando juntos eltiempo. Deseo decir a los padres que no se desanimen. Que exhorten con el ejemplo de su vida a los hijos a que pongan la esperanza ante todo en Dios, el único del que mana justicia y paz auténtica.

Quisiera dirigirme también a los responsables de las instituciones dedicadas a la educación: que vigilen con gran sentido de responsabilidad para que se respete y valore en toda circunstancia la dignidad de cada persona. Que se preocupen de que cada joven pueda descubrir la propia vocación, acompañándolo mientras hace fructificar los dones que el Señor le ha concedido. Que aseguren a las familias que sus hijos puedan tener un camino formativo que se contradiga con su conciencia y principios religiosos.

Que todo ambiente educativo sea un lugar de apertura al otro y a lo transcendente; lugar de diálogo, de cohesión y de escucha, en el que el joven se sienta valorado en sus propias potencialidades y riqueza interior, y aprenda a apreciar a los hermanos. Que enseñe a gustar la alegría que brota de vivir día a día la caridad y la compasión por el prójimo, y de participar activamente en la construcción de una sociedad más humana y fraterna.

Me dirijo también a los responsables políticos, pidiéndoles que ayuden concretamente a las familias e instituciones educativas a ejercer su derecho-deber de educar. Nunca debe faltar una ayuda adecuada a la maternidad y a la paternidad. Que se esfuercen para que a nadie se le niegue el derecho a la instrucción y las familias puedan elegir libremente las estructuras educativas que consideren más idóneas para el bien de sus hijos. Que trabajen para favorecer el reagrupamiento de las familias divididas por la necesidad de encontrar medios de subsistencia. Ofrezcan a los jóvenes una imagen límpida de la política, como verdadero servicio al bien de todos.

No puedo dejar de hacer un llamamiento, además, al mundo de los medios, para que den su aportación educativa. En la sociedad actual, los medios de comunicación de masas tienen un papel particular: no sólo informan, sino que también forman el espíritu de sus destinatarios y, por tanto, pueden dar una aportación notable a la educación de los jóvenes. Es importante tener presente que los lazos entre educación y comunicación son muy estrechos: en efecto, la educación se produce mediante la comunicación, que influye positiva o negativamente en la formación de la persona.

También los jóvenes han de tener el valor de vivir ante todo ellos mismos lo que piden a quienes están en su entorno. Les corresponde una gran responsabilidad: que tengan la fuerza de usar bien y conscientemente la libertad. También ellos son responsables de la propia educación y formación en la justicia y la paz.

Educar en la verdad y en la libertad

3. San Agustín se preguntaba: «Quid enim fortius desiderat anima quam veritatem? - ¿Ama algo el alma con más ardor que la verdad?».2 El rostro humano de una sociedad depende mucho de la contribución de la educación a mantener viva esa cuestión insoslayable. En efecto, la educación persigue la formación integral de la persona, incluida la dimensión moral y espiritual del ser, con vistas a su fin último y al bien de la sociedad de la que es miembro. Por eso, para educar en la verdad es necesario saber sobre todo quién es la persona humana, conocer su naturaleza.

Contemplando la realidad que lo rodea, el salmista reflexiona: «Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que has creado. ¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano, para que de él te cuides?» (Sal 8,4-5). Ésta es la cuestión fundamental que hay que plantearse: ¿Quién es el hombre? El hombre es un ser que alberga en su corazón una sed de infinito, una sed de verdad –no parcial, sino capaz de explicar el sentido de la vida– porque ha sido creado a imagen y semejanza de Dios. Así pues, reconocer con gratitud la vida como un don inestimable lleva a descubrir la propia dignidad profunda y la inviolabilidad de toda persona. Por eso, la primera educación consiste en aprender a reconocer en el hombre la imagen del Creador y, por consiguiente, a tener un profundo respeto por cada ser humano y ayudar a los otros a llevar una vida conforme a esta altísima dignidad.

Nunca podemos olvidar que «el auténtico desarrollo del hombre se refiere a la totalidad de la persona en todas sus dimensiones»,3 incluida la trascendente, y que no se puede sacrificar a la persona para obtener un bien particular, ya sea económico o social, individual o colectivo. Sólo en la relación con Dios comprende también el hombre el significado de la propia libertad. Y es cometido de la educación el formar en la auténtica libertad. Ésta no es la ausencia de vínculos o el dominio del libre albedrío, no es el absolutismo del yo.

El hombre que cree ser absoluto, no depender de nada ni de nadie, que puede hacer todo lo que se le antoja, termina por contradecir la verdad del propio ser, perdiendo su libertad. Por el contrario, el hombre es un ser relacional, que vive en relación con los otros y, sobre todo, con Dios. La auténtica libertad nunca se puede alcanzar alejándose de Él.

La libertad es un valor precioso, pero delicado; se la puede entender y usar mal. «En la actualidad, un obstáculo particularmente insidioso para la obra educativa es la masiva presencia, en nuestra sociedad y cultura, del relativismo que, al no reconocer nada como definitivo, deja como última medida sólo el propio yo con sus caprichos; y, bajo la apariencia de la libertad, se transforma para cada uno en una prisión, porque separa al uno del otro, dejando a cada uno encerrado dentro de su propio “yo”. Por consiguiente, dentro de ese horizonte relativista no es posible una auténtica educación, pues sin la luz de la verdad, antes o después, toda persona queda condenada a dudar de la bondad de su misma vida y de las relaciones que la constituyen, de la validez de su esfuerzo por construir con los demás algo en común».4

Para ejercer su libertad, el hombre debe superar por tanto el horizonte del relativismo y conocer la verdad sobre sí mismo y sobre el bien y el mal. En lo más íntimo de la conciencia el hombre descubre una ley que él no se da a sí mismo, sino a la que debe obedecer y cuya voz lo llama a amar, a hacer el bien y huir del mal, a asumir la responsabilidad del bien que ha hecho y del mal que ha cometido.5 Por eso, el ejercicio de la libertad está íntimamente relacionado con la ley moral natural, que tiene un carácter universal, expresa la dignidad de toda persona, sienta la base de sus derechos y deberes fundamentales, y, por tanto, en último análisis, de la convivencia justa y pacífica entre las personas.

