Viernes, 29 de junio de 2012

ZENIT  nos ofrece el texto del discurso del papa a los participantes del XVI Seminario Internacional de los Capellanes Católicos de la Aviación Civil y de los Miembros de las Capellanías Aeroportuarias, promovido por el Consejo Pontificio dela Pastoral para los Migrantes e Itinerantes.

Señor Cardenal,
Queridos capellanes y agentes de pastoral de la aviación civil,
Queridos hermanos y hermanas

Me es grato recibiros en la apertura del XV Seminario mundial de capellanes católicos y miembros de las capellanías de la aviación civil, promovido por el Consejo Pontificio dela Pastoralde los emigrantes e itinerantes, sobre el tema «La nueva evangelización en el mundo de la aviación civil». Saludo cordialmente al Presidente del Dicasterio, el Cardenal Antonio María Vegliò, y le agradezco las palabras que me ha dirigido. Y os saludo con afecto a todos vosotros, que participáis en estas jornadas de oración, estudio e intercambio para reafirmar y profundizar en los motivos espirituales que os impulsan a llevar adelante con entusiasmo y renovado celo vuestro peculiar servicio eclesial.

Me ha alegrado saber que, en ese Seminario, con la ayuda de relatores destacados, queréis reflexionar sobre nuevos modos y expresiones de la obra de evangelización en el ámbito en el que desarrolláis vuestro ministerio. Queridos amigos, sed siempre conscientes de estar llamados a hacer presente en los aeropuertos del mundo la misma misión dela Iglesia, que es llevar a Dios al hombre y guiar al hombre al encuentro con Dios. Y los aeropuertos son lugares que reflejan cada vez más la realidad globalizada de nuestro tiempo. En ellos se encuentran personas diferentes por nacionalidad, cultura, religión, nivel social y edad, pero se encuentran también situaciones humanas muy distintas y nada fáciles, que requieren siempre una mayor atención; pienso, por ejemplo, en quienes viven una espera llena de angustia en el intento de transitar sin los documentos necesarios, como los emigrantes o los que solicitan asilo; pienso en los engorros ocasionados por las medidas para contrarrestar los atentados terroristas. Además, también en las comunidades de los aeropuertos se refleja la crisis de fe que afecta a muchos; los contenidos de la doctrina cristiana y los valores que ésta enseña, ya no son considerados como puntos de referencia, incluso en los países que tienen una larga tradición de vida eclesial. Éste es el contexto humano y espiritual en el que estáis llamados a anunciar con renovado vigorla Buena Nueva, con la palabra, con vuestra presencia, con vuestro ejemplo y vuestro testimonio, bien conscientes de que, aun en los encuentros casuales, la gente sabe reconocer un hombre de Dios y que, con frecuencia, hasta una pequeña semilla en una tierra bien dispuesta puede germinar y producir frutos abundantes.

Además, en los aeródromos tenéis la posibilidad de entrar en contacto cada día con muchas personas, hombres y mujeres, que trabajan en un ambiente en el que tanto la continua movilidad como la tecnología constantemente en progreso, amenazan con oscurecer la centralidad que debe tener el ser humano; a menudo se da mayor atención a la eficiencia y a la productividad en detrimento del amor al prójimo y de la solidaridad, que, sin embargo, han de caracterizar siempre las relaciones humanas. También en esto es importante y preciosa vuestra presencia: es un testimonio vivo de un Dios cercano al hombre; y es una llamada a no quedarse nunca indiferentes ante quien se encuentra, sino a tratarlo con disponibilidad y con amor. Os animo a ser un signo luminoso de esta caridad de Cristo, que da serenidad y paz.

Queridos amigos, preocuparos de que cada persona, cualquiera que sea su nacionalidad o condición social, encuentre en vosotros un corazón acogedor, capaz de escuchar y comprender. Que todos puedan experimentar mediante vuestra vida cristiana y sacerdotal el amor que proviene de Dios, para que cada uno sea impulsado a una relación renovada y profunda con Cristo, que nunca deja de hablar a cuantos se abren a él con confianza, especialmente en la oración. De aquí la importancia de las capillas en los aeropuertos, como lugares de silencio y sosiego espiritual.

En vuestro servicio pastoral, tenéis como modelo y protectora ala Santísima Virgen, que veneráis con el título de Nuestra Señora de Loreto, patrona de todos los que viajan en avión, haciendo referencia a la tradición que atribuye a los ángeles el traslado de la casa de María de Nazareth a Loreto. Pero hay otro «vuelo» del que la casa de María es testigo, y mucho más significativo para toda la humanidad: el del arcángel Gabriel, que llevó a María el gozoso anuncio de que seríala Madredel Hijo del Altísimo (cf. Lc 1,26-32). Así, el Eterno ha entrado en el tiempo, Dios se ha hecho hombre y ha venido a habitar entre nosotros (cf. Jn 1,14). Es la manifestación del amor infinito de Dios por su criatura. Dios ha enviado a su Hijo, Jesucristo, cuando éramos aún pecadores, para redimirnos con su muerte y resurrección. No se ha quedado en «lo alto del cielo», sino que se ha sumido en las alegrías y las penas de los hombres de su tiempo y de todos los tiempos, compartiendo su suerte y devolviéndoles la esperanza.

Esta es la misión dela Iglesia: anunciar a Jesucristo, único salvador del mundo, «misión – como decía el Siervo de Dios, el Papa Pablo VI – que los cambios amplios y profundos de la sociedad actual hacen cada vez más urgente» (Exhort. ap., Evangelii Nuntiandi, 14). En efecto, también en nuestros días «notamos la urgencia de promover, con nueva fuerza y modalidades renovadas, la obra de evangelización en un mundo en el que la desaparición de las fronteras y los nuevos procesos de globalización acercan aún más las personas y los pueblos, tanto por el desarrollo de los medios de comunicación como por la frecuencia y la facilidad con que se llevan a cabo los desplazamientos de individuos y de grupo» (Mensaje parala Jornada Mundialdel Emigrante y del Refugiado 2012).

Queridos hermanos y hermanas, que el encuentro cotidiano con el Señor Jesús en la celebración eucarística y en la oración personal os dé el entusiasmo y la fuerza de anunciar la novedad evangélica, que transforma los corazones y hace nuevas todas las cosas. Os aseguro mi recuerdo en la oración, para que seáis instrumento eficaz en la ayuda a las personas confiadas a vuestros cuidados pastorales a cruzar la «porta fidei», acompañándolas en el encuentro con Cristo vivo y operante entre nosotros. Con estos deseos, os imparto complacidola Bendición Apostólica, que hago extensiva a los que comparten vuestro ministerio, y a quienes forman parte del vasto mundo de la aviación civil.


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El DEPARTAMENTO DE COMUNICACIÓN del obispado de Tenerife nos participa de las noticias generadas en la diócesis durante la última semana.

38201. La Laguna. Tenerife.
Tfno. 922-25 86 40 / Extensión 8
e-mail: [email protected]

Boletín 488 

LAS NOTICIAS AMPLIADAS PUEDEN VERLAS ENTRANDO EN NUESTRO BLOG. Textos, sonidos, e imágenes los tienen en: http://www.comunicacionobispadodetenerife.blogspot.com/

El próximo 1 de julio, en la parroquia de Nuestra Señora de la Concepción, en La Laguna, será ordenado diácono, Jonny Pereira Socas. La imposición de manos será conferida por Roberto Lückert León, arzobispo de Santa Ana de Coro-Venezuela. 

Asimismo, el próximo día 7 de julio, a las 10:30 horas, enla Santa IglesiaCatedral, tres nuevos sacerdotes serán ordenados por el obispo: Antonio Delgado, Airán Expósito y Julián Azcárate, entrarán a formar parte del Presbiterio Diocesano. 

El próximo Cursillo de Discernimiento Vocacional se desarrollará en el Seminario entre el 1 y el 7 de julio de2012. Aeste curso están invitados todos aquellos chicos que teniendo aprobado 5º de Primaria o habiendo cursado ya algún curso dela E.S.O, han manifestado explícitamente, su deseo de ser sacerdote y formar parte del Seminario, o al menos no descartar en su vida la posibilidad de ser sacerdotes; situación que, previamente, ya han debido contrastar con su familia y su párroco para poder contar con su aprobación positiva. 

El curso Alpha extendido por todo el mundo, es una experiencia pensada para cuantos se preguntan sobre el sentido de sus vidas y sobre su fe. La delegación para la nueva evangelización y la vicaría general, ha invitado a conocer su funcionamiento los próximos días 29 y 30 de junio en el Seminario Diocesano. Estará dirigido por los responsables nacionales de Alpha España. También han desarrollado un cursillo de profundización quienes ya hicieron una primera experiencia. 

El arzobispo Fernando Sebastián ha dirigido, en el Seminario Diocesano, las jornadas de formación continua del clero de fin de curso. Los temas que ha abordando han sido: la Nueva Evangelización, la relación fe-cultura, iniciativas concretas a proponer de cara a incentivar la pastoral y la fe en la carta de Benedicto XVI Porta Fidei. 

El Instituto Superior de Teología vuelve a ofrecer este mes de julio su Escuela de Verano, en su octava edición. En esta ocasión, los alumnos asistentes se adentrarán en temas tan novedosos como “el coaching y las redes sociales”. El ISTIC ofrecerá varios cursos a partir del día 1 del próximo mes y concluirán en torno al día 12, cursos que otorgarán “la certificación correspondiente de su realización y un crédito propio del ISTIC, correspondiente a 10 horas lectivas”, señalan los organizadores. 

El 16 de julio se celebra el Día de la Gente de la Mar y de Apostolado del Mar. Este año bajo el lema: “Apóstoles de la mar: Testigos de la Nueva Evangelización”. 

El departamento de comunicación, dentro de las acciones del Plan Diocesano de Comunicación está realizando una encuesta a fin de saber el estado de las comunicaciones en las parroquias y las necesidades formativas existentes. 

Radio ECCA lanza para este verano una doble oferta de formación y de experiencia espiritual. Con tono más formativo, está el curso LA ASAMBLEA CRISTIANA, que presenta la historia y la misión de la Iglesia en una reflexión interesante. Un curso muy recomendable para catequistas, profesores de religión y personas que deseen conocer mejor la experiencia religiosa de la Iglesia. Por otro lado, está la propuesta de Ejercicios Espirituales bajo el nombre de CONOCIMIENTO INTERNO. Ambas iniciativas ya están disponibles en la web para inscribirse: www.radioecca.org 

La Asociación Deportiva, Social y Cultural de Bomberos de Tenerife ha hecho entrega a Cáritas de un cheque valorado en 1.700 euros tras realizar una recaudación voluntaria entre los bomberos. El colectivo ha elegido a la sede que Cáritas tiene en la zona de Taco como receptora del dinero. 

El sábado 30 de junio, la parroquia de Valle San Lorenzo ha organizado una convivencia arciprestal de jóvenes de postcomunión, confirmación y postconfirmación. Será de 10:00 a 16:00 horas. 

Del 13 al 19 de agosto, el movimiento juvenil “Hombres Nuevos” desarrollará su acampada de verano. Será en El Lagar, en La Guancha. Los miembros de este movimiento han animado a todos los que quieran, especialmente a las familias, a compartir la celebración de la Eucaristía de clausura el 19 de agosto. 

La parroquia de Nuestra Señora del Carmen en Los Cristianos ha organizado una original actividad juvenil para los días 30 de junio y 1 de julio. Se trata de una competición de skate con actividades paralelas tales como concurso de graffitis, proyección de películas y vídeos relacionados con el skate y el surf. Además habrá música en vivo de bandas de rock juveniles, una de las cuales ensaya en un lugar del centro parroquial. 

El lunes 25 de Junio se dieron por concluidas las obras de recuperación del “torrejón” de la iglesia de La Guancha, del siglo XVIII de la que quedaban tres pilares después de su demolición, en la década de 1940-1950, para construir una torre de grandes proporciones en el centro del templo parroquial sostenida por cuatro columnas: dos dentro y dos fuera. Por amenaza de ruina se demuele también ésta y junto a la sacristía se fabrica otra que fue inaugurada en 2002.


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Jueves, 28 de junio de 2012

Reflexión al evangelio del domingo trece del tiempo ordinario - b, ofrecida por el sacerdote Don Juan Manuel Pérez Piñero bajo el epígrafe "ECOS DEL DÍA DEL SEÑOR"

Domingo 13º del T. Ordinario B 

“Jamás el género humano tuvo a su disposición tantas riquezas, tantas posibilidades, tanto poder económico” nos enseña el Concilio. Sin embargo, la enfermedad, el sufrimiento y la muerte son una realidad de cada día (Cfr. G. et Sp., 4). Ante todo eso, se reacciona de diversas maneras, pero siempre con mucho dolor, mitigado por la fe, la fuerza y el consuelo de Dios, cuando se trata de creyentes. Y no falta quienes, en medio de estas circunstancias, “le echa la culpa a Dios” de cualquier mal que les suceda. Y como consecuencia, se revelan contra Dios, “se pelean con Dios”. A mí, como a cualquier cristiano, me causa perplejidad y confusión esta actitud, porque, desde pequeños, aprendimos  lo que hoy nos recuerda el Libro de la Sabiduría en la primera lectura: El drama del pecado original y de todo pecado por los que entra y se intensifica el sufrimiento, la muerte y toda su secuela de males:

“Dios no hizo la muerte ni se recrea en la destrucción de los vivientes; todo lo creó para que subsistiera…”
“Por la envidia del diablo entró la muerte en el mundo…”
“Por el pecado, la muerte” que dirá S. Pablo. (Rom 5,12).

Es la consecuencia de la falta de formación cristiana, que  ha hecho que el Papa Benedicto XVI hable de “analfabetismo religioso”. ¡Qué peligroso es todo eso! Una lectura equivocada de la realidad y, particularmente, de los Libros Sagrados, puede llevar al hombre y a la sociedad a las peores conclusiones, como nos recuerda la Historia. Por todo eso, cuando Dios se hace hombre nos da la impresión que donde está Él no puede haber enfermedad, ni muerte, ni mal alguno. De esta manera, nos revela el rostro de Dios, que es el amigo de la vida, la fuente de la vida,  el Dios de la vida… Por eso Marta le dice con ocasión de la muerte de su hermano: “Si hubieras estado aquí no hubiera muerto mi hermano…” (Jn 11,21).

         El Evangelio de este Domingo nos ofrece dos ejemplos de lo que venimos comentando: La resurrección de la hija de Jairo, el jefe de la Sinagoga, que S. Marcos se detiene a describirnos. Y la curación de aquella mujer que padecía flujos de sangre, la hemorroisa, con solo tocar su manto. Ya S. Pedro, en casa de Cornelio, describirá  la vida del Señor diciendo: “Pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con Él” (Hch 10,38).

La segunda lectura nos presenta a S. Pablo organizando  una colecta para la Comunidad pobre de Jerusalén.  Es el ejemplo de la lucha contra el mal que tiene que realizar todo verdadero discípulo de Cristo. Es más. Esta es la señal de su autenticidad. Dios no quiere un mundo donde unos vivan muy bien y otros, muy mal, hasta morir de hambre. Un mundo del trabajo dividido en unos que tienen grandes sueldos, otros que cobran mucho menos y otros que van al “laberinto del paro”.  Y señala el término exacto: “Se trata de nivelar”.

Pero esto no se impone por la fuerza; sólo tiene la fuerza de la verdad.


Publicado por verdenaranja @ 22:53  | Espiritualidad
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DOMINGO 13 B   

MONICIONES

 

PRIMERA LECTURA

         La Lectura del Antiguo Testamento que ahora escucharemos nos prepara para el Evangelio, donde Jesús aparecerá como Señor de la enfermedad y la muerte y como Amigo de la vida.

 

SEGUNDA LECTURA

         S. Pablo escribe a los cristianos de la ciudad griega de Corinto para preparar la colecta a favor de la Comunidad pobre de Jerusalén. El mensaje de compartir con los que pasan necesidad, sigue siendo plenamente actual.

 

TERCERA LECTURA

         Aclamemos con el canto del aleluya a Cristo, el Señor, que pasa haciendo el bien a los que sufren. 

COMUNIÓN

         Jesús, el Señor, nos enseñó, con su palabra y ejemplo, a luchar contra el mal.

         Ahora en la Comunión nos da su fuerza y su gracia para que los hagamos as


Publicado por verdenaranja @ 22:45  | Liturgia
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Mi?rcoles, 27 de junio de 2012

Reflexión de José Antonio Pagola al evangelio del domingo trece del Tiempo Ordinario - B.

LA FE DELA MUJER 

         La escena es sorprendente. El evangelista Marcos presenta a una mujer desconocida como modelo de fe para las comunidades cristianas. De ella podrán aprender cómo buscar a Jesús con fe, cómo llegar a un contacto sanador con él y cómo encontrar en él la fuerza para iniciar una vida nueva, llena de paz y salud.

         A diferencia de Jairo, identificado como "jefe de la sinagoga" y hombre importante en Cafarnaún, esta mujer no es nadie. Solo sabemos que padece una enfermedad secreta, típicamente femenina, que le impide vivir de manera sana su vida de mujer, esposa y madre.

         Sufre mucho física y moralmente. Se ha arruinado buscando ayuda en los médicos, pero nadie la ha podido curar. Sin embargo, se resiste a vivir para siempre como una mujer enferma. Está sola. Nadie le ayuda a acercarse a Jesús, pero ella sabrá encontrarse con él.

         No espera pasivamente a que Jesús se le acerque y le imponga sus manos. Ella misma lo buscará. Irá superando todos los obstáculos. Hará todo lo que puede y sabe. Jesús comprenderá su deseo de una vida más sana. Confía plenamente en su fuerza sanadora.

         La mujer no se contenta solo con ver a Jesús de lejos. Busca un contacto más directo y personal. Actúa con determinación, pero no de manera alocada. No quiere molestar a nadie. Se acerca por detrás, entre la gente, y le toca el manto. En ese gesto delicado se concreta y expresa su confianza total en Jesús.

         Todo ha ocurrido en secreto, pero Jesús quiere que todos conozcan la fe grande de esta mujer. Cuando ella, asustada y temblorosa, confiesa lo que ha hecho, Jesús le dice: "Hija, tu fe te ha curado. Vete en paz y con salud". Esta mujer, con su capacidad para buscar y acoger la salvación que se nos ofrece en Jesús, es un modelo de fe para todos nosotros.

         ¿Quién ayuda a las mujeres de nuestros días a encontrarse con Jesús? ¿Quién se esfuerza por comprender los obstáculos que encuentran enla Iglesiaactual para vivir su fe en Cristo "en paz y con salud"? ¿Quién valora la fe y los esfuerzos de las teólogas que, sin apenas apoyo alguno y venciendo toda clase de resistencias y rechazos, trabajan sin descanso por abrir caminos que permitan a la mujer vivir con más dignidad enla Iglesiade Jesús?

         Las mujeres no encuentran entre nosotros la acogida, la valoración y la comprensión que encontraban en Jesús. No sabemos mirarlas como las miraba él. Sin embargo, con frecuencia, ellas son también hoy las que con su fe en Jesús y su aliento evangélico sostienen la vida de nuestras comunidades cristianas.                    

José Antonio Pagola 

Red evangelizadora BUENAS NOTICIAS
1 de julio de 2012
13 Tiempo ordinario (B)
Marcos 5, 21-43


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Martes, 26 de junio de 2012

ZENIT  nos ofrece un artículo sobre la adoración eucarística del padre José Antonio Pérez SSP, postulador general dela Familia Paulina, con motivo del Congreso Eucarístico Internacional, que se celebra en Dublín.

La adoración eucarística, fuente de evangelización
Secreto de la fuerza y de los grandes proyectos del beato Alberione

Por el padre José Antonio Pérez, SSP

Estamos viviendo tiempos paradójicos: por una parte un ritmo frenético nos obliga a correr continuamente, y con frecuencia nos impide “vivir” plenamente lo que vivimos; por otra, sin embargo, muchos sienten la necesidad de espacios necesarios no solo para el equilibrio personal, sino también para que la misma actividad logre ser positiva y eficaz. Este dilema, presente en todas partes, lo sienten quizás con más intensidad las personas comprometidas en el testimonio evangélico y en la acción apostólica dela Iglesia. Muchosllevan una vida rica de iniciativas en favor de los demás, con una entrega incondicional, pero con el riesgo de vaciarse y, por tanto, de acabar en un ineficaz compromiso misionero y de evangelización, que en realidad no comunica; en un darse por entero a sí mismos, pero sin dar a Jesús.

Para evangelizar se requiere la fuerza del Espíritu Santo: “Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, y seréis mis testigos hasta el confín de la tierra” (cf. Hch. 1,8). Es necesario, pues, dejar espacio al Espíritu, que habla en el silencio, “precioso para favorecer el necesario discernimiento entre los numerosos estímulos y respuestas que recibimos, para reconocer e identificar asimismo las preguntas verdaderamente importantes” (Benedicto XVI, mensaje para la 46 Jornada de las comunicaciones sociales).

La adoración, encuentro con Cristo

Un momento privilegiado para este “silencio” es el de la adoración eucarística, precisamente porque es un momento de encuentro. “En la vida actual, a menudo ruidosa y dispersiva, es más importante que nunca recuperar la capacidad de silencio interior y de recogimiento: la adoración eucarística permite hacerlo no sólo en torno al Yo, sino también en compañía del Tú lleno de amor que es Jesucristo…” (Benedicto XVI, Angelus 10.06.2007).

La Eucaristía es el mayor tesoro de la Iglesia porque es el sacramento del sacrificio de Cristo, del que hacemos memoria, y es también su presencia viva entre nosotros. No solo simboliza y comunica la gracia, como hacen los demás sacramentos, sino que contiene al Autor de la gracia. De por síla Misaes el acto de adoración más grande dela Iglesia, pero la adoración fuera dela Misaprolonga e intensifica lo que ha tenido lugar en la celebración y hace posible una verdadera y profunda acogida de Cristo.

Así describía este momento el beato Santiago Alberione: “Es un encuentro del alma y de todo nuestro ser con Jesús. Es la criatura que se encuentra con el Creador. Es el discípulo junto al Maestro divino. Es el enfermo con el Médico de las almas. Es el pobre que recurre al Rico. Es el sediento que bebe en la Fuente. Es el débil que se presenta al Omnipotente. Es el tentado que busca Refugio seguro. Es el ciego que busca la Luz. Es el amigo que se dirige al Amigo verdadero. Es la oveja descarriada buscada por el Pastor divino. Es el corazón desorientado que encuentra el Camino. Es el ignorante que encuentrala Sabiduría. Esla esposa que encuentra al Esposo de su alma. Es la nada que encuentra el Todo. Es el afligido que encuentra al Consolador. Es el joven que encuentra orientación para su vida” (UPS II p. 104).

La adoración, momento de escucha

La adoración es para el apóstol “como una audiencia, una clase, donde el discípulo o el ministro se entretiene con el divino Maestro”, afirmaba el beato Santiago Alberione. Es ese tiempo en el que el evangelizador se acerca a la fuente del Espíritu, el tiempo para interiorizarla Palabrade Dios, para renovarse en presencia del Señor, para ver de nuevo, con su luz, a todas las personas y situaciones.

“Aprender a comunicar –leemos en el mensaje para la 46 Jornada de las comunicaciones sociales– quiere decir aprender a escuchar, a contemplar, además de hablar, y esto es especialmente importante para los agentes de la evangelización”. “En el silencio –dice el Papa– escuchamos y nos conocemos mejor a nosotros mismos; nace y se profundiza el pensamiento, comprendemos con mayor claridad lo que queremos decir o lo que esperamos del otro; elegimos cómo expresarnos... Allí donde los mensajes y la información son abundantes, el silencio se hace esencial para discernir lo que es importante de lo que es inútil y superficial”.

Para el fundador de la Familia Paulina, la adoración verdadera “es el alma que impregna todas las horas, las ocupaciones, los pensamientos, las relaciones, etc. Es la linfa o corriente vital que influye en todo, que comunica el espíritu incluso en las cosas más comunes. Forma una espiritualidad que se vive y comunica. Forma el espíritu de oración que, si se le cultiva, transforma todos los trabajos en oración...”. Y continuaba afirmando que si con la adoración “se adquiriera una base sobrenatural que lo ilumina todo, una generosidad espiritual de entrega y acción, un sentimiento profundo de que Dios está en nosotros; si, tras haber estado con Jesucristo, lo sintiéramos vivo y actuando en nuestro ser...”; entonces llegaríamos pronto a la “transformación en Cristo”. “La vida se convierte en oración y la oración da la vida” (cf UPS II, p. 110-111).

La adoración, fuente de evangelización

El apóstol Pablo pone en estrecha relación la eucaristía y el anuncio: “Cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva” (1Cor 11,26). “Para evangelizar el mundo hacen falta apóstoles expertos en la celebración, en la adoración y contemplación de la eucaristía”, escribía Juan Pablo II en su mensaje parala Jornadamisionera mundial de 2004. En efecto, la adoración debe preceder a nuestra actividad y a nuestros programas, de modo que seamos realmente libres y se nos den los criterios para la acción, como recomienda Benedicto XVI.

“La Iglesia existe para evangelizar” (EN 14). Jesús es el centro, y transmitir su Evangelio y su Amor es el objetivo. Para el beato Santiago Alberione, la identidad del apóstol tiene su origen en la adoración; de hecho, “es la práctica que más orienta e influye en toda la vida y en todo el apostolado... Es el gran medio para vivir enteramente de Jesucristo... Es el secreto para nuestra transformación en Cristo: es Cristo quien vive en mí (Ga 2,20). Es sentir las relaciones de Jesús con el Padre y con la humanidad. Es garantía de perseverancia” (UPS II, p 105).

Movido por esta fe, el beato Santiago Alberione aprendió y practicó una sabia dinámica: la experiencia consciente de la realidad que le rodeaba, considerada e iluminada a la luz de Jesús-eucaristía, se transformaba para él en desafío que lo obligaba a dar respuestas a los problemas que su gran corazón apostólico descubría. Un mensaje siempre actual, y urgente quizás hoy más que nunca.


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ZENIT nos ofrece el texto de la homilía pronunciada por el cardenal Marc Ouellet --prefecto de la Congregación para los Obispos y legado de Benedicto XVI en el 50 Congreso Eucarístico Internacional de Dublín--, en la Solemne Misa de Apertura de este evento.

Saludo con afecto a todos vosotros, aquí presentes: a mis hermanos obispos y sacerdotes, a los consagrados y consagradas, y a los muchos fieles de Irlanda y del mundo que han venido aquí para este Congreso Eucarístico Internacional. Como legado de nuestro amado santo padre, papa Benedicto XVI, quiero agradecer en forma especial al arzobispo Diarmuid Martin y a sus muchos colaboradores, que han trabajado muy duro para organizar este importante evento, como también a las autoridades civiles por su valiosa cooperación. Yo agradezco especialmente a los sacerdotes por su amor y coraje en este difícil tiempo de purificación en la vida de la Iglesia.

Es muy oportuno que, en la Providencia de Dios, este encuentro tenga lugar aquí en Irlanda. Es un país conocido por su belleza natural, su hospitalidad y su rica cultura, pero muy especialmente por su larga tradición de fidelidad a la fe católica. La fuerte historia de fidelidad de Irlanda ha enriquecido no sólo estas tierras sino también, a través de sus hijos e hijas misioneros, ha ayudado a llevar el Evangelio a muchos otros, lejos de aquí.

Ahora la Iglesia en Irlanda está sufriendo y enfrentando muchos nuevos y serios desafíos para la fe. Siendo bien conscientes de estos desafíos, nosotros nos volvemos a Nuestro Señor, que renueva, sana y fortalece la fe de Su pueblo. Sé, por mi propia experiencia del último Congreso Eucarístico Internacional en la ciudad de Quebec, que un evento como éste trae muchas bendiciones a la Iglesia local y a todos los participantes, incluyendo a aquellos que lo sostienen a través de la oración, el trabajo voluntario y la solidaridad. Y por eso rezamos con confianza en el Señor Eucarístico para que esta 50º edición de este gran evento de la Iglesia universal traiga una muy especial bendición para Irlanda en estos tiempos turbulentos y para todos vosotros.

Hemos venido aquí como familia de Dios, llamada por Él a escuchar su Santa Palabra, a recordar lo que somos a la luz de historia de la salvación y a responder a Dios por medio de la mayor y más sublime oración que jamás se haya conocido en el mundo: la Sagrada Eucaristía. Que el Espíritu Santo nos ayude a ser plenamente conscientes de cuán bendecidos y privilegiados somos.

El libro del Éxodo nos recuerda la alianza de Dios con Su pueblo. La alianza estaba basada en la palabra proclamada por Moisés al pueblo y sellada con la sangre derramada sobre el altar y sobre el pueblo: “Esta es la sangre de la alianza que ahora el Señor hace con vosotros” (Ex. 24, 8). El pueblo formalmente prometió su obediencia diciendo: “Estamos resueltos a poner en práctica y a obedecer todo lo que el Señor ha dicho” (Ex. 24, 7).

La sangre es uno de los símbolos más importantes en la Biblia. La sangre significa vida, y la vida pertenece a Dios. Desde el principio, a los hombres les está prohibido derramar la sangre de otros hombres ya que tal acción los corrompe y los pone fuera de la presencia de Dios y de su amistad.

Conscientes del dominio de Dios sobre la vida, y muy especialmente sobre la vida humana, la gente de la mayor parte de las religiones ha ofrecido oraciones y sacrificios a Dios con el fin de obtener Su favor o compensar acciones de muerte. En el pueblo elegido de Israel, esta búsqueda de redención y purificación alcanza su culmen en Jesucristo, el Mediador de la nueva alianza.

Leemos en la Carta a los Hebreos: “¡cuánto más la sangre de Cristo, que por obra del Espíritu eterno se ofreció sin mancha a Dios, purificará nuestra conciencia de las obras que llevan a la muerte, para permitirnos tributar culto al Dios viviente!” (Hebreos 9, 14).

La sangre de Cristo tiene este poder de redención y purificación porque es una sangre derramada por perfecto amor por Dios y por la humanidad, una sangre divina que lleva la alianza a la perfección, no sólo para Israel sino para todos los pueblos.

En la última Cena, Jesús, después de consagrar el pan en Su Cuerpo, tomó el cáliz, volvió a dar gracias y se lo dio a sus discípulos diciendo: “Éste es el cáliz de mi sangre, la sangre de la nueva y eterna alianza, que será derramada por vosotros y por muchos” (Mc. 14, 24). “Derramada por muchos”, en lugar de “derramada por todos”, es una traducción más fiel del texto original, pero esto no quiere sugerir que el sacrificio de Jesús por todos los pueblos esté de alguna manera restringido. De hecho, el único sacrifico de Cristo ofrece salvación a todos y cada uno de los hombres. No sabemos, ni nos corresponde saber, si algunos o muchos rechazarán Su gracia al final. Sin embargo, nosotros rezamos para que la voluntad de Dios para la salvación de todos sea cumplida.

Queridos hermanos y hermanas, nosotros nos hemos reunido hoy aquí en esta Solemnidad del Corpus Domini como un símbolo de la Iglesia universal, venidos aquí desde todos los rincones de la tierra para celebrar el memorial de la nueva y eterna alianza en la sangre de Cristo.

Nuestra reunión es un acto de fe en la Sagrada Eucaristía, el tesoro de la Iglesia, que es esencial para su vida y para nuestra comunión como hermanos y hermanas en Cristo. La Iglesia vive de la Eucaristía, ella recibe su propia identidad del don del Cuerpo de Cristo. En comunión con Su Cuerpo, la Iglesia se convierte en lo que ella recibe: se convierte en un solo cuerpo con Él en el Espíritu de la nueva y eterna alianza. ¡Qué gran y maravilloso misterio! ¡Un misterio de amor!

El Señor resucitado ha desaparecido de nuestra vista pero Su amor está más cerca que nunca. Su Cuerpo resucitado ha adquirido nueva libertad y nuevas propiedades que hacen posible la maravilla de la Sagrada Eucaristía. Por el poder de Su divina palabra y Espíritu, Él convierte el pan y el vino realmente en Su Cuerpo y Sangre. Como nos enseña el papa San León Magno: “La divina presencia de nuestro Redentor ha pasado a los sacramentos” (Sermo 2 de Ascensione 1- 4: PL 54, 397-399).

Cuando recibimos la Comunión, el Espíritu del Señor presente en el Cuerpo de Cristo pasa a nuestros corazones y a nuestros cuerpos, haciéndonos un nuevo cuerpo eclesial, el cuerpo místico del Señor. Este cuerpo eclesial es nuestra más profunda identidad. Cada domingo y cada día especial de fiesta nosotros vamos a la iglesia a encontrarnos con el Señor resucitado, a fortalecer nuestro vínculo de amor con Él por la participación en la Sagrada Eucaristía. Si bien a los ojos del mundo puede parecer que nos reunimos por razones sociales o según nuestras tradiciones religiosas y culturales, de hecho somos convocados juntos por el mismo Señor, el Señor de la alianza nueva y eterna, que quiere que seamos un solo cuerpo con Él en una real y fiel alianza de amor.

A estas reuniones nosotros venimos como somos, pobres pecadores, y es posible que no siempre tengamos la adecuada disposición para recibir la Comunión. Pero, como nos recuerda el documento preparatorio para este Congreso Eucarístico, todos son capaces de vivir lo que se llama “comunión espiritual”, en el sentido de un acto de alabanza en el que cada uno se une a la dinámica de entrega personal que se celebra en la Misa (cfr. The Eucharist: Communion with Christ and with oneanother, n. 121).

Incluso cuando no se recibe la Comunión sacramental, nosotros podemos compartir en la gracia que fluye del Cuerpo y Sangre de Cristo a Su cuerpo eclesial. Esta participación consciente y activa significa pertenecer a un solo cuerpo y recibir de él amor, paz, esperanza y coraje para seguir adelante, aceptando nuestra propia cuota de sufrimiento. El Papa Benedicto nos dice: “Aun cuando no es posible acercarse a la Comunión sacramental, la participación en la santa Misa sigue siendo necesaria, válida, significativa y fructuosa” (Sacramentum Caritatis, n. 55).

Por lo tanto, abrámonos a la Palabra de Dios, que nos está llamando a ser más fieles colaboradores de la nueva alianza. Seamos más conscientes del inconmensurable don de la Sagrada Eucaristía. Dios merece mucha más adoración y gratitud por este regalo de amor.

Que nuestro testimonio de amor mutuo y servicio a nuestros hermanos y hermanas sea una humilde proclamación de la buena noticia de la Sagrada Eucaristía.

Traducción del original inglés por La Buhardilla de Jerónimo.


