DOMINGO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD A
MONICIONES
PRIMERA LECTURA
Después del trágico episodio del becerro de oro, hay que renovar la Alianza. Moisés sube al Monte llevando las tablas de la Ley. Cuando manifiesta su deseo de ver a Dios, pasa el Señor junto a Él y se manifiesta como “Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia y lealtad”.
Escuchemos con fe y devoción esta lectura.
SALMO RESPONSORIAL
La presencia de Dios junto a nosotros como Trinidad santa, nos impulsa, en primer lugar, a la adoración y a la alabanza. Es lo que hacemos ahora, como respuesta a la Palabra de Dios.
SEGUNDA LECTURA
La segunda lectura es la conclusión de la segunda carta de S. Pablo a los corintios. El apóstol sintetiza su mensaje en pocas palabras. Y se despide de ellos, deseándoles la gracia, el amor y la comunión como dones de las tres Personas Divinas.
EVANGELIO (Antes del Evangelio)
En el Evangelio Jesucristo habla a Nicodemo del amor tan grande de Dios Padre, que envía a su Hijo para que el mundo se salve por Él. Pero antes de escuchar el Evangelio cantemos de pie el aleluya.
COMUNIÓN
Al acercarnos hoy a la Comunión, podemos recordar aquellas palabras de Jesús: "El Padre que vive me ha enviado y Yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí". Comulgar es, por tanto, participar de la misma vida de Dios, de la Santísima Trinidad, que Jesucristo ofrece a todos, como alimento y fortaleza, para que no desfallezcamos por el camino. Por eso, ¡qué grande es comulgar! ¡Cuántas gracias hemos de darle al Señor!