El uso recto de la libertad es, pues, central en la promoción de la justicia y la paz, que requieren el respeto hacia uno mismo y hacia el otro, aunque se distancie de la propia forma de ser y vivir. De esa actitud brotan los elementos sin los cuales la paz y la justicia se quedan en palabras sin contenido: la confianza recíproca, la capacidad de entablar un diálogo constructivo, la posibilidad del perdón, que tantas veces se quisiera obtener pero que cuesta conceder, la caridad recíproca, la compasión hacia los más débiles, así como la disponibilidad para el sacrificio.

Educar en la justicia

4. En nuestro mundo, en el que el valor de la persona, de su dignidad y de sus derechos, más allá de las declaraciones de intenciones, está seriamente amenazado por la extendida tendencia a recurrir exclusivamente a los criterios de utilidad, del beneficio y del tener, es importante no separar el concepto de justicia de sus raíces transcendentes. La justicia, en efecto, no es una simple convención humana, ya que lo que es justo no está determinado originariamente por la ley positiva, sino por la identidad profunda del ser humano. La visión integral del hombre es lo que permite no caer en una concepción contractualista de la justicia y abrir también para ella el horizonte de la solidaridad y del amor.6

No podemos ignorar que ciertas corrientes de la cultura moderna, sostenida por principios económicos racionalistas e individualistas, han sustraído al concepto de justicia sus raíces transcendentes, separándolo de la caridad y la solidaridad: «La “ciudad del hombre” no se promueve sólo con relaciones de derechos y deberes sino, antes y más aún, con relaciones de gratuidad, de misericordia y de comunión. La caridad manifiesta siempre el amor de Dios también en las relaciones humanas, otorgando valor teologal y salvífico a todo compromiso por la justicia en el mundo».7 «Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados» (Mt 5,6). Serán saciados porque tienen hambre y sed de relaciones rectas con Dios, consigo mismos, con sus hermanos y hermanas, y con toda la creación.

Educar en la paz

5. «La paz no es sólo ausencia de guerra y no se limita a asegurar el equilibrio de fuerzas adversas. La paz no puede alcanzarse en la tierra sin la salvaguardia de los bienes de las personas, la libre comunicación entre los seres humanos, el respeto de la dignidad de las personas y de los pueblos, la práctica asidua de la fraternidad».8 La paz es fruto de la justicia y efecto de la caridad. Y es ante todo don de Dios. Los cristianos creemos que Cristo es nuestra verdadera paz: en Él, en su cruz, Dios ha reconciliado consigo al mundo y ha destruido las barreras que nos separaban a unos de otros (cf. Ef 2,14-18); en Él, hay una única familia reconciliada en el amor.

Pero la paz no es sólo un don que se recibe, sino también una obra que se ha de construir. Para ser verdaderamente constructores de la paz, debemos ser educados en la compasión, la solidaridad, la colaboración, la fraternidad; hemos de ser activos dentro de las comunidades y atentos a despertar las consciencias sobre las cuestiones nacionales e internacionales, así como sobre la importancia de buscar modos adecuados de redistribución de la riqueza, de promoción del crecimiento, de la cooperación al desarrollo y de la resolución de los conflictos.

«Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios» (Mt 5,9). La paz para todos nace de la justicia de cada uno y ninguno puede eludir este compromiso esencial de promover la justicia, según las propias competencias y responsabilidades. Invito de modo particular a los jóvenes, que mantienen siempre viva la tensión hacia los ideales, a tener la paciencia y constancia de buscar la justicia y la paz, de cultivar el gusto por lo que es justo y verdadero, aun cuando esto pueda comportar sacrificio e ir contracorriente.

Levantar los ojos a Dios

6. Ante el difícil desafío que supone recorrer la vía de la justicia y de la paz, podemos sentirnos tentados de preguntarnos como el salmista: «Levanto mis ojos a los montes: ¿de dónde me vendrá el auxilio?» (Sal 121,1). Deseo decir con fuerza a todos, y particularmente a los jóvenes: «No son las ideologías las que salvan el mundo, sino sólo dirigir la mirada al Dios viviente, que es nuestro creador, el garante de nuestra libertad, el garante de lo que es realmente bueno y auténtico [...], mirar a Dios, que es la medida de lo que es justo y, al mismo tiempo, es el amor eterno. Y ¿qué puede salvarnos sino el amor?».9 El amor se complace en la verdad, es la fuerza que nos hace capaces de comprometernos con la verdad, la justicia, la paz, porque todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta (cf. 1 Co 13,1-13).

Queridos jóvenes, vosotros sois un don precioso para la sociedad. No os dejéis vencer por el desánimo ante a las dificultades y no os entreguéis a las falsas soluciones, que con frecuencia se presentan como el camino más fácil para superar los problemas. No tengáis miedo de comprometeros, de hacer frente al esfuerzo y al sacrificio, de elegir los caminos que requieren fidelidad y constancia, humildad y dedicación. Vivid con confianza vuestra juventud y esos profundos deseos de felicidad, verdad, belleza y amor verdadero que experimentáis. Vivid con intensidad esta etapa de vuestra vida tan rica y llena de entusiasmo.

Sed conscientes de que vosotros sois un ejemplo y estímulo para los adultos, y lo seréis cuanto más os esforcéis por superar las injusticias y la corrupción, cuanto más deseéis un futuro mejor y os comprometáis en construirlo. Sed conscientes de vuestras capacidades y nunca os encerréis en vosotros mismos, sino sabed trabajar por un futuro más luminoso para todos. Nunca estáis solos.La Iglesiaconfía en vosotros, os sigue, os anima y desea ofreceros lo que tiene de más valor: la posibilidad de levantar los ojos hacia Dios, de encontrar a Jesucristo, Aquel que es la justicia y la paz.

A todos vosotros, hombres y mujeres preocupados por la causa de la paz. La paz no es un bien ya logrado, sino una meta a la que todos debemos aspirar. Miremos con mayor esperanza al futuro, animémonos mutuamente en nuestro camino, trabajemos para dar a nuestro mundo un rostro más humano y fraterno y sintámonos unidos en la responsabilidad respecto a las jóvenes generaciones de hoy y del mañana, particularmente en educarlas a ser pacíficas y artífices de paz. Consciente de todo ello, os envío estas reflexiones y os dirijo un llamamiento: unamos nuestras fuerzas espirituales, morales y materiales para «educar a los jóvenes en la justicia y la paz».