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Lunes, 25 de junio de 2012

ZENIT nos ofrece las palabras del papa antes de la oración mariana del Angelus, el domingo 10 de Junio de 2012, ante los fieles y peregrinos congregados en la plaza de San Pedro.

¡Queridos hermanos y hermanas!

Hoy, en Italia y en muchos otros países, se celebra el Corpus Christi, que es la solemnidad del Cuerpo y Sangre del Señor, la Eucaristía. Es una tradición muy viva, que por este día, se organicen solemnes procesiones con el Santísimo Sacramento por las calles y en las plazas. En Roma, esta procesión ya ha tenido lugar a nivel diocesano el pasado jueves, el mismo día de la fiesta, que cada año renueva en los cristianos la alegría y la gratitud por la presencia eucarística de Jesús en medio de nosotros.

La fiesta del Corpus Christi es un gran acto de culto público de la Eucaristía, sacramento en el que el Señor sigue estando presente incluso más allá del momento de la celebración, para estar siempre con nosotros, a lo largo del paso de las horas y de los días. Ya san Justino, que nos dejó uno de los testimonios más antiguos sobre la liturgia eucarística, dice que, después de la distribución de la comunión a los presentes, el pan consagrado se lo llevaban los diáconos a los ausentes (cf. Apologia 1,65). Por lo tanto, el lugar más sagrado de las iglesias es, precisamente, donde se custodia la Eucaristía. No puedo dejar de conmoverme al pensar en las muchas iglesias que fueron dañadas severamente por el reciente terremoto en Emilia Romagna, en el hecho de que el cuerpo eucarístico de Cristo, en el tabernáculo, ha permanecido en algunos casos bajo los escombros.

Rezo con afecto por la comunidad, que con sus sacerdotes deben reunirse para la misa al aire libre o en grandes tiendas de campaña; les agradezco por su testimonio y por lo que están haciendo por toda la población. Es una situación que pone de relieve aún más la importancia de estar unidos en el nombre del Señor, y la fuerza que viene del Pan eucarístico, también llamado "pan de los peregrinos". Del compartir este pan, nace y se renueva la capacidad de compartir incluso la vida y los bienes, de sobrellevar unos el peso de los otros, de ser hospitalarios y acogedores.

La solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo propone nuevamente el valor de la adoración eucarística. El siervo de Dios Pablo VI, recordaba quela Iglesiacatólica profesa el culto de la eucaristía "no sólo durante la misa, sino también fuera de su celebración, conservando con la máxima diligencia las hostias consagradas, presentándolas a la solemne veneración de los fieles cristianos, llevándolas en procesión con alegría de la multitud del pueblo cristiano." (Carta Enc. Mysterium fidei, 7).

La oración de adoración se puede realizar, sea personalmente, haciendo una pausa en recogimiento ante el tabernáculo, o ya sea en forma comunitaria, también con salmos y cantos, pero siempre privilegiando el silencio, en el cual escuchar interiormente al Señor vivo y presente en el Sacramento.La Virgen Maríaes maestra también de esta oración, porque nadie mejor que ella ha sido capaz de contemplar a Jesús con los ojos de la fe, y acoger en el corazón la íntima resonancia de su presencia humana y divina.

Que por su intercesión se difunda y crezca en cada comunidad eclesial una auténtica y profunda fe en el misterio eucarístico.

Traducido del original italiano por José Antonio Varela V.
©Librería Editorial Vaticana


Publicado por verdenaranja @ 22:50  | Habla el Papa
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ZENIT  nos ofrece un artículo de nuestro colaborador el obispo de San Cristóbal de las Casas, monseñor Felipe Arizmendi Esquivel, en el que hace una reflexión sobre la actitud ente los momentos difíciles que vive la Iglesia.

La noche de Jesús y del papa
La actitud ante los momentos difíciles

+ Felipe Arizmendi Esquivel

HECHOS

Me llamó mucho la atención que, en la homilía del Jueves Santo por la noche, en vez de predicar sobre la institución de la Eucaristía, el Papa haya descrito con tanta vehemencia la que llamó “noche oscura del monte de los Olivos”. En sus palabras descubro que quiso plasmar la propia noche oscura que estaba sufriendo, pues él ya sabía que alguno de sus colaboradores cercanos lo estaba traicionando, al sustraer documentos privados para darlos a la publicidad.

Refiriéndose a lo que vivió Jesús, la noche antes de su pasión, el Papa habla de “soledad, abandono, oscuridad de la muerte, traición, negación de Pedro, acusación, entrega a los paganos… Jesús sale en la noche. La noche significa falta de comunicación, una situación en la que uno no ve al otro. Es un símbolo de la incomprensión, del oscurecimiento de la verdad. Es el espacio en el que puede prosperar el mal, que debe esconderse ante la luz. La noche es símbolo de la muerte, de la pérdida definitiva de comunión y de vida”. Más adelante habla de “éxodo, extrema humillación, angustia, turbación, marea sucia de toda la mentira y de toda la infamia que le sobreviene, estremecimiento del totalmente puro y santo frente a todo el caudal del mal de este mundo, que recae sobre él, momento de angustia mortal… Los discípulos, cuya cercanía buscó Jesús en esta hora de extrema turbación, como elemento de apoyo humano, pronto se durmieron”. ¿No nos comparte el Papa la noche que él mismo estaba pasando?

En el mensaje de Pascua, insiste en un “Jesús rechazado, capturado, flagelado, condenado a muerte y crucificado; la Bondad en persona, sometida a la maldad humana; la Verdad, escarnecida por la mentira, la Misericordia, injuriada por la venganza… Puntas aguzadas de la envidia y el orgullo, de la mentira y de la violencia. Jesús ha pasado por esta trama mortal; parecía derrotado: las tinieblas habían invadido la tierra; el silencio de Dios era total; la esperanza, una palabra que ya parecía vana”.

CRITERIOS

En la Vigilia Pascual, el Papa refleja su sólida fe: “La vida es más fuerte que la muerte. El bien es más fuerte que el mal. El amor es más fuerte que el odio. La verdad es más fuerte que la mentira… La fe, que nos muestra la luz de Dios, es la verdadera iluminación, es una irrupción de la luz de Dios en nuestro mundo, una apertura de nuestros ojos a la verdadera luz. Esta es la luz que vive en virtud del sacrificio. La vela ilumina consumiéndose a sí misma. Da luz dándose a sí misma”.

En el mensaje pascual, remarca esta su fe, que le sostiene en los embates que le han tocado vivir: “La fe renace más viva y más fuerte que nunca, ya invencible, porque está fundada en una experiencia decisiva. Jesús resucitado cambia la condición del hombre y del mundo. Cristo es esperanza y consuelo. Y está presente como fuerza de esperanza a través de su Iglesia, cercano a toda situación humana de sufrimiento e injusticia”.

En la audiencia general del miércoles siguiente, el Papa remarca: “También hoy el Resucitado entra en nuestras casas y en nuestros corazones, aunque a veces las puertas están cerradas. Entra donando alegría y paz, vida y esperanza, dones que necesitamos para nuestro renacimiento humano y espiritual. Sólo él puede correr aquellas piedras sepulcrales que el hombre a menudo pone sobre sus propios sentimientos, sobre sus propias relaciones, sobre sus propios comportamientos; piedras que sellan la muerte: divisiones, enemistades, rencores, envidias, desconfianzas, indiferencias. Sólo él, el Viviente, puede dar sentido a la existencia y hacer que reemprenda su camino el que está cansado y triste, el desconfiado y el que no tiene esperanza”. ¡Qué fe y qué espiritualidad tan profundas!

PROPUESTAS

Consolidemos nuestra fe, como nos pide el Papa: “Dejémonos encontrar por Jesús resucitado. El, vivo y verdadero, siempre está presente en medio de nosotros; camina con nosotros para guiar nuestra vida, para abrirnos los ojos. Confiemos en el Resucitado. La fe en él transforma nuestra vida: la libra del miedo, le da una firme esperanza, la hace animada por lo que da pleno sentido a la existencia, el amor de Dios”.


Publicado por verdenaranja @ 22:43  | Hablan los obispos
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Domingo, 24 de junio de 2012

ZENIT publica la homilía que el papa dirigió a los fieles en el curso de la celebración eucarística de la Solemnidad del santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, el jueves 7 de Junio de 2012.  

¡Queridos hermanos y hermanas!

Esta tarde querría meditar con vosotros sobre dos aspectos, entre ellos conectados, del Misterio eucarístico: el culto de la Eucaristía y su sacralidad.

Es importante volverlos a tomar en consideración para preservarlos de visiones no completas del Misterio mismo, como aquellas que se han dado en el reciente pasado.

Sobre todo, una reflexión sobre el valor del culto eucarístico, en particular de la adoración del Santísimo Sacramento. Es la experiencia que también esta tarde viviremos tras la Misa, antes de la procesión, durante su desarrollo y al término. Una interpretación unilateral del Concilio Vaticano II ha penalizado esta dimensión, restringiendo en práctica la Eucaristía al momento celebrativo. En efecto, ha sido muy importante reconocer la centralidad de la celebración, en la que el Señor convoca a su pueblo, lo reúne en torno a la doble mesa de la Palabra y del Pan de vida, lo nutre y lo une a Sí en la ofrenda del Sacrificio. Esta valorización de la asamblea litúrgica, en la que el Señor actúa y realiza su misterio de comunión, sigue siendo naturalmente válida, pero debe resituarse en el justo equilibrio. En efecto –como a menudo sucede- para subrayar un aspecto se acaba por sacrificar otro. En este caso, la acentuación sobre la celebración de la Eucaristía ha ido en detrimento de la adoración, como acto de fe y de oración dirigido al Señor Jesús, realmente presente en el Sacramento del altar. Este desequilibrio ha tenido repercusiones también sobre la vida espiritual de los fieles. En efecto, concentrando toda la relación con Jesús Eucaristía en el único momento de la Santa Misa, se corre el riesgo de vaciar de su presencia el resto del tiempo y del espacio existenciales. Y así se percibe menos el sentido de la presencia constante de Jesús en medio de nosotros y con nosotros, una presencia concreta, cercana, entre nuestras casas, como “Corazón latiente” de la ciudad, del país, del territorio con sus diversas expresiones y actividades. El Sacramento de la Caridad de Cristo debe permear toda la vida cotidiana.

En realidad es equivocado contraponer la celebración y la adoración, como si estuvieran en competencia. Es justo lo contrario: el culto del Santísimo Sacramento es como el “ambiente” espiritual dentro del que la comunidad puede celebrar bien y en verdad la Eucaristía. Sólo si es precedida, acompañada y seguida de esta actitud interior de fe y de adoración, la acción litúrgica puede expresar su pleno significado y valor. El encuentro con Jesús en la Santa Misa se realiza verdadera y plenamente cuando la comunidad es capaz de reconocer que El, en el Sacramento, habita su casa, nos espera, nos invita a su mesa, y luego, después de que la asamblea se ha disuelto, permanece con nosotros, con su presencia discreta y silenciosa, y nos acompaña con su intercesión, recogiendo nuestro sacrificios espirituales y ofreciéndolos al Padre.

En este sentido, me gusta subrayar la experiencia que viviremos esta tarde juntos. En el momento de la adoración, estamos todos al mismo nivel, de rodillas ante el Sacramento del Amor. El sacerdocio común y el ministerial se encuentran unidos en el culto eucarístico. Es una experiencia muy bella y significativa, que hemos vivido diversas veces en la basílica de San Pedro, y también en las inolvidables vigilias con los jóvenes, recuerdo por ejemplo las de Colonia, Londres, Zagreb y Madrid. Es evidente a todos que estos momentos de vela eucarística preparan la celebración de la Santa Misa, preparan los corazones al encuentro, de manera que este resulta incluso más fructuoso. Estar todos en silencio prolongado ante el Señor presente en su Sacramento, es una de las experiencias más auténticas del nuestro ser Iglesia, que se acompaña en modo complementario con la de celebrar la Eucaristía, escuchando la Palabra de Dios, cantando, acercándose juntos a la mesa del Pan de vida. Comunión y contemplación no se pueden separar, van juntos. Para comunicar verdaderamente con otra persona debo conocerla, saber estar en silencio cerca de ella, escucharla, mirarla con amor. El verdadero amor y la verdadera amistad viven siempre de esta reciprocidad de miradas, de silencios intensos, elocuentes, plenos de respeto y veneración, de manera que el encuentro se viva profundamente, de modo personal y no superficial. Y lamentablemente, si falta esta dimensión, incluso la misma comunión sacramental puede llegar a ser, por nuestra parte, un gesto superficial. En cambio, en la verdadera comunión, preparada por el coloquio de la oración y de la vida, podemos decir al Señor palabras de confianza, como las que han resonado hace poco en el Salmo responsorial: “Yo soy tu siervo, hijo de tu esclava:/ tu has roto mis cadenas./ Te ofreceré un sacrificio de alabanza/ e invocaré el nombre del señor” (Sal 115,16-17).

Ahora querría pasar brevemente al segundo aspecto: la sacralidad de la Eucaristía. También aquí hemos sufrido en el pasado reciente un cierto malentendido del mensaje auténtico de la Sagrada Escritura. La novedad cristiana respecto al culto ha sido influenciada por una cierta mentalidad secular de los años sesenta y setenta del siglo pasado. Es verdad, y sigue siendo siempre válido, que el centro del culto ya no está en los ritos y en los sacrificios antiguos, sino en Cristo mismo, en su persona, en su vida, en su misterio pascual. Y sin embargo de esta novedad fundamental no se debe concluir que lo sacro no exista ya, sino que ha encontrado su cumplimiento en Jesucristo, Amor divino encarnado. La Carta a los Hebreos, que hemos escuchado esta tarde en la segunda lectura, nos habla precisamente de la novedad del sacerdocio de Cristo, “sumo sacerdote de los bienes futuros” (Heb 9,11), pero no dice que el sacerdocio se haya acabado. Cristo “es mediador de una alianza nueva” (Heb 9,15), establecida en su sangre, que purifica “nuestra conciencia de las obras de muerte” (Heb 9,14). El no ha abolido lo sagrado, sino que lo ha llevado a cumplimiento, inaugurando un nuevo culto, que es sí plenamente espiritual pero que sin embargo, mientras estamos en camino en el tiempo, se sirve todavía de signos y ritos, que desaparecerán sólo al final, en la Jerusalén celeste, donde no habrá ya ningún templo (cfr Ap 21,22). Gracias a Cristo, la sacralidad es más verdadera, más intensa, y, como sucede para los mandamientos, ¡también más exigente! No basta la observancia ritual, sino que se exige la purificación del corazón y la implicación de la vida.

Me gusta también subrayar que lo sacro tiene una función educativa, y su desaparición inevitablemente empobrece la cultura, en especial la formación de las nuevas generaciones. Si, por ejemplo, en nombre de una fe secularizada y no necesitada ya de signos sacros, fuera abolida esta procesión ciudadana del Corpus Domini, el perfil espiritual de Roma resultaría “aplanado”, y nuestra conciencia personal y comunitaria quedaría debilitada. O pensemos en una madre o un padre que, en nombre de una fe desacralizada, privaran a sus hijos de toda ritualidad religiosa: en realidad acabarían por dejar el campo libre a los tantos sucedáneos presentes en la sociedad de los consumos, a otros ritos y otros signos, que más fácilmente podrían convertirse en ídolos. Dios, nuestro Padre, no ha hecho así con la humanidad: ha enviado a su Hijo al mundo no para abolir, cino para dar cumplimiento también a lo sacro. En el culmen de esta misión, en la Última Cena, Jesús instituyó el Sacramento pascual. Actuando así se puso a sí mismo en el lugar de los sacrificios antiguos, pero hizo dentro de un rito, que mandó a los apóstoles perpetuar, como signo supremo del verdadero Sacro, que es El mismo. Con esta fe, queridos hermanos y hermanas, celebramos hoy y cada día el Misterio eucarístico y lo adoramos como centro de nuestra vida y corazón del mundo. Amén.

©Librería Editorial Vaticana


Publicado por verdenaranja @ 23:22  | Habla el Papa
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ZENIT nos ofrece el texto del discurso del Santo Padre en la mañana del miércoles 6 de Junio de 2012 en la plaza de San Pedro donde se ha encontrado con grupos de peregrinos y fieles llegados de Italia y de otros países.

Queridos hermanos y hermanas:

"La Familia, el trabajo y la fiesta": este fue el tema del VII Encuentro Mundial de las Familias, que se celebró recientemente en Milán. Todavía conservo en los ojos y en el corazón, las imágenes y las emociones de este inolvidable y maravilloso evento, que ha transformado a Milán en una ciudad de las familias: familias de todo el mundo, unidas por la alegría de creer en Jesucristo. Estoy profundamente agradecido a Dios por haberme permitido vivir esta cita "con" las familias y "para" la familia. En cuantos me han escuchado en los últimos días, he encontrado una sincera disponibilidad a acoger y testimoniar el "Evangelio de la familia". Sí, porque no hay futuro en la humanidad sin la familia; especialmente los jóvenes, para aprender los valores que dan sentido a la existencia, tienen necesidad de nacer y crecer en esa comunidad de vida y amor que Dios ha querido para el hombre y la mujer.

El encuentro con las numerosas familias provenientes de los diferentes continentes, me ha dado la feliz oportunidad de visitar por primera vez como Sucesor de Pedro, la archidiócesis de Milán. Me acogieron con gran cordialidad --por lo cual estoy profundamente agradecido--, el cardenal Angelo Scola, los presbíteros y todos los fieles, así como el alcalde y las demás autoridades. He podido experimentar así tan de cerca, la fe de la población ambrosiana, rica en historia, cultura, humanidad y de ejercicio de la caridad.

En la Plaza del Duomo, símbolo y corazón de la ciudad, se tuvo el primer evento de esta intensa visita pastoral de tres días. No puedo olvidar ese abrazo tan cálido de la multitud de milaneses, y de los participantes en el VII Encuentro Mundial de las Familias, que me han acompañado también a través de todo el recorrido de mi visita, con calles llenas de personas. Una vastedad de familias en fiesta, que con sentimientos de profunda participación se han unido al pensamiento afectuoso y solidario que dirigí a quienes tienen necesidad de ayuda y de consuelo, y que son afectados por varias preocupaciones, especialmente a las familias más afectadas por la crisis económica, así como a las queridas poblaciones del terremoto. En este primer encuentro con la ciudad, he querido sobretodo hablar al corazón de los fieles ambrosianos, exhortándolos a vivir la fe en su propia experiencia privada y pública, a fin de favorecer un auténtico “bienestar”, a partir de la familia, que se le redescubre como principal patrimonio de la humanidad. Desde lo alto del Duomo (Catedral de Milán ndr), la estatua de la Virgen con los brazos abiertos parecía acoger con ternura maternal a todas las familias de Milán y del mundo entero.

Milán me ha reservado también un singular y noble saludo en uno de los lugares más sugestivos y significativos de la ciudad, como es el Teatro alla Scala, donde se escribieron páginas importantes en la historia del país, bajo el impulso de grandes valores espirituales e ideales. En este templo de la música, las notas de la Novena Sinfonía de Ludwig van Beethoven han dado voz a esa instancia de universalidad y de fraternidad, que la Iglesia continúa presentando incansablemente, con el anuncio del Evangelio. Y justamente, fue un contraste entre este ideal y los dramas de la historia, y la exigencia de un Dios cercano que comparta nuestros sufrimientos, con que hice referencia al final del concierto, dedicándolo a tantos hermanos y hermanas probados por el terremoto. Hice hincapié de que en Jesús de Nazaret, Dios se vuelve cercano y carga con nosotros nuestro sufrimiento. Al final de ese intenso momento artístico y espiritual, he querido referirme a la familia del tercer milenio, recordando que es en familia donde se experimenta por primera vez cómo la persona humana no ha sido creada para vivir encerrada en sí misma, sino en relación con los demás; y es en la familia que se empieza a encender en el corazón la luz de la paz para iluminar nuestro mundo.

Al día siguiente en el Duomo, rebosante de sacerdotes, religiosos, religiosas y seminaristas, en presencia de numerosos cardenales y obispos que llegaron a Milán de diversos países del mundo, he celebrado la Hora Tercia según la liturgia ambrosiana. Allí he querido subrayar el valor del celibato y de la virginidad consagrada, tan querida por el gran san Ambrosio. El celibato y la virginidad en la Iglesia son un signo luminoso del amor a Dios y a los hermanos, que parte de una relación cada vez más íntima con Cristo, que se expresa en la oración y en el don total de sí mismo.

Un momento lleno de gran emoción fue luego la cita en el estadio "Meazza", donde experimenté el abrazo de una multitud gozosa de adolescentes que este año han recibido o están a punto de recibir el sacramento de la Confirmación. La cuidadosa preparación del evento, con textos significativos y oraciones, así como coreografías, hicieron aún más estimulante el encuentro. A los muchachos ambrosianos les dirigí un llamado a dar un “sí” libre y consciente al Evangelio de Jesús, acogiendo el don del Espíritu Santo, que les permita como cristianos vivir el Evangelio y a ser miembros activos de la comunidad. Los animé a comprometerse, en particular en el estudio y en el servicio generoso al prójimo.

El encuentro con los representantes de las autoridades institucionales, de los empresarios y de los trabajadores, del mundo de la cultura y de la educación de la sociedad milanese y lombarda, me permitió relevar la importancia de que la legislación y las obras de las instituciones del Estado estén al servicio y protejan a la persona en todos sus aspectos, empezando por el derecho a la vida, de la cual no se puede jamás consentir su eliminación deliberada, así como el reconocimiento de la identidad misma de la familia fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer.

Después de esta última cita dedicada a la realidad diocesana y ciudadana, me dirigí la extensa área del Parque Norte, en el territorio de Bresso, donde he participado de la estimulante Fiesta de los Testimonios, que llevaba el título "Un mundo, familia, amor". Aquí he tenido el placer de encontrar a millones de personas, un arco iris de familias italianas y de todo el mundo, ya reunidos desde la primera tarde en un ambiente festivo y de genuina calidez familiar. Respondiendo a las preguntas de algunas familias, surgidas de sus vidas y de sus experiencias, he querido dar una señal del diálogo abierto que existe entre las familias y la Iglesia, entre el mundo y la Iglesia. Me quedé muy impresionado por los testimonios conmovedores de los cónyuges y de los hijos de diferentes continentes, sobre cuestiones candentes de nuestro tiempo: la crisis económica, la dificultad de conciliar los tiempos de trabajo con los de la familia, la proliferación de las separaciones y divorcios, así como las preguntas existenciales que afectan a adultos, niños y jóvenes. Aquí quisiera recordar lo que dije en defensa del tiempo para la familia, amenazada por una especie de "acoso" de los compromisos de trabajo: el domingo es el día del Señor y del hombre, un día en que todo el mundo debería estar libre, libre para la familia y libre para Dios. ¡Defendiendo el domingo, defendemos la libertad del hombre!

La Santa Misa del domingo 3 de junio, conclusiva del VII Encuentro Mundial de las Familias, ha contado con la participación de una gran asamblea de oración, que llenó toda el área del aeropuerto de Bresso, convertida casi en una gran catedral al aire, gracias también a las reproducción de los magníficos vitrales policromados del Duomo, que destacaban en el escenario. Ante esa gran cantidad de fieles, provenientes de diversas naciones y profundamente participativos en una liturgia muy bien cuidada, he lanzado un llamado a construir comunidades eclesiales que sean cada vez más familia, capaces de reflejar la belleza de la Santísima Trinidad y de evangelizar no solo con la palabra, sino por irradiación, con la fuerza de un amor vivido, porque el amor es la única fuerza que puede transformar el mundo.

También hice hincapié en la importancia de la "tríada" familia, trabajo y fiesta. Son tres dones de Dios, tres dimensiones de nuestra vida que deben encontrar un equilibrio armónico para construir sociedades con rostro humano.

Siento una profunda gratitud por estos maravillosos días en Milán. Gracias al cardenal Ennio Antonelli y al Consejo Pontificio para la Familia, a todas las autoridades, por su presencia y la colaboración con el evento; gracias también al Presidente del Consejo de Ministros de la República Italiana por su participación en la Santa Misa del domingo. Y renuevo un "gracias" cordial a las diferentes instituciones que han colaborado generosamente con la Santa Sede y con la Arquidiócesis de Milán para la organización del Encuentro, que ha tenido un gran éxito pastoral y eclesial, como se ha informado ampliamente en todo el mundo. Este, de hecho, ha convocado a Milán más de un millón de personas, que durante varios días han invadido pacíficamente las calles, testimoniando la belleza de la familia, esperanza para la humanidad.

El Encuentro Mundial de Milán fue una elocuente «epifanía» de la familia, que se mostró en sus diversas expresiones, así como también en la singularidad de su identidad sustancial: la de una comunión de amor, fundada sobre el matrimonio y llamada a ser un santuario de la vida, pequeña Iglesia, célula de la sociedad. Desde Milán se ha lanzado al mundo un mensaje de esperanza, fundamentada por las experiencias vividas: de que es posible y gozoso, aunque difícil, experimentar el amor fiel, "para siempre", abierto a la vida; que es posible participar como familia a la misión de la Iglesia y a la construcción de la sociedad. Que con la ayuda de Dios y la especial protección de María Santísima, Reina de la Familia, la experiencia vivida en Milán sea portadora de frutos abundantes para el camino de la Iglesia, y el auspicio de una mayor atención a la causa de la familia, que es la causa misma del hombre y de la civilización. Gracias.

Traducido del original italiano por José Antonio Varela V.

©Librería Editorial Vaticana


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Viernes, 22 de junio de 2012

Reflexión a las lecturas de la fiesta de la Natividad de San Juan Bautista, ofrecida por el sacerdote Don Juan Manuel Pérez Piñero bajo el epígrafe "ECOS DEL DÍA DEL SEÑOR".

Natividad de San Juan Bautista 

Un nacimiento es siempre motivo de alegría. Pero hay circunstancias que lo hacen, especialmente, alegre… Normalmente, no se celebra el nacimiento de los santos, sino el día de su muerte que es su “díes natalis”, su nacimiento para el Cielo…  Lo comprendemos bien si analizamos las circunstancias que rodearon este acontecimiento. Nos extraña tal vez la insistencia en ponerle el nombre de Juan. Pero los nombres en Israel tienen mucha importancia. Incluso, a veces, señalan la misión de la misma persona. Así, el nombre de Juan significa “Dios es misericordioso” o también “Dios hace gracia o favor”. De esta forma, Juan significa don de Dios, favor de Dios, misericordia de Dios.

         Y con la venida de Juan Dios hace misericordia, gracia y favor:

+ A aquella familia, en la que Zacarías e Isabel no podían tener hijos.
+ Al pueblo de Israel, que esperaba ardientemente el Mesías
+ A la humanidad entera, necesitada de un Salvador.

Como todo ser humano, Juan nace con una vocación. Y la vocación del Bautista consiste en:

+ Preparar los caminos del Señor, un pueblo bien dispuesto para su Venida.
+ Señalarle presente entre los hombres.

¡Y qué bien cumplió Juan el Bautista su misión! ¿Comprendemos mejor ahora la necesidad de llamarle Juan? Y en S. Juan descubre la Iglesia entera, cada cristiano, su propia vocación y misión:

+ Señalar a Cristo presente entre los hombres.
+ Preparar caminos para que todos podamos reconocerle como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, como el Mesías, el que tenía que venir, sin que tengamos la tentación de esperar o de buscar a otro.

De modo que todos podamos gozarnos en la salvación de Dios que comenzada en la tierra, no termina jamás… No en vano, en la oración colecta, le pedimos al Señor que conceda a su familia el don de la alegría espiritual y dirija los pasos de sus hijos por el camino de la salvación y de la paz. Por lo demás, la Fiesta del Nacimiento de Juan está rodeada de ritos, tradiciones, costumbres ancestrales, algunas de origen pagano, y se celebra como una fiesta en torno a la luz. No en vano nos encontramos en el solsticio de verano cuando los días crecen y las noches son más cortas.

Esta gran solemnidad es anuncio y profecía de la Navidad, que se celebra en el solsticio del invierno, en que celebramos el Nacimiento del Señor como Sol que brilla en lo alto y que se encarnó por obra del Espíritu Santo para trasladarnos del reino de las tinieblas del pecado a la luz de la gracia.

La liturgia nos presenta tres hechos muy relacionados y sincronizados: La Encarnación del Señor (25 de Marzo), nueve meses antes de la Navidad, el Nacimiento de Juan el Bautista (seis meses antes del nacimiento del Señor, como había dicho el ángel a la Virgen María (24 de Junio) y el mismo Nacimiento del Señor (25 de Diciembre) Y si se quiere se puede aludir también al nacimiento de la Virgen María (8 de Septiembre) que, en palabras de Juan Pablo II, es como la luz de la aurora que anticipa y anuncia la luz del sol.

Cómo recordamos aquí las exhortaciones de S. Pablo a ser y a vivir como hijos de la luz, e hijos del Día, “porque no lo sois de la noche ni de las tinieblas” (1Tes 5,5).


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Reflexión de José Antonio Pagola al evangelio del domingo undécimo del Tiempo Ordinario - B.

POR QUÉ TANTO MIEDO 

         La barca en la que van Jesús y sus discípulos se ve atrapada por una de aquellas tormentas imprevistas y furiosas que se levantan en el lago de Galilea al atardecer de algunos días de verano. Marcos describe el episodio para despertar la fe de las comunidades cristianas que viven momentos difíciles.

         El relato no es una historia tranquilizante para consolarnos a los cristianos de hoy con la promesa de una protección divina que permita a la Iglesia pasear tranquila a través de la historia. Es la llamada decisiva de Jesús para hacer con él la travesía en tiempos difíciles: "¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe?".

         Marcos prepara la escena desde el principio. Nos dice que "era al atardecer". Pronto caerán las tinieblas de la noche sobre el lago. Es Jesús quien toma la iniciativa de aquella extraña travesía: "Vamos a la otra orilla". La expresión no es nada inocente. Les invita a pasar juntos, en la misma barca, hacia otro mundo, más allá de lo conocido: la región pagana de la Decápolis.

         De pronto se levanta un fuerte huracán y las olas rompen contra la frágil embarcación inundándola de agua. La escena es patética: en la parte delantera, los discípulos luchando impotentes contra la tempestad; a popa, en un lugar algo más elevado, Jesús durmiendo tranquilamente sobre un cojín.

         Aterrorizados, los discípulos despiertan a Jesús. No captan la confianza de Jesús en el Padre. Lo único que ven en él es una increíble falta de interés por ellos. Se les ve llenos de miedo y nerviosismo: "Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?".

         Jesús no se justifica. Se pone de pie y pronuncia una especie de exorcismo: el viento cesa de rugir y se hace una gran calma. Jesús aprovecha esa paz y silencio grandes para hacerles dos preguntas que hoy llegan hasta nosotros: "¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe?".   

         ¿Qué nos está sucediendo a los cristianos? ¿Por qué son tantos nuestros miedos para afrontar estos tiempos cruciales, y tan poca nuestra confianza en Jesús? ¿No es el miedo a hundirnos el que nos está bloqueando? ¿No es la búsqueda ciega de seguridad la que nos impide hacer una lectura lúcida, responsable y confiada de estos tiempos? ¿Por qué nos resistimos a ver que Dios está conduciendo a la Iglesia hacia un futuro más fiel a Jesús y su Evangelio? ¿Por qué buscamos seguridad en lo conocido y establecido en el pasado, y no escuchamos la llamada de Jesús a "pasar a la otra orilla" para sembrar humildemente su Buena Noticia en un mundo indiferente a Dios, pero tan necesitado de esperanza.

José Antonio Pagola 

Red evangelizadora BUENAS NOTICIAS
24 de junio de 2012
12 Tiempo ordinario (B)
Marcos 4, 35-41


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NATIVIDAD DE S. JUAN BAUTISTA

 

PRIMERA LECTURA

         En la primera Lectura escuchamos al profeta Isaías narrar su propia vocación. De este modo podemos comprender mejor la elección y misión de Juan el Bautista y también nuestra propia vocación. 

SALMO

         En el salmo cantamos al Señor que conoce lo íntimo del corazón del hombre. 

SEGUNDA LECTURA

         S. Pablo nos presenta a S. Juan Bautista dentro del proyecto de salvación de Dios a favor de todos los hombres. 

TERCERA LECTURA

         El Evangelio nos presenta el nacimiento de S. Juan Bautista con especial relación a la imposición de su nombre.

         (Pero antes de escuchar el Evangelio, cantemos de pie el aleluya). 

COMUNIÓN

         En la Comunión el sacerdote nos presenta a Jesucristo con las palabras de Juan el Bautista: “Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”. Ojalá que este encuentro con el Señor nos sirva de ayuda, estímulo y aliento para seguir realizando la misión del Bautista: Preparar caminos al Señor, prepararle un pueblo bien dispuesto para su Venida gloriosa.


Publicado por verdenaranja @ 22:34  | Liturgia
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Jueves, 21 de junio de 2012

ZENIT nos ofrece un artículo de José Antonio Benito, historiador eclesiástico, en el que explica el origen histórico de la devoción eucarística y de la festividad de Corpus Christi.

Renovación eucarística en los concilios de Trento y de Lima
Evolución y continuidad de la Iglesia ayer y hoy

Por José Antonio Benito*

Fue en la sesión XIII del Concilio de Trento cuando se aprobó el decreto sobre "El Santísimo Sacramento de la Eucaristía". En el primer capítulo se expone en qué consiste la presencia real "después de la consagración del pan y del vino se contiene en el saludable sacramento de la Santa Eucaristía, verdadera, real y sustancialmente nuestro Señor Jesucristo, verdadero Dios y hombre, bajo las especies de aquellas cosas sensibles". Más adelante, se afirma que: "por la consagración del pan y del vino se convierte toda la sustancia del pan en la sustancia del cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo, y toda la sustancia del vino en la sustancia de su sangre, cuya conversión ha llamado oportuna y propiamente transustanciación la santa Iglesia Católica" (cap. IV). Por tanto, no debe quedar motivo de duda "en que todos los fieles cristianos hayan de venerar a este Santísimo Sacramento, y prestarle --según la costumbre siempre recibida enla Iglesiacatólica- el culto de latría que se debe al mismo Dios" (cap.V).

Respecto de la fiesta del Corpus Christi reconoce que "la costumbre de celebrar con singular veneración y solemnidad todos los años, en cierto día señalado y festivo, este sublime y venerable sacramento, la de ser conducido en procesiones honorífica y reverentemente por las calles y lugares públicos, se introdujo en la Iglesia de Dios con mucha piedad y religión" (cap.V). Amonesta y anima, por último, "con paternal amor, exhorta, ruega y suplica por las entrañas de misericordia de Dios nuestro Señor a todos y a cada uno de cuantos se hallan alistados bajo el nombre de cristianos que lleguen finalmente a convenirse y conformarse en esta señal de unidad, en este vínculo de caridad, y en este símbolo de concordia; y acordándose de tan suprema majestad y del amor tan sobresaliente de Jesucristo Nuestro Señor, que dio su amada vida en precio de nuestra salvación y su carne para que nos sirviese de alimento, crean y veneren estos sagrados misterios de su Cuerpo y de su Sangre, con fe tan constante y firme, con tal devoción de ánimo, y con tal piedad y reverencia, que puedan recibir con frecuencia aquel pan sobresustancial, de manera que sea verdaderamente vida de sus almas y salud perpetua de sus entendimientos..."

El canon 9° establece la obligación de comulgar todos los años "a lo menos en Pascua florida" todos los cristianos que hayan llegado al completo uso de la razón ('cum ad annos discretionis pervenerint'). Después de una interrupción de once años el Concilio de Trento volvió a reunirse y surgió de nuevo el tema de la Eucaristía, esta vez agitado en Europa por los reformadores, que exigían el llamado "cáliz de los laicos", es decir, la comunión de los simples fieles bajo las dos especies, la doctrina del Tridentino -aprobada en la sesión del 16 de julio de 1562- es la siguiente: "Los laicos y fieles que no celebran no están obligados por precepto alguno divino a recibir el sacramento de la Eucaristía bajo las dos especies", se cita el pasaje de Jn. 6, 52-59. Debe entenderse que 'también se recibe en cada una sola de las especies a Cristo todo entero, y un verdadero Sacramento, y que en consecuencia las personas que reciben una sola especie no quedan defraudadas, respecto del fruto, de ninguna gracia necesaria para con seguir la salvación' (cap.III, ses. XXI).

Primer Concilio de Lima

El primer arzobispo de Lima, Jerónimo Loaysa --que lo restringió en casos singulares en el Primer Concilio Limense de 1551, a quienes diesen muestra de saber lo que iban a recibir--,en el siguiente concilio de 1567 lo autoriza y lo prescribe por Pascua. El capítulo 58 de la segunda parte, precisa "que los curas no dejen de dar el Santísimo Sacramento en los tiempos determinados porl a Iglesia a los indios que, habiéndolos examinado, hallaren tener noticia y deseo de la comunión.". Y, sobre el viático el n° 59 añade: "que no se niegue el viático a los indios que están para morir teniendo la disposición que se requiere, y para recibir el Sacramento podrán llevarlos a la Iglesia, o, si esto no pudiere ser sin mucho detrimento, aderéceseles su posada y lléveseles el sacramento con la decencia que ser pueda.

Sin embargo, este decreto -como todos los del Segundo Concilio- no se aplicó, quedando los indios sin recibir el sacramento. Una Real Cédula de 1578, firmada por Felipe II, lo exige: Rogamos y encargamos a los arzobispos y obispos de nuestras Indias que provean en sus diócesis lo conveniente para que se administre a los indios que tuvieren capacidad el Santísimo Sacramento de la Eucaristía[1] Los Jesuitas introducían la práctica de administrarlo tanto en Lima como en las doctrinas y misiones[2]. Entre el Segundo y Tercer Concilio Limense llega a Perú el padre José de Acosta, eminente humanista y teólogo de primero, consultor de Santo Toribio, quien recorre la arquidiócesis, convirtiéndose en uno de los mejores conocedores del mundo indígena, tal como revela en su obra 'De procuranda indorum salute', escrita hacia 1576, publicada en Europa en latín en 1588 y en castellano por primera vez en 1952.

Conocer su doctrina es conocer la doctrina teórica y práctica de los jesuitas en el Perú. El padre Acosta afirma con convicción: "mucho es, sin duda, y más de lo que puede decirse, lo que da al hombre el bautismo; mucho lo que le dan otros sacramentos; pero sin este sacramento, que es mayor que todos, son imperfectos los demás; dan el principio o promueven la vida cristiana, mas no la pueden llevar a la perfección. …¿Por qué, pues, nosotros tan estólidamente nos quejamos o maravillamos de que la nación de los indios no haya echado todavía raíces firmes en la fe y religión cristiana? Les hemos quitado el sustento del pan, como dice el profeta (Ezequiel 4,16) ¿y nos admiramos de su debilidad?  La misma experiencia lo ha mostrado copiosamente. Porque cuantos de la nación de los indios han recibido la comunión de manos de la Compañía (los cuales, contradiciéndolos todos los otros, se han atrevido a dársela), hasta se aventajan tanto a los demás en la pureza de vida, en la forma de ánimo, en el sentimiento de la fe, en una palabra, en todas las acciones de su vida, que con razón se admiran los mismos sacerdotes y confiesan ingenuamente que son mayores y más insignes los frutos de este pan celestial que resplandecen en los neófitos que en los demás cristianos.

Y no sin razón, porque nos vencen en fe y devoción, lo cual nosotros mismos lo hemos sobradamente comprobado. Es casi proverbio común --sigue diciendo Acosta- entre los indios que el que una vez ha recibidol a Eucaristía no debe ya cometer en adelante ningún pecado, y si acaso por la humana fragilidad han cometido alguno, hemos visto venir el indio a la penitencia con tanto dolor y tanta indignación de sí mismo, que era para admirar tan grande ardor de la fe, porque no la hemos hallado tan grande en Israel" (Proc.VI,9).

Frente a la actitud de algunos sacerdotes y misioneros que se negaban a administrar la Eucaristía por su inmadurez o ignorancia, escribirá:  "No es tanta la cortedad de los indios para recibirla Eucaristía cuanto la desidia de los párrocos para administrársela. Hemos, pues, de preparar el pensamiento y la fe de los indios, y así, probados y preparados, darles el pan divino. Mas porque nos da pereza prepararles, lo que hacemos muchos, nos resulta más expedito acusarles de que son indignos." (Proc.VI,10).

Santo Toribio no esperó al Tercer Concilio y lo administró en la visita pastoral por Nasca y Huánuco, disponiendo en el Sínodo de Lima de 1582, que "en adelante, a los indios capaces de ellos, se les administre el Sacramento de la Eucaristía". De este modo el Tercer Concilio Limense, a pesar de sus cautelas, como el permiso escrito de su cura, decreta que se les administre (Acc.2ª, cap. 20) En la segunda acción conciliar, cap. 20, se manda que: "a los que su cura hallare instruidos y asaz enmendados en sus costumbres no deje de darles el sacramento, a lo menos por Pascua de Resurrección".

Para interpretar esta expresión "a lo menos", conviene recordar que el propio Concilio (en la 4° acción, cap.9) señala los días de fiesta que los indios han de guardar. Son éstos: "todos los domingos del año" más "la Natividad del Señor, el primer día de la Pascua de Resurrección, el primer día de Pascua de Espíritu Santo; item la Circuncisión, el día de los Reyes, la Ascensión y Corpus Christi; también, de las fiestas de Nuestra Señora,la Natividad,la Anunciación,la Purificación,la Asumpción. Finalmentela fiesta de los apóstoles San Pedro y San Pablo". En total doce días de fiesta fuera de los domingos. Vuelve el Concilio a urgir la obligación de los párrocos de administrar el santo viático a los indios y morenos que se hallen en necesidad. Obligación que, lamentablemente, muchas veces no se cumple -como ya lo notaba el padre Acosta "por la negligencia y descuido de muchos curas y también por un celo demasiado e impertinente de algunos" (28 acción, cap.19).

Cuando algunos misioneros y encomenderos ponían trabas para dar la comunión a los indios alegando incapacidad, el Arzobispo de Lima les dirá resueltamente: "Pues hacedles vosotros capaces, instruyéndolos"[3]

El tercer sínodo tuvo lugar en Santo Domingo de Yungay (Ancash), concluyó el 17 julio de 1585, redactándose en 93 puntos, como el deber de hacer padrones, la petición de limosna para repartir entre los indios pobres, el predicar la doctrina cristiana en su lengua -especialmente a los niños menores de 12 años-, la prohibición de exigir dinero a los indios por los sacramentos así como el "servinacuy" o matrimonio a prueba y el nombramiento de fiscales. Los sacerdotes debían administrar a los indios el sacramento dela Eucaristíadespués de haberlos instruido. El Sínodo amenaza a sus curas con la privación de la parroquia si no se cumple con presteza lo dispuesto en el Concilio sobre la comunión y sobre la instrucción especial que debe dárseles sobre los misterios eucarísticos y de del viático.

Tal celo dará sus frutos. Así, en la carta que escribe Mogrovejo a Felipe II, desde Andages, 13 de marzo de 1589, dirá que los sacerdotes diocesanos"Son muy observantes de administrar los santos sacramentos, así el dela Eucaristíapor Pascua de Resurrección, como el viático a los indios, según y como les está ordenado por constituciones de este Arzobispado y de la comunión mensual se pasó --como recuerda el biógrafo Rodríguez Valencia--, a la comunión frecuente. Le ayudaron en este empeño los padres dela Compañíaen el Cercado, que, al igual que los de la meseta del Collao, obtenían conmovedoras transformaciones gracias ala Eucaristía. Unode estos misioneros confiesa que el encontrar algún indígena incapaz de recibir la comunión 'es cosa extraordinaria', supuesta la diligencia que se pone para instituirlos". Yen el Sínodo de 1592, se urge a los amos con indios y negros de servicio, que se ocupen de su comunión por Pascua.

[1] Recopilación de las Leyes de Indias, ley 19, tít. I, lib.I.

[2] P. Armando Nieto  “El culto eucarístico en la evangelización del Perú” pp.145-154 VIII Congreso Eucarístico Nacional 2000 Lima 2001.

[3] Antonio León Pinelo, Vida 1906, p.139.

*Historiador eclesiástico. Director del Centro de Estudios Toribianos dela Facultadde Teología Pontificia y Civil de Lima. El presente artículo fue publicado por el autor en: “La devoción eucarística en los santos peruanos” Congreso Eucarístico del Norte del Perú. Arzobispado Metropolitano de Trujillo, Trujillo 2006, pp. 30-44.


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El DEPARTAMENTO DE COMUNICACIÓN del obispado de Tenerife nos participa de las noticias generadas durante la última semana en la diócesis.

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e-mail: [email protected]

Boletín 487 

LAS NOTICIAS AMPLIADAS PUEDEN VERLAS ENTRANDO EN NUESTRO BLOG. Textos, sonidos, e imágenes los tienen en: http://www.comunicacionobispadodetenerife.blogspot.com/

El próximo 1 de julio, en la parroquia de Nuestra Señora de la Concepción, en La Laguna, será ordenado diácono, Jonny Pereira Socas. La imposición de manos será conferida por Roberto Lückert León, arzobispo de Santa Ana de Coro-Venezuela. 

Asimismo, el próximo día 7 de julio, a las 10:30 horas, en la Santa Iglesia Catedral, tres nuevos sacerdotes serán ordenados por el Obispo para el servicio ministerial de la Diócesis Nivariense. Antonio Delgado, Airán Expósito y Julián Azcárate, entrarán a formar parte del Presbiterio Diocesano. Concluye su período de formación y se inicia su ministerio sacerdotal. 

El próximo Cursillo de Discernimiento Vocacional se desarrollará en el Seminario entre el 1 y el 7 de julio de 2012. A este curso están invitados todos aquellos chicos que teniendo aprobado 5º de Primaria o habiendo cursado ya algún curso de la E.S.O, han manifestado explícitamente, su deseo de ser sacerdote y formar parte del Seminario, o al menos no descartar en su vida la posibilidad de ser sacerdotes; situación que, previamente, ya han debido contrastar con su familia y su párroco para poder contar con su aprobación positiva. 

El próximo sábado 23 de junio, a partir de las 11:00 horas, se reunirá el claustro de profesores del Instituto Superior de Teología de las Islas Canarias. Una convocatoria destinada a los profesores agregados a ambas sedes, la de Tenerife y Las Palmas. El claustro estará presidido por el Obispo Francisco Cases, presidente del ISTIC y por Mons. Bernardo Álvarez, vicepresidente del referido centro de estudios. En el orden del día se tiene previsto abordar cuestiones como: La marcha del reciente curso que finaliza, la aprobación del próximo calendario escolar, la nueva situación del Instituto Juan Pablo II, etc.

El Consejo Presbiteral ha dedicado su última sesión del curso al año de la fe. Para desarrollar el trabajo se ha estudiado en cada arciprestazgo la realidad de la fe para hacer propuestas de acuerdo con los objetivos marcados por el Papa y los propios del PDP. 

Tanto el Consejo Diocesano de Pastoral como el Presbiteral han dado un amplio apoyo a la celebración, el próximo 12 de octubre, en Garachico, de un encuentro diocesano con el que se abrirá el Año de la Fe. La clausura del mismo se realizará en la Catedral de La Laguna. 

Además, con ocasión de este Año de la Fe, la Marcha Diocesana de Oración por la Paz se realizará entre Chimisay, Chinguaro y Candelaria. 

En la tarde del 19 de junio, en el barrio de Macayo, en Vallehermoso, tuvo lugar la clausura del curso de Catequesis de Adultos de la parroquia de San Juan Bautista. De esta manera se clausuró el primer año de catequesis de adultos que esta parroquia ha ofrecido en tres grupos distintos, con dos catequistas trabajando en esta labor. 

Las parroquias de Las Nieves, Nuestra Señora de Gracia y el Perpetuo Socorro, en Finca España también celebraron recientemente la clausura del curso de Catequesis de Adultos. 

El Instituto Superior de Teología vuelve a ofrecer este mes de julio su Escuela de Verano, en su octava edición. En esta ocasión, los alumnos asistentes se adentrarán en temas tan novedosos como “el coaching y las redes sociales”. El ISTIC ofrecerá varios cursos a partir del día 1 del próximo mes y concluirán en torno al día 12, cursos que otorgarán “la certificación correspondiente de su realización y un crédito propio del ISTIC, correspondiente a 10 horas lectivas”, señalan los organizadores. 

Del 13 al 19 de agosto, el movimiento juvenil “Hombres Nuevos” desarrollará su acampada de verano. Será en El Lagar, en La Guancha. Los miembros de este movimiento han animado a todos los que quieran, especialmente a las familias, a compartir la celebración de la Eucaristía de clausura el 19 de agosto. 

Los miembros de la Delegación de Pastoral Juvenil (DPJ) de Tenerife se han reunido para aterrizar las fechas del próximo curso 2012-13; hacer balance de lo que se dijo en la reunión con las coordinadoras del 2 de junio; tratar el tema del encuentro diocesano del próximo curso pastoral y abordar la cuestión del Congreso Nacional de PJ. 

El arciprestazgo de El Hierro organizó una fiesta de final de curso, con la presencia de todos los agentes de pastoral y miembros de las comunidades parroquiales de la Isla en el parque recreativo de "El Morcillo". En el acto estuvieron presentes los sacerdotes de la isla del meridiano acompañados por el jesuita Elías López, el cual compartió con los asistentes su experiencia personal y explicó en qué consiste el Servicio Jesuita a Refugiados, presente en 55 países. Asimismo, López presidió la Eucaristía.  

Las Dominicas Misioneras de la Sagrada Familia, tienen una misión en Yaoundé (Camerún), en el barrio de Abobó. Esta misión se mantiene gracias a la colaboración de muchas personas que participan con una beca anual, mensual… o simplemente con algún donativo. El festival solidario para esta misión tendrá lugar el día 22 de junio, a las 18:00 horas, en el teatro del Colegio Dominicas de Vistabella. Las entradas se venden en la portería del Colegio. También hay “fila cero" para aquellas personas que quieren colaborar, pero que por diferentes causas no pueden asistir. El precio de la entrada es de 2 euros. 

La parroquia de Nuestra Señora del Carmen en Los Cristianos ha organizado una original actividad juvenil para los días 30 de junio y 1 de julio. Se trata de una competición de skate con actividades paralelas tales como concurso de graffitis, proyección de películas y vídeos relacionados con el skate y el surf. Además habrá música en vivo de bandas de rock juveniles, una de las cuales ensaya en un lugar del centro parroquial. 

El curso Alpha extendido por todo el mundo, es una experiencia pensada para cuantos se preguntan sobre el sentido de sus vidas y sobre su fe. La delegación para la nueva evangelización y la vicaría general, ha invitado a conocer su funcionamiento los próximos días 29 y 30 de junio en el Seminario Diocesano. Estará dirigido por los responsables nacionales de Alpha España. Para formalizar inscripción llame al 619035290 ó [email protected] antes del 24 de junio.

 Este año se cumplen treinta décadas desde que los hermanos de La Salle inauguraran su colegio en La Verdellada. Fue el 23 de mayo de 1982 cuando el obispo D. Luis Franco Cascón bendijo estas instalaciones. 


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Mi?rcoles, 20 de junio de 2012

Desde el 8 de mayo la Virgen de Luján ya tiene su himno.   Buenos Aires, 6 Jun. 12 (AICA

Virgen de Luján

La Patrona de la Argentina no tenía su himno, como lo tienen las más célebres advocaciones del país. Esa deuda filial para con Ella quedó cumplida en el reciente día de su fiesta, el 8 de mayo, cuando se celebró con particular solemnidad el 125º aniversario de su Coronación Pontificia y el nuncio apostólico, monseñor Emil Paul Tscherrig, renovó la consagración de la Argentina que le ofreció el beato Juan Pablo II en 1987 en su segunda visita a nuestro país coincidiendo con el Centenario de aquella coronación.

     Se trata de una alabanza que en sus estrofas va recordando sus glorias, especialmente su Inmaculada Concepción, y su protección maternal sobre nuestro pueblo, y que culmina con una súplica fervorosa.

          Este año, por decisión del rector y párroco, el himno fue cantado por primera vez ante la sagrada imagen de la Patrona argentina en su basílica de Luján, como culminación de los tradicionales “piropos” que le ofrece la ciudad de Luján, capital de la Fe de la Patria, en cada vigilia, cuando los fieles, junto con el rector y los sacerdotes que lo secundan, esperan el día 8 de mayo. Fue así que este año, en el primer minuto del día de su fiesta, la Virgen recibió su himno cantado por los lujanenses en nombre de todos los argentinos.

     Su letra y partitura serán publicadas en el sitio oficial del Santuario, a fin de que todo el pueblo de la Virgen de Luján se pueda unir en esa súplica desde cualquier lugar del territorio patrio y aún desde otros lugares del mundo.

     Como se dijo, el autor de la letra del himno a la Virgen de Luján es Jorge Sernani Panópulos y el autor de la música es Javier Dameson.
  

Letra completa del himno. 

Madre de Luz
(Himno de Nuestra Señora de Luján)

Reluciente de sol, / con corona de estrellas
y la luna a tus pies / ¡eres Tú la más bella!

Desde la eternidad / Dios te tuvo a su lado
en un trono de nubes / Él te dio el principado. 

Estribillo
Argentina sé fiel / a tu Madre de luz,
como el Negro Manuel / ¡te lo manda Jesús!
Y con Ella amarás / a tu Blanco Pastor,
proclamando la Fe, / adorando al Señor.

Oh gran Madre de Dios / digna Reina del Cielo,
Madre nuestra también, / Señora del Consuelo.

Pura y Limpia llegaste / siempre Virgen bendita,
en tu pueblo arraigaste / aliviando sus cuitas.

Argentina sé fiel…

Esta Patria nació / de Ti, Madre querida:
En Luján la alumbraste / amparando su vida.

Con acentos de cielo / la acunaste clemente,
con la Cruz del Señor / has signado su frente.

Argentina sé fiel…

Tus colores le diste / por bandera de gloria
donde brilla aquel sol: / el Señor de la historia.

De tu amor la colmaste / y a la vera del río
derramaste tus gracias / como suave rocío.

Argentina sé fiel…

Hoy tu pueblo te eleva / un clamor nacional,
y confiado suplica / que lo libres del mal.

Corazón de María, / refugio de la paz
Argentina ya es tuya / consagrada en Luján.

Argentina sé fiel…
¡Argentina, sé fiel…!

    

El Himno tiene diez estrofas de alabanza que, a la vez hacen un relato de las Glorias de María.

     La primera estrofa la saluda como la Mujer del capítulo 12 del Apocalipsis, según siempre la vio la Iglesia, y sobre todo los pontífices de los últimos tiempos.

     La segunda estrofa está compuesta con palabras de la Sabiduría, que la Iglesia, en su Magisterio y en su Liturgia, pone en boca de María: “El Señor me creó como primicia de sus caminos, antes de sus obras, desde siempre. Yo fui formada desde la eternidad, desde el comienzo, antes de los orígenes de la tierra” (Prov 8, 22-23), “y mi trono estaba en una columna de nube” (Ecli 24,4).

     En la tercera estrofa se la proclama Madre de Dios y nuestra, Ella es nuestro Consuelo.

     La cuarta contempla a María como la Inmaculada Concepción  -su advocación de Luján-  usando nuevamente palabras de la Escritura: “Yo eché raíces en un Pueblo glorioso” (Ecli 24,12) aludiendo a su solicitud materna: “aliviando sus cuitas”.

     La quinta la señala como Madre y fundadora de la Patria en Luján.

     La sexta canta que “la acunó”, para recordar los cuidados de sus primeros tiempos, signándola con la Cruz de su Hijo. La Argentina fue y será desde siempre y para siempre cristiana.

     La séptima proclama que nos dio sus colores de Inmaculada “por bandera de gloria”, donde brilla el sol de la eucaristía, Jesucristo.

     La octava canta los favores  que concede desde su Santuario a orillas del río Luján.

     Por fin, en la última, se expresa el clamor nacional que su pueblo eleva unido, suplicando confiadamente la ayuda de su Madre Reina y Patrona, para que nos libre de los males presentes, con la expresión “que nos libres del mal”, que nos enseñó Jesús.

     El estribillo llama a la Argentina a imitar la fidelidad de consagración mariana del Negrito Manuel, en adhesión al Vicario de Cristo, proclamando la fe verdadera y adorando al Señor en los altares: los tres grandes amores de la Iglesia: la Eucaristía, la Inmaculada y el Papa.

     Y finaliza su súplica recordando que la Argentina fue consagrada al Corazón Inmaculado de María por tres veces en el altar de la Patria: Luján.+ 


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Martes, 19 de junio de 2012

Guión litúrgico de la Celebración de la Eucaristía al Corazón Sacerdotal de Cristo en la parroquia de San Pedro de Daute en Garachico, diócesis de Tenerife.

MONICION DE ENTRADA:

Hermanos y Hermanas:

Bienvenidos todos, a este rincón de la comarca de Daute, llamado San Pedro, donde se junta el mar y la montaña, la historia y la paz, la búsqueda y el encuentro.

Hoy venimos a amar, a celebrarla Eucaristíaporque hay un AMOR con mayúsculas que nos atrae, nos enamora, nos salva y nos seduce: El amor de un Corazón que nos ha amado hasta dar la vida por cada uno: el Amor de nuestro Dios, que tiene rostro, mirada, ternura y nombre: JESUCRISTO.'

La Iglesia,  nos invita a mirar en este mes de junio, a contemplar, adorar el Corazón de Cristo. Es mucho más que una devoción: Es celebrar al Amor de los amores.

Nuestro mundo tiene sed de Dios, del amor más grande y verdadero y lo encontramos en el Corazón de Jesús, fuente de la vida eterna.

El Beato Juan Pablo II instituyó en la solemnidad del Corazón de Jesúsla JORNADA MUNDIALDE ORACION PORLA SANTIFICACION DELOS SACERDOTES, nos unimos a esta importante intención eclesial, para que el Señor nos conceda "Pastores y consagrados según su Corazón".

Con la alegría de que nos preside nuestro Obispo Don Bernardo, seremos a la vez testigos de la consagración de algunos miembros dela Fraternidadde Servidores al Corazón Sacerdotal de Jesús.

Puestos en pie, comencemos cantando al Corazón que nos ama  reúne. 

CANTO DE ENTRADA

Pueblo de reyes, asamblea santa, Pueblo sacerdotal, Pueblo de Dios,
iBendice a tu Señor!

Te cantamos, oh Hijo amado del Padre.

Te alabamos, eterna Palabra salida de Dios.

Te cantamos, oh Hijo dela Virgen María.

Te alabamos, oh Cristo, nuestro Hermano, nuestro Salvador.

Pueblo de reyes, asamblea santa, Pueblo sacerdotal, Pueblo de Dios,
i Bendice a tu Señor!

Te cantamos a ti, Esplendor de la gloria.

Te alabamos, Estrella radiante que anuncias el día.

Te cantamos, oh Luz que iluminas nuestras sombras.

Te alabamos, Antorcha de la nueva Jerusalén.

Pueblo de reyes, asamblea santa, Pueblo sacerdotal, Pueblo de Dios,
i Bendice a tu Señor!

Te cantamos, Mesías que anunciaron los profetas.
Te alabamos, oh Hijo de Abrahán e Hijo de David.
Te cantamos, Mesías esperado por los pobres.
Te alabamos, oh Cristo, nuestro Rey de humilde corazón.
Pueblo de reyes, asamblea santa, Pueblo sacerdotal, Pueblo de Dios,
¡Bendice a tu Señor!

CELEBRAMOS LA MISERICORDIA DELSEÑOR CON EL
ACTO PENITENCIAL-

CANTAMOS Y GLORIFICAMOS AL SEÑOR CON EL GLORIA

ORACIÓN COLECTA

Oh Dios, fuerza de los que en ti esperan, escucha nuestras súplicas; y pues el hombre es frágil y sin ti nada puede, concédele
la ayuda de tu gracia para guardar tus mandamientos y agradarte con nuestras acciones y deseos. Por Jesucristo Nuestro Señor 

RITUAL DE LA CONSAGRACION

EN LA FRATERNIDAD DESERVIDORES
DEL CORAZÓN SACERDOTAL DE JESUS

Llamada y escrutinio

Proclamado el Evangelio, y dicha la homilía, el Celebrante principal o sacerdote consiliario llama por su nombre a los hermanos/as que han de"hacerla Consagración:       '

N.

Cuando han escuchado su nombre se levantan y responden:

Aquí estoy, Señor; porque me has llamado

Acabada la llamada, el Celebrante principal invita a los hermanos/as que van a hacer la consagración con estas palabras:

Queridos hermanos: ¿Qué es lo que piden a Dios ya su santa Iglesia?

Las/los hermanas/los responden:

Amar a Jesucristo mi Señor con todo mi corazón, y servirle en esta Fraternidad del Corazón Sacerdotal de Jesús con mi vida y oración

El Celebrante principal pregunta:

Queridos hermanos,

Ya que en el bautismo han muerto al pecado y están consagrados al Señor, ¿quieren ahora consagrarse más íntimamente a Dios con la vivencia de los Consejos Evangélicos (castidad, pobreza y obediencia), y el voto de ofrecer tu vida por la santificación de los ministros ordenados y vocaciones de especial consagración en la Fraternidad de Servidores del Corazón Sacerdotal de Jesús?

Las hermanas/os responden:

Sí, quiero.

Entonces el celebrante principal dice:

Dios que te ha llamado es fiel y es quién lo realizará.

Dios que comenzó en ti la obra buena, Él mismo la lleve a término.

Letanías

Todos se ponen en pie. Los que van ha ser consagrados y emitir los votos se postran o arrodillan. El celebrante principal dice:

Oremos, hermanos, a Dios Padre Todopoderoso, por Jesucristo, su Hijo y Señor Nuestro. Y pidámosle que, por la intercesión
de Santa María Virgen, y de todos los santos, derrame abundantemente los dones del Espíritu Santo sobre estos hijos suyos, que van ha ser consagrados a Dios en su propósito manifestado libremente.

Un cantor entona las letanías, referidas especialmente a los santos que han vivido y propagado la espiritualidad del Sagrado Corazón de Jesús. La asamblea responde según convenga.

Cantor:

Seño, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad

Santa María Madre de Dios
San Miguel Arcángel
Santos Ángeles de Dios
San José 

Asamblea:

Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad

Ruega por nosotros
Ruega por nosotros
Rogad por nosotros.
Ruega por nosotros

San Juan Bautista
Santos Pedro y Pablo
San Juan Evangelista
Santos Apóstoles
Santa María Magdalena
Santos Esteban y Lorenzo
San AgustínSan Jerónimo
San Benito
Santos Domingo y Francisco
San Bernardo
Santa Catalina de Siena;
Santa Juana de Chantal
Santa Teresa de Ávila
San Juan de Ávila
Santa Margarita María de Alaq.
San Francisco de Sales
San Juan María Vianney
San Juan Eudes
San Claudio de la Colombier
Santa Gema Galgani
Santa Faustina Kowalska
San Pío de Pietrachina
Santo Hermano Pedro
Santa Teresita de Lisieux
Beato Bernardo de Hoyos
Beata María Encarnación Rosal
Beato León Deon
Beato Manuel González
Beata Madre Teresa de Calcuta
Beato Juan Pablo Segundo
Beato Carlos de Foucoul
Beato Padre Anchieta
Beatos Mártires de Tazacorte
Santos y Santas de Dios
De todo mal
De todo pecado
De la muerte eterna
Por tu Encarnación
 

Libranos Señor
Libranos Señor
Libranos Señor
Libranos Señor

Por tu Muerte y Resurrección
Por el envío de tu Espíritu Santo

Nosotros que somos pecadores,
Jesús, Hijo de Dios vivo,
Cristo, óyenos

Cristo, escúchanos 

Libranos Señor
Libranos Señor

te rogamos, óyenos
te rogamos, óyenos
Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos 

Terminada la letanía prosigue el celebrante principal:

Escucha, Señor, la oración de tu Iglesia y vuelve tu mirada sobre estos hijos tuyos que has llamado; ayúdales a caminar por la senda del Evangelio, a desear siempre lo que te es grato y a realizarlo con todo su corazón. Por Jesucristo Nuestro Señor.

Todos: Amén.

Consagración

Los candidatos pronuncian la consagración personal enla Fraternidadde Servidores del Corazón Sacerdotal de Jesús.

Señor mío Jesucristo, deseando firmemente unirme a tu Corazón Sacerdotal, Yo …  (N). por el Corazón Inmaculado de María me consagro a tu Corazón, y con la ofrenda de mi vida; con mis alegrías y tristezas, sufrimientos y gozos,
con mi pobreza, para que Tú seas mi única riqueza,  con mi castidad, para que Tú seas mi único centro,
con mí obediencia, para que Tú seas mi único Señor, para que, nos concedas sacerdotes y consagrados "según tu Corazón".

Quiero ser en la Iglesia, testigo de tu Misericordia.

Guárdame en lo más profundo
de tu Corazón manso y humilde, para que en todo y sobre todo haga tu voluntad. AMEN.

Terminada la consagración personal se ponen en pie. 

ENTREGA DE LOS SIGNOS DELA CONSAGRACION

Alianza       

Se acercan al Celebrante principal y le entregala Alianza diciendo:

Recibe este anillo, signo de tu consagración al Corazón Sacerdotal de Cristo. Vive en fidelidad esta Alianza de Amor con el Señor.

Responde el consagrado/a: Amén.

Cruz

Luego le entregala Cruz del a Fraternidad diciendo:

Recibe la Cruz de la Fraternidad de Servidores del Corazón sacerdotal de Jesús, que ella te recuerde que la vida entregada
y ofrecida a Dios es fecunda y lleves a 'tus hermanos al amor infinito del Corazón de Jesús.

Responde el consagrado/a: Amén.

El/La Director/al de la Fraternidadde Servidores del Corazón Sacerdotal de Jesús o en su defecto el Sacerdote consiliario dice:

Públicamente ratifico que forman parte de la Fraternidad de Servidores del Corazón Sacerdotal de Jesús.

Les da un abrazo y también el resto de hermanos y hermanas se dan el abrazo de acogida en la fraternidad. La asamblea, si es oportuno lo ratifica con un aplaudo y un canto

PROCLAMANOS NUESTRA FE RECITANDO EL CREDO

ORACION DE LOS FIELES:

Contemplando a "Aquel que es camino, verdad y vida" no acercamos humildes y necesitados y le presentamos nuestras
peticiones diciendo: 

CORAZON DE JESUCRISTO ESCUCHANOS

1.-Por el Papa Benedicto, los Obispos, especialmente por nuestro Obispo Don Bernardo, los presbíteros y diáconos, par
que el Señor les guarde en su Corazón de Buen Pastor y por medio de su vida y ministerio santifiquen al pueblo de Dios
OREMOS.

2.-Por los sacerdotes, que viven experiencias de enfermedad, soledad, crisis, dificultades: pastorales, calumnias... para que renueven el ellos la gracia de estar unidos al Corazón Sacerdotal de Jesús. OREMOS 

3. Por todos los que tienen el corazón endurecido por el pecado, el odio, la violencia, la indiferencia, el egoísmo ... para que el Señor con la gracia de su Espíritu les conceda un corazón de carne, de solidaridad y fe. OREMOS

4.-Por los que sufren la enfermedad, la pobreza, la injusticia, la soledad, para que encuentren en nosotros, la cercanía, la misericordia y la ternura que recibimos del Corazón de Jesús. OPREMOS.

5. Por  nosotros para que el Señor, médico del espíritu, nos haga un trasplante de corazón y nos conceda ser como él:
mansos y humildes de corazón. OREMOS

6.- Porque la mies es mucha y los obreros pocos, roguemos al Dueño de la mies, para que nunca nos falten vocaciones a la
vida consagrada, misionera, religiosa, contemplativa y matrimonial. OREMOS. 

7.-Por nuestro Seminario Diocesano "Corazón dela Diócesis" para que el Señor dela Llamadaguarde en fidelidad y alegría a nuestros seminaristas. OREMOS.

8.-Por todos nosotros, aquí reunidos, para que en este tiempo de nueva evangelización y enamorados del Amor más grande nos convirtamos en verdaderos discípulos y misioneros del Corazón de Cristo. OREMOS.

CANTO

1.-Quiero estar, Señor, en tu presencia, Quiero estar Señor, junto a tu mesa y llevarte hoy mis manos llenas y entregarte hoy todo mi amor.

TOMALO y ACEPTALO SEÑOR ES MI COSECHA PURA OFRENDA
TOMALO TRANSFORMALO SEÑOR EN PURA OFRENDA.

2.-Con el pan Señor llevo mi vida, con el Cáliz van mis heridas.
A tu Altar Señor llevo mi espiga, a tu Altar de amor, mi corazón.

3.-Quiero estar, Señor junto a tu mesa, y entregar mi vida entera.
Quiero estar, Señor, en tu presencia y entregar mi corazón.

OFRENDAS

Mientras se canta se ofrece en el orden que sigue:

1.- PAN Y VINO

2.- CORAZON FLORES y Lamparilla

3.- ESTATUTOS FSCSJ y Lamparilla

4.- COLECTA

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Tú nos has dado, Señor, por medio de estos dones que presentamos el alimento del cuerpo y el sacramento que tenue
nuestro espíritu, concédenos con bondad que siempre gocemos del auxilio de estos dones. Por Jesucristo Nuestro Señor .