Vaticano, 8 de diciembre de 2011

Notas

1 Discurso a los Administradores dela Regióndel Lacio, del Ayuntamiento y dela Provinciade Roma, (14 enero 2011), L’Osservatore Romano, ed. en lengua española (23 enero 2011)
2 Comentario al Evangelio de S. Juan, 26,5.
3 Carta enc. Caritas in veritate (29 junio 2009), 11: AAS 101 (2009),
648; cf. PABLO VI, Carta enc. Populorum progressio (26 marzo 1967), 14: AAS 59 (1967), 264.
4 Discurso en la ceremonia de apertura dela Asambleaeclesial de la diócesis de Roma (6 junio 2005): AAS 97 (2005), 816.
5 Cf. CONC. ECUM. VAT. II, Const. past. Gaudium et spes, 16.
6 Cf. Discurso en el Bundestag (Berlín, 22 septiembre 2011): L’Osservatore Romano, ed. en lengua española (25 septiembre 2011), 6-7.
7 Carta enc. Caritas in veritate (29 junio 2009), 6: AAS 101 (2009), 644-645.
8 Catecismo dela Iglesia Católica, 2304.
9 Vigilia de oración con los jóvenes (Colonia, 20 agosto 2005): AAS 97 (2005), 885-886.

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ZENIT nos ofrece la homilía de Benedicto XVI en el rezo de Vísperas con los universitarios de los ateneos romanos en preparación ala Navidad. (viernes 16 de diciembre de 2011)

“Sed contantes, hermanos, hasta la venida del Señor” (St 5,7)

Con estas palabras el Apóstol Santiago nos indica la actitud interior para prepararnos a escuchar y a acoger de nuevo el anuncio del nacimiento del Redentor en la cueva de Belén, misterio inefable de luz, de amor y de gracia. A vosotros, queridos universitarios de Roma, con los que tengo la alegría de reunirme en esta cita tradicional, dirijo con afecto mi saludo: os acojo en proximidad de la santa Navidad, con vuestros deseos, vuestras esperanzas, vuestras preocupaciones; y saludo también a la comunidad académica que vosotros representáis. Agradezco al rector magnífico, el profesor Massimo Egidi, las corteses palabras que me ha dirigido en vuestro nombre, y con las que ha evidenciado la delicada misión del profesor universitario. Saludo con gran cordialidad al ministro parala Universidad, el profesor Francesco Profumo, y a las autoridades académicas de los distintos ateneos.

Queridos amigos, Santiago nos exhorta a imitar al agricultor, que “espera con constancia el precioso fruto de la tierra” (St 5,7). A vosotros que vivís en el corazón del ambiente cultural y social de nuestro tiempo, que experimentáis con las nuevas y cada vez más refinadas tecnologías, que sois protagonistas de una dinámica histórica que a veces parece abrumadora, la invitación del Apóstol puede parecer anacrónica, casi una invitación para salir de la historia, a no desear ver los frutos de vuestro trabajo, de vuestra búsqueda. ¿Pero es realmente así? La invitación a la espera de Dios ¿está fuera de nuestra época? Y una vez más, podemos preguntarnos con radicalidad: ¿Qué significa para míla Navidad?, ¿es realmente importante para mi existencia, para la construcción de la sociedad?

Son muchas, en nuestra época, las personas, especialmente las que vosotros encontráis en las aulas universitarias; que ponen voz a la pregunta de si debemos esperar algo o a alguien; si debemos esperar a otro mesías, a otro dios; si vale la pena confiar en aquel Niño que en la noche de Navidad encontramos en el pesebre entre José y María.

La exhortación del Apóstol a la constancia paciente, que en nuestro tiempo podría dejar un poco perplejo, es, en realidad, el camino para acoger en profundidad la cuestión de Dios, el sentido que tiene en la vida y en la historia, porque es en la paciencia, en la fidelidad y en la constancia de la búsqueda de Dios, de la apertura a Él, donde Él revela su rostro. No necesitamos un dios genérico, indefinido, sino un Dios vivo y verdadero, que abra el horizonte del futuro del hombre a una perspectiva de esperanza firme y segura, una esperanza rica de eternidad y que permita afrontar con valentía el presente en todos sus aspectos. Deberíamos decir entonces: ¿dónde puedo buscar el verdadero Rostro de este Dios? O mejor todavía: ¿Dónde Dios se encuentra conmigo mostrándome su Rostro, revelándome su misterio, entrando en mi historia?

Queridos amigos, la invitación de Santiago “Sed contantes, hermanos, hasta la venida del Señor”, nos recuerda que la certeza de la gran esperanza del mundo se nos da y que no estamos solos y que no construimos nuestra historia en soledad. Dios no está lejos del hombre, sino que se ha inclinado hacia él y se ha hecho carne (Jn 1,14), para que el hombre comprenda donde reside el sólido fundamento de todo, el cumplimiento de sus aspiraciones más profundas: en Cristo (cfr Exhort. ap. postsin. Verbum Domini, 10). La paciencia es la virtud de los que se confían a esta presencia en la historia, que no se dejan vencer por la tentación de poner la esperanza en lo inmediato, en perspectivas puramente horizontales, en proyectos técnicamente perfectos, pero lejos de la realidad más profunda, la que da la dignidad más alta a la persona humana: la dimensión trascendente, el ser criatura a imagen y semejanza de Dios, el llevar en el corazón el deseo de elevarse hacia Él.