CANTO DEL SANTO

LITURGIA EUCARISTICA

Continúa la Eucaristía. Si se puede, comulgan bajo las dos especies los nuevos/as hermanas/os de la FSCSJ.

CANTO DE COMUNION

Hay un corazón que mana, que palpita en el Sagrario; el Corazón solitario que se alimenta de amor.

Es un Corazón paciente, un Corazón amigo, el que habita en el olvido, el Corazón de tu Dios.
Es un Corazón que ama, un Corazón que perdona, que te conoce y que toma de tu vida lo peor.

Que comenzó esta tarea una tarde en el Calvario y que ahora en el Sagrario tan sólo quiere tu amor.
.Decidles a todos que vengan ala Fuente dela Vida hay una historia escondida dentro de este Corazón.
Decidles que hay esperanza que todo tiene sentido,  que Jesucristo está vivo, decidle que existe Dios.

Es el Corazón que llora en la Casade Betania,  el Corazón que acompaña a los dos de Emaus.

Es el Corazón que al Joven Rico amó con la mirada,  el que a Pedro perdonaba después de la negación.
El Corazón en lucha del Huerto de los Olivos que mando a sus enemigos, hizo creer al Ladrón.

Es el Corazón que salva por su fea quien se le acerca,  que mostró su herida abierta al Apóstol que dudó.

Decidles a todos que vengan a la Fuentede la Vida,  que hay una historia escondida dentro de este Corazón.
Decidles que hay esperaza que todo tiene sentido, que Jesucristo está vivo, decidles que existe Dios, que Jesucristo está vivo, decidles que existe Dios.

ORACION DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Que esta comunión en tus misterios, Señor, expresión de nuestra unión contigo, realice la unidad de tu Iglesia.

Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén

DESPEDIDA-BENDICION

Terminada la comunión, y después de la oración colecta se acercan las/os  hermanas/os consagrados y el celebrante de cara a ellas/os dice:

Que Dios, Padre todopoderoso, que ha hecho germinar en vuestros corazones el propósito de esta consagración y voto os proteja constantemente con su gracia para que viváis vuestra vida como ofrenda permanente.

Todos: Amén

Celebrante:

Que Jesucristo, el Buen Pastor, os haga testigos y transparencia de su Corazón Misericordioso, en medio del mundo.

Todos: Amén. 

Celebrante:

y que el amor del Espíritu Santo mantenga los vínculos con los que os ha unido al Corazón Sacerdotal de Cristo en este día.

Todos: Amén.

BENDICION

El Diácono despide a la asamblea diciendo:

Podéis ir en paz.

Todos responden:

Demos Gracias a Dios

CANTO A LA VIRGEN MARIA 

"Por eso me congratulo de poder, esta tarde, incorporar a la Fraternidadde hermanos y hermanas del Corazón Sacerdotal de Cristo, a este grupo de personas.
Hace dos años constituimos con un primer grupo de personas, esta asociación en la Diócesis ... me da mucha satisfacción poder incorporar hoy, pasados ya dos años a un nuevo grupo de personas, también hay un nuevo grupo que se está preparando, que están llevando un noviciado, porque consagrarse al Señor, ofrecerse al Señor, no se puede hacer a la ligera, una cosa de hacer y dejarlo, sino que expresa una voluntad de entrega al Plan de Dios, de conocimiento del don de Dios y a partir de ese conocimiento de libertad responsable, y no decir: esto me gusta y ahora me apunto aquí, sino que es la libertad de la respuesta responsable de responder a Dios en libertad, comola Virgen María, mujer libre, pero que su libertad se la entregó para que se cumpliera en ella el Plan de Dios.

Veíamos en la lectura del Evangelio de hoy, como Jesús sigue su predicación por los pueblos, como le seguían por el camino las gentes y le acompañaban un grupo de personas y es curioso como en ese grupo habían mujeres que le seguían desde Galilea y le ayudaban con sus bienes, imagínense lo que en aquella época suponía mujeres que dejaran sus casas, su familias, habían viudas, mujeres con responsabilidades familiares, pero que caminaban" con. Jesús, incluso estaban en el momento de la pasión, al pie de la cruz estaban su madre, María Magdalena, María la de Cleofás y de lejos estaban observando el grupo de mujeres que le habían seguido desde Galilea.

Por tanto que importante es ver que en el Evangelio aparece reflejado! ese grupo de personas que colabora con Cristo en su obra, en su trabajo apostólico; su corazón sacerdotal de servir amar y ayudar a los demás y de mostrar el amor de Dios a los
demás, de sus sentimientos de cariño y afecto. Jesús asocia, se deja acompañar, como anunciando, en definitiva, lo que luego ha ocurrido, que miles, millones de personas se han consagrado al Señor en distintos carismas y formas de ofrecimiento al Señor y se han puesto en sus manos para, en nombre de Cristo, perdonar, santificar, curar, enseñar aliviar, guiar, consolar..."

Mons. Bernardo Álvarez Afonso
Obispo de Tenerife enla Homilía de Consagración de miembros. FSCS en la Parroquia de Santa Ana- Villa y Puerto de Garachico. 13 de mayo de 2010


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Lunes, 18 de junio de 2012

ZENIT nos ofrece la homilía del santo padre en la ceremonia eucarística de clausura del VII Encuentro Mundial de las Familias, que se realizó en la ciudad ambrosiana desde el 30 de mayo, con el tema: “La familia, el trabajo y la fiesta”.

Venerados hermanos,
Queridos hermanos y hermanas:

Es un gran momento de alegría y comunión el que vivimos esta mañana, con la celebración del sacrificio eucarístico. Una gran asamblea, reunida con el Sucesor de Pedro, formada porfieles de muchas naciones. Es una imagen expresiva dela Iglesia, una y universal, fundada por Cristo y fruto de aquella misión que, como hemos escuchado en el evangelio, Jesús confió a sus apóstoles: Ir y hacer discípulos a todos los pueblos, «bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» (Mt 28, 18-19). Saludo con afecto y reconocimiento al Cardenal Angelo Scola, Arzobispo de Milán, y al Cardenal Ennio Antonelli, Presidente del Pontificio Consejo parala Familia, artífices principales de este VII Encuentro Mundial de las Familias, así como a sus colaboradores, a los obispos auxiliares de Milán y a todos los demás obispos. Saludo con alegría a todas las autoridades presentes. Mi abrazo cordial va dirigido sobre todo a vosotras, queridas familias. Gracias por vuestra participación.

En la segunda lectura, el apóstol Pablo nos ha recordado que en el bautismo hemos recibido el Espíritu Santo, que nos une a Cristo como hermanos y como hijos nos relaciona con el Padre, de tal manera que podemos gritar: «¡Abba, Padre!» (cf. Rm 8, 15.17). En aquel momento se nos dio un germen de vida nueva, divina, que hay que desarrollar hasta su cumplimiento definitivo en la gloria celestial; hemos sido hechos miembros dela Iglesia, la familia de Dios, «sacrarium Trinitatis», según la define san Ambrosio, pueblo que, como dice el Concilio Vaticano II, aparece «unido por la unidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo» (Const. Lumen gentium,4). La solemnidad litúrgica dela Santísima Trinidad, que celebramos hoy, nos invita a contemplar ese misterio, pero nos impulsa también al compromiso de vivir la comunión con Dios y entre nosotros según el modelo dela Trinidad. Estamosllamados a acoger y transmitir de modo concorde las verdades de la fe; a vivir el amor recíproco y hacia todos, compartiendo gozos y sufrimientos, aprendiendo a pedir y conceder el perdón, valorando los diferentes carismas bajo la guía de los pastores. En una palabra, se nos ha confiado la tarea de edificar comunidades eclesiales que sean cada vez más una familia, capaces de reflejar la belleza dela Trinidady de evangelizar no sólo con la palabra. Más bien diría por «irradiación», con la fuerza del amor vivido.

La familia, fundada sobre el matrimonio entre el hombre y la mujer, está también llamada al igual quela Iglesiaa ser imagen del Dios Único en Tres Personas. Al principio, en efecto, «creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; hombre y mujer los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: “Creced, multiplicaos”» (Gn 1, 27-28). Dios creó el ser humano hombre y mujer, con la misma dignidad, pero también con características propias y complementarias, para que los dos fueran un don el uno para el otro, se valoraran recíprocamente y realizaran una comunidad de amor y de vida. El amor es lo que hace de la persona humana la auténtica imagen dela Trinidad, imagen de Dios. Queridos esposos, viviendo el matrimonio no os dais cualquier cosa o actividad, sino la vida entera. Y vuestro amor es fecundo, en primer lugar, para vosotros mismos, porque deseáis y realizáis el bien el uno al otro, experimentando la alegría del recibir y del dar. Es fecundo también en la procreación, generosa y responsable, de los hijos, en el cuidado esmerado de ellos y en la educación metódica y sabia. Es fecundo, en fin, para la sociedad, porque la vida familiar es la primera e insustituible escuela de virtudes sociales, como el respeto de las personas, la gratuidad, la confianza, la responsabilidad, la solidaridad, la cooperación.

Queridos esposos, cuidad a vuestros hijos y, en un mundo dominado por la técnica, transmitidles, con serenidad y confianza, razones para vivir, la fuerza de la fe, planteándoles metas altas y sosteniéndolos en las debilidades. Pero también vosotros, hijos, procurad mantener siempre una relación de afecto profundo y de cuidado diligente hacia vuestros padres, y también que las relaciones entre hermanos y hermanas sean una oportunidad para crecer en el amor. El proyecto de Dios sobre la pareja humana encuentra su plenitud en Jesucristo, que elevó el matrimonio a sacramento. Queridos esposos, Cristo, con un don especial del Espíritu Santo, os hace partícipes de su amor esponsal, haciéndoos signo de su amor porla Iglesia: un amor fiel y total. Si, con la fuerza que viene de la gracia del sacramento, sabéis acoger este don, renovando cada día, con fe, vuestro «sí», también vuestra familia vivirá del amor de Dios, según el modelo dela Sagrada Familiade Nazaret. Queridas familias, pedid con frecuencia en la oración la ayuda dela Virgen Maríay de san José, para que os enseñen a acoger el amor de Dios como ellos lo acogieron. Vuestra vocación no es fácil de vivir, especialmente hoy, pero el amor es una realidad maravillosa, es la única fuerza que puede verdaderamente transformar el mundo. Ante vosotros está el testimonio de tantas familias, que señalan los caminos para crecer en el amor: mantener una relación constante con Dios y participar en la vida eclesial, cultivar el diálogo, respetar el punto de vista del otro, estar dispuestos a servir, tener paciencia con los defectos de los demás,saber perdonar y pedir perdón, superar con inteligencia y humildad los posibles conflictos,acordar las orientaciones educativas, estar abiertos a las demás familias, atentos con los pobres, responsables en la sociedad civil. Todos estos elementos construyen la familia. Vividlos con valentía, con la seguridad de que en la medida en que viváis el amor recíproco y hacia todos, con la ayuda de la gracia divina, os convertiréis en evangelio vivo, una verdadera Iglesia doméstica (cf. Exh. ap. Familiaris consortio, 49). Quisiera dirigir unas palabras también a los fieles que, aun compartiendo las enseñanzas dela Iglesiasobre la familia, están marcados por las experiencias dolorosas del fracaso y la separación. Sabed que el Papa yla Iglesiaos sostienen en vuestro sufrimiento y dificultad. Os animo a permanecer unidos a vuestras comunidades, al mismo tiempo que espero que las diócesis pongan en marcha adecuadas iniciativas de acogida y cercanía.

En el libro del Génesis, Dios confía su creación a la pareja humana, para que la guarde, la cultive, la encamine según su proyecto (cf. 1,27-28; 2,15). En esta indicación dela Sagrada Escritura, podemos comprender la tarea del hombre y la mujer como colaboradores de Dios para transformar el mundo, a través del trabajo, la ciencia y la técnica. El hombre y la mujer son imagen de Dios también en esta obra preciosa, que han de cumplir con el mismo amor del Creador. Vemos que, en las modernas teorías económicas, prevalece con frecuencia una concepción utilitarista del trabajo, la producción y el mercado. El proyecto de Dios y la experiencia misma muestran, sin embargo, que no es la lógica unilateral del provecho propio y del máximo beneficio lo que contribuye a un desarrollo armónico, al bien de la familia y a edificar una sociedad justa, ya que supone una competencia exasperada, fuertes desigualdades, degradación del medio ambiente, carrera consumista, pobreza en las familias. Es más, la mentalidad utilitarista tiende a extenderse también a las relaciones interpersonales y familiares, reduciéndolas a simples convergencias precarias de intereses individuales y minando la solidez del tejido social.

Un último elemento. El hombre, en cuanto imagen de Dios, está también llamado al descanso y a la fiesta. El relato de la creación concluye con estas palabras: «Y habiendo concluido el día séptimo la obra que había hecho, descansó el día séptimo de toda la obra que había hecho. Y bendijo Dios el día séptimo y lo consagró» (Gn 2,2-3). Para nosotros, cristianos, el día de fiesta es el domingo, día del Señor, pascua semanal. Es el día dela Iglesia, asamblea convocada por el Señor alrededor de la mesa de la palabra y del sacrificio eucarístico, como estamos haciendo hoy, para alimentarnos de él, entrar en su amor y vivir de su amor. Es el día del hombre y de sus valores: convivialidad, amistad, solidaridad, cultura, contacto con la naturaleza, juego, deporte. Es el día de la familia, en el que se vive juntos el sentido de la fiesta, del encuentro, del compartir, también en la participación de la santa Misa. Queridas familias, a pesar del ritmo frenético de nuestra época, no perdáis el sentido del día del Señor. Es como el oasis en el que detenerse para saborear la alegría del encuentro y calmar nuestra sed de Dios. Familia, trabajo, fiesta: tres dones de Dios, tres dimensiones de nuestra existencia que han de encontrar un equilibrio armónico. Armonizar el tiempo del trabajo y las exigencias de la familia, la profesión y la maternidad, el trabajo y la fiesta, es importante para construir una sociedad de rostro humano. A este respecto, privilegiad siempre la lógica del ser respecto a la del tener: la primera construye, la segunda termina por destruir. Es necesario aprender, antes de nada en familia, a creer en el amor auténtico, el que viene de Dios y nos une a él y precisamente por eso «nos transforma en un Nosotros, que supera nuestras divisiones y nos convierte en una sola cosa, hasta que al final Dios sea “todo para todos” (1 Co 15,28)» (Enc. Deus caritas est, 18). Amén.

©Librería Editorial Vaticana


Publicado por verdenaranja @ 22:57  | Habla el Papa
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ZENIT nos ofrece la habitual colaboración del obispo de San Cristóbal de las Casas, México, que esta vez aborda la actitud a adoptar ante algunos sucesos producidos en la Iglesia.

Creo en la Iglesia y la amo
Ante las últimas noticias eclesiales

+ Felipe Arizmendi Esquivel

HECHOS

La reciente destitución del director del banco del Vaticano y la filtración de documentos reservados al Papa, que reflejan posibles irregularidades internas, han dado lugar a que algunos se solacen desacreditando la autoridad moral que tiene nuestra Iglesia y a que personas débiles en su fe desconfíen, duden y se alejen. Sufrimos burlas y descalificaciones, que se suman al descrédito por los vergonzosos crímenes de pederastia clerical. Cuando inculquemos valores evangélicos o denunciemos el pecado, nos van a echar en cara estos hechos; los que no quieren reconocer sus fallas ni convertirse, se defienden aludiendo tanto a errores innegables del pasado, como a situaciones actuales nada coherentes con la fe.

En todas partes y en todas las instancias de autoridad, recibimos documentos de toda índole; por ejemplo, unos a favor de un sacerdote, y otros en contra. Nuestro deber pastoral es escuchar, analizar y tomar decisiones; pero si se divulgan sólo las opiniones desfavorables, no hay objetividad. En el caso de la Santa Sede, es normal que al Papa le lleguen escritos de toda clase, para que tenga suficiente información y decida lo pertinente; pero no por el hecho de que le lleguen denuncias y se divulguen, ya por eso todas son verídicas y justas. Muchas veces el escándalo se basa en hechos no comprobados.

CRITERIOS

Que hay pecado en la Iglesia, es inocultable; así ha sido siempre, dada la condición humana de quienes la integramos, de fieles y jerarquía. Esto no es privativo de la católica, sino que existe en las más diversas denominaciones religiosas. En días recientes, visitando un centro penitencial, los internos me informaron que fue detenido un pastor protestante quien, bajo la apariencia de llevar la Palabra de Dios, introducía droga al penal. Otro más, que despotricaba contra los “católicos borrachos”, ahora está recluido en un centro de rehabilitación para alcohólicos. El pecado, pues, existe en toda la humanidad. Esto no es para autojustificarse, pues el pecado siempre es reprobable y hay que luchar contra él. Todos los días, al empezar la Misa, reconocemos nuestra condición de pecadores y pedimos perdón.

La Biblia nos ilumina. Caín no toleraba que su hermano Abel fuera mejor, y lo mató. El rey Saúl no soportaba que David fuera más exitoso, y trató de eliminarlo. La envidia y la ambición de poder corroen el corazón humano. Los apóstoles, escogidos por Jesús, peleaban entre sí por los primeros puestos; uno de ellos se dejó corromper por sus ambiciones personales. San Pablo advertía a los creyentes de Galacia: “Háganse servidores los unos de los otros por amor. Porque toda la ley se resume en un solo precepto: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Pero si ustedes se muerden y devoran mutuamente, acabarán por destruirse… Son manifiestas las obras que proceden del desorden egoísta del hombre: las enemistades, los pleitos, las rivalidades, las rencillas, las divisiones, las discordias, las envidias…; quienes hacen estas cosas, no conseguirán el Reino de Dios… Si vivimos según el Espíritu, obremos también según el Espíritu. No busquemos la gloria vana provocándonos los unos a los otros y envidiándonos mutuamente” (Gál 5,13-26).

Ha dicho el Papa: “La Iglesia no existe para sí misma, no es el punto de llegada, sino que debe remitir más allá de sí misma, hacia lo alto, por encima de nosotros. La Iglesia es verdaderamente ella misma en la medida en que deja transparentar al Otro”; es decir, a Jesucristo; sin embargo, “nuestras divisiones hacen que nuestro testimonio de Cristo sea menos luminoso”. Pero, “a pesar de los problemas y la trágica realidad de las persecuciones, la Iglesia no se desalienta”.

PROPUESTAS

Yo creo que Jesús sigue vivo en esta su Iglesia, fundada por El, a pesar de sus limitaciones. Te invito a madurar en tu fe y en tu amor, a buscar a Jesús en tu comunidad de creyentes, en los pobres, en los sacramentos y en tus ministros, máxime en el Papa, y no alejarte ni desanimarte por nuestras fallas. Ayúdanos, con tu oración y tus consejos, a purificarnos y santificarnos, para que seamos un sacramento vivo de Jesús.


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S?bado, 16 de junio de 2012

ZENIT publica las palabras dirigidas por el papa antes del rezo de la oración mariana, al término de la celebración eucarística conclusiva del VII Encuentro Mundial de las Familias, el domingo 3 de Junio de 2012.

¡Queridos hermanos y hermanas!:

No tengo palabras para agradecer por esta Fiesta de Dios, por esta comunión de la Familia de Dios que somos todos. Al final de esta celebración, vaya una gratitud inmensa a Dios que nos ha regalado esta gran experiencia eclesial.

Por mi parte, quiero expresar un sincero agradecimiento a todos aquellos que han trabajado para este evento, empezando por el cardenal Ennio Antonelli, presidente del Consejo Pontificio para la Familia, y el cardenal Angelo Scola, arzobispo de Milán. Doy las gracias a todos los responsables de la organización y a todos los voluntarios. Y me complace anunciar que el próximo Encuentro Mundial de las Familias tendrá lugar en el año 2015, en Filadelfia, Estados Unidos de América. Saludo al arzobispo de Filadelfia, monseñor Charles Chaput, y le agradezco de antemano por su disponibilidad.

Palabras dirigidas a los fieles de lengua española

Saludo con particular afecto a los fieles de lengua española, que con gran entusiasmo participan en este Encuentro Mundial de las Familias, así como a aquellos que se unen espiritualmente al mismo a través de los medios de comunicación. Que la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, haga crecer a todos interiormente en la sabiduría del amor y de la entrega, de modo que siguiendo el ejemplo de la Virgen María, modelo perfecto de hija, madre y esposa, los hogares sean cada vez más templos de Dios y verdaderas Iglesias domésticas por la copiosidad de sus virtudes y la belleza de la mutua unión y la constante fidelidad. Feliz domingo.


Publicado por verdenaranja @ 23:35  | Habla el Papa
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Viernes, 15 de junio de 2012

Reflexión al evangelio del domingo undécimo del Tiempo Ordinario - B, ofrecido por el sacerdote Don Juan Manuel Pérez Piñero bajo el epígrafe "ECOS DEL DÍA DEL SEÑOR".

Domingo 11º  del T. Ordinario B 

Es un misterio sobre el que nunca reflexionaremos bastante: Que Dios, para realizar su obra de salvación, ha querido valerse de lo frágil, de lo sencillo, de lo humano… Incluso, de lo inútil. Para realizar la Redención de los hombres, se hizo  hombre; frágil y débil como nosotros… Igual en todo a nosotros, menos en el pecado. No usa un lenguaje elevado, grandilocuente, difícil de entender, sino que habla, valiéndose de comparaciones sencillas      –las parábolas- que toda la gente entiende, como contemplamos en el Evangelio de este Domingo.

En la vida de la Iglesia tampoco prefiere al grupo de los selectos, ni a las personas grandes, poderosas e influyentes, sino, más bien, a la gente sencilla. Eso mismo contemplamos en los signos sacramentales: agua, pan, vino, aceite… Y son realizados por hombres frágiles como nosotros. Y a través de estos signos llegan a nosotros los dones de la salvación... Se ha valido, incluso de lo inútil, como decía al principio. Por ejemplo, cuando ha elegido a una mujer estéril, de la que, sin embargo, surge un héroe como Sansón, un profeta como Samuel o el mismo Precursor del Señor. Incluso, para hacerse hombre, elige a una mujer que no conoce varón.

S. Pablo nos advierte que “llevamos este tesoro en vasijas de barro para que se vea que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no proviene de nosotros” (2Co 4,7). Y nos dice también: “Fijaos en vuestra asamblea, no hay en ella muchos sabios en lo humano, ni muchos poderosos, ni muchos aristócratas; todo lo contrario…” (1Co 1,26-29). Y esto es lo que contemplamos en la Liturgia de este Domingo: Jesús compara su Reino a una semilla sencilla que, sin embargo, encierra una potencia extraordinaria: Sin que sepamos cómo ni por qué, va germinando ella sola, de día y de noche, hasta dar fruto. O a la semilla más pequeña que se conocía entonces, un grano de mostaza, que, siendo tan insignificante, se convierte en un arbusto considerable, que es capaz de albergar a los pájaros del cielo.

Ya en la primera lectura, el profeta Ezequiel anuncia esta misma realidad cuando nos habla de una rama tierna de un alto cedro que Dios plantará en la montaña más alta de Israel, para que eche brotes y dé fruto y se haga un cedro noble, porque Él “humilla los árboles altos y ensalza los árboles humildes, que seca los árboles lozanos y hace florecer los árboles secos”.

El salmo responsorial nos presenta el porvenir del hombre justo que “crecerá como la palmera, se alzará como cedro del Líbano…”

No cabe duda que este mensaje es distinto de los intereses y valores de la sociedad actual. Es la sociedad del poder y del tener; la sociedad de los cargos, de los títulos, de las recompensas… La sociedad de las apariencias. Pero, con frecuencia, los caminos del Señor no son nuestros caminos (Is 55,8-9). Como Jesús también nosotros debemos dar gracias y alabar al Padre que ha escondido los secretos del Reino a los sabios y entendidos y se los ha revelado a la gente sencilla. (Lc 10, 21).

La segunda lectura nos recuerda que la acción poderosa y transformante del Reino de Dios alcanza su punto culminante en el Cielo, hacia donde nos dirigimos como peregrinos, aunque sin ver al Señor que camina con nosotros, sino guiados por la fe, hasta que llegue el Día del Tribunal de Cristo y recibamos el premio de nuestras obras. 


Publicado por verdenaranja @ 23:27  | Espiritualidad
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ZENIT nos ofrece el discurso que pronunció el santo padre en la plaza del Duomo de Milán tras los saludos del alcalde de Milán, Giuliano Pisapia, y del arzobispo, cardenal Scola.

Señor Alcalde, 
distinguidas Autoridades, 
venerados hermanos en el Episcopado y en el sacerdocio.
¡Queridos hermanos y hermanas de la Archidiócesis de Milán!

Saludo cordialmente a todos los aquí reunidos tan numerosamente, así como a cuantos siguen este evento a través de la radio o la televisión. ¡Gracias por su calurosa acogida! Agradezco al señor alcalde las corteses palabras de bienvenida que me ha dirigido en nombre de la comunidad cívica. Saludo con deferencia al representante del gobierno, al presidente de la Región, al presidente de la Provincia, así como a los demás representantes de las instituciones civiles y militares, y expreso mi aprecio por la colaboración brindada para la realización de los diversos momentos de esta visita. 

Estoy feliz de estar hoy entre ustedes y agradezco a Dios, que me ofrece la oportunidad de visitar su ilustre ciudad. Mi primer encuentro con los milaneses se realiza en esta Plaza de la Catedral, corazón de Milán, donde surge el imponente monumento símbolo de la ciudad. Con su selva de agujas invita a mirar hacia lo alto, a Dios. Justamente tal impulso hacia el cielo siempre caracterizó Milán y le ha permitido a lo largo de los tiempo responder fructíferamente a su vocación: ser un cruce de caminos – Mediolanum – de pueblos y de culturas. La ciudad ha sabido de esta forma conjugar sabiamente el orgullo por la propia identidad con la capacidad de acoger toda contribución positiva que le venía ofrecido en el transcurso de la historia. También hoy, Milán está llamada a redescubrir este su papel positivo de mensajero de desarrollo y de paz para toda Italia. Dirijo mi agradecimiento cordial al pastor de esta Archidiócesis, el cardenal Angelo Scola, por el recibimiento y las palabras que me ha dirigido a nombre de la entera Comunidad diocesana; con él saludo a los obispos auxiliares y a quienes lo han precedido en esta gloriosa y antigua cátedra, el cardenal Dionigi Tettamanzi y el cardenal Carlo María Martini.

Dirijo un saludo particular a los representantes de las familias --provenientes de todo el mundo- que participan del VII Encuentro Mundial. Dirijo un afectuoso pensamiento a cuantos tienen necesidad de ayuda y de consuelo, y se encuentran afligidos por varias preocupaciones: a las personas solas o en dificultad, a los desocupados, a los enfermos, a los encarcelados, a cuantos están privados de una casa o de lo indispensable para vivir una vida digna. Que no falte a ninguno de estos nuestros hermanos y hermanas el interés solidario y constante de la colectividad. Con este motivo, me complazco de todo cuanto la Diócesis de Milán ha hecho y continúa haciendo para ir concretamente en ayuda a las necesidades de las familias más golpeadas por la crisis económico-financiera, y por haberse de inmediato puesto en acción, junto a la entera Iglesia y sociedad civil en Italia, para socorrer a las poblaciones victimas del terremoto de Emilia Romagna, que están en nuestros corazones y nuestra oración y por las cuales invito, una vez más, a una generosa solidaridad.

El VII Encuentro Mundial de las Familias me ofrece la grata ocasión de visitar su ciudad y de renovar los lazos estrechos y constantes que unen la comunidad ambrosiana con la Iglesia de Roma y al Sucesor de Pedro. Como es sabido, san Ambrosio provenía de una familia romana y mantuvo siempre viva su unión con la Ciudad Eterna y con la Iglesia de Roma, manifestando y elogiando el primado del Obispo que la preside. En Pedro –afirma- «está el fundamento de la Iglesia y el magisterio de la disciplina» (De virginitate, 16, 105); y también en la conocida declaración: «Donde está Pedro, allí está la Iglesia» (Explanatio Psalmi 40, 30, 5). La sabiduría pastoral y el magisterio de Ambrosio sobre la ortodoxia de la fe y sobre la vida cristiana dejarán una huella indeleble en la Iglesia universal y, en particular, marcarán a la Iglesia de Milán, que jamás ha dejado de cultivar la memoria y de conservar su espíritu. La Iglesia ambrosiana, custodiando las prerrogativas de su rito y las expresiones propias de la única fe, está llamada a vivir en plenitud la catolicidad de la Iglesia una, a testimoniarla y a contribuir a enriquecerla.

El profundo sentido eclesial y el sincero afecto de comunión con el Sucesor de Pedro, forman parte de la riqueza y de la identidad de su Iglesia a largo todo su camino, y se manifiestan en modo luminoso en las figuras de los grandes Pastores que la han guiado. En primer lugar san Carlos Borromeo: hijo de su tierra. Él fue, como decía el Siervo de Dios Pablo VI, “un forjador de la conciencia y de la costumbre del pueblo” (Discorso ai Milanesi, 18 marzo 1968); y lo fue sobre todo con la aplicación amplia, tenaz y rigurosa de las reformas tridentinas, con la creación de instituciones renovadoras, a comenzar de los Seminarios, y con su ilimitada caridad pastoral radicada en una profunda unión con Dios, acompañada de una ejemplar austeridad de vida. Junto con los santos Ambrosio y Carlos, deseo recordar otros excelentes Pastores más cercanos a nosotros, que han embellecido con la santidad y la doctrina de la Iglesia de Milán: el beato Cardenal Andrés Carlos Ferrari, apóstol de la catequesis y de los oradores y promotor de la renovación social en sentido cristiano; el beato Alfredo Ildefonso Schuster, el “Cardenal de la oración”, pastor incansable, hasta la consumación total de sí mismo por sus fieles. Además, deseo recordar a dos arzobispos de Milán que devinieron pontífices: Aquiles Ratti, papa Pío XI; a su determinación se debe la positiva conclusión de la “Questione Romana” y la constitución del Estado de la Ciudad del Vaticano; y el siervo de Dios Juan Bautista Montini; Pablo VI, bueno y sabio, que, con mano experta, supo guiar y llevar a un feliz resultado el Concilio Vaticano II. En la Iglesia ambrosiana maduraron además algunos frutos espirituales particularmente significativos para nuestro tiempo. Entre todos quiero hoy recordar, precisamente pensando en las familias, a santa Gianna Beretta Molla, esposa y madre, mujer comprometida en el ámbito eclesial y civil, que hizo resplandecer la belleza y la alegría de la fe, de la esperanza y de la caridad. 

Queridos amigos, su historia es riquísima de cultura y de fe. Tal riqueza ha vivificado el arte, la música, la literatura, la cultura, la industria, la política, el deporte, las iniciativas de solidaridad de Milán y de toda la Archidiócesis. Toca ahora a ustedes, herederos de un glorioso pasado y de un patrimonio espiritual de inestimable valor, comprometerse para transmitir a las generaciones futuras la llama de una tan luminosa tradición. Ustedes bien saben cuánto sea urgente introducir en el actual contexto cultural la levadura evangélica.

La fe en Jesucristo, muerto y resucitado por nosotros, vivo entre nosotros, debe animar a todo el tejido de la vida, personal y comunitaria, privada y pública, de modo de poder consentir un estable y auténtico “bienestar”, a partir de la familia, que va redescubierta cual patrimonio principal de la humanidad, coeficiente y signo de una verdadera y estable cultura a favor del hombre. La singular identidad de Milán no debe aislarla ni separarla encerrándola en si misma. Al contrario, conservando la savia de sus raíces y los rasgos característicos de su historia, ella está llamada a mirar al futuro con esperanza, cultivando un vínculo íntimo y propulsor con la vida de toda Italia y de Europa. En la clara distinción de los papeles y de las finalidades, la Milán positivamente “laica” y Milán de la fe son llamadas a concurrir al bien común.

Queridos hermanos y hermanas, ¡gracias de nuevo por su acogida! Los confío a la protección de la Virgen María, que desde la más alta aguja de la Catedral vela maternalmente día y noche sobre esta Ciudad. A todos ustedes que estrecho en un gran abrazo, imparto mi afectuosa Bendición. 
Traducción del italiano: Griselda Mutual, Raúl Cabrera, Radio Vaticano


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Jueves, 14 de junio de 2012

Reflexión al evangelio del domingo once del Tiempo Ordinario - B.

CON HUMILDAD Y CONFIANZA 

         A Jesús le preocupaba mucho que sus seguidores terminaran un día desalentados al ver que sus esfuerzos por un mundo más humano y dichoso no obtenían el éxito esperado. ¿Olvidarían el reino de Dios? ¿Mantendrían su confianza en el Padre? Lo más importante es que no olviden nunca cómo han de trabajar.

         Con ejemplos tomados de la experiencia de los campesinos de Galilea, les anima a trabajar siempre con realismo, con paciencia y con una confianza grande. No es posible abrir caminos al Reino de Dios de cualquier manera. Se tienen que fijar en cómo trabaja él.

         Lo primero que han de saber es que su tarea es sembrar, no cosechar. No vivirán pendientes de los resultados. No les han de preocupar la eficacia ni el éxito inmediato. Su atención se centrará en sembrar bien el Evangelio. Los colaboradores de Jesús han de ser sembradores. Nada más.

         Después de siglos de expansión religiosa y gran poder social, los cristianos hemos de recuperar en la Iglesia el gesto humilde del sembrador. Olvidar la lógica del cosechador que sale siempre a recoger frutos y entrar en la lógica paciente del que siembra un futuro mejor.

         Los comienzos de toda siembra siempre son humildes. Más todavía si se trata de sembrar el Proyecto de Dios en el ser humano. La  fuerza del Evangelio no es nunca algo espectacular o clamoroso. Según Jesús, es como sembrar algo tan pequeño e insignificante como "un grano de mostaza" que germina secretamente en el corazón de las personas.

         Por eso, el Evangelio solo se puede sembrar con fe. Es lo que Jesús quiere hacerles ver con sus pequeñas parábolas. El Proyecto de Dios de hacer un mundo más humano lleva dentro una fuerza salvadora y transformadora que ya no depende del sembrador. Cuando la Buena Noticia de ese Dios penetra en una persona o en un grupo humano, allí comienza a crecer algo que a nosotros nos desborda.

         En la Iglesia no sabemos en estos momentos cómo actuar en esta situación nueva e inédita, en medio de una sociedad cada vez más indiferente a dogmas religiosos y códigos morales. Nadie tiene la receta. Nadie sabe exactamente lo que hay que hacer. Lo que necesitamos es buscar caminos nuevos con la humildad y la confianza de Jesús.

         Tarde o temprano, los cristianos sentiremos la necesidad de volver a lo esencial. Descubriremos que solo la fuerza de Jesús puede regenerar la fe en la sociedad descristianizada de nuestros días. Entonces aprenderemos a sembrar con humildad el Evangelio como inicio de una fe renovada, no transmitida por nuestros esfuerzos pastorales, sino engendrada por él. 

José Antonio Pagola

Red evangelizadora BUENAS NOTICIAS
17 de junio de 2012
11 Tiempo ordinario(B)
Marcos 4, 26-34


Publicado por verdenaranja @ 18:27  | Espiritualidad
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El DEPARTAMENTO DE COMUNICACIÓN del obispado de Tenerife nos participa de las noticias generadas durante la últma seman en la diócesis.

38201. La Laguna. Tenerife.
Tfno. 922-25 86 40 / Extensión 8
e-mail: [email protected]

Boletín 486 

LAS NOTICIAS AMPLIADAS PUEDEN VERLAS ENTRANDO EN NUESTRO BLOG. Textos, sonidos, e imágenes los tienen en: http://www.comunicacionobispadodetenerife.blogspot.com/

 Cáritas Diocesana desarrollará el Acto Institucional de la Campaña del Corpus “Vive sencillamente para que otros sencillamente, puedan vivir” bajo el lema “Los mejores regalos se hacen con las manos”. Dicho acto tendrá lugar en Los Cristianos (Arona) y contará con talleres, actuaciones musicales, de teatro y lectura de un manifiesto. Estará presentado y dinamizado por el humorista canario Juan Luis Calero. Será el próximo 16 de junio entre las 18 y 21 horas. 

El Nuncio de Su Santidad el Papa en España, Mons. Renzo Fratini visitará por vez primera la diócesis, donde presidirá la Eucaristía de la Infraoctava del Corpus en la parroquia de la Concepción de La Orotava, el día 14 de junio, a las 18:30 horas. Igualmente, podrá saludar a los miembros del Consejo Diocesano de Pastoral que se reúnen en sesión ordinaria, el sábado 16 del mismo mes. El Nuncio también se hará presente en el Seminario y en otras realidades de nuestra Diócesis. 

Como se ha apuntado, este sábado se celebra en el edificio del Seminario Diocesano una sesión ordinaria del Consejo Diocesano de Pastoral. El trabajo central del día estará destinado a programar en la diócesis el próximo 'Año de la fe', manteniendo la comunión con el Plan Diocesano de Pastoral. Para ello se ha pedido a los consejeros que realicen un trabajo previo de sugerencias en torno a lo que debe ser corregido, instaurado y potenciado, tanto a nivel personal como comunitario, en relación a la fe. La reflexión y la síntesis de las aportaciones será presentada por el vicario general, Antonio Pérez. 

El próximo 1 de julio, en la parroquia de Nuestra Señora de la Concepción, en La Laguna, será ordenado diácono, Jonny Pereira Socas. La imposición de manos será conferida por Roberto Lückert León, arzobispo de Santa Ana de Coro-Venezuela. 

Asimismo, el próximo día 7 de julio, a las 10:30 horas, en la Santa Iglesia Catedral, tres nuevos sacerdotes serán ordenados por el Obispo para el servicio ministerial de la Diócesis Nivariense. Antonio Delgado, Airán Expósito y Julián Azcárate, entrarán a formar parte del Presbiterio Diocesano. Concluye su período de formación y se inicia su ministerio sacerdotal. 

El 17 de junio, el arciprestazgo de El Hierro celebrará la clausura del curso pastoral en la zona de El Morcillo. La jornada comenzará a las 10:30 horas con la acogida. Posteriormente habrá una charla-coloquio a cargo de Elías López, sacerdote jesuita, responsable internacional para los refugiados de la Compañía de Jesús. 

El próximo Cursillo de Discernimiento Vocacional se desarrollará en el Seminario entre el 1 y el 7 de julio de 2012. A este curso están invitados todos aquellos chicos que teniendo aprobado 5º de Primaria o habiendo cursado ya algún curso de la E.S.O, han manifestado explícitamente, su deseo de ser sacerdote y formar parte del Seminario, o al menos no descartar en su vida la posibilidad de ser sacerdotes; situación que, previamente, ya han debido contrastar con su familia y su párroco para poder contar con su aprobación positiva. 

Por otro lado, el 17 de junio, a las 20:00 horas, en la capillas del Seminario Diocesano, se celebrará una vigilia de oración por las vocaciones. 

El domingo 17 de junio, a las 18:00 horas, en la parroquia de San Pedro de Daute, en Garachico, el Obispo celebrará la consagración al Corazón Sacerdotal de Jesús de un grupo de personas de diferentes lugares de la diócesis. De esta forma, ofrecen su vida por el ministerio y la santificación de los sacerdotes y vocaciones de especial consagración. Todos pertenecen a la Fraternidad de Servidores del Corazón Sacerdotal de Jesús cuyo carisma es crear cultura vocacional. Se trata de una Asociación Pública de Derecho Diocesano aprobada por el Obispo, Bernardo Álvarez, en 2008.  

Asimismo, el viernes 15 de junio, tendrá lugar en la parroquia de La Concepción del Realejo Bajo, la celebración solemne de la Eucaristía en honor del Sagrado Corazón de Jesús. La predicación correrá a cargo del sacerdote Carmelo José González. En la celebración se restaurará la Archicofradía del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María, con la bendición de los escapularios e insignias, y la incorporación de los nuevos cofrades (más de 100). 

El Instituto Superior de Teología vuelve a ofrecer este mes de julio su Escuela de Verano, en su octava edición. En esta ocasión, los alumnos asistentes se adentrarán en temas tan novedosos como “el coaching y las redes sociales”. El ISTIC ofrecerá varios cursos a partir del día 1 del próximo mes y concluirán en torno al día 12, cursos que otorgarán “la certificación correspondiente de su realización y un crédito propio del ISTIC, correspondiente a 10 horas lectivas”, señalan los organizadores. 

Del 13 al 19 de agosto, el movimiento juvenil “Hombres Nuevos” desarrollará su acampada de verano. Será en El Lagar, en La Guancha. Los miembros de este movimiento han animado a todos los que quieran, especialmente a las familias, a compartir la celebración de la Eucaristía de clausura el 19 de agosto. 

Las Dominicas Misioneras de la Sagrada Familia, tienen una misión en Yaoundé (Camerún), en el barrio de Abobó. Esta misión se mantiene gracias a la colaboración de muchas personas que participan con una beca anual, mensual… o simplemente con algún donativo. El festival solidario para esta misión tendrá lugar el día 22 de junio, a las 18:00 horas, en el teatro del Colegio Dominicas de Vistabella. Las entradas se venden en la portería del Colegio. También hay “fila cero" para aquellas personas que quieren colaborar, pero que por diferentes causas no pueden asistir. El precio de la entrada es de 2 euros. 

La parroquia de Nuestra Señora del Carmen en Los Cristianos ha organizado una original actividad juvenil para los días 30 de junio y 1 de julio. Se trata de una competición de skate con actividades paralelas tales como concurso de graffitis, proyección de películas y vídeos relacionados con el skate y el surf. Además habrá música en vivo de bandas de rock juveniles, una de las cuales ensaya en un lugar del centro parroquial. 

El sábado 16 de junio, en el Auditorio Juan Carlos I, en Arafo, tendrá lugar un concierto de “The Art of the Negro Spiritual and its reminiscences”. Se trata de una iniciativa en la que participa Cáritas y que comenzará a las  20:30 horas.  

El próximo domingo 17 de junio, se celebrará un nuevo retiro en la Casa Diocesana de Espiritualidad, en Santa Cruz de Tenerife. El mismo estará impartido por el sacerdote Ismael Pérez González y tendrá lugar de 16:00 a 19:00 horas, incluida la celebración de la Eucaristía. 

El curso Alpha extendido por todo el mundo, es una experiencia pensada para cuantos se preguntan sobre el sentido de sus vidas y sobre su fe. La delegación para la nueva evangelización y la vicaría general, ha invitado a conocer su funcionamiento los próximos días 29 y 30 de junio en el Seminario Diocesano. Estará dirigido por los responsables nacionales de Alpha España. Para formalizar inscripción llame al 619035290 ó [email protected] antes del 24 de junio. 

El Año de la Fe comenzará el 11 de octubre de 2012, en el 50 aniversario de la inauguración del Concilio Vaticano II y concluirá el 24 de noviembre de 2013, en la Solemnidad de Cristo Rey del Universo. Con tal motivo, ha comenzado la preparación de una apertura diocesana de este acontecimiento. La misma será en un gran "Encuentro Diocesano" a celebrar el próximo 12 de octubre en Garachico. 

La HOAC (Movimiento de Trabajadores Cristianos) ha invitado a quien lo desee a la Vigilia de Oración por la situación del Mundo Obrero y del Trabajo que tendrá lugar el día 15 de Junio, a las 17:30 horas en la Parroquia de San Matias, La Laguna. 

En el blog de comunicación del Obispado ya se puede ver el trailer del documental “Lo conocido por conocer” que muestra la vida diaria y la esencia de la Orden Dominica. 

Este próximo sábado 16 de Junio, a las 19:00 horas, en la iglesia parroquia de San Blas de la Villa de Mazo, tendrá lugar el concierto de música sacra con la Cantata “Bendita tú”, obra del fallecido Luis Manuel González León. La Cantata será interpretada por el Coro y Orquesta del Aula de Música de Tijarafe y Villa de Mazo. 

La Delegación para la Nueva Evangelización, ha concluido en colaboración con el ISTIC, la especialidad de "Nueva Evangelización" que comenzó a impartirse este curso en las Escuelas de Agentes de Pastoral. Un total de 29 alumnos inscritos, han podido profundizar semanalmente en esta realidad durante todo el curso. 

La Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén, sección Islas Canarias, así como la parroquia de Nuestra Señora de los Remedios de la S.I. Catedral han organizado una peregrinación a Tierra Santa para visitar los lugares santos, tener un encuentro con el patriarca latino de Jerusalén, gran prior de la orden de los caballeros y damas del Santo Sepulcro y conocer las obras sociales, culturales y pastorales que dicha orden mantiene. En la peregrinación participaron unas setenta personas. 

Ya se ha presentado el nuevo Plan Pastoral de la Conferencia Episcopal Española (CEE) que lleva por título La nueva evangelización desde la Palabra de Dios. “Por tu Palabra, echaré las redes (Lc 5,5)”. Tendrá vigencia hasta el año 2015 y será el octavo Plan Pastoral de la CEE. 

Agulo acogió la realización de un taller sobre el repique de campanas que motivó la participación de un numeroso grupo de niños y algunos adultos. 

El Secretariado de Peregrinaciones de Tenerife cuenta ya con un blog (peregrinacionesobispadotenerife.blogspot.com)  y con una cuenta en facebook en donde se da debida cuenta de las iniciativas que surgen tanto desde el Secretariado como desde diferentes parroquias de la diócesis. 


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Mi?rcoles, 13 de junio de 2012

"Para que los cristianos en Europa redescubran la propia identidad y participen con mayor empeño en el anuncio del evangelio" - Comentario de la Intención Misionera de junio de 2012

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - En los últimos decenios, los países de antigua cristiandad en Europa están sufriendo una fuerte crisis de identidad. A nivel político se ha pretendido arrancar a Europa de sus raíces cristianas. Además de constituir una traición a la verdad de la historia, este hecho constituye un intento de crear una Europa secularizada, sin referencia alguna a Dios en los estamentos, y en la vida pública de los ciudadanos. Es innegable, como decía Juan Pablo II, que "Europa ha sido impregnada amplia y profundamente por el cristianismo" (Ecclesia in Europa, 24).

Pero aún más que las dificultades exteriores, deben preocuparnos las dificultades que experimenta la misma Iglesia en su interior. Por desgracia, muchos bautizados en Europa no conocen ni viven su fe católica que parece haberse asfixiado al respirar esa atmósfera de secularidad. En el mismo documento, anteriormente citado, los Padres constataban "la pérdida de la memoria y de la herencia cristianas, unida a una especie de agnosticismo práctico y de indiferencia religiosa, por lo cual muchos europeos dan la impresión de vivir sin base espiritual y como herederos que han despilfarrado el patrimonio recibido a lo largo de la historia" (Ecclesia in Europa, 7).
Pero por encima de todas las dificultades reales que existen, Jesucristo sigue siendo nuestra esperanza. Vivir sin Dios trae como causa la falta de esperanza. Por eso, la Iglesia tiene la convicción y la apasionada certeza de debe anunciar a Jesucristo a sus contemporáneos.

Las dificultades que la Iglesia experimenta en medio de una sociedad secularizada son también una llamada a la coherencia y a la autenticidad. Es claro que el Evangelio resulta convincente allí donde realmente se vive. No podemos dejarnos invadir por el miedo ante los ataques, ante las preguntas que cuestionan la fe. Como dice el apóstol Pedro en su primera carta: "No les tengáis ningún miedo ni os turbéis. Al contrario, dad culto al Señor, Cristo, en vuestros corazones, siempre dispuestos a dar respuesta a todo el que os pida razón de vuestra esperanza"(1Pt 3, 14-15). Jesucristo sigue siendo la única fuente de esperanza para todos los hombres, y la Iglesia el canal por donde llega a nuestros contemporáneos la gracia que mana de su costado abierto.

El Papa Benedicto XVI en su peregrinación a Santiago de Compostela (España) recordaba cómo, sobre todo en el s. XIX, se ha pretendido presentar a Dios como antagonista y enemigo de la libertad del hombre. Se pretendía así ensombrecer la fe bíblica en Dios que ha enviado su Hijo al mundo para que no perezca. El Papa se preguntaba: "¿cómo es posible que se haya hecho silencio público sobre la realidad primera y esencial de la vida humana? ¿Cómo lo más determinante de ella puede ser recluido en la mera intimidad o remitido a la penumbra? Los hombres no podemos vivir a oscuras, sin ver la luz del sol. Y, entonces, ¿cómo es posible que se le niegue a Dios, sol de las inteligencias, fuerza de las voluntades e imán de nuestros corazones, el derecho de proponer esa luz que disipa toda tiniebla? Por eso, es necesario que Dios vuelva a resonar gozosamente bajo los cielos de Europa; que esa palabra santa no se pronuncie jamás en vano; que no se pervierta haciéndola servir a fines que le son imp ropios. Es menester que se profiera santamente. Es necesario que la percibamos así en la vida de cada día, en el silencio del trabajo, en el amor fraterno y en las dificultades que los años traen consigo". (Homilía de la Santa Misa, Santiago de Compostela, 6/11/2010)

No hemos elegido nacer en este momento de la historia. El Señor nos ha colocado aquí y ahora para ser testigos de su amor por los hombres. No debemos caer en la tentación del activismo, sino que a imitación de María debemos cultivar la vida interior y la unión con Cristo. Los sarmientos no pueden producir fruto si no están unidos a la vid.

Pablo VI afirmaba que el hombre de hoy escucha de mejor gana a los testigos que a los maestros, y si escucha a los maestros es porque también son testigos. Que el Espíritu Santo nos haga testigos valientes y creíbles de nuestra fe en esta Europa tan necesitada, para proclamar que Jesucristo es el único que tiene palabras de vida eterna (Agencia Fides 31/05/2012)


Publicado por verdenaranja @ 22:44  | Misiones
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Martes, 12 de junio de 2012

ZENIT nos ofrece el mensaje que los obispos de Nicaragua han dirigido a todas las madres nicaragüenses para rendirles homenaje en su día.

Bendita tú entre todas las mujeres y bendito el fruto de vientre (Lc. 1, 42)

Hermanos y Hermanas:

Si siempre ha sido justo y necesario parala Iglesia Católicaalabar y bendecir ala Virgen María, Madre de Jesucristo nuestro Dios y Señor, con la convicción de que toda glorificación y culto rendidos ala Madrede Dios redunda y termina en honor de su Divino Hijo, también hoy y aquí en Nicaragua es indispensable testimoniar amor y respeto ala Bendita VirgenMaría, Madre de todos y de cada uno de los que somos discípulos de Cristo en esta tierra nicaragüense.

Impulsados por esta devoción cristiana y mariana dela Iglesiadeseamos rendir homenaje de veneración y cariño a todas las madres nicaragüenses en este mes de mayo en el día que a ellas se dedica especialmente en nuestro país. Saludamos a todas las madres convencidos de que hoy más que nunca «urge valorar la maternidad, como misión excelente de las mujeres», quienes son «insustituibles en el hogar, la educación de los hijos y la transmisión de la fe», lo cual no las excluye de «su participación activa en la construcción de la sociedad» (Aparecida, 456).

Ciertamente que la bendición que Isabel dirige ala Virgen Maríaa causa de su maternidad, tal como lo testimoniala Sagrada Escritura(cf. Lc 1,42), es única tanto por la dignidad del fruto bendito de su vientre quien es «Dios con nosotros» (Mt 1,23), como por su condición privilegiada de maternidad virginal; sin embargo, podemos decir que la bendición divina se derrama también sobre toda maternidad humana en cuanto esta es de alguna manera participación en la obra creadora de la vida que tiene su sagrado origen en el mismo Dios.

No pretendemos en este mensaje abundar en conceptos acerca de la dignidad única de la maternidad y de su sublime misión en el mundo. Los Obispos de Nicaragua queremos más bien rendir en nombre y en representación dela Iglesia Católicaen nuestra patria, un sincero homenaje de cariño a todas las madres de Nicaragua y particularmente hacer un reconocimiento a aquellas que han hecho de sus hogares santuarios de la vida, escuelas de fe y verdaderos reductos de amor en medio de una sociedad conflictiva e incluso en muchos aspectos adversa al plan de Dios sobre el matrimonio y la familia.

Deseamos también en esta ocasión declarar nuestro profundo respeto y amor por todas y cada una de las familias nicaragüenses. Este amor es el que nos ha motivado a dar especialísima atención a la pastoral familiar en nuestras iglesias particulares. Por ello también seguimos de cerca en oración y en actitud de discernimiento a la luz dela Palabrade Dios el debate acerca del nuevo Código dela Familiaque se está llevando a cabo enla Asamblea Nacional.Lo hacemos con el único objetivo de poder ofrecer a nuestro pueblo y a las autoridades legislativas del país la luz que emana de la sabiduría del Evangelio sobre esta temática de tanta trascendencia para la persona humana y para la sociedad.

Reconocemos con satisfacción que a pesar de las presiones de países o grupos económicamente poderosos, cuyas voces son amplificadas y magnificadas en diversos medios de comunicación social en contra de la doctrina eclesial acerca de la familia y del matrimonio, se haya conservado en nuestra legislación aquello que parala Iglesia, desde su visión cristiana del hombre y de la sociedad es irrenunciable y sagrado, es decir, que la verdadera familia tiene como fundamento la unión estable entre un hombre y una mujer.

Nos satisface que Nicaragua pueda dar ante el mundo testimonio de respeto a los valores cristianos en lo que respecta al matrimonio y a la familia, pues son estos valores los que aseguran la plena realización del ser humano en su dignidad y grandeza. Sin embargo, no deja de causarnos preocupación el hecho de que en el Código dela Familiahaya enunciados que puedan conducir peligrosamente a usurpar el derecho de los padres sobre sus hijos menores, mediante intromisiones en la privacidad familiar de parte de grupos políticos o de personas ajenas al núcleo familiar. Deseamos que la sociedad nicaragüense pueda tener leyes que salvaguarden los auténticos valores morales, que respeten el auténtico sentido de la familia, que ayuden a mejorar las condiciones de vida de los hogares y que no se dejen abiertas puertas en las que se puedan introducir mayor destrucción en las familias ya de por sí bastante enfermas y disgregadas.

Enviamos un mensaje de bendición y de aliento a las madres nicaragüenses que de manera valiente han acogido la misión de albergar en ellas la vida de un nuevo ser, aunque a veces las circunstancias para ello no han sido fáciles. A aquellas que por dificultades, que no es el caso juzgar en este momento, han cortado esa vida en su propio vientre, les acompañamos en su dolor con nuestro cariño y oración, invitándoles a reparar el error cometido, a que se abran con confianza a la vida y que encuentren la paz y la fortaleza en el amor y en la misericordia infinita de Dios.

Al felicitar hoy a todas las madres de Nicaragua que han sabido recibir la vida, darla a luz, sostenerla y educarla con amor, no podemos dejar de experimentar el gozo de sentir también cerca nosotros la ternura del corazón lleno de pureza y bondad dela Madrede Cristo, que él mismo nos entregó como verdadera madre al pie de la cruz (cf. Jn 19, 26-27).

Finalizamos este mensaje exhortando a todos a trabajar en la defensa de la vida humana desde su concepción hasta su fin natural y a favor de la familia, a apoyar y promover proyectos de promoción de la mujer, a poner entusiasmo en el apostolado por la santificación de los hogares y a dar testimonio del Evangelio mediante una vida según la voluntad de Dios, a imitación de María Inmaculada, verdadera «sierva del Señor» (Lc 1,38). Así podremos construir una sociedad más humana y más justa desde la familia, que es y deberá ser siempre espacio y escuela de comunión, fuente de valores humanos y cívicos, hogar en el que la vida nace y se acoge generosa y responsablemente y verdadera escuela de la fe (cf. Aparecida 302).

Dado en Managua a los treinta días del mes de mayo de dos mil doce.


Publicado por verdenaranja @ 23:06  | Hablan los obispos
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ZENIT nos ofrece el texto del discurso del papa en la Audiencia General del miércoles 30 de Mayo de 2012 que tuvo lugar en la plaza de San Pedro dirigido a grupos de peregrinos y fieles llegados de Italia y de otros países.

Queridos hermanos y hermanas:

En estas catequesis estamos meditando sobre la oración en las cartas de san Pablo y tratamos de ver la oración cristiana como un verdadero y encuentro personal con Dios Padre, en Cristo, por medio del Espíritu Santo. Hoy en este encuentro entablan un diálogo el«sí»fiel de Dios y el«amén»confiado de los creyentes. Y quisiera destacar esta dinámica, deteniéndome en la Segunda Carta a los Corintios. San Pablo envía esta carta apasionada a una Iglesia que ha cuestionado reiteradamente su apostolado, y él abre su corazón para que los beneficiarios tengan la garantía de su lealtad a Cristo y al evangelio. Esta Segunda Carta a los Corintios comienza con una de las oraciones de bendición más elevadas del Nuevo Testamento. Dice:«¡Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación, que nos consuela en todas tribulación nuestra, para poder nosotros consolar a los que están en toda tribulación, mediante el consuelo con que nosotros somos consolados por Dios»(2 Co. 1,3-4).

Por lo tanto, Pablo vive en gran tribulación, son muchas las dificultades y las tribulaciones que tuvo que pasar, pero sin ceder al desaliento, sostenido por la gracia y por la cercanía del Señor Jesucristo, por el cual se convirtió en apóstol y testigo entregando en sus manos toda su existencia. Precisamente por esta razón, Pablo comienza esta carta con una oración de bendición y acción de gracias a Dios, porque no hubo momento de su vida como apóstol de Cristo, en el que no hubiera sentido el apoyo del Padre misericordioso, del Dios de todo consuelo. Ha sufrido terriblemente, lo dice en esta carta, pero en todas estas situaciones, en las que parecía no haber una salida, recibió el consuelo y el consuelo de Dios. Por anunciar a Cristo también sufrió persecución, hasta ser encerrado en la cárcel, pero siempre se ha sentido interiormente libre, animado por la presencia de Cristo y deseoso de proclamar la palabra de esperanza del evangelio. Desde la cárcel, le escribe así a Timoteo, su fiel colaborador. Encadenado escribe:«La Palabra de Dios no está encadenada. Por esto todo lo soporto por los elegidos, para que también ellos obtengan la salvación que está en Cristo Jesús con la gloria eterna»(2 Tm. 2,9b-10). En su sufrimiento por Cristo, experimenta el consuelo de Dios y escribe:«Pues, así como abundan en nosotros los sufrimientos de Cristo, igualmente abunda también por Cristo nuestra consolación»(2 Co. 1,5).

En la oración de bendición, que introduce la Segunda Carta a los Corintios domina entonces, junto al tema de la aflicción, el tema del consuelo, que no debe interpretarse solo como un simple consuelo, sino sobretodo como un estímulo y exhortación a no dejarse vencer por la tribulación y las dificultades. La invitación es a vivir cada situación unida a Cristo, que carga sobre sí todo el sufrimiento y el pecado del mundo para traer luz, esperanza, redención. Y así Jesús nos capacita para consolar a la vez a quienes están en cualquier tipo de tribulación. La profunda unión con Cristo en la oración, la confianza en su presencia, nos llevan a la disponibilidad de compartir los sufrimientos y las aflicciones de los demás. Pablo escribe:«¿Quién desfallece sin que desfallezca yo? ¿Quién sufre escándalo sin que yo me abrase?»(2 Co. 11,29). Este intercambio no surge a partir de una simple benevolencia, ni solo por la generosidad humana o de un espíritu de altruismo, sino que surge del consuelo del Señor, por el firme apoyo de«una fuerza tan extraordinaria que es de Dios y no de nosotros»(2 Co. 4,7).

Queridos hermanos y hermanas, nuestra vida y nuestro camino a menudo están caracterizados por dificultades, incomprensiones, por sufrimientos. Todos lo sabemos. En la relación de fidelidad con el Señor, en la oración constante, diaria, también nosotros podemos, en realidad, sentir el consuelo que viene de Dios. Y esto fortalece nuestra fe, porque nos hace experimentar de forma concreta el «sí» de Dios al hombre, a nosotros, a mí, en Cristo; hace sentir la fidelidad de su amor, que llega hasta el don de su Hijo en la cruz. San Pablo afirma: «Porque el Hijo de Dios, Cristo Jesús, a quien les predicamos Silvano, Timoteo y yo, no fue sí y no; en él no hubo más que «sí». Pues todas las promesas hechas por Dios han tenido su sí en él; y por eso decimos por él«Amén» a la gloria de Dios» (2 Co. 1,19-20). El«sí»de Dios no se reduce, no va entre el«sí» y el«no», sino que es un simple y seguro«sí». Y a este«sí»respondemos con nuestro«sí», con nuestro«amén», y así estamos seguros del «sí» de Dios.

La fe no es principalmente acción humana, sino don gratuito de Dios, que tiene sus raíces en su lealtad, en su «sí», que nos hace comprender cómo vivir nuestras vidas amándolo a él y a los hermanos. Toda la historia de la salvación es una revelación progresiva de esta fidelidad de Dios, a pesar de nuestras infidelidades y de nuestros rechazos, con la certeza de que «¡los dones y el llamado de Dios son irrevocables!», como dice el Apóstol en la Carta a los Romanos (11, 29).

Queridos hermanos y hermanas, el modo de actuar de Dios --muy diferente del nuestro--, nos da consuelo, fortaleza y esperanza, porque Dios no retira su«sí». De frente a los conflictos en las relaciones humanas, a menudo familiares, estamos inclinados a no perseverar en el amor gratuito, que cuesta esfuerzo y sacrificio. En cambio, Dios no se cansa con nosotros, nunca se cansa de ser paciente con nosotros y con su inmensa misericordia nos precede siempre, viene a nuestro encuentro antes, es absolutamente confiable su«sí».

En el evento de la Cruz nos muestra la medida de su amor, que no calcula y que no tiene medida. San Pablo escribe en la Carta a Tito:«Mas cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador y su amor a los hombres»(Tt. 3,4). Y debido a que este«sí»se renueva cada día con«el que nos ungió, y el que nos marcó con su sello y nos dio en arras el Espíritu en nuestros corazones»(2 Co. 1,21b-22).

Y es el Espíritu Santo el que hace constantemente presente y vivo el«sí»de Dios en Jesucristo y crea en nuestro corazón el deseo de seguirlo para entrar totalmente, un día, en su amor, cuando recibiremos una morada no hecha con manos humanas en los cielos. No hay ninguna persona que no sea alcanzada e interpelada por este amor fiel, capaz de esperar incluso por aquellos que siguen respondiendo con el«no»del rechazo o del endurecimiento del corazón. Dios nos espera, nos busca siempre, quiere acogernos en la comunión con sí para darnos a cada uno de nosotros plenitud de vida, de esperanza y de paz.

En el «sí»fiel de Dios se injerta el «amén» de la Iglesia que resuena en cada acción de la liturgia: «amén» es la respuesta de la fe que siempre cierra nuestra oración personal y comunitaria, y que expresa nuestro «sí» a la iniciativa de Dios. A menudo respondemos como una costumbre con nuestro «amén»en la oración, sin comprender el significado profundo. Este término viene de 'aman, que en hebreo y en arameo significa«estabilizar»,«consolidar» y, por tanto,«estar seguro»,«decir la verdad». " Si nos fijamos en las Escrituras, vemos que este«amén» se dice al final de los salmos de bendición y de alabanza, como, por ejemplo, el salmo 41:«En cuanto a mí, me mantendrás en mi inocencia, me admitirás por siempre en tu presencia. ¡Bendito sea Yahvé, Dios de Israel, desde siempre y hasta siempre! ¡Amén!¡Amén!» (vv. 13-14). O, expresa lealtad a Dios, cuando el pueblo de Israel regresa lleno de alegría del exilio de Babilonia y dice su«sí», su «amén» a Dios y a su Ley. En el Libro de Nehemías se relata que después de este retorno,«Esdras abrió el libro (de la Ley), a los ojos de todo el pueblo –pues estaba más alto que todo el pueblo—y al abrirlo, el pueblo entero se puso en pie. Esdras bendijo al Señor, Dios grande; y todo el pueblo, alzando las manos, respondió:‘¡Amén!¡Amén!’» (Ne. 8,5-6).

Desde el principio entonces, el «amén»de la liturgia judía se ha convertido en el «amén»de las primeras comunidades cristianas. Y el libro de la liturgia cristiana por excelencia, el Apocalipsis de San Juan, comienza con el «amén» de la Iglesia: «Al que nos ama y nos ha lavado con su sangre de nuestros pecados, y ha hecho de nosotros un reino de sacerdotes para su Dios y Padre, a él la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén» (Ap. 1,5b-6). Así es en el primer capítulo de Apocalipsis. Y el mismo libro termina con la invocación:«¡Amén!, ¡Ven, Señor Jesús!» (Ap. 22,20).

Queridos amigos, la oración es el encuentro con una persona viva a quien escuchar y con quien comunicarse; es el encuentro con Dios que renueva su lealtad inquebrantable, su«sí»al hombre, a cada uno de nosotros, para darnos su consuelo en medio de lo tormentoso de la vida y hacernos vivir, unidos a Él, una vida llena de alegría y de bien, que encontrará su plenitud en la vida eterna.

En nuestra oración somos llamados a decir«sí»a Dios, a responder a este«amén»de la adhesión, de la fidelidad a Él a lo largo de nuestras vidas. Esta fidelidad no la podemos obtener con nuestras fuerzas, no es sólo un fruto de nuestro compromiso diario; esta viene de Dios y se basa sobre el«sí»de Cristo, que afirma: mi alimento es hacer la voluntad del Padre (cf. Jn. 4, 34).

Es en este«sí» que debemosentrar, entrar en este «sí» de Cristo, en la adhesión a la voluntad de Dios, para llegar a afirmar con san Pablo que nos somos nosotros los que vivimos, sino que es Cristo quien vive en nosotros. Entonces el«amén»de nuestra oración personal y comunitariaenvolveráy transformará toda nuestra vida, una vida con el consuelo de Dios, una vida inmersa en el amor eterno e inconmovible. Gracias.

Traducido del original italiano por José Antonio Varela V.
©Librería Editorial Vaticana


Publicado por verdenaranja @ 23:02  | Habla el Papa
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Lunes, 11 de junio de 2012

ZENIT nos ofrece el artículo de nuestro colaborador habitual el obispo de San Cristóbal de las Casas, México, monseñor Felipe Arizmendi Esquivel que se centra esta vez en la conversión personal.

Quiénes generan los cambios
Empiezan por uno mismo

+ Felipe Arizmendi Esquivel

HECHOS

Estamos en plena campaña electoral, para renovar la presidencia de la República, senadores y diputados, gobernadores y presidentes municipales. Todos los candidatos prometen cambiar muchas cosas que están mal: pobreza, inseguridad, violencia, falta de trabajo, baja calidad de la educación, impunidad, etc., como si de su buen deseo y de su publicidad todo dependiera. No toman en cuenta la fragilidad humana, los intereses egoístas, el pecado, las redes de corrupción, los mecanismos económicos y sociales de la globalización, que pueden echar por tierra los mejores programas, aún con un buen equipo de trabajo. En el grupo que escogió Jesús, hubo muchas deficiencias y traiciones. Esa es la realidad, no para hacernos escépticos ante cualquier propuesta y refugiarnos en el abstencionismo, sino para analizar opciones con serenidad y apoyar con prudencia a quien nos garantice más confianza.

Hay ingenuos que siguen esperando que los nuevos gobernantes resuelvan, como con varita mágica, todos los problemas personales y sociales. Con una dependencia infantil, sólo se fijan en quién regala más cosas en sus mítines, quién promete más, quién goza de mejor publicidad, y no asumen su propia responsabilidad en los cambios que se requieren para que el país mejore. Hay líderes de otras religiones que prometen a candidatos votos de sus congregaciones, a cambio de dádivas y de cargos en la administración. Es decir, muchos ven este momento como una oportunidad de colocarse y sacar ventajas personales.

CRITERIOS

El mundo cambia, si tú cambias. El país mejora, si tú asumes la parte que te toca. Tu Estado y tu municipio avanzan, si haces lo que te corresponde. Del corazón de cada quien es de donde provienen los cambios más profundos, verdaderos y eficaces. Sin conversión personal, todo se corrompe. Sin la luz y la fortaleza de Dios, nuestro corazón es muy frágil y quebradizo.

En su visita a nuestra patria, el Papa Benedicto XVI nos dijo en la Misa del Parque Bicentenario: «Crea en mí, Señor, un corazón puro» (Sal 50,12). Esta exclamación nos ayuda a mirar muy dentro del corazón humano, especialmente en los momentos de dolor y de esperanza a la vez, como los que atraviesa en la actualidad el pueblo mexicano. El anhelo de un corazón puro, sincero, humilde, aceptable a Dios, era muy sentido ya por Israel, a medida que tomaba conciencia de la persistencia del mal y del pecado en su seno, como un poder prácticamente implacable e imposible de superar. Quedaba sólo confiar en la misericordia de Dios omnipotente y la esperanza de que él cambiara desde dentro, desde el corazón, una situación insoportable, oscura y sin futuro. Un corazón puro, un corazón nuevo, es el que se reconoce impotente por sí mismo, y se pone en manos de Dios para seguir esperando en sus promesas.