Hay otro aspecto que quisiera destacar esta tarde. Santiago nos ha dicho: “Mirad al agricultor: este espera con constancia” (5,7). Dios, enla Encarnacióndel Verbo, en la encarnación de su Hijo, experimentó el tiempo del hombre, de su crecimiento, de su hacer en la historia. Este Niño es el signo de la paciencia de Dios, que en primer lugar es paciente, constante, fiel a su amor hacia nosotros; Él es el verdadero “agricultor” de la historia, que sabe esperar. ¡Cuántas veces los hombres han intentado construir el mundo solos, sin o contra Dios! El resultado está marcado por el drama de las ideologías que, al final, se ha demostrado que van contra el hombre y su dignidad profunda. La constante paciencia en la construcción de la historia, tanto a nivel personal como comunitario, no se identifica con la tradicional virtud de la prudencia, de la que ciertamente se tiene necesidad, sino que es algo más grande y complejo. Ser constantes y pacientes significa aprender a construir la historia con Dios, porque sólo edificando sobre Él y con Él la construcción está bien fundada, no instrumentalizada para fines ideológicos, sino verdaderamente digna del hombre.

Esta tarde reencendemos de una forma más luminosa la esperanza de nuestros corazones, porquela Palabrade Dios nos recuerda que la venida del Señor está cerca, incluso el Señor está con nosotros y es posible construir con Él. En la gruta de Belén la soledad del hombre está vencida, nuestra existencia ya no está abandonada a las fuerzas impersonales de los procesos naturales e históricos, nuestra casa puede ser construida en la roca: nosotros podemos proyectar nuestra historia, la historia de la humanidad, no en la utopía sino en la certeza de que el Dios de Jesucristo está presente y nos acompaña.

Queridos amigos universitarios, corramos con alegría hacia Belén, acojamos en nuestros brazos al Niño que María y José nos presentarán. Volvamos a partir de Él y con Él, afrontando todas las dificultades. A cada uno de vosotros el Señor os pide que colaboréis en la construcción de la ciudad del hombre, conjugando de un modo serio y apasionado la fe y la cultura. Por esto os invito a buscar siempre, con paciente constancia, el verdadero Rostro de Dios, ayudados por el camino pastoral que se os propone en este año académico. Buscar el Rostro de Dios es la aspiración profunda de nuestro corazón y es también la respuesta a la cuestión fundamental que va emergiendo cada vez más en la sociedad contemporánea. Vosotros, queridos amigos universitarios, sabed quela Iglesiade Roma, con la guía sabia y atenta del cardenal vicario y de vuestros capellanes, está cerca de vosotros. Demos gracias al Señor, porque, como se ha recordado, hace veinte años el Beato Juan Pablo II instituyóla Oficinade pastoral universitaria a servicio de la comunidad académica de Roma. El trabajo desarrollado promovió el nacimiento y el desarrollo de las Capellanías para alcanzar una red bien organizada, donde las propuestas formativas de los distintos Ateneos, estatales, privados, católicos y pontificios pueden contribuir a la elaboración de una cultura al servicio del crecimiento integral del hombre.

Al final de esta Liturgia, el Icono dela Sedes Sapientiaeserá entregado por la delegación universitaria española a la dela Universidad LaSapienza de Roma. Iniciará la peregrinatio mariana en las capellanías, que acompañaré con la oración. Sabed que el papa confía en vosotros y en vuestro testimonio de fidelidad y de compromiso apostólico.

Queridos amigos, esta tarde nos apresuramos unidos con confianza en nuestro camino hacia Belén, llevando con nosotros las esperanzas de nuestros hermanos, para que todos podamos encontrar al Verbo de la vida y confiarnos a Él. Es el augurio que dirijo a la comunidad académica romana: llevar a todos el anuncio de que el verdadero rostro de Dios está en el Niño de Belén, tan cercano a cada uno de nosotros, porque Él es el Dios paciente y fiel, que sabe esperar y respetar nuestra libertad. A Él, esta tarde, queremos confesar con confianza el deseo más profundo de nuestro corazón: “Yo busco tu rostro, Señor, ¡ven, no tardes!” Amén.

[Traducción del original italiano por Carmen Álvarez
©Libreria Editrice Vaticana]


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ZENIT nos  ofrece un artículo clarificador de Francisco José Ballesta, de la Facultad de Bioética del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum, de Roma, Italia, sobre lo que se entiende por embrión humano y las consecuencias de la reciente sentencia europea acerca de la imposibilidad de patentar productos de la experimentación con embriones.

¿Qué es un embrión humano?
Una respuesta desde la Bioética

Por Francisco José Ballesta

El pasado 18 de octubre el Tribunal de Justicia dela Unión Europeaemitió una sentencia (en el asunto C34/10) en la que, entre otras cosas, declaraba lo siguiente: “El artículo 6, apartado 2, letra c), dela Directiva98/44/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 6 de julio de 1998, relativa a la protección jurídica de las invenciones biotecnológicas, debe interpretarse en el sentido de que: Constituye un «embrión humano» todo óvulo humano a partir del estadio de la fecundación, todo óvulo humano no fecundado en el que se haya implantado el núcleo de una célula humana madura y todo óvulo humano no fecundado estimulado para dividirse y desarrollarse mediante partenogénesis.”

El centro de la atención recayó inmediatamente sobre las circunstancias que habían causado esta declaración (el conflicto jurídico entre Oliver Brüstle y Greenpeace) y el reconocimiento de la condición de embrión humano a “todo óvulo humano a partir del estadio de la fecundación”, tradicional caballo de batalla en los debates sobre el aborto y las técnicas de reproducción asistida extracorpóreas. Toda la terminología biológica que distingue, desde el punto de vista descriptivo, entre las diferentes etapas del desarrollo embrionario (cigoto, mórula, blastocisto…) tiene exactamente el mismo valor que la que usamos para describir las etapas posteriores en el desarrollo fetal y postnatal (niño, adolescente, adulto…). En todos los casos estamos hablando de un ser humano en diversos momentos de su desarrollo (embrionario, fetal o postnatal). Importante contar con este tipo de declaraciones que resuelven las dudas sobre el asunto de quien todavía pudiera tenerlas después de las confirmaciones que nos da cada día la ciencia.