La historia de Israel narra también grandes proezas y batallas, pero a la hora de afrontar su existencia más auténtica, su destino más decisivo, la salvación, más que en sus propias fuerzas, pone su esperanza en Dios, que puede recrear un corazón nuevo, no insensible y engreído. Esto nos puede recordar hoy a cada uno de nosotros y a nuestros pueblos que, cuando se trata de la vida personal y comunitaria, en su dimensión más profunda, no bastarán las estrategias humanas para salvarnos. Se ha de recurrir también al único que puede dar vida en plenitud, porque él mismo es la esencia de la vida y su autor, y nos ha hecho partícipes de ella por su Hijo Jesucristo”.

PROPUESTAS

Asume tu responsabilidad personal y pregúntate: ¿Qué debo cambiar yo, para que mi familia, mi barrio o colonia, mi escuela y centro de trabajo, mi pueblo o ciudad, mi Estado o país, cambien? Hay cosas que dependen de ti, y otras no. Haz lo que te toca y, aunque no logres cambiar todo el sistema político, económico, social, cultural y religioso, tu entorno mejorará.

Pide a Dios que su Palabra sea una luz que te guíe para tu conversión personal. Que su Espíritu te fortalezca, para que reinen en ti, y por medio de ti en los demás, la verdad y la vida, la santidad y la gracia, la justicia, el amor y la paz. ¡Los cambios dependen de Dios y de ti!


Publicado por verdenaranja @ 23:28  | Hablan los obispos
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Domingo, 10 de junio de 2012

ZENIT nos ofrece un artículo de Monseñor Juan del Río Martín, arzobispo castrense de España, el cual se centra en la solemnidad de Pentecostés.

Pasión por la Iglesia
La reforma debe venir desde dentro

+ Juan del Río Martín

La solemnidad de Pentecostés nos recuerda, año tras año, el envío del Espíritu Santo sobre los apóstoles y primeros discípulos de Jesús. Ese acontecimiento constituye la fuerza y el “alma” que impulsa permanente el peregrinar evangelizador de la Iglesia. Este nuevo pueblo de Dios no surgió por consensos humanos, ni por el impulso de una mística ideológica, como tampoco fue fruto de privilegios de raza o nación. Su origen está en la cruz, en el costado abierto de su Señor.

Ella es, ante todo, el misterio del amor de Dios a los hombres. Es el cuerpo de Cristo encarnado en la historia, que camina entre “consolaciones divinas y persecuciones de los hombres” (s. Agustín), hasta que vuelva su Redentor. Por eso mismola Iglesiaes visible y espiritual, divina y humana, santa y compuesta de pecadores. Su ser y misión se descubren únicamente desde el amor que nace de la fe en Jesucristo, Hijo de Dios vivo. Cuando falta este anhelo, todo queda reducido a mera estructura de poder. Por eso, frente el déficit de eclesialidad que sufrimos en el catolicismo, hace falta intensificar el amor y la pasión porla Iglesia, el sentirse orgulloso de ser miembro de ese cuerpo, de vivir y morir como un hijo en el seno de esta Santa Madre.

Nadie duda de que los tiempos que corren sean buenos. Nunca ha habido épocas ideales, siempre han existido“el trigo y la cizaña”, los creyentes y los adversarios de la religión. En la actualidad, el cristianismo es la religión más perseguida del planeta.La Iglesia Católicasufre en su carne, en tantos países, el desprecio de su derecho a la libertad religiosa, llegando en algunos casos a producirse el triste fenómeno de la cristofobia.

Sin embargo, los enemigos no están únicamente fuera. También el “humus de Satanás” (Pablo VI) se ha filtrado en el seno de nuestras comunidades, produciendo una secularización de la vida cristiana, donde el disenso interno hace mella a todos los niveles. Se está tensando “la túnica inconsútil”, y los extremismos de uno y otro signo quieren convertirse en paladines de la autenticidad. Mientras, los hostiles ala Iglesiase frotan las manos, viendo como los católicos se pelean entre sí. La gente sencilla, de fe, ve con asombro los escándalos de diversos tipos. La ignorancia religiosa crece día a día en todos los sectores. Diríamos en palabras del próximo nuevo Doctor dela Iglesia: “muchos son los frentes y muy gastada está la cristiandad” (S. Juan de Ávila).

Estas “turbulencias”, internas y externas, que afronta la nave de Pedro sólo se superan recuperando la primacía de Dios en la vida de los cristianos, sobre todo a la hora de organizar las estructuras pastorales. Con razón dijo en su día el Cardenal Ratzinger: “lo que necesitamos no es una Iglesia más humana, sino una Iglesia más divina; sólo entonces será también verdaderamente humana”. No se evangeliza acomodándose a la mentalidad del mundo, sino siendo luz, sal y fermento en medio de la sociedad que nos ha tocado vivir. El mero cambio de las organizaciones, sin la transformación de las personas, conduce a la predicación de un evangelio descafeinado y a una Iglesia sin solidez.

La verdadera reforma dela Iglesiaes desde dentro hacia fuera. Nace de un corazón convertido a Jesucristo y de una mente bien formada. Los santos y los mártires son los artífices de la auténtica reforma. Si el sarmiento no está unido a la vid, no puede dar frutos, perola Viñano es propiedad de aquéllos que se sienten seguros y poderosos, sino únicamente de Dios. Es Él quien en cada momento la cuida, la protege y manda obreros para que trabajen en ella. En estos tiempos de profundos cambios, el Señor no ha abandonado a su Iglesia. Ha puesto al frente de ella a Benedicto XVI, un Papa sabio y santo, que nos muestra dónde encontrarla Verdady en qué consiste lo esencial de la fe en Jesucristo. Como ya dijo Jean Guitton hace muchos años: “la condición previa de esta nueva “reevangelización” es que sepamos qué es lo esencial de la fe católica… Nosotros, laicos, pedimos más que nunca a nuestros jefes espirituales que nos digan sin ambigüedades cuál es la fe, y por qué en caso de persecución habría que aceptar morir”.


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ZENIT nos ofrece el texto de la Declaración de Madrid 2012, aprobada en el VI Congreso Mundial de Familias, celebrado en España, del 25 al 27 de mayo.

Reunidos en Madrid, España, el 27 de mayo de 2012, nosotros, los delegados del VI Congreso Mundial de Familias reafirmamos la verdad de que “la familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado” (artículo 16 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos). La familia natural está inscrita en la naturaleza humana y se basa en la unión voluntaria de un hombre y una mujer en la alianza matrimonial de por vida. La institución del matrimonio sobre todo ofrece a la pareja amor y alegría y también tiene como objetivo la procreación y la educación de los hijos. La unión matrimonial también ofrece seguridad en tiempos de problemas, el fundamento de una sociedad que equilibre el orden y la libertad y la solidaridad entre generaciones.

Por desgracia, en nuestros tiempos, los ataques a la familia natural están creciendo en número e intensidad. Las ideologías del estatismo, el individualismo atomista y la revolución sexual ponen en entredicho la esencia del matrimonio y de la familia. Recientes cambios en las leyes y en las políticas públicas de gobiernos de todo el mundo corrompieron el significado y la dignidad del matrimonio, devaluaron la paternidad, alentaron el divorcio fácil y los nacimientos fuera del matrimonio, confundieron identidades sexuales, promovieron la promiscuidad, crearon las condiciones para que aumentara el abuso infantil, aislaron a los ancianos y fomentaron la despoblación.

Estos cambios fueron particularmente agudos en Europa en las últimas décadas y, más concretamente, en la nación de España durante los años 2004-2011, cuando un gobierno radical trabajóefectivamente para subvertir la familia natural.
Como respuesta a todo ello, el VI Congreso Mundial de Familias aprueba un conjunto de principios para crear un entorno cultural y político que sea compatible con la vida, la libertad y la esperanza para el futuro:

- Afirmamos que la familia natural, no el individuo, es la unidad fundamental de la sociedad.

- Afirmamos que la familia natural es la unión de un hombre y una mujer a través del matrimonio creada con el fin de compartir el amor y la alegría, engendrar niños, proveer su educación moral, construir una economía doméstica, ofrecer seguridad en tiempos de crisis y unir a las generaciones.

- Afirmamos que la familia natural es un elemento fijo del orden creado, arraigado en la naturaleza humana. La familia natural no puede convertirse en una realidad de nueva creación, ni puede ser re-definida por los entusiastas de la ingeniería social.
Afirmamos que la familia natural es el sistema familiar ideal y verdadero. Si bien reconocemos múltiples situaciones de hecho, los otros “tipos de familia”adolecen de alguna carencia o son meras invenciones del Estado.

- Afirmamos que el vínculo sexual auténtico es la unión matrimonial entre un hombre y una mujer, el único abierto a la natural y responsable creación de una nueva vida.

- Afirmamos la santidad de la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural. Cada persona recién concebida tiene derecho a vivir, a crecer, a nacer y a compartir un hogar con sus padres naturales unidos por el matrimonio. El aborto, la eutanasia y todas las formas de manipulación de los seres humanos en estado embrionario o fetal, por lo tanto, son ataques contra la vida humana.

- Afirmamos que la familia natural es anterior al Estado y los gobiernos legítimos existen para proteger y apoyar la familia.

- Afirmamos que el mundo es abundante en recursos. El debilitamiento de la familia natural y el fracaso moral y político, y no la “sobrepoblación” humana, han causado la pobreza, el hambre y la degradación del medio ambiente.

- Afirmamos que el verdadero peligro demográfico que afronta la tierra en este nuevo siglo es la crisis de natalidad y el envejecimiento de la población. Nuestras sociedades necesitan más personas, no menos.

- Afirmamos que la familia natural es la principal fuente de prosperidad económica y social y el pilar principal sobre el que asentar la superación de la actual crisis económica mundial.

- Afirmamos que las mujeres y los hombres son iguales en dignidad y derechos innatos, pero diferentes en muchos aspectos. Aunque a veces acontecimientos que escapan al control del individuo (otras veces por una vocación religiosa) lo frustren, la vocación de cada niño es llegar a ser esposo y padre; y la vocación de cada niña es llegar a ser esposa y madre. La cultura, el derecho y la política deberían tener en cuenta estas diferencias.

- Afirmamos que la complementariedad de los sexos es una fuente de fortaleza. Hombres y mujeres presentan profundas diferencias biológicas y psicológicas. Sin embargo, cuando se unen en matrimonio, la combinación se convierte en mayor que la suma de las partes.

- Afirmamos el derecho de los padres a educar a sus hijos para su bien, sin interferencias del Estado.

- Afirmamos que todo ser humano tiene derecho a la libertad religiosa y que la comunidad política debe respetar la libertad de profesar la propia fe, de transmitirla y de educar a los hijos en ella.

- Afirmamos el “salario familiar” ideal que consiste en “una misma remuneración para las mismas responsabilidades familiares”. La compensación por el trabajo, la fiscalidad y la seguridad social deberían fortalecer los lazos familiares naturales.

- Afirmamos el papel necesario de la propiedad privada de la tierra, la vivienda y el capital productivo como fundamento de la independencia familiar y garante de la democracia. En una sociedad justa y buena, todas las familias poseerán bienes inmuebles.

Y afirmamos que las soluciones duraderas a los problemas humanos, incluida la actual crisis económica, provienen de las familias y de las pequeñas comunidades. No se pueden imponer por un decreto burocrático o judicial. Tampoco pueden ser exigidos por una fuerza exterior.


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S?bado, 09 de junio de 2012

ZENIT nos ofrece el texto del mensaje final  del 27º Encuentro de Diócesis de Frontera al sur de Latinoamé con la presencia de 60 participantes de diez "diócesis de frontera" de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Se realizó en la ciudad de Gualeguaychú, del 21 al 23 de mayo.

No a la trata de Personas
Mensaje Final del 27º Encuentro de Diócesis de Frontera al sur de Latinoamérica

Iluminados porla Palabra de Dios: “Defiende el derecho, ama la justicia y camina humildemente con tu Dios” (Miqueas 6,8), y urgidos por una realidad que nos duele, 60 delegados de las Diócesis vecinas de Brasil, Paraguay, Uruguay y Argentina, nos hemos encontrado “para compartir y reflexionar sobre la dignidad de todo ser humano, y asumir una actitud profética frente a la violación grave de la misma en la trata de personas”.

Una realidad vergonzosa y ultrajante

La trata de personas tiene por fin la explotación comercial de la persona con fines sexuales, laborales o de robo y venta de órganos. Tiene modalidad de crimen organizado y estructura “empresarial”, maneja una alta movilidad de las personas y considera al ser humano como un bien transferible y vendible según la oferta y la demanda. Su alarmante crecimiento se refleja en un movimiento anual de dinero que supera el del tráfico de armas, convirtiéndola en la segunda actividad criminal más rentable en el mundo, después del narcotráfico.

La trata implica captar una persona, trasladarla, coaccionarla, venderla, amenazarla, violentarla, usarla y descartarla. Hablamos de violencia física, psicológica, de engaño o pseudo convencimiento, a veces con intervención de familiares o personas con las que la víctima está comprometida afectivamente.

Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay son países de origen, captación, destino y tránsito de personas. Alertamos sobre la existencia de mafias organizadas que recurren, a su vez, a subredes menores, presentes en casi todas nuestras ciudades y pueblos, capitales o del interior.

El turismo sexual infantil opera tanto en la zona de la triple frontera como en grandes ciudades, ofrece adolescentes, niñas y niños para servicio sexual de extranjeros y en numerosos casos, los trafica a otros países de América y a Europa Occidental, según denuncias reiteradas dela Organización Internacionalde las Migraciones, Organización Internacional del Trabajo, así como organizaciones de la sociedad civil que valerosamente luchan contra estos delitos.

Nuestras preocupaciones frente a esta realidad:

- La desinformación, el desconocimiento y a veces la indiferencia, el silencio y aún la insensibilidad que existe en vastos sectores de la sociedad.
- La situación de vulnerabilidad en que se encuentran muchos niños, adolescentes y jóvenes, que los coloca en situación de posibles víctimas.
- La falta de acción de parte de algunas autoridades, aún frente a denuncias concretas.
- La corrupción que lleva a la complicidad de quienes tienen que luchar para detener este crimen, que debería ser declarado de lesa humanidad.
- La falta de herramientas y de coordinaciones adecuadas para una lucha más eficaz: en políticas públicas, en el plano jurídico, en recursos humanos y materiales de las autoridades, en quienes son víctimas directas o indirectas o en quienes desde su indignación y buena voluntad quisieran enfrentarse al problema.
- Las fallas del sistema educativo, de algunos medios de comunicación social y de nuestra cultura contemporánea en proponer valores que contribuyan al desarrollo auténtico de la persona y de la sociedad.
- La imposición, en algunos casos desde programas gubernamentales, de una visión de la sexualidad fundada en el hedonismo.
- Los resabios de la cultura machista que denigra y rebaja a la mujer. La demanda permanente de los “clientes” del comercio sexual y la impunidad de estos prostituyentes, que con su demanda sostienen este mercado criminal.
- Enla Iglesia, la falta de propuestas adecuadas que atraigan a los jóvenes, y la falta de una respuesta más decidida y amplia a este problema.

Valoramos como signos de esperanza:

- Las diferentes manifestaciones en las que hoy se resalta el valor de la persona, la dignidad de la mujer, la vida familiar.
- Todas las iniciativas a favor de la dignidad de la persona humana y sus derechos por parte de las organizaciones de la sociedad civil.
- Las movilizaciones populares en reclamo de justicia y cumplimiento de la ley.
- Los esfuerzos de las autoridades que actúan con la rectitud moral y la dedicación que les corresponde para dotar a cada país de los instrumentos jurídicos eficaces para detener este comercio inicuo, capturar y castigar a quienes se benefician de él y contribuir a la rehabilitación de las víctimas.
- La creación en algunos países de Promotores de Justicia públicos, con nueva mentalidad.
- Los distintos canales de recepción de denuncias que van apareciendo.
- La difusión de fotografías y datos de personas desaparecidas.
- Las obras pastorales de diferentes miembros de la Iglesia Católica y de otras comunidades de fe en los campos de la prevención, del auxilio a quienes están necesitando ser liberados de esta esclavitud y de la rehabilitación de las víctimas, y en la capacitación de agentes pastorales para esos servicios.
- El servicio generoso y gratuito de todos los agentes pastorales que asumen el riesgo de trabajar en un campo minado.
- La Pastoral del Niño y de la Niña (Pastoral da Criança).
- El trabajo en redes que se va abriendo camino, aunando esfuerzos de todos los que están actuando o quieren hacerlo.

Nos anima una palabra clara de la Iglesia

El Beato Juan Pablo II en el año 2002 nos iluminó diciéndonos que “la trata de personas humanas constituye un ultraje vergonzoso a la dignidad humana y una grave violación de los derechos humanos fundamentales.” El Papa cita entonces el Concilio Vaticano II que, en Gaudium et spes se había referido a la esclavitud, la prostitución, la trata, así como las condiciones ignominiosas de trabajo en las que los obreros son tratados como meros instrumentos de lucro, no como personas libres y responsables, que son "oprobios que, al corromper la civilización humana, deshonran más a quienes los practican que a quienes padecen la injusticia y son totalmente contrarios al honor debido al Creador" (Gaudium et spes, 27).

Sigue diciendo Juan Pablo II: “Estas situaciones son una afrenta a los valores fundamentales que comparten todas las culturas y todos los pueblos, valores arraigados en la misma naturaleza de la persona humana. El alarmante aumento de la trata de seres humanos es uno de los problemas políticos, sociales y económicos urgentes vinculados al proceso de globalización; representa una seria amenaza a la seguridad de cada nación y es una cuestión de justicia internacional impostergable.” (Juan Pablo II, Carta al Arzobispo Jean-Louis Tauran con motivo dela Conferencia Internacionalsobre el tema Esclavitud en el siglo XXI: la dimensión de los Derechos Humanos en la trata de Seres Humanos, 15 de mayo de 2002).

Nos comprometemos a:

- Hacer conocer esta realidad a través de publicaciones, folletos, mesas redondas, debates, medios de comunicación, de forma que la sociedad pueda percibirla como un problema social que nos involucra a todos.
- Facilitar el primer auxilio y el acompañamiento a las víctimas en su denuncia.
- Denunciar por los canales adecuados casos y situaciones que lleguen a nuestro conocimiento.
- Promover el espíritu de familia, fomentando en nuestras parroquias actividades que la reúnan y la unan.
- Realizar un trabajo preventivo con adolescentes y jóvenes, ayudándolos a abrir los ojos para reconocer los riesgos y promoviendo para ellos espacios de participación y crecimiento integral. Replantear en la Iglesia los programas de Educación Sexual o Educación para el Amor.
- Plantear esta temática en la formación de sacerdotes, religiosos, religiosas y agentes pastorales laicos.
- Trabajar en las redes de organizaciones civiles y gubernamentales en todo aquello que esté a nuestro alcance.
- Demandar los cambios necesarios en leyes obsoletas y el cumplimiento de la ley.
- Adherir al abolicionismo de la prostitución.
- Animar, acompañar y fortalecer los esfuerzos pastorales de comunidades religiosas y movimientos eclesiales comprometidos en esta lucha.
- Destacar la fecha 23 de setiembre como Día Internacional contra la Trata de Personas.
- Confiar en el poder del Bien, es decir de lo bueno, noble y justo, por encima del mal.

Decimos claramente NO ALA TRATA. Esoimplica no al comercio sexual, no a la prostitución, no a la explotación laboral de niños, niñas, adolescentes y personas traficadas con ese fin y puestas en servidumbre; no al tráfico de órganos, que también se da en nuestra zona.

Por la intercesión de Nuestra Madre, María Santísima, suplicamos al Dios dela Vidanos conceda luz y fortaleza para servir con generosidad en la causa de la dignidad ultrajada de tantas personas y ser sembradores de Esperanza.

En Gualeguaychú, 23 de mayo de 2012

Diócesis de Bagé, Chapecó, Foz do Iguaçú, Santo Ângelo, Uruguaiana (Brasil); Encarnación (Paraguay); Melo, Mercedes, Salto, Tacuarembó (Uruguay); Concordia, Goya, Posadas, Gualeguaychú (Argentina).


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ZENIT nos ofrece las palabras del papa antes de la oración mariana del Regina Coeli el domingo 27 de Mayo de 2012 ante los fieles y peregrinos congregados en la plaza de San Pedro.

¡Estimados hermanos y hermanas!

Celebramos hoy la importante fiesta de Pentecostés, con la que se completa el Tiempo Pascual, cincuenta días después del domingo de Resurrección. Esta solemnidad nos hace recordar y revivir la efusión del Espíritu Santo sobre los apóstoles y los otros discípulos reunidos en oración con la Virgen María en el Cenáculo (cfr At 2,1-11).

Jesús, resucitado y ascendido en el Cielo envía a la Iglesia su Espíritu para que cada cristiano pueda participar a su misma vida divina y se vuelva válido testimonio en el mundo. El Espíritu Santo, irrumpiendo en la historia derrota la aridez, abre los corazones a la esperanza y favorece en nosotros la maduración interior en la relación con Dios y con el prójimo.

El Espíritu que “ha hablado por medio de los profetas”, con los dones de la sabiduría y de la ciencia continúa a inspirar mujeres y hombres que se empeñan en la búsqueda de la verdad, proponiendo vías originales de conocimiento y de profundización del misterio de Dios, del hombre y del mundo. En este contexto tengo la alegría de anunciarles que el próximo 7 de octubre, en el inicio de la Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos, proclamaré a san Juan de Ávila y a santa Hidelgarda de Bingen, doctores de la Iglesia universal.

Estos dos grandes testimonios de la fe vivieron en períodos históricos y en ambientes culturales muy diversos. Hidelgarda fue monja benedictina en el corazón de la Edad Media alemana, auténtica maestra de teología y profunda estudiosa de las ciencias naturales y de la música. Juan, sacerdote diocesano en los años del siglo de oro español, participó a las dificultades de la renovación cultural y religioso de la Iglesia y de la organización social en los albores de la modernidad.

Pero la santidad de la vida y la profundidad de la doctrina lo vuelve perennemente actuales: la gracia del Espíritu Santo, de hecho los proyectó en esa experiencia de penetrante comprensión de la revelación divina y diálogo inteligente con el mundo, que constituyen el horizonte permanente de la vida y de la acción de la Iglesia.

Sobre todo a la luz del proyecto de una nueva evangelización a la cual será dedicada la mencionada Asamblea del Sínodo de los Obispos, y en la vigilia del Año de la Fe, estas dos figuras de santos y doctores serán de gran importancia y actualidad.

También en nuestros días a través de la enseñanza que ellos dieron, el Espíritu del Señor resucitado sigue haciendo resonar su voz y nos ilumina el camino que conduce a aquella verdad que solamente nos podrá hacer libres y dar pleno sentido a nuestra vida.

Rezando ahora juntos el Regina Caeli, invocamos la intercesión de la Virgen María para que obtenga a la Iglesia ser potentemente animada por el Espíritu Santo, de manera que de testimonio de Cristo con franqueza evangélica y se abra siempre más a la plenitud de la verdad.

(...)

Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española presentes en esta oración mariana. Hoy, día de Pentecostés, la liturgia alaba al Espíritu Santo por haber congregado a su Iglesia en la confesión de una misma fe, infundiéndole el conocimiento de Dios. Pidamos que el Espíritu de la Verdad, que procede del Padre, nos siga enseñando y dando la fuerza necesaria para ser testigos ante el mundo de Cristo Redentor, y en todo el orbe se ensalce e invoque al tres veces Santo. Feliz domingo.


Publicado por verdenaranja @ 23:19  | Habla el Papa
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Viernes, 08 de junio de 2012

 SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO (B)

MONICIONES

 

PRIMERA LECTURA

         En la antigüedad, los pactos se sellaban a menudo con sangre. En la lectura que vamos a escuchar veremos cómo Dios hace alianza con el pueblo de Israel liberado de la  esclavitud de Egipto y es ratificada  con sangre de animales sacrificados. 

SEGUNDA LECTURA

         La alianza nueva y definitiva de Dios con los hombres no se sella con sangre de animales sino con la misma Sangre de Jesucristo, que es la única que tiene poder para purificar el interior del hombre. 

TERCERA LECTURA

Sintámonos presentes en la Cena del Señor con sus discípulos. Él entrega su Cuerpo que va a ser  sacrificado, su Sangre que va a ser derramada. Cada vez que nos reunimos para  celebrar la Eucaristía, se actualiza lo que Jesús hizo entonces.

(Aclamémosle con el canto del aleluya). 

OFRENDAS

         En este día de Corpus, Jornada Nacional de Caridad, presentamos al Señor junto con el pan y el vino nuestras aportaciones económicas para ayudar a nuestros hermanos más necesitados. 

COMUNIÓN

         En la Comunión recibimos el "Corpus Cristi", el Cuerpo de Cristo. Así llegamos al punto culminante de nuestra participación en la Alianza con el Señor. Que Él nos ayude a vivir pendientes de los miembros de su Cuerpo Místico, especialmente, de los que sufren cualquier tipo de pobreza.


Publicado por verdenaranja @ 23:06  | Liturgia
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Reflexión al evangelio del domingo de la solemnidad del Corpus Christi - B, ofrecida por el sacerdote Don Juan Manuel Pérez Piñero bajo el epígrafe "ECOS DEL DÍA DEL SEÑOR".

Domingo de Corpus B 

         Hay una pregunta en el Catecismo que dice: “¿Dónde está ahora Jesucristo?” Y responde: “Jesucristo está ahora glorioso en el Cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar”. Es el Misterio admirable de la Eucaristía sobre el que nunca reflexionaremos bastante. La Eucaristía está siempre presente en nuestra vida… Y es necesario ir avanzando más y más, en su comprensión, su importancia, su vivencia, sus consecuencias… hasta que podamos contemplar en el Cielo la hermosura infinita de su gloria.

A eso nos ayuda la Fiesta de Corpus.

El Jueves Santo, centrábamos nuestra atención en la Institución de este Misterio de fe… Ahora,  terminadas las fiestas pascuales, disponemos de un tiempo más amplio, más  sosegado, para celebrar y reflexionar sobre el Misterio Eucarístico… Nos dice el Catecismo que en la Eucaristía debemos considerar estas tres cosas: Presencia (de Cristo), Sacrificio, y Banquete… En esta fiesta se subraya cada año,  la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía, también fuera de la Santa Misa, que hace del Sagrario, el corazón de nuestros templos, de nuestros pueblos y ciudades. Esto se hace,  especialmente, en la Procesión con el Santísimo, en la que, por un trayecto, debidamente preparado, se realza del mejor modo posible, el Misterio admirable de la presencia real de Cristo que vive y camina con nosotros… Y cada año, de los tres en los que se divide la Liturgia renovada del Concilio, se nos presenta un aspecto fundamental de la doctrina eucarística…

El año pasado (A) la Palabra de Dios nos presentaba a la Eucaristía como Banquete, como comida, en la que se recibe a Cristo, “el alma se llena de gracia y se nos da una prenda de la gloria futura”. Este año (B) se nos invita a celebrar y reflexionar sobre la Eucaristía como Alianza de Dios con los hombres, ratificada en la Sangre de Cristo.

Veamos:

En la vida de los hombres, hay ocasiones en que se hacen necesarios los acuerdos, los pactos, las alianzas. ¡Cuánto hemos oído hablar en los últimos tiempos, de “la alianza de civilizaciones!” ¡Y hace falta garantizar su cumplimiento! Cuántos ejemplos podríamos poner sobre las garantías que avalan los acuerdos, las alianzas. ¡Hasta llegar a la sangre! Dios, en su relación salvadora con nosotros, también se ha valido de estas realidades… En el Antiguo Testamento, se fueron sucediendo distintas alianzas: con Noé, con Abrahán, hasta llegar a la alianza con todo el pueblo elegido, en el Sinaí... En efecto, la primera lectura de este Domingo, nos presenta esta alianza que se realiza a través de Moisés, que presenta al pueblo las condiciones del pacto… Y el pueblo responde: “Haremos todo lo que dice el Señor y le obedeceremos”. Y Moisés rocía al pueblo con sangre de animales sacrificados… Esto nos da idea de la importancia y gravedad del acuerdo.

El Evangelio nos presenta el Cáliz de la Sangre de Cristo, que se derrama como Sangre de la alianza nueva y eterna…

La segunda lectura nos presenta un comentario acerca de esta alianza: “… Si la sangre de machos cabrios o de toros y el rociar con las cenizas de una becerra tienen el poder de consagrar a los profanos, devolviéndoles la pureza externa, cuánto más la Sangre de Cristo que, en virtud del Espíritu eterno, se ha ofrecido como sacrificio sin mancha, podrá purificar nuestra conciencia de las obras muertas, llevándonos al culto del Dios vivo”. Lo peculiar de esta alianza es que se personaliza, se renueva, cada vez que celebramos la Santa Misa en la que se derrama la Sangre de Cristo… Por eso, la Santa Misa nos compromete tanto… En cada celebración, especialmente, al terminar la Liturgia de la Palabra, también tenemos que decir nosotros: “Haremos todo lo que dice el Señor y le obedeceremos”. Por eso nuestra participación en la Eucaristía tiene que hacernos mejores, más fieles, mejor cumplidores de los términos del pacto… Y eso tiene que reflejarse en la vida de cada día. Los términos de la alianza se refieren al amor a Dios y a los hermanos. Por eso las celebraciones eucarísticas suelen estar relacionadas con algún aspecto de la dimensión caritativa – social de la vida cristiana. Así, en el Corpus, celebramos el Día Nacional de Caridad y el Jueves Santo, el Día del Amor Fraterno. En efecto, reconocer y adorar la presencia de Cristo en la Eucaristía ha de purificar nuestros ojos y nuestro corazón para reconocerle después presente en los hermanos, especialmente, los que sufren…

En este tiempo de crisis, las necesidades de los hermanos se han multiplicado y urgen nuestra caridad que como sabemos, es la mejor forma de justicia… Siempre tenemos delante de nuestros ojos, el reto de la Comunidad de Jerusalén en la que “ninguno pasaba necesidad”. En medio de tantas dificultades y sufrimientos, nos alegra constatar la respuesta de tantos cristianos y de las asociaciones de la Iglesia, especialmente, de Cáritas. Y esto siempre lo tenemos que intensificar…

Ojalá que, en medio de esta gran solemnidad, podamos repetir muchas veces, estas palabras de la oración colecta de la  Santa Misa de hoy: Que nos conceda el Señor “venerar de tal modo los misterios de su  Cuerpo y de su Sangre, que experimentemos constantemente en nosotros, el fruto de su Redención”. 

¡FELIZ DOMINGO! ¡FELIZ DÍA DEL SEÑOR! 


Publicado por verdenaranja @ 23:03  | Espiritualidad
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EUCARISTÍA Y CRISIS 

         Todos los cristianos lo sabemos. La eucaristía dominical se puede convertir fácilmente en un "refugio religioso" que nos protege de la vida conflictiva en la que nos movemos a lo largo de la semana. Es tentador ir a misa para compartir una experiencia religiosa que nos permite descansar de los problemas, tensiones y malas noticias que nos presionan por todas partes.

         A veces somos sensibles a lo que afecta a la dignidad de la celebración, pero nos preocupa menos olvidarnos de las exigencias que entraña celebrar la cena del Señor. Nos molesta que un sacerdote no se atenga estrictamente a la normativa ritual, pero podemos seguir celebrando rutinariamente la misa, sin escuchar las llamadas del Evangelio.

         El riesgo siempre es el mismo: Comulgar con Cristo en lo íntimo del corazón, sin preocuparnos de comulgar con los hermanos que sufren. Compartir el pan de la eucaristía e ignorar el hambre de millones de hermanos privados de pan, de justicia y de futuro.

         En los próximos años se van a ir agravando los efectos de la crisis mucho más de lo que nos temíamos. La cascada de medidas que se nos dictan de manera inapelable e implacable irán haciendo crecer entre nosotros una desigualdad injusta. Iremos viendo cómo personas de nuestro entorno más o menos cercano se van empobreciendo hasta quedar a merced de un futuro incierto e imprevisible.

         Conoceremos de cerca inmigrantes privados de asistencia sanitaria, enfermos sin saber cómo resolver sus problemas de salud o medicación, familias obligadas a vivir de la caridad, personas amenazadas por el desahucio, gente desasistida, jóvenes sin un futuro nada claro... No lo podremos evitar. O endurecemos nuestros hábitos egoístas de siempre o nos hacemos más solidarios.

         La celebración de la eucaristía en medio de esta sociedad en crisis puede ser un lugar de concienciación. Necesitamos liberarnos de una cultura individualista que nos ha acostumbrado a vivir pensando solo en nuestros propios intereses, para aprender sencillamente a ser más humanos. Toda la eucaristía está orientada a crear fraternidad.

         No es normal escuchar todos los domingos a lo largo del año el Evangelio de Jesús, sin reaccionar ante sus llamadas. No podemos pedir al Padre "el pan nuestro de cada día" sin pensar en aquellos que tienen dificultades para obtenerlo. No podemos comulgar con Jesús sin hacernos más generosos y solidarios. No podemos darnos la paz unos a otros sin estar dispuestos a tender una mano a quienes están más solos e indefensos ante la crisis.    

José Antonio Pagola 

Red evangelizadora BUENAS NOTICIAS
10 de junio de 2012
El Cuerpo yla Sangrede Cristo (B)
Marcos 14, 12-16


Publicado por verdenaranja @ 22:57  | Espiritualidad
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Ideas para la homilía del Día de la Caridad, Corpus Christi 2012, publicadas dentro del Guión Litúrgico para la celebración de ese día, recibidoen la parroquia.

Para la homilía

1. La generosidad de Dios

Dios nos ha bendecido con toda clase de bendiciones. Es un derroche (Ef. 1,3.8) No nos cansemos de alabar y agradecerle los dones que nos concede, tanto en lo material como en lo espiritual.

"Te bendecimos, Padre Santo (. .. ) Has dado comida y bebida a los hijos de los hombres para su disfrute y para que te bendigan (. .. ) Pero a nosotros nos has dado el don de una comida y bebida espirituales y de la vida eterna, por medio de Jesús, tu siervo" (Didache X, 2-3).

Para su disfrute. Dios quiere que todos sus hijos vivan y disfruten de la vida. Pero, ¿cómo se puede disfrutar de la vida si nadie te sienta a la mesa de la creación? ¿Y cómo se puede disfrutar del banquete de la creación mientras hay algún Lázaro a tu puerta o por el suelo?

Toda la generosidad de Dios se concentra en Jesucristo y se plenifica en el Espíritu Santo.