No menos importante es la afirmación de que también constituye un embrión humano “todo óvulo humano no fecundado en el que se haya implantado el núcleo de una célula humana madura y todo óvulo humano no fecundado estimulado para dividirse y desarrollarse mediante partenogénesis”. El óvulo humano es una célula muy especial, que podríamos calificar de “oro biológico”, muy cotizada en los sectores de la reproducción asistida y de la investigación de base sobre la reproducción humana y las primeras etapas del desarrollo. Esta célula tiene la capacidad, entre otras cosas, de reprogramar, hasta cierto punto, el DNA de las células diferenciadas poniéndolo en un estado similar al del DNA del cigoto. Sólo tenemos que acordamos de la oveja Dolly para saber lo que puede llegar a suceder en estos casos (clonación). Esta célula especialísima, tiene también la capacidad de iniciar el desarrollo embrionario sin la presencia de un espermatozoide que la fecunde (partenogénesis). La activación espontánea es rara en el ser humano aunque sucede alguna que otra vez, dando origen a desarrollos embrionarios que se desvían de la normalidad (Simard, 1957. Oliveira, 2004. Weiss, 2006). Existen muchos experimentos de clonación y de activación partenogenética artificial de los óvulos en diversas especies y también de óvulos humanos. La declaración que estamos considerando nos está diciendo que hay que ampliar la extensión del concepto “embrión humano”, con todo lo que ello significa, por lo menos a estas dos situaciones.

¿Qué sucederá en el futuro con muchos otros casos, análogos a los descritos, que son el resultado de los experimentos que se realizan en tantos laboratorios? (Findlay, 2007). ¿Llegaremos a admitir que se trata también de embriones humanos, o de la especie de que se trate en cada caso?

Una cosa es segura: existen muchas fecundaciones defectuosas, así como manipulaciones que dan origen a desarrollos embrionarios iniciales que después se detienen o desvían por causas diversas. Todo parece indicar que mientras este desarrollo es “normal” estaríamos ante un embrión desarrollándose, cuando empieza a manifestarse el desarrollo anormal podríamos hablar de un desarrollo embrionario patológico y, en el caso de una desviación extrema o de la detención del desarrollo, de un embrión que ha dejado de existir.


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Domingo, 01 de enero de 2012

33 obispos católicos de los Estados Unidos de América, hispanos, han pedido "una reforma migratoria justa, humana y eficaz". Lo hicieron en una carta publicada con motivo de la festividad dela Virgende Guadalupe, el 12 de diciembre. La carta, dirigida a los inmigrantes, fue leída por su excelencia monseñor José Gómez, arzobispo de Los Angeles, al final de la Misa por " Las Mañanitas" (serenata) a la Virgen de Guadalupe, que se celebró en la Catedral de Los Angeles. (Fides) 

Una esperanza para los "sin documentos" 

"Muy estimados hermanas y hermanos inmigrantes, ¡Que la paz y la gracia de Nuestro Señor Jesucristo estén con todos ustedes! Nosotros los obispos hispanos/latinos de Estados Unidos abajo firmantes les hacemos saber a quienes se encuentran en nuestro país sin papeles que no están solos ni olvidados. Reconocemos que todo ser humano, documentado o no, es imagen de Dios y por lo tanto tiene un valor y dignidad infinitos.

Les abrimos nuestros brazos y nuestro corazón y los recibimos como miembros de nuestra familia católica. Como pastores, les dirigimos estas palabras desde lo más profundo de nuestro corazón. De una manera muy especial queremos agradecerles los valores cristianos que nos demuestran con su vida el sacrificio por el bien de sus familias, la determinación y perseverancia, el gozo de vivir, su profunda fe y su fidelidad a pesar de la inseguridad y tantas dificultades. Ustedes contribuyen mucho al bienestar de nuestra nación en el ámbito económico, cultural y espiritual. 

Ambiente de incertidumbre 

La crisis económica ha impactado a toda la comunidad estadounidense. Lamentablemente, algunos aprovechan este ambiente de incertidumbre para despreciar al migrante y aun culparlo por esta crisis. Sembrar el odio no nos lleva a remediar la crisis. Encontraremos el remedio en la solidaridad entre todos los trabajadores y colaboradores —inmigrantes y ciudadanos— que conviven en los Estados Unidos.

En sus rostros sufrientes vemos el rostro verdadero de Jesucristo. Sabemos muy bien el gran sacrificio que hacen por el bien de sus familias. Muchos de ustedes hacen los trabajos más difíciles, con sueldos miserables y sin seguro de salud o prestaciones salariales o sociales. A pesar de sus contribuciones al bienestar de nuestro país, en lugar de ofrecerles gratitud, se les trata como criminales porque han violado la ley de inmigración actual.

Estamos también muy conscientes del dolor de las familias que han sufrido la deportación de alguno de sus miembros; de la frustración de los jóvenes que han crecido en este país y cuyos sueños son truncados por su estatus migratorio; de la ansiedad de aquellos que están en espera de la aprobación de su petición de residencia permanente; y de la angustia de quienes viven cada día bajo la amenaza de ser deportados. Todas estas situaciones claman a Dios por una solución digna y humana.Ignorados y abandonados.

Reconocemos que en ocasión las acciones tomadas con respecto a los inmigrantes les ha llevado a sentirse ignorados y abandonados, incluyendo cuando no se han escuchado voces que se levanten ante las falsedades que se promueven dentro de nuestra sociedad. Por medio dela Conferenciade Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) hemos abogado ante el Congreso estadounidense por un cambio a la ley de inmigración que respete la unidad de la familia, e incluya pasos ordenados y razonables para que personas sin documentos puedan obtener la ciudadanía. La nueva ley deberá incluir un programa de visas para trabajadores que respete los derechos humanos de los inmigrantes, les provea las necesidades básicas para vivir y facilite su ingreso a nuestro país para trabajar en un ambiente seguro y ordenado. Así mismo, continuamos abogando por la justicia económica global que facilite el empleo de nuestros hermanos y hermanas en su tierra de origen y les provea lo suficiente para vivir con dignidad.

El pueblo inmigrante es una fuerza revitalizadora para el país. La falta de una reforma migratoria justa, humana y eficaz debilita el bien común de toda la unión americana.
Nos duele y nos apena que muchos de nuestros hermanos y hermanas católicos no hayan apoyado nuestras peticiones por un cambio a la ley de inmigración que proteja sus derechos, mientras ustedes contribuyen con su trabajo a nuestro país. Les prometemos que seguiremos trabajando para obtener este cambio. Conocemos lo difícil que es el camino para llegar y para entrar a Estados Unidos. Por eso estamos comprometidos a hacer lo que podamos para lograr un cambio de ley que les permita entrar y vivir en este país legalmente, y no se vean ustedes obligados a emprender un camino peligroso para proveer a sus familias. Como pastores que se preocupan por el bienestar de todos ustedes, les debemos decir que consideren seriamente si es aconsejable emprender su camino hacia acá antes de que se logre un cambio justo y humano en las leyes de inmigración. 