La generosidad de Cristo

Cristo, "siendo rico, por vosotros se hizo pobre a fin de enriqueceros con su pobreza" (2 Co 8, 9). Cristo nos lo dio todo y se nos dio del todo. Nos dio su tiempo, su palabra, su cuerpo y su sangre toda, que es toda la vida. Nos sigue dando su presencia, su palabra, su perdón, su gracia. Ríos de sangre yagua, que brotan de su corazón, llegan hasta nosotros cada día. Y aquí está, la Eucaristía, como signo de su amor desbordante y permanente. No es un amor estático, que espera ser visitado para comunicarse. Es un amor dinámico y oblativo, que se está ofreciendo y rompiendo por nosotros. Es un pan que se rompe y que espera ser comido. Es una experiencia de gozo y de fuego que nos atrae y que nos envía a incendiar el mundo.

2. La mezquindad humana

En contraste con la generosidad y gratuidad de Dios nos encontramos con la avaricia carroñera del hombre. Frente a la mano abierta de Dios se alza la mano cerrada, y aún el puño cerrado del hombre, por si acaso.

Decía S. Juan Crisóstomo: "Mientras Dios desea por todos los medios mantenernos unidos pacíficamente, nosotros tenemos las miras puestas en la mutua separación, en la usurpación de los bienes materiales, en pronunciar esas palabras glaciales: mío y tuyo. Desde ese momento empieza la lucha, desde ese instante la bajeza" (PG 62, 563)

Hoy también prevalecen las palabras glaciales: mío y tuyo en vez de nosotros y vosotros. De ahí que se rivalice ferozmente y que las desigualdades entre unos y otros lleguen a ser "abísmales" (Juan Pablo 11 SRS, 13)

"Los nadies, los hijos de nadie, los dueños de nada.

Que no son, aunque sean ( ... ).

Que no son seres humanos, sino recursos humanos.

Que no tienen cara, sino brazos.

Que no tienen nombre, sino número"(Eduardo Galeano).

3. Soluciones eucarísticas

Compartir el pan, en vez de acapararlo. Es de justicia.

Partir el pan, en vez de conservar/o. Es caridad.

Sembrar el trigo, en vez de minas antipersonales. No más terror.

Amasar la harina con ternura y esperanza. No con un frío interés.

Cocer el pan en el horno del amor. No con el fuego de la avaricia.

Proteger a los que siembran el pan con el sudor de su frente.

Que el pan se coma en la mesa de la solidaridad y la fraternidad.

Que comas menos pan, si alguien pasa hambre.

Que se busquen los medios justos y solidarios de repartir los panes.

Que si ya no tienes panes, tú mismo te hagas pan, como Dios.

Vivir eucarísticamente

La Eucaristía encierra en sí el germen de la recreación. La Eucaristía nos atrae y nos vivencia la comunión fraterna, pero también nos envía a sembrar esa fraternidad, con vestidos de solidaridad y de paz.

Sentarse a la mesa del Señor significa una puesta en común de nuestros dones y de nuestros corazones. Antes de comer el pan de Cristo, el discípulo ha de estar dispuesto a lavar los pies, a abrir sus manos y sus brazos, a partir el pan y hacerse pan, lo que sea necesario para que nadie quede excluido de las mesas de Dios.

Vivir eucarísticamente es optar por la fuerza misteriosa de Cristo resucitado.

Vivir eucarísticamente es contar con la fuerza liberadora del Espíritu Santo.

Vivir eucarísticamente es creer que el pan partido es un fermento de renovación de las personas, de la Iglesia y de la sociedad.

Vivir eucarísticamente es crear lazos de comunión en un mundo roto y enfrentado.

Vivir eucarísticamente es aprender a colaborar, respetando la dignidad y los derechos de cada uno, respetando los carismas y capacidades de todos ..

Vivir eucarísticamente es aprender a compartir.

Vivir eucarísticamente es aprender a servir.

Vivir eucarísticamente es optar por la gratuidad.

Vivir eucarísticamente es vivir en el amor. Pero el amor entregado como el de Cristo, que se parte y se deja comer. “El que me come vivirá por mí" (Jn 6, 57).


Publicado por verdenaranja @ 17:50  | Homil?as
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Guión litúrgico para el Día de la Caridad 2012, Corpus Christi, recibido en la parroquia con los materieales para su celebración el domingo 10 de Junio.

Introducción

La Eucaristía es el núcleo de nuestra espiritualidad.

Allí se prendió una mecha de amistad y de solidaridad que no deja de crecer.
Allí se estamparon las más hermosas actitudes de servicialidad.

Allí se estableció el principio de que sólo vale el amor; y se explicaron magistralmente las cualidades del amor
verdadero, amor que no tiene medida, amor que llega hasta el final.

Allí se habló de gratuidad y se sintió la necesidad de estar unidos, evitando los peligros del aislamiento egoísta y la infidelidad.

Este es el misterio que hoy, fiesta del Corpus y Día de la Caridad, nos disponemos a celebrar.

Acto Penitencial

. Porque recibimos un derroche de gracia, pero somos egoístas y mezquinos.

-  Señor, Ten piedad

. Porque no sabemos valorar y agradecer los dones recibidos.

-  Cristo, ten piedad

. Porque nos acomodamos a una vida mediocre y nos hacemos indiferentes ante tantas injusticias.

-   Señor, ten piedad

 Lecturas

 Ex 24,3-8; Hb 9, 11-15; Me 14, 12-76.22-26

La Palabra que vamos a escuchar nos  recuerda el valor de la sangre: derramar la sangre del hermano es quitarle la vida. Dar la sangre es dar la vida. Mezclar la sangre es unir las vidas.

Fue lo que hicieron Dios y el hombre en nuestro Señor Jesucristo. Es la alianza nueva, salvadera, definitiva de la que nos habla la
Palabra en esta Eucaristía.                       

Para la homilía

1. La generosidad de Dios

Dios nos ha bendecido con toda clase de bendiciones. Es un derroche (Ef. 1,3.8) No nos cansemos de alabar y agradecerle los dones que nos concede, tanto en lo material como en lo espiritual.

"Te bendecimos, Padre Santo (. .. ) Has dado comida y bebida a los hijos de los hombres para su disfrute y para que te bendigan (. .. ) Pero a nosotros nos has dado el don de una comida y bebida espirituales y de la vida eterna, por medio de Jesús, tu siervo" (Didache X, 2-3).

Para su disfrute. Dios quiere que todos sus hijos vivan y disfruten de la vida. Pero, ¿cómo se puede disfrutar de la vida si nadie te sienta a la mesa de la creación? ¿Y cómo se puede disfrutar del banquete de la creación mientras hay algún Lázaro a tu puerta o por el suelo?

Toda la generosidad de Dios se concentra en Jesucristo y se plenifica en el Espíritu Santo.

La generosidad de Cristo

Cristo, "siendo rico, por vosotros se hizo pobre a fin de enriqueceros con su pobreza" (2 Co 8, 9). Cristo nos lo dio todo y se nos dio del todo. Nos dio su tiempo, su palabra, su cuerpo y su sangre toda, que es toda la vida. Nos sigue dando su presencia, su palabra, su perdón, su gracia. Ríos de sangre yagua, que brotan de su corazón, llegan hasta nosotros cada día. Y aquí está, la Eucaristía, como signo de su amor desbordante y permanente. No es un amor estático, que espera ser visitado para comunicarse. Es un amor dinámico y oblativo, que se está ofreciendo y rompiendo por nosotros. Es un pan que se rompe y que espera ser comido. Es una experiencia de gozo y de fuego que nos atrae y que nos envía a incendiar el mundo.

2. La mezquindad humana

En contraste con la generosidad y gratuidad de Dios nos encontramos con la avaricia carroñera del hombre. Frente a la mano abierta de Dios se alza la mano cerrada, y aún el puño cerrado del hombre, por si acaso.

Decía S. Juan Crisóstomo: "Mientras Dios desea por todos los medios mantenernos unidos pacíficamente, nosotros tenemos las miras puestas en la mutua separación, en la usurpación de los bienes materiales, en pronunciar esas palabras glaciales: mío y tuyo. Desde ese momento empieza la lucha, desde ese instante la bajeza" (PG 62, 563)

Hoy también prevalecen las palabras glaciales: mío y tuyo en vez de nosotros y vosotros. De ahí que se rivalice ferozmente y que las desigualdades entre unos y otros lleguen a ser "abísmales" (Juan Pablo 11 SRS, 13)

"Los nadies, los hijos de nadie, los dueños de nada.

Que no son, aunque sean ( ... ).

Que no son seres humanos, sino recursos humanos.

Que no tienen cara, sino brazos.

Que no tienen nombre, sino número"(Eduardo Galeano).

3. Soluciones eucarísticas

Compartir el pan, en vez de acapararlo. Es de justicia.

Partir el pan, en vez de conservar/o. Es caridad.

Sembrar el trigo, en vez de minas antipersonales. No más terror.

Amasar la harina con ternura y esperanza. No con un frío interés.

Cocer el pan en el horno del amor. No con el fuego de la avaricia.

Proteger a los que siembran el pan con el sudor de su frente.

Que el pan se coma en la mesa de la solidaridad y la fraternidad.

Que comas menos pan, si alguien pasa hambre.

Que se busquen los medios justos y solidarios de repartir los panes.

Que si ya no tienes panes, tú mismo te hagas pan, como Dios. 

Vivir eucarísticamente

La Eucaristía encierra en sí el germen de la recreación. La Eucaristía nos atrae y nos vivencia la comunión fraterna, pero también nos envía a sembrar esa fraternidad, con vestidos de solidaridad y de paz.

Sentarse a la mesa del Señor significa una puesta en común de nuestros dones y de nuestros corazones. Antes de comer el pan de Cristo, el discípulo ha de estar dispuesto a lavar los pies, a abrir sus manos y sus brazos, a partir el pan y hacerse pan, lo que sea necesario para que nadie quede excluido de las mesas de Dios.

Vivir eucarísticamente es optar por la fuerza misteriosa de Cristo resucitado.

Vivir eucarísticamente es contar con la fuerza liberadora del Espíritu Santo.

Vivir eucarísticamente es creer que el pan partido es un fermento de renovación de las personas, de la Iglesia y de la sociedad.

Vivir eucarísticamente es crear lazos de comunión en un mundo roto y enfrentado.

Vivir eucarísticamente es aprender a colaborar, respetando la dignidad y los derechos de cada uno, respetando los carismas y capacidades de todos ..

Vivir eucarísticamente es aprender a compartir.

Vivir eucarísticamente es aprender a servir.

Vivir eucarísticamente es optar por la gratuidad.

Vivir eucarísticamente es vivir en el amor. Pero el amor entregado como el de Cristo, que se parte y se deja comer. “El que me come vivirá por mí" (Jn 6, 57). 

Oración de los fieles

En este día del Corpus, Día de Caridad, en el que celebramos el signo del amor más grande, pedimos al Padre de la misericordia diciendo: Te lo pedimos, Padre.

Por la Iglesia, para que crezca en caridad y se manifieste como servidora del hombre, oremos.

Por todos los que se dedican a defender los derechos y la dignidad del hombre, oremos.

Por los que mueven los hilos del poder político y financiero, para que escuchen la voz de los que no tienen voz ni poder, oremos.

Por cuantos son víctimas de la injusticia y la violencia, para que sean prontamente liberados de tanto sufrimiento, oremos.

Por cuantos trabajan en Cáritas -voluntarios, contratados, directivos-, para que se renueven, siguiendo las exigencias del Evangelio y de los signos de los tiempos, oremos.

Por todos nosotros, que partimos el pan eucarístico, para que seamos testigos de un amor samaritano y servicial, oremos.

Por cuantos ofrecen su tiempo, su trabajo, su vida gratuitamente en favor de los más pobres, oremos.

Oremos: Te pedimos, Padre, que vivamos la caridad en la verdad, siendo consecuentes con lo que rezamos y celebramos, y concédenos el gozo de la gratuidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.


Publicado por verdenaranja @ 17:47  | Liturgia
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Jueves, 07 de junio de 2012

El DEPARTAMENTO DE COMUNICACIÓN del obispado de Tenerife nos participa de las noticias generadas en la última semana en la diócesis.

38201. La Laguna. Tenerife.
fno. 922-25 86 40 / Extensión 8
e-mail: [email protected]

Boletín 485 

LAS NOTICIAS AMPLIADAS PUEDEN VERLAS ENTRANDO EN NUESTRO BLOG. Textos, sonidos, e imágenes los tienen en: http://www.comunicacionobispadodetenerife.blogspot.com/

Cáritas Diocesana de Tenerife prepara los actos del día de Corpus Christi (Día Nacional de Caridad). El jueves 7 de junio a las 11 horas, en el Seminario Diocesano se detallarán las acciones de Cáritas en el año 2011, personas atendidas, perfiles, recursos empleados, entre otros aspectos, recogidas enla Memoria Institucional.También se dará a conocer el mensaje contenido enla Campaña Institucionalen el Día del Corpus bajo el lema “Los mejores regalos se hacen con las manos” y que inspirarán las diferentes actividades en todos y cada uno de los arciprestazgos dela Diócesis.  

Por otro lado, Cáritas Diocesana desarrollará el Acto Institucional de la Campaña del Corpus “Vive sencillamente para que otros sencillamente, puedan vivir” bajo el lema “Los mejores regalos se hacen con las manos”. Dicho acto tendrá lugar en Los Cristianos (Arona) y contará con talleres, actuaciones musicales, de teatro y lectura de un manifiesto. Estará presentado y dinamizado por el humorista canario Juan Luis Calero. Será el próximo 16 de junio entre las 18 y 21 horas. 

Por estas fechas, muchos enclaves de nuestra diócesis celebran con especial relevancia el día de Corpus Christi. Por ejemplo, en Mazo, La Palma donde la solemne celebración eucarística tendrá lugar el jueves 7 de junio, a las 18:30 horas en el templo de San Blas. Predicará Jorge Fernández Castillo, delegado diocesano de Liturgia. La procesión con el Santísimo Sacramento se iniciará en torno a las 19:30 horas. 

Por su parte,  el Nuncio de Su Santidad el Papa en España, Mons. Renzo Fratini visitará por vez primera la diócesis, donde presidirá la Eucaristía de la Infraoctava del Corpus en la parroquia de la Concepción de La Orotava, el día 14 de junio, a las 18:30 horas. Igualmente, podrá saludar a los miembros del Consejo Diocesano de Pastoral que se reúnen en sesión ordinaria, el sábado 16 del mismo mes. El Nuncio también se hará presente en el Seminario y en otras realidades de nuestra Diócesis. 

El próximo 1 de julio, en la parroquia de Nuestra Señora de la Concepción, en La Laguna, será ordenado diácono, Jonny Pereira Socas. La imposición de manos será conferida por Roberto Lückert León, arzobispo de Santa Ana de Coro-Venezuela. 

En la Parroquia Matriz de la Concepción, en Valverde, El Hierro, se ha anunciado oficialmente la próxima Bajada de la Virgen de los Reyes. Un anuncio que se llevó a cabo dentro de la celebración de la Eucaristía que presidió el Obispo. El año 2013 será, por tanto, una nueva fecha señalada para la Iglesia que peregrina en tierras herreñas ya que será su LXVIII Bajada, dando así cumplimiento al Voto del 29 de enero 1741. 

El Instituto Superior de Teología vuelve a ofrecer este mes de julio su Escuela de Verano, en su octava edición. En esta ocasión, los alumnos asistentes se adentrarán en temas tan novedosos como “el coaching y las redes sociales”. El ISTIC ofrecerá varios cursos a partir del día 1 del próximo mes y concluirán en torno al día 12, cursos que otorgarán “la certificación correspondiente de su realización y un crédito propio del ISTIC, correspondiente a 10 horas lectivas”, señalan los organizadores. 

Ya está disponible en los puntos de distribución habituales, el número de la revista "Iglesia Nivariense" correspondiente al mes de junio. En esta edición, se recogen, entre otros temas, un reportaje sobre el Padre Segura, recientemente nombrado Doctor Honoris Causa por la ULL, un artículo que intenta aclarar la situación del régimen económico y fiscal de la Iglesia y un especial sobre lo que se vivió en Tegueste para celebrar el patrón del clero. 

Las Dominicas Misioneras de la Sagrada Familia, tienen una misión en Yaoundé (Camerún), en el barrio de Abobó. Esta misión se mantiene gracias a la colaboración de muchas personas que participan con una beca anual, mensual… o simplemente con algún donativo. El festival solidario para esta misión tendrá lugar el día 22 de junio, a las 18:00 horas, en el teatro del Colegio Dominicas de Vistabella. Las entradas se venden en la portería del Colegio. También hay “fila cero" para aquellas personas que quieren colaborar, pero que por diferentes causas no pueden asistir. El precio de la entrada es de 2 euros. 

El pasado sábado 2 de junio de 2012, en la casa de la juventud, se llevó a cabo la última reunión de la DPJ con los coordinadores y animadores de PJ de las zonas de este curso pastoral, así como responsables de pastoral de los centros educativos, movimientos apostólicos, seminario diocesano, pastoral universitaria, etc. 

La parroquia de Nuestra Señora del Carmen en Los Cristianos ha organizado una original actividad juvenil para los días 30 de junio y 1 de julio. Se trata de una competición de skate con actividades paralelas tales como concurso de graffitis, proyección de películas y vídeos relacionados con el skate y el surf. Además habrá música en vivo de bandas de rock juveniles, una de las cuales ensaya en un lugar del centro parroquial. 

El curso Alpha extendido por todo el mundo, es una experiencia pensada para cuantos se preguntan sobre el sentido de sus vidas y sobre su fe. La delegación para la nueva evangelización y la vicaría general, ha invitado a conocer su funcionamiento los próximos días 29 y 30 de junio en el Seminario Diocesano. Estará dirigido por los responsables nacionales de Alpha España. Para formalizar inscripción llame al 619035290 ó [email protected] antes del 24 de junio. 

El ayuntamiento de La Guancha ha celebrado un pleno en el que se abordó la incoación del expediente para el nombramiento como hijo adoptivo del municipio al sacerdote Sebastián García Martín. 

El párroco de la iglesia icodense de San Marcos Evangelista, Rubén José Fagundo, ha puesto en marcha la iniciativa que lleva por título "Mójate para que tu patrimonio no se moje" para contribuir a la reparación de los tejados de este templo declarado Bien de Interés Cultural. 

El Año de la Fe comenzará el 11 de octubre de 2012, en el 50 aniversario de la inauguración del Concilio Vaticano II y concluirá el 24 de noviembre de 2013, en la Solemnidad de Cristo Rey del Universo. Con tal motivo, ha comenzado la preparación de una apertura diocesana de este acontecimiento. La misma será en un gran "Encuentro Diocesano" a celebrar el próximo 12 de octubre en Garachico. 

La HOAC (Movimiento de Trabajadores Cristianos) ha invitado a quien lo desee a la Vigilia de Oración por la situación del Mundo Obrero y del Trabajo que tendrá lugar el día 15 de Junio, a las 17:30 horas en la Parroquia de San Matias, La Laguna.  

 El próximo Cursillo de Discernimiento Vocacional se desarrollará en el seminario entre el 1 y el 8 de julio. A este curso están invitados todos aquellos chicos que teniendo aprobado 5º de Primaria o habiendo cursado ya algún curso de la E.S.O, han manifestado explícitamente, su deseo de ser sacerdote y formar parte del Seminario, o al menos no descartar en su vida la posibilidad de ser sacerdotes; situación que, previamente, ya han debido contrastar con su familia y su párroco para poder contar con su aprobación positiva. Adjuntamos enlace al folleto del cursillo: Folleto 

El taller de oración “Para en tu camino” está teniendo lugar este  trimestre en Icod de los Vinos, destinado a jóvenes de 14 a 30 años. La próxima cita será el 8 de junio, de 18:30 a 20:00 horas, en la iglesia de San Agustín.  Para asistir al mismo hay que avisar con unos días de antelación. Contacto: [email protected] 

El movimiento Apostólico de Mayores y Jubilados Vida Ascendente ha celebrado en El Escorial (Madrid) su Asamblea Nacional, a la que asistieron cuatro miembros del movimiento en nuestra Diócesis.  


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ZENIT nos participa: Este domingo 27 de mayo culminará la primera etapa del proceso de canonización de Rebeca Rocamora Nadal. La apertura de la causa de esta joven de Granja de Rocamora comenzó en 2009 tras dar su autorizaciónla Santa Sede.

La localidad alicantina de Granja de Rocamora vivirá este domingo, 27 de mayo, la Clausura de la fase diocesana del Proceso de Canonización de la joven Rebeca Rocamora Nadal. Será una ceremonia multitudinaria presidida por el obispo diocesano, monseñor Rafael Palmero que tendrá lugar a las 19:00 horas en la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol, en la que se espera la presencia de cientos de personas y autoridades políticas de la zona.

Culminará así la primera etapa de esta causa entregándose toda la documentación recabada ala Congregaciónpara las Causas de los Santos en el Vaticano para continuar con el Proceso.

Rebeca falleció el 26 de mayo de1996 alos 20 años de edad en su pueblo natal, Granja de Rocamora, a causa de una enfermedad incurable. Y según afirman los promotores dela Causa“su vida sencilla como catequista parroquial y su aceptación de la enfermedad y forma de afrontar la muerte con alegría, calaron hondo en cuantos la conocieron”.

Era el 14 de marzo de 2009 cuando, en una emotiva ceremonia, se celebraba la Apertura del Proceso de Canonización de esta joven alicantina.

Algunos datos biográficos sobre Rebeca

Rebeca Rocamora Nadal nació el 7 de septiembre de 1975 en Granja de Rocamora (Alicante) en ambiente de familia cristiana. De cabello rubio y profunda mirada, desde muy pequeña destacaba por su vitalidad y generosidad. Tenía un carácter dócil y receptivo a las necesidades de los demás. Después de la Primera Comunión aparece en su vida la enfermedad, que acepta con entereza, sin perder la sonrisa y siempre preocupada por los demás, más que por ella misma.

Tras su recuperación prosigue los estudios, comprometiéndose activamente después de la Confirmación como catequista parroquial. Su historia se desarrolla con la misma normalidad que la de cualquier otra joven pero con el estilo de quien ha dejado que Dios sea el timón de su vida, especialmente cuando surge de nuevo una grave enfermedad que vive abrazada a la cruz con una fe, alegría y fortaleza poco comunes, siendo luminoso testimonio de vida cristiana para cuantos la visitaban. Unida a la voluntad de Dios, Rebeca respondía cuando le decían que pidiese la salud: “Es que el Señor ya sabe que, si conviene, me la tiene que dar. Yo sólo le pido que me aumente la fe”.

Falleció el 26 de mayo de 1996, en la Solemnidad de Pentecostés, a los 20 años de edad. Su entierro fue multitudinario. El 14 de marzo de 2009, el obispo diocesano, monseñor Rafael Palmero Ramos, ante la petición de un importante número de personas, iniciaba el Proceso de Canonización de Rebeca en la Diócesis de Orihuela-Alicante “para que su ejemplo sirva de estímulo para la juventud, y en concreto, para los catequistas”.

Desde ese día, la difusión de su vida no ha dejado de crecer y extenderse más allá de nuestras fronteras. Existe una biografía publicada sobre Rebeca, titulada “La estela de una sonrisa”, de Editorial Ciudad Nueva, y periódicamente se edita una pequeña revista con noticias sobre su proceso, testimonios y favores que se atribuyen a su intercesión.

La Causa de Canonización de Rebeca Rocamora está promovida por la Parroquia de San Pedro Apóstol, Pza. de la Iglesias/n, de Granja de Rocamora (Alicante). Su página web es: www.rebecarocamora.es. También se puede seguir en Facebook, Youtube o Twitter.


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Mi?rcoles, 06 de junio de 2012

ZENIT nos ofrece el texto del discurso del santo padre en la Audiencia General del miércoles 23 mayo 2012, en la plaza de San Pedro, con grupos de peregrinos y fieles llegados de Italia y del mundo.

Queridos hermanos y hermanas,

El miércoles pasado he mostrado cómo san Pablo dice que el Espíritu Santo es el gran maestro de oración y nos enseña a dirigirnos a Dios con términos afectuosos de hijos, llamándolo "Abba", Padre. Así lo hizo Jesús, incluso en el momento más dramático de su vida terrena, Él nunca perdió su fe en el Padre y siempre lo ha invocado con la intimidad del Hijo amado. En Getsemaní, cuando siente la angustia de la muerte, su oración es: "Abba!, ¡Padre! Todo es posible para ti: ¡aleja de mi este cáliz! Sin embargo, no sea lo que yo quiero, sino lo que quieras tú" (Mc. 14,36).

Desde las primeras etapas de su camino,la Iglesiaha acogido esta invocación y la ha hecho propia, sobre todo en la oración del Padre Nuestro, en la cual decimos todos los días: "Padre... Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo" (Mt. 6,9-10). En las cartas de san Pablo lo encontramos dos veces. El Apóstol, que acabamos de escuchar, se dirigió a los Gálatas con estas palabras: "Que ustedes son hijos lo demuestra el hecho que Dios envió a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que grita en nosotros: ¡Abba!, ¡Padre! "(Gal 4,6). Y en medio de ese canto al Espíritu en el capítulo octavo dela Cartaa los Romanos, san Pablo dice: "No han recibido un espíritu de esclavos para caer en el temor, sino que han recibido el Espíritu que nos hace hijos adoptivos, a través del cual gritamos: "¡Abba! ¡Padre! " (Rom. 8,15). El cristianismo no es una religión del miedo, sino de la confianza y del amor al Padre que nos ama. Estas dos afirmaciones densas nos hablan del envío y de la recepción del Espíritu Santo, el don del Resucitado, que nos hace hijos en Cristo, el Hijo unigénito, y nos coloca en una relación filial con Dios, relación de profunda confianza, como la de los niños; una relación filial similar a la de Jesús, aunque diferente en el origen y diferente en el espesor: Jesús es el Hijo eterno de Dios que se hizo carne, y en él nos convertimos en hijos, con el tiempo, a través de la fe y los sacramentos del Bautismo y dela Confirmación; gracias a estos dos sacramentos somos inmersos en el misterio pascual de Cristo. El Espíritu Santo es el don precioso y necesario que nos hace hijos de Dios, que realiza aquella adopción filial a la que todos los seres humanos están llamados porque, como indica la bendición divina dela Cartaa los Efesios, Dios, en Cristo, "nos eligió antes de la fundación del mundo para ser santos e irreprochables ante él por el amor, predestinándonos a ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo" (Ef. 1,4).

Tal vez el hombre moderno no percibe la belleza, la grandeza y el profundo consuelo contenidos en la palabra "padre" con la que podemos dirigirnos a Dios en la oración, porque la figura paterna a menudo hoy no está suficientemente presente, y a menudo no es suficientemente positiva en la vida diaria. La ausencia del padre, el problema de un padre no presente en la vida del niño es un gran problema de nuestro tiempo, por lo que se hace difícil entender en profundidad qué significa que Dios sea Padre para nosotros. De Jesús mismo, por su relación filial con Dios, podemos aprender lo que significa exactamente "padre", cual es la verdadera naturaleza del Padre que está en los cielos. Los críticos de la religión han dicho que hablar de Dios como "Padre" sería una proyección de nuestros padres hasta el cielo. Pero la verdad es lo contrario: en el evangelio, Cristo nos muestra quién es el padre y cómo es un verdadero padre, por lo que podemos intuir la verdadera paternidad, aprender también de la verdadera paternidad. Pensemos en la palabra de Jesús en el Sermón dela Montaña, donde dice: “Amen a sus enemigos y oren por los que los persigan, para que sen hijos de su Padre que está en los cielos" (Mt. 5,44-45). Es justamente el amor de Jesús, el Hijo unigénito --que llega al don de sí mismo en la cruz--, el que nos revela la verdadera naturaleza del Padre: Él es Amor, y también nosotros, en nuestra oración de hijos, entramos en este circuito de amor, amor de Dios que purifica nuestros deseos, nuestras actitudes marcadas por el encierro, de la autosuficiencia, del egoísmo típico del hombre viejo.

Me gustaría detenerme un momento sobre la paternidad de Dios, para que podamos dejarnos calentar el corazón con esta realidad profunda que Jesús nos ha hecho conocer plenamente y para que se nutra nuestra oración. Por tanto, podemos decir que en Dios el ser Padre tiene dos dimensiones. En primer lugar, Dios es nuestro Padre, porque Él es nuestro Creador. Cada uno de nosotros, cada hombre y mujer es un milagro de Dios, es querido por Él, y es conocido personalmente por Él. Cuando en el libro del Génesis se dice que el ser humano es creado a imagen de Dios (cf. 1,27), se quiere expresar propiamente esta realidad: Dios es nuestro Padre, por Él no somos seres anónimos, impersonales, sino que tenemos un nombre. Hay una palabra en los Salmos que siempre me toca cuando rezo: "Tus manos me han formado", dice el salmista (Sal. 119,73). Cada uno de nosotros puede expresar, con esta hermosa imagen, la relación personal con Dios: "Tus manos me formaron. Tú me has pensado, me has creado y querido". Pero esto no es suficiente aún. El Espíritu de Cristo nos abre a una segunda dimensión de la paternidad de Dios, más allá de la creación, porque Jesús es el "Hijo" en el sentido pleno, "de la misma sustancia del Padre", como profesamos en el Credo. Convirtiéndose en un ser humano como nosotros, con la encarnación, muerte y resurrección, Jesús a su vez nos recibe en su humanidad y en su mismo ser de Hijo, para que así nosotros podamos entrar en su específica pertenencia a Dios. Es cierto que nuestro ser hijos de Dios no tiene la plenitud de Jesús: nosotros debemos serlo cada vez más, a través de lo largo del camino de toda nuestra vida cristiana, creciendo en el seguimiento de Cristo, en la comunión con Él para entrar siempre más íntimamente en la relación de amor con Dios Padre, que sostiene nuestra vida. Y es esta realidad fundamental la que se nos revela cuando nos abrimos al Espíritu Santo y Él nos hace dirigirnos a Dios, diciendo: "¡Abba!" "¡Padre! " Realmente entramos más allá de la creación en la adopción con Jesús; estamos unidos realmente en Dios e hijos en un mundo nuevo, en una nueva dimensión.

Pero ahora me gustaría volver a los dos pasajes de san Pablo que estamos considerando sobre esta acción del Espíritu Santo en nuestra oración; también aquí hay dos pasos que se corresponden pero que contienen un tono diferente. Enla Cartaa los Gálatas, de hecho, el Apóstol dice que el Espíritu clama en nosotros "¡Abbá! ¡Padre!"; enla Cartaa los Romanos nos dice que está en nosotros el gritar "¡Abba! ¡Padre!". Y san Pablo quiere que entendamos que la oración cristiana nunca es, jamás es una vía única de nosotros hacia Dios, no es sólo un "actuar nuestro", sino es una expresión de una relación recíproca en la que Dios actúa en primer lugar: es el Espíritu que clama en nosotros, y nosotros podemos clamar porque el impulso viene del Espíritu Santo. Nosotros no podemos orar si no estuviera inscrito en la profundidad de nuestro corazón el deseo de Dios, el ser hijos de Dios. Desde que existe, el homo sapiens siempre está en busca de Dios, trata de hablar con Dios, porque Dios se ha inscrito a sí mismo en nuestros corazones. Así que la primera iniciativa viene de Dios, y con el bautismo, de nuevo Dios obra en nosotros, el Espíritu Santo actúa en nosotros; es el iniciador de la oración para que podemos hablar después con Dios y decir "Abba!" a Dios. Entonces su presencia da inicio a nuestra oración y a nuestra vida, abre los horizontes dela Trinidady dela Iglesia.

También comprendemos, este es el segundo punto, que la oración del Espíritu de Cristo en nosotros y la nuestra en Él, no es sólo un acto individual, sino un acto de todala Iglesia. Enel orar se abre nuestro corazón, entramos en comunión no sólo con Dios, sino también con todos los hijos de Dios, porque somos una sola cosa. Cuando nos dirigimos al Padre en nuestra habitación interior, en el silencio y en el recogimiento, nunca estamos solos. Quien habla con Dios no está solo. Estamos dentro de la gran oración dela Iglesia, somos parte de una gran sinfonía que la comunidad cristiana dispersa por toda la tierra y en cada tiempo eleva a Dios; es cierto que los músicos y los instrumentos son diferentes --y esto es un elemento de la riqueza--, pero la melodía de alabanza es única y en armonía. Cada vez, entonces, que exclamamos y decimos: "¡Abba! ¡Padre! ", esla Iglesia, toda la comunión de los hombres en oración la que sostiene nuestra oración y nuestra oración es la oración de la iglesia. Esto también se refleja en la riqueza de los carismas, de los ministerios, de los trabajos, que realizamos en la comunidad. San Pablo escribe a los cristianos de Corinto: "Hay diversidad de carismas, pero uno solo es el Espíritu; hay diferentes ministerios, pero sólo uno es el Señor; hay diferentes actividades, pero uno solo es Dios que obra todo en todos"(1 Cor. 12,4-6). La oración guiada por el Espíritu Santo, que nos hace decir: "¡Abba! ¡Padre!" con Cristo y en Cristo, nos inserta en el único gran mosaico de la familia de Dios, donde cada uno tiene un lugar y un rol importante, en profunda unidad con el conjunto.

Una nota final: nosotros aprendemos a clamar "¡Abba!,¡Padre!" con María,la Madredel Hijo de Dios. El cumplimiento de la plenitud del tiempo, del cual habla san Pablo enla Cartaa los Gálatas (cf. 4,4), se produce en el momento del "sí" de María, de su adhesión a la voluntad Dios: "He aquí la esclava del Señor" (Lc. 1,38).

Queridos hermanos y hermanas, aprendamos a disfrutar en nuestra oración de la belleza de ser amigos, también hijos de Dios, de poderlo invocar con la confianza que tiene un niño con los padres que lo aman. Abramos nuestra oración a la acción del Espíritu Santo para que grite en nosotros a Dios "¡Abba!¡ Padre!", y para que nuestra oración cambie, convierta constantemente nuestro pensamiento, nuestra acción, para que se vuelva conforme a la del Hijo Unigénito, Jesucristo. Gracias.

Traducción del original italiano por José Antonio Varela Vidal
©Librería Editorial Vaticana


Publicado por verdenaranja @ 22:45  | Habla el Papa
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Lunes, 04 de junio de 2012

ZENIT nos  ofrece el artículo de nuestro colaborador habitual el obispo de San Cristóbal de las Casas, México, monseñor Felipe Arizmendi Esquivel que se centra esta vez en la catequesis.

Analfabetismo religioso
La necesidad de reforzar la catequesis

+ Felipe Arizmendi Esquivel

HECHOS

Hay muchas personas que se bautizan, se consideran católicas y ocasionalmente participan en alguna celebración, pero no conocen de su religión más que algo del catecismo infantil, o algo que se les queda de tanto oírlo. Ignoran los fundamentos bíblicos y la justificación de nuestra fe. Por ello, son presa fácil para cambiar de creencia. Si no cambian de religión, es sólo por fidelidad a su familia y a su tradición, pero sus cimientos son muy endebles. Ante cualquier burla o contradicción, ante un mal trato o un mal comportamiento de un sacerdote, se alejan dela Iglesiay dejan de practicar, se refugian en cultos esotéricos, en magia y espiritismo, y hasta en la llamada “santa muerte”.

Nos duele que las tres diócesis de Chiapas sigan ocupando el último lugar del país en número de católicos. No nos consuela que Tabasco, Campeche y Quintana Roo tengan índices también muy bajos. Hay muchas razones históricas de este fenómeno común a casi todo el sureste mexicano, no sólo a una diócesis. La práctica pastoral de nuestras diócesis ha sido diversa, y no se puede culpar a una persona. El resto del país abandonó a esta región, pues estaba muy marginada. En el fondo, ha sido muy escasa la instrucción religiosa y la evangelización muy poco kerigmática. Es un cuestionamiento que nos acicatea a quienes ahora somos responsables de la situación. Nos exige nuevo empeño, nuevos métodos, y sobre todo una conversión pastoral.

CRITERIOS

El Papa Benedicto XVI, enla Misa Crismaldel Jueves Santo pasado, habló de “un analfabetismo religioso que se difunde en medio de nuestra sociedad tan inteligente. Los elementos fundamentales de la fe, que antes sabía cualquier niño, son cada vez menos conocidos”. Y enla Vigilia Pascualdijo: “La oscuridad acerca de Dios y sus valores es la verdadera amenaza para nuestra existencia y para el mundo en general. Si Dios y los valores, si la diferencia entre el bien y el mal, permanecen en la oscuridad, entonces todas las demás iluminaciones, que nos dan un poder tan increíble, no son sólo progresos, sino que son al mismo tiempo también amenazas que nos ponen en peligro a nosotros y al mundo. Hoy podemos iluminar nuestras ciudades de manera tan deslumbrante que ya no pueden verse las estrellas del cielo. ¿Acaso no es esa una imagen de la problemática de nuestro ser ilustrado? En las cosas materiales, sabemos y podemos increíblemente mucho, pero lo que va más allá de esto, Dios y el bien, ya no lo podemos identificar”.

En su visita a México, al llegar, expresó: “Deseo confirmar en la fe a los creyentes en Cristo, afianzarlos en ella y animarlos a revitalizarla con la escucha dela Palabrade Dios, los sacramentos y la coherencia de vida”.

PROPUESTAS

¿Qué hacer? Ante todo, ser humildes y reconocer nuestras deficiencias personales y eclesiales; no escudarnos en culpar a otros, a la institución, a los sistemas; tener apertura de mente y de corazón para aceptar otros caminos del Espíritu, diferentes a nuestros esquemas y posturas. Asumir en nuestra realidad pastoral las inspiraciones dela Misión Continental.

El Papa nos propone: “Para poder vivir y amar nuestra fe, para poder amar a Dios y llegar por tanto a ser capaces de escucharlo del modo justo, debemos saber qué es lo que Dios nos ha dicho; nuestra razón y nuestro corazón han de ser interpelados por su palabra. El Año dela Fe, el recuerdo de la apertura del Concilio Vaticano II hace cincuenta años, debe ser para nosotros una ocasión para anunciar el mensaje de la fe con nuevo celo y nueva alegría. Naturalmente, este mensaje lo encontramos primaria y fundamentalmente enla Sagrada Escritura, que nunca leeremos y meditaremos suficientemente. Pero todos tenemos experiencia de que necesitamos ayuda” (Misa Crismal).

Redescubramos la riqueza de los documentos del Vaticano II y del Catecismo dela Iglesia Católica.

Les ofrezco un folleto que escribí para fortalecer la fe, en aquellos puntos que son más atacados por quienes profesan otra religión; se llama CONSOLIDEMOS NUESTRA FE. Lo pueden consultar en la página www.diocesisdesancristobal.com.mx


Publicado por verdenaranja @ 23:24  | Hablan los obispos
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ZENIT nos ofrece un artículo de Monseñor Juan del Río Martín, arzobispo castrense de España, el cual se centra en la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que la Iglesia celebra hoy 20 de mayo, solemnidad de la Ascensión del Señor.

El maestro Ávila y los medios de comunicación
Vigencia del futuro Doctor dela Iglesia

+ Juan del Río Martín

El domingo próximo celebramosla XLVI JornadaMundial de las Comunicaciones Sociales, bajo el lema: Silencio y Palabra: camino de evangelización.La Iglesiaen España se prepara para celebrar la declaración de Doctor Universal de uno de sus eminentes hijos: San Juan de Ávila, (1499?-1569) dentro del Año de fe y en el marco del Sínodo sobre: La nueva evangelización para la transmisión de la fe. Pero ¿Qué tiene que ver esta Jornada emanada del mismo Vaticano II con un predicador del siglo XVI? A simple vista puede parecer que forzamos las relaciones, pero no lo es.

El Maestro Ávila, patrón del clero español, es el iniciador de la ascética y de la mística, es una joya desconocida para el gran público y olvidado para ciertos sectores universitarios. Hombre culto de su época, con amplios conocimientos bíblicos, patrísticos, teológicos y humanísticos. Fue reformador, pedagogo, evangelizador y hasta inventor. Como predicador del Evangelio, gozo de fama de buen comunicador en su tiempo. Llenaba las iglesias y las plazas, motivaba al auditorio a la conversión a Jesucristo y a una vida cristiana más auténtica. Su estilo era natural, elegante, cálido al modo paulino, y además repleto de figuras atractivas de la que se valía para comunicar los grandes principios de la fe a sabios y gentes sencillas. Si seguimos bien su magisterio, podríamos sacar toda una serie de directrices de cómo predicar y evangelizar.

El llamado Apóstol de Andalucía, conjugó en su vida y acción pastoral los dos momentos de la comunicación que nos habla el Mensaje de Benedicto XVI para esta Jornada: silencio y palabra. Él es un ejemplo vivo de cómo trasmitir la fe dela Iglesiaen tiempos de cambios y turbulencias. Su oratoria no era hueca, surgía de los largos ratos de oración y del estudio, porque “al púlpito había que ir templado” y con celo apostólico de “ganar las almas para Cristo”. Aquí radica, aún hoy, la gran fuerza de convicción de sus sermones y escritos.

En el nuevo Doctor, se daba las cuatros condiciones de un buen comunicador: Tenía algo que decir: “predicar sólo a Jesucristo”. Sabía decirlo, porque se preparaba y poseía un sentido práctico de los temas. Poseía capacidad de sintonía con el público, debido a que estaba atento a los problemas que vivía el pueblo. Por último, cultivaba el arte de relacionarse con todos y en todo. También es esto posee la eminens doctrina dela Comunicacióny que tan necesaria es para implantar la nueva evangelización en los escenarios del siglo XXI.

En la actualidad los “pulpitos seculares” son los Medios de Comunicación tradicionales y las Nuevas Tecnologías. Han cambiado ciertamente el “soporte”, pero no lo esencial de la comunicación, que tan brillantemente manejo el sacerdote secular Juan de Ávila, y que continua siendo perenne, universal y actual. El Papa nos lo recuerda con estas palabras: “aprender a comunicar quiere decir aprender a escuchar, a contemplar, además de hablar, y esto es especialmente importante para los agentes de la evangelización: silencio y palabra son los elementos esenciales e integrantes de la acción comunicativa dela Iglesia, para un renovado anuncio de Cristo en el mundo contemporáneo”.


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ZENIT nos ofrece las palabras del papa antes de la oración mariana del domingo 20 de Mayo de 2012 dirigidas a los fieles y peregrinos congregados en la plaza de San Pedro.

¡Queridos hermanos y hermanas!

Cuarenta días después de la Resurrección --según el libro de los Hechos de los Apóstoles--, Jesús asciende al Cielo, o sea retorna al Padre que lo había enviado al mundo. En muchos países este misterio se celebra no el jueves, sino hoy, el domingo siguiente. La Ascensión del Señor marca el cumplimiento de la salvación iniciada con la Encarnación.

Después de haber instruido por última vez a sus discípulos Jesús sube al cielo (cfr. Mc. 16,19). Él entretanto “no se separó de nuestra condición” (cfr. Prefacio); de hecho en su humanidad asumió consigo a los hombres en la intimidad del Padre y así ha revelado el destino final de nuestra peregrinación terrena.

Así como por nosotros descendió del cielo y por nosotros sufrió y murió en la cruz, así también por nosotros resucitó y subió a Dios, por lo tanto no está más lejano, sino que es “Dios nuestro”, “Padre nuestro” (cfr. Jn. 20,17).

La Ascensión es el último acto de nuestra liberación del yugo del pecado, como escribe el apóstol Pablo: “Subiendo a la altura, llevó cautivos” (Ef. 4,8). San León Magno explica que con este misterio “se proclama no solamente la inmortalidad del alma sino también la de la carne. Hoy de hecho no solamente estamos confirmados como poseedores del paraíso, sino también hemos penetrado en Cristo en las alturas de los cielos”. (De Ascensione Domini, Tractatus 73, 2.4: CCL 138 A, 451.453). Por esto los discípulos cuando vieron al Maestro levitar de la tierra y elevarse hacia lo alto, no sintieron una sensación de malestar, sino una gran alegría y se sintieron empujados a proclamar la victoria de Cristo sobre la muerte (cfr. Mc. 16,20). Y el Señor resucitado obraba con ellos, distribuyendo a cada uno un carisma para que la comunidad cristiana, en su conjunto, reflejase la armoniosa riqueza de los Cielos.

Lo escribe nuevamente san Pablo: “Repartió dones a los hombres... dispuso que unos fueran apóstoles; otros, profetas; otros, evangelizadores; otros, pastores y maestros... para la edificación del cuerpo de Cristo... hasta que lleguemos todos a la plena madurez de Cristo” (Ef. 4,8.11-13).

Queridos amigos, la Ascensión nos dice que en Cristo nuestra humanidad es llevada a las alturas de Dios; así cada vez que rezamos, la tierra se une con el Cielo. Y como el incienso cuando se quema hace subir hacia lo alto su humo suave y perfumado, así cuando elevamos al Señor nuestra fervorosa oración llena de confianza a Cristo, esta atraviesa los cielos y alcanza el Trono de Dios, y es por Él escuchada y satisfecha.

En la celebre obra de san Juan de la Cruz, Subida del Monte Carmelo, leemos que para “ver realizados los deseos de nuestro corazón no hay nada mejor que poner la fuerza de nuestra oración en lo que más le gusta a Dios. Entonces Él no nos dará solamente lo que le pedimos, o sea la salvación, sino también lo que Él ve que sea conveniente y bueno para nosotros, aún si no se lo pedimos” (Libro III, cap. 44, 2, Roma 1991, 335).

Supliquemos a la Virgen María para que nos ayude a contemplar los bienes celestiales que el Señor nos promete, y a volvernos testimonios siempre más creíbles de la vida divina.

© Librería Editorial Vaticana

Traducido del original italiano por Sergio H. Mora


Publicado por verdenaranja @ 0:20  | Habla el Papa
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S?bado, 02 de junio de 2012

ZENIT nos ofrece el discurso del santo padre en la Audiencia General del miércoles, 16 de Mayo de 2012, que tuvo lugar en la Plaza de San Pedro donde se encontró con grupos de peregrinos y fieles llegados de Italia y del mundo.

Queridos hermanos y hermanas:

En las últimas catequesis hemos reflexionado sobre la oración en los Hechos de los Apóstoles, hoy quisiera iniciar a hablar de la oración en las cartas de san Pablo, el apóstol de las gentes. Antes de todo querría notar como no es causal que sus cartas sean introducidas y se cierren con expresiones de oración: al inicio agradecimiento y oración, al final la esperanza de que la gracia de Dios guíe el camino de la comunidad a la cual está dirigida el escrito. Entre la fórmula de apertura: “agradezco a mi Dios por medio de Jesucristo” (Rm. 1,8), y del deseo final: la “gracia del Señor Jesucristo esté con todos ustedes” (1Cor. 16,23), se desarrollan los contenidos de las cartas del apóstol. La de san Pablo son una oración que se manifiesta en una gran riqueza de formas que van del agradecimiento a la bendición, de la alabanza a la solicitud y a la intercesión, del himno a la súplica: una variedad de expresiones que demuestra como la oración involucra y penetra todas las situaciones de la vida, sean aquellas personales, sean aquellas de la comunidad a la que se dirige.

Un primer elemento que el apóstol nos quiere hacer entender es que la oración no tiene que ser vista como una simple obra buena realizada por nosotros hacia Dios, una acción nuestra. Es sobre todo un don, fruto de la presencia viva, vivificante del Padre y de Jesucristo en nosotros. En la carta a los Romanos escribe: “Del mismo modo también el Espíritu viene para ayudar a nuestra debilidad: no sabemos de hecho cómo rezar de manera adecuada, pero el Espíritu mismo intercede con gemidos inexpresables” (8,26). Y sabemos cuanto sea verdad lo que dice el apóstol: “No sabemos cómo rezar de manera conveniente”. Queremos rezar pero Dios está lejos, no tenemos las palabras, el lenguaje para hablar con Dios, ni siquiera el pensamiento.

Solamente podemos abrirnos, poner nuestro tiempo a disposición de Dios, esperar que Él nos ayude a entrar en el verdadero diálogo. El apóstol dice: justamente esta falta de palabras, esta ausencia de palabras, o este deseo de entrar en contacto con Dios es oración que el Espíritu Santo no sólo entiende, pero lleva, interpreta hacia Dios. Justamente esta debilidad nuestra se vuelve –gracias al Espíritu Santo–, verdadera oración, verdadero contacto con Dios. El Espíritu Santo es casi el intérprete que nos hace entender a nosotros mismos y a Dios qué es lo que queremos decirle.

En la oración nosotros experimentamos más que en otras dimensiones de la existencia, nuestra debilidad, nuestra pobreza, el ser creaturas, pues somos puestos delante de la omnipotencia y la trascendencia de Dios. Y cuanto más progresamos en el escuchar y dialogar con Dios –de manera que la oración se vuelve la respiración cotidiana de nuestra alma–, tanto más percibimos también el sentido de nuestro límite, no solamente delante a las situaciones concretas de cada día, pero también en la misma relación con el Señor. Crece entones en nosotros la necesidad de confiar, de confiarnos siempre a Él; entendemos que “no sabemos … cómo rezar de manera conveniente”. (Rm. 8,26). Y es el Espíritu Santo que ayuda nuestra incapacidad, ilumina nuestra mente y calienta nuestro corazón, guiando nuestro dirigirse a Dios. Para san Pablo la oración es sobre todo el operar del Espíritu en nuestra humanidad, para hacerse cargo de nuestra debilidad y transformarnos de hombres atados a la realidad material, a hombres espirituales.

En la primera carta a los Corintios dice: “Por lo tanto, nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu de Dios que nos permite conocer lo que Dios nos ha donado. De estas cosas nosotros hablamos con palabras que no son sugeridas por la sabiduría humana, en cambio enseñadas por el Espíritu, expresando cosas espirituales en términos espirituales” (2,12-13). Con su habitar en nuestra fragilidad humana, el Espíritu Santo nos cambia, intercede por nosotros y nos conduce hacia las alturas de Dios. (cfr Rm 8,26).

Con esta presencia del Espíritu Santo se realiza nuestra unión con Cristo, pues se trata del espíritu del Hijo de Dios, en el cual nos hemos vuelto hijos. San Pablo habla del espíritu de Cristo (cfr. Rm. 8,9) y no solamente del Espíritu de Dios. Es obvio: si Cristo es el Hijo de Dios, su espíritu es también el Espíritu de Dios, y así si el Espíritu de Dios se vuelve muy cercano a nosotros en el Hijo de Dios y el Hijo del hombre, el Espíritu de Dios se vuelve también espíritu humano y nos toca, y podemos entrar en la comunión del Espíritu.

Es como si se dijera que no solamente Dios Padre se hizo visible en la encarnación del Hijo, sino también el Espíritu de Dios se manifiesta en la vida y en la acción de Jesús, de Jesucristo que vivió, fue crucificado, murió y resucitó.

El apóstol recuerda que “nadie puede decir 'Jesús es el Señor', si no es bajo la acción del Espíritu Santo” (1 Cor. 12,3). Por lo tanto el Espíritu orienta nuestro corazón hacia Jesucristo, de manera que “no vivimos más nosotros, sino es Cristo que vive en nosotros” (cfr. Gal. 2,20).

En su catequesis sobre los sacramentos, al reflexionar sobre la Eucaristía, san Ambrosio afirma: “Quien se inebria del Espíritu está radicado en Cristo” (5, 3, 17: PL 16, 450).
Y querría ahora evidenciar tres consecuencias en nuestra vida cristiana cuando permitimos operar en nosotros no al espíritu del mundo, sino al espíritu de Cristo como principio interior de todo nuestro actuar.

Sobre todo con la oración animada por el Espíritu somos puesto en condiciones de abandonar y superar toda forma de miedo o de esclavitud, viviendo la auténtica libertad de hijos de Dios. Sin la oración que alimenta cada día nuestro estar en Cristo, en una intimidad que crece progresivamente, nos encontramos en la condición descrita por san Pablo en la Carta a los Romanos: no hacemos el bien que queremos, sino más bien el mal que no queremos (cfr. Rm. 7,19). Y esta es la expresión de la alienación del ser humano, de la destrucción de nuestra libertad, debido a las circunstancias de nuestro ser por el pecado original: queremos el bien que no hacemos y hacemos lo que no queremos, el mal.

El apóstol quiere hacernos entender que no es antes de todo nuestra voluntad la que nos libera de estas condiciones, y ni siquiera la Ley, sino más bien el Espíritu Santo. Y visto que “dónde está el Espíritu del Señor hay libertad” (2 Cor. 3,17), con la oración experimentamos la libertad que nos dona el Espíritu: una libertad auténtica que liberarnos del mal y del pecado en favor del bien y la vida, y por Dios. La libertad del Espíritu, prosigue san Pablo, no se identifica nunca ni con el libertinaje ni con la posibilidad de elegir el mal, sino con el fruto del Espíritu que es amor, alegría, paz, magnanimidad, benevolencia, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio de sí” (Gal. 5,22). Esta es la verdadera libertad: poder realmente seguir el deseo de bien, de verdadera alegría, de comunión con Dios y no estar oprimido por las circunstancias que nos indican otras direcciones.

Una segunda consecuencia se verifica en nuestra vida cuando dejamos operar en nosotros al espíritu de Cristo, de esta manera la relación con Dios se vuelve tan profunda que no puede ser afectada por ninguna realidad o situación.

Entendamos entonces que con la oración no nos liberamos de las pruebas o de los sufrimientos, pero los podemos vivir en unión con Cristo, con sus sufrimientos, en la perspectiva de participar también de su gloria (cfr. Rm. 8,17). Muchas veces, en nuestra oración, le pedimos a Dios que nos libere del mal físico y espiritual, y lo hacemos con gran confianza. Entretanto muchas veces tenemos la impresión de que no somos escuchados y entonces corremos el riesgo de desanimarnos y de no perseverar. En realidad no hay grito humano que no sea escuchado por Dios y justamente en la oración constante y fiel que entendemos con san Pablo que “los sufrimientos del tiempo presente no son un obstáculo a la gloria futura que será revelada en nosotros” (Rm. 8,18). La oración no nos exenta de las pruebas o de los sufrimientos, mas bien –dice san Pablo–, nosotros “gemimos interiormente esperando ser adoptados como hijos, la redención de nuestro cuerpo” (Rm. 8,26).

Él nos dice que la oración no nos exenta del sufrimiento si bien la oración nos permite vivirla y enfrentarla con una fuerza nueva, con la misma confianza de Jesús, quien --según la Carta a los Hebreos--, “en los días de su vida terrena ofreció oraciones y súplicas con fuertes gritos y lágrimas a Dios que podía salvarlo de la muerte, y que debido a su pleno abandono en Él fue escuchado” (5,7). La respuesta de Dios Padre al Hijo, a sus fuertes gritos y lágrimas no fue la liberación de los sufrimientos, pero un exaudir mucho más grande, una respuesta mucho más profunda: a través de la cruz y de la muerte, Dios respondió con la resurrección del Hijo, con la nueva vida. La oración animada por el Espíritu Santo nos lleva además a vivir cada día el camino de la vida con sus pruebas y sufrimientos, con plena esperanza en la confianza de Dios que responde como respondió al Hijo.

Y en tercer lugar, la oración del creyente se abre también a las dimensiones de la humanidad y de todo lo creado, haciéndose cargo de la “ardiente expectativa de la creación, inclinada hacia la revelación de los hijos de Dios” (Rm 8,19). Esto significa que la oración, sostenida por el espíritu de Cristo que habla en lo íntimo de nosotros mismos nunca se queda cerrada en si misma, nunca es una oración solamente por mi, pero se abre para compartir los sufrimientos de nuestro tiempo y de los otros. Se vuelve intercesión hacia los otros y así liberación para mi, y canal de esperanza para toda la creación, expresión de aquel amor de Dios que se ha volcado en nuestros corazones por medio del Espíritu que nos fue dado (cfr. Rm. 5,5). Es justamente esto un signo de una oración verdadera que no termina en nosotros mismos sino que se abre a los otros y así me libera y ayuda para la redención del mundo.

Queridos hermanos y hermanas, san Pablo nos enseña que en nuestra oración tenemos que abrirnos a la presencia del Espíritu Santo, quien reza en nosotros con gemidos inexpresables, para llevarnos a adherir a Dios con todo nuestro corazón y con todo nuestro ser. El espíritu de Cristo se vuelve la fuerza de nuestra oración 'débil', la luz de nuestra oración 'apagada', el fuego de nuestra oración 'árida', donándonos la verdadera libertad interior, enseñándonos a vivir enfrentando las pruebas de la existencia, con la certeza de no estar solos, abriéndonos a los horizontes de la humanidad y de la creación “que gime y sufre dolores de parto” (Rm. 8,22).

Gracias.


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Viernes, 01 de junio de 2012

ZENIT nos ofrece el artículo de nuestro colaborador habitual el obispo de San Cristóbal de las Casas, México, monseñor Felipe Arizmendi Esquivel que se centra esta vez en el próximo proceso electoral en México. 

Obispos ante el proceso electoral
Pronunciamiento ante cambios en la vida democrática en México

+ Felipe Arizmendi Esquivel

HECHOS

En nuestro país, estamos en pleno proceso electoral. En Chiapas, además de elegir Presidente dela República, Diputados Federales y Senadores, elegiremos también Gobernador, Diputados Locales y Presidentes Municipales. Ante este hecho, los obispos del Estado emitimos una exhortación, pues no debemos hacernos a un lado, como si esta situación nada tuviera que ver con la fe y nuestra misión pastoral. Sin hacer campaña a favor de una opción partidista, ofrecemos unos criterios, a la luz dela Palabrade Dios, que podrían servir para que los ciudadanos decidan lo más conveniente. Comparto algunos:

CRITERIOS

Hemos de analizar qué candidatos garantizan soluciones verdaderas ante la pobreza, la desigualdad, la violencia, la inseguridad, la falta de trabajo y de escuela, la fragmentación social, sin dejarse impresionar por promesas que son sólo publicidad electoral. Mucho ayudaría señalar honestamente los logros reales que han obtenido en su gestión pública, sus objetivos y sus propuestas, así como sus carencias y limitaciones. La popularidad no es garantía de buen servicio. Y no basta la buena voluntad.

Los ciudadanos son los principales actores, tanto en el proceso como en la jornada electoral. Es tiempo de conocer a los candidatos, para asegurarnos que sean confiables, transparentes, firmes en no dejarse corromper, que conozcan las necesidades de la gente y sean sensibles a los más necesitados. No son las mismas las capacidades que se requieren para gobernar que para legislar.

Para conocerlos, hemos de escuchar con atención sus propuestas, y reflexionar cuáles son acordes con la dignidad de la persona humana y con nuestra concepción cristiana del derecho a la vida, de la familia, de la libertad religiosa, de la educación, del progreso integral, de los valores morales.

PROPUESTAS

La democracia no se reduce a la jornada electoral. Hemos de seguir construyendo la vida democrática en nuestro modo diario de vivir, procurando tener aquellas actitudes que son fundamentales como la justicia, la verdad, la solidaridad, el diálogo, la fraternidad. La democracia se construye día con día en la convivencia pacífica y justa desde el hogar, la escuela, la vida comunitaria de barrio, colonia, pueblo o ciudad. Nuestra Iglesia no es de estructura democrática, pero educa para la corresponsabilidad, para tomar acuerdos en forma consensuada, para participar y no ser excluyentes, para resolver conflictos en forma pacífica.

Un buen número de candidatos se declaran católicos; que su fe les mueva a mirar a los otros contendientes como personas dignas de respeto, empeñados también en construir el bien común, aunque con una propuesta un poco o un mucho diferente. Han de ser capaces de escuchar y dialogar con quienes piensan distinto, y no sólo descalificarse; si alguien hace una propuesta válida, es de inteligentes sumarse a ella, y no corroerse por la envidia y el egoísmo.

Han de prometer sólo aquello que humanamente están seguros de poder cumplir, y no comprometerse económicamente con empresas o con particulares, pues su servicio de autoridad estaría muy condicionado; muchos recursos públicos se verían injustamente empleados en pagar deudas, o tendrían que hacer concesiones desventajosas para la sociedad. Han de rechazar leal y tajantemente cualquier oferta o condicionamiento que venga del narcotráfico y de redes ilícitas.

Tengamos ya apartado el domingo 1 de Julio para ir a votar. Es una oportunidad y obligación de contribuir al bien de todos, apoyando al candidato que nos dé más garantía de lograr el México justo y solidario que necesitamos. Si no votamos, la decisión queda en manos de unos pocos y quien resulta electo no se siente con el respaldo suficiente para realizar su servicio. Hemos de emitir nuestro voto con entera libertad, en secreto y con informada responsabilidad, para luego cuidar que quien resulte electo cumpla sus promesas de campaña. Nadie consienta que le compren su voto con dinero o regalos, ni que lo presionen con amenazas a hacerlo en una determinada línea. Esto acaba con la democracia.


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ZENIT nos participa las palabras del Papa antes del rezo del Regina Cæli después de terminar la celebración eucarísitica de su visita pastoral a Arezzo,La Verna e Sansepolcro en Italia.

¡Queridos hermanos y hermanas!

Al concluir esta celebración litúrgica, el momento de la oración mariana nos invita a todos a acercarnos espiritualmente delante de la imagen de la ‘Virgen del Consuelo’, conservada en la catedral.

Como Madre dela Iglesia, María Santísima quiere siempre consolar a sus hijos en los momentos de mayor dificultad y sufrimiento. Y esta ciudad ha experimentado muchas veces su maternal ayuda. Por lo tanto también hoy nosotros confiamos a su intercesión a todas las personas y las familias de su comunidad que se encuentran en mayor necesidad.

Al mismo tiempo, mediante María invocamos de Dios el consuelo moral para que la comunidad de la ciudad de Arezzo, y toda Italia, reaccione a la tentación del desánimo y, tomando fuerza de la gran tradición humanística retome con decisión la vía de la renovación espiritual y ética, la que solamente puede conducir a una auténtica mejoría de la vida social y civil. Cada uno en esto, puede y debe dar su contribución.

¡Oh María, ‘Virgen del Consuelo’, ruega por nosotros!

Traducido del italiano por Sergio H. Mora


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ZENIT nos  ofrece la homilía del prefecto dela Congregación para el Clero, cardenal Mauro Piacenza, durante la celebración eucarística celebrada el pasado martes 8 de mayo, en el marco del Congreso Internacional sobre la catequesis, organizado en Roma por el Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (CCEE), que tuvo como título «Iniciación cristiana y nueva Evangelización».

La catequesis debe vencer al analfabetismo religioso

[Hch. 14,19-28; Sal. 144; Jn. 14,27-31]

Venerados Hermanos y
Queridísimos amigos,

Estoy muy contento de poder celebrar con vosotros esta Eucaristía durante vuestro Congreso. Es de destacar el notable y providencial significado, que la primera Lectura de los Hechos de los Apóstoles, recién escuchada, recoja las palabras con las cuales el Santo Padre Benedicto XVI ha querido encabezarla Cartade convocatoria del Año dela Fe, con ocasión del quincuagésimo aniversario del comienzo del Concilio Ecuménico Vaticano II y el vigésimo de la promulgación del Catecismo dela Iglesia Católica, instrumento indispensable para la correcta hermenéutica de los textos conciliares. ¡No podemos olvidar, en efecto, que se trata del Catecismo de este Concilio!

Leemos que los Apóstoles “reunieron a la Iglesia y contaron todo lo que Dios había hecho por medio de ellos: cómo había abierto a los paganos la puerta de la fe”.

Abrir la puerta de la fe a los hombres de cada tiempo y lugar es, ante todo, la tarea de Dios mismo. Si perdemos de vista este “primado” de la Obra de Dios, cualquier esfuerzo nuestro estará destinado a no dar los frutos esperados. Es Dios quien abre la puerta de la fe a nuestros hermanos los hombres y lo hace, ante todo, por medio de su Hijo Unigénito. Él es la “puerta de las ovejas”, camino universal y único de salvación para todos los hombres.

Es hermosa la imagen de este Dios que “abre”, y qué lejos está de tantos prejuicios contemporáneos sobre el Señor, sobre su Palabra de salvación y sobre su Iglesia, lugar en el que tal salvación se hace actual y operante por la libertad de los individuos, en la comunión del único Cuerpo.

La imagen de la “puerta” es particularmente eficaz porque se refiere a “entrar” en una nueva dimensión, en una realidad que el hombre no puede darse a sí mismo, sino que es completamente don de Dios. Esta realidad del don que es Dios mismo, requiere poner en movimiento nuestra libertad; requiere que el umbral de la puerta, abierta por Dios, sea cruzado por cada uno de nosotros. En este sentido, la salvación ofrecida universalmente, no puede de ninguna manera ser eficaz sin el concurso de la libertad creada que, sostenida por la gracia, "da el paso” y cruza la “puerta de la fe”.

La grandísima tarea de la catequesis de la iniciación cristiana, vista sobre todo en el horizonte de la nueva evangelización, es, pues, por lo menos doble. Por una parte, la catequesis debe colaborar con el Señor para “abrir la puerta de la fe”, mostrando, de manera profundamente racional y humana, y hasta afectivamente, la gran posibilidad de vida, de sentido y de plenitud que Dios ofrece a los hombres. Si no volvemos a sacar a la luz toda la razonabilidad, el atractivo e incluso la “conveniencia humana” del cristianismo, si no sacamos a la luz todo lo que emana de la voluntad de la fe, muy difícilmente podrá resultar fascinante la perspectiva cristiana.

Por otra parte, la catequesis está llamada a sostener la inteligencia de la fe, por medio del conocimiento de la Revelación, tanto en sus aspectos relacionales, como en aquellos más propiamente doctrinales que son su traducción histórica. Una vez que sea cruzada “la puerta de la fe” –lo sabemos bien- el camino no habrá concluido. Solamente una intensa tarea de formación podrá permitir al juicio de conciencia no volver atrás y al comportamiento moral no abandonar la luz encontrada.

A casi cincuenta años del comienzo del Concilio Ecuménico Vaticano II, debemos reconocer que la misma vida moral, ya sea intra o extra eclesial, ha sido tremendamente debilitada por una insuficiente catequesis, por una formación incapaz, quizá, de dar las razones de las exigencias del Evangelio y de mostrar, en la concreta experiencia existencial, que ellas son extraordinariamente humanizadoras. ¡Y no ha sido por culpa del Concilio!

Por estos motivos, la catequesis es siempre una narratio. Afirma el texto citado, que los Apóstoles “reunieron a la Iglesia y contaron todo lo que Dios había hecho por medio de ellos”. En este “contaron todo lo que Dios había hecho”, está contenida, en definitiva, toda la labor de una catequesis que no sólo es transmisión de verdades doctrinales, sino una posibilidad de participación en el mismo Evento de la fe, en el mismo Evento-Cristo.

La dimensión doctrinal, no obstante, bien lejos de ser secundaria, representa el modo concreto de la narratio, la cual de otro modo correría el riesgo de hacerse arbitraria y subjetiva y, por tanto, no creíble. Como ha recordado el Santo Padre en la homilía dela Santa MisaCrismal, nos encontramos ante "un analfabetismo religioso que se difunde en medio de nuestra sociedad tan inteligente.

Los elementos fundamentales de la fe, que antes sabía cualquier niño, son cada vez menos conocidos. Pero para poder vivir y amar nuestra fe, Pero para poder vivir y amar nuestra fe, para poder amar a Dios y llegar por tanto a escucharlo del modo justo, debemos saber qué es lo que Dios nos ha dicho; nuestra razón y nuestro corazón han de ser interpelados por su palabra”.

La catequesis, sobre todo la de la iniciación cristiana, tiene esta gran tarea: vencer el analfabetismo religioso, enseñando “qué nos ha dicho Dios”… ¡y sin dejarnos paralizar por las interminables cuestiones metodológicas!

Los problemas metodológicos, queridos amigos, son superados por los santos: con su sencillez y con su vida, son la más eficaz catequesis viviente que Dios mismo ofrece a su pueblo. Un nombre en representación de todos: el Beato J.H.Newman y su "cor ad cor loquitur", con todo el empeño intelectual, teológico, moral y espiritual que eso significa.

Si tenemos esta conciencia, si la puerta de la fe es cruzada sobre todo por nosotros, si ponemos en el primer lugar la formación de los sacerdotes y de los catequistas, si vigilamos atenta y eficazmente los distintos Centros de formación, si no tenemos miedo de utilizar también los nuevos areópagos, como internet, para anunciarla Fe, sin olvidar nunca que el encuentro con Cristo reclama siempre una mediación personal, entonces esta obra fundamental podrá florecer y, con la ayuda de Dios, podrá dar fruto.

No podemos olvidar jamás que “debemos entrar en el Reino de Dios a través de muchas tribulaciones” y, en consecuencia, que el cansancio es constitutivo del camino de salvación, y que Jesús nos ha dicho: “Os dejo la paz, os doy mi paz”. No como la da el mundo, os la doy a vosotros”, indicando así una radical e insuperable alternativa que no puede ser suprimida por ningún ingenuo optimismo.

En este mes dedicado a Ella, confiemos ala Santísima Virgen, Estrella dela Evangelización, los trabajos de vuestro Congreso y, sobre todo, la obra incesante dela Iglesiaque, como Dios, abre a los hombres “la puerta de la fe”. Amén.


Publicado por verdenaranja @ 23:12  | Catequesis
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