"No son extranjeros" 

Sin embargo, no vamos a esperar hasta que cambie la ley para darles la bienvenida en nuestras iglesias a los que ya están aquí, ya que San Pablo nos dice, “Ustedes ya no son extranjeros ni huéspedes, sino conciudadanos de los que forman el pueblo de Dios; son familia de Dios” (Ef. 2:19). 

Como miembros del Cuerpo de Cristo que esla Iglesia, les ofrecemos alimento espiritual. Siéntanse bienvenidos ala Santa Misa,la Eucaristíaque nos alimenta con la palabra y con el cuerpo y la sangre de Jesús. Les ofrecemos programas de catequesis para sus hijos, y los programas de formación que nuestros esfuerzos diocesanos nos permiten poner a su alcance. 

Los ciudadanos y residentes permanentes de este país no podemos olvidar que casi todos, nosotros o nuestros antepasados, hemos venido de otras tierras, y juntos con inmigrantes de varias naciones y culturas hemos formado una nueva nación. Ahora debemos abrirles el corazón y los brazos a los recién llegados, como nos lo pide Jesús cuando nos dice, “Tuve hambre y ustedes me alimentaron; tuve sed y ustedes me dieron de beber; pasé como forastero y ustedes me recibieron en su casa” (Mt 25:35). Estas palabras del Señor Jesús se pueden aplicar a los inmigrantes entre nosotros. Tuvieron hambre en su tierra de origen, tuvieron sed al pasar por el desierto, y se encuentran entre nosotros como forasteros (ver Daniel G. Groody, CSC, “Crossing the Line,” The Way, Vol. 43, No.2, abril 2004, p.58-69). Su presencia nos invita a ser más valientes en la denuncia de las injusticias que sufren. A imitación de Jesús y de los grandes profetas, debemos denunciar las fuerzas que los oprimen, y anunciar la buena nueva del Reino con nuestras obras de caridad. Oremos y luchemos para que estos hermanos y hermanas nuestras tengan las mismas oportunidades de las cuales nosotros nos hemos beneficiado.

Vemos en ustedes migrantes a Jesús peregrino.La Palabrade Dios migró del cielo a la tierra para hacerse hombre y salvar a la humanidad. Jesús emigró con María y José a Egipto, como refugiado. Migró de Galilea a Jerusalén para el sacrificio dela Cruz, y finalmente emigró de la muerte a la resurrección y ascendió al cielo. Hoy día, sigue caminando y acompañando a todos los migrantes que peregrinan por el mundo en búsqueda de alimento, trabajo, dignidad, seguridad y oportunidades para el bien de sus familias. 

Todos somos inmigrantes 

Ustedes nos revelan la realidad suprema de la vida: todos somos migrantes. Su migración es un fuerte y claro mensaje de que todos somos migrantes hacia la vida eterna. Jesús nos acompaña a todos los cristianos en nuestro peregrinar hacia la casa del Padre, el reino de Dios en el cielo (Ver Tertio Millennio Adveniente No. 50).

Les rogamos que no se desesperen. Mantengan su fe en Jesús migrante que sigue caminando con ustedes, y enla Santísima Virgende Guadalupe que constantemente nos repite las palabras dichas a san Juan Diego, “¿No estoy yo aquí que soy tu Madre?” Ella nunca nos abandona, ni nos abandona san José quien nos protege como lo hizo conla Sagrada Familiadurante su emigración a Egipto. 

Como pastores queremos seguir abogando por todos los inmigrantes. Con san Pablo les repetimos: “No se dejen vencer por el mal; antes bien, venzan el mal con la fuerza del bien” (Rom. 12:21). 

Que Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo los acompañe y los bendiga siempre.

Sinceramente en Cristo Salvador 

Los firmantes 

Los Obispos Hispanos/Latinos de Estados Unidos:
José H. Gómez, Arzobispo de Los Angeles
Gustavo García-Siller, Arzobispo de San Antonio
Gerald R. Barnes, Obispo de San Bernardino
Alvaro Corrada del Rio, Asministrador Apostólico y Obispo de Mayaguez, Puerto Rico
Felipe de Jesús Estevez, Obispo de San Agustín
Richard J. García, Obispo de onterey
Armando X. Ochoa, Administrador Apostólico de El Paso y Obispo designado de Fresno
Plácido Rodríguez, Obispo de Lubbock
James A. Tamayo, Obispo de Laredo
Raymundo J. Peña, Obispo Emérito de Brownsville
Arthur Tafoya, Obispo Emérito de Pueblo
Daniel E. Flores, Obispo de Brownsville
Fernando Isern, Obispo de Pueblo
Ricardo Ramírez, Obispo de Las Cruces
Jaime Soto, Obispo de Sacramento
Joe S. Vásquez, Obispo de Austin
Carlos A. Sevilla, Obispo Emérito de Yakima
Oscar Cantú, Obispo Auxiliar de San Antonio
Arturo Cepeda, Obispo Auxiliar de Detroit
Manuel A. Cruz, Obispo Auxiliar de Newark
Rutilio del Riego, Obispo Auxiliar de San Bernardino
Eusebio Elizondo, Obispo Auxiliar de Seattle
Francisco González, Obispo Auxiliar de Washington, DC
Eduardo A. Nevares, Obispo Auxiliar de Phoenix
Alexander Salazar, Obispo Auxiliar de Los Angeles
David Arias, Obispo Auxiliar Emérito de Newark
Octavio Cisneros, Obispo Auxiliar de Brooklyn
Edgar M. da Cunha, Obispo Auxiliar de Newark
Cirilo B. Flores, Obispo Auxiliar de Orange
Josu Iriondo, Obispo Auxiliar de New York
Alberto Rojas, Obispo Auxiliar de Chicago
Luis Rafael Zarama, Obispo Auxiliar de Atlanta
Gabino Zavala, Obispo Auxiliar de Los Angeles 

Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, Diciembre 12, 2011 


Publicado por verdenaranja @ 20:42  | Hablan los obispos
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ZENIT  nos ofrece la catequesis que Benedicto XVI ha dirigido a los fieles congregados de Italia y de todas las partes del mundo para la  Audiencia del miércoles 14 de Diciembre de 2011. La catequesis continúa el ciclo de la oración.

Queridos hermanos y hermanas, hoy quisiera reflexionar con vosotros sobre la oración de Jesús vinculada a su prodigiosa acción curativa. En los Evangelios se presentan distintas situaciones en las que Jesús reza frente a la obra benéfica y sanadora de Dios Padre, que actúa a través de Él. Se trata de una oración que, una vez más, manifiesta la relación única de conocimiento y de comunión con el Padre, mientras que Jesús se deja implicar con gran participación humana en el sufrimiento de sus amigos, por ejemplo Lázaro y su familia, o de los muchos pobres y enfermos que Él quiso ayudar concretamente.

Un caso significativo fue la curación del sordomudo (cfr Mc 7,32-37). El relato del evangelista Marco que apenas hemos escuchado, muestra que la acción sanadora de Jesús está conectada con su intensa relación con el prójimo, el enfermo, y con el Padre. La escena del milagro está descrita con atención, de esta manera: “Jesús lo separó de la multitud y, llevándolo aparte, le puso los dedos en los oídos y con su saliva le tocó la lengua. Después, levantando los ojos al cielo, suspiró y dijo: Efatá, que significa: 'Ábrete'(7,33-34). Jesús quiere que la curación suceda “aparte, lejos de la multitud”. Esto parece ser no solo para que el milagro se realice sin que la gente se dé cuenta, para evitar que se hagan interpretaciones limitadas o distorsionadas de la persona de Jesús. La elección de llevar al enfermo aparte, hace que, en el momento de la curación, Jesús y el sordomudo se encuentren solos, cercanos, en una relación particular. Con un gesto, el Señor toca los oídos y la lengua del enfermo, o sea los centros específicos de su enfermedad. La intensidad de la atención de Jesús se manifiesta también en los rasgos insólitos de la curación: Emplea sus propios dedos y su propia saliva. También el hecho de que el evangelista nos traslade la palabra original pronunciada por el Señor: Effatà que quiere decir “¡Ábrete!”, evidencia el carácter singular de la escena.

Pero el punto central de este episodio es el hecho de que Jesús en el momento de realizar la curación, busca directamente su relación con el Padre. El relato dice, de hecho, que Él “mirando hacia el cielo, suspiró” (v.34). La atención al enfermo, la atención de Jesús hacia él, están vinculados a una actitud profunda de oración dirigida a Dios. Y el suspiro se describe con un verbo que en el Nuevo Testamento indica la aspiración a algo bueno que todavía falta (cfr Rm 8,23). El conjunto del relato muestra que la implicación humana con el enfermo lleva a Jesús a la oración. Una vez más surge su relación única con el Padre, su identidad de Hijo Unigénito. En Él, a través de su persona, se hace presente la actuación benéfica y sanadora de Dios. No es un caso en el que el comentario conclusivo de la gente, después del milagro, recuerde la valoración de la creación en el inicio del Génesis: “Ha hecho bien todas las cosas” (Mc 7, 37). En la acción sanadora de Jesús, entra de un modo claro la oración, con su mirada hacia el cielo. La fuerza que ha sanado al sordomudo está ciertamente provocada por la compasión hacia él, pero proviene del recurso hacia el Padre. Se encuentran estas dos relaciones: la relación humana de compasión con el hombre, que entra en la relación con Dios, y se convierte así, en curación.

En el relato joánico sobre la resurrección de Lázaro, se testifica esta misma dinámica, con una evidencia todavía mayor (cfr. Jn 11, 1-44). También aquí se entrelazan, por una parte, el vínculo de Jesús con un amigo y con su sufrimiento y, por la otra, la relación filial que Él tiene con el Padre. La participación humana de Jesús en el asunto de Lázaro tiene detalles particulares. Durante todo el relato se recuerda varias veces la amistad con él, así como también con las hermanas Marta y María. Jesús mismo afirma: “Nuestro amigo Lázaro duerme, pero yo voy a despertarlo”(Jn 11,11). El afecto sincero por el amigo está evidenciado también por las hermanas de Lázaro, así como de los judíos (cfr Jn 11,3; 11,36), se manifiesta en la conmoción profunda de Jesús con la vista del dolor de Marta y de María y de todos los amigos de Lázaro y desemboca en el llanto --tan profundamente humano- al acercarse a la tumba: “Jesús, al verla llorar a ella, y también a los judíos que la acompañaban, conmovido y turbado, preguntó: '¿Dónde lo pusieron?'. Le respondieron: 'Ven, Señor, y lo verás'. Y Jesús lloró” (Jn 11, 33-35).

Este vínculo de amistad, la participación y la conmoción de Jesús ante el dolor de los parientes y conocidos de Lázaro, se vincula, en todo el relato, con una continua e intensa relación con el Padre. Desde el principio, el suceso es interpretado por Jesús en relación con su propia identidad y misión y con la glorificación que lo espera. Al recibir la noticia de la enfermedad de Lázaro, de hecho, comenta: “Esta enfermedad no es mortal; es para gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella” (Jn 11,4). También el anuncio de la muerte del amigo es acogido por Jesús con profundo dolor humano, pero siempre con una clara referencia a la relación con Dios y con la misión que Él le ha confiado. Dice: “Lázaro ha muerto, y me alegro por vosotros de no haber estado allí, para que creáis. Vayamos a verlo” (Jn 11, 14-15). El momento de la oración explícita de Jesús al Padre ante la tumba es la conclusión natural de toda la historia, dado el doble registro de la amistad con Lázaro y la relación filial con Dios. También aquí las dos relaciones van unidas. “Padre, te doy gracias porque me has escuchado” (Jn 11 41), es una eucaristía. La frase revela que Jesús no ha dejado ni siquiera un instante la oración de petición por la vida de Lázaro. Esta oración continua ha reforzado, incluso, el vínculo con el amigo, y ha confirmado, al mismo tiempo, la decisión de Jesús de permanecer en comunión con la voluntad del Padre, con su plan de amor, en el que la enfermedad y la muerte de Lázaro son consideradas como momentos en los que se manifiesta la gloria de Dios.

Queridos hermanos y hermanas, leyendo esta narración, cada uno de nosotros está llamado a comprender que, en la oración de petición al Señor, no debemos esperar un cumplimiento inmediato de lo que pedimos, de nuestra voluntad, sino confiarnos sobre todo a la voluntad del Padre, leyendo cada suceso en la perspectiva de su gloria, de su diseño de amor, a menudo misterioso para nuestros ojos. Por esto, en nuestra oración, la petición, la alabanza y la acción de gracias deberían darse unidas, incluso cuando parece que Dios no responda a nuestras esperanzas concretas. El abandonarse en el amor de Dios, que nos precede y nos acompaña siempre, es una de las actitudes fundamentales en nuestro diálogo con Dios. El Catecismo dela Iglesia Católicacomenta de esta manera la oración de Jesús en el relato de la resurrección de Lázaro: “Así, apoyada en la acción de gracias, la oración de Jesús nos revela cómo pedir: antes de que lo pedido sea otorgado, Jesús se adhiere a Aquél que da y que se da en sus dones. El Dador es más precioso que el don otorgado, es el 'tesoro', y en Él está el corazón de su Hijo; el don se otorga como 'por añadidura' (cf Mt 6, 21. 33)” (2604). También para nosotros, más allá de lo que Dios nos da cuando le invocamos, el don más grande que nos puede dar es su amistad, su presencia, su amor. Él es el tesoro precioso que hay que pedir y custodiar siempre.

La oración que Jesús pronuncia mientras se retira la piedra que tapa la entrada de la tumba de Lázaro, tiene un resultado singular e inesperado. Él, de hecho, después de haber dado gracias a Dios Padre, añade: “Yo sé que siempre me escuchas, pero lo he dicho por esta gente que me rodea, para que crean que tú me has enviado” (Jn 11,42). Con su oración, Jesús quiere llevarnos a la fe, a la confianza total en Dios y en su voluntad, y quiere mostrar que este Dios que tanto ha amado al hombre y al mundo, hasta el punto de mandar a su Hijo Unigénito (cfr Jn 3,16), es el Dios dela Vida, el Dios que lleva esperanza y es capaz de darle la vuelta a situaciones humanamente imposibles. La oración confiada de un creyente, por tanto, es un testimonio vivo de esta presencia de Dios en el mundo, de su interés en el hombre, de su acción para llevar a cabo su plan de salvación.

Las dos oraciones de Jesús meditadas ahora y que acompañan la curación del sordomudo y la resurrección de Lázaro, revelan que el profundo vínculo entre el amor a Dios y el amor al prójimo debe entrar también en nuestra oración. En Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre, la atención hacia el otro, especialmente si está necesitado o sufre, el conmoverse ante el dolor de una familia amiga, lo llevan a dirigirse al Padre, en esa relación que dirige toda su vida. Pero también al revés: la comunión con el Padre, el diálogo constante con Él, empuja a Jesús a estar atento de un modo único a las situaciones concretas del hombre para llevarle el consuelo y el amor de Dios. La relación con el hombre nos guía hacia la relación con Dios, y la relación con Dios nos guía de nuevo hacia el prójimo.

Queridos hermanos y hermanas, nuestra oración abre la puerta a Dios, que nos enseña a salir constantemente a de nosotros mismos para ser capaces de acercarnos a los demás, especialmente en los momentos de la prueba, para llevarles consuelo, esperanza y luz. Que el Señor nos conceda ser capaces de una oración cada vez más intensa, para reforzar nuestra relación personal con Dios, agrandar nuestro corazón a la necesidad del que está a nuestro lado y sentir la belleza de ser “hijos en el Hijo”, junto a muchos hermanos. ¡Gracias!

[Traducción del original italiano por Carmen Álvarez ©Libreria Editrice Vaticana]


Publicado por verdenaranja @ 20:35  | Habla el Papa
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VATICANO - "Ayuda a la Iglesia Necesitada" se ha convertido en Fundación Pontificia

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Con un quirógrafo en latín, el Papa Benedicto XVI elevó la Operacatólica internacional "Ayuda a la Iglesia Necesitada" a la condición de Fundación de derecho pontificio. La sede de la reciente Fundación está en el Estado de la Ciudaddel Vaticano, mientras que la oficina internacional se encuentra en Königstein, Alemania. Como Presidente de la Fundaciónfue nombrado el cardenal Mauro Piacenza, Prefecto de la Congregaciónpara el Clero, quien a su vez nombró Johannes Freiherr Heereman von Zuydtwyck, Presidente Ejecutivo. El rev. Martin Barta, un miembro de la Asociación Clerical"Obra de Jesús Sumo Sacerdote," es el Asistente Eclesiástico. En el quirógrafo, Benedicto XVI recordó las décadas de méritos servicios de la Ayudaa la Iglesia Necesitada, que desde hace sesenta y cinco años presta a la Iglesia, donde la falta de medios económicos o la violación de la libertad religiosa, hacen que sea difícil o imposible la misión de la evangeliza ción.

La Sociedad fue fundada en 1947, cuando el padre Werenfried van Straaten, inspirado en una petición del Papa Pío XII, comenzó a sensibilizar a los belgas para ayudar a los dieciséis millones de desplazados alemanes - seis de ellos católicos - que huían de la emergente Alemania del Este. En los años siguientes nacen los primeros proyectos que se extienden luego a América Latina, Asia y África, extendiéndose también en los años 90 en el campo del ecumenismo. Hoy en día,la Fundación cuenta con diecisiete secretarías nacionales - en Europa, América del Norte, América del Sur y Australia - y cada año apoya alrededor de 5000 proyectos para el ministerio dela Iglesia en todo el mundo (apoyo de los seminaristas; a la construcción o mantenimiento de las iglesias, capillas y conventos; formación de las novicias; proporcionan transporte, subsistencia). (S.L.) (Agencia Fides 13/12/2011)


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